Revista Tauro Delta nº 37

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nº 37 julio-agosto de 2011

Revista oficial de la plaza de toros de Las Ventas

ROBERT RYAN: “Nada como el toreo para forjar a un artista” DE ESTEBAN HERNÁNDEZ A SOTILLO GUTIÉRREZ: 120 años de tradición ganadera ARCADI ESPADA: “Los toros no se pueden suprimir en nombre de España” LAS EDADES DEL TORO IAN SPANIER, un fotógrafo debutante en Las Ventas FERIA DEL ANIVERSARIO TAUROMAQUIA: José Mata, cuarenta años



SUMARIO nº 37 • julio-agosto de 2011

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nº 37 julio-agosto de 2011

Revista oficial de la plaza de toros de Las Ventas

ROBERT RYAN: “Nada como el toreo para forjar a un artista” DE ESTEBAN HERNÁNDEZ A SOTILLO GUTIÉRREZ: 120 años de tradición ganadera ARCADI ESPADA: “Los toros no se pueden suprimir en nombre de España” LAS EDADES DEL TORO IAN SPANIER, un fotógrafo debutante en Las Ventas

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FERIA DEL ANIVERSARIO TAUROMAQUIA: José Mata, cuarenta años

Ilustración de Portada: Alguacilillo. Obra de Mario Pastor, presentada al Concurso de Carteles Taurodelta 2011. Edita: Taurodelta S.A. - C.I.F. A20620456 Dirección: José María Baviano, b+c Comunicación. byc@byc1.com Coordinación y edición: b+c Comunicación. byc@byc1.com Redacción: José Ignacio de la Serna, Juan Pelegrín y Javier Bajo. prensa@taurodelta.es. Tfno: 91.356.22.00. Ext. 241 y 224. Fax: 91.361.43.43.

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Noticias Taurodelta

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Temporada Taurina

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Entrevista con: Robert Ryan

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Clásicos ganaderos en Las Ventas: de Esteban Hernández a Sotillo Gutiérrez

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Entrevista con: Arcadi Espada

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Reportaje: Las edades del toro

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Fotógrafos en Las Ventas: Ian Spanier

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Tauromaquia: José Mata

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Colaboradores en este número: Laura Tenorio, Joaquín López del Ramo, David Plaza, Juan Miguel Sánchez Vigil y Manuel Durán. Diseño, Producción e Impresión: Imprimex® c/ Urano, 13. 28936 Móstoles. MADRID. Tel.: 91 685 28 65 www.imprimex.es Maquetación: Javier Jiménez de Molina. Publicidad: Taurodelta, S.A.

Plaza de Las Ventas

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Depósito legal: M-10844-2007

Puede acceder a los contenidos de todos los números de la revista en www.las-ventas.com Información sobre actualidad y actividades en la Plaza de Las Ventas: 902 1931 66

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NOTICIAS Departamento de comunicación de Taurodelta • Fotografías: Javier Arroyo y José María Baviano

Entrega de premios a los alumnos de la Escuela Taurina de Madrid triunfadores en 2010 Taurodelta entregó el pasado 10 de junio los premios a los triunfadores del ciclo de novilladas de promoción organizadas por la Escuela de Tauromaquia de la Comunidad de Madrid, cuya final se celebró en la Plaza de Las Ventas en novillada matinal sin caballos el pasado 3 de octubre. Los profesores de la Escuela declararon triunfador de la novillada a Luis Gerte, a quien acompañaron en la final Álvaro Montalvo y Fabio Castañeda. En un acto celebrado en la Sala Alcalá de Las Ventas, los tres novilleros recibieron los premios, patrocinados por Taurodelta y realizados por el modista taurino Justo Algaba, consistentes en un vestido de torear para el triunfador y capotes de paseo, útiles de brega y trastos de torear para los finalistas. Asistieron a este acto, junto a los triunfadores, miembros del Patronato, dirección y profesorado de la Escuela, encabezados por don José María Álvarez del Manzano; miembros de la dirección de

Taurodelta, encabezados por don José Antonio Martínez Uranga; el Gerente del Centro de Asuntos Taurinos, don Carlos Abella, y don Justo Algaba.

Domingo 3 de julio: Novillos de Zacarías Moreno (debut en Madrid) para Luis Miguel Casares, Juan del Álamo y Víctor Barrio.

Carteles para las novilladas del mes de julio en la plaza de Las Ventas

Domingo 10 de julio: Novillos de José Cruz para Jiménez Fortes, Conchi Ríos (de Murcia, presentación en Madrid) y López Simón.

Taurodelta anunció oficialmente los carteles de las cinco novilladas que forman el ciclo de Promoción de Novilleros que se celebrará en la Plaza de Las Ventas los domingos 3, 10, 17, 24 y 31 del mes de julio. La presencia en los carteles de novilleros punteros, alguno próximo a tomar la alternativa antes de la finalización del ciclo, ha motivado el cambio de formato. En vez de cuatro novilladas clasificatorias y una final, como se hizo en los últimos años, serán cinco novilladas de las que saldrán un triunfador y un segundo clasificado. Uno de ellos (el triunfador, si continúa en el escalafón de novilleros) será anunciado en la Feria de Otoño.

Domingo 17 de julio: Novillos de Javier Molina para Sergio Flores, Adolfo Ramos (de Melilla, presentación en Madrid) y Luis Gerpe (de Seseña, Toledo, presentación en Madrid).

La combinación de novilleros y ganaderías es la siguiente:

Todos los festejos comenzarán a las 20:30 horas.

Domingo 24 de julio: Novillos de Guadalest para Diego Silveti, Mario Alcalde (De Madrid, presentación) y Cayetano Ortiz (de Beziers, Francia, presentación en Madrid). Domingo 31 de julio: Novillos de Guadaira para Alberto Durán (de Villamor, Zamora, presentación en Madrid), Tulio Salguero (de Badajoz, presentación en Madrid) y Rafael Cerro.

La Escuela Taurina de Madrid continúa su curso

Representantes de Taurodelta y de la Escuela Taurina de Madrid, junto a los alumnos premiados.

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Los alumnos de la Escuela Taurina de Madrid continúan participando en las clases prácticas que se celebran en diferentes municipios de la Comunidad de Madrid. El pasado 4 de junio se celebró una de ellas en la localidad madrileña de Valdilecha, donde se lidiaron erales de la ganadería de Dehesa de Calvaches donados por la empresa Taurodelta. Dicho festejo fue retransmitido en directo por Canal 33. En el intervinieron


los alumnos: Víctor Tallón, César Valencia, y Jorge Isiegas, que lograron salir por la puerta grande. También el 21 de junio se celebró una novillada sin picadores, en esta ocasión en la plaza de toros de Torrejón de Ardoz. Se lidiaron erales de Antonio López Gibaja que dieron buen juego. Destacó el alumno Fabio Castañeda, que triunfo junto a su compañero Gonzalo Caballero. Ambos salieron por la puerta grande.

La plaza de Las Ventas se llena de chavales

El pasado miércoles 15 de junio los tendidos de la plaza de Las Ventas se llenaron con los 15.000 niños procedentes de colegios de toda la Comunidad de Madrid que asistieron a una exhibición de la Policía Nacional.

Premios de la peña El Puyazo El día 13 de junio a las 21.00 horas se fallaron los premios de la feria de San Isidro que otorga la Peña Taurina El Puyazo a la mejor ganadería y al mejor puyazo. Los ganadores fueron los siguientes: Mejor ganadería: Cuadri, que lidió el 2 de junio. Mejor puyazo: Rafael Agudo, de la cuadrilla de Iván Fandillo.


TEMPORADA 2011

Fotos: Juan Pelegrín

Reseña del 5 de junio

Temporada 2011

Oreja para Pablo Hermoso antes de la tormenta PABLO HERMOSO DE MENDOZA: Una oreja y saludos. ANDY CARTAGENA: Saludos y silencio. LEONARDO HERNÁNDEZ: Saludos y silencio. SE LIDIARON SEIS TOROS DE LOS ESPARTALES. 1º 2º 3º 4º 5º 6º

Nº 9, Mimosa, negro, 544, 4/07 • Silencio Nº 19, Ronaldo, negro bragado, 502, 4/07 • Silencio Nº 36, Julián, negro bragado axiblanco, 532, 9/06 • Silencio Nº 21, Extremeño, negro, 551, 12/06 • Palmas Nº 14, Cestero, negro, 530, 1/06 • Silencio Nº 37, Pizarro, negro, 519, 6/07 • Silencio Leonardo Hernández, bajo la tormenta.

Pablo Hermoso de Mendoza cuajó una gran actuación el pasado 5 de junio, cortó una oreja de su primer toro y perdió las dos del cuarto por el mal uso del rejón de muerte (pinchó en cinco ocasiones). Muy bien con Silveti y Manolete en banderillas del primero, levantó las mayores ovaciones de la tarde en el tercio de banderillas del cuarto, a lomos de Ícaro. Andy Cartagena logró sus mejores momentos a lomos de Magno en el segundo, y con Bisbal en un par a dos manos. Rejón defectuoso. Muy condicionado, al igual que Leonardo Hernández, por la lluvia que cayó desde el quinto toro, calentó los tendidos con Bisbal. Leonardo Hernández hizo un gran esfuerzo en sus dos toros, especialmente en el sexto, entre truenos y bajo el aguacero. No tuvo mucha fortuna en las reuniones aunque escuchó ovaciones fuertes en los pares de banderillas montando a Verdi y Xarope. Descordó al sexto. Asistió la Infanta Doña Elena, quien ocupó el Palco Real de Las Ventas.

Hermoso, brillante en Madrid.

Reseña del 7 de junio

Feria del Aniversario

Tejela pierde los trofeos por la espada RAFAELILLO: Silencio con un aviso y silencio. DIEGO URDIALES: Silencio con un aviso y silencio. MATÍAS TEJELA: Saludos con un aviso y silencio. SE LIDIARON CUATRO TOROS DE LOS BAYONES (DOS MÁS DEVUELTOS), UN SOBRERO DE FRAILE MAZAS (5º) Y OTRO DE VALDEFRESNO (6º). 1º Nº 86, Garañito, negro, 537, 11/06 • Pitos 2º Nº 27, Cupletero, negro, 567, 2/07 • Pitos 3º Nº 45, Limón, negro bragado meano, 592, 2/06 • Ovación 4º Nº 38, Malvarroso, negro, 564, 4/07 • Pitos 5º Nº 19, Pretencioso, negro, 583, 12/06 • Pitos 6º Nº 36, Girondo, negro, 528, 12/06 • Pitos Matías Tejela estropeó con la espada un gran faena a un magnífico toro de Los Bayones, el único que llegó a la muleta con gas suficiente. Tejela cuajó una labor redonda desde el capote hasta el último tercio con lances que hicieron rugir la plaza. Por desgracia falló con los aceros y perdió los trofeos. El público premió al toro con una gran ovación en el arrastre. Tanto Rafaelillo como Diego Urdiales se enfrentaron a lotes que no les permitieron lucimiento alguno.

