El Cultural 201

Page 1

FRANCISCO HINOJOSA DESPEDIDA A MEDIAS

CARLOS VELÁZQUEZ CON DAVID KEENAN

ESGRIMA

ODISEO BICHIR

El Cultural N Ú M . 2 0 1

S Á B A D O

2 5 . 0 5 . 1 9

[ S u p l e m e n t o d e La Razón ]

AMADO NERVO CENTENARIO ENSAYOS DE ADOLFO CASTAÑÓN Y MARY CARMEN SÁNCHEZ AMBRIZ Arte digital > A partir de un retrato a lápiz de Amado Nervo, por R. Durand > Foto > Morton Subastas > Mónica Pérez > La Razón

EC_201 PORTADA.indd 3

ROSA HUELE A MONZÓN CUENTO DE GABRIEL RODRÍGUEZ LICEAGA

23/05/19 21:12


02

El Cultural SÁBADO 25.05.2019

Los festejos y las publicaciones por el centenario luctuoso de Amado Nervo (1870-1919) continúan y afirman la certeza de que el purgatorio al que lo destinaron algunos de sus críticos durante un siglo ha comenzado a desvanecerse. A través de años y generaciones, la persistente curiosidad de sus lectores descubre nuevos motivos de asombro en la riqueza de una obra que todavía reserva territorios y acentos donde subsiste el enigma de un escritor tocado por la celebridad.

Amado Nervo

MISTERIO DE UNA OBRA POR DESCUBRIR ADOLFO CASTAÑÓN

E

l 19 de julio de 1902, al oír “La raza de bronce”, el extenso poema compuesto y recitado por Amado Nervo en honor a Benito Juárez en la Cámara de Diputados, el general Porfirio Díaz reconoció que tiene musiquita: Señor, deja que diga la gloria de tu raza, la gloria de los hombres de bronce, cuya [maza melló de tantos yelmos y escudos [la osadía: ¡oh caballeros tigres!, ¡oh caballeros [leones!, ¡oh caballeros águilas!, os traigo [mis canciones; ¡oh enorme raza muerta!, te traigo [mi elegía. No sería la primera vez de Nervo en un escenario o en un teatro. En 1903 recitó su poema “Los niños mártires de Chapultepec” en honor de los Niños Héroes en el monumento de Chapultepec. Era una figura pública. Había salido del cuarto de estudio para estar presente en distintos foros llevando la voz de la poesía que dominaba y lo dominaba.

Las numerosas referencias a Amado Nervo en la Reseña histórica del teatro en México de Enrique Olavarría y Ferrari hacen ver que el poeta y narrador frecuentó los foros teatrales durante muchos años, leyendo poemas suyos, improvisando, estrenando piezas propias, saludando el paso de actores y hasta de toreros y brindando recitales junto con otros talentos. El otro lado de Nervo era misterioso y secreto. A los ojos de Rubén Darío era “celeste anacoreta”. Ese lado secreto tenía que ver con su atormentada vida amorosa y en última instancia trágica. Pero con Nervo la poesía no se encontraba arrinconada en la alcoba, ni en las bibliotecas o mesas de café. Era dicha y recitada en salones y parques, amenizaba las fiestas. A fines del siglo XIX , el teatro era una plataforma desde la cual la sociedad y el poder se ponían en escena a sí mismos a través del estandarte de la poesía. En las crónicas citadas por Olavarría se alude con adjetivos afectuosos a este escritor que, desde la codirección de la Revista Moderna con Jesús E. Valenzuela en 1903, fue conquistando los espacios de la cultura y el arte. Al igual que su admirado Manuel Gutiérrez Nájera

—como él, poeta y periodista enamorado del teatro de las artes—, Nervo supo fraguar una alianza sutil pero firme entre el verso, la prosa, el periodismo, la escena, la edición, la fiesta y el convivio. Poco a poco, sin darse cuenta, se fue transformando en su propia estatua y cuando despertó ya era una leyenda.

PERIODISMO Y POESÍA Su intensa actividad periodística corría paralela a su acción editorial y a sus intervenciones como poeta. Era un virtuoso del verso y de la métrica: endecasílabos, estribillos, sonetos, décimas, versos aconsonantados, de arte mayor y de arte menor, letanías, quintillas, canciones, versos para zarzuelas, composiciones improvisadas en corridas de toros según advirtieron Juan Ramón Jiménez, Federico de Onís y Tomás Navarro Tomás. Como Lope de Vega, era un virtuoso sensible a su público, a sus públicos: lo mismo habla En voz baja (1909) que sabe reunir a su alrededor la atención de la tribu a la que se dirige en actos luctuosos o con sonoros versos como los de

DIRECTORIO

El Cultural [ S u p l e m e n t o d e La Razón ]

Twitter:

@ElCulturalRazon

Roberto Diego Ortega Director @sanquintin_plus

Julia Santibáñez CONSEJO EDITORIAL

Editora @JSantibanez00

Facebook:

@ElCulturalLaRazon

Carmen Boullosa • Ana Clavel • Guillermo Fadanelli • Francisco Hinojosa • Fernando Iwasaki • Delia Juárez G. Mónica Lavín • Eduardo Antonio Parra • Bruno H. Piché • Alberto Ruy Sánchez • Carlos Velázquez Director General Editorial › Adrian Castillo Coordinador de diseño › Carlos Mora Diseño › Maria Fernanda Osorio Contáctenos: Conmutador: 5260-6001. Publicidad: 5250-0078. Suscripciones: 5250-0109. Para llamadas del interior: 01-800-8366-868. Diario La Razón de México. Nueva época, Año de publicación 10

EC_201.indd 4

23/05/19 21:54


El Cultural

Fuente > sanluispotosi.quadratin.com.mx

SÁBADO 25.05.2019

ciudad cercana a Zamora donde había un colegio conocido y prestigioso y donde hubo ferrocarril antes que en otras ciudades. Ahí inicia sus estudios formales y empieza a frecuentar a los clásicos españoles y franceses —el Romancero, los autores del Siglo de Oro, Cervantes, Corneille—, latinos —Horacio, Virgilio— y la lengua y las obras de Shakespeare. La familia Amado Nervo (1870-1919). se traslada a Zamora, otra ciudad ilustrada; de 1886 a 1888, en el seminario, se consagra al “La raza de bronce”. Nervo era un estudio de las Ciencias y de la Filosopersonaje doble: el mundano y el sefía; en 1889 sale para estudiar Leyes, creto, el paseante y el político, el chispero vuelve al seminario en 1891 donpeante conversador y el melancólico de, atraído por la religión, la liturgia y imitador de Cristo, el cosmopolita y los misterios de la teología, compone el aprendiz de fraile atormentado por sus primeros poemas, canciones y la vida espiritual. Amado Nervo: uno textos en prosa. Quedará marcado por de los nombres tensos con los que se esos años de aprendizaje. De esa prellamaba la cultura de finales de siglo historia le vienen a Nervo sus orientaXIX en México. ciones hacia la religión y la mística, Si la estrella del nayarita subió en tanto como el impulso que lo lleva a la estima de Justo Sierra y de la alta cristalizar sus meditaciones en el causociedad porfirista (Joaquín de Casace de Horacio y sus odas filosóficas. sús contaba sílabas y billetes: era SeA fines de 1891, apremiado por la cretario de Hacienda y traductor de situación económica de su madre y autores latinos), esto no sólo se debe de la familia sale a Mazatlán. En esa a su poesía cristalina. Era un forzado, ciudad desarrolla una intensa activiun obrero de la pluma y un artesano dad periodística que aún desafía a los impecable. Sus crónicas, cuentos, investigadores. En 1895, su novela ensayos no sólo contribuyeron a corta El Bachilller despierta el intesembrar los vientos de la inspiración rés y su fama inicia con la polémica modernista por todo el orbe, también por la forma en que el autor teatraliza lograron renovar esos géneros a trala vocación poética definida por las vés de una narrativa nunca desdeñosombras de la educación religiosa. sa de la magia de lo sobrenatural y lo El artista como sacerdote expoliafantástico, y nunca olvidadiza tamdo. Ese mismo año, al morir Manuel poco de lo que podría llamarse cierto Gutiérrez Nájera, recita un poema color local o aun costumbrista: arraique pone su nombre en boca de mugado Nervo en su solar tradicional y chos. De ahí en adelante, el poeta y el legendario, memorioso de su patria periodista, el cronista y el artista, chica. No se ha estudiado hasta ahoel editor y el conversador chispeanra en forma organizada el sistema de te ganarán creciente admiración. A vasos comunicantes que fluye entre cien años de su muerte, hoy leemos los dos cuerpos de la obra: la prosa y a Amado Nervo, por así decir, en frío. el verso; tampoco se ha detenido la No logramos escucharlo como ese atención lo suficiente en la inteligenactor de sus emociones y las de su cia capaz de armonizar lo mundano público que lo hizo célebre en virtud y callejero, lo social y lo secreto, la de su gracia y conversación. tormenta mística que rayaba en el Después de su apogeo, Nervo cayó silencio y acaso en el nihilismo. en un purgatorio, como se puede desprender de las palabras de José Luis DEL PRINCIPIO Martínez:

AL PURGATORIO

Nació en Tepic el 27 de agosto de 1870. En el horóscopo chino le tocó el signo de la libertad: Caballo blanco de metal; en el horóscopo europeo: el signo de Virgo, emblema de los meditativos como Jorge Luis Borges. Huérfano a los trece años, fue enviado por su madre a Jacona, pequeña

Seguirá nuestro Amado Nervo en las bibliotecas rosas por sus incapacidades insuperables; por su deplorable inclinación a la chabacanería, por su gusto dudoso, por su carencia de profundidad y de misterio, por su falta de poder para desvelarnos radicalmente [...] y sobre todo, porque no tiene una

“EN “ 1895, SU NOVELA CORTA EL BACHILLLER DESPIERTA EL INTERÉS Y SU FAMA INICIA CON LA POLÉMICA POR LA FORMA EN QUE EL AUTOR TEATRALIZA LA VOCACIÓN POÉTICA DEFINIDA POR LAS SOMBRAS DE LA EDUCACIÓN RELIGIOSA .

