El honor es mi divisa interiores

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EL HONOR ES MI DIVISA ALBERTO JORDAN BRIGNOLE


Editor general: Luis Jochamowitz Diseño de portada: Emilio Jordán Fernández Javier Barrionuevo Luna © Alberto Jordán Brignole Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2010-XXXXX ISBN Nº Impreso en los talleres de Cimagraf Calle Torres Paz 1252, Lima 1 Primera edición Lima. Diciembre de 2010


Dedico este libro a: Mis queridos padres, mi abnegada esposa y amados hijos. Al personal policial que sirvi贸 bajo mi mando con lealtad y valor. Mis amigos incondicionales en los momentos dif铆ciles; ellos saben quienes son. Isaac, mi hermano.



Prólogo

El policía y los derechos humanos

En concordancia con el artículo primero de la Constitución, la Ley de la Policía Nacional (Ley 27238) y su reglamento establecen que el personal de esta institución en el ejercicio de sus funciones respetará los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas, sin ningún tipo de distingos y de acuerdo con los principios del código de conducta para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Para eso, debe mantener y defender los derechos humanos de todas las personas, y usará la fuerza solo cuando sea estrictamente necesario y en la medida que lo requiera el ejercicio de sus funciones. Precisamente, esto fue lo que hizo el General Alberto Jordán Brignole, durante los acontecimientos de Moquegua. Decidió respetar los derechos humanos -el principal, que es el derecho a la vida- de todas las personas que habían tomado el Puente Montalvo y del personal policial bajo su comando. Su proceder fue correcto, no solo desde el punto de vista ético y jurídico, sino desde el punto de vista de la operación policial. Porque en una democracia el uso de la violencia es el último recurso de la autoridad, y debe demostrarse que fue en legítima defensa. En atención a estos criterios, la undécima Dirección Territorial Policial de Arequipa, Moquegua y Tacna, entonces a cargo del General Jordán, decidió manejar el conflicto a través del diálogo y la persuasión. Para lograr este objetivo se aplicó una metodología: Convocar a los pobladores, entre los cuales había mujeres y niños, para evitar confrontaciones violentas y un costo social grave como consecuencia de la intervención de la policía. Esta decisión fue tomada porque, por principio, los conflictos sociales se deben solucionar en una mesa de diálogo y no por represión que, como se ha señalado, es el último recurso. Cuando interviene el General Jordán para cumplir una orden escrita con la finalidad de desbloquear el Puente Montalvo, lo hace con todo su personal operativo sin portar armas

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de fuego. Esto demuestra que no existió intención de reprimir, sino de dialogar. Pero este diálogo no se llevó a cabo de manera ordenada porque el policía fue capturado por los pobladores, que lo coartaron para que realizara algunas acciones. Jordán tuvo que acceder, pero no por temor o cobardía, sino para evitar una confrontación con las masas enardecidas y con un grupo de infiltrados que tenían la intención de crear una situación de violencia que, seguramente, en estos momentos estaríamos lamentando por la muerte de personas. Debemos felicitar y reconocer al General Jordán por respetar los derechos humanos, arriesgando su vida, máxime si se trata de un destacado oficial que en diversas circunstancias enfrentó al terrorismo y a la delincuencia común. Este oficial requiere el reconocimiento de su institución y del país por su comportamiento responsable y ejemplar. Él no solo ha demostrado coraje físico, sino también coraje moral, que tanta falta hace en ciertas autoridades. En consecuencia, el Gobierno a través de su ministro del Interior debe dar una explicación clara, convincente y transparente sobre los acontecimientos ocurridos en Moquegua, porque existe responsabilidad política y se debe saber por qué los oficiales de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) no cumplieron las órdenes impartidas por Jordán durante el desalojo de la multitud en el Puente Montalvo.

Francisco Miró Quesada Rada

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“Me impresionó mucho ver que un alto jefe policial se entregara de esa manera, tan mansamente (…) Un alto jefe policial tiene que tomar las precauciones suficientes y jamás reaccionar ante el peligro físico como lo hizo. Una persona que tiene miedo físico que mejor no se meta en estas cosas”. Alan García Pérez Presidente de la República 19/06/08 La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa. Albert Einstein

Un puente demasiado lejos*

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ntre los pueblos del Perú, Moquegua, con sus setenta mil habitantes, tiene fama de ser un lugar pacífico y hasta somnoliento. Las apariencias, sin embargo, también pueden ser engañosas en la “Tierra del eterno sol y la amistad” como

se conoce al lugar que alberga al único volcán en actividad permanente del país, el majestuoso Ubinas. El 16 de junio, todos los males juntos se desataron como una erupción volcánica sobre Moquegua. Ese día, como corolario de una serie de tensos sucesos, un centenar de hombres y yo vivimos una pesadilla que nunca pensé que podía ser posible. De pronto estábamos tratando de salvar nuestras vidas bajo una lluvia de piedras, perseguidos muy de cerca por una turba exaltada y furiosa que pretendía lincharnos. Estábamos desarmados, obedeciendo órdenes de la superioridad, mientras un millar de enardecidos pobladores pretendían cobrar venganza de la supuesta muerte de manifestantes, como falsa e irresponsablemente había sido propalado por emisoras de radio locales. En un momento todo había fracasado; helicópteros, refuerzos, la posibilidad de negociar; absolutamente todo se había ido diluyendo en cuestión de minutos en medio de una anarquía de órdenes y contraórdenes, de “teléfonos malogrados”, desobediencia y confusión. Rota la cadena de mando y en el desconcierto de la emergencia, habíamos

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sido abandonados a nuestra suerte por los mandos policiales que tenían la misión de apoyarnos operativamente. Solos y completamente desarmados –de acuerdo a la orden impartida– tuvimos el infortunio de ser acorralados en una colina que no tenía otra salida que un precipicio escarpado en cuyo fondo corría un riachuelo flanqueado por arbustos y filudas piedras. Eran las nueve de la mañana de ese día fatídico para mí y los policías que tenía bajo mi mando. La masa de atacantes totalmente enardecidas estaba a pocos metros de nosotros blandiendo palos y waracas y gritando que nos iban a matar. Parecía haber llegado nuestra hora final; el diálogo no podía ser reiniciado. El empuje de la multitud era irrefrenable y nos arrinconaron, no obstante nuestros intentos disuasivos para calmar los ánimos de los pobladores, lograron desbarrancarnos tirándonos piedras. En la caída me rompí la muñeca de la mano izquierda, y la mayoría de mi personal resultó con brazos, cabezas y piernas rotas. El valor, la fortaleza y el buen físico de cada uno de ellos evitaron consecuencias de mayor gravedad. Cuando los manifestantes nos tiraban piedras sin compasión, se escuchaba la solitaria voz de una persona que los contenía y les pedía que ya no nos arrojaran piedras; después supe que era el profesor Gabriel Tito Valeriano, y que gracias a su valiente intervención los revoltosos dejaron de apedrearnos. Rodamos mal, nos estrellamos contra el suelo, nos lastimamos severamente y quedamos atrapados en el riachuelo. Desde arriba los atacantes siguieron lanzando piedras, causando más estragos en los heridos. Agazapado y cubriéndome la cabeza con las manos, encomendé a mi gente a la Virgen María mientras trataba de ponerme a buen recaudo. En ese momento, una piedra me cayó en la cabeza, pero felizmente el casco me protegió, aunque el impacto me aturdió severamente. Cuando cesó la lluvia de piedras comenzamos a salir del agua y nos encontramos con que la turba ya había descendido y nos tenía rodeados. Entonces esa multitud, que nos superaba en la proporción de 30 a 1 comenzó a golpearnos con puñetes y patadas, pero gracias nuevamente a la intervención de Gabriel Tito Valeriano se pudo controlar a los manifestantes. En medio del ciego furor de la turba en el riachuelo mi súplica a la Virgen María tuvo respuesta. Surgió de pronto un grupo de valientes damas moqueguanas en nuestra defensa, entre las que se encontraban Nélida Cuayla, esposa de Gabriel Tito y las hermanas de la parroquia, como un milagro que la madre de Cristo nos enviaba en el momento más desesperado. Las valerosas mujeres se pusieron delante de nosotros para protegernos, formando una desafiante barrera que resultó infranqueable para la turba. Gracias a ellas se

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evitó el derramamiento de sangre que era lo que buscaban y que inevitablemente se iba a producir, con el resultado de la pérdida de nuestras vidas. Todavía nos quedaban a mí y a mis hombres difíciles momentos por delante, pero antes de hacer una “autopsia” de los sucesos de Moquegua, creo que es necesario hacer un breve recuento de las razones, sinrazones u omisiones que desencadenaron o que hicieron posible ese dramático día de junio que costó mucho dolor y sufrimiento. Siempre estaré orgulloso que esa dura jornada haya terminado felizmente sin pérdidas de vidas, atribuyéndolo al valor de mis hombres, al grupo de mujeres que detuvo a la turba, a Dios y a la Virgen que escucharon mi ruego.

*Un puente demasiado lejos Título de una novela basada en hechos reales, de la que también se hizo un film. Narra la fallida operación Market Garden en 1944 cuando tropas aerotransportadas aliadas intentaron tomar varios puentes en Holanda y Alemania para ganar la guerra. La operación fracasó por no contar con las fuerzas y la logística para mantener en su poder los puentes tomados, que fueron recuperados por dos divisiones Panzer SS.

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La obra maestra de la injusticia es parecer justo sin serlo. Platón

Las minas del rey Salomón*

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ntes de los años sesenta la compañía minera Cerro de Pasco Corporation dominaba la extracción de cobre en el Perú. Luego la Southern Peru Copper Corporation hizo grandes inversiones con la mina Toquepala en Tacna, y en

1976 se iniciaron las operaciones de la mina Cuajone en Moquegua. Southern es ahora la mayor productora de cobre en el Perú.Tiene dos minas a tajo abierto, dos concentradoras de mineral, una fundición y refinería. Su capital es mayormente extranjero. Entre sus accionistas están Asarco Inc. (54,1%), una subsidiaria de The Marmon Corp. (14,2%), Phelps Dodge Overseas Capital Corp. (14%) y accionistas comunes (17,7%). Esta empresa de grandes dimensiones tiene una importante gravitación en la economía nacional por estar estrechamente ligada a muchas empresas peruanas proveedoras y de servicios, además de las ingentes cantidades de dinero que el Estado percibe por la vía de los impuestos. Southern utiliza la más avanzada tecnología en sus operaciones. Tiene una planta de lixiviación bacteriana, de solventes y de electro deposición. Según estadísticas de 1996, su producción alcanzaba un 63% de todo el cobre peruano, por encima de Cerro Verde, Tintaya y Centromín. Con un alto grado de mecanización y grandes inversiones, Southern utiliza un proceso integrado para lo cual emplea sofisticadas técnicas de producción y refinación. Ahora bien, el estallido social de magnitudes ocurrido en Moquegua, como es de público conocimiento, había comenzado a germinar por lo que los moqueguanos llamaron la injusta distribución del canon minero pagado por la Southern; tal como lo pedían desde hacía mucho tiempo, sin que se atienda sus reclamos, lo que motivó que se sintieran defraudados por las autoridades gubernamentales; y aunque esta responsabilidad no me competía, no podía dejar de considerar la problemática moqueguana para comprender cabalmente el asunto.

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Los problemas entre Moquegua y Tacna, poblaciones vecinas y tradicionalmente teñidas de un regionalismo sensible, fueron exacerbándose por el monto del canon minero destinado a cada una de esas regiones. Un tecnicismo legal establecía que el canon se distribuiría en proporción al tonelaje del mineral beneficiado, lo que incluye la tierra que se excava. En base a esto en 2007 Moquegua recibió sólo S/.188 millones (por las 187 000 toneladas de cobre producidos en Cuajone), casi la cuarta parte de los S/. 700 millones que recibió Tacna, pese a que produce menos cobre (172 000 toneladas en Toquepala). Según la ley, a Tacna le tocaba más dinero porque durante el proceso productivo tenía que mover mucha mayor cantidad de tierra ya que en Toquepala el mineral se encuentra más disperso. En este conflicto, que tenía tantas aristas, cada bando esgrimía sus razones reclamando un porcentaje mayor de lo recibido de la torta del canon minero. Los delegados de Tacna sostenían que merecían más porque el 84% del agua que se utiliza en las minas de Cuajone y Toquepala procede de Tacna. Asimismo, argüían que Tacna debía ser más favorecida debido a la contaminación ambiental por la explotación de las minas, y también que importantes proyectos viales en Tacna no podrían ejecutarse si se modificaba el canon. Para los legisladores, el canon es la participación que las regiones merecen por la explotación de sus recursos naturales. Por medio del canon el Estado hace participar de las ganancias que percibe a los gobiernos regionales para obras que beneficien a sus habitantes por la extracción de minerales existentes en sus tierras. En mérito a este propósito, algunos señalaron que el canon no tenía nada que ver con criterios como el de la cantidad de agua utilizada en las minas, la cantidad de material obtenido en cada una de ellas o con la contaminación ambiental. Se trataba de una afectación a las ganancias de una empresa minera en directa relación con la cantidad de metales vendidos. Por ello se concluía que era justo que Moquegua debía recibir una cantidad mayor del canon minero, en el entendido que la Southern tiene más ganancias en Moquegua que en Tacna. Estas opiniones estimaban que lo que se debía discutir era el pago de una compensación a Tacna para no frustrar sus proyectos en marcha. El sentir de la población, era que todo se debía a un manifiesto descuido del gobierno central al no haber enfrentado el problema desde sus inicios. Los descontentos en Moquegua se remontaban a junio 2007. En esa ocasión los delegados moqueguanos no obtuvieron nada por sus agotadoras jornadas ante el ministro de Energía y Minas de entonces, Ing. Juan Valdivia. También se señaló en su momento, la poca eficiencia de los gobiernos regionales de Tacna y Moquegua, porque no habían sabido aprovechar los ingentes capitales que les dio el canon, a tal extremo que ninguna de las dos regiones había logrado ejecutar ni el 30% de dicho canon.

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En efecto, el gobierno regional de Moquegua contó el año 2006 con recursos de inversión por S/. 154 millones. De ellos sólo invirtió 67,5 millones (42,73%). En 2007 obtuvo recursos por S/. 203 817 000 e invirtió S/. 72 247 000 (35,45%). El 2008 recibió más de S/. 275 millones, de los que hasta la fecha del conflicto había invertido tan sólo S/. 43 615 000 soles (15,84%). No sólo la ineficiencia burocrática, la falta de cuadros técnicos y los cálculos políticos atentan contra el desarrollo regional, sino lo más grave, la agitación de grupos radicales que se oponen a la inversión, pero que en momentos de crisis suelen liderar las protestas con tomas de carreteras y violencia organizada poniendo en riesgo la vida e integridad físicas de las personas, además de cometer diversos delitos. Tampoco es un secreto que las autoridades regionales, al verse rebasadas por estos grupos, se unen tácticamente a los violentistas para no aparecer como los malos de la película ante los desbordes populares. Obviamente, a los moqueguanos les sonaba absurdo que la minera extrajera más cobre de su región y que ellos recibieran mucho menos dinero del canon que sus vecinos de Tacna. En el 2008 se volvió a repetir el libreto: Tacna recibiría S/. 711 millones y Moquegua sólo S/. 244 millones. Los dirigentes del Frente de Defensa de los Intereses de Moquegua anunciaron entonces un paro de 48 horas para los días 4 y 5 de junio con el objeto de presionar al gobierno en busca de una solución más equitativa. Por esos días, los líderes moqueguanos sostuvieron una reunión con el entonces Primer Ministro, Jorge del Castillo, quien admitió que el reclamo de los moqueguanos era justo y les prometió interponer sus buenos oficios para corregir esa situación. Pero días después, el 9 de junio, en presencia de funcionarios de los ministerios de Energía y Minas y de Economía, el Premier ya había cambiado de opinión. ¿Qué poderosas razones de Estado o cubileteos políticos habían jugado su partida bajo la mesa para ese cambio? Pese al tiempo transcurrido no se conocen las causas de dicho cambio, máxime cuando era un asunto que estaba muy claramente establecido en la legislación pertinente, o quizá el Premier habría recibido una reprimenda por levantar polvo sobre una cuestión ya definida. El caso es que los líderes moqueguanos sólo obtuvieron como respuesta que la ley es la ley y que nada se podía discutir sobre eso. Al día siguiente, el 10 de junio, los moqueguanos iniciaron el paro indefinido con todo el caos y la inestabilidad que esto acarreó.

*Las minas del Rey Salomón Nombre de una popular novela del escritor inglés de aventuras y fábulas H. Rider Haggard escrita en 1885. Relata una historia de aventuras en una región inexplorada por un grupo de aventureros que buscan riquezas. También hubo varios filmes basados en la novela.

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Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas. Bob Dylan

Terror en el bosque*

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l 20 de enero del 2009, medio año después de los dramáticos eventos que me tocaron vivir en Moquegua, ocurrieron los trágicos sucesos del bosque de Pómac en los que murieron tres policías. Las autoridades no tuvieron

en cuenta lo ocurrido en el llamado “Moqueguazo”, según se desprende de lo acontecido, con pérdidas humanas tan lamentables, que bien pudieron haberse evitado, pero los encargados de llevar adelante este operativo cometieron errores similares; improvisación y descuidos que convirtieron esa operación en un desastre. Pómac es uno de los cuatro santuarios históricos del Perú, junto con Machu Picchu y las pampas de Junín y Ayacucho, y uno de los últimos bosques secos ecuatoriales del mundo. Pómac fue el más importante centro cultural del antiguo Perú en la costa norte, y de allí proviene gran parte de los objetos de oro de nuestro pasado, como el Tumi y la máscara de ojos alados. Allí están también los templos mausoleos siguiendo la orientación del sol y las pirámides de los reyes de Naylamp. Este santuario posee también una variada flora y fauna en vías de extinción. Los invasores fueron llegando paulatinamente, en su mayoría de los caseríos adyacentes, cuya población asciende a 10 500 habitantes. Aunque siempre han tenido acceso al bosque en forma legal, más de 1 500 personas se adueñaron de numerosos lotes dentro del santuario, alentados por traficantes de tierras que siempre utilizan a incautos pobladores para sus ilícitos negocios. Una vez ubicados en pleno territorio protegido invadieron más de 1 200 hectáreas de bosques en los sectores Palería I y Palería II.Allí comenzaron a construir viviendas precarias y se dedicaron a depredar el bosque, talando árboles, excavando pozos, degradando los suelos y alterando el ecosistema, y destruyendo varias pirámides de barro.

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Cuando, finalmente, se expidió la orden de desalojo, la Policía Nacional montó un gigantesco operativo que terminó en un desastre: tres policías muertos por disparos de arma de largo alcance y cuatro gravemente heridos. Casi medio año antes, en agosto 2008, se había planeado esta operación, cuando el jefe de la policía en Chiclayo era el General Víctor Ordinola Ruiz. Ese plan contemplaba entonces que las fuerzas policiales ingresaran al bosque portando sus armas reglamentarias. Esto porque ya existían dos informes de inteligencia y un informe de crisis en los que alertaban que los invasores estaban premunidos de armas de fuego. Se sabía, por ejemplo, que desde el 2002 había sujetos armados con fusiles de guerra FAL, Máuser y AK-47, escopetas de retrocarga y armas cortas. Muchos de los invasores no eran personas pobres sino gente con intereses económicos en diversas ciudades lambayecanas. Ellos usaban modernas camionetas de doble tracción y vendían lotes del santuario intangible a S/. 3 000 la hectárea. Se ha estimado que de las 7 500 hectáreas del bosque los usurpadores han depredado 1 700. Es decir, una depredación gigantesca; se estima que pasarán 15 años antes de que se pueda recuperar todo lo dañado. Por ello, y hasta donde se conoce, el nuevo Jefe de la II Dirección Territorial de la Policía de Chiclayo (DIRTEPOL), General José Raúl Ubaldo Aliaga, no tomó en consideración estas informaciones y fue sorprendido con la acción de elementos antisociales que portaban armas de fuego de largo alcance. La improvisación e irresponsabilidad volvió a repetirse en este caso. La Orden de Operaciones Nº 002-2009-2 DIRTEPOL/EM-UPLO fue aprobada el 19 de enero, es decir 24 horas antes del desalojo. Por ello, los efectivos que fueron desde Lima no pudieron efectuar el reconocimiento del terreno. En dicha orden se estipulaba que 300 efectivos de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (DINOES) y de la Unidad de Servicios Especiales de Lima formarían el grupo de avanzada y el anillo de seguridad bajo las órdenes del Coronel Jorge Gonzáles Romero. Sin embargo, en las actas de las reuniones no figuran las firmas de los oficiales a quienes se confirió el mando de las unidades enviadas desde Lima. Esto sólo puede indicar que los oficiales desconocían en detalle la labor que debían realizar en Pómac. Los medios de comunicación locales han señalado que en determinado momento las fuerzas policiales se extraviaron en el bosque y consultaban a los periodistas que camino debían seguir, lo que demuestra improvisación en su accionar. . Otra de las deficiencias señaladas es el uso de celulares entre los jefes de las unidades y el General Ubaldo, medida considerada inapropiada por tratarse de una zona boscosa

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donde la señal tiene mucha interferencia, suele cortarse y a veces no funciona. Se ha señalado que esa fue la razón por la que el Mayor José Mendoza Zamora no se enteró de la orden del General Ubaldo Aliaga de regresar al Puente Montalvo, por coincidencia el puente se llama también Montalvo, donde se planificó el ingreso a la localidad conocida como Palería II. Sin embargo, ha sido el Mayor Mendoza Zamora a quien el General Ubaldo Aliaga ha señalado como culpable de los trágicos sucesos por desacatar la orden de retornar al puente e ingresar sin autorización a la zona donde fueron abaleados. Resulta inexplicable también que el helicóptero, con francotiradores a bordo, y que estaba destinado a proteger desde el aire a los policías, estuviera inactivo en el estadio Pacora en espera de órdenes. Se ha señalado que, de haberse usado apropiadamente el helicóptero, se hubiera podido observar que en Palería II los efectivos de la DINOES se enfrentaban a un grupo armado. Fue necesaria la presión de los periodistas para que el General Ubaldo Aliaga les enviase apoyo por tierra. Otras de las fallas señaladas ha sido la clamorosa falta de transporte. Los efectivos policiales tuvieron que caminar más de un kilómetro desde el Centro de Operaciones hasta el Puente Montalvo y desde allí hasta Palería II, cubrir también a pie casi tres kilómetros. No se observó en esta operación la presencia de camiones porta tropa. La Dirección de Investigaciones Administrativas Disciplinarias de la Policía Nacional (DIRIAD) inició sus indagaciones y encontraron muchas irregularidades, falta de previsión e indisciplina. Es decir las faltas que ya parecen proverbiales. Es por demás evidente que no se cuidó la integridad ni la vida del personal policial. A esos abnegados suboficiales se les envió sin las mínimas precauciones ni condiciones de seguridad a una misión riesgosa que acabó con la vida de varios de ellos.

*Terror en el bosque Nombre de varios filmes de terror sobre un bosque donde hay seres que matan a la gente.

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Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia. Mahatma Gandhi

La boca del lobo*

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ientras esto ocurría en el nivel político, yo vivía mi propia odisea. Como Director de la XI Dirección Territorial Policial de Arequipa siempre estuve comunicando a la superioridad y a los órganos de inteligencia todos los

acontecimientos sociales, políticos, laborales y sindicales que se venían presentando en mi ámbito jurisdiccional. En cuanto a los sucesos de fuerza del Puente Montalvo en Moquegua comencé a informar diariamente desde el 29 de mayo a todos los canales pertinentes, entre ellos a la DIRIN PNP (Dirección de Inteligencia de la Policía), como a la DIGIMIN (Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior). Luego me enteraría alarmado que ninguno de esos organismos procesó la información, y por lo tanto no enviaron sus respectivos informes a la Dirección Ejecutiva de Operaciones Especiales de la Policial Nacional del Perú (DIREOP), encargada de elaborar el Plan de Operaciones Específico pertinente que debía aplicarse. Como parte de esa increíble cadena de negligencias y desidia, motivada por oscuras razones que con el tiempo se están esclareciendo, tampoco se envió personal de inteligencia especializado a Moquegua, por lo que se cometieron tantos errores una vez iniciado el conflicto. Como no podía quedarme de brazos cruzados, dispuse que el pequeño servicio de inteligencia de mi jurisdicción hiciera un análisis situacional y siguiera de cerca el curso de los acontecimientos. Como consecuencia de sus informes envié oportunamente datos que ya de por sí eran alarmantes. El paro indefinido se había focalizado en el Puente Montalvo, Km. 1146 de la carretera Panamericana Sur. Allí se congregaba durante el día una multitud de aproximadamente 8 000 personas, en su gran mayoría gente aguerrida venida de poblaciones altas de la cordillera como Carumas, Calacoa y Cuchumbaya.

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El transporte público urbano e interprovincial y los empleados públicos se habían paralizado en un 100%, el comercio formal e informal en un 90 %, todos los colegios y universidades estaban cerradas, los mercados no atendían y en los bancos se atendía parcialmente. Sólo los hospitales funcionaban plenamente en previsión de una temida emergencia. Pero no era solamente el Puente Montalvo, un paso crítico hacia Tacna, que estaba sufriendo una severa carencia de alimentos por la falta de aprovisionamiento. También había bloqueos en los kilómetros 22 y 29 de la Carretera Binacional Ilo-Desaguadero, en los cruces El Toro y Cuajone, en Torata, y en el puente Tumilaca. Los objetos utilizados por los manifestantes para interrumpir las vías de comunicación eran plantones, piedras, vidrios y desmonte. Pero en el Puente Montalvo, los revoltosos habían atravesado un riel, que fue asegurado con soldadura, para que no fuera posible despejar rápidamente la vía provocando que muchos ómnibus, camiones y vehículos particulares estuvieran varados por el bloqueo, y se mantenían prudentemente a una distancia de 5 kilómetros del Puente Montalvo, para evitar ataques o saqueos. Por nuestras propias averiguaciones pudimos enterarnos que se habían formado dos frentes de lucha: uno en el Puente Montalvo —a cargo de pobladores de la zona alto andina — y el otro, a un kilómetro de allí, en la llamada Garita Senasa, a cargo de la CGTP, Construcción Civil y otros sindicatos. Ellos habían acordado hacer acopio de franelas mojadas (para contrarrestar los gases lacrimógenos), así como también piedras y objetos contundentes para lanzarlos sobre la policía desde cerros aledaños. Asimismo, habían acordado tratar de detectar y capturar a miembros del servicio de inteligencia, que suponían se encontraban confundidos entre la gente que bloqueaba el Puente Montalvo, tomando previsiones logísticas de diverso orden. Y habían algunos informes preocupantes, como lo sucedido en la plaza principal del distrito de San Cristóbal – Calaoca se realizó el 14 una asamblea de 400 reservistas etnocaceristas, quienes al término de su reunión fueron a la Comisaría de Calcacoa donde amenazaron con levantarse en armas y tomar la comisaría por asalto si la policía desalojaba a los manifestantes del Puente Montalvo. El paro indefinido había sido convocado por las propias autoridades regionales y las directivas de las principales organizaciones sociales, con el apoyo de los alcaldes de los distritos de la sierra. Su magnitud era tal que instituciones públicas, empresarios, comerciantes, y muchos vecinos de la ciudad estaban apoyando con víveres, refrigerios,

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abrigo, carpas y otros recursos a los huelguistas. Incluso las señoras de los clubes de madres cocinaban las ollas comunes para mantener a los pobladores que se encontraban ubicados en los lugares asignados. Nuestras proyecciones de inteligencia indicaban que dada la creciente magnitud del movimiento, la reacción de la población iba a ser muy violenta ante la tentativa de un desalojo por la fuerza. Se temía también que se bloquee la vía férrea de la Southern Perú, en el sector de la antigua carretera a Toquepala, para romper la cadena de producción de esa importante mina y el rumor creciente era que se planeaba la toma violenta de las instalaciones del asiento minero de Cuajone. Con la situación agravándose hora a hora, la madrugada del día 15 la Dirección General de la Policía, por entonces a cargo del Teniente General PNP Octavio Salazar Miranda, pese a la magnitud del problema solamente envió a Moquegua 196 efectivos de la DIROES, (de los 300 que se le solicitó) y 400 de la USE Lima, los que fueron distribuidos directamente 100 para Ilo y 300 a Tacna, así como personal policial de Arequipa, Moquegua y Tacna, con el mandato específico de no portar armas para su defensa, y con el objetivo de despejar todos los bloqueos de la carretera Panamericana Sur. Allí comienzan las desinteligencias y el anunciado fracaso de la operación policial. La Dirección General le encarga al General PNP Julio Vergara, por entonces Director Ejecutivo de Operaciones Policiales, que formule el Plan de Operaciones. Esta misión fue delegada bajo mi responsabilidad con el estrecho margen de unas pocas horas, disponiéndose que elaborara la Orden de Operaciones, cosa que hice con la mayor diligencia posible pese al poco tiempo que me otorgaron. Esta orden fue enviada a Lima por Internet, de donde regresó aprobada casi inmediatamente, es decir sin un estudio adecuado de la situación. Me preocupé entonces de pedir la intervención de los fiscales de Prevención del Delito para garantizar la legalidad de la intervención policial. Pasadas las seis de la tarde volé a la ciudad de Moquegua para verme con el jefe policial de esa región, el CoronelVicente Álvarez Moreno. Previamente, sobrevolamos en helicóptero la zona de conflicto con la finalidad de hacer una apreciación de la situación.Ya en tierra me reuní con los oficiales que estaban al mando de los contingentes llegados de Lima y de otras partes, para ultimar los detalles sobre la ejecución del plan para desbloquear las vías. Al Coronel Edison Salas Zúñiga tuve que impartirle las órdenes telefónicamente pues acababa de arribar de Lima y se encontraba en Tacna. Por la noche recibí el pedido de la representante de la Defensoría del Pueblo, Dra. Verónica Palacios, y del Padre Martín Ayala, quienes me instaron a reunirme en la

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Parroquia de Moquegua con los directivos del Frente de Defensa de los Intereses de Moquegua. Cuando llegué allí vi a su presidente, el profesor Zenón Cuevas y a la señora Cristala Constantinides, ex presidenta regional de Moquegua. Ellos me pidieron, en nombre de las llamadas bases en conflicto, que no ejecutara la acción policial para despejar las vías. Al mismo tiempo me pedían una tregua, prometiendo convocar a los delegados del paro para restablecer el orden en horas de la mañana. Les respondí que era mi deber despejar las zonas bloqueadas, y que ésas eran mis órdenes. Los dirigentes me aseguraron que iban a convocar a los delegados de las distintas bases para plantearles levantar el bloqueo pacíficamente. Pasada la media noche, luego de tensas discrepancias con el DGPN, General Salazar, quien insistía en desbloquear las vías por la fuerza, comencé a tomar las medidas respectivas para realizar con éxito la operación, pero sin ningún costo social que lamentar. A las 3 de la madrugada dispuse la ubicación de los policías en diversos puntos estratégicos, a la espera de los acontecimientos. Previamente, los fiscales comprobaron que el personal policial no portase armas de fuego y levantaron un acta. La orden de no portar armas había sido dada por el DGPNP Octavio Salazar. Debo de decir que no estaba de acuerdo con esta represión, porque comprendía, no solamente que era injusta, sino que sabía que potencialmente la operación podría ser un fracaso estrepitoso con muertos y heridos. Pero estas consideraciones personales no eran óbice para intentar cumplir cabalmente la misión que me habían encomendado. Muchas razones me convencieron que no sería posible alcanzar los objetivos de la misión: era consciente que no contaba con los medios necesarios para ello. Veía claramente que una operación de tal envergadura era altamente riesgosa por la enorme magnitud del movimiento popular, su organización y la determinación de la población. Nunca vi, en todos mis años de servicio, que un grupo tan numeroso, calculado en 25 000 manifestantes, se uniera con tanta determinación en pos de un objetivo común. No era solamente la homogeneidad de los objetivos, sino su organización, su logística y el estado de ánimo de los miles de personas dispuestas a todo. Era testigo de excepción que la paciencia de sus integrantes se había colmado y que no tenían el menor temor de enfrentarse con la policía en caso de adoptarse una medida represiva contra ellos. Lamentaba también el no haber contado con el apoyo de los servicios de inteligencia nacionales. Pese a que lo había solicitado con un mes de anticipación, recién pocas horas antes habían arribado desde Lima unos cuantos expertos en la materia, en lugar de la mayor cantidad de sus miembros que se habría requerido para tener un panorama más informado de la situación.Y esos pocos hombres que habían enviado llegaron demasiado tarde, porque ya no tenía sentido averiguar nada, todo estaba consumado. Era el momento

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de la confrontación. Moquegua era un polvorín. (Tengo en mi poder las papeletas de comisión del personal de inteligencia, las cuales prueban que ellos recién viajaron a la ciudad de Moquegua el 16 de junio). Me retiré de la reunión cerca de la medianoche y comenté de mis apreciaciones y suposiciones al DGPNP Salazar por teléfono. Pero la orden era terminante; desalojar a los manifestantes mediante el uso de la fuerza.Y aunque no terminaba de entender cómo iba a poder cumplir semejantes órdenes enfrentando a 25 000 pobladores resueltos a todo con tan sólo con 696 policías, comencé a disponer lo mejor que pude las ralas y mal equipadas fuerzas con las que contaba. Recordé en ese momento el Operativo Santa Anita en Lima, donde participaron 5 000 policías apostados previamente en el Estadio Monumental, “robocops” y la caballería, 60 fiscales y 20 médicos legistas del Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público, 22 computadoras instaladas en el Fundo Barbadillo para centralizar la información de inteligencia, 15 ambulancias, etc. Todo este montaje para desalojar a un grupo de pacíficos comerciantes del Mercado de Santa Anita el 28 de Mayo de 2007, que finalizó con un resultado positivo, en donde las autoridades políticas y policiales destacaron el respeto a la legalidad, el Estado de Derecho y los derechos humanos de los vendedores instalados ilegalmente desde hace varios años en dicho centro comercial. Sin embargo, en esta oportunidad el mismo personaje policial que dirigió el Operativo Santa Anita, exigía ahora el uso de la fuerza y la represión contra la población de Moquegua haciendo gala de exagerada improvisación; con el tiempo pude comprender que Santa Anita y otros operativos o intervenciones policiales eran sólo psicosociales preparados previamente para levantar su imagen y lograr objetivos políticos personales; pero otra cosa era enfrentar la realidad. Volviendo al caso “Moquegua”; los puntos estratégicos que seleccioné y la distribución de los efectivos fue la siguiente: • Trescientos hombres en el ingreso al Puente Montalvo por el Sur, con fuerzas procedentes de la ciudad de Tacna, al mando del Coronel Edison Salas Zúñiga. • Ciento noventa y seis hombres en el ingreso al Puente Montalvo por el Este, con fuerzas procedentes de la ciudad de Moquegua (garita de peaje y garita de control de Senasa), al mando del Coronel Clever Vidal Vásquez. • Cien hombres en el ingreso al Puente Montalvo por el Norte, con fuerzas de la jurisdicción de Arequipa, al mando del Comandante Jorge Luis Briones. Otros cien hombres en el ingreso al Puente Montalvo por el Este, con fuerzas procedentes de

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Moquegua, bajo mi mando. Disponía además de otros cien hombres, en caso que fuera de urgente necesidad, en la ciudad de Ilo, al mando del Comandante Guillermo Montenegro, y finalmente 100 hombres de la seguridad de Cuajone al mando del Mayor Jaime Chalco. Pero a la escasez de personal se sumaba la improvisación y clamorosas fallas de logística que ponían en peligro la operación. Está probado, por ejemplo, que la Orden telefónica N° 1198-2008-DGPNP-CEOPOL-JO, firmada por el DGPN Octavio Salazar Miranda, dispone que el General Javier Uribe Jefe de la VII -Dirección Territorial de Lima- VII-DIRTEPOL-Lima, y el Jefe de la DINOESPNP Coronel Armando Martínez Salazar sean los responsables del correcto traslado del personal policial de Lima a Moquegua, (300 DINOES y 400 USE-VII-DTO Lima). Pero ninguno de ellos cumplió cabalmente estas órdenes. Ellos no previeron que los aviones no podían aterrizar en Moquegua sino en Tacna, y que desde esa ciudad no había movilidad para Moquegua porque la carretera estaba cerrada en diversos puntos por los pobladores que la habían bloqueado; esta situación, no fue prevista en ningún momento. El Coronel Marco Antonio Casanova Giurcovich Jefe de la Región Policial de Tacna y yo tuvimos que hacer las gestiones con el Alcalde de Tacna para solucionar el problema logístico a última hora. A las 4:30 de la madrugada me di una vuelta por las inmediaciones del Puente Montalvo y pude observar que los concurrentes eran unos 12 000. Por informes recibidos en dicho lugar supe que, a partir de las seis de la mañana, esa cantidad se vería multiplicada según órdenes de los dirigentes de la medida de fuerza. Es a partir de dicha información que tomo la decisión de suspender el operativo. Le notifico al Coronel Vicente Álvarez, Jefe de la Región Policial de Moquegua, que comunique a todos los Jefes comprendidos en el operativo del desalojo del Puente Montalvo, que éste se había suspendido y que se mantuvieran en estado de alerta en espera de nuevas órdenes, ya que a las 08:00 se iba a tener una reunión con los dirigentes en la iglesia. Mis hombres de inteligencia habían comprobado que los manifestantes hicieron venir desde la parte alto andina y de los más lejanos asentamientos humanos a todas sus familias, con ancianos y niños, a los que ponían por delante para impedir la efectividad de nuestra incursión. Un despacho periodístico, publicado días después, confirmaría esto, y daría una idea de lo peligroso de la situación que se vivió en esos momentos: “Con la energía otorgada por esa peligrosa mezcla de rabia y decepción de quien ha vivido sus 71 años sintiéndose abandonada por el Estado, y la firme convicción de quien está defendiendo aquello que legítimamente le pertenece, a la señora Yolanda Caetano

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Pacheco no le importó dejar abandonadas sus chacras en Torata y permanecer los diez días que duró la huelga en Moquegua apostada en las inmediaciones del Puente Montalvo. Su determinación la hizo pasar todo ese tiempo durmiendo a la intemperie y comiendo gracias a las más de cien ollas comunes que alimentaron en las largas jornadas de lucha al promedio de 8 mil manifestantes que, como ella, llegaron hasta la zona desde todos los rincones de la región para protestar por lo que consideran una injusta distribución de la riqueza generada en las entrañas de sus tierras. “Reclamamos el canon que nos corresponde.Tengo diez hijos y todos me dicen que deje esto, pero si tengo que morir por lo que nos pertenece no tengo problema. Total, ya viví, ya estoy vieja”, manifestó con firmeza a La República.

Defensa colectiva “Sus palabras resumen con precisión el fuerte sentimiento de defensa colectiva que impregnó las acciones de los moqueguanos durante el paro que mantuvo en vilo al Ejecutivo la última semana. Pero su caso no es único. Junto a ella estuvieron decenas de comuneros que dejaron sus cultivos a cargo de sus esposas. También hubo familias enteras, como la de Édgar Quispe, quien llegó de San Cristóbal junto a su mujer, Margarita Ramos, y sus tres hijos menores, de 6, 4 y 2 años de edad. Y jóvenes, como Margarita Querevalo, de 25 años, quien llegó de Yunga con su radio en la mano para “estar junto al pueblo para que el gobierno nos respete”. La organización fue tal que las delegaciones de los 17 distritos de la región presentes en la protesta (Matalaque, Ichuña, Cuchumbaya, Omate, Puquina y otros) tuvieron cada una un espacio a lo largo de la Panamericana. Las ollas comunes, asimismo, recibieron alimentos donados por la población y algunas municipalidades.” No era pues, una simple operación de desalojo mal ejecutada lo que ocurrió allí, ni tampoco solamente una suma de negligencias.Todo Moquegua estaba en pie de guerra.Y cualquier incursión policial, así se hubiera realizado con el mejor apoyo posible, hubiera terminado en un desastre sin precedentes con cientos de muertos y heridos, probablemente los miembros policiales habrían sufrido las consecuencias de este operativo por la sencilla razón de que estaban desarmados y enfrentándose a gente enfurecida. Nadie parecía darse cuenta de la gravedad de la situación. Los conflictos sociales no se solucionan con represión, sino erradicando las causas que las originan y dan lugar

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a su reacción. En el gobierno parecía primar el concepto del respeto a la autoridad y la razonable consigna de no ceder ante el quebrantamiento del orden, de no negociar con revoltosos que toman carreteras, etc. Pero todo ello no era más que un pretexto equivocado de salvaguardar el orden público para justificar la intervención policial. Pero yo veía sobrecogido que toda esa filosofía política, seguramente eficaz en condiciones normales de verdaderos casos de alteración del orden público, no aplicaba para nada en esta dramática circunstancia que se salía del cuadro de lo normal. Cabe resaltar un fenómeno muy significativo, por decir lo menos. El gobierno no sólo no previó venir el conflicto, sino que presentado éste no tuvo la capacidad de evaluarlo correctamente. Es más, no podía admitir que su punto de vista, si es que lo tenía, podía ser errado. Esa autosuficiencia, mezcla de omnipotencia de criterio para no tomar en cuenta las informaciones que se le hacía llegar, es lo peor que puede ocurrirle a cualquier clase dirigente en el poder. Todos parecían olvidar los graves antecedentes del llamado “arequipazo” y lo de Ilave. Estaba también muy sorprendido que mis informes, debidamente sustentados por comprobaciones fácticas, cayeran en saco roto. Hablé muchas veces con el DGPNP y le dije que no era posible el desalojo en esas condiciones, que lo único sensato en este caso era negociar. Y la respuesta era la misma: Tienes que desbloquear, (Es decir cumplir la misión a como dé lugar). Estaba implícito el mensaje de que a mí me estaban mandando a actuar y no a negociar. Llegué incluso a pensar que las evaluaciones e informaciones que enviaba, no eran simples apreciaciones, sino situaciones comprobadas in situ, al no haber contado con una respuesta, es lógico que pensara que no les parecían confiables, para quienes eran los encargados de tomar decisiones en el más alto nivel. Pero lo asombroso es que no tenían, que yo sepa, otra fuente que les hiciera llegar noticias documentadas y contrarias a las que les remitía. No podían cruzar información. Y aún así tomaban decisiones, inspiradas en un dudoso instinto político. Me preguntaba entonces ¿Y el Manual de Derechos Humanos aplicados a la función policial no le significa nada al DGPNP? El citado manual era un documento de aplicación y observancia obligatoria en la Policía Nacional, aprobado mediante Resolución Ministerial Nº 1452-2006-IN del 31 de mayo de 2006. En dicho Manual se habla de la Resolución de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 20 de noviembre de 1997 que señala: “Una cultura de paz consiste en valores, actitudes y conductas que plasman y suscitan a la vez interacciones e intercambios sociales, basados en los principios de libertad, justicia y democracia, tolerancia y solidaridad, que rechazan la violencia y procuran prevenir los conflictos tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación, y que garantizan

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a todos el pleno ejercicio de los derechos y proporcionan los medios para participar plenamente del proceso de su desarrollo y su sociedad”. ¿Pero y si eso no era suficiente para Salazar, tampoco tomaba en consideración las normas internacionales de derechos humanos a las que el Estado Peruano se había comprometido, así como diversos documentos elaborados en el seno de la ONU relativos a la función policial, en particular el Código de Conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, aprobado por la Asamblea General, mediante Resolución 34/169 ¿Nada de eso era importante para el Teniente General PNP Octavio Salazar Miranda? Colocado entre la espada y la pared, hacía todo lo humanamente posible para cumplir con mi deber. Si bien es cierto que nadie me había enviado a negociar, comprendía también que el empleo de la persuasión era lo más importante dada la presencia de niños, mujeres y ancianos, y no el de la violencia. Desbloquear las vías por la fuerza era imposible. Pensaba también que en última instancia, el asunto era restablecer el orden, y ese objetivo tenía visos de poder alcanzarse por la negociación, evitando el enfrentamiento y la violencia. ¿Cuán posible era esto? Hay que considerar que los líderes y organizadores del paro eran también conscientes que estaban en un punto muerto, pues el gobierno consideraba un chantaje el reclamo por la fuerza, y no cedería en estas circunstancias para no hacer peligrar el principio de autoridad muy venido a menos en los últimos años. Algunos dirigentes comenzaban a considerar que levantar el paro podía ser conveniente para sus aspiraciones. Total, el gobierno ya sabía de lo que eran capaces, y ahora podían suspender el paro como una muestra de buena fe y sentarse a la mesa con más capacidad para negociar. El problema que se presentaba es que esta situación la podían entender los dirigentes principales, pero no así las masas ni los delegados radicales de los pueblos del interior, que eran los más agresivos y pensaban que podían obtener por la violencia una victoria inmediata. También podía observarse que, ante la inminencia de la acción policial, el paro comenzaba a radicalizarse y los dirigentes principales iban perdiendo contacto e influencia con las bases. Así las cosas, mis superiores me conminaban a actuar y los dirigentes me pedían treguas para convencer a las bases. Al parecer quienes dirigían el operativo desde Lima, habían olvidado un concepto muy importante en la aplicación de tácticas y estrategias para el control de multitudes, la “psicología de masas”, seguramente no recordaban que ante la presencia de una masa humana deja de funcionar la peculiaridad de cada individuo, aflorando el inconsciente racial que es uniforme en todos los individuos- lo heterogéneo se vuelve homogéneo-

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aparece un carácter promedio en los individuos que integran una multitud de personas con nuevos comportamientos en su manera de actuar. En la masa el individuo adquiere un sentimiento de poder invencible (porque son muchos). Desaparece la responsabilidad individual el hombre en este conglomerado de personas es anónimo. En este conjunto de personas, cada uno de sus integrantes puede exteriorizar sus emociones impulsivas de manera muy diferente de si encontrara solo, ya que desaparece la conciencia moral. Se aplaza el interés personal por el interés general de la masa. El contagio hace que en las masas los rasgos especiales se exterioricen y los oriente. La más importante la “sugestionabilidad”: Provoca características particulares al individuo en la masa. Uno de sus efectos es el contagio. Por esta se explica la diferencia entre las características del hombre aislado y el hombre en masa. Una reacción imprevista de un solo dirigente o un líder, puede llegar a desencadenar en esas circunstancias impredecibles reacciones utilizando al conjunto de personas que comanda; y que desde Lima no eran observadas ni tomadas en cuenta. Al amanecer del día 16 todo el personal con que contaba se encontraba en sus puestos designados —con la expresa consigna de no actuar sin mi orden—estaba en la parroquia con el Padre Martín Ayala esperando a los dirigentes que se habían dirigido a conversar con sus bases. El personal policial había sido ubicado a una distancia prudencial con la orden precisa de no lanzar gas lacrimógeno ni responder a las provocaciones y de mantenerse en una actitud vigilante, porque la menor chispa podía detonar el desastre.

*La boca del lobo Película peruana de Francisco Lombardi sobre una patrulla del ejército que llega a un pueblo de la sierra que está rodeado de terroristas de S.L. aunque no los pueden ver.