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La espada impidió a Tejela redondear una gran tarde.

Largo natural de Matías Tejela.


RESEÑAS

Reseña del 8 de junio

Corrida de Beneficencia

El Juli estropea con la espada la única buena faena de una Beneficencia gris JUAN MORA: Silencio y silencio. MORANTE DE LA PUEBLA: Pitos y silencio. JULIÁN LÓPEZ EL JULI: División y silencio. SE LIDIARON CINCO TOROS DE VICTORIANO DEL RÍO Y UNO DE TOROS DE CORTÉS (6º). 1º 2º 3º 4º 5º 6º

Nº 98, Exclusivo, negro, 544, 12/05 • Silencio Nº 68, Supervisor, negro bragado meano axiblanco, 534, 7/05 • Pitos Nº 61, Barbazul, negro, 532, 7/05 • Silencio Nº 106, Alabardero, castaño albardado, 582, 12/06 • Palmas Nº 75, Contento, negro salpicado, 547, 1/07 • Silencio Nº 155, Fabuchero, negro bragao, 549, 9/06 • Silencio

Morante, por chicuelinas.

Tan solo El Juli en algunos momentos de su primera faena consiguió elevar el tono de una Beneficencia anodina en la que el juego de los toros no fue el esperado. El Juli consiguió meter en la muleta a un toro muy incierto con el que logró buenas tandas por los dos pitones. Falló con la espada y pudo perder por ello una oreja. Juan Mora y Morante solo pudieron dejar algunos chispazos. Mora mejor con la muleta y Morante bordando algunos lances con el capote. Presidió la corrida S.A.R. el Príncipe de Asturias desde el Palco Real.

Natural de El Juli.

Reseña del 9 de junio

Derechazo de Juan Mora.

Feria del Aniversario

Buena imagen de Jairo Miguel en su confirmación VÍCTOR PUERTO: Silencio en su lote. PEDRO GUTIÉRREZ EL CAPEA: Silencio y silencio. JAIRO MIGUEL: Silencio y ovación con un aviso. SE LIDIARON CINCO TOROS DE ANTONIO BAÑUELOS Y UN SOBRERO DE ADELAIDA RODRÍGUEZ (4º). SE DEVOLVIÓ UN TORO DE BAÑUELOS. 1º Nº 63, Aguilucho, negro listón, 533, 4/06 • Pitos 2º Nº 55, Roqueño, negro listón bragado meano, 553, 3/06 • Silencio 3º Nº 20, Besuguero, negro, 555, 3/06 • Silencio 4º Nº 23, Anda Poco, negro, 590, 3/06 • Pitos 5º Nº 18, Bomitero, castaño bragado meano, 543, 4/07 • Silencio 6º Nº 36, Regaliz, negro bragado, 575, 4/07 • Silencio Confirmación de alternativa de Jairo Miguel.

Jairo Miguel confirmó en Las Ventas dejando una buena impresión a pesar del poco juego de su lote que siguió la norma general de la corrida. El joven torero se fajó con sus dos toros para extraer los mejores momentos de un festejo deslucido. Víctor Puerto y El Capea intentaron todo lo posible pero ninguno de sus toros llegó con suficiente interés al último tercio

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TEMPORADA 2011

Fotos: Juan Pelegrín

Reseña del 10 de junio

Feria del Aniversario

Oreja para Rubén Pinar que cuajó una buena tarde ANTONIO FERRERA: Silencio y silencio. SERGIO AGUILAR: Saludos y silencio con un aviso. RUBÉN PINAR: Una oreja y saludos con un aviso. SE LIDIARON CINCO TOROS DE JAVIER PÉREZ TABERNERO (UNO MÁS DEVUELTO) Y UN SOBRERO DE VALDEFRESNO (6º). 1º 2º 3º 4º 5º 6º

Nº 38, Cantinillo, negro corrido, 589, 3/07 • Silencio Nº 31, Curioso, negro, 569, 10/06 • Palmas Nº 10, Yegüesero, negro corrido, 558, 11/06 • Ovación Nº 49, Cigarrero, carbonero, 528, 4/07 • Silencio Nº 24, Pitito, negro burraco, 605, 11/05 • Palmas Nº 22, Langostito, negro, 530, 9/05 • Silencio

Rubén Pinar cortó una oreja a una buena corrida de Javier Pérez Tabernero. Pinar consiguió el trofeo por una faena muy completa al tercero en la que cuajó tandas por los dos pitones para culminar con una magnífica estocada. La poca fuerza del sexto, sobrero de Valdefresno, le impidió rematar su buena tarde y salir por la Puerta Grande. Sergio Aguilar construyó con su primero una faena de menos a más que terminó con mucha fuerza y un muy buen volapié. Saludó desde el tercio. Antonio Ferrera fue aplaudido por sus espectaculares pares sin que pudiera luego mantener el calor con la muleta.

Poderoso muletazo del torero de Albacete.

Triunfo importante de Rubén Pinar.

Reseña del 11 de junio

Feria del Aniversario

El Fandi animó la tarde; Miguel Abellán, herido MIGUEL ABELLÁN: Silencio. Herido por su primero. DAVID FANDILA EL FANDI: Ovación con un aviso, palmas y palmas. DANIEL LUQUE: Palmas tras un aviso y silencio. SE LIDIARON TRES TOROS DE L A PALMOSILLA (UNO MÁS DEVUELTO), DOS DE MARI CARMEN CAMACHO (1º Y 5º) Y UN SOBRERO DE EL TORERO (6º). 1º Nº 62, Quitapajas, negro bragado meano girón, 565, 10/06 • Pitos 2º Nº 2, Libertino, negro listón, 551, 11/06 • Palmas 3º Nº 47, Presidiario, negrolistón, 550, 10/06 • Silencio 4º Nº 48, Abubilla, negro listón, 569, 10/06 • Palmas 5º Nº 24, Despeinado, castaño bragado meano, 540, 1/07 • Pitos 6º Nº 32, Guasón, negro bragado meano axiblanco, 535, 12/05 • Silencio El Fandi puso el color en una tarde en la que la nota negativa fue la cornada de Miguel Abellán. El madrileño fue herido en la boca en un derrote de su primer toro al entrar a matar. Pasó a la enfermería de donde salió hacia el hospital. El Fandi, que mató tres toros, destacó en los dos primeros tercios, sobre todo con las banderillas. El granadino animó al público con sus pares que fueron fuertemente jaleados. No pudo redondear en las faenas con la muleta. Daniel Luque no tuvo suerte y Abellán resultó herido al entrar a matar. no encontró un lote propicio para el lucimiento. Parte médico de Miguel Abellán: Herida contusa por asta de toro en el labio inferior que causa destrozos en el músculo orbicular con avulsión de piezas dentarias. Ligera conmoción cerebral. Pronóstico reservado que le impide continuar la lidia. Fdo: Dr. García Padrós.

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RESEÑAS

Reseña del 12 de junio

Feria del Aniversario

Puerta Grande para Diego Ventura y una oreja para Montes ANDY CARTAGENA: Silencio en su lote. ÁLVARO MONTES: Saludos y una oreja. DIEGO VENTURA: Una oreja en cada toro. Puerta Grande. SE LIDIARON SEIS TOROS DE FERMÍN BOHÓRQUEZ. 1º Nº 139, Panameño, negro bragado, 543, 3/07 • Pitos 2º Nº 34, Jaquetón, negro , 509, 2/07 • Palmas 3º Nº 113, Templado, negro bragado, 538, 12/06 • Palmas 4º Nº 46, Bocanegra, negro, 574, 11/06 • Silencio 5º Nº 163, Noble, negro bragado, 615, 5/07 • Palmas 6º Nº 81, Ladrón, negro bragado meano, 572, 12/06 • Silencio

Ventura, de nuevo por la Puerta Grande.

Diego Ventura abrió por novena vez la Puerta Grande de Las Ventas al cortar una oreja de cada uno de sus toros. El portugués brindó un gran espectáculo con cada uno de sus caballos poniendo a la plaza en pie. Álvaro Montes cortó una oreja del quinto y perdió otra del segundo por sus fallos con el descabello. Andy Cartagena tuvo menos suerte con su lote y apenas tuvo opciones para lucirse.

Montes, recibiendo al toro con la garrocha.

Reseña del 19 de junio

Temporada 2011

Una oreja para David Mora en la primera tras las ferias SERAFÍN MARÍN: Silencio y palmas con un aviso. DAVID MORA: Una oreja y saludos. OLIVA SOTO: Silencio con un aviso y saludos. SE LIDIARON CINCO TOROS DE MARTÍN LORCA Y UNO DE ESCRIBANO MARTÍN (6º). 1º Nº 32, Huelvano, colorado, 545, 12/06 • Pitos 2º Nº 45, Indiano, negro listón salpicado, 587, 2/07 • Palmas 3º Nº 38, Lunero, castaño, 512, 11/06 • Silencio 4º Nº 35, Ninfo, negro listón chorreado en morcillo, 519, 12/06 • Silencio 5º Nº 39, Botero, negro, 551, 12/06 • Silencio 6º Nº 65, Ilusionado, negro listón bragado meano, 515, 12/06 • Silencio David Mora cortó una oreja a un buen toro de Martín Lorca. Mora lució con él ya desde el saludo con el capote y luego, dando distancia al toro, trazó una faena meritoria que cerró con una gran estocada que terminó dándole el trofeo. No pudo redondear la tarde porque su segundo se vino abajo en el último tercio. A Serafín Marín le duraron poco sus toros y, a pesar de su evidente voluntad de hacer las cosas bien, no tuvo opciones. Oliva Soto se quedó casi inédito con su primero y con el sexto hizo una faena con altibajos que remató con una tanda de ajustadas manoletinas que fueron lo más jaleado. La nobleza fue la nota dominante de la corrida de Martín Lorca.

Importante tarde de David Mora.

Gran estocada de David Mora.

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TEMPORADA 2011

Fotos: Juan Pelegrín

Reseña del 25 de junio

Temporada 2011

Vuelta al ruedo para Emilio Huertas FRANCISCO MONTIEL: Saludos y silencio con un aviso. JESÚS FERNÁNDEZ: Saludos al arrastre de cada uno de su lote. EMILIO HUERTAS: Vuelta al ruedo y silencio tras aviso. SE LIDIARON SEIS NOVILLOS DE LOS HERMANOS TORRES GALLEGO. 1º Nº 23, Lorito, negro bragado meano coletero, 509, 11/07 • Silencio 2º Nº 8, Dicharachero, negro salpicado, 470, 10/07 • Silencio 3º Nº 17, Andaluz, castaño, 481, 11/07 • Ovación 4º Nº 11, Español, cárdeno nevado, 512, 10/07 • Silencio 5º Nº 6, Emocionado, castaño, 520, 11/07 • Silencio 6º Nº 16, Fantasma, negro, 521, 1/08 • Silencio Emilio Huertas dio una vuelta al ruedo tras el arrastre del tercer novillo de un exigente encierro de Torres Gallego. Huertas destacó con la diestra en el último tercio y hubo algunos pañuelos en los tendidos. No tuvo suerte con el sexto. Jesús Fernández sufrió dos fuertes volteretas durante la lidia del segundo, al que se enfrentó con valor, igual que al duro quinto. Su meritoria labor ante ambos novillos fue ovacionada. Francisco Montiel se enfrentó al lote con menos gas del encierro y aunque se le adivinaron buenas maneras no pudo llegar a los tendidos.

