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Todos los martes y jueves cientos de adultos mayores reciben comida caliente en el Centro Madre Teresa de Calcuta en Naguabo

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26 de octubre de 2022 l

No es un asunto de hambre,

Comedor social en Naguabo ofrece comida caliente a adultos mayores

Por Stephen Álvarez / salvarez@elorientalpr.net

Don Andrés Acosta tiene 86 años y vive en la calle Marcelino Borges del pueblo de Naguabo. Hace unos 8 meses se enteró de la existencia de un comedor social establecido en el Centro Madre Teresa de Calcuta, al lado de la parroquia del pueblo.

“Yo estaba en la farmacia y una señora me habló del comedor y me explicó de qué se trataba y me llamó la atención y vine, y desde ese momento me han tratado de una manera especial”, narró con emoción.

Andrés dijo que siempre llega temprano y hace el primer turno por lo que en algunas ocasiones también colabora con los trabajos de recibir compras y materiales que llegan a la facilidad.

El hombre explicó a El Oriental que vive con su esposa y con una hija que tiene algunas limitaciones debido a condiciones de salud.

“Yo me llevo cuatro almuerzos de aquí. Uno para mí, otro para mi esposa, el de mi hija y otro para un vecino que vive solo y que ha sufrido varios de-

rrames cerebrales”, aseveró.

Andrés señaló, que para él ha sido toda una bendición el poder participar del Comedor de Bien ya que, en adición a los almuerzos que recibe todos los martes y los jueves, también ha recibido compras y le han ayudado con el proceso de llenar la reclamación de ayuda de FEMA.

“Me llenaron unos papeles que yo no sabía para qué eran y a los tres días recibí $700, y yo no me esperaba eso”, exclamó asombrado. “Aquí reparten muchas cosas, pero yo solo cojo lo que realmente necesito”, agregó.

El hombre dijo que programas como el Comedor de Bien deberían de existir en todos los municipios de Puerto Rico y envió bendiciones a las personas que son responsables de organizar el proyecto.

Fotos por Stephen Álvarez / Todos los martes y los jueves a las 10:30 a.m. comienza la repartición de comidas calientes en el Comedor de Bien en Naguabo.

OPERACIÓN CON VOLUNTARIOS

Para que el Comedor de Bien pueda ofrecer los servicios de manera adecuada y suplir la demanda de participantes existe un elemento importante desde que comenzó la operación, los voluntarios.

Ana Loida Serrano González es voluntaria en el Comedor de Bien prácticamente desde que el proyecto comenzó en mayo del 2020. La mujer describió su labor como voluntaria como una intensamente gratificante.

“El día que no estoy aquí me

hace falta”, manifestó visiblemente emocionada.

La mujer dijo que el llegar a la facilidad y comenzar su labor como voluntaria le llena de mucha satisfacción.

“Atender tantas personas necesitadas y sin hogar, hablar con ellos, contestar sus preguntas y canalizar las ayudas que necesitan para mi es bien

importante”, declaró.

Serrano González siente que tan solo ha sido una experiencia, sino que entiende ha sido un llamado espiritual debido a que vivió una situación similar con el cuido de sus suegros.

“Yo cuidé a mis suegros en mi casa y siempre dije que cuando ellos faltaran yo quería en el futuro ir a ayudar y dar de mi para aquellos que necesitan”, detalló.

Explicó que en cuanto se hizo el llamado para reclutar voluntarios para el Comedor de Bien entendió que había llegado el momento.

La mujer indicó que sus labores consisten en ayudar en la preparación de los alimentos desde temprano y luego pasa a la entrada para trabajar con el registro de los participantes.

“Yo invito engrandecida mente a las personas a que se acerquen y se den la oportunidad para que vean que bonito es esto, que hermoso es ser

voluntario”, reiteró.

