Revista literaria Quiero Escribir

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QUIERO

ESCRIBIR 
 #1 / ENERO 2013

AUTOR DEL MES sebastián roa

ARTE Y LITERATURA alejandro colucci

escritores en la nubE POSPRODUCCIÓN LITERARIA PENSAMIENTO mundo editorial reseñas blogueras relato del mes nuevas tecnologías basada en... CRÍTICA LITERARIA

escritor novel

javier pellicer

LECTURA DEL MES

LAYOS, DE JOSEP ASENSI

Ilustración de La loba de al-Ándalus de Sebastián Roa © Alejandro Colucci © Ediciones B


Director: José Sanz Hidalgo Redactora Jefe: Ángeles Pavía Mañes Colaboradores: Marta Querol, Javier Lacomba, Santiago Álvarez, Francisco Portela, Patricia Martí, Amparo A. Machí, María del Carmen Horcas, Dante Martín.

enero 2013. EN ESTE NÚMERO: AUTOR DEL MES 3. Sebastián Roa. La loba de alÁndalus.

LA RED EDITORIAL 48. Mejor novela de 2012. Elegida por los blogs literarios.

MARIDAJE: ARTE Y LITERATURA 16. Alejandro Colucci.

MUNDO EDITORIAL 57. Inquietudes en el mundillo editorial.

ESCRITOR NOVEL 24. Javier Pellicer. La documentación en la novela histórica y el autor novel.

RESEÑA BLOGUERA 60. El águila y la lambda, de Pedro Santamaría. RELATO DEL MES 62. Bienvenidos, de Javier Lacomba.

PENSAMIENTO 32. Poesía. Amparo A. Machí.

77 NOVEDADES EDITORIALES

LECTURA DEL MES 33. Layos, de Josep Asensi.

NUEVAS TECNOLOGÍAS 85. El triángulo máfico.

ESCRITORES EN LA NUBE 37. Eureka, soy padre de un libro. Primera entrega: Y ahora ¿qué?

BASADA EN... 89. La vida de Pi (Life of Pi).

RESEÑA BLOGUERA 41. El camino de baldosas amarillas, de Juan de Dios Garduño.

CRÍTICA LITERARIA 95. El señor de Lordemanos, de Miguel Ángel Badal.

POSPRODUCCIÓN LITERARIA 43. Fin. Ahora empieza...

99 LOS BLOGS RECOMIENDAN

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EDITORIAL Hoy nace una nueva revista literaria, esta que tenéis ante los ojos. Ha sido un embarazo trabajado, pero esperemos que, después de este nacimiento y de vuestra estupenda acogida, disfrute de una larga y fructífera vida. Viene al mundo con una idea, con una intención que ya asoma en su título. Quisiéramos que su función primordial fuese intentar orientar y guiar a los escritores noveles. Desde estas páginas abiertas a todos, tenemos la esperanza de arrojar un poco de luz sobre todos aquellos temas relacionados con el, a menudo, oscuro camino que sigue un texto desde la idea en la mente del escritor, hasta que alcanza su punto de destino, que no es otro que la mente del lector. Son muchos los aspectos que, a veces, no se tienen en cuenta y que pueden ser de utilidad para aquel que se siente con la ilusión de escribir algo para que lectores anónimos, desconocidos, lo lean y compartan con él aquello que tiene necesidad de contar. A lo largo de nuestra singladura, trataremos temas tan necesarios como las redes sociales, el marketing, las portadas, el camino editorial, los colectivos literarios, la corrección… Buscaremos y desarrollaremos artículos que puedan ser útiles, y también los consejos de escritores ya publicados, para que nos cuenten sus experiencias y las compartan con nosotros. También, desde esta editorial, nos gustaría hacer un llamamiento a todo lector o escritor que llegue hasta nosotros para que colabore aportando sus ideas, sus puntos de vista, sus problemas y sus soluciones. Queremos una revista en la que la comunicación sea fluida y desde la que cualquier lector de sus páginas pueda aportar, consultar, o simplemente comentar, todo aquello que le parezca interesante relacionado con el mundo literario. Pretendemos, en suma, que la revista tenga el contenido que el lector demande. Esperamos que disfrutéis con nosotros y que os podamos ser útiles. Sería la mayor de nuestras ilusiones.

Ángeles Pavía Mañes Redactora Jefe


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QUIERO

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AU TO R D E L M E S

Sebastián Roa Entrevista extraída de fórum online fnac. Cada pregunta ha sido planteada por un usuario anónimo visitante de la web. http://forum.fnac.es/sebastian-roa-29-11-2012/

Hola Sebastián. Te felicito por la novela, tu trayectoria ya era creciente y con La loba de al-Ándalus tu escritura ha alcanzado la maestría. Tus personajes y tu historia han sido un muy buen descubrimiento. ¿Tú encontraste la historia, o fue la historia la que te encontró a ti? ¿Quedan en Valencia restos de la presencia de Mardánish y Zobeyda? Blas, gracias bizantinas y vaya de vuelta esa felicitación. Te confieso que esta historia me encontró a mí. Durante la documentación de El caballero del alba y de Venganza de sangre topé con huellas de un momento épico e inexplicablemente olvidado. Profundizar un poco y encontrar la trama principal de La loba de alÁndalus fue todo uno. Tú sabes a qué me refiero: leer una fuente antigua en busca de una información concreta y darte de narices con una auténtica mina dramática. Inevitable rendirse. Y en cuanto a los restos andalusíes en Valencia, poco hay, aparte de pedazos de muralla y un par de torres en un vergonzoso estado. Nos queda, eso sí, la memoria a través de los nombres. Tenemos la Zaydía convertida en plaza, Marchalenes en forma de parque, Ruzafa es todo un barrio y la Alameda un paseo. Bueno, se me olvidaba: el tribunal de las aguas. Y ese aún funciona. Felicidades por tus éxitos! Siento curiosidad: excluyendo el don de escribir que algunos poseen y otros no, un escritor suele ser un gran lector, pero en tu caso ¿Qué es lo que motivó tu deseo de traspasar esa barrera? ¿Qué necesidad de escribir siente el escritor, cuando muchos podrían hacer su trabajo? Brus_mily, ¡Gracias! En mi caso, el deseo de escribir nace por las mismas razones que el deseo de leer, ver una buena peli, admirar un cuadro, escuchar esa música que te emociona. Leer te permite multiplicar tu experiencia y tus sensaciones, 4


incluso vivir otras vidas. Escribiendo obtienes el mismo resultado. La diferencia es que escribes lo que te gustaría leer, así que, cuando escribes, te sumerges en un mundo escogido o diseñado por ti. No sé si me explico: cada personaje me lleva a otra época y me dota de una nueva personalidad. Vaya, supongo que esto tiene algo de trastorno mental, je, je… ¡Hola Sebastián! Como escritor que eres, ¿qué consejo le darías a alguien que estuviese empezando en el mundo de la escritura? ¡Espero ser igual de buena escribiendo como tú! ¿Harás firmas de libros próximamente? ¿Vendrás a Murcia? si es así, allí estaré. (Por cierto, soy murciana pero llevo sangre aragonesa y tengo familia en Zaragoza, ¡me parece una bonita ciudad!) Un abrazo. Hola, Elvira. A escribir se aprende escribiendo. Así que venga, al lío. Bueno, un poco más en detalle: te vendrá bien armarte de humildad, aunque sin renunciar a la ambición. Y sobre todo ser constante. Para la humildad: recapacita sobre todos los consejos que te den acerca de lo que ya has escrito, incluso aunque creas a priori que no vas a seguirlos. Para la ambición: plantéate metas a corto plazo, que son factibles y a la vez estimulantes. Y sobre todo, para la constancia: ¡pásatelo bien! Escribe lo que te divierte y te motiva, lo que te empuja a seguir escribiendo de verdad, con ganas, porque eso se transmite y el lector lo nota (yo lo noto cuando leo las novelas de otros). Ah, espero pasarme por Murcia en cuanto pueda, porque no es de recibo que una novela sobre el rey Lobo no se presente allí. Así que nos veremos, espero. Besos. Hola Sebastián, ¿de dónde te surge la inspiración para escribir tus libros? ¿qué es más complicado a la hora de crear una novela: el inicio, el desenlace o el final? Un abrazo. Hola, alteza. La inspiración me llega de varias formas. Escribí sobre los amantes de Teruel porque nací en Teruel y el tema me apasionaba. Escribí sobre una venganza porque necesitaba vengarme sin que salpicara la sangre. Y sobre el rey Lobo porque era un tema que me esperaba tras cada rincón y merecía que alguien lo rescatara del olvido. Cualquier excusa es buena. En cuanto a la creación literaria, pienso que lo más complicado es el nudo. El final puedes tenerlo diseñado a priori y puedes crear para el principio los presupuestos que han de desembocar en ese final. Pero el nudo… Uf, el nudo. Hay que desarrollar la historia sin que el interés del lector decaiga y sin que 5


sufra la coherencia interna. Equilibrar los núcleos y mantener el ritmo. Cuidar la verosimilitud de la parte ficticia y, al mismo tiempo, no salirte de la senda histórica. Ardua pero emocionante tarea. Un abrazo. Hola Sebastián ¿habrá segunda parte de «La loba»? Hola, Vicente. La loba de al-Ándalus es una novela auto-conclusiva (curioso palabro) y sus tramas quedan cerradas en el plano dramático. Otra cosa es el plano histórico. Una vez llegados a ese final, la historia continúa y hay varios de los personajes de la novela que aún tienen mucho que decir (y me refiero a la historia real y a los personajes históricos). Mi siguiente novela cubre los hechos posteriores y a esos personajes. Pero hay nuevos protagonismos, nuevas tramas, nuevas subtramas. Otra novela distinta y también auto-conclusiva. ¡Hola Sebastián! Hasta en el día de hoy desconocía tus novelas ¿Qué me dirías para comenzar a leerlas ya? Saludos. ¡Hola, Belinda! Confío en que te gustarán mis novelas. No soy muy bueno vendiéndome, pero en fin, te diré que, sin ser el único autor empeñado en ello ni mucho menos, enfoco la novela histórica sin complejos. Para mí la novela histórica no es un subgénero, sino un género con mayúsculas. Intento cuidar el desarrollo de las tramas, las curvas de evolución de los personajes y sus relaciones. Sobre todo, pongo toda la carne en el asador para conseguir un buen ritmo narrativo. Me atrevo a garantizarte que tus emociones saltarán de un lado a otro. Y si no se cumple esto cuando leas La loba de al-Ándalus, por favor, procura hacérmelo saber. Saludos, todavía no he leído ningún libro tuyo, aunque el boca a boca y la crítica no pueden ser más elogiosos. ¿Qué puedo encontrar en tus libros que no encuentre en otros de la misma temática? Saludos, Nuria. Bueno, no seré yo quien se declare pionero en nada, sobre todo porque la producción literaria es enorme hoy en día y solo he leído una pequeña parte de lo que se publica. Pero mi afán es darle valor a la parte dramática en la novela histórica sin desmerecer el rigor histórico, demostrar que del medievo español pueden surgir historias emocionantes y que una misma obra puede contener todos esos

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ingredientes que nos emocionan: el amor, el odio, la lealtad, la traición, la intriga, el erotismo, la guerra… ¡Buenos días! ¿Es difícil escribir una novela histórica? Buenos días, Belinda. Escribir novela no es difícil. Lo difícil, creo, es hacerla de calidad. Si además se trata de novela histórica, te encuentras con que es más trabajoso, pero no solo porque precisas una documentación previa importante. Cualquier buena trama necesita elementos que la sostengan, que la hagan coherente. Necesita personajes atractivos, un buen reparto de núcleos de acción, profundidad psicológica, descripciones en su justa medida, diálogos ágiles… Ahora añade que todo eso debe encajar en el contexto histórico estudiado como las piezas de un puzzle. Hola, Sebastián! Si tuvieras que quedarte con un clásico de la literatura, cuál elegirías? Un abrazo. ¡Hola, Raissa! Te respondo sin dudar: la Ilíada. La releo cada pocos años. Incluso una de mis novelas, Venganza de Sangre, contiene un pequeño homenaje a una parte de la Ilíada: el coloquio entre Héctor y Andrómaca. Otro abrazo para ti. Hola Sebastián, tus novelas dejan patente la profundidad de la documentación previa a su escritura. Además de las fuentes escritas, ¿has visitado localizaciones, monumentos, castillos, etc. para escribir La loba de al-Ándalus? Y si es así, podrías citar algunas de las que puedan resultar de más interés para tus lectores/as y de las que no se tenga excesiva información. Hola, Nereida. Desgraciadamente, ni yo puedo permitirme muchos viajes ni queda mucho en pie para visitar. Pero hablando de La loba de al-Ándalus, creo que hay tres escenarios imprescindibles: el castillo de Monteagudo, muy cerquita de Murcia; la Alhambra en Granada (aunque en el siglo XII no era ni la mitad de lo que es ahora) y los Reales Alcázares de Sevilla. Bueno, espera. Añadiré un cuarto escenario impresionante: todo el pueblo de Albarracín, en la provincia de Teruel.

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Buenos días, Sebastián! De las novelas que has escrito, ¿cuál de ellas, te hace sentirte más orgulloso? Buenos días, Addie. Estoy orgulloso de todas mis novelas porque son pasos únicos en mi evolución hacia el oficio de escritor, porque cada una tiene su propia historia, más o menos amarga o feliz según el caso, y porque son distintas entre sí y, de alguna manera, están dirigidas a necesidades lectoras diferentes. Pero sobre todo estoy satisfecho con La loba de al-Ándalus por el esfuerzo que invertí en ella y su relación con el resultado. Independientemente de gustos, asuntos editoriales o de mercado, creo que es la mejor novela que he escrito. ¿Posteguillo, Castelló, tú mismo…? ¿Se ha convertido Valencia en la meca de la novela histórica española? Hola, Eogham. Sin duda sí: Valencia es una mina en la que nacen y a la que venimos a parar muchos. Y no lo digo yo solo, lo reconoció mi editora en la presentación de «La loba» en Bibiliocafé. Y aparte de novelistas históricos como Posteguillo, Castelló, Barceló, Penadés, Badal, Asensi, Pellicer…, tenemos otros autores valencianos (o «valencianizados», como yo) que pegan fuerte en sus propios géneros: Marta Querol, Fer Ortega, Jason Webster, Sergio Mars… Y no te digo nada de lo que se prepara en novela negra, por ejemplo. Editoriales y agentes, atentos a Valencia. Hola Sebastián. Enhorabuena por tu nueva novela, todavía no la he terminado, pero la estoy disfrutando enormemente. ¿Qué personaje te ha resultado más difícil perfilar y desarrollar en La loba de al-Ándalus? ¿Tal vez Zobeyda por la escasa documentación que seguramente debe haber sobre las mujeres de la época? Hola, Antonio Furió. Tienes nombre de profe universitario, je, je… Mi personaje más difícil, aciertas, es Zobeyda. Y precisamente porque tuve que tomar decisiones de peso en cuanto a su caracterización tras tener en cuenta el rol de la mujer andalusí del siglo XII. La verdad es que tomé prestado algo de la personalidad de Hafsa Bint alHach, la poetisa granadina contemporánea del rey Lobo (y también personaje de la novela). Me resultaron significativos el que una noble andalusí como Hafsa alcanzara 8


La loba de al-Ándalus es el relato de un hito épico en el que se decidió el destino de lo que después se llamaría España. Una lucha de poder narrada con lenguaje directo y evocador, y que alterna acción, romanticismo e intriga en una época apasionante de héroes, lealtad, traición, grandes batallas y pasiones desbocadas.

«Un mundo olvidado. Un relato épico. Una novela magistral. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto leyendo. Sebastián Roa es un torrente literario incontenible.» Santiago Posteguillo, escritor.

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esas cotas de «descaro» y el contenido de las obras que se conservan de ella. Aparte de eso, y de nuevo aciertas con la parquedad de las fuentes, no tuve más remedio que rellenar lagunas y tomarme alguna que otra licencia. Encontrarás explicaciones al respecto en el apéndice final, «Lo que fue y lo que no fue». Hola Sebastián, ¿qué son las cosas que más te influyen a la hora de escribir? Hola, Miriam. Me influye mi experiencia personal, influye mi imaginación e influye sin duda lo que leo e incluso las películas que veo. En el plano formal, influye el círculo de escritores que me rodea. Desde que formo parte de El Cuaderno Rojo, creo que he mejorado notoriamente en mi estilo y en mi método (y seguiré mejorando, espero). Siempre sin olvidar las enseñanzas del genial Posteguillo, claro. Hola, ¿cuánto tiempo tardas en documentarte para escribir una novela histórica? ¿Cuáles son las fuentes a las que más accedes? ¿Internet, bibliotecas, registros? Un saludo. Hola de nuevo, Miriam. Siempre me planteo un periodo base de documentación de seis meses, aunque luego, mientras estás en el proceso de escritura propiamente dicho, no dejas nunca de documentarte, incluso hasta el final de la novela. Las fuentes más valiosas están en archivos y bibliotecas o hay que adquirirlas. Uso Internet para documentarme acerca de detalles concretos, siempre acudiendo a fondos digitalizados de museos, universidades y revistas especializadas. Las demás fuentes de la red precisan ser muy, muy «wikicontrastadas». En un plano más «de calle», la visita a localizaciones y las actividades de los recreacionistas medievales me han sido de gran ayuda. ¿Qué le parece que le cataloguen como un escritor contundente? Hola Ritchie. Larga vida al rock’n’roll. Me parece muy bien lo de contundente, porque me gustaría que mis novelas fueran como mazazos en la emoción y en la conciencia. Hay que despertar y mantener vivo el recuerdo de los que nos precedieron, y para eso hace falta que suene bien fuerte el gran tambor almohade (y algún que otro solo de guitarra).

