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Volumen 1.
Fecha de impresión: 1 20/10/14
Indice Hipnosis Caracterización de la percepción de riesgo y los factores de riesgo en jóvenes universitarios fumadores Cambios cognoscitivos en el desempeño de las tareas de atención y memoria viso espacial durante el ciclo menstrual Neuropsicología de la violencia
Mitos sobre la enfermedad de Alzheimer
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Hipnosis Luis M. Gallego Sáez - Psicólogo colegiado B 888 Especialista Universitario en Hipnosis (técnicas y aplicaciones)
Es curioso lo que se descubre al aproximarse al tema de la hipnosis, me refiero a la diversidad de disciplinas que la han utilizado (gentes del mundo del espectáculo, curanderos, magos, brujos, parapsicólogos y también médicos, psiquiatras y psicólogos).
Para continuar haciendo hincapié en el controvertido y casi siempre "mágico" tema de la hipnosis, encontramos infinidad de opiniones y concepciones diferentes incluso en el grupo de profesionales de la salud que la emplean en sus prácticas clínicas habituales, veremos en el próximo apartado diferentes aproximaciones y definiciones.
Lo anteriormente expuesto, nos da una idea de la complejidad del tema e incluso puede despistar al lector en cuanto a la pertenencia de la hipnosis a una u otra disciplina, me refiero al sentimiento de posesividad que hacia estas técnicas puedan experimentar los parapsicólogos, practicantes de ciencias ocultas, gentes del espectáculo y supongo que algún grupo más, que se me puede escapar en esta enumeración.
La hipnosis es una técnica o procedimiento que mediante sugerencias o sugestiones facilita o genera experiencias psicofisiológicas muy intensas, fuera de contexto y/o especiales.
Puntualizando:
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Es una técnica o procedimiento que en nuestra disciplina LA PSICOLOGÍA, está perfectamente contemplada, tanto es así que incluso en la American Psychological Association (APA), organismo que podría ser un referente para los psicólogos profesionales, tiene una DIVISIÓN, la número 30 Psychological hipnosis, que se dedica a tratar esta técnica con "pelos y señales". Los instrumentos para la práctica de la hipnosis, son las sugerencias o sugestiones, de manera que la comunicación es necesaria y además debe ser verbal al menos en sus etapas iniciales, posteriormente, cuando se ha adquirido el aprendizaje correspondiente, podemos desencadenar la experiencia hipnótica con otro tipo de estímulos que hayamos condicionado inicialmente, por ejemplo una música u otro tipo de señal. La experiencia hipnótica o de estar en hipnosis, tiene que ver con respuestas fisiológicas como por ejemplo el cambio de temperatura, la modificación de la tasa cardiaca, la sudoración, la vasodilatación o vasoconstricción todas ellas normales, pero no en el contexto en el cual se aplica la hipnosis que suele ser la consulta de un psicólogo o un laboratorio, de ahí su fuerza por lo sorprendentes.
La American Psicological Asociation, APA (1996) define la hipnosis como un procedimiento durante el cual se sugieren cambios en lassensaciones, pensamientos, sentimientos y conducta
También se producen respuestas psicológicas como el automatismo, la involuntariedad, las alucinaciones, la serenidad, la distorsión del tiempo, la analgesia, la amnesia y la disociación, respuesta esta última que se podría considerar como necesaria y confirmatoria de que se está en hipnosis, al menos en una sociedad como la nuestra en la cual se espera (expectativas) que ocurra algo especial para considerar que se ha conseguido estar hipnotizado.