Emilio Huertas, a la verónica.

Largo natural de Emilio Huertas.

Reseña del 26 de junio

Temporada 2011

Una corrida marcada por la falta de fuerzas de los toros JOSELILLO: Palmas y silencio con un aviso. JOSELITO ADAME: Silencio con un aviso y silencio. PEPE MORAL: Silencio en su lote. SE LIDIARON TRES TOROS DE MARÍA CASCÓN (DOS MÁS DEVUELTOS) UNO DE JAVIER PÉREZ TABERNERO (6º), UN SOBRERO DE DOMÍNGUEZ CAMACHO (2º) Y OTRO DE EL SIERRO (5º). 1º 2º 3º 4º 5º 6º

Nº 34, Venturoso, negro, 554, 1/07 • Silencio Nº 46, Ruidoso, negro listón, 529, 10/05 • Silencio Nº 42, Cubatonto, negro bragado, 528, 3/07 • Silencio Nº 39, Farderito, negro bragado, 555, 3/07 • Silencio Nº 27, Jaranero, negro, 561, 1/07 • Silencio Nº 28, Yegüesero, negro bragado meano corrido, 590, 11/05 • Silencio

La falta de fuerzas de los toros condicionó totalmente el resultado de la corrida, en la que tan solo Joselillo escuchó aplausos a la muerte de su primer toro. Tanto los titulares de María Cascón y Javier Pérez Tabernero como los dos sobreros impidieron a los toreros lucimiento alguno. Joselillo, que brindó su primero al doctor García Padrós, estuvo aseado y decidido con un toro que no humilló y al que mató de estocada atravesada. Logró algunos naturales estimables en el cuarto, de mucha nobleza pero sin fuerzas. Joselito Adame, lesionado en un cambio al inicio de faena al segundo, sufrió una tremenda voltereta en un segundo cambio por la espalda. Poco pudo hacer con el blandísimo quinto. Pepe Moral lo intentó en dos largas faenas que no obtuvieron eco por las condiciones de sus oponentes.

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Poderoso muletazo de Joselillo.

Espeluznante voltereta de Joselito Adame.



ENTREVISTA

Robert Ryan: “Nada como el toreo para forjar a un artista ”

“Es el de Robert Ryan un caso singular en la historia del toreo, aun sin considerar su país de origen. Fue un diestro de arte y sentimiento, lo que aparentemente es más difícil de entender dado su nacionalidad, pero conocida su faceta de extraordinario pintor, grabador, dibujante y poeta cuesta poco aceptarlo. Mereció la estimación de la crítica, el respeto de sus compañeros, figuró en carteles de prestigio y sus triunfos fueron legítimos y pagados muchas veces por su sangre. Supo sobreponerse a las cornadas y también reintegrarse a la profesión, después de cada época de alejamiento, lo que corrobora la aceptación que siempre tuvo”. EL COSSIO, Los toros, vol. XI Texto: José Ignacio de la Serna Miró Fotos: Javier Arroyo (retrato) y cortesía de Robert Ryan

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or culpa de mi gran afición a los toros fui un niño muy difícil. Mis padres eran norteamericanos de origen irlandés y no sabían una palabra del tema, pero hicieron por entenderme y me ayudaron todo lo que pudieron. Tuve mucha suerte, la verdad. He tenido una familia maravillosa. Me eduqué en un colegio católico, de monjas, y desde pequeño aprendí el valor de la disciplina, algo que me sirvió de mucho cuando me llegó el sueño de ser torero. Disfruté de una formación espiritual para el toreo de lo mejor que se pueda imaginar. A pesar de que entonces yo no sabía qué era el toreo. Pregunta | ¿Cómo y cuándo lo descubrió? Respuesta | Primero me interesé por el toro como animal, desde siempre. De niño me gustaba mucho dibujar todo tipo de animales, perros, gatos, caballos, hasta mariposas y caracoles… y toros. Pero aquellos toros eran mansos, criados para carne. Los había visto en pequeños corrales cuando salíamos al campo a pasear. Me desconsolaba pensar en la forma en que vivían, hacinados, metidos en el barro y rodeados de porquería. Privados de libertad. Sentía una inmensa pena. Luego, algo más tarde, en libros y museos encontré otro toro, un animal magnífico que me llamó poderosamente la atención. El toro dios, que aparece en la cultura clásica. Y en la obra de Picasso. Seguí buscando y descubrí el arte de torear. Pero sobre todo aprendí que existe una vida mucho mejor para el toro de lidia. ¿Qué literatura taurina encontró en California? Encontré el libro de Chaves Nogales sobre Belmonte traducido al inglés. Y otros muy buenos. Lo que más me interesó fueron las fotografías. Por su estética. Me quedé deslumbrado

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cuando vi por primera vez una fotografía de Belmonte y de Manolete. Sin embargo, también recuerdo que después de leer el extraordinario libro de Ernest Hemingway, Muerte en la Tarde, surgieron mis primeras contradicciones. Había aspectos de la lidia que no entendía. Por ejemplo, la suerte de picar sin peto. Para Hemingway la aparición del peto significaba la decadencia del toreo. Pero yo pensaba lo contrario. Para mí era un progreso, como luego ha quedado demostrado. Me horrorizaban las fotografías con los caballos muertos en el ruedo. De haber nacido en la Edad de Oro, hubiera sido difícil que me acercara al toreo. Otro hallazgo importante llegó tras ver la película Torero, del director Carlos Velo. Porque hasta ese momento las imágenes que había visto eran fijas, estáticas. En Torero descubrí el movimiento del toreo. Aunque no entendía una palabra, me gustaba más la versión en castellano que en inglés, por el acento. Me parecía más auténtico. El movimiento acompasado del toreo me cautivó… Llevar la fuerza del toro en la mano era para vivirlo, no para contemplarlo, pensé. ¿Cuándo sintió la necesidad de torear? La idea de torear surgió muy pronto. Era algo que tenía que probar. Vivía encerrado en mi mundo, un mundo lleno de fantasía, pero no conocía cómo era realmente el del toro. Por eso, torear era un reto. También había leído que para ser torero hacía falta valor, pero no estaba tan de acuerdo. Pensaba que todo es posible en esta vida si de verdad lo deseas. Entonces ¿nunca se preguntó si poseía el valor necesario? Sí, sí me lo pregunté. Pero era algo que tenía que hacer. Tanto me atraía, que ser torero me pareció lo más natural del mundo. Un hecho, más que una obligación conmigo mismo. A los once años me hice un capote y una muleta y toreaba de salón en el jardín de casa. Me pasaba las horas toreando a mi perro, un boxer. Con él aprendí quiebros, recortes y cuarteos que luego llevé a cabo delante del toro, en banderillas. Mi perro estaba feliz de la vida. A los trece años vi mi primera corrida de toros, en Tijuana. Y otra vez me produjo un fuerte choque la lidia, el espectáculo en sí. La sangre, los colores, los sonidos, los olores. Toreaba Luis Procuna, al que ya conocía de la película Torero. Todo era nuevo. Todo me impactó. Nunca hubiera imaginado que sentiría tantas emociones al presenciar una corrida. Poco después les dije a mis padres que quería ser torero, en serio. Que aquello era más que un juego para mí. Al principio fue un drama familiar. Mi abuela materna decía que me dejara de tonterías. “El miedo y los nervios para ellos. La ilusión, para mí”, pensé.

Dibujo de Robert Ryan.

”L

levar la fuerza del toro en la mano era para vivirlo, no para contemplarlo ”

A Belmonte de niño le embestía un amiguito con una silla… Es que el toreo es como un juego. Al menos siempre tuve esa sensación. Un juego de muerte, desde luego. Pero también de mutua colaboración. En Aguascalientes toreé mi primera becerra, en la ganadería de Peñuelas. Armillita Chico me prestó su capote y con él di mis primeros lances. Le causé buena impresión y al día siguiente me invitó a su casa. Era una persona de una calidad humana extraordinaria. Y una gran figura del toreo.

¿Qué conclusiones sacó de aquella primera experiencia? Que lo mismo que le hacía a mi perro se les podía hacer a las becerras. Fue una experiencia muy positiva. Me sentí capaz, y eso me dio moral. Por suerte había llegado al toreo sin prejuicios y pude expresar mi sentimiento en libertad. Por aquella época, en Los Angeles, aparecieron grupos de aficionados prácticos que se reunían para hablar de toros y torear de salón, igual que sucede ahora en España. Al principio me junté con ellos, pero pronto busqué las enseñanzas de un gran maestro. Nada menos que las del torero mexicano Pepe Ortiz. Para mí fue más que un maestro. Fue como un segundo padre. Cuando lo conocí no hablaba inglés, y yo no sabía español; pero aprendí rápido. Estuvimos tentando tres días en su ganadería. Volví el año siguiente y prometió ayudarme. A los diecisiete años estaba viviendo en su casa. ¿Cuándo lo conoció? Dos años antes. Llegar desde el extranjero y vivir en casa del maestro fue algo excepcional.

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ENTREVISTA Había visto sus fotografías y sentía una profunda admiración hacia él. Tuve una suerte increíble, y me daba cuenta de ello. Fue duro dejar a mi familia en California, a mis hermanos, a mi perro, porque el toreo significó una distancia más que física, al vivir otra cultura dejaba mucho atrás. Pero lo que viví al lado de Pepe Ortiz y de su familia hizo que me sintiera un privilegiado, y me benefició mucho. Incluso hoy. Ser conocido como discípulo suyo me abrió muchas puertas en México, durante años. Hizo que la gente, a mí, un norteamericano, me mirara de manera diferente. Me dio cierta aureola, como a los toreros de dinastía. Todavía me asombro cuando pienso en su generosidad. Su esposa, además, era una mujer bellísima, muy culta, y una gran artista. ¿Siguió pintando en casa de Pepe Ortiz? No. Fue él quien me animó, porque su esposa también pintaba. Para mí lo primero era el toro, y no quería que me tomaran como un pintor que quiere torear. Tenía miedo de que pensaran eso de mí. ¿Qué aprendió de Pepe Ortiz? Hablaba poco de sí mismo, de lo que había sido en el toreo. De modo que todo cuanto supe acerca de él lo leí en la biblioteca taurina que tenía en su casa. Me aprendí de memoria toda su trayectoria, año por año. No era nada celoso de sus compañeros, al contrario, hablaba maravillas de algunos de ellos, porque sabía apreciar las cualidades de cada uno. Una vez retirado, rara vez asistía a los toros. Era un hombre muy creativo, amigo de muchos artistas, compositores, cantantes, pintores.... Para él, el toreo, más que nada, era temple y suavidad, pero también le daba especial importancia a la lidia. No hablaba del valor o del miedo, pues daba por supuesto que el que quisiera ser torero se iba a arrimar. Después, cuando empecé a torear, tenía una manera única y maravillosa de decir las cosas. De dar confianza. Era el más exigente del mundo, pero también inteligente y sensible, y por eso ahondaba y potenciaba solo las virtudes. Dejaba desarrollar. Nunca se recreaba en los defectos, como hacen la mayoría de los taurinos que he conocido. Los toreros también necesitan cariño. Suena interesante… El torero tiene que creer en sí mismo, y estar convencido de lo que hace. Pero a la vez tiene que estar convencido de que tiene algo que aportar. Porque no hay nada más creativo que cuajar un toro. Si ves que tienes a tu lado gente muy importante que cree en ti, y que al apoyarte pone en juego su prestigio, te da una confianza enorme, y en el toreo es lo principal. La confianza. Más que tener al lado a un taurino que provoca tensión. Hay que huir de ese tipo de personas. No aportan nada, y hacen daño. Pero junto al maestro Ortiz varios toreros retirados, algunos de ellos grandes figuras

