RED CAPITAL
PUBLICACIÓN SEMANAL 100 MIL EJEMPLARES | AÑO 2 NÚMERO 57 viernes 29 DE septiembre DE 2017
E D I C I Ó N G R AT U I TA
¡BENDITA
TORRE!
Dos testigos nos narran cómo se vivió el sismo en el piso 20 de la indestructible Latinoamericana
UNTARIA UNA VOL AJO + C S A C L E ENTRE A LENTE L N E O T MO EL TERRE O ARAU + G A I T N A DE S ISTAS, T A C S E R OS OR LOS PERR PURO AM
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tu ciudad
Contác tanos
Editorial
ventas@ redcapitalmx.com
19/S, EL AMOR Y EL ODIO
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#FuerzaMéxico
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Direc tor General Carlos Medina daniel.medina@redcapitalmx.com
Subdirec tor Roberto Ortiz Administración Rosario Díaz Distribución Dulce Nava Direc tor EditoriaL Ismael Frausto ismael.frausto@redcapitalmx.com
Direc tor de Arte Fernando Montoya editora Isela Lara Social Media Zaidee López Redacción Claudia Arteaga, Brenda Olvera y Blanca Pacheco Una publicación de LIMOSINA NARANJA. Año 2. Número 57, Septiembre 29 de 2017. Editor responsable: Ismael Frausto. Número
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de septiembre. Una vez más, no te olvidaremos. Dolor, muerte, miedo, incertidumbre, rabia... un sinfín de emociones que se mezclan y no terminan de asentarse, aún 10 días después. Un hueco en el estómago, un irónico temblor de piernas y la única certeza de que somos nada ante el poder de la naturaleza. Y en medio de todo, la imagen de miles de mexicanos quitando escombros, ladrillo por ladrillo, piedra por piedra, con las manos sangrando por las ampollas y el puño levantado pidiendo silencio con la lejana esperanza de escuchar una voz bajo la montaña de cemento. Esa es la imagen con la que quiero quedarme, con la de miles de mexicanos unidos, amándose y con el puño levantado. Pero no es así. Quisiera inmortalizar ese puño envuelto en un guante de carnaza como símbolo de la fortaleza del pueblo de México, del amor y solidaridad que nos hemos dispensado unos a otros, unos con otros. Pero no es así. No había pasado el susto del terremoto de magnitud 7.1 grados, cuando, siguiendo a los cuantiosos mensajes de ayuda y apoyo comenzaron los de odio, como siempre. “¡Chingue a su madre Televisa!”,
explotaron las redes sociales cuando se frustró el rescate de la inexistente Frida Sofía. “Otros medios también lo reportaron”, se explicó y tuvo que salir el subsecretario de Marina, Almirante Ángel Enrique Sarmiento, a aclarar que ellos habían dado la información basados en testimonios y reportes técnicos de los rescatistas civiles. “Ah, pues entonces ¡que chingue a su madre la Marina!”, replicaron las redes. De poco sirvieron los esfuerzos de los oficiales destacados en los edificios colapsados, pues para la opinión pública lo fácil es generalizar. “¡Amamos a Frida!”, dicen los opinólogos de Facebook respecto a la encantadora labrador que nos ha robado el corazón. - Oigan, Frida pertenece a la Marina. Entonces, ¿odiamos o amamos a la Marina? - No, mejor al Gobierno. Y por Gobierno entiéndase a TODOS los funcionarios públicos de los tres niveles: federal, estatal y municipal. ¡Qué fácil es desacreditar!, ¡qué fácil es odiar!, ¡qué fácil es verter veneno y ensuciar a personas e instituciones!, ¡qué difícil es saber quién tiene la razón! Porque tampoco quiero decir que este odio hacia las instituciones y sus ocupantes sea gratuito. No,
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ISM A EL F R AUSTO Direc t o r Edit o r ial
muchos se lo han ganado, pero, ¿por qué no aprendemos a separar nuestras filias y fobias y ver, leer, escuchar, con la mente clara? aunque, es cierto, en estos momentos es prácticamente imposible tener la mente clara. ¿Por qué seguimos propagando noticias falsas? Nos quejamos de la telenovela de Frida Sofía y el supuesto montaje televiso, pero si somos “de izquierda”, compartimos la foto de víveres para damnificados malfotochopeada (sí, así, porque ni siquiera usaron Photoshop) con el logotipo del PRI (Partido Revolucionario Institucional) y si somos “antiPeje”, compartimos ¡la misma foto! malfotochopeada con el logotipo de MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional). A escasas horas del terremoto que cimbró a nuestra ciudad (no se nos olvida Morelos, Puebla, Estado de México, Chiapas y Oaxaca), tuve un sueño: ver renacer a un país con base en una sociedad civil organizada, honesta, solidaria, valiente y amorosa. A 10 días de ese terrible suceso estoy a punto de despertar y darme cuenta de que, muy a mi pesar (y supongo que el de muchos) esa esperanza se diluye. Seguimos siendo los mismos idiotas, egoístas, oportunistas de siempre. Soy el primero en desear estar equivocado.
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En la línea de la vida Una voluntaria entre el cascajo Alhelí Barreiro
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l sábado estuve seis horas ayudando en la zona cero de Escocia, en la colonia Del Valle, uno de los lugares más afectados del sismo que sufrió la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre. Me quedé en casa de mis papás y me levanté a las 6:30 de la mañana. Mi mamá me hizo de desayunar mientras me alistaba. Luego me enfilé hacía Heriberto Frías, donde convocan a los voluntarios. Ahí nos explicaron que las mujeres pasamos cubetas vacías a elementos del Ejército, quienes las llenan de cascajo y las regresan a las dos filas de hombres que están formados detrás de nosotras, replegados en las paredes. Las varillas, vidrios, muebles, boiler y objetos más peligrosos son movidos por soldados. Conocen la inexperiencia de la mayoría de los voluntarios y no nos arriesgan. Para entrar te dan equipo —casco, guantes, chaleco y tapabocas—; escriben tu nombre, un número de contacto y tipo de sangre en el brazo con plumón indeleble y te vacunan contra el tétanos. Entramos a la zona cero en silencio, con el celular apagado y rápidamente nos ponen a trabajar. Previo, a la 7:53 de la mañana, tuvimos el susto del temblor de 6.1 en la escala de Richter que sacudió el centro y sur de México. Nos replegamos y tardamos 45 minutos más en entrar mientras Protección Civil verificaba que era seguro nuestro ingreso. Mis ojos no daban crédito a lo que veía: nunca había visto un edificio caído. Es impresionante como una estructura tan robusta y sólida es ahora una montaña de cascajo y recuerdos. La línea de vida —como conocen a la cadena humana que retira mano a mano pedazos de cemento, concreto y tierra— comienza y uno deja de pensar para ponerse a trabajar. Mientras estamos activos continuamente nos ofrecen agua, electrolitos, dulces, tamales y huevos duros, donado por la sociedad. Los voluntarios preferimos no comer, solo agarramos dulces para dejarles la comida al Ejército e ingenieros. También pa-
La línea de vida, así se le conoce a la cadena humana
que retira mano a mano los escombros.