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La violencia es el último recurso del incompetente. Isaac Asimov

Apocalipsis ahora*

E

n los meses de mayo y junio de 2008 se promulgaron diversos decretos legislativos, entre ellos el que fue llamado “Ley de la Selva”, que aprobaba el régimen jurídico respecto al uso de tierras agrícolas. Los nativos y algunos

grupos que sostienen ser defensores de los derechos humanos los consideraron injustos. Alentados por políticos radicales y diversos dirigentes que “defienden” intereses localistas, consiguieron que los nativos de Bagua realizaran tomas de carreteras y se atrincheraron en la llamada “curva del diablo”, de la carretera Fernando Belaúnde, propiciando el absurdo y trágico enfrentamiento del 5 de junio de 2009, que tuvo un resultado muy lamentable, al producirse la muerte de 23 policías y 10 nativos. Los sucesos, en los que nuevamente la improvisación y la falta de coordinación dieron lugar a la tragedia que todos conocemos, se iniciaron a las 5 de la madrugada del 5 de junio.Varios helicópteros comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas contra unos dos mil nativos; sin embargo fue uno de los tripulantes de un helicóptero la primera víctima. El suboficial José Antonio Vilela Morales fue abatido por disparos hechos por los nativos. Según el Director General de la Policía Nacional de entonces, José Sánchez Farfán, los insurgentes habían robado armas y fusiles AKM de un puesto policial vecinos. Al comenzar el desalojo en la “curva del diablo”, nativos que estaban en cerros aledaños desde la noche anterior, comenzaron a arrojarles piedras y objetos contundentes. De pronto, de manera imprevista un grupo comenzó a disparar con escopetas y armas de guerra e hirió a numerosos policías, lo que motivó que estos últimos, al mando del desaparecido Mayor Felipe Bazán, subieran a las lomas con la finalidad de enfrentarlos cuerpo a cuerpo. Pero al llegar, los policías fueron atacados por otra agrupación de indígenas que llegó por la parte de abajo. Como producto de este alevoso ataque murieron cinco agentes de

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la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (DINOES), todos degollados y con heridas causadas por lanzas y disparos de escopeta de calibre 12. Sus cuerpos fueron lanzados a un barranco. En la localidad de Reposo los revoltosos quemaron un vehículo de los bomberos, una ambulancia y la camioneta de la fiscalía de Utcubamba. Por la tarde, y para vengar a los indígenas muertos en los enfrentamientos, un numeroso grupo de nativos tomó por sorpresa las instalaciones de la Estación de Bombeo Nº 6 de Petroperú y secuestró a 38 policías que la custodiaban. Diez de ellos fueron ejecutados brutalmente cuando se encontraban desarmados; los demás se salvaron por un contraataque policial que acudió a rescatarlos. La Comisión Investigadora de los sucesos de Bagua ha encontrado notorias fallas en la intervención policial. Una de las que ha trascendido es que el contingente policial, que dirigió el General Luis Muguruza, llegó demasiado tarde al teatro de las operaciones cuando los nativos ya habían atacado y dado muerte a varios policías, además se había incrementado el número de nativos lo que le daba una mayor fortaleza y seguridad a los alrededores de la llamada “curva del diablo”, ante un reducido número de miembros policiales. Pero al parecer las deficiencias y fallas se originaron en niveles más altos. Se tiene conocimiento que el 4 de junio, se realizó una reunión en el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas con el objetivo de planificar un operativo coordinado. En dicha reunión estuvieron presentes el Ministro de Defensa Antero Flórez Araoz, la Ministra del Interior Mercedes Cabanillas y el Ministro de Energía y Minas Pedro Sánchez. También estuvieron presentes, además de altos jefes de la FAP, el DGPNP José Sánchez Farfán, el Director de Operaciones Luis Muguruza y el Director de Inteligencia César Pasco. Pese a que en dicha reunión no se fijó la fecha del operativo, según ha trascendido, sino el apoyo que debían prestar las Fuerzas Armadas a la Policía Nacional, entendiéndose que las acciones deberían realizarse cuando esa ayuda estuviese lista, extrañamente se precipitaron los acontecimientos; no se logró coordinar ese vital apoyo y al día siguiente se ejecutó el operativo de manera improvisada con lamentables pérdidas de vidas humanas que se pudieron evitar, si se hubiera seguido una correcta planificación. . El apresuramiento policial también se evidencia en una reunión que tuvieron en Bagua el Jefe de la Sexta Brigada del Ejército Raúl Silva y el Jefe de la 4ta. Dirección Territorial Policial Javier Uribe. Silva fue entonces de la opinión de postergar el operativo policial

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hasta que se efectúe el despliegue de las tropas tal como se había convenido. Al parecer, una vez más una decisión política, que no consideró los graves riesgos que se corrían al efectuar un desalojo sin el apoyo pactado, determinaron el rotundo fracaso de una operación policial que pudo ser mejor ejecutada. Otra grave deficiencia que parece no tener vías de solución son las comunicaciones en las acciones policiales de envergadura, como ha sucedido en los últimos operativos, porque, es recurrente que los jefes del operativo se comuniquen pésimamente a través de celulares con códigos RPM, sin verificar si esos equipos contarían con señal en un lugar tan alejado y con interferencias, como sucedió el día de los hechos, en la carretera Fernando Belaúnde. Y, por último, a nivel político se prefirió el uso de la fuerza sin agotar la vía pacífica de las negociaciones, ni mucho menos el diálogo con anterioridad, pues es conocido que los reclamos duran varios meses y al no encontrar solución es que recurren a tomar medidas que lindan con lo delictivo, motivo por el cual el trágico resultado estaba previsto; es decir, lo que origina estos conflictos tan lamentables, es la falta de prevención por parte de algunas autoridades, que es aprovechada por ciertos políticos, muchas veces con fines electorales, mas no para beneficiar a la población.

*Apocalipsis ahora Célebre película de Francis Ford Coppola, sobre la locura a la que puede llevar la guerra.

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La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve. Martin Luther King

La carga de los 600*

V

olviendo a lo sucedido en Moquegua, tenemos que en esas circunstancias tan tensas y delicadas, y encontrándome en la parroquia negociando con autoridades y dirigentes, el Coronel Clever Vidal hace uso del gas lacrimógeno

desobedeciendo mi orden de suspender el operativo y con el apoyo del Coronel Edison Salas que venía del sur (Tacna) se lanzaron a desbloquear el Puente Montalvo, lanzando gases lacrimógenos. El resultado fue un desastre. Los manifestantes, que los superaban largamente en número, y armas contundentes de todo tipo, contraatacaron violentamente poniendo en fuga a la tropa, con una gran cantidad de policías heridos y contusos. Tomé conocimiento de estos aciagos sucesos -como repito-, cuando me encontraba reunido con los dirigentes, para llegar a un acuerdo que iba a permitir despejar la carretera Panamericana por 48 horas y retomar las negociaciones con el Gobierno. En esos momentos recibí la llamada del Comandante José Miguel Briones Silva, quien me preguntó si yo había autorizado el uso del gas lacrimógeno, respondiéndole en forma negativa en presencia de los concurrentes con quienes me encontraba negociando y que estaban siendo informados por celular de lo que ocurría en el teatro de operaciones. El resultado fue que los dirigentes creyeron que los había engañado, y que mi disposición de negociar era una treta para cogerlos desprevenidos. Ante esta información y al frustrarse la negociación, me dirigí inmediatamente al lugar de los hechos al mando de un centenar de efectivos a bordo de vehículos policiales, con la finalidad de controlar la situación y evitar que se produzcan atentados contra los derechos humanos de acuerdo a lo dispuesto por el General Salazar Miranda. En nuestro recorrido encontramos el camino bloqueado, por lo que dispuse que hiciéramos el resto del tramo a pie a través de las chacras. Fue en esas circunstancias que fuimos emboscados por cerca de un millar de huelguistas que nos rodearon y comenzaron a lanzar una lluvia de piedras, como ya he narrado.Y cuando quisimos abrirnos paso lanzando gas lacrimógeno,

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nos esperaba otra sorpresa. Las granadas eran inservibles. Y luego de un intento de protegernos, los manifestantes nos seguían arrojando objetos contundentes, haciéndonos retroceder, hasta caer aparatosamente en un desfiladero, donde fuimos hechos prisioneros. Debido a la enorme cantidad de hechos ocurridos previamente y a que las escaramuzas se dieron en diversos frentes, implicando también a numerosos actores, la verdad de lo que ocurrió en el llamado “Moqueguazo”, comienza a surgir con posterioridad a la frustrada negociación y al ataque que fuimos objeto los policías. Y esa verdad va emergiendo, sobreponiéndose a las falsedades que esgrimieron los verdaderos responsables para evadir las consecuencias de sus actos ante el fracaso del pretendido operativo. Descontando los errores políticos que llevaron al gobierno a no tener una adecuada apreciación y prevención de lo que podía ocurrir en Moquegua - y como siempre -, colocando de manera equivocada el problema frente a la policía para que lo solucione; en la institución policial tampoco se advirtió que el conflicto era de tal envergadura que superaban ampliamente el marco de las operaciones rutinarias para llegar a restablecer el orden ante un conflicto con la presencia de miles de personas. Para complicar la situación, en el comando policial no se cumplieron las normas establecidas para abordar un conflicto de esta naturaleza hubo una manifiesta improvisación y se transgredieron las normas al tomarse las cosas a la ligera y al final, se actuó precipitadamente y sin coordinación con los integrantes de las fuerzas policiales en el lugar de los hechos. En primer lugar, la Dirección a mi mando comenzó a informar desde el 29/05/2008, dándole cuenta a los Canales de Inteligencia, tales como la Dirección de Inteligencia de la PNP-DIRIN y la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior-DIGIMIN, día a día, de los incidentes relacionados a los hechos que acontecían en la ciudad de Moquegua, durante el paro indefinido organizado por el FDIP-Moquegua. Lo que pasó fue que la DIRIN y la DIGIMIN, no procesaron la información recibida y ésta no fue enviada a la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales-DIREOP, para la confección del Plan de Operaciones Específico. De acuerdo a la Doctrina de Estado Mayor, el planeamiento de una operación debe realizarse con 72 horas de anticipación y ser enviada a la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales (DIREOP) para su revisión, visación y aprobación. Pero lo que ocurrió fue una evidente violación de estas normas. Sucedió que el DGPN, General Salazar, dispuso que la Dirección Ejecutiva de Operaciones PolicialesDIREOP hiciera el Plan Específico para el desbloqueo de las vías en Moquegua. Y esta dependencia no cumplió esa disposición, el General Julio Vergara, se limitó a trasladarme

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esa responsabilidad, mediante una orden telefónica. Y tampoco se respetaron los plazos de rigor que están debidamente normados. Me comunicaron que debíamos hacer ese Plan de Operación Específico a la 1:30 de la tarde del día 15 de junio, y que debíamos remitirlo a Lima a las 6 de la tarde ¡de ese mismo día! Es decir, teníamos 4 horas 43 minutos para elaborar un planeamiento hartamente complejo y sobre todo, frente a un conflicto de gran envergadura. Nosotros cumplimos con producir ese documento pese al corto tiempo conferido y lo remitimos a las 6 de la tarde a la superioridad. Y el General Vergara nos envió la aprobación a las 8:30 de la noche. Nunca en mi carrera policial he sido testigo que un asunto de tanta responsabilidad y riesgo se discuta y apruebe con tanta celeridad. Para hacer más complicada la situación, el comando dispuso que la intervención de la policía se efectuase esa misma noche, apenas unas pocas horas después de haberse planificado y aprobado, sin considerar que no existían las mínimas condiciones para su realización. El paro y el bloqueo de las vías de comunicación impedían el paso de las tropas, los efectivos para la operación del desalojo no estaban completos, el personal de la DIRIN no había llegado, no había gas lacrimógeno suficiente, no se había organizado el transporte masivo de los efectivos, no había gasolina para los vehículos, no teníamos un sistema de comunicaciones simultáneo y teníamos que recurrir a los celulares, cuyas baterías se agotaban en medio de la operación. Y como la intervención era de gran envergadura, con fuerzas que se embarcaban apresuradamente en Lima y en varios puntos del sur, no todos los oficiales al mando pudieron tener conocimiento del plan de operaciones. Esta descomunal improvisación tenía que fallar por todos lados. Era realmente la crónica de un desastre anunciado. Para empezar, la Dirección General de la Policía, haciendo caso omiso de mis constantes preocupaciones e informaciones cursadas, trató la crisis de Moquegua como un simple problema, sin darle la importancia que el caso requería. Nunca procesó mis informaciones ni les dieron el trámite que mandan los reglamentos. Pude enterarme que minimizaban el peligro y que creían erradamente que los manifestantes que habían tomado el Puente Montalvo no pasaban de 400 personas. Cálculos moderados lo estimaron en 20 000 personas regularmente movilizadas, y en 25 000 en los momentos más álgidos. Ello explicaría el por qué no se enviaron equipos de inteligencia a Moquegua, por qué la DIREOP no preparó la Orden de Operaciones y por qué me la encomendó – desobedeciendo las órdenes del Director General–, por qué no se envió el gas lacrimógeno y se desestimaron tantas advertencias en las informaciones remitidas y que evidenciaban lo que podría suceder si no se tomaban las precauciones que el caso ameritaba.

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Es evidente que la decisión del gobierno de desbloquear las vías e intentar restablecer el orden manu militari cogió por sorpresa a los mandos policiales.Y como persistían en el error de suponer que esa asonada era cosa de poca importancia, pensaron que con unos cientos de efectivos bastaría y sobraría para obtener un aplastante éxito en el operativo, lo cual no fue así como lo demuestran los resultados. Es de suponer que de Palacio de Gobierno debió salir la irreflexiva orden de acabar con los disturbios en Moquegua de una vez por todas y que la policía utilice los medios de fuerza para conseguir este objetivo. Y es evidente también que el DGPNP no le dijo al Primer Ministro que esa operación no era posible de acuerdo a las informaciones cursadas, lo que corrobora que esa operación fuera ordenada, sin tomar conocimiento de lo que realmente acontecía. El sentido común indica que, en todo caso, la Policía debió preparar con tiempo esta operación, adelantándose a la decisión política, para tenerla lista si llegaba a darse la orden. Eso es lo que normalmente se espera de una fuerza militar o policial.Y no, como ocurrió, que la decisión política encuentre desprevenida a la policía; y aún en esta incómoda circunstancia, el DGPN debió poner en conocimiento del gobierno que no estábamos preparados y solicitar el plazo y los recursos necesarios para enmendar esa catastrófica falta de previsión. Lo que ha debido ocurrir es que el DGPNP no quiso dejar en evidencia su falta de preparación para enfrentar situaciones de crisis graves y prefirió arriesgarse confiando en la providencia. Pero de cualquier manera es evidente que ordenó que se lleve adelante un operativo a ciegas, sin estar preparados ni tener el número de policías suficientes, realizando una aventura muy peligrosa. La orden era iniciar el desalojo de los puntos bloqueados a la medianoche, estando nosotros en alarmante inferioridad numérica, con escasez de equipos y con bombas lacrimógenas inservibles, ante estas falencias era lógico deducir que se venía el desastre. Lo peor de todo es que ya estaba en conversaciones con los dirigentes de la revuelta para desbloquear los caminos pacíficamente. Para mí fue una lucha contra el tiempo, por un lado, organizar la operación y por otro lado, tratar de negociar con los dirigentes al mismo tiempo que me comunicaba con Lima tratando de explicar la conveniencia que no se ejecutara la intervención, por lo impracticable y tal como se verificaban las conversaciones con los dirigentes a fin de culminar la negociación, que tal como se estaba desarrollando tenía visos de tener éxito. Fue un diálogo de sordos, porque el DGPNP me exigía intervenir y yo insistía en negociar antes que sufrir un descalabro de imprevisibles

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consecuencias. Pedí entonces la postergación de la operación hasta las 8 de la mañana, mientras trataba de llegar a un acuerdo con los líderes. Pero ya el caos comenzaba a invadir nuestras propias filas. Había ordenado, en uso de mis atribuciones como Jefe del Comando Operativo abortar la operación completamente y mantenerse en alerta en los puestos designados, sin intervenir ni provocar a los manifestantes, y sobre todo sin usar gas lacrimógeno, hasta nuevas órdenes. Sin embargo, la desobediencia y la anarquía comenzaron a cundir, alentadas increíblemente por el propio DGPNP desde Lima. Esto se vio claramente en las inmediaciones del Puente Montalvo. Allí el Coronel Clever Vidal y sus hombres se habían acercado demasiado a los revoltosos, que en número de 10 000 comenzaban a exaltarse ante la presencia policial. Cuando el Comandante Miguel Briones llega de Arequipa, a las 6:00, se traslada inmediatamente a su posición en el local de Senasa en Moquegua, y lo primero que nota es la temeraria actitud del Coronel Vidal. Aprovechando la comunicación telefónica con el personal de la Oficina Regional de Inteligencia de Arequipa – ORI, el Comandante Miguel Briones les manifiesta que se coordine con el Jefe de la DINOES, toda vez que se encontraba en medio de dos cerros, donde permanecían unos 5 000 manifestantes apostados en la zona alta de ambos cerros y que se le advierta el peligro en que se encontraba pidiéndole que salga de allí con sus hombres, porque en esa posición desfavorable podía ser rodeado y atacado. Le sugiere que retroceda hasta la posición en la que se encontraban en SENASA, porque allí era más seguro. Pero el Coronel Vidal responde que se quedaría allí, haciendo caso omiso a mis órdenes de no provocar. Lógicamente, los manifestantes comienzan a lanzarle piedras. Y en vez de retirarse, en estricto cumplimiento de mis órdenes, Vidal pasa por encima de ellas y llama a Salazar —no a mí, como le correspondía— a contarle que estaba siendo hostigado y a pedirle permiso para lanzar gas lacrimógeno, sabiendo perfectamente que yo lo había prohibido por la situación en la que se encontraba dicha zona. Y lo insólito es que el Director General, sabiendo también que yo había ordenado la paralización de toda intervención, porque estaba negociando, le ordena que use el gas lacrimógeno. Se rompe así la unidad de comando, concepto básico de toda estrategia, se propicia la indisciplina y se viola la tregua que había concedido a los dirigentes del paro. Y entonces, naturalmente, “arde Troya” y se precipitan los lamentables acontecimientos. Los líderes del paro, con toda razón consideraron que los habíamos traicionado, dando lugar a que abandone de manera precipitada las negociaciones en la iglesia de Moquegua para ir a poner orden y tratar de salvar la situación. En esas circunstancias es que comenzamos a ser atacados por la turba y nos dirigimos a un cerro tratando

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de protegernos. En esos momentos tan críticos, pido apoyo por celular al piloto del helicóptero, Mayor Víctor Salvador Sulca para que venga con personal premunido de gases lacrimógenos a ayudarnos. Salvador me contesta que no tenía personal, pero que en diez minutos aterrizaba el avión con personal de la DINOES. Le indiqué que espere esos refuerzos y que con ellos viniera a rescatarnos, mientras resistíamos esforzadamente el asalto. Lo que ocurrió fue tan insólito que cuesta creerlo.A las 09:23 aterrizó el avión con personal policial de la DINOES. El piloto del helicóptero le comunicó la citada emergencia al jefe de ese contingente, el Coronel Armando Martínez Salazar, y mis órdenes de proceder inmediatamente a nuestro rescate. Pero el Coronel Martínez le contestó –según manifestación del piloto del helicóptero– “Yo dispondré de la distribución de mi personal”. Esta inaudita actitud de un coronel, mientras un general y su personal se encontraban en grave peligro, negándose a prestar la ayuda que el caso requería no tiene precedentes, que yo sepa, en ninguna parte. Luego dicho coronel procedió a hacer subir a la tropa al helicóptero, con todos sus pertrechos, colmando la capacidad de peso del aparato, cuando lo que necesitaba era una nave con poco peso para que tuviera un mayor margen de maniobrabilidad que hiciera posible el rescate, lanzando gases y creando confusión en la turba que nos tenía cautivos y amenazaban atentar con nuestras vidas e integridad física, lo que nos daría una oportunidad de abordar la nave con celeridad. Pero dicho coronel no sólo sobrecargó el helicóptero sino que no llevó gas lacrimógeno abordo. Enterados de mi situación en Lima, el DGPNP le ordenó al coronel que procediera inmediatamente a mi rescate. Pero dicho coronel pretendía insólitamente hacerlo sin premunirse de gas lacrimógeno, que es lo único que se podía usar porque estaba prohibido llevar armas de fuego. Eso se lo hizo notar el piloto del helicóptero cuando le dijo que sin el gas no se podía hacer nada. Mientras, se buscaba el material lacrimógeno el despegue demoró más allá de lo razonable, finalmente el helicóptero levantó vuelo del aeropuerto de Ilo a las 9:45 llevando en el interior de la nave a 33 efectivos policiales y sobrevoló el lugar donde nos tenían cautivos, pero como era lógico, no pudo aterrizar ¡por exceso de peso! Ante esta eventualidad, tuvieron que seguir el vuelo hasta el aeropuerto de Moquegua dando lugar a que se perdiera media hora. Como se puede apreciar en los dos casos detallados, no hubo un comando único, ya que las operaciones policiales también eran dirigidas desde Lima, por el General Salazar Miranda, DGPNP del Perú. De acuerdo a los Principios de Organización del Manual

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de Estado Mayor, en las operaciones de Moquegua se perdió el principio de unidad de comando. Esto quiere decir que en cada elemento constitutivo de la organización debe de haber un sólo jefe, y todos los jefes deben ser responsables ante un superior. El cumplimiento de este principio permite el establecimiento de la cadena de comando y el control efectivo de los subordinados. De todo ello se establecen dos conclusiones: • Cada individuo debe de saber de quien depende o quienes dependen de él. • Ningún individuo debe depender de más de un superior. Los niveles de organización no se cumplieron desde el principio ya que el Comando General, que debería estar a cargo del General Julio Vergara, Director Ejecutivo de Operaciones Policiales - DIREOP- no fue asumido por él. Fue expropiado por el DGPN del Perú, General Octavio Salazar, como he demostrado en su momento con las diferentes órdenes telefónicas y verbales que me fueron dadas.

*La carga de los 600 Hecho histórico de la Guerra de Crimea en 1854 con el ataque suicida de la brigada ligera de caballería británica en Balaklava, todo por una orden mal dada y peor entendida. El hecho fue inmortalizado por los versos de Lord Alfred Tenyson.

… en el valle de la Muerte cabalgaron los seiscientos… en las fauces de la muerte, en la boca del infierno, cabalgaron los seiscientos.

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La ignorancia es la madre de todos los crímenes. Honoré de Balzac

Psicología de masas*

C

omencé este recuento narrando el momento en que un grupo de valerosas mujeres moqueguanas se interpusieron entre nosotros y la turba que estaba a punto de lincharnos. Ellas argumentaron en nuestro favor que también

éramos hijos del pueblo y que sólo cumplíamos órdenes. Y exigieron que los heridos fueran llevados a las carpas de emergencia médica que se habían instalado cerca del Puente Montalvo. Esa acción inesperada cogió por sorpresa a los atacantes. Los hombres se miraron, discutieron y, sorprendentemente, los desconocidos poderes de la psicología de masas, o los poderes de la Virgen, hicieron su prodigioso trabajo permitiendo que todo el personal que se encontraba retenido iniciara una penosa marcha de regreso a la ciudad. Esta vez los prisioneros éramos nosotros; en el trayecto, la señora Nélida Cuayla, esposa del profesor Gabriel Tito, me dijo que me había roto el brazo; dada la situación en la que me encontraba no me había dado cuenta, ella me lo vendó y seguimos el recorrido. El peligro no había pasado. La ciudad entera estaba convulsionada. Más de 20 000 hombres estaban en pie de guerra, muchos de ellos venidos de las partes altas de la sierra, y el conflicto social se agudizaba con el paso de las horas. La policía no sólo había sido desbordada –con una situación de rehenes– sino que, a esas alturas cualquier posibilidad de una acción policial podía desatar una hecatombe con un altísimo costo de muertos y heridos. La última posibilidad de contener el desborde se había escapado de las manos. La incompetencia, la negligencia y la improvisación habían dejado a la institución policial fuera del juego. Ya en las carpas de atención médica observé a muchos policías con las clavículas salidas, con fracturas en brazos y piernas, con las cabezas rotas y sangrando por doquier. Para ese momento, la situación de los manifestantes era inmanejable ya no había dirigentes, se había salido de control. Uno de los más notorios cabecillas del Frente de Defensa de Moquegua, la organización que había dispuesto el paro indefinido, era el profesor Wiral Huarcayo. El día

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central de los desórdenes –en los que turbas enardecidas atacaron y quemaron un ómnibus que llevaba policías, amén de incendiar otros autos, apedrear la comisaría y causar diversos destrozos– Huarcayo intentó evitar los desmanes, pero los revoltosos no sólo desconocieron su liderazgo sino que lo apedrearon y hasta quisieron lincharlo. Era el típico caso en que las bases desbordan a las dirigencias y se desata el caos impredecible. También resultaron víctimas de agresiones y tocamientos indebidos seis policías femeninas quienes terminaron con múltiples heridas; les dirigí algunas palabras de aliento y me retiré a conversar con la señorita Marixa Paredes Choquehuanca, enfermera del Ministerio de Salud. Por ella me enteré que fuera de las carpas había unas 10 000 personas, muchas de ellas en estado de embriaguez, porque se habían amanecido en espera del curso de los acontecimientos. Ellos discutían qué hacer con los policías capturados. Algunos se habían aprovisionado de sogas y gritaban que iban a colgarnos de las vigas del Puente Montalvo. Le pregunté a la enfermera si en su opinión corríamos realmente el riesgo de ser asesinados, y ella me lo confirmó, porque muchos de los más radicales estaban borrachos y azuzaban a los demás buscando consenso para matarnos. Saqué entonces de mis bolsillos 10 000 soles que había retirado de Arequipa para el rancho de los efectivos, mil soles de mi peculio y mi inseparable cadena y reloj, y le pedí que me los guardara, añadiéndole que si algo me pasara se los entregara a mi esposa. En esos momentos, entró un hombre asustado; era el chofer de una ambulancia, informándome que varias ambulancias habían sido retenidas por los manifestantes que no las dejaban pasar diciendo que aún no habían decidido qué hacer con nosotros. Llamé entonces a un grupo de los revoltosos y les dije en tono terminante que debían dejar que se lleven a los heridos a los hospitales pues su salud se estaba agravando, y que yo me quedaría como rehén hasta las últimas consecuencias. Lo dije con el tono con que se da una orden. Era prisionero, pero seguía siendo un general, y presentía que mi grado, mi condición de alto oficial, todavía podía inspirar autoridad y respeto en estas gentes por más insubordinadas que fueran. Ya había ocurrido el milagro de la intervención exitosa de las mujeres que consiguieron nuestra liberación. Había indudablemente resortes misteriosos para manejar situaciones de crisis en las condiciones más adversas. Y sentí que podrían funcionar, que tal vez sería capaz de entreverlas y de manejar un asunto con el tacto y la oportunidad que en esos momentos a las más altas autoridades del país le faltaban, incluyendo al Presidente de la República, Primer Ministro, Ministro del Interior y al Director de la Policía en Lima. El gobierno estaba siendo jaqueado, la situación de impotencia se había desatado como una tormenta, mi personal y yo estábamos prisioneros y en peligro inminente de muerte,

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pero no me había rendido. Mi situación era completamente incierta y comprendí que no podía esperar nada del alto mando policial. Tal vez ni sabrían dónde estaba ni en qué situación me encontraba, porque el servicio de inteligencia ya había demostrado su perfecta inutilidad. Desde el mes pasado en que había estado enviando la información pertinente sobre la posibilidad de un estallido social y el comando en Lima no tomó las medidas pertinentes, ni mucho menos dispuso personal de inteligencia alguno. Recién lo envió el 16 de junio en horas de la mañana junto con los refuerzos, antes del inicio de la gran revuelta, cuando ya toda averiguación era inútil, porque los acontecimientos se precipitaban y cambiaban minuto a minuto. Los altos mandos no solamente no enviaron inteligencia, sino que ni siquiera procesaron mi información, por lo cual no se hizo ningún plan de operaciones específico para Moquegua como lo prevé la doctrina policial. Y para colmo, los pedidos de gas lacrimógeno y equipos antimotines para mi jurisdicción -que comprendía Arequipa, Moquegua y Tacna- desde 2007 y 2008 nunca fueron atendidos, pese a que los gestionaba con insistencia desde hacía más de un año, solo se recibió el Informe Nº 152-2008-Dirlog del 09 de Junio de la Dirección de Logística de la Policía el cual me comunica que en el almacén no pueden atender lo solicitado por no contar con equipo policial y agentes químicos, lo que se tomará nota para posterior atención. Y ese día fue fatal no contar con gas lacrimógeno; nuestras escasas reservas estaban pasadas de fecha, y cuando lanzamos esas pocas granadas no funcionaron. La carencia de gas lacrimógeno en nuestra policía era visible ya que la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales – DIREOP, con Memorando Nº 047 del 18 de marzo de 2008, me solicita el apoyo de 150 cartuchos lacrimógenos para ser utilizados en las operaciones policiales para atender cualquier contingencia de alteraciones de orden público a nivel nacional. Les comunico que nuestra Dirección no contaba con stock suficiente ya que lo que tenía era para atender los problemas de orden público de la Región, pero es el caso que el DIREOP me envía un memorando en el cual dispone que en el día y bajo responsabilidad debería internar el material lacrimógeno requerido, se dispuso que el almacén de logística remita a Lima solamente 50 cartuchos lacrimógenos. Cuando mis hombres heridos partieron rumbo al hospital respiré un poco aliviado. Afuera seguía el griterío inacabable de una turba enardecida pidiendo mi cabeza. Las ambulancias consiguieron traspasar el cerco de los más radicales en medio de una lluvia de piedras que les rompieron todas las lunas pero no pudieron detenerlas. La satisfacción por lograr evacuar a los heridos más graves fue breve. La agresividad contra mi persona volvió a renacer. Yo sostenía pertinazmente mi versión –como era en realidad– que no había mandado a mis policías a hostigar a la población, y que había sido desobedecido por

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algunos policías que probablemente se vieron en peligro de ser linchados. Sin embargo, los cabecillas de la revuelta seguían sosteniendo intransigentemente que yo los había traicionado, justamente cuando ellos estaban analizando la posibilidad de aceptar una solución pacífica para el desbloqueo del Puente Montalvo. El hecho es que por encima de cualquier otra consideración creo que el pueblo de Moquegua es civilizado, y pese a que los extremistas querían hacer consenso en la multitud para lincharnos, incitándola con arengas incendiarias, ese pueblo no se sumó a esa barbaridad. No sé a quién se le ocurrió, pero viéndolo bien fue una idea providencial: comenzó a circular la ocurrencia de que a cambio de la libertad de todos los rehenes –había muchos pues sólo se había liberado a los heridos de gravedad–, yo debería pedir perdón de rodillas al pueblo agitando una bandera blanca. Esa misma bandera blanca que enarbolaba horas antes cuando fui con mi personal a tratar de buscar una solución pacífica con los insurrectos. La idea del perdón fue ganando adeptos rápidamente y pronto casi todos los allí presentes estuvieron de acuerdo en cambiar el linchamiento por un pedido de perdón de mi parte y de un arrepentimiento sincero, según decían. Sin embargo, como es de público conocimiento –ante un hecho similar– otros no tuvieron la misma suerte, porque meses después, 24 policías fueron horriblemente masacrados y asesinados en Bagua, al imperar la barbarie, sin haber tomado las debidas precauciones y previsiones del manejo de una situación en las que las masas sobrepasan a sus dirigentes, como sucedió en Moquegua, es decir, de nada sirvió lo acontecido. Se estaba presentando una oportunidad que, con todo lo negativo y humillante que pudiera conllevar la situación, salvaba la vida de mis hombres y la mía, al menos por ese momento. Dada las circunstancias comprendí que era la mejor manera de ganar un tiempo muy valioso para que pudieran llegar hasta donde estábamos tanto el Defensor del Pueblo de Moquegua, doctor Hernán Cubas Sánchez y Monseñor Marco Antonio Cortez Lara, Obispo de Tacna y Moquegua. Digo que salvaba nuestra vidas momentáneamente, pues sabía de antemano que con los dirigentes fuera del juego no había efectivamente con quién negociar. Las promesas de la multitud y sus acciones podían cambiar de un momento a otro, conforme el imprevisible curso de los acontecimientos. Así que accedí al camino de pedir disculpas. Me negué de plano a pedir perdón, como querían los más radicales. Pedí disculpas por los supuestos o reales maltratos y vejaciones al pueblo de Moquegua, por los daños que podría haber ocasionado la acción policial, por la indolencia del gobierno ante los legítimos reclamos de esa toda esa gente que se encontraba congregada, que se veía perjudicada por la injusta distribución del canon minero. La lista de reclamos era interminable e iba variando según hablaban unos u otros cabecillas.

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Luego vinieron las exigencias sobre las formalidades del pedido de perdón. Algunos sostenían que debía hacerlo de rodillas con un trapo blanco en señal de rendición. Les contesté más o menos lo siguiente: “señores, acepto gustoso el pedido de solicitar disculpas, no así perdón, al pueblo de Moquegua, aunque no me corresponde, pues éste es un problema político y no policial. Pero no me pidan que me arrodille porque eso no es digno de un general que debe dar el ejemplo de dignidad, ni me pidan tampoco que agite un estandarte que no sea el pabellón nacional, nuestra sagrada bandera que no debe ser reemplazada jamás por ninguna otra en el corazón de los peruanos”. Los cabecillas se miraron, consultaron entre ellos y luego de airadas disputas entre las que llegué a escuchar que algunos decían que no perdieran el tiempo conmigo porque no estaba en una situación de plantear condiciones, sino que debía aceptar sus exigencias o en todo caso, que convengan a matarme de una vez; hasta que finalmente me comunicaron que aceptaban mi fórmula de pedir disculpas. Salí entonces y me llevé la sorpresa de mi vida. No eran cuatro o cinco mil pobladores, como me habían dicho. Era un mar humano; calculé rápidamente que fácilmente pasaban de 20 000 los enardecidos y vociferantes lugareños que a viva voz pedían mi cabeza. Coreaban desordenadamente tantos estribillos que no podía distinguir lo que decían porque se superponían unos a otros. Pero la palabra “muerte” se hacía audible aquí y allá en medio de esa gritería infernal. Me acerqué entonces con una actitud firme y segura hacia los micrófonos. No tenía un discurso previsto, así que improvisé lo mejor que pude una declaración que tenía el sabor de un alegato político, porque comprendía perfectamente que ése no era un asunto policial sino el producto del abandono político a Moquegua, lo que había degenerado en un estallido social. Ni esos hombres, que estaban dispuestos a someterme a una especie de juicio sumario popular, querían presentarme sus quejas porque me reconocían como jefe policial, ni tenía al frente dirigentes para negociar nada. En esas circunstancias, traté de ser un orador que se congraciaba con las masas, que podía asumir el papel de interlocutor válido ante el Gobierno, de decirles tácitamente que más les valía vivo que muerto, que su causa era justa y que hasta el momento no había pasado nada grave que los invalidara para una negociación genuina. Yo estaría dispuesto a testimoniar la legitimidad de la protesta popular; no era mi papel, claro está, desde el momento que los políticos no supieron ni prever ni manejar la crisis. No sólo demostraron así que eran incompetentes, sino que en esta hora crítica brillaban por su ausencia. Me sentía abandonado a mi suerte, como en realidad lo estaba. No había un solo miembro del Gobierno con capacidad de negociar en Moquegua, no había Fuerzas Armadas presentes, ni un cuerpo policial con capacidad disuasiva.Ya todo había fracasado. Cualquier cosa podía ocurrir y estaba a merced del azar.

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No estaba en condiciones de discernir nada ante una masa enfurecida que pedía mi linchamiento. Así que pedí disculpas no sólo por mí, sino también por los que no estaban, por los que no dieron solución a los problemas en su debida oportunidad y que motivó el bloqueo de la carretera y otros actos, por los que se negaron a atender los reclamos de los quejosos, quizá hasta por los que hicieron una ley sin considerar que estaban sembrando una sublevación. Lo hice porque en esos momentos yo no era para ellos solamente el policía que había tratado de reprimirlos; era, en el concepto de los pobladores uno de “los de arriba” que los había perjudicado, considerando que era legítimo proceder de aquella manera por las aspiraciones de desarrollo de un pueblo. Me dirigí a la masa y pedí disculpas a la población por los daños que hubiera podido causar la intervención , manifestándoles claramente que comprendía la indignación del pueblo de Moquegua, explicando que sólo recibía órdenes y que comprendieran que por ley mi función era restablecer el orden público y despejar las vías de comunicación para recobrar la tranquilidad, en cualquier punto del territorio nacional a donde me enviasen mis superiores; que estaba seguro que por los canales regulares podía atenderse el legítimo reclamo de la población y que estaba de parte de ellos porque también era del pueblo. No podría explicar cómo, pero mis palabras y el decidido tono de voz, debieron parecerles razonables, en principio era un silencio ávido de escuchar lo que les decía, fueron momentos muy angustioso para mí; no volvieron a pedir mi cabeza, y aproveché esos instantes para retirarme discretamente.

*Psicología de masas En la masa el individuo adquiere un sentimiento de poder invencible (porque son muchos). Desaparece la responsabilidad individual. El hombre en la masa es anónimo.

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Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes. Khalil Gibran

Realismo mágico*

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os heridos más graves fueron evacuados a diversos hospitales de Moquegua. Yo permanecía prisionero en el interior de las carpas junto a 60 de mis hombres, muchos de los cuales presentaban heridas de diversa consideración, mientras que

varias enfermeras los atendían como mejor podían. Las carpas no eran muy grandes, pero estábamos todos juntos y el calor comenzaba a hacerse insoportable conforme se acercaba el mediodía. La situación comenzaba a tornarse tensa y angustiosa, porque la turba comenzaba de nuevo a proferir a viva voz sus arengas e insultos en tono amenazante. Hay que tener en cuenta que esta parte del sur del país es un bastión del izquierdismo radical. Mis informes de inteligencia me habían indicado que las organizaciones de la protesta estaban infiltradas por agitadores de Patria Roja y del “humalismo”. Me informaron también que la gente había sido organizada por sectores y que tenían organización militar a cargo de reservistas del “etnocacerismo”. Todo esto había sido comunicado oportunamente a Lima pero no obtuve respuesta sobre este particular, ni reacción alguna por parte de las autoridades ante las informaciones remitidas; ahora al encontrarme inmerso en este enorme problema, a merced y bajo la amenaza de que pudieran atentar contra nuestras vidas; era una situación que nos tenía muy preocupados. Dada las circunstancias de angustia y tensión en las que nos encontrábamos, comienzo a negociar por la vida de mis 60 policías, incluyendo la mía, a la vez que trataba de hacer tiempo para que llegara el Obispo de Moquegua, y el Defensor del Pueblo. Junto a ellos tenía mayores posibilidades de calmar a esa multitud, o de consolidar una actitud negociadora. Aproveché en esos momentos la curiosidad de algunas mujeres que se acercaban para verme de cerca. Cuando estuvo junto a mí una señora, seguramente venida de las

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comunidades más altas de la cordillera, le pedí su sombrero de campesina y me lo puse, entregándole mi gorro de general, lo cual causó sonrisas y aplausos en mucha gente. Algunos políticos y miembros de mi institución en Lima lo tomaron como una ridiculez de mi parte, seguramente por ignorancia en el manejo de crisis y masas; lo que realicé fue utilizar una operación psicológica para bajar la tensión que se vivía y salvar nuestras vidas, porque ante lo que venía sucediendo, tenía que recurrir a todo lo que tuviera a mi alcance para ganar tiempo. Conversé con varios de ellos ganándome su confianza expresándoles mi solidaridad por sus justos reclamos. Comprobé que había allí mucha gente dispuesta dialogar y a examinar la situación con mayor tranquilidad. El problema radicaba, en un hecho real y concreto, la mayoría de los que se encontraban en el lugar provenían de las zonas rurales; era gente sencilla y fácilmente manipulable, azuzada por agitadores profesionales de sectores radicales e intransigentes, porque a estos últimos no les interesaba negociar, sino todo lo contrario, incentivar la ira y el resentimiento de aquella gente humilde y poco enterada de lo que reclamaban; su interés era única y exclusivamente continuar con el conflicto aprovechando el descontento y acarrear agua para sus molinos. Finalmente llegaron Monseñor Marco Antonio Cortez y el doctor Hernán Cubas Sánchez: Obispo y Defensor del Pueblo, de Moquegua. Les informé todo lo que sabía, y la necesidad de infundir en el ánimo de la gente una actitud más positiva, más esperanzadora. Era una tarea difícil; los dirigentes y manifestantes estaban empecinados en llevarnos al puente Montalvo, quizá para mostrarnos ante la multitud que se encontraban congregados en dicho lugar como trofeos de guerra, sosteniendo, haber capturado a un general y 60 policías, lo que ocurriría después era de pronóstico reservado. Finalmente accedimos y fuimos hasta allí, el Defensor del Pueblo el Dr. Hernán Cubas Sánchez me cogió del brazo y en todo momento estuvo conmigo. Caminaba sonriente y erguido, a pesar de la tensa situación del momento; quería dar la impresión que me encontraba satisfecho de acompañar a ese pueblo en una jornada histórica, y que me sentía honrado de compartir sus más caras aspiraciones. Obviamente, no las tenía todas conmigo, mientras caminaba, evaluaba mi situación y pensaba cuidadosamente cuál sería mi próximo paso. Entretanto, el Monseñor estaba muy activo dialogando con la gente y convenciéndola de que era mejor negociar y no dejarse llevar por sentimientos negativos, que lejos de conseguir el objetivo que perseguían, era todo lo contrario, debido al grave perjuicio que venían sufriendo, no solamente quienes reclamaban por la solución de sus problemas, sino niños, ancianos, mujeres, enfermos, etc., que no podían llegar a su destino por el bloqueo

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de la carretera, al ser víctimas inocentes. No sé cómo lo hizo, pero el hecho es que la gente aceptó que fuéramos todos a la iglesia. Recuerdo que en trayecto a la iglesia regalé mis galones de general, uno al Arzobispo y el otro al Defensor del Pueblo. Sé que hasta hoy los tienen guardados con gran afecto. Cuando emprendimos la larga marcha de 5 kilómetros hacia la parroquia, que tuvo más de cuatro horas de duración, aquello fue un verdadero vía crucis; no imaginé la gran tensión que tuvimos en esa caminata; para todos los policías, simple y llanamente, era un viaje a lo desconocido, porque no teníamos la seguridad si podíamos llegar vivos a la parroquia. Mi mente evaluaba a gran velocidad lo que podría estar pasando verdaderamente, pues la dinámica de lo que acontecía tenía visos engañosos. Eso no era un paseo, era el desfile de la turba mostrando su trofeo. Aquello me hizo recordar los desfiles romanos en los que marchaban encadenados los caudillos vencidos en la guerra, para luego ser ejecutados ante la turba enardecida. Aquella muchedumbre frenética coreaba canciones y marchas, interpolándolas con estribillos en los que la palabra muerte era el centro de sus improvisaciones. Mis decididos acompañantes, el Arzobispo y el Defensor del Pueblo, comprendiendo el gran peligro al que estaba expuesto, me tomaron fuertemente de los brazos y formamos una cadena desafiante en esos momentos, la determinación que tomaron, era como un aviso de mis ilustres acompañantes a los más exaltados, por la forma como me conducían: “quien se atreva a atentar contra nuestro protegido, primero tendrá que pasar sobre sus cadáveres”. No me quedé quieto, comencé a bromear con los manifestantes, como si festejara una victoria. Podría ser todo lo paradójico que se quiera el verme celebrando haber caído prisionero de la turba, pero psicológicamente, surtió efecto, hubo gente que comenzó a aplaudirme al sentir que me identificaba con ellos. En esos momentos no pensaba en los comentarios y las posibles sanciones que podría merecer mi actitud, en caso que pudiera salir del aprieto en el que me encontraba, debido a la improvisación y determinación de mis superiores en llevar adelante un operativo que estaba destinado al fracaso. Toda mi preocupación estaba puesta en salvar eventualmente la vida de mis hombres y evitar la muerte de civiles inocentes. Ignoraba en ese momento hasta qué punto podría llegar la pequeñez, la ignorancia y la mala fe de algunas personas y autoridades que utilizarían estos acontecimientos, despojándolos de su drama, o ridiculizándolos injustamente, para llevar agua a sus propios molinos. En el trayecto pude llamar a mi familia gracias a un señor que me prestó su celular y atiné a decirle a mi esposa que estaba bien y que la quería mucho, pero los manifestantes se dieron cuenta que estaba hablando y me quitaron el teléfono.

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Finalmente después de 4 horas de caminata llegamos a la iglesia aproximadamente a las 6:30 de la tarde. Nos hicieron dar previamente una vuelta por la Plaza de Armas mientras la gente gritaba y aplaudía. Muchos estaban satisfechos de haber logrado lo que consideraban una hazaña; habían capturado al más importante jefe policial de la región y lo mantenían como rehén. Tenían en sus manos una carta para llamar la atención a un gobierno que había desdeñado su capacidad de reacción frente a lo que consideraban una injusticia. Evidentemente estaban en mejores condiciones para negociar. Cuando entramos a la parroquia encontramos a personal del Ministerio de Salud, del Instituto Peruano de Seguridad Social, la Fiscalía y a médicos que se habían dirigido allí para tratar de ayudar. Nos dieron sándwich, bebidas calientes y medicinas. Allí tomé conocimiento que varios de mis hombres habían sido llevados a hospitales de Arequipa, y otros a Lima por la gravedad de sus heridas. Me encontraba con el Mayor Calo Vega y los efectivos que estaban menos lesionados. Luego conversé con algunos dirigentes quienes me informaron que tenían órdenes de no dejarnos salir en espera de lo que acordarían en una asamblea. Nos prohibieron hacer uso del teléfono, pero pude ingeniármelas para llamar a Salazar para indicarle que estábamos en la iglesia protegidos por el Obispo y el representante de la Defensoría del Pueblo. Lo único que atinó a decirme Salazar fue esta increíble frase: “Albertito no des más declaraciones a la prensa.” Moquegua ardía pero el señor DGPNP estaba más preocupado en cuidarse las espaldas y lo que podrían decir los políticos.

*Realismo mágico Género metalingüístico y literario de mediados del siglo XX. El término fue inicialmente usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada.

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El hombre que no teme a las verdades, nada debe temer a las mentiras. Thomas Jefferson

La Benemérita*

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legó la noche, y pese a que estaba muy cansado no podía dormir. Me dediqué a hacer un recuento de toda mi vida en la Policía. Entonces pude ver todo muy claro; más allá de lo anecdótico de este Director General, de su gestión,

y de la conducta discutible de muchos de sus más antiguos oficiales, estaba claro que la institución policial atravesaba una larga y profunda crisis, pero lo más grave es que de acuerdo a las encuestas lo que impera es la corrupción, en la que nadie había hecho o hacía lo necesario para revertir esta situación. Advertí que esta crisis no se arreglaría cambiando al Director General, como que así fue; el problema era estructural y venía de mucho tiempo atrás. Una policía profesional y moderna, como la que tienen muchos países, comenzó a ser para mí un sueño que tal vez podría ver convertirse en realidad en lo que me queda de vida si es que existiera la decisión política de que se apliquen las medidas necesarias para cambiar el estado en la que se encuentra y remontar el desprestigio existente. Lamentablemente, siempre escuchamos promesas de los encargados de mejorar nuestra institución, pero allí quedan. Me remonté hasta los inicios de la policía, en los albores de la era republicana, cuando Bolívar convirtió a la milicia en Guardia Nacional para preservar el orden público en todas las regiones del Perú. Así se crearon compañías y piquetes de veteranos, incluyendo fuerzas policiales a caballo que combatían a los bandoleros. Terminada la autoridad de Bolívar, el Presidente del Consejo de Gobierno, Mariscal Andrés de Santa Cruz, dicta un Reglamento Provisional de Policía el 20 de enero de 1827. Años después Santa Cruz dicta el Reglamento de Policía de 1834, mediante el cual vuelve a establecer destacamentos de Serenos uniformados y armados, a órdenes de un Intendente de Policía de la Prefectura de Lima y de Subprefectos en provincias. En un período de desgobierno por la inestabilidad de los caudillos, no resultó extraño que la policía fuera reforzada por cuerpos del ejército como los famosos Dragones de Policía y Los Cazadores de Policía.