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Caracterización de la percepción de riesgo y los factores de riesgo en jóvenes universitarios fumadores Lismary Pedraza Durán Profesora Asistente Departamento de Psicología Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas Santa Clara, Cuba Osana Molerio Pérez Profesora Titular Departamento de Psicología Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas Santa Clara, Cuba Rosanaily Álvarez Laureriro Yanely Hernández Valdespino Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas Cienfuegos, Cuba
Según la OMS para el año 2020, el tabaco será la causa de muerte de 400.000 personas. Al respecto, se exponen cifras alarmantes acerca del índice de mortalidad mundial con relación al tabaquismo, reflejando que en los países subdesarrollados es el más bajo, con el 12.12% en el sexo masculino y el 2.9%, en el femenino. Asimismo, haciendo una comparación de estos datos con las muertes ocasionadas a escala global por el consumo de alcohol (3.2%) y de drogas no legales (0.4%), el tabaquismo ocupa l primer puesto. (González, 2010)
Se estima que del total de la población general, fuman 4 de cada 10 hombres y 2 de cada 10 mujeres, considerándose que alrededor del 69% de los niños son fumadores pasivos. (Varona, García, René & Molina, 2010) Asimismo, se plantea que la edad de inicio del consumo de tabaco muestra una tendencia a la disminución, ubicándose entre los 14 y los 17 años; mientras que las 3/4 partes de los fumadores son adolescentes. (Hernández y Molerio, 2011)
Nuestro país no se encuentra exento de la problemática del tabaquismo, ya que en el año 2011 existían más de 2 millones de fumadores a partir de datos reportados por el Ministerio de Salud Pública.
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Por otra parte, información ofrecida en el Periódico Granma, se ha producido un incremento del hábito en las edades de 16 a 17 años. Datos aportados en esta misma fuente por la Dra. Patricia Varona Pérez, Directora del Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología, en el presente año señalan que la edad media de inicio del consumo se ha reducido de forma más acelerada en las muchachas que en los muchachos. (Fariñas, 2012)
Como se evidencia, la adolescencia constituye una etapa de riesgo para el inicio del consumo de cigarro. En este sentido, investigaciones realizadas al respecto han identificado que entre los principales motivos del inicio del consumo de tabaco se ubican la curiosidad, la imitación a los padres, la presión del grupo de amigos, la aceptación social, la anticipación a la edad adulta y la rebeldía. Al respecto, se considera que alrededor del 10% de los jóvenes fuman activamente y el 25% de manera ocasional. (Varona, García, René & Molina, 2010)
de 5231 estudiantes que integran el curso regular diurno, 369 son fumadores activos. En el caso de los 4862 que restan de la población universitaria, pueden ser considerados fumadores pasivos al estar expuestos al humo de tabaco ambiental. (Prevención, C. d., 2011)
El mal hábito de fumar en cualquiera de sus variantes y, especialmente, durante la adolescencia y la juventud, es reforzado por un grupo de factores de riesgo, entendiéndose este término como conductas asumidas que van en contra de la integridad física, mental, emocional o espiritual de la persona; es decir, que representan a todas aquellas circunstancias o eventos de naturaleza biológica, psicológica o social que posibilitan que un individuo incurra en alguna conducta riesgosa. (Zaldívar, 1990)
En la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (Cuba) durante el curso 2011-2012, la Comisión Central de Prevención y el Centro de Bienestar Universitario identificaron una tendencia al aumento del consumo de cigarros, constatándose igualmente una ligera disminución de la edad de inicio del consumo. De igual forma, comienza a ser menos diferenciador el escenario en cuanto al consumo por sexo, facultades o áreas de procedencia. En este sentido, las cifras revelan que de una matrícula
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Partiendo de este análisis, la compresión de los mecanismos de funcionamiento del proceso de percepción de riesgo resulta hoy necesaria para entender a cabalidad el comportamiento adictivo. (Gómez, Aical, Monllau, & Vittore, 2000) Entendiendo la percepción de riesgo como la capacidad que posee el estudiante de reconocer los daños, el grado de susceptibilidad y consecuencias del hábito de fumar; en función de la cual se configurarán los mecanismos de autorregulación para evitar la vulnerabilidad y se asumirán comportamientos saludables.