san voluntarios médicos para saber si nos sentimos bien, colocan gotas en los ojos y sacan a quienes ven más cansados de lo normal. Pasar cubetas, que alguna vez fueron botes de pintura, parece sencillo, pero después de una hora sientes ampollas en las manos y calambres en los hombros. Te das cuenta que no eres la única cansada cuando las cubetas empiezan a caerse de las manos de los demás. Algunos gritan que hay que tener cuidado, que pueden romperse. Los hombres nos alientan y nos dicen que hacemos un gran trabajo. Mientras te concentras en no retrasar la actividad, ves pasar pedazos de la vida de alguien más: zapatos, fotos, sillas, ropa, edredones, cuadros. Objetos que seguramente se obtuvieron con esfuerzo y dedicación, y ahora son nada. Llamó mi atención una carretilla —tirada en su mayoría por albañiles, quienes sacan escombros más grandes— con un juego de copas nuevo aún envuelto. Conforme las mujeres dimiten, nos recorremos y me acerco a la zona cero. Veo un auto en los escombros del estacionamiento: es un Sentra rojo y está intacto. Sin embargo, la entrada está detenida con polines por lo que probablemente no saldrá completo. Nadie toma selfies ni trae música,
tampoco hablan, bromean o flojean. El respeto es tangible, es una zona de luto. Nuestra eficiencia puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de alguien más. El Ejército, la Marina y los ingenieros trabajan incansablemente. Hay una grúa que con precisión milimétrica mueve las paredes señaladas para continuar con la búsqueda; cuando lo hace el silencio es absoluto. Tiene una bandera de México en la punta y cuando se mueve ésta hondea —el corazón se hincha—. Los militares se colocan enfrente de nosotras para protegernos. Una vez que la pared está en el suelo toman sus picos y la deshacen en minutos. La línea de la vida empieza de nuevo: pasar rápidamente las cubetas para sacar el escombro lo antes posible; las cubetas regresan con los hombres, las carretillas van y vienen, el Ejército sale con material riesgoso. La garganta pica, los ojos molestan, el corazón duele, el alma se engrandece al ver el esfuerzo de todos por ayudar desinteresadamente al otro. Llega el equipo chileno para ayudar y suben a evaluar los escombros. La actividad continúa hora tras hora. Te habitúas a tus compañeras, sabes que la de la izquierda es rápida pero la de la derecha es despistada, a
Esta foto me la tomó María Eugenia Romero infraganti al llegar a su casa, para que nunca olvidé lo que aprendí y sentí en ese día... no lo haré.
quien continuamente le ayudo para no retrasarnos. Debajo del casco y tapabocas es difícil saber su edad pero son mucho más jóvenes que yo, la mayoría de los voluntarios lo son. Después de un tiempo pasa un ingeniero y nos pregunta a qué hora entramos: a las 8:30 de la mañana, respondemos. Nos dice que debe sacarnos. Algunas aceptan pero mi compañera de la izquierda y yo le comentamos que aguantamos un par de horas más. Nos comentan que son casi las 3 de la tarde —¡no puedo creerlo!— y que nos deben relevar para evitar un incidente. Detienen la línea de vida y anuncian que saldrá un convoy con 15 mujeres. Dejamos las cubetas y nos enfilamos sobre Escocia rumbo a Eugenia. Mientras lo hacemos, la gente deja lo que tiene en las manos, se quita los guantes y comienza a aplaudirnos: los voluntarios, los paramédicos, los ingenieros, los albañiles. Una persona del ejército grita: ¡Vivan las mujeres mexicanas valientes! Y así, entre aplausos y gritos, con la vista en el suelo y aguantándome las lágrimas salgo de la zona cero. Damos vuelta hacia Eugenia, entrego el equipo y la gente me ofrece fruta, comida y agua mientras me felicitan. Les doy las gracias y sigo de largo. Mientras camino me doy cuenta que voy sola. No sé dónde están las demás, pero me hubiera gustado despedirme de ellas. Me duele todo, tengo mucha hambre, me arde la cara y me siento mareada. Un voluntario se da cuenta y me detiene, me llevan a un control donde me dan un plátano y un refresco. Me espero unos minutos y salgo de la zona acordonada donde los relevos y la policía me aplauden nuevamente. Nunca he recibido tanta atención, así que sólo sonrío. Respiro agradecida, me peino el cabello tieso, sacudo un poco mi pantalón y sigo caminando sobre Gabriel Mancera, pensando en todo lo que acabo de vivir, orgullosa de mi trabajo y, sobre todo, de no haber llorado enfrente de los demás. Eso termina cuando veo a mi mamá esperándome afuera del primer retén, entre los camiones de volteo listos para entrar a sacar más escombro.
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LAS ZONAS CER
Las imágenes del reconocido fotógrafo Santiago Arau da
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a manera que el Santiago Arau encontró para solidarizarse con el pueblo mexicano ante el sismo que sacudió a la Ciudad de México el pasado 19 de septiembre, fue compartir con los medios de comunicación, organizaciones civiles y todos los capitalinos su trabajo de manera gratuita. Ya sea con cámara en mano o con su dron, el fotógrafo dejó para la posteridad impactantes imágenes de la devastación que dejó el terremoto de las 13:14 horas en distintas zonas de la capital.
Edificio dañado en la calle de Tokio número 517, en la colonia Portales.
El Residencial San José, ubicado en Emiliano Zapata #56, colonia Portales Sur, ap
Lo que quedó del inmueble de Escocia 4 esquina con Gabriel Mancera, colonia Del Valle.
Así quedó el interior de una casa en el barrio de San Gregorio, en Xochimilco.
En el Colegio Enrique Rébsamen, ubicado en la delegación Tlalpan, murieron 19 niños y ocho adultos.
En el Multifamiliar Ciudad Jardín se rescataron a siete personas y se recuperaron 15 cuerpos.
Daños visibles en un edificio de más de 10 pisos localizado en la colonia Doctores.
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RO DE LA CDMX
an muestra del desastre que dejó el sismo de magnitud 7.1
Las instalaciones del Tec de Monterrey Campus Ciudad de México también quedaron severamente afectadas. Cinco alumnos fallecieron y hubo 40 heridos.
penas tenía nueve meses de ser habitado.
El sismo de 7.1 en escala de Richter tiró este inmueble en la calle Enrique Rébsamen, colonia Narvarte,
La fachada del Soriana, afuera del paradero del Metro Tasqueña, se derrumbó durante el temblor.
En el número 714 de la calle Saratoga de la Portales, un edificio de departamentos se vino abajo.
Derrumbe de un edificio de oficinas ubicado en la esquina de Medellín y San Luis Potosí, en la colonia Roma.
En la Narvarte, en Concepción Beistegui y Yacatas, afortunadamente no hubo pérdidas humanas.
Vista aérea de los escombros de la fábrica textil que se localizaba en las calles de Chimalpopoca y Bolívar, en la colonia Obrera.
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Tres estampas Se llamaba Joaquín Rodríguez, tenía 26 años y vivía en la unidad que se derrumbó conocida como Los Girasoles, en Coapa
M emo B a u t i s t a
Como hace 32 años, derrumbes otra vez en la Roma y Condesa, ahora se sumaron la Obrera, la Portales y la Del Valle. Y por primera vez Xochimilco y Coapa.
