revista toreros de córdoba nº 98

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TOREROS

nº 98

Julio

2010

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[1991-2010]

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20º a n i v e r s a r i o

Ejemplar gratuíto

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E-mail: toreros@enrisan.com



TOREROS

DE

CÓRDOBA

Año XX- 20ª época Nº 98 Julio - 2010 Edita: Asociación Cultural Taurina Toreros de Córdoba Tlf: 633 557 591 957 43 18 28 Fax 957 43 40 62 Director: J.C. Toscano Colaboran: P. Toscano Paco Bravo Antibón Antonio Rodríguez Salido Miguel Godoy Rafael del Mármol F.F.M. Rafael Carvajal Fotografías: Framar Pepe Escamilla León Paco Blanco Archivo Diseño y Diagramación Enrisan Publicidad Agustín Moreno, 34 Córdoba

Foto en sepia, puesto que la gráfica que nos envía Pepe Escamilla corresponde al año 1952. Plaza de toros de Montoro, en la que aparecen de izquierda a derecha, los novilleros, Ángel Martorell, Antonio "Zurito" y Valentín Sepúlveda, acompañándoles Ángel García.

Julio Sumario

Depósito Legal CO - 975 - 1996

Editorial. ....................................................................................................................................................4 Crónicas de Festejos. ..........................................................................................................................5 Misceláneas taurinas. ..........................................................................................................................8 El arte y los toros.................................................................................................................................21 Casos y cosas del toreo....................................................................................................................23 Una ventana al recuerdo................................................................................................................27 Fotos retrospectivas. ..........................................................................................................................27 Literatura.

Literatura.................................................................................................................................................28

"La torería de Córdoba"

www.torerosdecordoba.com De las ideas, artículos y manifestaciones de colaboradores que insertamos en la Revista, no nos hacemos responsables.

e-mail: toreros@enrisan.com

Distribución Postal: Córdoba, Provincia, España, México, Venezuela, Colombia, Argentina y Australia. El resto en países de la Comunidad Económica Europea


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Editorial

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Qué pasará? Necesidades de impresión en este número nos ha obligado al adelanto del contenido del mismo. Por tanto, no sabremos lo que ocurrirá el próximo día 28 en el Parlamento de Cataluña, donde se debatirá la continuidad en aquella región española si la fiesta de los toros será auspiciada por un grupo de parlamentarios que impondrá su voluntad, a favor o en contra de un colectivo muy importante como es la afición a los toros en Barcelona, Tarragona, Lérida y aledaños provinciales. Dentro del Parlamento, hay personas que en su día y, tal vez hoy, son seguidores de nuestra Fiesta Nacional Española, considerada así casi ancestralmente, sobre todo en Barcelona con sus dos plazas de toros, “La Monumental” y “Las Arenas”; la primera de las citadas reinaugurada en el año 1916 y y la segunda en 1900 (inaugurada). Dos cosos donde la vida catalana en el aspecto taurino siempre estuvo en la vanguardia de un espectáculo autóctono, elevado y trasladado a Hispanoamérica, Francia y Portugal. En estas naciones, hay infinidad de adeptos que cada año llegan a España a disfrutar del arte que genera el gallardo y colorista espectáculo. El domingo, 18 de julio, hubo en el recinto taurino catalán, un exquisito y auspiciador acto voluntario por parte de los aficionados que casi llenaban los tendidos, donde a la terna actuante: “El Fundi”, “El Juli” y Manzanares, bajo una nube de pancartas alusivas a la libertad y continuidad de los toros en Cataluña, hicieron que los tres toreros saludaran antes de comenzar el festejo, síntoma de los allí congregados, en su cerrada ovación, manifestaban su respeto a los que se juegan la vida haciendo de lo rústico, un arte inigualable, ante la brutalidad del animal, y la belleza de lo que ejecutan los toreros. Manzanares en esta tarde, según las crónicas, en su divulgación, trazó toda una sinfonía de arte y belleza en el sexto toro de la tarde.

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Esperemos que este señalado día del 28 de julio, en el Parlamento, no haya pérfidos que se cambien la chaqueta y donde siempre han dicho Diego, ahora digan digo. La fiesta de los toros y los aficionados, es la más demócrata de nuestro país. Un torero es pitado en su primero, en el segundo es alzado a hombros en olor de multitud.

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Aprendamos del colectivo taurino que desde el tendido no salen bengalas que matan quemando, botellas y otros objetos que dañan física y mentalmente. No dudamos, que la ecuanimidad del Parlamento, libertad de voto, así como su coherencia, darán señorío a los catalanes aficionados, votando el sí, para elegir su afición.


Crónicas de festejos

Festejos en Montilla

Hoy el murciano ha dejado verónicas y gusto con el percal, bajando con la pañosa. Eso sí, puede ir a mejor, puesto que se le vislumbran ciertos detalles. Una oreja cortó a su segundo. La tarde no ha sido de estocadas, pues como suele ser en estos festejos, las “espás” son las traicioneras.

Sábado, 17 de julio de 2010

Lo mejor salvo detalles de los actuantes, el ganado.

Rafael Tejada, triunfador

F.F.M.

Dos festejos programó Paco Barba, a fin de cubrir las fiestas montillanas.

Domingo, 18 de julio de 2010

Hoy ha estado un veterano novillero que se mostró seguro ante un buen quinto novillo de “Jaralta”, al que se le dio la vuelta al ruedo tras estoquearlo Rafael Tejada y cortarle las dos orejas; hecho que le sirvió al rondeño para que sus paisanos lo sacaran en hombros.

“Gallero” nos llega de Rute Juan J. Garrido “Gallero” vino de Rute (Córdoba) y fue el triunfador cortando las dos orejas a su segundo.

Los seis novillos pozoalbenses dieron buen juego en líneas generales. Si los espadas hubieran estado más decididos, tal vez, las cuatro orejas cortadas hubiesen aumentado en número.

La novillada mixta cerró las fiestas de San Francisco Solano en Montilla. Cuatro novillos con picadores y dos sin caballos de Víctor y Marín, que cumplieron en presentación y juego.

Casi media entrada en tarde calurosa, aunque al anochecer se levantó una ligera brisa. Poco tiene el festejo que añadir, salvo el ganado

Alejandro Enríquez.

que hubiese servido en mejores manos.

der refrendar una buena actuación. Como siempre

Abrió terna, dejando secuelas de estar disponible para seguir queriendo, aunque le faltara decisión y, sobre todo, a la hora de herir de muerte. Silencio y saludo respectivamente.

anduvo voluntarioso y sin el sitio que le da torear con-

A. Vázquez Romero.

Solano González. De Montilla, una vez más toreó ante los suyos sin po-

tinuamente. Esto del toro es complicado y cuesta

Dispuesto siempre, ofreciendo buenas dotes para ir avanzando en el oficio que desarrolla con sentido de lo que es el toreo. Como a todos los que empiezan, falló a espadas. Oreja y vuelta fue el balance final.

mucho meter el cuello en un cartel. Comprendemos que no pudiera hacer nada más que lo que hizo. Palmas en el primero y saludos en el cuarto.

Rafael Tejada.

Juan Garrido “Gallero”.

El rondeño sigue en el son de querer ser torero. A

Un joven muchacho que dada su poca experiencia y lo poco toreado que está, funcionó resueltamente, demostrando que si le ayudan y él no se viene abajo, puede ir caminando siguiendo en el son demostrado hoy. Dispone de cosas positivas ante la cara de las reses.

estas alturas han consolidado un status económico aceptable, volcándose en el deseo de medrar en la profesión elegida. Bien y alentado en el primero al que le cortó una oreja, y mejor en su segundo, llegando dos apéndices a sus manos. Decidido y con deseos anduvo el malagueño, el

Igual que sus compañeros falló a espadas en su primero y estocada caída en el segundo del lote, aunque le concedieron las dos orejas; triunfo para que sus paisanos lo sacaran en hombros.

que dentro de esta temporada parece ha fijado algunas actuaciones más.

Miguel Angel Moreno. De Murcia. Vimos a este joven espada la temporada

Un ciclo más, Montilla ha querido lucir en su llamada fiesta de los toros, aunque este año ha celebrado

pasada, donde en su actuación dejó ciertas pince-

sólo dos festejos.

ladas, corregibles en faenas que puedan ir a mejor.

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Toreros de Córdoba

F.F.M.

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Misceláneas taurinas

Visita al barrio de Santa Marina El pasado siete de junio del año en curso, se realizó, por la mañana, el hermanamiento entre la ciudad francesa de Nimes y nuestra capital de provincia. El mencionado acto fue protagonizado por el alcalde nimeño Jean Paul Fournier y el de nuestra ciudad Andrés Ocaña Rabadán. En la tarde de ese mismo día, el Sr. Jean Paul Four-

Monumento a “Manolete” en la Plaza del Conde de Priego con la iglesia de santa Marina al fondo.

nier acompañado de su séquito, quiso visitar el muy taurino barrio de Santa Marina y en él realizaron el

A continuación, se pasó a la Plaza del Conde de

siguiente recorrido:

Priego para admirar el monumento al torero Manuel

En primer lugar, toda vez que querían visitar una Pe-

Rodríguez Sánchez “Manolete”, obra del escultor

ña Taurina, se dirigieron a la taberna “La Sacristía”

Fernández Laviada.

que es la sede de la Tertulia Taurina Santa Marina. En ella observaron detenidamente cuantas fotografías

Tras hacer fotografías del monumento desde to-

taurinas hay, explicándole el presidente de la tertulia

dos los ángulos posibles, el grupo se dirigió hacia la

el trofeo que pone en juego para el novillero triun-

Plaza de La Lagunilla para contemplar el busto de

fador en la Feria taurina de Mayo.

“Manolete”, obra del escultor Juan de Avalos, que se encuentra justo al lado de la casa en que vivió

Tras tomar un refrigerio para mitigar el calor que

durante su infancia y juventud, pues él nació en la

hacía, el grupo acompañado de los peñistas y al-

collación de San Miguel y en esa iglesia es donde

gunos aficionados invitados al acto, se trasladaron

se encuentra su partida de bautismo.

hacia la iglesia de Santa Marina de Aguas Santas. Se les explicó que es una iglesia gótico-mudéjar de

Finalizada en este punto la visita, el Sr. Juan Paul

transición construida tras la conquista de Córdoba a

Fournier agradeció, en su nombre y en el de sus

los musulmanes por Fernando III “El Santo˝. El grupo

acompañantes, las atenciones tenidas con ellos y

francés quedó muy impresionado por el aspecto de

lamentar no haber hecho la visita más distendida,

gran fortaleza que le dan a la fachada principal los

toda vez que les esperaban para una cena.

magníficos contrafuertes que la sustentan.

M.G.B.

Alfonso Gomez Ramiro hembras-. Nacieron en Villafranca: Francisca, Juan, Dolores (melliza de Juan, que murió sin cumplir el año), Antonia, Marina y Alfonso. A partir de ellos, sus padres: Francisco Gómez Gómez y Dolores Ramiro Burgos, decidieron trasladarse a Córdoba, estableciéndose en una vivienda de la calle Mucho Trigo. Allí nacieron Rodrigo y Paco, que completaban el núcleo familiar.

Por Francisco Bravo Antibón

Nació en Villafranca de Córdoba el 15 de agosto de 1932. Falleció en Málaga el 3 de agosto de 1982.

Con motivo de los dramáticos momentos que se vivieron en la guerra civil de 1936, la familia se trasladó a Villarrubia de Córdoba, al calor de unos parientes, que les recomendaron esa población para

Su hermana Antonia Gómez Ramiro, nos documenta de los primeros años del torero y la familia: compuesta de ocho hermanos – cuatro varones y cuatro

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Toreros de Córdoba

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Misceláneas taurinas

Debuta con picadores en Montoro (Córdoba) el 12 de octubre, lidiando ganado de José Pedrajas. El cartel estaba formado por Enrique Vera, Rafael Sánchez Saco y Alfonso Gómez Ramiro. El debutante con caballos, demostró con su primer ejemplar, decisión y arte, si bien no llegó a cuajar una faena brillante. En el que cerró plaza, cometió el error de cambiar el tercio con un solo puyazo, cuando el animal precisaba de dos; en consecuencia Alfonso tuvo que emplearse a fondo, derrochando valor, y pagando su arrojo con dos cogidas sin consecuencias. Finalizó con una gran estocada y sus incondicionales lo sacaron en hombros junto con el triun-

trabajar, ya que además de ser una zona agrícola importante, albergaba una industria atractiva, que giraba alrededor de la remolacha y de su transformación en azúcar.

Primeros pasos taurinos Alfonso pasa su infancia en Villarrubia, jugando al toro y alimentando la esperanza de llegar a ser importante en el mundo taurino. Lo intentó con ahínco, pero no acababa de dar el paso definitivo, razón por la que no disponemos de un volumen notorio de carteles, fechas y circunstancias. Tras los consabidos primeros pasos en tentaderos, en los que siempre dejaba una buena impresión, decide iniciar la carrera, toreando en distintos festejos menores, para acompasar su vehemencia juvenil, con la técnica que necesariamente hay que asimilar.

fador: Rafael Sánchez Saco.

Temporadas 1952-1953-1954-1955

En la primera fase, lo encontramos anunciado como novillero aspirante, en un cartel del domingo 3 de octubre de 1950, en “Los Tejares” de Córdoba, alternando con Fernando Molero “Molerito”, Pepe Rivas y Francisco Perales; novillos de Angel Rodríguez

El 27 de abril del 52, se presenta con picadores en Córdoba, estoqueando novillos de doña Pilar Quintela de Ligero, junto a Facundo Rojas, Lorenzo Guirao “Morenito de Córdoba” y Rafael Sánchez Saco. El beneficio de la taquilla, pasó a las arcas del Club

de Almodóvar del Río (Córdoba).

