ÍNCUBOS EN LOS PROPÓSITOS
Tu vocablo es incendio sin moraleja, insensatez pretendiendo discreción, engendras íncubos en los propósitos, como escalones que son perchero, por ratos, espacios de alcoba y enclave de sombras insomnes.
Entender tus intensiones colapsa la calma, no impide respirar pero atrae demonios, les refleja la ira sobre cuchillos de obsidiana y llega a herirle los motivos a la duda.
No me llamas por mi nombre, para no regalarle sospechas a las escobas, para no prestarle intrigas a las paredes, a quien supone que les quita el polvo.
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Ángel Valenzuela Veracruz, México
LOS ESPEJOS DEL ALMA
En los tiempos difíciles de la cruel pandemia. vimos rostros desconcertados por doquier, en donde solo se podían ver, los ojos.
Porque este virus asesino parece que tenía el cometido, además de arrancarnos la vida, aislar aún mas la humanidad, eliminar de tajo sentimientos, quitar el calor de las emociones, suprimiendo besos y abrazos, la ternura del roce de las manos, o el sentir en nuestras mejillas el roce y la tibieza de otra piel.
Mas nunca se le ocurrió al villano que el ser humano es sorprendente, lleva en su interior muchos talentos que de la nada suelen aflorar así aprendimos a conversar, con los espejos del alma.
Vimos al amigo que perdió un ser querido, darle un fuerte abrazo, era imposible. Mas supo que sufrimos su tristeza al ver la humedad en nuestros ojos.
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Ojos que saltaron de alegría por ese familiar que ganó la batalla contra el cruel virus asesino.
Ojos cargados de tristezas o de felicidad ojos colmados de amor, de solidaridad ojos temerosos, ojos cargados de bondad ojos llenos de esperanza, ojos rebosantes de paz.
Así lo que sentimos, aprendimos a externar sin sonido, sin palabras tan solo con el invaluable tesoro de los ojos.
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ÁNGELA PINALES VALDEZ REPÚBLICA DOMINICANA
ME AFERRO
Me abrazo al recuerdo de las horas pasadas traspasa mi mente, se desliza en mi cuerpo como llovizna que humedece hasta el alma. Contemplo el vaivén de las olas impetuosas besar las arenas, impregnando las orillas de agua y de sal. Ese vehemente mar, hace que de ti me acuerde. Me aferro a la noche sin luna que en su penumbra me envuelve, con desespero alguna estrella busco, que me alumbre con su luz iridiscente. Pero es en vano, la negrura de la noche hace que más te recuerde.
El silencio inmenso me abraza, llena de añoranzas mi cabeza, cómo se aferra un náufrago perdido en la mar a la vida, con todo lo que me queda, a tu recuerdo me aferro. Solo quiero que sepas mi vida en donde quiera que te encuentres, nunca te apartas de mi mente. Te sigo esperando como flor de mayo, mojada en el rocío de la roja aurora.
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ÁNGELA PINALES VALDEZ REPÚBLICA DOMINICANA
AVE FÉNIX INMORTAL
Cuenta la leyenda que belleza sin igual, tesitura de colores combinado plumaje sensación de belleza espiritual, el ave Fénix aparece en la tierra esplendorosa de esta humanidad. Representa fuerza, pulcra majestuosidad asegura al indio sabio y sabios habitantes de la ciudad eterno afán de reiniciar. Fulgurante brillo, confunde el sol augurando felicidad. El color azul brillante indicio de perpetuidad, seres humanos la han de admirar. Quimera no es, quien se atreva a decir tal cosa niega el futuro de la prosperidad de los nacientes tiernos y continuación de la humanidad. Quienes como el ave fénix, día a día renacerán llenos de esperanza, armonía, bondad y solidaridad. Cuenta la leyenda, que es el principio de la felicidad durará años, siglos, milenios y como tal la esperanza vive en la tierra para la eternidad.
