Poetas sin Fronteras
Enero 2022 Año 9 Ejemplar 105 1
Poetas sin Fronteras
TODAS LAS PUBLICACIONES TIENEN DERECHO INTELECTUAL DE AUTOR Y SON PUBLICADAS CON AUTORIZACIÓN Y BAJO SU CONSENTIMIENTO SIN FINES DE LUCRO, SOLO EL PARTICIPANTE PODRÁ HACER USO DE SUS TEXTOS SE PROHÍBE SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL EN REDES SOCIALES Y MEDIOS ELECTRÓNICOS Y PLATAFORMAS DIGITALES
https://www.facebook.com/poetassinfronteras.mex
http://poetassinfronterass.blogspot.mx https://revistapoetassinfronteras.blogspot.com/
poetassinfronteras@hotmail.com
Ramón Hernández Olivares Director y Editor
2
Poetas sin Fronteras
SENSACIONES Ángela Pinales Valdez República Dominicana Soñé que un ser alígero tocaba mi mano con suavidad de seda, la acariciaba, escalofríos recorrían mi cuerpo, aquel extraño ser logró despertar mi piel. Mi piel que por tanto tiempo estuvo dormida, lo que es la vida ahora despierta en un sueño. Pero al abrir mis ojos ilusionada ¡Qué decepción! Entre sus coloridas alas se llevó atada mi ilusión, aquella mariposa que voló por la ventana presurosa. LAS FLORES BERTHA LARAF México Las corolas se abren y danzan las gotas de rocío cada día que se repite como un tramo encantado, enviciado y vacío, vino de pronto el espasmo, explosión de mil colores de lo insondable de tu alma… súbito aroma que inunda mi entidad desnuda, es un regalo de felicidad, alegría profunda. 3
Poetas sin Fronteras
Carta de Alguien Evelyn Covarrubias Vera Los Andes – Chile
¿Hola cómo estás? es lo que quiero saber en todo momento, lo que también me gustaría que preguntaras, por el cariño que ha habido entre nosotros. Sigo pensando en ti, todos los días, pienso en los momentos que pasamos juntos, extraño tu voz, tus abrazos, ¡no sabes cuánto! Nada aún ha cambiado para mí, hasta que decidamos que pasará con nuestra relación de amistad. Esta vez debe ser distinto, necesito saber ¿qué pasó? ¿qué pasa? no digas esta vez es más de lo mismo, porque no es así. Merezco saber; por el cariño qué te tengo, por el riesgo que corrimos las veces que nos juntamos, porque te quiero, porque no fue fácil volver a hablar después de tantos años. Antes te deje ir sin pedir explicaciones, sin decir nada, con todo el amor que aún te tenía, cuando para mí nada había acabado. Te dejé ir, con el corazón hecho mil pedazos. Ahora es distinto, es justo saber. Sé, que la situación es complicada por esta pandemia que nos tiene a todos en la incertidumbre, desearía mil veces estar frente a ti y conversar. ¡Te lo pido por favor! eres mi persona favorita del mundo mundial. No quiero que siga pasando el tiempo sin que sepas algunas cosas, no me quiero guardar nada como lo hice hace algunos años. El 6 de junio habíamos quedado de vernos. Fue grande la sorpresa que me diste en último momento ¡me dejaste plantada! Insistí en llamarte, en decirte que te estaba esperando y nada. Simplemente no llegaste, me dio mucha pena, no sentía rabia ni enojo, me inundó la pena más grande que en mucho tiempo no había sentido, comencé a llorar, fue entonces que grabé un audio. Tengo que decirte que había hecho un esfuerzo muy grande para salir, había problemas en casa. Hacía frío y no tenía calefacción en el auto. Me costó mucho hablar en el mensaje de voz, me costó reponerme para volver a mi casa, me estacione a un costado. Tenía la esperanza de que me hablaras o por lo menos saber si había llegado bien a casa y nada, los siguientes días y nada. Comprendo que estas en horas de trabajo, pero también te pido que me entiendas, que cuando salgo hago toda una estrategia. Pero no me importa y menos las recriminaciones, lo único que quería era verte, abrazarte, hablar contigo. Por eso necesito saber... No digas que es más de lo mismo, no lo es... hay sentimientos involucrados. Por las circunstancias no nos podemos juntar, pero me puedes escribir o enviar un mensaje de voz. No seas distante, sabes que te quiero y te extraño, no quiero que nos alejemos de esta forma tan ingrata, sin hablarnos, por culpa de la pandemia y la distancia, es cruel. 4