Deportivo Córdoba.

Ramiro, con Pepe Escamilla, su joven apoderado. Tres novilleros debutantes en la plaza montoreña; Sánchez Saco, Gómez Ramiro y Enrique Vera.

Temporada de 1951

Lo más destacado de la temporada del cincuenta y tres, fue la presentación en Madrid, el 16 de agosto, enfrentándose a ganado de los Herederos de Flores Albarrán. El cartel lo formaban Gerardo Jordán “Blanquito”, el mexicano Manuel Arranz y el cordobés. Agradó Gómez Ramiro en general y puntualmente en el ejemplar que le tocó para la presentación, llamado “Limeño”, y la empresa ajustó su repetición, para el 23 de agosto; en esta ocasión acartelado con Peláez y Alfredo Leal. Se lidiaron cuatro astados de Escudero Calvo, uno de

La temporada la inició en la plaza cordobesa, toreando en tres novilladas, de las denominadas “económicas”, cuyas fechas y resultados fueron los que siguen: 22-abril. Cuatro ejemplares de Amián Costi, para Juan Antonio Soto “Sotillo”, Fernando Gómez, Rafael Leon “El Gordito” y el propio Alfonso, que fue premiado con las dos orejas. 29-abril. Dos novillos de Gerardo Jiménez y cuatro de Francisco González. En esta ocasión, repitió con “Sotillo” y le acompañó Facundo Rojas.

Marín Sánchez y otro de Tabernero Paz. La tercera novillada de la temporada que nos ocupa, la toreó en Belmez (Córdoba) el 11 de octubre,

3-junio. Reses de Francisco González, que lidiaron Antonio Muñoz “Carnicerito de Málaga”, Manuel del Pozo “Rayito” y Alfonso, que cortó dos orejas, una de cada novillo.

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acompañado por el rejoneador Florito de Cáceres y los espadas Valentín Sepúlveda y Antero Lorente, ganado de Arturo Pérez.

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Misceláneas taurinas

....”el novillero cordobés estuvo valiente en todo momento. Ha toreado poco y, naturalmente, acusa esta falta de adiestramiento directo en los ruedos. Derrochó voluntad y estuvo continuamente muy cerca de los pitones”...

El 25 de diciembre del mismo año, actúa en el festival celebrado en “Los Tejares”, pro-cabalgata de los Reyes Magos, junto a tres cordobeses: Manuel de la Haba Vargas, Manuel Sánchez Saco y Antonio Ángel Jiménez.

...”inició su faena al cuarto con tres excelentes ayudados por alto. Luego toreó valerosamente por bajo, redondos y naturales; fue cogido dos veces y mató de media en todo lo alto. Fue aplaudido, pasó a la enfermería y allí se le asistió de un puntazo corrido”...

Tenemos anotada su participación, el 10 de octubre de 1954, en el tradicional festival de la hermandad de las Angustias. Hicieron el paseíllo: Alfonso

...”los señores José Tomás Frías y hermanos, enviaron una novillada grande, con muchas defensas, poderosa, mansa y difícil”...

Ramiro espera que doble el novillo tras una certera estocada en toda la escápula.

No sirvió de mucho la buena impresión, porque realmente, desde esta temporada, disminuye su ahínco por mejorar la trayectoria profesional, la cual, por unas cosas o por otras, casi siempre se le había presentado adversa. El 30 de octubre, tiene lugar el festival “Pro-Campaña de Navidad e Invierno”. El cartel lo conformaron: Alfonso Gómez Ramiro (que sustituyó a José María Montilla, lesionado), Rafael Montero “Rafaelete”, Manuel Sánchez Saco, Pedrín Castro, Paco Raigón y Manuel Benítez “El Cordobés”. Ganado de Germán Gervás, excepto el de “Rafaelete” que fue de Flores Albarrán. “El Cordobés” regaló un sobrero de Félix Moreno.

En muchas tardes como esta, Ramiro fué sacado a hombros de las plazas de toros, en su trayectoria como novillero.

Poco después, el 20 de noviembre, también en Córdoba, torea junto a Manolo Sánchez Saco y Antonio Sánchez Fuentes – que hacía la presentación con picadores antes sus paisanos-. Reses del hierro de Román Sorando. Ante la presidencia, la terna guardó un minuto de silencio, en honor del diestro Manuel Calero “Calerito”, que había fallecido re-

Gómez, Rafael Soria Molina “Lagartijo”, Bartolomé Jiménez Torres, Manuel de la Haba y Rafael Gago. Reses de Juan José Cruz. Alfonso cortó una oreja y salió a hombros. El 28 de agosto del 55, logra un merecido triunfo en la madrileña plaza de Vistalegre (Carabanchel).

cientemente (13-11-1960).

El 12 de octubre, de nuevo en el festival organizado por la cofradía de la Virgen de las Angustias. Se lidiaron novillos de Alfonso Olivares y Bruguera (Villarrubia de Córdoba) para los diestros: Alfonso Gómez Ramiro, Manolo de la Haba, Manuel Sánchez Saco,

Ultima novillada Si nos atenemos a los datos que obran en nuestro poder, la novillada que se celebró el 8 de julio de 1962 en “Los Tejares”, debió de ser la última, que como profesional, lidió Alfonso Gómez Ramiro. El cartel lo componían, el rejoneador Baldomero Gaviño y los espadas Rafael Montero “Rafaelete”, Emilio Oliva, Joaquín Miranda y Alfonso.

Valentín Sepúlveda, Pepe Quesada y Pedrín Castro.

Temporada de 1960 El l5 de agosto torea en Madrid, reses de José Tomás Frías y Hermanos. Le acompañaron en el cartel: Francisco Rodrigo y Emilio Oliva, así como el rejoneador David Ribeiro, quien se las entendió con un ejemplar del Marqués de Albayda. Reproducimos de la revista taurina “El Ruedo”, parte de la crónica que

Esa tarde pone punto y final a la semblanza de un torero de Córdoba, que pudo ser y que no fue, pero que dejó constancia de su valentía y destreza ante las reses. También es recordado por el talante amistoso de que hacía gala, con amigos y compañeros.

glosa la actuación del cordobés:

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Francisco Sánchez Saco Vástago de Camará II y hermano de los diestros: Rafael, Manolo, Pepe, Fernando y Antonio Sánchez. La ascendencia taurina de los Sánchez Saco, parte de su abuela Rafaela Rodríguez Sánchez, hermana de Manolete (padre), y esposa de Cantimplas. Por consiguiente el cuarto califa, el Manolete con “mayúscula”, era primo hermano de la madre, y consecuentemente, tío en segundo grado de ellos. Francisco nació el 29 de Agosto de 1939 en el taurino Campo de la Merced. Con los antecedentes citados, Francisco tenía que ser torero, y para éllo se preparó desde muy joven:

muy sólida e importante. Estuvo

herido por un novillo de “Here-

vinculado a las cuadrillas de:

deros de Enriqueta de la Cova”.

Palmeño durante cuatro temporadas; una con El Puri; tres con Miguel Mateo Miguelín; una

llano, mi primo Antonio Sánchez

con El Hencho; dos con Victo-

Fuentes y José María Susoni. No

riano Cuevas Valencia; una

he sido un torero castigado por

temporada de sesenta tardes

los toros, hasta el punto de que

con el malagueño Juan Arias; cuatro años con el maestro Luis Miguel Dominguín; siete con Paco Bautista; una corrida a las órdenes Manuel Benítez, precisamente la de su reaparición en Benidorm; dos temporadas con José Luis Villafuerte; varias actuaciones junto a Rafael Ga-

Muy eficaz con el capote y los rehiletes, cuajó una trayectoria

sólo puedo contar ésta de Córdoba, y otra en Madrid toreando con “El Palmeño”… Curiosamente consta en su trayectoria taurina, que en dos ocasiones sustituyó a espadas que se negaron a lidiar, salvan-

go, y asimismo, acompañó a sus

do la tarde, en ambos casos,

hermanos Manolo, Antonio El

con mucho éxito.

Tato y Fernando El Junco.

En la cuadrilla de Luis Miguel Dominguín estuvo hasta la retirada definitiva del maestro.

…”tendría doce o trece años, cuando me probé en una tienta, que se celebraba en la ganadería de Amián. Allí fui acompañando a mi hermano Rafael”… No sería esta la única experiencia juvenil, sin embargo en breve espacio de tiempo, se decantó por formar parte del escalafón de banderilleros, o de los toreros de plata, como nos gusta nombrarlos. Esta decisión tan rotunda como acertada, la tomó siguiendo los consejos de su padre y de su tío Fernando Saco Fernandi, que de soltero convivía en el mismo domicilio. Fernandi fue un activo importante para la evolución taurina de Paco Sánchez Saco, y de sus hermanos, así como el entorno.

Es día toreaban Agustín Caste-

No se ha cortado la coleta, se sigue sintiendo torero, pero cuando cumplió los cincuenta, y de forma paulatina, disminuyeron sus intervenciones profesionales hasta su retirada definitiva. Tras la etapa en el mundo de los toros, Paco Sánchez Saco – reconocido engastador de joyería -, reparte el tiempo entre su evidente pasión taurina y la docencia, impartiendo clases como profesor del Centro de Formación Artesanal de Joyería, y del Instituto de Diseño y Moda Andaluza. Como resultado de Torero dominador y seguro con los toros, sólo sufrió dos cogidas: …” en la última novillada que se celebró en el coso de “Los Tejares”, el 18 de abril del 65, resulté

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su experiencia profesional, en esta rama de la joyería, escribió en 1997 un tratado titulado: “El arte del engaste en joyería”. F.B.A.

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Al habla con Paco Corpas Brotons En los años cincuenta, figuraban en los carteles taurinos de las distintas plazas de toros, dos hermanos llamados Carlos y Paco Corpas. El primero, ya fallecido, figuraba en algunas biografías (entre ellas en el tomo correspondiente del “Cossío”) como nacido en Córdoba. Esta circunstancia de la que siempre dudamos a pesar de fuente tan solvente, nos hizo buscar la aseveración o la negación del dato, ya que no teníamos documentos fehacientes, en uno u otro sentido, y ¿quién mejor que Paco Corpas, para aclararnos el tema? El escritor Fernando del Arco, amigo del mencionado diestro, nos facilitó su dirección postal y el número telefónico. Intentamos contactar en distintas ocasiones, sin resultado positivo, debido sin duda a sus múltiples ocupaciones taurinas. Hasta que un buen día, recibimos una llamada del mismísimo Paco Corpas, saludándonos y rogando disculpas por no haberlo hecho antes. Le comentamos el motivo de nuestras llamadas, que no era otro que obtener la confirmación o el desmentido del lugar de nacimiento de su hermano Carlos, y ésto nos dijo: …” Carlos nació en la calle Tamarit de Barcelona. En algunas biografías citan, erróneamente, a Córdoba como lugar en el que vino al mundo mi hermano, pero lo cierto y verdad es que al igual que yo, nacimos en Barcelona. Tiene una explicación digamos que comercial…, y es que la pareja nos iniciamos muy jóvenes, y cuando ocurrió la desgraciada cogida de Manolete, ya andábamos metidos en el mundillo taurino – 1947/48 - , entonces un grupo de aficionados franceses vieron en nosotros

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algo y se ofrecieron para llevarnos taurinamente, y lo primero que pensaron fue en componer un nombre atractivo, dado que en esos momentos se hablaba tanto de Manolete y de su tierra, no dudaron en llamarnos “Los Niños Cordobeses”... incluso les hicieron una entrevista y confirmaron la procedencia…, y ese es el motivo y la justificación real de la confusión en el lugar de nacimiento de mi hermano Carlos”… Una vez aclarado el error en el que se habían instalado algunas publicaciones, es el momento de recordar en pocas palabras, quienes eran los hermanos Corpas: Carlos Corpas Brotons nació el 6 de enero de 1934 en Barcelona y su hermano Paco el 6 de julio de 1935; ambos con la sangre torera a flor de piel, por ser hijos del conocido banderillero Ramón Corpas, quien figuró cinco temporadas en la cuadrilla de “Carnicerito de Méjico”, dos en la de Juanito Belmonte y tres acompañando a Vicente Barrera; finalizada su etapa activa de torero en el escalafón de plata, trabajó como conserje de la plaza barcelonesa de “Las Arenas”. Carlos, el mayor de los dos hermanos, toreó con algunos diestros cordobeses de la época, como por ejemplo: el 25 de abril de 1953 en Casablanca, junto a “Morenito de Córdoba” y Montero II. También tenemos anotado el día 9 de septiembre, que toreó en Andujar (Jaén) compartiendo terna con el cordobés Alfonso González “Chiquilín” y Victoriano Valencia. Este mismo cartel se repitió en Barcelona el 17 del citado mes. Tomó la alternativa el 18 de abril del 54 en Murcia, siendo

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el padrino “Pedrés” y testigo Juan Montero. Se retiró en 1960 y desde 1978 cumplió funciones de asesor artístico en el coso de Andujar (Jaén), localidad en la que falleció el día 1º de febrero de 2005. Su hermano Francisco debutó con traje de luces el 5 de septiembre de 1948. Al igual que Carlos actuó en muchos cosos con éxito, encaminándose seguro y sobrado de técnica hacia la alternativa, que la tomó en Pamplona el 7 de julio de 1956 de manos de Joselito Huerta. A partir del doctorado La trayectoria taurina de Paco Corpas, continúo con la aceptación que tantas veces le habían demostrado los variados aficionados de la también variada geografía española. Su último paseíllo como profesional, lo realizó el 11 de abril de 1971 en Santisteban del Puerto (Jaén), festejo que sirvió para que el veterano diestro otorgara la alternativa a Santos Mazzantini ante Oscar Cruz como testigo; el ganado fue de Francisco Marín. Después del evento citado, su vida ha seguido inmersa en el mundo taurino, actuando con pasión y conocimiento del medio, desde todas las vertientes afines y posibles.