EC_201.indd 5

03

dimensión más allá de su eficacia comunicativa. Nervo decía estar más orgulloso de su prosa que de su poesía. Pocos se han detenido en esto. Por ejemplo en “Las ideas de Tello Téllez”, escritas al final de su vida, se pueden leer páginas donde aparece un “maestro apócrifo” que luego veremos en Antonio Machado. Sin embargo, el aliento que mueve sus composiciones ha sido capaz de atravesar las décadas y todavía un adolescente en 1962 —el suscrito— recitaba de memoria los versos de “La raza de bronce” que le hicieron notar a Porfirio Díaz que tenían musiquita. De hecho, esta facilidad armónica le costaría a Nervo el desdén de los escritores que vendrían después de él, más atentos a otros valores de la palabra poética.

EL MODERNISMO Y DARÍO De Tepic a Jacona, Zamora, Mazatlán, México, Madrid, París, Uruguay. Los lugares por donde anduvo y residió Amado Nervo deslindan también un espacio cultural y una órbita de la letra escrita y hablada en español. En París se hizo muy amigo de Rubén Darío, con quien compartió no sólo el domicilio sino también las tareas en la redacción de periódicos y revistas. Iban juntos a cafés, restaurantes y teatros, frecuentaban a los mismos amigos, como se desprende de la correspondencia de Nervo con su amigo Luis Quintanilla. La amistad entre Nervo y Darío se tradujo no sólo en colaboraciones puntuales sino en el tejido de una red. Nervo hacía publicar en México las colaboraciones de Darío y los autores promovidos por él. Juntos armaron una máquina de guerra llamada modernismo. Su fraternidad tenía también un lado humano. Nervo se había hecho amigo de Darío y de su pareja sentimental a la que había conocido en Madrid, Francisca Sánchez, la hija del jardinero de Alfonso XIII. Entre los tres se estableció una complicidad, convivían en el mismo espacio y esa alianza fue más allá de la muerte. Nervo visitaba a Francisca luego de la muerte del nicaragüense. Al morir Darío, Nervo escribió: ... Ha muerto Rubén Darío: ¡el de las piedras preciosas! ¡Cuántos años intensos junto [al Sena vivimos, engarzando en el oro de [un común ideal los versos juveniles que, a veces, [brotar vimos como brotan dos rosas a un tiempo [en un rosal! Hoy, ya tu vida, inquieta cual [torrente bravío en el Piélago arcano desembocó; [ya posas las plantas errabundas en [el islote frío que pintó Böcklin... ¡ya sabes [todas las cosas!

23/05/19 21:54


04

El Cultural SÁBADO 25.05.2019

“CREA “ EL MITO DEL POETA QUE SABE TEMPLAR NO SÓLO LAS CUERDAS ÍNTIMAS SINO LA LIRA HEROICA. LA RAZA DE BRONCE CONDENSA UN ABANICO DE LAS POSIBILIDADES ÉTICAS Y ESTÉTICAS DEL MUNDO INDÍGENA Y MESTIZO MEXICANO . terrible aventura. También es cierto que su frágil condición humana lo llevó a buscar el mundo, el amor y la felicidad profanas, y que el duelo por la amada perdida (La amada inmóvil) lo devolvería a ese camino de la desnudez y la búsqueda interior. Falta estudiar con cuidado la evolución religiosa de este poeta de cuya sinceridad no se puede dudar. Y precisamente la sinceridad es, como apunta Carlos Monsiváis, una brújula de su actitud ética. Tal vez percibiendo esto sus lectores lo siguieron en sus libros, en vida y póstumamente. La historia editorial de Amado Nervo no puede desprenderse de esta recapitulación. No sólo eso. Habría que añadir a esa historia editorial oficial la caudalosa de las ediciones piratas. Nervo es en ese sentido un clásico. Pero sigue siendo un misterio. Un fantasma que recorre la historia de la poesía mexicana con su cauda anacrónica pero decididamente carismática, con su vidriosa fama, tan peligrosa para él como para sus lectores. Los críticos y lectores de Amado Nervo, como la puertorriqueña Concha Meléndez, el hispanista norteamericano Alfred Coester, hasta Luis Leal y Manuel Durán, coinciden en dar cuenta de ese proceso por el cual Nervo deja atrás el cortejo afectivo del carnaval bohemio para adentrarse en las austeridades de una poesía a la par edificante y pedagógica. Este proceso pudo ser seguido abiertamente por el público que lo leía. Nervo se hizo un estandarte de la poesía entre las multitudes, pero al mismo tiempo fue perdiendo lectores entre los poetas más exigentes y comprometidos con los procesos de la vanguardia.

Ha muerto Rubén Darío: ¡el de las piedras preciosas! No es extraño que la estafeta del modernismo haya pasado naturalmente a manos de Amado Nervo. Muchas cosas tenían en común, además de las lecturas y del espíritu de su poética de la sinceridad y la naturalidad. Ambos eran capaces de imantar a las muchedumbres. La llegada tumultuosa de Darío a Veracruz en 1910 rima, en cierto modo, con el llanto de las multitudes a lo largo del continente durante el último viaje en barco de Amado Nervo en 1919, que las hacía salir a las calles para saludarlo. Darío llegando a Veracruz en 1910, Nervo llorado por multitudes en 1919. Cuando Ramón López Velarde se enteró de la desaparición del poeta, escribió: Un periodista me dijo... murió Amado Nervo... Quedé impasible. En ello reconocí la eternidad del muerto, porque vivir o morir es secundario para él, en presencia de la perpetuidad de su obra. Para mí, él es el poeta máximo nuestro... El Nervo encantador que me sé de memoria, pleno, sobresaltado, místico, abundante de gracia, fiel a sí mismo, de urbanas y ágiles maneras, amartelado con cada creatura... Una sola cosa sabemos: que el mundo es mágico... Vamos de la vigilia al sueño como del deleite de un rubí al encantamiento de una perla...

MISTICISMO Y BOHEMIA

EC_201.indd 6

VIGENCIA Y CELEBRIDAD Un año después de su muerte, en 1920, la colección Cvltvra publica Los cien mejores poemas de Amado Nervo, escogidos y prologados por Enrique González Martínez —poeta que, con Fuente > cervantesvirtual.com

“¿Era Amado Nervo un místico?”, se preguntaba Max Henríquez Ureña en su Breve historia del modernismo (1954). Había materia documental para esa cuestión delicada, a la vez íntima y pública. Nervo tuvo la tentación de entrar por la puerta estrecha del sacerdocio al que renunció. Muchos entendían que era una especie de sacerdote expoliado, un defroqué. Títulos como Místicas (1898), Los jardines interiores (1905), En voz baja (1909), Serenidad (1914), Renunciación (1914), Elevación (1917), El estanque de los lotos (1919) y El arquero divino (1922, póstumo) denunciaban o sugerían esa vacilación. Por eso mismo, Nervo puede hablar de Hamlet en su poema “La raza de bronce” como de un “doliente hermano”. Es cierto que Nervo leyó a Tomás de Kempis, quien urgía a sus lectores a la Imitación de Cristo: no a leer los Evangelios sino a ser Cristo. Es cierto también que por un momento, como queda claro en su poema, intentó esa

Carta de Amado Nervo a Rubén Darío, mayo de 1912.

Alfonso Reyes, podría decirse su heredero—. Luego, en la Biblioteca Nueva en Madrid, con ilustraciones de Marco, se publican entre 1920 y 1928 los 29 volúmenes de las Obras completas al cuidado de Reyes. En 1943, el sello Espasa Calpe de Argentina edita sus Poesías completas, y en 1944 la Editorial Nueva España de México. En 1945, el sello argentino Calomino lanza treinta tomos de las Obras completas previamente editadas por Reyes. Casi tres décadas después, la editorial Aguilar publica en Madrid, en papel Biblia, dos volúmenes empastados con edición, estudios y notas de Francisco González Guerrero para los escritos en prosa: volumen I (1,454 pp.) y una parte del II (1,889 pp.). En ese tomo, las Poesías completas, abarcan más de 600 páginas; su edición estuvo a cargo de Alfonso Méndez Plancarte. No hay queja de su actualidad editorial. Si en el pasado fue objeto de numerosas ediciones, incluidas las piratas, actualmente la UNAM cuenta con la página “Amado Nervo: lectura de una obra en el tiempo” (http:// www.amadonervo.net), dirigida por Gustavo Jiménez Aguirre. Escribió cuentos, novelas cortas, historias varias, cuadros costumbristas, crónicas urbanas, literarias y teatrales, piezas de “teatro mínimo”, conferencias, discursos, libros, crónicas de viaje, cartas, textos autobiográficos, apuntes, ideas, aforismos. La vertiente poética no es menos caudalosa: las más de 600 páginas del tomo II impresas a doble columna abarcan Mañana del poeta (18861891), Místicas, Poemas (1894-1900), Cantos escolares, El éxodo y las flores del camino, Los jardines interiores, En voz baja, Serenidad, La amada inmóvil, Elevación, El estanque de los lotos, El arquero divino, La última luna (abril-mayo de 1919). El pacto que sella la vocación poética de Amado Nervo es a la vez artístico y civil, poético y político, literario y religioso. Al redactar cada una de sus estampas líricas, al fraguar sus poemas y dejarse hablar por los espíritus de la letra que lo convocan y apremian, al reiterar en cada signo su apuesta espiritual y ética, interroga al mito y paralelamente crea el mito del poeta que sabe templar no sólo las cuerdas íntimas sino la lira heroica. En particular, “La raza de bronce” cifra y condensa un abanico de las posibilidades éticas y estéticas del mundo indígena y mestizo mexicano. Al morir en Uruguay, Nervo es declarado “Príncipe de los poetas continentales” y “el más grande lírico de América”. El buque en que viaja rumbo a México el cadáver embalsamado del poeta es escoltado por naves de Argentina y de Cuba; llega cubierto por los pabellones de otros países —como Venezuela y Brasil— que se han unido a Uruguay en el duelo. Un vistoso sarcófago diseñado y esculpido por el artista uruguayo José Zorrilla de San Martín arropa los despojos del poeta, que yace en la Rotonda de las Personas Ilustres. Lo veneran las multitudes que lo han leído y lo siguen en procesión a

23/05/19 21:54


El Cultural SÁBADO 25.05.2019

05

lo largo de ese viaje póstumo que trae sus restos desde Banda Oriental hasta México, en un barco de guerra escoltado por una comisión de intelectuales, un trayecto que dura casi medio año. Desembarca el 11 de noviembre en Veracruz. Ese día se declara luto nacional. El 14 de noviembre es inhumado en la Rotonda del Panteón de Dolores. El cortejo convoca a cerca de 200 mil personas.

