Memorias, afectos y usos: habitando la transformación de La Concordia

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Nuestra experiencia Reflexiones varias Preguntas al habitar la Plaza Agradecimientos ÍNDICE

U S EXPERIENCIA

En lo urbano, las plazas de mercado se han establecido a lo largo de los años como los principales espacios de encuentro con el campo Han estado encargadas de poner a disposición la diversidad de nuestra despensa, de entramar relaciones con otras vidas no humanas, y también, han permitido profundizar nuestras relaciones con otrxs De esta forma, la plaza como espacio, no debe ser entendida en un sentido reducido a partir de su arquitectura. Tampoco se puede pensar que su complejidad está determinada por las posibles concepciones patrimoniales simplemente.

La plaza como espacio, es una construcción que surge del encuentro material humano y no humano, que produce, posibilita, convoca y permite esas interacciones, determinadas por el tránsito, las disposiciones, los sentidos y transformaciones que ocupan y habitan. Setha Low en “The Ethnography of Space and Place” entiende el espacio como el conjunto de fuerzas históricas, políticas, económicas y sociales, que son posibles sólo en ese cruce tanto momentáneo como cotidiano entre lo material humano y no humano. Que finalmente, es esto lo que posibilita la transformación de un espacio a un lugar, la atribución de una serie de sentidos, de subjetividades, lo vivido de lo espacial (2017).

Nuestra residencia en la Plaza de la Concordia tenía como punto de inicio esta idea de espacio, que, en conjunto al habitar, nos hacía pensar que sucedía con las memorias, afectos y representaciones de la plaza tras su remodelación Preguntas como ¿Qué permanece? ¿Qué se recuerda? ¿Qué se añora? ¿Qué representa? ¿Qué consideramos cómo? Eran los caminos que decidimos tomar para escuchar y acercarnos a entender la configuración de esta plaza

Aunque no sea una estrategia ampliamente divulgada, las plazas de mercado en Bogotá y en otras ciudades del país están siendo remodeladas y adecuadas a modernos estándares tanto estéticos como de salubridad. Estos cambios en ocasiones repentinos y poco deseados, pueden ser una interrupción a la cotidianidad y al tejido construido en torno a la plaza. Pues, así como el espacio posibilita, también dispone ciertas dinámicas, que se ven afectadas en distinto orden Estas variaciones o afectaciones son una constante, más aún en lugares tan dinámicos y diversos como las plazas, donde la cotidianidad está impregnada de irregularidad. El problema resulta, cuando a esta irregularidad y desorden se le ha atribuido un valor negativo, en lugar de apreciar en estas formas, algo tan valioso como lo es la posibilidad.

Doña Gula resalta en su columna sobre la plaza de la perseverancia lo siguiente: la amabilidad de sus cocineras, su conspicua clientela y su indescriptible oferta culinaria alborotaron mi apetito apasionadamente. Me tuve que contener. Los vahos de las soperas eran mágicos, y observando detalladamente cada fogón, lo que cada nueva cocinera me ofrecía me parecía insuperable (Estrada, p 194, 2016)

Como lo mencionamos antes y como lo aprecia Estrada, en esa posibilidad dada desde lo distinto, lo que más resalta dentro de la plaza es aquello que reconocemos dentro de lo culinario: cocinerxs, comensales, preparaciones, técnicas, ingredientes, utensilios y otrxs tantxs elementos y personas que pueden estar involucradxs en una cadena de transformación del alimento

Esto deviene de múltiples escenarios que han terminado permeando el contexto de la plaza, como la migración del campo a la ciudad, el encuentro entre distintos ingredientes y elementos en un mismo lugar, la demanda de diversos gustos y paladares, y por supuesto la experticia y conocimiento de cada una de las manos que transmutan el alimento a partir de fogones y utensilios.

Como resultado de los entretejidos mencionados, en las plazas es posible encontrar manos que provenientes de Sucre preparan el mejor ajiaco de Bogotá; sí, una de las preparaciones capitalinas reconocidas como típicas y tradicionales, siendo preparada de manera tan prolija y exquisita por una cocinera de origen rural y muy lejano a la capital. Este ejemplo, que hace referencia a cierta cocinera, que impulsó la cocina de la plaza de la perseverancia, con sus reconocimientos al mejor ajiaco, es solo la muestra de cómo el encuentro de factores que en otras condiciones y por fuera de una plaza no se habrían dado Factores que consolidan experiencias y vivencias de distinto orden, siendo estas igual o más valiosas y disfrutables que las experiencias vividas en un restaurante a manteles

HABIT ANDO

Como resultado de los entretejidos mencionados, en las plazas es posible encontrar manos que provenientes de Sucre preparan el mejor ajiaco de Bogotá; sí, una de las preparaciones capitalinas reconocidas como típicas y tradicionales, siendo preparada de manera tan prolija y exquisita por una cocinera de origen rural y muy lejano a la capital Este ejemplo, que hace referencia a cierta cocinera, que impulsó la cocina de la plaza de la perseverancia, con sus reconocimientos al mejor ajiaco, es solo la muestra de cómo el encuentro de factores que en otras condiciones y por fuera de una plaza no se habrían dado Factores que consolidan experiencias y vivencias de distinto orden, siendo estas igual o más valiosas y disfrutables que las experiencias vividas en un restaurante a manteles.