F.B.A.


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Homenaje a “Pirula”

Don Juan Wic, ofreciendo el homenaje tributado por el ayuntamiento astigitano, en la calurosa tarde de Écija.

Ecija (Sevilla) El pasado 30 de junio de 2010, en la localidad sevillana de Ecija, tuvo lugar el acto de reconocimiento a don José Silva Martín, “Pirula”, a su larga vida dedicada al gremio de hostelería. Larga vida, toda, dedicada a servir al transeúnte y visitante que a diario pasaba por esta bella localidad sevillana en frontera con la cordobesa, que tanto se unen en varias semejanzas; color y calor humano el ofrecido a Pepe “Pirula”, en las acertadas y atinadas palabras de Juan Wic, alcalde de la ciudad de astigi.

El matrimonio rodeados de hijos y nietos, escuchan atentamente las palabras que les dirige el alcalde de la localidad de Écija .

En la inaugurada avenida que da nombre al paseo, tuvo lugar el descubrimiento del mosaico. Tras estos prolegómenos, fueron sus familiares y nietos los que leyeron las semblanzas que para ellos había contraído el patriarca de la saga “Pirula”. Fue el propio Pepe “Pirula” el que en sencillas y emocionadas palabras, agradeció a su tierra, alcaldía y todos los que han visitado y visitan sus establecimientos, para seguir atendiendo a los que consumen los productos que sirven. Terminó la breve, aunque sustanciosa velada, con los cantes del astigitano Jesús Heredia, dándole vida y emoción a un cante profundo dedicado al homenajeado. Finalmente, los asistentes fueron generosamente invitados con bebidas y viandas de la casa. Enhorabuena a Pepe “Pirula” que ha alcanzado los 92 años de vida.

Mosaico que perpetúa el nombre de José Silva Martín, conocido como Pirula, en esta cuidad sevillana.

Pepe Toscano

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Otro grano Menos son los granos que suelen salir en verano; eso

agosto; luego, para el 15 del mismo mes, puede

sí, las medusas en sus acciones son más dolorosas

que haga el paseíllo en “Las Ventas” de Madrid.

y venenosas.

Emblemático día para asistir al coso venteño, don-

Mucho nos extraña que sea la capital de España,

de la Virgen de la Paloma, hace que se vean en los tendidos a chisperos y manolas ataviadas del típico

que ahora, un grupo de antitaurinos, valiéndose de

traje verbenero.

la I.L.P. (Iniciativa Legislativa Popular), haya lanzado a través de la Asociación del Refugio, un paquete de algo más de 50.000 firmas, a fin de abolir las corridas de toros y los festejos taurinos en la capital de España. Estas firmas avalan para que la propuesta sea admitida a trámite. En este país, el que no pide es tonto; o mejor, no “mama”. Es hora de que todos aquéllos que tanto se dedican a tratar de defender a los animales, cosa loable dentro de un sentido, también se dediquen a cuidar, mimar, proteger y auspiciar a los seres humanos que tan denostados, sacrificados, asesinados, asaltados y guerreados están, y a su vez, cuidar el medio ambiente, colaborando en el destino que cada uno debe de aportar a beneficio de una sociedad que a diario está más deteriorada, incierta e incrédula, sin saber si hay algún atajo por donde discurrir.

José Luis Moreno, en uno de sus triunfos la pasada feria de mayo en Córdoba.

Si la fiesta de los toros desaparece, cuántos puestos de trabajo desaparecerán.

Reyes Mendoza

Desgraciadamente, nuestra mente y nuestro cuerpo

Enrique Reyes Mendoza, tras ocho años de alterna-

está lleno de granos.

tiva, y al no encontrar apoyos tras sus destacadas

José Luis Moreno

actuaciones de novillero y menos de matador de alternativa, ha decidido hacerse banderillero, ba-

Posiblemente José Luis Moreno ya habrá toreado

jando de escalafón de doctorado (sub-alterno) por

en Villanueva de Córdoba en los primeros días de

debajo de la alternativa.

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doba, con personalidad, valor, sello y

Las publicaciones taurinas

arte, haya tenido que renunciar a la

Aunque en los tendidos no se refleje la masiva asistencia de públi-

Es pena que otro buen torero de Cór-

categoría superior, al no tener quien dirija su trayectoria. Esperemos que su carrera como ban-

co cuando se celebran espectáculos taurinos; eso sí, los aficionados auténticos siempre en vanguardia y presentes en sus escaños, dan fe de lo que les atrae como son los gallardos festejos taurinos.

derillero, sea lo más satisfactoria para el discurrir de un destino que le sea benefactor en su vida.

Publicaciones taurinas Los que no fallan, son las publicaciones que durante la temporada se asoman a su tribuna, poniendo en los quioscos de prensa los ejemplares, abasteciendo de información a los cordobeses, así como a niveles fuera de las fronteras nacionales, para que Córdoba y sus actuaciones taurinas, sean adalid en lo que es la vanguardia del toreo en relación con nuestro entorno local, provincial, regional, nacional e internacional. Por ello, hoy en nuestra portada le hemos querido dar cuenta de aquellas personas que se afanan en servir a los aficionados, teniéndolos siempre en atención a los aconteceres pasados, presentes y futuros. Al ser publicaciones gratuitas, es gracias a los anunciantes, que hacen posible la continuidad. P.T.

Reyes Mendoza toma la alternativa de manos del Manuel Benítez "El Cordobés", V Califa del toreo, en presencia de Juan Mora, el sábado 2 de junio de 2002.

El Viso La localidad serrana de El Viso, tiene programados dos festejos taurinos para los días 24 y 25 de julio. El día 24, festival; novillos de “El Capricho” para Pareja Obregón, Sergio Sanz y el novillero Ignacio González. El domingo 25, erales de “El Capricho” y Antonio Doblas, para Carmona Rodríguez, “El Zorro”, Emilio Breso, Lorenzo Ostos y Rafael Reyes. Novilladas sin picadores, para la prometedora carrera de chavales que quieren decir algo en el toreo.

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Toreros de Córdoba

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GRÁFICAS GALÁN


Misceláneas taurinas

Ferraz, la calle edad, sólo pude verlo torear en un festival, el año 1944, con Por Rafael Del Mármol Madrid

motivo de la festividad de Santa Bárbara, para su Regimiento de Artillería nº 42; espontáneamente, con la simpatía que

Ferraz, la calle más torera de España

siempre le caracterizó, se dio a

Para el amable lector que de-

pre me brindó su amistad, y fui

dique unos minutos a la lectura

fiel y entusiasta seguidor en sus

de estas líneas, quizás le resulte

múltiples y apoteósicas actua-

extraño la rotundidad del título.

ciones, sobre todo en Madrid,

Por ello me permito la siguiente aclaración, en cuanto se refiere a lugar de residencia o de trabajo, de los diversos matadores de toros, novilleros, ganaderos, apoderados, críticos taurinos, etc., a lo largo de varias decenas de años. Los primeros recuerdos se remontan, a comienzos del otoño de 1949, cuando por razones de mis próximos estudios en la Facultad de Derecho, ubicada por aquellas fechas en el viejo caserón -que aún hoy se conserva-, en la calle Ancha de San Bernardo. Mi familia decide trasladar la residencia de nuestra Córdoba natal, a la capital de España, en la calle Ferraz.

conocer; me llamo Justo Arroyo, he sido durante su vida el sastre de paisano de él, siem-

la sastrería estaba en la calle Caballero de Gracia dándose la circunstancia, que algo más abajo, se encontraba la famosa zapatería de “Villarejo”, donde el maestro cordobés, era asiduo cliente. Siempre recordaré, ésta mi primera sorpresa taurina madrileña.

El matador de toros Victoriano de la Serna, gran comunicador, y sabedor de lo que era hacer el toreo puro. Aparte de saber también manejar la medicina

La estampa que ofrecían el ma-

La segunda, en el período de

tador y su cuadrilla, resultaba

tiempo, observé que con cier-

bastante chocante y pintores-

ta periodicidad, en la casa

ca, en aquellos años. Delante

contigua a la mía, llegaba una

de su domicilio, se encontraba

furgoneta grisácea, “Hillman”,

la parada del autobús de la lí-

matrícula de Tenerife (TF) ocu-

nea 1, al ser comienzo y final de

pada por la cuadrilla, venían

trayecto.

a recoger a un señor, de unos cuarenta años, delgado, perfectamente vestido de corto y tocado de sombrero cordobés. Era el matador sepulvedano,

El caso de Victoriano, ha sido único en la historia del toreo; siendo estudiante de medicina. Se dio a conocer brillantemente, en el festival que se organizó

Habían transcurrido escasos

recién retirado, Victoriano de

días, cuando coincidí a la en-

la Serna y Gil. Siempre que le

trada de la casa donde ambos

permitían sus ocupaciones, da-

vivíamos, con un señor alto, de

da su gran afición, acudía a los

buen porte; al saludarle, ense-

múltiples festivales y tentaderos,

guida captó mi cerrado acen-

tanto en “Los Labajos”, en la

to cordobés. Me preguntó que

falda de El Valle de los Caídos,

dónde había vivido, contes-

propiedad de sus hermanos Pa-

El maestro de Sepúlveda, fue

tándole que era de Córdoba.

blo y Ramón, así como en las

un torero de una grandísima

Inmediatamente se interesó si

múltiples ganaderías guadarra-

personalidad, tanto en el rue-

había conocido a “Manolete”

meñas, que en aquella época

do, como en su trato; tenía una

y que si le había visto actuar, le

existían próximas a San Lorenzo

peculiar forma de interpretar el

respondí, que por razones de

de El Escorial,

toreo, con un sello especial, de

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Toreros de Córdoba

con motivo de allegar fondos, con el fin de costear, en parte, el inicio de la construcción de la ciudad universitaria de Madrid, cuyos terrenos había cedido, para ese fin, el rey, Alfonso XIII.

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Misceláneas taurinas

gran estética y armonía, tanto

hablaba, todos escuchábamos,

Todos ellos destacaron como

sus lances de capa, bien con los

permaneciendo callados. Algu-

empresarios, apoderados y ga-

pies juntos o compás abierto, de

nas veces, se unían a la tertulia,

naderos, comenzando con la

manos bajas, barriendo la are-

cuando no acudían a “Chico-

famosa ganadería de “Alcu-

na, con ritmo lento, al igual con

te”; Justo Arroyo y su gran ami-

rrucén” en tierras cordobesas.

la muleta, en su amplio reperto-

go, Angel Ortiz. “Manoletista”

“Hnos. Lozano” y últimamente,

rio. El afamado escritor y crítico

acérrimo.

“El Cortijillo”, en Los Yébenes

José Almeda, en su libro “El hilo del toreo” “Los heterodoxos del Trofeo”, dice de él, que su toreo le llama “Intransitivo”, porque no tiene traspaso ni enseñanza posible. Tuvo varios hijos, el mayor, de igual nombre que se padre, tomó la alternativa en Aranjuez; a los escasos días la confirmó en Las Ventas, cartel de postín, padrino Luis Miguel Dominguín, atestiguado por

Me permito indicar que la calle mencionada, comienza en la céntrica y famosa Plaza de España; a las escasas semanas de residir en ella, comencé a ver a los tres hermanos “Dominguín” pues vivían al comienzo; Domingo, Pepe y Luis Miguel; alguna tarde en unión de un amigo común, Alberto Machimbarrena, “Burrito”, como cariño-

(Toledo), de los hijos de Pablo, sólo Fernando, fue matador de toros, Luis María, fue novillero y Pablo, destacado escultor de obras taurinas; todos ellos, en la actualidad colaboran brillantemente, en los negocios familiares. Cerca de ellos, habita el matador de toros albaceteño, Pedro Martínez “Pedrés”, de gran cartel en su época.

samente, ellos le llamaban, le

Continuando hacia arriba. En

acompañaba al domicilio del

esa acera, de los pares, residie-

primero, su esposa Carmela,

ron durante bastantes años los

siempre pendiente en atender-

famosos maestros, Agustín Parra

nos. La hija de ambos, Paty, de

Dueñas “Parrita”, que contrajo

de los hermanos, José Ignacio,

corta edad, luego se casaría,

nupcias, con Encarnación Var-

destacó de novillero, pero de

con el matador Curro Vázquez.

gas Molina sobrina de “Mano-

corta carrera taurina.

En la acera opuesta, en los jar-

lete”, a la que solemos ver con

En la calle citada, en el nº 71,

dines aledaños a las ruinas del

alguna frecuencia, en unión de

histórico Cuartel de la Monta-

su sobrina, Marisol Sanz Vargas,

ña, existía permanentemente

charlando de Córdoba, sus

un “tío-vivo”, para diversión de

toreros, ganaderías, etc. Fruto

los pequeños, cuyo propietario

de ese matrimonio, sólo uno

era el padre del que luego sería

de los hijos, llegó al doctorado,

matador de toros Angel Teruel,

el matador de toros cordobés

al igual que el francés Robert

Agustín Parra Vargas “Parrita”,

Piles, a los que ayudaron en sus

recogiéndolo en el coso de “Los

comienzos los “Dominguín”, y

Califas”, de manos de Curro Ro-

luego apoderaron; el primero

mero. El otro vecino de ellos fue,

de ellos, se casó con Lydia Do-

el Maestro de Ronda”, Antonio

minguín.