EN LA CIUDAD LITERARIA El nombre de Amado Nervo llegó a ser ejemplo del escritor despierto en las orillas del poema y en las de la prosa. También sinónimo del poeta a la vez oficial y popular. Tal vez no es extraño que Ramón López Velarde lo haya considerado como un ascendiente decisivo de su proyecto poético, ni que Octavio Paz lo lea a la luz de esa “religión del amor” que practicó López Velarde y desde luego él mismo, autor de La llama doble. Tampoco es casual que Reyes lo cite copiosa y naturalmente a lo largo de su obra, ni que le haya dedicado al menos su Tránsito de Amado Nervo, ni que la primera edición de sus Obras completas las editara el mismo Alfonso Reyes para la Biblioteca Nueva con elegantes ilustraciones en las portadas, estilo art déco, ni que la segunda edición, para el sello de Aguilar, se deba a los buenos oficios de Alfonso Méndez Plancarte. Amado Nervo ronda las calles de la ciudad literaria mexicana e hispanoamericana como una sombra fiel a su propia hora. Fue un poeta religioso. Buscó el fantasma o la presencia de lo sagrado no sólo en el ámbito litúrgico sino aun y sobre todo en el amor o en los amores imposibles. Octavio Paz, Alí Chumacero, José Luis Martínez, Juan José Arreola —me consta— se sabían de memoria poemas y versos de Nervo. Tampoco es casual que Carlos Monsiváis le haya dedicado su libro Yo te bendigo, vida. Amado Nervo: Crónica de vida y obra: su memoria pagaba así una deuda con el autor de tantos poemas citados y re-citados por él mismo. Quizás sólo los estudiosos están conscientes de que la obra de Amado Nervo permanece aún por descubrir. Un ejercicio que puede distraer de la lectura gastada de la poesía cívica o de las efusiones sentimentales es el de espigar en los versos y la prosa de Amado Nervo las composiciones que le dedicó desde su juventud hasta su edad madura a Siddhartha Gautama, Buda, de las cuales hay ejemplos en la

Algunos de los 29 volúmenes de las Obras completas, al cuidado de Alfonso Reyes, Biblioteca Nueva, Madrid, 1920-1928.

“NO “ ES EXTRAÑO QUE RAMÓN LÓPEZ VELARDE LO HAYA CONSIDERADO ASCENDIENTE DECISIVO DE SU PROYECTO POÉTICO, NI QUE OCTAVIO PAZ LO LEA A LA LUZ DE ESA 'RELIGIÓN DEL AMOR' QUE [ÉL MISMO] PRACTICÓ .

EC_201.indd 7

antología de Jorge Cuesta y en el Ómnibus de poesía mexicana de Gabriel Zaid, otro lector suyo. Nervo fue un hombre de su tiempo, es decir, es uno de nuestros soterrados contemporáneos. Pero su escritura poética se sobrepone a la silueta del hombre de letras que, a pesar de la admiración oficial, aún no ha merecido una biografía digna de ese nombre, ni una nueva, rigurosa y actualizada versión de sus Obras completas. Debo reconocer que me admira el entusiasmo —cívico o religioso, sentimental o pánico— que estremece algunos poemas suyos y esa peculiar, inconfundible musicalidad de su escritura poética que el lector encuentra en antologías, libros de texto y, desde luego, en los versos de otros poetas que a veces lo re-escriben sin atreverse a citarlo.

y anhela la transfiguración, el acto mediante el cual el escritor deviene sucesión de formas diáfanas”.13 Monsiváis pone como ejemplo un poema de este proceso:

TODO YO Todo yo soy un acto de fe. Todo yo soy un fuego de amor. En mi frente espaciosa lee, mira bien en mis ojos de azor: ¡hallarás las dos letras de FE, y las cuatro, radiantes, de AMOR! Si vacilas, si deja un porqué en tu boca su acerbo amargor, ¡ven a mí, yo comienzo, yo sé! Mi vida es mi argumento mejor. Todo yo soy un acto de FE. Todo yo soy un fuego de AMOR.

OTRAS LECTURAS Octavio Paz afirma en su ensayo sobre Amado Nervo de 1950: “Después decide desnudarse. En realidad se trata de un cambio de ropajes. El traje simbolista, que le iba bien, es sustituido por el gabán del pensador religioso. La poesía perdió con el cambio sin que ganara la religión o la moral”. Y Eduardo Lizalde recuerda, en su ensayo sobre Manuel Gutiérrez Nájera: del Nervo brillante, lírico, enamorado, romántico-modernista de la primera etapa, todo el mundo habló bien; en cuanto entró al misticismo y a los sermones del género catequista, todos odiaron discretamente la poesía de Nervo, incluidos sus discípulos y admiradores.10 A su vez, Salvador Elizondo precisa: “Según muchos, Amado Nervo (18701919) es el más grande poeta modernista mexicano, pero su condición más exacta es la de ser el más modernista de los poetas mexicanos de su época”.11 Es, en cualquier caso, un poeta que suscitó en vida y todavía sigue despertando fervores y distancias. Entusiasmos y reticencias, precisamente por esa lealtad a su camino interior, a su vocación artística, poética o religiosa. Es cierto, como recuerda Carlos Monsiváis, que Amado Nervo fue quizá uno de los últimos avatares del poeta inspirados por “una fe religiosa, la mística del verbo”.12 Ese fervor se daba tanto en el ámbito privado como en el espacio público. Según lo señala Monsiváis: “De entre los modernistas, Nervo es el más abiertamente religioso a la antigua usanza,

Febrero 9, 191514

Notas 1 Amado Nervo, Obras completas, tomo II, “Prosas-Poesías”, edición, estudios y notas de Francisco González Guerrero (prosa), introducción y noticia biográfica de Alfonso Méndez Plancarte (poesías), Aguilar, Madrid, 1952, p. 1216. 2 Enrique de Olavarría y Ferrari, Reseña Histórica del Teatro en México, 1538-1911, prólogo de Salvador Novo, Editorial Porrúa, México, 1961. 3 José Luis Martínez, Literatura mexicana siglo XX, 1910-1949, Antigua Librería Robredo, México, 1949, p. 153. 4 En Obras completas, op. cit., pp. 993-994. 5 Amado Nervo, Un epistolario inédito. XLIII Cartas a don Luis Quintanilla, prólogo y notas de Ermilo Abreu Gómez, México, Imprenta Universitaria, 1951. 6 Ramón López Velarde, “La magia de Nervo”, en Obras, edición de José Luis Martínez, Fondo de Cultura Económica, México, 1971, pp. 502-503. 7 Véase Concha Meléndez, Amado Nervo, Instituto de las Españas en los Estados Unidos, Nueva York, 1926, y Manuel Durán, Genio y figura de Amado Nervo, EUDEBA, Buenos Aires, segunda edición, 1969, 223 pp. 8 Amado Nervo, Obras completas, op. cit. 9 Carlos Monsiváis, Yo te bendigo, vida. Amado Nervo: crónica de vida y obra, Gobierno del Estado de Nayarit, Hoja Casa editorial, México, 2002, 120 pp. 10 Eduardo Lizalde, Tablero de divagaciones, tomo I, FCE, México, 1999, pp. 19-20. 11 Salvador Elizondo, Museo poético, segunda edición, Aldus, México, 2002, p. 27. 12 Carlos Monsiváis, op. cit., p. 41. 13 Ibid., p. 44. 14 Ibid., pp. 41-44.

23/05/19 21:54


06

El Cultural SÁBADO 25.05.2019

Un aspecto fundamental en la prosa y la vertiente narrativa de Amado Nervo reside en su consagración al periodismo no sólo como un modus vivendi sino también como tribuna ideal para el notable cronista que fue; la profesión periodística, además, le permitió viajar y encontrarse con las figuras literarias de su tiempo, tanto de Europa como del continente americano. Este ensayo se concentra en un registro singular de esa vertiente que no suele ser comentado y confirma la fertilidad de su escritura.

