Sesión "In Memoriam" del Académico Excmo. Sr. D. Rafael Portaencasa Baeza

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SESIÓN “IN MEMORIAM” DEL ACADÉMICO Excmo. Sr. D. Rafael Portaencasa Baeza

Madrid 26 de abril de 2016


Editado por la Real Academia de Ingeniería © 2016, de los textos los autores © 2016, Real Academia de Ingeniería


SESIÓN “IN MEMORIAM” DEL ACADÉMICO Excmo. Sr. D. Rafael Portaencasa Baeza

Madrid 26 de abril de 2016 3


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Índice

Introducción …………………………………………………………….

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Excmo. Sr. D. Elías Fereres. Presidente de la Real Academia de Ingeniería ….

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Excmo. Sr. D. Carlos Conde. Rector Magnífico de la Universidad Politécnica de Madrid ……………………………………………………………………….

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Presentación …………………………………………………………….

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Excmo. Sr. D. Adriano GarcíaLoygorry. Académico de la Real Academia de Ingeniería ………………………………………………………………………..

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Intervenciones …………………………………………………………..

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"Recuerdo y cronología de una gran amistad“ …………………………………. Excmo. Sr. D. Gabriel Ferraté. Exrector de la Universidad Politécnica de Cataluña y de la Universidad Abierta de Cataluña. Académico de la Real Academia de Ingeniería

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“Rafael Portaencasa Baeza. Tendiendo puentes” ..…………………………...... D. Carlos Vega. Doctor en Ciencias Matemáticas. Catedrático de Matemática Aplicada por las universidades de Moscú y Complutense de Madrid. Profesor Emérito de la Universidad Politécnica de Madrid

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“Rafael Portaencasa y la internacionalización de la Universidad”……………… D. Manuel Recuero. Catedrático de Universidad. Profesor Emérito de la Universidad Politécnica de Madrid

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“Del puzzle a la unidad: la UPM y Rafael Portaencasa” ..……………………….. Excmo. Sr. D. José Antonio Martín Pereda. Académico de la Real Academia de Ingeniería y ex-Vicerrector de la Universidad Politécnica de Madrid

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Galería fotográfica ……………………………………………………...

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Introducción Elías Fereres Castiel Presidente Real Academia de Ingeniería

Quisiera dar la bienvenida a todos los presentes a esta sesión de la Real Academia de Ingeniería que se va a celebrar en memoria de nuestro compañero, Rafael Portaencasa Baeza y sobre todo a sus familiares y amigos que también nos acompañan. Rafael Portaencasa fue académico constituyente de esta Academia y, desde el primer momento, pieza importante en las actividades que se fueron desarrollando a lo largo del tiempo. Su conocimiento de la universidad, tanto de la española como de la de otros muchos países con los que colaboró, era una pieza indispensable para cualquier acción que se iniciara en este entorno. Durante muchos años tuve ocasión de colaborar con él, principalmente en el Consejo de Universidades donde su actividad en todo tipo de comisiones era constante. Creo que fue uno de los rectores de la Universidad española que mejor conocía sus problemas y uno de los que siempre tenía posibles soluciones cuando se avecinaban momentos difíciles. Para el entorno de las carreras técnicas, ámbito en el que se centraba su universidad, fue durante muchos años el referente indispensable. Y sobre todo, Rafael siempre fue un amigo para todos los que tuvimos la suerte de tratar con él. Hoy, para recordar su persona, están con nosotros algunos de los que durante muchos años colaboraron con él y le conocían bien. Las palabras que nos den servirán para poner de manifiesto algunos puntos significativos de su trayectoria, tanto profesional como personal. Serán solo un pequeño esbozo de lo que su vida abarcó y que, en una breve sesión como esta, sería imposible de detallar. Queremos que esta sesión sirva para refrescar nuestra memoria con la imagen de su personalidad y de cómo supo impulsar, a lo largo de muchos años, todo tipo de actividades que sirvieron para asentar un camino por el que hoy transitan la mayoría de las universidades españolas. Agradezco de nuevo a todos los presentes su presencia en este acto y reciban sus familiares el aprecio de esta Academia.

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Carlos Conde Lázaro Rector Magnífico Universidad Politécnica de Madrid

Sr. Presidente de la Real Academia de Ingeniería, Sr. Presidente del Consejo Social de la UPM y académico de la RAI, Académicos, profesor Ferraté, exrector de la UPC y de la UOC, profesor Cisneros, rector electo de la UPM, profesores, señoras y señores: Al igual que tuve ocasión de señalar en el acto de homenaje al profesor Portaencasa que se realizó en la UPM, participamos hoy en un acto emotivo en el que se reconoce la ingente labor que Rafael Portaencasa realizó a lo largo de muchos años. Rector respetado y buen amigo de muchos de los que tuvimos la fortuna de tratar con él. Sus 14 años al frente de la UPM fueron decisivos para conformar de la universidad, viniendo de ese periodo muchas de las actividades y de las unidades que hoy son una sólida realidad en la UPM. A los años finales de esa época, a 1994, también se remota la puesta en marcha de la Real Academia de Ingeniería de España, Institución que siempre contó con el apoyo del Rector Portaencasa, y de la que fue académico constituyente con la medalla nº XIV. Es una obviedad decir que lo que hoy somos depende en buena medida de lo que hicieron los que nos precedieron. En el ámbito universitario, los Rectores que ha ido teniendo la Universidad creo que juegan un papel esencial en lo mucho bueno que ahora tiene la Universidad Politécnica de Madrid. Y, entre ellos, sin duda, el Rector Portaencasa es una de sus más destacadas figuras. El tiempo transcurrido desde que finalizó época de Rector, nos permite valorar con mucha mayor justicia y racionalidad los muchos aciertos que él, y sus equipos, tuvieron. Valorarlos además teniendo presente las circunstancias en las que esos aciertos se producen pues, si todo cambia y evoluciona, no deben valorarse decisiones de ayer con los entornos hoy existentes. En efecto, creo que son muchos los aspectos que se podrían destacar en torno a la figura de Rafael Portaencasa como Rector, como profesor, y como académico. Muchos de ellos seguro que son objeto de las intervenciones que tendrán lugar a continuación, expresadas a demás por personas que compartieron con él muchos momentos y vicisitudes en aquellos años. Pero por resaltar algunas de ellas,

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en parte recogidas por el profesor López Quero en una reseña periodística sobre Rafael Portaencasa, entre 1981 y 1995 supo cohesionar la UPM que había recibido con una fuerte componente federalista, iniciando y potenciando los programas de cooperación al desarrollo, impulsando proyectos de cooperación internacional, con muchos lugares del mundo pero con especial atención a América Latina (colaborando en ello con el profesor Recuero) y Rusia, y fomentando la puesta en marcha de proyectos de investigación y de innovación educativa por citar sólo algunos. También impulsó Rafael Portaencasa, aun antes de acceder al Rectorado, la creación de la Escuela de Ingeniería Técnica Informática y de la Facultad de Informática, pioneros en la formación de Ingenieros Informáticos en nuestro país. A sus mandatos se remonta la elaboración de los primeros Estatutos de la UPM, la puesta en marcha del ICE, la creación de nuestro magnífico Coro de la UPM, la inauguración de los primeros Institutos de Investigación de esta Universidad, o la firma de los primeros acuerdos de doble titulación, por citar sólo algunos. Porque el Rector Portaencasa, entre sus muchas virtudes, tuvo una intuición especial para diseñar elementos de futuro. Ejerció el rector Portaencasa, junto con el rector Ferraté, académico que también hoy nos acompaña, y algunos otros, una notable influencia en la definición del sistema universitario español que se fraguó en la década de los ochenta. Recordemos que, aún antes de la puesta en marcha en 1994 de la CRUE, él presidió entre 1984 y 1989 la Conferencia de Rectores Españoles, precursora de aquella, y que ello lo hacía en un periodo especialmente intenso y convulso en el Sistema Universitario español. Hoy, con esa crisis que no acaba de irse, con la incertidumbre de gobierno que vivimos, y con lo “revuelto” por calificarlo de alguna forma que está nuestro mundo, pudiera parecer que estamos en la única época convulsa. Pero quienes ya tenemos más de cuatro décadas a nuestras espaldas recordamos que la segunda mitad de los 70 y los primeros años de los 80 transcurrieron en una sociedad muy cambiante, con muchas ilusiones por parte de los más jóvenes y renovadores, pero con grandes dosis de incertidumbre sobre cómo se harían los cambios y con grandes amenazas a los mismos. Y además, también en medio de situaciones económicas y laborales nada halagüeñas. En el ámbito de la Universidad baste con recordar los intentos de aprobar aquel proyecto de Ley de Autonomía Universitaria, la LAU, que perseguía adaptar a la nueva realidad el sistema universitario español porque, en palabras de Luis González Seara, ministro de Educación en esa época, «no es lo mismo educar para un sistema abierto y democrático, que para uno cerrado y autoritario»