—V
A
unos pasos de entrar al metro Insurgentes se empezó a mover la tierra. Mi bebé, que durante el temblor del 7 de septiembre reía inocente, ajeno al peligro que representa una sacudida así, esta vez no soltó ni una sonrisa. Tampoco se espantó. Su mamá sí. Desde la emblemática glorieta de Insurgentes, ella veía cómo un par de torres habitacionales chocaban; yo miraba cómo se tambaleaba el edificio de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la Ciudad de México. Por un momento creí que colapsaría. Solo cayeron los vidrios de algunas ventanas. En cuanto terminó el sismo, un tipo aprovechó el desconcierto para darme una postal con pasajes bíblicos, hablarme del fin del mundo y mencionar que mi salvación estaba próxima si visitaba su iglesia. Lo dejé hablar, pero no lo oía. Buscaba inútilmente en mi celular, que perdió de inmediato la señal, la magnitud del movimiento telúrico. Fue tan enérgico que unas diez personas tuvieron que sostenerse de un delgado poste de luz. Otro sujeto en voz alta culpaba al gobierno del terremoto que acabábamos de sentir: “¡Los pinches políticos no tienen idea del poder nuclear de Corea del Norte! Esto no es casualidad. Es consecuencia
de la expulsión de su embajador”, gritaba el hombre con sentimientos apocalípticos. Diez minutos después, el metro restableció el servicio. Abordé con mi hijo. La gente quería saber si había colapsado algo a causa del temblor, pero no había manera. Yo imaginaba que si no cayó el edificio de la SSP, que se tambaleó como gelatina, seguro que todo seguía en pie. Al llegar a casa conecté el celular a las bocinas y sintonicé las noticias en el radio. Ahí me enteré que la magnitud del sismo fue de 7.1, que una locutora en el trayecto hacia la estación de radio vio diez edificios destruidos o con partes colapsadas. Conforme pasaba el tiempo llegaban más noticias. Como hace 32 años, derrumbes otra vez en la Roma, otra vez en la Condesa; se sumaron la Obrera, la Portales, la Del Valle. Por primera vez Xochimilco, por primera vez Coapa, donde por mucho tiempo los alumnos de la UAM Xochimilco decíamos que no se sentían los temblores. “Van 25 edificios derrumbados por el temblor”, decía la locutora en un
LOS VOLUNTARIOS, que hacían filas para entrar a remover pedazos de concreto, demostraron sus ganas por ayudar a encontrar sobrevivientes.
conteo preliminar apenas a la hora y media después del suceso. Eran muchos. Se acumularían más, muchos más: 38 en total. Pensaba en la coincidencia macabra: 32 años después, otro 19 de septiembre, volvía a caerse la ciudad, mi ciudad. Para distraerme, le cambio el pañal a mi bebé, pero durante la tarea llega a mi mente una revelación: por azar estoy vivo y a salvo en mi casa, a solo dos kilómetros del Centro Histórico; que mucha gente salió por la mañana y ya no regresará a su hogar. Mastico la angustia de los que quedaron atrapados entre bloques de cemento, que respiran gas y polvo, que ven la oscuridad, que palpan el miedo. Me avergüenzo de mi soberbia, porque creí que si no había pasado nada con un temblor de 8.1 grados de magnitud, como el del 7 de septiembre, difícilmente un sismo menor le haría daño a la urbe en que vivo. Algo me empieza a molestar en el pecho y luego en la garganta. Trago saliva. Siento un cosquilleo en la mejilla. Cuando me rasco una lágrima que corre por un surco de mi cara termina entre mis dedos.
oy a buscar unos laboratorios para que me saquen una radiografía. Me tropecé y traigo el pie hinchado —me dice la señora Rodríguez, mientras a un amigo y a mí nos da un “raite” a San Gregorio, uno de los poblados más afectados por el temblor en Xochimilco—. No voy al Seguro Social porque esto no es nada comparado con la gente que les llega por el terremoto. Tras el derrumbe del multifamilar en Calzada de Tlalpan, un fragmento de las vías del tren ligero fue tomado como parte del centro de acopio del lugar, lo que dificulta transportarse hacia el sur. La gran demanda de microbuses y camiones por parte de brigadistas, voluntarios y miles de personas que quieren llevar ayuda, también dificulta la movilidad. La mujer, como otros automovilistas, da un voto de confianza a la gente y sube a quien pide un aventón. —Qué bueno que van a ayudar—, comenta con un tono de voz melancólico. La señora que va de copiloto, probablemente su hermana, asiente. Yo me lastimé porque ayer estuvimos removiendo algunos escombros. Mi sobrino no la libró. —Qué pena—, contesto con verdadero pesar. —Se llamaba Joaquín Rodríguez, tenía 26 años. Vivía en la unidad que se cayó en Los
Girasole mercial cuarto p contrarlo informac que esta llevado a al Hospit linas y de estuvimo buscand la familia adónde l lo encon Sacaron bros com y nosotro a las 4:30 Quier Rodrígu cho que muerto d me atrev tanto qu nocidos —Aho ral. Fue u funerari Lo estam por la av Elías Cal Hasta doy cuen
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estampas del 19S
es ¿conoces?, por la Code Coapa. Estaba en el piso. Fue muy difícil eno, no nos daban bien la ción. Primero nos decían aba vivo, que lo habían a la Marina, y luego que tal Magdalena de las Sadespués este y el otro. Así os por varios hospitales do, hasta que a alguien de a se le ocurrió preguntar llevan a los muertos. Y sí ntramos en el SEMEFO. su cuerpo de los escommo a la una de la mañana os lo encontramos como 0am. ro decirle a la señora uez que me duele mualguien tan joven haya de esa manera. Pero no vo a hablar. Su dolor es ue le cuenta a dos descosu desgracia. orita venimos del funeun trabajo encontrar ia. Es chiquitita. mos velando ahí venida Plutarco lles. a entonces me nta del cansancio
que carga la señora Rodríguez. Son casi las dos de la tarde. Lleva más de 24 horas sin parar. —Su cuerpo quedó ennegrecido. Tuvo aplastamiento de estómago. Las piernas también. Nos dijeron que sufrió mucho; tardó en morir. Pero sabes qué, salvó a su familia. —¿Cómo lo hizo?— pregunto tratando de controlar mi pierna izquierda que quiere temblar cuando imagino la muerte del muchacho. —Su esposa y su hijo mayor salieron antes del temblor. Él se quedó con su hijo de seis meses. Cuando empezó el sismo abrazó a su bebé, lo llevó a su pecho y lo cubrió con su cuerpo. Ahorita el nene está grave en el hospital porque se golpeó. Pero está vivo. Los ojos de la señora Rodríguez lucen caídos, enmarcados por ojeras. De ellos no sale el llanto; de su voz no sale ni un sollozo cuando recuerda a su sobrino. Lloró tanto en la búsqueda y en el funeral que agotó las reservas del día. En la intersección de Miramontes y Escuela Naval Militar, la señora Rodríguez se detiene. Quiere meterse a un centro
comercial para atender su pie. Antes de que bajemos nos pide esperar, busca rápidamente en su bolso y saca un billete. —Tomen muchachos, para que se vayan en un transporte o taxi. —No, señora, ¿cómo cree? —respondemos sorprendidos, rechazado con la mano. No esperábamos esa reacción—. No necesitamos dinero. Pedimos “raite” porque no hay ahorita ni camiones ni peseros. —Por favor llévenselo. Van a ayudar. De pronto comprendo su gesto. A través de nosotros agradece el trabajo de los rescatistas y voluntarios que recuperaron el cuerpo de Joaquín; a través de nosotros mira a su sobrino, que de no haber muerto seguramente estaría ayudando en la remoción de escombros; a través de nosotros se ve a sí misma apoyando en la zona cero. Tomo el billete y lo guardo. Al día siguiente compro con ese dinero material quirúrgico y lo llevo a un centro de acopio en la Condesa. Una chica me pregunta de qué zona vengo. —De Los Girasoles, en Coapa— contesto. La muchacha grita el nombre de la colonia en la que estaba el edificio de Joaquín mientras pasa el donativo por una cadena humana. El resto de los voluntarios aplauden y hacen bulla. Yo también golpeo mis palmas entre sí. Que vaya la ovación para Joaquín, que salvo una vida a costa de la suya.