EL HUMOR EN AMADO NERVO MARY CARMEN SÁNCHEZ AMBRIZ

EC_201.indd 8

Fuente > el-mexicano.com.mx

C

uando se menciona la presencia de Amado Nervo en la literatura mexicana, de inmediato se piensa en poesía y narrativa (cuentos y novela corta), pero suele dejarse fuera una de sus facetas más interesantes: la de periodista. ¿Cuántas veces pensamos que la obra de Nervo es sinónimo de solemnidad y golpes de pecho, considerando su apego a la religión cristiana? Nervo frecuentó el artículo breve, a caballo entre la crónica y el ensayo, con desenfado, lucidez e ironía, con la precisión de una prosa que inhala impaciencia y exhala situaciones inesperadas de la vida cotidiana. Miradas de complicidad, recovecos de la memoria en donde las palabras funcionan como principio generador de inquietantes monólogos. El tipo de ensayo que practica parte de una introspección para cumplir fielmente con su propósito: (d)escribe, (ad) vierte, (re)cuenta. Hay un aspecto inseparable del ensayo y Nervo lo sabe: la hibridez, la interrelación de otros elementos para la afirmación de su especie. Atrapados por el entusiasmo y las habilidades ensayísticas de Nervo, somos testigos de la buena salud que gozaba el periodismo del siglo XIX, que también contó entre sus filas a Joaquín Fernández de Lizardi, Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Ramírez, Justo Sierra y Manuel Gutiérrez Nájera (éste último más cercano a los años en que el autor nayarita ejerció el diarismo como una forma de vida). ¿En qué se diferencian Nájera y Nervo? Aunque ambos viven del periodismo, Nájera lamenta que este oficio lo aleje de la literatura, del tiempo que podría dedicar a la poesía. En uno de sus textos confiesa que ha dilapidado sus dones en la velocidad de las colaboraciones periodísticas, quizá porque tenía la firme convicción de que “el periodista crea para el olvido”. Nervo, en cambio, no dispara reproches al oficio de periodista, porque gracias a esa oportunidad puede vivir de la escritura, viajar, conocer Europa y otras maneras de abordar la

El narrador y periodista.

literatura. Mientras que en Gutiérrez Nájera el periodismo es una especie de ancla que trae consigo un sacrificio, en Nervo se convierte en una puerta que le abre otros ámbitos y, por consiguiente, no se queja. El narrador solía firmar sus textos periodísticos con el nombre de RipRip, en homenaje a un cuento de Gutiérrez Nájera con ese título. Aseguraba que para escribir un artículo no se necesita más que un asunto porque “lo demás... es lo de menos”. Gustavo Jiménez Aguirre, especialista de la obra de Nervo e investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, reconoce que sólo Amado Nervo y Gutiérrez Nájera en la crónica, y algunos textos periodísticos de Vicente Riva Palacio, logran transmitir sentido del humor, inusual en la literatura del siglo XIX. Carlos Monsiváis, lector voraz de la literatura y el periodismo el siglo XIX , advierte que Gutiérrez Nájera creía que desde los periódicos se podía educar a la población, relacionarla con la literatura, el teatro y la cultura en general. En ese sentido, el periodismo se presenta como un camino para llegar a una sociedad imbuida por las prisas y ligada al analfabetismo. La crónica es más que una herramienta informativa, pues cumple una función didáctica para quienes no tienen tiempo de leer otras cosas. Así lo veía Gutiérrez Nájera, que tomaba muy en serio su papel en el periodismo de aquellos años.

Rafael Pérez Gay, otro atento lector y antologador de Gutiérrez Nájera, recuerda: Una noche de junio de 1893, Manuel Gutiérrez Nájera y Carlos Díaz Dufoo inventaron el periodismo cultural mexicano mientras caminaban por la calle oscura de Escalerilla. El director del Partido Liberal les ofreció a los escritores la edición del periódico del día domingo. Así surgió el primer suplemento literario de México: Revista Azul, ni más ni menos. (https:// www.nexos.com.mx/?p=14530) En México: 200 años de periodismo cultural (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 2012), Humberto Musacchio consigna que si la Revista Azul es el órgano del decadentismo, la Revista Moderna (editada por Amado Nervo), será beneficio, homenaje y despedida de esa corriente, de ese ambiente que comprende el simbolismo y el modernismo (p. 22). Musacchio cita un elogio que Nervo hace de José Juan Tablada, el interlocutor del modernismo en México y no del pseudomodernismo ininteligible y cursilón en que se ahogan infinidad de poetas hueros de la República que lo desacreditan de puro imbéciles (ibid.). Mirar a México y algunos países de Europa a través de los ojos de Nervo es una experiencia grata y enriquecedora, que sirve para tomarle el pulso al sentido crítico del escritor. Habría que recordar que Nervo opta por tomar la bandera del modernismo, corriente heterodoxa de renovación, anticonformista. Cuando tenía 29 años, en 1900, fue enviado como corresponsal en París del periódico El Imparcial, donde residió durante dos años, entabló amistad y se relacionó con escritores modernistas como Rubén Darío, Catulle Mendès, Jan Moréas, Guillermo Valencia, Leopoldo Lugones

23/05/19 21:54


El Cultural SÁBADO 25.05.2019

y Oscar Wilde, por mencionar algunos. En ese momento, Wilde era conocido como defensor del arte por el arte, creador de diálogos intensos y cargados de ironía, que derivaron en feroces críticas por parte de los sectores conservadores cuando fue condenado por su preferencia sexual. No resulta aventurado pensar que Nervo conoció la obra de escritores herederos de la mejor tradición del ensayo inglés, como Samuel Johnson, Charles Lamb, Thomas de Quincey, Jonathan Swift o Samuel T. Coleridge. Además frecuentó a los autores de la Generación del 98 y, en particular, a un estupendo ensayista, Miguel de Unamuno, con quien sostuvo una relación epistolar, de admiración mutua y amistad cordial.

PEQUEÑOS MILAGROS LITERARIOS Las cosas que parecen pequeñas o insignificantes adquieren otro valor al ser nombradas por Nervo: un bastón, un piano y hasta un estudio fotográfico donde se practica una especie de espiritismo, pues los clientes deben mencionar el nombre de algún familiar que se encuentre en el más allá antes de que el fotógrafo oprima el obturador, y en ese momento ocurre lo que podría llamarse magia. Resulta inevitable no reír ante un autor del siglo XIX mexicano que así practica el sentido del humor. El texto se llama “Fotografía espírita” y está incluido en una antología de Cuentos y crónicas de Amado Nervo ( UNAM, México, 2015). Añadir a una sesión fotográfica el espíritu de un familiar no es cualquier cosa, menos aun si se le pide al hombre que será retratado que recuerde a su madre; no a la del fotógrafo, por supuesto. Nervo elabora un texto cercano a la comedia de enredos, cuyo fin es atrapar espíritus de antepasados. La sutileza de la prosa, la ocurrencia de la anécdota y el suspenso de lo que está a punto de suceder tienen al lector en el filo de la butaca. Imagino la carcajada de Monsiváis cuando leyó por primera vez estos entresijos que van hacia la esencia misma de la fotografía, la cual consiste en capturar el alma de las personas. Nervo confecciona una notable disertación acerca del bastón y resulta inevitable no pensar en lo que en su momento escribió Robert Louis Stevenson sobre los paraguas, recopilado en Memoria para el olvido (edición de Alberto Manguel, Fondo de Cultura Económica/Siruela, México, 2008). Para contarnos el mundo, tanto Nervo como Stevenson se basan en su propia experiencia como punto de partida para ilustrar una idea o empezar a tejer una madeja de hilos y conexiones, de un modo sutil y ameno, lúcido y práctico. Son autores que, aunque no llegaron a conocerse (acaso tampoco a leerse) coinciden en la manera en que desarrollan textos breves, misceláneos; comparten el amor por las palabras, la ironía devastadora, la claridad en las ideas, el equilibrio entre el

EC_201.indd 9

“IMAGINO “ LA CARCAJADA DE MONSIVÁIS CUANDO LEYÓ POR PRIMERA VEZ ESTOS ENTRESIJOS QUE VAN HACIA LA ESENCIA MISMA DE LA FOTOGRAFÍA, LA CUAL CONSISTE EN CAPTURAR EL ALMA . tono personal y anecdótico. Cuando se publicaron estos ensayos de Stevenson se les definió como un conjunto de pequeños milagros literarios y, sin duda, a esa estirpe pertenecen los textos de Nervo: Los paraguas, como los rostros, adquieren cierta correspondencia con el individuo que los lleva: de hecho, son mucho más susceptibles de traicionar su confianza, ya que, mientras que hasta ahora el rostro nos lo dan hecho y todo nuestro poder sobre él se encuentra en torcer el gesto y en reír y hacer muecas, durante las primeras tres o cuatro décadas de vida, cada paraguas es elegido entre todos los de la tienda como el que más se adecua al temperamento del comprador —apunta Stevenson. (Memoria para el olvido, op. cit., p. 295). En otras latitudes, una noche se le ocurre a Nervo entrevistar a su bastón sobre su pasado y llega a las siguientes conclusiones: Las cosas sin alma están más cerca de la naturaleza que nosotros, los perpetuamente aturdidos con la barbulla mundanal, y tienen la ruda sinceridad de los seres primitivos no encadenados a la infame forma social: antifaz hipócrita de todos los propósitos nefandos, de todos los intentos torcidos. Mi bastón sabe mucho. Fue rama de una encina milenaria que el rayo jamás pudo abatir. [...] Presenció la maravillosa hazaña de aquel paladín, denominado Machuca porque, rota ya su lanza en la batalla, desgajó una poderosa rama de una encina que crecía frente a aquélla, y con tan tosca arma machucó enemigos a granel. (Cuentos y crónicas de Amado Nervo, op. cit., p. 72).