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como el gitano Cagancho, Jesús Solórzano y Carlos Arruza, hicieron mucho por mí; y otros como Zenaido Espinosa, hermano y banderillero del gran Armillita. Yo buscaba siempre su compañía. Robert Ryan debutó en público en un festival de toreros mexicanos retirados. Recuerdo que me contrarió que el novillo preparado para la ocasión fuese tan pequeño. Toda mi idea y mi ética taurina residían en la vida de la que disfruta el toro antes de ser lidiado, durante tres, cuatro, incluso cinco años. Pero matar un animal tan joven, no podía ser. Y no me gustó. Toreé con Luis Castro El Soldado y David Liceaga. En la presidencia estaba Rodolfo Gaona. Sacó el pañuelo y me concedió una oreja, que no acepté ni agradecí a tan gran torero. Después toreé tres festivales más, y debuté con picadores en mayo del 62. Fue cuando Pepe Ortiz dejó de torear festivales y en el campo. Me llevó a entrenar a casa de Luis Procuna, donde ensayaban varios toreros mexicanos. Y también el español Pablo Lozano, del que guardo un grato recuerdo, y una bonita amistad. Precisamente a través de Pablo Lozano toreé en España. Eso fue en el año 1963… A mi llegada a España Manolo Lozano, hermano de Pablo, tenía preparado para mí una

bonita temporada, pero todo se frustró, porque no me dejaron torear sin caballos. Manolo estaba a punto de tomar la alternativa, y era la primera vez que apoderaba a un torero. Mi presentación con picadores en España fue algo precipitado. Al pinchar yo tres novillos importantes Manolo no vio la manera de seguir adelante. La espada era fundamental. Luego me siguió apoyando, pero aún no era el gran taurino que todos conocemos. Ahora nos une una gran amistad. En España me di cuenta de la dureza de esta profesión. Era la primera vez que me sentía un torero extranjero, y esa circunstancia comenzó a perjudicarme seriamente. Decían que antes que a un norteamericano, había que ayudar a los novilleros españoles. Hasta ese momento el toreo, para mí, era un mundo de arte, y jamás antes había escuchado una palabra sobre intereses, ni mucho menos de dinero. Supe que el toreo, además de un arte, es también un negocio. ¿Y el toro? En los alrededores de Madrid lidié novilladas que eran autenticas corridas de toros. Acusé mucho la violencia del toro español. Me pegaron muchísimas volteretas, pero siempre, como un acto reflejo, volvía a la cara. Sin embargo, no tardé en sentirme a gusto. En Aranjuez toreé una novillada seria y cuajada y esa tarde me sentí capaz de triunfar en España.


xicanas del momento. Sin embargo, y no deja de ser curioso, al mismo tiempo que ganaba prestigio y reconocimiento mi círculo de acción se fue reduciendo más y más. En este sentido mi carrera fue atípica. Me vi convertido en un torero periférico, destinado a plazas lejanas, principalmente las de la frontera norte de México. De modo que, sin saberlo, poco a poco me fui despidiendo de todas las plazas en las que actuaba. También en España. Pero me fui triunfando, sobre todo en México, al lado de compañeros como Manolo Martínez, Joselito Huerta, Curro Rivera, Alfredo Leal, Finito, Eloy Cavazos, Raúl García, Antonio Lomelín, los hijos de Solórzano, Calesero y Armillita. Pero me llegaba un gran desasosiego cuando no toreaba. Porque los día sin toros eran de un vacío terrible. No creaba nada. En un momento llegué a estar tan deprimido que lamenté que no me hubiera matado un toro. Entonces fue cuando la pintura me hizo el ‘quite’. Sin dejar los toros me puse a pintar en serio.

Don Pablo Lozano me dijo que usted tenía valor. Porque el valor va parejo con las ganas de ser. De matador de toros me pegaron seis cornadas graves. Creo que las busqué, o salía a buscarlas, en rebeldía contra las barreras que fui encontrando. Aunque era normal, porque yo lo era, me dolía ser considerado como un torero extranjero, cuando el toreo se había convertido en algo como mi verdadera patria. No supe disfrutar de la suerte que indudablemente había tenido como torero norteamericano. En España, de novillero, me iba de director de lidia por las capeas, matando todo tipo de toros. Quedarme aquí me hizo perder mucho tiempo. No sé si fue un error, pero maduré. Finalmente regresó a México, y en julio de 1966 se presentó en la plaza más importante del país azteca. En total, toreé alrededor de treinta festejos con picadores. Torear en la plaza México me cambió la vida. Volví varias veces, toreé mucho por los Estados y fui reconocido como novillero puntero. El 11 de junio de 1967 tomó la alternativa, en Tijuana. Y a los quince días me repitieron y se acabó el papel. Comencé a alternar con las figuras me-

¿Y…? Entonces descubrí que al pintar sentía la misma emoción que cuando toreaba. Y una satisfacción a lo largo enemiga del toreo. Porque el reto de un artista es realizarse. Es una necesidad vital. Algo más allá del reconocimiento de los demás. Y un pintor es más dueño de su circunstancia que un torero. Si gracias a la pintura llegué al toreo, el toreo, como una inmensa ola, de nuevo me devolvió a la pintura. Usted se ha definido como “un torero que pinta y escribe”. Cierto, porque el toreo fue mi escuela, y no hay nada como el toreo para forjar a un artista. Jamás fui a una academia de arte, aunque pude hacerlo. Me concedieron una beca y la rechacé. Se ha dicho que yo toreaba como pinto. Y viceversa. Que con la muleta y el pincel he sido el mismo. Algunos toreros piensan lo mismo de mi obra escrita. Y es normal, para bien o para mal, cuando las obras brotan de un mismo sentimiento. En ningún caso han sido escribir y pintar un descanso para mí, sino una continuación de la lidia. Porque vivir la muerte del toro me sensibilizó y me impulsó a explorar. Ante un lienzo en blanco me siento como en el patio de cuadrillas, con el mismo afán, la misma inquietud, la misma incertidumbre. En el estudio como en el ruedo he sentido la euforia de la creación. La cual es siempre efímera. Es verdad que en el estudio queda plasmada la obra, pero lo trascendental es lo que se vive en el momento. Ante el lienzo en blanco no echo de menos la mirada del toro. Pero sí su guía, por cuanto comunica, la contestación inmediata que suscita el dialogo mudo del toreo. Pintando, cualquiera que sea el tema, inconscientemente tengo presente otra lidia,

tan honda y tan viva es la huella que el toro dibujó en mí. La necesidad de crear es permanente… Sí, cada día. Ahora estoy metido en varios proyectos, pero me cuesta mucho dar por terminado un libro o firmar un cuadro. Es lo más difícil. Porque cuando lo haces, es que ya no lo tienes en la mano. Y no existe la obra perfecta. Tengo un entorno maravilloso para crear, una mujer que me entiende y me consiente; ella fue una gran artista, de ballet clásico. Y, repito, en el toreo he tenido una gran escuela. Por su seriedad misma, su suprema exigencia. Y porque al torear se aprende lo que es dibujo, la importancia de la línea y la medida, la viveza del trazo. Se aprende a elegir la paleta, porque el colorido de una faena es como el de un cuadro. Cada emoción tiene su tono. Sobre todo, el toreo enseña a mirar hacia dentro y poner la vida en la obra. Se torea como se es, sí, pero solo manos a la obra puede encontrarse el artista. También, en un sentido literario, se suele torear en prosa, pero el toreo grande pertenece al sentido lírico que el torero ha de llevar dentro. Además de su poesía, es autor de varios libros en los que analiza detalladamente las suertes y la historia del toreo. En general, México siempre ha rendido culto a la historia íntima del toreo. A sus artistas y creadores. Se ha interesado de cómo han evolucionado las suertes. Quizás porque en México el abanico de ganaderías no es tan amplio. No lo sé. Pero en España se le ha dado más importancia al toro. Cuando hablan de un gran torero, la mayoría de las veces se refieren a lo que ha sido. No de lo que pudo haber dejado. Son muy pocos los que dejan algo, y no me refiero solo a la creación de suertes. Sin embargo, el repertorio de suertes en México es más variado, sobre todo con el capote. En España, para muchos aficionados el toreo puro se reduce a la verónica o al natural, y no estoy de acuerdo. Todas las suertes, cuando son bien ejecutadas, dentro de la norma de la lidia pueden tener pureza y verdad. Y es lo que quise contar en El Toreo de Capa. Porque los toreros se copian mucho unos a otros y al final el verdadero creador se pierde. De ahí, mi homenaje. Como gran enamorado de la Edad de Plata del toreo, en los años treinta, ¿considera que las nuevas generaciones de toreros deberían beber de esa fuente? Sí, porque hay cosas que no han evolucionado, ni se han superado. Especialmente con el capote, pues a partir de esa época ha mantenido intacta su constante. Su esencia. Solo tienes que ver una verónica de Curro Puya o de Victoriano de la Serna. Son fotos viejas, pero nunca serán antiguas. En cambio, el toreo de muleta ha evolucionado mucho. Lo que se ha logrado antes era impensable.

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CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS

Corrida de don Esteban Hernández en los corrales de la antigua plaza de Madrid, donde fue lidiada con gran éxito el 4 de junio de 1905.