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¿Qué pensamiento albergaba la cabeza de un caballero castellano, la mirada encerrada tras la celada del yelmo, aferrado el acero por la mano cubierta de guantelete y el cuerpo ceñido de cota de malla, ante la visión de un almorávide enardecido cargando hacia él? Tenía que pasar un miedo tremendo, Bertrand. Hay que acudir a la gente que se ha visto en enfrentamientos reales para saber que la cosa no es tan bonita como nos cuentan algunas películas. Supongo que por su cabeza pasaría el recuerdo de su amada, de sus hijos, de su madre… El objetivo de un botín cuantioso, el miedo a ser capturado por un enemigo brutal… Eso solo lo saben ellos, los que se dejaron la piel para que ahora seamos quienes somos. Hola Sebastián, acabo de adquirir esta mañana tu libro La loba de AlÁndalus, y este fin de semana lo leeré. Por ahora, le he echado un vistazo por encima y tiene buena pinta. Mi pregunta es ¿A qué edad te apareció tu vocación por la escritura? Un abrazo. Hola, Lissa. De pequeñajo ya escribía historietas, aunque no habría creído a quien me dijera que un día publicaría. Recuerdo que escribí una sobre un gorrión gordito que, cuando llega el verano, tiene que pelearse con los vencejos y las golondrinas por la comida. Entretenimientos sin más. Empecé a escribir en serio sobre los 36 años, más o menos. Animo a la gente a que no deje pasar tanto tiempo.

Venganza de sangre «Escrita con buen pulso literario y con destreza narrativa, se sostiene en una abundante documentación historiográfica; y, como toda buena novela histórica, sumerge al lector en un pasado reconocible y verídico. Un libro para aprender y para disfrutar.» José Luis Corral, historiador y escritor.

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Después de haber leído sus dos últimas novelas, le considero uno de los grandes. Pero para seguir creciendo ¿En qué cree usted que debe mejorar en su próxima novela? Eddie, nunca se alcanza la perfección. Eso implica que se puede mejorar en todo. En el estilo, en el cálculo de los tiempos, en el desarrollo de los personajes, en la selección de la información… Hay que afanarse como el primer día. Será cuestión de escuchar las opiniones de los lectores para ver en qué se debe mejorar. Me ha encantado tu novela. ¿Qué se te pasó por la cabeza para narrar una historia en una época tan convulsa, donde las posturas moderadas se veían cada vez más presionadas por las radicales, tanto en el ámbito cristiano como en el musulmán? Gracias, Marisa. Lo que se me pasó por la cabeza es la comparación con el momento actual, en el que los extremismos están a la orden del día. Aunque, pensándolo bien, ¿cuándo no hemos sufrido el azote de los extremismos? Cualquier momento es bueno para alertar de ese peligro. Y desde luego, en ese contexto hallas un filón dramático que no se debe desaprovechar. Buenos días, Sebastián. ¿Tienes pensado abarcar otro tipo de género más adelante en tus novelas? Saludos. Hola, Carolina. No cierro el camino a nada. Supongo que debería escribir algo policiaco. En general, ningún género me tira para atrás. Terror, fantástica, thriller… Aunque ahora mismo me muevo muy cómodo en la novela histórica y de aventuras. Y como dije un poco más arriba, conviene escribir sobre lo que uno desea. El resultado es mejor. ¿Qué se siente al terminar de escribir un libro?¿y cuando es aceptado en alguna editorial para publicarlo? Se siente alivio, José, sobre todo si llevas dos años y medio metido en la misma historia. Se siente pena, porque en ese tiempo te has metido tanto en la mente de tus personajes que casi eres ellos mismos y ahora tienes que abandonarlos. También incertidumbre, porque queda por delante el asunto de las editoriales y la aceptación 12


por el lector. Cuando una editorial te dice que sí al manuscrito siempre es una alegría. Si se trata de una editorial de fuste, como Ediciones B, la alegría se convierte en fiesta. He disfrutado mucho con La loba de Al-Ándalus, pero me habría gustado algún que otro duelo más como el de Guadix a lo largo de la obra ¿Seguirá deleitándonos con sus duelos a espada que sin duda son uno de sus puntos fuertes en próximas novelas? John, los duelos singulares son escenas de las que más me gustan cuando escribo (igual que cuando leo). Te podría decir lo mismo de las batallas, de las escenas eróticas, de los diálogos en un ambiente de intriga. De todo eso habrá siempre, no lo dudes. Pero ojo, hay que encontrar la medida justa porque hay lectores que se saturan con cierto tipo de escenas. Sobre que otra época fuera del medievo le gustaría escribir? O dicho de otra manera ¿Que otras inquietudes como escritor tiene para el futuro cuando termine lo que tenga entre manos? Ritchie, sigo en el siglo XII y en todo lo que representó la invasión almohade de la Península. Creo que es un momento clave para nuestra historia y los personajes que se mueven en ese lapso son increíbles. Fuera del medievo me llama la atención la antigüedad griega. También las guerras mundiales y nuestra guerra civil. Pero ya te digo, el futuro sigue siendo la plena edad media. He leído tu novela y me parece excepcional, quisiera saber si hay otra en ciernes y cuánto hemos de esperar para ello… Avesnes, estoy en ello desde hace ya más de un año. Es difícil dar una fecha, así que, para no mojarme mucho, ponle un año y medio más. Eso sin contar avatares editoriales, claro. En esto de escribir no hay nada seguro. He leído que perteneces a un grupo denominado Cuaderno Rojo ¿De qué se trata exactamente? ¿Es tal vez un club de fans? Ernesto, El Cuaderno Rojo es un grupo de amigos adictos a la literatura. Nos conocimos en los talleres literarios que se imparten en L’Iber, en Valencia. Somos 13


alumnos de los maestros Penadés y Posteguillo y nos reunimos con asiduidad en tertulia, organizamos eventos con otros autores amigos (ya he dicho que Valencia es una mina, ¿no?), nos corregimos los manuscritos, nos pegamos collejas literarias, nos alegramos de nuestros éxitos… En primer lugar gracias por contestar mis preguntas y, en segundo, felicitarte por tus obras (he podido leer dos de ellas y estoy encantada) ¿Por qué eliges trabajar tus novelas en esa época concretamente? ¿Te gustaría embarcarte en otro género? Gracias. Por favor, sigue escribiendo. Gracias, María. Como dije más arriba, la edad media es lo que me motiva ahora mismo y por eso sigo ahí. Creo que escribiré mejores novelas si lo hago sobre temas que me cautivan. Un género pendiente para mí es la novela policíaca. Tendré que meterle mano algún día, me temo. Un abrazo muy fuerte y sigue leyéndome. Hola Sebastián. ¿Qué y cuál es la función de «El cuaderno rojo»? Adoro tus novelas Hola, Ana. Bueno, acabo de contestar a esa pregunta. Su función es básicamente emocional pese a todo. Representa un apoyo saber que tienes a tu lado gente que comparte tus inquietudes y con la que puedes contar. Gracias y un beso. ¡Gracias, Sebastián! Intentaré seguir tu consejo para escribir: tendré en cuenta la humildad y la ambición en las historias que cuente y lo empezaré a aplicar desde ya en las dos que he comenzado. Otro beso para ti y ya nos veremos si vienes a firmar por aquí. Bien hecho, Elvira. Adelante y ojalá las veamos pronto publicadas. Guárdame un sitio en Murcia. Besos.

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Sebastián Roa (1968). Aragonés de nacimiento y valenciano de adopción, compagina su labor en el sector público con la escritura. Alumno de Literatura Creativa de Santiago Posteguillo (2009) y miembro del grupo literario valenciano El Cuaderno Rojo, ha ejercido como jurado en varios certámenes de relato histórico (Historias de la Historia Medieval 2009 y 2010 y L’Iber 2011). Es autor de las novelas Casus Belli (Delibrum Tremens, 2007) y El caballero del alba (Delibrum Tremens, 2008). Su tercera obra, Venganza de sangre, fue la ganadora del certamen de novela histórica Comarca del Cinca Medio 2009 y en 2010 mereció el premio Hislibris al mejor autor español de novela histórica. Tras ser fichado por Ediciones B, que reedita en bolsillo su obra más premiada (Venganza de sangre), publica en 2012 su hasta ahora última novela, La loba de alÁndalus.

Más información en: http://www.sebastianroa.es
 https://www.facebook.com/SebastianRoaEscritor
 http://www.edicionesb.com/catalogo/autor/sebastian-roa_985.html

Booktrailer de La loba de al-Ándalus www.youtube.com/watch?v=4pZiT_PNBpk (necesita conexión a internet)


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M A R I DA J E : A R T E Y L I T E R AT U R A

Alejandro Colucci Nacido en Uruguay en 1966 de una familia de inmigrantes italianos Alejandro ha trabajado como ilustrador y diseñador gráfico desde 1990. 
 En 2002 decide trasladarse a Europa con su familia y dedicarse de lleno a la ilustración editorial, abandonando el mundo publicitario, en el que se había desempeñado como diseñador gráfico y director de arte en su tierra natal. Desde entonces, sus ilustraciones, realizadas con técnicas tanto tradicionales como digitales se han ido publicando en más de una docena de países. En 2009, junto a su esposa, crean la empresa Epica Prima, mediante la cual representar su trabajo y a finales de 2011 la editorial Dolmen publicó El arte de Alejandro Colucci, un libro que abarca gran parte de su trayectoria profesional en el mundo editorial. Ha obtenido varios premios como el Ignotus (2012), Scifiworld (2011), Grand Laus (2007). «Alejandro Colucci es un verdadero artista. Estoy orgullosa de que sus poderosas ilustraciones hayan sido portadas de varias de mis novelas.» Anne Rice - Autora de Las Crónicas Vampíricas «...Creo que son las mejores y más bonitas ilustraciones que hayan aparecido jamás de ninguno de mis libros, sean cuales sean el idioma y país donde hayan sido publicadas.» Andrzej Sapkowski - Autor de la saga Geralt de Rivia

Más información en su sitio web oficial: www.epicaprima.com 16



MING inedit, 1995






Sintetizar una novela en una imagen, capturando para siempre su esencia en una ilustración que estará unida a ella desde entonces, es una tarea complicada y arriesgada, pues no sólo ha de hacerse un trabajo llamativo a primera vista, sino que ha de seguir funcionando después de la lectura de la obra, cuando el lector ya ha sido transportado al universo conjurado para él por el escritor.

Ver ficha en Dolmen Editorial


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E S C R I TO R N OV E L

Javier Pellicer La documentación en la novela histórica y el autor novel

Javier Pellicer es autor de la novela histórica El espíritu del lince, publicada por Ediciones Pàmies en 2012. La obra narra la invasión cartaginesa de la península ibérica previa a la Segunda Guerra Púnica, con la novedad de que los protagonistas son los propios íberos. En 2013, publicará su segunda novela, una obra con la que vuelve momentáneamente al género fantástico y de aventuras.

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La creación de una novela está formada por multitud de aspectos a tener en cuenta. Para un autor novel cada uno de ellos puede suponer un reto debido a la inexperiencia, especialmente cuando nos referimos a los que escapan a la pura parcela literaria. Quizás el más complicado de abordar sea la documentación. Es un proceso al que, en ocasiones, no se le Restos de un enterramiento infantil íbero.
 presta la debida atención y que, en Museo Prehistórico de Valencia cambio, es fundamental incluso en géneros como la ciencia ficción, la novela negra o la fantasía. Por mucho que la obra esté ambientada en un mundo imaginario, inventado por nosotros, el escritor novel debe entender que toda historia necesita contener un realismo de base que no convierta la ficción en despropósito. Un ejemplo sería el de un libro que relata las andanzas de un policía; si queremos situaciones creíbles (la esencia de toda historia) necesitaremos que su comportamiento y el modo en que hace las cosas se correspondan con los métodos reales de un agente de la ley. De otro modo tendríamos una incongruencia al estilo cine de Hollywood, que desagradaría al lector. O ese guerrero de su novela fantástica, que lucha contra los enemigos con piruetas imposibles. Imagine lo que ganaría si le dotara de técnicas marciales basadas en el mundo real, mucho más creíbles (aunque luego se tome sus licencias). Ahora bien, es en la novela histórica «Por fortuna, hoy en día donde la documentación cobra una tenemos una herramienta que ya dimensión vital. Partiendo de la premisa de la hubiesen querido los escritores que un escritor no tiene por qué ser un del pasado: Internet.» erudito en ninguna materia, es necesario que llegue a conocer el lugar o la época que quiere retratar. Esto por supuesto comporta varios problemas. El primero es la posible ignorancia inicial, la falta de unos conocimientos básicos sobre el tema a tratar. Si el autor es un estudioso a nivel académico de la época napoleónica obviamente no va a tener mayores inconvenientes 25


en escribir una novela sobre tales acontecimientos. Pero no tiene por qué ser así. Cuando escribí El espíritu del lince yo solo sabía de la sociedad íbera lo que recordaba de mis días escolares (ya un tanto lejanos). Por fortuna, hoy en día tenemos una herramienta que ya la hubiesen querido los escritores del pasado: Internet. Pero cuidado: aunque buscar información en la red es una gran ventaja, no está exenta de riesgos. Recopilar información de la famosa Wikipedia es un paso interesante para un primer acercamiento al tema, sin embargo el autor JAMÁS debe conformarse con eso (sobre todo porque la Wikipedia tiene fama de poco rigurosa). Resultará fundamental conseguir imperiosamente las fuentes clásicas. Un autor no puede hablar de la Segunda Guerra Púnica sin haber leído a Tito Livio, Polibio y el resto de historiadores antiguos. Sin embargo, también tendremos que poner en cuarentena estas crónicas debido a su parcialidad. Ese es el primer gran escollo: contrastar la información. Para ello necesitamos artículos fiables, a poder ser que provengan del mundo académico (muchos de ellos posiblemente sean en inglés). Una vez más Internet está ahí para ayudarnos. Existen a disposición mundial un sinfín de ensayos y estudios especializados que, con paciencia, el autor podrá adquirir sin ningún gasto económico (recomiendo el magnífico Google Académico). Todos ellos contienen su bibliografía que le darán más pistas sobre otras fuentes de información. Obviamente, dependerá de la época histórica que trate la mayor o menor dificultad a la hora de encontrar datos, así como la cantidad.

El espíritu del lince Con su primera novela, Javier Pellicer nos sumerge en un momento apasionante de la Historia: la llegada a la península ibérica de los ejércitos cartagineses al mando de Amílcar Barca y su famoso hijo, Aníbal, tejiendo un relato de pasiones y luchas sin cuartel, que desemboca en un final sorprendente.

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Una sociedad como la romana ha sido muy estudiada, pero en cambio sobre la cultura íbera existen muchas lagunas (de ellas hablaremos después). Asegúrese, amigo escritor, de que todos estos documentos estén firmados por historiadores e investigadores. Y si está en su mano, trate de contactar con profesores y especialistas en la materia (es tan sencillo como entrar en las webs de las universidades y buscar a la persona adecuada). Algunos no responderán, pero otros estarán encantados de ayudarle.

«Nada hay mejor para ambientarse e inspirarse que recorrer los escenarios donde transcurre nuestra obra.»