MAYUSCULISMO Y TECNOLOGÍA Amado Nervo se muestra casi obsesionado con la ortografía, al grado de proponer que se cobre un impuesto que "enriquecería al erario", más aún si se aplicara a "las cartas amorosas". En varias ocasiones demuestra preocupación porque las personas escriban de manera correcta, pero en particular las mujeres. “¿Han visto ustedes en México una mujer que escriba con ortografía? Indudablemente que no”, responde el poeta nayarita (ibid., p. 86). Hasta para arrojar su reclamo posee ingenio:

07

La sabia ahorca una felicidad con la soga de una S, y la ignorante desmiembra a un hombre con la supresión de una hache (ibid., p. 87). Casi con bata blanca y estetoscopio en mano, Nervo diagnostica una enfermedad que ha detectado en algunos de sus amigos: el mayusculismo, “la tendencia a escribir con mayúscula una infinidad de palabras que no la necesitan” (ibid., p. 69). A medida que se avanza en la lectura es posible darse cuenta del disgusto que le inspira y de su crítica sutil: Mi amigo adolece de la enfermedad en grado tal que mutila, por ejemplo, la mayúscula a los nombres propios de personas —que, según él, no merecen tener individualidad— y mayusculiza, en cambio, nombres de cosas que quizá no requieran tamaño honor. Escribe, por ejemplo, a su criado: “paco, mándame las Cartas que hayan llegado para Mí”. Porque dice que Paco se llama cualquiera, mientras que cada carta es un ramillete de ideas, de afectos, de deseos; es un alma; es el pensamiento de un amigo en la blanca ánfora de un sobre... (ibid., p. 71). ¿Qué diría Nervo de la forma en que se escriben mensajes de texto en los teléfonos celulares? Seguramente también estaría en contra del mayusculismo, pues ya se habría dado cuenta que no se requiere de levantar la voz para que el mensaje llegue a su destino de manera eficaz. Y, por supuesto, ya se hubiera percatado de que las vicisitudes ortográficas no incluyen sólo al género femenino, sino que hay equidad al respecto. Sin duda, una frase de Nervo se vuelve muy actual y certera, en relación con el padecimiento que describe: “La congestión mental de mayúsculas todavía no está estudiada y da pie con raya a todas las psicosis modernas” (ibid., p. 71). Y, a propósito de la escritura, queda a la vista la faceta de Nervo como visionario de un tipo de tecnología que en sus ensayos aún es ficción, pero que hoy es una realidad. “Entonces vendrá, acaso, el periódico hecho de caracteres eléctricos, que aparecen en una placa a la vista del abonado” (ibid., p. 129). Esto lo imagina en 1896 y es una premonición del mundo actual, cuando desde una tableta o cualquier celular inteligente podemos consultar un diario con caracteres electrónicos. Ayer, 24 de mayo, se cumplieron cien años sin Amado Nervo. Por su parte, el poeta y ensayista Manuel Durán, en el prólogo a Cuentos y crónicas de Amado Nervo, da cuenta de ese peculiar estilo irónico, ágil y antisentimental: No hay que olvidar que más de las tres cuartas partes de la obra de Nervo es prosa, y que la prosa de Nervo —ligera, burlona, inquieta, curiosa, sencilla, incisiva— se cuenta entre lo mejor de la prosa escrita en castellano hacia aquellos años.

23/05/19 21:54


08

El Cultural SÁBADO 25.05.2019

El mercado de artesanías de La Ciudadela es imán que atrae las expresiones más dispares del folclor mexicano y chilango, para bien o mal. Pulseras de vidrio, hamacas, ponchos de color violento, guitarras y corazones de latón pueblan sus pasillos, repletos de turistas. Ese conjunto abigarrado forma el contexto de este cuento de humor negro, en el que la protagonista se burla de extranjeros ingenuos, mientras el narrador pasea su depresión entre ceniceros insospechados y llaveritos irrisorios.

ROSA HUELE A MONZÓN GABRIEL RODRÍGUEZ LICEAGA

C

omo apenas el día anterior fue el Súper Tazón, el mercado de artesanías de La Ciudade la está lleno de ponchos y sarapes de Saltillo con los escudos de varios equipos de la NFL. Cuelgan alrededor de nosotros ostentando, a la par, cartulinas fluorescentes que comunican sus recién obtenidos descuentos. Rosa está debajo de uno de los Patriotas de Nueva Inglaterra. Feo como escupir en misa. El viento pretende agitarlo pero se ve que es pesado. Tosco, se zangolotean nomás sus flecos. Es azul y plata y lleno de diamantes mixtecos y tiene un cincuenta por ciento de rebaja. Los Pats perdieron, leí en todos los periódicos que me topé en el camino. —¿Viste el juego anoche? —me pregunta Rosa. —Sólo en vigilia como tocino —le respondo, pero como veo que mi frase sólo le parece un jirón de metáfora, agrego que me metí al cine a esa hora. —Y viste Doctor Zhivago o cuál. El partido duró cinco horas. —Huí de la algarabía voluntariamente. Jamás le he entendido a ese deporte. Según yo hay más comerciales que jugadas. No sabía que te eran relevantes esas ceremonias deportivas. Nunca quisiste acompañarme a ver al Azul. —Tuve que soplármelo enterito. Todos mis inquilinos son gringos. Hasta me pinté la cara. Un niño nos ofrece unos diminutos imanes de pasta con forma de sopes, pozole, tacos y otras garnachas. —No, gracias —decimos los dos al mismo tiempo. —Menudo punto de encuentro elegiste —digo—. Entiendo que te dé pena que te vean a mi lado... —No empieces, Alán. —No. En serio. Además llegué como media hora antes. Me paseé por los pasillos del mercado sólo para hacer corajes. Los chipiturcos de futbol americano son una cosa pero... acabo de ver una versión prehispánica de la ardilla que sale en La Era del Hielo. Venden marionetas de madera con la cara del expresidente que tú

EC_201.indd 10

prefieras. Venden alcancías de marrano pintadas como los integrantes de Kiss. Es un delirio este lugar. Te juro que pensé que me había explotado la tacha. —Es normal que la artesanía de los mercados se adapte a las influencias populares más chicharroneras. Los artesanos indígenas también ven tele. Además es lo que vende. —Me recuerda a esa sección que ha crecido mucho últimamente en las librerías, donde venden pisapapeles con la cara de Edgar Allan Poe o cortadores de pizza con forma de bicicleta. —O marionetas de Einstein, para el dedo. —Si lo analizas es una pinche locura. Tazas con la oreja rota y la cara de Van Gogh impresa. —Piénsalo así: no hay un día en el que no veas un Minion en la calle. Ya sea en forma de piñata o en la mochila de un niño. Vemos más Minions que Mona Lisas o Marilyn Monroes. Hoy en día es más probable que en la tlapalería tengan colgando un póster de los Minions que a Cristo en agonía. —Quizá exageras. Hablando de eso: no hay día en el que no te vea en sueños o piense en ti desnuda en cualquier rincón de mi casa. Silencio incómodo. A lo lejos, un cumbión. Rosa huele a una temporada propicia para navegar. Me mira a los ojos. Sin decir nada. Sabe cómo volver inermes mis más arrojados ímpetus. Después de todo ya no somos hermanastros. Es decir: nada sucio ni inmoral impide que nos demos unos bocinazos, ¿no? Vamos pasando junto a la fonda que está adentro del mercado. —Qué bueno se ve ese guacamole. —Te invito uno —le respondo. Inmediatamente arrepentido. No tengo más de veinte pesos en la bolsa. Nos sentamos. La mesera nos reparte hojas enmicadas.

Fuente > mendozapost.com

Ordenamos. Yo, agua del filtro. Ella, una coca cola sin azúcar. El guacamole para los dos. En la mesa de enfrente unos turistas enrojecidos por el sol de la ciudad se agencian sendas cervezas con Clamato y salsitas. A cuatro colonias de ahí yo tengo acceso a varias Sol gratis en la tiendita de mi cuñado. O bueno, no gratis: a cuenta. Aquí, en medio de La Ciudadela, no poseo sino una Maruchan en la panza y unas tremendas ganas de beber hasta olvidar que soy, lo que viene siendo, un fracaso. —Bueno. Por qué me citaste aquí, ya dime —le digo. —Simple. Tenía que venir a comprar unas cosas. Artesanías. A propósito de lo que estabas quejándote hace apenas un rato. ¿Te acuerdas lo que decíamos siempre acerca de los turistas? Bueno, lo puse en práctica... Y saca una enorme Frida Kahlo con cola de sirena y actitud sexi. Luego pone sobre la mesa una Virgen de Guadalupe que parece caricatura japonesa ojona, ¡dios mío! Más que manto sagrado parece que está en pijama. Estoy a nada de empezar a gritar palabrotas. Rosa saca una tercera artesanía: una mezcla entre Wolverine y la Catrina de Posadas. Remata la colección con un Cristo hecho con clavos doblados; no se me ocurre algo, simbólicamente, de peor gusto. No puedo sino desear que ya traigan la canasta de pan gratis. De perdida unos totopos. —Chingo a mi madre para siempre —comento—, ojalá que en vez de barro, nos hubieran hecho con frijoles refritos. —¡No, y espérate! Tengo algo para ti, mi exhermanastro favorito. Del fondo de su bolsa saca un cenicero. Del borde del cenicero cuelga Condorito. —Ya no fumo. —¡Qué chingados! —exclama Rosa. —Ya no fumo. Es un vicio inmaduro y de mal gusto. Un vicio del siglo pasado. Un vicio propio de nuestros papás, la neta. Realmente dejé de fumar porque es caro. Un vicio carísimo. Un vicio relajante y que ayuda a sobrellevar la

