Viajes por el Río Cuarto

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Viajes por el Río Cuarto un cuento de las niñas y niños de La Españolita


Agradecimientos Al director Jorge Alvarez y a la niña Sonia, de la Escuela de La Españolita, su disposición y apoyo fueron indispensables para realizar este proceso. A Rosita, a Marco Tulio y a doña Daisy por su hospitalidad sin límites. A Lucrecia Sancho por su apoyo desde el Ministerio de Cultura.

Créditos Niñas y niños participantes Yipsi Lezcano Romero David Uriel Lezcano Romero Jarvin Guzmán Campos Randall Zamora Katherine Mora Oreamuno Alonso Palma Vásquez Michael Silva Mejía Rafael Parra Rodríguez Erick Fernando Torres López Masiel Garita González Yaosca Pérez Yojibeth Lezcano Díaz Maren Salas Campos Yosdin Romero Ramos Rosa María Reyes Palma Gerald Quesada Montero Mariana Mora Oreamuno Ericka Urtado Mendoza Erick (Erineo) Ojeda

Coordinación, Diseño y Diagramación: Raquel Mora Vega raquelmoravega@gmail.com


Viajes por el Río Cuarto Portada

un cuento de las niñas y niños de La Españolita


Un viernes, como todos los viernes,

las niĂąas y los niĂąos de La EspaĂąolita estaban jugando en la plaza de su comunidad..


Ilustración: Yipsi Lezcano Romero

Algunos jugaban “la anda”, otros jugaban “bola”, unos jugaban “bolinchas” otros jugaban “chibolas”.


Eran casi las cuatro de la tarde. El día empezaba a refrescar.

Cuando ¡de pronto!

se escuchó un estruendo y por la carretera se asomó una nube de humo.


Era un carro de color azul, un modelo como de los años 70. En el techo traía amarradas un montón de historias.

Ilustración: David Uriel Lezcano Romero

De la nube de humo salió un carro bien fregado.


Las ni単as y los ni単os con cara de susto se acercaron curiosos. Como las puertas del carro no funcionaban muy bien, salieron por la ventana dos se単ores muy viejitos (como de unos 150 a単os).


Primero se estiraron un poco: CRAC-CRAC les sonó la espalda con el movimiento y luego, con una sonrisa de pocos dientes, saludaron:

¡Muy buenas tardes!

chiquillos, chigüines, cipotes, güilas,

Ilustración: Jarvin Gizmán Campos

chavalas y chavalos..


¿Quiénes serán estos dos? Se preguntaban las niñas y los niños de La Españolita. Hasta que los dos viejitos se presentaron:

El más flaco y pálido dijo:

-Mi nombre es Juan Santamaría, nací en Alajuela hace no me acuerdo cuántos años, para servirle a ustedes hermanitos centroamericanos-.


-Yo soy Andrés Castro, nací en Managua, pero ahora soy ciudadano del mundo entero.

Ilustración: Randall Zamora

-Que memoria de ardilla tenés vosdijo el viejito más fortachón:


¿Qué andan haciendo por aquí? Preguntó una de las niñas..


Ilustraciรณn: Katherine Mora Oreamuno

Y, mientras esperaban que el carro recuperara sus fuerzas, los viejos contaron la historia de su viaje.


-Yo conocí a este viejo en el año 1856dijo Juan y continuó:


Ilustración: Alonso Palma Vásquez

-En ese tiempo, a unos filibusteros se les ocurrió aduañarse de América Central. Llegaron bien apertrechados a quitarnos nuestra tierra. En una de las batallas, este viejo panzón y yo, nos quedamos encerrados en un cerco. Andrés estaba muerto del miedo, le temblaban hasta los pelos, por el susto..


-Vos “Tula Cuecho” no andés diciendo tanta babosada-

dijo Andrés, que siguió contando la historia:


-Nos quedamos encerrados en un cerco, en media montaña. Empezamos a movernos despacito entre los árboles para encontrar una salida, y..

¡No me lo van a creer!

Cuidando la entrada había un filibustero que medía casi tres metros, se llamaba “Rambo Hércules 4”.

Ilustración: Michael Silva Mejía

Este nica y este tico llegaron al cuartel donde estaban escondidos los filibusteros.


-Juan y yo estábamos subidos en un palo de mango, entonces yo le dije: mirá Juancho, yo me encargo del tal Rambo ese y vos, le prendés fuego al cuartel.

Nos bajamos despacito, calladitos..


Y ZAZ! Pero, no sé ni de dónde saqué las fuerzas, agarré una piedra y se la tiré al filibustero..

Ilustración: Rafael Parra Rodríguez

Yo que le digo a Rambo que ponga las manos arriba y el fusil que se me taponea: ¡Ave María Purísima! ya me morí-fue lo que pensé-


-De un sólo golpe le rajé la cabeza y un segundo después, vi un humarascal y las llamas quemando el cauartel.


¡Juancho, Juancho!

Ilustración: Erick Fernando Torres López

empecé a gritar, cuando vi pasar al flaco corriendo como un perrozompopo.


-Corrimos y seguimos corriendo.

Llegamos al Lago de Nicaragua, nos tiramos al agua y nadamos hasta llegar a MasayaContรณ Juan poniendo cara de Nostalgia.


¿Será que tantas maravillas hay en América Central?

Desde ese momento andamos viajando por todos los pueblos, recogiendo las historias de la gente..

Ilustración: Masiel Garita González

En la playa nos sentamos y yo que le digo a este viejo: -Las cosas que hace uno por estas tierras


Un dĂ­a pasamos por Managua y nos metimos a comer al Mercado.


*Referencia del Cuento: “Mi caballito de Palo”, de Mario Montenegro, ilustrado por Vicky Ramos, Editorial Libros para Niños, Nicaragua, 2006.