Consecuentemente, se hace evidente la necesidad de intensificar las acciones de prevención en el sector juvenil no solo porque los jóvenes integran un grupo de riesgo, sino porque el joven universitario muchas veces es visto como un referente en las comunidades donde vive y, por tanto, pudiera convertirse a la vez en un promotor de estilos de vida saludables, o no. Para satisfacer estas necesidades, una de las miradas más importantes es el tema de la percepción de riesgo del tabaquismo y los factores de riesgo asociados a su consumo en los jóvenes universitarios, estudio que se hace imprescindible para poder diseñar estrategias educativas en el contexto universitario.
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Cambios cognoscitivos en el desempeño de las tareas de atención y memoria viso espacial durante el ciclo menstrual Juana Medellín Moreno Profesora Investigadora Universidad Autónoma de Tamaulipas Matamoros, México
El presente estudio se realizó con el propósito de conocer las diferencias que existen en la atención y la memoria viso espacial de acuerdo al ciclo menstrual: premenstrual, menstrual y pos menstrual. La muestra fue de 90 mujeres, a las que se les aplicó el Test de André Rey (TFCR), que comprende dos tareas: copia ymemoria. Se realizó ANOVA de un factor con niveles correspondientes a las fases: premenstrual, menstrual y pos menstrual obteniéndose un valor estadísticamente significativo F = 3.45, p < .036, mostrando diferencias en el efecto del ciclo menstrual sobre la puntuación en tarea de copia. La principal conclusión es la demostración de que las distintas fases del ciclo menstrual pueden afectar al rendimiento en la atención viso espacial.
Las mujeres difieren de los hombres en sus atributos físicos y en la función reproductora, además de ello parece ser que algunos procesos cognoscitivos también son distintos, específicamente en lo que se refiere a las habilidades cognoscitivas como la atención y la memoria viso espaciales (Hampson & Kimura, 1988). Particularmente en las mujeres existe un cambio hormonal que se manifiesta regularmente desde la adolescencia que se inicia con la menarquía. Dietrich, Krings, Willmes, Neulen, Erberich, Thron & Sturm, (2001), afirman que la variación de los niveles de estrógenos en la sangre, como ocurre durante el ciclo menstrual, tienen una fuerte influencia en los aspectos neuropsicológicos y neurofisiológicos, además que las hormonas modulan la lateralización hemisférica funcional de las mujeres.
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Por lo que Dreher, Schmidt, Kohn, Furman, Rubinow & Berman, (2006), han mostrado que existe una relación entre los niveles hormonales y la activación cerebral, que están positivamente relacionados con los niveles de estradiol, dado que durante la fase pos menstrual se activaba mayormente la corteza orbitofrontal, y asimismo la amígdala en la fase premenstrual. Además, en lo que se refiere a los niveles hormonales específicamente los estrógenos, Craig & Murphy (2006) han sugerido que actualmente hay un aumento en los resultados de diversos estudios que muestran que los estrógenos tal vez modulen algunas funciones cognoscitivas.
De la misma forma, Rosenberg & Park, (2002) han encontrado que los niveles hormonales en mujeres, también refiriéndose al incremento en los niveles de estrógenos, mejoran el desempeño de la memoria, específicamente de la memoria de trabajo verbal, sin embargo, que dicho aumento no tiene ningún efecto en tareas espaciales. No obstante, los resultados obtenidos por O’Reilly, Cunningham, Lawlor, Walsh & Rowan, (2004) indican que la fase de ovulación y la fase menstrual no tienen influencia en el desempeño de tareas tales como la memoria explícita e implícita, mientras que los resultados de Morgan, Rapkin, D´elia,
Reading & Goldman, (1996), revelaron que el ciclo menstrual tiene una influencia mínima en tareas cognoscitivas. Diferente a Hampson, (1990a, 1990b) y Hampson, Finestones & Levy, (2005) quienes encontraron que el desempeño de las mujeres en tareas visualperceptiva y espacial compleja, suele ser mejor en la fase menstrual en comparación con el resto de las fases del ciclo.