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como era el español antes de 1977. Época en la que poco después de la aprobación de la Constitución Española, consagrando, entre otras muchas cosas, la autonomía universitaria (en su artículo 27.10) y el estado autonómico, se intentó desarrollar la misma a través de distintas leyes. En el caso de la Universidad española, la fallida LAU inició su tramitación en 1979, prácticamente en paralelo a la tramitación de los Estatutos de Autonomía catalán y vasco. Usando términos que se escuchaban en el propio Congreso de los Diputados y que recoge Jorge Infante Díaz en su trabajo La reforma de los planes de estudio universitarios de la España democrática (19772000)1, con ello se quería poner fin a la “crisis notoria” que atravesaba una universidad “altamente politizada y con un creciente número de graduados en paro y sin preparación para el mercado de trabajo”. La LAU fue retirada en 1982, tras varios años de propuestas de modificación, en los que no se logró conseguir el consenso político necesario para su aprobación. Pero sirvió de germen para que el nuevo gobierno elegido en las elecciones de octubre de 1982, y en el que José María Maravall estaba al frente del Ministerio de Educación, desarrollara y presentase en junio de 1983 el proyecto de Ley Orgánica de Reforma Universitaria, que con escasas modificaciones se aprobó, y fue publicado en el BOE el 1 de septiembre de ese mismo año. He querido referirme brevemente a esos hechos que sucedían en el comienzo del primer mandato rectoral del profesor Portaencasa, pues sin duda fueron la clave de la profunda reforma con la que se diseñaron los ejes del Sistema Universitario español que tan magníficos resultados ha producido en las tres décadas siguientes. Me comentaba hace unos meses el profesor Jaime Lamo de Espinosa, al hilo de una publicación aparecida sobre esos años 1981 y 82, en los que él fue Ministro Adjunto a la Presidencia, cómo el Rector Portaencasa era frecuentemente consultado, y su opinión altamente valorada por los responsables gubernativos, a la hora de desarrollar las sucesivas propuestas de la Ley universitaria, lo cual da una medida del peso que, desde el principio tuvo Rafael en el Sistema Universitario español. Medida que, de hecho, se ve también refrendada por la ya citada presidencia de la Conferencia de Rectores del Estado que ostentó desde 1984 hasta 1989. Y a esos momentos siguieron muchos otros, como, por citar tan sólo algunos, la Ley de Atribuciones y su incidencia en las Escuelas de Ingenieros, la configuración de la estructura departamental que marcaba la LRU en sustitución de

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Revista de Educación, 351. EneroAbril, 2010. Pp. 259-282.


los antiguos grupos de Cátedra, la transformación de las estructuras de profesorado pasando de aquellos PNN, adjuntos agregados, catedráticos, … a la que nos es más familiar en estos días (catedrático de universidad, titular de universidad, asociados, etcétera). En clave más interna de la UPM también fue el rector Portaencasa impulsor de la actividad investigadora, en una universidad con escuelas muy enfocadas hacia la formación de profesionales de las respectivas áreas de Ingeniería y Arquitectura, promoviendo y facilitando el desarrollo de Congresos Científicos en la UPM, la movilidad de profesores y estudiantes hacia Centros de Investigación en el extranjero para formarse en ese ámbito. Junto a ello, no se olvidó el profesor Portaencasa de los estudiantes, hacia los que siempre mostró un cariño muy especial. Cabe citar también que fue en su periodo de rector cuando se crea, con su impulso pero de forma independiente, la Delegación de Alumnos de la UPM. Y en todo ello creo que debe reconocerse el acierto que tuvo Rafael. Probablemente examinado con ojos de hoy, y en las circunstancias de hoy, seamos algunos los que creamos que parte de los cambios entonces introducidos necesitan hoy, treinta años después, nuevas adaptaciones, nuevas reformas, que permitan facilitar el futuro de la UPM. Probablemente el propio Rafael fuera de esa idea pues él supo reformar para adaptar la universidad al entorno social, económico y legislativo de entonces. Pero en todo caso creo que debemos reconocer la enorme tarea bien hecha que el rector Portaencasa y sus equipos realizaron en esos años. Máxime si junto a los cambios inducidos por las reformas legislativas, se tiene en cuenta en cuenta la expansión natural que una UPM, creada 10 años antes, experimenta en la década de los 80 con la consolidación del campus Sur o la puesta en marcha del campus de Montegancedo con el traslado allá de la facultad de Informática, … Un auténtico sinfín de datos, de decisiones y actuaciones de enorme relevancia podríamos continuar citando en torno al rector Portaencasa. Pero todos ellos tan sólo nos servirían para poner de manifiesto lo mucho que la UPM actual le debe reconocer a Rafael. Por mucho que citásemos, hay una parte de Rafael que va mucho más allá de los datos, que como si fuese agua se nos escapa entre los dedos de las manos si intentásemos concretarla en unos u otros datos. Me refiero a su lado más humano a ese que supera su faceta de rector. Sólo una parte de ella puede extraerse de sus discursos. La otra se percibía fácilmente en su trato. Y es una parte esencial pues si los datos hablan del Rafael rector, sus cualidades humanas nos hablan

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de un Rafael aún más grande, el Rafael persona. Pero parte de ello tendremos ocasión de conocerlo con los intervinientes de hoy, por lo que yo no les robo más tiempo con mi intervención. En todo caso, para finalizar, en nombre propio y de la institución que represento, permítanme que agradezca a la Real Academia de Ingeniería la organización de este acto a quien, además de académico, fue un gran rector de la Universidad Politécnica de Madrid. Muchas gracias a por su atención.

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Adriano García-Loygorri Ruiz Académico Real Academia de Ingeniería Un homenaje como el que nos reúne esta tarde en recuerdo de nuestro compañero en esta Real Academia de Ingeniería, Rafael Portaencasa, no es sino un más que merecido tributo, al tiempo que una expresión del aprecio y admiración a este académico y científico, por parte de cuantos formamos parte de esta institución, deseando que ello alcance a reflejar también el sentir de la comunidad de ingenieros de España y, en particular, el de todos los integrantes de la Universidad Politécnica de Madrid, de la que formó parte. Simplemente, como una muy breve introducción y presentación que pudiera servir de encuadre a las intervenciones que vienen a continuación, y del por qué de sus respectivos contenidos, permítanme que traiga ahora ante ustedes algunos pocos apuntes sobre el discurrir de la extensa trayectoria del profesor Portaencasa; apuntes que, por fuerza, han de ser muy breves, dada, por un lado, la limitación de tiempo a que ha de ajustarse este acto, y , por otro, la más completa y detallada exposición sobre determinadas materias, a las que el profesor dedicó muchas horas en su vida, y que van a recoger ustedes de los ponentes, las cuales constituyen la esencia de la sesión. De su vida académica, cabe recordar sus títulos de Doctor ingeniero de Telecomunicación y de licenciado en informática, ambos por la Universidad Politécnica de Madrid, habiendo sido guiada siempre su trayectoria profesional por ambas carreras. De ahí, sus cargos de Catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, decano y fundador, después, de la Facultad de Informática de Madrid, así como creador y fundador de la Escuela Universitaria de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid, director del departamento de Matemática Aplicada en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación y en la Facultad de Informática, y, como hecho especialmente relevante, su repetida elección y nominación como Rector Magnífico de la Universidad Politécnica de Madrid, cargo que ostentó durante catorce años que le sirvieron para dejar muy reconocida la excelente labor desempañada en ese período.

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Merecidas distinciones que recibió Rafael Portaencasa, fueron su ingreso en esta Real Academia de Ingeniería, como Académico Numerario constituyente, así como en la Real Academia de Doctores de España, a las que hay que añadir el otorgamiento de la Medalla de Honor de nuestra Universidad Politécnica, la Gran Cruz al Mérito Aeronáutico con distintivo blanco, y la Orden al Mérito de Telecomunicación, entre otras varias. En cuanto a su actividad en el ámbito internacional, de la que se va a tratar en dos de las ponencias de esta tarde, es de destacar las mantenidas en Rusia y en otros países del Este, que le hicieron merecedor de la distinción como Doctor Honoris Causa, en la Universidad Tecnológica e Informática de Moscú, de la designación como académico en cinco universidades o academias y de otros cargos en esta nación, o su relación dentro también del espacio académico en el continente iberoamericano, reconocida mediante su nombramiento como Doctor Honoris Causa por cinco universidades iberoamericanas y como miembro de dos fundaciones y asociaciones de dicho continente. Cuatro son los ponentes que a continuación van a intervenir en este acto para ilustrarnos sobre determinados aspectos de la figura del personaje homenajeado: El Excmo. Sr. D. Gabriel Ferraté Pascual, Académico numerario constituyente de esta Real Academia, y en la actualidad supernumerario por razones estatutarias, es Doctor Ingeniero Industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Barcelona y Catedrático de Automática en la mencionada Escuela de la que ha sido Director. Rector de las dos Universidades Politécnicas de Barcelona y Cataluña y de la Universidad Oberta de Cataluña. Además de ser miembro de nuestra Real Academia, lo es de la Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, de la Real Academia de Medicina de Catalunya y miembro numerario del Instituto de Estudios Catalanes. Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Madrid y por la Universidad de Lérida. Su intervención en el día de hoy, bajo el título Recuerdo y cronología de una gran amistad, entre otras cuestiones de indudable interés, tomará en consideración las relaciones de Rafael Portaencasa con otras universidades nacionales, así como su participación en el Consejo de Universidades. El Sr. D. Carlos Vega Vicente, doctor en Ciencias Matemáticas, Catedrático de Matemática Aplicada en las universidades Complutense y Moscú (en la E.T.S.I. de