EN ESTOS DÍAS sólo se puede ver la desolación en las calles de la Ciudad de México.
MUCHOS negocios también se vieron afectados con el sismo.
"Hay pocos memes, todos muy cuidadosos. No hay chistes referentes al temblor que nos sirvan de válvula de escape"
L
eo una publicación en Facebook de la escritora y cronista Magali Tercero: “¿Saben qué me falta en este temblor de 2017? El magnífico y catártico sentido del humor de 1985. ¿Qué nos pasó?”. En las redes sociales hay convocatorias para ir a ayudar o llevar material a tal lado, ubicaciones de centros de acopio, reconocimiento a los voluntarios y perros rescatistas, condenas por la invención y difusión de la imaginaria Frida Sofía, muchas noticias falsas y más. Pero hay pocos memes, todos muy cuidadosos. No hay chistes referentes al temblor que nos sirvan de válvula de escape. Para el monero Rafael Barajas El Fisgón, el humor es una de las pocas cosas que nos permiten sobrellevar las tragedias de esta vida, de este planeta. Carlos Monsiváis en su libro Entrada libre: Crónicas de la sociedad que se organiza, escribe que “el mexicano gracias a Posada y a la desnutrición se ríe de la muerte, porque si yo de esta me salvé mejor me río”. Aunque más adelante hace una excepción al mencionar que en la catarsis no recuerda inge-
niosidad alguna sobre sucesos como la matanza del 2 de octubre. Al final “hay descargas emocionales que no admiten el chiste”. Tal vez por eso el infame tuit de Juan Cirerol ("Debería darme tristeza el sismo del DF pero no", acompañado de una carita feliz) fue ofensivo, porque no se trató de un acto de purificación ante el miedo, sino un ataque. Magali recuerda una broma del 85: "¿Por qué le dicen La Dona al DF? ¡Porque no tiene centro, ja, ja!". Es probable que lo políticamente correcto nos haya censurado ese rasgo, que más allá de una burla hacia la situación, las personas muertas o las familias afectadas, sirve como una cura para el dolor y la angustia. Quien ose publicar algo gracioso al respecto es condenado a la crítica pública de Facebook o Twitter. Como le pasó a mi amigo Vicente Solís, por cierto, un divulgador de la cultura del pulque en la Ciudad de México. Tomó una fotografía de la pulquería “Los Escombros” y la publicó acompañada de un texto: “De aquí nadie quiere que lo saquen”. La reprobación fue dura. Insensible fue el calificativo más amable que recibió. Es probable que si lo hubiera hecho en privado, los amigos hubiéramos reído. Pero no. Lo políticamente correcto en redes sociales nos obligó a decirle que no era el momento y que era un pendejo. “No hay humor sobre el temblor”. Puedes leer más en www.cronicasdeasfalto.com
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EN PORTADA
Ha soportado cuatro terremotoS
La torre indestructible
Cuenta con 3 pisos de sótanos (cimientos), la cual esta sobre un cajón de concreto que flota sobre lodo y agua, lo que hace que funcione como un "barco".
La Latinoamericana “la Latino”, es emblema de la CDMX
y de una construcción bien hecha para estos suelos
N
Durante un temblor más seguro estar arriba que abajo, ya que es casi imposible que se desplome o se quiebre.
o es el edificio más alto de la Ciudad de México, aunque en un tiempo lo fue. Lo que sí es, junto con el Ángel de la Independencia, una de las construcciones emblemáticas de la CDMX y, también con él, una de las que ha resistido cuatro tremendos terromotos. La Torre Latinoamericana es uno de los rascacielos más prestigiosos, al ser el primero en el mundo en construirse en una zona sísmica y por considerarse un ícono de la ciudad debido a su historia. Junto con La Torre Ejecutiva Pemex, La Torre Mayor (ambas en la Ciudad de México también) La Torre Taipei 101, , El U.S. Bank Tower y El Costanera Center, La Latino es una de las seis estructuras en estar ubicada en una zona de alto riesgo sísmico. El predio en donde se levanta La Torre Latinoamericana fue ocupado antiguamente por la casa de animales del Tlatoani mexica Moctezuma II y tras la conquista, se construyó el antiguo Convento de San Francisco. La Torre fue construida para albergar a la compañía La Latinoamericana Seguros, S.A. En 1947 se autoriza la demolición del viejo inmueble de La Latinoamericana Seguros, S.A., y se da inicio a la planeación y el proyecto de un nuevo edificio. Se decidió la construcción de un inmueble que representara la importancia de La Compañía en México, el crecimiento de la ciudad y del país. Para la construcción de la nueva Torre, la propuesta original consideraba un edificio de 27 pisos, con pilotes de madera, estructura de acero y reforzado con concreto; el diseño arquitectónico tenía
cierta semejanza con inmuebles vecinos, pero luego de una revisión al subsuelo se encontró que era posible diseñar un edificio de 40 pisos. Conforme al avance del proyecto, se agregaron tres pisos más y una antena de televisión que daba al edificio una altura total de 181.33 m.
LA MEJOR VISTA DE LA CIUDAD La Torre Latinoamericana quedó finalizada a principios de 1956 y fue inaugurada oficialmente el 30 de abril del mismo año, y es así como la compañía se mudó a La Torre, en los pisos 4º al 8º. El resto del espacio de oficinas en la Torre se ofrecía en alquiler. Al momento de su terminación, La Torre Latinoamericana era el edificio más alto de Latinoamérica. Su mirador público, ubicado en el piso 44 ofrece a la gente la mejor vista de la ciudad. La Latino ganó prestigio a nivel mundial cuando resistió un fuerte terremoto de 7.7 grados el 28 de julio de 1957, gracias a su construcción con estructura de acero y pilotes profundos. Esta hazaña le dio un reconocimiento al recibir el premio del American Institute of Steel Construction (Instituto Americano de la Construcción de Acero), por ser el inmueble más alto que jamás haya sido expuesto a una enorme fuerza sísmica, como atestiguan inscripciones en sendas placas en el vestíbulo y mirador del edificio. Este terremoto tuvo un saldo de 700 muertos y 2 mil 500 heridos. Sin embargo, su prueba más dura vino durante el terremoto del 19 de septiembre de 1985, en donde La Torre resistió sin problemas un registro máximo de 8.1 grados en la escala de Richter,
¿Por qué es tan resistente? Para construir La Torre Latinoamericana se elaboró un amplio programa de investigación del subsuelo que consistió en: 1.- Sondeo con muestras inalteradas hasta 50m. en el sitio del edificio. 2.- Instalación de piezómetros a 18, 28, 33 y 50m. en el lugar, en la banqueta y en la Alameda Central. 3.- Instalaciones de bancos de nivel en el lugar y en la Alameda. Se llegó a la conclusión de proyectar una cimentación estructural que crearía paradigmas en la ingeniería moderna, ya que el subsuelo de la ciudad es fangoso, con consistencia esponjosa. Para la cimentación de la Torre se hincaron 361 pilotes de concreto de punta a 34 metros de profundidad hasta la capa resistente del subsuelo y una losa de cimentación a manera de cajón, que además sirve para empotrar la Torre a una profundidad de 13.50 m. Para soportar un peso total de edificio de 25 mil toneladas, se construyó una estructura rígida de acero; que dan forma a tres sótanos y a 44 pisos que se elevan a 139 metros, más una antena de 42 metros, totalizando 181.33 metros sobre el nivel de la calle.
cuya duración aproximada fue de poco más de 2 minutos y el 13 de abril del 2007 soportó un temblor de 6.3 grados en la misma escala. Actualmente, se le considera uno de los edificios más seguros
de la ciudad y del mundo a pesar de su ubicación. Y, bueno, ¿qué mejor prueba de la resistencia de este gigante de acero que los recientes sismos del 7 y 19 de septiembre pasados?
