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Carta de Enseñanza #1
LA PALABRA DE DIOS PARA HOY Nuestro "Amén" a las Promesas de Dios "Porque todas las promesas de Dios son en el Sí y en el Amén. Por medio de nosotros Para la gloria de Dios" (2 Corintios 1:20 VRV).
Dios le ha dado muchas promesas a su gente. En este versículo, Pablo nos dice que las promesas de Dios encuentran el Sí en Jesús. Es un entusiasta "Sí" de Dios. No encontramos en ninguna parte en este verso la palabra "probablemente". No dice que Dios tenga que pensarlo por un tiempo. Dios da un contundente sí cuando hace una promesa. La promesa es tan segura como Jesús y Él es fiel y verdadero. Él es nuestro fundamento firme. Él es nuestra roca como la Roca de Gibraltar, pero mejor. Algunas promesas de Dios tienen condiciones, sin embargo Dios no nos deja dudando sobre cuáles son. Cuando hay condiciones se dan claramente. Nos dice cómo podemos cumplirlas y nos ayuda para poder hacerlo.
Después,
Pablo nos dice que "nosotros decimos nuestro amén a través de Él". Esto significa que debemos responder a las promesas de Dios con cierta clase de consentimiento verbal. Algunas personas dicen amén, cuando un predicador dice algo excepcionalmente importante o emocionante en su sermón. Algunas veces, solamente una o dos personas de la congregación responden de esa manera. Pablo indica, sin embargo, que nosotros debemos responder con nuestro propio amén, ya sea este en voz alta o dentro de nuestros corazones.
Amén significa así sea. Dios quiere que digamos nuestro "así sea" junto con el suyo. Hace unas semanas, cuando yo estaba pensando sobre un nuevo grupo de oración que empezaría en la iglesia, sentí que el Señor quería que intercediéramos por nuestras promesas. Yo estaba agradecida por la guianza del Señor y emocionada sobre las implicaciones. Para mí eso significa que Dios quiere enviar algunas de sus promesas de los lugares celestiales a nosotros durante este tiempo.
T
ambién significa que habrá alguna resistencia de Satanás ya que tratará de evitar que recibamos esas promesas. ¡Satanás siempre se opondrá a la voluntad de Dios y a su obra! Un ejemplo lo encontramos cuando Daniel intercede por veintiún días por el cumplimiento de la promesa de Dios que la cautividad de Babilonia duraría setenta años. (Mire Daniel 9). Daniel se dio cuenta que el tiempo se había completado así que oró y ayunó. La respuesta a la oración de Daniel fue enviada del cielo el primer día que Daniel oró. Al terminar los 21 días, la respuesta llegó y un ángel le dijo a Daniel sobre la guerra en los cielos entre los ángeles de Dios y Satanás, el príncipe de Persia (un
principado de ángeles que reinaban sobre esa área) fue la intercesión de Daniel acerca de la promesa lo que hizo la diferencia.
y poderosas de la Palabra que nosotros atesoramos. Yo creo que Dios tiene promesas individuales para cada uno que ha expresado en Su Palabra y quiere darlas a aquellos que le pertenecen. Intercedamos y rompamos las barreras de resistencia de Satanás para que se cumplan en nuestra vida.
La
Existen tres clases de promesas por las que yo creo que debemos interceder. La primera, son promesas de la Escritura que revelan el deseo o el plan de Dios en una escala mayor. Un ejemplo lo encontramos en Hechos 2:17. "Y sucederá en los postreros días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños." Dios está haciendo esto ya, sin embargo, él quiere aumentarlo cuando nos aproximamos a los días postreros. Él quiere aumentar esto en las áreas donde hay sequedad espiritual. Debemos orar por el cumplimiento de ésta y otras promesas.
idea de interceder por las promesas quizá sea extraña para algunos. Yo no estoy diciendo por esto que Dios esté limitado, bloqueado o que pueda ser estorbado. El salmista nos dice "Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos". (Salmo 119:89) Sin embargo, la Palabra de Dios encuentra resistencia en la tierra. Es nuestro estar de acuerdo con ella, expresarla e interceder por su cumplimiento que ayuda a establecer la Palabra y la voluntad de Dios en la tierra y en nuestras vidas. Traducida por Dora L. Burgueño
La segunda clase, es cualquier promesa que Él haya hecho a tu iglesia local. Si tú eres parte de una congregación local llena del Espíritu, donde los dones del Espíritu Santo operan, de tiempo en tiempo Dios puede haber dado una promesa específica a su iglesia. El cumplimiento total de esa promesa quizá no se ha experimentado aún como a Dios le hubiera gustado hacerlo, si usted ha hecho poca o ninguna intercesión al respecto.
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La tercera clase, es cualquier promesa que Dios le haya hecho a usted personalmente. Esto puede ser de su Palabra, o una promesa que aplique a una necesidad particular que usted tenga, o alguna palabra Rhema que Dios le haya hablado a través de su Espíritu Santo. Estas son Palabras personales
PALABRA DE DIOS PARA HOY Carta de Enseñanza # 1 “Nuestro ‘Amén’ a las Promesas de Dios”