También debería desaconsejarle que utilice otras obras literarias del género como base documental. Existe un gran riesgo de que haga suyos los errores de otros, de los que no sabemos hasta qué punto fue profundo su estudio. Utilice para ambientarse y hacerse una idea global novelas contrastadas por su rigurosa documentación. Desconfíe del resto. 
 Ah, y no podemos dejar de hablar de otro tipo de documentación: la visita a yacimientos y museos. Nada hay mejor para ambientarse e inspirarse que recorrer los escenarios donde transcurre nuestra obra, siempre que sea posible. Es, en todos los sentidos, un evocador viaje en el tiempo, aunque ya no quede nada de esos años. También disponemos de muchos museos y exposiciones en cuyas vitrinas podemos acceder a restos arqueológicos, utensilios de la época, maquetas, reconstrucciones del modo de Falcatas, espada recta y broches íberos. 
 vida, etc... Museo Prehistórico de Valencia

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Recreación de una vivienda íbera. Museo Prehistórico de Valencia

Los momentos que más disfruté mientras recopilaba información para El espíritu del lince fueron mis visitas al Museo Prehistórico de Valencia. Incluso para un escritor es complicado describir lo que sentí al ver los restos óseos de uno de mis personajes, o la recreación de una casa íbera que, a partir de entonces, se convirtió en la de mi protagonista. Una recomendación personal: no obvie ningún dato o aspecto de la época o sociedad a tratar, aunque no vaya a utilizarlos en su obra. Tener una visión de conjunto es muy importante para crear una buena ambientación, para que el propio autor se meta en ese mundo y resulte consecuente. Por ejemplo, usted tal vez no tenga ningún interés en tratar en profundidad la economía de los vikingos. Sin embargo, le 28


ayudará estudiarla con detenimiento para luego crear un escenario más rico y coherente si tiene que mencionarla, aunque sea tangencialmente. El lector sentirá que sabe de lo que habla, se lo aseguro. Así pues, ya hemos conseguido adquirir información fiable. Ahora llega otro momento peliagudo: saber interpretarla. No es tarea sencilla. Tengamos en cuenta el dicho: «La Historia la escriben los vencedores». Una gran verdad que se puede entender a la perfección mediante un ejemplo clarificador: la visión que nos ha llegado de un personaje tan importante como Aníbal el cartaginés (quien tuvo contra las cuerdas a Roma) está viciada por el partidismo de los historiadores latinos. No hemos heredado la otra cara de la moneda, la de los perdedores, debido a las sucesivas destrucciones de Cartago y sus obras «¿Qué ocurre cuando existen literarias (aunque sabemos que existieron). hipótesis enfrentadas entre los Para los romanos Aníbal era un individuo historiadores contemporáneos? » ruin porque así tenía que ser el enemigo de Roma para justificar los motivos de la guerra; al mismo tiempo, alababan su genio militar, porque a mayor enemigo, mayor gloria en la victoria. Otro caso: para Estrabón, todos aquellos pueblos alejados de la influencia helena y latina eran poco más que salvajes. ¿Fue realmente así? Seguramente era un planteamiento exagerado destinado a engrandecer la sociedad dominante. De hecho, algunas costumbres lejanas a Grecia o Roma eran bastante más civilizadas, como el papel de la mujer íbera, reverenciada a diferencia de las romanas o griegas. ¿Podemos por tanto fiarnos de lo que nos digan los historiadores clásicos? De algunas cosas sí, aquellas claramente descriptivas; de otras no, en especial de los juicios de valor que realizaron. Quizás ahora el autor novel empiece a comprender las complicaciones reales de la documentación. La solución está en los artículos especializados, donde los expertos demuestran estar capacitados para interpretar las fuentes clásicas gracias a sus años de estudios. 
 ¿Y qué ocurre cuando existen hipótesis enfrentadas entre los historiadores contemporáneos? En tal caso mi recomendación es que, en igualdad de condiciones, el escritor opte por la que más le interese argumentalmente. Ocurre lo mismo con las lagunas históricas, un mal endémico que aumenta conforme retrocedemos en el tiempo. No obstante, esa falta de información puede ser una bendición para el autor, 29


ya que le permite poner en juego su habilidad más poderosa: la imaginación. El escritor puede y debe inventar entonces, siempre sin salirse de la ambientación que sabe segura (no se le ocurra, por poner un ejemplo muy drástico, que un legionario romano de la época republicana vista como uno de los años imperiales). No olvidemos nunca que estamos escribiendo ficción, que lo que contamos es nuestra visión personal de lo ocurrido en el pasado, y que por tanto tenemos la potestad de transgredir ciertas normas si así nos lo demanda la historia. En resumen, el proceso de documentación es un paso delicado pero que hoy en día no es un imposible, aunque tal vez sí un reto (¿y qué es la vida de un escritor, sino salvar retos?). Sea como sea, el escritor debe convertirlo en una experiencia positiva, a poder ser apasionante. En lo personal disfruté muchísimo con el proceso para crear El espíritu del lince, aprendí mucho y me sirvió para descubrir un género que hasta el momento solo conocía como lector. Y, por supuesto, no se preocupe por los errores documentales que seguro cometerá. A todos nos ha ocurrido, pero si ha trabajado bien este apartado, serán pocos y perdonables. Recuerde, compañero autor, si no apreciamos la época en que transcurre nuestra historia, ¿cómo vamos a disfrutar escribiéndola?

Javier Pellicer http://tierradebardos.blogspot.com.es/

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P E N S A M I E N TO

Eternidad de la palabra Decir lo que perdido queda en la noche enmudecida detrás de la palabra apenas prendido; lo secreto de los días cotidianos en sagrado encuentro del verbo. Indivisibles pesares vacíos se derraman violando minutos, verbos y vigilias en lo inefable del sueño en la palabra Y digo Acaso despierte otorgándome sobre gotas de silencio ausente; estrellas donde repose el hechizo de sabernos infinitos, dicientes sucumbiendo a la audiencia de nuestros latidos de poetas, bebiendo versos de amor entre las saetas de un reloj detenido, tejiendo esperanzas de eternidad y poesía. Amparo A. Machí
 Poesía premiada en el Nósside 2010 http://stmarch.wordpress.com 32


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LECTURA DEL MES

Layos, la historia de un mito griego de Josep Asensi «Ya no estás a mi lado. Tu sudor, que antes vertías sobre mí, ha regado el campo de la derrota. Tu cuerpo, que antes yacía conmigo, se pudre rodeado de héroes como tú. Tu lecho es hoy una fosa lejos de tu ciudad. Tú, el más bondadoso de los hombres, el más justo de los reyes, eres ahora un cadáver desterrado. No habrá honores ni pira. No se elevará tu humo hacia los dioses mientras cuidamos de tus sagradas cenizas. No podremos guardar tus huesos en un santuario para reverenciarlos y pedirles el favor de los inmortales. No podremos consultarte, divino, amado. No sabremos si eres un héroe oracular o una sombra errante, si disfrutas del banquete de los dioses o si sufres en el reino de Hades.

Layos, la historia de un mito griego Autor: Josep Asensi Ediciones Evohé (enero 2009) ISBN: 9788493690816

»Tebas ya te ha olvidado. Solo yo te recuerdo. Solo yo siento aún tu cuerpo ungido de aceite, tus manos acariciando mis caderas, tu aliento en mi nuca, tus dientes en mi cuello. Solo yo lamento tu pérdida. Porque yo, y no la harpía de Yocasta, soy tu única viuda.» El lamento de Crisipos (fragmento de la novela Layos)

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Layos es su primera novela publicada. ¿Por qué precisamente este mito? J. A.- Bueno, no es posible competir con Sófocles. La figura de Layos tiene la enorme ventaja de que no se conserva ninguna tragedia sobre él, de modo que se evitan comparaciones odiosas. Por otra parte, el llamado «ciclo tebano» es uno de los más estructurados y permite acercarnos al momento de auge de la civilización micénica. En la novela ya nos encontramos con algunos dioses como Dionisos o Poseidón. La mayoría de los dioses griegos tienen su origen en la época micénica? J. A.- La inmensa mayoría, de hecho. Hay algunas ausencias clamorosas, pocas, debido a que algunos dioses fueron incorporados más tarde. Apolo es un dios troyano, por ejemplo, y Asclepio es un médico divinizado con posterioridad. ¿Fue difícil la labor de documentación para recrear la vida en esta época micénica? J. A.- Mucho. Me costó varios años. La Grecia micénica tiene dos grandes enemigos: el esplendor de otras civilizaciones coetáneas, como Egipto y Mesopotamia, y el enorme peso de la Grecia Clásica. ¿Puede decirse que hay un árbol genealógico de los dioses griegos? J. A.- Hay un árbol genealógico que describió Hesíodo en su Teogonía. Pero, a la vez, la sucesión temporal de los dioses supone una metáfora de la sustitución de un sistema de creencias por otro. Graves escribió mucho sobre ello. Entre los autores vivos, recomiendo vivamente a Bernardo Souvirón. ¿Hay algunas similitudes de los dioses griegos y romanos con la mitología de otras civilizaciones? (la nórdica, egipcia,...). J. A.- Con la nórdica sobre todo, ya que se trata de un pueblo indoeuropeo, y hay un sustrato común. No hay más que ver los nombres de los días de la semana en una lengua latina y compararlos con el inglés y el alemán. Julio César encontró semejanzas entre los dioses germanos y los romanos. Con los dioses egipcios, las similitudes más estrechas (como la de Zeus con Amón) son las más forzadas y proceden de época helenística. No obstante, ya Solón apuntó un origen egipcio de los dioses griegos, y los contactos del mundo 34


mediterráneo provocaron una asimilación entre mitologías muy temprana. Un ejemplo sería la similitud del griego Heracles con el fenicio Melkart o con el danaíta Sansón. Otro sería la rápida asimilación de dioses minorasiáticos (Adonis, Cibeles, Apolo). Los romanos tenían sus propios dioses menores pero ¿por qué adoptaron las deidades extranjeras como suyas? J. A. - Es que no lo hicieron. Simplemente, crearon un sincretismo entre todos los dioses de su vasto imperio, y así decidieron que Júpiter era igual a Zeus del mismo modo que antes los griegos habían identificado a Zeus con Amón; identificaron Minerva con Atenea como los griegos habían identificado a Atenea con Palas; y así sucesivamente. Adoptaron algunos dioses griegos, por supuesto, como es el caso de Asclepios/ Esculapio o Heracles/Hércules, pero la mayoría de los dioses «mayores» ya existían antes del contacto con Grecia. Algunos, incluso, tienen particularidades que los distinguen de sus supuestos homólogos griegos. Minerva tiene atributos médicos de los que carece Atenea, y no es una diosa guerrera; los romanos tienen su propia diosa guerrera en Bellona. Diana tiene atributos lunares que no tiene Artemisa. Júpiter es bastante menos colérico que Zeus. Y así, hasta cansarnos. Troya. Hablar de Troya es hablar del rapto de Helena, de Aquiles y del famoso caballo de Troya. ¿Troya es solo un mito o hubo realmente una ciudad llamada Troya? J. A.- Nada es «solo un mito». Los mitos son verdad embellecida, ni más ni menos, y hay que saber escarbar para encontrar la historia real que ocultan. Troya existió, y su conquista por los griegos micénicos fue el canto de cisne que los agotó y precipitó su desaparición. Mi próxima novela trata ese tema, precisamente. ¿Son Troya y Tebas las cunas de los grandes mitos clásicos? J. A.- Non solus, sed etiam. Todas las regiones de Grecia han generado mitos que se han perpetuado. Aunque es cierto que el ciclo tebano y el troyano son los más organizados, no podemos olvidar las historias de Jasón, de Teseo y de tantos otros héroes de toda la Hélade.

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Homero, Hesíodo, Virgilio. ¿Cuál de estos tres escritores clásicos es su preferido?. J. A.- ¡Homero! Sin duda alguna. La Ilíada es la mejor epopeya de la historia de la literatura. ¿Por qué despierta tanto interés la mitología aún a día de hoy? El cine, la literatura y otras manifestaciones son un ejemplo de ello. J. A.- Porque entronca directamente con nuestros sueños, porque ofrece una explicación hermosa al mundo que nos rodea y a sus misterios, porque su inmensa belleza no se desvanece. Hay tantos motivos que necesitaríamos un ensayo para enumerarlos. Muchísimas gracias por concederme esta entrevista y enhorabuena por esta su primera novela publicada. J. A.- Gracias a Usted. Cada lector (indiscreto o no) es el mayor capital de un escritor.

Entrevista por Francisco Jesús Portela http://unlectorindiscreto.blogspot.com.es

Josep Asensi (Benetússer, 1967). Licenciado en Medicina en Valencia en 1991, Máster en Mastología en 1997, especialista en Cirugía en 1997, Doctor «Cum laude» en 1998, especialista en Radiodiagnóstico en 2012. http://josepasensi.blogspot.com.es

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E S C R I TO R E S E N L A N U B E

Eureka, soy padre de un libro. 
 Primera entrega: Y ahora ¿qué? Uno de los problemas con los que se encuentra un aspirante a escritor cuando tiene su manuscrito acabado es qué hacer con él. La tradición mandaba empezar a recorrer el tortuoso y árido camino de escribir a editoriales y agencias literarias. Y aunque hoy en día la nube nos acoge, hay muchos que no consideran su carrera empezada hasta firmar con uno de ellos, y sigue siendo un camino a explorar aunque ya no es la única salida. En este y los siguientes artículos voy a desgranar ese camino y las distintas posibilidades que tenemos, desde la más tradicional hasta la autopublicación en plataformas digitales. Pero empezaré por algunas cosas que aunque parezcan de Perogrullo no todos los neófitos las tienen claras, al menos yo en su día no las tenía: - Antes de plantearte enviar nada, corrige, revisa, corrige, revisa, corrige… Después de escrita deja reposar la obra un par de meses y vuelve a leerla. No tengas prisa. - Maqueta bien la obra para que la lectura sea cómoda, aunque algunos te indicarán el formato en el que puedes enviársela, pero no pierdas el tiempo en florituras ni mezcles formatos de letras y tamaños. La sencillez gana. - Sea cual sea el medio de publicación elegido, registra tu novela antes de enviarla a ningún sitio. Puedes hacerlo en el registro de la propiedad intelectual que te corresponda; el coste es bajo. Para hacerlo, ten en cuenta que te cuesta lo mismo registrar un relato de 5 páginas que una antología de relatos de 200. Así que si lo tuyo es la poesía, los cuentos, o los relatos, agrupa, haz un índice y regístralo todo junto. 37


- Además hoy en día existen servicios en la red de registro gratuito y que son serios, como Safe Creative. Registra dónde y cómo quieras, pero registra. - Jamás envíes el manuscrito hasta que te lo soliciten expresamente. Con esto claro, ya puedes preparar la documentación a enviar. Lo más habitual es una carta de presentación, breve, clara, sin peloteos absurdos que no aportan nada (del tipo «me pongo en contacto con usted porque sé que es un magnífico profesional respetado por todos, y blablablá…»). Aprovecha el espacio, porque en pocas líneas tendrás que decir quién eres, si tienes algo de experiencia o destacable a nivel literario, el nombre de la obra, una sinopsis y algunos datos relevantes, como el género y a qué tipo de obras puede asemejarse o cuál es su público objetivo. Sé realista, pero no te cortes y véndete.

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De forma muy escueta, la carta podría ser algo así:

Estimados Sres.: Mi nombre es AAAA BBBB y me dirijo a ustedes para proponerles la lectura de mi manuscrito Mi bestseller que espero sea de su interés. Llevo X años escribiendo y tengo Y manuscritos inéditos. Mi bestseller, es una novela de género «género», y aunque en un estilo muy diferente podría dirigirse al público de novelas como «título de referencia 1» o «título de referencia 2». A continuación les incluyo una síntesis del libro y un breve currículo literario. En documento adjunto envío el resumen del libro y si lo desean les puedo anticipar un par de capítulos Síntesis. Mi Bestseller (xxx páginas/yyy.yyy palabras). NOTA: La síntesis hay que trabajarla como si nos fuera la vida en ella. Tiene que enganchar, de lo que aquí se ponga va a depender que el correo acabe en la papelera o que tenga respuesta. 7 u 8 líneas nada más, que generen interés. Currículo NOTA: Esto solo si hay algo que destacar, premios, obras publicadas, trabajo en medios de comunicación, blog con suscriptores… 5 líneas con lo más destacable relacionado con la carrera literaria. Se trata de saber sacarle partido a lo que tienes. Si desean contactar conmigo, mi correo es:xxx@zz.com
 Dirección: aaaaaaaaaaa; Teléfono: 123456789 Atentamente

Ahora nos falta saber a quién se lo enviamos, pero eso será otro día. Marta Querol. Escritora. http://www.martaquerol.es

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R E S E Ñ A B LO G U E R A

El camino de baldosas amarillas de Juan de Dios Garduño

Sinopsis Las cosas no son fáciles tras la Guerra Civil. Una fría noche de diciembre, el pequeño Torcuato es obligado a abandonar todo aquello que ama cuando, debido a un desafortunado incidente, ingresa en un manicomio de Valladolid. El único lazo que conservará con su pasado será un viejo libro prestado, El maravilloso mago de Oz. En los siniestros pasillos del psiquiátrico, Torcuato tendrá que hacer frente a sus propios miedos mientras intenta convivir con los extravagantes inquilinos que ahora comparten su vida. Pero lo que no sabe nadie es que en lo más profundo del centro, el mal ha cobrado forma y aguarda a una nueva víctima. El camino de baldosas amarillas ISBN-13: 78-8494074707 Editorial: Tyrannosaurus Páginas: 196

Opinión personal

La verdad es que, en general, no solemos apostar por los autores españoles (cosa que no debería ser así) por lo que cuando el autor me ofreció esta novela en ebook, la acepté porque me llamaba la atención pero no tenía demasiadas expectativas puestas en ella. Al final, lo que ha pasado, es que me he encontrado con una historia que me ha enganchado tanto que me la he leído en cuestión de horas. 41


Nos encontramos en los años cuarenta, tras la Guerra Civil española. Torcuato vive con sus padres y sus dos hermanos en una vivienda humilde y desea ser profesor, pero su sueño se verá truncado cuando un accidente con la guardia civil haga que lo envíen a un manicomio. La acción transcurre casi en su totalidad en el psiquiátrico mezclando narración con las «voces interiores» de Torcuato. Ambas cosas (la narración y el escenario y tiempo en el que se desarrolla la acción) , me han parecido originales y diferentes ya que no son comunes las historias de amor en psiquiátricos. Eso sí, no os esperéis leer una historia alegre porque es un drama en toda regla. Además, encontramos bastante violencia y hechos algo desagradables durante la historia así que tampoco os recomendaría leerlo si sois excesivamente sensibles a estas cosas. Por otro lado, el estilo narrativo del autor tiene un algo que intriga, que engancha y que lleva a leer más y más y más. Por su parte, también tenía que destacar el desarrollo de los personajes ya que me parecen todos muy bien definidos y es imposible no cogerle cariño a Torcuato y al resto de personajes del grupo que van surgiendo conforme avanza la historia. Quizá como único punto negativo tengo que destacar que el autor ha incluido un elemento paranormal que no me ha acabado de convencer ya que siendo una historia de tono tan realista chirría un poco. En definitiva, El camino de baldosas amarillas es una historia diferente y original en la que la historia del mago de Oz cobra una gran importancia. Además, posee unos personajes perfectamente definidos a los que es imposible no coger cariño.