Poetas sin Fronteras
En estos momentos llueve, hace frío, tengo mucho frío. Tal vez un abrazo tuyo me haría entrar en calor, pero no estás conmigo... Te extraño... ¿Recuerdas ese 30 de enero cuando llegué a tu hotel? Estabas totalmente descolocado, yo muy nerviosa. El momento en que decidí subir al bus y viajar por más de dos horas, fue un impulso desde el fondo de mi corazón. Iba por dos razones; una porque ¡quería un abrazo! me daría fuerzas para decir el segundo motivo por el que iba. Pero algo lo impidió ¡no sé qué pudo ser! con tal que no lo dije. Si lo hubiera dicho me hubiera quedado contigo y nada me hubiera importado. De todos modos, a nadie le importó si estaba o no en casa. El domingo 9 de febrero te fui a buscar al terminal. Nos vinimos a conversar a la calle de atrás de mi casa. Hablamos de tu trabajo fuera del país los pros y contras. Te dije - ¿y nosotros? - contra preguntaste - ¿qué tenemos nosotros? … - Esto, este tipo de amistad - te dije, nos abrazamos por un largo momento. Lo que te quería decir en ese momento es que una parte de este corazón de piedra estaba hablando, decir que me estaba enamorando una vez más de ti, como ocurrió hace tiempo, eso me ponía nerviosa. Nos abrazamos para despedirnos; sentí tu aroma, tu sudor, lo reconozco... ¡me encantó! Me fui a casa con pocas ganas de dejarte ir. No sólo nuestra situación de amistad me tiene en incertidumbre, sino este encierro, esta enfermedad que nos ha hecho pasar susto en la familia y en el entorno de amistades que también han fallecido por este virus. Seguimos muy expuestos. No sé las vueltas de la vida, por eso he querido que sepas lo que siento. Quiero que sepas que no es el mismo tipo de amistad que tengo con otras personas, es demasiado especial. No quiero hacer el ridículo ni terminar enojada contigo como antes. Es muy fácil decir adiós y no hablar más ¡no, no esta vez, por favor te lo pido! He atesorado cada momento, instante en los diferentes lugares que estuvimos. Conversemos y quedemos como tengamos que quedar en el nombre de todo el cariño que nos hemos tenido y lo importante que es uno para el otro. Cuando quieras hablar, aquí estoy, nunca te olvides de eso. Te agradezco por contarme tus cosas, por compartir tus temas de trabajo, cuando me has pedido la opinión, me demuestra que sí confías en mí y siempre será así por mi parte. Te quiero mucho. Seguiría escribiendo, pero no te quiero aburrir. No olvides lo que te pido, que no pasen los días sin responder. No te quiero incomodar en tu metro cuadrado, pero se trata de nosotros, por todo lo que nos hemos confiado uno del otro. Se despide quién te extraña y necesita un abrazo urgente. Tú sabes quién soy…
5
Poetas sin Fronteras
Mariposa. Isidoro Arturo Gómez Montenegro México Desde la piel levantas el vuelo, muda, vigorosa porcelana alas de élitro... mariposa, tus alas ondulan líneas del viento. En la humedad de la piel, de cada poro, envuelves el latido de mi cuerpo, vena y linfa que permea mi corazón. Mariposa fluvial en época de estío, despliegas en umbrales de abanicos de aurora...tus alas. Alas de luz atraen cuerpos, cósmicos del microcosmos. Urden, preservar sonidos, ecos voces de nuestra desnudez del alma... el viento me consume, da vuelo a tus alas en danza impura, hurtas la sombra no nacida. Aflora en mí, caudales de mi virilidad, llegó a tu playa a galope; indefinido sendero de orquídeas. Preñando Universos, de marismas e inquietas brisas. Mariposa te desnudo de palabras... no cambies besos de pasión, por los míos de ternura. El mundo esparcirá, las flores su euritmia también y demencia. Pero es lo que nos ofrece. Te han de crecer las alas. Te acogerá mi pecho... nada ha de venceremos juntos. 6