Ordóñez Araujo, a comienzos

otro maestro, el madrileño Victoriano Valencia, con astados de Samuel Flores Hnos., el 15 de septiembre de 1960; el segundo

sigue existiendo el bar “El Parque”. Su antiguo propietario, Paco Serrano, acudía a todos los festejos, que se celebraban el “Las Ventas”, incluso las duras corridas, en el caluroso verano. De la provincia de Córdoba, acogía con especial afecto, al numeroso grupo de amigos, que residíamos entre Ferraz y el Paseo de Rosales, casi todos andaluces, predominando los cordobeses, entre éstos los

Siguiendo por la acera de los

hermanos, José, Rafael y Luis

pares, vivieron los hermanos

Muñoz Ramírez, hijos de un des-

Lozano; Pablo que llegó a la

tacado en su época, novillero

alternativa, destacando en

cordobés, José Muñoz “El Emo-

el escalafón, le llamaban “La

cionante”; a la hora del aperiti-

muleta de Castilla”; Manolo, el

vo, o bien ya anochecido, solía

mayor de ellos también llegó

acudir siempre acompañado,

al doctorado, concedido por

por su inseparable amigo, ve-

Manuel Benítez “El Cordobés”,

cino, y gran aficionado, Pedro

creo que en Tánger; José Luis

Honduvilla; Victoriano de la Ser-

fue novillero, y Eduardo el único

na, eje de la reunión; cuando

que no vistió el traje de luces.

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Toreros de Córdoba

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de su matrimonio con Carmina Dominguín. Algunas mañanas dominicales, a la salida de misa, solía ver a los dos matrimonios y acercarse, a la cafetería-bar, “Mogador”. En la acera de los impares, casi enfrente de la casa citada, residían, Emiliano de la Casa, “Morenito de Talavera”, y su hijo Gabriel, ambos matadores de alternativa, en la esquina,


Misceláneas taurinas

con la calle Quintana, tuvo un

de la temporada, los matadores

negocio de automóviles, con-

de toros, el salmantino, Victo-

cretamente un aparcamiento,

riano Posadas y el donostiarra,

el matador de toros argentino-

José Mari Recondo, con el que

peruano, Raúl Ochoa “Rovira”;

departíamos frecuentemente.

creo recordar, fue el primero

En una de esas casas vivió, la

que en Madrid se construyó,

que fue novia de “Manolete”,

mediante un sistema elevador,

la famosísima “Lupe Sino”, muy

aparcándolos en las diversas

guapa y de gran porte, gusta-

plantas del edificio.

ba pasear por esa zona, ape-

En la calle Quintana semiesquina a Ferraz tuvieron sus oficinas correspondientes los citados Hnos. Lozano.

nas gozó de su nueva vivienda, pues falleció en la misma, a las pocas semanas. En el rascacielos, del paseo, esquina a la calle Marqués de Urquijo, residieron

De nuevo en Ferraz, residía José

los hermanos, matadores de

de Mora-Figueroa, Marqués de

toros venezolanos, César, Curro

Tamarón, familiar del propie-

y Efraín Girón.

tario de la famosa ganadería, formada por Ramón de MoraFigueroa, que en el año 1920, fue adquirida por el Conde de la Corte, dando origen, más tarde a otras ganaderías de bravo; Atanasio Núñez y, sobre todo Domecq. Casi enfrente de Tamarón, tuvo su residencia, el destacado abogado, escritor uy crítico taurino, sevillano; José Mª del Rey Caballero, “Selipe”. Sus crónicas, las escribía para “ABC”, y más tarde, aparecieron en La Gaceta Ilustrada”. A la derecha, en la calle Benito Gutiérrez, vivió, Rafael “El Albaicín”, el matador de toros gitano.

En la calle Alvarez Mendizábal, antes Víctor Pradera, paralela a Ferraz, vivió, hasta el 22 de abril de 2010, fecha de su fallecimiento, el torero de Sagunto, Jaime Marco “El Choni”, ahijado de alternativa y admirador de “Manolete”. Asimismo habitaron en esa citada calle, los matadores de toros “Espartaco”, padre e hijo, este parece ser, al inicio de su brillante carrera. Muy cerca vivió el inolvidable Juanito Padilla, de simpatía y señorío, desbordante, sus dos

na”, en Guadalajara. Durante varios años, fuimos vecinos de localidad, el matrimonio Padilla, Margarita, mi esposa y yo en La Maestranza, en pasadas ferias de Sevilla. En esa misma calle, reside mi buen amigo y brillante abogado, José Luis Moreno-Manzanaro y Rodríguez de Tembleque; presidente de la Unión de Abonados Taurinos de España. En una calle aledaña a Ferraz, tiene su vivienda, el maestro, Enrique Ponce, natural de Chiva (Valencia), tan querido en Córdoba, casado con Paloma Cuevas, excepcional belleza cordobesa, hija del maestro madrileño, Victoriano Valencia, antiguo amigo y ejecutor de famosas y excepcionales faenas en “Las Ventas”, madrileña, que he tenido la suerte de presenciarlas. Raro es el año, que el maestro Enrique Ponce -enhorabuena por los veinte años de alternativa- deja de asistir, el Jueves Santo, acompañando a Jesús Caído y Nuestra Señora de la Soledad, en unión de los toreros cordobeses y Victoriano, su suegro.

pasiones; el Real Madrid, siendo directivo, cuando lo presidió, el añorado, Santiago Bernabéu,

Paralelo a Ferraz, se encuentra,

acompañando al laureado

el inigualable, residencial, tan

equipo, en sus múltiples des-

querido por mí, Paseo del Pintor

plazamientos, en las primeras

Eduardo Rosales, el Balcón de

copas de Europa, como miem-

Madrid, con las vistas maravillo-

bro del elitista, “Hongo Club”. La

sas, al Parque del Oeste, Casa

otra, su pasión y devoción por

de Campo y al fondo la sierra

“Manolete”, con el que pudo

de Guadarrama, al final del mis-

emparentar y al que solía invi-

mo, solían residir, a comienzos

tar a su finca “Fuente la Enci-

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Toreros de Córdoba

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El arte y los toros

El arte y los toros IV (28) Por Miguel Godoy Barroso

Transcurría el año de 1917 cuando, el autor teatral Juan José Lorente, estrena en Zaragoza su obra titulada “La loca afición”. La trama de la obra se basa en las ilusiones perdidas de aquéllos que, con la edad ya pasada, se creen llamados al arte de “Cúchares”. El autor José Ramos Martín estrena un sainete bajo el título de “La afición”. La intención de la obra era la misma que la que hemos visto en primer lugar y si algo de éxito tuvo fue gracias a la maravillosa actuación en el escenario de Irene Alba y Ricardo Simó Raso. La obra “La cantaora del puerto”, cuyo autor es Luis Fernández Ardavin, se estrenó en el año 1927. Es curioso que nuestro autor, que fue uno de los más severos autores censurando la fiesta taurina ahora en esta comedia incluye una buena relación de tauromaquia en boca del torero que va a ser el protagonista de la corrida. La comedia, que no es insensible a los encantos visuales y emocionales

Federico García Lorca.

de la fiesta taurina, tiene la particularidad de estar escrita -en su fonética- en la jerga flamenca y como ejemplo transcribimos a estos versos en los que se hace la descripción de la plaza:

Amparo: Qué cosas tan lindas dices, Marianilla. / Lucía: ¿Quie-

Ná se pué compará / a una tarde de corría, / de ésta, en que la plaza

res que te traiga una novela? /

está / cuajá de sor y alegría, / y de la misma bandera / der tejao ar reon-

Amparo: Tráele la plaza de to-

dé, / no cabría un arfilé / que de un clavé se cayera / ar reírse una mujé.

ros de la ilustre Ronda. / Ríen. Se

/ ¡Qué emosión la der clarín / anunsiando las cuadrillas! / ¡La plasa toda,

levanta y se dirige a Mariana):

un jardín / de pañuelos y mantillas, / de florones y claveles, / de blondas

¡Siéntate! / (Mariana se sienta y

y de bordao! / ¡Los mantones colorao / corgando e las barandillas!.....

la besa) / Mariana (resignada):

En la primera mitad de la centuria de 1900, la escena española gozaba

¡Estuvo! / Amparo: En la corri-

de un gran actor cómico con una gracia sin par que era Valeriano León. Así pues los autores Ramos de Castro y Carreño escriben para él la comedia titulada ¡Viva Alcorcón, que es mi pueblo! La obra se estrenó en el año 1930 y en ella Valeriano León, que vestido de luces es paseado a hombros por la plaza del pueblo, tiene una bis cómica impresionante.

¿Estuviste en los toros? / Lucía: da más grande / que se vio en Ronda la vieja. / Cinco toros de azabache, / con divisa verde y negra. / Yo pensaba siempre en ti; / yo pensaba: si estuviera / conmigo mi triste amiga, / mi

Aunque la obra no tuvo una gran importancia literaria se puso en esce-

Marianita Pineda. / Las niñas ve-

na con asiduidad ya que alcanzó una gran popularidad.

nían gritando / sobre pintadas

El llorado poeta granadino Federico García Lorca, como buen anda-

calesas / con abanicos redon-

luz amante de los toros y del flamenco, también nos deja una muestra taurina en su drama titulado “Mariana Pineda”. Con la calidad poética que le caracteriza, en un maravilloso romance nos describe una corrida de toros que tiene lugar en la plaza de la real Maestranza de caballería de Ronda (Málaga).

dos / bordados de lentejuelas. / Y los jóvenes de Ronda / sobre jacas pintureras, / los anchos sombreros grises / calados hasta las cejas. / La plaza, con el gentío / (calañés y altas peinetas) /

En la escena IV de la estampa primera de la mencionada obra, se pro-

giraba como un zodiaco / de

duce el siguiente diálogo:

risas blancas y negras. / Y cuan-

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El arte y los toros

do el gran Cayetano / cruzó la pajiza arena / con traje color manzana, / bordado de plata y seda, / destacándose gallardo / entre la gente de brega / frente a los toros zainos / que España cría en su tierra, / parecía que la tarde / se ponía más morena. / ¡Si hubieras visto con qué / gracia movía las piernas! / ¡Qué gran equilibrio el suyo / con la capa y la muleta! / Ni Pepe-Hillo ni nadie / toreó como él torea. / cinco toros mató; cinco, / con divisa verde y negra. / En la punta de su estoque / cinco flores dejó abiertas, / y en cada instante rozaba / los hocicos de las fieras, / como una gran mariposa / de oro con alas bermejas, / La plaza, al par que la tarde, / vibraba fuerte, violenta, / y entre el olor de la sangre / iba el olor de la sierra. / Yo pensaba siempre en ti; / yo pensaba: si estuviera / conmigo mi triste amiga, / mi Marianita Pineda. Francisco Serrano Anguita y Manuel de Góngora escriben en 1933 “La novia de Reverte”. Esta obra se catalogó como “romance andaluz” y, aunque quizás adolece de algo de acción, posee unos magníficos versos de gran brillantez y tipismo. En este mismo año de 1933 Casa Bricio estrena una comedia titulada “Tú gitano y yo gitana”. La obra transcurre en el sevillano barrio de Triana y es en sus calles donde el torero triunfador de la tarde es recibido con todos los honores por los gitanos del barrio. Casas Bricio estrenaría en 1942 otra obra de tema y ambiente taurinos con el título de “Oropel”. Ahora tenemos que hablar de obras que han seguido la tradición taurina de nuestra zarzuela:

La primera tiene por título “Juana Lucero” y la autoría es de Romero y Fernández Shaw con música del granadino Angel Barrios que amén de ser un músico genial era un maravilloso guitarrista.

que tiene el destino, nace en

La segunda zarzuela se tituló “Maravilla”. Fueron los autores del librero Quintero y Arozamena y de la partitura el afamado Moreno Torroba.

-pese a que pasa temporadas

Ambas obras fueron estrenadas en 1941 y ellas reabrieron el camino para volver por la senda que de este género nos dejó “Pan y toros”. En el madrileño teatro de “La Zarzuela” se estrenó en 1944 la comedia titulada “Juan Puerto”. En esta obra, cuyos autores fueron Antonio Quintero y Carlos Rivera, el interés de la misma -aunque los principales personajes de ella son toreros- es más pasional que taurino. Hay un momento en el panorama teatral español en el que aparecen una serie de obras que se denominaron folklóricas, toda vez que en ellas aparecen los personajes vistiendo traje corto (los hombres) y vestidos de volantes (las mujeres). En estas obras se canta y se baile flamenco y el éxito de ellas, que fueron bien recibidas por el público, radicaba en la calidad de los cantaores y de los bailaores y bailaoras.

Brazatortas (Ciudad Real) Antonio Gala. Al poco de nacer se traslada la familia a Córdoba que era su lugar de residencia y por tal Antonio Gala se siente cordobés fuera de esta ciudad- por los cuatro costados. Nuestro personaje se licencia en Derecho por la Universidad de Sevilla y Madrid y Ciencias Políticas y Económicas por la Universidad de Madrid. estaba opositando al Cuerpo de Abogados del Estado y en el segundo ejercicio se retira para refugiarse en la Cartuja de Nutra. Sra. de la Defensión de Jerez de la Frontera (Cádiz). De regreso a Madrid, en 1959 se dedica de lleno a la Literatura, tras haber estado un tiempo impartiendo clases de Filosofía e Historia del Arte. Antonio Gala ha cultivado todos los géneros literarios destacando de forma magistral en el teatro y la novela. En el teatro ha destacado con títulos tales como:

El Pastor-Poeta, que escribiera el maravilloso “canto a Córdoba” para que lo interpretara de forma magistral Pepe Marchena, nos dejó dos obras de estas llamadas folklóricas en las que también aparecen toreros. Los título de éstas son: “Loa niños del Jazminero” y “El tigre del Plata”. Transcurría el año de 1937, cuando por esas cosas raras

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Toreros de Córdoba

Antonio Gala en una reciente visita a Córdoba.