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Telecomunicación) y anteriormente, en Informática en la Universidad Politécnica de Madrid, y Profesor Emérito de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid, será el segundo ponente que intervenga en esta sesión. Pasados los primeros años de su vida en Rusia, a su vuelta a España cursó sus estudios en la más arriba mencionada Escuela, habiendo sido numerosas sus relaciones con Portaencasa, relativas a Rusia y a otros países del este europeo. En su exposición “Rafael Portaencasa Baeza. Tendiendo puentes”, tendrá una consideración especial esta interesante experiencia de vínculos internacionales de la universidad española con los de otros importantes países europeos. El Sr. D. Manuel Recuero, licenciado y doctor en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense y Autónoma de Madrid, respectivamente, Profesor Emérito en la Universidad Politécnica de Madrid y Catedrático de Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Telecomunicación, ha ostentado distintos altos cargos en el seno de la Universidad Politécnica de Madrid. Su actividad docente y científica ha estado muy relacionada con las ciencias ambientales, especialmente con lo relativo las diversas cuestiones relacionadas en la Ingeniería Acústica. Habiendo sido director de relaciones internacionales con Latinoamérica en la Universidad Politécnica de Madrid durante diez años, su ponencia de hoy, “Rafael Portaencasa y la internacionalización de la Universidad” va a glosar en particular la muy significativa actuación de Rafael Portaencasa, concerniente a la relación internacional de las universidades españolas e iberoamericanas, en la que la actuación de nuestro homenajeado ha venido siendo muy considerada, como se pone de manifiesto por las numerosas distinciones de diverso tipo otorgadas a su persona. Finalmente, cierra las intervenciones de esta tarde quien ha sido el principal organizador de este acto, D. José Antonio Martín Pereda, Académico constituyente de la Real Academia de Ingeniería. Doctor ingeniero de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Madrid y licenciado por la Universidad Complutense, es Catedrático en tecnología Electrónica de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, habiendo ocupado variados puestos en relación con su formación académica, entre las que cabe resaltar el de Vicerrector de Investigación en la Universidad Politécnica de Madrid, secretario de coordinación del Plan Nacional I+D (19851987), miembro del Consejo de Universidades designado por el Senado. Ha sido el primer Doctor ingeniero que ha trabajado en el campo de la comunicación óptica, habiendo creado la primera Escuela Española de Comunicaciones Ópticas. Reconocimiento de sus aportaciones científicas, ha sido el otorgamiento de la distinción de Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Cataluña.

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Sus palabras, bajo el título de la ponencia “Del puzzle a la unidad: la UPM y Rafael Portaencasa”, servirán para exponer una panorámica general y personal de las actividades de Rafael Portaencasa, durante los años transcurridos desde que fue nombrado Rector hasta 1990. Señoras y señores, muchas gracias por su atención.

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Intervenciones “Recuerdo y cronología de una gran amistad” Gabriel Ferraté Pascual Exrector de la Universidad Politécnica de Cataluña Exrector de la Universidad Abierta de Cataluña Académico de la Real Academia de Ingeniería

Excmo. Sr. Presidente de la Real Academia de Ingeniería, Excmo. y Magfco. Sr. Rector de la Universidad Politécnica, señoras y señores académicos, autoridades, amigos todos... En primer lugar quiero manifestar mi agradecimiento por haberme dado la oportunidad de participar en esta sesión In Memoriam del Excmo. Sr. D. Rafael Portaencasa Baeza, un gran académico, un gran científico, un gran universitario, y también una excelente persona y un inolvidable amigo... Resulta para mi difícil por no decir imposible en un limitado espacio de tiempo, dar una visión completa y coherente de un personaje de la talla de Rafael Portaencasa. En cierta forma, los títulos, o mejor dicho “conceptos clave” de las intervenciones previstas para este acto ya nos ofrecen una breve pero rica visión global de los trazos determinantes y característicos de su actitud, de su forma de hacer y de su personalidad: “tendiendo puentes”, “la internacionalización de la universidad”, “del puzzle a la unidad”, “una gran amistad”. Los indicados conceptos nos llevan a intuir su gran capacidad de diálogo, su inteligente visión global y universal del mundo universitario y su deseo de racionalizar el entorno académico y, todo ello, siempre con su innata voluntad de colaboración y de entendimiento entre personas. Así pues, “diálogo”, “visión”, “racionalización”, “proximidad y amistad”... ¿Qué más podemos pedir como complemento personal de un investigador, un maestro y un amigo...? En lo que a mi intervención se refiere, y con la excusa de que mi memoria no es infinita ni totalmente fiable, me centraré en hacer algunas aportaciones sobre la trayectoria de nuestra amistad, inspiradas en hechos o datos que figuran en mis agendas (históricamente de papel y actualmente reproducidas o reflejadas en la versión electrónica o “Crono”, como yo le llamo) siempre que contribuyan a resaltar algunas de las imágenes que caracterizan el apreciado amigo Rafael. Creo que

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Intervenciones

muchas de ellas las podría clasificar como “vivencias compartidas”. Compartidas durante el solapamiento de trayectos universitarios superpuestos. Mi primera referencia indica que en febrero del año 1980, Sperry Univac, empresa americana pionera mundial en el desarrollo y fabricación de los primeros grandes ordenadores, celebró en su International Executive Centre de Saint-Paul-deVence (Francia) el “Symposium Español de Ejecutivos”. En la selecta lista de participantes figuraba: “Sr. Rafael Portaencasa, decano, Facultad de Informática, Universidad Politécnica, Carretera de Valencia Km.7, Madrid”. Me impactaron y recuerdo todavía las acertadas intervenciones y opiniones, llenas de sentido común y de realismo, de aquel universitario/decano en un entorno, mayoritariamente de presidentes y directores de grandes empresas, corporaciones e instituciones. Allí comenzó, de facto, nuestra relación y amistad, así como mi reconocimiento a su figura y a su personalidad. En los años 81, 82, 83 y 84 fueron muchas las veces en que coincidimos en ocasión de las infinitas reuniones de la Conferencia de Rectores, de la Comisión Académica, de las Comisiones de Estatutos, de los Grupos de Trabajo de Planes de Estudio, etc. El impulso legislativo lo pretendía modificar todo (opción lógica si tenemos en cuenta lo que implicaba el paso desde una situación autoritaria a un entorno supuestamente democrático), pero ¡atención!, ¿qué significa todo? Los proyectos de Ley proliferaban. Cada proyecto pretendía superar, modificar, reforzar o substituir el proyecto anterior o la legislación ya aprobada. En el mundo de las politécnicas procedíamos de un universo de escuelas técnicas, históricamente vinculadas a diversos ministerios y con sistemas organizativos y de gestión con características propias y no necesariamente idénticas a las del resto del sistema universitario. Cambiar no es equivalente a homogeneizar y menos aún a homogeneizarlo todo. El problema era variopinto: escuelas, facultades, departamentos, criterios de selección de personal, política de retribuciones, etc. El momento era difícil, convulso y complejo y requería una gran capacidad de pacto y negociación. Portaencasa supo gestionarlo con tacto y eficacia. Intuyó y defendió el nuevo modelo al que había que dirigirse. Un modelo que respondiese a las necesidades de una institución necesariamente compleja y con enraizadas formas de hacer, en un entorno en cambio permanente. No lo tuvo fácil pero supo negociar