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Elena Guzmán Ramón México
SUBIENDO Y BAJANDO
Cerca al lugar donde vivo, enseñoreada y cercana al cielo azul se encuentra una colina, al subirla no me canso, porque su cuesta no es muy empinada y distrae a mi mirada al ir avanzando hacia la cima, una belleza escénica miro y disfruto siempre el verdor de sus distintas tonalidades esmeralda, verde agua, diferentes matices. Ese día, me siguió mi perro Chester. Chester es un perro anciano, casi ciego. Llegando casi a la cima, me encontré con muchos árboles, tal como un pequeño bosque: Un ahuehuete con enorme tronco al que solo rodeado de diez personas tomadas de las manos en circulo podrían abrazarlo. Hay también una higuera y varios tulipanes holandeses, frondosos árboles que dan unas hermosas flores color naranja y cada uno parece un ramillete de novia y las flores que caen forman un bello espacio alfombrado y las marrones hojas tapizan el césped. Ahí se escucha, que las aves conversan con eco trinos, se mira un colibrí con portentoso aleteo. Hermoso lugar, se nubla. Emprendí mi regreso. Este lugar, me invita a volver. A los pocos minutos de mi regreso, vuelvo la vista y no vi a Chester siguiéndome. En busca de mi perro Chester, subí nuevamente la colina llamándole a gritos y no esperé a que alguien vaya conmigo a buscarlo, me urgía salir del camino de terracería hacia la colina. Así que, tomé la decisión de subirla nuevamente y regresé a buscarlo.
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En la subida, el corazón me palpitaba reciamente y el aire me faltaba. Me detuve, respiraba agitadamente, sentí el aire frío que entraba de golpe a mis pulmones y lastimaba mi garganta; aun así, le gritaba a Chester. Al poco rato alcancé al ir subiendo la colina, escuché un lastimoso quejido, volví a gritarle: ¡Chester¡, ¡Chester¡, y nuevamente escuché el quejido; segura de que era mi perro. Al llegar a la parte más empinada de la colina, observé el movimiento de unos arbustos, y pensé que ahí se encontraba. Bajé rápidamente, mis pies tropezaron con unas ramas y fui rodando hasta llegar a un tronco que detuvo mi estrepitosa caída y entonces…. Levanté la vista y a mi lado, estaba un hombre alto, de piel grisácea, con enormes ojos azules, que eran muy grandes para su rostro y me quedé petrificada, como inmóvil, ¡aterrorizada!
El hombre, con unas melenas hasta la cintura y solo podía ver de su rostro esos enormes ojos, más con una mirada bondadosa, podría decir: de mucha ternura, y el miedo se convirtió en confianza. Me tendió la mano con solo tres dedos y sin poner en tela de juicio, le extendí la mía, su hálito, llegó hasta mí, con el vaho que produce el frío y un resuello con sonido gutural, porque no pronunciaba palabra, más si me comunicaba calma.
Y al levantarme, me señaló con el único dedo que tenía su otra mano, su mano izquierda y me mostró, que: entre unos matorrales, se encontraba mi perro. Salí corriendo a verlo y me arrodillé junto a mi Chester, lo vi tan lastimado, tan golpeado, también había rodado por la colina, lo rodeé con
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mis brazos y empecé a llorar, a llorar por el estado físico en que se encontraba mi fiel amigo. Tanto que me olvidé del extraño ser que desde donde estaba, a unos cuantos metros me miraba, con su mirada dulce y sus ojos estaban también llorosos. Le pedí ayuda: ¡Ayúdeme! A llevar a mi perrito cerca de la cabaña.
Y el extraño ser, movió su único dedo e hizo levitar a mi perro. Lo iba moviendo, mientras yo lo seguía. Exactamente, por dónde yo había venido. El extraño ser, se quedó dónde estaba, mientras yo con mi perro levitando llegué a casa nuevamente, entonces pensé: ¿Como lo voy a bajar? Fue cuando suavemente fue bajando mi perro, ahí le di los primeros auxilios. Y dije pensando: Quien quiera que seas, ¡muchas gracias ¡Y sentí en mi mente una respuesta: Por amar tanto a otro ser vivo: ¡te ayudé!
Elena Guzmán Ramón México
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BENDITO DOLOR
Llevo a cuestas el dolor del pasado el veneno penetró cada célula aún siento rastros en mis sentidos Cual flecha hiriente, atravesó mi espalda hasta llegar al corazón... ¡Bendito dolor! Dulce delirio recuerda la vida y despabila la rutina De frente, tranquila por dentro, mi cuerpo aún se deshace de las espinas mis alas, intactas sigo siendo yo ahora, un poco más sabia.
Erinís Córdoba Veracruz, México
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Bajo la Noche
La noche es negra, perfume agradable en el aire. En lo alto y a lo lejos, la luna brilla, siendo testigo cuando nos roban el corazón. Con la tristeza a cuestas, caminamos por las sombras de los valles. Al levantar la vista al cielo luminoso, la vemos y nos tranquiliza el alma. Nos interrumpe el aullido de una manada. Vemos el acto mismo, la melodía de lobos a la bella luna. Desvaríos, vienen a la mente y queremos volver a nuestro refugio. En la temática Lobo y Luna
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Evelyn Covarrubias Vera Los Andes Chile
Rostro de la Pandemia
Se perdió la forma, la gracia, pues ¿qué le falta? ¡cierto! La nariz, la boca, las mejillas, la barbilla. ¡Pues claro! por causa de la mascarilla. Perdemos a la persona real, somos desconocidos y cuando nos saludamos nos dicen o decimos; disculpa ¿quién eres? Pero ha sido necesario mantener el cuidado.