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Casos y cosas del toreo

“Los verdes campos del Edén” por la que recibió el Premio Nacional de Teatro Calderón de la

Casos y cosas del toreo

Barca en 1963, “El sol en el hormiguero” (1966), “Noviembre y un poco de hierba” (1967), “Los buenos días perdidos” (1969), “Anillos para una dama” (1973),

Por Antonio Rodríguez Salido

“Las cítaras colgadas de los árboles” (1974), “¿Por qué corres Ulises?” (1975), y su “trilogía de la libertad” que la configuran: “Petra regalada” (1980), “La vieja señorita del Paraíso” (1980) y “El cementerio de los pájaros” (1982), etc. Su novela tiene títulos -algunos llevados al cine- tales como: “El manuscrito carmesí” (1990) que obtuvo el Premio Planeta, “La pasión turca”, “El águila bicéfala”, “Más allá del jardín”, etc., etc. Ahora bien, la obra de Antonio Gala que nos interesa por hacer alusión al mundo taurino es la comedia musical que estrenó en 1988 con el título de “Carmen, Carmen”. En esta obra, en la que Concha Velasco borda el papel de la Carmen protagonista, se hace una desmitificación del “torero” ante lo que le sirven en bandeja. El torero no iba de fiesta porque al día siguiente tenía que entrenar, y así un largo etc., aunque sabemos y de muy buena tinta que ha habido y hay toreros que han roto todos estos tópicos.

El popular fotógrafo taurino Francisco Cano “Canito” hallábase en la habitación de un modesto hotel en la provincia de Alicante donde se hospedaba el diestro Manuel Rodríguez “Manolete” en un día de corrida. Con “Canito” se encontraban en la habitación tres personas más: “Manolete”, su apoderado José Flores Camará, y “Chimo”, su fiel mozo de espadas. Tan modesto era el hotelito, que todas sus habitaciones carecían de baño interior. Sólo había uno compartido y éste se encontraba al final de un largo pasillo. De pronto tocaron a la puerta de la habitación y “Chimo” la abrió por orden de “Manolete”. Era un señor aficionado que venía a saludar al maestro y desearle suerte. Pasados unos instantes “Manolete” se levantó del sillón que ocupaba, se ajustó su batín de seda color azul, y dirigiéndose a los presentes dijo: “Perdonen ustedes pero necesito ir al baño ahora mismo”. El diestro abrió la puerta de la habitación, salió al pasillo y con una torería fuera de lo común inició el camino que conducía al baño. El aficionado que miraba embobado los andares garbosos del torero fue interrumpido por “Canito” que le dijo: “Havé si ha visto usté en su vida a un torero que vaya a cagá con más arte que este”. Con motivo de la retirada de los ruedos de Rafael Molina “Lagartijo”, el periodista Luis Carmena y Millán escribió con el título de “Lagartijo y Guerrita”, para la

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Toreros de Córdoba

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revista taurina La Lidia del día 2 de junio del año 1893 lo siguiente: “Cuando murió aquel coloso del arte lírico, que se llamó en vida Julián Gayarre, el eminente maestro Barbieri dijo estas palabras: ¡Adios Julián! ¡Adiós il bel canto! Ahora que muere para el arte del toreo el incomparable Rafael Molina, no faltará quien diga imitando a Barbieri; ¿Adiós Rafael! ¡Adiós el toreo sobrio, reposado, elegante y clásico”. Hay, sin embargo, una diferencia. Gayarre no ha tenido ni tendrá probablemente sucesor. “Lagartijo” al abandonar el palenque de sus triunfos, dejó como sucesor único a otro gran torero: Rafael Guerra “Guerrita”. El insigne músico José María Martín Domingo compuso y dedicó el pasodoble “Lagartijilla” al modesto banderillero José Romero, de igual apodo. Y ocurrió, que el día de su estreno en la corrida celebrada en Madrid el 25 de abril de 1909, el sexto toro de la tarde de la ganadería de Concha y Sierra la asestó al infortunado torero una mortal cornada en el cuello que acabó con su vida en el mismo ruedo. El mismo compositor también compuso el célebre y conocido pasodoble “Marcial, ¡eres el más grande!” a ruegos de su querida esposa doña Josefina Porras. El maestro accedió a los deseos de su mujer con la sola condición de que ella escribiese la letra de la partitura.


Casos y cosas del toreo

Francisco Azucena “Cuco”, banderillero sevillano, muerto por el toro “Perlita”. Acaeció la trágica cogida en Madrid el día 5 de junio del año 1840.

Doña Josefina se puso manos a la obra, y así, de esta manera tan sencilla y simpática surgió uno de los pasodobles toreros más populares y coreados de todos los que integran el reper-

Roque Miranda, matador de toros madrileño, muerto a causa de las heridas que le causara “Bravío” en Madrid el 6 de junio de 1842.

torio taurino.

Hasta cinco casos registra la historia de la Tauromaquia, en

Manuel Jiménez “El Cano” matador de toros de Chiclana, víctima de “Pavito” en Madrid el día 12 de julio de 1852,

los que uno de los espadas actuantes hubo de lidiar la corrida completa por cogida y muerte de su compañero de cartel:

Bombita.

El 7 de octubre de 1900, en la plaza de toros de Las Arenas de Barcelona, fue cogido y muerto Domingo del Campo. “Dominguín” y su compañero de cartel José García “El Algabeño” tuvo que estoquear los seis toros de Miura que se lidiaron en tan aciaga tarde.

Cayetano Sanz.

El 20 de abril de 1862, en Madrid, Cayetano Sanz hubo que despachar toda la corrida -tres toros de Agustín Salido y otros tres de Miura- por cogida y muerte del cordobés José Dámaso Rodríguez “Pepete” en el primero de su lote, segundo del festejo. El 15 de octubre de 1896, en Guadalajara, Emilio Torres “Bombita” hubo de dar muerte a seis toros de Ripamilán por haber resultado herido mortalmente su compañero de cartel Juan Gómez de Lesaca.

El 28 de agosto de 1908, en Astorga (León), al sufrir Hilario González, “Serranito” la cornada de algún tiempo después le ocasionaría la muerte, el otro matador de la corrida, Antonio Boto, “Regaterín”, dio cuenta de los seis astados de la misma, pertenecientes a la ganadería de Santiago Necher.

Manuel Calderón, picador de Alcalá de Guadaira, que el 30 de mayo del año 1890, picando en Aranjuez sufrió tan tremenda caída, ocasionada por “Lumbrero”, que le ocasionó la muerte. Luis Ramírez “El Guipuzcoano” banderillero donostiarra, cogido por el toro “Ciervo” en Madrid el 8 de septiembre de 1895. Bautista Santoja “Artillero”, picador de la cuadrilla de Vicente Pastor, cogido y muerto en Albacete el 10 de septiembre de 1913, a consecuencias de una caída que sufrió el día anterior.

El 7 de septiembre de 1910, en Murcia, el espada cordobés Rafael González “Machaquito” hubo de estoquear los seis toros de la corrida, al sufrir José Gallego Mateo “Pepete” una cornada mortal propinada por el toro “Estudiante” de la ganadería de Parladé. Los toros de la célebre vacada del señor Duque de Veragua ocasionaron las siguientes víctimas del toreo:

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Toreros de Córdoba

Manuel Granero.

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Casos y cosas del toreo

Manuel Granero y Valls, matador de toros valenciano, cogido trágicamente y muerto en Madrid el 7 de mayo de 1922 por el toro “Pocapena”. El matador de toros Ignacio Sánchez Mejías, se tiró de espontáneo al ruedo de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla el 21 de abril de 1925, cuando se celebraba la última corrida de la feria, en la que actuaban como matadores Juan Luis de la Rosa, Manuel Jiménez “Chicuelo”, Martí Agüero y Manuel Báez “Litri”. La intervención de Ignacio fue en el séptimo toro, de Santa Coloma, al que banderilleó después de clavar el primer par el banderillero aragonés Matías Aznar “Armillita”.

plaza pamplonica. El toro que

hubo, entre otros manjares,

se anunció en la tablilla con el

marisco. Después de la cena

nombre de “Cumplido”, marca-

los servidores, para que los co-

do con número 81 en sus costi-

mensales se lavaran sus deditos,

llares y con un peso de 478 kilos,

acercaron hasta la mesa unos

era hijo de una vaca que lleva-

copones de plata que conte-

ron para divertimento de los mo-

nían agua caliente, a los que le

zos, ignorándose que estuviera preñada. Tanto la madre como el becerro, al que pusieron en los corrales el nombre de “Ferminito”, retornaron a la dehesa de su propietario don Antonio Martínez Elizondo.

añadieron un buen chorreón de vinagre. Cúchares debió entender que el contenido de aquellas copas era para bebérselo y así lo hizo. La reacción no se hizo esperar y levantándose el torero de la mesa y con toda la naturalidad del mundo se dirigió a los encopetados Marqueses y les dijo: “Zeñores, en esta caza ¿aonde ze gomita?”.

Uno de los mejores toreros de plata que hubo en el siglo XIX se llamó Juan Molina Sánchez

Estando en Méjico en el mes

y era hermano de “Lagartijo”,

de enero de 1926 el matador

y en razón a su enorme cate-

de toros español Ignacio Sán-

goría como torero vamos a

chez Mejías, coincidió que los

referir este pasaje de su vida.

aviadores españoles Franco,

Se lidió en Madrid el 28 de abril

Ruiz de Alda y Durán realizaron

de 1889 una corrida de la divi-

su vuelo a Argentina en el “Plus

sa portuguesa de Palha, que

Ultra”, proeza que fue elogia-

fue estoqueada en un mano

da unánimemente en todas las

a mano por los famosos toreros

partes del mundo. Pero el mo-

“Lagartijo” y “Frascuelo”. Los

zo de espadas de Ignacio, An-

toros de mucha romana y po-

tonio Conde, no parecía darle

der, amén de lucir exagerados

mucha importancia al hecho. Y

pitones, aguantaron cincuenta

como un mejicano le preguntara si no le producía entusiasmo

Francisco Arjona "Curro Cúchares".

mataron doce caballos. En la

lo ocurrido, le contestó: Mira, manito, la cosa está bien. Pero has de tener en cuenta que si a un español le pones un sombrero de paja y una hélice, va adonde le de la real gana. Y el mejicano se le quedó mirando con cara de asombro.

varas, dieron veintidós caídas y enfermería hubieron de ingre-

Presumían los Marqueses de

sar Rafael Bejarano “Torerito”

la Encomienda de su amistad

y Saturnino Frutos “Ojitos”, por

con el torero Francisco Arjona

lo que Juan Molina tuvo que

“Curro Cúchares” y cuando

bregar con todos los toros, has-

éste toreaba un par de corri-

ta el punto de que gracias a él

das seguidas cerca de Almen-

pudo echarse fuera aquella te-

dralejo, donde ellos residían en

rrorífica corrida. Pese a tratarse

un precioso palacete, solía ser

de un día primaveral, Rafael y

En la tercera corrida de los San

huésped e invitado suyo. En

Salvador, salían de la plaza su-

Fermines del año 1961 fue li-

cierta ocasión los distinguidos

dando a chorros, por lo que se

diado en cuarto lugar un toro

anfitriones obsequiaron al cé-

arroparon bien con sus capo-

que había nacido el 7 de julio

lebre torero con una suculenta

tes de seda, y al vez que Juan

de 1957 en los corrales de la

y abundante comida donde

Molina llevase el suyo plegado

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Casos y cosas del toreo

sobre el brazo, le dijo “Frascue-

contrario y de esta manera le li-

lo”: “Juan, abrígate un poquito,

gaba, seguidos, cuatro o cinco

Lo profetizó el más grande los to-

que has sudao mucho, no vayas

faroles más.

reros, Manuel Rodríguez “Mano-

a ponerte malito que nos jases mucha farta pa jestas batallas”.

lete” el día que viendo torear a Viajaba en tren y dormido el torero “Curro “Cúchares” con su

La primera alternativa conce-

cuadrilla, dirección a una po-

dida en el desaparecido coso

blación francesa donde habría

de Los Tejares de Córdoba, le

de actuar, y pasada la frontera

fue otorgada al diestro sevilla-

entre España y Francia, desper-

no Antonio Carmona “El Gor-

tó el torero bruscamente y pre-

dito” el 8 de junio de 1862, por

guntó: ¿A onde estamo? El ban-

su hermano José, y la última, la

derillero de su cuadrilla Matías

concedida por Antonio Mejías

Muñoz después de deletrear un

“Bienvenida” a Manuel Cano

rótulo fijado sobre la puerta de

“El Pireo”, en presencia de su

salida de la estación francesa

paisano Gabriel de la Haba “Zu-

donde había quedado el tren

rito”. El toro de la ceremonia se

momentáneamente estacio-

llamaba “Fogarín” de la divisa

nado respondió: “Estamos en

de don Carlos Núñez.