Poetas sin Fronteras
Rosa, viento y velero. Por Isidoro Arturo Gómez Montenegro . México Sobre el Linde del horizonte, vuelan esporas, esperas. Una rosa crece en su sitio Mi voz cambia con el viento. He de pronunciar lacia letanía o un breve poema, cuando tu mirada se vuelva inaudible, has de buscar el equilibrio, con argumentos por nuestro bien. Omitirás cada recuerdo de euritmia o de maldad. Y brotarán rosas, multicolores, a purificar nuestra piel e interior. Llegan al nuestra alma y corazón. Nuestro viaje cambia. Nuestra perspectiva también. Somos un Amor incorruptible ante lo que esgrimido por otros. Llega el vestido negro de la noche, Y la rosa seguirá en su sitio, cerrando con dolor sus pétalos. Como un velero, al orzar el sentido del humor, bruma o niebla he de intentar ser alfarero y trocar esa negrura de la noche en día, y convertirme en la primera alegría de un destello de sol. Ante esa espera interminable. Hemos de ser libres de nuestros deseos. Redimidos de ese amor Cómo velero en fuga, aguardando algo mágico. Hemos de ignorar el futuro. Las rosas en su sitio... Velero huyendo. El Linde del horizonte plagado de rosas en capullos.
7
Poetas sin Fronteras
Último Beso James Coonor Monterrey México Debí esquivar tu mirada cuando te vi aquel día hoy me dices que fallaste que no hay nada que hacer y que no podré volverte a ver mis labios que te amaban están sufriendo ahora porque tu me hiciste daño no vi tus intenciones de primer momento estabas tan bonita que no generé maldad y mi corazón se distrajo en tu belleza al amarte no estaría triste como ahora. Y me ilusioné en ese mundo Irreal, pero era tan bonito que fuimos construyendo un gran sueño en el aire sin saber que fuiste letal en mi persona y no vas a volver y pude cerrar los ojos cuando tu te marchaste en este amor perdido en ese último beso…que te di
8
Poetas sin Fronteras
Cómo te digo James Coonor Monterrey México Tienes primaveras aún por aprender y veranos aún por explotar. Que no dejare de soñar como anoche te soñé que existe utopía para amar cómo te puedo decir que quererte es perfecto ese caminar contigo aun en las tormentas en todo lo que quieras en esa paz que respiras estando a mi lado amor porque mi tesoro es tu risa. Y cómo te digo en mi poesía que quiero quedarme en ti en tu cintura cada día y quedarme a escondidas en ese tu sueño de niña sin edad sin tiempos idos y que admiro tu valentía de dar tu vida y convertirte a la mía...
9
Poetas sin Fronteras
Luces y Sombras Lola Vara San Vicente, Argentina Cuando el dolor se hizo carne habitó en mi. Cómo un tsunami de emociones transformó mi mundo. En un atroz desequilibrio construí con mis pedazos un universo paralelo para sobrevivir de pie en este suelo. Transite con las llagas ocultas me aferré a mis afectos entregando amor para nacer de nuevo. Construí puentes de abrazos y de sueños desde mi templo. No bastaron, una bocanada de palabras me alcanzó socavo cimientos me arrastró hasta la ausencia desfiguro mi universo paralelo dejo mis llagas al descubierto. Justo ahí en el límite donde la razón se puebla de luces y sombras en lúdico deseo
10
Poetas sin Fronteras
Encuentro Lourdes Lagardery Puerto Rico El viento trae un sonido extraño la casa ya no huele a Navidad, mañana es la despedida de año los amados que faltan obscurecen la festividad. Es un despertar de la conciencia que nos indica nuestra realidad, todos habremos de encontrarnos en ese viaje que no tiene final. Y allá viajaremos astralmente, como un ser de luz o semilla estelar, habremos de encontrarnos nuevamente en ese espacio lleno de felicidad, Aquel que quiera entender, entenderá está verdad...