De Esteban Hernández a Sotillo Gutiérrez: 120 años de tradición ganadera

Don Esteban Hernández Martínez fue uno de los personajes más importantes en la historia del campo bravo madrileño. Desde finales del siglo XIX, su nombre cobró justa fama y sus toros fueron conocidos como “los pablorromeros de Madrid”. También su visión de la bravura debía ser bastante avanzada, a juzgar por el rigor con que seleccionó y el exitoso afán de experimentar con nuevos cruces. Sus herederos mejoraron aún más la ganadería, favorita de las figuras de la Edad de Oro y de Plata del toreo, pero la guerra civil truncó brutalmente su continuidad. Todas las reses fueron aniquiladas, mas no así la afición de sus hijos, los hermanos Hernández Pla, que en cuanto pudieron volvieron a criar toros bravos. Han pasado 120 años y la tradición sigue viva en nuestros días gracias al hierro de “Sotillo Gutiérrez”, sobradamente conocido por la afición de Las Ventas y desde hace tiempo encastado en las mejores reatas de Domecq. Por historia y categoría, llega a nuestras páginas la más clásica de las familias ganaderas de Madrid. Texto: Joaquín López del Ramo Fotos: Martín, Juan Miguel Sánchez Vigil, archivo de Joaquín López del Ramo y cortesía de la familia

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arece evidente que don Esteban Hernández fue un hombre con un espíritu y una lucidez fuera de lo común. Natural de un pequeño pueblo de La Rioja, quedó huérfano siendo niño y vino a vivir a Madrid con unos tíos que poseían un comercio, en el cual trabajaba como simple dependiente e incluso dormía. Por esos giros inesperados de la vida, otra tía suya le dejó en herencia la finca “El Soto”, sita en la ribe-

ra del Jarama, muy cerca de Ciempozuelos, y a partir de ahí tomó contacto con el mundo agrícola y ganadero, aparte de otros negocios de distinta índole que le permitieron multiplicar su hacienda a base de serio trabajo. A la mencionada finca se fueron sumando otras de extraordinaria calidad, como “Cuarto Carretero”, “La Dehesa de Guadalix, “Prado Herrero”, “El Pradazo”


o “La Cerca del Cerro”, enclavadas en diferentes puntos de la sierra madrileña, pero con la particularidad de distar todas ellas a una jornada a caballo desde la capital. Con ello, además de cercanía, se aseguraba de que al ganado no le faltase sustento y condiciones de vida en toda época del año. Dentro de cada dehesa, la construcción, organización y distribución de cerrados e instalaciones también fue ejemplar por amplitud, solidez y eficiencia práctica, todo lo cual habla de que don Esteban fue un extraordinario planificador y gestor.

de aquella procedencia y no tardó mucho en vender todas las vacas de origen Mazpule para conservar sólo las de Patilla, tomando de éstas la antigüedad (8 de junio de 1883) y la divisa, si bien cambió el hierro por la “H” de Hernández. En esta etapa inicial, y durante los posteriores años de consolidación de la ganadería, resultó fundamental la figura del mayoral Agustín Sánchez, que se había forjado en la casa Veragua y permaneció estrechamente vinculado a la familia Hernández en lo profesional y en lo personal hasta su retirada.

DON ESTEBAN, GANADERO Cautivado por la afición a los toros, en mayo de 1890 le compró a Alejandro Arroyo, vecino de Miraflores de la Sierra, la ganadería que éste tenía procedente de Mazpule, cuyo origen era nada menos que la antiquísima raza de Raso de Portillo. Don Esteban empezó de inmediato las labores de tienta, y para ello contó con la participación de su amigo el gran Salvador Sánchez Frascuelo, lo cual tuvo cierto eco en la prensa taurina de la época. Se presentó en Madrid el 5 de abril de 1891 con una buena corrida que lidiaron Mazzantini, Espartero y Guerrita, y su nombre se puso en boca de todo el mundo.

Entre finales del XIX y comienzos del siglo XX don Esteban lidió con gran frecuencia en Madrid, normalmente varios festejos por temporada entre novilladas y corridas de toros. Los éxitos se sucedieron, como por ejemplo la gran novillada del 12 de marzo de 1899, el magnifico Tejadillo, toro de pelo sardo estoqueado el 21 de junio de 1903 por Mazzantini, la excelente corrida del 14 de junio de 1905, o el bravo y noble Villadario, con que el Rafael El Gallo triunfó a lo grande el 26 de mayo de 1912. Ello le abrió las puertas de las principales plazas españolas y también propició la amistad personal con muchos toreros, especialmente El Espartero y, más tarde, el impar Joselito, que tentó a menudo y pasaba las temporadas invernales en esta ganadería.

En 1892 se hizo con la totalidad de la vacada de Mazpule, pero no debía satisfacerle del todo esta sangre, pues en junio de 1893 adquirió la ganadería de la condesa de la Patilla, que procedía de otra casta antigua, la de Espinosa-Zapata, a la cual agregó más tarde reses vazqueñas de origen Trespalacios. En el año 1894 debutó en Madrid con los toros

En el año 1913, don Esteban sufrió una caída del caballo en “Cuarto Carretero”, a resultas de la cual fallecería cuando contaba con 57 años de edad. La ganadería pasó a su viuda, doña Luisa Pla, y sus hijos, quienes debutaron en Madrid el 18 de mayo de ese año, lidiando un

gran toro llamado Carpintero, con el que logró un sonoro éxito Rodolfo Gaona. Se da la circunstancia de que doña Luisa se casó en segundas nupcias con el muy famoso doctor Agustín Mascarell, quien fuera el médico de Joselito. La divisa madrileña siguió cosechando notables triunfos, pero el afán por mejorar las cosas llevó en 1916 a cruzar las vacas con sementales de Saltillo, lo cual dio excelentes resultados y acrecentó el cartel que ya tenía. No contentos con ello, los sucesores de don Esteban compraron en 1932 la extraordinaria ganadería de José Encinas, que era una de las partes más bravas y de mayor calidad originarias de los famosos “patitas blancas” de casta Vega-Villar, reses que lidiaron por vez primera en Madrid el 27 de marzo de ese mismo año. MASACRE Y RECONSTRUCCIÓN Los Hernández vivían quizás su momento de mayor esplendor cuando en 1936 estalló la guerra civil, que como en todas las radicadas en zona dominada por el Frente Popular tuvo aquí funestas consecuencias. Los miembros de la familia, amenazados de muerte, lograron en su mayoría huir de España al amparo de una embajada extranjera. Nada pudieron hacer los vaqueros y el mayoral para salvar la ganadería, al extremo de que a riesgo de su vida llegaron a esconder en la sierra las 20 últimas vacas, pero al final los pistoleros las localizaron y masacraron sin más intención que hacer el mal, eliminando para la posteridad un patrimonio genético irrecuperable.

Don Esteban Hernández al frente de una parada de cabestros en la finca “El Soto”, situada a orillas del Jarama.

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CLÁSICOS GANADEROS EN LAS VENTAS se encontraba en su cúspide, pero fue remedada y además no dio un juego brillante.

José Luis Barrero pasando de muleta al noble y codicioso toro Bebedor, de “Sotillo Gutiérrez”, el 15 de agosto de 1968.

Pasados los primeros y traumáticos años tras la guerra, y aunque con medios más limitados, los hijos de dos Esteban se empeñaron en volver a ser ganaderos. Esteban Hernández Pla, primogénito y titular del hierro de la “H”, reconstruyó la ganadería en 1948 con 60 eralas del duque de Pinohermoso y un novillo de origen Albaserrada. Por su parte, José María Hernández Pla había formado una nueva vacada en 1944 con reses de Bernardo Escudero, también procedentes de Albaserrada, e ingresó en la Unión mediante la prueba. En esta fase lidió dos novilladas en Madrid, la de su debut, el 25 de septiembre de 1949, y la final, que se jugó el 2 de abril de 1950 y en la que saltaron tres ejemplares bravos y buenos: Farruco, Dormido y Matajacas. Durante esta década y la siguiente, don José María y sus herederos enviaron varias novilladas en Las Ventas con resultados muy desiguales, destacando en lo positivo el encierro del 17 de octubre de 1954, en el que hubo otros tres astados bravos y pastueños, llamados Gorreto, Señorito y Jabaíto. En 1957 la ganadería se dividió en tres partes, una de las cuales acabó en poder de Gabriel Hernández Pla, quien incorporó reses de Samuel y de Arribas. En 1968 pasó a los hijos de aquél, los hermanos Hernández Tabernilla, quienes se deshicieron de todo lo anterior y compraron 90 vacas y dos sementales de Joaquín Buendía. Ya con sangre Santa Coloma, el 4 de junio de 1973 lidiaron en Madrid una brava y noble novillada, siendo premiado con la vuelta al ruedo el cuarto, de nombre Corredor. El 14 de julio de 1974 se jugó la primera corrida de toros, en la que hubo dos ejemplares destacados: Cerrajero y Limpiador.

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El debut en San Isidro se produjo el 15 de mayo de 1976, con José Fuentes, Manolo Cortés y Julio Robles, que cortó una oreja del buen toro Poderoso. Repitió la ganadería en la feria de 1977 y esa vez la corrida dio un juego más completo, en especial los tres primeros astados, que atendieron por Minutero, Napoleón y Timonero. Con estos precedentes, los santacolomas de Hernández Tabernilla fueron contratados para la Beneficencia de 1978, pero la corrida fue un fiasco monumental por parada y distraída. El 15 de mayo de 1979 se lidió en Las Ventas el famoso toro Capitán, que realizó una espectacular pelea en el caballo y fue premiado como el más bravo de San Isidro. Otro ejemplar destacado de este periodo fue Matador, jugado el 16 de mayo de 1981. La corrida de la feria de San Isidro de 1983 se anunció con un gran cartel: Esplá, Emilio Muñoz y Paco Ojeda, quien

A mediados de los ochenta se produjo un notable aumento en el tamaño y pitones de los toros y, paralelamente, un gran bajón en su nivel de juego, pues ya era evidente el predominio del genio mansurrón, aun con movilidad, sobre la bravura. Los años 90 transcurrieron con pocos resultados destacables, a pesar del apoyo del demagógico sector “torista”, hasta que en 2000 la ganadería se vende a la sociedad “Horsebull”, propietaria de otras vacadas de origen Santa Coloma. Los Hernández Tabernilla se quedaron con las camadas de machos, uno de los cuales fue el muy bravo y noble toro Guitarrero, premiado con la vuelta al ruedo en la feria de San Isidro de 2002. Las corridas lidiadas con posterioridad han sido bastante deslucidas y los efectivos de la vacada acabaron en manos de diferentes dueños. “SOTILLO GUTIERREZ” La única ganadería de la familia Hernández que perdura en la actualidad es “Sotillo Gutiérrez”, formada en el año 1953 por doña Venancia Hernández Pla, que era hija de don Esteban y esposa del doctor don Enrique Parache. El matrimonio siempre había estado involucrado en la ganadería brava, y en el año 1953 adquirió el hierro y divisa de Cruz Sánchez, al que se enajenaron 50 vacas y el semental Formalito de Escudero Calvo, la misma sangre Albaserrada que las reses compradas por sus hermanos unos años antes. Con esta base genética em-

Bella estampa de un novillo castaño salpicado de “Sotillo Gutiérrez”, puro origen Domecq, en los campos de Ciempozuelos.