“Sortie” (salida). El torero volvió a dormirse, y como, al poco rato,

A juicio de los entendidos y de los buenos aficionados, dos fueron los toreros que con mayor perfección llegaron a ejecutar el “farol de rodillas”, y curiosamente los dos se llamaron Félix de nombre. El primero, era el santanderino Félix Rodríguez que para ejecutarlo se situaba en el tercio, próximo al caballo

se detuviera de nuevo el tren, abrió los ojos, miró al exterior y al ver un letrero igual al de la estación anterior, entendió que se trataba del mismo, por lo que sin poder contenerse exclamó: “Tanto hablá y hablá, que si los trenes franchutes corren má que er viento ¡y entavía etamo en el mesmo sitio!

Luis Miguel “Dominguín” en una nocturna en Albacete dijo: “Este nene viene con la escoba”. Años más tarde, el 17 de mayo de 1949 en Madrid, durante la lidia del cuarto toro de nombre “Sacristán” de la ganadería de la viuda de Galache, fue cuando en un desplante, el diestro Luis Miguel “Dominguín”, levantó el dedo índice de su mano derecha para indicarle al público que él era el número uno del toreo. Aquella tarde alternó con Agustín Parra “Parrita” y el sevillano Manolo González. En el esplendor de su carrera taurina Luis Miguel toreó una corrida en Jaén e invitó, para que lo viese torear vestido de luces, a su esposa la actriz cinematográfica italiana Lucía Bosé, y como no se le diera bien la tarde, acabada la corrida el matrimonio se vio de nuevo en el hotel. El torero que sentía impaciencia por conocer la opinión de su

de picar y esperaba a que el to-

mujer le preguntó: “Lucía, dime

ro saliera del puyazo, momento

El genial Rafael Gómez “El Ga-

tú como he estado esta tarde”.

que aprovechaba para ligarle

llo” descabelló a un toro sin

La artista muy defraudada y con

dos o tres faroles con las dos

usar previamente la espada de

toda sinceridad le respondió: Y,

rodillas en tierra, para rematar

matar en una corrida nocturna

¿Tú dices que eres el número

después, con media verónica

celebrada en San Fernando

uno de los toreros? ¡Pues como

sin levantarse, así lo inmortalizó

cuando alternaba con Sebas-

serán los demás!

el pintor taurino Ruano Llopis

tián Suárez “Chanito”. Uno de

en uno de sus cuadros. El me-

sus toros se aquerenció cer-

jicano Félix Briones, los daba

ca de un caballo muerto y el

de salida, echando el capote

“Divino calvo” viendo que no

hacia delante para traerse al

abandonaba su querencia, se

toro muy toreado. Desde unos

colocó de manera que el ca-

metros antes y perdiéndole un

ballo quedase entre él y el toro,

paso, se hincaba de rodillas en

y cuando nadie lo esperaba y

el momento justo en que el toro

sin previa preparación, acabó

humillaba. Al finalizar el farol, se

con su enemigo de un certero

levantaba para ganar el pitón

descabello.

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Una ventana al recuerdo

Una ventana al recuerdo Recuerdo gratificante para la familia Sánchez Saco, y el propio torero, cuando Rafael, el 27 de mayo de 1950 debutó con picadores ante los novillos de Clemente Tassara, al que le cortó los máximos trofeos. Actuó junto a Julio Aparicio y Miguel Báez “Litri”, novillada en la recordada plaza de “Los Tejares”. Pepe Escamilla, nunca se apartó de su máquina fotográfica, manteniendo este espacio en el lejano pasar del toreo cordobés.

Fotos Retrospectivas

Fotos retrospectivas Manuel Benítez “El Cordobés” V Califa, en sus años fértiles del toreo, siempre estuvo al lado de sus amigos y miembros de su cuadrilla. A la izquierda de la foto, vemos a Pepe Acuña, mozo de espadas en sus comienzos; así como a la derecha de la gráfica, precisamos también a Francisco Fernández, que en la misma categoría profesional tomó el relevo de Acuña. Benítez conversa con un amigo.

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Literatura

Conferencia R.Carvajal Por Rafael Carvajal Ramos

España a la conquista de Perú Córdoba manda un nuevo Gran Capitán Y esta vez Perú se entrega sin lucha, incondicionalmente. El nuevo capitán de las huestes españolas, levanta (y me temo que los ejércitos taurinos tendrán que claudicar ante el ímpetu y coraje del joven mandamás), la bandera roja y oro de su capote y muleta para demostrar, a pesar de su aún corta trayectoria, quién es el que va a llevar de ahora en adelante el estandarte del arte, del temple, de la estética y la plasticidad en la lucha que el mundo taurino, de ambas orillas de la mar océana, entablan por la supremacía en los cosos. En el impresionante campo del limeño Acho hemos visto el enfrentamiento de la más madura generación, sabia y valerosa, y la nueva tropa guerrera, que viene pisando con todo el ímpetu que caracteriza a los jóvenes, supliendo su aún falta de experiencia con una ambición, valor y buenas maneras tales, que mucho tendrán que apretar los primeros para mantenerse con orgullo y dignidad ante el ímpetu arrollador que les viene pisando los talones. Eso es lo que les ha dicho hoy a los peruanos el nuevo matador, con un año escaso de alternativa. Y por ese motivo los peruanos, sabios y duchos en las artes de esta guerra, le han aclamado y aceptado como el nuevo Gran Capitán de la tropa taurina. ¡Ya tenemos guía! El toreo alza su voz para proclamar a un nuevo Conquistador. Es de Córdoba, como aquél otro Condottiero, y se llama, para que no quede la menos duda, ¡Finito de Córdoba! Desde aquel toro “Infundioso” que le brindó la alternativa el 23 de mayo de 1991; el toro “Ermitaño” que se la confirmó el 13 de mayo de 1993, hasta el bravo y noble “Guapillo” de su cuarto triunfo consecutivo en Madrid el 6 de junio del mismo año, su camino ha estado sembrado de triunfos contundentes y esclarecedores. Por ello, emulando al vate que proclamó el coraje español con aquellos versos que dicen: ...”El rudo cañón retumba/ y el invasor se aterra/ y al suelo le falta tierra/ para cubrir tanta tumba...”, me permito cantar hoy, sin rencor y sin odio, pero con todo el orgullo de la más encendida esperanza:

La negra fiera se aterra ante el astro que relumbra. Finito es el Sol que alumbra la conquista de esta tierra Rafael Carvajal

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Literatura

El arte se hace alma en la figura de “Finito de Córdoba”

que el arte del toreo es la única manifestación artística de pura y neta improvisación, y lo entenderán con una pequeña exposición: Un pintor puede pasar de momentos de inspiración a días sin cuento de inactividad antes de dar por concluida una obra. Un músico tardará interminable horas cambiando notas en su pentagrama para pulir una pieza musical. Un poeta se despertará del sueño reparador para escribir unos versos que han iluminado su subconsciente en vigilia, y tardar meses en concluir un poema. El actor que entrena durante una temporada antes de la primera representación. Sin embargo, el torero debe estar inspirado y pronto para ejecutar su obra todos los días, a las cinco de la tarde, con materiales (el toro) diversos y dispuestos a ponerle difícil la misión, y con unos espectadores cada día más exigentes y desilusionantes.

(Conferencia) Sras. y Sres., amigos todos: buenas tardes

Y si no está a punto, como una máquina que queremos perfecta, que para eso pagamos nuestra voleta en la plaza, le negamos el pan y la sal, porque nos olvidamos, ¿acaso ignoramos? que no es una máquina, que entonces no merecería el título de artista, ni tampoco es sólo un torero vestido de luces y que cobra por divertirnos, que entonces sería simplemente un robot disfrazado. Es, y no nos neguemos a admitirlo, un hombre por encima de todo.

Créanme si les digo que me siento doblemente orgulloso de estar hoy con Vds. en primer lugar porque puedo asegurar sin banalidad que vuelvo a vosotros sin haberme ido nunca, pues para mí esta tierra colombiana ejerce todo el encanto y atracción que posee una joya que se guarda en el corazón; es una tierra que posee un atractivo especial y en la que guardo el sentimiento de profunda amistad hacia tanta gente, que aquí me hayo como en casa propia. Y porque es un honor y una satisfacción venir a hablaros de un artista, de un torero de una persona, todo en uno, fascinante y ademas paisano.

Por ello, me van a permitir que haga una semblanza poética del Finito de Córdoba”, cual y único, del hombre-artista, de espíritu y materia.

Cuando hablamos de alguien, y más aún si este alguien es torero, parece que todo nace al paso de las manecillas de un reloj: cuando se inició, en que fecha se vistió por primera vez de luces, qué día se presenta en Madrid, se estrena con picadores o toma la alternativa. Siempre a golpe de números que parecen indicar hechos o situaciones que llevan implícito un carácter de primera y, casi única, oportunidad. Todo lo que sobrepasa estas cuadrículas de números se relega a una casi anécdota, sin otro interés que el demostrar en una reunión de amigos cuánto sabemos de toros.

Córdoba”. Juan, “Finito de ¡”El único”! e comparar. celso se te pued Tan sólo con lo ex tá a tu altura, es Es lo único que es mismo. la medida de ti re y al torero Cantar al homb ... , el mismo elogio es un mismo canto de “Finito” El himno del arte isea de tu vida Juan,como la od es tu propia vida, su propia suerte. va de la mano de e Su vida y tu suert ria, mino lleno de glo son el mismo ca ser ad, del dolor de de responsabilid vez; o y hombre a la tú, torero; él, torer nfa luz vertical que triu los dos, espíritu, l, gris, horizonta sobre la materia r. imperio del nace que se rebela al del torero! l hombre! ¡Drama ¡Drama eterno de , frente a frente ¡Espíritu humano ncial del toro! a la plenitud susta s, sin locura ¡Quijote en ideale nado, natural, de hombre ilumi a, dominador con la mirada alt

Olvidarnos que el torero es también y, sobre todo, hombre. Que sus cualidades artísticas van condicionadas por sus cualidades humanas, como son su inteligencia, voluntad, carácter... Y como consecuencia de ello, los convertimos de una forma despiadada en diana de nuestras iras; eso sí, tan solo en la cuadrícula fechada de un festejo, o en el ara de nuestro fervor más generoso hacia el admirado artista. Ustedes no conocen a Juan Serrano, y sin embargo vienen dispuestos a empaparse de su Arte. Pero deben pensar en esa dualidad torero-hombre, y no solamente en la cualidad riesgo-arte. Es verdad que el toreo es arte encerrado en un traje de riesgo. En ello estriba precisamente su grandeza. pero sin olvidarnos jamás del hombre que tira del carro de ese artista. Olvidamos con excesiva frecuencia, si es que alguna vez nos hemos parado con objetiva imparcialidad a pensarlo,

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Literatura

ad heroica! del torrente de tu ed jo del engaño, eca sabio en el mane

tremendismo que arte. “Finito” ha hecho su particular aportación al toreo, dando al arte la razón profunda de esa línea de actuación que el torero he hecho realidad en sus épocas gloriosas de creación, porque, en palabras del poeta, se han basado, como Juan, en su condición cordobesa de esencias romanas, góticas y moras.

Sén

ada, el manejo de la esp Góngora genial en estoico, serio, cordobés universal, en ti conjugas profunda el culmen de la razón armónico. de lo total, superior, o, l perdido ritual del tor Recreador único de del ruedo, de la liturgia mística supremo sacerdote ro; pontífice del arte pu a ti, Juan, “Finito”:

“Finito” espiritualidad el toreo. Su abandono desganado de manos bajas, eternizando el pase con una lentitud que embriaga los sentidos, y materializando el alma pura de la belleza en unas composiciones estéticas que cautivan y asombran por inverosímiles, que hacen ver lo casi imposible e irrepetible como la cosa más sencilla y natural, dan nueva energía a la tauromaquia y ritualizan de nuevo el perdido concepto del toreo como forma de una religión en la que el toro se convierte en el oficiante del sacrificio incondicional hasta las últimas consecuencias, y el torero se transforma en el dios humanizado, receptor y ejecutor de la entrega de la bravura, nobleza y vida del primero. En una palabra, Juan convierte la derrota y muerte de la bestia en arte espiritual y místico. Ha purificado el ritual de secuencias inútiles y lo ha limpiado de sensaciones sangrientas y de mal gusto, ennobleciendo, como en un acto de fe, la fealdad enquistada del toreo.

ia del toreo!

¡Salve, espíritu y mater

Es, cuanto menos, pretencioso reflejar en palabras el significado de Juan para los anales del toreo, porque su dimensión es él mismo. Sólo es extrapolable a otro artista de su misma cualidad, sin que ello implique imitación. ¿Quién es este artista? Búsquenlo ustedes mismos. Porque para mí, la única comparación a su arte es su propia calidad humana, como la sola imagen de su personalidad es su magnitud artística, fiel reflejo ambas del hombre-torero que apura límites inalcanzables la belleza del genio artístico, la emoción de la obra perfecta, la responsabilidad de rozar la gloria con los vuelos de su torería. Si tuviera que cualificar de alguna manera a Juan, me referiría a dos conceptos, que abarcan por sí solos un universo de sensaciones, que, aún siendo complementarios, son antagónicos: espiritualidad y materialidad. Espiritualidad que dirige su cabeza, brazos y cintura en un himno a la estética, al duende de su toreo, al pasmo de su verdad. Y una materialidad que condiciona y se rebela al imperio de la belleza torera y se encarna en la realidad de que el toro, cualquiera sea su tamaño y condición de bravura, hiere y mata. Y es esa rebeldía entre la gloria y el miedo, el drama eterno del hombre. Juan sabe equilibrar la embriaguez de la primera con la tortura de la segunda, y el resultado es ese monumento al Arte del toreo sin inconsciencia, sin temeridad, y rebosante de plasticidad y pureza. Es el triunfo en la lucha despiadada entre hombre y torero, entre emoción y tedio, entre espíritu y materia.