Juntos almorzamos un “Indio Viejo”, pero como no andábamos reales, pasamos toda la noche lavando platos.

Ilustración: Yaoska Pérez

Ahí conocimos a un cipotillo que se llama Sebastián. Sebastián andaba buscando un bandido caballito de palo que hizo zanganadas ese día.*


Días después nos fuimos para

Ometepe.

¡Que lugar mágico!


mismo día, hizo erupción; nos hizo lanzados hasta Rivas con todo y carro.

Ilustración: Yojibeth Lezcano Díaz

Subimos el Volcán Concepción y tuvimos la suerte de que ese


En Rivas, mientras lavรกbamos el carro en el Lago, conocimos a una muchacha que se llama Candelaria Soledad*.


*Referencia del Cuento: “Las Mazorcas prodigiosas de Candelaria Soledad”, de Carlos Rubio ilustrado por Sandra Lavandeira, Editorial Libros para Niños, Nicaragua, 2011.

¿Quién habrá inventado las fornteras?

Ilustración: Maren Salas Campos

Ella nos invitó a comer unas tortillas deliciosas, en el puesto que tiene justo en la frontera entre Nicaragua y Costa Rica.


Continuamos nuestro viaje visitando muchos pueblos y recogiendo historias. En Florencia de San Carlos nos dio mucha sed, entonces nos subimos a un palo de pipas.


!Que suerte la de estos viejos!

El colmo: no nos mataron los filibusteros, pero casi nos mata un campesino a escobazos.

IlustraciĂłn: Yosdin Romero Ramos

El dueĂąo saliĂł arrecho, con escoba en mano.


En San Ramรณn nos agarrรณ la noche en la mitad del camino. Llegamos a una iglesia tratando de encontrar un lugar para dormir. Cuando nos sentamos en la puerta, escuchamos un murmullo:


¡Era el Cura sin Cabeza! Tremendo susto nos dieron en San Ramón.. Y ahora, estamos aquí en La Españolita, contando este cuento a las niñas y los niños de aquí y de allá.

*Referencia del Cuento: “Cinco Noches Arrechas”, de María y Nivio López Vigil, Editorial Libros para Niños, Nicaragua, 2008.

Ilustración: Rosa María Reyes Palma

Buuuuuuu... Buuuuuuuuuuuu


Contentos con los viejos, se fueron juntos a nadar al RĂ­o Cuarto. AhĂ­ bailaron toda la noche, Hip-Hop y Bachata.


Ilustraciรณn: Gerald Quesada Montero


Ahí, las niñas y los niños contaron sus historias a Andrés Castro y a Juan Santamaría, para que las amarraran en el techo de su carro y las fueran a contar por todos los pueblos que visitaran.


Ilustraciรณn: Colectiva


Al amanecer,

los dos viejos montaron el carro en una lancha y se fueron navegando por el RĂ­o Cuarto.


Ilustraciรณn: Mariana Mora Oreamuno



IlustraciĂłn: Ericka Urtado Mendoza

Las niĂąas y los niĂąos regresaron a sus casas, recordando las historias y las frases que los dos viejos les contaron:


Aq ha uĂ­ e so y un stĂĄ libr mbr plat mi c o a a d o p asa bie e ĂĄ or ab rto rbo ti e ier tu l pa n n ta vid ra ue a m tu str i p cab a m ue ez es rta a a

r

os

er s n te aje a Ă­ lv ts ar y sa gu tas e M olen vi

n ma o en s e m

para arra nc y dejar d ar las fronteras u e fronte ra solo e na a una l aire.


Quiero estar b ien con mis h ermanos de norte a su r al fin del mu ndo

os an sano sm n mi bie ar o y d alg ír do r o an be jug Sa dar su

Y abrir la tierra para todos como si fuera el aire.

*Fragmentos del Poema “Nocturno sin Patria” de Jorge Debravo, y de la Canción “Casa Abierta, del Duo Guardabarranco, Kattia y Salvador Cardenal.


Re-escribiendo la historia: el proceso de Viajes por el Río Cuarto

El cuento “Viajes por el Río Cuarto”, es el resultado de un proceso que se realizó en la escuela de La Españolita de Río Cuarto, Alajuela, Costa Rica, durante el año 2014, gracias al apoyo del Fondo de Becas Taller del Ministerio de Cultura y Juventud. El proceso consistió en la realización de una serie de talleres prácticos de literatura e ilustración en los que los niños y las niñas de la comunidad disfrutaron de la lectura de cuentos infantiles escritos e ilustrados por autores y autoras costarricenses y nicaragüenses. Después de leer y observar libros maravillosos nos dimos a la tarea de escribir e ilustrar nuestros propios cuentos. La Españolita es un asentamiento campesino ubicado al norte del país, ahí, conviven familias costarricenses y nicaragüenses, por lo que en los talleres conversamos y reflexionamos sobre estas identidades nacionales y la riqueza que existe en la diversidad. Por esto también, decidimos re-escribir la historia de nuestros paises en un cuento en el que dos héroes nacionales, decidieran establecer una amistad centenaria y encontrar su identidad en la búsqueda de las historias cotidianas de los pueblos centroamericanos. A través de la escritura y la ilustración de este cuento nos dimos cuenta del poder que encierran los relatos, así como de la necesidad que todos tenemos de contar historias, nuestra propia historia, y compartirla con los demás, para así tejer historias más amplias y tejernos como comunidad. A continuación les compartimos algunas fotografías de nuestro equipo creativo en acción. Si desea conocer más sobre este libro y recorrer con nosotros este Viaje por el Río Cuarto, nos puede contactar en la página: https://www.facebook.com/ViajesAlRioCuarto Gracias por leernos.

Raquel Mora Vega Coordinadora del proyecto






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