Introducción La percepción, como estado mental o físico de la mente, ha sido analizada por los llamados científicos cognitivos, entre los cuales se destacan los trabajos de los neurocientíficos y los realizados por los filósofos de la mente2. El surgimiento de la Inteligencia Artificial y el desarrollo de las neurociencias parece que dan por superado la concepción dualista mente-cuerpo3. En las últimas décadas, los estudios del cerebro han propiciado que el debate filosófico sobre la relación mente-cerebro cobre más fuerza. Las preguntas en torno a los estados mentales como la percepción, la intuición, la memoria, la emoción y la conciencia han generado diferentes concepciones con un alto impacto en la filosofía y la psicología. Superado el conductismo, el materialismo reduccionista de la teoría de la identidad y el funcionalismo luchan por formular la mejor teoría que dé cuenta de cómo son finalmente los procesos asociados a los estados mentales . En medio del debate entre fisicalistas y funcionalistas surgen nuevos problemas como los denominados qualia y los generados por el, también complejo, problema de la "intencionalidad". 2
Los científicos cognitivos o cognoscitivos estudian los llamados estados de la mente o, desde una mirada fisicalista, del cerebro. Estados mentales como el pensamiento, la percepción, el razonamiento, el juicio y la conciencia permiten, en últimas, el conocimiento; por ello el calificativo de cognitivo.
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Uno de los primeros rompimientos con el dualismo lo da Hilary Putnam al sostener que cerebro y mente eran análogos a hardware y software; posteriormente abandona esta idea funcionalista. En nuestro concepto, Putnam se dejó sorprender por los extraordinarios avances en Inteligencia Artificial. Por otra parte, Penrose (1989, pp.366, 399) contribuye a acabar con este entusiasmo al afirmar: "Sugiero así que, mientras que las acciones inconscientes del cerebro son las que proceden según procesos algorítmicos, la acción de la conciencia es muy diferente y actúa de una forma que no puede describirse mediante ningún algoritmo […] La formación de juicios, que afirmo es la impronta de la conciencia, es ella misma algo sobre lo que la gente de la IA no tendría ninguna idea de cómo programar en una computadora". Dennett (1995b, pp.428-451), por su parte, realiza una amplia exposición que confronta la posición de Penrose con los argumentos de la IA.
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