11
Poetas sin Fronteras
PASEO POR EL JARDÍN. Lucila Reyes México, Ciudad de México Llego la primavera florida, un amor que sentí verdadero, y amé como solo yo quiero, poesía, música y sentirme querida. Amé y me amaron la intensidad, de los amantes primeros, como los amores verdaderos, en que tres meses es una eternidad. Así fueros mis juveniles amores, cambiaron al llegar el verano, se tornaron de paseos en de la mano, a furtivos, apasionados, arrebatadores. El verano fue ardiente, intenso, explosivo como un volcán, unos se portaron bien, otros mal, no importa la experiencia es normal. Pero, siempre llega el otoño, con la tranquilad de los años, donde el amor ya no hace daño, y se torna tranquilo y sereno. Das paseos por sus jardines, recordando el pasado, olvidando a los que te hirieron, recordando a los que te amaron. Llegará el invierno, donde todo será acuerdos, con un sentimiento eterno. viviremos de los recuerdos.
12
Poetas sin Fronteras
NO FUE COINCIDENCIA. Lucila Reyes México, Ciudad de México No fue coincidencia tu y yo estábamos predestinados era cuestión de tiempo y paciencia, para que nos encontráramos. Es la regla del destino que ata un hilo rojo a nuestras manos, tarde o temprano en el camino, deberíamos amarnos. Sucedió, no importo el tiempo, la distancia, ni el mundo, sucedió cuando debía suceder no a destiempo, y nos entregamos a nuestro amor profundo. Y aquí estamos, Ni siquiera tuvimos que buscarnos Estábamos predestinados Unidos por el hilo en nuestras manos
13
Poetas sin Fronteras
LOS HIJOS DE LA TORMENTA Lucila Reyes México, Ciudad de México Los hijos de la tormenta es aquella gente gris, que ningún sol les calienta, viven en un mundo infeliz, si no tienen penas, las inventan, que no les gusta ver a nadie feliz. A los hijos de la tormenta, los felices les revientan, de todo hacen un drama, de todo se lamentan, siempre contando sus penas, e inconformidades siempre con líos y calamidades cualquier problema lo hacen eterno, hacen de su vida y la de los demás un verdadero infierno. No puedo ser hija de la tormenta disculpa por favor que no te entienda. Nací tranquila y sin pena, me gusta estar feliz y sentirme contenta, me encantan los días soleados, y calentar mi frente, me fascinan los días nublados y sentir del aire la corriente, me encantan los días de lluvia y brincar como demente. No puedo ser hija de la tormenta no hay nubarrones en mi vida, me siento amada y querida, y eso hace que feliz me sienta. No puedo ser hija de la tormenta, disculpa por favor, que no te entienda. 14
Poetas sin Fronteras
SOY LA MUJER QUE TRAJO EL VIENTO. Lucila Reyes México, Ciudad de México Soy la mujer que trajo el viento del cambio, viento de libertad, abrígate, pues este viento no te va a gustar. mi voluntad sopla fuerte con ella rompe cadenas cadenas de costumbres que me condenaban a no avanzar; por eso las he roto, ya nada me puede sujetar. Soy la mujer que tiene ganas de triunfar, me lo han dicho los vientos cálidos del sur, el aire gélido del norte todos los elementos me componen tierra, sol, aire, fuego, no te voy a dañar solo vengo a recupere lo mío lo mío se llama libertad.
15
Poetas sin Fronteras
Cuando llegue mi hora María Estela Rodríguez Argentina Cuando llegue mi hora de partir y no pueda sentir la indolencia de los abrazos. Cuando no pueda ver el verde de las planicies ni oír el canto de los pájaros. Madre tierra: quiero apoyar mi cara en tu pecho que cubras por completo mi cuerpo, sin ansia inmune que mi ser consume y me acunes en tu regazo. Cuando llegue mi hora Antes que el musgo cubra mi tumba regálame tu fresco y húmedo aliento y el olor del rocío de la mañana. Deja que las flores crezcan cerca de mi cruz en un lugar donde vuelen los gorriones donde el aire huela a jazmines aunque mis ojos no vean la luz.
