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Características generales:

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En la obra de Miguel Delibes hay un compromiso ético con los valores humanos, con la autenticidad y con la justicia social. En sus narraciones realiza una descripción magistral del mundo rural castellano. Pero los dos contextos, urbano y rural, están presentes en sus novelas. Se ha definido a Miguel Delibes como “un castellano universal”: su producción revela una clara fidelidad a su entorno, a Valladolid y al campo castellano, y entraña la observación directa de tipos y situaciones desde la óptica de un católico liberal. El escenario que sirve de marco a sus novelas es el paisaje. Con pocas excepciones (El hereje cuya acción se sitúa en el siglo XVI) la obra narrativa de Delibes tiene como telón de fondo la Castilla rural y urbana de la segunda mitad del siglo XX. Valladolid –solamente nombrada explícitamente en El hereje- es el escenario de sus novelas urbanas, con la excepción de La sombra del ciprés es alargada que se desarrolla en Ávila. Delibes fue excesivamente crítico con su obra. Los temas abordados por el autor se repiten a lo largo de sus obra: como el mismo Delibes escribía en 1966: “hay una serie de motivos o ambientes que se reiteran en mi producción: muerte, infancia, naturaleza y prójimo”. Otras constantes en sus obras fueron el sentimiento del miedo y su lucha por dominarlo, la defensa de los humildes y marginados, la denuncia de las injusticias sociales, el humor y la ironía. La preocupación ética de Delibes está presente en toda su obra. Delibes, a través de sus obras reflejaba su visión crítica del mundo. Esta visión crítica se puede observar en su novela de 1962, Las ratas: “Las ratas, sin duda alguna, es un libro mucho más duro que los artículos que publicábamos en El Norte de Castilla. Las ratas y Viejas historias de Castilla la Vieja son la consecuencia inmediata de mi amordazamiento como periodista.” 3 Y en un artículo publicado en este mismo periódico de Valladolid, en noviembre de 1997, a raíz de la trasposición de la novela al cine, se explayaba en este mismo sentido: “Escribí mi novela Las ratas “invitado” por la censura de 1960. Me explicaré. La estrechez de la vida campesina en el medio siglo [se refiere al siglo xx] era de tal envergadura que en El Norte de Castilla, del que entonces era director, iniciamos

3 Alonso de los Ríos, César. Conversaciones con Miguel Delibes. Barcelona: Destino, 1993.

una campaña gráfica y literaria para llamar la atención sobre el abandono de nuestra región. Pero los poderes públicos, en lugar de atenderla, la prohibieron, la campaña, quiero decir. Pero yo no podía callar ante las condiciones de vida de mi región: una vida pobre para el estamento campesino, en unos pueblos ruinosos y mal comunicados, sin agua, teléfono, y a menudo sin electricidad. Con mi novela me lancé, pues, a proclamar esta triste realidad que no podía denunciar en la prensa”. Miguel Delibes, escritor comprometido, encuentra la forma de esquivar la censura y denunciar lo que necesita denunciar, bien sea por medio del periodismo o bien por medio de la novela: “Nuestra misión consiste en criticar, molestar, denunciar, aguijonear al sistema de hoy y al de mañana, porque todos los sistemas son susceptibles de perfeccionamiento; y esto, a mi modo de ver, sólo puede hacerse desde una conciencia libre.” 4 Esa libertad de conciencia, esa independencia de criterio, la ejerció Miguel Delibes a lo largo de toda su vida y de su literatura. Miguel Delibes, como ha señalado Santos Sanz Villanueva 5 , utiliza un castellano “limpio, sencillo, expresivo y rico”. Las obras de Delibes presentan un léxico de extraordinaria riqueza y precisión. Recupera muchos términos y expresiones propias del habla rural y tiene una extraordinaria capacidad para captar el lenguaje coloquial y reelaborarlo literariamente. Algunos procedimientos estilísticos que utiliza el autor son las reiteraciones y la presencia constante de los sensorial: sonidos, olores, colores… Delibes está convencido de que cada novela requiere una técnica y un estilo. Para él lo primero es el argumento, tener algo que contar: “Yo entiendo que novelar o fabular es narrar una anécdota, contar una historia. Para ello se manejan una serie de elementos: personajes, tiempo, construcción, enfoque, estilo. A mi ver, con todos estos elementos se pueden hacer todas la experiencias que nos dé la gana… todas menos destruirlos, porque entonces destruiríamos la novela. El margen de experimentación es inmenso, pero tiene un límite, que cuente algo”. 6 Los personajes de sus obras son el elemento más querido y más cuidado por el autor: son seres entrañables, tratados con cariño y ternura por su creador (especialmente los niños y los viejos). El autor se proyecta con frecuencia en ellos. “Yo doy a mis personajes un lugar preponderante entre todos los elementos que se conjugan en una novela. Unos personajes que vivan de verdad relegan, hasta diluir su importancia, la arquitectura novelesca, hacen del estilo un vehículo

4 Delibes, Miguel. Un año de mi vida. Barcelona: Destino, 1972. 5 Sanz Villanueva, Santos. “Hora actual de Miguel Delibes”. En: Miguel Delibes: el escritor, la obra y el lector. Barcelona: Anthropos, 1992. 6 Alonso de los Ríos, César. Conversaciones con Miguel Delibes. Barcelona: Destino, 1993.

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