Resulta que en las plazas se encuentran la diversidad de conocimientos y técnicas, en su mayoría de mujeres, cada una construida desde su propio contexto, con la multiplicidad de utensilios e ingredientes provenientes de todo el país. Alimentando la creatividad y el impulso de transformación de estas cocineras, al punto de entregar preparaciones con sazones indescriptibles para el paladar y experiencias gustativas, que desafían nociones ridículas que sobreponen la idea de la alta cultura sobre lo popular y sus cocinas

Ilustración:

@sierrag

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Así mismo, lo que sucede en lo culinario, también sucede en otros ámbitos. Por lo que es posible encontrar distintos usos y conocimientos medicinales y espirituales, aplicados con y desde el valor vegetal de plantas, aromáticas, tallos y cortezas. Alejando de toda extrañeza, encontrar en un mismo local, figuras e imágenes alusivas a la religión católica, con menjurjes, sahumerios, limpias, esencias, infusiones y otras preparaciones y elementos, dispuestas para lo espiritual Estos encuentros entre creencias y conocimientos, que en principio podrían estar alejados y contrariados, funcionan perfectamente en la amalgama de la plaza Convirtiéndose incluso en el principal lugar de espiritualidad, remedio y salud para quienes la habitan

M E

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IPensando detenidamente, estas nociones e ideas de las plazas no tenían por qué aplicar al pie de la letra para todas las personas que habitan y transitan la Concordia Tal fue el motivo, para preguntarnos constantemente sobre dichas memorias, afectos y representaciones de la plaza, a otrxs que la ocupan con diferentes temporalidades Buscando escuchar ¿Qué es la Concordia? Más aún, luego de su remodelación, del desplazamiento y cambio tanto de comerciantes como de cocinerxs. Sumado al interés creciente en la plaza, generado por el valor turístico y patrimonial, que es promovido tanto por su ubicación como por la presencia de la galería Santa Fe debajo de la misma @sierrag 20
Ilustración:

Comenzamos entonces preguntando ¿Qué nos une a una plaza? ¿Qué nos es familiar a ella? ¿Qué es representativo para nosotrxs? Buscamos respuesta a estas preguntas, a partir de la identificación de tótems por cada unx de lxs vendedorxs y estos como interpelaban a lxs transeúntes de la plaza Incentivándolos a pensar en recuerdos, percepciones, afectos y vínculos con estos.

A partir de la identificación de tótems por parte de lxs habitantes de la plaza, nos dimos cuenta de que aquello que vinculaba tanto en recuerdo cómo en afecto esta nueva estructura, tan organizada, dividida en cubículos, llena de metal y vidrio, era la figura del niño Jesús No necesariamente por ser el patrono de la plaza, más bien porque tenían en su recuerdo la centralidad en ubicación e importancia del niño en la antigua plaza

Reconociendo y sintiendo que de aquel espacio no quedaba nada, todo era distinto, ajeno y aún poco sentido, pero que si algo traía consigo el peso de la antigua Concordia, era el divino niño.

Tarros de Maizena, jabón, alcohol y cera; cajas de pitillos, palillos y gelatinas; preparaciones como tortas y arepas; quesos, frutas, balanzas y canastos para el mercado; figuras y elementos religiosos; relojes, vasos, pañoletas y figuras personales; hierbas, palosanto y plantas, fueron los tótems seleccionados por quienes habitan la plaza. Estos elementos, ingredientes y alimentos, no han sido seleccionados aleatoriamente por las personas; en estos, tienen el recuerdo de sus familias por quienes trabajan, de la plaza en la que estuvieron desde hace tantos años, de los pensamientos y oraciones dedicados a algo o alguien, de aquello que les significa la vida o con lo que se identifican, y, del recuerdo y afecto por otrxs.

Quienes transitan la plaza y escogieron algún tótem no distan de encontrarle sentidos, afectos, memorias y relatos. Evidentemente estos no son los mismos que para las personas de la plaza, pero siempre se encontró una forma, un vínculo, una relación con cada unx. Alimentos e ingredientes como la maizena que recuerda la colada de mamá, y, el olor y sabor del chocolate de la plaza. Las frutas como imaginario de la plaza, con sus sabores, colores y olores, que en su diversidad son potencia y representación de la basta despensa nacional. La conexión de la plaza con la tierra, el vínculo y su semejanza con la raíz, esa historia y tradición de una ascendencia campesina y rural, como recordatorio de quienes somos. La innegable tradición religiosa y su relación con la espiritualidad y fe, que se ve mezclada con otras prácticas herboreas El sentir la plaza como el espacio para la familia, el goce del tiempo, el compartir otros momentos. También, la conexión con otras tierras, que aun siendo extranjeras, comparten grandes gustos, procesos y estéticas alimentarias, siendo el maíz y la arepa la conexión afectiva y la alegría del visitante.