Laura Ruiz http://elcamaleonazul.blogspot.com.es

Más información http://www.cronicasliterarias.com https://www.facebook.com/juande.gardunocuenca Twitter: @Ypeseatodo

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POSPRODUCCIÓN LITERARIA Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Antonio Machado

Fin. Y ahora empieza... A diario, miles de personas dedican tiempo y esfuerzo a contarnos algo; historias únicas, textos en los que vuelcan esa parte de sí mismos que desean compartir con el mundo. Pero, por desgracia, eso no es suficiente. El descuido en la presentación, en este caso ortográfico o gramatical, es, la mayor parte de las veces, la razón por la que el lector o el editor descarta de inmediato ese libro. El «¿Qué cuentas?» es relativo y en cierto modo, opinable. El «¿Cómo lo cuentas?» es una verdad absoluta. La gramática y las normas de estilo y presentación marcan la diferencia entre intención y resultado. De ahí los versos de don Antonio Machado, versos que con tanta sencillez y tan pocas palabras nos están diciendo tanto: no solo importa escribir un texto, importa escribirlo bien. Por ello, el autor quiere que ese texto repleto de ilusión, energía y sentimiento, salga al mundo provisto de todos los requisitos necesarios que le permitan mirar de tú a tú a sus competidores. Como esto es algo que preocupa y mucho a los escritores, en esta sección de la revista vamos a tratar de todo aquello que rodea a la «posproducción» del texto por parte del autor, sobre todo corrección, estilo, coherencia y en el caso que proceda, maquetación. Explicaremos cuales son cada una de las etapas que debe recorrer el texto una vez el autor lo da por terminado. Veremos cuándo y cómo es necesaria una corrección determinada, qué tipos de correcciones se pueden o se deben hacer a un texto y por qué. Así mismo hablaremos de las diferentes lecturas que se le deben hacer una vez

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terminado, y cómo presentar al público (es decir, editoriales, agencias, concursos, etc.) nuestro manuscrito. Ante todo y para empezar, vamos a plantearnos quién y cómo se ocupa de un texto a partir de ese momento, por qué manos ha de pasar y por qué. Imaginemos que enviamos la propuesta a una agencia literaria o a una editorial y les parece publicable. Peeero… siempre, por muy perfecto que sea un autor, por muy bien que escriba y domine todos los aspectos de la narrativa y del lenguaje, suele estar tan metido en su faena, que es contar una historia, que se le escapan detalles. Somos humanos. Por eso siempre que un texto vaya a salir, o queremos que salga al público, ha de estar impecable. Para ello es bueno que pase por las manos de otra persona, alguien que lo vea desde fuera, de forma imparcial, no desde dentro, como lo hace el escritor. Aquí aparece la doble figura, la del lector-corrector profesional. Pero, ¿qué es un corrector? Acudamos a nuestra buena amiga la RAE. Corrector, ra. (Del lat. corrector, -ōris). 1. adj. Que corrige. U. t. c. s. Bien. El diccionario tan útil como siempre. Por suerte, la segunda y tercera acepciones acuden al rescate y ya se arroja algo más luz sobre la pregunta de nuestros desvelos. 2. m. y f. Impr. Persona encargada de corregir las pruebas. 3. m. Encargado por el Gobierno de cotejar los libros que se imprimían, para ver si estaban conformes con su original y sacar las erratas. En realidad, hoy día podríamos decir que es esa tercera acepción la que más se acerca a lo que buscamos, ya que, aunque no sea la persona encargada por el gobierno, sí que se ocupa de revisar libros, no ya para cotejarlos con unos supuestos originales, pues trabaja sobre ellos, sino para sacar las erratas que estos pudieran tener. En realidad, un corrector es más, mucho más que un simple ojeador de faltas de ortografía. Sobre todo, es el profesional encargado de revisar textos escritos con el fin de darles corrección, claridad y concisión, limpiarlos de errores y procurar que sean lo más armónicos e inteligibles posible para cualquier lector. Debe corregir ortografía, gramática, sintaxis, ortotipografía, estilo, formato y precisión fáctica (relativa a los 44


hechos) del texto antes de que pase a la etapa de impresión. Una buena corrección literaria tiene en cuenta la posibilidad de alcanzar una lectura más clara, concisa y armónica, y agrega valor al texto. Quizá sea esta la definición más amplia y más acorde a lo que es hoy día el trabajo de un corrector de textos. Así vemos lo que hace pero, volviendo a la pregunta original ¿Qué es un corrector de textos? Como me decía un buen amigo, el corrector de texto debe ser un «comodín». Algo parecido a lo que era antiguamente el apuntador en el teatro. Su papel no es de Holmes, es el del Doctor Watson. Alguien que domina la ortografía y la gramática española, que sabe dónde y cuándo se pone una coma o un punto y coma, sí. Pero también es el que, cuando te enrollas como una persiana, te lo dice. El que sabe (porque se pasa la vida leyendo historias) que esa escena es demasiado lenta, o demasiado rápida, o demasiado estúpida. El que te recuerda (se supone que si te llamas a ti mismo escritor ya lo sabes, pero lo has olvidado) que tal palabra se acentúa. El que te da un aviso cuando confundes «voluble» con «voluptuoso». El que te avisa de que doscientas páginas antes, Pepito no se llamaba Pepito, se llamaba Bernardo. El que te hace ver que es imposible que un embarazo dure cuatro meses. El que te corta en cuatro una frase de ciento veintitrés palabras... Además debe ser alguien con los conocimientos teóricos necesarios para poder aplicarlos con el fundamento necesario. En suma, un apoyo para el escritor. Ahora bien, el corrector tiene que conocer los límites de su trabajo. Si bien es cierto que su tarea es la misma que la de la RAE «Limpia, fija y da esplendor», su función es la de ser un filtro imperceptible. En efecto, debe conservar la voz del autor y, al mismo tiempo, aumentar su brillantez y claridad. Es muy difícil encontrar el equilibrio deseado, ya que no puede imponer su gusto personal ni mantener errores del escritor pensando que es cuestión de estilo. Precisamente, ahí es donde reside el arte de la corrección. Esta es una tarea que pide coherencia y sistematización, además de un gran sentido común. Por todas estas razones, y a lo largo de lo que dure la singladura de esta revista que hoy nace para todos vosotros, vamos a tratar cuantos temas se nos ocurran relacionados con la postproducción de un texto literario, a partir del momento en el que el autor da por concluida su faena. 45


También analizaremos el papel de un lector profesional, su función dentro del engranaje literario y editorial, y su aportación a la calidad de un texto literario, así como sus competencias y aptitudes, todo ello como parte de la necesidad que tiene el autor de asegurarse de que su obra está en perfecto estado, lista para salir a la palestra. Y por supuesto, no dejaremos sin abordar la forma en la que debe salir ahí afuera el texto literario: las propuestas editoriales, las cartas de presentación, e incluso la selección de las agencias literarias y las editoriales a las que remitir nuestro manuscrito. Si las obligaciones y los duendes de la periodicidad lo permiten, en las sucesivas entregas queremos ir desarrollando una serie de análisis más específicos sobre temas candentes en la corrección de textos, como puede ser el uso de la tilde en los pronombres diacríticos, o los errores que muchas veces se cometen por la influencia de otras lenguas, tal es el caso de la voz pasiva, o la peligrosa trampa del vocabulario con similar fonética y ortografía en otros idiomas, pero con significados muy diferentes. Porque en castellano, «bizarro» significa valiente, osado, mientras que en inglés «bizarre» se refiere a raro, extraño. Y errores como este se comenten muchos. Más de lo que parece a simple vista. También queremos incluir en esta sección un consultorio sobre dudas ortográficas, gramaticales, de estilo, de vocabulario, que podréis remitirnos a nuestro correo, indicando que es para la sección «Posproducción». Todas aquellas que recibamos durante un mes, serán respondidas y publicadas en la revista correspondiente. Así mismo aparecerán unas autoevaluaciones con cuestiones multirrespuesta sobre errores habituales que se producen en nuestro idioma. En Quiero escribir deseamos unirnos a la Unión de Correctores, la UniCo, en su afán por perseguir las erratas y formar parte de su club del corrector justiciero. Para ello vamos a solicitar a nuestros lectores que nos remitan toda errata o falta que detecten en los libros ya publicados, con nombre del libro, autor, editorial y página, para comentarla y analizarla debidamente.

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Hemos hecho nuestra declaración de intenciones. Ahora ya solo cabe invitaros a participar con nosotros mes a mes en esta revista, Quiero Escribir, que ahora nace, y en esta sección, Posproducción literaria. Os esperamos.

Ángeles Pavía Mañes Correctora y lectora profesional. Crítico literario. http://correccionliterariacodex.blogspot.com.es

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L A RED LITERARIA

La ciudad de los ojos grises de Félix G. Modroño y El invierno del mundo de Ken Follet, elegidas como mejores novelas de 2012 por los blogs literarios En estas fechas es frecuente que nos topemos en los medios con diferentes listas de los mejores libros del año. Como sabéis, la mayoría de ellas están realizadas de forma interesada, son demasiado populistas o son muy snobs. También hay encuestas abiertas en las que puede participar cualquiera, aunque no se haya leído un solo libro en su vida e incluso otras que pueden manipularse. Es por ello que el Club Literario Creatio, junto con La Feria del Libro de Sevilla convocaron a todos los blogs literarios para que fueran ellos, lectores habituales y con criterio, quienes eligieran las mejores novelas del año 2012, con la convicción de que esta sería la mejor manera, la más fiable y la más justa de determinar cuales se llevaban el merecido galardón. La convocatoria se dividía en dos categorías: A. Novelas escritas en español, cuya fecha de primera publicación esté comprendida entre el 1 de enero de 2012 y 31 de diciembre de 2012. A. Novelas escritas por autores extranjeros, traducidas al español, cuya fecha de primera publicación en España esté comprendida entre el 1 de enero de 2012 y 31 de diciembre de 2012. Entre todos los blogs literarios participantes en la encuesta se sorteará un viaje para dos personas a Sevilla, coincidiendo con la Feria del Libro de Sevilla, que incluirá transporte, dos noches de estancia y una comida con otros blogueros y escritores. 48


Estas fueron las novelas que obtuvieron mayor puntuación en ambas categorías:

Categoría A 1 – La ciudad de los ojos grises. Félix G. Modroño.
 2 – Las tres heridas. Paloma Sánchez-Garnica.
 3 – El lector de Julio Verne. Almudena Grandes.
 4 – La saga de los longevos: la vieja familia. Eva García Sáenz.
 5 – La bibliotecaria de Auschwitz. Antonio G. Iturbe.
 6 – Palmeras en la nieve. Luz Gabás.
 7 – La tabla esmeralda. Carla Montero.
 8 – Entra en mi vida. Clara Sánchez.
 9 – Los principes azules también destiñen. Megan Maxwell.
 10 – El coraje de Miss Redfield. Ana R. Cañil.

Categoría B 1 – El invierno del mundo. Ken Follet.
 2 – Un beso en París. Stephanie Perkins.
 3 – El sueño de la montaña del oro. Zhang Ling.
 4 – Bajo la misma estrella. John Green.
 5 – El lenguaje de las flores. Vanessa Diffenbaugh.
 6 – Danza de Dragones. George R.R. Martin.
 7 – Cazadores de sombras: Ciudad de las almas perdidas. Cassandra Clare.
 8 – El circo de la noche. Erin Morgenstern.
 9 – Una oración por Katerina Orovitzová. Arnost Lustig.
 10 – Algún día este dolor será útil. Peter Cameron.

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LISTADO COMPLETO VOTACIONES CATEGORÍA A 1 La ciudad de los ojos grises. Félix G. Modroño. 2 Las tres heridas. Paloma Sánchez-Garnica 3 El lector de Julio Verne. Almudena Grandes. 4 La saga de los longevos: la vieja familia. Eva García Sáenz. 5 La bibliotecaria de Auschwitz. Antonio G. Iturbe 6 Palmeras en la nieve. Luz Gabás 7 La tabla esmeralda. Carla Montero. 8 Entra en mi vida. Clara Sánchez. 9 Los principes azules también destiñen , Megan Maxwell. 10 El coraje de Miss Redfield. Ana R. Cañil. 11 La Hora del Mar de Carlos Sisí 12 El tango de la guardia vieja. Arturo Pérez-Reverte. 13 La leyenda del ladrón. Juan Gómez Jurado. 14 El águila y la lambda. Pedro Santamaría 15 El camino de baldosas amarillas. Juan de Dios Garduño 16 El cuarto jinete. Víctor Blázquez. 17 El escalón 33. Luiz Zueco. 18 El festín de la muerte, de Jesús Díez de Palma 19 El jardín de las hadas sin sueño. Esther Sanz. 20 El legado del diablo (Draculesti #1). Cristina Roswell. 21 El Rey Trasgo de Alberto Morán Roa 22 En un rincón del alma. Antonia J. Corrales. 23 Gran Hotel: El secreto de Ángela. María López Castaño 24 La amante imperfecta. Alfredo Cernuda. 25 La Hermandad de la Nieve. Jose Vicente Pascual 26 La loba de al-Ándalus. Sebastián Roa. 27 La marca del meridiano. Lorenzo Silva. 28 La noche en que Frankenstein leyó El Quijote, de Santiago Posteguillo. 29 La vida imaginaria. Mara Torres. 30 Las leyes de la frontera. Javier Cercas. 31 Mírame y dispara. Alessandra Neymar 32 Muerte sin resurrección. Roberto Martínez Gúzman. 33 Nunca volveremos a ser las mismas. Brenda H. Lewis. 34 Pretérito imperfecto. Mercedes Pinto. 52


35 Victus. Albert Sánchez Piñol 36 ¿Y a ti qué te importa?. Megan Maxwell. 37 Ayer no más. Andrés Trapiello. 38 El hombre de Grafeneck. Félix Jaime. 39 El mapa del cielo. Félix J. Palma 40 El misterioso caso de la peste negra. Eduard Mira. 41 El péndulo de Dios. Jordi Díez. 42 El silencio de tu nombre. Andrés Pérez Domínguez. 43 La Colombiana, de Montse Ríos Ortega. 44 La cosecha humana. Emilio Calderón. 45 La tribu Maldita. Victor Fernández Correas. 46 Las eternas. Victoria Álvarez 47 Oblivion. Un cielo tras otro, de Francesc Miralles 48 Oscuro. Teo Rodríguez 49 Play. Javier Ruescas 50 Amos y mazmorras. Lena Valenti 51 Aquel viernes de julio. Manuel Machuca. 52 Bellenuit. Juanjo de Goya 53 Donde siempre es otoño. Ángeles Ibirika. 54 El espíritu del lince. Javier Pellicer. 55 El secreto del Nilo. Antonio Cabanas. 56 Ex-Libris, de Sandra Andrés Belenguer. 57 La estrategia del parásito. César Mallorquí. 58 La Zona de Javier Negrete y Juan Miguel Aguilera 59 Las horas oscuras. Juan Francisco Ferrándiz. 60 Quantic Love, Sonia Fernandez-Vidal 61 Zíngara: buscando a Jim Morrison. Salva Rubio. 62 El café de la luna. Ma Dolors García Pastor. 63 El juicio de Dios, de Rios Ferrer. 64 El sol brilla por la noche en Cachemira.- Andrés Pascual. 65 Ellas son mi suerte. Josep M Cervera. 66 Hipernova. Amaya Felices 67 Historia del Mundo contada para escépticos. Juan Eslava Galan. 68 La canción del siciliano. Cristina Amanda Tur. 69 Quizás mañana la palabra amor.. Jordi Sierra. 70 Alehop. José Antonio Fortuny. 53


71 Assur. Francisco Narla. 72 El lamento de Caín. Luis Montero Manglano 73 El rayo dormido. Carmen Amoraga. 74 Las flores de Baudelaire. Gonzalo Garrido. 75 Pídeme lo que quieras. Megan Maxwell 76 Revelación. Anissa B. Damom. 
 LISTADO COMPLETO VOTACIONES CATEGORÍA B 1 El invierno del mundo. Ken Follet 2 Un beso en París. Stephanie Perkins 3 El sueño de la montaña del oro. Zhang Ling y Javier Altayó 4 Bajo la misma estrella. John Green. 5 El lenguaje de las flores. Vanessa Diffenbaugh 6 Danza de Dragones. George R.R. Martin 7 Cazadores de sombras: Ciudad de las almas perdidas. Cassandra Clare 8 El circo de la noche. Erin Morgenstern. 9 Una oración por Katerina Orovitzová. Arnost Lustig 10 Algún día este dolor será útil. Peter Cameron. 11 El club del amanecer. Don Winslow. 12 Pandemonium. Lauren Oliver 13 Príncipe del mal. Mark Lawrence 14 Promesa de sangre. Richelle Mead 15 El abuelo que saltó por la ventana y se largó. Jonas Jonasson 16 Las horas distantes. Kate Morton 17 Almas cruzadas, Elisabeth Chandler 18 Casa de verano con piscina. Herman Koch. 19 Cuando pase tu ira, de Asa Larsson 20 Cuando todo cambió. Donna Miller. 21 El jardín de las hadas sin sueño. Esther Sanz 22 La librería ambulante. Christopher Morley 23 La luz en casa de los demás. Chiara Gamberale. 24 Las puertas de la Eternidad. Richard Dübell. 25 Legend. Marie Lu 26 Baila, baila, baila. Haruki Murakami. 27 En punto muerto, Charlaine Harris 54


28 Gataca. Franck Thilliez. 29 La conspiración de Melengar. Michael J. Sullivan 30 La viola de Tyneford House. Natasha Solomons 31 Las sirenas del invierno. Barbara J. Zitwer 32 No te escondo nada de Sylvia Day 33 Nunca volverás. Hans Koppel. 34 Príncipe mecánico. Cassandra Clare 35 Una canción casi olvidada. Katherine Webb. 36 23/11/63. Stephen King 37 Despierta. Across the universe. Beth Revis. 38 Diario de invierno. Paul Auster. 39 El confidente. Hélène Grémillon. 40 El mensaje que llegó en una botella. Jussi Adler-Olsen. 41 En el límite. Ilona Andrews 42 La abuela Lola. Cecilia Samartín. 43 La amiga estupenda. Elena Ferrante. 44 La edad de los milagros. Karen Thompson Walker 45 Mapp y Lucía. E. F. Benson 46 Pequeñas historias de la calle Saint-Nicolas. Line Amselem. 47 Reflejada en ti de Sylvia Day 48 Un final perfecto. John Katzenbach. 49 Diario de un don nadie. George et Weedon Grossmith. 50 El coleccionista. Paul Cleave 51 Hija de humo y hueso. Laini Taylor. 52 Hijo de fuego, Sherrilyn Kennyon 53 La caja negra. Michael Connelly. 54 La concubina de Roma. Kate Quinn. 55 La espada del arcángel. Nalini Singh 56 La librería de las nuevas oportunidades. Anjeli Banerjee. 57 Memorias de un amigo imaginario. Mathew Dicks. 58 Aguas oscuras. Claudia Gray. 59 El juego de las tres cartas. Marco Malvadi. 60 El tribunal de las almas. Donato Carrisi. 61 La isla de los malditos. Rebecca Glabe. 62 La piscina. Yoko Ogawa. 63 Mapamundi de Christophe Paul 55


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Revelación. Anissa B.damom Sonrisas y lágrimas. Maria Von Trapp. Trono de cristal, Sarah J. Maas Un amor especial. Kenzaburo Oé.