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Caída la Confederación Peruano-Boliviana, el Mariscal Agustín Gamarra promulga en Huancayo un nuevo Reglamento de Policía. Bajo un Intendente queda un reorganizado cuerpo de Serenos y Vigilantes. Se establecen las categorías de comandante, teniente, cabo y detallan las funciones de sus respectivas competencias. Lima queda dividida en diez distritos para su mejor atención. El Mariscal Ramón Castilla, siendo Presidente de la República, dispone en 1845 la reorganización de la Guardia Nacional dictando normas para delimitar sus funciones y las de las autoridades políticas. Posteriormente, en el gobierno del General José Rufino Echenique (1851 -1854), se creó la Gendarmería como fuerza policial armada, con infantería y caballería, a cargo de oficiales del ejército, quienes pasaron a formar parte de estas unidades. Las necesidades de esta estructura se ajustaban a las circunstancias de entonces, como puede verse en esta disposición del 2 de julio de 1863: “Después de la primera ronda se situarán las partidas en los cruceros de los caminos en donde regularmente acuden los pasajeros y existe el riesgo de ser asaltados, debiendo verificarlo: la del Valle de Ate, en la Cruz de Yerbateros; la de Miraflores, en Balconcillo; la de La Magdalena, en los Tres Puentes; la de La Legua, en el Tambo; la de Carabayllo, en Repartición; la de Lurigancho, en Flores; y la de Lurín, en el Puente de San Pedro”. Con la ciudad en permanente crecimiento aumentaron las funciones de la policía. En 1854 se dispuso que la intendencia de policía formara un cuerpo de bomberos dentro de la fuerza policial. Así, en 1860 existían los “celadores bomberos”. En medio de la prosperidad que trajo la extracción de la riqueza guanera, y en el marco de la industrialización mundial, asume el mando el primer presidente civil de la historia peruana: Manuel Pardo y Lavalle. El decreta el nuevo Reglamento de Policía el 31 de diciembre de 1873, cuyos principales Capítulos tratan de la “Organización del Vecindario”, de los “Comisarios Urbanos y Rurales” y de la “Fuerza Regular de Policía”, dividida ésta en Guardia Civil, novedosa institución policial a la que se pretendía darle un carácter más civil que militar y la ya establecida Gendarmería. En la guerra de agresión de Chile la policía cumplió un heroico papel en defensa de la Patria. Batallones de guardias civiles y gendarmes pelearon con denuedo hasta el sacrificio en Arica, en Tarapacá y en la heroica defensa de Lima. Uno de ellos, el guardia Mariano Santos arrebató la enseña enemiga en singular hazaña. Al iniciarse el siglo XX, en pleno proceso de reconstrucción nacional se emite, en 1902, el “Manual para la Policía”. Y en 1913 se publica el “Manual de Policía de Seguridad”. Años después, a tono con los tiempos, e impulsado por la necesidad de ejercer la presencia del Estado, bajo el gobierno de Augusto B. Leguía, se crea por ley una Escuela de Policía

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y un Cuerpo de Investigaciones, un nuevo Cuerpo de Guardia Civil y un Cuerpo de Seguridad además de formar el Regimiento Guardia Republicana, en base al Batallón de Gendarmes Nº 1 de Lima. En 1921 se contratan los servicios de una Misión de la Benemérita Guardia Civil Española que ayuda a formar en el Perú una policía más organizada y con vocación de servicio bajo el signo del profesionalismo y la disciplina. Ellos tuvieron logros en la erradicación del bandolerismo que aún azotaba los caminos fuera de la ciudad. La policía peruana cumplió luego un importante papel en el conflicto con el Ecuador en 1941. Ellos protagonizaron hazañas como la toma de los puestos de Carcabón y Huabillos, así como la defensa del PV Puerto Moreno, llegando hasta el sacrificio en defensa de la Patria, como la inmolación del Capitán GC Alipio Ponce Vásquez. En 1948 surge la Policía de Investigaciones del Perú, en base al Cuerpo de Investigación y Vigilancia. Es a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando las instituciones policiales se especializan. La Guardia Civil queda encargada del mantenimiento del orden interno. La Policía de Investigaciones asumió las tareas de investigar y denunciar los delitos, y a la Guardia Republicana se le asignó la vigilancia de las fronteras, seguridad de los establecimientos penales y de los servicios públicos como agua y electricidad. Esta división de la policía en tres cuerpos diferentes tendría importantes consecuencias en los años venideros. En la década de los 80, comenzó el fenómeno de la subversión con sus tácticas de llevar la guerra interna a la ciudad y fue inicialmente la policía la encargada de enfrentarla, a costa del sacrificio de muchos de sus miembros. Por otro lado, el flagelo del narcotráfico comienza a golpear con fuerza el país, sumándose a la evolución de las formas delictivas y criminales de diversa índole, es decir una criminalidad organizada. Por ello, se hace necesario contar con una sola fuerza policial, moderna y eficiente. Así, el 6 de diciembre de 1988 se unificaron las tres fuerzas y nació la Policía Nacional del Perú. La PNP, con

sus respectivas especialidades, pudo así vencer a las organizaciones

subversivas Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Después que esta pesadilla terminó y volvió la calma, gracias a la pacificación, la policía comienza a sacar las tranqueras de las Comisarías y Unidades Policiales que habían sido instaladas como medio de protección ante los múltiples atentados terroristas contra sus instalaciones y personal. Sin embargo, verificamos que la situación y condición para ejercitar nuestra labor eran diferentes, el ciudadano encontró a una policía con otro trato, con sentimientos

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encontrados; la delincuencia se había incrementado, y los alcaldes habían formado una fuerza paralela llamada “Serenazgo”, que suplió las necesidades de la Policía debido a su ausencia en la población. El Serenazgo es producto de las falencias que trajo la subversión, debido a que las ciudades quedaron desguarnecidas porque la mayoría de sus miembros fueron enviados a combatir en lugares alejados la subversión y el narcotráfico. Para agravar la situación de la policía ante la sociedad, el gobierno de Fujimori cierra las escuelas de policía por seis años, sin una razón valedera para haber tomado dicha medida, que indudablemente creó un grave problema con el transcurso de los años. Muchos oficiales en retiro fueron captados para laborar en las municipalidades y en su calidad de asesores, éstos emplearon la técnica que conocían y era nada menos que la prevención, razón por la que verificamos la existencia de “serenazgos” exitosos, además, porque tienen apoyo logístico, justamente, lo que el Estado no le dio ni le otorga a la policía, motivo por el cual se constata una mejor aprobación en la opinión pública, respecto al serenazgo, frente a la policía. El descrédito de nuestra policía ha quedado corroborado por las diversas encuestas que se realizan en la opinión pública, cuyo resultado es que la credibilidad que se tiene en las comisarías es muy baja, mientras que, es mayor en el Serenazgo, es decir, se pierde la confianza en la Policía en forma acelerada. La consecuencia directa de esta situación es que la institución policial está desmotivada, sin aliento, sin mística, todo ello ha terminado de quebrar a la policía. De acuerdo a lo que viene sucediendo, en lo que respecta a la policía, podemos vislumbrar que su futuro no es nada halagador, todo indica que irá de mal en peor. Ya hay alcaldes que están sugiriendo la idea de hacerse cargo de las funciones de la Policía de Tránsito. Obviamente porque esta especialidad policial está muy venida a menos, no sólo por su pésima preparación, sino por la escasez de sus efectivos y bajos alicientes. Pero la quiebra moral de la Policía no es solamente producto de la lucha anti subversiva. La corrupción ha corroído también a algunos miembros de esta venerable y heroica institución. Asimismo, para predecir lo que viene más adelante, basta darle una somera mirada a las escuelas donde se forjan los futuros policías de la Patria. En la educación de los policías se ha ido de más a menos. Las escuelas son ahora paupérrimas. Hay muchas escuelas pero no hay infraestructura ni presupuesto adecuado. Así como no se invierte en infraestructura ni equipos, tampoco se invierte en educación. Se abrieron escuelas por todas partes, a tal punto que prácticamente hay una escuela por cada departamento.

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Lo razonable es que debería haber 4 ó 5 escuelas policiales en todo el país a fin de proporcionarles la preparación y el adiestramiento que su formación requiere. Pero el defecto no es sólo la absurda proliferación de escuelas policiales. Los males comienzan desde la selección de los postulantes. Entran a la policía solamente los envarados, por lo menos en suboficiales; y el que logra ingresar tiene que cargar con gastos inverosímiles. La Escuela no les da absolutamente nada; los estudiantes tienen que llevar su cama, pagar hasta las ollas que se lavan, etc. El futuro policía tiene que comprar todo, hasta el uniforme, en lo cual tiene que invertir unos S/. 7 000 de su propio peculio. Cuando postulé en 1975 a la Escuela de Oficiales de la Benemérita Guardia Civil, éramos 5 000 los que pugnábamos por 230 vacantes; hoy postulan solamente 500 para 230 vacantes, el interés por ser policía se está perdiendo, hoy los que postulan no cumplen requisitos esenciales como los de una talla adecuada para el difícil trabajo que tienen que desempeñar, no hay selección en esto. Luego viene la baja calidad del profesorado. ¿Quiénes enseñan? Muchos de ellos oficiales, civiles y suboficiales sin la menor preparación, que solo buscan hacer puntaje para su currículo pero no tienen la capacidad de impartir los conocimientos que la noble tarea del policía necesita para su formación. El origen de esta situación es que pagan 320 soles mensuales a los que enseñan, razón por la que muchas veces van como profesores los profesionales menos calificados, porque, lo que les pagan no alcanza ni para gasolina. Una Escuela queda en San Bartolo, si el profesor tiene auto emplea hora y media entre ir y venir.Y si va en ómnibus son como dos horas y media que demora el trayecto para llegar a su destino. La otra escuela queda en Puente Piedra. ¿Quién va a ir? Los profesores venden sus sílabus en las clases para obtener magros recursos adicionales. Hoy vivimos otra realidad, el siglo XXI está dominado por la tecnología, la globalización y la ingeniería organizacional, y a la vez trágicamente azotado por plagas sociales que sacuden el país: olas de violencia que crean una inseguridad generalizada, narcotráfico, peligrosos rezagos de subversión, conflictos potencialmente explosivos y otros. ¿Y qué tenemos para proteger a la población? Es lamentable decirlo, pero lo que hoy existe es una policía anquilosada, con muchos defectos y carencias, que no está a la altura de las importantes funciones que debería cumplir por la inoperancia estatal en darles los recursos que necesita esta institución y que lamentablemente, lo reconocen, pero allí queda, porque no hacen nada para revertir el estado de postración en que se encuentra nuestra institución, sobre todo, cuando de acuerdo con la Constitución Política es la encargada –conjuntamente con la Municipalidad–, de brindar seguridad ciudadana al país, misión que no la cumplen por la carencia de logística y presupuesto.

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Así llegamos a la época que nos ha tocado vivir. En mi caso, desde muy niño siempre vi a la Policía como una institución querida por todos, con la que siempre me identifiqué. Para comprender esta historia debo volver a mis años de juventud en Chincha Alta, mi tierra natal. Estudiaba en la Gran Unidad Escolar José Pardo y Barreda. Chincha era una pequeña ciudad muy tranquila y siempre andábamos entre amigos. Recuerdo que cuando salíamos de clases veíamos en la esquina a un guardia civil alto, bigotón, medio panzón. Siempre que pasábamos por su lado nos saludaba y nos decía: “derecho a sus casas, ¿eh?” En esa época se estudiaba en las mañanas y en las tardes, y la policía hacía sus famosas batidas en los billares y en los cines. Cierta vez, acompañado de un grupo de amigos me fui al cine en vez de ir al colegio. De pronto, y sin previo aviso, se interrumpió la función y se encendieron las luces. Era la policía; nos delató ser menores de edad y tener nuestros cuadernos, que no sabíamos dónde esconder. Muy avergonzados salimos de allí directamente a la Comisaría en medio de las risas de los mayores. Luego, previo sermón del comisario, quien nos conocía porque solía ir al colegio a darnos charlas, fuimos entregados a nuestros padres. Cosas como ésas despertaron mi afecto por la Benemérita Guardia Civil, a la que veía motivada por una mística social, cuidándonos de cualquier eventual peligro. Recuerdo a mis grandes amigos de la infancia Carlos Durán Espinoza, quien tenía amigos en la Guardia Republicana, y también recuerdo a Eduardo Montalván Córdova, al que decíamos “locura”, y que ansiaba ser detective. Los fines de semana nos reuníamos en la cancha de fulbito de la Comisaría de Chincha, donde jugábamos con los policías y después veíamos un cuadrangular entre miembros de la Guardia Civil, Guardia Republicana, Policía de Investigaciones del Perú y Sanidad. El destino hizo que felizmente los tres cumpliéramos nuestros sueños. Carlos ingresó a la Guardia Republicana, Eduardo lo hizo a la Policía de Investigaciones, y yo a la Guardia Civil. En esa época las tres Instituciones Policiales, la BGCP, GRP y PIP eran queridas y respetadas. Ellas hicieron historia en cada pueblo, en cada persona, y se hicieron querer gracias a su trabajo, buenos modales, respeto al ciudadano, profesionalismo, sacrificio y ante todo porque sirvieron de ejemplo a muchos jóvenes que ingresaron a sus filas. Es decir, un policía daba seguridad y credibilidad al verlos hacer rondas en las calles, la confianza que impartía con su presencia, era compartida por todos. Por esa época, corrían los años setenta, nuestra policía era respetada por la población. Teníamos acercamiento a ellos y nos trataban con mucho cariño. Todo cambió en los años 80, cuando la banda terrorista Partido Comunista del Perú - Sendero Luminoso comienza a atacar al Perú y su democracia y empiezan a morir policías.

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También recuerdo cómo algunos políticos querían apaciguar o maquillar las cosas. El Presidente de la República, Arquitecto Fernando Belaúnde Terry, a raíz de unos sucesos violentos en Ayacucho, declaró a la prensa que no era terrorismo, sino acciones de algunos abigeos. El Director General de la BGC, General Juan Balaguer Morales, desmintió esta versión valientemente y declaró que no eran abigeos, sino terroristas. En respuesta, el Ministro del Interior, José María de la Jara y Ureta, sin permitir dudas ni murmuraciones, lo envió a Estados Unidos como Agregado Policial. Poco tiempo después el gobierno ante el avance del terrorismo en nuestro país el gobierno se ve forzado a aceptar que hay terrorismo y el General GC Juan Balaguer Morales es llamado para que se haga cargo nuevamente de la Dirección General de la Guardia Civil. En esa época la Guardia Civil contaba con la 48ª Comandancia, los legendarios “Sinchis”, que fue destacada en las zonas donde los sediciosos habían sembrado el terror. La Guardia Republicana tenía el escuadrón anti subversivo “Llapan Atic”, que se encargaba de proteger los establecimientos públicos esenciales y las torres de alta tensión en todo el país. Sin embargo el Gobierno de turno siguió cometiendo errores al ver que la subversión estaba ganando terreno; dispone recoger personal del servicio de Comisarías, de Calle, de Tránsito, de la USE, de Turismo, y de otras unidades de la Policía. A los miembros de esas unidades se les otorgó una bonificación equivalente a un sueldo, para incentivarlos a viajar a las zonas de conflicto. La razón era que muchos oficiales y personal subalterno no querían ir. El personal policial no estaba calificado para estos acontecimientos. Su preparación estaba basada en atender y proteger al ciudadano, resolver sus problemas, cuando concurrían a las comisarías, con su característica cordialidad y amabilidad, pero de la noche a la mañana este policía noble, que estaba formado para proteger al ciudadano, es llevado a combatir la subversión. Los años 80 fueron de luto para la familia policial por causa de la delincuencia terrorista. Cada semana eran asesinados 4 ó 5 efectivos policiales en defensa de nuestra democracia. Estos hechos, de valentía y de dolor, hasta el momento no han sido reconocidos; lo que no ha sucedido con algunos terroristas. Más bien hemos sido objeto de críticas, sin fundamento alguno de parte de algunas ONGs, de los llamados “caviares”, que en los años difíciles se encontraban fuera del país disfrutando de la buena vida; mientras que, aquí en nuestro país, se lloraba la muerte de nuestros policías y miembros de las Fuerzas Armadas. Sostengo que el cariño que tenía la población por su Policía en esa época se deteriora por culpa de los políticos de turno. Nuestra Institución no se encontraba preparada

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para enfrentar el fenómeno subversivo y el Gobierno no supo cómo solucionarlo, ni tampoco fortaleció a nuestra Policía con material logístico adecuado para contrarrestar las acciones subversivas. Llegué a Ayacucho un día después que los terroristas atacan el penal de ese lugar, donde se escapan muchos subversivos, entre ellos Edith Lagos, quedando heridos de gravedad varios Sinchis. Me consta que cuando combatíamos a los delincuentes subversivos íbamos con una anticuada carabina A1 M1, de la Segunda Guerra Mundial, que fue traída al Perú por los americanos, hace medio siglo, cuando se creó la 48 CGC (Los Sinchis de Mazamari). La situación entonces era tan precaria que hacíamos nuestras mochilas con costales de plástico. El Estado se equivocó por no tener una estrategia. La causa directa de la muerte de más de mil policías fue la falta de preparación. Esas muertes nos enseñaron a hacer nuestra política, y fue una estrategia nueva la que asimiló el GEIN, conformado por miembros de la ex Policía de Investigaciones del Perú. Ellos hicieron la parte de investigación y gracias a su experiencia policial y a su ingenio llegaron a la captura de Abimael Guzmán, dándonos la paz y el reconocimiento del pueblo peruano al profesionalismo de nuestra Policía Nacional. No nos vino a ayudar nadie. Todo lo aprendimos nosotros, inspirados en las enseñanzas de los americanos, cuando creamos Los Sinchis en los años 60, época trágica de Púcuta y Mesa Pelada. Las Fuerzas Armadas entran después a combatir la subversión, pero la Policía Nacional cumplió su papel, como es de público conocimiento, sacrificando a su gente. En el gobierno de Fernando Belaúnde se comenzó a dar doble sueldo a quienes iban a Ayacucho. Fueron muchos los errores cometidos, y muchas las experiencias aleccionadoras. Los policías iban y se quedaban allá todo un año, o año y medio, no respetándose la rotación de los tres meses. Eso propició que se rompiera el vínculo familiar y que muchos policías terminaran con secuelas psicológicas negativas. Llegó un momento en que no había postulantes porque morían los policías, y como es lógico la reacción fue que muy pocos postularan a las escuelas; nadie quería meterse a ser policía, sobre todo en el rango de suboficiales. Se comenzaron a preparar policías en 6 meses o menos; no fue una buena experiencia para nuestra institución. Hoy estamos cometiendo el mismo error, para ser Suboficial de la policía la Ley indica que son 3 años de estudios, pero para poder lograr las metas trazadas por el gobierno en tener más policías en las calles, se están recibiendo de suboficiales en un año seis meses, estamos cometiendo el mismo error de los años difíciles de la subversión, error que en unos años va a traer consecuencias negativas a nuestra institución. Por ende, se está formando un policía que no llena los requisitos de calidad. Ahora no son de clase media como se tenía

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antes; hoy son mayoritariamente de barrios marginales, y no tienen, necesariamente, una solvencia psicológica y moral acorde con la delicada función que deben desempeñar. En los inicios de la subversión, el Guardia Civil, el Policía de Investigaciones y el Guardia Republicano, eran respetados en sus especialidades. En esos años de violencia, por disposición del Ministro del Interior, se comenzaron a poner tranqueras en las Comisarías, Estaciones y Destacamentos. Se les negaba la atención a los ciudadanos, sobre todo en las Comisarías, a partir de la 6 de la tarde. A quienes requerían de la policía se les indicaba que no había atención y se les pedía que se retiren. En pocas palabras los botaban de la comisaría, era una lógica reacción dada la situación que vivíamos, porque en varias oportunidades se produjeron ataques a dichas dependencias y el temor a ser sorprendidos por un ataque terrorista era latente. Estas actitudes eran en cumplimiento de órdenes superiores para la protección del personal policial, pero fueron causando el resentimiento de la población, porque no se explicaba públicamente las razones de esta determinación. El policía amigo, que era parte del pueblo, el ciudadano común y corriente, tiene la sensación que se lo comienza a abandonar. A la decisión antes referida, se agrega que hubo una notoria disminución del personal policial de las comisarías y unidades policiales, ya que eran cambiados a la Zona de Emergencia, además de la no postulación y cierre de las escuelas policiales. Este policía de ciudad, que portaba su arma de reglamento en su fornitura, y solamente la desenfundaba cuando su vida o la de un ciudadano corrían peligro, de la noche a la mañana es llevado a la zona de conflicto, y después de un año de haber sufrido brutales enfrentamientos y ataques terroristas, en los que vieron morir a muchos de sus compañeros, este personal con problemas de estrés y daño psicológico, es regresado a Lima, sin que el Comando Institucional le brinde un tratamiento psicológico. Así, sin ninguna rehabilitación es reinsertado al Servicio Policial Básico, o sea al servicio de patrullaje, turismo, servicio de calle, comisaría, etc. Ya no era entonces el policía amable y abnegado al que la población estaba acostumbrada. La lucha anti subversiva lo había transformado en un ser prepotente e intratable, asumiendo sus funciones en forma descortés y agresiva.Y así fue ganándose la malquerencia del ciudadano.

*La Benemérita Título que ostentaba la Guardia Civil del Perú.

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Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja. Sófocles

Ojos que no ven*

C

uando un jefe de Estado –sin conocimiento e información por parte de las más altas autoridades policiales, que omiten manifestarle que lo sucedido en Moquegua se debió única y exclusivamente a la imprevisión– pretende

explicar un desastre de imprevisión estatal como el de Moquegua, atribuyéndome la condición de miedoso –por haber caído en una emboscada y tratar de evitar una masacre de ciudadanos– es obvio que ha sido mal informado por el alto mando policial, que no ha reconocido su pésima actuación y adopta por lo más fácil, es decir, deslindar responsabilidad en quien no las tiene para no asumir las que le corresponde. Nadie que me conoce podría decir que me domina el miedo. Bastará decir que he sido Jefe del Primer Pelotón del Escuadrón Operativo de los aguerridos Sinchis en Satipo, Mazamari, cuando los atentados terroristas en contra de los policías eran cosa de todos los días y que tengo cinco resoluciones directorales felicitándome por combatir la subversión. Es necesario hacer mención que fue el propio Presidente Alan García quien aprobó por Resolución mi nombramiento como seguridad del Primer Vicepresidente Luís Alberto Sánchez en su anterior régimen, en los años difíciles de la subversión. Fui seleccionado en esa oportunidad por mis condiciones de arrojo y valentía, demostrada no en un escritorio sino en acciones de combate bajo fuego enemigo, de tal manera que el miedo, es lo que menos me domina. . Creo necesario recalcar que sólo fuimos 12 los condecorados por acciones anti subversivas en el Patio de Armas de lo que era la Escuela de la Guardia Civil (hoy Escuela de Policía) el 30 de agosto de 1984. Había tenido cinco enfrentamientos en Ayacucho, Andahuaylas y Cerro de Pasco. Mi centro de operaciones fue Ayacucho, lugar donde estuve destacado en la época en que el terrorismo estaba en su apogeo, sobre todo, en las ciudades antes mencionadas, demostrando que nunca he rehuido a las acciones donde mi vida ha corrido peligro.

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En mis 31 años de servicio, vividos desde que me inicié como alférez en la gloriosa Benemérita Guardia Civil del Perú, nunca he tenido juicios, investigaciones por malversar fondos del Estado, contra la disciplina, el decoro institucional, ni contra los Derechos Humanos. En cambio, en el año 1984 fui condecorado con la medalla de Caballero, por Acción Distinguida, Orden al Mérito PG. RS. 1170 – PG de fecha 24-AGO 84 (condecorado por el Señor Presidente Constitucional de La República, arquitecto Fernando Belaúnde Terry, por combatir la subversión). Durante mi carrera como oficial de la PNP, he obtenido las siguientes Condecoraciones: • Condecoración de Caballero por Servicios Meritorios, (20 años de servicios), de la Policía General (Ex Guardia Civil) de fecha 07 Diciembre de 1995.- según RS. Nº 1319-95. • Condecoración de Oficial por Servicios Meritorios (25 años de servicios), de la PNP, del 09 Julio 2001. Según RS. 0666. • Condecoración de Comendador por Servicios Meritorios (30 años de servicios), año 2006. • Condecoración Gran Cruz, por Alto Grado, cuando obtuve el grado de General de la PNP, año 2007. De mi actuación profesional, ¿Se puede sostener que lo sucedido en Moquegua, se debió porque era un policía miedoso? El tiempo se está encargando de ir despejando ésta y otras acciones u omisiones, de parte de quienes tuvieron toda la responsabilidad de lo acontecido en dicha ciudad, no solamente, policías, sino también políticos, demostrando que mi actuación estuvo acorde con las circunstancias, arriesgando mi vida, para salvar la de muchos inocentes. Es una costumbre inveterada en el país no asumir responsabilidades, distorsionar los hechos y negar las evidencias aun ante la presencia de pruebas contundentes. Y lo más triste es que, por conveniencias políticas, muchas veces termina imponiéndose la impostura, legitimándose la mentira y lastimándose la dignidad de las personas, cuando su conducta y actuación observada ha sido correcta e impecable. Pero no es solamente el Presidente de la República quien fue inducido a error para verificar imputaciones no acorde con lo sucedido. La mayoría de la prensa ha publicado mucha información errada sobre los sucesos de Moquegua, algunas veces por desinformación, y otras veces recogiendo las versiones interesadas propaladas por el General Salazar y sus amigos para no aceptar la responsabilidad que tienen y que está comprobado con documentos oficiales. Sin embargo, con el paso del tiempo, diversos hechos han confirmado que mi férrea decisión de evitar la violencia es la mejor opción para la solución de conflictos. La

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negociación –y no el autoritarismo– es la mejor vía para evitar inútiles derramamientos de sangre. A estas alturas, luego de Bagua y Pómac, ya se mira con nuevos ojos lo ocurrido en Moquegua. Un ejemplo de ello es el artículo que sobre mi actuación en Moquegua publicó el periodista Guillermo Giacosa: La Inteligencia Social del General Jordán Mientras seguía con preocupación los acontecimientos de Moquegua vino a mi memoria, a raíz de la actitud del General Alberto Jordán, una historia que Daniel Goleman (autor de La inteligencia emocional) relata en su nueva obra La inteligencia Social. “Un día, durante la segunda invasión a Irak de tropas estadounidenses, un grupo de soldados de ese país salió hacia una mezquita para hablar con el religioso principal de la ciudad. El objetivo era pedir ayuda para organizar la distribución de suministros de asistencia. Pero se juntó una multitud temerosa de que los soldados hubieran ido a arrestar a su líder espiritual o a destruir la mezquita. Cientos de musulmanes rodearon a los soldados, agitando los brazos al aire y gritando, mientras avanzaban hacia el pelotón fuertemente armado. El oficial al mando, el teniente Coronel Christopher Hughes, pensó rápidamente. Tomó un altavoz y le dijo a sus soldados ‘rodilla en tierra’, destacando que se arrodillaran sobre una pierna. Enseguida les ordenó que apuntaran los rifles hacia el suelo. Luego la orden fue: ‘sonrían’. Ante eso, el humor de la multitud cambió. Algunos siguieron gritando, pero la gran mayoría devolvió la sonrisa. Algunos palmearon a los soldados en la espalda, y Hughes les ordenó que se retiraran caminando despacio, retrocediendo sin dejar de sonreír”. La ingeniosa acción, dice Goleman,“fue el resultado de un despliegue vertiginoso de cálculos sociales tomados en fracciones de segundo. Hughes tuvo que percibir el nivel de agresividad de la multitud y qué podría calmarlos.Tuvo que apostar a la disciplina de sus hombres y a la fuerza de la confianza que le tenían.Y tuvo que apostar a qué podría identificar el gesto exacto con el cual traspasar la barrera de la lengua y la cultura, todo lo cual terminó en esas decisiones instantáneas”. Y aquí lo más importante para la evaluación de las conductas: Goleman dice:“La autoridad bien disciplinada, combinada con la aptitud para comprender a las personas, distingue a los buenos funcionarios policiales y, por cierto, a los militares que se enfrentan a civiles con un alto grado de excitación”. Seguramente Goleman hubiese hecho una evaluación diferente del comportamiento del General Jordán de la que hizo el presidente García.

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Entiendo las diferencias entre las responsabilidades de un político en ejercicio de un cargo público y un científico especializado en neurociencias, pero todos, al fin y al cabo, trabajan sobre la misma materia prima que son los seres humanos.Y cuando ése es el tema debemos saber que estamos programados para conectarnos, para relacionarnos. El diseño de nuestro cerebro lo hace no solo sociable sino profundamente volcado a profundizar el vínculo cada vez que nos relacionamos con otra persona. La formación militar o policial suele alterar esta tendencia natural, por tanto Hughes en Irak y Jordán en Moquegua, al evitar el enfrentamiento, son ejemplos de madurez emocional en los que predominaron las tendencias más profundas y sensatas de nuestra conducta. Estas inteligentes observaciones, que deberían inspirar a nuestros gobernantes, y que recién pudimos conocer en medios de difusión masiva en el país, fueron expuestas el 12 de abril de 2003 por el Presidente de los Estados Unidos George Bush. En los últimos días el mundo ha observado que el régimen de Saddam. Hussein comenzó a pasar a la historia. Siempre recordaremos las primeras imágenes de una nación liberada de décadas de tiranía y temor. El conflicto continúa en Irak, y nuestras fuerzas militares aún tendrán una lucha tenaz por delante. Sin embargo, las estatuas del dictador, y todas las obras de su régimen de terror, se están viniendo abajo. Desde el comienzo, y hasta esta misma hora, miembros de las fuerzas estadounidenses y de coalición se han comportado con toda la habilidad y el honor que esperamos de ellas. Nuestros enemigos han visto su valentía. El pueblo de Irak está viendo su compasión, al proporcionar nuestros militares alimentos, agua y atención médica a todos los que la necesitan, incluso a soldados iraquíes capturados. Como dijo el Sargento Mayor del Ejercito Howard Kutcher del estado de Delaware de su servicio en el medio oriente, “No estoy aquí para conquistar, estoy aquí para ayudar”. En una ciudad, soldados estadounidenses se toparon con una multitud de ciudadanos iraquíes que pensaron que nuestras tropas estaban a punto de atacar una mezquita cercana. En ese momento, el Teniente Coronel Chris Hughes ordenó a sus hombres que se arrodillaran y que apuntaran sus armas hacia el suelo. Este gesto de respeto ayudó a calmar una situación peligrosa y dejó en claro nuestras intenciones pacíficas. Las fuerzas de coalición también han encontrado escenas que explican por qué el temor es tan arraigado entre el pueblo iraquí.

Patricia Teullet: General Jordán Para algunos, trabajar en el Estado es un reto fascinante: un lugar desde el cual se puede hacer que las cosas cambien. Lamentablemente, cada vez son menos los interesados. La rebaja salarial ha sido un factor decisivo en la descapitalización del Estado, pero peor aun resulta el maltrato que reciben algunos de sus funcionarios. Conocemos de persecuciones y de juicios a funcionarios que sólo trataron de tomar las mejores decisiones con los elementos que

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tenían a mano. Sin embargo, tal vez, el hecho más grave y reciente sea el del general Alberto Jordán. Quienes lo conocen dicen que es un hombre de valor, de principios y de familia. A él le dieron en Moquegua una orden absurda para enfrentarse, sin el personal y sin atribuciones suficientes, a una turba violenta. Por salvar su vida y la de su personal, quienes debieron respaldarlo, lo humillaron públicamente. El general Jordán merece ser reivindicado. Lo que se ha hecho con él, no le hace bien ni a la institución de la Policía, ni al país.

Hugo Muller. Abogado, Ex-defensor del policía Relevado en el cargo, criticado por el mismo Presidente de la República, Ministro del Interior y el Director General de la Policía Nacional del Perú; el General PNP Jordán Brignole con todo derecho podría expresar al igual que Hamlet: “Ser o no ser, esa es la cuestión” El temor de ser en el lugar de los hechos, es que el General PNP Alberto Jordán Brignole no podía negar ni renunciar en ningún momento a su condición de Oficial de Policía formado en la doctrina de la Guardia Civil del Perú, en donde le inculcaron que el Policía es garante de los derechos y libertades de los ciudadanos, responsable de proteger a las personas y el entorno que las rodea, en particular a los más débiles y que debe discurrir su vida transmitiendo a la sociedad valores de comportamiento y actitudes de ayuda a los demás. En su etapa de formación y en sus primeros años de servicio, el General Jordán aprendió y puso en práctica que el uso de la persuasión antes que la fuerza era su primera arma frente a los conflictos. Frente a esa actitud de ser y de estar al frente de una gran responsabilidad funcional, estaba el temor de ser del Gobierno y del propio Comando de la Policía Nacional que consideraban la necesidad inmediata de vencer la resistencia de los pobladores que mantenían bloqueada la Panamericana Sur a la altura del Puente Montalvo, reprimiendo la actitud desafiante de los pobladores, para recuperar el orden público, aún por encima de las propias decisiones de quien en el lugar de los hechos tenía la gran responsabilidad de determinar la estrategia más conveniente al momento que se vivía. El temor de no ser, no aceptado por las convicciones del General Jordán, consistía en tener que obedecer órdenes que podrían generar un elevado costo social, al atentar contra el mejor capital que tenemos los seres humanos: la vida; no solamente de los Policías bajo su mando, sino de la población en general. Lo esperado hubiera sido que se limitara a cumplir esas órdenes, mientras otros metían la cabeza como el caracol en su coraza para no escuchar, no ver ni sentir nada, y dejar que las cosas sucedieran, sabiendo que al final hay un responsable si los resultados no eran los previstos. “No es estar sentado en un escritorio en Lima y desde ahí señalar las cosas. Estoy orgulloso de esta operación porque no tuvo un costo social” dijo el General Jordán. El General PNP Jordán Brignole venció el temor de no ser, prefirió optar por el diálogo, por la persuasión, descartando la represión como medida inmediata sin embargo sus decisiones no se respetaron; en tanto después de los hechos y de manera

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valiente dijo: “Yo era responsable de todas las operaciones. Hubo una llamada de Lima, y el coronel Vidal (Clever Vidal Vásquez), jefe de la DINOES, hizo uso del gas lacrimógeno sin mi autorización” . El temor de no ser consiste entre otras cosas en dejar de ser lo que uno es por convicción, o como en el caso del General Jordán morir también asesinado porque el poder no perdona o morir de viejo vencido, vacío y sin conciencia cuando tenemos temor de enfrentar nuestras dudas. Pues bien. El General PNP Alberto Jordán Brignole, lo decidió, prefirió morir por ser a morir por no ser en aplicación y defensa de sus propias convicciones, lejos de querer aparecer como mártir o como un “valiente policía” enamorado de la muerte, como seguramente les hubiera gustado a muchos. Sin embargo, la actitud del General Jordán, no estaba para nada alejada de la actual doctrina policial, puesto que supo utilizar tanto la Estrategia Policía Profesional como la Estrategia Policía – Comunidad, haciendo uso de los recursos tecnológicos y humanos para establecer el orden en la comunidad mediante un acercamiento táctico a la ciudadanía. Al General Jordán le gusta la vida como a todos nosotros. Pero como todo hombre íntegro formado en una doctrina policial humanista y de servicio a la comunidad, sabe que a vivir lo que le queda de ella, sin luchar, sin conciencia, sin prácticas solidarias y sin respetar los derechos fundamentales de las personas, es preferible morir por una bala que morir de tristeza existencial al ver las consecuencias que hubiera significado una equivocada decisión suya; o, no hacer nada por cambiar su presente y su futuro. Quiero terminar estas reflexiones con una frase muy sencilla del Abogado colombiano Eduardo Umaña Mendoza – al margen de su ideología - defensor de los derechos humanos que cayó asesinado por las balas de los sicarios, quien dijo antes de morir tal como reza su epitafio “Es preferible morir por algo que vivir por nada”. Algo parecido con la frase acuñada por las Unidades de Paracaidismo de las Fuerzas Armadas Españolas y por la Unidad Elite Contrasubversiva creada en tiempos de la Guardia Civil del Perú “Los Sinchis”: “Solo merece vivir quien por un noble ideal esta dispuesto a morir”. Finalmente, Hamlet le diría a su mejor y único amigo: “...Horacio, muerto soy. Tú vives. Cuenta La verdad sobre mí y sobre mis hechos a los no satisfechos...”. No sabemos finalmente cual irá a ser el destino institucional al final del camino para el General PNP Alberto Jordán Brignole ni sus decisiones personales, pero desde estas líneas, un saludo a este gran hombre, profesional de Policía de vocación, ejemplo de madurez, ejemplo de libertad por decir lo que piensa. Otros en su lugar hubieran preferido “Mejor no hablar mejor no decir”; pero el General Jordán ha hablado: El que no habla no se compromete, el que no habla no se muestra, el que no habla no arriesga.

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Sentenciado por no matar: Ronald Gamarra El general de la Policía Nacional Alberto Jordán ha sido sentenciado por no matar. La anacrónica justicia militar-policial ha sancionado con 18 meses de prisión condicional el hecho de que Jordán no haya cumplido ciegamente órdenes que, en las circunstancias concretas que le tocó enfrentar, hubieran podido causar una tragedia. El hombre que, cediendo a un imperativo de prudencia, evitó que el “Moqueguazo” desembocara en una masacre en la que hubieran perecido policías y civiles, es sancionado, mientras los responsables políticos y ejecutivos de la tragedia de Bagua, ocurrida tiempo después –empezando por la ex ministra Mercedes Cabanillas– permanecen impunes. El mundo al revés. El general Jordán actuó racionalmente en circunstancias extremadamente difíciles y evitó una tragedia: esto es lo fundamental. La sentencia se va por las ramas para sancionar a quien corrigió en el terreno las disposiciones de autoridades de orden público desconectadas de la realidad y de los hechos, autoridades que por otra parte nunca asumen la responsabilidad que les corresponde. Se sanciona pues, la supuesta violación de un principio jerárquico, el supuesto incumplimiento de unas órdenes cuya seriedad está seriamente cuestionada. De manera similar a como luego ocurrió en la tragedia de Bagua, en el “Moqueguazo” había decenas de policías cuya integridad física y sus propias vidas corrían serio peligro al haber caído en manos de manifestantes descontrolados. El general Jordán asumió su responsabilidad como oficial y como ser humano, y enfrentó esta ardua circunstancia logrando la liberación de todos sus efectivos sin que ninguno perdiera la vida y sin que se produjeran víctimas entre aquellos manifestantes descontrolados. En cambio en Bagua, una dirección irresponsable a cargo del Ministerio del Interior y la Policía produjo la tragedia que conocemos, con decenas de víctimas policiales y civiles, incluyendo la muerte de una decena de policías retenidos como rehenes en la Estación 6. Resultados que evidencian, cuando menos, una incompetencia necesariamente punible. Sin duda, aquí las órdenes sí fueron cumplidas, órdenes ciegas y torpes que llevaron la muerte a decenas de civiles y policías. Y quienes dieron esas órdenes, a diferencia de Jordán, no dan la cara ni asumen sus responsabilidades. En los últimos tiempos la opinión pública ha comenzado a sancionar a quienes, como el General Salazar, han tratado inútilmente de echar un manto de responsabilidad culposa sobre mis hombros. Fruto de esas maquinaciones es la sentencia dictada contra mí por el Fuero Militar. Sin embargo, ella termina siendo una sentencia que me honra porque me condena por no haber debelado a sangre y fuego una protesta popular.

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La lectura cuidadosa de lo publicado en La República reconoce esta realidad: Fuero Militar. César Alberto Jordán recibió 18 meses de prisión. Justicia castrense lo encontró responsable de omisión de deberes por no desalojar Puente Montalvo durante las protestas de Moquegua el 2008. César Romero. El Tribunal Superior Militar Policial condenó ayer a 18 meses de prisión condicional al General (r) de la Policía Nacional César Alberto Jordán por negarse a desalojar violentamente el Puente Montalvo, tomado por pobladores durante el “Moqueguazo” el 17 de junio del 2008. La decisión de Jordán habría evitado una probable reacción violenta y muertos entre los pobladores y policías, pero para la justicia militar y policial simplemente cometió “omisión de cumplimiento de deberes en función operativa”. Adicionalmente, la sentencia emitida por el vocal instructor militar Pedro Cabezas Córdova le impuso el pago de seis mil soles de reparación civil al Estado. Otros cinco oficiales de la Policía que secundaron la decisión del General Jordán recibieron penas de 12 y 18 meses de prisión condicional. El Puente Montalvo había sido tomado por pobladores de Moquegua que reclamaban por el canon minero para dicho departamento. Cuando la policía se acercó a desalojarlo, un grupo de custodios fueron tomados en rehenes, lo que motivó que Jordán se canjease por sus subalternos y ordene el repliegue de las fuerzas del orden. Respaldo El ex presidente del Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Moquegua (FEDIP) y actual candidato a presidente regional Zenón Cuevas Pare rechazó la sentencia y se solidarizó con Jordán. “Cómo pueden sentenciar a hombres que actuaron con sensatez y responsabilidad (...) si hubieran actuado de acuerdo a la orden de sus jefes se habría producido un baño de sangre y una carnicería durante el despeje del puente”, enfatizó Zenón Cuevas. Jordán dice que apelará el fallo César Alberto Jordán consideró injusta la sentencia y dijo que aquel día no se pudo

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actuar debido a que el costo social iba a ser muy alto. Además, responsabilizó de su condena al actual ministro del Interior, Octavio Salazar. “Él (Salazar) fue Director General de la Policía durante el Moqueguazo y debería estar presente en la lectura de sentencia, subrayó Jordán. Jordán anunció que apelará el veredicto a una instancia superior y denunció que se le recortó su derecho a la defensa. Por su parte, el Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Moquegua informó que la próxima semana se reunirá para coordinar una movilización pacífica en solidaridad con el General (r) Jordán por haber sido condenado por su acción en el caso del ‘Moqueguazo, informó Alex Sosa Ocampo, presidente de dicha organización popular.

*Ojos que no ven Film de Francisco Lombardi sobre el monstruoso aparato de corrupción que alcanzaba a jueces, fiscales, militares, empresarios, políticos, dueños de canales de TV y periódicos, a quienes Montesinos en su afán de perpetuar el poder del gobierno, grababa con cámaras escondidas mientras negociaban “arreglos económicos”.

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Aprendamos a discrepar, a tolerarnos mutuamente, sin complicidades ni claudicaciones. Víctor Raúl Haya de la Torre

Protegiendo a dos grandes: Haya de la Torre y Sánchez*

V

olviendo a la insigne figura de Luís Alberto Sánchez, debo decir que fue una experiencia muy enriquecedora trabajar a su lado. Además de su agudeza y bonhomía, Sánchez se preocupaba de la gente de su entorno. Ya me había

dicho varias veces que debía ir a especializarme al extranjero. Incluso llegó a escribir una carta muy hermosa al Ministro del Interior de entonces pidiéndole que me tuviera en cuenta para un Curso de Estado Mayor que se dictaba en Colombia. A los tres días, y cuando pensé que todo había quedado en el formalismo de un pedido que nunca sería atendido, el doctor Sánchez me dice:“¿No ha salido su resolución? Acompáñeme al Congreso que hoy justamente tiene una exposición el Ministro del Interior.” Apenas llegamos el doctor Sánchez le dice a su secretario, el doctor Negri, que le alcance una notita al Ministro en el hemiciclo. Desde donde estaba vi que el Ministro leyó el apunte, luego de lo cual se agarró la cabeza y cogió un teléfono. Cuando salimos el Maestro Sánchez me dijo: “hoy día lo llaman, váyase a Chincha a despedirse de su mamá. Me fui a Chincha y al poco rato llegó un patrullero cuyo oficial me dijo: Orden del Director General, usted se va a Lima ahora mismo. Me vine, me dieron mis viáticos y mi pasaje. Le pedí al Ministro que me diera tres días para disponer algunas cosas, y él respondió: “No. Usted sale mañana.” Me fui y a los 3 meses llevé a mi familia. Pasé una experiencia extraordinaria. Allí estudié un año en la Academia Superior de Policía General Santander con profesores que tenían una amplia experiencia anti subversiva. El recuerdo de Luís Alberto Sánchez me lleva a reparar en que ya no quedan políticos con la altura de, por ejemplo,Víctor Raúl Haya de la Torre. Uno de los personajes que más me impresionó a lo largo de mi carrera policial, no por su aureola de personaje político, sino por su personalidad, fue precisamente Haya de la Torre. Lo conocí

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cuando era alférez y me asignaron a su escolta policial. Entonces él era Presidente del Congreso Constituyente. Una mañana me indicaron por radio que un grupo de revoltosos había tomado la carretera Central, a la altura de la firma Cromotex, cerrando el tránsito y que se temía enfrentamientos violentos, señalándome que no saliéramos de Villa Mercedes, en Vitarte. Ingresé a la finca y me encontré a Víctor Raúl en el patio afeitándose con su máquina eléctrica. Tenía al lado a su infaltable pastor alemán. Le conté la situación pero él me dijo sin inmutarse: “Alférez, prepare los carros que nos vamos.” Salimos en medio de la gran tensión que existía por aquellos lugares, y enrumbamos por la Carretera Central, previa comunicación con la superioridad informando que me dirigía al Congreso en el centro de Lima y me ordenaron regresar inmediatamente, pero Haya de la Torre, me dijo: “siga, es una orden mía”. Continuamos la marcha, y en breve estuvimos frente a Cromotex. No sólo la carretera central estaba cerrada, sino que ardían objetos por todas partes. Recuerdo que le dije:“Hay fuego señor presidente”; él me dijo: “sí, ya lo sé, vaya usted y dígale al que está dirigiendo esto que venga, que quiero hablar con él”. Me acerqué, tomando mis precauciones, al grupo principal y les pregunté por su jefe. Cuando estuve frente a él me dijo que era Néstor Cerpa Cartolini, entonces líder del sindicato de Cromotex, y que años más tarde sería uno de los principales jefes del MRTA y moriría abaleado, junto con todos sus secuaces, cuando las fuerzas armadas recuperaron la Embajada del Japón. Le dije: “señor, quieren hablar con usted”. Cerpa me dijo: “¿Quién?” “El Presidente del Congreso Constituyente,Víctor Raúl Haya de la Torre”, le respondí. Cerpa se acercó entonces rápidamente al automóvil y exclamó: “¡Señor Presidente! ¿Cómo está don Víctor Raúl?” Haya le dijo lacónicamente: “le voy a agradecer que me deje pasar, se me está haciendo tarde para ir al Congreso” Cerpa ordenó inmediatamente a sus huestes que le dieran paso, y cruzamos el lugar en medio de una gran humareda. Nunca olvidaré la presencia y don de mando de Haya de la Torre, era un verdadero gigante.

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En un espíritu corrompido no cabe el honor. Tácito

El Padrino*

C

uando el Presidente dijo equivocadamente a los diversos medios de comunicación, que me entregué por miedo a los manifestantes, lo hizo basado, seguramente, en la falsa información que le hizo llegar el DGPN, quien no

solamente sabía lo que ocurrió, sino que calló que todo lo acontecido en Moquegua fue propiciado y orientado por la improvisación y desconocimiento de la real situación, pese a que desde el primer momento y en forma continua cumplí con comunicar sobre lo que se gestaba, razón por la que no dijo esta boca es mía. Sabía que mis 100 hombres totalmente desarmados y yo fuimos emboscados y atacados por una furiosa turba armada de palos y piedras en proporción de 30 a 1. Es decir, sabía que en esas circunstancias era imposible repeler la agresión, que muchos de mis hombres resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad, igualmente, que en esa brutal agresión terminé con una fractura complicada por lo que tuve que ser operado. Sabía sobre todo que él tuvo gran parte de la culpa de todo lo ocurrido, por su imprevisión, por no haber puesto en funcionamiento los trabajos de inteligencia, por no haber hecho una apreciación correcta de la situación, por su improvisación, por su incumplimiento reiterado de la doctrina y las normas policiales, por romper la unidad de comando y fomentar la indisciplina, etc. dictando órdenes y disponiendo medidas que no estaban acorde con lo que sucedía en el lugar de los hechos, con la única finalidad de congraciarse con algunos políticos. No parece razonable que un Presidente de la República haya dicho públicamente, lo que expuso ante los medios de comunicación, sin consultarlo previamente con su jefe de Policía. ¿Dijo el General Octavio Salazar que yo era un cobarde y que me había entregado por miedo a los manifestantes? No lo puedo creer. Probablemente, eso fue una idea apresurada del Presidente, quien no supo o no pudo imaginar otra cosa, en medio de la humillación que le infligía tener que capitular ante la revuelta. Lo más probable es que el General Octavio Salazar haya omitido decir la verdad, respirando de alivio al ver que elegían “una cabeza de turco” que no era la de él.

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Ya que estamos hablando de miedos, es bueno que se conozca que mientras yo estaba prisionero, y mi vida y la de muchos policías corría peligro inminente, cabe preguntarse: ¿Qué hacía el General Salazar? Pues bien, el Ministro del Interior Luís Alva Castro, ante el curso de los acontecimientos, le había ordenado que se constituyera personalmente en Moquegua para asumir el comando de las operaciones como debió ser desde el primer momento, y esa exigencia era también una llamada de atención severa a un general que no había sabido ponerse al frente del problema. El General Salazar entonces se dirigió a Tacna y de allí abordó a las 4 p.m. el helicóptero MI 17-502 con dirección a Moquegua. Iba en compañía del General Julio Vergara, Jefe Ejecutivo de Operativos Policiales, que no asumió la jefatura en la crisis, ni hizo el plan de operaciones específico para el caso de Moquegua, como le correspondía, y al que no se le pudo ubicar todo el día 15, justamente, cuando más se le necesitaba y pese, a lo que acontecía en los altos mandos policiales, que no podían comunicarse, el único responsable es el General Alberto Jordán, esto no tiene ninguna lógica. ¿Un Director General no puede ubicar a un general? ¡Qué raro! Estaba también en el helicóptero el obispo de Tacna y Moquegua, Monseñor Marco Antonio Cortez Lara. ¿Qué había pasado? Todo el mundo había estado en mi contra cuando yo quería negociar, dada la circunstancia en la que se encontraba Moquegua e inclusive, por exigir el diálogo, había llegado al borde de la indisciplina. Se llegó a sostener en forma enfática que me habían mandado a hacer uso de la fuerza y no a negociar, que desconocía la función del policía, que no era mi papel y debía enfrentarme con 100 hombres desarmados a cerca de 20 000 pobladores –que según éstos su reclamo era justo–.Y claro, cuando la situación reventó todo el mundo quería negociar, ahora iban los altos jefes policiales desde Lima enarbolando la bandera de la negociación. ¿Pero iba el todopoderoso General Salazar a sustituirme en mi papel de tratar de arreglar las cosas pacíficamente? ¿Era el caso de un general valiente que iba a reemplazar a un general prisionero? Veamos el desarrollo de los acontecimientos de acuerdo a la bitácora de vuelo de la Policía Aérea. El helicóptero aterrizó en Moquegua a las 5:40 de la tarde. Y entonces el Director General, que tenía la misión de comandar las operaciones necesarias para lograr mi liberación y restablecer el orden, le preguntó al Coronel Vicente Álvarez –jefe de la región policial de Moquegua– si no era peligroso quedarse a dormir allí. El coronel le dijo que no había ningún problema con la seguridad, pero que los pobladores seguían con sus protestas.