A pesar de la interpretación de los resultados y dada la variedad de los estudios, resulta limitado el conocimiento de los efectos de las diversas fases del ciclo menstrual en la memoria y en la atención, esto debido a una gran variedad de problemas en el abordaje metodológico al intentar especificar la influencia hormonal sobre algunos procesos cognoscitivos (Sherwin, 2007). Por lo que el presente estudio da a conocer si existen diferencias en la atención visoespacial y la memoria visoespacial de las mujeres, acordes al ciclo menstrual específicamente en las fases premenstrual, menstrual y posmenstrual.
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Neuropsicología de la violencia Carlos Alberto Hurtado González Universidad de Salamanca Salamanca, España Adriana Juliet Serna Jaramillo Universidad de Salamanca Salamanca, España
La violencia se ha instaurado como un posible estado de disociación de la personalidad, las contantes crisis personales, familiares y mundiales han llevado a que los sujetos no tengan una adecuada capacidad de sublimar los instintos violentos que albergan en lo más recóndito de su mente, de hecho, son muchas las investigaciones que se dirigen a estudiar la mente violenta de un sujeto, pero son pocas las que se han atrevido a aventurar respecto de lo que ocurre a nivel cerebral cuando un sujeto se convierte en víctima o victimario de un suceso que desequilibra el modus operandi de su vida. Este artículo tiene como objetivo proporcionar una revisión selectiva y detallada sobre la neuropsicología de la violencia, ya que este flagelo se ha convertido en objeto de estudio debido a la desestructuración de la dinámica individual, familiar y social de los contextos y personas que la padecen.
Investigaciones recientes demuestran que los sujetos que se encuentran inmersos en contextos de violencia suelen presentar alteraciones cerebrales en la sobreactivación de la amígdala, centro de la memoria emocional que tiene como función principal albergar los instintos más primitivos del ser humano.
Para Blair (2010), los sujetos con tendencia a la psicopatía y comportamiento antisocial se caracterizan por presentar problemas en el procesamiento emocional, situación que Blair define como una reducción de la culpa, insensibilidad y carencia de emociones, lo que en psicología clínica se traduce como afecto plano, asimismo, los sujetos con rasgos psicopáticos tienden a mostrar una reducción considerable de la amígdala y la corteza orbitofrontal, esta última relacionada con la conducta/comportamiento y adaptación a los contextos inmediatos.
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A diferencia de Blair (2010), Gil Verona et al. (2002) manifiestan que las conductas agresivas se encuentran relacionadas con una alteración o inhibición de síntesis de la serotonina, los autores argumentan que un número de agentes sociales estresantes como el maltrato y el abuso sexual suelen disminuir los umbrales biológicos de la violencia, los cuales se encuentran relacionados con disfunciones del sistema de serotonina y dopamina. Lo anterior lleva a inferir, sin necesidad de generalizar, que el ambiente en el que se desenvuelve el sujeto tiende a ser un factor predisponente o de influencia para adquirir ciertos comportamientos agresivos.
Hablar de violencia es referirse a un estado de dominancia y sumisión, un estado que conlleva a infringir dolor de tipo físico, emocional, familiar, sexual y todas las variables que conlleven a desmejorar la calidad de vida de aquellas personas que están sometidas a estos eventos desestabilizadores de su realidad, no obstante, detrás de esas agresiones comienzan a prevalecer un número de alteraciones cerebrales que inhiben un adecuado afrontamiento ante una diversidad de estímulos amenazantes. Blair (2010) argumenta que la sobre-activación de la amígdala conlleva a que sujetos inmersos en estados de violencia presenten un riesgo mayor de inadaptabilidad social, situación que suele generar un estado de agresión proactiva, característica que se enmarca en el comportamiento antisocial que viene precedido por una alteración en la amígdala y el hipotálamo, generando, de esta manera, una reducción en la actividad reguladora frontal que conlleva a que estos sujetos no presenten un adecuado procesamiento de la información y que su toma de decisiones esté sujeta a los estímulos amenazantes.
