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La Cultura Mexicana Hoy

La Cultura Mexicana Hoy

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Violencia y oportunismo

Javier Pulido Biosca Identidad–es

Contrariamente a lo que se ha querido que pensemos: que la cultura mexicana es el folklor y la ornamentación, la realidad cultural del mexicano, su vida cotidiana, está muy lejos de los rostros sonrientes del escenario ficticio, muy distante de las luces multicolores. La realidad cotidiana del mexicano, su cultura real, está dividida entre la gris experiencia de la violencia cultural y estructural y la alegre caza del oportunismo voraz. En la práctica, el mexicano cruza la calle donde se le antoja, tira las envolturas de lo que sea, ensucia la ciudad más limpia, es incapaz de solidarizarse con el vecino, con el hermano, con el amigo. En la vida diaria, el mexicano culpa a otros de lo que él hace y sus preferencias de consumidor se las programan desde los medios masivos. Muy lejos están de ser amantes de la música, excepto de la basura que le

inyectan por la radio. Ya han perdido las tradiciones y sólo cultivan la apariencia. Se quejan del ambiente de violencia, pero admiran figuras empistoladas y aplauden cuando las leyes les permiten ejercer la violencia como “legítima defensa”. Cuando llegan al gobierno –no importa su partido– son incapaces de hacer los cambios para que la sociedad viva en paz: promover la música de conservatorio, que suaviza las emociones y permite ampliar la capacidad de percepción. Ven al arte como un gusto –un mero gusto subjetivo– y no como la manera de mejorar las emociones y el conocimiento del mundo. Se distrae viendo la violencia de la patada protagonizada en partidos de fútbol, pero con una cerveza y chatarra en las manos. Consideran que vivir bien es una cuestión de estatus, de pavimentación o de lujo y se han vuelto incapaces de ver que la

buena vida depende del conocimiento y del arte, del orden y el aseo, del respeto. Del acceso a la cultura universal y del equilibrio con la naturaleza. Toda la creatividad que tuvo alguna vez el mexicano ha perdido agudeza y hoy en día vive esperanzado que le den soluciones, que nunca llegan porque están en manos de los grupos de pobladores que logran organizarse. Y los sucesivos gobiernos –no importa de qué partido– están lejos de buscar cambiar las condiciones, ya que sólo buscan ganar las elecciones. Y lo desean hacer sin cambiar nada, ya que dicen que la gente eso le gusta.

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