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Vivir el sismo en la LatinO
‘Aguantó como las grandes’ I S M A E L F RA U S T O @ismaelfrausto
V 1985
LA LATINO
Aguantó la tremenda sacudida del terremoto de 8.1 en la escala de Richter
2017
ESTE RASCACIELOS
resistió curiosamente un mismo 19 de septiembre, otro fuerte terremoto en la Ciudad de México.
ivir un terremoto en la Ciudad de México es una de las experiencias más traumáticas que puede vivir una persona y hoy lo podemos atestiguar millones de capitalinos que continuamos de luto, pero vivirlo en el piso 20 de la Torre Latinoamericana, es una historia que únicamente sus protagonistas pueden contar. El 19 de septiembre pasado, a las 13:14 horas, Radeeal.FM transmitía su programación como todos los días desde el vigésimo piso del famoso rascacielos, cuando 40 segundos después el edificio comenzó a bambolearse de manera alarmante. Sin posibilidades de evacuar el inmueble, el equipo de la radiodifusora tomó una decisión inmediata: transmitir en vivo, vía Facebook Live, el terremoto y narrar lo que veían aunque apenas podían mantenerse de pie por el movimiento extremo de esta Torre. “No se puede hacer mucho estando en el piso 20 y pensamos: si no podemos bajar, mejor vamos a dejar un legado de qué fue lo que pasó con todos nosotros”, confiesa Erika Zuno, Directora Operativa de Radeeal. FM. Estas son las narraciones de Erika y Alfredo, tal como lo vivieron:
‘BENDITA MI TORRE CÓMO NOS PROTEGIÓ’ ERIKA ZUNO
"LO QUE SENTÍ ES cuando tu cuerpo se comienza a preparar para morir, cuando sabes que algo te va a pasar, no lo podría describir de otra forma" Alfredo Barrales.
Yo estaba en la oficina y Fredy (Santiago) empezó a escuchar como un aleteo. Me dijo “oye, ¿qué se está moviendo”, y le respondí “no sé, ha de ser un papelito” y después de eso él fue el que soltó: “¡está temblando!”. Nos paramos de los sillones y él empezó a grabar. Me salgo de la oficina rumbo a la cabina y Alfredo (Barrales Cruz) ya estaba grabando. Él estaba con una chica que no puede caminar, que solo trae su scooter, entonces yo también decidí grabar. Me regresé a la oficina por mi teléfono, pero el movimiento ya estaba bastante fuerte, se había caído el dispensador y el garrafón del agua, todo
El equipo de Radeeal.FM transmitió en vivo durante el pasado
terremoto desde el piso 20 de la indestructible Latinoamericana
El equipo de Radeeal.FM, con Erika y José Alfredo al centro, decidió dejar un legado: documentar el sismo para la posteridad. “Cuando estás en el piso 20 de la Torre Latinoamericana no hay mucho qué hacer”, dicen.
estaba mojado… El temblor me rebotó de un lado al otro, me caí, me levanté y me volvió a tirar y ahí fue cuando empecé a sentir miedo: ¡porque no me dejaba levantar el temblor! Cuando me recuperé, nuevamente me empuja hacia la pared. Voy a la cabina, seguían grabando Alfredo y Fredy. Empezamos a ver por la ventana de cabina cómo se desplomaban varios edificios, se veía el humo y el polvo. Alfredo nos estaba tranquilizando y creo que sí, que estábamos tranquilos. Empezó a bajar la sensación de movimiento y al regresar a la oficina Fredy y Brian (el operador), me empiezan a señalar los edificios que se estaban desplomando. Nos salimos a ver a los vecinos para preguntarles si estaban bien mientras seguíamos observando construcciones que se caían. Fue en ese momento, al ver esas cosas cuando me espanté. Eje Central estaba con muchísimos carros encontrados, muchas personas en la calle… salió una vecina del piso 20 y nos dijo “Bendita mi Torre, cómo nos protegió”.
‘ESTANDO EN EL PISO 20 HAY MUY POCO QUÉ HACER’ JOSÉ ALFREDO BARRALES Ya habíamos acabado el programa,
estaba enseñando a mi amiga las señas de operación. No sé porqué nos quedamos viendo hacia la ventana de la cabina y empezamos a platicar sobre qué edades teníamos cuando pasó el terremoto del 19 de septiembre de 1985 –ella nació ese año y yo tenía dos-, y hablábamos sobre qué se sentiría un sismo de esa magnitud. Entonces yo le dije: “pues hasta que lo vivamos vamos a saber de qué se trata” y cuando terminé de decir esa frase ¡empecé a sentir el temblor! Comenzó a vibrar una silla y de repente me llegó la idea: “¡ay, no manches! ya lo invoqué (al temblor)”, pero cuando veo que empieza
a moverse la Torre fue como si estuviera soñando y decir “me quiero despertar, ya la cagué” y no sé qué pasó pero lo primero que hice fue sacar mi teléfono y grabar. Sabía que la Torre iba a aguantar, pero aún así tenía cierto temor. Mientras grabo a lo lejos y veo que se empiezan a caer los edificios ahí sí fue cuando me espanté y dije “yo creo que nos vamos a quedar aquí”. Les dije a mis compañeros “si nos pasa algo, por lo menos nos va a pasar a todos juntos” Mucha gente me ha criticado y me ha dicho: “¡oye! ¿cómo te pones a grabar durante el sismo?” y lo que les contesto es “mira, estando en el piso 20 hay muy poco qué hacer. O te avientas por la ventana o te caes en las escaleras y yo no me voy a morir en las escaleras. Si me voy a morir, lo voy a hacer en primera fila. Quiero ver de qué se trata”. La gente dice que tronaba la torre. Yo jamás lo escuché. Empezó a sonar la alarma y ya no supe, solo sé que fue mucho tiempo. La ciudad se veía toda llena de polvo de los edificios que estaban cayendo. Pensé “algo grande pasó”. Regresé a la cabina y sin pensarlo le dije a mi amiga que no puede caminar “te cargo”… ¡y la bajé 20 pisos! no sé cómo lo hice.