Ilustración: @jcpintob

Como vemos, la plaza a pesar de su remodelación reside y resiste en la memoria y afecto de quienes la habitan y la ocupan con sus totems Que, impregnados de sentido, construyen e intervienen este nuevo espacio en continua creación de nuevos vínculos, algunos basados en el recuerdo del pasado, otros en lo que se ha posibilitado en el presente y vínculos más recientes, sustentados en la idea de futuro y de oportunidad que representa la plaza Estos últimos vínculos, tienen un ejemplo en un pequeño café de una pareja que abrió su local luego de la remodelación Su elección de tótem fue una torta de zanahoria, pues fue a partir de su elaboración y sabor, que lograron tomar impulso y se animaron a ofertar otros bizcochos y productos de pastelería.

Hoy, hornean varios bizcochos al día, hacen incluso por pedido, algo que no se imaginaban antes y que vieron posible sólo a partir de la nueva organización de la plaza.

En este sentido, es claro que no podemos dar un juicio de valor a la reestructuración de la plaza Esto debería complejizarse un poco más y pensar ¿Qué prácticas se ven afectadas y de qué manera? ¿Bajo qué intereses se realizó la reestructuración?

¿Cómo fue la reorganización de la plaza una vez remodelada? ¿Qué sucede al interior de la plaza? y ¿Qué piensa y siente cada una y cada uno de quienes la habitan? Claro, acá pueden entrar en juego conceptos como el patrimonio, conservación, turismo gastronómico, desarrollo turístico, entre otros.

Algo que es necesario de hacer una investigación de otro tipo y que debería responder de paso a todas las preguntas anteriormente mencionadas, pues la relación existente entre estas nociones, no es tan transparente como quisiera mostrarse Sin embargo, la afectación personal a partir de la plaza depende de cada experiencia Y, como lo vimos, hay personas que están felices y satisfechas a partir de lo que ha sucedido y permitido esta remodelación. Otras, lamentan la partida de las carnicerías, de ciertos restaurantes y de varios locales de venta de frutas y verduras Además, resienten la centralización de algunos puntos de venta y la disposición o sensación de poder que algunos comerciantes que por su antigüedad sienten tener

La Plaza como se pudo evidenciar en las intervenciones tanto de los transeúntes como de las personas que la habitan, tiene una fuerte relación con la idea de la conexión con la tierra. Se siente una interacción mucho más directa con el campo y el proceso, un apoyo directo al campesino y el conectar en cierta forma con aquello que luce tan extraño Estas percepciones e ideas, nos llevaron a cuestionar y desear indagar ¿Dónde consiguen los alimentos que consumen? ¿dónde se cultivan los alimentos que consumen? y ¿cómo consumen dichos alimentos?

La interacción con los visitantes de la plaza y su intervención al mapa de Colombia, muestra la concepción del potencial agrícola que posee el centro del país. Todos rescataban la riqueza de las tierras cundiboyacenses y los potenciales un tanto aislados de regiones como Nariño, Cauca y el Caribe

Por razones evidentes, el potencial del pacifico se centraba en su pesca, mientras que las zonas montañosas de la cordillera, brindaban el privilegio para producir multiplicidad de alimentos.

Aun cuando lxs participantes acertaron en la mayoría de los casos, ubicando alimentos como la cebolla, aguacate, arroz, maíz, tomate, entre otros, había un amplio desconocimiento de las zonas amazónicas y llaneras del país. Dejando de lado el uso predominante de tubérculos, harinas y peces de la zona amazónica, y el llano siendo el principal productor de arroz y carnes vacunas del país. En cuanto a la adquisición de los alimentos, lxs participantes aclaraban la importancia que tenía comprarlos en la plaza Entendían que adquirir los alimentos allí tenía como privilegio tenerlos más frescos, así como acortar la cadena de comercialización

En nuestro taller de serigrafía aprovechamos para que lx asistentes hicieran un ejercicio imaginativo y crearán su plaz ideal. También, les pedimos contar una historia que podr suceder en cualquiera de estas plazas ideales Estas actividade estuvieron mediadas por las preguntas de ¿Quienes están pueden estar en la plaza? ¿Cómo llegamos a la plaza? y ¿Qué s puede conseguir en esta plaza? En estas preguntas además d buscar entender el ideal de lxs participantes, queríamos llegar entretejer algunas de las posibles articulaciones que se daría bajo su imaginario de plaza de mercado Así, nos encontramos con las siguientes: Plaza de Carretera “el combite”; plaza el espiral; plaza las chucherias; El tiambistli del barrio del cosmodromo kalsolisealpam; Plaza la rojinegra; Plaza crea pasatiempos arte; plaza la valeriana; Haga, venda, aprenda; San Miguel tu plaza; Plaza la Itinera; Plaza de mercado Cantarrana; Plaza Callejera doña nacho; La plaza misionera IAM; Plaza de mercado local; Plaza del sol; y plaza Nuestra Herencia. En estas plazas se encuentran las historias de Gus, un gusano de papa y de rigoberta, una abuelita chirri y tuneada que anda en skate.