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Intervenciones y convencer, entre otros, a una parte substancial de su propia universidad. También me convenció a mí en muchas de sus iniciativas y propuestas. Debemos reconocer que Rafael Portaencasa tuvo la capacidad de adaptar su universidad a nuevas leyes, nuevos estatutos, nuevos planes de estudio y un cambiante entorno político y supo hacerlo con tacto, convencimiento y eficacia. Su savoir faire como dirían los franceses le catapultó a ser el presidente de la Conferencia de Rectores Españoles entre 1984 y 1989. Rafael Portaencasa tuvo también siempre muy claro que la universidad no puede aislarse, que debe operar en un contexto global e intercambiar conocimiento, actividades y personal con otras universidades o entidades a nivel local e internacional. Su actividad permanente en Iberoamérica o en Rusia, para citar tan solo dos ejemplos, dan fe de ello. Tenía muy claro que la relación internacional es inherente a la misión de la universidad. Explorando nuevamente mi ordenador y su “Cronología”, voy a referirme a una visita que, invitados por IBM, hicimos doce rectores españoles a las universidades de Yale, Harward y el MIT, en noviembre de 1987. La visita, a sus centros de cálculo, sus laboratorios y sus bibliotecas, fue una gran ocasión para meditar sobre el tema y eventualmente repensar o volver a plantear nuestras necesidades de computación o la forma de defenderlas y/o difundirlas, tanto en el propio entorno universitario como en el de la colaboración con el mundo de la investigación aplicada y el de la empresa. Fue también una oportunidad única para debatir, entre Portaencasa y yo mismo, las opciones y estrategias posibles orientadas a la obtención de los recursos pertinentes para la necesaria actualización y expansión de nuestros respectivos sistemas informáticos. Debo mencionar también el importante papel que nuestro estimado In Memoriam desempeñó en las muchas reuniones de trabajo que se realizaron en 1989, en el Hotel Barajas, para orientar y definir el proceso denominado “La reforma de las Enseñanzas Técnicas”. Sus aportaciones y capacidad de pacto fueron fundamentales para poder llegar al siempre difícil consenso. Otro ámbito en el que pude compartir responsabilidades con Rafael Portaencasa fue A.N.I.E.L. (Asociación Nacional de Industrias Electrónicas) al entrar a formar parte de su Consejo en 1988. A.N.I.E.L. representó para todos nosotros, en aquel momento, un estímulo y una ayuda para catalizar la necesaria interrelación entre el mundo universitario y el mundo de la empresa.

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Intervenciones En un singular día como el de hoy no podía dejar de referirme a la creación, en abril de 1994, de la (Real) Academia de Ingeniería, de la cual, como todos sabemos, Portaencasa fue académico constituyente. Académico constituyente de la entidad que hoy organiza este acto en su recuerdo y memoria. No puedo tampoco dejar de recordar que, en enero de 1995, el rector Portaencasa me hizo el gran e inmerecido honor de concederme el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Madrid. En aquel momento yo ya no pertenecía a la UPC al haberme responsabilizado de la puesta en marcha de la UOC. Siempre le estaré agradecido. Me acompañaron en el acto los Dres. Yuri M. Davydovi y Vagan V. Sajguildyan. Avanzando en el tiempo i el calendario y según consta en mi ordenador el 4 de septiembre de 2008, tuve el placer, acompañado de un miembro de la Fundación Institut Cerdà, de cenar en Madrid con Rafael Portaencasa para debatir posibles vías de actuación y colaboración en el ámbito internacional. Un optimista e hiperactivo Portaencasa nos lo puso fácil con su permanente imaginación y espíritu de ayuda y servicio. Podría continuar comentando infinidad de actividades compartidas, de proyectos comunes, de situaciones vividas, de problemas satisfactoriamente superados, etc. Pero ello no es lo importante... Lo que realmente tiene significado para mí es el poso de seducción, de imaginación y realismo, de capacidad de pacto, de flexibilidad y firmeza, de humanidad, que mi relación con el amigo Portaencasa ha dejado en mis recuerdos y en mi conciencia... Muchas gracias por su atención.

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Intervenciones “Rafael Portancasa Baeza. Tendiendo puentes” Carlos Vega Vicente Dr. en ciencias matemáticas Catedrático de matemática aplicada por las Universidades de Moscú y Complutense de Madrid Profesor emérito de la UPM

Excelentísimo señor presidente de la Real Academia de Ingeniería, excelentísimo señor rector magnífico de la Universidad Politécnica de Madrid, excelentísimos señores académicos, señoras y señores: Quiero agradecer al presidente de la Academia haberme invitado a participar en esta sesión para reflejar algún aspecto del perfil profesional y personal del académico Rafael Portaencasa Baeza. Lo conocí en septiembre de 1977 cuando él era decano de la recién creada Facultad de Informática. Un año después, en noviembre de 1978, comencé a trabajar como profesor contratado en el grupo de Cátedra “Matemática II” del que era titular el profesor Rafael Portaencasa. Pronto él me incorporó a su grupo de colaboradores y esto me permitió conocerle más de cerca. Hoy quiero comentar algunos episodios de su actividad como rector. Me limitaré a unos pocos hechos concretos, trataré de explicar las circunstancias que los rodearon y poner de manifiesto la capacidad profesional y humana del académico Rafael Portaencasa para llevar a buen puerto sus iniciativas. Espero lograrlo. Para empezar me voy a referir a los científicos soviéticos que fueron nombrados Doctores Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Madrid durante el mandato del rector Portaencasa. Doctores Honoris Causa El primer título de Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Madrid se concedió en 1971. Pero sólo en 1985, siendo Rafael Portaencasa rector de la UPM, este título fue otorgado por primera vez a un científico soviético. En total fueron cinco personalidades soviéticas investidas Doctor Honoris Causa durante el mandato de Rafael Portaencasa como rector de la UPM. Estos laureados son:

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Intervenciones BÁSOV Nikolái Guennádiyevich (Usmán, provincia de Lipetsk, 14.12.1922  01.07.2001, Moscú). Premio Nobel de Física en 1964 compartido con el soviético A. M. Prójorov y el norteamericano Ch. H. Townes por sus trabajos en electrónica cuántica, que permitieron la construcción de osciladores y amplificadores basados en el principio láser-máser. Académico de la Academia de Ciencias de la URSS, desde 1966. Su vida profesional transcurrió en el Instituto de Física Lébedev de la Academia de Ciencias de la URSS del que fue vicedirector en 19581972 y director en 19731989. Presidente de la Sociedad Znanie (Conocimiento) en 1978-1990. Fue investido Doctor Honoris Causa, a propuesta de la E.T.S.I. Industriales, el 28 de enero de 1985. FROLOV Konstantín Vasílievich (Kírov, provincia de Kaluga 22.07.1932  18.11.2007, Moscú), especialista en ingeniería mecánica (dinámica y vibraciones de máquinas, biomecánica humana bajo efecto de vibraciones). Miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS desde 1969 y académico desde 1984. En 1958 se incorporó al Instituto Blagonrávov de Ingeniería Mecánica de la Academia de Ciencias de la URSS y desde 1975 hasta su muerte fue director del mismo. En 1990 sustitiyó al académico Básov como presidente de la sociedad Znanie y permaneció en este cargo hasta su desaparición como consecuencia de la desintegración de la URRS a finales de 1991. Fue investido Doctor Honoris Causa, a propuesta de la E.T.S.I. Industriales, el 12 de mayo de 1989. PETROV Rem Víctorovich (aldea de cosacos UstMedvedítskaya, actualmente ciudad Serafimóvich de la provincia de Stalingrado, 22.03.1930), immunólogo, especializado en temas fundamentales y aplicados de inmunología no infecciosa e inmunogenética. Académico de la Academia de Ciencias de la URSS (desde 1984) y vicepresidente de la misma desde 1988. En 1988-2001 presidente de la Sociedad “URSSEspaña”. Fue investido Doctor Honoris Causa, a propuesta del Rectorado, el 28 de enero de 1994. DAVÝDOV Yuri Mijáilovich (Moscú, 08.02.1947), conocido especialista en métodos numéricos de gasodinámica y aplicación de los mismos en diseño de paracaídas para aterrizaje de aviones y satélites. En 19711988 director del Laboratorio de Mecánica de Medios Continuos de la Academia de Ciencias de la URSS; en 19881993 director del departamento científico del Instituto de Sistemas de

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Intervenciones Paracaidismo, S. A., y desde 1993 profesor del Instituto (hoy Universidad) Gubkin de petróleo y gas. Fue investido Doctor Honoris Causa, a propuesta del Rectorado, el 30 de enero de 1995. SHAKHGILDYÁN Vagán Vagánovich (Sverdlovsk, actualmente Ekaterimburgo, provincia de Sverdlovsk, 28.02.1935  03.04.2012, Moscú) destacado científico, de reconocido prestigio internacional, en el ámbito de radiotecnia y telecomunicaciones. Rector (19672004) del Instituto Electrotécnico de Telecomunicaciones de Moscú convertido en 1992 en la Universidad Técnica de Moscú de Telecomunicaciones e Informática. Después presidente de esta Universidad y de su Patronato. Desde 2006, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de Rusia (sección de Sincronización en Sistemas de Telecomunicación). Fue investido Doctor Honoris Causa, a propuesta de la E.T.S.I. de Telecomunicaciones, el 30 de enero de 1995. Estas investiduras tienen su historia. En junio de 1981, seis meses después de ser nombrado rector, Rafael Portaencasa realizó su primer viaje a Moscú contactando, entre otras instituciones, con el Centro de Cálculo de la Academia de Ciencias de la URSS y también con la Sociedad Znanie que, desde su fundación en 1947, venía realizando sus objetivos divulgar los adelantos de la ciencia y de la técnica en estrecha colaboración con la Academia de Ciencias de la URSS y a través de una amplísima red de sucursales que recubría todo el país. Durante su visita a esta sociedad, Rafael Portaencasa tuvo un encuentro con el académico Básov, presidente de la sociedad, y el miembro correspondiente de la Academia Frolov, principal colaborador de Básov en el consejo de la sociedad. Algo semejante ocurrió en el caso del profesor Davýdov. Rafael Portaencasa lo conoció durante este mismo viaje, al visitar algunos departamentos del Centro de Cálculo de la Academia de Ciencias, uno de los cuales estaba dirigido por el profesor Davýdov. Durante una breve conversación entre ambos, el profesor Davýdov hizo referencia a Agustín de Betancourt y a su estancia en Rusia desde 1808 hasta su muerte. 14 años después, el día de la investidura del profesor Davýdov, el rector volvió a ese tema. Davýdov explicó entonces que un antepasado suyo, el general Ermólov, siendo jefe supremo del ejército ruso en el Cáucaso, concedió una audiencia