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tu ciudad
Los perros, los otros damnificados del sismo Algunos de los mejores amigos
del hombre hoy día podrán estar sin casa y sin pertenencias, pero luego del sismo, están reunidos otra vez con sus familias. Memo Bautista
U
nas horas después del temblor, Rampu, el hospital veterinario que dirige María de Jesús Cárdenas, comenzó a recibir la visita de personas que buscaban a sus perros. Afuera, sobre la avenida Cuauhtémoc, a la altura del número 151, la calle se transformó en un río de gente. Pronto llegaron rescatistas con algunos canes para que fueran atendidos. Así fue como Mary y su equipo de médicos veterinarios comenzaron a subir a sus redes sociales fotos de los ejemplares para que pudieran ser identificados por sus dueños. Cuando empezaron a llegar por los perritos, ella dio la consulta y la atención de forma gratuita. Empezaron a correr la voz y llegó más gente. Al poco tiempo, una señora damnificada, que ahora vive en el albergue instalado en el Jardín Pushkin, cayó en el sitio. Su bull terrier empezó a tener problemas respiratorios. Sin pensarlo lo llevó al hospital. Mientras Mary revisaba al perro, la mujer sacó su monedero y con un tono de preocupación preguntó por el precio de la consulta. No sabía si le iba a alcanzar. Cuando la veterinaria le informó que no tenía costo y que le darían también el tratamiento sin que desembolsara un centavo, la mujer desfiguró un poco el rostro. No podía creer que en medio de la tragedia alguien hubiera pensado en su amigo, su perro, y le diera atención como a cualquier humano en des-
gracia. Comenzó a llorar. Salió del lugar con tratamiento para su can y croquetas para que comiera. Entre las 30 mascotas lesionadas por el sismo que ha atendido Rampú, está un gato con fractura de cadera, probablemente porque le cayó un fragmento de un muro; una perra viejita con dolor articular que se agudizó por los golpes que recibió durante el temblor. Llegó mojada porque así, como la sacaron de los escombros, la lavaron para quitarle la tierra; y una gatita embarazada que no logró completar la gestación. “La gatita ya había sido valorada en un albergue”, narra Mary. “Ya tiene dueños, la adoptaron, pero la vieron rara, quieta. Nos la trajeron en la noche, la valoró una de mis médicos y venía gestante pero sin movimiento de los fetos. Le hicieron ultrasonido y ya no había latidos. Esto pone en peligro la vida de la gatita también. Ya se operó, le sacaron el útero. Traía un bebé mortinato ya, fetito muerto. Ahora ya está bien”. Pero no solo son lesiones físicas las que han atendido. En la madrugada del miércoles llegó una perra bull terrier muy agresiva, tanto que le tuvieron que poner bozal. En cuanto le avisaron del caso a Mary se acercó al can. Con la experiencia adquirida durante años, le quitó el artefacto y la abrazó. La perrita entonces se aferró al cuerpo de la veterinaria. No la quería soltar. Esa humana se convirtió en su apoyo. “Se fue hoy sin bozal, súper tranquila, nos lamía la mano. Ese estrés
ALREDEDOR de 30 mascotas fueron atendidas gratuitamente en Rampu.
que traía lo manifestaba mordiendo. Fue el impacto que tuvo porque no sabía qué pasaba. Ellos (los perros) solo nos perciben. Y perciben todo lo que estamos viviendo nosotros”. “Somos un hospital particular pero viendo la necesidad nos unimos”, me platica Mary cuando le pregunto por cuánto tiempo atenderá sin costo a los animales dañados por el terremoto. “Yo voy a aguantar mientras el bolsillo nos aguante. Los laboratorios nos están apoyando, ya gente nos está donando algo de dinero. Voy a parar proveedores, pago de cosas. Yo creo que me van a entender, se están solidarizando conmigo. Mientras yo aguante lo voy a hacer, el tiempo que sea necesario”. En el área de recuperación, una pequeña perra mestiza vendada de una mano está encerrada en una jaula. Aunque ya mejoró en salud, se nota triste. Su nombre es Luneta. Durante el temblor corrió asustada
"Los perros sólo nos perciben y saben todo lo que estamos viviendo y sintiendo", explica la veterinaria María de Jesús Cárdenas.
al baño, pero una pared colapsó. Un bloque la lastimó. Cuando su familia la recogió curaron su herida. Horas después en el albergue que armaron frente a su unidad, en la calle de Chimalpopoca de la colonia Obrera, Luneta perdió el equilibrio, no podía mantenerse en pie y empezó a convulsionar. Una rescatista la llevó al hospital y Mary la atendió. Mientras la veterinaria platica conmigo, un muchacho de unos 18 años entra al lugar. En cuanto lo ve, la perra comienza a inquietarse, quiere salir. Una chica abre la jaula y se la da al joven. Luneta no para de moverse, la cola va de un lado a otro, comienza a ladrar, parece que sonríe. El chico la abraza, la pega a su cuerpo a la altura del pecho, junta su cara a la de ella y la besa. Dos lágrimas escapan. La catarsis se presenta. Podrá estar sin casa y sin pertenencias, pero por primera vez, luego del sismo, por fin esa noche su familia estará completa.
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tu ciudad
Honor a los perros rescatistas
Héroes de cuatro patas I S M A E L F RA U S T O @ismaelfrausto
L
a Fridamanía es un fenómeno en medio del desastre. México se ha enamorado de esta rechonchita labrador blanco que, con su arnés, goggles y botitas azules ha recorrido los escombros en busca de vidas para rescatar y que incluso también ha realizado tours de prensa en la televisión para encantar aún más al público. Y junto a Frida se encuentran Evil y Ecko, dos pastor belga malinois que hacen el mismo trabajo que ella. Todos pertenecientes al Equipo de Búsqueda y Rescate (BREC) de la Secretaría de Marina Armada de México. En este salón de la fama de los héroes de cuatro patas, también se encuentran Titán y Akela, pastor belga malinois del Cuerpo de Bomberos de Silao, Kublay, de la Policía Federal; Nala, golden retriever del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y muchos perros más que nos han demostrado, por enésima ocasión, que efectivamente, son los mejores amigos del hombre.
¿ABUSO ANIMAL? A los críticos (o criticones) nada les parece bien y este caso no es la excepción. Apenas se comenzó a notar el intenso trabajo que realizan estos perros de rescate, surgieron los “animalistas” o “animalovers” hablando de “abuso animal” al someter a estos canes a largas jornadas e incluso diciendo que estas experiencias son traumáticas para ellos. ¡TOTALMENTE FALSO! Frida, Evil, Ecko, Titán, Akela, Kublay, Nala y todos los demás son PERROS DE TRABAJO ¿y saben una cosa? a los perros de trabajo ¡les encanta trabajar! Para eso fueron hechos. Hay que recordar que todas las razas de perros descienden del lobo y el can es la única especie animal que ha sido modificada genéticamente por el hombre a lo largo de milenios para conveniencia mutua. Así, los labrador y golden retriever como Frida y Nala son perros
México se ha enamorado de los canes que han
salvado vidas entre los escombros, aunque algunos piensan que se abusa de ellos
llamarlos es binomio, sí, porque son dos: el humano y el perro, quienes trabajan juntos, viven juntos, comen juntos y, fuera del trabajo son un par de buenos amigos como la mayoría de las personas y sus mascotas. Es necesario ese nivel de compenetración entre el hombre y el can para que exista el nivel de coordinación requerido en las misiones que les son asignadas y esta relación existe desde que el perro es cachorro, es su adiestrador quien lo ha acompañado en su desarrollo y ha aprendido junto con él el lenguaje que les permite comunicarse entre ambos y llevar a cabo sus asignaciones.