Estas plazas albergan a cualquier persona sin distinción, están pensadas para que todxs pasen a disfrutarla. Guardan una conexión cercana con 3 puntos principales: el alimento, el conocimiento y el arte.

Encuentran en las plazas el espacio ideal para la juntanza y el combite de las personas en torno al alimento Facilitado por la presencia de la diversidad productiva del país, que abre camino a interacciones con nuevos ingredientes, sabores, olores y colores. A su vez, el fogón dentro de la plaza resulta el centro, ya que se muestra como el espacio ideal para compartir y degustar las prácticas culinaria de los territorios, donde se respeta al artesano y a la artesana del fogón y los calderos, se valoran sus creaciones y se disfruta a partir y a través de estas. Hay espacio para disfrutar de lo “típico”, de lo “tradicional” y lo “popular”, pues estas tres categorías aunque no dejan explícita su relación, interactúan y componen la oferta culinaria de las plazas. La plaza como misión y creación de conocimiento Esta oría, se convierten en espacios que legiti populares, cotidianos y ancestrales, de los y yerbateros.

TRANSFORMACIÓN

Donde se encuentran las prácticas agrícolas, culinarias y de curación y transmutación, saberes de interés y que legítimamente merecen un espacio de difusión y enseñanza. De esta forma, se hace indispensable pensar en aprender y transmitir clases de siembra orgánica y cultivos de distinto orden, a leer el sol, la luna y sus tiempos con la tierra, las formas de cocción y los toques que brindan la sazón, las infusiones, menjurjes y sahumerios que curan, previenen y armonizan lxs cuerpxs. El arte tiene cabida dentro de la plaza, se desea que existan espacios específicos para muestras artísticas y diferentes actos performáticos Donde se generen proyectos con diferentes estudiantes y practicantes, abiertos y con difusión Que las plazas sean referentes del proceso de creación y punto de encuentro para el mismo

Dentro de nuestro trabajo en la plaza, también queríamos asociar y realizar una cartografía corpórea, indagar de qué forma la plaza nos habita y como la relacionamos con un cuerpx. Por lo que le pedimos a lxs trabajadorxs de la plaza que ubicaran su asociación en nuestro overol, haciendo referencia a las manos, los pies, el estómago y el corazón Nuestras indicaciones para ellxs, eran sencillas y solo le dimos un sentido a cada uno de los órganos y/o extremidades, para así dejar la relación a libertad de cada unx de lxs integrantes de la plaza De esta forma, debían ubicar en el corazón lo más profundo y central; en el estómago, aquello visceral que nos genera diferentes sensaciones; en las manos, la labor, el trabajo; y, en los pies, los pilares, aquello que se mueve

En el corazón lxs habitantes de la plaza ubicaron dos cosas principalmente: el recuerdo y la tristeza por la plaza, y el vínculo con la clientela Sobre lo primero, resaltan y dan relevancia a todas las memorias e historias que con el tiempo en la plaza acumularon. Como la cotidianidad se llena de peso y significado a partir del sentido En esa misma línea, el sentir que el “espacio” no es una “plaza” está presente en algunxs. La ausencia de ciertos locales, la distribución del espacio y la misma construcción, se aleja de los imaginarios y del afecto que sentían por sus dinámicas en la anterior plaza

Las manos como aquello relacionado con la labor y el trabajo, trae a la mente el esfuerzo y la dedicación que cada unx le imprime a sus funciones cotidianamente. Pues reconocen la ardua labor diaria de lxs comerciantes y cómo para algunxs de ellxs las manos terminan siendo el motor que moviliza y produce todo en su local. Así mismo, se resaltó el trabajo en equipo y la construcción de paz.

Ilustración Carolina Bonilla González

Finalmente, los pies aquello que da sos está fuertement relacionado con difer roles dentro de la p Esto vincula el funcionamiento co cumplimiento de cad de las posicione mencionadas, algu claramente con ma frecuencia como el de los proveedore

De esta forma, se reconoce la labor y la preponderancia de las personas que cumplen roles como los vigilantes, domiciliarios y las personas del aseo, pues acompañan la logística de la plaza y mantienen el funcionamiento de la misma..

Ilustración
Carolina Bonilla González

REFLEXIONES

Ilustración: @l.a.b.o.k

ALEJANDRA

Las experiencias durante los talleres me permitieron ver que los asistentes en su mayoría no frecuentan plazas de mercado y para muchos fue su primera vez conociendo La Concordia, por lo que, cuando se les preguntaba qué les generaba, todos coincidían en que les resultaba extraño pensarla como una plaza y quienes conocieron el espacio antes de la remodelación habían dejado de frecuentar y veían en los cambios una pérdida de identidad, que parecía ser aplacada mediante el aspecto. En el primer momento de la residencia todos los trabajadores de la plaza estuvieron muy receptivos a los ejercicios que planteamos como cartografía, y fue fácil ver desde el primer momento que todos sentían que la renovación de la plaza los había afectado, no solo de manera económica, si no también en sus afectos pues no sintieron que su opinión o su forma de habitarla fuera tenida en cuenta, en los cambios estructurales, del funcionamiento o de la arquitectura de la plaza. Fue importante poder escuchar de su propia voz la manera en que habían llegado a la plaza nuevos o viejos, pero también fue latente que en su mayoría los puestos aún mantienen una tradición.