Más información club.creatiosocialmedia.es

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M U N D O E D I TO R I A L

Inquietudes en el mundillo editorial Son días de recapitulación sobre qué ha acontecido en 2012, un año complicado en todos los ámbitos, y en el mundo editorial no iba a ser menos. Hace unos días se hicieron públicas estadísticas sobre las ventas de libros del año que ya se ha ido. La publicación de libros digitales llegó a 20.079 obras en formato digital, un 13% más que en 2011. Esa cifra representa un 22% del total de libros publicados.

En 2012 se publicaron 88.349 libros, un 8% menos que el año anterior: - Libros de ficción y similares, 15.630 (18%) - Infantil y juvenil, 9.667 (11%) - Medicina, 7.899 (9%) - Sociedad y Ciencias Sociales 7.000 (8%) - Humanidades, 6.643 (7%) - Literatura y Estudios Literarios, 6.273 (7%) - Artes, 5.303 (6%) - Economía, Finanzas, Empresa y Gestión, 4.260 (5%) - Derecho, 3.992 (4,7%) - Estilo de Vida, Deporte y Ocio, 3.939 (4,7%) - Otros.

También se destaca que ha aumentado la piratería digital. Menos libros publicados no significa menos competencia en el libro impreso en los estantes porque parece que existe un trasvase de lectores del libro tradicional al 57


digital: los ebooks son más económicos. Es decir, hay menos lectores que compran libros impresos; y la piratería sigue creciendo. A mí mismamente me han preguntado compañeros de trabajo si podía indicarles dónde podían descargar «piráticamente» ¡mis propias obras! La excusa que me daban: que la tablet o el ebook les había costado un dinero que pensaban amortizar leyendo libros «gratuitos». ¡Que no pensaban pagar 5 euros por un libro que podía conseguirse gratis, porque eso es lo que hace todo el mundo! Es triste oír por todas partes esas palabras. Como le dije, ¿de qué valía enfadarme y soltarle un discurso? Todo depende de la conciencia y de los escrúpulos que tenga cada uno. Ahí, una vez que el libro esta hecho, el autor puede hacer poca cosa, creo yo. Es perder un tiempo y unas energías que a mí no me sobran. El tópico de que «los libros son caros» no me vale, a quien se lo he oído no les importa fumar o tomarse un par de copas. Es cuestión de educación y de mentalidad; en España queda un largo camino por recorrer para cambiar esa forma de pensar. Sobre la publicación en digital, la plataforma SmashWords me envió un newsletter con sus predicciones para 2013. Algunas cuestiones interesantes que comentan: - Amazon está deteniendo su avance. Nuevos distribuidores digitales están haciéndose con parte de su mercado, porque se está quedando solo. Amazon no busca competir en el entorno digital; busca reducir a pulpa sanguinolenta a sus contrincantes. Y eso hace que otros muchos estén formando alianzas contra el gigante, ofreciendo a los autores posibilidades y sinergias que Amazon no podrá por sí solo. - El volumen de libros digitales crece en la misma proporción que en América se reducen las ventas de libros impresos. En 2013, el número de títulos digitales superará a los títulos impresos. - Los precios de los libros digitales seguirán descendiendo. Cada vez hay más títulos en la red, ¿cómo atraer la atención de lectores? La forma más sencilla: reduciendo precios.

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- Las editoriales digitales dejarán de ganar dinero por vender ebooks; su negocio pasará a centrarse en asesoramiento digital a autores (maquetación, revisión, distribución, marketing viral...) Sobre libros impresos, creo que seguirá reduciéndose el número de títulos publicados y el número de ejemplares por tirada de cada edición. Creo, y es mi opinión, que en estos años difíciles la única opción de los autores es seguir escribiendo y dando lo mejor de sí mismos. Seguir mejorando, y sobre todo, ser capaces de transmitir cuánto nos gusta escribir y cuánto nos gustaría que alguien que nos leyera lo disfrutara tanto como el autor. Escribir, escribir, escribir...

Blas Malo Poyatos
 http://www.lenegaron27.blogspot.com.es

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R E S E Ñ A B LO G U E R A

El águila y la lambda

de Pedro Santamaría

Sinopsis Primera Guerra Púnica. Año 256 a.C. Después de casi diez años de guerra, Roma y Cartago se han desangrado mutuamente sin que ninguna consiga imponerse claramente. Marco Atilio Régulo, recién elegido cónsul, es enviado por el senado a África, al mando de la mayor flota jamás botada por Roma, con el fin de ir conquistando las ciudades que rodean Cartago, estrangular a la capital enemiga y poner fin al conflicto de una vez por todas.

EL ÁGUILA Y LA LAMBDA Autor: Pedro Santamaría Páginas: 320 ISBN: 978-84-15433-08-8

Más información http://www.pedrosantamaria.com https://www.facebook.com/ElAguilaYLaLambda Twitter: @PeSantamaria

Los púnicos, con un ejército muy inferior al romano y conociendo el prestigio militar de Régulo, se ven obligados a ponerse en manos de Jantipo, un curtido mercenario espartano al que confiarán su futuro. Sin embargo, los despóticos gobernantes cartagineses, temiendo que una vez que se haga con el control del ejército, lo utilice para derrocarles, le encargan a Arishat, una bella cortesana, que vigile los pasos del espartano; pero ninguno de ellos está preparado para lo que les depara el destino.

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Basándose en los relatos del historiador griego Polibio, Pedro Santamaría narra con fidelidad y un ritmo demoledor la fascinante historia de la primera expedición romana a África, y el trágico y épico desenlace de la batalla de Bagradas, donde se jugará el futuro de Cartago. Opinión personal Así sí. Así sí es divertido e interesante leer historia. Así nuestros jóvenes aprenderán parte de nuestro pasado mientras leen un buen libro. La trama es muy buena y toca una parte de la historia, la primera guerra púnica, que no ha sido muy tocada en la novela histórica. A mí, personalmente, todo lo que tenga que ver con la Historia Antigua y sobre todo con Roma, me encanta. Y esta obra me ha dejado boquiabierta. La documentación es impresionante, se nota que el autor sabe de lo que habla y mediante sus descripciones nos traslada hace más de 2200 años. Los escenarios están maravillosamente creados, envolviendo al lector en cuestión de segundos. Es facilísimo dejarse llevar y aparecer en medio de una batalla, para mí las mejores partes de la obra. El ritmo es endiablado, con abundantes giros siempre fieles a la Historia que hacen la obra muy interesante. Los personajes están igualmente muy bien perfilados. Hay cuatro protagonistas, cuatro personajes en los que el autor se ha centrado y a través de los cuales tenemos diferentes puntos de vista complementarios que mejoran y dinamizan de gran manera la historia. La figura de Jantipo, mercenario espartano, siempre me había gustado, pero ahora mucho más. Y Marco Atilio Régulo es el cónsul romano con el que siempre he soñado. Arishat es el alma de Cartago, que también vemos en personajes secundarios, complementado este punto. Y finalmente Bíbulo, el soldado romano que nos ayuda a conocer mejor el día a día del gran ejército que conquistó medio mundo. Y por si fuera poco, vislumbramos los comienzos de Amílcar, el gran general cartaginés que intentó doblegar a Roma. Poco a poco voy leyendo histórica de nuevo, y gracias a Pàmies mi género predilecto hace unos años está de nuevo ganando puntos. De verdad, una gran obra que espero podáis leer algún día. Laura Frías http://www.cientosdemilesdehistorias.blogspot.com.es

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E L R E L ATO D E L M E S

Bienvenidos de Javier Lacomba A Gemma le pareció graciosa la primera vez que la oyó. Me refiero a la palabra que invoca el lugar. Fue cerca del puente de la Constitución, que ese año resultaba ser uno de esos acueductos que el mismo Emperador Adriano no hubiera alcanzado a concebir. En una conversación trivial en la empresa, una de tantas otras, sin mayor importancia. Una nadería, o eso le pareció en aquel momento. Y no, no fue el amigo del primo de un conocido. Tenía un nombre: Alberto Rodriguez. Se encontraban los dos charlando en la máquina de café, ese sitio en el que parece existir una burbuja que juega con el tiempo, provocando que los segundos corran más rápido para los adictos a la cafeína que para los demás. ―¿Qué vas a hacer este puente? ―preguntó Gemma. Alberto no respondió inmediatamente. Tan narciso como siempre con su costumbre de mirarse en cada espejo por el que pasaba, se atusó el pelo en el reflejo improvisado que proporcionaba el acabado de la modernísima máquina de cápsulas. Un reflejo algo deforme, pero un reflejo al fin y al cabo, era lo que a Alberto le devolvía la mirada mientras pronunció aquellas palabras. ―Pues tía, con la poca pasta que tengo, me parece que me voy a Matacagá. Fue la última conversación que tuvo con Alberto. Al volver a la empresa el lunes 12 de diciembre, a Gemma le comunicaron que el cadáver de Alberto había sido hallado en su solitario y desnudo apartamento, rodeado de saladitos, galletas y videojuegos, y con una mueca a medio camino entre la sorpresa y el horror. Lo primero que le vino a la mente cuando se enteró, ya que no habían intimado lo suficiente para sentir dolor por su pérdida, era lo que le chocó aquella palabra: Matacagá. La puta muerte, ese había sido el destino de Alberto en aquel largo puente. Víctima de un ataque al corazón, decían. En la empresa de Gemma comenzaron los rumores. Un día, acompañando a su amiga Alicia a por un archivo, salió el tema entre la planta cuarta y la décima del edificio en el que trabajaban. 62


―Drogas, te lo digo yo, Gemmita, que el chavalín no era tan trigo limpio como parecía. ―¿Drogas? ―respondió Gemma con cierta sorpresa―. Pues no lo parecía. ―Pues sí, como era el guapito de la empresa... Todas con «Ay, Alberto, ay, Alberto...». Sí, pero luego «Ay, Alberto, que mono, pero cuaaaanto se le va la olla». Al final se quedó más sólo que la una. Y seguro que se metió un buen chute. Por eso esa cara, como diciendo: «Joder, he calculado mal la dosis...» Gemma escuchó a Alicia totalmente perpleja. Su compañero había muerto tan sólo tres días antes y ya se le había inventado un pasado de drogadicción del que Gemma jamás había oído una palabra. ―Matacagá ―dijo Gemma de repente. ―¿Qué?―preguntó Alicia, sorprendida por el cambio de tercio y sopesando si acababa de recibir un insulto. ―No,no... Es algo que dijo él, dijo que estaba sin un clavo y se iba a pasar el puente a Matacagá. Me llamó la atención. ―Ja,ja,ja... pues es muy bueno. Sí, me suena de algo la expresión. Si no te importa te la cojo prestada. Ja,ja,ja... Matacagá. Es buenísimo. La palabra hizo fortuna en la empresa. «¿Dónde llevas ese memorandum?» preguntaba uno. «Buff, a Matacagá, al otro lado del edificio.» contestaba el otro. «¿De dónde ha salido este portero, del Matacagá Futbol Club?» bramaba un tercero cuando se colaba un penalty en el partido que organizaba la empresa los domingos. «Tu puta madre sí que es de Matacagá» contestaba el aludido. Y así todo. Un virus no se hubiera extendido tan rápido. Unos hongos no se hubieran sentido tan a gusto como esa palabra anidando en las lenguas de los trabajadores de aquella empresa. Pero esa familiaridad, esa costumbre pegada a los labios, no le ahorró a Gemma aquella sensación de terrible deja vú el día que conversó con Alicia en los lavabos sobre sus planes para aquella Nochevieja. ―Una putada, chica ―comentó Alicia mientras ambas se pintaban los labios ante el espejo―. Parte de mis amigos se van a Londres a ver acabar el año. Otros a la nieve. Válgame Dios, la nieve. Ni muerta me van a pillar allí. Ya me he dado bastantes hostias yo solita este año. No, ni de coña. Y lo de Londres prohibitivo. Gemma se giró un momento para guardar el pintalabios color Russian Red en el bolso. Su rostro delgado y de ojos grandes con un cartel de «Disculpe, no quería molestar» escrito en su expresión desaparecieron del espejo que colocaba un marco en 63


el reflejo de ambas compañeras . Al revolver el bolso se le cayeron las llaves del coche. El golpe sobre el suelo, repentino y no invitado, las sobresaltó a ambas, haciendo que el carmín patinara en la comisura de los labios de Alicia provocando una extraña mueca. ―Joder, chica ―dijo Alicia. Gemma trató de reaccionar rápido. ―Bueno, ¿Y qué harás al final? ―Bueno, pues a Matacagá otro año ―contestó Alicia mientras corregía la mancha de sus labios. Gemma sintió al oír esas palabras un puño que le apretaba el estómago. Se sintió mareada. Aún continuaba en cuclillas y tuvo que agarrarse del inodoro para no caerse. Cuando se incorporó, miró a Alicia. Al darle la espalda, sólo pudo ver el reflejo de su amiga en el espejo. Su siempre jovial rostro parecía presionado por una mano oscura de duda. Alicia se dio la vuelta para mirar a Gemma, pero en esa fracción de segundo su faz cambió y le mostró una amplia sonrisa. ―Bueno, vamos, llegaremos tarde. Aquella noche, tumbada sola en su cama, Gemma recordó a Alberto, recordó a Alicia, y su intuición no pudo evitar tener un mal pálpito. Pero no sabía por qué. La razón de su desazón tenía una incógnita gigantesca en su superficie. Al despertar miró la mesita de noche, donde guardaba un Bloc de notas que mantenía cerca por si la llamaban por teléfono y tenía que apuntar algo. Había algo escrito. Con su letra. Ella no recordaba haber escrito nada durante la noche, pero el caso es que ahí estaba. Bueno, se dijo, tampoco recuerdo cada vez que me levanto a por un vaso de leche. Pero no estaba segura. Leyó su caligrafía apresurada, escrita por alguien que quería conservar el recuerdo de algo importante visto en sueños y que podía escapar de su memoria. «Plano. Dimensión. Concepto. Existe. Come. Domina. Disfraz» ―Pero qué coño... El teléfono sonó. Alicia había sido hallada muerta en su apartamento. De un ataque al corazón. En los días que siguieron el trabajo de todos se resintió. Era difícil concentrarse cuando, en tan poco espacio de tiempo, dos personas de una misma empresa habían sido víctimas de un fulminante ataque al corazón. Ambos jóvenes, sin cardiopatía asociada y con una virulencia tal en su fallo cardiaco que les había impedido buscar cualquier ayuda o auxilio. Ninguno de los dos había tenido tiempo siquiera de llamar a

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los servicios de emergencia. Y luego estaba la expresión de sus caras. La horrenda expresión de sus caras. Mucha gente prefirió quedarse en casa en aquellas jornadas. Echaron mano de días libres acumulados o adujeron bajas por enfermedad. Eso hizo que el resto soportara una carga de trabajo tan exigente que les permitió olvidarse temporalmente de lo ocurrido a Alberto y Alicia. Pero Gemma no podía. No podía. En la víspera de la festividad de Reyes, Gemma fue llamada al despacho de su inmediato superior, Roberto. Roberto era un hombre alto, moreno y con un gracioso corte de pelo estilo paje. Algo controlador, pero si no la cagabas sabía agradecértelo. Gemma estaba en su círculo de personas de confianza y, aunque eso tampoco le había reportado grandes ventajas, se sentía cómoda con él. ―Mira Gemma, estamos a tope de trabajo ―comenzó diciendo Roberto―. Suerte que los pedidos han aflojado un poco, pero con la mitad de la empresa de baja, enfermos, o en la puta Matacagá, es a los demás a los que nos va a dar un jamacuco. Suerte que... ¿Gemma? Roberto calló de repente al darse cuenta de que Gemma temblaba de pies a cabeza. Eran escalofríos intensos y descontrolados. Roberto le puso la mano en la frente. ¿Sería fiebre? Al hacerlo los grandes ojos de Gemma, que parecían ahora los de un cervatillo asustado, acompañaron a su cabeza al negar con la cabeza. ―Estoy, estoy bien... ―dijo Gemma con un hilo de voz e intentó sonreír.―Es sólo... esa palabra. No ha desaparecido. ―¿Qué palabra? ―Te vas a reír de mí. Pero Alicia y Alberto. La última conversación que tuve con ambos fue sobre las vacaciones. Y los dos dijeron esa palabra: «Matacagá». Roberto se dejó caer en su silla. No podía creer lo que estaba oyendo. ―¿Matacagá? Sí, bueno, la palabreja esa se nos ha pegado a la lengua como un sello de correos. ¿No fue Alicia la que empezó a decirla? Ya sabes cómo son esas cosas. Pero, ¿qué tiene que ver esa chorrada en todo esto? Ahora era Gemma la que se llevaba la mano en la frente. No sabía qué responder. Pero quizá sería mejor soltarlo todo de golpe, lo que anidaba en su interior, la sospecha indefinida que necesitaba liberar a riesgo de que la asfixiara. ―Mira, no lo sé. Pero creo que hay alguna relación, alguna conexión. Dentro de mí lo siento, no me preguntes porqué. Quizás Alberto no lo sabía, pero Alicia sí lo