23/05/19 21:54


El Cultural

vida pero para el que, de momento, no me alcanza. Sale más barato un tamal verde que dos Marlboro sueltos. —Bueno. Eso arruina mi chiste —me dice Rosa. Mete sus artesanías monstruosas de nuevo en su bolsa para el mandado. —¿Ya también eres humorista? —Mi chiste de los exnovios. Lo conoces. —Cuéntamelo otra vez. —Yo tenía un novio que fumaba mucho. Cuando regresaba a casa me chocaba llegar con toda la ropa oliendo a cigarro. Un día encontré a ese novio soplando humo encima de mi suéter. —¿Neta? —Espera. Luego tuve un novio que tenía un gato. Me chocaba regresar a mi casa con la ropa llena de pelos. Un día encontré a ese novio untando a su gato encima de mi suéter... —Me encantaría soltar una carcajada. Lo juro. Un niño nos suplica que le compremos mazapanes asoleados y probablemente pulverizados. Le decimos que no al mismo tiempo. En la espalda, el chamaco trae el nombre de Messi aunque la playera es de las Chivas. —¿Cómo te va, Alán? He escuchado cosas de ti que no me laten nadita. —Todo lo que te cuenten es cierto. Me va mal. Mis pinturas no le interesan a nadie. No pienso regresar a trabajar en publicidad. Prefiero morirme de hambre pintando mis tarugadas que diseñando anuncios de yogurt o servicios de telefonía. Mi vida es una mierda desde que nuestros padres se separaron y tú te casaste con el hombre aquel que unta gatos en tus faldas. ¿Cómo me dijiste que se llama? —No te he dicho cómo se llama. Vi a tu novia nueva en Instagram. Muy bella. Cuando tengan cachorros, ¿me guardan uno? —Bien. Ésa es la Rosa que me gusta... combativa. —No vine a pelearme contigo. Me preocupas y lo sabes. Crecimos juntos y nuestros papás en algún momento se amaron. Déjame ayudarte. Aún te queda dinero del premio que ganaste, ¿verdad? ¿Necesitas dinero? Sólo dímelo. —Me queda dinero del narcopremio. Era una lanota. Falso. Todo el dinero de ese premio lo gasté en sushi y vinos con refil, hoteles en la ciudad de Oaxaca, tablas de carnes frías, libros con separador de listón, pinceles y ladrillos de cigarros. Ah, y condones con textura. Lo poco que me quedó después de un año lo gasté en cervezas artesanales con alto grado de alcohol y una Diosa Blanca de Graves a la que sigo sin quitarle el plástico porque probablemente acabe vendiéndola en una librería de viejo. Estoy en la ruina. —De verdad, me preocupas. —Rézale por mi alma a tu artesanía de la Virgencita. Plis. —Ya. Hagamos las paces. Esto quizá te dé risa. ¿Sabes para qué son estas mugres que compré? —No sé si quiero saberlo. —Rento las casas de mi madre, tu

EC_201.indd 11

Fuente > cellcode.us.com.mx

SÁBADO 25.05.2019

GABRIEL RODRÍGUEZ LICEAGA (Ciudad de México, 1980) es ganador del Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2012, el Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez 2015 y el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2018, en Novela.

exmadrastra adorada, a extranjeros que vienen a sentir que ellos descubrieron los tlacoyos. Apartan los hogares vía internet. Yo subo fotos de las habitaciones, de la vista, del refrigerador. Bueno. Cuando llegan les hago un pequeño tour por la casa. Enumero las decoraciones y me invento artistas contemporáneos que hicieron cada una de estas artesanías de mierda. Los turistas no indagan. Si les dices que un cenicero fue hecho para un emperador azteca se lo creen. Apenas se regresan a Seattle o a Yokohama yo les mando fotos de estos mismos objetos, pero rotos. Sin una pierna o con partes quebradas. Es placentero hacerle daño a un alebrije, créeme. La cosa es que si no me pagan yo puedo calificarlos mal en la app y eso es lo peor que les puede pasar porque ya nadie les rentaría sus casas en el mundo. Son capaces de pagarte lo que sea por una máscara de luchador vomitada. Además siempre llegan a dormir pedos, ebrios del peor de los tequilas. Juran que ellos rompieron tu Árbol de la Vida diseñado por un chiapaneco con apellido de italiano. —Te amo. Casémonos. —Esa propuesta llega caduca, querido. Y lo sabes. Incluso más tarde que el mentado guacamole. Y alza la mano solicitando la presencia de la mesera. Veo su axila sin rasurar. Es lo más cerca que estaré de su sexo en lo que me queda de vida. O tal vez no. Pienso en su cama decorada con focos de árbol navideño. Suena su teléfono. Una fea canción de Morrisey. Ella se aleja dando brinquitos en busca de privacidad y yo la veo en medio del patio. Rosa. El mercado de artesanías delirantes vivifica su belleza. Prisión, cuartel y depósito de armas, La Ciudadela posee una reina. Trae los pelos pintados de rojo y uno de esos estúpidos sostenes que más bien son arneses llenos de tirantes y aros. No es un día soleado pero un cañón de luz polizón se encarga de que el anillo en su mano brille como la más pura de todas las creaciones humanas. Debí pintarla más, usarla de modelo. Quizá esos cuadros sí se hubieran vendido. Quizá debí ahorrar. ¿Qué nos detuvo? Si de todas maneras salimos de vientres distintos. Necesito una cerveza. Vuelve a la mesa disculpándose. Se tiene que ir. Un taxi que ella no pidió se aproxima. Me muestra un

09

mapa en su teléfono y un automóvil diminuto que, en efecto, está cerca. Mete la mano en su bolsa de dama. —No. Déjalo. Te invito tu refresco, que de hecho jamás llegó a la mesa —digo, metiéndome en un broncón. ¿De dónde voy a sacar para pagar una cuenta de menos de cien pesos? Siento como si no me hubiera bañado en semanas. Pero lo que saca del bolso es un libro que le presté la última vez que nos vimos. Una novela japonesa cachonda. Buena edición. Pienso que podré ir a venderla mañana y sacar lo de un par de latas de atún. —Me encantó. La comentamos en un mes. Yo te digo dónde nos vemos. ¿Okey? Me da gusto que hayas dejado el fumanchú. Cuídate. Me latió verte. Asiento. O algo parecido. Me urge que se vaya. Me urge que se vaya para que no me vea arrojando el cenicero de Condorito al suelo con lágrimas en los ojos. Plop. Se despide con un beso al aire. Se aleja cargando sus bolsas llenas de artesanías horripilantes, baratonas pruebas físicas de que vivimos en un siglo donde los símbolos están despoblados de sentido, culeros recuerditos de un presente podrido. Pienso en aquellas figuras de barro hechas a imagen y semejanza de nadie. Si el Dios del Antiguo Testamento fue el primer escultor de la historia, carajo, también fue el último. El perfume de Rosa permanece a mi lado escasos segundos. Quizás alegue una ida al baño y más bien huya corriendo hacia el metro. Sopeso mi bolsillo del pantalón en busca de un milagro. Escasas monedas haciendo un escandalito. Colonia Tabacalera, colonia San Rafael, Santa María la Ribera. Lindavista. La miscelánea de mi cuñado detrás de la Vasconcelos. El olor a monzón vuelve sorpresivamente pero Rosa no está enfrente de mí. Suena mi teléfono. Tengo un mensaje de voz suyo: “Ah, por cierto. Encontré un billete de quinientos en tu libro. ¿Te acuerdas que cuando ganaste el premio metiste varo en algunos libros al azar? Bueno: sorpresa. Muy buena novela, ya la comentaremos, chau...”. Hojeo el tomo. Dos Benitos Juárez me observan con acre recelo. Jamás puse dinero en libro alguno. Jamás. Supongo que es algo que le dije para provocar en ella la falsa idea de que ahorré un porcentaje de dicha cifra. Yo quería que, cuando éramos hermanastros, ella creyera que poseía un futuro. La evoco gritándome cosas. Hace frío. Los climas severos siempre están en presente. Y según dicen, por la noche se pondrá peor. Frente frío número doce. Lo que Rosa escuchó es cierto: me han corrido de casa y duermo en una azotea del Centro entre lienzos afectados por la humedad, jaulas de ropa secándose y tanques de gas con fugas. Diario despierto con náuseas. Un poncho con el logo de Green Bay a mitad de precio me caería bastante bien. Alzo la mano en busca de la mesera. Ni sus luces.

23/05/19 21:54


L A N OTA NEGRA Por

FRANCISCO HINOJOSA @panchohinojosah

DESPEDIDA A MEDIAS LA CANCIÓN # 6 Por

ROGELIO GARZA @rogeliogarzap

MÚSICA Y MARIHUANA

EC_201.indd 12

A CUATRO AÑOS de que iniciara el suplemento El Cultural de La Razón su entrada en la vida lectora de nuestro país, y luego de 102 colaboraciones, he decidido dejar mi columna quincenal para seguir participando en él de manera eventual. Agradezco mucho a los dos editores que me tocaron y con quienes siempre tuve una buena relación: Delia Juárez y Roberto Diego Ortega. Desde joven fui un coleccionista de suplementos culturales y revistas literarias hasta que los continuos cambios de casa y la falta de espacio me hicieron renunciar a ellos: le calculo unos seis mil ejemplares que fueron a parar a los libreros de un muy buen amigo que compartía conmigo esa manía coleccionista. Conservo sólo algunas revistas de las que fui editor o que en su momento mandé encuadernar: algunos años de La Gaceta del FCE, Los Universitarios, Revista de la Universidad, Nexos, El Obelisco, La Orquesta y unas pocas más. En lo que se refiere a los suplementos, se iban apilando semana con semana hasta convertirse en inconsultables, en montones de papel que escondían textos que había leído en su momento y que quería conservar para una futura relectura. Entre otros: La Cultura en México, Sábado, La Jornada Semanal, El Nacional Dominical, La Letra y la Imagen, Diorama, etcétera. Hubo un momento en el que casi todos los diarios publicaban uno los fines de semana. Hoy ya son muy escasos y por supuesto los leo en línea. Entre esos, creo que El Cultural ha ganado muchos lectores gracias a la oferta tan diversa de textos que ofrece. El nombre de la columna, La nota negra, ha sido trashumante. La he mantenido por tres décadas. La primera vez salió en la revista Casa del tiempo (UAM, 1989). Luego viajó a Notimex y a una publicación llamada Tecnología empresarial. En esta nueva etapa en El Cultural, que duró cuatro años, salió a veces con una errata que nunca corregí porque me gustó más: La gota negra. Si en alguna ocasión decido reunir algunos de los textos aquí publicados, lo haré bajo ese título. También escribí de manera eventual otra columna llamada La musa araña para La gaceta del FCE y actualmente lo hago sin compromiso de fechas para Literal, Latin American Voices. Nunca corro con prisa para terminar un libro mío. El promedio de tiempo que me lleva hacerlo es de siete años. La peor señora del mundo me llevó cinco horas.