ALEJANDRA

Para estos ejercicios fue clave permitir que se expresaran libremente y darles el espacio para responder a nuestras preguntas y también para formularlas. Estos diálogos permitieron sincerarse a los trabajadores ya que nosotros como colectivo no teníamos un vínculo directo con los organismos de control que operan en el espacio: por eso, nuestros espacios de conversación nos permitieron ver la profunda relación que tienen para con su trabajo pero, sobre todo, para con el espacio, el desarrollo de sus vidas está ligado al habitar y se compenetran de tal manera que ese habitar es como la permanencia en un hogar. Este residir en el espacio nos condujo a pensar nuestro primer ejercicio una búsqueda de los objetos que encierran un afecto, materiales o inmateriales estos

Estos conocimientos o saberes transmitidos son formas de relacionarse que prevalecen a las transformaciones en el espacio o los cambios institucionales, ya que son constitutivos es decir que la forma en que se prepara un alimento o las técnicas de recolección o producción o el quehacer artístico, son elementos que estuvieron presentes desde su infancia y por tanto es el afecto el punto de partida. El recuerdo en nuestros ejercicios siempre fue el punto de contacto, pues desde el principio comprendimos que el paso del tiempo en los espacios está mayormente ligado a quienes constituyen el espacio, el recuerdo de quienes habitan la plaza de mercado es un poderoso mecanismo que erige lazos de comunidad y de pertenencia

CARTOGRÁFIAS:

Siempre resultan ser un buen ejercicio para identificar la relación de las personas con el espacio, en este caso nos brindó un atisbo de la manera en que cada uno dispone sus puestos de trabajo y lentamente evolucionó para darnos un panorama de las redes y relaciones que existen entre la comunidad interna, así como su posición frente al funcionamiento de la plaza en todos sus niveles no sólo el institucional Comprender el espacio de la Concordia parte de preguntarse por las transformaciones, no solo las espaciales -cosa que fue notoria desde el primer momento- pues todos los participantes tanto recientes como antiguos

RAFAEL

Las cartografías, los talleres y el trabajo con los comerciantes y los visitantes mostraron que las formas de habitar y transitar los espacios de la ciudad se transforman a medida que los usos y las dinámicas poblacionales lo hacen La tensión entre el pasado y el presente de la plaza fue muy evidente: entre quienes prefieren lo que típicamente es una plaza en el imaginario colombiano, y quienes desarrollan productos, procesos o servicios nuevos Es una tensión económica, generacional y afectiva. Para mi hay tres puntos clave:

Primero, dejar de ver las cosas de forma esencialista y romántica sobre un pasado idealizado de las cosas nos permite a los investigadores acercarnos a los procesos, las comunidades y los territorios de una forma espontánea que nos permite observar de forma crítica todos los puntos de vista, sin juzgar

Segundo, es importante pensar la ciudad como un organismo en constante cambio, donde los usos, los imaginarios y los vínculos entre las personas y con los espacios también cambian. Intentar fosilizar los vínculos y los espacios a un deber ser es fuente de conflicto.

Tercero, hay que cuestionar cómo, para quién y cuál es la forma en la que se hacen los procesos de renovación urbana en Bogotá. ¿Son incluyentes y participativos? ¿Están para el beneficio de la especulación del suelo y la gentrificación, o para la generación de economías y procesos populares y autónomos? ¿Cómo se inician los procesos de patrimonialización y a quiénes benefician?

Ilustración: @sierrag 20
RAFAEL

ZULLY

Hay espacios que vienen decorados con un par de imaginarios, los cuales nos obligan a habitarlos y transitarlos de forma tal que parece que performamos específicamente como nos obliga un sentir colectivo. Estar en la plaza, se sintió en principio así Fue inevitable no cuestionarse por las prácticas que romantizan al campo colombiano, y la figura fugaz del campesino, sin inmediatamente cuestionar lo que sucede allí Estar en la plaza, permitió encontrarse con este cuestionamiento

Más allá de una discusión sobre las mutaciones y transformaciones de los espacios, la pregunta en torno al patrimonio me situó en un lugar dónde “lo esencial era invisible a los ojos”.