De esta manera, es necesario que las futuras líneas de investigación no solamente se centren en aspectos del porqué de las alteraciones cerebrales generadas por la violencia, es vital que las investigaciones se centren en aspectos de tratamiento integrales para aquellas personas que se encuentran en contextos violentos, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
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Mitos sobre la enfermedad de Alzheimer La enfermedad de Alzheimer Fue en el año 1907 cuando por primera vez se registró un caso que propició la cobertura científica y nosológica de esta nueva entidad clínica por el neuropatólogo alemán Alois Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva con una sintomatología manifiesta a niveles cognitivo, funcional, psicológico y comportamental, de inicio lento e insidioso, de evolución gradual, sutil y progresiva, de deterioro irreversible, ocasionando déficit cognitivo y una importante sintomatología emocional y conductual. Prima la variabilidad de los casos entre los afectados en edad de inicio, proceso de evolución y manifestación de los trastornos psicológicos, conductuales y emocionales.
La EA comienza inicialmente con evidentes quejas de memoria, de un modo etéreo que produce en el individuo frecuentes olvidos, también se dan marcados cambios de humor y minoritarios problemas de lenguaje y comprensión, en principio (problema con encontrar alguna palabra o el contenido del discurso más breve). El progresivo deterioro agrava estas nacientes limitaciones con el avance de la enfermedad. Estos síntomas originarios son atribuidos con frecuencia a la vejez y enmascarados por el propio enfermo hacia su entorno más próximo. Además de estos trastornos crecientes de memoria, aparecen anomalías en otras funciones mentales, dificultades para la realización de tareas familiares, desorientación (espacial y temporal), cambios en la personalidad y problemas asociados a la enfermedad como delirios, alucinaciones, labilidad emocional, agitación y agresión, irritabilidad, apatía, alteraciones de sueño, deambulación, cambios en la conducta alimenticia y alteraciones en la función ejecutiva. 12
Histológicamente se caracteriza por hallazgos consistentes en placas neuríticas y lesiones neurofibrilares corticales, atrofia de neuronas y sinapsis, la angiopatía amiloidea, la placa senil y el cambio neurofibrilar. Se han postulado varias causas etiológicas para explicar el padecimiento de la EA. Como factores de riesgo en el ámbito generativo se han citado la incidencia en el sujeto del genotipo APOE4, una historia familiar de Alzheimer. Demográficos se han considerado la edad avanzada, cociente intelectual/nivel educativo, ractores médicos la depresión, hipercolesterolemia, obesidad, déficit B12, historia médica anterior, diabetes, tabaquismo, alcohol y la incidencia de traumatismos. Debido a la multiplicidad de factores y formas de manifestación, su diagnóstico debe de ser cuidadoso y diferencial y proceder a una evaluación integral del sujeto. La EA es la causa de demencia mas frecuente en el anciano.
Mitos y falacias Los mitos más extendidos acerca del Alzheimer se agrupan en las siguientes categorías: 1. Salud, 2. Productos-fármacos preparados, 3. Tratamiento, 4. Sintomatología y e. Enfermo, los referidos al paciente. Salud: Conjunta todos aquellos mitos relacionados con el ámbito de la salud y el padecimiento creciente de la EA. Normalmente se asocia con una enfermedad normal, irremediable y consecuente del envejecimiento. Se considera a esta enfermedad relacionada con problemas de memoria fundamentalmente, siendo el único de los síntomas destacados. Una característica interesante radica en la creencia de que la EA es una enfermedad hereditaria. De este modo, se han descrito anomalías cromosómicas pero esto no responde a un patrón de herencia. Sí es cierto que exista una entidad rara de la enfermedad (menos del 1% de todos los casos) de transmisión familiar, denominada la EA esporádica. Asimismo, se vincula el padecimiento de la EA solo a adultos mayores, cuando existen evidencias de casos en personas de 30-40 años. El caso más precoz descubierto es el de una mujer de 30 años (Alzheimer´s Disease Internacional, 1997).