16
Poetas sin Fronteras
PERFUME DE AMOR María Luz Olivares Aldana Veracruz, México Ayer aspiré un nuevo aroma y vibró mi ser sin querer, el encuentro prevalece, color azul estrella. Todo gira con destellos, ondas que envuelven con sutileza mi ser. Pero sé que únicamente quedará así… Más que azul es el recuerdo del aroma que ayer... Aspiré en ti. SUEÑOS María Luz Olivares Aldana Veracruz, México Mi alma se fuga cual estrella en el cielo, aunque todo es un destello, donde en él, ella juega. Alma soñadora de mil sueños, que embelesan los anhelos, donde tiembla el recuerdo que busca entre espacios, la chispa que deslumbra al encuentro de tu alma, y la respuesta a la pregunta.
17
Poetas sin Fronteras
ENCUENTRO María Luz Olivares Aldana Veracruz, México Quisiera encontrar tu huella en la inmensidad de la arena y escuchar mi nombre en el susurro del mar. Oír en cada una de sus olas los suaves suspiros que escapen de su aliento y tener así mil encuentros. Estoy en un ensueño, escuchando la fuerza de su azul verde oleaje al romperse en la arena. A veces impregnado de arrebatos y otras, mar sereno… Siento flotar en el vacío, sujeta mi esperanza, ven a rescatarme antes que perezca, o ser como el ave que vuela en giros y espirales hacia el azul del infinito, y después si no estás, ya sin piedad, lanzarme al abismo.
18
Poetas sin Fronteras
El perrito ansioso Autora: Mariateresa Galaz Ciudad de México, México para Neiyari Camilo estaba cada vez más nervioso. Los acontecimientos de la casa le hacían prever que pronto comenzaría otro de esos festejos odiosos en que el ambiente se llenaba de estruendo, en que la violencia de las explosiones le hacía castañetear los dientitos. La familia iba y venía, unos llevando platos, poniendo saleros y servilleteros, otros acomodando las flores en las mesas, y sabía que de un momento a otro comenzarían a llegar los invitados, que para él solo eran un montón de personas humanas que querrían acariciarlo, que le jalarían las orejas, que lo abrazarían y lo molestarían hasta orillarlo a gruñir enojado y mostrarles sus temibles colmillitos. Camilo iba y venía de un lado a otro, rascaba la puerta con sus garritas, ante la creciente impaciencia de Alicia, quien amenazó con amarrarlo. De repente, llegó la temida cadena, y Camilo se quedó solito, bajo la sombra de un arbolito solitario, lejos de sus compañeros, personas caninas más ecuánimes que él, quienes dormitaban en sus respectivas casitas, casi roncando, indiferentes frente al alboroto de los humanos. Ante lo inexorable de su desgracia, Camilo comenzó a aullar, primero en un tono tenor que se ahogaba por las repentinas oleadas de música de mariachi que le llegaban como bofetadas. Luego, frente a la absoluta insensibilidad del mundo, subió el tono a soprano coloratura y se sumió en lo que se podría llamar una perruna desesperación. Pero nada de lo que hiciese cambió su destino. De repente, vio a un lado suyo una cajita de cartón, pequeña como él, que no había notado antes y que seguramente fue un envío de la Perruna Providencia que se conmovía ante su dolor. Se metió como pudo en la cajita, y dio principio a la tarea de mordisquearla, primero pausadamente, y luego con una manía parecida a la de las personas humanas que padecen dermatitis nerviosa al rascarse. En eso estaba, cuando una voz chillona y que le sonaba impertinente le espetó: “¿Se puede saber qué haces, pequeño perro?” En medio de su exaltación, 19
Poetas sin Fronteras