Desde las charlas con los trabajadores de la plaza, hasta quienes la visitaban por primera vez, había algo que era una constante: la necesidad de vitalizar y movilizar un afecto de la memoria por las representaciones que habitaban en la plaza, de forma estrecha con quienes transitaban en ella

ZULLY

La memoria se construye y se habita desde lugares que son seguros, no por la precisión y protección que este proceso implique, sino por cómo cada persona decide autónomamente construir un relato ficcional de su realidad inmediata. No hay forma alguna de que esto pueda ser cuestionado. La libertad que ofreció la Plaza a sus transeúntes es lo que permitió que más adelante en los talleres exploraran su espíritu creativo, y movilizaran sus afectos a resignificar la Concordia, no sólo como una temporal de servicio, sino como un espacio con narrativas propias

Para Bogomap, fue muy importante trabajar en estos vínculos, o puntos de contacto, para poder acceder a una suerte de intimidad sobre los pensamientos, ocurrencias, sentires, expresiones y mucho más, de las personas hacia la plaza; las cuales lograron expresarse más allá de un criterio de verdad o falsedad En sí mismas lograron expresarse siendo leales a su deseo movilizado

Pero no solo el relato construye significados, hay vestigios que palpitan al interior de la Concordia que no han podido mudarse a nuevas materialidades Los sonidos, el ruido, el afán, zapateos, alimentos, ollas… todo transita y acompaña sus memorias.

Resumo mi experiencia como un encuentro afortunado entre el deber ser y lo que es en verdad. Así, habitar la plaza, conocer sus ritmos, interactuar con quienes la habitan es un manifiesto a lo que será, pero dejó de ser hace mucho

ALEJANDRO

Desde mi profesión he venido acercándome a los temas de la alimentación ya hace varios años, esto me ha facilitado trabajar con distintas cocineras y cocineros en múltiples escenarios, entre estos las plazas de mercado. Como en otros espacios de interés para múltiples investigaciones e intervenciones, ya sean por parte de académicos, organizaciones y/o entidades, las personas de las plazas suelen estar agotadas del extractivismo y la entrevistadera. Esto también nos sucedió acá. Encontramos personas que desde su cansancio nos preguntaban ¿Qué van a hacer por nosotrxs? y eso ¿Cómo nos va a ayudar? cuidar las expectativas y cumplirlas es parte importante de trabajar con personas, difícil pero fundamental. Aunque tuvimos claro desde un principio que no podíamos hacer mucho desde sus exigencias y deseos, fuimos explicando nuestras intenciones y compartiendo diferentes momentos para disminuir esa barrera. Espero que los productos y las interlocuciones que tuvimos tanto con las personas de la plaza, como con los transeúntes, sirva de alguna manera para seguir elevando el interés por la misma. Ya que esto es el principal deseo de las personas que trabajan allí.

ALEJANDRO

Aún no sé muy bien cómo sentirme con la plaza. Después de este tiempo es innegable dudar de la calidad humana de quienes la habitan y se esmeran día a día en sus funciones. Sin embargo, tanto para mí como para algunas de las personas que están allí, este espacio ha modificado drásticamente algunas relaciones y ha traído consigo otro tipo de miradas y comensales. Esto genera algo de incomodidad, pues aleja la plaza un poco de lo cotidiano y la acerca a lo extraordinario. Si bien hay unos procesos y sentidos de resistencia ante la modernización y la finalidad turística de la plaza, también hay un temor que comparto, que es la pérdida de lo ordinario. Las diferentes prohibiciones y la cantidad de controles que aplican para los establecimientos, la ausencia de productos tan necesarios como las carnes, la poca variedad de establecimientos dedicados a la venta de verduras y frutas. Contrasta con la variedad de locales y stands de mayor interés para el visitante. Los espacios se significan con el tiempo y lo vivido, los cambios son inevitables y por lo mismo estamos constantemente cambiando los sentidos que otorgamos. Pero, la existencia de procesos que no contemplan estos vínculos y generan reestructuraciones sin medir lo que puede influir, hace desear más lo pasado, que ver en el cambio una oportunidad para el presente

ALEJANDRO

A pesar de mis diferencias con el proceso y resultado de la plaza, conocerla y vivirla desde otras prácticas y enfoques, algo que facilitaron mis compañerxs de Bogomap, abre tanto en términos metodológicos, como de entendimiento y relación con la plaza nuevas perspectivas. Imaginarnos la plaza, encontrar lo más representativo, vincular el origen de los alimentos y asociar con nuestro cuerpx la plaza, son oportunidades que sin el proceso del arte no se habrían vivido de la misma forma Aunque alcanzamos a bastantes personas en nuestras convocatorias, lamento no haber podido incluir de la forma en la que imaginamos a lxs habitantes de la plaza. Pues el día a día y sus ocupaciones pesan, tanto como para no poder hacerse partícipes de algo que podría traerles momentos diferentes. Creo necesario que en la plaza de la Concordia hace falta un proceso juicioso de reconstrucción de memoria, que permita a las distintas voces expresar su pérdida y transitar el duelo que dejaron sus vínculos en el espacio.

PREGUNTAS

¿Cuál es el objeto, persona, recuerdo, animal que más relaciona con una plaza de mercado?

