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Vicente Martínez Ruiz

Jueves Santo. La belleza del amor fraterno vencerá a nuestras pandemias

Vicente Martínez Ruiz

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Cofrade del Refugio

«Se levantó de la mesa, se despojó la ropa externa y se puso una toalla a la cintura. Luego puso agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a enjugárselos con la toalla que llevaba a la cintura» (Jn 13, 4-5)

Muchos de nosotros, amigos cofrades, nos hemos preguntado en más de una ocasión el porqué de esta etapa tan adversa y larga, qué mensaje nos envías Cristo del Refugio, para caminar día tras día con esperanza de saber que algún día venceremos, a esta pandemia en particular y al resto de “pandemias”que perduran en el tiempo.

cómo……. Apoyándome en el evangelio de este día, TÚ, Cristo del Refugio nos revelas

LA GRANDEZA DEL AMOR ES LA QUE SANARÁ A ESTE MUNDO. Es el Lavatorio de pies. Hoy es un día grande para los cristianos, enmedio de la tristeza que compartimos en nuestro corazón por la dolorosa situación producida por la pandemia que nos rodea y que está tardando en desaparecer, si bien es verdad que, tras todo nuestro esfuerzo de connamiento y demás acciones, da la sensación que comenzamos a ver resquicios de luz al nal del túnel, y es que el evangelio de este Jueves Santo nos muestra a Jesús, el Hijo de Dios, con sus doce apóstoles, celebrando la Cena Pascual en una casa. Jesús era sabedor de lo que sucedía y era consciente de la dicultad a la que se enfrentaría al subir al Calvario para ser clavado en la cruz. También sabía que uno de sus apóstoles lo rifaría por treinta monedas de plata y que el resto lo abandonarían a su suerte, pero Jesús se levanta, se ciñe la toalla, coge una palangana y lava los pies de los apóstoles. Se reduce y se humilla hasta el extremo y en una encomiable y ejemplar acción nos muestra la humildad del Padre, la vocación de servicio y de amor, su innita bondad y permanente misericordia y es que Cristo se muestra como esclavo de los esclavos, el servidor de todos, el primero y último que perdona cualquier iniquidad.

La humildad de Jesús tiene un paralelismo con las acciones de todas las gentes que en estos dos últimos años han contribuido en ayuda a los demás, p.e. aquellas que se han dotado de la mejor forma para ayudar a los afectados por el coronavirus sin saber de nombres, razas, religión e ideologías políticas. Ayudas provenientes de hospitales, otros desde sus hogares construyendo mascarillas, sirviendo comidas, otras “dando calor”a los damnicados, también encontramos personas siendo efectivas para hacer posible estas comidas, empresas que han colaborado fabricando material e instrumentos sanitarios para los enfermos y el personal sanitario y un largo etc de personas que seguramente me dejaré en el camino.

Ha sido una obra tremenda de generosidad y caridad a los hermanos. Gracias, Cristo del Refugio, por tener cerca de nosotros a tantas personas que son instrumento tuyo en momentos de especial dolor; el que sabe humillarse para servir y buscar el bien del prójimo es un cristiano que tiene a Dios en el presente y futuro.

DIA DEL AMOR FRATERNO. AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS. Otro aprendizaje que podemos recabar de este Jueves Santo es que el TÚ SEÑOR, nos regalas tu mandato: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». ¡Viva la esta del Amor! ¡Qué BELLEZA de Amor! Es la cena del Amor. Jesús nos ama hasta darnos su vida. «Oh Dios, que nos revelas tu poder con la misericordia y el perdón». En ello reside a grandeza de Dios, el poder y fuerza de Dios está en su amor y en su misericordia. Un pasaje del evangelio se reere a la seducción que intentó llevar a cabo Satanás a nuestro Señor, El diablo llevó a Jesús al alero del templo y le dijo: «Si eres el Hijo de Dios tírate de este alero y los ángeles te recogerán con sus manos» (Lc 4, 9-10). Hubiese sido un milagro patente, pero Jesús declinó tal tentación. Pudo realizar milagros prodigiosos, pero preere abrir sus brazos y dejarse clavar en la cruz por amor a todos, a ti y a mí., ¡Vaya ejemplo de BELLEZA nos ofrece el Señor, amando, perdonando e invitándonos a hacer lo mismo con nuestros hermanos! Si todavía tuviéramos dudas, es momento de abrirnos a la solidaridad, a no aceptar el descarte de los mayores porque “molestan”, de los niños no nacidos, de los discapacitados, de los enfermos, en denitiva, de los que están viviendo la Cruz en nuestro Cristo del Refugio.

La belleza del amor salvará al mundo. Nos toca día tras día luchar contra las seducciones del demonio de la división, de la intransigencia, del odio, de la venganza, de las difamaciones, del desprecio y es que a “mayor Santidad, mayor Seducción” Abramos el corazón de nuestro ser al buen latido del Amor, que nace del costado herido de Cristo en la cruz, del cual se origina la Eucaristía, manantial del amor. Recemos al Señor para que podamos ser instrumentos suyos de la fraternidad, forma de evangelizar al mundo, para que no aparezcan las 30 monedas que matan al hermano.

Sí, tengamos los oídos abiertos para escuchar el sufrimiento de nuestros hermanos y que pronto, Cristo del Refugio nos podamos abrazar sin miedo y podamos hablar sin mascarillas. Tu amor a todos tus hijos, Cristo del Refugio, siempre vence a todo. Gracias Cristo del Refugio, porque nos amaste hasta el nal, hasta el extremo. Gracias, porque en la última cena partiste tu pan y compartiste tu vino, para saciar nuestra hambre y nuestra sed. Te damos gracias, Cristo del Refugio, porque en la Eucaristía te conviertes en UNO con nosotros, nos acercas a tu vida, en la proporción en que estamos dispuestos a entregar la nuestra.

Gracias Cristo del Refugio, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia. Gracias, porque dijiste SÍ a celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor. Bendice nuestra cena, Cristo del Refugio; bendice a nuestros Cofrades más frágiles y enfermos con quienes hoy nos mostramos especialmente unidos, a aquellos que ya partieron hacia la Casa del Padre; que la fraternidad nos ilumine y nos dé esperanza.

Te pedimos Cristo del Refugio, que podamos expresarte siempre todo nuestro amor, danos la posibilidad de poder procesionar este día tan signicativo tras dos años sin poder hacerlo, y que esta noche se convierta en un manantial de austeridad, entrega y caridad hacia nuestros hermanos. Te lo pedimos y te damos gracias, Señor.

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