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El DGPNP se quedó pensando. ¿La cercanía al peligro lo pondría nervioso? De pronto, a las 7:45 p.m. es decir sólo dos horas después de haber llegado con la misión de enfrentar la crisis, y solucionar la situación de rehén por la que atravesaba un general y sus subalternos máxime cuando sus vidas corrían peligro, no pudo soportar más y decide salir volando de Moquegua. Lo acompaña en la veloz retirada el General Julio Vergara, ¡el Jefe de la Dirección Ejecutiva de Operaciones Especiales! Lo asombroso es que para poner “pies en polvorosa” movilizaron un helicóptero MI 17, con capacidad para una treintena de pasajeros, para que los señores generales pudieran dormir con comodidad y sin sobresaltos en Arequipa, lo más lejos posible de toda sombra de riesgo. Entretanto, yo dormía en el suelo, con el brazo roto y un destino incierto, en el centro mismo de la crisis, acompañado de mi personal que se encontraban en iguales condiciones, pero que en ningún momento mostró flaqueza alguna. ¿Quiénes fueron entonces los que tuvieron miedo? Yo caí en medio de una emboscada, al tratar de solucionar un problema que no había sido originado por la policía, sino por la inoperancia e imprevisión estatal, sin embargo, no me fugué cobardemente del teatro de operaciones en un vuelo nocturno, dejando al personal policial a merced de la población que reclamaba la atención de los gobernantes, sin encontrar eco en sus pretensiones. ¿A qué le tenían miedo estos valientes generales? Aquí hay que observar esa penosa costumbre, muy peruana por cierto, de pasar la pelota y sacudirse de responsabilidades. El Presidente exigió a su Primer Ministro resolver la crisis de Moquegua, el Primer Ministro emplazó al Ministro del Interior, el Ministro mandó al general, el general mandó a un coronel y finalmente el asunto fue dejado en manos de un sacerdote. Menos mal que este sacerdote era el respetable Monseñor Cortez. Por lo visto, la unidad de comando funcionaba a la perfección cuando se trataba de zafar el bulto. Queda también flotando una pregunta en el ambiente: ¿Por qué, si el General Salazar decidió inhibirse no designó al General Julio Vergara para manejar la crisis? Los líderes del “Moqueguazo” bien pudieron exaltarse al ver que el gobierno no enviaba portavoces de primera fila a negociar y que los altos mandos policiales se retiraban del lugar aprovechando la noche. Felizmente no ocurrió nada que lamentar. Pero, todavía nos faltaba mucho que escuchar, obviamente, un cúmulo de falsedades de quienes trataban de salvar su responsabilidad respecto a lo sucedido en Moquegua. Una de las más notorias fue cuando el Ministro del Interior se presentó a responder ante la Comisión Permanente del Congreso. El Ministro dijo que dispuso que el DGPNP Salazar se constituyera personalmente a la zona del conflicto, para asumir el comando y

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proseguir con las operaciones de restablecimiento del orden, añadiendo que sus órdenes fueron cumplidas, pero no dijo que sólo permaneció en el lugar dos horas. Es increíble que el Ministro del Interior no tenga conocimiento que el DGPN no estuvo en Moquegua, a pesar de lo ordenado, solamente estuvo dos horas y en evidente desacato, no asumió ningún comando, ni menos se hizo cargo de las operaciones para tratar de restablecer el orden, rescatar a los policías que se encontraban retenidos y heridos –como era mi situación–, bajo la constante amenaza que podían atentar contra nuestras vidas. Pero si concedemos benignamente el beneficio de la duda que el Ministro estaba desinformado cuando declaró en el Congreso, igualmente que el Presidente estaba desinformado cuando dijo que me entregué mansamente a mis captores, que el DGPN no sabía lo que hacía, y que la mayoría de los congresistas aceptaron estas versiones porque ignoraban lo que ocurrió en Moquegua, con excepción de los congresistas Lourdes Alcorta e Isaac Mekler, quienes estaban informados y salieron en mi defensa. Estamos entrando a una dimensión de realismo mágico, o estamos asistiendo a una confabulación descarada con visos de complicidad escandalosa. Por su parte, el General Octavio Salazar, ante la Comisión Permanente del Congreso, dijo sin titubear que yo conté con 20 efectivos enviados con anticipación por la Dirección de Inteligencia para asesorar al comando operativo. Como ya he dicho antes, eso es completamente falso. La verdad es que nunca conté con ningún apoyo de la Dirección de Inteligencia de la PN, un puesto que siempre estuvo al mando de un General de Inteligencia, pero Salazar pone a su amigo el Coronel Marino Shiguas, dejando de lado a generales con la especialidad de inteligencia. La DIPNP, es importante por el manejo de información y ante todo por su presupuesto, donde no es obligatorio dar una factura o recibo para rendir cuenta a quien la fiscalice, ya que toda información que da una persona es reservada y se protege su identidad. Los datos con los que trabajé, para evaluar la situación y para formular mis informes y demás documentación, fueron los obtenidos por mis propios hombres. Ni antes ni en el conflicto mismo estuvo gente alguna de la Dirección de Inteligencia, pese a que tienen la obligación de, entre otras cosas, filmar todo el proceso de la intervención de principio a fin. Lo que afirmo está debidamente comprobado con diversos documentos en todas las instancias. Lo que ocurrió sencillamente fue que, como no se tomó en serio el asunto de Moquegua, no se envió ese personal de inteligencia, pese a que lo solicité reiteradamente con casi un mes de anticipación. Y, en el colmo de la ineficacia y la irresponsabilidad,

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recién el día 15 de junio, en la Dirección de Inteligencia se confecciona cuatro papeletas para el envío de igual número de miembros de ese servicio a Moquegua. Los cuatro destinatarios de esas papeletas las recogen recién al día siguiente, el 16 de junio –cuando ya se había desatado el infierno en Moquegua– tal como consta en sus cargos de recepción que tengo en mi poder. Lo real y concreto es que el personal de inteligencia no llegó jamás al conflicto, lo hizo pero con posterioridad cuando ya no tenía objeto que los enviaran. Pero lo más inaudito del asunto fue que se dispuso que viaje un grupo de inteligencia, dirigido por un coronel, y formado por un mayor y un capitán ¡el 18 de junio!, es decir cuando ya nada había que hacer en Moquegua.Y al día siguiente, el 19 de junio, se envió a 13 sub-oficiales de inteligencia. ¿Por qué se enviaron estos hombres? No puede ser para otra cosa sino con el propósito de confundir con las fechas y alterar luego la visión de los acontecimientos. Eso es como comprarle medicinas al paciente después que está muerto y sepultado. Me cuesta trabajo creer hasta dónde se puede recurrir y llegar a degradar la dignidad de un ser humano, para conservar su puesto. Pero quizá lo más preocupante es la conveniencia del gobierno al aceptar las falacias del DGPN, para no remover más el asunto. Hay historiadores que falsean la historia por convicciones o por apasionamiento. Pero, lo que más llama la atención, es que quienes falsean los acontecimientos, son los mismos que han participado, reeditan el guión de la realidad y se reinventan a sí mismos, aunque en su mentira tengan que atacar la dignidad y el honor de gente inocente. Calculan que nadie les saldrá al frente para averiguar la verdad porque saben que sus malas artes, consagradas por la impunidad, amenazan a quienes osen denunciarlos. En ese contexto, resulta asombroso ver cómo todos los vinculados de manera directa o indirecta con los hechos, se prestan al unísono, para acomodar los hechos en el tinglado que se armó para encubrir la verdad de lo sucedido, es decir, se implementa toda una maquinación, para mantener el artificio una vez que se ha dictado el libreto. Ocurrida la vergüenza del “Moqueguazo”, donde el gobierno se vio obligado a sentarse a la mesa de negociaciones, esta vez en serio, parece ser que fue humillante para los gobernantes; ir al esclarecimiento de la verdad, en cuyo proceso se descubriría una racha de escándalos, no le convenía al gobierno. Lo que se estila en estos tiempos es el pragmatismo maquiavélico: buscar un cordero para el sacrificio, y luego “aquí no ha pasado nada.” De allí que el General Salazar pudo mentir lo que le vino en gana. No hubo quien pusiera en duda sus incongruencias. Avalado por los ministros, quienes debieron tener sus razones para hacerlo, nuestro blindado General Salazar pudo decir en el Congreso que sí había un plan de operaciones hecho por la DIREOP, que viajaron a Moquegua 1 950

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efectivos policiales, que desde el comienzo envió 20 efectivos de inteligencia. Es decir, se trató de insinuar que mejor no pudo ser el tratamiento que la policía le dio al problema. Ya sabemos que todo eso era falso, punto por punto: la DIREOP no hizo nunca ningún plan, no fueron 1 950 los efectivos enviados a Moquegua sino solamente 696, los 20 efectivos de inteligencia, supuestamente enviados antes del conflicto, no existieron porque jamás fueron a la ciudad de Moquegua como se pretende sostener, porque solo ha existido en la imaginación del General Salazar, para darle una supuesta credibilidad a lo que afirmaba en cuantas oportunidades se le presentaba, con la única finalidad que se descubra que era el único responsable de lo sucedido en Moquegua. ¿Alguien puso en tela de juicio tanta mendacidad? ¿Alguien calificó de impostura enviar la inteligencia después y no antes? El engaño con apariencia de verdad sigue siendo lamentablemente el recurso más socorrido en la política y en muchas instituciones por lo que ya es tiempo de explicar lo que sucedió, pues callar significa hacerse cómplice, mas aún, cuando se me imputan supuestas responsabilidades. La única y solitaria voz que se escuchó en esos días hablando con racionalidad fue la del Cardenal Juan Luís Cipriani quien criticó duramente al gobierno por haberme sancionado injustamente quizás porque conoce la verdad de lo acontecido: “Simplificar las cosas que ocurrieron –dijo– y ahora maltratar a un general es una manera poco justa de darle ánimo a la institución policial”. Dijo también que no se debe tratar a la policía como una compañía de bomberos que tiene que ir a solucionar problemas sociales, sin armas, usando solamente su palabra. Lo que se tiene que investigar, añadió, es por qué existieron esas medidas de fuerza como respuesta a la demanda de un sector. No deja de ser relevante que un sacerdote tenga que dar lecciones a los políticos. Y cuando recuerdo que fue otro sacerdote quien le sacó las castañas del fuego a los políticos en Moquegua, mientras los valientes generales volaban a ponerse a buen recaudo bajo la sombras de la noche, no puedo dejar de preguntarme qué es lo que le pasa a nuestra democracia cuando las principales autoridades falsean los hechos, como lo ocurrido en dicha ciudad. No recuerdo tampoco que los medios de comunicación masiva hayan querido saber qué es lo que realmente pasó en Moquegua. El llamado “periodismo de investigación” brilló por su ausencia.Y esto no deja de ser una ventaja para los políticos que saben que, una vez capeado el temporal, el olvido colectivo les brinda la impunidad necesaria para seguir ejerciendo el poder como les viene en gana. Por eso me sorprendió gratamente hallar un blog inscrito en el servidor de la Universidad Católica, que decía lo siguiente:

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“Debemos agradecer a la “mansedumbre” del General Jordán que no tengamos muertos que lamentar. ¿Qué hubiera sucedido si, efectivamente, los policías enfrentaban con sus armas a los manifestantes? Simplemente una masacre similar a la del Frontón. Señor presidente, ¿acaso no aprendió usted las lecciones del pasado? ¿Cuál es la deuda que usted o el APRA tienen con Alva Castro? Los dos muertos en Ayacucho levantaron una andanada de críticas al procedimiento que emplea la policía contra los manifestantes e hizo trastabillar al ministro del Interior, quien supo salir airoso como siempre. Jordán brindó una lección de sensatez y prudencia a pesar de que el costo profesional para él mismo haya sido elevado. La represión con armas de fuego, los muertos regados a lo largo del Puente Montalvo y los policías ajusticiados por la turba jamás podrían ser compensados por algún reconocimiento presidencial al valor. Pero la lección que deja a las fuerzas de orden: nada justifica el atropello a los derechos humanos ni la ley ni la fuerza de las armas. El diálogo debe imponerse hasta agotar todos los recursos. De no haber sido por la que sí fue una fallida intervención del Coronel Clever Vidal, quien ordenó disparar bombas lacrimógenas durante el diálogo con los manifestantes, posiblemente los policías no hubieran sido secuestrados. Si bien Jordán está asumiendo las consecuencias de su decisión, sabe que puede dormir tranquilo sin cargar en la conciencia con el peso de cientos de muertos, algo que dudamos, pueda hacer el presidente García.” Resulta también curioso que nadie, salvo algunas rarísimas excepciones, se haya ocupado de dilucidar si era o no justo el descontento popular que llevó al “Moqueguazo”. Lo único que parece interesar a la mayoría de los medios de comunicación es el detalle anecdótico de la revuelta. Pasada la novedad nadie se acuerda de la naturaleza de los hechos, ni de asimilar la experiencia de los mismos. La justicia o injusticia en el reparto del porcentaje del canon minero, que fue la razón del alzamiento, termina siendo un asunto esotérico que sólo concierne a los técnicos y a los iniciados en la profunda ciencia de los comentaristas económicos. Se mantiene a la población con el menú de la frivolidad, para aprovecharla mejor como cortina de humo cuando es necesario. Y esta ignorancia y desinterés generalizados es lo que permitió decir al Presidente, sin que nadie se lo replique, que el problema entre Tacna y Moquegua era un asunto de rivalidad de regiones que tenían mucho dinero y que se peleaban por él. He tenido la oportunidad de servir varios años en esas localidades, lo que me ha permitido comprobar que es al revés, la pobreza en esos lugares es notoria, la vida es dura y la falta de oportunidades es clamorosa. No sé de dónde saca el señor Presidente esa imagen utópica del país que gobierna. Ni el gobierno, ni los políticos, ni la prensa en general, observaron tampoco otro aspecto crucial en la revuelta y su frustrada represión: el respeto a los derechos humanos, que tanto se pregona en el papel, pero que se olvida cuando llega la oportunidad de velar por ellos.

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Sin ser un adalid de los derechos humanos, esto es algo que siempre he tenido presente a lo largo de toda mi carrera policial. Cada vez que he tenido que hacer uso de la fuerza he observado escrupulosamente el Manual de Derechos Humanos que nos da pautas precisas para nuestros operativos. Este código de conducta, para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, está dentro del plan curricular de nuestra formación académica como policías. Allí se señala que es un deber policial respetar y proteger la dignidad humana y mantener y defender los derechos humanos de todas las personas, señalándose expresamente que sólo podremos hacer uso de la fuerza cuando sea estrictamente necesario, y en la medida en que lo requiera el desempeño de nuestras tareas. Fue en ese contexto, que di fiel cumplimiento a los artículos del Código de Conducta que nos rige, pensando que mis superiores me iban a decir que actué correctamente al evitar que se produzca un absurdo derramamiento de sangre. Estaba tan seguro de cumplir con mi deber actuando de esta forma, que interpreté como un respeto a los derechos humanos la orden que me fue dada de “no llevar armas de fuego, ni de puño, ni armas largas ni escopeta”, como me lo pidieron expresamente en la Orden 1194-2008-DgPNP-Ceopol-Jo del 15 de junio, firmada por el DGPN Octavio Salazar Miranda. Es por ello –y no por miedo– que evité en todo momento el enfrentamiento innecesario y peligroso, y busqué más bien la intermediación de la Defensoría del Pueblo y de la Iglesia Católica de Moquegua, - para evitar las graves consecuencias que pudieran producirse, sobre todo, la pérdida de vidas humanas en ambos bandos - quienes me prestaron todo su apoyo de una manera honesta y desinteresada. Es interesante anotar que en este binomio de una institución tan antigua como la iglesia y una tan nueva como la Defensoría del Pueblo pueda estar la reserva moral de la nación. Para entender cabalmente las transgresiones en que incurrió el DGPN y el desbarajuste que esos atropellos provocaron es menester conocer las funciones que le asigna la ley a ese cargo. El Director General PNP, de acuerdo a la Ley 27238, Ley Orgánica de la PNP, que fue promulgada por el Poder Ejecutivo el 21 de diciembre de 1999, en su Capítulo II, en lo relacionado a los Órganos de Dirección, en su Art. 12.1 indica: La Dirección General es el órgano de más alto nivel en la Policía Nacional del Perú, encargado de la organización, preparación, administración, supervisión, desarrollo, disciplina y empleo de los recursos. El DGPNP es el de mayor jerarquía en la PNP, pero cumple funciones administrativas, no así operativas, ya que estas funciones están a cargo de la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales –DIREOP– y se encuentran señaladas en la Ley Orgánica de

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la Policía Nacional del Perú, en el Capítulo VIII, en lo que respecta a los Órganos de Ejecución, en su Art. 24.1, donde las Direcciones Territoriales de la Policía, las Regiones Policiales son órganos operativos, que ejercen las funciones, atribuciones y competencias de la PNP en un determinado espacio geográfico del territorio nacional. Como se puede apreciar la XI-Dirección Territorial Arequipa –que yo dirigía– con quien tenía que coordinar era con la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales DIREOP-PNP, ya que es el Comando General y era el órgano encargado de hacer un Plan de Operaciones; documento que nunca se elaboró. El problema se presenta cuando me llegan órdenes verbales por teléfono, fax, y órdenes por Internet, que nosotros denominamos “Órdenes Telefónicas”, firmadas por el DGPNP en forma directa. Por lo tanto, la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales fue relegada a un segundo plano ya que el propio Salazar era quien manejaba, daba órdenes y disponía del personal. Preguntas hechas al General Octavio Salazar Miranda, por Asuntos Internos del Ministerio del Interior. Habiéndose emitido de su despacho las Órdenes Telefónicas 1194 y la 1198 del 15 de junio que se muestran a la vista sírvase usted explicar el alcance de lo que estas implicaban. Dijo: “Estas órdenes telefónicas se formularon con la ‘intención’ de precisar las acciones que deberían realizar desde el Director Ejecutivo de Operaciones Policiales hasta los entes que iban a participar en esta operación”. El principio de unidad de comando, de acuerdo al Manual de Estado Mayor, significa que en cada elemento constitutivo de la organización debe de haber un solo jefe, y todos los jefes deben ser responsables ante un superior. El cumplimiento de este principio permite el establecimiento de la cadena de comando y el control efectivo de los subordinados. Cada miembro policial debe de saber de quién depende o quienes dependen de él, y ningún personal debe depender de más de un superior. Por lo tanto el Director General, no puede tener la “intención” de precisar las acciones que debería realizar la DIREOP, ya que el Principio de Unidad de Comando, no se cumpliría, en vista que la norma es clara en establecer que ningún individuo debe depender de más de un superior y la línea de Comando debería haber sido el DIREOP (Director Ejecutivo de Operaciones Policiales) directamente con la XI-Dirección Territorial. Si la orden impartida por su despacho, para que el DIREOP formule el Plan de Operaciones para el desbloqueo del Puente Montalvo, incluía la formulación de un Plan

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de Operaciones Específico para este particular ¿Era suficiente con el Plan General de Orden Público vigente de la DIREOP? Dijo: que la disposición estaba dada a que el General DIREOP formule un Plan de Operaciones Específico para la Operación. Cómo es posible que el DGPNP indique que la disposición estaba “orientada”, si él mismo dispuso en la Orden telefónica N° 1198-2008DGPNP-Ceopol-Jo que el General Julio Vergara, Jefe de La Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales DIREOP, deberá formular el respectivo Plan de Operaciones, a fin que la operación de desbloqueo en la zona de Moquegua e Ilo, se encuentre garantizada de la previsiones necesarias antes, durante y después del evento, para evitar costo social y asegurar que el accionar policial se ejecute con el debido respeto a los DD.HH. También se indica en el Manual de Organización y Funciones de la DIREOP que su misión es la de dirigir, organizar, coordinar, ejecutar y controlar la ejecución de las funciones de cada Dirección Especializada y Dirección Territorial que integra la Dirección. Además, el DGPNP mediante Orden telefónica Nº 1198, indica que la DIREOP debe formular el Plan de Operaciones Específico, ¿Por qué el DGPNP no obligó a la DIREOP a confeccionar el Plan de Operaciones en vez de derivar esa responsabilidad a mi Dirección Territorial de Arequipa? ¿Qué se pretendía realmente con esta jugada absurda que violaba las normas? La consecuencia fue que el Ministro del Interior y el DGPNP de la Policía (DGPN) tuvieron que mentir escandalosamente ante el Congreso diciendo que sí había un plan de operaciones cuando no lo hubo. Es decir, se me sacrificó para encubrir una serie de hechos, desde intereses políticos hasta incompetencia, ineptitud e irresponsabilidad punible, utilizando para ello un cinismo sin límites ante un Poder del Estado. Un par de ejemplos que muestran hasta dónde puede llegar el cinismo, la astucia y la falta de escrúpulos, es lo que ocurrió en el helicóptero en que viajaba, inmediatamente después de mi liberación, y el revelador episodio en el Hospital de Policía de Arequipa en el que se puso al desnudo la solvencia moral del General Salazar. A las 4:00 p.m. del 17 de junio, cuando me encontraba retenido en la iglesia en compañía del personal policial, se me acercó el Párroco, padre Ayala, indicándome que los dirigentes del Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Moquegua y Organizaciones Sociales, habían decidido que los acompañe a Lima, a la reunión que iban a tener en la

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Presidencia del Consejo de Ministros, con el Primer Ministro Jorge del Castillo, con el propósito de llegar a un acuerdo para la solución de la huelga. Es entonces que me preparo para el viaje, y cuando me encontraba en el aeropuerto de Moquegua, a horas 5:30 p.m., se me acercó el Coronel de la Sanidad PNP Danilo Agramonte para indicarme que, por orden del DGPNP, no viajara a Lima. Me lo dijo en presencia del Obispo de Tacna y Moquegua, Mons. Marco Antonio Cortez Lara, quien se quedó sorprendido por la actitud del General Salazar Miranda, indicando el Monseñor que ya había un compromiso con los dirigentes, el pueblo de Moquegua y el Primer Ministro, Jorge Del Castillo Gálvez. El Coronel indicó que era una orden del Director General; abordamos el helicóptero en el aeropuerto de Moquegua y nos dirigimos con destino al aeropuerto de Arequipa. En el viaje me comenzó a doler la muñeca y le pedí asistencia médica al doctor. El mismo en forma inmediata me atendió, poniéndome una mascarilla, y al inhalar una sustancia sufrí una descompensación. Al llegar al aeropuerto de Arequipa me evacuaron en ambulancia hasta el Hospital de Policía. Posteriormente, se le comunicó a la comisión de personas que me acompañaban en el helicóptero para viajar a Lima, que yo había sufrido una descompensación y que no podía proseguir el viaje. Como testigo está Monseñor Marco Antonio Cortez Lara, el representante de la Defensoría del Pueblo de Moquegua, personal policial de mi seguridad, mi esposa y la comisión de los dirigentes del Frente de Moquegua que viajaban en el helicóptero. Cuando estuve internado en el Hospital de Policía en Arequipa, se presentó el General Salazar para interesarse por mi salud. Eso era lo que yo suponía, pero lo primero que me dijo es que no diera más declaraciones a la prensa y que en Lima me iba a asignar una dirección importante para que la comande. Mi reacción fue enrostrarle su juego sin escrúpulos. Le dije que él me había traicionado en la operación de Moquegua para salvar su pellejo y quedar bien ante el gobierno, echándome la culpa del fracaso de la operación cuando era todo lo contrario, pues las órdenes que él había impartido sin mi conocimiento y consentimiento, habían originado el fracaso de la operación. En ese momento el enfermero se acercó al cuarto donde me encontraba con mi esposa, mi seguridad y una persona amiga, los mismos que son testigos de lo que estoy narrando. El enfermero me solicitó dinero para comprar un calmante y una aguja descartable que requería para ponerme una inyección. Mi esposa le dio 10 soles en presencia de Salazar. En ese momento el doctor Clever Becerra Febres, capitán Jefe del departamento médico, nos dijo con preocupación que el Hospital Regional de la Policía Nacional “JPM” no contaba con intensificador de imágenes ni con material de osteo síntesis;

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al tomar conocimiento de la inexistencia de dicho material en el hospital mi esposa le indicó al médico que me llevaría a una clínica particular. Apenas escuchó esto el General Salazar se retiró en la más completa indiferencia, sin disponer que mi tratamiento fuera asumido por el FOSPOLI, el Fondo de Seguro Policial que cubre costos de clínicas privadas para personal herido en misión. Este Fondo es utilizado cuando el Hospital de Policía no puede brindar el tratamiento especializado en casos como el que me encontraba padeciendo. Fue así que tuve que operarme en la Clínica Arequipa y después someterme a una segunda operación en la Clínica Americana en Lima. El costo fue de alrededor de S/. 18 000 pagado con mi seguro particular, dejando expresa constancia que las más altas autoridades de la institución policial en ningún momento se preocuparon por mi estado salud, pese a que había resultado lesionado en acto de servicio. Cuando estuve en Lima el Coronel Médico Danilo Agramante me querelló ante el 57ª Juzgado Penal –Reos Libres, por el delito Contra el Honor– Difamación, a raíz de haber dado declaraciones al diario Expreso y atribuirle en su condición de médico el haberme aplicado a través de una mascarilla una sustancia que me descompensó. El juez le dio la razón al determinar que el termino “descompensar” no puede entenderse como la administración de un sedante, sino como la reacción negativa del cuerpo humano ante la administración de un tratamiento médico; entendiéndose del propio tenor del documento qué existía una orden emitida por la autoridad de mayor jerarquía disponiendo que el denunciado no viaje en dicha ocasión hacia Lima, lo que evidencia que no es la descompensación sufrida lo que motivó que no viajara a Lima como se pretende hacer ver en el contenido de la denuncia de parte, toda vez que existió antes que ocurriera ello una orden en contrario. Que, por lo expuesto y a tenor de lo dispuesto en el párrafo tercero, del artículo setenta y siete del Código de Procedimientos Penales, el juez resuelve: Declarar no ha lugar, a admitir el trámite de denuncia de querella interpuesta por Manuel Danilo Agramonte Gallart. El 22 de abril de 2010, Agramonte apela la sentencia del 57ª Juzgado Penal-Reos Libres, a la Segunda Sala Penal Superior de Reos Libres donde se confirmó la resolución del 57ª Juzgado. Como se puede apreciar, todo estaba confabulado para sacarme de la carrera policial, pero gracias a jueces honestos que hicieron respetar mis derechos hoy se está conociendo la verdad de lo sucedido en las operaciones policiales del desalojo del Puente Montalvo.

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Para coronar estas felonías, en cuanto llegué a Lima pude comprobar hasta dónde es capaz de llegar la falta de integridad y de moral de quienes se mantienen en el poder quizá porque son necesarios para hacer el trabajo sucio. Descubrí que mi familia y yo éramos objeto de seguimiento y reglaje, quién sabe con qué siniestros propósitos.Varias motocicletas y un automóvil rondaban permanentemente por mi domicilio. Cuando logré identificar el automóvil me di con la sorpresa que pertenecía al policía Harry Tony Ulfe Medina, quien trabajaba en Asuntos Sociales de la Dirección de Seguridad del Estado, siendo su jefe el General PNP Carlos Estrada. Y los de las motos pertenecían a la DIRIN, que trabajaban al mando del Coronel Marino Shiguas Estos hechos fueron denunciados en la Comisaría de Magdalena el 20 de Septiembre de 2008. Mis denuncias se investigaron en la Dirección Nacional de Investigación Criminal Dinincri-PNP-Secuestros y en la Dirección Contra el Terrorismo – Dircote. El Informe Nº 006-2009-Dircote-PNP/DIVITM-D4, establece que sí hubo presencia de efectivos y de vehículos policiales (motocicletas) en las inmediaciones de mi domicilio. En las conclusiones del Atestado N° 06-DIRINCRI-PNP/Divinsec-D3 E3, por Delito Contra La Libertad-Violación de la Intimidad, en agravio de mi persona, entre los días 16 al 18SET2008, en la Jurisdicción del Distrito de Magdalena, se demuestra que el Suboficial PNP Harry Tony Ulfe Medina y otros aún no identificados, resultan ser presuntos Autores del Delito Contra La Libertad-Violación de la Intimidad, en agravio de mi persona y mi familia, hechos ocurridos entre los días 16, 17 y 18 SET. Este hecho fue denunciado en la Fiscalía Provincial Penal de Turno de Lima.

*El Padrino Célebre novela sobre la mafia de Mario Puzo (1970) del cual se hizo una película dirigida por Francis Ford Coppola que ganó el Oscar.

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Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien. Víctor Hugo

El Padrino II*

H

ay situaciones muy extrañas y oscuras sobre lo que sucedió a partir del reclamo de los moqueguanos hasta el día del frustrado operativo y que, pese al tiempo transcurrido, no logran ser develadas. Por ejemplo, el viaje que

realizaron los altos mandos policiales y el Ministro del Interior al dirigirse a Arequipa para una ceremonia, nada menos que en la fecha del paro y en la víspera del estallido social, no viajó el Director de la DIREOP, quien por ley es el encargado de dirigir todas las intervenciones policiales. Esto demuestra que ese viaje no fue por razones de trabajo o preocupación por lo que estaba sucediendo ni mucho menos para tratar de resolver un problema tan crucial, como lo sucedido en Moquegua. Todavía recuerdo a nuestras altas autoridades dándose una “vuelta olímpica” a la Plaza de Armas de Arequipa repartiendo saludos y sonrisas, mientras el “Moqueguazo” se encontraba a punto de estallar; teniendo en cuenta el cargo que ostentaban cada uno de ellos, eran los más indicados para estar en el lugar de los hechos, por estar directamente relacionados con lo que sucedía, razón por lo que cabe preguntarse: ya que estaban allí ¿Por qué no darse una vuelta por el Puente Montalvo aprovechando que había un helicóptero? Como he referido antes, no sabía cómo apurar esa absurda ceremonia; cuando estos personajes terminaron el protocolo y subieron al helicóptero se hizo de noche y ya no se pudo ver nada al sobrevolar Moquegua y regresaron a Lima en los momentos cruciales que se vivían en la zona, como si la solución de lo que sucedía fuera netamente policial y no política. Esto se refleja tan elípticamente en las preguntas hechas al General Salazar, en Asuntos Internos del Ministerio del Interior, que sólo quienes conocen el asunto pueden comprender: ¿Por qué motivo convocó al Coronel PNP Alfonso Chávarri Estrada de la DINOES y al Coronel PNP Edison Pastor Salas Zúñiga de la USE-Lima para que, junto con el Señor

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Ministro, viajen de Lima a la ciudad de Arequipa y posteriormente junto con el General PNP Alberto Jordán sobrevuelen la ciudad de Moquegua el 14 de Junio del 2008? Dijo: “Se dispuso al DIREOP que dichos Oficiales viajaran porque se tenía previsto que serían jefes de las Unidades de apoyo al General jefe de la XI DIRTEPOL Arequipa en esta operación. El General Jordán iba exponiendo sobre su apreciación, manifestándole el suscrito que los coroneles que nos acompañaban serían los encargados de brindar el apoyo correspondiente en esta operación. Debo precisar que el día 14 realizamos un sobrevuelo sobre la zona de operaciones, indicándole expresamente al General PNP Jordán que al día siguiente realizara un sobre vuelo en compañía de los coroneles Salas y Chávarri y de los demás oficiales que iban a participar en la operación, para realizar una apreciación de la situación”. Cabe preguntarse, ¿Por qué si esa misión era importante no estuvo el DIREOP PNP? La hora del sobrevuelo fue a las 18:20 y como es lógico, teniendo en cuenta el clima imperante en el mes que ocurrieron los hechos, lo real y concreto es que no se pudo apreciar nada en la oscuridad y lo que es más lamentable, ni siquiera se bajó para conversar con el coronel PNP Jefe de la Región Moquegua para que nos diera una apreciación más exacta de lo que sucedía en dicha ciudad, algo tan elemental dada la circunstancias por la que se atravesaba en esos momentos, y por ser la máxima autoridad policial . En ningún momento me dijo el General

Salazar Miranda, que exponga sobre

la apreciación de la zona de Moquegua en el vuelo. Es absolutamente falso que el DGPNP Octavio Salazar me haya ordenado que realice un sobrevuelo sobre Moquegua acompañado de los coroneles Salas y Chávarri. Si el DGPNP me lo hubiese comunicado, habría dispuesto el cumplimiento de la orden. Como indiqué anteriormente, dichos oficiales desaparecieron, y si volaron no me lo comunicaron. Lo que si es necesario precisar es que, como responsable del Comando Operativo, realicé (02) vuelos en helicóptero para confeccionar mi apreciación de la zona de conflicto por ser algo tan elemental, como el de conocer lo que estaba sucediendo. Otra pregunta que se le formula al DGPNP, ¿Si como indica el General PNP César Alberto Jordán Brignole, usted le dispuso que la estrategia a utilizar sería establecida por el DIROES? Dijo: Que no, en todo momento se le explicó que las Unidades de la Dirección de Operaciones Policiales-DIROES sería la encargada de brindar el apoyo, pero el planeamiento estaba a su cargo, situación que se contempla en la doctrina Policial. (Anteriormente la DIROES se le llamaba DINOES)

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Con relación a esta pregunta, efectivamente no me dijo textualmente que la estrategia a utilizar sería establecida por el DIROES, pero sí me comunicó telefónicamente cómo debería utilizar las fuerzas; prácticamente diseñó el plan. Con relación al planeamiento, en la pregunta Nº 04 a Asuntos Internos él dijo, que la disposición estaba dada a que el General DIREOP formule un Plan de Operaciones específico para la Operación, plan que nunca fue confeccionado por el DIREOP

ya que lo delegó para que sea

confeccionado por el Director de la Dirección Territorial de Arequipa. Por lo tanto, cómo es posible que el General Salazar Miranda, indique que yo debería de formular el Planeamiento, como se contempla en la Doctrina Policial. Pero, es necesario dejar claramente establecido que recién el DIREOP PNP envía la Orden telefónica Nº 2254-08-DIRO/PNP/EM-OFIPLO 2, nada menos que el 15 de Junio de 2008 a horas 13:17, para que el Jefe de la XI-Dirección Territorial de Arequipa, formule y remita al término de la distancia su Orden de Operaciones, precisando que a horas 18:00 deberá ser remitida a la DIREOP PNP, es decir, nos daba solamente, poco menos de 5 horas, para la confección de la Orden de Operaciones para el desalojo del Puente Montalvo. Entonces, si la Doctrina Policial contempla que todo Plan de Operaciones se debe de confeccionar con 72 horas de anticipación, ¿Cómo quería el Director General PNP Salazar Miranda que el Planeamiento se realice en 4 horas y 43 minutos? Otra pregunta que se le formula ¿Si como indica el General PNP Alberto Jordán entre las 20:53 horas de día 15 de junio y las 03:00 horas del 16 de junio 2008 le hizo conocer a usted que la apreciación que tenía el comando no era la adecuada? Dijo: “No, que pese haberle comunicado en múltiples ocasiones, en ningún momento me hizo tal comentario”. Efectivamente, se le comunicó al DIRGEN, en presencia de varios oficiales, tales como el jefe de la Región Moquegua Coronel Vicente Álvarez y otros oficiales. En su oportunidad, se solicitó el levantamiento del secreto de mis comunicaciones enviándole el Oficio Nº 05-2008-EMGPNP/Dirosope-Sec. Del 22 de octubre, dirigido al General PNP Carlos Mateo Tueros, Director de Telemática de la PNP y con oficio Nº 06-2008-EMG-PNP/Dirasope-Sec. Del 22 de octubre del 2008 dirigido al Director de Asuntos Internos, Carlos Alberto Chávez Pereda. Sin embargo, pese a que es una prueba vital para demostrar la falsedad de la información que proporciona el Director, nunca se recibió la respuesta de los oficios, ya que no les convenía hacer levantamiento de las comunicaciones porque se iban a confirmar las llamadas hechas al DGPNP. Si, como indica el General PNP Alberto Jordán, usted aceptó el 16 de junio al promediar las 04:30 horas que abortara la operación.

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Dijo: “Como he señalado anteriormente, si bien hemos tenido varias comunicaciones, en ellas me indicó entre otras cosas que ya estaba listo el Planeamiento, que ya había arengado al personal, pero en ningún momento se trató el tema de abortar la misión y menos aun se hizo las coordinaciones sobre el particular, lo que resulta improbable si se tiene en cuenta que de haber sido así no hubiese continuado desplazando personal”. El DIRGEN PNP indica que nunca se le comunicó que la operación había abortado. Eso es mentira, ya que en presencia del Coronel Vicente Álvarez Moreno y el Mayor PNP Luis Armando Ruiz, yo le comunicaba al DIRGEN PNP, vía teléfono, que si se intervenía iba a haber costo social que lamentar, por lo tanto la operación tenía que abortar porque los refuerzos no habían llegado; no se tenía el personal suficiente para el desalojo, la ciudad de Moquegua estaba convulsionada, habían unos 25 000 manifestantes en pie de lucha. Esto lo puedo confirmar con algunas manifestaciones de los oficiales que a continuación se detallan: Manifestación del Comandante Miguel Briones Silva, de la USE de Arequipa: Preguntado diga: Si al advertir que las condiciones no eran favorables para la ejecución de la misión encomendada, señale si adoptó alguna acción necesaria. Dijo: “Solamente permanecí en dicho lugar a la espera de la orden del señor General Jordán, conforme me comunicó el señor Coronel Vicente Álvarez Moreno, quien se hizo presente donde me encontraba alrededor de las 07:15, llegando con un grupo de oficiales y manifestándome que me quede en dicho lugar, toda vez que habían dado una tregua hasta las 08:00 horas, y que habría intervención policial y que espere órdenes del citado Gral. PNP, quien se encontraba en conversaciones con el párroco de Moquegua, retirándose luego con dirección al Peaje”. Proseguimos con las preguntas de Asuntos Internos al General Octavio Salazar: ¿Si es cierto lo que indica el General Cesar Alberto Jordán Brignole, que durante el desarrollo de las operaciones el 16 de junio en el Puente Montalvo no existió Unidad de Comando, en vista que se impartieron simultáneamente órdenes por parte de dicho general y usted, con la mejor intención, pero sin conocimiento real de la situación? Dijo, que no era exacto, que sí mantuvo contacto permanente con el General Jordán: “mi participación se produce a raíz que comienzo a recibir llamadas de los oficiales que participaban en la operación y que no podían contactar con el General Jordán Brignole, debiendo precisar en este caso a los Coroneles Vidal, Martínez y Salas, efectivamente se les

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dio indicaciones en base a su consulta, que los mismos oficiales me planteaban, al no tener contacto con el General Jordán, con el que incluso el suscrito tampoco pudo comunicarse”. Como podemos verificar Salazar se contradice en forma inaudita, tal como se aprecia en su misma declaración prestada nada menos que en el Ministerio del Interior, al sostener que tuvo varias comunicaciones con el General Jordán. Entonces, de haber sido así, ¿Cómo era posible que él se comunique directamente con los oficiales para disponer temas de la operación policial? Pero lo raro en su respuesta es que el General Salazar indica que a los coroneles Martínez,Vidal y Salas les dio indicaciones en base a consultas que los mismos oficiales le planteaban, “al no tener contacto con el General Jordán”. Como se puede apreciar, el DIRGEN cae en contradicciones, ya que algunas veces indica que sí se comunicaba conmigo y otras veces no. Como lo indicó, cuando habló sobre el principio de unidad de comando, el cumplimiento de este principio permite el establecimiento de la cadena de comando y el control efectivo de los subordinados. Con las pruebas presentadas, tales como las órdenes telefónicas, manifestaciones de los diferentes oficiales, es claro que hubo doble comando y sobre todo, al analizar su declaración, lo que dio lugar a que se produjera el resultado ya conocido. ¿Hasta qué hora del 16 de junio mantuvo usted contacto con el General Jordán? Dijo: “Aproximadamente hasta las 08:00 horas en que se perdió el contacto con el General Jordán Brignole”. El respondió que fue hasta las 8:00 Efectivamente hasta las 08:00 del 16 de junio tuve contacto con el DIRGEN PNP ya que aproximadamente a las 08:30 se me agotó la batería; lo que demuestra la carencia de medios logísticos-, porque no es posible que quien es el encargado de dirigir una operación, tenga este tipo de deficiencias; qué mejor demostración que ésta, que prueba que el General Salazar siempre estaba en contacto conmigo. ¿Si, ante el requerimiento que le hiciera el Coronel PNP Vidal, el 16 de junio después de las 08:00 horas, usted le autorizó el uso del material lacrimógeno ante el ataque del que venía siendo objeto en el Puente Montalvo? Dijo: que “ante las comunicaciones con el Coronel Vidal quien me indicaba que estaba siendo atacado y la del Coronel Salas que me indicó que el Coronel Vidal le estaba solicitando apoyo, le indiqué al Coronel Edison Salas que procediera a apoyar al grupo que se encontraba en el Peaje Montalvo”.

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Ante esta respuesta, cabe preguntar ¿Y dónde estaba el General Julio Vergara, Director Ejecutivo de Operaciones Policiales?, ¿Por qué no trató de comunicarse con Vergara?, ¿Por qué el DGPNP se comunicaba con el coronel Vidal?, ¿Por qué el coronel Vidal no se comunicó con su Jefe del Comando Operativo o el DIREOP PNP? Con lo que responde el Director de la PNP, se demuestra la violación del Principio de Unidad de Comando, por parte de la máxima autoridad policial, quien era el más obligado a respetarla. El Coronel Vidal ordena el lanzamiento del gas lacrimógeno, y en ese mismo momento me entero por una llamada del Comandante Briones, quien ve a la distancia el lanzamiento del gas, hecho que demuestra que me encontraba reunido con los dirigentes para solucionar el problema. El Coronel Vidal no tenía por qué dirigirse al DGPNP sino a mí, ante cualquier duda, ya que mi teléfono se encontraba todavía con línea. Tan es así que recibo la llamada del Comandante Briones, quien me comunica del uso del gas lacrimógeno por parte del Coronel Vidal. Esto prueba también que el General Salazar permitió y terminó de consumar la ruptura de la Unidad de Comando, pues debió indicarle al Coronel Vidal que se dirigiese a mí para absolver su consulta. Durante el desarrollo de las Operaciones del 16 de junio ¿Qué tipo de información recibió por parte del Director Ejecutivo de Operaciones Policiales sobre el desarrollo de las mismas? Dijo: “durante el desarrollo de las Operaciones intenté comunicarme con el

de la

DIREOP PNP con resultados negativos, no recibiendo comunicación alguna del General PNP Julio Vergara”. La respuesta del General Salazar fue inaudita. Dijo que no pudo comunicarse con el DIREOP PNP. ¿Cómo es posible que el DG de la Policía Nacional responda esta pregunta diciendo que “durante el desarrollo de las operaciones intenté comunicarme con el General Julio Vergara, Director de la DIREOP PNP, con resultados negativos, no recibiendo comunicación alguna de Vergara? Esto demuestra la falta de liderazgo del DIRGEN PNP. En una operación tan importante el DIREOP PNP, que era el Comando General de las Operaciones en el desalojo del Puente Montalvo no estuvo monitoreando las Operaciones. Se le ha debido reemplazar con el segundo en el mando ya que el comando nunca muere. Esto corrobora que Salazar Miranda manejó todas las operaciones, sin estar en el lugar de los hechos, obviando temerariamente mi autoridad como Jefe del Operativo y originando problemas en todo lo relacionado con el diseño de la operación. La Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales - DIREOP-PNP, después de los sucesos de Moquegua, para contrarrestar su responsabilidad, corrige los procedimientos de acuerdo a la Doctrina del Manual de Estado Mayor, confeccionando dos Memorándums Múltiples:

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Memorándum Múltiple N° 34-2008-DIREOP-PNP/EM-OFIPLO del 16 de junio, en el que precisa que en las Operaciones Policiales, donde se comprometan más de una Unidad PNP, se debe realizar la apreciación de situación y apreciación de inteligencia de sus respectivas jurisdicciones, las mismas que deben ser plasmadas en los Planes de Operaciones Específicos u Órdenes de Operaciones correspondientes, teniendo en consideración los Principios Doctrinarios de Estado Mayor, debiendo remitir un ejemplar duplicado con 72 horas de anticipación a la DIREOP PNP, para su revisión, visación y aprobación. Tampoco se cumple con las Fases de Planeamiento que son a).Fase Preliminar b).- Fase Inicial c).- Fase Definitiva. No se toma en cuenta lo que indica el Manual de Estado Mayor, en relación a la Secuencia del Planeamiento y la Organización para el Planteamiento. Memorándum Múltiple N° 76-2008-DIREOP-PNP-EM/Sec del 28 de agosto del 2008, donde disponen que a partir de la fecha las solicitudes de apoyo de Personal Policial de la DIREOP-PNP y de la USE, deben fundamentarse adjuntando la apreciación de situación e inteligencia. Estos fueron distribuidos a todas las Dependencias Policiales de la República, después del Operativo de Moquegua, subsanando los errores cometidos ya que en el llamado “Desalojo del Puente Montalvo -Moquegua”, no se aplicaron los “Principios Doctrinarios de Estado Mayor” . También después de los sucesos de Moquegua, donde no se confeccionó el Plan de Operaciones Específico, para el desalojo del Puente Montalvo, la DIREOP-PNP, subsana su deficiencia y corrige el error en la planificación. Como ejemplo, muestro aquí tres planes de operaciones específicos, ejecutados por la DIREOP-PNP en diferentes conflictos sociales posteriores. En estos casos, sí se confeccionó el Plan de Operaciones Específico. PLAN GENERAL DE OPERACIONES Nº 52-2008-DIREOP-PNP/EMOFIPLO-“ANIVERSARIO RECONSTRUCCIÓN SUR 2008” El 11 AGO 2008.- Para ejecutar Operaciones Policiales de protección, seguridad, patrullaje, desbloqueo de vías, control de tránsito vehicular, en las provincias de Ica, Chincha y Pisco del Departamento de Ica, la provincia de Cañete del Departamento de Lima y las provincias de Huaytará y Castrovirreyna del Departamento de Huancavelica; con motivo de las probables acciones de fuerza, que se realizarían al cumplirse un año del terremoto ocurrido el 15AGO2007 que afectó dichos lugares, identificando y deteniendo a los autores de presuntos ilícitos penales, para ponerlos a disposición de la autoridad competente, garantizando la libre circulación vehicular así como la convivencia pacífica y civilizada de

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la población, manteniendo y restableciendo el Orden Público y el Estado de Derecho, con irrestricto respeto a los DDHH. PLAN GENERAL DE OPERACIONES Nº 57 - 2008- DIREOP PNP/ EM-OFIPLO “MOQUEGUA II - 2008” El 12SET2008 Para ejecutar Operaciones Policiales de seguridad, protección del patrimonio público y privado, mantenimiento y/o restablecimiento del orden público, desbloqueo de vías, toma violenta de dependencias de uso público, incendio de bienes, mantener la libre circulación en lugares donde se produzcan conflictos sociales y otros, desplazando personal policial de Control de Disturbios y de Operaciones Especiales desde las DIRTEPOLES y/o RR-PNP o desde Lima (en caso que la situación lo amerite) para garantizar el cumplimiento de la ley, con el irrestricto respeto a los DDHH; a ejecutarse a partir del día “D”, horas “H”, en la jurisdicción del Dpto. de Moquegua, con motivo de las movilizaciones de protesta que estarían convocando el Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Moquegua y otras Organizaciones Populares, exigiendo el cumplimiento del Acta suscrita con el Gobierno Central el 19JUN08. PLAN GENERAL DE OPERACIONES Nº 64 -2008-DIREOP-PNP/ EM-OFIPLO-“RESTABLECIMIENTO DEL ORDEN PÚBLICO III – JORNADA NACIONAL DE LUCHA 07OCT2008” El 02OCT2008 Para ejecutar operaciones policiales de vigilancia, protección, seguridad, patrullaje, desbloqueo de vías, control de tránsito vehicular, en lugares donde se produzcan conflictos sociales con graves alteraciones del orden, identificando y deteniendo a los autores de presuntos ilícitos penales para ponerlos a disposición de la autoridad competente, la libre circulación vehicular y peatonal, con motivo de la Jornada Nacional de Lucha (JNL) convocada por la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) para el 07OCT08, garantizando la convivencia pacífica y civilizada de la población, manteniendo y restableciendo el Orden Público, el cumplimiento de la ley y el Estado de Derecho, bajo el irrestricto respeto a los DDHH.

*El Padrino II El Padrino II, película norteamericana de 1974, dirigida por Francis Ford Coppola, que continúa la saga de El Padrino, siendo la segunda parte de la trilogía.

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Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen. Willy Brandt

Una sombra al frente*

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esde mi óptica personal, los sucesos de Moquegua tienen dos vertientes nítidamente diferenciadas. Una como fenómeno social — causado por la desacertada manera con la que el régimen suele enfrentar la problemática de las

regiones— y otra, que responde a los apetitos de poder de las castas que suelen enquistarse en las instituciones; y a estas voracidades no escapa lamentablemente nuestra policía. El brazo ejecutor de este tipo de vorágine depredadora, a la que empuja el ansia desmedida e incondicional de poder, ha sido en los últimos años el General Salazar. Sus más notables éxitos siempre fueron la obsecuencia con las autoridades y sus maquiavélicos manejos para sacar del escenario a cualquier posible competidor. Su sombra circulaba siempre amenazante aprovechando cualquier coyuntura. Así lo demostró en Trujillo en el 2005 cuando llegó a reemplazar al General PNP Jaime Aparicio Manrique, cambiado por decisión política frente a un supuesto rebrote de la delincuencia; desde su llegada su primera acción fue desaparecer todo lo bueno que había hecho su antecesor, incluyendo el Proyecto Piloto de Policía Comunitaria que venía funcionando desde 2003, así como las Escuelas de Seguridad Ciudadana y las buenas prácticas en las relaciones con las autoridades y la comunidad en general. Oficiales con experiencia en seguridad ciudadana fueron separados de sus cargos, siendo reemplazados por otros oficiales de su entorno personal caracterizados por ser lo que en el argot policial se les conoce como “operativos” y con ellos desarrolló toda una estrategia cinematográfica destinada únicamente a impactar psicológicamente en la población trujillana, distraer su atención y generar simpatías hacia su persona. Oficiales de reconocida honestidad y trayectoria profesional como el Coronel PNP Hugo Muller quien se desempeñaba como Jefe de Estado Mayor en ese entonces, ha hecho público en diferentes medios que, con el fin de aparentar éxitos en su gestión, el General Salazar Miranda manipulaba las estadísticas policiales, disminuyendo los actos delictivos de mayor impacto social y aumentando resultados inexistentes para aparentar presuntos éxitos.