NO SON MASCOTAS
los binomios de Ecko, Frida y Evil.
cobradores, cuyos instintos se basan en “cobrar” (recoger la presa) que ha cazado su dueño humano. Basados en su poderoso olfato y gran energía, son razas que ansían olfatear, rastrear y correr. De la misma manera, Evil, Ecko, Titán, Akela y Kublay son pastor belga malinois, una raza considerada entre los canófilos como “súper perros”, pues tienen una capacidad olfativa impresionante, un gran instinto de presa, una energía que los hace incansables y una súper inteligencia que les permite aprender prácticamente todo lo que se les enseña. Son perros aptos tanto para guardia y protección como para detección de narcóticos o búsqueda y rescate. Por supuesto, todo tiene un límite y para muestra el episodio de cansancio que sufrió Titán, pero ¿saben el nivel de cuidados que tienen estos perros? todos comen alimento premium alto en proteínas y son mimados cuando deben ser mimados, porque todos trabajan al máximo y son felices haciéndolo porque para eso fueron hechos ¿y saben qué piden a cambio? su juguete favorito, una golosina o la caricia de su adiestrador.
FRIDA se volvió un fenómeno en medio del desastre. EVIL pertenece al Equipo de Búsqueda y Rescate (BREC), de la Secretaría de Marina Armada de México.
LA IMPORTANCIA DEL BINOMIO Mucho se habla de estos héroes caninos, poco del fulano que sujeta la correa por el otro extremo, que, por cierto, es un humano. Estos impresionantes perros no harían ninguna de sus proezas si no estuvieran dirigidos por su adiestrador. Por eso, la manera correcta de
Con la Fridamanía en plena efervescencia, ahora se corre el riesgo de que los niños (y adultos) quieran tener su propia Frida o su propio Ecko o Evil. ADVERTENCIA: los perros de trabajo no son mascotas. Un labrador y sobre todo un pastor belga malinois son perros tremendamente energéticos que requieren muchísima atención por parte de sus dueños, esto significa ejercicio DIARIO al menos de dos horas, adiestramiento mínimo de obediencia avanzada. No queremos que la ciudad se llene ahora de labradorcitos y pastorcitos belga que terminarán abandonados al ver que no se convierten en perros rescatistas. Los perros de trabajo como nuestros héroes, han sido seleccionados desde cachorros de criaderos especializados a partir de sus aptitudes naturales e, incluso en una camada pueden servir solo uno o dos perros para trabajar, el resto no pasa esa primera prueba. Así que no pretendamos volvernos rescatistas de la noche a la mañana. Si nos encantó la labor de estos animales, aprendamos poco a poco sobre adiestramiento canino. Comencemos por la obediencia básica y paulatinamente busquemos a los adiestradores profesionales que nos pueden ayudar a sumergirnos en el fascinante mundo del deporte canino como el ring francés o el IPO, competencias de alta exigencia para perros como los que hoy admiramos.
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vida
¿Tienes estrés postraumático
después del temblor? Según especialistas, el estrés postraumático se
dispara tras una tragedia natural y se alteran diversos estados de conducta
E
l trastorno por estrés postraumático o TEPT es un trastorno mental clasificado dentro del grupo de los trastornos relacionados con traumas y factores de estrés (DSM V). Se caracteriza por la aparición de síntomas específicos después de la exposición a un acontecimiento estresante, extremadamente traumático, que involucra un daño físico o emocional y es de naturaleza extraordinariamente amenazadora o catastrófica para el individuo. El TEPT puede desarrollarse poco después en la persona que haya sido expuesta a uno o más sucesos traumáticos de índole diversa; tales como la exposición al dolor ocasionado por una guerra vivida por un soldado, torturas, acoso sexual, amenazas de muerte inminentes, accidentes, secuestros y fenómenos naturales como incendios, temblores, inundaciones, etc. El diagnóstico puede salir a la luz cuando un conjunto de grupo de síntomas, normalmente como recurrentes recuerdos perturbadores, evasión o adormecimiento de recuerdos del suceso y la hiperactividad, dan lugar posteriormente a flashbacks o memorias retrospectivas en la mente de las personas –niños o adultos-- que lo vivieron (explosiones de imágenes inmi-
Si crees padecer estrés postraumático después de una eventualidad y en este caso del sismo, solicita ayuda de un especialista.
• Si eres o fuiste voluntario y has ayudado en edificios colapsados, en albergues u otros sitios, organiza relevos para que nadie trabaje demasiado. • Descansa y acepta la atención psicológica, porque aunque no lo parezca, estás expuesto a mucha tensión y ansiedad, y eso te puede afectar emocionalmente. • Si has sufrido alguna pérdida (directa o indirecta), o eres socorrista, acepta la ayuda profesional.
nentes sobre el evento en la mente del sujeto). Un desastre natural como el que vivimos el pasado 19 de septiembre o algún otro evento no es fácil para nadie y no importa si no tienes una pérdida directa o no, de cualquier forma puedes padecer estrés postraumático. De acuerdo con especialistas, el estrés postraumático puede tener consecuencias negativas a largo plazo como por ejemplo una desorganización emocional que conlleva a padecer síntomas fisiológicos, enojo, depresión e incluso puede llevarte al suicidio. El estrés postraumático por el sismo del pasado 19 de septiembre podría afectar al 20% de quienes lo vivieron y en caso de no atenderse, daño psicológico que alcanza hasta 20 años sin reversión. Asimismo, en la primera etapa los afectados deben dejar que su organismo descanse. El sueño fisiológico es el antídoto contra esta sensación, ya que al descansar permite recuperarte y resistir los síntomas del síndrome, que en condiciones adecuadas debe disminuir o desaparecer a los tres meses del evento. Algunas personas por ejemplo, pueden sentirse estresadas y temerosas ante el miedo que se repita el pasado sismo, y si no reciben tratamiento llegan a perder el deseo de trabajar y convivir, y en ocasiones recurren al alcohol o las drogas. Otra característica del síndrome es la respuesta de evitación o de huida, en la que el individuo se siente sobresaltado, con demasiada energía, tanta que no puede estar sentado por un rato ni dormir. Una persona que presenta ansiedad durante o después de una crisis
ante una amenaza o situaciones impredecibles y difíciles de manejar, se presentan reacciones como temerosas o estresadas.
Si requieres de apoyo psicológico para identificar casos de estrés postraumático y evitar que progresen a otras etapas más complicas, aquí te dejamos algunos datos de los lugares donde pueden ayudarte: • La Universidad Nacional Autónoma de México cuenta con dos líneas telefónicas: 41616041 y 56222288. • En el Centro Médico ABC Observatorio y Santa Fe ofrecen orientación gratuita presencial y telefónica, en los teléfonos 55 1353 4571. • En la Asociación Psicoanalítica Mexicana puedes llamar al 5596 0009. • El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) también ofrece apoyo psicológico en albergues de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol CDMX), del Instituto de la Juventud (Injuve) y el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred CDMX). • La institución Armonía Familiar se une a la red de ayuda en la calle de Descartes 70, colonia Anzures, de lunes a viernes de 10:00 a 19:00. • El Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro da atención las 24 horas, solo debes marcar al 01 800 2868 805 o al 2458 7965. • En el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México habla al 5533 5533. • Los módulos de atención emocional están ubicados en Parque México, en la Calle Álvaro Obregón y en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre. • Además, se da atención vía telefónica a los teléfonos 41605241, 41605438 y el 018006114488.
debe recibir los primeros auxilios psicológicos. Algunos síntomas que te ayudarán a identificarlo son: -Desorden general: tristeza, llanto, ansiedad, angustia e hipersensi-
bilidad. -Fisiológicos: irritabilidad, insomnio y falta de apetito. -Negación: necesidad de no pensar en lo ocurrido y opta por seguir con su vida normal.
