Distintas denominaciones

En palabras de Julio Cortázar, en 1985, el cómic o historieta, término este último más utilizado en Hispanoamérica, “es como un cine inmóvil, un relato en el que participan la imagen y la escritura, el guion con todo su contenido intelectual y los personajes representados por una pluma capaz de darles vida y conectarlos con la sensibilidad del lector-espectador”.

Otra definición es la de Scott McCloud, autor y teórico de cómics estadounidense, que lo define como “ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia deliberada con el propósito de transmitir información u obtener una respuesta estética del lector”.

Por último, el autor español Román Gubern, habla de “una secuencia espacial, formada por pictogramas separados gráficamente pero relacionados estructuralmente, en los que pueden integrarse signos alfabéticos, con la finalidad de articular una descripción o una narración”.

Cada idioma ha desarrollado términos diferentes para designarlo, pero la palabra universal que todas las lenguas utilizan para identificarlo es la voz inglesa comic, que en España está aceptada y recogida por el Diccionario de la RAE: “Serie o secuencia de viñetas que cuenta una historia. Libro o revista que contiene cómics”.

En España, además de cómic, se utilizan dos nombres que hacen referencia a la naturaleza infantil del medio en su origen: tebeo e historieta. Tebeo deriva de la popular revista de humor destinada al público infantil, TBO, fundada en 1917. Historieta (según el diccionario de la RAE: “fábula, cuento o relación breve de aventura o suceso de poca importancia”) es un término importado de Hispanoamérica. Dentro del habla hispana se utilizan otros términos, por ejemplo en Cuba los denominan muñequitos.

En Francia, se conocen como bande dessinée

(literalmente “tira dibujada”): término que se estableció en los años 60 del siglo XX. Anteriormente los cómics eran conocidos con nombres como histoires en estampes, histoires en images, récits illustrés…