Ahora, volver a conocernos, a mirarnos, a mostrar nuestra faz, sin temor a las marcas que la pandemia nos dejó. Lamento, ya no ver esos rostros que en otro tiempo conocí, que en mi memoria y de seguro, en sus memorias permanecerán.
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Evelyn Covarrubias Vera Los Andes Chile
Tradiciones de mi tierra.
En una vieja libreta escribe versos inclemente sintiéndose gran poeta la calavera irreverente Acerca de los amores a lo largo de su historia mira que han sido muchos fascinante su memoria Versa que versa chimuela bajo la luz de la luna tu que has vagado solitaria inmersa en la penumbra El mundo es temeroso cuando presiente tu llegada tienes esa falsa fama de ser mal humorada Incluyente de todo género tu no sabes de distinciones tomas almas en turnos sin malas intenciones Tus versos son epitafios mencionan una trayectoria más de uno al partir se encamina hacia la gloria Grandes hombres y mujeres revolucionarios e insurgentes
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aquí no hay distinciones tanto ateos como creyentes Tradiciones de mi tierra te hacemos los honores encontrarás en tu senda veladoras y flores El recuerdo de aquellos que tuvieron sabiduría hasta que ha tu llegada hayan acabado sus días Esperando y nuestro encuentro sea muchas lunas en futuro en verdad y lo deseo no este próximo mi turno.
Felipe Cancino Castro México
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LIBERADO
Acabo de matar Acabo de asesinar tan silenciosamente tan furtivamente tan repentinamente que el muerto todavía no se enteró no hubo sangre llanto dolor cadáver exequias lloronas sólo un cigarrillo fue el testigo y también fue eliminado prontamente He ajusticiado nunca mejor dicho un sentir Muerto el sentimiento Viva el sentimiento
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Hugo Napoli.
El corazón de niño
conoce la forma, sitio al qué se asciende al parnaso de la felicidad. Inventa juegos que lo redime de lo sagrado y profano. La Naturaleza es su elemento, son ángeles litúrgicos más allá de todos los juicios de otras deidades Porque el ser humano fue hecho, poco menos que los ángeles.
Y en la naturaleza vive... Nuestro Creador. Está impregnada de música solfeos de pájaros y murmullos de viento, que no relega a los árboles sus palios de sombra, su redondedros...
En páramos silvestres nutridos de hojas y musgo...
Los niños encienden lámparas y arrancan pedazos de vigilia al día. Gratitud del día.
Los pájaros inician su claro vuelo Y extienden los niños la delicia de, suprimir el ocio, los pájaros de agregar deleite al más claro vuelo.
Los niños esperan la madurez, en la espesura de selvas, las largas frases y... Despertar al viento...
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Isidoro Arturo Gómez Montenegro México
Ave , Cupido, Pájaro
Soy ave errante atrapada en campo de Fiori... Y de saetas , mi carne ardiente, dolorida se mece... Cuál rama al viento. Igual mis alas , con sonoridad de versos llevan mensajes al horizonte... despliegan cumbres enmudecidas. Éxtasis y zozobras , cierran dinteles. Irrumpe rebelión de palabras... Y plumas, de alado ángel...Brizna de brisa... Cupido , alado escapular o estandarte de fuego en manos de la mujer guardado en urna satelital , o cosmos. Incandescente vaso arterial alado... Sutil criatura , avivas la combustión amorosa. Hecho de materia en la elipsis del vuelo de las falanges a las vértebras. Materia táctil del vuelo, en la retina humana. Ave, pájaro o ángel. Das firmeza y solidez a la pasión poética... Y amorosa... Franqueas la distancia, con tus alas... Das continuidad al horizonte… Profundidad al Amor...
Isidoro Arturo Gómez Montenegro México
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Adiós
Puedo decirte sin dolor que tengo que soltar lo que teníamos juntos, una claridad y unas alas que nos llevaban al amor.
Pero hoy se han roto se evapora como fragancia al viento lleno de tristeza.
Creí conocerte pero fuiste como los vientos Intocable… quizás, o como el agua amor que se diluye en los dedos.
Así fuiste como minutos entre la noche y el desvelo cuando nos asusta el sueño; en esa soledad sin ti, y aquí... tu ausencia hoy.