El objeto más significativo dentro de la plaza desde mi experiencia son los costales ya que ellos están presentes en todos los procesos de cosecha, transporte e intercambios antes de que la comida llegue a las plazas de mercado. Los costales pasan inadvertidos por ser un empaque, pero en el espacio rural siempre son reutilizados y conservados, pues son el medio por el que pasan los alimentos y los químicos para su crecimiento. También ligado a ellos está el proceso de carga los coteros que son una figura muy representativa en las plazas de mercado, sin embargo en el proceso de residencia una de las primeras cosas que note fue la ausencia de los costales en el espacio de la concordia.

El machete es un objeto que puede asociarse a la idea de plaza ya que se encuentra presente desde el proceso de producción por fuera de Bogotá espacio en el que resulta ser una herramienta de trabajo, pero que en el contexto de Bogotá llega a tener otras lecturas.

ALEJANDRA

¿Cuál es el objeto, persona, recuerdo, animal que más relaciona con una plaza de mercado?

Para mí, lo más representativo de una plaza siempre va a ser su comida La plaza ofrece una diversidad culinaria llena de historias e imbricaciones tanto técnicas como estéticas En las plazas más grandes suelen reunirse sabores de varias partes del país, y, en aquellas más pequeñas, se consigue la comida cotidiana y popular. Son estos sabores populares y cotidianos, interpretados por manos que se dedican a tocarlos y transformarlos, los que terminan generando revoluciones gustativas y viscerales Son esos platos tan humildes y por fuera de toda pretensión, los que en cualquier momento revitalizan a personas sin distinción y con menos barreras.

Los bajos precios para adquirirlos, el punto estratégico de la plaza, la materia prima de calidad y fresca, sumado a la experiencia y sazón de sus cocineras, hacen de la comida de plaza, la mejor para cada momento

ALEJANDRO

¿Cuál es el objeto, persona, recuerdo, animal que más relaciona con una plaza de mercado?

El objeto más significativo para mi al interior de la Plaza está relacionado con la iconografía de la religión católica colombiana: el Divino Niño Aunque casi como una maravilla existen objetos con otras pulsiones y presencias en los locales de la Plaza, la jerarquía impuesta por el Divino Niño para mí radica su valor en que, es por excelencia el testigo de generaciones y transeúntes que construyeron un propósito de época en este lugar Lo que causa en mí más fascinación es que el Divino Niño es transversal a todo lo que acontece en la Plaza: la bendición de los alimentos, la bendición de los trabajadores, las peticiones relacionadas a la prosperidad, el sentimiento de gratitud por el trabajo, las angustias propias de la nueva era, y más. Para mí, esta figura condensa de forma antropomórfica un sentir específico, delatado por la posición de la figura.

Un niño, con manos abiertas, los brazos estirados y la mirada al cielo espectante.Un objeto que fue restaurado y que a pesar de las remodelaciones que pudieron generar traumatismos en el lugar, nunca abandonó su sentido y su lugar, el cuál ha prevalecido por más de 70 años, y que se instala como vestigio directa e indirectamente en quienes habitan la plaza.

ZULLY

¿CUÁL ES LA PLAZA IDEAL?

ALEJANDRA

ALEJANDRA

Mi plaza ideal es un espacio donde los comerciantes cuentan con excelente condiciones de trabajo y un espacio para la diversidad que se abre a las necesidades de quienes la habitan y que conecta a diferentes grupos de productores. La plaza ideal es un punto de encuentro no solo para la comida si no también para creadores y artesanos

ALEJANDRO

ALEJANDRO

Mi plaza ideal es aquella a donde llegan campesinos a vender su cosecha directamente, sin necesidad de un alquiler o intermediario Entiende que el campo tiene sus tiempos, por lo que aprovecha y vende lo que está por temporadas, en lugar de buscar que la tierra siempre esté disponible para la demanda, a partir de agroquímicos En mi plaza ideal hay espacios de pedagogía sobre la producción, transformación y consumo de alimentos. donde pueden participar todo tipo de personas y cumpliendo con el objetivo de transmitir conocimientos tan esenciales como cultivar y cosechar la tierra Esta plaza está abierta y promueve sus espacios para el artesano culinario, por encima de la industrialización del alimento, promueve el tiempo y el valor del cuidado en este

ZULLY

ZULLY

Mi plaza ideal es aquella donde los puestos que la habitan adquieren la personalidad de quién la trabaja, y pueden contar más allá de la venta o comercialización de productos, quiénes han ocupado dichos lugares y hacen un breve homenaje a la memoria

EL ORIGEN DE TODO

ALEJANDRA

Detrás de cada producto y de cada persona en la plaza existe un proceso no solo de producción si no también juegan en el los afectos que establecemos por eso en todos nuestros ejercicios las personas terminaban relacionando sus creaciones a un recuerdo.