escupiendo dos trozos de cartón le respondió: “¿Y a ti qué te importa?” mientras alzaba la cabeza y veía, en lo alto del arbolito, a una enorme persona gatuna que lo mitraba desde la superioridad de su posición y con la más absoluta indolencia. La gata —porque era una gata grande y peluda, de ojos de un azul índigo profundo— con la misma indolencia con que lo había mirado, calculó su bajada estelar, y con tres elegantes movimientos se colocó a su mismo nivel, es decir, en el suelo. “¿Por qué destruyes irreflexivamente ese artefacto humano que a la vez te sirve de cubil? ¡Nunca he visto una actitud más tonta!” El perrito le peló los dientes. Pero sus dientitos estaban en proporción a su pequeño cuerpo, y abrió mucho los ojos y mejor cerró la boca cuando la enorme gata, como quien no quiere la cosa, sacó sus afiladas uñas, enormes como ella, y empezó a pulírselas con la lengua. Camilo pensó entonces que lo más razonable era prestarse al diálogo, ya que era evidente que esta gata, llamada Mariana, se proponía emitir uno de sus discursos didácticos ya famosos entre los animales de la casa, que tanta burla suscitaban entre sus compañeros caninos. “Muerdo la caja porque estoy nervioso”, le dijo. “¿Y así se te reducen los nervios?” —le preguntó ella—. “No. Sigo igual de ansioso”. —“¿Y qué te causa la ansiedad?” —“¿Acaso no oyes? ¡Son los tremendos bombazos que se escuchan a diestra y siniestra! ¡Truenan y retumban! ¡Son insoportables! ¡Es peor que si estuviéramos en guerra!” La gata hizo un gesto de fastidio. “¿Y qué sabes tú de la guerra, pequeño ignorante? Se ve que te apropias de las palabras de las personas humanas sin entenderlas. Guerra es lo que existe por principio entre ustedes los caninos y yo, que soy felina, y que con un poco de tolerancia de ambas partes, puede sobrellevarse. Así, ustedes y yo vivimos en paz, y ni ustedes me molestan ni yo los molesto. Eso que escuchas no son bombardeos, pobre ignaro, simplemente se llaman cohetes”. El perrito se mordió la lengüita. Era evidente que, si no lo hubiera hecho notar Mariana, él no hubiera podido distinguir ese matiz del concepto. —“Al rato también los humanos entrarán en guerra: cuando ya beban en la fiesta demasiado de esos brebajes que se preparan tan animadamente, y que les hacen tornarse luego tan brutales como animales salvajes acorralados. Entonces todas las personas animales, y hasta las humanas que no han bebido, mejor los dejaremos 20
Poetas sin Fronteras
solos para que celebren su ritual guerrero, es decir, que pasen su borrachera. Hasta entonces no hay peligro alguno”. La gata se le acercó mucho más. Y aunque Camilo no dejaba de sentirse incómodo, le permitió a esa señora restregarse contra él, emitiendo un sonido relajante que los felinos llaman “Oom gatuno”, y que para las personas humanas es el inexplicable ronroneo. Inexplicable porque ni sus científicos más avezados han logrado descifrarlo. Luego la gata hizo más: le pasó la lengua rasposa sobre su cabecita y su lomito, y el resultado de tal masaje relajante fue que Camilo se sintió repentinamente tranquilo; contra lo que opinaban sus compadres perrunos, no eran tan malas personas los felinos, después de todo. —“¿Estás mejor?”, le preguntó Mariana. —“ ¡Muucho mejor!”, respondió él. — “Pues ahora mantente así, y ni de broma vuelvas a dejar oír esos chillidos espantosos que perturbaron mi sueño, perro”, dijo ella, al tiempo que de un salto verdaderamente olímpico se ubicaba en la rama más alta del arbolito, mientras vaticinaba: —“Y ya no te preocupes, que tu sino está a un minuto de cambiar”. Efectivamente, lo que entre las personas humanas se denomina “remordimiento”, era lo que en plena fiesta atribulaba a Alicia, que a lo lejos seguía oyendo el llanto del perrito, a quien, sin embargo, desde hacía rato había hecho efecto el masaje relajante de Mariana. Logró zafarse de un vato con botas, y también sombrero ranchero, que la arrastraba en vigoroso zapateado de un lado al otro del