pezaron a seleccionar y pronto se hicieron habituales en la plaza de Las Ventas, donde lidiaron gran cantidad de festejos hasta finales de los años 70. Su debut tuvo lugar el 22 de mayo de 1959, con una novillada de juego desigual en la que saltó un sexto ejemplar bravo y noble hasta el fin. Desde el 11 de julio de 1964, el nombre de “Sotillo Gutierrez” apareció con gran regularidad en los carteles de cada temporada madrileña. Aquella tarde los utreros de doña Venancia salieron manejables y codiciosos. También fue buena la novillada del 4 de julio de 1965, con dos ejemplares dignos de recordar: el segundo, Piloto, y el tercero, que se llamó Gallinito. En el año 1966 el mejicano Jesús Solórzano cortó una oreja a otro excelente novillo de este hierro, y el 18 de julio de 1967 llegó el debut en corrida de toros con un encierro en el que hubo cuatro morlacos excelentes, a uno de los cuales, el cárdeno Conejero, le cortó las dos orejas Emilio Oliva. Durante la temporada madrileña de 1968 se lidiaron tres festejos de esta divisa. Su resultado fue desigual, sobresaliendo el muy noble toro Bebedor, que despachó José Luis Barrero el 15 de agosto. Ese mismo año, los criadores madrileños adquirieron vacas y un semental de Joaquín Buendía, estableciéndose así dos líneas: una pura de Buendía y otra fusionada de buendías y albaserradas. La renovación de sangre produjo buenos resultados respecto al juego de los toros, y dio lugar a una reducción en el tamaño y las astas, sin menoscabo de su siempre esmerada presentación. A pesar de que los pupilos de “Sotillo Gutiérrez” no eran estoqueados por las figuras y a veces pecaban de broncos, en muchos festejos salían astados con nobleza y posibilidades de éxito. Así, toreros como El Hencho o Joaquín Bernadó cortaron orejas a sendos ejemplares de este hierro entre finales de los 60 y comienzos de los 70. La nobleza fue un atributo que afloró progresivamente con más frecuencia. En dicho sentido merece recordarse la magnifica novillada del 22 de octubre de 1972, en la que hubo cuatro ejemplares destacados: Colchonero, Japonés, Bordador y, sobre todo, Calero. Una tónica de juego parecida evidenciaron la mayor parte de las novilladas de doña Venancia durante entre 1975 y 1977, cuando volvieron a lidiarse otros tres festejos por año en Madrid.

El bravo toro Guitarrero, de Hernández Pla, triunfador en la feria de San Isidro 2002, embiste con celo y nobleza a la muleta de El Cid.

La temporada de 1978 fue la última en la que la empresa Jardón, unida por estrecha amistad con los ganaderos de “Sotillo Gutiérrez”, gestionó la plaza Las Ventas. Precisamente el 14 de mayo de este año se produjo el debut de la divisa en la feria de San Isidro, con una corrida compuesta por cinco astados cárdenos y uno colorado, en la que Ortega Cano confirmó alternativa con el toro Reactor. Una novillada veraniega y un sobrero el 15 de octubre fueron las últimas reses lidiadas en esta etapa. Fallecida doña Venancia en 1987, la ganadería quedó en manos de su esposo (que vivió hasta 1997), su hija, Luisa Parache, y el marido de ésta, Juan José Rueda, que es su director desde hace ya bastante tiempo. Tras una década de ausencia, los de “Sotillo” volvieron a lidiarse en Madrid el 15 de agosto de 1988; fue una novillada que dio poco juego y estoquearon El Cordobés (entonces se anunciaba como Manolo), El Formidable y El Jose. LA ÉPOCA DOMECQ Con el paso del tiempo, y sobre todo a partir de extenderse entre los toreros la moda anti-Santa Coloma, la ganadería quedó limitada a la lidia de novilladas con poco eco y con carteles flojos. Ello indujo a sus dueños a dar un cambio radical, y en 1991 decidieron comprar vacas y sementales de Zalduendo, Salvador Domecq y “El Torreón”. En principio mantuvieron los albaserradas y santacolomas en “Sotillo Gutierrez” y trasfirieron las reses recién adquiridas al nuevo hierro de “El Casillón”, pero al final se desprendieron de la antigua sangre, quedándose sólo con el hierro original pero ya encastado únicamente en Domecq.

Desde mediados de los 90 hasta los primeros años 2000 se lidian en Madrid varios sobreros de esta ganadería, tanto santacolomas como domecqs. Entre ellos sobresale el colorado Rodao, novillo que salta en quinto lugar el 1 de octubre de 1996 y le toca a Morante de la Puebla. Entre los festejos completos destaca la novillada del 21 de septiembre de 1997, en la cual figuran tres astados del origen antiguo y otros tantos del nuevo; Domecq de la rama Zalduendo es el primero de la tarde, el excelente Escondido, al que El Cid le corta una oreja, y también sale muy bueno el último, de casta santacolomeña. Otro de los ejemplares importantes de esta etapa reciente es Solano, lidiado por Rafael de Julia en la novillada nocturna que se celebró el 11 de agosto de 2000, que fue sensacional y era hijo del famosísimo semental Aldeano, padre de la ganadería de Victoriano del Río. En los últimos años, la ganadería de “Sotillo Gutiérrez” se ha orientado básicamente a la lidia de corridas de toros, obteniendo en general buenos resultados, bien en plazas tan lejanas a Madrid como Lima, o en otras más próximas, caso de Aranjuez o Villalba, donde en 2010 echó un sensacional novillo de pelo castaño llamado Dulcero. Sus reses siguen pastando en algunas de aquellas fincas que ocuparan hace más de un siglo los míticos sardos, ensabanados y berrendos de don Esteban Hernández, desde la vega del Jarama hasta la faldas del Guadarrama. Y ahí continúa al pie del cañón su nieta Luisa Parache con toda su familia, fieles a una tradición que aúna la clase y la sencillez personal con la eterna pasión por el toro bravo. Clasicismo ganadero de primera categoría.

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ENTREVISTA

“Los toros no se pueden suprimir en nombre de España ”

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Arcadi Espada

Es de los que se la juega en cada “envite”. Jamás se “tapa”. Habla con fondo, navegando en un mar de reflexión y dudas. Polemiza, lo sabe, y hasta se gusta en esa actitud. Fue su padre, un andaluz de Nerva, quien le dejó la herencia de su afición, uncida a la de su madre –partidaria de Arruza–, según nos cuenta.

edificante con el que pretenden defender los toros, que casi es como si los toros te enseñaran, qué se yo, a conducir un coche. Y no, no todo tiene que ser edificante para disfrutar de ello, de hecho el hombre disfruta de muchas cosas que no lo son.

Texto: Laura Tenorio Fotografías: Paloma Aguilar

Juraría que había leído en uno de sus artículos la afirmación de la pregunta anterior. Sí, creo que sé a qué artículo se refiere y esa afirmación está dicha dentro de un contexto. La hice el día que José Tomás reaparecía en la Monumental de Barcelona y, efectivamente, había un juego dialéctico entre la necesidad de decir: ‘… ya sabemos que ustedes nos están prohibiendo esto por política; les responderemos con política’.

Pregunta | Va poco a los toros, en los últimos tiempos solo a ver a José Tomás –JT. ¿Por qué JT? Respuesta | Porque me gusta su toreo. Y aquí hay un asunto que quiero matizar, me refiero a cuando a algunos nos echan en cara que solo vamos a ver a JT. Sí, es verdad, igual que hay aficionados al fútbol que no van a ver un partido de segunda división. ¿Es que los anti nos tienen que obligar a ir donde ellos digan y cuando ellos digan? Además, de niño fui bastante a los toros. Por cierto, ¿dónde están sus orígenes como aficionado? Pues de la mano de mi padre. Él era de Nerva (Huelva); de joven había ido mucho a los toros. Entre otros, vio torear a Manolete en Barcelona, pero su torero era Pepe Luis Vázquez, del que siempre hablaba con cariño. Mi madre también era aficionada; de hecho, de soltera, iba con su hermana. Le gustaba Arruza; después vivió la época de Chamaco. Me contaba que en Barcelona aquello era una especie de locura, que en la Monumental llegó a haber toros dos días a la semana y que también estaba la plaza de Las Arenas. ¿…? Mi padre tenía un pase de esos estupendo que se lo daba un vecino, un abogado del Estado, con el que íbamos todas las semanas. Durante muchos años le acompañé. Recuerdo el final de Chamaco y la época memorable de Puerta, Camino y El Viti. También vi torear a Ordóñez en tardes de triunfos importantes. Y no he olvidado una en la que José Fuentes hizo una faena extraordinaria a un toro “blanco” –se refiere a un burel del Vizconde de Garcigrande al que el de Linares le corta un rabo en 1965, en la Monumental de la ciudad condal. También recuerdo faenas buenas de Aparicio, de Diego Puerta, que a mí, siendo niño, me en-

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l debate en Cataluña está liquidado, es un debate postizo, interesado ” cantaba por lo alegre de su toreo, como El Cordobés, que era todo un espectáculo. Le voy a cambiar el tercio: ¿No hay arte sin política? Sí, sí, que hay arte sin política. Es más, la política no debería condicionarnos, porque perturba nuestra visión del arte y de la autonomía del arte. La política tiene un comprensible deseo, a veces, de englobarlo todo. Y de alguna manera todo es política en un sentido amplio. Pero, por supuesto, creo que la cultura y el arte en general debe tener cuidado con que la política imponga sus reglas, incluso morales. A mí me irrita el concepto

Ha afirmado que cuando “un toro se duela en banderillas urgido por un reflejo que nada tenga que ver con el dolor humano, la víctima será la Fiesta”. Sí, mi hipótesis es que al toreo lo matará la Ciencia. Pienso que en el centro de este debate está algo que no podemos obviar: el hipotético dolor que sufre el toro. Entonces, digo que si algún día la Ciencia demuestra que un toro tiene la conciencia de sufrir, nadie podría soportar ir a los toros a ver sufrir a ese animal, sufrir como a un hombre. Pero es que hay otra cosa, que el concepto de bravura que manejan los aficionados no se explica sin el sufrimiento. Y me refiero ahora a cuando se dice que ‘el toro se crece en el castigo’, eso implica que al toro se le dota de una conciencia del dolor. Por eso, pregunto: Sin dolor, ¿qué es la bravura? Si es algo basado en la evidencia de que el toro sufre y lucha y la Ciencia demostrara lo contrario, que el toro es insensible, ¿dónde quedaría el concepto fundamental de bravura?, ¿el taurino disfrutaría igual de ese crecerse ante el castigo si supiera que el toro es insensible? Con honestidad, no le sé decir. Hasta ahora, ningún taurino ha sabido contestar. Yo no sé si el toro sufre o no, pero toda la cultura de la tauromaquia está basada en un cierto sufrimiento del toro. Soy aficionado a la neurociencia, mucho más que a los toros. Leo mucho sobre esa materia y una de las cosas que he llegado a entender es que el problema de la conciencia, desde el punto de vista de la neurociencia, es muy difícil de asimilar.