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Es posible que suene a fantasía –este comportamiento–, para quienes no están al tanto de las maquinaciones al interior de la Policía Nacional, pero toda una vida dedicada a servir con honestidad a mi país, desde alférez hasta general, me dan la autoridad moral para desnudar esta triste realidad: el desastre policial del llamado “Moqueguazo” se debió no sólo a la convulsión social, producto de la irresponsabilidad política, sino al perverso afán de mis superiores de desestabilizarme, porque me había convertido en una piedra en el zapato para quienes están acostumbrados a medrar a costa de la gran familia policial. Todo el mundo sabe de los vergonzosos escándalos que se suscitan cuando deben hacerse adquisiciones de equipos para la Policía Nacional. Pero eso sólo es la punta del iceberg. Por debajo de esos visibles promontorios se mueve un océano de irregularidades formado por negligencias, desidia, ambición, envidias, celos irracionales, falta de iniciativa, cálculo político y muchos otros espectros negativos que se presentan en medio de una irresponsabilidad generalizada. En este clima opresivo de pugna de intereses, una de las cosas que paradójicamente no se soporta es la eficiencia; justamente porque pone al descubierto la falta de iniciativa, de liderazgo y de capacidad de quienes medran a río revuelto. Este es el escenario en el cual asumí en el 2007 el cargo como Jefe Policial del Callao. Para sorpresa y desconcierto de mis superiores logré realizar una gestión considerada excelente en el conflictivo primer puerto. Ello fue posible gracias a la buena disposición que hallé tanto en los alcaldes como en el Presidente Regional para mejorar la seguridad. Ellos escucharon mis sugerencias y brindaron un apoyo invalorable que concluyeron en beneficio del Callao. Mediante un convenio asigné al Gobierno Regional del Callao 240 suboficiales diarios para acciones preventivas (patrullaje y presencia policial) en la Provincia Constitucional, contratados por el Gobierno Regional del Callao, lo que significa un desembolso mensual de S/.360 000. Asimismo, se logró la afectación en uso de cincuenta camionetas (4 x 2) por parte del Gobierno Regional Callao, valorizadas en un monto total de S/.3’ 200 000. Se consiguió también la donación de diez camionetas y diez motocicletas por parte de la Municipalidad de Ventanilla, vehículos valorizados en S/.832 000. El Comité Cívico de Cooperación con la Región Policial Callao nos donó una camioneta, valorizada en S/.90 000 para implementar la sección de unidades tácticas del Callao (SUAT). Muchas otras donaciones como equipos de posicionamiento global, repuestos y reparaciones fueron obtenidas de la misma manera.

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Para quienes siempre esperan que todo salga del Presupuesto Nacional, y no suelen mover un dedo, sabiendo perfectamente que la austeridad del régimen hace muy difícil que se cumplan los requerimientos policiales, mi gestión no los entusiasmó en absoluto. Por el contrario, se cumplió rigurosamente el estigma de siempre en el país: Los incapaces que suelen ver la eficiencia de otro como una afrenta que puede desnudar su ineptitud se alborotaron. Ya tendría tiempo suficiente para ver todo lo que harían por frenar mis afanes para lograr que la policía tenga una mejor presencia y que le de una mayor seguridad a todos los peruanos. Entretanto, es menester señalar otro fecundo vicio, muy arraigado en el país: El aprovechamiento; es decir el ganar indulgencias con “avemarías ajenas llevando agua para sus molinos”. Esto se vio muy claramente cuando me preparaba para recibir en la Plaza Grau las 50 camionetas policiales conseguidas por mi gestión, sin que le costasen un solo centavo al gobierno central. De pronto recibí una llamada urgente del Presidente de la Región Callao, Alex Kouri, comunicándome que el Presidente de la República Alan García quería que la ceremonia de entrega de las camionetas se realizara en Palacio de Gobierno. Le respondí que, aparte de ser impropio, ese acto era inoportuno, pues Luis Alva Castro acababa de tener un rotundo fracaso en la malograda compra de camionetas chinas para la policía, que aparte de malas eran ostensiblemente caras. Nosotros, por el contrario, habíamos comprado vehículos de calidad a bajo precio en una subasta inversa impecable. Pero las presiones pudieron más y terminé en la Plaza de Armas de Lima escuchando incrédulo cómo Alan García se despachaba a su gusto ante la prensa, como si algún mérito por ello le cupiera al régimen. Tuve que soportar además las miradas de reproche de muchos chalacos que creían que yo era el autor de esta desconsiderada utilización. Ahora, retrocediendo en el tiempo me imagino la cara con la que habrá leído el entonces DGPN Octavio Salazar Miranda, un oficio mío cuyas conclusiones fueron las siguientes: A. Personal PNP de la Región Policial, al mando del suscrito, ha realizado un sinnúmero de actividades, diligencias y gestiones para obtener recursos humanos y logísticos a fin de contrarrestar el actual déficit de efectivos de personal a su cargo, así como las limitaciones logísticas y de infraestructura que afronta, en desmedro de la marcha administrativa y operativa de esta Gran Unidad. B. El personal perteneciente a la RP-Callao, que se indica en relación adjunta, ha cumplido en forma meritoria la tarea encomendada por el Comando Institucional,

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logrando importantes aportes del Gobierno Regional del Callao, de los Gobiernos Locales y del Comité Cívico de Cooperación con la Policía Nacional del Callao, así como de empresarios altruistas de la localidad, obteniendo una inversión total de S/. 7’ 935,350 (SIETE MILLONES NOVECIENTOS TREINTAICINCO MIL TRECIENTOS CINCUENTA 00/100 NUEVOS SOLES) a favor de la Institución, y por ende proporcionar mayores recursos logísticos y bienestar al personal de la Región Policial Callao, en el afán de otorgar mayor capacidad operativa a dicha Gran Unidad y mejorar la seguridad ciudadana en el ámbito territorial de la Provincia Constitucional del Callao.” Evidentemente, estos logros debieron haberle sabido a “chicharrón de sebo”. Hay personas que consideran que se les hace sombra cuando lo único que hace uno es cumplir con su deber, ignorando que, cuanto más esfuerzo se hace, no se acumulan méritos sino deméritos, pues la burocracia es capaz de perdonar cualquier cosa menos la eficiencia. El resultado el General PNP Adolfo Matos Vinces Jefe de Estado Mayor Personal de la DIRGEN PNP, con Devolución Nº 2835-2008-DIRGENPNP-Ofipro/Peci, del 30/Jul./2008, le devuelve al Coronel PNP José Raúl Ubaldo Aliaga los documentos de 110 folios, donde se dispone el otorgamiento de la FELICITACIÓN por intermedio de la Dirección General de la PNP, a favor de los oficiales y otros, remitiendo a la Dirección de Recursos Humanos de la PNP, a fin que se proceda a la formulación del proyecto la Resolución Directoral y una vez diligenciado se devuelva al Estado Mayor Personal de la DIRGEN-PNP, para las acciones correspondientes, pero el General Octavio Salazar dijo no, ya que con Guía de Destino Nº 45715-SG firmado por el General PNP José Raúl Ubaldo Aliaga, Secretario General de la PNP, donde por disposición del Sr. Director General Salazar Miranda dispone “EL ARCHIVAMIENTO” de los actuados considerando que es resolutivo no firmar de conformidad a su facultad discrecional establecido en el artículo 12º de la Ley Nº 27236. Ley de la Policía Nacional del Perú, como se puede apreciar no se felicitó al personal de la Región Policial Callao, que con tanto esfuerzo hizo realidad dicha adquisición, por razones que son fáciles de deducir. Pero cómo es posible que el DGPNP Salazar Miranda disponga el archivamiento de la felicitación del personal de la Región Callao donde éste había cumplido en forma meritoria la tarea encomendada por el Comando Institucional, logrando importantes aportes del Gobierno Regional del Callao, de los Gobiernos Locales y del Comité Cívico de Cooperación con la Policía Nacional del Callao, así como de empresarios altruistas de la localidad que no escatimaron esfuerzos en colaborar con la policía, obteniendo una inversión total de S/.7’ 935 350.

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Como se puede observar para Salazar, todo lo que estaba relacionado con mi gestión debería ser bloqueado o desaparecido, con la única finalidad de opacar mi gestión como oficial general en la policía y esto se demuestra en la siguientes resoluciones generales de felicitación donde Salazar felicita a otros oficiales de su entorno, por haber hechos obras con donaciones de personas amigas por menor cantidad de las hechas por la Región Callao. Detallo algunas de ellas: Resolución Directoral Nro. 506-2008-DIRGEN/Dirrehum. Del 30/May/2008, donde se felicita por implementar un Centro Educativo por la suma de treinta mil trescientos ochenta y uno nuevos soles con ochenta y nueve céntimos. – S/ 30 381.89 Resolución Directoral Nro. 516-2008-DIRGEN/Dirrehum. Del 30/May/2008, donde se felicita por la construcción de tres ambientes valorizados en la suma de veinte mil ochocientos cuarenta y seis con 61/100 nuevos soles – S/ 20 846.61. Resolución Directoral Nro. 522-2008-DIRGEN/Dirrehum. Del 02/Jun./2008, en donde se felicita por la construcción de una cocina y comedor por un monto de veinte y siete mil novecientos setenta y cuatro nuevos soles – 27 974.00 Resolución Directoral Nro. 640-2008-DIRGEN/Dirrehum. Del 09/Jul/2008, donde se felicita por remodelación e implementación por un monto de doscientos cincuenta mil nuevos soles – S/. 250 000.00. Resolución Directoral Nro. 649-2008-DIRGEN/Dirrehum. Del 09/Jul./2008, donde se felicita al personal por la adquisición sin costo para el Estado de siete (07) equipos de cómputo nuevos de última generación. Resolución Directoral Nro. 670-2008-DIRGEN/Dirrehum. Del 14/Jul/208, donde se felicita por la adquisición de cuatro (04) computadoras, implementación de red, muebles, cableado para veinticuatro (24) computadoras. Resolución Directoral Nro. 674-2008-DIRGEN/Dirrehum. Del 14/Jul/2008, donde felicita por la donación de cinco (05) camionetas a favor del Estado; así como la refacción de dos módulos de construcción y nivelación por un valor aproximado de doce mil nuevos soles – S/. 12 000.00. Se podría seguir enumerando muchas resoluciones de felicitación dadas a sus amigos; no estoy en contra de felicitar al personal que hace o consigue algo a favor de la policía, pero se debe de tratar igual al resto del personal. Nos preguntamos ¿Por qué el DGPNP

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Salazar Miranda no felicitó al personal de la Región Policial por lograr importantes aportes del Gobierno Regional del Callao, de los Gobiernos Locales y del Comité Cívico de Cooperación con la Policía Nacional del Callao, así como de empresarios altruistas de la localidad, obteniendo una inversión total de S/.7’ 935 350? Con esta acción de negarse Salazar en dar la Resolución Directoral al personal policial del Callao, lo único que hizo fue perjudicar en sus ascensos a los oficiales y suboficiales que se encontraban trabajando bajo mi mando y por ende querer opacar mi accionar policial en bien de la Institución. Tenemos que consignar también algunos antecedentes remotos. Hace una veintena de años se fusionaron por ley todos los cuerpos policiales existentes: la Guardia Civil, la Policía de Investigaciones y la Guardia Republicana. La Guardia Civil, que era la más numerosa, se encargaba del mantenimiento del orden público y de perseguir el delito en primera instancia. La Policía de Investigaciones, por su parte, realizaba las tareas de investigar los delitos cometidos en los lugares donde les permitía su infraestructura disponible, en tanto que la Guardia Civil investigaba los delitos en las zonas rurales y en todos aquellos lugares donde a la PIP le era imposible constituirse. Entre estos dos cuerpos siempre hubo una abierta rivalidad que a veces llevaron hasta a enfrentamientos públicos. En el proceso de incorporarse a la única Policía Nacional del Perú se le asignó a la Guardia Civil el nombre Código 1, mientras que a la Policía de Investigaciones el de Código 2. El Código 3 hacía referencia a la entonces llamada Guardia Republicana, encargada de la custodia de los establecimientos penales, la custodia los establecimientos públicos esenciales y fronteras. La Guardia Republicana era pues un cuerpo con tareas más delimitadas frente a las otras policías. Realizada la unificación, sobrevivió una malentendida identificación de origen, celos profesionales, preferencias y discriminaciones. Este antecedente debe de ser tenido en cuenta a la hora de analizar lo sucedido en Moquegua. Mi origen profesional es la Guardia Civil, y en los últimos tiempos los principales puestos de la policía fueron acaparados por gente que perteneció a la antigua Guardia Republicana. El entonces DGPNP, Octavio Salazar, provenía de ese cuerpo, y tampoco pudo escapar a esta espiral de nepotismo institucional, pues en los cargos más importantes de la policía fueron nombrados generales “republicanos”.

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Por lo demás, la unificación de los tres códigos se hace sin preparación. El interés de Alan García era la unificación; se iba a manejar una sola inteligencia para contrarrestar la subversión, pero se hizo de la noche a la mañana sin un criterio, los juntan a todos. Allí comienza la pugna de poderes. Cada código que entraba quería imponer sus reglas. Hasta hoy, a 22 años de la unificación, no tenemos un plan estratégico, un horizonte, un norte, porque mañana cambian a uno de otro cuerpo y cambian todas las normas. Cuando entran de la Guardia Civil (GC) quiere privilegiar la prevención. Si es uno de la desaparecida Policía de Investigaciones (PIP) le da más importancia a la investigación, y si entra alguno de la Guardia Republicana (GR), que no tenía experiencia ni en la prevención, ni en la investigación, utiliza al personal de la ex Guardia Civil y Policía de Investigaciones como pantalla para hacer los trabajos de la calle y priorizan la represión, pero ellos se colocan en los puestos de importancia. Como se puede apreciar hoy se maneja la policía por intereses de grupo y no por una vocación profesional. No hay una fórmula para la obtención de resultados que beneficien a la sociedad, el Estado no es fuerte para decir: vengan de afuera a ayudarnos o convocar a personal profesional que se encuentra en retiro En esas condiciones, los frutos de mi trabajo al frente de la policía del Callao me atrajeron muchas rivalidades nada menos que en mi propia institución. Cuando se cumplió mi tiempo de servicio en el Callao, los Alcaldes y el Presidente Regional, que estaban muy satisfechos con la labor desplegada, hicieron todo lo posible por retenerme, solicitando al comando policial que continúe al frente de mi institución. Querían seguirme apoyando en el planeamiento y ejecución de proyectos para dotar al Callao de mejores estándares de seguridad. Sin embargo, el DGPNP y el comando, copado por gente del llamado Código 3, se mantuvieron inflexibles en sacarme de ese cargo. Era notorio que no podían soportar que un Código 1 hiciera una labor tan ponderada y que mereciese el reconocimiento de la ciudadanía. Eran evidentes los celos de mis jefes “republicanos”, quienes veían que avanzaba demasiado. Al dejar mi puesto en el Callao tuve que abandonar un avanzado proyecto para dotar a esa jurisdicción un laboratorio de criminalística, de vehículos porta tropas, ómnibus para el transporte del personal y renovar la infraestructura de las comisarías por un valor de 15 millones de soles. Durante mi gestión como Jefe de la Región Policial Callao, uno de los logros, de los muchos que se consiguieron, fue el convenio con la Municipalidad del Callao, (2007), el mismo que consistía en que un porcentaje de las ganancias, por la imposición de papeletas de tránsito, iba a los fondos de la Región Policial Callao (30 000 soles mensuales). Este

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dinero iba a servir para la compra de muebles, camarotes, colchones, sábanas, camas, reparación y mejoramiento de los ambientes de descanso y esparcimiento, para el personal policial que trabajaba en el Cuartel Alipio Ponce donde funciona la Región Policial Callao y las comisarías del Callao. El convenio consistía en que la Región Policial de Callao le entregaba a la Municipalidad del Callao una relación de los enseres que se tenían que comprar para las comisarías por el valor de 30 000 soles mensuales. Pretendíamos repotenciar dos comisarías a partir del mes de enero, dando una mejor atención al público y comodidad al personal policial. Se estipuló que la Municipalidad haría las compras para una mejor transparencia en los gastos. De acuerdo al convenio entre la PNP y de servicios especializados de la Municipalidad del Callao, firmado el 20 de marzo de 2007 en la Cláusula Octava, literal B numeral 4, en que literalmente indica “La Municipalidad determinará el saldo para financiar los gastos que demande el apoyo logístico a brindar a la Región Policial –Callao, conforme al requerimiento que ésta efectúe”. Pero lamentablemente fui relevado a fines de diciembre de 2007, por lo que no pude solicitar a la Municipalidad del Callao los enseres por valor de los 30 mil soles mensuales, para

proporcionar el bienestar que merecía el personal policial de la Región y la

ciudadanía del Callao. Pero esta historia no está exenta de la también tradicional viveza criolla. Como ya dije, el Presidente Regional del Callao y el Alcalde del Callao presionaban para mantenerme en el cargo porque tenía importantes proyectos con ellos.Y el alto mando, no sabiendo qué hacer para sacarme del Callao y evitar que siguiera haciendo labor pionera en la institución, nombró como Jefe de la Dirección Territorial de Lima –de la cual dependía entonces la Región Policial Callao– al recién ascendido General Javier Uribe amigo y promoción del General Salazar. Ante esta estrategia hábilmente preparada para que dejara de comandar el Callao, tuve que salir, porque no podía ser comandado por un general menos antiguo. Me nombraron en la Dirección Territorial de Arequipa, Moquegua y Tacna. El nuevo destino era también de importancia. Pero, como pude comprobar más tarde, éste era un paso más en la tarea de debilitarme y neutralizarme y hasta retirarme de la Policía Nacional como en efecto lo consiguieron. No es por azar que a partir del inicio de mis actividades en Arequipa, comenzó a descuidarse la importancia que debió merecer una plaza potencialmente sensible –por tradición–, debido a la agudización de las tensiones sociales.

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En Arequipa me dediqué entusiastamente a fortalecer la policía, tal como lo hice antes en el Callao. El año 2008, logramos un importante aporte del Gobierno Regional de Arequipa, obteniendo una inversión total de 8’898 931 soles. Por su parte, el Comité Cívico de Cooperación con la Policía Nacional de Arequipa nos entregó 795 568,33 soles. Y con una administración racional de los fondos del Estado pudimos hacer compras por S/. 443 409,23. En total dispusimos de 10’137 908,56 soles sin costo alguno para la PNP. El aporte del Gobierno Regional de Arequipa fue muy importante. Consistió en la donación de 100 motocicletas equipadas con radios, dos radios bases, por un monto 2’687 721,00 soles. (Se consiguió como añadido especial que la firma Honda done repuestos y aceite por un año, valorizados en S/.100 000, los mismos que se encuentran en los almacenes de la Policía de Arequipa). Se retomó el proyecto de inversión para una nueva Central de Emergencia 105, con 27 cámaras y una recepción de 40 llamadas por segundo, además de 120 cámaras en diferentes distritos, así como la construcción de un local policial para albergar a 230 efectivos del Escuadrón Misti, a cargo del Plan Arequipa Segura, que consistía en un Plan Cuadrante para la seguridad de Arequipa. Pese a todo el esfuerzo desplegado, y a la buena disposición de las autoridades arequipeñas, entre ellos Juan Manuel Guillén, Presidente del Gobierno Regional, no encontré el mínimo apoyo necesario en los altos mandos de la PNP. Tengo en mi poder una relación de 25 documentos solicitando gas lacrimógeno y equipo policial antimotines para el personal de la policía a mi mando. Sin embargo, todas las respuestas que recibí, desde el 8 de enero de 2007 hasta el 2 de abril de 2008, fue comunicándome la denegatoria al urgente pedido que les había formulado para el ejercicio de nuestra labor policial en beneficio de los arequipeños; como se puede deducir, fue un antecedente directo de lo ocurrido en Moquegua. Siendo la zona que comprende Arequipa, Moquegua y Tacna una región conflictiva y con problemas de orden social en curso, se ignoró el perentorio pedido de material antidisturbios. La respuesta siempre era la misma: “no se puede atender el requerimiento de equipo policial y agentes químicos (gas lacrimógeno) por no contar con stock en el almacén.” Siendo la paz social un requisito indispensable para el desarrollo y el mantenimiento de la democracia, resulta inconcebible que no haya ni gas lacrimógeno para el control de disturbios en una zona de alto riesgo como la que estaba a mi mando; peor aún con la exigencia de no portar armas en las intervenciones. Esto es equivalente a enviar a los

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bomberos sin agua a apagar incendios; por todo ello podemos concluir que, además de la manifiesta voluntad de no colaborar para el cumplimiento de mis funciones, hubo desidia, negligencia, imprevisión e incompetencia. La Dirección Territorial se preocupó un año antes en forma reiterada (2007 y 2008), de solicitar equipo antimotines y gas lacrimógeno, ya que la XI – Dirección Territorial que comprende los Departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna, no contaba con material antimotines y gas lacrimógeno suficiente para contrarrestar los actos antisociales. Cuando se presentaron los problemas sociales en Moquegua, el personal policial no contaba con el equipo suficiente para ser utilizado en la zona de conflicto. Nuestra solicitud de pedido de gas lacrimógeno no fue atendida, por lo que tuvimos que utilizar las pocas granadas lacrimógenas que se tenían y recoger del almacén material lacrimógeno que ya se encontraban en desuso por la fecha de vencimiento. Es por eso que algunas granadas lacrimógenas no funcionaron en forma expansiva, sino en forma de un humo delgado y sin expansión, y algunas se utilizaban como arma contundente y no para los fines para el cual fueron fabricados. Esto sería gracioso si no fuera trágico, dada las circunstancias en que se encontraba todo el personal policial. ¿Usar las granadas como armas contundentes? Así como suena. El personal policial solía llamarle a estas granadas “lámparas de Aladino”, pues en vez de lanzar violentamente gas lacrimógeno en todas direcciones, exhalaban un inofensivo humo en espiral. Y muchas veces estas granadas eran recogidas por los revoltosos y arrojadas contra la misma policía. Esta relación de 25 Informes, enviados en su oportunidad, consta en los archivos de la PNP para corroborar lo que sostengo. También figuran en el anexo correspondiente, al final de este libro, y dan fe de este atentado contra el desempeño de mi cargo. A esta increíble lista de carencias, incompetencias y deficiencias sin término, se unían también la irresponsabilidad y la frivolidad. Por ejemplo, el 14 de junio, a las 2:30 de la tarde, dos días antes de la debacle policial, aterrizaron en Arequipa el Ministro del Interior Luis Alva Castro, el DGPN Octavio Salazar y el Coronel Augusto Vega García de la Dirección de Aviación Policial-DIRAVPOL. A las 4:30 ingresaron a la ciudad para hacer la entrega protocolar de 20 patrulleros y 10 motos, en una ceremonia donde se encontraba presente el Alcalde de Arequipa y representantes del gobierno regional. Luego todos se dieron una vuelta por la Plaza de Armas. Moquegua era un volcán a punto de estallar y nadie parecía darse cuenta que estábamos sentados en un barril de pólvora. Por esos días se vivía un paro indefinido, con bloqueo de carreteras y una violencia en aumento, pero representantes del gobierno habían llegado a la boca del lobo, para dedicar

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su tiempo en discursos y ceremonias, en lugar de ocuparse en tomar medidas para tratar de solucionar la crisis. Ante esta actitud de indiferencia tuve que interrumpir al señor Director de la Policía para decirle que cada segundo contaba en contra de lo que sucedía en Moquegua, sobre todo, si como me habían expresado, deberíamos ir a dicha ciudad para reconocimiento de la situación. Por fin ¡a las seis de la tarde! subimos al helicóptero el Ministro del Interior, el Director General, el Coronel Augusto Vega García, el Coronel Jorge Valencia, Jefe de Estado Mayor de la DIRTEPOL-Arequipa, el Coronel Alfonso Chávarri Estrada de la DINOES, el Jefe de la USE-Lima Coronel Edison Salas Zúñiga y el suscrito. El objetivo era sobrevolar la zona del Puente Montalvo en Moquegua y los bloqueos para observar in situ la magnitud del problema. Pero lógicamente con tanta ceremonia llegamos de noche y no se pudo ver nada y retornamos a las 7 p.m. Al día siguiente, en la víspera del estallido social, el Coronel Alfonso Chávarri lleva 25 efectivos a Moquegua en el helicóptero y sobrevuelan la zona del conflicto. Después me entero que lo hicieron por orden del DGPN, Octavio Salazar, orden que implicaba que debía acompañarlos a sobrevolar el lugar, y que nunca me fue comunicada. Es decir, la superioridad daba órdenes al personal a mi mando, y me enviaba encargos de manera indirecta sin que me enterara, rompiendo la cadena de mando y estableciendo un doble comando: el del Director de la Policía y el mío. ¿Qué pretendía el DGPNP al pasar sobre mi cabeza? Huelgan las especulaciones, porque es evidente que este general no ignora la doctrina policial que indica que sólo se debe obedecer a un único superior que se hace responsable de las órdenes que dicta. No escapa a la perspicacia de cualquier persona, que las pretensiones de la superioridad era hacerme figurar ante mis subalternos, como un oficial díscolo e indisciplinado, porque desobedecía las órdenes del alto mando. Si el orden y la disciplina comenzaban a romperse desde la cabeza, ya podemos imaginarnos el desgobierno que reinó en momentos tan tensos que se vivía en Moquegua y que precipitó la crisis, donde yo ordenaba una cosa y se hacía lo contrario. Rota la unidad de comando las órdenes y contraórdenes anularon la estrategia y precipitaron la crisis. Todo está consignado en la investigación realizada por la Inspectoría General de la PNP y por la investigación de Asuntos Internos del Ministerio del Interior, con numerosos documentos, testimonios y entrevistas, varios de los cuales consigno en este volumen en sus partes más reveladoras. Lo anterior trae por tierra el circo de distracción que se ha querido armar, involucrándome injustamente, para evitar que se echen luces sobre la miopía política combinada con el

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desbarajuste de la organización policial, que terminó en el ridículo del “Moqueguazo”, y un año después en la tragedia policial de Bagua –con 24 policías asesinados por la turba– y que, para variar, no termina de esclarecerse pese al tiempo transcurrido y que demuestra que no se ha aprendido nada.

*Una sombra al frente Film de Augusto Tamayo, que trata del trabajo de un ingeniero idealista en el Perú a principios del siglo XX. Cañedo: Usted merecería algo más que un ascenso, merecería un premio. Pero es usted muy tímido ante sus superiores. Si quiere llegar a ser algo, no puede quedarse callado. La verdad que a veces me jode esa actitud suya tan reconcentrada, Aet. Su orgullo envuelto en papel modesto. Usted ha entrado en un equipo de hombres que está luchando por conquistar la unidad del país. Sucede que esa unidad tiene que hacerse a pesar de barrales, ríos, precipicios, muertes, la cordillera más jodida que felizmente ya dejamos atrás. Y los hombres que estorban. Por eso hable, discuta, contradiga, pero no se me quede callado, y le gusten o no le gusten mis lisuras, diga usted las suyas. Enrique: Lo haré, Ingeniero.

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Si sufres injusticias consuélate, porque la verdadera desgracia es cometerlas. Pitágoras de Samos

El Ajusticiado*

C

omo es de rigor después de un suceso de tanta gravedad como lo ocurrido en Moquegua, se dispuso se abra la correspondiente investigación en la Inspectoría General de la Policía; y, en el curso de la misma, a medida que

iban realizándose las declaraciones y examen de la documentación pertinente, comenzó a aflorar lentamente la verdad que tanto se trató de ocultar desde un comienzo. Es interesante anotar que, pese a las presiones que recibió, la Inspectoría General fue develando poco a poco lo que realmente ocurrió en Moquegua. Su interrogatorio a todos los que tuvimos que ver con esa operación fue exhaustivo y severo. Pero el Inspector General Luís Henríquez se INHIBE de continuar las investigaciones al estar incurso el DGPN Nacional, General Octavio Salazar Miranda, porque de acuerdo a las disposiciones legales existentes cuando se encuentra incurso un Oficial General de mayor grado que el Inspector General de la PNP, en aplicación del artículo 82 de la Ley Nº 27444, Ley de Procedimiento Administrativo General, en concordancia con la Ley ° 27238, Ley de la Policía Nacional del Perú y su reglamento, los presentes actuados deben remitirse a la Oficina de Asuntos Internos del Ministerio del Interior a fin de que emita pronunciamiento, respecto a la responsabilidad administrativo disciplinaria que corresponda, solicitando que la instancia superior de control tome conocimiento y la culmine La investigación fue elevada a la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio del Interior. Al concurrir a prestar mi declaración, se me preguntó sobre los sucesos acaecidos en Moquegua, pretendiendo sostener por la forma como fue formulada, que mi orden de operaciones presentaba una serie de deficiencias, dando lugar con mi respuesta a rebatir y verificar las aclaraciones de lo que sucedió en realidad en el llamado “Moqueguazo”, demostrando que mi actuación había sido correcta y que la superioridad era la que no se había comportado a la altura de las circunstancias.

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Me preguntaron, si en mi condición de comandante de las operaciones, actué sin la debida diligencia al suscribir la Orden de operaciones “Restablecimiento del orden público Moquegua 2008” Nº 38-2008-XI-DIRTEPOL/EM-Ofilope, documento como se ha detallado en el punto III. B 14 del análisis presentaba una serie de deficiencias, no fue de utilidad para los oficiales que participaron en la operación de desbloqueo del Puente Montalvo, el día 16 de Junio. Respondí: “De acuerdo a lo que indican el día 15JUN2008 a horas 01:03, mediante orden telefónica Nº 1194-Ceopol-DIRGEN, la Dirección General PNP dispuso el desplazamiento a la ciudad de Moquegua de 300 efectivos de la DINOES, 400 efectivos de la USE-Lima, así como personal de la USE-Arequipa, USE-Moquegua y USE-Tacna con la finalidad de desbloquear la carretera Panamericana Sur, a partir de las 00:00 horas del 16JUN (Domingo para lunes) en los puntos críticos que permanecían cerrados desde el 10JUN. Asimismo, con la misma orden telefónica se me encarga estar al mando directo de las fuerzas en la zona de acción. En tal sentido, procedí a desplazarme, por vía aérea, a Moquegua a horas 16:30 del 15JUN; realicé una apreciación de la situación (vía aérea) de la zona en conflicto; dispuse el desplazamiento del personal de la USE-Arequipa, a la zona de operaciones, para que se adopten las providencias del caso, el traslado del personal y que se encuentren premunidos del material y equipo necesario; se verifique que el personal no lleve armas de fuego (de puño, largas ni escopetas); se solicite al Ministerio Público de Moquegua, para que asignen los fiscales necesarios para garantizar la intervención policial; asimismo; se efectúen diversas coordinaciones para el traslado del personal a la zona de acción; realicé reuniones con representantes de la Iglesia, Defensoría del Pueblo y representantes de las bases en conflicto a fin de persuadir a estos últimos para que intercedan ante sus representados a fin que depongan de su medida de fuerza (bloqueo de vías) y evitar enfrentamientos; emití un comunicado de prensa Nº01-P haciendo conocer a los pobladores los delitos en que se venía incurriendo con el bloqueo de carreteras, las sanciones penales que les correspondía a los autores y partícipes del hecho punible e invocando a deponer dicha actitud. Asimismo, ejecuté una reunión de trabajo con los Oficiales PNP que estaban al mando de los contingentes policiales procedentes de la ciudad de Lima (DIROES), Arequipa, Moquegua y del personal de inteligencia, así como con los Fiscales de Prevención del Delito de Moquegua, con la finalidad de impartir directivas y ultimar detalles sobre la ejecución de la Orden de Operaciones “Restablecimiento del Orden Público Moquegua” Nro.038-XI DIRTEPOL/EM-OFIPLO. Como se puede observar, no me dio tiempo para firmar la Orden de Operaciones ya que a horas 16:30 tuve que viajar a la ciudad de Moquegua, para preparar el operativo.”

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Un aspecto importante es que en la investigación de la Inspectoría se pudo probar fehacientemente que se rompió la unidad de comando, esto es que nadie debe depender de más de un superior no sólo por la indisciplina y desconcierto que origina esta intervención, sino que en este caso concreto, Salazar no cesaba de inmiscuirse para que se desobedecieran mis órdenes: “Con relación a su pregunta el motivo por qué no hubo una línea de comando al menos con la DINOES PNP, al parecer no recibía órdenes solamente del suscrito, esto se demuestra cuando se comisionó a horas 04.30 al crnl. PNP Vicente Marcelo Álvarez Moreno, Jefe de la Región Policial Moquegua para que indique a los jefes de unidades la paralización del operativo por el alto costo social que se produciría, que incluía la presencia de mujeres y niños; seguidamente le ordené que le trasmitiera la orden al Coronel PNP Clever Vidal Vásquez, sobre la paralización del operativo, le ordené también al Comandante Briones de la USE Arequipa, y que se ubicara a los dirigentes y líderes para que depongan su actitud y dejen libres las vías; el suscrito le comunicó al Coronel PNP Vicente Álvarez Moreno que le indiquen a los oficiales que estaban al mando del personal en la zona de operaciones, que se había dado una tregua hasta las 08:00 horas, que no habría intervención policial y que espere órdenes del suscrito, quien se encontraba en conversaciones con el párroco de Moquegua; en su momento, a horas 06:00 el Comandante Briones de la USE Arequipa, aprovechando la comunicación telefónica con el personal de la Oficina Regional de Inteligencia de Arequipa – ORI, el Comandante Miquel Briones les manifiesta que se coordine con el Jefe de la DINOES, toda vez que se encontraba en medio de (02) cerros, donde permanecían aproximadamente (5 000) manifestantes apostados en la zona alta de ambos cerros y que se le advierta del peligro en que se encontraba pidiéndole que salga de allí con sus hombres, porque en esa posición desfavorable podía ser rodeado y atacado. Le sugiere que retroceda hasta la posición en la que se encontraban en SENASA, porque allí era más seguro. El Coronel Clever Vidal, no quiso retirarse del lugar, si hubiese tomado en cuenta lo sugerido por el Comandante Briones, no hubiese sido necesario el uso de material lacrimógeno, ya que el Coronel Vidal, tenía conocimiento de la decisión de no hacer uso del gas y que el operativo se había paralizado, comunicación que fue notificada por el Coronel Vicente Álvarez Jefe de la Región Policial Moquegua a horas 04:30 , por el alto costo social que se produciría, por lo tanto de acuerdo a lo acontecido, la intención del coronel Vidal, era de provocar a los manifestantes, porque de no haber sido de esa manera, se hubiese retirado del lugar, lo que demuestra que no se mantuvo la Línea de Comando”. El 30 de abril de 2010, el Coronel PNP Clever Vidal (quien hizo uso del gas lacrimógeno en el Puente Montalvo por orden del General Salazar) fue entrevistado en Radio Programas del Perú, por José María Salcedo; Vidal declaro a RPP que el hizo uso del gas lacrimógeno debido a que a las 08:00, aproximadamente el helicóptero hace un

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vuelo a baja altura por el Puente Montalvo ocasionando una gran polvareda sobre los manifestantes, alterándolos. También indicó a RPP que, según el informe del piloto, el General Jordán fue quien dio la orden que el helicóptero sobrevuele el Puente Montalvo. Esta imputación es completamente falsa, porque el helicóptero a las 08:00 se encontraba en Ilo, de acuerdo al detalle siguiente: A las 05:45 por orden del DIRGEN se dispone que el helicóptero se traslade a Ilo para recoger personal de apoyo de Lima de la Dinoes –PNP, en ese momento el piloto me comunica la orden llegada de la Dirección de la Aviación Policial, le doy la autorización para que de cumplimiento a la orden y le indico que al momento que se dirija a Ilo sobrevuele el Puente Montalvo y me informe la cantidad de manifestantes en el lugar, el piloto cumplió la orden de sobrevolar el Puente Montalvo a horas 06:00 , y prosiguió su viaje con destino a ese puerto. El Coronel Clever Vidal dice que el helicóptero pasó a las 08:00 horas por el Puente Montalvo y eso alteró a los manifestantes que se encontraban en el puente, los mismos que reaccionaron arrojándoles piedras a él y a su personal y es por esa razón que hizo uso del gas lacrimógeno. Me pregunto ¿Cuál helicóptero sobrevoló a las 08:00 por el Puente Montalvo? Si el helicóptero se encontraba en el puerto de Ilo, desde las 06:45, y retornó a Moquegua a la 10:21. Lo que Vidal no dice, es que de acuerdo declaraciones a asuntos internos el General Salazar acepta que Vidal lo llama a las 08:00, y le comunica que la situación era extrema y que tenia personal herido, por lo que iba hacer uso del gas lacrimógeno, a lo que Salazar le responde que era él quien estaba en el lugar de los hechos y si es que estaba en riego su vida y seguridad de sus efectivos, que proceda. Por lo tanto el gas lacrimógeno no fue utilizado a consecuencia del vuelo rasante del helicóptero por el Puente Montalvo, sino que llamó a Salazar para pedirle autorización para usarlo, no a mí. Como prueba y para desbaratar la mentira de Vidal al indicar que el helicóptero sobrevoló a las 08:00 el Puente Montalvo, le mostramos el informe del Mayor Víctor Sulca Lagos, piloto del Helicóptero MI-17 PNP-501, el cual manifiesta lo siguiente: En el Punto: 04.- El 16JUN2008 a las 05:40 horas se recepcionó la orden telefónica de General PNP, ordenando que salga a sobrevolar la zona conjuntamente con los granaderos, para dar inicio a la operación de lanzar las bombas lacrimógenas. (De acuerdo a lo dispuesto en la Orden telefónica 1198-2008-DG-PNP-Ceopol-JO firmada por el Director General PNP Salazar Miranda (15 de junio 2008 a las 10:26 horas.) 05.- Cuando se procedía a realizar el arranque de los motores se recepcionó la comunicación del Coronel PNP Augusto Vega García director de la Dirapol-PNP (Dirección de la

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Aviación Policial), disponiendo que por orden del DIRGEN-PNP (DGPN Nacional del Perú), me traslade a Ilo, para trasladar personal DIROES-PNP hacia Moquegua, traslado que fue comunicado al General PNP Jefe del Operativo (General Jordán) quien dispuso que nos mantengamos en el aeropuerto de Moquegua hasta confirmar la orden. 06.- El General PNP Jordán dispuso el traslado de la aeronave hacia Ilo, previo sobrevuelo táctico por el Puente Montalvo, despegando a horas 06:00 de Moquegua a Ilo arribando a las 06.42, dándonos con la sorpresa que el personal de la DIROES-PNP (Dirección de Operaciones Especiales) no se encontraba en el aeropuerto, encontrándose aun en la ciudad de Lima, por lo que se procedió a comunicar de inmediato dicha situación al Jefe Operativo (General PNP Jordán) quien ordenó que espere en el lugar al personal Policial. 09.- Despegando a horas 09:45 de la ciudad de Ilo hacia Moquegua con 33 efectivos DIROES, durante el vuelo se tenía contacto telefónico con el General PNP Jordán, Jefe Operativo, ordenando que cuando llegue lance bombas lacrimógenas desde el helicóptero, a la 09:55 aprox. Se perdió contacto con el General Jordán, arribando al aeropuerto de Moquegua a las 10:05 desembarcando al personal DIROES, quien no se encontraba preparado para una incursión, abordando el helicóptero los granaderos que el General Jordán nos había asignado para dicha operación, dirigiéndonos a la zona de conflicto para apoyar al personal policial que se encontraba rodeado por los pobladores, realizando maniobras de vuelo por lo agreste de la geografía y la presencia de cables de alta tensión cerca del Puente Montalvo. Se lanzaron bombas lacrimógenas, de acuerdo a lo dispuesto por el General Jordán, retornando al aeropuerto de Moquegua a las 10:21, debido que el personal de granaderos se les agotó las bombas lacrimógenas de mano. El Coronel Clever Vidal cuando declaró ante la Inspectoría General indicó lo siguiente: A su criterio ¿Cuáles fueron los detonantes para un enfrentamiento en condiciones de inferioridad? Dijo: El sobre vuelo a baja altura del helicóptero policial, poco después de las 08:00 horas lo que enardeció más a los manifestantes. Como se puede apreciar en el informe confeccionado por el Mayor PNP Víctor Sulca Lagos piloto del helicóptero, el Coronel PNP Clever Vidal, miente cuando indica que el helicóptero sobrevoló el Puente Montalvo a horas 08:00 del 16/Junio/2008, para confirmar estas falacias se solicitó al General PNP Tomas Guibert Sagástegui Director de la Aviación Policía – la Bitácora de vuelo del Helicóptero MI 17 B PNP 502, del 16 de Junio, devolviéndome lo solicitado con carta Nº 033 – 2009-DIRAVPOL-PNP/Sec, donde él me remite copias xerográficas de las Bitácoras de vuelo del Helicóptero MI 17 B PNP 502, del 16 de Junio de 2008, donde se aprecia que el helicóptero despega de la

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ciudad de Moquegua a horas 06:00 llegando al Puerto de Ilo a horas 06:42 y despega del Puerto de Ilo a horas 09:45 para llegar a Moquegua a horas 10:21. Con esto se demuestra que el Coronel PNP Clever Vidal mintió a José María Salcedo, de RPP, a Inspectoría General de la Policía Nacional, a Asuntos Internos del Ministerio del Interior y al Juzgado Militar – Policial, al indicar que el uso de las bombas lacrimógenas fue a consecuencia que el helicóptero a las 08:00 horas aproximadamente hace un vuelo a baja altura por el Puente Montalvo donde levantó las carpas, ocasionando una gran polvareda y cenizas sobre los manifestantes alterándolos, para luego retirarse con destino al Sur. Se ha demostrado que a horas 08:00 no se encontraba el helicóptero en Moquegua, lo único que trata de hacer el Coronel PNP Clever Vidal es defenderse falseando los hechos y encubrir al General Salazar, ya que él fue quien ordenó el uso del gas lacrimógeno en la forma y circunstancias antes referidas. Tal era la desesperación de Salazar por cubrir su responsabilidad de los sucesos de Moquegua, que dispone al Director de la Policía Aérea para que el piloto de helicóptero, Mayor PNP Víctor Sulca Lagos se presente a su despacho. El piloto, que se encontraba de comisión de servicio en la ciudad de Arequipa, es relevado de su cargo y se dirige al despacho del DGPNP, donde Salazar lo esperaba y sin perder tiempo le ordena que cambie su informe de los sucesos de Moquegua. El Mayor Sulca le responde que el informe ya se había entregado al General Jordán y que no lo iba a cambiar. Salazar insiste en que lo cambie y el mayor le vuelve a decir que no; Salazar lo increpa y le ordena que se retire, el Mayor Sulca se retira a su base la Policía Aérea y a los cuatro meses solicita su pase al retiro, por el hostigamiento que comenzó a recibir por parte de la Inspectoría General de la Policía. Qué pena que la PNP se dé el lujo de perder a oficiales de la calidad moral del Mayor Víctor Sulca; que tanta falta hacen a la alicaída institución y todo por no ceder a indignas presiones que atentan contra los principios morales, éticos y del honor, que Sulca juró defender cuando se recibió como Oficial de la Policía Nacional del Perú, frente al Pabellón Nacional, ante sus superiores, sus familiares y la sociedad, donde renovó su fidelidad a la defensa de la Patria, de la vida humana y a mantener siempre incólume los valores morales de la PNP. Ese juramento fue la fortaleza moral del Mayor Víctor Sulca Lagos, ejemplo de lealtad, valentía y honestidad. El otro incidente sobre la ruptura de la unidad de comando, que relato a continuación, fue protagonizado por el Coronel Armando Martínez, jefe de la DINOES, quien llegó de Lima con tropas bajo su mando. El mencionado oficial en forma inexplicable en ese momento- ahora comprendo porqué -, se negó a dar cumplimiento a mis órdenes de

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auxiliarme y a todo el personal policial de manera inmediata que estábamos en la misma situación, reacción inaudita en los momentos más críticos porque peligraban nuestras vidas, reaccionando con una soberbia insolente, motivada por extrañas e incomprensibles razones, que lo llevaron a una virtual insubordinación. “También sucedió con el Coronel Armando Martínez Jefe de la DINOES PNP, en circunstancias que el suscrito se encontraba en la zona de acción, a horas 09:00 del 16 JUN 08, se solicitó apoyo al Mayor Víctor Salvador Sulca, piloto del helicóptero, por intermedio de la línea telefónica (celular), para que venga en apoyo en vista que en el momento que nos dirigíamos al puente y tomamos la altura de un cerro para protegernos, fuimos rodeados por numerosos manifestantes; para poder avanzar se hizo uso de gas lacrimógeno el mismo que no funcionó en forma expansiva, sino en forma de un humo delgado y sin expansión; es el momento que se pide el apoyo del helicóptero, manifestando el piloto que el personal de la DINOES PNP no había llegado a Ilo y que en 10 minutos aterrizaba el avión; le indiqué espere el refuerzo y que inmediatamente se constituya al apoyo tanto con personal de refuerzo o con dos (02) granaderos para que procedan al rescate, de acuerdo al Informe Nº 001-2008-DIRAVPOL-PNP/Dmeq. del 17/JUN/08, confeccionado por el Mayor Víctor Salvador Sulca, quien manifiesta arribó a las 09:23 aprox. y se apersonó de inmediato a la aeronave de la FAP, para comunicarle al más antiguo de la DINOES PNP Coronel PNP Martínez, el requerimiento del apoyo de su personal y helicóptero por parte de General Alberto Jordán Brignole, Jefe Operativo, manifestando “Que él dispondrá de la distribución de su personal”, abordando el helicóptero cada efectivo policial con su respectiva bolsa de viaje y armamento, sin componentes químicos, indicándole el piloto que sin bombas lacrimógenas no iban a hacer nada, ordenando el Coronel Martínez, a dos (02) efectivos que traigan al helicóptero los componentes químicos demorando más el despegue; se despega del Ilo a horas 09:45 con 33 efectivos DINOES; el piloto indica que durante el vuelo se tenía contacto con el General Alberto Jordán quien ordenó que cuando lleguen lancen bombas lacrimógenas desde el helicóptero, indicando el piloto que a horas 09:55 se perdió contacto con el suscrito y se dirigieron al aeropuerto de Moquegua a horas 10:05, desembarcando del helicóptero al personal DINOES, que no se encontraba preparado para una incursión, abordando de inmediato a los granaderos que el General Alberto Jordán había dispuesto para esa operación, dirigiéndose el piloto a la zona de conflicto para apoyar al personal policial que se encontraba rodeado, lanzando bombas lacrimógenas a los manifestantes, retornando a las 10:21 horas, debido que al personal de granaderos se le agotaron las bombas lacrimógenas de mano; a horas 10:25 aprox. el Coronel Martínez, le entrega su celular al piloto manifestando que el Director General, quería comunicarse con él; al entrar en comunicación con el DGPNP le ordenó que rescate al General Alberto Jordán, quien se encontraba rodeado por la población en medio de un cerro; de inmediato el

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piloto despega a horas 10:30, con quince (15) efectivos DINOES (granaderos), en busca del suscrito no teniendo contacto telefónico con el General Jordán; llegando al lugar del Ministerio de Agricultura el piloto divisa a unas 3 000 personas, al sobrevolar lanza bombas lacrimógenas huyendo los manifestantes y solamente quedando dos grupos de policías rodeados de pobladores; se tuvo que realizar señales para que el helicóptero se retire ya que al tirar las bombas lacrimógenas los manifestantes nos agredían con palos y piedras, el Coronel Armando Martínez ordenó al piloto que abandone la operación de rescate y que el DGPNP le había ordenado evacuar a los heridos de la policía que se encontraban en el Puente Montalvo, refiriendo el piloto que el DGPNP le había ordenado el rescate del General Alberto Jordán, respondiéndole que ya no se podía hacer nada y que evacuemos a los heridos. Se puede demostrar con lo expuesto que el Coronel Armando Martínez, recibía órdenes de Director General, no así del suscrito, que me encontraba como Jefe Operativo de Moquegua, como se puede apreciar cuando el piloto le indica al Coronel PNP el requerimiento del apoyo de su personal y helicóptero por parte de General Alberto Jordán Brignole, Jefe Operativo, manifestando que él dispondrá de la distribución de su personal”. De lo sucedido y acreditado, se desprende que no hay que ser muy malicioso para suponer que este Coronel Martínez actuaba deslealmente. Evidentemente, no vino a ponerse a mis órdenes como le correspondía, siendo yo el Comando Operativo del desbloqueo en Moquegua, o sea la autoridad máxima en este caso. El venía al mando de su personal sabe Dios para qué fines, pero evidentemente no para participar normalmente en el operativo que se me había encomendado; ello se corrobora cuando apenas aterriza y desconoce mi autoridad, al rechazar abiertamente mis órdenes, al responder que “él dispondrá”. ¿Quién era él para disponer de nada? Su misión era cumplir mis órdenes, no solamente porque era su jefe directo en este operativo, sino porque mi rango de general es superior al suyo de coronel. Todo indica que el Coronel Martínez recibía órdenes directas del Director General – DIRGEN-PNP, General Salazar, en su objetivo de ponerme problemas para dificultar mi labor en el operativo. Era con él con quien se comunicaba en vez de hacerlo conmigo. Pero él no era el único oficial que recibía órdenes directas del General Salazar por teléfono en vez de consultar conmigo. El Coronel Clever Vidal le seguía los pasos en cuanto a desobediencia al incumplir mis órdenes. Su propia declaración ante Inspectoría habla por sí sola: Precise si antes o durante los acontecimientos producidos en la localidad de Moquegua, recibió disposiciones específicas de la DIREOP PNP y la DIRGEN. De ser así detalle su respuesta.