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intuía igual que yo, y se arrepintió en cuanto nombró ese... lugar. No ―se corrigió―, quiero decir, en cuanto dijo esa palabra. Gemma puso la mano en el cristal que separaba el despacho de Roberto del resto de la empresa. Contempló con tristeza, a través de la barrera transparente con el logotipo de la empresa, las actitudes huecas y faltas de alegría de los que hasta hacía poco tiempo habían sido sus joviales compañeros. Escuchó la siguiente pregunta de su jefe como dentro de un sueño. Ralentizada. Era algo así como «Pero ¿qué dijeron exactamente?» En ese sueño lúcido a pleno día la pregunta desplegó la oscuridad sobre ella, o eso le pareció. Y entonces era Gemma la que se hacía esa pregunta a sí misma, frente a frente. Era Gemma, rodeada de negrura, la que ponía su mano en el mismo lugar que la otra Gemma, ambas iluminadas por una penumbra dada por una vela o por una tenue hoguera. Y ambas contestaban el qué al mismo tiempo, aunque ambas sabían que la clave no era sólo lo que habían dicho Alberto y Alicia. La clave también estaba, precisamente en los dos casos, en cómo y en que circunstancias habían dicho esas palabras, palabras que ambas Gemmas, la nuestra y la que habitaba en el reflejo frente a ella, musitaron al mismo tiempo. Estas palabras.: «Me voy a Matacagá.» La luz volvió y el horror se metió en el cuerpo menudo de Gemma. Un apagón de apenas unos segundos, la luz de emergencia reflejada sobre el cristal del despacho y ya tenía un espejo, un reflejo. Eso era lo que había visto en una visión casi onírica. Las palabras dichas ante su propio reflejo. Eso era lo qué había visto en realidad y era todo lo que se necesitaba. Y había caído. Qué tonta. Y mírala ahora. Si Gemma pudiera, agarraría el aire de su aliento que aún se agitaba a su alrededor y lo obligaría a devolverlas a sus cuerdas vocales, a introducirlas de nuevo y que no volvieran a salir jamás de su traicionera boca. Pero no podía ser. Sólo podía patalear y dar puñetazos al cristal mientras veía las caras incrédulas de sus compañeros y sentía que Roberto la sujetaba por detrás. ―¿Gemma? Pero ¿qué te pasa? ¡Tranquilízate! ¡Llamad a una ambulancia! Pero Gemma se revolvía como una ardilla atrapada en una trampa y no escuchaba más que el eco de su voz diciendo las palabras que nunca deberían haber bailado entre sus dientes. Porque eso era lo que había ocurrido. Había caído en un cepo puesto para incautas dotadas de demasiada sensibilidad para su propio bien. Perdió la noción de lo que ocurría a su alrededor. Tuvo imágenes fragmentadas de las caras de sus compañeros, del gesto de Roberto preocupado y desesperado; de la ambulancia. Le habían dado tranquilizantes. Se dejó llevar, resignada. No valía la 66


pena resistirse. Pero a la vez, y ese fue su último pensamiento antes de ser arropada por la ausencia de consciencia, quizás lo que estaba pasando le brindaba una oportunidad que los demás no habían tenido. Y se desconectó de lo tangible, no sin antes escuchar una voz extraña y familiar que la desafiaba susurrando: «Eso si juegas bien tus cartas.» Ahora un cielo oscuro lleno de nubes oscuras sobrevolaba unas casas oscuras en un paraje oscuro. Un viento helado, pero que no movía apenas una hoja de los pocos árboles casi desnudos que se podían divisar, azotaba cortante el rostro de Gemma. En sus pies notó el contacto rugoso de las cuadriculadas aceras grises que separaban el pavimento negro de la calzada por la que no transitaba un sólo vehículo, ni animal ni cosa. Las casas de un solo piso, sin ventanas y con una sola puerta gris, eran mellizas y monocordes entre si. Se encontraba en una amplia avenida. No se escuchaba un solo sonido. Ni un pájaro, ni una persona, ni siquiera el del viento. Gemma notaba su boca seca. ¿Era eso el infierno? No, eso tenía otro nombre. Y se lo dijo la única nota discordante en aquel lugar. Un cartel, al más puro estilo de pueblo norteamericano popularizado por las películas, en el que unas letras negras sobre fondo gris advertían: BIENVENIDOS A MATACAGÁ POBLACIÓN ACTÚAL: 3 «¿Tres personas?» pensó Gemma. Al menos no estaba sola. Pero encontrar a alguien allí, donde aquella amplia vía vacía no parecía tener fin, no parecía sencillo. Mientras echaba a andar, el cerebro de Gemma se puso en marcha tratando de no dejarse llevar por el pánico. Necesitaba pensar, que las ideas fluyeran. Imaginaba que una de las armas de aquel lugar, fuera lo que fuera, era hacer caer a sus víctimas en la monotonía y en la insoportable sensación de ausencia de estímulos. Necesitaba imaginar, necesitaba construir en su mente lo que allí faltaba. «¿Qué pondría yo aquí?» pensó. Gemma era diseñadora gráfica. Tenía un blog de moda y, aunque no era excesivamente sociable ―ese anuncio de «Prohibido cenar y a casa» parecía escrito para ella― sí que le pedían muchas veces opinión sobre temas de moda o que implicaran tener buen gusto. Con imaginación pintó las casas de colores alternos, como había visto en algunos lugares pintorescos como en el puerto de la Isla de Sky en Escocia, o en el Puerto de Port SaPlaya, cerca de Valencia. Eso siempre funcionaba. ―Vale, esto es otra cosa ―musitó―. Ahora, si hay un cartel de bienvenida, tiene que haber otro de salida. La solución más fácil es seguir la calle a ver dónde lleva. Tampoco es que tenga nada mejor que hacer. 67


Se puso a andar. Y anduvo, y anduvo, durante lo que le parecieron horas. Y quizás lo fueron, pero sin sol para atestiguarlo ni nada que le sirviera de referencia era difícil decirlo. La avenida continuaba. Ni siquiera se veía el final. Gemma se volvió. Al otro lado, en el camino de vuelta, se veía el mismo panorama. Casas gemelas en calles cuadriculadas que el horizonte no terminaba de digerir. Se sentía agotada. Sin hambre ni sed, ni siquiera con ganas de orinar tras tantas horas. «Qué extraño» pensó, pero el cuerpo le pesaba terriblemente. Se sentó. No había logrado nada, absolutamente nada. Se sentía perdida y muy confusa. Sin sol, sin estrellas, ya no podía decir dónde estaba el Norte o el Sur. Apoyó la cabeza en las rodillas. Intentó calmarse, volver a controlar la situación. Pero la monotonía de lo que le rodeaba liberó los pensamientos de fatalidad y muerte que habían permanecido agazapados. Esperando. Sólo había una cosa que hacer. Intentar entrar en una casa. Pero tenía miedo. ¿En cuál? ¿Qué podía pasar? ¿Qué esperaría dentro? Pero lo hizo. No tenía más remedio. Intentó abrir una puerta. Cerrada. Otra. También cerrada. Lo intentó con toda una calle. Nada. Unas lágrimas saladas fueron el primer sustento en horas. Todo un banquete de lágrimas en un berrinche en el que se regodeó durante un tiempo que nadie era capaz de medir. «Las chicas educadas llaman a la puerta» pensó. No fue una inspiración, ni intuición, ni le susurró la idea su Hada Madrina. Simplemente, no cabía otra posibilidad de acción en aquel lugar, que empezaba a parecer una celda acolchada de tamaño inabarcable. Llamó a la puerta junto a la que se había acurrucado para llorar. Con los nudillos. Sonó como tenía que sonar el contacto del nudillo contra la madera. Esperó. La puerta se abrió. Dos pasos hacia el interior y una manta de golpes cubrió a Gemma, que intentó como pudo protegerse la cara y el estómago con sus puños. ―¿Qué haces? ¿Quién eres? ―el eco del grito de Gemma se perdía en el habitáculo de una forma no natural. Quienquiera que hubiera golpeado a Gemma, dejó de hacerlo y se quedó en silencio unos segundos. Gemma esperó. No se atrevía moverse, y de pronto oyó el sonido de alguien que se dejaba caer junto a ella de rodillas. Luego un ahogado

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sollozo. Gemma lo oía, pero pese a que la puerta estaba abierta, la luz no se filtraba en aquella construcción. ―¿Qué hago aquí? ¿Qué hago aquí?― la voz era de mujer, de una edad sobre la treintena, según dejaba adivinar su angustia. Gemma, con prudencia y ternura, tanteó en la oscuridad hasta que notó que rozaba su brazo. Su atacante unos instantes antes, presa del llanto, no reaccionó. Gemma la atrajo hacia si, y la abrazó. ―Chssss... tranquila ―le susurró Gemma―. Ya no estás sola. Vamos, salgamos fuera, al menos hay más luz. Salieron al exterior, y Gemma se sentó apoyada en la pared de una de las casas oscuras, esperando que su nueva compañera se calmara y que encajara el devastador y definitivo paisaje que se alzaba ante ellas. Al rato, ¿quién sabe cuánto?, ambas estaban en disposición de iniciar una conversación. ―Me llamo Carla ―se presentó la chica. Tendría unos treinta años y aspecto de salir de una fiesta una hora antes de lo que le hubiera gustado y con alguna decepción de más, aunque sin duda a esa impresión había contribuido su llantina y encontrarse en una situación imposible―. Trabajo en unos grandes almacenes. Volvía a casa andando, sin ningún plan para el fin de semana. Y recibí dos llamadas. La primera la necesitaba desesperadamente. La segunda me sobraba. Ya tenía un plan de putísima madre, así que pensé: ni de puta coña, tío, contigo no. Así que le dije que me iba al pueblo de mi madre. ¿Y dónde está? Me preguntó. A los tíos nunca les basta con un no, han de tener su historia, joder. No se me ocurría ninguno. Me puse nerviosa, estaba en blanco. Recuerdo que me miré en la ventanilla del autobús mientras pensaba en algo. ―Y como no se te ocurrió, le dijiste algo como... Buff, a tomar por culo, allá por Matacagá. ¿no? Y lo dijiste mientras mirabas tu reflejo en la ventanilla del Bus. ―Sí, sí... ―Pues cuidado con lo que deseas, amiga. Cuidado con lo que deseas. Ambas saltaron de repente antes de que Carla convirtiera su boca abierta en un fonema audible. Sus neuronas les susurraron las opciones de lucha o huida, y en los segundos en los que se decidían, un joven alto y espigado salió tambaleándose detrás de una esquina. Vestía una camisa rosa pálido que, con los faldones fuera, hacía que el jersey verde oliva que la cubría pareciera un par de tallas más pequeño. Parecía absorto y ajeno a la presencia de Gemma y Carla. Tan sólo daba zancadas mirando lo que sostenía en su mano: un móvil que parecía una versión de bolsillo del monolito de la película de Kubrick.

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Gemma le agarró de los hombros y se puso en medio de su camino. El del móvil le miró con ojos abiertos y ausentes. Fue Gemma la que habló. ―Encantada. Soy Gemma y ella es Carla. Supongo que tú eres el tercer habitante de la casa. Conversaron. Se llamaba Mateo y era técnico informático. Sí, había dicho lo de Matacagá. Sí, había oído la expresión pero no recordaba dónde. Quizás en algún foro de Internet. No, en el foro no ponía nada de que fuera peligroso pronunciar esas palabras. Y sí, recordaba perfectamente su oscuro reflejo en la pantalla del ordenador recién apagado, mientras aseguraba a su compañero de juegos on line que, justo ese fin de semana, «en el que no tenía otra cosa que hacer que irse a Matacagá», estaría disponible para jugar partidas cooperativas sin mirar el reloj. ―¿Y... y ahora qué? ―preguntó Mateo―. Esperaba... no sé, esperaba algún tipo de prueba, algún tipo de juego, pero llevo aquí lo que parecen horas y no ha pasado... nada. Absolutamente nada. ―Es cierto ―convino Carla―. ¿Qué esperan, que nos muramos de aburrimiento? Gemma guardó silencio. Pensó en Alberto, y en Alicia. Especialmente en la última. Había aparecido en un reino extraño al igual que su tocaya literaria, pero al contrario que el de Lewis Carroll este reino era gris y anodino, yermo y vacío, programado para extraer de sus visitantes cualquier percepción que estimulara los sentidos y la capacidad mental. Pero con un punto en común con el literario. Los espejos como puerta de entrada. Pensaba en ello cuando de pronto, un movimiento de tierra seguido de un tañido de campanas ensordecedor rompió el centro de equilibrio bajo sus pies. Del cielo comenzaron a caer pequeñas rocas. Pero no caían... con fuerza. No con la fuerza que deberían. Era más bien la fuerza que tendría un niño al arrojar esa piedra a un estanque. Pero aunque no te abrieran la cabeza, los impactos dolían. Y la lluvia intensa de piedras, sumada al temblor de tierra, los desorientó a los tres. E hicieron aquello que el lugar deseaba. Se separaron. Cuando todo se calmó, el grupo se había convertido en tres personas aisladas. Apenas eran conscientes de haber girado una esquina, pero los demás ya no estaban ahí, y ya no se volverían a encontrar jamás. Carla había decidido refugiarse en una de las uniformes casas. Abrió la puerta, y la penumbra asaltó su campo de visión. La puerta se cerró detrás de ella. Tras ese sonido, el silencio.

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Y tras esa puerta, dentro de la casa, estaba ahora Carla, introducida en la oscuridad. Pero era la oscuridad más absoluta. Sin siquiera las huellas que la luz deja en los ojos. Carla esperó. Esperó a que su vista se acostumbrara a las tinieblas, pensando que en pocos segundos las células de su retina alcanzarían la sensibilidad suficiente para empezar a vislumbrar formas. Pero los minutos pasaban, y las malditas células se tomaban su tiempo. Era la negrura más pura, la ausencia total de luz y esperanza. Intentó alcanzar la puerta de nuevo. A tientas, claro. No pudo. Solo aire, aire a su alrededor. Nada sólido que la pudiera guiar hacia una salida. Intentó gritar. Se notó a si misma abriendo la boca, y expulsando un aire que recorría sus cuerdas vocales en su carrera hacia el exterior. Pero no se oyó nada. En el espacio nadie podía oírte gritar, decían, pero era por falta de oxígeno. Y a ella empezaba a hiperventilar, pero por causa del miedo, porque oxígeno sí había en aquella habitación que ahora parecía infinita. Carla dio vueltas sobre sí misma, al menos para notar el suelo bajo sus pies. Pero se sentía cada vez menos ella. Menos consciente. Menos entera. Se mareó. Se sentó en el suelo y se tocó la cara mojada por lágrimas. Empezó a sentir como las manos se le entumecían poco a poco y luego, de forma brusca, hasta perder la sensibilidad. «Dios mío, eso no», pensó. Y lo hizo con esfuerzo, casi sin percibir en su cabeza la voz interior que todos oímos incluso cuando leemos. Cada vez le costaba más pensar y recordar lo que era. Sin absolutamente ningún sentido que nos comunique con el exterior, ¿durante cuánto tiempo podríamos pensar, imaginar, planear...? Para disfrutar de la total privación sensorial de Carla dentro de aquella habitación, el lugar se reservó varias de nuestras semanas. Al final, Carla decidió como último recurso dirigir su atención al interior, a los órganos de su cuerpo. No le costó, ya que el corazón le bombeaba tan deprisa que parecía que alguien estuviera derribando a patadas sus paredes cardiacas. Sólo sentía esos golpes, no sentía nada más. No veía nada más. No oía nada más. Su mente se refugió en un lugar desconocido dentro de ella y la consciencia se le fue escapando como los últimos granos de un reloj de arena. Cuando los golpes se detuvieron y el corazón se le paró, apenas notó la diferencia entre la vida y la muerte. Mateo se encontró ―no sabría decir cómo ni cuánto tiempo después del terremoto― justo ante la supuesta entrada del lugar en el que el tiempo no importaba. La única nota discordante que representaba aquel cartel de bienvenida. Pero no se le escapó la sutil y terrible diferencia con la primera vez que lo vio. Ahora la población ya no eran 3, sino 2. 71


Ilustración de Luis Núñez de Castro 72


―Una de las chicas no lo ha logrado ―se dijo en voz alta―. Se estremeció al pensarlo. Se había visto durante unos pocos instantes como un héroe que las protegería a ambas y se quedaría con las dos. O con una después de un intenso y tórrido triángulo amoroso lleno de celos y traición. Solo con ellas en un lugar inabarcable. Qué situación. No parecía una pesadilla precisamente. Pero el lugar tenía otros planes. Pero no sabía todavía lo que había preparado para él. Y por el momento estaba solo y en un inabarcable lugar como esperaba, sí, pero sin ellas. Comenzó a andar. Había encontrado la entrada del pueblo, separada por la indicación de bienvenida en la que Mateo pensaba permanecer contado. Campos yermos y oscuros y un cielo igualmente oscuro. Caminó, pensando que tarde o temprano encontraría otro lugar... y una salida. Caminó durante lo que le parecieron horas. Se sentó a descansar, y miró hacía atrás. El pueblo, o lo que fuera, ya no estaba a la vista. Y entonces sintió mucho miedo. Se golpeó repetidamente la frente con la mano abierta, arrepentido de su decisión. No sabía ni siquiera dónde estaba, ni nada ni nadie se divisaba. Se imaginó como un pequeño punto triste en un inmaculado panel color oscuro de tamaño descomunal. Solo podía seguir adelante. Y siguió. Sentía un cansancio abrumador, pero no la necesidad de orinar, ni de defecar. Ni hambre, ni sed. Ni siquiera había podido echar una cabezada a pesar de su cansancio. De pronto, se dio cuenta de algo. El suelo y el cielo empezaban a tomar la misma tonalidad de gris oscuro. Y, de repente, el horizonte desapareció. Se detuvo olvidándose de respirar. Ahora sí, estaba solo en medio de una nada oscura. Había leído que los exploradores del Polo pasaron por algo similar. El blanco del hielo se fundía con el blanco del cielo nuboso desdibujando el horizonte. Pero ellos, al menos, sabía dónde iban. Tenían un destino al cuál enfocar su voluntad, eso les empujaba. Él no tenía nada. Nada. Ni siquiera una sombra con la que hablar. Ni esperanza alguna. Se dejó caer de rodillas. Se imaginó que no había oxígeno, que se lo había llevado lo oscuro, porque lo oscuro no dejaba que existiera nada más. Sin oxígeno, el corazón no bombeaba, y tras varios días en la misma posición fetal, Mateo se olvidó de que tenía que ordenarle que bombeara. Mateo se olvidó de cómo vivir justo antes de morir. El lugar, que sometía el tiempo ya que para eso el tiempo allí era suyo, se permitió el capricho de hacer coincidir el hallazgo del campanario por parte de Gemma con el cambio de dígito del cartel de bienvenida al solitario número 1.