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ENTREVISTA al final, obliga a la gente a recapacitar sobre la experiencia directa sobre las cosas. El escritor y abogado Lorenzo Clemente dice que el futuro de los toros está en una minoría elitista. Es probable. De hecho, esto es lo que ha ido pasando. Los toros se han ido despopularizando, han empezado a ser sustituido por espectáculos como el fútbol, por ejemplo. Efectivamente, puede que los toros se conviertan en algo como la alta gastronomía. ¿Qué opinión tiene de la postura adoptada en Francia? Me alegro. Lo que me llama la atención es que aquí en España nadie ha reaccionado diciéndoles a los franceses: ‘Oiga, pero ustedes por qué se meten en esto, si los taurinos somos nosotros’.

Para usted, el dolor ¿es clave en todo el debate taurino? Absolutamente. ¿En Cataluña también? No, no, lo de Cataluña es otra cosa. Aquello es una chapuza política, nacionalista, que nada tiene que ver con un debate profundo sobre la Fiesta. Esto no quiere decir que no haya gente en contra de los toros con argumentos serios. La política nacionalista no es una razón seria para suprimir los toros. Los toros no se pueden suprimir en el nombre de España, sí en el nombre del dolor, pero no, repito, en nombre de España. Por lo tanto, el debate en Cataluña está liquidado, es un debate postizo, interesado, que nada tiene que ver con la profundidad de las razones que nos enfrentan sobre los toros. La prueba de ello, es el acto de impudor y de exhibicionismo que hicieron los parlamentarios catalanes para autorizar los corre bous, tradición donde el toro naturalmente sufre. ¿Pura hipocresía? Creo que ni eso, porque les da igual. Porque como ellos tienen el poder, se muestran impúdicamente, es una dictadura moral la que ejercen. Pero, claro, nadie con vergüenza, incluso vergüenza torera, puede llegar al Parlament para decir un mes después justo lo contrario de lo que en su momento se dijo.

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¿Está teniendo eco la movilización/campaña de recogida de firmas para parar la prohibición? No sabría decirlo, y con esto creo que no está teniendo mucho eco. Pero lo mismo se desencadena el asunto. Por lo que a mí respecta voy a ayudar todo lo que pueda, porque la decisión es ilegítima y por ello entiendo que debe revocarse. Pero, claro, el que yo tenga convicciones no quiere decir que los hechos también las tengan. ¿Por qué afirma que cada vez la Fiesta le interesa a menos gente? ¿Es que asume que estamos en proceso de extinción, de lenta extinción? Hasta ahí no llego. Creo que está en decadencia. Pienso que la civilización virtual hacia la que vamos, a veces se rebota y la gente quiere volver a tocar el “objeto”. Eso ha pasado con el Teatro; aunque lo que es evidente es que los toros no se pueden digitalizar. ¿Se refiere a La Red? Sí, a la globalización que es en buena parte responsable del surgimiento de nacionalismos pequeños. ¿Por qué? Porque de alguna manera cualquier movimiento humano crea bolsas de resistencia. Con los toros puede pasar, de hecho está pasando, repito, con el Teatro, y con los espectáculos en directo. Tanta virtualidad,

Somos la cuna del toreo, pero no tenemos la potestad, ni tenemos por qué tenerla. Sí, eso ya lo sé, y me parece muy razonable, pero lo usual no es ser tan razonable. Al margen de esto, si tengo que viajar a Francia para ver toros, pues lo haré, como cuando lo hacíamos para ver “El último tango en París”, en la época de la censura… Hay un autor francés, Cellini, que parte de su obra es antisemita y por lo que los franceses se han negado a celebrar su aniversario. Esto me hace preguntar si la cultura solo puede ser edificante, bueno. Pues no. Y esto en los toros se ha de apreciar, porque, a lo mejor resulta que los toros son inmorales, pero dan placer. El rito de la Fiesta gira en torno al valor del hombre y la bravura del toro. ¿Es un reflejo, tal vez, de la vida misma? Esa es una bonita metáfora, sí. Ahí hay muchas cosas de la vida sintetizadas: el riesgo, claramente, pero también la propia existencia. ¿Qué ha hecho el hombre con los animales? Matarlos. Siempre digo que una de las mejores maneras de explicar la historia de la humanidad es explicar cómo se ha desecho de los animales. O sea: ¿Qué es la ciudad? Un lugar donde no hay animales. Si vamos al campo, nos molesta la aparición de un bicho… El hombre lo único que ha hecho es matar animales, ha tenido que hacerlo para sobrevivir. Así que en el enfrentamiento entre el hombre y el toro veo eso, veo ese drama, esa incompatibilidad, hecha arte, si quieres llena de momentos sublimes. Pero en el fondo veo el sacrificio, por eso no veo un espectáculo ni un deporte, si no un ritual de algo que el hombre lleva haciendo toda su existencia y, probablemente, seguirá haciendo. Porque la desaparición de algunas formas de vida no humanas, es básica para la supervivencia humana. Lo que con esto quiero decir es solo lo que yo veo, sin pretender adoctrinar, ni dar instrucciones morales, no.



REPORTAJE

Encierro histórico.

Las edades del toro El gran Jacinto Antón, probablemente el único periodista español que sabe aunar aventura, talento y escritura con la excelencia, sabría mejor que nadie decirnos qué es eso de las edades y a qué se refiere la arqueología cuando busca identificar mediante los restos encontrados las distintas etapas de la historia, sobre todo si se trata del Antiguo Egipto. El paralelismo con los toros es irresistible. Por supuesto que hubo un Antiguo Egipto que puso la cimentación del toreo que hoy tenemos. Y también hubo y hay arqueólogos taurinos que siguen ese rastro para estudiarlo, comprobarlo y posteriormente dar testimonio. Textos: David Plaza Fotos: Manuel Durán y Archivo de Espasa Calpe

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T

odavía se desconocen muchos porqués de la Tauromaquia, tanto del toreo como del toro. Esa labor irá desvelándose tal y como ha ocurrido históricamente merced a visionarios que hollarán cumbres buscando respuestas al toreo. Gracias a ellos ese hilo que nos descubrió el gran Pepe Alameda tiene hoy un carrete con mayor diámetro para ovillar y desovillar la Tauromaquia. Hoy la riqueza de matices y sus interpretaciones nos conducen a un recorrido complejo pero al mismo tiempo apasionante. Digamos que el todo es el cauce y los márgenes las partes: toro y torero. A un lado y a otro siempre hay hombres preparados con su caña para pescar revelaciones. Esta vez nos vamos a quedar en la orilla del toro, pero comenzaremos por la acera de enfrente.

EL TORO A TRAVÉS DEL TIEMPO Fue precisamente el torero Joselito el Gallo el que rompió con la regla hasta entonces conocida que decía que el ganadero criaba un tipo de toro, solo pensado para topar y acribillar caballos, solo para el público. José, siempre preocupado por comprender los secretos del toreo, se conocía palmo a palmo casi todas las dehesas de bravo. Familias, notas, comportamientos eran para él un sudoku de dificultad baja. Su fuerza en la plaza y su preocupación por lo que se gestaba en las dehesas supusieron el empujón decisivo para que muchos ganaderos comenzaran una particular reconversión que echó el cierre a muchas ganaderías y abrió la puerta a otras cuyos criadores supieron ver un nuevo tiempo, algo que un siglo des-


Ganaderas y permitir la inspección de las fincas que van a acoger al ganado, el ganadero puede comenzar su actividad. LA CUBRICIÓN El nacimiento activa otros procesos administrativos: hay que transmitir la información a la asociación y ésta a su vez la traslada al Ministerio del que dependen las competencias del toro de lidia. Este primer paso es el principio de los ciclos del toro. El círculo de “esos ciclos” siempre comienza a dibujarse partiendo de la cubrición. La planificación de los nacimientos la lleva el criador como en cualquier explotación. La primera razón, y la que más pesa, es que se produzcan en un momento del año donde las condiciones ambientales sean lo menos perjudiciales. Se trata de que la vaca al parir tenga los mayores recursos del campo disponibles para que tanto ella como el becerro salgan adelante sin dificultad. Para conseguirlo el ganadero mejor que nadie sabe en qué momento tiene que echar el semental al lote de vacas. En fincas donde las condiciones climatológicas aseguran largos períodos de abundancia, la planificación también responde a criterios de mercado.

Semental junto a varios añojos.

pués permanece más vigente. La selección a ojo perdió fuelle y la plaza de tientas comenzó a ser el laboratorio de pruebas. Poco a poco los criadores han ido añadiendo parámetros nuevos que evalúan con mayor dureza a sus animales. Hoy podemos decir que también buscan afinar en aspectos tales como el manejo, la alimentación y la sanidad. Todo con tal de convertir al toro en un reloj perfectamente calibrado para que en la hora exacta, la selección sea el único obstáculo para cruzar la línea del éxito. Así es como a través del tiempo se han ido constituyendo los distintos períodos que vive el animal de lidia hasta convertirse en cuatreño. CICLOS ANUALES DE CRIANZA El reportaje que les ofrecemos en este número es lo que cronológicamente el Catálogo que edita anualmente la Unión de Criadores de Toros de Lidia denomina “Ciclos anuales de crianza”. Desde el nacimiento hasta el desembarque el toro no solo cumple edad sino que vive procesos desconocidos para muchos y que desde hace varias décadas ocupan y preocupan a ganaderos y veterinarios. Una amalgama de actuaciones en las que intervienen personal muy diverso: veterinarios, Guardia Civil, transportistas de ganado, mayoral, vaqueros... La Unión de Criadores sostiene que el ganadero es dueño de una empresa de “producción artesanal”. O por decirlo con otras palabras: detrás del hierro está el hombre. Quizás Miura sea la única ex-

Los lotes de cubrición se planifican habitualmente por ‘monta natural’. El mayoral o el ganadero al repasar los lotes saben a los pocos días si la vaca ya ha sido cubierta o no. El afinamiento es tan grande que los porcentajes por la vía natural se hallan en cifras cercanas a la perfección. Algunos para intentar llegar a ese 100% llevan hasta la manga a la vaca ‘vacía’ para recurrir a la inseminación artificial.

Toro Costig de la Edad del Bronce.

cepción, o quizás no, pero el hierro de Zahariche sobrevive a los tiempos por el hecho de llevar la marca de de la ‘A’ con las dos asas y, por supuesto, porque sigue conservando algunas de las señas de identidad que la han caracterizado en el tiempo. REQUISITOS PREVIOS La cubrición, el nacimiento, la lactancia, el ahijado, el herradero, la recría, la tienta, el apartado y el embarque son todas ellas actividades desarrolladas exclusivamente en el campo, que cada ganadero realiza a su manera pero cumpliendo los protocolos administrativos. Antes de empezar, el criador tiene que preocuparse por estar dado de alta en una de las cinco asociaciones ganaderas existentes. Con formalizar la entrada en el Registro de Empresas

EL NACIMIENTO El momento del nacimiento se produce como decíamos cuando el campo está en las mejores condiciones para la cría y además se ajusta al año ganadero. El año natural no tiene nada que ver con el ganadero y conviene explicar por qué. El período ganadero comienza el 1 de julio y termina el 30 de junio del año siguiente. Sirva como ejemplo el año en curso, el 30 de junio acaba el año ganadero de 2011 y hasta ese momento los nacidos declarados dentro de plazo llevarán el guarismo ‘1’ en el brazuelo. Sin embargo los animales que hayan sido declarados al Libro Genealógico haber nacido a partir del 1 de julio, el guarismo que lucirán será el ‘2’. El parto sucede en un lugar muy escogido por la vaca. Suele tratarse de un sitio escondido para proteger a su becerro de depredores y otros agentes que podrían su-

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REPORTAJE el Catálogo de la Unión de Criadores, la Unión Europea exige que se realice una identificación provisional “mediante crotales oficiales que son colocados en la oreja del becerro al nacimiento o en fecha posterior, efectuándose el ahijado cuando tenga de tres a seis meses de edad”.