Decreto prohibido que llevo a cuestas, con una herida cielo en la memoria...
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Porque lo que teníamos era un amor dividido en otra piel, con otra sed.
Que rompiste los sueños el alma y los tiempos y que nada fue verdad de lo que viviste conmigo...
James Coonor Monterrey N.L México
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Llenarme de ti, es verte sonreír...cada día, cada mañana alzar la mirada, ver tu mirada puesta en mí… es huir y es estar aquí solo para ti… como una brisa, atraído en silencio por ti..
Yo también miraba en tus ojos un vacío de amor, un dejo de soledad, yo también me había entregado, en un amor unilateral… en fracaso, pero al verme en tus ojos, empecé a ser feliz, y aun en la distancia nos dimos un beso y dijimos un te quiero, en un abrazo sin fin, que uniría por siempre nuestros corazones... Llenarme de ti, es verte sonreír... cada día, cada mañana, alzar la mirada, ver tu mirada puesta en mí… es huir, y es estar aquí solo para ti… como una brisa, atraído en silencio por ti.
James Coonor Monterrey N.L México
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NOS PENSAREMOS EN PAZ
Muestras vigor en tus respuestas. Nos hallamos. Nos ponemos en valor. Damos con las preguntas y las vacilaciones aún no formuladas. Nos diremos lo que sentimos. Llegaremos donde sea menester. Estamos felices. Nos establecemos con jovialidad. Nos regalaremos contento. Nos pensaremos. Brillaremos.
Nos mostraremos con gozo y entre brillos casi perfectos. Todo lo relevante estará en su sitio, bien, como elucubramos. Meditaremos. En paz.
Juan Tomás Frutos. España
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NAUFRAGIO
Los ojos navegaron en el oleaje de sus pupilas mansas. Se encontró cómo un sunami de emociones desconocidas. Se descubrió cómo peces sedientos bebiendole al mar sus sedimentos. Se enredó en el espacioso espacio del abrazo.
De la garganta salieron guturales sonidos encriptados. Un rayo atroz desbarató las ansias. Supo... Que era su último naufragio.
LOLA VARA Argentina ( Derechos de Autor)
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RESCOLDOS
¿Qué hay debajo de tu antifaz? dijo a ella un caballero -Decírtelo no quiero, Adivina si eres capaz
¿Ocultas una intensa pasión? ¿tratas de olvidar tu dolor? -hace tiempo murió mi corazón, no hay rescoldos de amor.
¿Entonces, ocultas tu tristeza ó alguna decepción? no, no siento ninguna pena solo queda resignación, Entonces dama incierta ¿Qué hay debajo del antifaz? -Nada, estoy muerta, y solo busco un poco paz.
Lucila Reyes González Ciudad de México
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LA MARIPOSA EN EL ESPEJO
Era abril, una fresca mañana, alegraba el ambiente: el perfume de flora temprana, y música de la fuente. Una hermosa mariposa, salió de su capullo, húmeda temblorosa, ¡pero el cuerpo, no era el suyo! Algo brillo a lo lejos ella voló presurosa al acercarse vio un espejo y ya no se sintió tan hermosa. ¡Que fea soy! se dijo, ¿dónde está mi cuerpo bonito? Algún espíritu me maldijo, ¿y mi piel suave y mi pie chiquito? Se miraba y se miraba, ¡mis ojos parecen pelotas! una lágrima de ellos resbalaba, ¡y, tengo estas antenotas! ¡Oh, este cuerpo tan flaco! yo tan bonita que era, con este cuerpo opaco, ¡no habrá quien me quiera!
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A una oruga que se acercó ¡que bella eres! - le dijo yo era tan hermosa como tú, expresó dormí, cambie, no me explico. No llores más, tontita debes acostumbrarte ahora luces mejor y más bonita, dile adiós al cuerpo que dejaste. La mariposa sonrió indecisa, pero la naturaleza la llamo, siento en su rostro la brisa, extendió sus alas y voló. ¡Comprendo! me arrastraba y era feliz en el suelo, con volar no soñaba, ni con alcanzar el cielo. ¡Descubro que, volando, he encontrado la libertad, este cambio me ha dado, verdadera felicidad!
Lucila Reyes González Ciudad de México
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Mis saetas
Inmersa en el recuerdo. Que taladra la traición. Frío o desamor, que consume la hoguera. El amor se agobia solo cenizas, fragmentos, sensaciones. Dolores, engaños, pobre arcilla desolada. Tristeza, sollozos, saetas que taladran el alma
María Luz Olivares Aldana Veracruz, México
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EL SUEÑO DE LA CATRINA
Soñaba primero que los lagos volverían, los antiguos templos resurgirían a iluminar el valle bello mexicano… Soñaba que Tlaloc volvería con tibias aguas a llenar los canales de la gran Tenochtitlan.