corral, habilitado como salón de baile. Cuando llegó al arbolito donde había atado al pequeño perrito, lo encontró dormido dentro de una caja de zapatos que inexplicablemente había volado de la basura, y, zafando la pesada cadena, lo cargó con delicadeza y se lo llevó adentro. Un rotundo golpe se oyó en el suelo. Mariana se sacudió muy ufana, mientras el gato Félix se frotaba los ojos incrédulo. “Te lo dije”—señaló ella—,”todas las personas humanas son iguales. ¿Quieres que coman de la palma de tu pata? Apela a su remordimiento. Cuando han llegado al punto más alto de su injusticia, siempre los ataca el remordimiento. Es lo que nos ha permitido a nosotros, las personas animales, no habernos extinguido todos a su contacto”. Y se restregó junto a Félix, presumiendo una vez más su excelencia intelectual, mientras se dirigían ambos
21
Poetas sin Fronteras
gatos a la cocina. A esas alturas, las cocineras ya habrían llenado los platos de su cena. En tanto, el pequeño Camilo dormía, cual angelito canino, en la cama de Alicia, ignorante de los deslices emocionales de su ama, y agradeciendo a la Perruna Providencia que ese ser verdaderamente superior —la gata Mariana— se hubiera atravesado en su destino.
22
Poetas sin Fronteras
HILACHAS SUELTAS. OSVALDO PETTINICCHIO (Daniel Vattimo). ARGENTINA. (a veces todo queda así y no queres tocarlo). Nada de hoy es como ayer ya no miro más atrás Pero hay una parte de mí que se pierde en la tristeza Hoy vive en mí tu recuerdo y ya no puedo abandonar lo que sentí en aquellos días Nunca más tus ojos blandos Nunca volveré a mirarlos como antes y aquel tierno sueño azul no volverá a nuestras vidas Los días de Sol junto a vos se fueron de la mano de ese tiempo junto al árbol de la vida que ya nunca floreció Pero te puedo pensar Tus manos tibias no están siguieron otro camino Fuimos cómplices de un todo que se lo llevo el destino Me pongo a pensar la Luna y se caen los recuerdos cuando vivís muchas vidas mejor es soñar despierto…
23
Poetas sin Fronteras
DIEZ DEDOS. OSVALDO PETTINICCHIO (Daniel Vattimo) ARGENTINA. Él se paró frente a su espejo y sintió que este le sacudió su espanto Aquel día marcó su resto de vida para siempre Todo comienza cuando uno empieza a sentir que ya no es nada… Se reincorpora mi esqueleto en una cuña voraz de fuego y barro tantas guerras y corridas ya pasé que no sé qué contestarle a mi pasado La vida… La vida es aquello tan sutil que siempre pasa Pasa la vida y crujen las tormentas mientras la paz se aleja tristemente después de haber perdido mil batallas Recuerdo los albores Allá cuando recién todo comenzaba Cuando la mirada ferviente de los ojos proponía que un cambio era más que urgente necesario Hoy me tiembla la voz cuando la nombro Cuando el todo se buscaba por las calles Cuando de pronto y sin pensar cayó a mi lado Cuando un hálito de incierto nos rodeaba Después la confusión y el todo es nada Las pérdidas los hijos que de pronto se me escapan Las manos con diez dedos inservibles La calle que se muestra desolada
24
Poetas sin Fronteras
Hoy miro el girar de la tierra al Sol desde mi patio… Una palmera voraz canta un verano La historia reza en sánscrito su mantra y yo me pierdo en el trinar de una calandria Todo indica que la vida seguirá…
ME SUCEDES… OSVALDO PETTINICCHIO (Daniel Vattimo) ARGENTINA. …Una eterna confianza un suceso en la vida una casa desnuda un perfume de ausencia y hasta un Sol que se aparta Una tienda de nubes una lluvia en el alma la mano que circunda volcando las palabras Unas letras que leo una voz que me calma Los sabores del tiempo los aromas del aire las carencias del fuego los rincones amables Las secuencias que pasan La calma de los arboles El viento en mi ventana Una tarde en el patio dibujando tus ojos en paredes gastadas Tal vez un algo entre las hojas 25