¿Y cómo ha conseguido esta transformación? Ante todo, eliminando su hábito religioso o(y entiéndase aquí capa y muleta como el tejido talar de su consagración) de cualquier recurso de alivio, que asombraban los ojos con florituras casi sensuales, pero fáciles y equívocas, y revistiendo el inevitable triunfo con toda la verdad y belleza alcanzables, subyugando más a la inteligencia que a la mirada. Porque frente al público se desnudó del recurso facilón, de la artimaña fraudulenta, de la maniobra técnica por deshumanizada, y buscó siempre la victoria pura y total del ánimo y del espíritu. No a la filigrana circense; no a los apuntes aislados; no al toreo forzado y a jirones. Juan busca siempre dominar al adversario con la figura compuesta, la idea sabia, el valor templado, la mente despierta, la belleza incombustible. El toreo de “Finito” está hecho de poderío y de silencio. No del silencio alimentado por el tedio o la medida escasa de arte, sino del silencio rebosante de los olés y de las palmas, de los gritos de ¡torero, torero! y de la emoción expectante y asombrada del indulto o del sacrificio noble, humanizado y bello. ¡Cómo impresiona ese silencio! ¡Cómo cautiva ese poderío de realiza de quien se sabe líder e invencible! Silencio y poderío de Juan en donde se circunscribe y significa esa dualidad del torero-hombre que renuncia a lo obvio y fácil, y deja aparte con elegancia y señorío cualquier posibilidad de manejo escandaloso de pasiones fáciles. Que frente al sacrificio de la lucha se asienta en su inspiración auténtica y profunda, en su cabal dominio para hacer afluir el caudal majestuoso de su poder, querer y saber, o lo que es lo mismo, de su sentir.

En Juan se conjuga a la perfección la naturalidad, la insolente dejadez de sus manos y la exigencia física de la energía con la inteligencia, el dominio, el temple y el mando frente a la naturaleza animal e instintiva del toro. Como un nuevo Gran Capitán de los ejércitos taurinos, ausente de los sueños de edades pretéritas, pero imbuido de la esperanza de futuras gestas heroicas. La época de “Finito”, dentro del campo de batalla de los ruedos, está lleno de un toreo inarmónico, disperso, sin un sentido total, porque está basado en las condiciones físicas del hombre. Más temeridad que valor; más aptitudes circenses que técnica y dominio; más

Pero está también ese otro silencio que el torero consume intensamente a solas consigo mismo durante el ritual místico del toreo. Y es de ese silencio íntimo del

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cordobés en presencia, esencia y potencia: inmenso sin altanería, serio y callado sin desprecio, humilde sin pretensión, artista en su sencillez. Y con estas cualidades, sabedor de su condición de flecha, brisa, cielo y gloria, clava las zapatillas en el albero para dispararse, en imparable ascensión, hasta el trono celeste para el que había sido destinado. Y su toreo se materializa en la elevación, en la religiosidad de su ejecución, en la sacralización de su concepción.

que brota, como un manantial incontenible, el vuelo firme y quedo de su capa en las inspiradas verónicas, el callado aleteo de águila imperial de su muleta en los arrastrados naturales, el rezo interior que fecunda el misticismo de sus faenas armoniosas, elevándolas a la grandiosidad de soles altos, de cimas nevadas, de furia de razas. El ruido atronador de los cosos de toros, desatados y efímeros, se transforma en silencioso caudal fecundador del arte taurino desde las manos sabias y armónicas de Juan Serrano.

Su toreo no es de capa y espada. Su toreo se ha convertido, o más bien, ha eclosionado en la realidad patente que hoy conocemos y gozamos: arte en estado puro. Sacerdote supremo del ritual sagrado del toreo que, ahora sí, es sacrificio y llama en el vasto y dorado altar del ruedo. Altar grandioso no para recorrerlo en fatigoso y descompuesto cuerpo a cuerpo con el toro, sino para acentuar la magnificencia de un toreo que se clava en los pies y se alza enhiesto y firma como los eucaliptos de la sierra cordobesa; sitio reducido, donde Juan se eleva como trigo en sazón, como cirio devoto, como oración de esperanza y fe.

Y debe por fin llegar a la cima más elevada. O según se mire, se ve abocado a la cumbre por su propio misticismo. No había vuelta atrás. Después de haber renunciado a su propia grandeza, y con ella a los halagos de un toreo material para el que no estaba preparado, pues nunca se había sentido tentado de los atajos ni de los alivios engañosos, a punto casi de arrojar la toalla, enfiló el camino más difícil, empinado e incómodo: la lucha contra la incomprensión del público. Se le cerraron muchas puertas porque no entendió que el camino de su arte no debía pasar forzosamente por los pitones del toro, por la sangrante herida, por la tragedia de la inmolación. ¿Qué había conseguido Ignacio Sánchez Mejías, “Manolete”, “Varelito”, “El Espartero”, “Paquirri” o “El Yiyo”? La inmortalidad, sí. Pero... ¿de qué sirve ésta si se gana a fuerza de dejar incompleta la obra maestra de la vida? Muchas existencias se habían cubierto con la pátina del olvido, y sólo se les soplaba el polvo con motivo de algún aniversario, o para colocarlas en el casillero de alguna estadística. en verdad, muy poca cosa para premiar la pérdida de algo más grande que la vida misma: la excelsitud consagrada del arte, pues el artista tiene la obligación para con los dioses y el destino de completar la obra para la que ha sido revestido del don y la gracia.

El toro deja de ser así la fiera de atracción morbosa para convertirse en materia dócil y humillada a los vuelos de la capa y muleta, que se hacen bandera llameante del espíritu en triunfo. Y ya estamos en esa dualidad del artista. Espíritu y materia, sacrificio y placer, torero y hombre. Vencedor de la fiera que se rebela al abandono que le hostiga, a la lentitud que le domina, a la luz que desgaja la ciega venganza del instinto. Ciega, porque no ve su propia sumisión, su propia entrega, su misma muerte. Ciega porque no advierte que Juan vencerá la cornada embarullada; que el espíritu, invencible, doblegará a la materia animal.

Y Juan dejó a un lado, repito, el camino fácil que le podía dar más extensión, pero que irremediablemente lo hundiría en la sima, privándole de la ascensión. Valores que marcan un mismo camino, pero de direcciones opuestas.

El duelo eterno. El obtuso litigio entre la religión y la guerra, entre la mies y la guadaña, entre la vida y la muerte, entre el arte valeroso y el tremendismo inconsciente. ¿Vencedor del duelo atávico? Religión, mies, vida y arte, porque ellos son morada del espíritu.

Y con el espíritu de un asceta, dejó definitivamente todo el lastre de divismo, de materialismo y engaño, y arrancó nuevamente desde el principio, desde cero, con la mirada puesta en las alturas, en la elevación que le llevara por el camino duro, pero recto, hasta su entronización en el ara de los mejores, de los escogidos, de los únicos. Y su toreo se hizo flecha, brisa, cielo y gloria. Reencarnó el espíritu y la esencia de Córdoba y de lo cordobés, porque Juan, pese a quien pese, es

Hablar de esta dualidad escapa al análisis simplista y se acerca más al pensamiento intelectual elaborado, casi metafísico, pues si consideramos globalmente el toreo como arte, estamos considerando implícitamente que el torero es un artista. Juan va más allá de este concepto, y se adentra en el ámbito de la genialidad. No cabe pues considerar sólo lo que hace, sino que debemos aceptar también

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lo que es. Volvemos a caer en la dualidad, pues visto desde un prisma técnico, puede ser que lo que hace “Finito” en la plaza, no sea muy distinto de lo que hacen y han hecho otros toreros. Pero basto lo que en ese momento hace precisamente él, para que la pura acción, la gesta del artista, se convierta en presencia única. Una presencia tan real y verdadera que, ya sí, el toreo la toma en préstito a fin de lucirla y darse esplendor con la genialidad personal de su arte. Otros toreros, geniales sí, pero sin caer en ese binomio de ser y esencia, simplemente incrustan su personalidad en el toreo, fecundándolo. La de Juan, sin embargo, no actúa desde dentro del arte, más bien va pareja a él, y por esa razón misma Juan no actúa, porque sencillamente está. Ya no es el torero artista. Es, y en ello radica su grandeza, el hombre-torero, el hombre-artista; y así, aunque uno esté incluso mal una tarde cualquiera, siempre está el otro. Esta división de hombre-torero da la verdadera dimensión de “Finito”; no actuar, no hacer simplemente arte. Yo creo más bien que Juan inspira el arte, lo hace vivo, le da alma, espíritu; hace el arte, en una palabra, persona. Otro torero-artista, por ser, como ya he dicho, una sola entidad, hace arte. “Finito” crea desde su interior el arte mismo ,que se levanta de sus manos, de su estar en la arena, como el alma del hombre-artista, y por ello el arte y el hombre son dos seres, creador y creación, con dos almas en un solo traje de luces. El aficionado que ve a un toreroartista, no contempla más que lo efímero e inanimado de la técnica, aunque ésta sea artística. Ve una, incluso, genialidad y una gesta heroica. Hasta ahí, sí, e incluso hará el comentario de una faena espectacular. Juan hace de la faena una realidad de su presencia en el ruedo, crea el milagro artístico de su propio yo, y el resultado, ya lo han visto Vds., es la sacralización del arte. El toreo de Juan es por ello vida, espíritu, persona. En otras palabras: vitalidad, duende, personalidad.

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De la pluma de Eugenio D’Ors me quedaría con dos renglones de su obra “Se cierran las glosas al teatro invisible”: “El arte del toreo conviene pasarlo de la vecindad del abanico a la vecindad de la escultura”. Y, añado yo: “Finito” ha traspasado esa vecindad, dando además alma y vida a esa escultura. La presencia, el estar del hombretorero, ha hecho de Juan Una sugestión de colectividad. El solo, su sola presencia, llena la plaza. Cuando él torea, sólo está él. No hay ruedo ni toro, no hay sol ni aire. Sólo alma y arte. Es una presencia que se respira y que se siente dentro. Y cada espectador saldrá de la plaza encandilado, o insatisfecho si el artista no ha estado bien, pero nunca, y hago hincapié en el nunca, defraudado. Belmonte crea un concepto nuevo del toreo. De aquél “cuando viene el toro, o te quitas tú o te quita el toro”, se pasó al concepto de toreo clásico de “parar, templar y mandar”. Concepto netamente técnico, que de la presencia humana-artística de Juan, se ha trastocado no ya al toreo que pudiéramos llamar moderno, sino esencial y eterno, por su propia esencia y magnitud. De la superioridad intelectiva del torero contra el salvaje instinto del toro, “Finito” ha logrado una connivencia, una colaboración de ambas fuerzas. Ha transformado las premisas del toreo clásico en un baile trágico y hermoso entre ambos contendientes. Ha cambiado el parar por el citar (yo creo que el toreo verdadero no es parar, sino al contrario, hacer pasar al toro), al templar ha añadido alargar el pase lo inimaginable, y así, ha convertido la faena técnica del torero, la lucha de éste y el toro, en un espectáculo en el que el toro se hace maleable en las manos del artista, la fiera se hace dócil a la voluntad del hombre, el espíritu y la materia se convierten en arte animado y vivo. “Finito” es el alquimista que con su ser y presencia ha transformado la técnica en sentimiento, el conoci-

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miento en inspiración, la ciencia en alegoría. No es un matemático del toreo. Más bien, es un creador de toreo, un hereje taurino por cuanto ha evolucionado el clasicismo impuesto por Belmonte y “Manolete”, hasta unos límites que no tiene nombre, porque no tiene parangón. Esa evolución de Juan hasta los límites de la herejía, es la que más emoción y trascendencia revive en la plaza. Juan, no lo dudemos, es un torero de arte, arte elegante y clásico en el sentido estético del concepto. Y es clásico, porque hace de la elegancia una necesidad. No buscada, por cierto, sino innata. Nace, en efecto, del equilibrio absoluto entre sus extraordinarias posibilidades plásticas y sus conocimientos técnicos. Y ello le hace ser, a su corta edad y experiencia, de una madurez total e insuperable. Su estilo, seguro quedará, porque es algo que guía su personalidad, o tal vez porque sea ésta a crearlo. estilo y personalidad propios, pues propio, por único, es Juanhombre. Y caemos nuevamente en la dualidad analizada. Juanhombre creando el Juan torero. Su mérito está en el crear un estilo y ejecutarlo luego de una manera despersonalizada, sin apoyarse en su persona y en su gesto. Y es clásico, siendo moderno, porque nada sobra en él. El hombre es la prosa que trae el verbo justo, el adjetivo mesurado, que da color, olor y sabor a su persona. El torero, que lleva al toro ceñido, embarcado en el engaño, con capa o muleta limpia, los brazos movidos con armonía, la figura en su punto, sin contorsión vacía ni gesto vano, encadena con un ritmo lento los pases, construye con sobriedad la faena, templa y rompe la embestida con la muñeca y la cintura. Sobriedad de Juan en la sobriedad del torero, que cita en corto y templa y domina, porque tiene el terreno del toro bajo su magnetismo cordobés. Pero lejos de la sobriedad del estilo cordobés, su arte es alegre, sin las estridencias del toreo sevillano o