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Dijo: Durante los sucesos tenía comunicación directa con el DIRGEN (Salazar) de manera permanente desde las 06:00 horas aproximadamente, a quien informaba de la situación y recibía sus indicaciones. ¿Señale cuál fue su participación el 16JUN2008? Sobre el particular debo informar que, de acuerdo a lo ordenado por el General Alberto Jordán, el personal de la DINOES en número exacto de 175 efectivos, al mando del manifestante, formó a horas 02.40 del 16JUN perfectamente equipado para una operación antimotines, solamente premunidos de escopetas lanza gases y granadas lacrimógenas de mano. Tuve que comunicarme telefónicamente con el DIRGEN PNP a quien simultáneamente daba cuenta permanentemente de la situación, haciéndole conocer la necesidad de hacer uso de material lacrimógeno ante los graves ataques que éramos objetos por parte de los manifestantes, obteniendo la autorización para tal fin. De las respuestas proporcionadas, podemos concluir que el coronel Vidal tampoco se comunicaba con el Jefe del Operativo; pues refiere que lo hacía o consultaba directamente con el General Salazar, que si bien era el DGPNP, no era quien dirigía la operación en el lugar de los hechos. Dando lugar a que se rompa la cadena de mando, y esto es lo más desastroso que le puede ocurrir a un operativo policial de esta envergadura. De tal manera, que en esas condiciones en modo alguno podía tener éxito un operativo, cuando las órdenes que impartí al Jefe del Operativo no se cumplían, sino que se obedecían las que eran impartidas por quien no estaba y no conocía absolutamente nada de lo que sucedía en el lugar de los hechos; es más, ni siquiera se había dispuesto se lleve adelante una operación de inteligencia desde el primer momento en que comenzaron a emitir informes sobre lo que acontecía día a día, por parte de diversos grupos que verificaban una serie de reclamos en Moquegua, lo que corrobora que el alto mando no le dio importancia y no cumplió con comunicar a las altas autoridades de la real situación, pues de haberse informado oportunamente, creo, que podrían haber tomado otras medidas preventivas a fin de evitar que se produzca un reclamo de tanta envergadura. En conclusión, las manifestaciones prestadas y documentos existentes, demuestran a cabalidad que el fracaso del operativo se produjo por la falta de previsión para solucionar o proponer medidas alternativas ante los reclamos de los moqueguanos; así como también por haberse dispuesto la operación sin tener en cuenta los reportes de inteligencia. A pesar que se habían enviado especialistas al lugar de los hechos meses

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antes, apenas recibieron los informes alertando lo que venía sucediendo; asimismo, tratar de imponer un operativo, en las condiciones como se elaboró y se dispuso su ejecución, rompe todas las normas establecidas; además, no haber comunicado la verdad sobre lo que acontecía en Moquegua a las más altas autoridades, entre otras situaciones que hemos enumerado, corroboran que este operativo desde su inicio estaba destinado al fracaso, única y exclusivamente por falta de liderazgo y por tratar de hacer creer que supuestamente, el General Jordán era el responsable del fracaso.

*El ajusticiado Nombre tomado de una Tradición de Ricardo Palma (La hija del ajusticiado), la idea es que no se le hace un juicio justo, sino por presiones.

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Es fácil esquivar la lanza, mas no el puñal oculto. Proverbio chino

Doble juego* Uno de los testimonios notables en esta línea de demostrar la existencia de un comando paralelo, que resultó ser nocivo para el desarrollo y culminación de la operación, sobre todo en la forma como terminó, es el siguiente fragmento de la declaración, ante Inspectoría, del Coronel Edison Salas Zúñiga, Jefe de la USE-Lima: Señale: ¿Cuál fue su participación durante los sucesos acontecidos los días 15 y 16JUN2008, en la localidad de Moquegua? “Dijo: --Que, el 15JUN08 a horas 15:30 aproximadamente, recibí una orden verbal de parte del General Javier Uribe Altamirano – Director de la VII- DIRTEPOL-L para dirigirme al Grupo 8 de la FAP y luego a horas 16:30 se abordó con destino a Tacna al avión DC-8 de la FAP al mando de 110 efectivos policiales (03 de la DIVSEREP, 77 del DEPCODIS- Asalto, 05 del DEPCODIS –Este y 25 del DEPPOLCAN-PNP); luego en el avión Hércules 393 de la FAP abordaron con destino también a Tacna 80 efectivos policiales (02 de la DIVSEREP, 01 del DEPCODIS – Sur, 42 del DEPPOLMON – Potao, 28 del DEPCODIS- Centro y 07 del DEPPOLCAN- PNP) y en horas de la mañana abordaron con destino a Tacna al avión DC-8 de la FAP 100 efectivos policiales (78 del DEPCODIS – Este y 22 del DEPCODIS – Centro) haciendo un total de 290 efectivos policiales. Ya en la ciudad de Tacna fuimos transportados después de una larga espera en tres viajes, en un ómnibus de la Municipalidad de Tacna y un “Comancar” hasta el local del Escuadrón Policial de Tacna. A dicho lugar se hizo presente el Coronel Marco Antonio de Casanova Giurcovich – Jefe de Región Policial de Tacna, a quien se le suplicó y luego de arduas gestiones aceptó apoyarnos con la movilidad para trasladarnos a la ciudad de Moquegua, logrando proporcionar dos ómnibus procediendo al embarque de 144 efectivos policiales, circunstancias en que se hizo presente un Fiscal, el mismo que tenía la consigna de constatar que el personal policial no portara armas para la incursión en el Puente Montalvo – Moquegua, registrando a todo el personal policial que se encontraba a bordo

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de los vehículos, por lo que el manifestante dejó en custodia en la Dependencia Policial seis (06) fusiles AKM con dos cacerinas abastecidas cada una previa Acta, seguidamente a hrs. 23:00 del 15JUN08 se inició el viaje vía terrestre hacia la localidad de Moquegua, llegando en dichos vehículos solamente hasta el inicio del valle de Moquegua a horas 02:20 del 16JUN08, inicio de bloqueo con piedras, troncos, palos, desmonte y otros, de dicho lugar. Después de dejarnos retornaron hacia Tacna los conductores con sus vehículos, toda vez que se negaron a proseguir por miedo a sufrir atentados o daños materiales a sus vehículos por parte de los manifestantes; de dicho lugar se prosiguió el viaje a pie limpiando la ruta y dejando libre para el paso vehicular del otro cincuenta por ciento de efectivos policiales que quedaron en la ciudad de Tacna, empleando unas cuatro horas con treinta minutos de caminata, llegando a horas 06:30 solamente a la altura de un grifo de gasolina ubicado sobre la Panamericana Sur a dos kilómetros del Puente Montalvo, lugar donde tenía que permanecer a mérito de una orden impartida por medio de mi celular 97358481 del Sr. DG PNP ya que el Sr. General Alberto Jordán Brignole se encontraba en la ciudad de Moquegua conciliando con los dirigentes y el Primado de la Iglesia de Moquegua, por lo que se debía esperar órdenes del Jefe del Comando Operativo para incursionar al Puente Montalvo, procediendo a descansar con todo el personal policial, ocupando todo el ancho de la pista asfáltica, en dichas circunstancias se hicieron presentes en dos vehículos coaster y un ómnibus de la Municipalidad de Tacna el resto de los efectivos policiales (140) que quedaron en la ciudad de Tacna, completando con ello toda la dotación, haciendo un total de 282, toda vez que quedaron en Tacna como custodia de las pertenencias policiales 06 efectivos policiales de sexo femenino y retornaron con los pertrechos sobrantes en los 03 vehículos dos policías femeninas, sumando 08; siendo las 08:30 horas aproximadamente del 16JUN08, se recibió la orden del señor Director General para avanzar, toda vez que al otro extremo del Puente Montalvo el Coronel CléverVidalVásquez de la DINOES, venía siendo atacado por los manifestantes con piedras, palos, hondas de jebe, waracas, lanzas con la punta afilada y otras con punta de metal, botellas de vidrio, etc., motivo por el cual se defendían haciendo uso de material lacrimógeno, por lo que se inició el desplazamiento de sur a norte con dirección al Puente Montalvo, previa formación, designación de tareas, ubicación de personal por unidades en la vanguardia, retaguardia, flancos derecho, izquierdo y la arenga característica, pero inmediatamente los manifestantes empezaron a quemar llantas, troncos, palos, ubicados en la vía bloqueada, asimismo empezaron a prender fuego a los carrizales ubicados al borde de la vía con el objeto de confundir y originar desorden en el personal policial, lanzando piedras con las manos, waracas, hondas de jebe, botellas de vidrio, lanzas, por todos los flancos, es decir el ataque era por la vanguardia, retaguardia, y flancos, el personal policial conocedor y experto en control de multitudes no rompió la formación y el grupo siempre se mantenía compacto en todo instante, por lo que se hizo uso de material lacrimógeno, avanzando el personal policial protegidos por sus escudos, logrando llegar al Puente Montalvo después de un tenaz enfrentamiento en el que hasta ese momento

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se registraban varias bajas entre el personal policial producto de los proyectiles lanzados con las waracas y hondas de jebe con intenciones criminales, ya en el Puente Montalvo ofrecieron fuerte resistencia, pero se logró romper disolviendo a los revoltosos, logrando cruzar el puente, liberándolo momentáneamente, encontrando a medio puente un riel atravesado y bien soldado; la presión era fuerte por la retaguardia y al parecer la intención era emboscarnos en pleno puente, motivo por el cual avanzamos hacia las instalaciones del peaje ubicado a ciento cincuenta metros del lugar, apreciándose al personal policial de la DINOES – PNP; notándose el aumento de los manifestantes, todos con fisonomías de ser reservistas, otros con la cara cubierta con pasamontañas, pañoletas, premunidos de filudas lanzas en actitud agresiva, dispuestos, decididos y llenos de rencor contra los efectivos policiales; en el peaje se unió fuerzas con personal policial de DINOES – PNP, reforzándose las líneas de contención con los escuderos formando hasta tres hileras, pero no se pudo resistir por mucho tiempo, porque los manifestantes rápidamente nos estaban rodeando lanzando incesantemente piedras con waracas y hondas de jebe; apreciándose unos 20 000 a 25 000 revoltosos en todo el valle, lomas, laderas y carretera Panamericana Sur, por lo que se dispuso tomar la loma del cerro aledaño, logrando el objetivo desde donde se pudo dominar la situación, es decir evitar el contacto cercano con los manifestantes, logrando ingresar el personal herido a la dependencia policial de carreteras, ubicado al costado derecho del peaje de sur a norte, por lo que ya no subieron a la loma, siendo rodeados por cientos de manifestantes, logrando romper la puerta y tomados como rehenes por la turba, seguidamente fue incendiada la dependencia policial; los manifestantes poco a poco nos iban rodeando, apreciándose la organización y las consignas que cada uno de ellos tenía, escuchándose cánticos, lemas alusivos a su líder Humala, en dichas circunstancias apareció un helicóptero de la PNP , luego de sobrevolar dos veces se retiró. Después de unos 30 minutos nuevamente se hizo presente el helicóptero en el espacio aéreo, lanzando material lacrimógeno en los puntos más congestionados, a horas 11:30 en un helicóptero MI-17 con personal de refuerzo y material lacrimógeno se hizo presente en la parte norte del área de acción el Coronel Armando Martínez Salazar- Director de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales – DINOES-PNP, prestándosele el apoyo para el descenso y traslado de heridos, luego se puso en contacto con el informante por medio del celular, el mismo que le hizo conocer que a partir de ese momento asumía el mando de la operación por ser el más antiguo en la jerarquía, seguidamente le ordenó replegarse hacia el norte por la carretera Panamericana Sur porque la operación había concluido, toda vez que el General César Alberto Jordán Brignole se encontraba secuestrado por lo que había que evitar daños mayores o hechos contra la integridad física del señor general y personal policial; llevándose a cabo el repliegue por la Panamericana Sur con dirección hacia Arequipa juntamente con el personal de la DINOES-PNP desplazándonos a pie 15 Km. aproximadamente, de los cuales 8 Km. fuimos seguidos por la turba por la retaguardia y flanqueados por la derecha

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e izquierda a una distancia prudencial sin dejar de lanzarnos piedras con waracas en forma continuada, al llegar a una garganta formada por dos cerros los manifestantes deslizaron piedras de gran tamaño haciendo casi imposible el paso por la Panamericana por lo que nos vimos obligados a pasar uno por uno o en columna de uno; a horas 17:00 fuimos auxiliados por vehículos proporcionados por la XI-DIRTEPOL-Arequipa, llegando a la blanca ciudad a horas 23:30, siendo hospedados en la USE – Arequipa y DOES – Arequipa.” De lo que expone en dicha declaración y en las otras,se deduce fácilmente que el“Moqueguazo” fue un verdadero caos para la policía que llegó al lugar de los hechos. Una tropa de casi 300 efectivos, veteranos en control de multitudes, bajo el mando del Coronel Edison Salas Zúñiga, jefe de la USE de Lima (que es una unidad especializada en disturbios), fue derrotada y humillada por la turba armada y organizada, y terminó corriendo sin parar hasta Arequipa. ¿Y a mí me reclaman por no haber sido lo suficientemente “valiente” y no haber derrotado a esa turba con menos de un centenar de policías que no eran especializados en disturbios, y que estaban desarmados? ¿Y sin considerar además que mis órdenes no eran obedecidas porque el DGPNP alentaba la desobediencia y el caos saboteando mi operación? Cada personal de la USE de Lima contaba con tres granadas lacrimógenas y con 260 proyectiles para las escopetas lanza gas. Con esa cantidad de gas por persona no se podía tomar el puente, ya que el gas se dispersaba por la amplitud de la zona y algunas granadas no servían. Es fácil advertir que la conducta observada por el coronel Armando Martínez Salazar, Director de Operaciones Especiales, fue la menos apropiada - por decir lo menos-, quien apenas aterriza en Ilo con su tropa, se niega a auxiliarme con la celeridad que requería, manifestando ante el personal subalterno que se encontraba presente- ante una evidente demostración de insubordinación-, y de abandonarnos en el lugar donde nos tenían como rehenes -, que él dispondrá de la distribución de “su” personal y que, luego de mi secuestro, se nombra jefe de la operación por ser el de mayor antigüedad, para luego no cumplir ningún papel meritorio en el operativo, sino todo lo contrario, como ha quedado plenamente acreditado con lo sucedido. Y, en el colmo de lo que es evidentemente un plan para desestabilizarme y desvirtuar mi meritoria carrera policial, en la investigación posterior se me echa en cara supuestas “imperfecciones” de mi plan de operaciones, cuando todos saben perfectamente que ese plan debió hacerse en Lima, en la dirección ejecutiva de operaciones policiales, DIREOP, con 72 horas de anticipación, sin embargo, se me encomendó dándome un plazo de menos de 4 horas 43 minutos.

*Doble juego Novela de intriga y espionaje del británico Ken Follet.

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Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta. Aristóteles

Aclarando impugnaciones*

L

os forzados cuestionamientos que me hicieron en el proceso de investigación que se llevaron a cabo en Asuntos Internos del Ministerio del Interior fueron desvirtuados uno a uno- desde el inicio-, y demostré claramente con hechos, declaraciones y

documentos, la validez de mis acciones y la rectitud de mi conducta: La orden de Operaciones en el párrafo “Durante la Operación”, no describe la forma de acción (límites de la zona de operaciones, sectorización y maniobra), solo establece como generalidad: “Ejecutar las operaciones planeadas…”, según la Doctrina de Estado Mayor, en el planeamiento operativo debe de señalarse “cómo” se van a desenvolver las fuerzas, omisión que no permite discriminar objetivamente cual es la responsabilidad de cada oficial operativo. “—Que, las disposiciones específicas impartidas por la DIREOP fueron plasmadas y emitidas a través de las Órdenes Telefónicas Nº 588-592-595-598-2254-2256-1195 del 15JUN2008. Con relación a la OT. Nº 588-08-DIREOP-PNP/Em-Ceopol, del 15JUN2008, es de significar que ésta es una réplica de la OT. Nº1194-Ceopol-DIRGEN, cuyas disposiciones cumplí. Respecto a la OT. Nº 2254-08-DIREOP-PNP/EMOFIPLO2, del 15JUN2008, es de significar que esta OT, es una réplica de la OT. Nº1198Ceopol-DIRGEN, cuyas disposiciones cumplí; sin embargo, además con la referida Orden telefónica la DIRGEN dispone que DIREOP, formule el Plan de Operaciones, a fin que la operación de desbloqueo en la zona de Moquegua e Ilo, se encuentre garantizada de las previsiones necesarias antes, durante y después del evento, para evitar costo social alguno y asegurar que el accionar policial se ejecute con el debido respeto a los DD.HH. prudencia y sin exceso; sin embargo, este Plan de Operaciones no se formuló en la DIREOP, sino que con la OT. Nº 2254-08-DIREOP-PNP/EM-OFIPLO2, recibida en Arequipa a horas 11:45 aprox. del 15JUN2008, se dispuso que la XI-DIRTEPOL formulara la respectiva Orden de Operaciones, tomando como base el Plan General “Restablecimiento del Orden Público – 2008” y que se remita a la DIREOP por correo electrónico a más tardar a horas

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18:00 del 15JUN2008, es decir, que se contaba con 4 horas 43 minutos para formularla y dar cumplimiento a dicha orden; para tal efecto dispuse que el Jefe de Estado Mayor de la XI-DIRTEPOL, CNES. PNP Jorge Guillermo Francisco Valencia Pomarada, diera cumplimiento a la aludida disposición del comando, formulándose la Orden de Operaciones “Restablecimiento del Orden Público Moquegua 2008” N°038-2008-XI DIRTEPOL/ EM-OFIPLOpe, remitiéndose vía correo electrónico a la DIREOP, para posteriormente recibir su aprobación mediante OT Nº 595-2008-DIREOP-PNP/EM-Ceopol del 15JUN2008 a Hrs. 20:53 para su ejecución el día “16” a horas “00”. “La Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales fue en contra de los principios de la Doctrina del Estado Mayor ya que para la confección de un Plan de Operaciones de acuerdo al Manual de Estado Mayor el Plan de Operaciones es el documento en el cual se establecen, coordinan e integran las acciones que deben ejecutar las subunidades de una Unidad Operativa para cumplir una misión específica que le ha sido asignada. El plan de Operaciones se formula para una operación definida y se prepara para ser distribuido entre los escalones subordinados. Puede ser enunciado y promulgado mediante una Orden de Operaciones o el mismo Plan puede ser remitido a las sub-unidades para la formulación de su Orden de Operaciones, también para la confección de una Orden de Operaciones debe haber un plazo mínimo de 72 horas de anticipación a la DIREOP, para su revisión y visación respectiva; no en el caso de Moquegua de acuerdo la Orden telefónica Nº 2254, dicha orden llega a horas 13:17 donde el Director Ejecutivo de Operaciones Policiales, comunica que el Director Territorial de la XI Dirección Territorial de Arequipa formule y remita al término de la distancia su Orden de Operaciones correspondiente y a la vez indica que la Orden de Operaciones deberá ser remitida por correo electrónico a la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales a más tardar a horas 18:00 del día 15 junio, como ustedes pueden apreciar, solamente nos daban de plazo de 4 horas 43 minutos para confeccionar la orden de operaciones, a horas 18:00 del día 15 junio la Orden de Operaciones fue remitida por correo electrónico a la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales, fue aprobada a mérito de la Orden telefónica Nº 595 firmada por el Director Ejecutivo de Operaciones Policiales el General Julio Vergara a horas 20:32 del día 15 junio, o sea que en menos de 2 horas 32 minutos se aprueba la Orden de Operaciones , para que sea ejecutada a horas 00:00 del día lunes 16 junio 2008 (domingo para lunes) de acuerdo a lo dispuesto por el DGPNP en la Orden telefónica Nº 1194. “Por lo tanto, al no haber Plan de Operaciones y no tener en cuenta la doctrina de Estado Mayor que para la confección de dicho plan debe contarse con 72 horas de anticipación, por lo tanto la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales no tuvo en cuenta la Doctrina de Estado Mayor, en el Planeamiento Operativo.

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“Después que sucedieron los hechos en Moquegua, se puede demostrar que la planificación por parte de la DIREOP PNP no se adecuó a la Doctrina de Estado Mayor, de acuerdo al Memo/Mult. Nº 34-2008-DIREOP/PNP-OFIPLO del 16 de Julio donde indica que el planeamiento de las Operaciones Policiales que comprometan a una Unidad PNP, se realice previa apreciación de situación e inteligencia de sus respectivas jurisdicciones, que deberán ser plasmadas en los Planes de Operaciones Específicos u órdenes de operaciones correspondientes, teniendo en consideración los Principios Doctrinarios de Estado Mayor, debiendo remitirlo en ejemplar por duplicado con 72 horas de anticipación a esta Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales /DIREOP para su revisión, visación y aprobación.” Norma que no fue tomada en consideración por parte de la superioridad, porque no se siguieron las pautas ni pasos que se requieren para formular un plan de operaciones, sino todo lo contrario; y se me ordenó que lo elabore en un tiempo mucho menor que el señalado para esos casos, y menos para revisar, visar y aprobar. Otra pregunta revela hasta qué grado puede llegar la intención de buscar la sin razón, para que se considere como responsable del fracaso de la operación en el “Moqueguazo”, a quien no la tiene y eximir de culpabilidad, al verdadero responsable de este fracaso o- aunque no creo-, por la forma como se me interroga, podría existir ineficiencia y desconocimiento del comando sobre su propia organización. Porque se me reprocha no haber incluido en el operativo al personal de la USE de Tacna, cuando dicha ciudad no tiene USE: “El General PNP César Alberto Jordán Brignole, en su condición de Comando Operativo, fracasó en el cumplimiento de la misión por desidia, imprevisión y carencia de iniciativa, teniendo en cuenta las consideraciones expuestas en el punto III precedente.” ¿Qué desidia, imprevisión o carencia pude haber tenido si el DGPNP ordenó un operativo prácticamente sin plan, sin labor de inteligencia, que en este tipo de operativo es de vital importancia tener en consideración, para que una misión tenga éxito, hecho que la superioridad no tuvo en cuenta; motivo por el cual una misión encomendada de esa manera, era imposible y difícil de dar cumplimiento, por la forma tan precipitada e improvisada como se dispuso su elaboración y ejecución, que el personal policial no llegó o llegó a destiempo y en cantidades absurdamente mínimas? Además se entrometió, fomentó la indisciplina y la desobediencia, ordenó enfrentamientos —prohibidos por mí— que terminaron en desastres y encendieron la hoguera del “Moqueguazo” y posibilitaron mi secuestro, incluyó personal policial que no existía (caso de la supuesta USE de Tacna que solamente cuenta con un grupo de 09 efectivos), nos envió desarmados y sin equipo de control de multitudes con una insignificante dotación de gases lacrimógenos que estaban vencidos y no sirvieron para nada.

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Es evidente que en todo este operativo, hubo algo oculto. No resulta aceptable que se le ordene a un general una tarea imposible y encima se le priva de todo para impedir el cumplimiento de la misión encomendada. La otra posibilidad sería que la organización policial impera un desastroso caos, lo cual me consta que no es así, motivo por el cual, la descarto de plano. Mis respuestas, sostenidas con pruebas irrefutables, inutilizaron el tinglado que se había armado para hacer recaer sobre mí la responsabilidad sobre el fracaso de la operación policial. “Con relación al Planeamiento se indica que en mi condición de Comando Operativo, me asiste la responsabilidad por las deficiencias observadas en la Orden de Operaciones, quiero indicar que la referida Orden de Operaciones “Restablecimiento del orden público Moquegua 2008” N°038-2008-XI DIRTEPOL/EM-OFIPLOpe, fue aprobada por la DIREOP PNP, y solamente se me hizo la observación que debería incluirse personal de la DIRIN PNP, por lo cual en ningún momento la DIREOP PNP hizo la observación de sectores y designación de los Jefes por cada sector, eso se plasmó en la reunión de comando del día 15/Junio/2008, a horas 20:00 con el personal que se contaba ya que el resto de personal no llegaba a su punto de concentración.” Con relación al diálogo que sostuvo con los dirigentes y representantes de la iglesia: “La orden de Operaciones Policiales en el párrafo de ejecución de la Operación (antes, durante y después) no establece acciones relacionadas con las negociaciones, los representantes del frente de defensa de Moquegua; como Jefe del Comando Operativo, en las Tareas Específicas se me da como tarea la de Planificar y Conducir las Operaciones Policiales que en el área de su responsabilidad indica: disponiendo las acciones que cada situación particular lo requiera. Por eso la Doctrina de Estado Mayor donde se refiere a las Características de un Plan. En la letra “J” “Flexibilidad” indica que el plan no debe ser rígido, sino que debe permitir el reajuste periódico en armonía con los cambios de situación, planteando las formas de acción alternas, para su aplicación en caso necesario. Aproximadamente a horas 04:30 del 16/Jun./2008 comisioné al Coronel Vicente Marcelo Álvarez Moreno Jefe de la Región Policial Moquegua para que le indique a los Jefes a cargo de las unidades policiales la paralización del operativo y que debían de permanecer en actitud vigilante mientras ejecutaba acciones de persuasión en la Catedral de Moquegua, con los dirigentes y autoridades, a fin de evitar la intervención policial dispuesta por la superioridad, evitando un alto costo social, (Solicité al DIRGEN abortar la operación ya que los manifestantes eran más de 20 000 lo que hacía imposible el desalojo ya que podría haber víctimas mortales, aceptándome dicho pedido).

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“También con relación al diálogo en la ciudad de Moquegua al Coronel Vicente Álvarez Moreno lo llamaron por teléfono para tener una reunión con los dirigentes y representantes de la iglesia. En la orden de operaciones “Restablecimiento del Orden Público de Moquegua 2008 Nº 39-2008-XI-DIRTEPOL/EM-OFIPLOpe, en tareas específicas, en lo que concierne al Jefe Operativo el Coronel Vicente Álvarez Moreno, en relación al inciso “B” El Planeamiento Policial Específico, dispuse llevar a cabo coordinaciones con órganos de apoyo (Compañía de Bomberos, Cruz Roja, Salud, empresas eléctricas y agua potable, Defensa Civil, Municipalidad, Gobierno Regional, FFAA, compañías de vigilancia privada, etc.) que permitan atender cualquier contingencia. “Con relación al factor sorpresa, no se pudo intervenir ya que no tenía el personal completo, solamente contaba con 197 efectivos de la DIREOP, 100 efectivos de la USE Arequipa, el resto se encontraban: 100 en Ilo, 300 en Tacna que recién llegaron al primer grupo a horas 06:30, a la altura de un grifo de gasolina ubicado sobre la Panamericana Sur a dos kilómetros del Puente Montalvo, permaneciendo en el lugar. El resto del personal de las USE Lima (140) que quedaron en Tacna llegaron a horas 07:30 completándose la USE Lima, haciendo un total de 282, el resto del personal, al mando del Comandante Jorge Luis Briones, Jefe de la USE- Región Policial Arequipa, llegó a horas 05:30 cerca al túnel de Moquegua, para desplazarse posteriormente a Senasa. Después al mando del Coronel Armando Martínez llegaron efectivos de Ilo el 16 Junio a las 10:21 vía helicóptero, cuando el suscrito ya se encontraba retenido. Como se puede apreciar, no se contaba con las fuerzas completas si es que se quería utilizar el factor sorpresa. Además, la Radio Americana en todo momento informaba a la población, inclusive el día 14/Junio/2008, que el Ministro del Interior y el DIRGEN PNP sobrevolaron la zona, cuando el personal llegaba al aeropuerto y cuando el personal se desplazó a horas 02:30 de 16/Junio/2008 para tomar su ubicación en el teatro de operaciones. Sobre: “desidia e imprevisión en la organización de las fuerzas y en el planeamiento”: “—Es importante indicar que desde el día 29 de mayo el comando de la XI Dirección Territorial de Arequipa, informó los acontecimientos de Moquegua, por medio de 45 documentos de inteligencia.También en forma rutinaria se le informaba al DIRGEN PNP de los acontecimientos, es importante indicar que, como no hubo un Plan de Operaciones ejecutado por la DIREOP, donde dicha Dirección hubiese obtenido información procesada por medio de la DIRIN y la DIGIMIN, las cosas hubieran salido diferentes, más organizadas, ya que en Lima pensaban que solamente era un bloqueo del Puente Montalvo con unos 400 pobladores. DIREOP no cumplió con la Doctrina de Estado Mayor que con 72 horas de anticipación se debe confeccionar los Planes de Operaciones, por lo que se incumplieron las fases de planeamiento que son a).- Fase preliminar b).- Fase inicial c).-

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Fase definitiva. Tampoco se tomó en cuenta lo que indica el Manual de Estado Mayor, en relación a la secuencia del planeamiento y la organización para el planeamiento. Sobre lo que se indica del “fracaso en el cumplimiento de la misión”: “La intervención policial del 16 de junio en Moquegua se llevó a cabo por una decisión de la Dirección General de la PNP, en ningún momento solicité ni recomendé para que se ejecute tan apresuradamente. Por otro lado, todos los actos que realicé estuvieron orientados a evitar una confrontación con las masas enardecidas y motivadas por manifestantes (reservistas del ejército u otros) que tenían la intención que estos hechos trasciendan en actos graves con muertos o heridos, ya sea por parte de la policía o de los manifestantes, es decir que exista un costo social para posteriormente cuestionar la intervención del Estado en el manejo de este conflicto; por lo tanto busqué evitar actos que lamentar (muertes o lesiones graves) tanto por parte de los manifestantes como del personal PNP, teniendo como base las disposiciones legales siguientes: la Constitución Política del Perú que en su Art. 1º señala que “la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”. La Ley Nº 27238 Ley de la PNP y su Reglamento que en el Art. 12° indica “el personal de la Policía Nacional en el ejercicio de sus funciones respetará los derechos humanos y las libertades fundamentales de la persona, sin hacer distingo por motivos de raza, sexo, idioma o religión, de conformidad a los principios del Código de Conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, para lo cual mantendrá y defenderá los derechos humanos de todas las personas; usará la fuerza, sólo cuando sea estrictamente necesaria y en la medida que lo requiera el desempeño de sus funciones”. La Ley Nº 28338, Ley de Régimen Disciplinario de la PNP que, en su Art. 6°, señala que el personal está obligado a ejercer las funciones o actividades correspondientes al cargo o empleo que desempeña, conforme a lo establecido por la Constitución Política del Perú y las leyes. El Manual de Derechos Humanos aplicados a la función policial, aprobado por RM Nº14522006-IN del 31Mayo2006. El Código de Conducta para Funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, adoptado por la Asamblea General de la ONU en su Resolución 34/169 del 17dic1979, que en su artículo 2° señala que en el desempeño de sus tareas, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley respetarán y protegerán la dignidad humana y mantendrán y defenderán los derechos humanos de todas las personas; y en su Art. 3° dice: los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley podrán usar la fuerza sólo cuando sea estrictamente necesario y en la medida que lo requiera el desempeño de sus tareas. Asimismo, se tuvieron en cuenta los principios básicos sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, adoptados por el octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre prevención del delito y tratamiento del delincuente, celebrado en 1990, que establece que los funcionarios encargados de

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hacer cumplir la ley, en el desempeño de sus funciones, utilizarán en la medida de lo posible medios no violentos antes de recurrir al empleo de la fuerza y de armas de fuego; podrán utilizar la fuerza y armas de fuego solamente cuando otros medios resulten ineficaces o no garanticen de ninguna manera el logro del resultado previsto; y que no se podrán invocar circunstancias excepcionales tales como la inestabilidad política interna o cualquier otra situación pública de emergencia para justificar el quebrantamiento de estos principios básicos. Sobre “fue un error táctico en su desplazamiento e imprevisión”: “En ningún momento se utilizó una ruta que se encontraba bajo dominio de la turba, la ruta que se cogió fue una de más seguras por un atajo por las chacras; cuando estoy cerca al Puente Montalvo y alcanzo la cima de un cerro, soy divisado por manifestantes los cuales al verme me rodean (1 000) en ese momento utilizo el gas lacrimógeno, el mismo que no funciona. “Es importante indicar que de acuerdo a la orden telefónica Nº 1194 -2008-DGPNPCEOPOL-JO, del 15/Junio/2008 enviada por el DIRGEN directamente a mi despacho (Director Territorial de Arequipa-Moquegua-Tacna), donde especifica “Que la zona de acción estará bajo el mando directo del señor general , Director de la XI-DIRTEPOLArequipa”; esto quiere decir que si no me encontraba en la “zona de acción”, el DGPNP Octavio Salazar Miranda, me denunciaría ante el Consejo Supremo de Justicia Militar por cobardía. Esto quiere decir que de todas maneras debería de estar en la zona de acción. Sobre “los comandos no tuvieron conocimiento del plan de operaciones”: “Ya que nunca fue confeccionado el Plan de Operaciones por la DIREOP-PNP, en la reunión de comando convocada para las 20:00 horas, yo no tenía la confirmación de la Orden de Operaciones por parte de la DIREOP-PNP; dicha confirmación llega a horas 20:53 del 15Junio2008, refrendada en la orden telefónica Nº 595-2008-DIREOP-PNP/ EM-Ceopol. En dicha reunión, se encontraban presentes el Coronel Vicente Marcelo Álvarez Moreno Jefe de la Región Policial Moquegua; él expuso la apreciación de inteligencia; el Coronel Vidal Vásquez Clever de la DIROES, informó cómo se iba a realizar el operativo desbloqueo (haciendo un croquis), el piloto del helicóptero el Mayor Víctor Sulca y personal de oficiales de la Región Policial de Moquegua. La Dirección Nacional de Operaciones Policiales-DINOES-PNP y la Unidad de Servicios Especiales USE-Lima, recibieron las órdenes telefónicas Nrs. 1194-2008-DgPNPCeopol-Jo, del 15JUN2008, a horas 01:00 y las Nrs. 1198-2008-DgPNP-Ceopol-Jo., del

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15JUN2008, a horas 10:30, las órdenes telefónicas fueron recibidas por el Comando de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales como consta en su distribución; el Coronel Armando Martínez Salazar Jefe de la DINOES debió comunicarle sobre su contenido al personal que viajaba a horas 14:40 a Moquegua, ya que en ellas estaba condensada la misión de la operación, pero no lo hizo. Hubo tiempo suficiente para que se le comunique al Coronel Clever Vidal, quien se encontraba al mando de la DINOES. En su manifestación en Inspectoría, indica que “hasta el antes y durante el operativo realizado no tuve conocimiento de ninguna disposición adicional, inclusive el mismo 16JUN, enterándome de varios documentos días después de los acontecimientos”. “Al Mayor Víctor Salvador Sulca, piloto del helicóptero, se le dio la misión de subir cuatro granaderos en el helicóptero a horas 05:30, indicándole sobrevuele la zona donde se iba a operar: Puente Montalvo (orden que fue dispuesta por el DIRGEN PNP, por medio de orden telefónica); el piloto tenía que esperar mi orden para que emplee el material lacrimógeno. (Nunca di la orden porque a las 05:30 se suspendió la misión); el personal que no estuvo presente en la reunión de comando por disposición del DIRGEN, quien diseñó la estrategia para la ejecución del operativo en Moquegua, se trasladó directamente a los puestos designados por la superioridad, de acuerdo al detalle siguiente: al Coronel Salas Zúñiga Edison Jefe de la Unidad de Servicios Especiales de Lima, no se le hizo conocer sobre los pormenores del operativo, ya que por orden del DGPNP se trasladó con su personal a Tacna por vía aérea; el Coronel Jefe de Región fue quien comunicó cuando llegó el primer grupo. Su problema era la movilidad para el traslado de personal, ya que el combustible estaba escaso; me comunico con el señor alcalde de Tacna, Luis Torres Robledo; al atardecer le pido el servicio para el traslado del personal; también con el Coronel PNP Salas, para que a horas 03:00 del 16Junio, estuviera cerca al Puente Montalvo, para esperar órdenes por medio del teléfono. Al Comandante Jorge Luis Briones Silva, Jefe de la USE-Región Policial de Arequipa, se le comunicó que se encuentre a horas 03:00 del día 16/Jun./2008, indicándole que cuando llegue a Senasa espere órdenes por teléfono; al Comandante Guillermo Montenegro Castillo, jefe de la DIVCODIS VII DIRTEPOL, no se le hizo conocer porque se encontraba en Ilo y no se pudo comunicar conmigo; el Mayor Jaime Chalco Mansilla, USE Región Policial de Arequipa, se quedó como seguridad de Cuajone, no se le comunicó la Orden de Operaciones, pero sí se le dio instrucción sobre ella. Los demás oficiales que intervinieron posteriormente no sé si tenían conocimiento de la Orden de Operaciones ya que nunca se comunicaron conmigo. Seguramente ese personal lo designó la DIREOP o el DIRGEN“. Sobre “los niveles de organización que no se cumplieron”: “Ya que el Comando General, que debería estar a cargo del Director Ejecutivo de

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Operaciones Policiales, no fue asumido por él, fue asumido por el DGPN-DIRGENPNP; esto se puede demostrar por las diferentes órdenes telefónicas y verbales que fueron recibidas”. Pese a que se sabía hasta la saciedad todo lo concerniente al fallido operativo de Moquegua, la investigación continuó repitiendo cuestionamientos refutados y superados en todas las instancias con abundancia de pruebas y testimonios. Se pretendía evidentemente echar sombras sobre mí para tratar de justificar mi sanción, imputándome responsabilidades sobre hechos en las que no he tenido ninguna intervención, sino que se dictaron medidas contrarias a las que correspondían, con la única finalidad de querer ocultar las verdaderas causas de ese desastre. Obviamente, este juego de pretender justificar lo injustificable, no resultó, porque esos intentos quedan como testimonios de la absurda intención dirigida desde las más altas autoridades en un vano intento por dañarme y encubrir al verdadero responsable de esta fracasada operación. Así, se me formularon más preguntas tendenciosas e inconsistentes por Asuntos Internos como las siguientes: ¿No consideraba (usted) la forma de acción o de desenvolvimiento de las fuerzas en caso se tomaran rehenes a personal policial, conforme se proyectaba en la apreciación de inteligencia de la Región Policial Moquegua? No se formuló el plan de contingencia en mención, en vista de la celeridad en que se dieron y dispusieron las diligencias previas al operativo policial ordenado por la superioridad. Sin embargo, esta posibilidad se contempló y fue plasmada en la apreciación de inteligencia que formuló la Región Policial Moquegua, por lo tanto se dictaron las recomendaciones del caso para que el personal PNP, se mantenga alerta y permanezca en todo momento en grupo y también se retiró todo el armamento largo y excedente de las Comisarías de la Región Moquegua, ya que se tenía conocimiento por Inteligencia que querían tomar una Comisaría, reforzándolas con personal Policial. Pero caben otros comentarios. Ningún plan de contingencia, por más elaborado que fuese, hubiera evitado los secuestros de policías. ¿Es que alguien puede imaginarse que con los 796 policías desarmados que me asignaron seríamos capaces de salir airosos contra una turba enardecida, estimada en 25 000 personas, armadas con todo tipo de objetos contundentes? No se encontraba considerado el empleo de personal femenino con guantes blancos, las que finalmente fueron agredidas.

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Se utilizó el personal femenino ya que en el Puente Montalvo se encontraban personas de edad, niños y mujeres. De acuerdo a las disposiciones del comando de respetar los DD-HH es que se tomó esta decisión. En la Orden de Operaciones “Restablecimiento del Orden Público Moquegua 2008” Nro. 038-2008-XI-DIRTEPOL/EM-OFIPLOpe, en Tareas Específicas, en el Numeral 2, Comando Operativo, indica la de planificar y conducir las operaciones policiales en el área de su responsabilidad, disponiendo las acciones que cada situación particular lo requiera. Por eso, la Doctrina de Estado Mayor, en donde se refiere a las características de un plan. En la letra “J” “Flexibilidad” indica que el plan no debe ser rígido, sino que debe permitir el reajuste periódico en armonía con los cambios de situación, planteando las formas de acción alternas, para su aplicación en caso necesario. La siguiente pregunta ya es risible. No sólo Salazar no sabía en su momento que en Tacna no había personal USE, sino que en la investigación los interrogadores repiten la misma cantaleta: No considera la participación de la USE de Tacna, contrariamente a lo dispuesto por el DIRGEN, mediante Orden telefónica Nº 1194, limitando a la participación de dicha Región Policial, solo con 100 efectivos policiales, como reserva de control territorial sur. A la Región Policial Tacna no se le consideró para proporcionar personal USE, ya que dicha Región Policial no cuenta con personal de Unidades Especiales, solamente cuenta con (02) grupos de control de multitudes (09 efectivos policiales por grupo) habiéndose cometido un error por parte de la Ceopol - DIRGEN PNP, en incluir 100 efectivos USE de Tacna. Pero sí se dispuso que la Región Policial de Tacna envíe 100 efectivos para reforzar los servicios en la ciudad de Moquegua, pero es el caso que el Coronel PNP Marco de Casanova recién los envía el día 16 de Junio a horas 15:42, los mismos que estuvieron al mando del Comandante José Pérez Biminchumo. Ellos partieron con destino a la ciudad de Moquegua, llegando al Puente Cambiara, límite de la jurisdicción de Moquegua y Tacna, y al no tener punto geográfico donde posicionarse, regresaron a Tacna. Es decir, que nunca llegaron al teatro de operaciones. El Coronel Marco Antonio de Casanova Giurcovich, Jefe de la Región Policial de Tacna, se comunicó conmigo y le indiqué que haga todo lo posible por conseguir movilidad y combustible para el traslado del personal a Moquegua. Por mi parte llamé al Alcalde de Tacna Luis Torres Robledo, para que nos ayuden con vehículos y combustible, lo que aceptó y el personal se desplazó, aunque con tardanza por una serie de imprevistos.

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Con relación al FACTOR SORPRESA Se solicitó con anticipación al comando el apoyo de personal de la DIREOP para actuar en forma oportuna, con el oficio Nº 287/2008-XI-DITERPOL-EMOFIPLOPE del 11JUN2008 dirigido al General Julio Vergara Herrera Director de la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales el apoyo de 100 efectivos policiales de la DINOES, con la finalidad de garantizar el mantenimiento del orden público en Moquegua, con motivo de la huelga general indefinida. El General Julio Vergara Herrera Director de la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales, con orden telefónica Nº 578-2008-DIREOP-PNP/EM-CEOPOL, del 11JUN2008 a horas 15:10 ordena al Jefe de la DINOES el Coronel Armando Martínez que en el término de la distancia “sírvase disponer el apoyo de cien 100 efectivos PNP a la DIRTEPOL – Arequipa, para el mantenimiento del orden público. Por haberse producido disturbios y bloqueos de vías públicas (Panamericana Sur) en dicha demarcación territorial, sobre el particular sírvase efectuar coordinaciones directamente con el XI-DITERPOL con carácter urgente”. Esta orden no la cumplió el Coronel Armando Martínez Jefe de la DINOES de enviar el personal solicitado y nunca hubo coordinaciones conmigo. Con oficio Nº 278/2008-XI-DITERPOL-EMOFIPLOPE del 13 de junio, se solicita al General Julio Vergara Herrera Director de la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales el apoyo de 300 efectivos policiales de la DINOES, con la finalidad de garantizar el mantenimiento del orden público en la ciudad de Moquegua, con motivo de la huelga general indefinida. El General Julio Vergara Herrera nuevamente le ordena al Coronel Armando Martínez con Orden telefónica Nº 2243-2008-DIREOP-PNP-EM/SEC, del 13 de junio a horas 23:36 para que en el término de la distancia sírvase disponer el apoyo de cien cincuenta 150 efectivos PNP (no los 300 que se solicitaba) de la DIROES con su equipo completo los mismos que serán trasladados por tierra a Arequipa y luego con avión Antonov de la Dirección de Avión Policial a la DIRTEPOL-Arequipa, para apoyar en los servicios de mantenimiento del orden público. Esta orden no la cumplió el Coronel Armando Martínez ya que solamente envía de los 300 efectivos solicitados 196 DINOES el 15 de junio, a horas 14:00 al mando del Coronel Clever Vidal. El resto del personal DINOES recién llega el día 16 de junio a horas de 11:30, demasiado tarde.

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Solamente contaba el 15 de junio, con 196 efectivos de la DIREOP, 200 efectivos de la USE Arequipa. Los 400 efectivos de la USE –Lima, llegan a distribuirse de la siguiente manera: El 15 de junio llegan en la mañana a Ilo 100 efectivos y a horas de la tarde a Tacna 300 efectivos de la USE-Lima, embarcándose en horas de la noche a Moquegua, llegando el día 16/Jun a las 07:00, ubicándose a dos kilómetros del Puente Montalvo, el personal del Comandante Jorge Luis Briones Silva Jefe de la USE- Región Policial de. Arequipa con 100 efectivos llegó el día 16 de junio a las 6:30, cerca al túnel de Moquegua, para desplazarse posteriormente a Senasa. En el operativo se tuvo en cuenta lo dispuesto por el DGPNP Salazar Miranda en la orden telefónica Nº 1194-2008-DgPNP-Ceopol-Jo. Del 15 de junio a las 10:26, la cual indicaba “De conformidad al documento de la referencia el General DIREOP, deberá formular el respectivo Plan de Operaciones, a fin de que la operación de Desbloqueo en la zona de Moquegua e Ilo, se encuentre garantizada de la previsiones necesarias antes, durante y después del evento, para evitar un COSTO SOCIAL y asegurar que el accionar Policial se ejecute con el debido respeto a los DD.HH. prudencias y sin excesos”. Los responsables que el personal policial de Lima no llegue a tiempo al operativo del desalojo del Puente Montalvo en Moquegua, fueron el General PNP Javier Uribe Jefe de la VII-DIRTEPOL-Lima y el Coronel Armando Martínez Salazar, Jefe de la DINOES. De acuerdo a la orden telefónica Nº 1198-2008-DGPNP-Ceopol-Jo, se dispone directamente que el general de la VII-DIRTEPOL-Lima, así como el Jefe de la DINOES, deberán tomar todas sus previsiones y garantías de Seguridad para el traslado de sus efectivos de Lima a Moquegua (300 DINOES y 400 USE-VII- Lima). El General de la VII – DIRTEPOL Lima, no cumplió lo dispuesto por el Director General, al no tomar las precauciones en el traslado de su personal a Tacna y no tomar sus providencias del caso sobre abastecimiento, alimentos, gasolina, etc. Esto demoró las operaciones, ya que el Coronel Jefe de la Región Tacna tuvo que asumir esa responsabilidad.Y el Jefe de la DINOES-PNP tampoco cumplió con la orden del DGPNP de trasladar hacia Moquegua los 300 efectivos policiales, pues solamente llegaron 196 efectivos el 15 de junio, y los restantes llegaron el 16 de junio a las 11 cuando ya era demasiado tarde. De acuerdo a lo detallado se puede apreciar que el comando nunca envió el personal solicitado a tiempo y al no tener el personal policial completo se evitó el desalojo, ya que también había una orden telefónica emitida por el DGPNP Octavio Salazar en la que disponía que “se encuentren garantizadas las previsiones necesarias antes, durante y después

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del evento, para evitar COSTO SOCIAL y asegurar que el accionar Policial se ejecute con el debido respeto a los DD.HH., prudencias y sin excesos”. No se tomó ninguna previsión para retirar el fierro soldado ya que no se previó equipos de soldadura para demostrarlo, situación que se puso de manifiesto en el momento que el Coronel Salas de la USE-LIMA, desbloqueó temporalmente el Puente Montalvo sin poder retirar dicho riel. —En relación al fierro que fue soldado en el puente, como se puede deducir, la población estaba en contra de cualquier apoyo a la policía. Sin embargo, pese a lo que sucedía, dispuse mis previsiones con relación al fierro soldado ya que en el vehículo que tenía a mi disposición, contaba con cincel, sierra para fierro y combas, (no se podía traer una máquina cortadora ya que en el lugar no había energía eléctrica y la gente no lo permitía). El motivo por el que no se pudo sacar el fierro fue la cantidad de manifestantes en el puente atacando permanentemente. El personal USE-Lima, avanzó protegido por sus escudos, logrando llegar al Puente Montalvo después de un tenaz enfrentamiento, en el que se registraron varias bajas entre el personal policial producto de los proyectiles lanzados con las waracas y hondas de jebe con intenciones criminales.Ya en el Puente Montalvo ofrecieron fuerte resistencia, pero se logró disolviendo a los revoltosos, cruzar el puente, liberándolo momentáneamente. Encontraron a medio puente el riel atravesado y bien soldado; la presión era fuerte por la retaguardia, y al parecer la intención era emboscar al personal policial en pleno puente, motivo por el cual el personal se retiró hacia las instalaciones del peaje, ubicado a ciento cincuenta metros aproximadamente del lugar. También es importante acotar que la operación ya había abortado a las 04:30 de la madrugada, dando la orden que el personal debería de mantenerse alerta y vigilante en sus puestos. Quien dio la orden para que el personal de la USE-Lima avance al Puente Montalvo fue el DIRGEN. En ese momento, yo me encontraba retenido. El personal de USE-Lima, solamente contaba con tres bombas lacrimógenas por efectivo, por lo tanto no estaba en condiciones de oponer resistencia en el puente. Y si la investigación al interior de la policía buscaba vanamente justificar la decisión política de imputarme la culpa de lo que aconteció en el “Moqueguazo”, el informe que rindieron el Ministro del Interior y el Director de la Policía –ante la Comisión Permanente del Congreso de la República– no era menos impresentable. Allí simplemente se mintió sin la menor vergüenza y con el mayor descaro. Ahora que el lector está más familiarizado con lo que verdaderamente ocurrió en Moquegua, podrá advertir el cinismo de lo que se dijo en la 16 sesión vespertina del 14 de julio, bajo la presencia de los congresistas Luis Gonzales Posada y Martha Moyano.