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Gemma había corrido siguiendo el tañido de las campanas llegando a un campanario que rozaba el cielo por su gran altura. «Lo tendríamos que haber visto» se dijo. Pero el hecho es que estaba allí. Y lo cierto es que tenía una puerta que, a diferencia del resto de las casas, estaba abierta. Invitándola. Gemma aceptó la invitación. Dudó durante unos instantes, sabiendo en el fondo qué era lo que se esperaba que hiciera. Pero ¿qué más daba? El arquitecto, la divinidad o lo que coño fuera que controlara aquella realidad, si es que algo la controlaba, tenía un dominio absoluto sobre su destino; el suyo y el de todos los que acabaran allí por un desliz mortal disfrazado de aparente leyenda urbana. Aún tenía una esperanza. La gente escapaba de las leyendas urbanas. Al menos, algunos. Porque, en caso contrario, ¿quién las contaría? ¿Quién seguiría alimentándolas? Ella contaba con eso. Y con algo más que esperaba que el lugar no supiera ya. Gemma entró en el campanario y, simplemente, se encontró con que no había suelo bajo sus pies. Sintió la caída primero en su estómago, y ya entonces fue consciente de lo que vendría a continuación. Se decía que la caída libre era soportable si era durante un corto periodo y con la aceleración natural de un cuerpo humano atraído por la gravedad, por eso sobrevivían los paracaidistas. Pero Gemma sabía que el lugar iba a hacer trampas. Que prolongaría la caída el tiempo que fuera necesario, y que si era necesario le daría la velocidad que le apeteciera. Que rompería sus huesos y la dejaría ciega jugando con sus nervios oculares. Que haría que perdiera la consciencia y luego ralentizaría la caída para despertarla y que así volviera a sufrir mientras su cuerpo se combaba en dos partes por una columna vertebral partida como una rama. Que doblegaría las leyes físicas y temporales y las utilizaría como forma de instrumento de tortura. Pero guardaba el convencimiento de que, le pasara lo que pasara con ella en aquel sitio, lo verdaderamente importante, lo que el lugar perseguía con todo aquello y que representaría un jaque mate vital en el mundo real, era una terrenal parada cardiaca. Algo que Gemma era consciente que se iba a producir allá fuera, en su mundo, tarde o temprano. Gemma prefería que fuera temprano, para acabar con el dolor. Pero el cuándo, en aquel mundo, no importaba. El lugar no tenía prisa. Gemma sí. El cuándo llegó y, efectivamente, todo lo que Gemma sabía que iba a ocurrir ocurrió, y sin ahorrarle ni un gramo de agonía.

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Su corazón comenzó a fallar. Y Gemma, que estaba en jaque, inmóvil en el tablero, movió su pieza. La pieza con la que había contado desde el principio. ―VALE, otra vez, vamos allá ―el médico se limpió el sudor de la frente con el antebrazo― Uno, dos, tres, ¡YA! Gemma sintió la sacudida. La sintió justo cuando a los bordes de su retina se comenzaban a asomar las imágenes borrosas de la realidad. Una realidad que ya no era oscura, sino verde. El verde que la rodeaba ahora era el verde característico de un hospital, pero para Gemma era tan brillante como el verde de la esperanza. Había funcionado. A diferencia del resto de los involuntarios habitantes del lugar oscuro, Gemma contaba con el hecho de haber estado controlada en todo momento. Los demás morían de forma silenciosa, solos o acompañados, pero de manera súbita durante el sueño, por un paro cardiaco que nadie notaba hasta que era demasiado tarde. En un rincón al final de su explosión histérica, Gemma lo había sabido. Sabía que la iban a sedar y que Roberto la mandaría a un hospital donde tendrían monitorizadas sus funciones vitales y que, en el caso de que su ritmo cardiaco fallara, podrían intentar reanimarla y arrebatársela a aquel lugar de mierda. Estaba viva. El médico le intentó explicar lo inexplicable. Para el mundo, Gemma, tras su desmayo, había entrado en un sueño profundo durante más de siete horas pero sin fase No REM previa ni alterna, lo que era algo extraordinario. Su actividad cerebral se había desplomado de golpe y, en un momento dado, su tensión y latidos se habían disparado hacia arriba y seguidamente habían descendido en picado de forma igualmente repentina. ―Casi te perdemos ―le dijo el médico―, y no sabemos por qué, no encontramos nada en tus exámenes clínicos. Pero ahora estás totalmente estable. Quiero que veas a varios especialistas: Neurólogo, cardiólogo, incluso medicina del sueño. Hay que llegar al fondo del tema, más aún con dos muertes recientes por paro cardiaco inexplicable en tu misma empresa. Vamos a averiguar la causa de todo esto, te lo prometo. Gemma escuchó con agradecimiento, pero sabía que no, que no hallarían la causa. Tras volver a casa, Gemma se sentó ante su ordenador. Las puntas de sus dedos rozaron el teclado y se mantuvieron suspendidas durante largo tiempo mientras su vista se perdía en la pantalla. Estaba en otro lugar infinito: Internet. A través del buscador no le costó averiguar que, efectivamente, una tal Carla, empleada en unos grandes almacenes, y un tal Mateo, técnico de informática, ambos 75


sin historial de enfermedades cardiacas previas, habían fallecido de paro cardiaco súbito la misma noche que ella pasó en el hospital. Las Autoridades comenzaban a hablar de una extraña epidemia que afectaba a una inflamación de las válvulas cardiacas. Qué equivocados estaban. Tenía que advertir al mundo. Tenían que tener cuidado. Nadie estaba a salvo, y un simple despiste, un reflejo en el que mirarte, y unas palabras descuidadas bastaban. Dudó. Pero si hablaba de aquello, si lo contaba... ¿No le daría más poder? ¿No lo alimentaría? ¿No era justo lo que el lugar quería? Quizás por eso la había dejado marchar. Para que extendiera la palabra. Se decidió. «Jamás» tecleó por fin «Jamás digas ante un espejo o ante algo en lo que te puedas reflejar las siguientes palabras: Me voy a...» Cerró el portátil sin terminar la frase. No podía. Tenía muchísimo miedo. Se acostó y se tapó hasta la cabeza con lágrimas en los ojos, preguntándose si el lugar la habría dejado para siempre aceptando su derrota o si la volvería a reclamar aquella misma noche, ahora que estaba sola. Temía tener que hacerse esa misma pregunta cada noche de su vida, y que una de ellas al abrir los ojos se encontrara con un oscuro cartel de madera que dijera: BIENVENIDOS A MATACAGÁ. POBLACIÓN: TÚ

Bienvenidos forma parte de la Antología de relatos de terror Abismos de Celuloide, a la venta en Amazon Kindle http://www.amazon.es/AbismosCeluloide-Terrores-filmados-ebook/dp/ B00AR2P3EO Puedes seguirle en Twitter @javiyuris y en su Blog http://javierlacomba.wordpress.com

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N OV E DA D E S E D I TO R I A L E S F E B R E R O 2 013

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N U E VA S T E C N O LO G Í A S

El triángulo mágico Los tres pilares básicos del community management (gestión de comunidades), personal branding o, en definitiva, del marketing aplicado a la propia persona, en este caso al autor, son: el sitio web/blog, Facebook y Twitter. Existen innumerables redes sociales, sistemas para compartir fotos, videos, y todo tipo de contenido, pero es esta combinación, este trío esencial, el que tendremos que gestionar correctamente para conseguir los objetivos mínimos de difusión y reconocimiento de nuestra propia marca, de nuestra imagen personal. Cada uno de estos elementos cumple con una función específica, y tiene una utilidad muy diferente, pero si se utilizan de forma combinada es cuando alcanzan su máximo potencial. En este artículo no entraremos en demasiados detalles, tan solo veremos someramente cuales son las posibilidades y los primeros pasos que deberemos dar. Lo primero que necesitamos es un sitio web que nos dé la posibilidad de dinamizar su contenido. Lo habitual y recomendado es utilizar un CMS (content management system), como Blogspot, Wordpress, etc. Estos CMS de tipo bitácora o blog, pueden ser utilizados para crear páginas estáticas o dinámicas, que no necesariamente tengan aspecto de blog. En función de cómo usemos las opciones que nos brinda la administración conseguiremos un estilo de web u otro. Personalmente prefiero Wordpress, porque su evolución en los últimos años ha sido exponencial, ganando en seguridad, usabilidad y funcionalidad. En números posteriores veremos más a fondo sus características.

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Las ventajas de utilizar uno de estos sistemas son, entre otras, las siguientes: - Son sistemas de código abierto, lo que significa que pueden ser utilizados sin coste alguno y en cuyo desarrollo participa un gran número de programadores en todo el mundo. - Fácil manejo de la administración del contenido de la web. - Diversidad de plantillas para poder cambiar nuestro diseño de forma independiente a los datos que hayamos introducido. Existen plantillas a precios muy asequibles, también gratuitas, aunque estas no suelen estar a la altura de las de pago. El diseño ya no es un problema. - Plugins para ampliar la funcionalidad de la web, para redes sociales, formularios de contacto, lectores de RSS, instagram, flickr, etc. Existen plugins para casi cualquier cosa que necesitemos y que no venga incluida en la instalación por defecto, la gran mayoría de ellos gratuitos. - Por la propia estructura de entradas, páginas, categorías, enlaces y etiquetas que gestionamos vía administración web se consigue posicionar rápidamente el contenido de la web en buscadores, siempre y cuando «alimentemos» al sistema de forma correcta y abundante. - Porque nos permite actualizaciones constantes del sistema, tanto de su núcleo como de los plugins que instalamos. Mejoramos su seguridad frente a ataques, su estética y también su funcionalidad, acorde con las novedades en tecnología web que van apareciendo. - Nos permite la posibilidad de hacer multilingüe nuestro sitio. No necesitamos hacer réplicas de nuestro contenido, ya que instalando un sencillo plugin podemos incluir los idiomas que necesitemos fácilmente. Una vez tengamos instalado, configurado, personalizado y rellenado con la información que necesitemos nuestro sitio web, lo recomendable será comprar un dominio propio. El precio de los alojamientos y dominios ha bajado tanto en los últimos años que ya no hay excusa para intentar hacer las cosas de forma profesional. 86


Un blog en Blogspot o Wordpress está bien, pero mucho mejor si lo tenemos con nuestro propio dominio. Ya tenemos nuestro sitio web, pasemos ahora a las redes sociales, centrándonos en Facebook y Twitter. En Facebook hay tres formas de tener presencia, con un perfil personal, con una página y con un grupo. En principio no hay una reglas fijas que nos digan cómo usar estas tres opciones, de hecho es muy habitual encontrar perfiles personales usados de forma corporativa. Esto se debe a las limitaciones, sobre todo de difusión, que Facebook impone a según qué tipo de presencia hayamos elegido. Lo recomendable es ajustarse al uso que Facebook espera que hagamos de ellos, y después saltarnos algunas reglas implícitas en función de lo que queramos conseguir. Teniendo en cuenta que intentamos vender nuestra propia imagen lo recomendable en este caso será crear un perfil personal y una página. La página la utilizaremos para informar sobre notas de prensa, eventos y novedades relacionadas con nuestras publicaciones, o bien con lo que consideremos de interés para nuestros seguidores y potenciales lectores, omitiendo por tanto temas más personales, que reservaremos para nuestro perfil. No suele ser necesario, ni recomendable crear un grupo si no tenemos un número elevado de seguidores y/o contactos. Imaginemos que en la web «unawebcualquiera.com» ha aparecido una noticia, reseña, entrevista, etc. referida a nosotros. El protocolo que deberíamos seguir, en la mayoría de los casos, es recoger esta información en una entrada en nuestro blog, y utilizar el enlace de nuestra propia web para incluirlo en nuestra página de Facebook. Con esto lo que conseguimos es derivar visitas a nuestra página, que es uno de los objetivos que debemos tener en mente. De igual forma actuaremos en Twitter. Una vez hemos creado la entrada en nuestro blog, haríamos un «tuit» con el enlace a nuestra página y no a la fuente original de forma directa, ya que perdemos tráfico y por lo tanto posibles seguidores/lectores. Puesto que Twitter solo permite 140

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caracteres por mensaje, lo habitual es usar un «acortador» de enlaces como Bitly.com, por citar un ejemplo. Ya tenemos los tres pilares de nuestra estrategia de social media en funcionamiento. Primero la entrada en nuestra web, luego la publicación de esta entrada en Facebook y Twitter. Aunque nos pueda parecer redundante tener la misma información en tres canales a la vez, cada uno de ellos nos servirá para cosas distintas. Con la web conseguimos mantener un repositorio de información, de palabras clave que nos van a servir para posicionarnos en buscadores, información que queda archivada pero accesible vía los menús de la web. Con Facebook conseguimos fidelizar a nuestros seguidores, haciéndoles participar en las actividades que se nos puedan ocurrir como sorteos, encuestas, etc. y finalmente con Twitter conseguimos difundir de forma exponencial nuestro contenido (qué estrategias seguir para conseguirlo formará parte de artículos posteriores). Sitio web - Repositorio de información. Necesario para posicionamiento. Facebook - Fidelización. Twitter - Difusión.

José Sanz Community manager. http://www.creatiosocialmedia.es

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B A S A DA E N . . .

La vida de Pi (Life of Pi) El libro La mayoría de los cuentos infantiles tienden a emplear animales para caricaturizar los defectos y las virtudes de determinadas personas, con objeto de transmitir una moraleja a los más pequeños a través de esta representación. De hecho, el lobo de Caperucita Roja simbolizaba a los hombres que abusaban de las niñas, especialmente de las que empezaban a mostrar los primeros indicios de la pubertad en sus jóvenes cuerpos, acechándolas en los callejones menos transitados y oscuros de las ciudades. Sin embargo, los lectores de Life of Pi hace mucho que abandonaron su infancia, son adultos con una visión más escéptica de la realidad y, por tanto, han dejado de creer en cuentos. Con todo, ¿es posible que una hiena, una cebra, un orangután, un tigre y un joven indio llamado Pi nos devuelvan nuestra fe en la vida? Life of Pi nos narra la evolución que experimenta su protagonista a través de un viaje épico por el océano Pacífico que simboliza el gran cambio que supone abandonar la infancia para aventurarse en los peligros de la vida adulta. En la primera parte, Yann Martel narra la niñez de Pi a través de múltiples anécdotas que incluye el origen de su 89


peculiar nombre o las experiencias en el zoológico de su padre. A pesar del matiz infantil de la narración, podemos apreciar un trasfondo adulto, sobre todo cuando Pi descubre las tres principales religiones que se practican en la India (hindú, musulmana y cristiana) y, a pesar de su corta edad, es capaz de comprender lo que muchos de sus mayores ignoran (o prefieren ignorar): solo existe un Dios y es el mismo para todos, con independencia de la religión que se practique. Las diferentes formas de interpretar su mensaje o los rituales que se realizan para sentirse más cercano a su figura solo demuestran la increíble riqueza cultural del ser humano, la asombrosa imaginación que nos caracteriza como especie y nos diferencia del resto. El pequeño Pi nos transmite un mensaje de tolerancia y respeto mutuo, poniendo en evidencia las carencias de un sistema de creencias demasiado regio, cuando la sociedad y cada uno de sus individuos se encuentran en constante cambio. Durante estos capítulos, Yann Martel emplea con regularidad la ironía para demostrarnos que muchos de nuestros problemas tienen, en realidad, fácil solución. Sin embargo, el autor también dedica un espacio para hacernos reflexionar sobre otros aspectos que nos siguen afectando en el contexto actual, como la ecología o le emigración. Cuando empezamos a leer la segunda parte (el océano Pacífico) se produce el giro narrativo más importante de la novela. En este apartado, Pi abandona la protección del hogar familiar y debe enfrentarse completamente solo a un escenario desconocido, que lo obligarán a madurar precipitadamente. Al igual que Los viajes de Gulliver (Jonathan Swift), Robinson Crusoe (Daniel Defoe) o El peregrino (Paulo Coelho) nuestro protagonista deberá afrontar los diferentes obstáculos que se le presentan para sobrevivir en este nuevo mundo corrompido por la maldad del ser humano y que, a pesar de ello, le sigue ofreciendo suficiente motivos para seguir luchando incluso en aquellos momentos en lo que la desesperanza se deposita en su corazón como una pesada piedra, amenazándolo con hundirlo en aguas mucho más profundas de las que lo rodean. Es obvio que la intención de Yann Martel durante la primera parte de su novela era conseguir que el lector simpatice con Pi, pues todo el peso narrativo acaba recayendo exclusivamente en él y, sobre todo, el escenario acaba viéndose reducido a las dimensiones del bote salvavidas, como ocurre con El viejo y el mar (Ernest Hemingway). 90