Luego soñaba que sus hijos águila volarían resguardando los cimientos del rezo abierto para todas las deidades.
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Después soñó con los cantos, descritos en luminosas flores de los campos, de los cerros, con el maíz en color de oro, con los cafetales y el chocolate abundante… Pero sus sueños murieron cuando vio la mortandad de sus hijos, la imposibilidad de salvarlos, el ambiente cubierto por el dolor, la miseria, solo asesinatos… La pobre catrina decidió guardar su dolor,
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meteca refugiada, al lado de su loca y ruinosa hermana la muerte que al menos, en el fondo de la tierra baila y ríe para olvidar el dolor que la vida guarda…
Xochimilco, ciudad de México
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Silvia Aquino
EL SUEÑO DE CATHERINA
Por los canales de Xochimilco en ropa elegante, guantes finos bordados de plata pura, y sombrero iluminado de flores así va Catherina en su bella trajinera con el alma muy perdida…
El recuerdo de sus hijos, uno tras otro, muertos, Melquiades, Rufino, Raúl, Etelbina, María, Pablo, Rosa, José, Helena, Javier, Ramón, Luz María, Lucila, Silvia… la lleva a gritar con la respuesta del clic cloac de su remo en aguas frías ¿Ay, mis hijos! ¡Dónde están mis hijos!
Xochimilco, ciudad de México
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Silvia Aquino
SINFONÍA ACUÁTICA
Sobre la fría arena del Pacífico manso sentada con mi triste dulzura, la lejanía miro… En el fondo azul sereno del cielo y del mar, escucho la potencia del oleaje de ese mar dinámico y salado cuyas altas olas suben casi al cielo para posarse hundidas a mis pies. ¿Qué misterio hay en el fondo del mar? ¿Qué hay más allá de estas aguas? Me siento
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como un griego antiguo que creía en un mundo plano o de Alejandro el conquistador que deseaba pasar al más allá, al nunca más, atrás de la India.
Divaga mi mente al espulgar la brillantez de la arena, esos diamantes en pequeñas gotas… Disfruto el instante sin pensar ni ver los acontecimientos que brotan del mar… Sin yo comprenderlo, escapan del agua pequeñitos guerreros, lindos señores de terracota,
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de arcilla, ¿por qué estos seres hoy salen del mar?
Los veo vanidosos como gente acostumbrada a la alegría y felicidad: está el infante, está el arquero, salen al frente los generales, los potentes caballeros. Cada rostro, con ojos bellos e infinitos, con bocas y hermosas barbillas recortadas. Se presentan súbito a mis pies, pero la ola vuelve y los recoge, vienen otros,
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se regresan, salen más… Al final llega el dichoso emperador chino quien muestra que, en el fondo del mar, están todas las maravillas del mundo: el más alto faro de Alejandría, allá, muy lejos…
Emperador con su ejército de exquisito barro, ¿a dónde te diriges, ¡Señor!?
Con su tenue sonrisa, me expresa que sus siete reinos de arcilla cantan al unánime los sonidos de la mar. Desde entonces, cada noche llegan, -él lo había adviertido-, a mis sueños, uno y otro,
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esos señores del ejército imperial que un buen día o una noche, me llevarán, al fin, a escuchar, en sus cimientos, la perenne sinfonía de la mar.
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Silvia Aquino Xochimilco, ciudad de México
Cadáver Exquisito 06 octubre 2022
En tu ausencia he callado el dolor de mi alma, mientras vuelan los cuervos.
La nostalgia me abraza hoy que no estás, y ese compromiso creado se desvanece, me invade la duda si volverás
Y aunque quisiera gritar, sello mis labios para que nadie sepa de mi desconsuelo
En la madera violeta tu cuerpo reposa, el mío es angustia y dolor: no sufres, yo muero en silencio.
Pero los muertos no se hunden, flotan y como Ave Fénix, de entre mis cenizas renaceré.
Porque la muerte es una fracción de segundo, un puente entre el pasado y la eternidad.
La ausencia quiere decir olvido, pero tu recuerdo como fuerza de infinito me alimenta.
Como un sueño hipnótico que lleva al destino con sonido y movimiento de notas rítmicas
Ana Ahumada Espinoza, Elena Guzmán Ramón Lourdes Lagardery, Lucila Reyes González
María Luz Olivares Aldana, Ramón de Jesús Hernández Olivares, Santa Velia Flores
Silvia Aquino
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