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rondeño, aunque sin la estoicidad de la escuela cordobesa. Cada pase agota la posibilidad de la suerte, es un lance completo y variado, en plasticidad, elegancia y belleza. No es un torero largo, pero sí personal. El lento discurrir de la tela, el desplazamiento del toro, que se hace eterno en el pase, apura las tonalidades plásticas de la suerte, compacta la unidad estética del espectáculo, pleno de emoción y tragedia. “Finito” nose esfuerza, o así da la impresión, porque posee una consumada maestría, casi etérea y alada. Felipe Sassone, crítico de la revista “Dígame”, decía que “la faena en un palmo de terreno es la más suprema y difícil manifestación del ate del buen lidiador”. Abundaba en ello Francisco J. Domínguez hablando de “Manolete” en su libro “Los Califas del Toreo”: ...”Manolete aporta el ritmo, la precisión, la cercanía, el “tempo” de cada faena y la fragmentación de las mismas”. Y yo digo que por eso mismo “Finito” es hoy único, porque no se ciñe a un palmo de terreno cuando alarga el pase lo indecible, con hondura y largura de eternidad; porque improvisa sobre las necesidades posibilidades de cada toro, con una precisión de relojería y una eficacia de plenitud, dentro de una estética de artista. Quizá deberíamos dar un somero vistazo a la evolución del toreo desde que empieza a ser el de hoy en día, para situar en un contexto adecuado lo que es la revolución impuesta por “Finito”. No es hasta finales del siglo XVIII que empieza a parecerse a la corrida de toros actual. El antiguo caballeresco toreo a caballo había perdido su primacía, h los toreros de a pie interesan más y más al público. En e siglo XIX ya tenemos la corrida sujeta a unas normas que irán cambiando en el detalle, pero que permanece inalterable en lo básico. El toreo se basa en los pies, es decir, pasando al toro por la muleta, pero moviéndose para evitar la embestida, como si fuese un regate de bajón. Es con

“Lagartijo el Grande” que el toreo empieza a ser considerado un arte. No basta con torear y se busca que el torero tenga una presencia especial. Recuerdo haber leído una crónica de época, en la que se comenta que toreando en Madrid, “Lagartijo” ya hacía el centro del ruedo con las banderillas en la mano. Se para para llamar la atención del astado, y es tal su apostura y elegancia que el público empieza a aplaudir sin haber realizado aún la suerte. Los espectadores no sólo se entusiasman con la valentía y la técnica de los toreros. También lo hacen con su apostura, con su magnetismo personal. En el siglo XX surge la revolución de Belmonte. El torero se queda quieto ante el toro. Ya no se basa el toreo en los pies. Ahora juegan las manos. hace que la fiera gire en torno a él, e implanta el “palmo de terreno”. Lo que viene después puede considerarse una aproximación lenta hacia la perfección de lo establecido por él. Cuando surte “Manolete”, el “palmo de terreno” de Belmonte y los pases ligados en series que aporta “Chicuelo”, llegan al paroxismo, se funden en lo que daría en llamarse “arquitectura de la faena”. Muchos trajes de luces han pasado con más o menos acierto, con más o menos tributo y contribución a esta arquitectura torera, o mejor aún, taurina. “Finito” le ha dado el espaldarazo haciéndola espiritual, ausente de la materialidad de la técnica, que se vuelva más bien el profundo conocimiento del instituto de la bestia, en la personalidad racional del hombre, y le ha dado alma. La psicóloga y socióloga doctora Guirau decía que el toreo en sí es algo con una importante carga histórica. Torear, tratar con una bestia salvaje cuerpo a cuerpo, hasta dominarla, vencerla, es un intento antiguo como el tiempo mismo. Es expresión del instinto humano, en camino hacia la civilización. Es la traducción más extraordinaria de la natural sabiduría del hombre, que sin otro elemento de protección que su inteligencia

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fue capaz de proclamarse el ser superior de todo lo creado. Tiene por ello la enorme fuerza que presta a todo la tradición, mil veces secular: rito religioso, sacrificio expiatorio, necesidad de aprovisionamiento, costumbre y diversión, pues ya la vemos en los juegos paganos griegos y en el circo romano. Este transcurso en el tiempo le ha dado un carácter de propiedad, una naturaleza única. El toreo sigue y sigue con el rodar de las horas, día a día, siglo a siglo, hasta hoy, que por un misterioso deseo de los hados se refugia en España, donde la variedad brava, descendiente de aquella especia arcaica, se afianza cuando ya había desaparecido en el resto de la tierra. Y es así que la llamada que lleva al hombre frente al toro tiene algo de providencial casi de predestinación. Está probado que no puede ser torero todo aquél que desearía serlo. El profesiograma del toreo exige en el hombre una cierta tipología, una predisposición, aptitudes y facultades que no se pueden enmarcar en la generalidad. porque son muy específicas, muy restringidas a esta profesión. Estas aptitudes podíamos asumirlas, para empezar, en audacia y tesón. No es cierto, como se cree muy a la ligera, que el hombre se enfrena al toro por alcanzar fama, dinero y un cierto “status social”. Al menos, no es éste el auténtico y único caldo de cultivo. La realidad es algo mucho más profundo. es un “veneno” superior a todo sentimiento de miedo, más fuerte que los instintos, algo menos superficial que la riqueza, eso que resulta difícil, cuando n imposible, explicar. Desde luego, es lo que podríamos definir como vocación. El torero presenta un perfil de acusada verticalidad, un diagrama de alta puntuación en cuanto a privilegio psico-físico se refiere, lo que los hace soportar con temple extraordinario las situaciones antivitales de inestabilidad a las que se enfrentan, como son el vaivén emocional del aplauso del público, tanto como el riesgo de la cornada. Esto implica de por sí una férrea disciplina de la voluntad.

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“Bombita” u Ordóñez, por citar algunos de los clásicos artistas. Todos entienden que hay conceptos en el toreo de “Finito” que se añade definitivamente a la tauromaquia, y que sin los cuales ya no podemos considerar una faena completa. El el paralelismo de movimientos entre torero y toro. Los revolucionarios Belmonte o “Manolete” impusieron la cercanía, la quietud, meterse en el terreno del toro, la faena en el palmo de terreno. Juan ha apretado, como digo, la tuerca del toreo al situarse en la distancia justa para que el toro recorra un camino interminable en un pase largo, largo, en unos lances ligados hasta hacerlo redondo, en una faena única, y ello en una quietud que convierte el palmo de terreno en una autoestrada. Y todo ello acompañado de un sincronismo del movimiento torero-toro, que más parece que van unidos por hilos invisibles que el que se cumpla la premisa de que el toro pasa o que el torero ejecuta un pase. Son dos raíles paralelos que conducen el tren del arte hasta donde la voluntad del hombre que domina desea, o hasta donde el poder de la res dominada se rinde.

Y volvemos de nuevo a tropezarnos con nuestra ya familiar dualidad, tan acosada en nuestro torero. Este, el torero, pone el arte, el hombre la voluntad. “Finito” no se detiene en esta línea. Va mucho más allá. porque no sólo pone arte, que es la técnica refinada y espiritualizada, en cada pase, lance, adorno o desplante (éstos últimos muy escasos, pues ya hemos dicho que no es torero de posturas ni acciones vanas, como sabedor de su dominio) del torero-artista, sino que el torero-hombre pone una voluntad férrea, que no es valor tremendista ni inconsciente, sino aquélla de la que hace el dominio sutil y constante de cada situación imprevista, por delicada que sea. Es esa voluntad aristocrática del que no necesita actuar, pues le vasta simplemente con estar. Hemos dicho que “Finito” no se esfuerza, o así parece, en el pase encadenado. porque el lance, el movimiento de manos y cintura, es el natural de la persona más que del artista que busca el lucimiento de su obra. Juan no necesita hacerse, actúa simplemente como es. No por pereza, al contrario. Por soberbia, porque se sabe hombre que pone el alma en lo que hace, en su toreo, que queda flotando en la plaza, independizado de lo realizado, y que al elevarse como alma, vive su valor fijo y milagroso.

En cuanto al tesón, “Finito” es constante en la lucha contra el mayor enemigo del torero: la incomprensión del público. De ese público que tal vez envidia la magnitud del hombre y no ve la grandeza del torero. Porque es muy importante que el espectador esté bien documentado en materia taurina. Debe saber distinguir lo bueno y rechazar lo malo, ausente de partidarismos ni pasiones incontroladas. El arte taurino tiene unos valores universales perennes y, aunque modernismos quieran ahogarlos, siempre saldrán a flote, como el aceite que, por mucho que se mezcle con el agua, al volver al reposo el recipiente que lo contiene, subirá y quedará arriba.

La voluntad de cualquier torero-artista es una pose, una hazaña quizá. En “Finito” es tan solo, que ya es todo, la constatación de su presencia. Una presencia de flota en el ambiente y se deposita en el aire como algo real y portentoso. La actuación así resulta llena de vida, de espíritu, de persona,. Ingrávida y ligera, sin esfuerzo aparente. El resultado es evidente. Su toreo es un hacer, un deslizarse de sugestión colectiva, en donde no hay posibilidad de opiniones contradictorias. Gustará o no, según vaya la tarde, pero resbalara sobre su actuación la división de opiniones como sobre una mancha de aceite, pues siempre estará, y basta, su presencia. El toreo de “Finito” se mira así desde una perspectiva intelectual, en la que la profundidad del pase o la elegancia de movimientos son aspectos técnicos cuya percepción queda relegada a un segundo plano. Queda principalmente la presencia del torero-hombre, de Juan Serrano “Finito de Córdoba”, para llenar la consecución del espectáculo. Llena el alma del pase, no el número de trofeos conquistados. Como todo gran artista, basta su firma para revalorizar s obra, y la firma de Juan es su presencia, su persona.

Claro que hay que torear bien. Por respeto y enseñanza al público, y también por respeto al toro. Este respecto a la bestia se traduce en un sentimiento religioso, de no crueldad, sin sarcasmo ni osadía, que no hiera psíquicamente la noble bravura del animal. Decía el jesuita Padre Laburu, que es hermosamente cristiano contemplar en la plaza un toro bien toreado. La corrida de toros en un espectáculo emocionante, pero con un gran peligro latente, más allá del peligro de la cornada. Es el difícil control de las emociones. En el ambiente taurino actual existe una psicosis colectiva, como ya hemos dicho, en la que ni lo más valioso se salva si se desborda. Y esta psicosis es peligrosa en cuanto significa un encubrimiento de la ignorancia: Por falta de criterio propio en el espectador se acepta el criterio colectivo, pues es signo de masas el ignorar que se ignora. Y esta masa de público se desborda (contra corriente) cuando ve el poco esfuerzo que le cuesta a “Finito” la ligazón de la faena. Y es que Juan ha perfeccionado el concepto clásico de ligazón hasta rayar en lo milagroso. Cuando es común ver en otros toreros un pase aquí, dos allá, tres más allá aún, recorriendo todos los lugares de la plaza, cortando el lance no por defecto del toro, que no huye cuando es bravo, o se aploma y no se mueve si es manso, sino por voluntad temerosa del torero que no resiste o no consigue, por falta de habilidad, torear ligado. Y eso no constituye faena

Al contrario de lo que sucede a otros toreros-artistas, Juan nos da más sentimiento que técnica (que le sobra), más inspiración que conocimiento (del que está rebosante), más poesía que prosa (que minimiza la actuación). Arte, alma, sensibilidad. Tres situaciones coexistentes en la personalidad del torero-hombre, que son, en fin, las características patentes y expresivas del toreo, de la dualidad de Juan-“Finito”. Pero dejemos, al menos por un momento, la opinión de la afición a un lado. Hemos dicho que el toreo de “Finito” puede gustar a unos y no a otros. Pero nunca deja indiferente a nadie. Juan ha dado una vuelta más de tuerca al concepto de la tauromaquia, como en sus épocas la dieron Belmonte, Joselito, “Manolete”,

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propiamente dicha. “Finito” planta los pies en el albero y va desencadenando los pases sin que “el aire vea las suelas de las zapatillas” como decía Gerardo Diego. Y esta es la única, a mi punto de vista, tragedia íntima del toreo de Juan, desde la referencia de la estética. Porque a muchos espectadores no se les hace visible la pureza, el poderío y la firmeza de su estar en la plaza, de su presencia, de su construcción de arquitectura taurina. de la que hemos hablado con anterioridad, o como lo llamaba Néstor Luján, “unidad óptica del espectáculo”. Como sucedió con “Manolete”, sobre todo desde que se convirtió en figura gigantesca e indiscutible, que los recalcitrantes gruñones intentaron disminuir su mérito, sin conseguirlo, antes bien aumentando su crédito, así los espectadores que son arrastrados por la sugestión de

La maestría de "Finito", hace que sus toros le embistan, aunque les obligue.

masas, niegan a “Finito” la majestuosidad y la belleza de su torero. ¡Allá ellos con su ceguera y obcecación!

arte sino tu misma vida. De ese modo, la fiesta de toros se convierte de tu mano en rito sacrifical y místico, pues eres leal y fiel a tu liturgia.

Por ello me van a permitir una vez más que alabe sin concesiones a la censura, ni tan siquiera a la duda, y para terminar, un emocionada súplica al torero:

Por cordobés sin fisuras y torero sin revoques, espero confiadamente que tu dualidad de torero y hombre, sea reflejo de tu arte místico: Pureza, silencio y ascensión, por y ara siempre. Para que el arte, tu arte, no sea desnudo de esencia. Para que le abrigue el alma que surge de ti mismo.

Juan Serrano, “Finito de Córdoba”. Tu camino, como el de los elegidos, está empedrado de pureza, silencio y ascensión. Es tú mismo, y por eso es tu propia medida, Tu propio canto, tu propia personalidad. Así es que nada puede igualar tu vida sino tu arte. Nada puede loar tu

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