Con independencia de el mayor o menor afecto que sintamos hacia Pi, la lectura acaba volviéndose tediosa, pues acabamos experimentando la misma apatía que se instala en el espíritu de nuestro joven protagonista conforme los días se suceden sin que nada altere su rutina. Cierto que la presencia de Richard Packer proporciona tensión al relato, pero resulta insuficiente para mantener el interés y más cuando muchas escenas acaban resultando reiterativas. Esto podría explicar la necesidad de introducir algunos fragmentos que distan bastante de la narración que los precede y acaban creando cierta incoherencia, aunque después nos proporcionen una explicación que justifica su presencia. Con todo, llegamos a la tercera parte y el autor nos desvela la última gran sorpresa, el giro narrativo final que nos muestra el auténtico mensaje de Life of Pi. En realidad no es una novela sobre Dios, sino sobre la vida y la repercusión de nuestras decisiones sobre la misma. Una magnífica moraleja bajo la apariencia de un cuento para adultos que seguiremos recordando mucho después de haber concluido su lectura. Y aunque algunos puedan mostrarse reacios a creer en las palabras de Pi, recordar que toda historia tiene varias versiones, solo debemos elegir aquella que consideramos que mejor se ajusta a la verdad, nuestra verdad. ¿Cuál prefieres? VALORACIÓN: 7,5 LO MEJOR: Algunas de las anécdotas de la infancia de Pi durante la primera parte de la novela. La visualidad de la prosa de Yann Martel y la evolución que experimenta la narración en paralelo con el cambio de mentalidad de Pi. El final inesperado. La magnífica moraleja de la historia y la sensación de haber aprendido una importante lección. LO PEOR: La segunda parte se prolonga demasiado por centrarse en aspectos redundantes de la supervivencia de Pi. Algunas de las experiencias del protagonista resultan poco creíbles, aunque al final se nos justifique su presencia en el relato, crean cierta discordancia en la narración. María del Carmen Horcas http://doblelectura1988.blogspot.com.es

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La película Ang Lee (Brokeback Mountain), director que cada vez que hace una película se hace notar, dirige La Vida de Pi. Nos trae un film que ya tuvo en mente hace años, pero que, en vista de su dificultad a la hora de filmar ciertas escenas, no se realizó hasta el día de hoy, momento en que podemos disfrutar de una de las cintas más hermosas del 2012 y probablemente, una de las mejores del año. ¿De qué va? Pi narra a un periodista su historia, que según él, le hará creer en Dios, pues en su transcurso, vivió una experiencia sobrecogedora cuando su barco sufrió un naufragio. Logró salvar la vida en un bote, pero no estaba solo; descubrió que su viaje lo debía compartir con un tigre de bengala. Actores. El personaje principal, Pi Patel, es interpretado por cinco actores, ya que hay varias etapas de su vida reflejadas en la cinta. Sin embargo las importantes son la de adulto, por Irrfan Khan, y el joven que vive la experiencia en el mar, por Suraj Sharma. Ambos brillantes, uno al mostrar una gran carga emocional al contar la historia y el otro al sufrirla. De los demás actores destacaremos el cameo de Gérard Depardieu como cocinero del barco y, más cameo aún, de apenas unos segundos, el del propio director, Ang Lee, que sale justo cuando va a recibir comida del cocinero.

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La Vida de Pi nos presenta un relato lleno de misticismo, espiritualidad y aventura. El libro, por lo que dicen, es bastante simple y casi actúa de cuento, pero es en la película donde vemos todo un despliegue de artificio visual que afianza a Ang Lee como prodigio, pero no solo por el espectáculo, sino también por el contenido. Aunque pueda parecer simple de argumento, e incluso a veces monótona (a mí no me lo pareció), es en sus últimos cinco minutos cuando encontramos un mensaje y un ejercicio profundo sobre la verdad de la historia y la propia vida. A continuación, la crítica contendrá algunos spoilers con relación al final de la historia: podríamos dividir la película en tres partes, la primera es la crianza del joven Pi y su encuentro con la madurez. La segunda es la aventura en el mar, que es la mayor parte de la historia, y la tercera sería el desenlace narrado que contiene el mensaje principal. Es curioso sin duda, observar cómo un joven hindú, con una creencia inculcada en la que hay un dios para cada cosa, encuentra el cristianismo y lo hace suyo. Igualmente lo mismo con el islam y otras religiones. ¿Por qué? Eso le pregunta el joven periodista. La respuesta podría ser la búsqueda de Dios, abrazar lo mejor de cada una. Pero este detalle no será mas que un cauce para llegar a la respuesta lógica final de la historia. Dentro de lo que pueda parecer una historia de cuento, sencilla, acaba con un mensaje devastador sobre la espiritualidad y lo que la gente decide creer. No es una película de religión, es una cinta que nos cuenta una gran verdad y que se adorna con una magnífica historia que nos hará vibrar totalmente. Ang Lee ha sabido hacer uso del ordenador con los animales, y ha sido de las mejores conexiones que ha habido entre actor y ordenador, pues resulta tan real que es prácticamente perfecta. ¿Fallos, errores? No se me ocurre ninguno que sacarle. Y es cierto que cuando vi el film, tenía en mente una nota. Pero han sido dos días de meditación los que me han valido para encontrarle otros valores que no visualicé al principio y que no han hecho mas que aumentar su buen hacer.

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Sí, La Vida de Pi es una película que ha unido en gran manera a la crítica. Puede gustar más o menos, pero casi nadie habla mal de ella. Tiene tres nominaciones a los globos de oro, incluyendo mejor película, y pinta fuerte para la carrera de los Óscar. Ojalá pise fuerte. Si tuviera que hacer un ranking de las diez mejores películas del 2012, ésta estaría en la lista sin lugar a dudas. Y repito. La película enamora desde el principio, pero se la aprecia aún más cuando meditas en ella y ves la carga de ese mensaje que aunque parece simple, es demoledor. Música. Mychael Danna realiza una banda sonora perfecta para el film, con connotaciones hindúes, muy oportuna en los momentos de espectáculo visual. Lo Mejor: su mensaje y su espectáculo visual. Lo Peor: que la veas con niños y se crean que están en el zoo. Calificación: 8.5/10 Dante Martín http://cineybso.blogspot.com.es

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QUIERO

ESCRIBIR

CRÍTICA LITERARIA

El Señor de Lordemanos de Miguel Ángel Badal

EL SEÑOR DE LORDEMANOS Nº de páginas: 294 Autor: Miguel Ángel Badal Editorial: De librum tremens ISBN: 978-84-15074-20-5

Sinopsis del argumento: Año 1050. El territorio de Galicia se agita convulso ante la implacable amenaza que se cierne desde las aguas del norte, anunciando el albor del final de los tiempos. Sentado frente al pupitre en el que trabaja, el obispo Cresconio se debate entre turbadores pensamientos, aterrorizado ante la idea de que los paganos lordemanos puedan saquear toda su diócesis y profanar el santuario sagrado del apóstol Santiago. Condenado por Roma, sobre su cabeza pesa la idea de morir excomulgado y padecer eternamente los horrores del infierno; pero entre sus pensamientos se deslizan las evocaciones de otra época, un tiempo en el que la tierra carecía de rey y en el que él mismo hubo de empuñar la espada.

Esta novela histórica, exquisitamente documentada y perfectamente escrita consigue, desde los primeros párrafos, sumergirnos totalmente en la Galicia medieval. No es una novela de fácil lectura, pues la ambientación, así como el léxico la hacen un poco costosa para quien no esté acostumbrado a modismos y vocabularios un tanto arcaicos, pero la fluidez del estilo del autor compensa esa dificultad. Para allanarnos aún más el camino, al final del libro hay unos apéndices 95


que nos facilitan mucho la comprensión tanto del momento histórico como del vocabulario utilizado. El personaje central, el eje en torno al cual gira toda la obra es el obispo Cresconio, que nos va narrando en primera persona los sucesos que recuerda mientras escribe la crónica de lo acaecido. Este personaje, bien descrito, y bien retratado, aunque un poco esquemático, deja muy atrás en cuanto a personalidad al resto de los habitantes de aquellas tierras. Incluso el señor de Lordemanos, aquel que da nombre a la novela, se queda plano, casi anecdótico, en comparación. La forma de tratar a los personajes es uno de los puntos más débiles de la obra, ya que, el hecho de darles poco relieve, junto con la narración que alterna la primera persona cuando escribe lo que recuerda el monje, y en tercera persona cuando se narra la trama, nos recuerda más a una crónica que a una novela en sí. Esto, que para aquel que va buscando una novela de acción puede ser un defecto o un lastre, para aquel que disfruta con una buena recreación de un ambiente medieval y de la novelización de un hecho histórico es un punto a su favor. En torno a este personaje se envuelve una trama que sirve para mostrarnos el tema principal de la novela: que la presencia de lordemanos, de los pueblos del norte en las costas cantábricas era mucho más frecuente de lo que la gente piensa. Pero entorno a esa presencia se teje con maestría un ambiente de miedo, casi de terror, de la gente que vivía en esas tierras, personificada por su obispo. Era miedo a los ataques de los lordemanos, y miedo a las incursiones de los sarracenos, miedo a las guerras intestinas de los barones en una tierra que al carecer de rey, carece de gobierno y de ley. Y además, es miedo al propagado fin del mundo, miedo al fin del milenio anunciado en las escrituras, que se palpa con todas las calamidades que acechan a la gente llana que sobrevive como puede. Y, por parte del obispo, es miedo a morir en un momento en el que el amor por su tierra y su honestidad lo han llevado a la excomunión. Ese ambiente amedrentado, oscuro y terrible es lo que Miguel Ángel sabe transmitirnos con fuerza, sabe hacer que nos sintamos transportados cuando nos acostumbramos al lenguaje y nos metemos en la piel del bueno del obispo. Esto lo consigue gracias a lo que para muchos será el mayor impedimento para disfrutar de esta novela: el lenguaje que utiliza. Este es arcaico sin resultar ininteligible, repleto de modismos y expresiones en desuso, pero que por el contexto se entiende en su mayor 96


parte. En manos de alguien que lo utilizara con menos brillantez y acierto podría ser un punto muy negativo, pero en este caso solo hace que aumentar el valor literario de esta obra. Otro punto que no acaba de convencerme, sin ser ningún defecto serio ni ningún impedimento para disfrutar de este libro, es el hecho de que, cuando el narrador cuenta la trama «actual» se retrotrae en demasía a los usos y modismos que está utilizando cuando la historia es narrada por el obispo Cresconio, habiendo muy poca diferenciación lingüística entre personaje y narrador, Creo que aquí, diferenciar un poco más el lenguaje, dejando el del obispo con todos sus modismos y arcaísmos y modernizar el del narrador, habría sido darle un punto más de agilidad a la lectura de la novela. A pesar de ello, la narración mantiene su coherencia y los diálogos quedan perfectamente encajados, sin resultar forzados, pero dando poco relieve a los personajes. Es esta una obra en la que las descripciones, controladas en su justa medida, la ambientación tan cuidada, y la documentación tan exhaustiva, priman en contra de una agilidad narrativa de la que adolece. A pesar de eso, la novela se estructura perfectamente en torno a la vida del monje y a la crónica que está redactando, pero creo que deja un poco de lado el que en principio debería ser el eje central y es el señorío vikingo de Lordemanos, aunque mantiene la tensión de una forma constante y adecuada Indicada sobre todo para un lector experimentado, que busca encontrarse con la historia a través de la literatura y que ya sabe a lo que va, puede ser considerado un libro un poco arduo por el lector medio que busca una novela de aventuras ambientada en el medievo. Factores positivos que destacan: Su exquisita documentación y ambientación, y un gran dominio del lenguaje que hace que en cuanto se coja el ritmo se disfrute un montón de una prosa elegante y muy cuidada. Factores negativos que destacan: la superficialidad de los personajes, que en su mayoría son meros comparsas siendo el obispo el único que destaca un poco más pero no lo suficiente para hacer que el lector sienta empatía con él. En conclusión, es una novela histórica muy recomendable para los habituales del género, que nos muestra, con una prosa cuidada y muy bien escrita, (cosa muy de 97


agradecer) una época poco explorada y rica en acontecimientos y en vivencias dignas de ser narradas. Yo he disfrutado mucho con ella, y pienso estar muy pendiente de las próximas obras de este autor novel.

Ángeles Pavía Mañes Correctora y lectora profesional. Crítico literario. http://correccionliterariacodex.blogspot.com.es

Miguel Ángel Badal es un autor de origen conquense, aunque nacido en Valencia en 1978. Vinculado estrechamente a La Puebla de Valverde (Teruel), donde se enmarca su ascendencia paterna, y a Cañete (Cuenca), donde pasó buena parte de su infancia. Se ha presentado a diversos concursos y certámenes literarios, obteniendo, entre otros galardones, el Primer Premio del Certamen Nacional de Relato Histórico Breve «Álvaro de Luna» en sus ediciones de 2005 y 2007. En 2010 fue uno de los tres finalistas del Premio CajaGranada de Novela Histórica con su primera novela El Señor de Lordemanos, publicada por la editorial De Librum Tremens. http://elsenordelordemanos.blogspot.com.es

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QUIERO

ESCRIBIR

LO S B LO G S R E C O M I E N DA N

Antes y después de odiarte Ángeles Ibirika

Cazadores de sombras. Ciudad de las almas perdidas Cassandra Clare

Mikel tiene una sola razón para vivir: la venganza. Una venganza que planeó durante los años pasados en prisión tras ser traicionado por la mujer a la que amaba más que a su propia vida. Ella había acabado con su mundo. Ahora él acabará con el suyo.

Jace es ahora un sirviente del mal, vinculado a Sebastian por toda la eternidad. Sólo un pequeño grupo de Cazadores de Sombras cree posible su salvación. Para lograrla, deben desafiar al Cónclave, y deben actuar sin Clary.

Recomendado por: Tejiendo ideas, cosiendo palabras.

Recomendado por: Amores en la sombra.

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Flores en el ático V.C. Andrews

Dime quién soy Julia Navarro

Primera entrega de una serie sobrecogedora, esta novela narra la terrorífica pesadilla vivida por cuatro niños que, a causa de unas pasiones prohibidas, crecen en un macabro encierro, aislados del mundo por una madre cruel.

Una periodista recibe una propuesta para investigar la azarosa vida de su bisabuela, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de que estallara la Guerra Civil. Recomendado por: El conjuro de las letras.

Recomendado por: Cuadernos de literatura.


El coraje de Miss Redfield Ana R. Cañil

Cielo rojo David Lozano

Una fría mañana de enero de 1962 llega a la casa de doña Lily, duquesa de Peñalara y uno de los puntales de la sociedad madrileña, Elsa Redfield, una joven inglesa que ha sido contratada como nanny para el más pequeño de los nietos de la aristócrata.

El Club del Trueno se reúne por última vez. Nikolai y Ekaterina se marchan de Ucrania con sus padres. Dimitri, sin embargo, se queda en el país. Antes de despedirse, se reparten una matrioska con la promesa de volver a juntarla antes de diez años.

Recomendado por: Un lector indiscreto.

Recomendado por: El guardián de los libros.


Sin alma Gail Garriger

Puro Julianna Baggott

Una novela de vampiros, licántropos y sombrillas en pleno Londres Victoriano. Alexia Tarabotti debe desenvolverse bajo muchas y variadas tribulaciones sociales. En primer lugar, no tiene alma. En segundo, es una soltera cuyo padre es italiano y, además, está muerto. Y en tercer lugar, ha sido groseramente atacada por un vampiro sin ningún respeto por la etiqueta social.

Pressia apenas se acuerda de las Detonaciones y menos todavía de cómo era la vida en el Antes. En el armario donde duerme, entre los escombros de una antigua barbería piensa en cómo el mundo se transformó en ceniza, polvo, cicatrices, quemaduras y cuerpos dañados, fundidos con objetos extraños.

Recomendado por: Cientos de miles de historias.

Recomendado por: El rincón de las hadas.


La ciudad de los ojos grises Félix G. Modroño

La voz dormida Dulce Chacón

Tras varios años viviendo en París, Alfredo Gastiasoro regresa a Bilbao cuando se entera de que Izarbe ha muerto. Su retorno pretende ser el último homenaje a la mujer que amó, pero pronto se convertirá en una pesquisa sobre las inquietantes circunstancias que rodearon su muerte.

Una historia de coraje y dignidad que se convierte en testimonio y homenaje al papel desempeñado por muchas mujeres en los momentos decisivos de la guerra civil española y en los siguientes años de represión... Un estilo inolvidable, unos personajes que dejan huella...

Recomendado por: Shaka lectora.

Recomendado por: Loca por incordiar.


EN EL PRÓXIMO NÚMERO (FEBRERO 2013): AUTOR DEL MES

LA RED LITERARIA

MARIDAJE: ARTE Y LITERATURA

BASADA EN...

Enrique Corominas.

El atlas de las nubes (Cloud atlas).

ESCRITOR NOVEL

NUEVAS TECNOLOGÍAS

ESCRITORES EN LA NUBE

Comparativa de software para escritores.

Javier Sierra. El maestro del Prado.

Certamen Hislibris de relato histórico.

El escritor novel y el folio en blanco. Quiero un agente.

y mucho más...

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