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VIDA
¿Sabes qué debe contener una mochila de emergencia? Ante cualquier eventualidad, ten a la mano lista esta maleta, ya
sea en horarios de actividades como a la hora de dormir.
C
ada región de nuestro país padece de distintos fenómenos y desastres, por ello, es importante que la ciudadanía siempre tenga --ya sea en su hogar, trabajo o escuela--, una mochila de emergencia ante cualquier contingencia que pueda suscitarse. Una mochila de emergencia puede salvarte la vida ante cualquier evento y más después de un sismo como el ocurrido el pasado 19 de septiembre que sacudió a varios estados de la República ocasionando la muerte de
decenas de personas. En general, debe incluir objetos que te ayuden a sobrevivir por lo menos 72 horas. No olvides que esta mochila es individual, cada miembro de la familia debe tener la suya aunque vivan en la misma casa. Lo mismo aplica para los trabajos o escuelas. Aunque en algunos desastres naturales como huracanes, la población cuenta con tiempo de salvaguardar su vida, algunos otros como sismos, incendios, inundaciones o tornados no pueden predecirse, por ello es importante estar alertas
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LA LISTA VITAL
con un instrumento que te permita mantenerte vivo durante las operaciones de rescate que pueden tardar horas o incluso días. Ante cualquier fenómeno, te recomendamos armar con la familia, amigos o compañeros de trabajo o escuela, un plan de protección civil en caso de emergencias y colocar las mochilas en una lugar visible y accesible, de preferencia que esté en la ruta de evacuación que previamente debe estar consultado con las autoridades de Protección Civil de la CDMX.
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1. Copia de documentos importantes como escrituras, credencial del Instituto Nacional Electoral (INE), acta de nacimiento y matrimonio, pasaporte, visa, credencial del servicio de salud como IMSS o ISSSSTE, documentos bancarios, licencia y pólizas de seguros. Todo este se recomienda guardarlos en un folder o bolsa de plástico. 2. Agua embotellada para tres días. 3. Alimento como comida empaquetada o enlatada no perecedera, de abre fácil y ligera, como atún, chocolate, barras energéticas o galletas, cereales, nueces, cacahuates y almendras o fruta deshidratada como pasas o chabacanos. Comida para bebés como papillas y leche en polvo. En caso de tener mascotas también prever una ración para ellos. 4. Lámparas –de preferencia led—con pilas colocadas y de repuesto.
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5. Un radio AM y FM con pilas de repuesto o de base de dínamo.
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6. Silbato, es de mucha ayuda en caso de que estés en riesgo o atrapado.
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7. Navaja multiusos. Empaca también un impermeable o bolsas de plástico.
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8. Celular, mantenerlo siempre cargado y guarda una pila portátil.
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10. Pequeña agenda con número de emergencia, familiares o amigos.
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11. Una muda de ropa interior, además de velas y cerillos. 12. Manta, si es térmica mejor o un suéter o chamarra.
10 Una mochila de emergencia puede ser la diferencia entre la vida y la muerte
9. Botiquín de primeros auxilios que incluye alcohol, vendas, algodón, agua oxigenada, curitas, medicinas y guantes de látex.
7 9
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13. Un duplicado de llaves de casa y automóvil. 14. Dinero en efectivo, porque en una emergencia es difícil que sirvan los cajeros o terminales bancarias. 15. Papel higiénico, jabón, toallas sanitarias y cepillo dental.
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tecnología
4 apps que te salvarán en caso de un siniestro Tras el reciente sismo o ante cualquier eventualidad, considera tener
un salvavidas integrado en tu celular. FRIX ANCHONDO @FrixAnchondo
¿C
ómo te sientes? ¿cómo estás?, estas preguntas son tan fáciles de hacer, pero a veces difíciles de contestar. Con lo acontecido la semana pasada en nuestro país, parece un poco complicado responder con un simple ‘bien, gracias´; pero ahora más que nunca debemos cuidarnos los unos a los otros y no soltar esa unión que nació el pasado 19 de septiembre. Gracias bendita tecnología por existir en el S19, por evolucionar día con día, gracias al internet, a nuestras computadoras, aplicaciones y smartphones es que nos organizamos para ir y venir a los centros de acopio, para ofrecer manos en donde no las había e incluso para compartir información y decir: “hoy estoy vivo”. Pero… ¿qué harías si sólo contaras con tu smartphone y no saber cómo salvar tu vida? No te preocupes, aquí te diremos cuáles son los mejores programas descargables para tener tu salvavidas integrado en el celular.
SKY ALERT
1
Es una app mundial que ofrece de 15 a 120 segundos aproximadamente para salvar nues-
Easy First Aid
2
América Latina también ha dado al mundo una aplicación enfocada en dar ayuda, que
Pocket CPR
3
Un portavoz de la Cruz Roja británica dijo: "Cualquier persona con un teléfono inteli-
, Safety Check
4
Pero si esto aún no es necesario para ti y lo único que quieres es decirle a tu familia que
tra vida y tiene como objetivo alertar
ofrece primeros auxilios. Si eres de los
gente puede salvar vidas y dar primeros
estás bien, Safety Check debe perma-
sobre un sismo antes de que el desastre
que no sabe nada sobre este tema, te
auxilios con tan sólo utilizar su móvil”.
necer en tu celular. Safety Check avisa
natural ocurra. La app es más rápida que
dice incluso el pulso de una persona.
De ahí es que nació Pocket CPR, una app
de manera instantánea a toda nuestra
muchas a nivel mundial, anunciando un
Easy First Aid es un programa móvil
que te enseñará cómo tomar y practicar
familia que nos encontramos bien don-
sismo 40 segundos antes que cualquier
muy sencillo para enseñarte las técni-
el ritmo y la profundidad correcta del
de quiera que nos localicemos. Con esta
otro programa en el mundo. Sky Alert
cas básicas de cómo dar primeros auxi-
masaje cardiaco con el dispositivo mó-
aplicación podemos tener la posibilidad
cuenta con su propia red de sensores
lios de una forma fácil, rápida y eficaz,
vil. Esta aplicación ha aconsejado a sus
de informar a todas nuestras personas
inteligentes (REDSSA), estos son los
todo esto mediante dibujos y anima-
usuarios que la forma más fácil de uti-
cercanas que estamos bien, ya sea me-
que se encargan de detectar las ondas
ciones. Esta es una aplicación pensada
lizarla es siguiendo las ondas rítmicas
diante SMS, Twitter o Facebook.
sísmicas y comunicar donde ocurrió el
para todo tipo de usuario, desde niños,
de Stayin’ Alive de los Bee Gees. Tiene
Sabemos que con estas aplicaciones y
epicentro de un sismo en menos de un
ya que aprendes jugando.
capacidad para detectar la frecuencia
un momento que te tomes para com-
de las compresiones reales e indicar
prenderlas, podrás tener a tus seres
tanto visual como auditivamente si es
queridos un poco más tranquilos si algo
necesario comprimir más rápido o lento
sucede en tu camino, trabajo o hasta en
y si es necesario mejorar la profundidad
una fiesta.
segundo.
del masaje cardiaco.
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backstage