PARTICIPANTES SON ENVEJECIENTES SOLOS EMPOBRECIDOS

La líder comunitaria naguabeña, Mariny Vázquez, indicó que el Comedor de Bien comenzó en el año 2020 en medio del “Lock Down” decretado en Puerto Rico como consecuencia de la pandemia del Covid-19. Explicó que debido a la pandemia había comenzado algunos proyectos de distribución de alimentos en algunos sectores de la

La líder comunitaria Mariny Vázquez también ayuda a los participantes a solicitar la ayuda de emergencia de FEMA.

ciudad, pero en mayo recibió una petición especial.

“En mayo 26 me llamó el Padre José Colón y me dijo; Mariny, me preocupan los viejos que están en la plaza, que están ahí y no comen porque todo está cerrado; y yo le pregunté qué quería hacer y él me dijo dales de comer”, detalló.

Vázquez dijo que la conversación con el sacerdote fue un jueves y que el martes siguiente abrieron el comedor en un salón anexo a la parroquia con justamente lo que había en ese entonces en las neveras y con algunas donaciones que ofrecieron algunos comerciantes.

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es cuestión de comer bien

Ese primer día llegaron 24 comensales que se trataban de personas que se encontraban por el pueblo, dos años más tarde el comedor sirve a cerca de 372 personas.

La líder comunitaria comunicó que el comedor se sostiene gracias a la generosidad de muchas personas. Explicó que en ocasiones las neveras están vacías y con hacer un “Facebook Live” pidiendo ayuda comienzan a llegar las donaciones. En ocasiones los mismos participantes hacen su aportación.

“Casi todo lo que llega es de la bondad y misericordia de la gente, mucho apoyo de Padre José y de los comerciantes”.

Vázquez señaló que el huracán Fiona hizo más visible el proyecto por lo que Oficinas de Asuntos de

Ana Loida Serrano González es voluntaria en el Comedor de Bien prácticamente desde que el proyecto comenzó en mayo del 2020.

la Vejez y Fundaciones Comunitarias también han comenzado a realizar sus aportaciones.

“Este comedor no es un asunto de hambre, es un asunto de comer bien. Muchas personas han perdido su destreza de cocinar, están deprimidos o viven solos y no se alimentan

bien”, expuso al momento de explicar quiénes pueden beneficiarse del comedor.

Cuando se trabajó el perfil de los participantes reflejó que la mayoría son envejecientes solos empobrecidos. El estudio detectó que son muy pocos los que no tienen hogar, pero son muchos los que viven solos y bajo un alto nivel de pobreza.

“Estas personas no reciben muchos ingresos y también tienen sus gastos de pagos de utilidades (agua, luz, renta, etc.) por lo que nosotros, como muchos modelos de comedores sociales, les ayudamos a estirar el peso para que la gente pueda mantenerse con lo que tiene y sobre todo comer bien por lo menos dos veces en

semana”, argumentó.

Aunque el comedor abre dos veces en semana, los martes y los jueves, los participantes se cubren para toda la semana porque pueden llevarse hasta cuatro almuerzos en cada visita. En el comedor también ofrecen otros servicios como monitoreo

Andrés Acosta siempre llega temprano y hace el primer turno por lo que en algunas ocasiones también colabora con los trabajos de recibir compras y materiales que llegan a la facilidad.

de salud, suministro de ropa y artículos para el hogar. También se le entrega una compra al mes, pero los participantes son entrevistados para determinar lo que realmente necesitan.

Cuando se le preguntó hacia dónde se dirige el comedor en el futuro Vázquez contestó que espera lograr tener un centro diurno para atender a esa población necesitada.

“Espero ser un centro diurno, espero crear un proyecto de trabajo para que algunas personas mejoren su calidad de vida e idear un proyecto social en el cual podamos utilizar nuestras manos para su bien, pero también para un espacio

común” concluyó.

Para todo aquel que quiera colaborar puede hacerlo llevando su donativo o contribución personalmente al comedor o a través de la aplicación de ATH Móvil en el área de negocios buscar Comedor de Bien.

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