PARA DARSE LAS TRES:

1. The Grass is Greener. Rola por Netflix La hierba es más verde, el documental dirigido por el hip-hopero, artista visual y documentalista Fab 5 Freddy con el productor Vikram Gandhi. Trata la historia y la música afroamericana, la importancia de la marihuana en el blues, el jazz, el soul, el reggae, el funk y el hip-hop, y el trasfondo racial de la guerra contra las drogas en Estados Unidos. Participan Snoop Doog, Damian Marley, B Real, Chuck D y Carl Hart, el neurocientífico rasta y máster de las drogas que desde 1972 ha investigado esta guerra contra los negros y los mexicanos. Los exponentes de los géneros y estilos musicales que forjaron aquel país han sufrido persecución por ser fumadores y defensores de la planta y los derechos del consumidor, pero sobre todo por ser orgullosamente negros. Historia mix de yerba, música y política racista. 2. Tierra Beat. La Fiesta Internacional de Música y Acción Ambiental se realizó el 27 y 28 de abril en el Parque Bicentenario. Más de cien mil asistimos gratuitamente para disfrutar, bailar y pachequear con 34 grupos de reggae, rock y electrónica. Además se llevaron a cabo noventa actividades culturales y recreativas, conferencias y talleres en torno a la crisis climática. Caímos el sábado de reggae y electrónica, fue curioso alternar entre los escenarios y sus contrastes de ánimo, temperatura y concurrencia. Reggae Marihuana vs. Rave Tacha. Optamos por la calidez del primer escenario, atiborrado de personal, humo y los ritmos de Tribu, Vibra Muchá, Olinka & Masehuali, Vientos Roots, Los Guanábana, Lengualerta, Los Aguas-Aguas, Sargento García y Gondwana. A esas alturas, tendidos en el pasto entrada la noche, la voz de Hollie Cook nos levantó a mover

Fuente > blog.seccionamarilla.com.mx

SÁBADO 25.05.2019

AGRADEZCO A QUIENES ME LEYERON DURANTE ESTOS AÑOS, A VECES CON TEMAS RELEVANTES Y OTRAS CON ANÉCDOTAS . En cambio, con la novela para niños De domingo a lunes, desde que la empecé hasta que la entregué a la editorial, pasaron catorce años. Rara vez me comprometo a terminar un libro en una fecha determinada, salvo los que he prometido como proyectos para el Sistema Nacional de Creadores. Hace años un amigo me decía que escribir, por ejemplo, la reseña de un libro en más de dos horas no era negocio. Y así me lo confirma la mayoría de mis colegas. Yo tardo al menos una semana en cumplirlo. Hacer periodismo cultural, así sea dos veces al mes, sí requiere cumplir con fechas exactas de entrega. Y nunca fallé a la cita puntual. En cambio sí dejé de lado algunos libros que vengo escribiendo desde hace tiempo. Esta es la principal razón por la que decidí dejar de ser un colaborador permanente de El Cultural y seguir como alguien que someta ocasionalmente a la consideración de su director un texto para ser publicado. Me quedo con dos temas pendientes: la cancelación de la Feria del Libro de Mazatlán por parte del alcalde morenista y con el supuesto homenaje al líder de la iglesia La Luz del Mundo en Bellas Artes. Agradezco también a quienes me leyeron durante estos años, a veces con temas relevantes en su momento y otras con anécdotas, homenajes y disparates. Quería terminar con mi entrega número cien, pero lo aplacé para cumplir con los cuatro años, que resultaron ser una capicúa: 102 para el número 201.

Foto > Especial

10

El Cultural

MÁS DE CIEN MIL ASISTIMOS PARA DISFRUTAR, BAILAR Y PACHEQUEAR CON 34 GRUPOS DE REGGAE . la patita otra vez. Resultó ser la hija de Paul Cook, el baterista de los Sex Pistols, y dio un conciertazo de roots en medio de una nube musical. Riguroso smoking para comulgar y bailar en paz con el planeta. 3. La Marcha del Millón de Porros. A ritmo de reggae, ska, dub, hip-hop y trip-hop, el cuatro de mayo se realizó en más de 300 ciudades de México y el mundo la marcha del Día Mundial por la Liberación de la Marihuana. Mantenerla ilegal y perseguir al consumidor es absurdo y criminal; mientras unos se acuestan con el diablo, otros le quemamos las patas. Acá fueron 16 estados donde los usuarios de la yerba salimos para exigir la liberación y el derecho al uso médico, industrial y recreativo, así como al cultivo personal. En la Ciudad de México fue encabezada por el buen Leopoldo Rivera, editor de la revista Cáñamo y presidente de la Asociación Mexicana de Estudios del Cannabis, que convocó a cerca de cinco mil alivianados que caminaron de la Alameda Central hacia la Suprema Corte de Justicia y luego al Zácalo. Legalícenla, cantaba Peter Tosh, es lo mejor que pueden hacer.

23/05/19 21:54


El Cultural

EN EL FONDO DE SU GRIETA en el muro, el alacrán lee las palabras de la máxima creación literaria de Mary Shelley: “Yo era bueno y cariñoso; el sufrimiento me ha envilecido”, dice Frankenstein, aspirante a Adán trastocado en monstruo por el desamor. La cita lúgubre llega al arácnido tras leer el artículo de Chris Hughes donde describe a Facebook como un Frankenstein y a Mark Zuckerberg como villano de película de James Bond . El escorpión recuerda a Hughes como fundador, junto con Zuckerberg, de la más importante red social del planeta, la cual abandonó luego por diferencias con su socio, a quien hoy señala como dueño de un poder imponente y ajeno al control de los reguladores y del mercado mismo. Nacido como herramienta para comunicar a los estudiantes de la Universidad de Harvard, el sitio de Facebook creció y se desarrolló como un auténtico monstruo, pues para millones de empresas hoy es un imprescindible mecanismo de marketing mientras partidos políticos, candidatos y gobiernos lo utilizan como instrumento propagandístico, de información o desinformación. Ante todo, escribe Hughes en el New York Times, “Zuckerberg es el único en decidir cómo configurar los algoritmos de Facebook, Instagram y WhatsApp para determinar quién ve qué cosa. Es un poder capaz de crear o destrozar empresas rivales o candidatos políticos”. La omnipresencia de Facebook es resultado de la ambición de Zuckerberg por crecer y de la poca disposición del gobierno para hacer algo por detener a la compañía, lee el venenoso en la descripción de cómo la estrategia de la empresa fue vencer a todos los competidores y cómo los reguladores y el gobierno dieron su aprobación de manera tácita o explícita. Al hacerse patente en los últimos años la manipulación inevitable

EC_201.indd 13

LE LLAMÉ Y LE DIJE DAVID, NO PUEDE

EL CORRIDO DEL ETERNO RETORNO Por

A INGLATERRA

CARLOS VELÁZQUEZ

SIN VER EL

@charfornication

SER QUE REGRESES

11

MÉXICO PROFUNDO . Me contó que había conocido el distrito rojo de Berlín, famoso por los aparadores que exhiben prostitutas. Pero según sus parámetros Alemania se queda corta con nuestra Tijuana. El viaje estuvo lleno de highlights, pero lo mejor fue la charla que sostuvimos Keenan y yo en nuestro viaje de regreso. Comenzó mientras esperábamos para abordar la van. Todo el tiempo hablo de música con gente o escucho música con compas, pero era la primera vez que me topaba con alguien que amara tanto a Lou Reed como yo, y por amar me refiero a conocer su obra a fondo. Algo nos hizo mencionar al ex líder de Velvet Underground, en particular a su álbum Ecstasy. Yo comencé a cantar “Baton Rouge” y Keenan comenzó a cantarla también. La gente que me rodea y dice que le gusta Lou Reed no sale del Transformer y del Berlin. Pero Keenan no, no se ha quedado en la superficie. Ha escarbado, como yo, intensamente en la última etapa de la discografía de Lou. De Ecstasy pasamos a Set the Twilight Reeling, New York, Songs for Drella y Magic and Loss. Pero cuando se me retorcieron las tripas fue cuando Keenan me contó que había estado la noche que Lou Reed dio el concierto registrado en Perfect Night: Live in London. Ese es uno de mis grandes discos. Contiene mis versiones favoritas de tres tracks de Lou Reed: “Vicious”, “Coney Island Baby” y “Busload of Faith”. Llegamos a San Diego y procedimos a cruzar a pie. Apenas puso un pie en TJ, a Keenan se le dibujó una sonrisa. Pasamos a que me diera un baño y luego comenzó nuestra peregrinación por la noche tijuanense: todo tipo de bares imaginables, congales y teibols. A las 6 de la mañana salimos de un antro y comenzamos a caminar hacia el hotel. De repente, sepa de dónde salieron, nos encontramos en el camino a tres gallos, uno de pelea. Y lo primero que hizo Keenan fue perseguir al peleador para cargarlo y acariciarlo. By the way, a pesar de que bebimos tres días consecutivos nunca se puso pedo.