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El Ministro del Interior hizo allí esta breve exposición: “Para que se den las explicaciones de carácter profesional y de modo pormenorizado sobre la planificación y ejecución del mencionado plan de operaciones, le solicito, señor Presidente, que tenga a bien conceder la palabra al General Salazar Miranda, quien me acompaña. El podrá hacer las precisiones y dar cuenta de las personas que participaron, cuáles fueron las directivas que se aprobaron, de qué manera este plan se llevó a cabo y de qué manera hubo dificultades en su aplicación. “Pero antes que haga uso de la palabra el general, si usted lo permite, quisiera hacer algunas precisiones. No podemos negar que la operación para restablecer el orden público en Moquegua fue fallida y que, a raíz de ello, se ha erosionado la credibilidad sobre la capacidad institucional de la Policía Nacional, Sin embargo, considero que la institución policial, que tiene una fecunda y centenaria existencia, no debe ser juzgada por un acontecimiento desafortunado, sino a través de un balance objetivo, en que los saldos, sin lugar a dudas, le son ampliamente favorables. Si usted lo permite, señor Presidente, cedo la palabra al General Octavio Salazar.” Luis Gonzales Posada: Tiene la palabra el General Octavio Salazar. Octavio Salazar: “Señor Presidente y señores representantes del Congreso Nacional: frente a la alteración del orden público que ha expuesto el señor Ministro del Interior, se hizo imperativa la intervención de la Policía Nacional, con mayor capacidad operativa, sujetándose por supuesto a la normatividad legal y a los lineamientos de política impartidos por el señor Ministro del Interior. Al respecto, se consideraron las acciones de planeamiento, ejecución y evaluación conforme paso a detallar. Planeamiento: con la orden telefónica respectiva, se dispuso que el Director de Operaciones Policiales, General Julio Vergara, formulase el plan de operaciones correspondiente, señalándole en dicha orden los lineamientos de política institucional enmarcados en nuestras directivas y leyes que rigen sobre el particular. La Dirección de Operaciones Policiales como responsable de la planificación, organización, coordinación, ejecución y evaluación de los operativos policiales que despliega la institución policial en el ámbito nacional, en el desempeño de su campo funcional, dispuso –con orden telefónica– que la XI Dirección Territorial formule la orden de operaciones respectiva sobre la base del Plan General Restablecimiento del Orden Público, en vigencia, que considera la ejecución de operaciones policiales orientadas a mantener y/o restablecer el orden público ante graves alteraciones, utilizando las fuerzas necesarias.

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La XI Dirección Territorial Arequipa, al mando del General Alberto Jordán Brignole, como responsable del mantenimiento del orden público en el espacio geográfico que comprende su jurisdicción territorial, formuló la orden de operaciones Restablecimiento del Orden Público Moquegua 2008 Nº 038, del 15 de junio, que fue aprobada por la Dirección de Operaciones Policiales, que jefatura el General Julio Vergara. (Lo real y concreto es que el General Salazar omitió dolosamente indicar que la DIREOP no formuló la Orden de Operaciones Específica, que el General Vergara me ordenó y, lo más escandaloso, que me dieron 4 horas con 43 minutos para formular la respectiva orden de operaciones y que la aprobaron en menos de dos horas, violando todos los procedimientos). La precitada orden de operaciones considera la misión que se cumplirá, la organización de las fuerzas y los lineamientos tácticos que deberán observarse durante el desarrollo del operativo policial, con la finalidad de cumplir a cabalidad la misión asignada.

Misión Señala claramente el objetivo por alcanzar, es decir, qué es lo que está disponiendo el comando a efectos que se dé cumplimiento estricto. Reza la misión en los siguientes términos: “La XI Dirección Territorial, el día “D” a horas “H”, ejecutará operaciones policiales de mantenimiento y restablecimiento del orden público, así como desbloqueo de vía, para mantener libre la circulación vehicular y peatonal en el ámbito de la región Moquegua, con motivo del paro regional convocado por gremios y autoridades de dicha región; desplazando personal policial de control de disturbios y de operaciones especiales a los lugares afectados”. Posteriormente, se dispuso que el comando operativo ejecutase el operativo policial el 16 de junio a horas tres de la madrugada. (Tal como se puede verificar, el General Salazar omite descaradamente decir que la operación de desbloqueo se planeó para la medianoche, y que el cambio de hora para las tres de la madrugada se debió a mi insistencia de postergarla, ya que el personal de apoyo para el operativo no llegaba, y yo trataba de buscar una solución dialogada con los dirigentes del paro. Omitió decir también que le advertí insistentemente que el operativo debería suspenderse porque caminaba al desastre, como en efecto se produjo, por las razones que he referido anteriormente y que demuestran a plenitud que el General Salazar es el único responsable de lo sucedido en Moquegua, por no haber tenido la capacidad de liderazgo para este tipo de operaciones).

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Organizaciรณn Para cumplir dicha misiรณn se organizรณ al comando operacional y se comprometiรณ a fuerzas regulares, fuerzas operacionales y personal especializado en el รกrea de inteligencia, conforme se detalla a continuaciรณn:

Comando Comando General: General Julio Vergara Herrera, director ejecutivo de Operaciones Policiales, con la tarea de efectuar el planeamiento general, direcciรณn, coordinaciรณn, seguimiento y evaluaciรณn de la operaciรณn policial. Comando Operativo: General Cรฉsar Jordรกn Brignole, director de la XI Direcciรณn Territorial Arequipa, con la tarea de efectuar el planeamiento especรญfico y de conducir la operaciรณn policial en el รกrea de su responsabilidad, disponiendo las acciones que cada situaciรณn particular requiera para el cumplimiento de la misiรณn. Jefe Operativo: Coronel Vicente ร lvarez Moreno, jefe de la Regiรณn Policial Moquegua, con la tarea de ejecutar la operaciรณn policial, velando por el fiel cumplimiento de la misiรณn, por la seguridad del personal y del equipo policial. Fuerzas propias: Regiรณn Policial Arequipa, Moquegua y Tacna. De apoyo: fuerzas de Control de Disturbios y de Operaciones Especiales. Direcciรณn de Operaciones Especiales: 300 efectivos. (Sรณlo llegaron 196). Unidad de Servicios Especiales de Lima: 400 efectivos. (Sรณlo llegaron 300 a Moquegua el 16/06/2008 y 100 a Ilo). Unidad de Servicios Especiales Arequipa: 150 efectivos. (En realidad llegaron 200 el 13/06/2008). Unidad de Servicios Especiales de Cuzco: 50 efectivos. (No llegaron). Unidad de Servicios Especiales de Puno: 50 efectivos. (No llegaron). Total 950 efectivos. (Sรณlo se contรณ en Moquegua con 696 y en Ilo con 100).

Fuerzas de Control Territorial X Direcciรณn Territorial: 300 efectivos. (No llegaron). XII Direcciรณn Territorial: 200 efectivos. (No llegaron). Regiรณn Policial Arequipa: 300 efectivos. (Sรณlo llegaron 100). Regiรณn Policial Tacna: 100 efectivos. (No llegaron). Regiรณn Policial Moquegua: 100 efectivos. (Llegaron). Total: 1 000 efectivos de fuerza, de reserva, de control territorial.

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Personal de Inteligencia de la Dirección de Inteligencia: 20 efectivos. (No llegaron. Sólo llegaron 4 efectivos de Inteligencia el 16/06/2008, cuando ya eran inútiles). (El General Salazar tiene una manera curiosa de contabilizar la cantidad de policías que actuaron en el “Moqueguazo”: cuenta los efectivos que debieron estar, no los que realmente estuvieron).

Lineamientos Tácticos La mencionada orden de operaciones considera también lineamientos tácticos a los cuales debe sujetarse el control policial comprometido en el operativo policial bajo la conducción del Comando Operativo, en este caso, el General Alberto Jordán Brignole.

En el área de Inteligencia Intensificar el esfuerzo de búsqueda de información, a fin de identificar y capturar líderes y/o agitadores que promuevan acciones tendientes a la alteración del orden público. Para tal efecto, se contará con apoyo de personal especializado y adecuado en la Dirección de Inteligencia Policial. Efectuar filmaciones sobre líderes, agitadores y personas que cometan ilícitos penales, a fin de ser utilizados como elementos de prueba en los procesos penales. (Es increíble cómo se puede sostener que el personal del servicio de Inteligencia policial actuó con eficiencia, cuando ya se ha demostrado con pruebas contundentes que no hubo ninguna participación de Inteligencia en el conflicto de Moquegua y su ausencia fue una de las principales causas por las que justamente fracasó la operación, porque sin la presencia de este personal en este tipo de operaciones, es ampliamente conocido que no se tiene éxito).

En el área de Operaciones Determinar la población numérica en el lugar del conflicto, a fin de prever la cantidad de personal policial que deberá emplearse. Utilizar durante el desbloqueo, en la zona de acción, personal de la USE de operaciones especiales y de reserva, pero no al personal de orden público. Organización táctica de las fuerzas: grupos de contención y seguridad, grupos de choque, grupos de levantamiento de escombros y evidencias. Emplear helicópteros con personal de la Unidad de Servicios Especiales en el momento adecuado de la operación. Ejecutar la operación planeada con sincronización, firmeza y rapidez, a fin de aprovechar el factor sorpresa. El éxito de este operativo se basará, entre otros aspectos, en el factor sorpresa. Solicitar la participación del Ministerio Público para garantizar la legalidad de la intervención policial.

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(Aunque es ocioso comentar punto por punto tantas falsedades, no sé qué cálculos pudo hacer el comando policial para enviar menos de un millar de hombres desarmados, desorganizados y con oficiales que desobedecían órdenes, para controlar a una masa enardecida y muy bien organizada, estimada en 25 000 atacantes). En el área de Logística (agentes químicos, equipos y otros): Garantizar el abastecimiento suficiente de agentes químicos, equipos antimotines, pertrechos y otros, considerando la reserva indispensable. Prever que todo el personal policial designado para intervenir en la zona de acción deberá estar premunido del material lacrimógeno en cantidad suficiente. (Ya se sabe que todo esto es otra mentira escandalosa. La operación de Moquegua fue un desastre precisamente por la alarmante falta de material lacrimógeno y equipo antimotines para la protección del personal policial, el gas lacrimógeno tenía la fecha de vencimiento largamente superada y no funcionaba, al extremo que algunos policías las usaban como armas contundentes, es decir, como si fueran piedras debido a que las bombas no cumplían las funciones mínimas que se requieren para este tipo de operativos).

Armamento y munición No se emplearán armas de fuego durante la presente operación policial, situación que será verificada por el Ministerio Público mediante acta. Las armas de fuego serán llevadas únicamente por el personal expresamente autorizado, como es el caso de la Dirección de Operaciones Especiales, a través de la fuerza de intervención rápida, que actúa cuando el personal antimotines es desbordado. (Aquí cabe preguntarse ¿dónde estuvieron las fuerzas de intervención rápida que menciona impávidamente el General Salazar cuando el personal antimotines fue desbordado? Pero el asunto es peor: ninguna fuerza hubiera podido parar esa brutal embestida a menos, claro, que se hubiese empleado fuerza letal indiscriminadamente).

Comunicaciones La red de comunicaciones institucional de la XI Dirección Territorial.

Ejecución Como ya se informó, las operaciones policiales debieron iniciarse a las tres de la mañana. Sin embargo, por razones que son objeto de investigación, el General Alberto Jordán decidió continuar el diálogo que había iniciado la noche anterior, yendo a la parroquia

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a entrevistarse con las personas que habían programado dicho paro. Sus efectivos fueron designados para que concurran al Puente Montalvo. Posteriormente, el general se traslada al Puente Montalvo con un grupo de suboficiales –lo que es motivo de investigación–, siendo emboscado por un grupo de personas alteradas, lo que motiva que dichos efectivos policiales y el general fueran secuestrados por estas personas. (El General Octavio Salazar trata aquí de hacerse el sorprendido, diciendo que es materia de investigación averiguar la razón de mi insistencia en negociar. El sabe perfectamente que mi intención era evitar un baño de sangre en Moquegua, con cientos de muertos y heridos. La mayor parte de ellos hubieran sido policías, simplemente porque estaban en inferioridad numérica, no portaban armas y sus equipos antimotines no funcionaban. Por el lado contrario, los manifestantes contaban entre sus filas con reservistas aguerridos y entrenados que estaban armados con palos, piedras, hondas, botellas rotas, fierros, machetes y cuanta arma contundente se pueda imaginar, lo que demuestra y corrobora que la actitud que se tomó fue la más atinada, sobre todo porque me encontraba en el lugar de los hechos y que en su oportunidad se informó sobre lo que sucedería, y sin embargo la superioridad no hizo absolutamente nada para evitarlo). (Por otro lado, no decidí, motu propio, continuar el diálogo. Solicité y obtuve la aquiescencia del DIRGEN. De otro modo habría cometido simple y llanamente insubordinación.Y eso no está en el tapete). (Decir que mi opción por el diálogo es “objeto de investigación” es, cuando menos, una felonía, sino una insinuación torpe y malintencionada que encubre una velada acusación. Acusación que no se atrevió a formular porque lo enredaría en su propia telaraña. Y lo extraño del caso es que ningún congresista pidió un esclarecimiento sobre esta sinuosa declaración. El General Salazar no pudo acusarme directamente, pero se dio maña para dejar en el aire una sensación de culpabilidad hacia mi persona. Estas habilidades del sagaz general para insinuar supuestas responsabilidades con evidente conocimiento que son falsos, podrían explicar muchos misterios aún no resueltos en el conflicto de Moquegua; especialmente su supervivencia en el escenario político pese a tantos problemas y desatinos que ha tenido en el curso de su carrera policial). (Si se lee con detenimiento la amañada redacción del párrafo, el habilidoso general insinúa, como quien no quiere la cosa, que mientras mis efectivos iban en cumplimiento de su deber al teatro de las operaciones (el Puente Montalvo), yo me iba extrañamente a la parroquia. De esta manera intenta presentarme como un oficial extravagante, callando

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las dramáticas razones que me movieron a desestimar el enfrentamiento y optar por una solución negociada. Nunca dijo que yo fui a la parroquia a tratar de evitar una masacre. Su burda manera de tratar de empañar mi conducta para salvar su pellejo es uno de sus indiscutibles “méritos” personales). (Con el cinismo de siempre Salazar sorprende al informar a la Comisión Permanente del Congreso, que el General Jordán se traslada al Puente Montalvo con un grupo de suboficiales —lo que es motivo de investigación—, siendo emboscado por un grupo de personas alteradas, lo que motiva que dichos efectivos policiales y el general fueran secuestrados por estas personas. Como el General Salazar pudo engañar a la Comisión Permanente del Congreso, porque no les dijo la verdad que me constituí a la zona de acción del “Puente Montalvo” para dar cumplimiento a lo dispuesto por él en la Orden telefónica Nº 1194-2008-DGPNP-CEOPOL-JO, del 15/JUN/2008, en la cual indica “La zona de acción estará bajo el mando directo del Sr. General PNP– Director de la XI – Dirtepol – Arequipa.- De su estricto cumplimiento. Acuse Recibo. Fdo. Director General de la PNP”. En el lugar que nos retienen no había un grupo de personas, eran más de un millar y yo me encontraba con 30 efectivos desarmados por orden de Salazar y solamente teníamos bombas lacrimógenas pasadas. Esto está más claro que el agua, ya que mi sentencia estaba dada con anticipación me encontraba entre la espada y la pared, ya que si no iba me denunciaba y si iba corría el riesgo que me tomen como rehén o que me maten, pero opte por lo ultimo con el único afán de evitar muertes que lamentar tanto de la parte civil como en lo policial. Como así fue, algo que Salazar no calculó). (El General Salazar con esta actitud consiguió lo que buscaba sacarme de la carrera policial, ya que un general nunca debe de estar en la zona de acción, siempre debe de dirigir las operaciones desde su Central de Comando, la misma que está situada a una distancia prudencial de la zona de acción). (Para mí lo extraño del caso es que nadie le preguntó nunca qué hubiera pasado si se realizaba el operativo, tal y como estaba planeado y con esa escasez de efectivos y de material antimotines).

Evaluación (Esto fue lo único que pudo decir sobre la evaluación del conflicto): Actualmente la Dirección de Operaciones Policiales viene efectuando una evaluación sobre la ejecución de la operación policial en referencia, cuyo resultado pasará a generar doctrina policial, que sirva como base para orientar y enriquecer estratégica y tácticamente las operaciones policiales futuras.

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Nunca me llamaron para explicarle los pormenores del operativo para que no se cometan errores en las siguientes operaciones policiales. Lamentablemente, las palabras “marketeras” del Director de la PNP General Salazar Miranda, ante la Comisión Permanente del Congreso, al decirles “que el resultado pasará a generar doctrina policial, que sirva como base para orientar y enriquecer estratégica y tácticamente las operaciones policiales futuras”, sonaron como burla a la majestad del Congreso de la República. Ya que nunca se hizo casuística de lo sucedido en Moquegua, se cometieron graves errores en otros Operativos Policiales. Le pregunto General Salazar ¿Usted cree que el resultado de los Operativos Policiales del Parque Pómac, de Bagua y de Chala después del “Moqueguazo” generaron doctrina con el saldo de 41 hogares huérfanos?

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Todos aman la vida, pero el hombre valiente y honrado aprecia más el honor. William Shakespeare

Recuerdos del futuro*

L

a situación en que se encuentra nuestra policía por la desidia de quienes tienen la responsabilidad de administrarla y dirigirla desde el Ministerio del Interior y la Dirección General de la PNP es crítica; y a grandes males grandes remedios. Ha

llegado el momento de encarar con valentía este grave problema nacional. La mayoría de los Oficiales están esperando que el Estado les brinde los recursos necesarios para suplir carencias de recursos en infraestructura, equipos, vehículos, etc., eso debería ser lo correcto pero no es así, en mis 31 años de servicio como oficial casi nunca el Estado se ha preocupado del bienestar y logística del personal, siempre han sido chispazos, es por eso que desde cadete nos decían “que el cadete es mago”, como una forma de hacernos entender que no deberíamos esperar mucho del Estado, por lo tanto la policía realmente “sobrevive” gracias al apoyo de algunos empresarios y la comunidad en general, sino fuesen por ellos la policía estaría en peores condiciones que las descritas en el Reporte del Segundo Informe de Supervisión Nacional de Comisarías en el Perú (Octubre 2010), es por eso que el oficial debe de recurrir a alianzas estratégicas y con ingenio buscar el apoyo logístico de la sociedad. Hay medidas que se pueden ejecutar solamente con lo que se tiene y además, con ingenio buscar el apoyo de la sociedad. No manejan a la policía empresarialmente, no realizan las reingenierías necesarias para optimizar la calidad del servicio policial, no buscan el apoyo de la sociedad ni forman las redes de apoyo o las alianzas estratégicas necesarias que demuestren que existe una acción de gestión por parte de ellos. Muy pocos lo hacen. Por ejemplo, trabajando en uno de mis proyectos me preguntaba ¿Cómo puede ser que la Dirección de Logística tenga 560 efectivos? Calculando a mil soles por efectivo, son 560 000 soles. Y mensualmente el Estado le da a Logística, para comprar, S/. 6000 00 aproximadamente. ¿Cómo es posible que sus planillas sean casi igual a su presupuesto? De acuerdo a este procedimiento toda empresa fracasa o quiebra, no habiendo un programa estructural que indique lo que se va a hacer cada año.

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No hay un plan general a mediano y largo plazo. En todos mis proyectos figuraban convenios para obtener recursos o capacitación. En el caso de la Dirección de Logística, la idea era disminuir los efectivos de 600 a 60, capacitando en tecnología de punta a los que se queden, seleccionándolos por su capacidad. Y el resto saldría a la calle a combatir a la delincuencia y dar seguridad a la ciudadanía. En las conversaciones tenidas con algunos empresarios, había comprobado que sí era posible obtener capacitación tecnológica de firmas importantes a cambio de brindarles seguridad, que es lo que sabemos hacer. Yo lo llamaba Seguridad por Tecnología, pero hay miedo a hacer eso debido a que hay muchos intereses económicos de por medio para seguir manteniendo inútiles burocracias al interior de la organización policial. Cuando reduzcas a 60 ya no van a existir mafias. Al igual que en la expedición de partidas en las municipalidades, todo estaría automatizado. Debemos unirnos para conseguir que la PNP sea integrada, sólida y que tenga un solo fin, la de darle seguridad a la ciudadanía, principalmente a través de la prevención del delito; pero hoy los mandos policiales asumen y apoyan incondicionalmente las mismas opiniones y acciones populistas y efectistas de los políticos, haciendo creer a la población que la solución al problema de la inseguridad ciudadana es dotar de más recursos a la policía, pero, sin embargo, por más voluntad que haya para apoyarla logísticamente, eso no soluciona el problema de la creciente criminalidad, porque está fallando uno de sus principales componentes, que es la misma Policía Nacional. El denominado “Acuerdo por la Seguridad Ciudadana” presentado por el Ministro del Interior el 7 de octubre de 2010, así lo demuestra, se trata de un documento mediante el cual se pretende comprometer a los Alcaldes a brindar recursos logísticos a la Policía lo que se llama la “conducción política” de la seguridad ciudadana, dejando a la Policía la “conducción operativa”, es decir nada nuevo. Debemos buscar soluciones para la captación de jóvenes que desean ser futuros policías, uno de los problemas de nuestro país es que hay jóvenes que tienen el deseo de ser policías pero que no cuentan con los medios económicos suficientes para poder realizar su sueño, quedándose muchos sin poder alcanzar este anhelo, por lo tanto se debe proponer que en las próximas convocatorias a las escuelas para suboficiales del país el estado subvencione el pago del ingreso de los futuros policías en su tres años de formación en la escuela, previo exámenes de ingreso de acuerdo a las normas que la Dirección de Educación de la Policía exige, la diferencia sería que cuando se reciba el alumno como suboficial de la policía comience a devolverle al estado lo que se invirtió en su formación, esto podría ser descontado de su sueldo en 5 ó 10 años. Esto nos permitirá tener una mejor selección, ya que hay personas que no postulan a la carrera policial porque no cuentan con los medios económicos suficientes.

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Otra de las formas de captación de los mejores aspirantes a policías, sería el de establecer becas: completa y media beca. La beca completa para los postulantes procedentes de los primeros y segundos puestos de los colegios nacionales y particulares. Medias becas, para los diez primeros postulantes que ingresan mediante examen regular en el Cuadro de Mérito. También sería muy conveniente dejar de lado actitudes “lombrosianas” del pasado, dejando sin efecto las causales de eliminación a las que actualmente se someten a los postulantes, como son: tener cicatrices, lunares, tatuajes o defectos en la alineación maxilar del rostro, un kilo de peso demás o de menos al señalado en el prospecto, etc. Otras de las formas de incrementar personal en las calles es la de aplicar la administración de personal utilizando los recursos que uno mismo tiene. Uno de mis proyectos era contratar personal policial que sale al retiro por tiempo de servicios o a su solicitud. El policía que sale entre los 50 y 60 años, es experimentado y con conocimientos valiosos en las diferentes especialidades de la función policial, lo cual debería ser aprovechado por el comando. Este personal en retiro se le debe de contratar para que preste servicios administrativos como en la central de emergencia 105, unidades administrativas, comisarías, etc. Para poder ejecutar este proyecto en bien de la seguridad ciudadana, se debe modificar la Ley N° 28857, del Régimen de Personal de la PNP. Hoy la policía moderna tiene un concepto mucho más amplio de lo que significa la prevención del delito, incorporando nuevos espacios de trabajo a su quehacer diario, participando activamente en los modelos de prevención situacional, prevención social, prevención comunitaria, prevención multi-agenciada, sistemas geo referenciales del delito, observatorios y mapas del delito, policía comunitaria, vigilancia comunitaria, técnicas de acercamiento a la comunidad, técnicas de identificación de factores de riesgo, etc., pero además junto a todo este nuevo proceso de trabajo, vemos que el desarrollo de la actividad policial moderna ha transformado los fundamentos tradicionales de lo que se entendía por prevención del delito y que fue lo que nos enseñaron en la Escuela de Oficiales de la Guardia Civil y por lo cual creíamos que éramos los titulares de la prevención del delito, ahora ya no es así, hoy es necesaria la participación de otras agencias cooperantes, entre ellas las Municipalidades y la misma ciudadanía para integrar ese todo que se llama Prevención. Las técnicas que utiliza la policía hoy en día para la prevención del delito ya son obsoletas, no funcionan y por más policías que se pongan en la calle y por más recursos que se les dote no funcionarán, en cambio las municipalidades aplican información mucho más moderna y tecnología mucho más adecuada. Lo que se debe propender en todo caso es a ese gran cambio de la cultura policial, nueva doctrina, nueva filosofía y nuevos procedimientos de trabajo en materia de prevención del delito, lo que debería ser la

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preocupación principal de la PNP y aprovechar los recursos de los cooperantes entre ellos las Municipalidades para engrandecer el principal camino contra la criminalidad: La Prevención. A partir del 2012, si es que sigue respetando el cronograma de aplicación del Código Procesal Penal, será el Ministerio Público quien asumirá en todo el Perú la responsabilidad de la investigación criminal; la Policía tendrá como principal tarea la prevención del delito. La Policía Nacional debe avanzar en este camino y no permitir que sea utilizada políticamente para reprimir a la población. Muchas veces a los gobiernos solo les interesa la policía en tanto le sirvan como garantes de la solución de conflictos sociales que he vivido en carne propia, en cambio no le interesa lo que pueda hacer para prevenir el delito. A quien le corresponde cambiar entonces es a la misma Policía. Otro aspecto donde hay que luchar, es por la disciplina de la institución policial. Hoy en día hay malos ejemplos de indisciplina en oficiales y subalternos; esto se debe a que el régimen disciplinario de la PNP no se aplica por igual a todos. Uno de los casos más negativamente emblemáticos es del Director General de la PNP, Teniente General Miguel Hidalgo Medina, quien el 21 de enero de 2010 fue grabado saliendo de un hostal con una mujer no identificada y utilizando irregularmente un vehículo oficial El video se hizo público el 16 de marzo, y para vergüenza de la institución después de meses el caso no se ha resuelto, lo que quiebra aspectos éticos y morales y el régimen disciplinario vigente. El General Hidalgo no ha hecho honor a su apellido y no ha tenido la “hidalguía” de solicitar su pase a retiro, a pesar del daño causado a la imagen de la institución que juró defender; y más bien ha sido “premiado” con el Ministerio del Interior en una ceremonia sin brillo. A pesar de este y otros casos, el comando de la PNP sigue negando que haya una relajamiento en la disciplina policial; y mientras la ley y los reglamentos no sean iguales para todos, seguirán ocurriendo estos casos que lindan con el escándalo. Eso es lo que sostengo en la página www.dignidadpolicial.com.pe que he puesto al servicio de estos altos intereses de la Policía Nacional, y por la cual no he dejado de luchar, aun desde mi situación forzada de general en retiro. Los retos son grandes, y uno de los principales que habrá que enfrentar es el de la política. Algunos políticos no afrontan los problemas sociales, que cada día se presentan en todo el país y a veces son los que lo incentivan para que protesten ante la indiferencia en tratar de solucionarlos o en otros casos permanecen indiferentes e impasibles, para luego de hacerse efectivo la toma de carreteras, atentados contra la propiedad pública o privada, etc., es decir, no afrontan ni se preocupan por las causas que originan estos problemas, y cuando se efectivizan, recién se acuerdan y utilizan a nuestra Policía sin importarles que no tienen la dotación necesaria para hacerles frente a una población enardecida. El resultado es que hoy se ve una Policía

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quebrada por el poder político, mientras que, las organizaciones criminales aprovechan su falta de capacidad de respuesta y desorganización, ya que cada día se van debilitando sus especialidades y su profesionalismo, por el simple hecho que sus directivos miran a lo político y no a lo institucional. Por ello es que propongo un “Pacto Nacional por la Seguridad Ciudadana”, que sirva de inicio para la refundación de la Policía Nacional como única alternativa para lograr una institución que vaya a la par con el desarrollo del país que todos anhelamos. Es en este contexto que considero importante que se sepa todo lo que ocurrió en la Policía con relación a la conmoción social de Moquegua, porque esta peripecia es una radiografía de todo lo que anda mal en nuestra querida institución.

*Recuerdos del Futuro Nombre del libro de Eric Von Däniken (que encierra una paradoja), que motivó una película y varios especiales de TV

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La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida. Miguel de Cervantes Saavedra

Epílogo

F

uera del lirismo de esta fantasiosa promesa de evaluación, me gustaría saber realmente qué es lo que pasará a generar doctrina policial en este caso. ¿Qué ciencia o sabiduría, qué conjunto de ideas valederas, puede sacarse de este

embrollo donde pareciera que todo fue meticulosamente mal planeado? A mí siempre me pareció que esta promesa de mejorar el accionar policial fue un simple saludo a la bandera, un eufemismo para no decir que hemos fracasado y que mejor es pasar la página para no levantar más polvo, porque eso no le conviene a nadie. Y no me equivoqué. El “Moqueguazo” no le enseñó nada a la policía. No enriqueció ninguna doctrina para las posteriores operaciones policiales. Lo prueba trágicamente lo del Parque Pómac, 03 policías muertos por franco tiradores, lo de Bagua, donde el enfrentamiento arrojó el saldo de 24 policías salvajemente asesinados. ¿Alguno de mis irresponsables acusadores se ha preguntado cuántos muertos –entre civiles y policías– habría producido el enfrentamiento en Moquegua? ¿Seguirán pensando mis detractores que no debí buscar una solución negociada durante la crisis de Moquegua? ¿Después de lo de Bagua, se volverá a repetir de parte de las más altas autoridades del país que mi actuación dialogante, estuvo movido por el miedo al no haber reprimido violentamente a la población de Moquegua? El desastre de Moquegua no fue un error policial. Fue un craso error político.Y quienes debieron ser investigados en primera instancia fueron los políticos que no supieron resolver

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un problema social que les incumbía a ellos y no a la policía. Tan es así que, finalmente, fueron los políticos los que tuvieron que sentarse a la mesa de las negociaciones a resolver el problema, cuando ello debió haberse realizado antes de que se produzcan la protesta. Por ende el problema de Moquegua no era de competencia policial. Y aún en el supuesto negado que la represión policial allí hubiese sido exitosa, y que se hubiese logrado desbloquear sin muertos el Puente Montalvo y las vías, además de encarcelar a los principales dirigentes del paro, ¿Qué se hubiera logrado con eso? Absolutamente nada. ¿Alguien cree que los moqueguanos se hubiesen quedado con los brazos cruzados? No señor. Al día siguiente los bloqueos se hubieran multiplicado, el levantamiento se habría generalizado y la violencia se habría desatado en una espiral catastrófica. Moquegua no estaba protestando. Moquegua estaba en pie de guerra. Yo hacía de simple mensajero. Y nunca fue bueno matar al mensajero, como no es bueno buscar culpables para evadir cobardemente responsabilidades. Lo dice claramente la leyenda que cuenta que en un antiguo y remoto país del oriente había un rey muy cruel y por lo tanto, injusto. Todo aquello que lo fastidiara lo destruía de inmediato. Así también cada vez que recibía un mensajero proveniente de los confines de su reino, si éste le traía una mala noticia lo hacía matar de inmediato. De esta manera, confundiendo el mensaje con el mensajero y la realidad con la sombra de la misma, logró que nadie se atreviera a decirle lo que realmente pasaba. Fue así que ni siquiera se enteró de que había dejado de ser rey, tal era el pánico que aún provocaba ese tipo de comentarios. Fue así también que cuando su pueblo lo condenó a muerte ni el verdugo se atrevió a comunicarle la sentencia. Nadie sabe si tuvo tiempo de sorprenderse cuando su cabeza cayó sin anuncio previo. A dos años de la crisis de Moquegua, el “fallido” operativo policial no ha generado ninguna clase de doctrina, no ha orientado ni enriquecido ni estratégica ni tácticamente las operaciones policiales. Una vez que se cumplieron los pasos protocolares de un informe de conveniencias en el Congreso, y de una investigación interna que no llegó a ninguna parte, ya los involucrados en este desastre sólo esperan que el piadoso paso del tiempo haga prescribir el asunto. Y como siempre, tienen a los intereses políticos de su parte. A nadie le conviene que se remueva el asunto. No se aprendió nada, no se aprovechó nada, ni tampoco se discutió nada. ¿Alguien cree que este negro episodio ha sentado alguna especie de jurisprudencia? Claro que no, porque antes se hubiera tenido que señalar a los culpables, y ellos tendrían que haber merecido su respectivo castigo, de acuerdo a la normatividad vigente. También se habría tenido que castigar a los responsables

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políticos del “Moqueguazo”, por lo menos moralmente. Pero el silencio, venido de los misteriosos resortes del poder se ha impuesto, como emanación de un sistema que ha demostrado total incapacidad para reformarse a sí mismo. Desgraciadamente, en nuestro país se habla de reformar todo y, en realidad, no se quiere reformar nada. El problema policial es apenas un grano de arena de todas las reformas que deben hacerse para hacer viable este país. La tragedia de Bagua es un claro ejemplo de este drama. Como el asunto era mucho más grave que el de Moquegua, por la enorme cantidad de víctimas que generó, se formó una comisión cuyo dictamen arroja que todos tuvieron un poquito de culpa. La culpa entonces se diluye, y nadie es culpable de nada. La operación policial de Moquegua no fue pues base para absolutamente nada, como tampoco lo será la de Bagua, porque lo esencial es que todo el mundo quiere limpiarse de responsabilidades. Y siempre será así, porque la Policía continúa siendo un brazo ejecutivo del poder, y su dependencia de la autoridad política es extrema, a tal punto que un político puede disponer a su libre albedrío de un operativo policial sin tener experiencia en el manejo de este cuerpo tan especializado. Puede, y el “Moqueguazo” así lo demuestra, ordenar una intervención aun cuando esta no sea tácticamente posible. No existe un jefe policial que le diga a la autoridad política que determinada labor no se puede realizar, explicándole los motivos y revelándole las limitaciones y los peligros de una acción que no es razonable. Y eso es lo que ocurrió en el caso de Moquegua, donde la Dirección General de la Policía quería estar bien con Dios y con el diablo. Desgraciadamente, se suele premiar la obsecuencia y no el profesionalismo y la responsabilidad. Estos intereses juegan un nefasto rol protagónico en la policía, a tal extremo que cuando un oficial, como es mi caso, quiere acogerse a la verdadera doctrina policial, y actuar según el sentido común lo demanda, se sale del juego interesado de las conveniencias y merece ser castigado, perjudica el interés de quienes están al frente de una institución para actuar de manera irresponsable y oportunista. No es admisible que la policía tenga siempre que pagar las consecuencias de los errores políticos y lo que es más grave cuando no se han analizado ni modificado las condiciones del policía para el ejercicio de sus funciones. Lo único que ha quedado en claro de las investigaciones digitadas sobre las responsabilidades del “Moqueguazo” es que la manipulación política siguió obrando para exculpar al General Salazar.

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La investigación se inició en la Inspectoría General de la PNP, en la que el propio Inspector Luis Henríquez, luego de recibir pruebas de tres coroneles que incriminaban al General Salazar –admitiendo que recibieron órdenes suyas, en clara interferencia con mis órdenes– se inhibió de seguir con la investigación porque no podía investigar a un oficial de mayor jerarquía. Los coroneles que señalaron a Salazar como el autor de la orden de lanzar gases lacrimógenos a la multitud, contrariando lo dispuesto por el jefe del operativo, General Alberto Jordán, fueron Cléver Vidal, Armando Martínez y Edison Salas. El Inspector General, Luis Henríquez, le dice claramente en su informe al Director General, Octavio Salazar: “Evaluado dicho informe, se advierte una complejidad de referencias, que ameritan el esclarecimiento total de los hechos; significando que algunos oficiales, comprometidos en el restablecimiento del orden público y desbloqueo del Puente Montalvo-Moquegua, el 16 de junio , señalan haber recibido disposiciones expresas de su despacho; en virtud de lo cual, el suscrito de conformidad a la Ley de Régimen Disciplinario de la PNP, se INHIBE de continuar las investigaciones, solicitando que la instancia superior de control tome conocimiento y la culmine.” Pero, creyéndose omnipotente, el Salazar trató de presionar con prepotencia para orientar las investigaciones a su favor, devolviendo insolentemente el informe, y “ordenando” que la Inspectoría prosiga su investigación, con estas palabras: “…disponiendo que personalmente asuma la investigación Administrativa Disciplinaria, debiendo establecer las responsabilidades en los niveles de comando que corresponda, culminando en el plazo reglamentario.” Aquí se da el absurdo de que el principal acusado, el responsable de la debacle de Moquegua, el que hizo fracasar la operación y casi desata un baño de sangre monumental, ordena que se prosiga la investigación regular bajo su mando. Esto es algo que no tiene parangón probablemente ni en el régimen de terror de Stalin, ni en el III Reich de Hitler. Y para que no quepa duda de que hay amenaza de por medio, este general con vocación dictatorial, estampa al final de su memorando, no el protocolar “Dios Guarde a Usted.”, sino la intimidante frase en mayúsculas: “ACUSE RECIBO. Octavio Salazar Miranda, Director General de la PNP” Pero lo más curioso del caso es que el General Salazar no adjuntaba una opinión técnica sobre el asunto. El mismo se erguía en jurista experimentado, nadie sabe cómo, e invocaba

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arbitrariamente leyes y artículos que, según su dudoso saber y entender, justificaban su atropellada decisión de ser juez y parte. Por supuesto que la Asesoría Legal de la propia Inspectoría rechazó esta pretensión dictatorial, emitiendo finalmente su dictamen 1442 que culmina irrefutablemente con este párrafo: “Que, en el supuesto de estar incurso algún Oficial General de mayor grado que el Inspector General de la PNP, en aplicación del artículo 82 de la Ley Nº 27444, Ley de Procedimiento Administrativo General, en concordancia con la Ley ° 27238, Ley de la Policía Nacional del Perú y su reglamento, los presentes actuados deben remitirse a la Oficina de Asuntos Internos del Ministerio del Interior a fin de que emita pronunciamiento, respecto a la responsabilidad administrativo disciplinaria que corresponda.” El caso fue elevado a la Dirección de Asuntos Internos del Ministerio del Interior. Y entonces pasó lo que tenía que pasar. El invicto General Salazar, fogueado en las ardorosas lides de las relaciones públicas, los contactos, y de la obsecuencia con el poder, más que en su eficiencia como Director de la Policía, fue premiado por los servicios prestados a sus patronos políticos. Inauditamente –porque las pruebas demostraban todo lo contrario–, el informe del Ministerio del Interior concluye exonerando de responsabilidad al General Salazar y culpándome con 11 oficiales más como responsables de lo sucedido. No será ocioso anotar que la Dirección de Asuntos Internos estaba en ese momento a cargo del señor Carlos Chávez Pereda, funcionario de confianza y amigo íntimo del entonces Ministro del Interior Luis Alva Castro, para quien trabajó anteriormente en La Libertad. Salazar fue enviado luego como agregado a la Embajada de los Estados Unidos. Posteriormente, el propio Salazar fue nombrado Ministro del Interior por el mismo presidente que emitió un juicio anticipado sobre mi persona, sin tener otro testimonio que el de Salazar. ¿Pura coincidencia, o premio a la obsecuencia? El Coronel Armando Martínez fue premiado como agregado en Colombia, el Coronel Salas Zúñiga Edison fue enviado como Jefe de la Dirección de Operaciones PolicialesDINOES conjuntamente con el Coronel Clever Vidal. El General José Raúl Ubaldo Aliaga, que dirigió el desastroso operativo del Parque Pómac –donde murieron 3 policías– y los Generales Luis Muguruza y Javier Uribe, protagonista de los luctuosos de Bagua –donde murieron 23 policías y 10 nativos– fueron protegidos y siguen en actividad.

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En mi caso, por decir no a las órdenes absurdas de desalojar el Puente Montalvo a cualquier costo, donde se salvó vidas, mi premio fue que el gobierno me pasó al retiro. Finalmente, la sentencia del Tribunal Superior Militar Policial que me condenó a 18 meses de prisión condicional por negarme a desalojar violentamente el Puente Montalvo, fue anulada; pasaron cuatro meses para que la Sala de Guerra del Tribunal Supremo Militar Policial resolviera declararla nula, disponiendo poner los autos al estado de instrucción. Pero esta deshecha condena, es el mejor reconocimiento a mi irrestricto respeto por la vida y los derechos humanos. El querer condenarme por no manchar mis manos, ha sido una condecoración, porque a veces se presentan momentos cruciales en la vida en que la desobediencia es la única manera digna de transitar por los caminos de la libertad, la justicia y el honor. Mis padres me enseñaron a ser responsable, y he sido muy celoso de serlo durante mi vida profesional como policía. Cuando recibí la orden de ir a la zona de acción en el Puente Montalvo, orden que no se da a la investidura de un general, la cumplí sin dudas ni murmuraciones exponiendo mi vida pero sin perder la de nadie. Esta orden, concebida con fines de ambiciones subalternas, no logró su propósito ya que he salido incólume de esta canallesca confabulación, porque el Honor es mi Divisa.

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Anexos La sociedad civil Sembrando Valores, presidida por el doctor Manuel Benites Aranda, otorgó el último jueves, en el Club de la Unión, la medalla Madre Teresa de CalcutaPremio Nobel de la Paz al General PNP (r) César Alberto Jordán Brignole, quien, pese a que se le ordenó avanzar, dispuso el repliegue de los policías a su cargo, que en número era menor al de los manifestantes de la paralización ocurrida en Moquegua en junio del 2008. Los moqueguanos reclamaban por el canon minero y tomaron un puente. “Al General Jordán le otorgamos esta distinción en mérito a la defensa de la vida que ha mostrado siempre”, indicó Benites. “El Estado me dio un arma, no para matar sino para defender la vida”, manifestó Jordán. El Comercio, 5 de julio 2010. Discurso del General Jordán al aceptar la medalla “Madre Teresa de Calcuta-Premio Nobel de la Paz” Dr. Manuel Benites Aranda, Presidente Ejecutivo de la Sociedad Civil Sembrando Valores. Distinguidos miembros de Sembrando Valores. Queridos amigos, Señoras y señores: Recibo con profunda emoción y agradecimiento la medalla “Madre Teresa de Calcuta – Premio Nobel de la Paz”. De la misma manera acepto la generosa incorporación como Miembro Honorario de la Sociedad Civil Sembrando Valores. Acepto ambas distinciones a nombre de mi familia, inspiradora y guía de mi paso por esta vida; y también por los hombres y mujeres que sirvieron con honor y lealtad bajo mi mando. Desde muy joven cuando opté por la dura carrera policial e ingresé a la Benemérita Guardia Civil del Perú, me impresionó el lema de mi institución:“El Honor es su Divisa”.

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La palabra honor viene del latín y significa “la cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo”. Honor tuvo el Almirante Grau, cuyo nombre lleva esté hermoso salón, cuando combatió a toda la escuadra enemiga al mando del Huáscar. Con honor, murió el Coronel Bolognesi cuando cumplió su promesa de combatir hasta quemar el último cartucho. Con honor, cumplió su misión el Capitán Quiñones, aún a costa de su vida. Honor, tuvo el Alférez Mariano Santos en Tarapacá, y el Capitán Alipio Ponce en la quebrada de Porotillo. “El Honor es su Divisa” guió mis años de estudio como cadete y mi accionar como oficial. A lo largo de mi carrera policial tuve momentos difíciles; la sociedad me dio un arma para defenderla, pero no para usarla contra ella. La policía es una institución creada para la protección del ciudadano; es preventiva, es disuasiva, es respetuosa de la ley de los derechos humanos. Hay momentos en la vida de un policía en que uno debe tomar una decisión que puede salvar vidas aún a costa de la propia. Son momentos difíciles que no avisan. Como ustedes saben, a mi me tocó tomar una decisión muy difícil en Moquegua. Si cumplía con una misión mal planificada y sin la logística necesaria se Iban a perder cientos de vidas de civiles y policías. Mientras miraba a mis hombres heridos y ensangrentados frente a una multitud manipulada y enardecida tomé una decisión que significó el fin de mi carrera y que casi acaba con mi libertad. En este momento mientras leo estas palabras de agradecimiento y reconocimiento, mis hermanos policías combaten al narcoterrorismo en la selva; otros patrullan nuestras agrestes fronteras y en las ciudades vigilan calles y casas, protegiendo nuestras vidas a riesgo de las suyas. Mis pensamientos están con ellos. Nuestros hermanos policías también merecen esta medalla, porque son luchadores por la paz y la concordia de los peruanos. Quiero hoy día darle una satisfacción a mi madre por todos estos años de lucha, preocupación y por sus oraciones; agradecer en ella a mi padre por el ejemplo de vida que me dio, sus consejos y enseñanzas. Se que para él el trabajo no culmina ahora y desde el cielo vela por toda la familia.

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Agradezco a todos mis amigos aquí presentes por su cariño y su tiempo Me despido con una frase de madre Teresa de Calcuta: El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz. Recibo esta medalla con humildad y agradecimiento, dedicaré el resto de mi vida a ser digno de ella. Muchas gracias. ¡Viva la Policía,Viva el Perú!

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Documetos anexos

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Denuncia Policial en la Comisaria de Magdalena del Mar

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Atestado N° 06-DIRINCRI-PNP/DIVINSEC-D3 E3, por Delito Contra La Libertad - Violación de la Intimidad, denunciado a la Fiscalía Provincial Penal de Turno de Lima, donde en las Conclusiones se demuestra que el SOB. PNP Harry Tony ULFE MEDINA y otros aún no identificados, resultan ser presuntos Autores del Delito Contra La Libertad - Violación de la Intimidad, en agravio de mi persona y mi familia.

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Informe N° 006-2009-DIRCOTE-PNP/DIVITM-D4, Sobre resultado de la Investigación con relación a la denuncia presentada por el General PNP César Alberto JORDAN BRIGNOLE, por presunta acciones de reglaje por parte DD.TT. Donde en el punto “C” de las Conclusiones del presente Informe establece que si hubo presencia de efectivos y de vehículos policiales (motocicleta) por inmediaciones de mi domicilio.

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Informe Medico Nro. 862.08-DIRSAL-PNP/XI-DTP/ REGSAL-A-HRA-DM. DE 22 DE Junio del 2008, donde indica el motivo, de la no atenci贸n de mi persona en el Hospital de Polic铆a de Arequipa.

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El Informe Médico de la Clínica Anglo Americana, sobre la operación de la fractura de hueso radio.

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Reconocimiento Mテゥdico Legal Nro. 016684窶天 del 2170672008, del Instituto de Medicina Legal.

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Oficio N째 2198-2008-GRA/PR, del Presidente del Gobierno Regional de Arequipa, expresando su solidaridad.

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Primera Orden Telefรณnica Nยบ 1194 dada por el General PNP Octavio Salazar Miranda en forma directa al General PNP Alberto Jordรกn

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Segunda Orden Telefonica Nr. 1198 dada por el General PNP Octavio Salazar en forma directa al General PNP Alberto Jordรกn

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ร rdenes Telefonicas Nยบ 2254 donde el General PNP Julio Vergada Jefe Ejecutivo de Operaciones Policiales, dispone que el General PNP Alberto Jordรกn Brignole formule el Plan de Operaciones

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Memoramdun Multiples que fueron confeccionados por la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales - DIREOP-PNP, a todas las Dependencias Policiales de la Republica, despues del Operativo de Moquegua, subsanando los errores cometidos en el “Desalogo del Puente de Moquegua”.

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Oficio N° 05-2008-EMG-PNP/DIRASOPE-Sec. Del 22 Octubre 2008, dirigido al General PNP Carlos MATEO I TUEROS, Director de Telemática de la PNP y el Oficio N° 06-2008-EMG-PNP/DIRASOPE-Sec. Del 22 Octubre2008, dirigido al Ing. Carlos Alberto CHAVEZ PEREDA Director General de Asuntos Internos del Ministerio del Interior, donde Solicita levantamiento del Secreto de comunicaciones del General PNP César Alberto JORDÁN BRIGNOLE, no recibiendo respuesta de los oficios enviados.

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INSPECTOR GENERAL SE INHIBE DE CONTINUAR CON LA INVESTIGACIÓN Con relación al Oficio N° 130-2008-IGPNP/SP, del 04 de Setiembre del 2008, en el cual el Sr. General PNP Luís HENRIQUEZ PALACIOS Inspector General de la Policía Nacional del Perú, le dirige el oficio en mención al General PNP Octavio SALAZAR MIRANDA Director General de la Policía Nacional del Perú, en el que le indica que de acuerdo a las diligencias efectuadas en torno a la Investigación Administrativa-Disciplinaria ante la fallida intervención en la Ciudad de Moquegua, el 16JUN08, señalan haber recibido disposiciones expresas de su despacho, por lo cual el Inspector General se INHIBE de continuar con la investigación. Con Memorándum N° 001-2008-DIRGEN-PNP-SPA/A, DEL 19SET2008, el DIRGEN PNP le da respuesta al Oficio N° 130-2008-IGPNP/SP, del 04 de Setiembre del 2008, del Sr. General PNP Luís HERNIQUEZ PALACIOS Inspector General de la Policía Nacional del Perú, para que asuma personalmente como Inspector General PNP la Investigación Administrativa Disciplinaria debiendo establecer responsabilidades de Comando que corresponda y le adjunta dos hojas donde le indica que normas y consideraciones debe de tener en cuenta para la evaluación en la investigación de los hechos de Moquegua, como se puede apreciar el Director General de la Policía Nacional del Perú Octavio Salazar Miranda quiso orientar las investigaciones, es por eso que el Inspector General no acepta la injerencia en las investigaciones del Director General de la Policía Nacional del Perú, ya que las investigaciones lo comprometían en los sucesos de Moquegua, el Inspector no acepta dicha injerencia.

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Con Memorándum N° 001-2008-DIRGEN-PNP-SPA/A, DEL 19SET2008, el DIRGEN PNP le da respuesta al Oficio N° 130-2008-IGPNP/SP, del 04 de Setiembre del 2008, del Sr. General PNP Luís HENRIQUEZ PALACIOS Inspector General de la Policía Nacional del Perú, para que asuma personalmente como Inspector General PNP la Investigación Administrativa Disciplinaria debiendo establecer responsabilidades de Comando que corresponda y le adjunta tres hojas donde le indica que normas y consideraciones debe de tener en cuenta para la evaluación en la investigación de los hechos de Moquegua, como se puede apreciar el Director General de la Policía Nacional del Perú Octavio Salazar Miranda quiso orientar las investigaciones, es por eso que el Inspector General no acepta la injerencia en las investigaciones del Director General de la Policía Nacional del Perú.