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Productos: Enlaza todos aquellos mitos relativos al consumo de fármacos, sustancias, productos que se han asociado erróneamente con un origen de la EA en la población. El aluminio causa Alzheimer como un mito originario de la década de los años 60 y 70. El hecho de beber, cocinar en ollas, cacerolas, tarros de este material causaba EA. Lo mismo ocurría con los empastes bucales de plata realizada a base de amalgama de mercurio y estaño, las cuales también fueron relacionadas con un riesgo de padecimiento de la enfermedad. Desde el punto de vista farmacológico, el uso de spray antigripal (flu shots), sembró gran polémica en torno a la década de los ochenta, cuando se postuló su riesgo vinculado al desarrollo de EA. Otro de los mitos más extendidos es el del uso de suplementos vitamínicos para prevenir la EA. Finalmente, el edulcorante artificial Aspartame (Nutrasweet y Equal) fue tachado de perjudicial para la memoria y predisponerte al desarrollo de demencia.
Tratamiento: Existe gran desconocimiento acerca de las posibilidades de tratamiento, estrategias terapeúticas y modalidades de intervención frente a la EA. Diversos mitos ejemplifican esta carencia informativa. Consta la creencia de que la EA no es fatal, que no posee esa 3. propiedad progresiva y que puede curarse y prevenirse, así como enlentecer dramáticamente su progreso. Igualmente, se considera erróneamente que solo existen estrategias de intervención en los enfermos que se hallan en los estados iniciales de la enfermedad.
Sintomatología: La conducta del enfermo es blanco de una cantidad de mitos que discuten la verdadera naturaleza del comportamiento. Muchos son los que culpan al enfermo y no a la enfermedad de los síntomas que llevan al paciente a comportarse de una determinada forma. Las reacciones de enfado, de ambulación, gritos, meditaciones, quejas, indiferencia, intensifican un grupo íntegro de reacciones incómodas y desapacibles hacia el cuidador y su entorno, que siempre son recriminadas al enfermo. Afirmaciones como “lo hace para molestarme, se levanta por la noche muy tarde para despertarnos o solo quiere llamar nuestra atención” constituyen una breve muestra de este extendido mito.
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Enfermo: La relación entre el enfermo y cuidador desata interesantes mitos acerca de la enfermedad. El cuidador siempre tiene la creencia de “omnipotencia” con respecto al cuidado del enfermo. Esta creencia lo lleva a la dedicación exclusiva y, por lo tanto, a generar brutales reacciones de estrés y sobrecarga psicológica y emocional. Asimismo, el cuidador acrecienta cierta culpabilidad en el trato con el enfermo, se atribuye la preocupación del estado del paciente y rememora aquellas ocasiones y situaciones de enfrentamiento familiar que hubieran acontecido en el curso de la convivencia.
La investigación sobre la enfermedad de Alzheimer sigue su curso con grandes pasos hacia un futuro esperanzador. Es importante conocer las características de la enfermedad y cultivarse en la capacidad de proporcionar un cuidado óptimo, sin presiones, estrés, ni sobrecarga hacia el enfermo. El apoyo de la sociedad se considera notable para la investigación. La colaboración interdisciplinar y la innovación científica lograrán cubrir grandes expectativas.
Los mitos y falsas concepciones mantienen la ignorancia y el inadecuado trato con los enfermos. La sociedad debe promover el conocimiento, el entrenamiento de los cuidadores (mediante redes sociales y asociaciones), la divulgación del conocimiento interdisciplinar y destacar la importancia del tratamiento nofarmacológico. La destrucción de los mitos irá precedida del asesoramiento y la erudición.
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