Partiendo de eso mi objeto de afecto serían los plátanos y las naranjas que se relacionan con mi origen pues mi familia, a pesar de los cambios políticos y sociales del país, aún los continuan sembrando, comercializando, y en este intercambio aún funcionan las mismas formas de intercambió

NDRO

Seguramente no es el único origen de todo lo que habita en la plaza, pero ciertamente es uno de los movilizadores más grandes de la misma: la alimentación. Entiendo la alimentación como todo aquel proceso que sucede incluso antes de la siembra y de la germinación del propio alimento, pues incluye los procesos y disposiciones bio ecosistémicas de la tierra, hasta la transmutación de ese mismo alimento a partir del fuego y que circula como energía en cada unx de nosotrxs.

como centro de la plaza, está , para el campesino que los ntermediarios que consumen a, para el comerciante de la s maneras el alimento por su ste y también es alimentado, de la plaza que va a buscar s condiciones posibles por su es queridos. Entonces, la p y conexiones dentro y fuera de la plaza, que permiten en diferentes grados, cada una de las interacciones diarias en la misma.

ZULLY

Pudimos observar una suerte de unión generacional en las actividades desarrolladas de familia en familia allí en la plaza. Los lugares que habitamos estaban permeados por afectos con tal grado de intimidad que era sencillo o natural, transitar en los relatos de quienes construían las memorias de la plaza. Independientemente de los procesos mercantiles y de producción, para mí, el peso de ese pacto intrínseco entre familias y generaciones que lograron a pesar de las condiciones apropiar dichos espacios una y otra vez, es el combustible inicial para desencadenar todo un mecanismo colectivo de circulación de memorias y objetos.

AGRADECIMIENTOS

ILUSTRACIÓN Y DISEÑO PAULA ALEJANDRA POVEDA COCUY @POVEDACOCUY RAFAEL CRISTANCHO @RAFA.CRISTANCHO ZULLY ROJAS @LA_MAZENETT Ilustración "Las mazorcas " : Carolina Bonilla González
INVITADOS INDICIOS Y LATENCIAS JUAN CAMILO PINTO LAURA BAQUERO LAURA SIERRA CAROLINA BONILLA GONZALES WILSONVARGAS TAMAYO DANIEL QUIROGA LEONARDO ROJAS VANESSA NIETO PABLO CABALLERO @colectivoreplicante Ilustración: @ altamayo

OPINIONES DE ALGUNOS PARTICIPANTES

En mi experiencia en la plaza y en torno al espacio puedo decir que la plaza a cambiando mucho y tiene ahora un ambiente distinto muchos joven si nos podemos refería así a ella , en cuanto al espacio del los talleres puedo decir que son una enorme oportunidad de crecimiento y educación, es un espacio que crea comunidad y cercanía con la plaza con su gente y con el otro que no conoce ni ha experimentado la "vida" desde la plaza siento que el proyecto podría seguir visibilizando las posibilidades de la educación artística desde un punto estratégico que enseña y educa desde la realidad.

MONICA RODRIGUEZ SANTIAGO SALGADO

En un espacio más que apropiado, entre una plaza de mercado y una galería de arte, se dan estos encuentros Donde desde procesos artísticos podemos cuestionar la idea de la plaza y la forma en que la habitamos, se transforma este espacio de la plaza en taller, trayendo nuevas formas de vivirlo y conocerlo. Simultáneamente se da un encuentro de perspectivas sobre el mismo, mediante el diálogo con otros, permitiendo un aprendizaje a través del intercambio de ideas para la construcción de un resultado común y un conocimiento básico de quehaceres artísticos, cómo la serigrafía, gracias a los talleristas

OPINIONES DE ALGUNOS PARTICIPANTES

SEBASTIÁN ANDRADE

De los lugares en los que se pueda hacer, aprender o difundir arte, nunca pensé en una plaza de mercado No porque no pueda ser artística, sino solo por no andar a la consciencia de que el arte nos acompaña en cualquier lugar y por el mismo se exaltan espacios bellos como éste. Así comprendo y apropió ahora la disposición de pensar qué puede surgir de lo que ya hay, cuando se reconsidera lo hermoso de un espacio, el ánimo que generan tratos, colores, aromas o sabores de la oferta, y así tal ambiente pueda permear la inspiración de cualquiera que lo habite o frecuente

FRANCISCO QUITO

Una gran experiencia en torno al espacio y la forma en que las personas y los objetos habitan la plaza de mercado, los talleres me suscitaron una reflexión que pocas veces se hace, porque se considera que estos espacios están dados y por eso siempre van a estar en funcionamiento y las dinámicas no cambian.

Agradecemos profundamente a los trabajadores y las trabajadoras de la plaza la Concordia por abrirnos sus puertas al dialogo, por el tiempo, la dedicación y la calidez que nos brindaron.

También a las personas a todos los participantes de los talleres por su disposicón a crear y aprender de manera conjunta por que nos motivan a continuar con nuestra labor.

Para la edición de este texto se utilizaron las imagenes de papel artesanal de fique, platano, clavel, amero y periodico fabricado por Paula Alejandra Poveda Cocuy y papel reciclado del grupo Indicios y Latencias. Procesados en los talleres de la Universidad Nacional de Colombia

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