Herradero en la ganadería de Victorino Martín.

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poner un peligro. El técnico-veterinario de la Unión de Criadores, Julio Fernández, explica que nada más parir, la vaca lame al becerro para estimular la circulación sanguínea y la respiración. Desde que nace el ternero pese a estar débil ya acomete aunque no se tenga en pie. Cuando por fin consigue sostenerse comienza la lactancia mamando los calostros de la madre, que lo protegerán frente a posibles infecciones durante sus primeros meses de vida. Paralelamente va aprendiendo a comunicarse con su progenitora mediante berridos y copia todas sus reacciones ante los diversos estímulos que se producen en su hábitat.

mentar’ ingiriendo los primeros alimentos sólidos (hierba) y agua lo que supone que a partir de las primeras cuatro o cinco semanas el aparato digestivo comienza a desarrollarse. Mientras continúa el período lactante, las vacas que cuidan del becerro son cubiertas por el semental. Este hecho permite que los terneros empiecen a desarrollar su instinto sexual. El objetivo es permanecer junto a su madre hasta obtener un buen desarrollo con el fin de llegar en óptimas condiciones al herradero. Después del traumático momento, el animal regresa a ‘las faldas’ de su madre pero por poco tiempo.

LACTANCIA Durante la lactancia hay que precisar que la vaca de lidia produce muy poca cantidad de leche en comparación con otras razas. Ni que decir tiene que como todos los recién nacidos dependen por completo de su madre en los primeros meses de vida; y va alimentándose y aprendiendo hasta que la vaca disminuye su producción de leche. Rápidamente el becerro comienza a ‘experi-

AHIJADO El ahijado se produce justo después de colocar el crotal en la oreja o de herrar. Nada más terminar se suelta al becerro donde están las hembras y enseguida encuentra a su madre. El ahijado se hace para emparentar al becerro con la madre. Esta tarea de indentificación la tiene que supervisar un veterinario técnico del Libro Genealógico. Según recogía en pasadas ediciones

EL HERRADERO Decíamos que el herradero servía para identificar definitivamente al macho o a la hembra. Antes de efectuar esta labor tan tradicinal se separan a los becerros de las madres, algo que a veces es muy complicado. Después se apartan en un corral y comienza un acto en el que tienen que estar presentes veterinarios técnicos del Libro Genealógico y miembros de la Autoridad Gubernativa, supervisados por veterinarios del Ministerio. Habitualmente el marcado a fuego se realiza cuando el becerro tiene entre seis y doce meses. A mano o en el cajón se le tatúa con la sigla de la asociación a la que pertenece en la llana o solana, el guarismo en la paletilla, número de orden en el costillar y el hierro de la ganadería en el anca o cuadril. Por último se le hace la señal en las orejas. Al mismo tiempo los veterinarios anotan, hierro, número, guarismo y pelo en un impreso; y también vacunan, desparasitan, suministran vitaminas… para que esté lo más sano posible. A nivel interno la asociación a la que está adscrita la ganadería le asigna un código genealógico por animal que en total son diez caracteres. Por ejemplo: “UAA 111 M 121”. El primer grupo de letras es la sigla que tiene en la asociación; el segundo grupo formado por número corresponde al mes (enero) y año (2011); a continuación el sexo (M, masculino); y, por último, el número con el que fue herrado. EL DESTETE El destete se produce al poco de hacerse el ahijado, los becerros se separan por sexos. Se les comienza a alimentar con pienso, paja o heno reponiéndose del ‘trauma’ del herradero y de separarles de la madre. A partir de ese momento comienza la recría que no es otra cosa que el becerro continúe su crecimiento. Ya de forma independiente se relacionan con animales adultos, adquieren el concepto de jerarquía tan vital en estas poblaciones y a medida que se van haciendo mayores aumentan en agresividad. Aquí comienzan distintos ciclos en evolución, alimentación, sanidad y manejo. Solo valoralemos este proceso en los machos. Mientras son añojos las reacciones son muy candorosas en comparación con lo que llegará más adelante. De eral, con


Tentadero.

dos años, el avance en cuanto a desarrollo es muy apreciable. El ganadero ya puede vislumbrar si le va a valer de toro o novillo, según la cara, o si lo va a probar en la plaza para futuro semental, según tipo y nota. Cuando se convierte en utrero podemos decir que concluye su desarrollo muscular. A la edad de cuatreño ya es adulto y el carácter cambia notablemente. Si antes eran muy sociables entre ellos, lo normal en esa etapa es que pasen mucho más tiempo solos y que se produzcan peleas.

bravura se realiza generalmente a los dos años aunque hay ganaderos que acostumbran a tentar con tres. Sin embargo mientras la tienta de vacas se hace toreando al animal desde que sale, la de machos comienza con la prueba del caballo y se le coloca a cuerpo limpio ya que si se desecha volverá al campo para ser lidiado en público. Si pasa ese primer tribunal, el eral o utrero se ‘quema’ con la muleta. En caso de que no fuera aprobado el matadero o las calles de alguna población serían su destino.

LA TIENTA En los ciclos anuales de crianza la tienta se sitúa temporalmente en medio de la recría. Tanto hembras como machos se prueban en la plaza para medir su bravura. Hay muchas maneras de tentar: a campo abierto, en acoso y derribo, pero lo más habitual es hacerlo en la plaza. El ganadero tienta todas las vacas. En cambio solo se prueban –y no siempre es así– a los machos que por nota y tipo tienen cualidades de quedarse como sementales. La prueba que evalúa la

EL EMBARQUE Antes del embarque el apartado es una faena fundamental, muy campera y de precisión en la que interviene el personal de la ganadería a pie o a caballo, ayudado normalmente de cabestros y a veces de perros. El apartado consiste en separar a las reses escogidas del grupo. La última parte de este reportaje y de los ciclos en una ganadería concluye en el embarque de los toros elegidos. Suele hacer-

se a primera hora de la mañana o a última de la tarde ya que trata de evitarse que los toros viajen en las horas centrales del día. El embarque tiene que ser templado y con mucho tiento para que los animales entren con normalidad en las jaulas que lleva el camión de transporte. Se precintan uno por uno los habitáculos en los que viaja cada toro y aquí terminan los ciclos anuales de crianza y comienza otro período con etapas breves que concluye con la lidia en la plaza. En esta entrega no hay voces que nos cuenten cuáles son las particularidades de un herradero, de un ahijado o de un encierro de la corrida. Había que elegir entre abarcar o no. Decidimos tirar por lo general a sabiendas que en el tintero quedarían historias bonitas. Creíamos que el toro merece que sepa todo el mundo cómo es su vida y hasta qué punto se le cuida. Queríamos llamar la atención y decir también que el toro vive sus edades con tanta gloria y honor que le convierten en el animal más importante de las dehesas españolas.

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FOTÓGRAFOS EN LAS VENTAS

Ian Spanier, un fotógrafo debutante en Las Ventas

I

an Spanier (Connecticut, USA) es uno de los jóvenes fotógrafos norteamericanos más reconocidos y valorados en el panorama de la fotografía profesional actual. Su afición a la fotografía comenzó cuando apenas tenía seis años, gracias a una cámara que le regalaron sus padres. Desde entonces comenzó a perfeccionar una afición que le ha llevado a tocar prácticamente todos los “palos” de la fotografía, desde el retrato de celebridades a la imagen corporativa y al reportaje periodístico. El pasado 20 de marzo Ian se acercó a Las Ventas para cumplir uno de sus deseos como curioso impenitente de la diversidad social y cultural del mundo: fotografiar

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una corrida de toros. Siguió el mismo camino que muchos otros artistas, creadores y curiosos y eligió la Plaza de Madrid. Era una novillada de Hermanos Sánchez

Herrero en la que toreaban Patrick Oliver, Cristian Escribano y Damián Castaño. En el túnel de cuadrillas, desde una barrera del dos y otros emplazamientos, Ian captó sus primeras impresiones de un espectáculo que le resultó apasionante. Spanier vive en Nueva York y en la biografía de su página web puede leerse “disponible para trabajos en Nueva York, California y cualquier otro lugar accesible por avión, tren, coche, caballo, camello o mula”. Este foto-viajero infatigable nos ha mandado el resultado de su trabajo y nosotros se lo ofrecemos a los abonados de Las Ventas. Pueden ver más fotografías de este autor en www.ianspanier.com


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Oliver se descara.

Media en el platillo.

Cristian Escribano en tunel.


TAUROMAQUIA

José Mata, cuarenta años

Foto: Martín Texto: Manuel Durán y Juan Miguel Sánchez Vigil

Las Ventas, 27 de septiembre de 1970

P

ase de rodillas, de recibo junto a las tablas, a un victorino. Fue el 27 de septiembre de 1970, durante la segunda de las tres corridas seguidas que en otros tantos domingos toreó José Mata en Las Ventas. Al día siguiente lo haría en solitario con seis toros del Conde de la Maza. Hasta el 18 de julio de la temporada de 1971 toreó diez tardes en el coso venteño. El 25 de ese mismo mes, una semana después de su última comparecencia en Madrid, se presentó en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) para inaugurar su plaza de toros. Fue allí donde Cascabel, de Luis Frías, le hirió de tal consideración que dos días después falleció en el Sanatorio de Toreros de la capital. Se cumplen cuarenta años de aquel trágico día en el que un torero herido fue trasladado en ambulancia, primero a Valdepeñas y luego a Madrid, para ser operado con urgencia. Pero el destino... En aquellas duras co-

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rridas, fuera de San Isidro y en la primera plaza del mundo, José Mata luchó durante diez tardes para abrirse paso. El pase de castigo por bajo a este victorino lo atestigua. Un detalle de torería y de decisión, sabiendo que con ese tipo de toro, en Madrid, se puede llegar a ser grande en el mundo de la tauromaquia. Y se produjo la paradoja, porque precisamente por su buen hacer fue llamado para sustituir al diestro Juan Asenjo Calero, en la inauguración de la plaza manchega. Y allí esperaba Cascabel. José Mata García, apodado en una sola novillada de sus inicios El Canario, nació en Garafía (isla de La Palma) en 1939. La alternativa la tomó en agosto de 1965 de manos de El Cordobés en Benidorm y la confirmó en octubre de ese año con Andrés Vázquez como padrino. Con esta imagen del fotógrafo Martín, recordamos a un torero de arte y valor, en ese orden, aunque pareciera para muchos aficionados lo contrario.




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