Fuente > uvamagazine.org

(EN LOS ASIENTOS TRASEROS de una van, de Los Ángeles a Tijuana, hablando de Lou Reed). Amanecí meado. Mi último recuerdo de la noche anterior es que nos habían echado del Hong Kong porque una bailarina había acusado a Keenan de hacerla perder el tiempo. Nos exigió diez dólares de indemnización. No consigo recordar cómo fue que regresamos al hotel. Sepa si fue en Uber, taxi o a pie. Desperté con las piernas empapadas. Había olvidado el cinto en mi depa y no podía ponerme el pantalón, como la pantalonera es dry fit comencé a darle vueltas como rehilete para que se secara. David Keenan es un escritor escocés, autor de Memorial Device (Sexto Piso, 2018), que vino a pasar quince días a México. Ya tenía más de una semana sin salir de Coyoacán, entonces le llamé y le dije David, no puede ser que regreses a Inglaterra sin ver el México profundo. Vámonos de fin de semana a Tijuana. Lee Brackston, su editor en Faber & Faber, le advirtió que no fuera conmigo a Tijuana, me conoce, que ni se le ocurriera meterse conmigo al Hong Kong, pero apenas recibió mi invitación Keenan se compró un boleto de avión. Apestando a los mingitorios del mercado Juárez cruzamos la frontera. Nos demoramos en la garita porque a Keenan le pidieron un sello. Es la primera vez que paso al otro lado y no es a un compatriota al que retienen. I want the full experience, me había solicitado Keenan, así que le di el mismo trato de pobre. Bajándose del avión lo subí a una combi con rumbo al centro. Para Los Ángeles no rentamos ningún carro. Nos fuimos en unas camionetitas que parten cada hora de San Ysidro repletas de puro paisa. Los Ángeles no estaban en el presupuesto, pero quería aprovechar para ver la exposición de guitarras de David Gilmour que se exhibía en Christie’s. De todas formas durante el día Tijuana está amodorrada, lo jugoso está en su vida nocturna. En Los Ángeles nos recogió un muchacho modesto, de nombre Juan Carlos Razo, en su Land Rover. Y entonces un sueño acariciado por varios meses se me cumplió: chingarme un ramen. En Ciudad Godínez no encuentras un ramen tan chingón como el que nos comimos en Daikokuya. Pasamos por Amoeba Records y aparcamos en Stout para tomarnos unas cervezas y jangueamos con Juan Carlos. A total leyend, en palabras del propio Kennan, quien se resistió a pasar la noche en L. A. Deseaba regresar a México. Los Angeles is my girlfriend, but Tijuana is my wife, dijo a manera de despedida. Nos trepamos de regreso en una van y le dijimos adiós a California. Welcome to Tijuana. Keenan estaba fascinado.

Foto > Especial

SÁBADO 25.05.2019

CHRIS HUGHES DESCRIBE A FACEBOOK COMO UN FRANKENSTEIN Y A MARK ZUCKERBERG

CO N DAV I D KEENAN EL SINO DEL ESCORPIÓN Por

ALEJANDRO DE LA GARZA @Aladelagarza

COMO VILLANO DE PELÍCULA DE BOND . en esa red social, Hughes lamenta no haber pensado en cómo “el algoritmo de la sección de Noticias podría cambiar nuestra cultura, influir en elecciones y empoderar a líderes nacionalistas”. A lo anterior, el escorpión añade bots, trolls, spam y otros mecanismos de la inteligencia artificial aplicados con malicia en Facebook, así como las cuentas híbridas, las noticias falsas y el tráfico con los datos de los usuarios, entre otros riesgos. “Cada vez que Facebook comete un error, repetimos un patrón agotador: primero nos indignamos, después nos decepcionamos y, por último, nos resignamos”, remata Hughes, quien ahora se suma a varios políticos demócratas de Estados Unidos en la búsqueda de una manera legal de dividir a Facebook de Instagram y WhatsApp, así como de escindir a los otros gigantes tecnológicos: Amazon, Apple y Google. El arácnido, quien ha sobrevivido sin Facebook, cita melancólico a Frankenstein: “Si no puedo inspirar amor, desencadenaré el miedo”.

FRANKENSTEIN FA C E B O O K

23/05/19 21:54


SÁBADO 25.05.2019

ESGRIMA Por

ALICIA QUIÑONES

ODISEO BICHIR A D A P TA R Y MEJORAR

A

sus 59 años de edad, Odiseo Bichir, actor mexicano, cuenta con una impresionante trayectoria en cine, televisión y teatro. Ha participado en montajes como Electra o la caída de las máscaras de Marguerite Yourcenar; El buen canario de Zach Helm, dirigido por John Malkovich; Una noche en la playa de Javier Velga, dirigido por Alejandro Ricaño, y La gaviota de Anton Chekov, dirigido por Diego del Río, entre otros. En la pieza Pequeña voz, del dramaturgo inglés Jim Cartwright, encarna a Ray Say, un buscador de talentos que, en el intento de hacerse millonario, descubre a una joven. Bajo su timidez, ella esconde una de las mejores voces que él haya escuchado. Pequeña voz se presenta en el Teatro Milán y es el motivo de esta entrevista. ¿Cuál es la importancia de estar en esta obra? El universo que plantea el autor me parece atractivo y poderoso para narrar la historia sobre la búsqueda de la propia voz. El autor plantea cómo puede arreglárselas un ser humano para vencer obstáculos terribles y salir adelante con su propia forma de ver el mundo. La invitación para participar en esta pieza es de Óscar Uriel, productor de la obra. Me entusiasman mucho las dinámicas en las que se encuentra envuelto mi personaje, así como su carácter y personalidad. ¿Para qué sirve el teatro en un México de tantos cambios sociales y políticos? Su función es ofrecer la experiencia incomparable de vivir en directo, sin filtros, sin efectos digitales, sin tecnología digital, la presencia de personas de carne y hueso que actúan para el espectador. El teatro es un espejo donde podemos vernos reflejados y examinar de una manera muy creativa las convicciones humanas y las grandes preguntas filosóficas del ser humano, como quiénes somos, qué hacemos aquí, cuál es nuestra misión, qué es lo que nos impide salir de un mundo tan convulso, tan violento. ¿Cuál es tu misión como actor? Trabajar para alcanzar la experiencia viva de seres humanos cuyas condiciones sirven de inspiración, de confrontación, y también para cuestionar dónde estamos parados. El trabajo que encara un actor está siempre al servicio de un autor, de un dramaturgo o de una idea, un tema, una premisa, pero el dominio del arte escénico establece las partituras, los tiempos y los ritmos para sostener una historia en el ánimo del espectador. El director intenta, a través de su trabajo, de sus productores y actores, procurarle al espectador una experiencia intensa y completa. El teatro es como vivir una epifanía o hallarse de pronto ante una revelación muy poderosa, porque eso tiene el arte. La poesía, la literatura, la música, el arte en general es misterioso en cuanto a sus grandes capacidades para conmover a un ser humano, entonces la labor del actor es responsabilizarse de su personaje de manera tal que pueda ser útil en ese proceso.

“VOY “ COLECCIONANDO TIPS, ACTOS, ADEMANES, FORMAS DE MOVERME, DE EXPRESARME A PARTIR DE LO QUE VEO EN OTROS SERES HUMANOS”.

EC_201.indd 14

¿Ha cambiado la forma de trabajar desde el momento en que iniciaste tu carrera? Lo que ha cambiado son ciertas estructuras. El teatro actual cada día combina más géneros y tonos, que exigen del actor un entrenamiento muy completo. Lo mismo debe dominar la farsa que la comedia. Es el resultado de búsquedas que han llevado a estas formas coloridas, estos contrastes, entre cosas que creíamos haber conocido a fondo como únicas e indivisibles y que ahora están mezcladas, están conviviendo y no chocan entre sí. Pequeña voz, por ejemplo, no solamente puede ser una comedia, sino también una comedia musical, una pieza dramática, un melodrama y también puede tener algo de tragedia y algo de farsa y locura desatada y feroz, casi una pantomima, a veces grotesca.

Fuente > vivowallpaper.com

12

El Cultural

¿Cómo sigues profesionalizando tu oficio como actor de teatro? El entrenamiento que he recibido desde hace muchos años es el que tuvo la generosidad de proporcionarme mi famila: mi madre, Maricruz Nájera, y mi padre, Alejandro Bichir. Son egresados de la Escuela de Teatro del INBAL, fueron mis primeros entrenadores y ellos me llevaron con otros maestros. Pisé el escenario siendo muy pequeño y constantemente aplico los mismos preceptos: mantener la mente abierta, leer todo lo que pueda, todo lo que sea nutritivo para el intelecto — novela, poesía, cuento, ensayo—. Hay que ser selectivo tanto con lo que uno lee como con lo que escucha y, por supuesto, practicar la observación constante de la condición humana. El mundo en que vivimos nos ofrece grandes cantidades de material, datos e información muy importante para seguir reflexionando sobre quiénes somos y cómo nos comportamos. Me interesa concentrar mi atención en nutrirme de las formas que tenemos las personas de comportarnos en distintas circunstancias: cómo nos movemos, nos conducimos. Eso es una fuente de riqueza inagotable, como lo son también los consejos y las críticas de mis colegas. El arte teatral puede que no sea la inmediata cura contra el cáncer, pero es valioso por su naturaleza. ¿Qué harías si no hubieras seguido esta carrera? Si no practicara el teatro no sé dónde andaría. Es mi razón de ser en esta Tierra porque me da orden, organiza mi día con día, me mantiene alerta sobre el trabajo en equipo, sobre las necesidades de los demás y, por lo mismo, mi preparación profesional está en constante cambio, en evolución. Siempre estoy recibiendo información acerca de qué tengo que corregir y mejorar. Sigo acudiendo a talleres, a seminarios, cursos, sigo participando en el intercambio de puntos de vista con mis colegas en sesiones muy particulares como en los procesos de ensayos, las funciones, las temporadas teatrales y las notas del director. Así que mi preparación para comprender las distintas maneras de ser y de comportarse de diferentes caracteres y personalidades se sigue alimentando gracias a esta cantidad de información que afortunadamente está a la mano y, claro, si yo pudiera viajar más seguido lo haría todo el tiempo. Me gusta salir a las calles, conozco muy bien los medios de transporte y circulación de nuestra ciudad caótica. Los transportes, cafés y cines brindan herramientas que están a la mano de cualquier actor. Ofrezco disculpas por ser un observador oculto, un voyerista, sí, porque mientras me traslado de un punto a otro voy coleccionando tips, actos, ademanes, formas de moverme, de expresarme a partir de lo que veo en otros seres humanos. Eso me hace feliz, me llena de energía positiva. Estar encerrado en uno mismo es peligroso. Me parece venenoso permanecer sin cambio, sin movimiento, estancado. El teatro está en contra de eso.

23/05/19 21:54


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.