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De los 20 efectivos policiales de inteligencia que debieron apoyarme, se adjunta las papeletas de comisión de los primeros cuatro (04) efectivos Policial de la DIRIN-PNP (Dirección de Inteligencia de la Policía) que recién viajan a la ciudad de Moquegua el 16 de junio del 2008. El resto el día 18Junio08 viajan tres (03) efectivos Policiales de Inteligencia y el día 19Junio08, viajan trece (13) efectivos Policiales de Inteligencia, a la ciudad de Moquegua cuando ya no se les necesitaba. El día 16 de Junio del 2008 Viajo a Moquegua el siguiente Personal Policial: 1.- Alfz. 2.- SOB. 3.- SOB. 4.- SOB.

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PNP Zuta Vela Carlos. PNP Hernández Canales José. PNP Tamayo Pérez Jhonny. PNP Avía Polo Luís


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Carta solicitando a la Dirección de la Policía Aérea, información de la Bitácora de vuelo del helicóptero MI–17 del 16/Junio/2008. Respuesta de la carta de la Policía Aérea de la Bitácora del vuelo del helicóptero MI–17 del 16/Junio/2008. Bitácora del vuelo Moquegua–Ilo, del helicóptero MI-17, Fuente la Dirección de la Policía Aérea Bitácora del vuelo Ilo – Moquegua - del helicóptero MI-17, Fuente la Dirección de la Policía Aérea

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Bitรกcora Moquegua a Ilo

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Bitรกcora Ilo a Moquegua

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Carta de la Sociedad Civil “Sembrando Valores”, quien ha acordado distinguirme, con la más alta distinción que otorga su institución: la Medalla “Madre Teresa de Calcuta”, premio Nobel de la Paz.

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Informe del Comandante PNP Miquel BRIONES SILVA Jefe de las Unidades de Servicios Especiales de AREQUIPA

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Informe del Mayor PNP Víctor SULCA LAGOS PILOTO COMANDO

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La Resoluci贸n Suprema de mi pase al retiro

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Relación de 46 documentos de inteligencia enviados a la DIRIN y DIGIMIN, que prueban que desde el 29/05/2008, se empezó a dar cuenta a los Canales de Inteligencia, por día de los incidentes relacionados a los hechos acontecidos en la ciudad de Moquegua durante el paro indefinido organizado por el FDIP-Moquegua. 1.- NOTA DE INFORMACION Nº 597 – Siglas OS-AR-K30 del 29/05/2008, formulada por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONVOCATORIA A ASAMBLEA POPULAR POR PARTE DEL FRENTE DE DEFENSA DE LOS INTERESES DEL PUEBLO DE MOQUEGUA PARA PROGRAMAR MEDIDAS DE PROTESTA CONTRA EL RECORTE PRESUPUESTAL POR CONCEPTO DEL CANON MINERO PARA EL DIA 30/05/2008. 2.- NOTA DE INFORMACION Nº 606 – siglas OS-AR-K30 del 30/05/2008, formulada por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre REALIZACION DE LA ASAMBLEA POPULAR EN EL AUDITORIO DE LA MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE MARISCAL NIETO - MOQUEGUA EL DIA 30/05/2008. 3.- NOTA DE INFORMACION Nº 610 – siglas OS-AR-K30 del 30/05/2008, formulada por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre REALIZACION DE LA ASAMBLEA POPULAR EN LA PLAZA DE ARMAS DE MOQUGUA CONVOCADA POR EL FDIP MOQUEGUA EL DIA 30/05/2008 CON PARTICIPACION DE AUTORIDADS REGIONALES Y LOCALES. 4.- NOTA DE INFORMACION Nº 611 – siglas OS-AR-K30 del 03/06/2008, formulada por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre ACUERDO DE AUTORIDADES REGIONALS Y LOCALES PARA VIAJAR A LA CIUDAD DE LIMA PARA REALIZAR PROBABLES ACCIONES DE FUERZA (HUELGA DE HAMBRE Y/O ENCADENAMIENTO). 5.- NOTA DE INFORMACION Nº 612 – siglas OS-AR-K30 del 03/06/2008, formulada por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre PROBABLE PUNTOS DE BLOQUEO DE VIAS CON OCASIÓN DEL PARO PREVENTIVO DE 48 HORAS CONVOCADO POR FDIP-MOQUEGUA. 6.- NOTA DE INFORMACION Nº 614 - siglas OS-AR-K30 del 03/06/2008, formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre REUNION

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RESERVADA DE DIRIGENTES EN TORNO AL PARO DE 48 HORAS (04 Y 05 JUNIO 2008) EL 03JU2008 EN EL AUDITORIO DE LA MUNICIPALIDAD DE MARISCAL NIETO. 7.- SINTESIS DIARIA Nº 154 – siglas OIT-AR-P11 del 03/06/2008, formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre REUNION RESERVADA DE DIRIGENTES EN TORNO AL PARO DE 48 HORAS (04 Y 05 JUNIO 2008) EL 03JU2008 EN EL AUDITORIO DE LA MUNICIPALIDAD DE MARISCAL NIETO. 8.- NOTA DE INFORMACION Nº 615 – siglas OS-AR-K30 del 04/06/2008, formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre ARROJO DE PIEDRAS A LA VIA DE INGRESO AL CENTRO POBLADO MENOR DE SAN ANTONIO - ALTURA DEL EX PEAJE DISTRITO DE SAMEGUA. 9.- NOTA DE INFORMACION Nº 616 - siglas OS-AR-K30, del 04/06/2008 formulado por

OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre

DESPLAZAMIENTO DE MANIFESTANTES HACIA EL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO) LIDERADO POR EL PROFESOR ZENON CUEVAS PARE. 10.-NOTA DE INFORMACION Nº 617 – siglas OS-AR-K30 del 04/06/2008 formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre PERMANENCIA DE MANIFESTANTES HACIA EL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO) LIDERADO POR EL PROFESOR ZENON CUEVAS PARE Y CRISTALA CONSTANTINIDES. 11.-NOTA DE INFORMACION Nº 618 - siglas OS-AR-K30 del 04/06/2008 formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre PERMANENCIA DE MANIFESTANTES HACIA EL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO) LIDERADO POR EL PROFESOR ZENON CUEVAS PARE Y CRISTALA CONSTANTINIDES AMPLIACION DE NI 617. 12.-NOTA DE INFORMACION Nº 619 – siglas OS-AR-K30 del 04/06/2008 formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre PERMANENCIA DE MANIFESTANTES HACIA EL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO) LIDERADO POR EL PROFESOR ZENON CUEVAS PARE Y CRISTALA CONSTANTINIDES AMPLIACION DE NI 618. 13.-NOTA DE INFORMACION Nº 620 – siglas OS-AR-K30 del 04/06/2008 formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre BLOQUEO DEL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO) EN EL SEGUNDO DIA DE PARO DE 48 HORAS.

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14.-SINTESIS DIARIA Nº 155 – siglas OIT-AR-P11 del 04/06/2008 formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre VIAJE DE AUTORIDADES DE MOQUEGUA A LA CIUDAD DE LIMA PARA PARTICIPAR EN REUNION EN LA PCM, 15.-NOTA DE INFORMACION Nº 620 – siglas OS-AR-K30 del 05/06/2008 formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre PERMANENCIA DE MANIFESTANTES HACIA EL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO) LIDERADO POR EL PROFESOR ZENON CUEVAS PARE Y CRISTALA CONSTANTINIDES AMPLIACION DE NI 618 16.-NOTA DE INFORMACION Nº 621 – siglas OS-AR-K30 del 05/06/2008 formulado por, OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre BLOQUEO DEL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO) EN EL SEGUNDO DIA DE PARO DE 48 HORAS (AMPLIACION DE LA NI 620) ASI COMO EL KM 22.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL ILO-DESAGUADERO. 17.-NOTA DE INFORMACION Nº 622 – siglas OS-AR-K30 del 05/06/2008 formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre BLOQUEO DEL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO) EN EL SEGUNDO DIA DE PARO DE 48 HORAS (AMPLIACION DE LA NI 621) ASI COMO RESTABLECIMIENTO DEL TRANSITO VEHICULAR EN LA CARRETERA BINACIONAL ILO-DESAGUADERO. 18.-NOTA DE INFORMACION Nº 623 – siglas OS-AR-K30 del 05/06/2008 formulado por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre NORMALIZACION DEL TRANSITO VEHICULAR EN EL KM 1146 DE LA CPS (PUENTE MONTALVO). 19.-SINTESIS DIARIA

Nº 156 – siglas OIT-AR-P11 del 05/06/2008, formulado por

OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre PRIMER DIA DEL PARO DE 48 HORAS POR PARTE DEL FDIP-MOQUEGUA. 20.-APRECIACION SEMANAL DE INTELIGENCIA Nº 418 – siglas AK-K11 del 06/06/2008, formuladas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre RESUMEN DE INTELIGENCIA DESDE EL 30MAY2008 AL 05JUN2008. 21.-SINTESIS DIARIA Nº 157 – siglas OIT-AR-P11 del 06/06/2008, formuladas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre SEGUNDO DIA DEL PARO DE 48 HORAS POR PARTE DEL FDIP-MOQUEGUA.

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22.-NOTA DE INFORMACION Nº 627 – siglas OS-AR-K30, del 08/06/2008, formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre VIAJE DE AUTORIDADES DE MOQUEGUA A LA CIUDAD DE LIMA PARA PARTICIPAR EN REUNION EN LA PCM. 23.-NOTA DE INFORMACION Nº 628 – siglas OS-AR-K30, del 8/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre EUNION RESERVADA DE DIRIGENTES EN TORNO AL RECORTE DEL PRESUPUESTO POR CONCEPTO DE CANON MINERO EN EL AUDITORIO DE LA MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE MARISCAL NIETO EL 08/06/2008. 24.-NOTA DE INFORMACION Nº 633 – siglas OS-AR-K30, del 10/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre ASAMBLEA PUBLICA CONVOCADA POR FDIP-MOQUEGUA ACORDANDO LA REALIZACION DE UN PARO INDEFINIDO. 25.-NOTA DE INFORMACION Nº 634 – siglas OS-AR-K30, del 10/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre PARO INDEFINIDO CONVOCADO POR EL FDIP-MOQUEGUA CON PLANTON EN LA CPS KM 1146. 26.-NOTA DE INFORMACION Nº 635 – siglas OS-AR-K30, del 10/06/2008, formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre PARO INDEFINIDO CONVOCADO POR EL FDIP-MOQUEGUA CON PLANTON EN LA CPS KM 1146 AMPLIANDO LA NI 634. 27.-NOTA DE INFORMACION Nº 636 – siglas OS-AR-K30, del 10/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA PARO INDEFINIDO CONVOCADO POR EL FDIP-MOQUEGUA CON PLANTON EN LA CPS KM 1146 AMPLIANDO LA NI 635. 28.-SINTESIS DIARIA Nº 161 – siglas OIT-AR-P11, del 10/06/2008, formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre ASAMBLEA PUBLICA CONVOCADA POR FDIP-MOQUEGUA ACORDANDO LA REALIZACION DE UN PARO INDEFINIDO. 29.-NOTA DE INFORMACION Nº 637 – siglas OS-AR-K30, del 11/06/2008, formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA PARO INDEFINIDO CONVOCADO POR EL FDIP-MOQUEGUA CON BLOQUEO

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DE LA CPS KM 1146 Y EL KM 29 DE LA CARRETERA BINACIONAL ILODESAGUADERO CRUCE DE CUAJONE AMPLIANDO LA NI 635. 30.-NOTA DE INFORMACION Nº 639 – siglas OS-AR-K30, del 11/06/2008, formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CUADRO NUMERICO DE VEHICULOS PARQUEADOS COMO CONSECUENCIA DEL BLOQUEO DE LA CPS SECTOR NORTE:25 SECTOR SUR:47, SE ENCUENTRAN A 05 KM DEL LUGAR DEL BLOQUEO PARA EVITAR SAQUEO Y DAÑOS. 31.-NOTA DE INFORMACION Nº 640– siglas OS-AR-K30, del 11/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA EL BLOQUEO DE LA CPSY LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES.. 32.-NOTA DE INFORMACION Nº 641 – siglas OS-AR-K30, del 11/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA EL BLOQUEO DE LA CPS Y LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES, Y EL II JUZGADO MIXTO DE LA PROVINCIA MARISCAL NIETO DECLARO IMPROCEDENTE LA DEMANDA DE ACCION DE AMPARO PRESENTADO POR EL COLEGIO DE ABOGADOS DE MOQUGUA SOBRE LA TRANSFERENCIA DEL CANON MINERO). 33.-NOTA DE INFORMACION Nº 642– siglas OS-AR-K30, del 11/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre INICIO DE HUELGA DE HAMBRE POR PARTE DEL EX RECTOR DE LA UNIVERSIDAD PARTICULAR JOSE CARLOS MARIATEGUI DE MOQUEGUA EN DEMANDA DEL CANON MINERO. 34.-SINTESIS DIARIA Nº 162– siglas OIT-AR-P11, del 11/06/2008

, formulas por

OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre INCIO DEL PARO INDEFINIDO Y BLOQUEO DE LA CPS Y LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES, SOLDARON UN RIEL EN EL MEDIO DEL PUENTE MONTALVO. 35.-NOTA DE INFORMACION Nº 643– siglas OS-AR-K30, del 12/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA POR TERCER DIA EL BLOQUEO DE LA CPS Y LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA

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CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES, SOLDARON UN RIEL EN EL MEDIO DEL PUENTE MONTALVO. 36.-NOTA DE INFORMACION Nº 644– siglas OS-AR-K30, del 12/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre INFORMACION DE VIGENCIA DE FRENTES REGIONALES Y CONSTITUCIONALES DE BLOQUES MACRO REGIONALES DE UNION DE FRENTES REGIONALES DEL PERU. 37.-NOTA DE INFORMACION Nº 649– siglas OS-AR-K30, del 12/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA POR TERCER DIA EL BLOQUEO DE LA CPS Y LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES, OLDARON UN RIEL EN EL MEDIO DEL PUENTE MONTALVO Y ENCADENAMIENTO DE LOS HUELGUISTAS DE HAMBRE AL PUENTE. 38.-NOTA DE INFORMACION Nº 651– siglas OS-AR-K30, del 12/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONVOCATORIA DE PRINCIPALES AUTORIDADES DE MOQUEGUA PARA CONFORMAR LA COMISION CONCILIADORA POR MEDIDAS DE FUERZA ADOPTADA POR EL FRENTE DE DEFENSA DE LOS INTERESES DEL PUEBLO DE MOQUEGUA. 39.-NOTA DE INFORMACION Nº 652– siglas OS-AR-K30, del 12/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre RETORNO DE LAS PERSONAS ENCADENADAS AL PUENTE MONTALVO A SUS CARPAS. 40.-SINTESIS DIARIA Nº 163– siglas OIT-AR-P11, del 12/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA POR SEGUNDO DIA EL BLOQUEO DE LA CPS Y LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES, OLDARON UN RIEL EN EL MEDIO DEL PUENTE MONTALVO. 41.-NOTA INFORMATIVA Nº 352– siglas 2008-RPNP-M/CEOPOL, del 13/06/2008 , formulas por CRNL. VICENTE ALVAREZ MORENO JEFE DE LA REGION POLICIAL DE MOQUEGUA, con destino GRAL. ALBERTO JORDAN BRIGNOLE DIRECTOR DE LA XI DIRTEPOL AREQUIPA, sobre SOLICITA REFUERZO DE LOS SERVICIOS POLICIALES ANTE POSIBLE ACCIONAR DE INTEGRANTES QUE VIENEN ACATANDO EL PARO INDEFINIDO CONVOCADO POR EL FRENTE DE DEFENSA DE LOS INTERESES DEL PUEBLO DE MOQUEGUA..

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42.-NOTA DE INFORMACION Nº 649– siglas OS-AR-K30, del 13/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL, con destino CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA POR CUARTO DIA EL BLOQUEO DE LA CPS Y LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES, OLDARON UN RIEL EN EL MEDIO DEL PUENTE MONTALVO, PRESENCIA DE 5000 MANIFESTANTES EN ESA ZONA Y LA UBICACION DE OLLAS COMUNES Y EXISTEN 143 VEHICULOS PARQUEADOS EN LA ZONA NORTE Y SUR DE LA CPS. 43.-APRECIACION SEMANAL DE INTELIGENCIA Nº 424– siglas OIT-AR-P11 del 6/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL CANAL DE INTELIGENCIA, sobre RESUMEN DE INTELIGENCIA DESDE EL 06JUN2008 AL 12JUN2008. 44.-SINTESIS DIARIA Nº 165– siglas OIT-AR-P11del106/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL CANAL DE INTELIGENCIA, sobre CONTINUA POR CUARTO DIA EL BLOQUEO DE LA CPSY LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES, OLDARON UN RIEL EN EL MEDIO DEL PUENTE MONTALVO.. 45.-APRECIACION DE SITUACION Nº S/N– siglas del 15/06/2008 , formulas por CRNL. VICENTE ALVAREZ MORENO JEFE DE LA REGION POLICIAL DE MOQUEGUA con destino GRAL. ALBERTO JORDAN BRIGNOLE DIRECTOR DE LA XI DIRTEPOL AREQUIPA, sobre APRECIACION DE SITUACION DE LA REGION POLICIAL DE MOQUEGUA. 46.-SINTESIS DIARIA Nº 166– siglas OIT-AR-P11 del 15/06/2008 , formulas por OFINTE XI DIRTEPOL CANAL DE INTELIDENCIA sobre CONTINUA POR QUINTO DIA EL BLOQUEO DE LA CPSY LOS KM 28, 29.5, 22.5, 19.5 DE LA CARRETERA BINACIONAL (TORATA), CRUCE CUAJONE, 20% DE LAS ACTIVIDADES COMERCIALES, OLDARON UN RIEL EN EL MEDIO DEL PUENTE MONTALVO, PRESENCIA DE 5000 MANIFESTANTES EN ESA ZONA Y LA UBICACION DE OLLAS COMUNES Y EXISTEN 143 VEHICULOS PARQUEADOS EN LA ZONA NORTE Y SUR DE LA CPS.

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Relación de 25 documentos solicitando gas lacrimógeno y equipo policial antimotines, en forma reiterada al Comando Institucional para el personal policial de la XIDIRTEPOL, siendo negativo el pedido. 1.- Oficio Nº 04-2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 08ENE07, solicitando requerimiento de material lacrimógeno y equipo antimotín, dirigido a la DIREOP. 2.- Oficio Nº 12-2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 23ENE07, solicitando requerimiento de material lacrimógeno y equipo antimotín, dirigido a la DIRLOG. 3.- Oficio Nº 06-2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 08ENE07, solicitando requerimiento de material lacrimógeno y equipo antimotín, dirigido a l DIRGEN. 4.- Oficio Nº 05-2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 08ENE07, solicitando requerimiento de material lacrimógeno y equipo antimotín, dirigido a l DIRLOG. 5.- Oficio Nº 13-2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 23ENE07, solicitando requerimiento de material lacrimógeno y equipo antimotín, dirigido a l DIREOP. 6.- Elevación Nº 05 -2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 25ENE07, solicitando requerimiento de material lacrimógeno y equipo antimotín, dirigido a l DIRLOG. 7.- Oficio Nº 22-2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 09FEBE07, remite cuadro de existencia y requerimiento de material lacrimógeno y equipo antidisturbios, dirigido al DIRLOG. 8.- Elevación Nº 09 -2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 06MAR07, solicitando requerimiento de agentes químicos para el Departamento de Control de Multitudes y Departamento de Operaciones Policiales de la Región Policial Arequipa., dirigido a l DIRLOG. 9.- Elevación Nº 77 -2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 14MAR07, solicitando requerimiento de material lacrimógeno para las unidades operativas se la Región Policial Tacna, dirigido a l DIRLOG. 10.- Elevación Nº 96 -2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 27ABRL07, solicitando requerimiento de 2,500 granadas de mano y 2,500 cartuchos lacrimógeno para escopeta lanza gas Cal 38 mm. Para las unidades operativas se la Región Policial Tacna, dirigido a l DIRLOG.

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11.- Elevación Nº 97 -2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 27ABRL07, solicitando afectación de quipo antimotines y material lacrimógeno, Para las unidades operativas se la Región Policial Moquegua, dirigido a l DIRLOG. 12.- Elevación Nº 18 -2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 11MAY07, solicitando afectación de quipo Policial antimotines y agentes químicos, Para las unidades operativas se la Región Policial Moquegua, dirigido a l DIRLOG. 13.- Elevación Nº 17 -2007-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 11MAY07,, solicitando equipo policial y material

lacrimógeno, Para el Departamento de Servicios Especiales-

Arequipa, dirigido a l DIRLOG. 14.- Elevación Nº 49-2008-XI-DIRTEPOL-A/0FAD-UDAN de fecha 10ABRIL08, remite el informe Nº 044-2008-RPNP-T/UNI-SAMR del 25MAR08, relacionado al requerimiento de material lacrimógeno para la Región Policial Tacna, dirigido a la DIRLOG. 15.- Oficio Nº 75-2008-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 15ABRIL08, remitiendo 50 Cartuchos Lacrimógenos e informe sobre la existencia de material lacrimógeno en el almacén de la UDAM-XIDIRTEPOL dirigido a la DIREOP. 16.- Oficio Nº 710-2008-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 20MAR08, da cuenta de no ser factible el internamiento de cartuchos lacrimógenos a la DIREOP Lima. 17.- Oficio Nº 44--2008-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 21FEB08, REMITE INFORME Nº 001-2008-XI DIRTEPOL-A/OFAD-UDAM del 18FEB2008, sobre requerimiento de material lacrimógenos para las unidades operativas de la XI DIRTEPOL, dirigido a la DIREOP. 18.- Oficio Nº 46--2008-XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, DE 22FEB08, remitiendo informe Nº 02-2008- XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, del 18FEB08, sobre consumo y requerimiento de material lacrimógeno para las unidades operativas de la XIDIRTEPOL, dirigido a la DIREOP. 19.- Elevación Nº 03- XIDIRTEPOL-RPA-UNILOG/bo, de fecha 03MAY08, solicitando requerimiento logístico de equipo policial y agentes químicos, para el departamento de operaciones especiales-USE-Arequipa. 20.- Elevación Nº 02- XIDIRTEPOL-A/OFAD-UDAM, de fecha 08MAY08, solicitando requerimiento logístico de equipo policial y agentes químicos, para DEPSEESP.

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21.-Informe Nº 152- 2008-DIRLOG-PNP/DIVARM-DEOALM-ALM,1ª.2-3, de fecha 09JUN2008, sobre afectación de equipo policial y agentes químicos, en los cargos de la XIDIRTEPOL-AREQUIPA. 22.- Devolución Nº 1984-2008-DIREJADM-DIRLOG-PNP/SEC, de fecha 15JUN2008, indica que no puede atenderle requerimiento de equipo policial y agentes químicos por no contar con stock en el almacén. 23.- Devolución Nº 288-2008- DIRLOG-PNP/DIVARM-DEPALM, de fecha 15JUN2008, indica que no puede atenderle requerimiento de equipo policial y agentes químicos por no contar con stock en el almacén. 24.- Devolución Nº 1948-2008- DIREJADM-DIRLOG-PNP/SEC, de fecha 15JUN2008, indica que no puede atenderle requerimiento de equipo policial y agentes químicos por no contar con stock en el almacén. 25.-Mem. Nº 51-2008-XIDIRTEPOL/ADM-OFILOG, del 02ABRIL08, mediante el cual la DIREOP reitera la disposición para que se remitan 150 cartuchos de lacrimógenas para ser internados en esa DIREOP.

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Informe de la Dirección de Logística en la cual se indica que no se puede atender lo solicitado, por no contar con Equipo Policial y Agentes Químicos

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Carta de Luis Alberto SĂĄnchez al Ministro del Interior Sr. Almirante AP Juan Soria DĂ­az

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Se solicit贸 con anticipaci贸n al Comando el apoyo de personal de la DIREOP-PNP para actuar en forma oportuna, el comando nunca me vio el personal solicitado a tiempo.

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FORMALIZACION DE LA INVESTIGACION PREPARATORIA DEL MINISTERIO PÚBLICO - FISCALIA PROVINCIAL PENAL CORPORATIVA DE MARISCAL NIETO, donde el Fiscal indica que en la Asamblea Popular determinan solicitar que el General Jordán forme parte de la Comitiva que viajaría a reunirse con el Presidente del Consejo de Ministro Jorge del Castillo Gálvez.

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Comisión Permanente del Congreso de la República, palabras del General PNP Octavio Salazar Miranda, Director General de la Policía Nacional del Perú, con motivo de los sucesos de Moquegua, donde el DIRGEN PNP, miente al Congreso de la República y al País, sobre los sucesos de Moquegua en lo relacionado: a) A la confección del Plan de Operaciones Especifico. (Ver Manifestación del General PNP Octavio Salazar Anexo N° 18, Pregunta N° 04) b) Al Personal Policial de Apoyo. c) Inteligencia.

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Área de Transcripciones

CONGRESO DE LA REPÚBLICA PERÍODO LEGISLATIVO 2007-2008 COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA 16ª SESIÓN (Vespertina) LUNES 14 DE JULIO DE 2008 PRESIDENCIA DEL SEÑOR LUIS GONZALES POSADA EYZAGUIRRE —A las 15 horas y 06 minutos se reanuda la sesión, bajo la Presidencia del señor Luis Gonzales Posada Eyzaguirre, e integrando la Mesa Directiva el señor Aldo Estrada Choque, Primer Vicepresidente, señora Martha Moyano Delgado, Segunda Vicepresidenta; el señor Carlos Torres Caro, Tercer Vicepresidente, se inicia la sesión. El relator pasa lista, a la que contestan los señores: Miguel Grau Seminario, El señor PRESIDENTE.— Señores congresistas, tengan todos ustedes muy buenas tardes. Se va a comenzar a pasar lista para esta sesión, de hoy lunes 14 de julio de 2008. Segunda Legislatura Ordinaria. Sesión que va a contar con la presencia o que cuenta con la presencia del señor Primer Ministro, Jorge del Castillo; el señor Ministro del Interior, Luis Alva Castro. También se encuentra presente en la sala el Ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia Romero. El tema, materia de esta convocatoria, es la presentación, a cargo de los Ministros, del informe sobre los hechos acaecidos recientemente en el departamento de Moquegua. Señor relator, por favor, pasar lista para dar inicio a la sesión. El RELATOR pasa lista. El señor PRESIDENTE.— Correcto. Ha culminado. Pasada la lista, contamos con el quórum correspondiente. La Presidencia y la Mesa Directiva saludan cordialmente al Presidente del Consejo de Ministros, doctor Jorge del Castillo; al Ministro del Interior, doctor Luis Alva Castro, ambos congresistas de la República. Así como al señor Ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia Romero, quien también se encuentra presente. Luego de que culminen los informes del Presidente del Consejo de Ministros y los Ministros, se realizará un debate por espacio de una hora, distribuido proporcionalmente entre los grupos parlamentarios. Para tal efecto, la Mesa va solicitando a los portavoces nos hagan llegar el nombre de los

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parlamentarios que van a intervenir (2) así como el tiempo correspondiente. El tiempo fijado es el siguiente. Partido Aprista Peruano, 18 minutos; Nacionalistas, 12; Unión por el Perú, 10; Unidad Nacional, 8; Fujimoristas, 7; Alianza Parlamentaria, 5; Grupo Especial 3. En consecuencia, damos por iniciado la sesión. Tiene el uso de la palabra el señor Primer Ministro, doctor Jorge del Castillo. La hora se ha consultado. Consulté yo a los portavoces. En cuanto a la parte de seguridad de la zona corresponderá al señor Ministro del Interior el informe respectivo. Gracias, señor Presidente. El señor PRESIDENTE. — Correcto. Tiene el uso de la palabra el Ministro del Interior, doctor Luis Alva Castro. El señor MINISTRO DEL INTERIOR, doctor Luis Alva Castro. — Buenas tardes, señor Presidente del Congreso de la República.También a los amigos congresistas. Cumplo naturalmente, democrática y constitucionalmente en concurrir ante la Comisión Permanente del Congreso de la República para dar cuenta sobre los sucesos ocurridos en la localidad de Moquegua, y que motivaron en principio la operación policial fallida al restablecimiento del orden público. Como ya se ha señalado, los días 4 y 5 de junio del año en curso, el denominado Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Moquegua, liderado por el señor Zenón Cuevas, concretó un paro en protesta con el recorte presupuestal del canon minero, producto de las operaciones de la Empresa Southern Perú Copper Corporation. Esta medida de fuerza, como es de dominio público, estuvo acompañada del bloqueo de diversas carreteras, incluso del puente Montalvo que se encuentra ubicado sobre la carretera Panamericana Sur, a la altura del kilómetro 1476. Posteriormente, el día 9 de junio en la sede de la Presidencia del Consejo de Ministros, lo ha explicado en forma detallada, en forma pormenorizada, el Presidente del Consejo de Ministros; se llevó a cabo una reunión entre el Primer Ministro y las autoridades de la Región Moquegua y los alcaldes de las provincias de Mariscal Nieto, Sánchez Cerro e Ilo, para encontrar una solución a las demandas planteadas. Culminada la cita, como también lo ha expresado el Primer Ministro, los representantes moqueguanos se comunicaron telefónicamente con sus bases, a las cuales les señalaron que no se había logrado acuerdos satisfactorios, por lo que él mismo ha precisado. Por la forma cómo se realizaron estas comunicaciones, se llevó a cabo en Moquegua una reunión que estuvo presidida por el profesor Natalio Philco Alberto, Vicepresidente del denominado Frente, donde ahí se acuerdan la realización de un paro general indefinido a partir del día siguiente. Efectivamente, el 10 de junio, en virtud a la decisión del denominado Frente de Defensa

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de los Intereses del Pueblo de Moquegua, que para estos fines contaba con la activa participación de las autoridades regionales y municipales, se dio inicio a ese paro general. Debo de recordar que esta nueva medida de fuerza estuvo acompañada por acciones de violencia, que incluyeron la toma del puente Montalvo, donde atravesaron un riel que fue asegurado con soldadura autógena. Adicionalmente, la carretera binacional Ilo-Desaguadero fue bloqueada en diferentes tramos, con lo que se consumó no solo la comisión de diversos ilícitos que se hayan previsto y penados en nuestra legislación, sino una especie de estrangulamiento económico practicado especialmente sobre la población tacneña, (9) que se vio privada de comercializar productos que son indispensables para su diario vivir. Las autoridades de Tacna, los propios congresistas tacneños y las autoridades de Tacna se dirigieron al sector y también al Presidente del Consejo de Ministros, precisamente para buscar alguna salida a este conflicto o, de lo contrario, tratar de auxiliarlos para resolver los problemas más inmediatos que tenían: comenzaba el desabastecimiento, no contaban con combustible, con alimentos que comenzaban a escasear; y, en esas circunstancias, el gobierno dispuso que se restablezca el orden, el Ministerio del Interior tuvo que tomar esa decisión. Y en esos esfuerzos que se hizo; primero, para no entorpecer el diálogo y ayudar a las poblaciones que estaban siendo afectadas, se dispuso primero que aviones de la propia Policía Nacional trasladaran a los pasajeros que estaban abandonados, porque habían quedado sin posibilidades de ser transportados de Tacna a Arequipa y de Arequipa a Lima o directamente de Tacna a Lima. También se tuvo que proporcionar seguridad, porque fue otra medida que tomó directamente el gobierno a través de Petróleos del Perú, de transportar combustible desde Puno hasta Tacna para que no quedaran desabastecidos; y en ese sentido, se pudo ir resguardando esas propias unidades de transporte de los combustibles hasta la ciudad de Tacna. Señor Presidente, permítame a estas alturas de lo que estoy informando y que es de dominio público, y que solamente estoy haciendo un recuerdo de lo que aconteció en esos instantes, debo informar sobre los procedimientos generales que sigue la Policía Nacional para ejecutar las operaciones de mantenimiento del orden, que a diario realiza no solamente en esta operación, sino diariamente en el país se realizan centenares. Y transcurridas las semanas podemos sumar miles de operaciones policiales y todas ellas se ejecutan bajo diversas disposiciones legales que norman su actuación, así como a los lineamientos de política impartidos oportunamente por mi despacho. La Dirección General de la Policía Nacional, a través de su Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales, ha emitido y mantiene en vigencia un plan general de operaciones, destinado a guiar las actividades en materia de mantenimiento del orden público. Debo subrayar, señor Presidente, que los lineamientos de política emitidos por el despacho ministerial se encuadran dentro de los principios que rigen la democracia en su sentido más amplio y pleno; de modo tal, que al tiempo de asegurarle efectividad

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de los procedimientos operacionales, destacan la importancia y necesidad de respetar escrupulosamente los derechos humanos. Tomando en consideración los marcos y las disposiciones vigentes, los comandos de ejecución competentes proceden a la formulación de un plan de operaciones, donde se fijan ya en forma específica las acciones concretas que deberán tomarse para cumplir la misión confiada. Este esfuerzo de planificación se basa en cuatro grandes apreciaciones: de personal, de inteligencia, de operaciones y de logística, que son los aspectos básicos que la Policía Nacional hace conjugar para alcanzar el éxito de determinada operación policial. El plan de operaciones, una vez elaborado y suscrito por el comando responsable, es elevado a su superioridad inmediata para su revisión y aprobación final. Cumplido este procedimiento, en el momento y circunstancias que el propio plan establece, se ponen en ejecución las acciones y tareas previstas. Es en esta etapa fundamental donde se ponen a prueba las capacidades y virtudes del jefe de la operación, pues en la conducción de las acciones deberá tomar decisiones de campo ante una diversidad de situaciones que la propia dinámica impone. Bajo estos patrones, señor Presidente, que son estrictamente profesionales, la Policía Nacional ha concretado centenares de intervenciones exitosas, superando limitaciones estructurales, como: la falta de personal (10) y de medios logísticos que estamos tratando de subsanar. Yo solamente quiero recordar así como se recuerdan operaciones fallidas como la de Moquegua, que hemos tenido operaciones exitosas también. Yo recuerdo que mantener el orden en Chucarapi o restablecer el orden en Chucarapi o en Santa Anita, fueron operaciones cuidadosamente planificadas, estructuradas y elaboradas por el comando policial Del mismo modo, se pudo asegurar el normal desarrollo de la Quinta Cumbre de Jefes de Estado y de gobiernos de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, y más recientemente la operación que ha permitido el desarrollo de una audiencia pública en La Zanja, donde libremente todos asistieron, escucharon el estudio sobre medio ambiente, que permitirá una inversión de gran envergadura. Pero retornando al tema central, señor Presidente, de esta presentación, debo puntualizar que el plan “Restablecimiento del 0rden Público Moquegua 2008”, en sus grandes esquemas me fue reseñado durante el sobrevuelo en helicóptero que hicimos la tarde del sábado 14 de junio, junto con el general Octavio Salazar, Director General de la Policía Nacional, y el general Alberto Jordán, Director de la Undécima Dirección Territorial que comprende los departamentos de Arequipa, Moquegua y Tacna; estuvimos en esa zona, conocimos realmente lo que ahí está ocurriendo, y recibimos una explicación del Plan para mantener y restablecer el orden Público en Moquegua y así se llamaba “Restablecimiento del Orden Público Moquegua 2008”. Por estas explicaciones de carácter profesional y pormenorizado sobre la planificación y ejecución del mencionado Plan de Operaciones, le solicito a usted, señor Presidente,

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tenga a bien conceder el uso de la palabra al general Octavio Salazar Miranda, que es el Director General de la Policía Nacional que me acompaña, para que él pueda explicar las precisiones, las personas que participaron, cuáles fueron las directivas precisas que se aprobaron, y de qué manera este Plan se llevó a cabo y de qué manera tuvo dificultades en su aplicación. Pero para concluir, señor Presidente, y antes de ceder el uso de la palabra al general, si usted así lo permite, Octavio Salazar, quiero hacer algunas precisiones. No podemos negar, señor Presidente, que la operación de restablecimiento del orden público en Moquegua fue fallida, y que a raíz de ello se ha producido una erosión en la credibilidad sobre la capacidad institucional de la Policía Nacional; sin embargo, considero que la institución policial que tiene una fecunda y centenaria existencia, no debe ser juzgada por un acontecimiento desafortunado sino a través de un balance objetivo, donde los saldos, sin lugar a dudas, le son ampliamente favorables. Si usted me permite, señor Presidente, para que... El señor PRESIDENTE.— Correcto, muy bien. Como no, Ministro del Interior, puede general Salazar hacer la exposición. El señor GENERAL DE LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ, don Octavio Salazar Miranda.— Muchas gracias, señor Presidente. Señor Presidente del Congreso, señores representantes del Congreso Nacional. Frente a la alteración del orden público que ha expuesto el señor Ministro del Interior, se hizo imperativa la intervención de la Policía Nacional, con mayor capacidad operativa, sujetándose por supuesto a la normatividad legal y a los lineamientos de política impartido por el señor Ministro del Interior. Al respecto, se consideraron las acciones de planeamiento, ejecución y evaluación conforme paso a detallar. Planeamiento. Con la orden telefónica respectiva, se dispuso que el Director de Operaciones Policiales, señor general Julio Vergara, formule el Plan de Operaciones correspondiente, señalándole el dicha orden lineamiento de política institucional enmarcados en nuestras directivas y leyes que rigen sobre el particular. La Dirección de Operaciones Policiales, como responsable de la planificación, organización, coordinación, (11) ejecución y evaluación de los operativos policiales que despliega la institución policial al nivel nacional, en el desempeño de su campo funcional, dispuso —con orden telefónica— que la Décimo Primera Dirección Territorial formule la orden de operaciones respectiva en base al Plan General Restablecimiento del Orden Público 2008, en actual vigencia, que contempla la ejecución de operaciones policiales orientadas a mantener y/o restablecer el orden público ante graves alteraciones, utilizando las fuerzas necesarias. La Décimo Primera Dirección Territorial Arequipa al mando del señor General Alberto Jordán Brignole, como responsable del mantenimiento del orden público en el espacio geográfico

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que comprende su jurisdicción territorial, formuló la orden de operaciones, Restablecimiento del Orden Público Moquegua 2008 N.° 038 del 15 de junio que fue aprobado por la Dirección de Operaciones Policiales que jefatura el señor general Julio Vergara. La precitada orden de operaciones contempla la misión a cumplir, la organización de las fuerzas y lineamientos tácticos a observarse durante el desarrollo del operativo policial con la finalidad de cumplir a cabalidad la misión asignada. Misión. Señala claramente el objetivo por alcanzar; es decir, qué es lo que está disponiendo el comando a efectos de que se dé cumplimiento estricto.Y reza la misión en los siguientes términos: La Décimo Primera Dirección Territorial el día “d” a horas “h” ejecutará operaciones policiales de mantenimiento y restablecimiento del orden público así como desbloqueo de vía para mantener libre la circulación vehicular y peatonal en el ámbito de la Región Moquegua, con motivo del paro regional convocado por gremios de autoridades de dicha región; desplazando personal policial de control de disturbios y de operaciones especiales a los lugares afectados. Posteriormente se dispuso que el comando operativo ejecute el operativo policial el 16 de junio a horas 3 de la madrugada. Organización. Para cumplir dicha misión se organizó al comando operacional y comprometió a fuerzas regulares, fuerzas operacionales y personal especializado en el área de inteligencia, conforme se detalla a continuación. Comando. Comando General: Señor General Julio Vergara Herrera, director ejecutivo de Operaciones Policiales, con la tarea de efectuar el planeamiento general, dirección, coordinación, seguimiento y evaluación de la operación policial. Comando Operativo: Al señor General César Jordán Brignole, director de la Décimo Primera Dirección Territorial Arequipa, con la tarea de efectuar el planeamiento específico y de conducir la operación policial en el área de su responsabilidad, disponiendo las acciones que cada situación particular requiera para el cumplimiento de la misión. Jefe Operativo: Coronel Vicente Álvarez Moreno, jefe Región Policial Moquegua, con la tarea de ejecutar la operación policial velando por el fiel cumplimiento de la misión, por la seguridad del personal y del equipo policial. Fuerzas Propias: Región Policial Arequipa, Moquegua y Tacna. De Apoyo: Fuerzas de control de disturbios y de operaciones especiales. Dirección de Operaciones Especiales: 300 efectivos. (Solo llegaron 196) Unidad de Servicios Especiales de Lima: 400 efectivos. (De los 400 efectivos solo

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llegaron a Moquegua 300 efectivos policiales a horas 06:30 a.m. y 100 efectivos policiales se dirigieron a Ilo el día 15 de Junio) Unidad de Servicios Especiales Arequipa: 150 efectivos. (Llegaron 200 el día 13 de Junio, 100 efectivos prestaron servicios en la seguridad en Cuajone) Unidad de Servicios Especiales Cusco: 50 efectivos. (No llegaron) Unidad de Servicios Especiales de Puno: 50 efectivos. (No llegaron) Total: 950 efectivos. (De los 796 efectivos policiales solo se tenía para el desalojo del Puente Montalvo 596 efectivos policiales, 100

viajaron a Ilo

y 100

reforzaron las instalaciones del centro minero Cuajone) Fuerzas de Reserva de Control Territorial Décima Dirección Territorial: 300 efectivos. (No llegaron) Décimo Segunda Dirección Territorial: 200 efectivos. (No llegaron) Región Policial Arequipa: 300 efectivos. (Solo llegaron 100 efectivos) Región Policial Tacna: 100 efectivos. (No llegaron) Región Policial Moquegua: 100 efectivos. (Si orden publico) Total: mil efectivos de fuerza, de reserva, de control territorial. (Solo llegaron 100 efectivos policiales) Comentario: Ya sabemos que todo lo dicho por el General Octavio Salazar ante la Comisión Permanente del Congreso era falso, punto por punto: la Direop no hizo nunca ningún plan, no fueron 1 950 los efectivos enviados a Moquegua sino solamente 696, porque solo ha existido en la imaginación del General Salazar, para darle una supuesta credibilidad a lo que afirmaba en cuantas oportunidades se le presentaba, con la única finalidad que se descubra que era el único responsable de lo sucedido en Moquegua. Los efectivos policiales que llegaron a Moquegua fueron 596 de las Fuerzas Propias: Región Policial Arequipa, Moquegua y Tacna y 100 efectivos policiales de las Fuerzas de Reserva de Control Territorial de Arequipa, siendo un total de 696 efectivos. ¿De dónde el General Octavio Salazar saca que yo contaba con

1 950 efectivos policiales?

Personal de Inteligencia, de la Dirección de Inteligencia con 20 efectivos. Lineamientos tácticos. La mencionada orden de operaciones contempla además de lineamientos tácticos a los cuales debe sujetarse el personal policial comprometido en el operativo policial bajo la conducción del Comando Operativo, en este caso, el señor General Alberto Jordán Brignole. En el área de Inteligencia. Intensificar el esfuerzo de búsqueda de información a fin de identificar y capturar líderes y/o agitadores que promuevan acciones tendientes

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a la alteración del orden público, para el efecto, se contará con el apoyo de personal especializado y adecuado en la Dirección de Inteligencia Policial. Efectuar filmaciones sobre líderes agitadores y personas que cometan ilícitos penales a fin de ser utilizados como elementos de prueba en los procesos penales. Comentario: El General Octavio Salazar mintió nuevamente al decir que contaba con 20 efectivos de la Dirección de Inteligencia de la Policía, lo real y concreto es que el personal de inteligencia no llegó jamás al conflicto, recién lo hicieron el 16 de junio cuatro efectivos a horas 10:30 cuando ya no tenía objeto que los enviaran. Pero lo más inaudito del asunto fue que se dispuso que viaje tres efectivos de inteligencia, dirigido por un coronel, y formado por un mayor y un capitán ¡el 18 de junio!, es decir cuando ya nada había que hacer en Moquegua.Y al día siguiente, el 19 de junio, se envió a 13 sub-oficiales de inteligencia. ¿Por qué se enviaron estos hombres? No puede ser para otra cosa sino con el propósito de confundir con las fechas y alterar luego la visión de los acontecimientos. En el área de operaciones determinar la población numérica en el lugar del conflicto a fin de prever la cantidad de personal policial a emplearse, durante el desbloqueo utilizar en la zona de acción personal de la Unidad de Servicios Especiales de Operaciones Especiales y de reserva, mas no al personal de orden público. Organización táctica de las fuerzas: grupos de contención y seguridad, grupos de choque, grupos de levantamiento de escombros y evidencias. Emplear helicópteros con personal de la Unidad de Servicios Especiales en el momento adecuado de la operación. Ejecutar la operación planeada con sincronización, firmeza y rapidez a fin de aprovechar el factor sorpresa, el éxito de este operativo se basara entre otros aspectos en el factor sorpresa. Solicitar la participación del Ministerio Público para garantizar la legalidad de la intervención policial. En el área de logística agentes químicos, equipos y otros. Garantizar el abastecimiento suficiente de agentes químicos, equipos antimotines, pertrechos y otros, considerando la reserva indispensable. Prever que todo el personal Policial designado para intervenir en la zona de acción, deberá estar premunido del material lacrimógeno en cantidad suficiente. Armamento y munición. No se emplearán armas de fuego durante la presente operación policial, situación que será verificada por el Ministerio Público mediante acta. Las armas de fuego serán llevadas únicamente por el personal expresamente autorizado, como es el caso de la Dirección de Operaciones Especiales a través de la fuerza de intervención rápida que actúa cuando el personal antimotines es desbordado.

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Comunicaciones. La red de comunicaciones institucional de la Décimo Primera Dirección Territorial. Ejecución. Como ya se informó, las operaciones policiales debieron iniciarse a las 3 de la mañana; sin embargo, por razones que son objeto de investigación el señor General Alberto Jordán decidió continuar el diálogo que había iniciado la noche anterior yendo a la Parroquia a entrevistarse con las personas que habían programado dicho paro y sus efectivos fueron designados para que concurran al puente Montalvo. Posteriormente a ello el señor general se traslada hacia el puente Montalvo con un grupo de suboficiales y que es motivo de investigación siendo posteriormente emboscado por un grupo de personas alteradas motivando en ello que dicho efectivo policial, el señor general, sea secuestrado por estas personas. Evaluación. Actualmente la Dirección de Operaciones Policiales viene efectuando una evaluación estratégica sobre la ejecución de la operación policial en referencia, cuyo resultado pasará a generar doctrina policial que sirva como base para orientar y enriquecer estratégicamente y tácticamente las operaciones policiales futuras. Diligencias investigatorias que se vienen practicando, administrativo disciplinarias a cargo de la Inspectoría General para deslindar responsabilidades sobre el fallido operativo policial. (13) Penales. Respecto a los ilícitos penales cometidos durante el paro regional de Moquegua, la Dirección de Investigación Criminal en coordinación con el representante del Ministerio Público vienen efectuando las diligencias investigatorias para el esclarecimiento de los hechos, estableciéndose hasta la fecha el siguiente resultado: Autores intelectuales, 18; autores materiales, 18. Asimismo, faltan practicarse las siguientes diligencias investigatorias: Recibir la declaratoria de 13 agraviados de la Unidad de Servicios Especiales, Arequipa, y de dos efectivos agraviados que laboran en la Unidad de Servicios Especiales, Lima. Coordinar la Fiscalía Supranacional para determinar el órgano fiscal que continuará con las investigaciones. Recibí las declaraciones del señor Defensor del Pueblo y del representante de la Cruz Roja. Recabar nuevos vídeos que nos permitan continuar con la identificación de los presuntos autores del secuestro en agravio de miembros policiales. Coordinar con los peritos de identificación para que en forma técnica se determine la identidad de los participantes que aparecen en los vídeos. Señor Presidente de la Comisión del Congreso de la República, señores congresistas, la operación policial fallida durante el paro regional de Arequipa, no mella la capacidad combativa del Policía Nacional del Perú, que durante los 365 días del año se ven inmersos en diferentes operativos policiales tendientes a combatir la delincuencia y otras

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trasgresiones legales, las mismas que son ejecutadas con responsabilidad, eficiencia y eficacia, mereciendo en muchos casos el reconocimiento y aprobación de la ciudadanía, como es el caso de Santa Anita, ALC-UE, Churacapi, y en los últimos días, La Zanja. Más bien este hecho es tomado como una experiencia para enriquecer la operatoria policial en aras de lograr un clima de seguridad y tranquilidad ciudadana, contribuyendo de esta manera al progreso y desarrollo de nuestro país. Muchas gracias. Comentario: El ex Director General de la Policía Nacional del Perú General Octavio Salazar Miranda mintió al Presidente de la Republica, a la Comisión Permanente del Congreso de la Republica, al Ministro de Energía y Minas, al país y le dio información falsa al ex Ministro del Interior Luis Alva Castro para que diga que sí hubo un Plan de Operaciones confeccionado por la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales (nunca lo confecciono la Direop-PNP), que habían enviado 1 950 efectivos policiales para el operativo del desalojo del Puente Montalvo y solamente conté con 896 (siendo distribuidos de la siguiente forma; 696 Efectivos para el Operativo, 100 PNP a Ilo y 100 PNP de seguridad de la Mina de Cuajone), y que había enviado 20 efectivos policiales de la Dirección de Inteligencia DirinPNP (recién lo hicieron el 16 de junio cuatro efectivos a horas 10:30 cuando ya no tenía objeto que los enviaran, el 18 de junio llegaron tres efectivos de inteligencia, dirigido por un coronel, y formado por un mayor y un capitán, es decir cuando ya nada había que hacer en Moquegua y al día siguiente, el 19 de junio, se envió a 13 sub-oficiales de inteligencia). El ex Director General de la Policía Nacional del Perú General Octavio Salazar Miranda; dijo todas estas mentiras en la Comisión Permanente del Congreso y como siempre los llamados “padres de la patria” le creyeron, no contando con la astucia que es característica de Salazar de convencerlos, con la única finalidad de permanecer en el cargo de Director de la Policía Nacional del Perú.

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