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Intervenciones a Agustín de Betancourt para tratar cuestiones de fortificaciones y comunicaciones militares. Se desconoce la fecha de esta audiencia, pero debió ocurrir entre 1816 y 1824, ya que Ermólov fue jefe supremo del ejército ruso en el Cáucaso en 1816-1827 y Betancourt vivió en Rusia en 18081824. Tras la muerte del general Ermólov, la familia Davýdov se hizo cargo de parte de su archivo y, en particular, de un cuadro, de pintor desconocido, dedicado a esa audiencia. Es curioso que en esta conversación también salió a relucir el nombre de José de Ribas y Boyons (Nápoles, Reino de Nápoles, 06.06.1749  02.12.1800, San Petersburgo, Imperio Ruso), un marino español que llegó a Rusia en 1772, prestó importantes servicios en la marina, alcanzando el grado de almirante, y fundó la ciudad de Odessa, importante puerto ruso en el Mar Negro. En su memoria, la calle central de Odessa se denominó Deribássovskaya porque en Rusia José de Ribas tomó el nombre de Osip Mijáilovich Deribás. En cuanto a Shakhgildyán, sucedió algo diferente. Representando su universidad, participó en una exposición de adelantos científicos y tecnológicos de la URSS que se celebró en Madrid en 1990. Aprovechó la ocasión para contactar con la UPM. Este primer encuentro desembocó en una estrecha colaboración entre la universidad moscovita y la E.T.S.I. de Telecomunicación de la UPM. A ello contribuyó enormemente que los dos rectores se llevaban y se entendían muy bien, posiblemente porque tenían la misma edad. En una de sus visitas a Moscú Rafael Portaencasa fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad Técnica de Telecomunicaciones e Informática de Moscú. El último encuentro entre ambos tuvo lugar en Moscú en febrero de 2011 cuando una delegación de la UPM encabezada por Rafael Portaencasa participó en el 90 aniversario de la creación de la Universidad Técnica de Moscú de Telecomunicaciones e Informática. En lo que respecta al profesor Petrov, haré el comentario correspondiente a continuación, ya que guarda relación con la primera cosmonauta del mundo. Valentina Tereshkova y Fundación Pushkin Valentina Vladímirovna Tereshkova nació el 6 de marzo de 1937 en la aldea Máslennikovo Mayor en una familia campesina. En 1955 entró a trabajar en una fábrica textil de Yaroslavl y desde 1959 comenzó a practicar paracaidismo en aeroclub de esta ciudad. El 12 de marzo de 1962 ella y otras cuatro jóvenes -seleccionadas entre más de cuatrocientas candidatas- formaron el primer grupo femenino de futuras cosmonautas, integrado en las fuerzas aéreas soviéticas. El 16 de junio de 1963 Valentina Tereshokova se convirtió en la primera cosmonauta del mundo. Después

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Intervenciones de su misión espacial de tres días, su vida se desarrolló en dos direcciones. Hizo una carrera militar y de ingeniería recibiendo el doctorado en ingeniería en 1977, alcanzando el grado de General de División en 1995 y retirándose en 1997 de la fuerza aérea y del cuerpo de cosmonautas. De otro lado, desarrolló una intensa actividad política y pública, en la que me interesa destacar desde el punto de vista de esta intervención que en 19871992 fue presidenta de la Asociación de Sociedades Soviéticas de Amistad y Relaciones Culturales con Países Extranjeros (ASSA), fundada en 1958. Esta asociación estaba formada por entidades como Sociedad URSS Bulgaria, Sociedad URSS Francia, etc., cada una de las cuales tenía numerosas sucursales locales. La ASSA tenía su sede central en Moscú en un precioso palacete próximo al Kremlin, conocido como Casa de Amistad de los Pueblos. Por supuesto en 19391977 no existió en la URSS la Sociedad URSS Espańa ni tampoco su semejante en España. Tras restablecerse las relaciones diplomáticas con la URSS (9 de febrero de 1977) no tardaron en aparecer estas sociedades, primero en la URSS y después en España. Sin concretar la fecha, puedo constatar que en uno de sus viajes a Moscú Rafael Portaencasa fue recibido por Valentina Tereshkova en la Casa de Amistad de los Pueblos y que en el encuentro participó Rem Petrov, presidente de la Sociedad URSS España, que como ya he señalado anteriormente años después sería investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Madrid. Posiblemente en este encuentro Rafael Portaencasa invitó a Valentina Tereshkova y al profesor Rem Petrov visitar la Universidad Politécnica de Madrid. Esta visita tuvo lugar el 14 de junio de 1991. La llegada de Valentina Tereshkova y de Rem Petrov fue emocionante. Les esperaba Rafael Portaencasa con su equipo rectoral y un numeroso, por no decir multitudinario, grupo de personas que les recibió con flores y aplausos. Después hubo una conversación en el despecho del rector a la que asistieron, entre otros, los vicerrectores Manuel Abejón y Manuel Balgañón, un recorrido por el Rectorado lleno de expectación y finalmente, una comida que el rector ofreció a los visitantes en una acogedora sala próxima a su despacho. Tiempo después, Valentina Tereshkova durante otra estancia de Rafael Portaencasa en Moscú, organizó su visita a la Ciudad de las Estrellas, un pequeño pueblo a 25 kilómetros al noreste de Moscú, en el que se encontraba el Centro Gagarin de preparación de cosmonautas y una zona residencial de los cosmonautas.

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Intervenciones

Durante esta visita a Rafael Portaencasa le fue entregada la Medalla de Honor Yuri Gagarin de la Federación de Cosmonautas Rusos. El proceso de derrumbamiento de la URSS como Estado, iniciado en enero de 1990, conllevó la desaparición de la Sociedad EspañaURSS. En junio de 1991 se reunieron en Madrid cuatro personalidades españolas y cuatro rusas entre ellas Valentina Tereshkova, Rem Petrov y el rector de la Universidad Politécnica de Madrid para crear una organización nueva que se ocupase de la promoción de los contactos entre España y Rusia en los campos de educación, ciencia y cultura. Poco después quedaba constituida en Madrid la Fundación Alexander Pushkin con un Patronato que contaba con Valentina Tereshkova y el profesor Miguel Ángel Escotet como presidentes de honor y con Rafael Portaencasa como presidente. Sin entrar en detalles, comentaré que la actividad de la Fundación se desarrolló fundamentalmente en tres direcciones: 1. 2. 3.

Cursos de aprendizaje del ruso (para españoles) y del español (para rusos, principalmente, estudiantes), promoción de actividades culturales y artísticas y fomento de la cooperación científico-técnica.

Rafael Portaencasa presidió la Fundación durante 14 años, dedicándole mucho tiempo y buscando permanentemente nuevos caminos y formas para su desarrollo. Finalmente, unas palabras sobre otro tema. No encaja en la exposición anterior de relaciones con la URSS impulsadas por Rafael Portaencasa. Pero es un proyecto vinculado a la UPM y se enmarca dentro de su actividad cultural. Me refiero al Coro de la UPM. Desde luego sus éxitos se debieron a sus integrantes y a su director. Pero el académico Portaencasa fue su alma, corazón y motor. Muchas gracias.