Poetas sin Fronteras
un borrador que muere y vos que me sucedes te apareces. Sos muchas caras y una sola te consumo en cada taza de café Cuando piso el verde de una plaza cuando subo al bus por la mañana Cuando quiero verte y ya no estás…
26
Poetas sin Fronteras
GRETEL Ramón de Jesús Hernández Olivares Veracruz, México Un lápiz que se arrastra en un papel sin sentido una idea triste que palpita y solloza tu partida. Aquellos ojos que miré en tú vida se tornan engranes sutiles de un latido constante para sonreír en el vacío de la noche fría. Tus sonidos entrañables que llenaron mis instantes, abruptamente exaltado por tú llanto ¡Corrí! para abrazarte y postrarte en mi pecho para que sintieras mi calor, mi ternura. Noches que aun estando frías tus pequeños sonidos guturales me inquietaba el alma, por no entender, si me llamabas o eran tus lamentos ahogados en tu alma. ¿Acaso sabias que me abandonarías? tus cosquillas en mis dedos tu mirada interrogante y aún en tus últimos instantes te aferraste a mi mano y lloraste, me viste un instante, después te fuiste me dejaste impávido en medio de aquel tráfico en que corríamos para salvarte. Te fuiste “cosita mía “, en tu sepulcro, deposite una flor en tu pecho, y después de la oración y sepulcral silencio, en mi oído parecieron vibrar una vez más ese sonido gutural que estremecía el alma, le pido al universo y a la tierra misma te abrace tiernamente, como lo hacía yo. 27
Poetas sin Fronteras
UN BESO Ramón de Jesús Hernández Olivares Veracruz, México Te pedí un beso, y me negaste su sabor, te pedí un beso y mis labios murieron en la espera. Te pedí un beso tus labios se sellaron y mi corazón estalló. Te pedí un beso para recordar la lluvia de la primavera, al otoño intenso, y nunca llegó. En la obscuridad de la noche te pedí un beso, y solo viene un aroma de ti, pronunció unas palabras que al volar me dejo un suspiro entrecortado, que nunca llegó, estabas en el Olimpo. Te pedí un beso a través del cristal y solo la cortina movida por el viento murmura que debía partir lejos de ahí, buscaré tal vez robar un beso extraño. Hoy las mieles del amor me negaste ya sin amor prometo vivir, tal vez lágrimas rieguen mi jardín secreto y un ángel, se postre en mí besándome la frente, solo dirá debemos partir. 28
Poetas sin Fronteras
COLORES Ramón de Jesús Hernández Olivares Veracruz, México He nacído rodeado de verdes follajes y visto estrellas del firmamento, he visto a mi madre postrarse en tu imagen pidiendo extasiada, nacer bajo el estigma de tu sangre. La inmensidad del aguamarina del firmamento ha elevado en sus cometas oraciones, de un niño nacido de la tierra buscando respuestas en una piedra , de granates facetados. He visto la transparencia de las nubes perladas que llevan vida a las aves de colores, verdes, amarillas y exóticas de un jardín secreto donde bailan las hadas con sus alas doradas. He visto las piedras de los ríos que esconden voces de infantes, que traviesos juegan a tocar al sol en su espejo, y los peces violeta, que transmiten los mensajes sublimes de rostro enamorado y sonrojan su mejillas, lanzando besos plateados de cupido, que besan al espíritu del aire que revolotea sus risos dorados entrelazando sus acaramelados hilos traviesos. Al árbol de roble que yace en el campo le he pedido un hechizo de amor, y al tocar mi pecho brota cual perla carmesí. El viento gris triste revolotea las hojas, verdes, amarillas y como profetizando en el tiempo que me vestiré de otoño. Y que brotarán de mis ojos perlas blancas y puras, por el amor impenetrable que abrirá ese día sus alas de cristal. 29
Poetas sin Fronteras