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Intervenciones “Rafael Portaencasa y la internacionalización de la Universidad” Manuel Recuero López Catedrático de Universidad Profesor Emérito Universidad Politécnica de Madrid

Señor Presidente, señores académicos, familiares, amigos, Hace unos días recibí una llamada de un Académico en la que se me comunicaba el homenaje que esta academia iba a rendir a uno de sus miembros, el Profesor Rafael Portaencasa, y además se me informó que se me invitaba a que yo interviniese para realizar algunas reflexiones y comentarios con relación a nuestro amigo Rafael. Debo decir que la llamada me desconcertó en cuanto a la petición de mi participación en este homenaje, y por otro lado me causó una profunda alegría enterarme del mismo. Como para mí es un honor poder participar en un homenaje a Rafael, inmediatamente dije que sí, aunque pensé que había otros muchos compañeros que podrían hacerlo con más méritos que yo. Me van a permitir que en mis siguientes palabras combine a Rafael como Ingeniero junto al Rafael como persona, me resulta imposible disociar ambas cosas, además de un buen ingeniero fue un magnifico padre. El hecho de tener que hablar de un ingeniero como Rafael, me llevó al túnel del tiempo, que me trasladó a 1962 y a Rafael como Profesor de la Academia Dobao DíazGuerra, como un muy buen profesor de matemáticas que hacía que la matemática fuese una herramienta para un ingeniero, que tenía una enorme utilidad, pero no la matemática como un fin en sí mismo. Desde aquel año y en la distancia fui sabiendo de Rafael, las evoluciones de su vida tanto personal como profesional. Los avatares de la Universidad nos llevaron a coincidir en diferentes ocasiones, en puestos de responsabilidad, y compartiendo durante algunos años edificios comunes.

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Intervenciones El Rafael ingeniero de IBM y Profesor de matemáticas en la UPM era una persona con grandes iniciativas, con una capacidad de trabajo increíble, gran inteligencia, así como una enorme visión de futuro, y sabiendo tomar decisiones para que ese futuro se alcanzase. Con proximidad viví su actuación como primer Decano de la Facultad de Informática y la tremenda y frenética actividad que llevaba a cabo para transformar un Instituto de Informática en una Facultad, y dando a conocer la existencia de esta nueva titulación universitaria en España. En esa época era raro encender la radio a primera hora de la mañana sin escuchar su voz explicando temas de interés como Decano. Aunque también le podrías escuchar por teléfono a altas horas de la noche o de la madrugada, exponiendo ideas e iniciativas. Creo que dormía, pero no sé cuándo ni dónde, esta información la desconozco, sólo su capacidad de trabajo le permitía que el día fuese de 24 horas. Cuando se presentó a las elecciones a Rector en 1981, la actividad de Rafael creció hasta convertirse en un tsunami, esta actividad no le impidió seguir siendo el amigo que con una gracia personal te hacía sentirte próximo y gastar bromas que distendían los momentos de tensión. Para sorpresa mía, en su primer equipo de gobierno, una vez elegido Rector de la Universidad Politécnica de Madrid, que no tenía ni sede rectoral, me llamó para que colaborase con él, y puedo afirmar con rotundidad que Rafael fue el creador de la Universidad Politécnica moderna, preocupándose de todos los detalles hasta de los más pequeños, de aquella época recuerdo como el equipo rectoral bajaba a tomar café todos juntos al nuevo edificio del rectorado que él había hecho, y como desayunábamos y después a los chinos nos jugábamos el café, en ese recuerdo Rafael siempre ganaba, y yo con demasiada frecuencia perdía, no sé si él conocía alguna técnica de ingeniería que yo no sabía para ganar a los chinos. Esto nos permitía al equipo conocernos mejor, en un ambiente distendido y cómo aunar nuestros esfuerzos, facilitando una imagen al resto de la Universidad de cohesión hasta en los momentos de esparcimiento. Su personalidad hizo que su impronta como ingeniero en todos los campos facilitase que la Universidad pasase a experimentar los cambios más profundos que ha tenido en su historia, desde imponer actos académicos togados (lo que no se había hecho nunca) hasta la investidura de Doctor Honoris Causa a prestigiosos ingenieros a nivel mundial, planes nuevos de estudios, formación experimental de los ingenieros, nuevas titulaciones y además a la internacionalización de la universidad,

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Intervenciones en su doble vertiente de traer importantes ingenieros de diferentes países del mundo para que nos hablasen de las nuevas líneas de trabajo internacional, así como llevar nuestra presencia y potencialidad a diferentes partes del mundo. Una de las grandes visiones que tuvo Rafael fue darse cuenta de la importancia que para el sector industrial tenía el mundo de Iberoamérica, en el que en aquellos años en los que él estuvo al frente de la universidad, la presencia del sector industrial español era pequeña y la de las universidades escasa. En este sentido debo decir que fue un visionario, adelantándose en mucho tiempo a la presencia de actividades tanto tecnológicas como de formación en América Latina. Realmente América Latina no es un mundo, son muchos mundos muy diferentes, que aun teniendo un común denominador de lengua, lleva a diferentes culturas, así como a formas muy distintas de enfocar problemas y soluciones. Su personalidad y forma de actuar facilitó la entrada desde el punto de vista académico de la ingeniería española en muchos países, ya que su simpatía personal y su gracejo hacía que las reuniones fuesen cómodas, y en aquella compleja época se fijasen más en la persona y el profesional, que en el español que junto a miembros de su equipo rectoral se presentaban en un mundo que rechazaba nuestra presencia (década de los 80). Como en muchos otros campos Rafael tuvo la visión de analizar aquel complejo mundo y dar prioridad en esa etapa inicial a unos países frente a otros, y a presentar una imagen moderna de aquella España tan desconocida, tecnológicamente hablando, en el mundo latinoamericano, donde en años posteriores desembarcó Telefónica, Banco de Santander, BBVA, empresas de la construcción que fueron los mejores embajadores de la España moderna que era capaz de desplazar la presencia de las industrias norteamericanas y que apareciesen nuestras empresas. No puedo dejar de resaltar que fue capaz de diferenciar que países de aquel continente iban a ser pioneros y líderes desde el punto de vista económico, como son México, Perú, etc., sin olvidar aquellos otros que por su tamaño o por su sistema político también necesitaban ayuda como es el caso de Cuba. En este sentido Rafael fue un líder y un visionario que nos introdujo en un mundo desconocido para nosotros, hasta cierto punto hostil, por la cercanía a la dictadura y donde los españoles en muchos países éramos vistos con desconfianza y junto a nosotros nuestras empresas.

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Intervenciones La Universidad Politécnica de Madrid, y a la cabeza su Rector, fue abriendo puertas y plazas, que permitieron posteriormente que el sector industrial encontrase un camino allanado. De aquella época deseo resaltar en Rafael al ingeniero, al gestor y al hombre, que rodeado de un equipo abrió campos inaccesibles, manteniendo relaciones con los más importantes países europeos y sus universidades, pero sin olvidar que nuestro futuro estaba en el continente de América Latina. Los años han ido pasando y hemos ido viendo como después de una buena siembra se recoge la cosecha, y aquella actividad de un Rector que internacionalizó la Universidad Politécnica de Madrid, permitió que la ingeniería española y su tecnología propia, en muchos proyectos deslumbrasen a estos países y les hiciesen ver a ellos y a sus políticos una España moderna y desconocida para ellos. En los muchos años que estuvo de Rector creó y desarrolló la internacionalización de la Universidad Politécnica de Madrid, permitiendo que se le reconociese su labor por muchas de las universidades de Iberoamérica, siendo nombrado Doctor Honoris Causa en muchas de ellas, donde entraba como Rector y salía como amigo. Permítanme ustedes que recuerde el acto de investidura del Doctor Honoris Causa en la Universidad de la Habana en 1992, acto en el que estuve presente y en el que pude apreciar la influencia de Rafael, el cariño y respeto del sector académico cubano, y como en los diferentes actos que se celebraron en su honor se facilitó la visita de Manuel Fraga que llegaba un poco de tiempo después. No sólo fue amigo en el sector académico, sino que también lo fue en el sector político, donde supo moverse con soltura y la simpatía que ya he mencionado, convirtiendo duros y aburridos actos académicos en periodos de tiempo amenos donde la sonrisa y la carcajada nos acompañaban con frecuencia. Para terminar quiero recordar a mi amigo Rafael que siempre que nos juntábamos con más personas solía hacer un frecuente comentario, él me llamaba Manolito, y con cara de picardía dirigiéndose a todos señalándome a mi decía: “no os fieis de Manolito, es bastante más viejo de lo que parece”. Años más tarde en 1995, tuve que responsabilizarme de las relaciones con América Latina de la Universidad bajo las órdenes del siguiente Rector, el Profesor Saturnino de la Plaza. Las enseñanzas de Rafael me sirvieron para mucho. Su actuación y las puertas que abrió también fueron de enorme utilidad para mí.

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Intervenciones Gracias Rafael por tus enseñanzas y por el cariño que siempre me demostraste, aunque debo decir que lo de mi edad, no me gustaba mucho, ya que era uno de los secretos que mejor yo guardaba, pero tú lo hacías con tal gracejo que el primero que me reía era yo. Muchas gracias.

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Intervenciones “Del puzzle a la unidad: la UPM y Rafael Portaencasa” José Antonio Martín Pereda Académico de la Real Academia de Ingeniería, Exvicerrector de la UPM

Unos meses antes de verle por última vez, Rafael Portaencasa me dio unas páginas escritas por él. Durante bastante tiempo, quizás más de un año, le había estado urgiendo a que escribiera algo así como sus recuerdos. Me parecía un crimen que, una persona como él, que había tenido contactos con la mayor parte de los personajes clave de los años 80 y 90, y que había conseguido estructurar una universidad con la base de muchas piezas, no dejara una memoria escrita de todo ello. Me pasó unas veinte páginas, que se veía habían sido redactadas en muy distintos momentos y lugares, y me dijo que viera qué se podía hacer con lo que había escrito. Las empecé a ojear pero, antes de que le comentara que aquello era solo el comienzo y que, desde mi punto de vista, faltaba lo que podía ser más interesante, su contacto con las personas, Rafael nos dejó. Algunas de las cosas que me dio escritas, conjuntamente con recuerdos personales míos, serán las pinceladas disjuntas que traiga hoy aquí. * * * Rafael Portaencasa llegó al Rectorado de la UPM a finales de 1980, en un momento muy crítico. La universidad debería enfrentarse en los próximos años, al igual que la sociedad, a múltiples cambios que afectarían a su constitución interna y a su relación con el mundo exterior. La imagen previa, de escuelas técnicas viviendo cada una su vida, sin más relación con las otras que un papel timbrado, debía superarse. Al mismo tiempo, igual que España empezaba a abrirse al exterior, la nueva universidad española tendría que ponerse en contacto con las universidades de otros países e intercambiar sus experiencias. Si España ya no podía seguir viviendo aislada, la universidad tampoco. A principios de 1980 era el decano de la Facultad de Informática. Tras algunas discrepancias, se convocaron elecciones a rector. Decidió presentarse. Recuerdo que un día, supongo que sería hacia septiembre u octubre, me crucé con él y le dije: “¿Pero cómo te vas a meter en esa batalla, con lo tranquilo que estás en Informática?” Me miró

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Intervenciones con una medio sonrisa a punto de aflorar y me dijo: “Pues vete cogiendo el casco porque deberías venir conmigo”. Las elecciones de 1980 de la UPM fueron las que más candidatos, cuatro, han tenido en su historia. El momento era crítico porque todo el mundo sabía que se avecinaban cambios de todo tipo. Se hablaba de una nueva ley para las universidades, de una reforma de los planes de estudio, de un posible cambio de la situación de los profesores. La situación política, además, era ambigua. No había certidumbre de nada. La UPM había sido creada menos de diez años antes. Tras una muy breve etapa en la que se había configurado como Instituto Politécnico, todas las Escuelas Técnicas de Madrid habían pasado a convertirse en universidad. Pero la unión había tenido más un carácter de voluntad que de realidad. Las escuelas, dispersas en su mayoría por todo Madrid, no habían tomado aún conciencia de que su independencia era ya algo del pasado; que la historia centenaria de algunas debería pasar a unirse con la muy reciente de otras; que las Escuelas Técnicas Superiores estaban ya en un mismo ente que las Escuelas Universitarias y que en algún momento, cuando llegase el cambio, los votos de las unas serían equivalentes a los de las otras. Esa situación es con la que se encontró Rafael Portaencasa cuando en diciembre de 1980 se incorporó como rector a la UPM. Rector en una universidad que no tenía ni edificio de rectorado, que los miembros del equipo rectoral se tenían que diseminar por pisos alquilados en torno a las calles de Boix y Morer y Cea Bermúdez. Una universidad con un apoyo de funcionarios muy inferior al de cualquier escuela. Los aires de cambio que se pronosticaban para el país deberían también reflejarse en la universidad. Pero para ello antes debería construirse la universidad. El primer equipo rectoral que se configuró debería enfrentarse a la tarea de poner en marcha una serie de medidas que Rafael había planteado en su programa electoral, programa muy conciso como eran en general sus escritos. Rafael primero hablaba con la gente, oía a unos y a otros, y luego, al final, sintetizaba lo que podía ser válido para todos. No sé si en ocasiones tenía ya una idea preestablecida de lo que quería, pero nunca solía decirlo. Solo muy al final de una conversación, comentaba con quién había ya hablado. Con Rafael todos se consideraban protagonistas, porque todos tenían la impresión de que eran los únicos que estaban aconsejando al rector.

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Intervenciones Pero mientras se ajustaba el primer equipo de Rafael, un ruido de sables empezó a asomar en los editoriales de algunos periódicos. El 23 de febrero, la baza de espadas quiso ganar la partida. El rector llamó por la noche a todo su equipo y nos dijo que, al día siguiente, todos al rectorado como si no pasase nada. A las 10 de la mañana estábamos en Boix y Morer. A las 11 bajamos al bar que había debajo y en la televisión que estaba al fondo, vimos ir saliendo por las ventanas del Congreso a algunos guardias civiles que se cuadraban militarmente ante su cabecilla. Volvimos arriba. La posibilidad de que se volviera a la situación previa había desaparecido. Portaencasa se puso en contacto con Bustelo, rector de la Complutense y al cabo de un rato nos dijo que se estaba preparando una manifestación a favor de la Constitución para el próximo sábado y que las universidades irían tras la tercera pancarta. La primera sería la de los políticos y la segunda la de los sindicatos. La UPM salía, por primera vez, a la calle. De una forma u otra, aquel fue el arranque del mandato de Rafael Portaencasa como rector de la UPM. * * * Una carrera contra reloj empezó inmediatamente para todo su equipo. Los grandes ejes de coordenadas que se marcaron, aunque no definidos de una forma clara, serían: 1.

2.

3. 4.

El inicio de la reforma de los estatutos de la universidad, aunque todavía se estaba pendiente de una ley que no acaba de salir. El diálogo entre Escuelas Superiores y Escuelas Universitarias, eje de su campaña, tenía que empezar. La internacionalización de la UPM, intentando que sus siglas fueran conocidas fuera de nuestras fronteras, así como un mayor acercamiento a la sociedad esencialmente a través de su entorno productivo. Crear un espíritu de universidad, que nunca había tenido, gracias a una serie de actividades culturales que fueran aceptadas por todos, y Lo que era casi tan importante como lo anterior, una sede en la que se ubicara el rectorado de la UPM.

Pasaré a comentar, muy brevemente, cada uno de estos ejes. * * * La sede del rectorado había tenido una historia muy complicada. La Universidad Complutense había conseguido que todos los terrenos de la Ciudad

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Intervenciones Universitaria fueran inscritos a su nombre. También quedaban a su nombre los colegios mayores e, incluso, los campos deportivos. El tener allí algunas Escuelas Técnicas no era, para la Complutense, más que una especie de grano que había que soportar. La Junta de Gobierno del anterior rector tuvo noticia de que el Colegio Mayor La Almudena estaba casi vacío y tenía un edificio que podía servir como Rectorado. Se estimó que podría ser una buena solución. Pero cuando se iniciaban los preparativos para el traslado, una oportuna inundación en el Rectorado de la Complutense, nunca aclaradas sus causas, obligó a ésta a trasladarle a La Almudena, antes de que pudiera hacerlo la Politécnica. Podía ser provisional, pero también podía ser indefinido. Otro Colegio Mayor, en este caso de una orden religiosa y no de la Complutense, estaba también vacante. Era el C.M. Navacerrada, con una estructura no muy adecuada para el fin que se pretendía, pero era lo único disponible. Se firmó un contrato de compra por el edificio, que no por el suelo que seguía siendo de la Complutense, y antes de que empezasen las obras de reforma, y antes de que surgiesen nuevos imprevistos, allí se trasladaron el rector y unos pocos vicerrectores, rodeados de obreros por todas partes. A mediados de 1981, el Rey inauguró oficialmente el nuevo edificio que ya pudo convertirse en el actual rectorado. Fue la primera batalla ganada por Rafael. En otros entornos, este edificio habría sido denominado, con toda justicia, “Rafael Portaencasa” que fue su verdadero artífice. A partir de ese momento, los restantes ejes de actuación, comenzaron a seguirse en paralelo, porque ninguno de ellos se consideró que tenía una importancia menor. * * * La internacionalización de la UPM se inició a través de las Conferencias de Rectores que las universidades europeas celebraban periódicamente. Gracias a las relaciones que Portaencasa pudo adquirir en ellas, en 1982 fue la única universidad española invitada a la ceremonia de entrega del premio Carlomagno al Rey Juan Carlos I, en la ciudad de Aquisgrán, gracias a las gestiones de la Universidad Técnica de Renania Westfalia ubicada en dicha ciudad y con la que se iniciaban relaciones. Era el bautizo oficial de la internacionalización que se pretendía. En la comida dada tras la entrega del premio, recuerdo que salí con Rafael durante los postres para comentar lo habido. Unos instantes después salió el entonces Príncipe de Asturias y a unos metros de nosotros empezó a dar vueltas alrededor de algo (tendría como 14 años); Rafael, muy en su estilo, me dijo “Debe

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Intervenciones estar aburriéndose. Vamos a decirle algo”. Inició unos pasos para acercarse a él pero, de la nada, surgieron dos guardaespaldas que cortaron en seco cualquier intento de seguir avanzando. Seguimos con nuestra conversación. A varios otros eventos similares enseguida fue invitada la UPM. La novedad para muchas universidades extranjeras, de una universidad en España puramente tecnológica, ejercía una atracción positiva. La Universidad Carolina, de Praga, invitó a asistir a la Espartaquiada. Igual hicieron el Technion de Haifa, la Técnica de Trondheim, la de Toulouse… y muchas otras. Esta internacionalización fue, durante muchos años, un modelo para otras universidades españolas. El Rector Portaencasa aprovechó la formación que muchos profesores habían adquirido años antes en centros europeos y americanos y, gracias a ella, pudo incrementar y coordinar las relaciones a uno y otro lado del Atlántico. * * * Pero la preocupación de Rafael, como se indicó antes, no era solo el aspecto técnico de la universidad, sino también la necesidad “de hacer universidad”. Creyó que la forma más eficaz de hacerlo sería a través de actos culturales de todo tipo. Creía que solo a través de la cultura podría avanzar la cooperación entre las personas. Y en el caso de la UPM, que solo a través de actividades culturales comunes podría llegar el dialogo entre los diferentes centros que la componían. Es imposible sintetizar la frenética actividad desarrollada en los cuatro primeros años de su mandato en ese terreno. Creo que ninguno de los objetivos de las nueve musas canónicas quedó sin cubrir. Y en esta acción fue fuertemente apoyado por la colaboración de Carmela García Moreno, que Rafael puso a su lado como consejera. Gracias a ella, la UPM pudo ser el escenario en el que Rafael Alberti y Nuria Espert dieran un recital poético en marzo de 1982, que Paco Umbral disertara en noviembre de ese mismo año, que María Cuadra diera otro recital poético en abril del 83. De que en marzo se convocara un concurso de poesía libre en cuyo jurado participó la entonces recién premiada con el Premio Adonais, Blanca Andreu. Igualmente se convocó otro concurso de pintura y escultura; y otro de carteles sobre los cuatro años de la Constitución Española. Se celebraron exposiciones de Arte Egipcio Contemporáneo, del Arte en el Cine, de libros científicos y técnicos franceses, de libros españoles, de libros soviéticos de ciencias, literatura, arte y tecnología.

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Intervenciones Esta última exposición merece unas líneas aparte. No siempre las iniciativas de Rafael tenían un eco favorable en la prensa. Si el recital de Alberti y Espert si fue acogido con críticas positivas, la exposición de libros de la URSS mereció comentarios como el que muestro en el que se decía que había sido una apología literaria del comunismo soviético, mezclando manuales de intoxicación marxista con escritos antirreligiosos. Evidentemente nada de todo ello era cierto. Rafael jamás se desanimó por la críticas adversas y decía que andando se avanzaba y que el camino siempre presenta obstáculos. * * * Pero si esas eran las líneas iniciales, el nuevo eje que había surgido derivado del 23F tampoco fue olvidado. Rafael señaló que a partir de ese momento, una misión nueva de la universidad debería ser tratar de incorporar a las fuerzas armadas a la vida universitaria de una forma natural y para ello sería preciso organizar una serie de actividades en las que ambos entornos estuvieran juntos. Su capacidad para adaptarse a cada momento tuvo en esos días su expresión más señalada. El resultado fue un contacto constante con aquellos centros de Defensa en los que la colaboración tecnológica pudiera conducir, a través de un buen entendimiento, a un provecho mutuo. El principal centro de actuación fue el CESEDEN, y con él que se organizaron, en marzo del 84, las primeras jornadas Fuerzas Armadas-Universidad Politécnica. * * * Igualmente, las elecciones generales de octubre de 1982 impusieron una nueva adaptación al medio. En los meses anteriores, Rafael había sabido cómo moverse en aquellos entornos de la Administración cuya influencia podía resultar positiva para la UPM. Los cambios políticos que habían surgido le obligaron a volver adaptarse de nuevo. Pero esta adaptación fue inmediata y la UPM continuó su marcha igual que hasta entonces. Rafael siempre supo cómo diferenciar los postulados, de la resolución de los problemas. Y siempre supo cómo convencer a su interlocutor mostrándole los puntos comunes que podían tener los planteamientos de ambos. A veces, cuando estaba realizando actos tan profundamente neutros, como podría ser un aplauso, se podía intuir que estaba pensando en el próximo movimiento que iba a hacer.

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Intervenciones * * * Hay también otra acción que impulsó Rafael y que merece, de nuevo, algunas líneas aparte. Fue la creación de una guardería infantil En los años 80 el tema de la conciliación familiar estaba aún peor de lo que lo está en la actualidad. Las guarderías eran escasas y las existentes muy gravosas. La UPM alquiló un pequeño chalet no muy lejos del Rectorado. Se contrató a personal especializado y la guardería empezó a funcionar. En los escritos que me dio Rafael conocí algo sobre la misma que me proporcionó una idea clara de lo que, a veces, son las reivindicaciones de algunos grupos. Trascribo literalmente: “Como cosa curiosa que sucedió en esos días y que me sorprendió terriblemente fue la visita que me hicieron unos representantes del personal de administración y servicios de la Universidad que me plantearon el tema de cómo compensar con ayuda económica al personal de nuestra Universidad que no tuvieran hijos o que estos fueran mayores y ya no pudieran ocupar plaza en la guardería. Ciertamente es la pregunta más complicada que nunca me habían hecho y me costó mucho asimilarla y poder darle respuesta”. No sé qué respuesta daría. A los cuatro o cinco años, ante las nuevas guarderías que se estaban abriendo, se cerró. * * * A finales de 1985 dije a Rafael que consideraba que mi etapa en el Rectorado ya debía concluir. Lo entendió perfectamente y accedí a seguir actuando con consejero en aquellos temas que estimara oportuno. Mi contacto con él pasó ya a ser más esporádico. En esos años colaboré con él en una acción que había emprendido y que fue sin duda una innovación en la universidad española. Decidió que un panel de expertos evaluara nuestra universidad. Con la ayuda de Ángel Jordán, Provost de la universidad de CarnegieMellon, se configuró un grupo de miembros de la Academia Americana de Ingeniería para que recorrieran las diferentes escuelas y dieran su opinión sobre los puntos fuertes y débiles de cada una. El resultado fue un informe que se remitió a todas. Ignoro si alguna llegó a leerle y, mucho menos, si le hizo caso en algo. Pero la intuición de Rafael, de que evaluaciones externas de un organismo deberían ser la herramienta para su mejora, merece recordarse. * * *

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Intervenciones Rafael concluyó en 1995 su etapa de rector de la UPM, la etapa más larga que ningún rector ha tenido en dicha universidad, y volvió a la escuela de Teleco. Siguió dando algunas clases y desde su despacho, al que se habían incorporado con él sus tres secretarias, Conchita, Elena y Pilar, siguió intentando crear nuevas cosas en este caso para la Escuela. Siguiendo el camino de la Fundación General que había creado para la UPM, ayudó a crear otra para Teleco, que facilitaría la actividad que esta escuela realizaba. También gracias a su agenda, agenda que era la envidia de algunos de los que empezaban a trepar por esos días, consiguió una de las primeras Cátedras de Empresa que se crearon en la UPM, la Cátedra Airtel, y en la que, como siempre, también se volcó. Pero un cambio en la dirección del centro dio al traste con muchas de las ilusiones que había puesto Rafael para los próximos años. Se le adjudicaron intereses personales ocultos cuando, como dijo él en una carta al nuevo director, él ya estaba muy lejos de intentar seguir dando lustre a su nombre. * * * En los últimos años, por las mañana llegábamos casi al mismo tiempo a la Escuela. La mayor parte de las veces, él llegaba antes y le veía fumándose un cigarrillo en la puerta de entrada al edificio B. Me detenía e iniciábamos una conversación eterna sobre cómo andaba el país y sobre todo, cómo andaba la universidad. Estaba recluido en su despacho pero intentaba estar al tanto de todo lo que ocurría. La gente pasaba a nuestro lado; unos miraban de soslayo y musitaban un breve saludo; algunos levantaban una mano. La mayoría no decía nada. Miraba a Rafael y le recordaba cuando, hacía unos años, su llegada a la Escuela suponía la formación de una turbamulta intentando “tocar rector” o conseguir una palabra de él. Rafael sonreía y expresaba con un gesto el sentimiento de “Así es la vida”. Él seguía viniendo a la Escuela con su pequeña maleta de ruedas que llevaba siempre llena de papeles y que nunca conseguí que me dijera qué eran. Le decía que parecía un vagabundo llevando su casa a cuestas. Me miraba con su sonrisa irónica, acababa el cigarrillo y nos íbamos a nuestros despachos. Y así fue hasta que Rafael, como buen matemático, cambió de dimensión.

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