UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Ciencias de la Comunicaci贸n Social
TRAS UN MANTO DE NEBLINAS EL CIRCUITO DE LAS FOTOS DE MALVINAS Y SU LUGAR EN LOS MEDIOS
Tesina de Grado
Alumno: Mar铆a Esperanza Sanchez Tutor: Julio Menajovsky
2011
“La gratitud es la memoria del corazón” Mi eterno agradecimiento a, Julio Menajovsky Cecilia Yacovino Mariano Vega y ARGRA Alejandro Reynoso Leandro de la Colina Héctor Rusticcini Daniel Rodríguez Eduardo Senn y José Silva Claudio Reino Liliana Maghenzani Silvio Zuccheri Eduardo “Pollo” Farré Nicolás Kasanzew Daniel Alonso Raquel San Martín y Teresa Riccitelli Luis Príamo Anthony Smith y Teresa Orfila Enrique Valiente Noailles Tte Coronel Gustavo Adolfo Tamaño Daniel García Román Von Eckstein Don Rypka Virginia Jaeschke Luis Ramírez Avila y Archivo Fotográfico de Télam Paula Tamborenea Pablo Moroni y GRANET
Indice Introducción............................................................................................3 Marco Conceptual…………………………………………………………….6 1. De cómo nace y qué significación adquiere la fotografía……..9 2. La estructura textual en la fotografía periodística………………13
Marco Metodológico………………………………………………………...15 Marco Histórico…………………............................................................19 1. Prensa y fotografía………………………………………………….19 1.2.
Agencias……………………………………………………..25
1.3.
En el Río de la Plata………………………………………..29
1.4.
Fotografía de guerra……………………........................31
1.5.
En el Río de la Plata II……………………………………..38
2. Marco histórico: Argentina 1976-1982…………………………....43 2.1.
Antecedentes históricos y políticos …………………….49
2.2.
La prensa durante la dictadura…………………………...52
2.3.
La prensa durante la Guerra de Malvinas……………….57
2.4.
Cronología de la Guerra de Malvinas……………………62
Desarrollo………………………………………........................................67 1. Malvinas en los diarios……………………………………………..67
1.a) 2 de abril a 30 de abril de 1982……………………………….68 1.b) 1º de mayo a 21 de mayo de 1982……………………….....75 1.c) 21 de mayo al 14 de junio de 1982…………………………..90 2. Malvinas según Gente y Siete Días…………………………….....100 2.a) 2 de Abril a 25 de abril…………………………………………101 2.b) 25 de abril a 21 de mayo………………………………………113 2.c) 21 de mayo a 14 de junio……………………………………...129 3. La otra historia……………………………………………………….142 3.a) Procedencia de las imágenes.........................................142 3.b) Las fotos profesionales………......................................144 3.c) Las fotos “no profesionales”...........................................149 3.c.1 Las primeras fotos........................................................151 3.c.2 ¿Y por casa cómo andamos?........................................152 3.c.3 La tierra bajo la alfombra................................................153 4. Las fotos como objetos culturales……………………………….....159 4.a) Fotos de prensa: circuitos y principios de circulación……..159 4.b) La censura y el negocio con las fotos………………………..172 A modo de conclusión…..…………………………………………………….176 Bibliografía………………………………………………………………………179 Anexo…………………………………………………………………………….185
Introducción Mayo de 1982. Una niña de 5 años envía una carta a un soldado desconocido que está en la guerra de Malvinas. Esa carta es un dibujo de ese mismo soldado sonriente que sostiene en su mano derecha una bandera argentina y en la izquierda una taza de chocolate humeante.
¿Cuánta verdad y cuánta imaginación hay en esa imagen?
¿Qué imágenes de la guerra habrá visto esta niña en los diarios y revistas que circulaban en ese entonces como para que su producción sea la que envió por correo? ¿Qué imagen de Malvinas tiene esa misma niña casi 30 años después? ¿Qué imágenes de Malvinas tenemos, en general, los argentinos que nacimos antes de 1982 y que fueron alimentadas por las escasas fotos que aparecieron en los medios en aquel momento?
Esta pequeña pero significativa historia no es otra que mi propia historia. Una historia personal que volvió a mi cabeza cuando estaba terminando la Carrera de Comunicación y debía elegir un tema para la tesina con la que obtendría el título de grado. Los recuerdos aparecían una y otra vez. La Guerra de Malvinas me sacudía de una manera que no lo había hecho antes y se instalaba definitivamente en mi mente. Y así, por una vuelta del destino, se juntaron un interés personal con una exigencia académica para comenzar esta historia que, a casi 30 años de la Guerra de Malvinas, culmina en el presente trabajo (el cual, en lo personal, significa mucho más que cumplir con un requisito universitario).
Ése es el punto de partida y aquéllas son algunas de las preguntas que motivaron esta tesina. A partir de allí, un aluvión de otras preguntas aparecieron casi automáticamente. Preguntas que disparaban más preguntas. Preguntas que, a medida 3
que ensayaba respuestas, mostraban la cada vez más inverosímil historia que se contó sobre la guerra. Preguntas que dolían; respuestas que desnudaban. Y, en el medio, las fotos de la guerra.
¿Qué contaban esas fotos? Más importante aun ¿qué dejaban de contar?¿Por qué son tan pocas las fotos de Malvinas que se publicaron de abril a julio de 1982 y por qué encontramos tantas imágenes repetidas en los medios? ¿No existían más fotografías o se ocultaron deliberadamente? Si hay fotos no publicadas, ¿qué relato nos muestran?¿Por qué aun hoy es tan difícil acceder a imágenes de la guerra?¿Dónde están actualmente aquellas fotos, qué circuitos siguieron y qué pasó con los fotógrafos? Si bien las preguntas son muchas y disparan hacia varios frentes, éste es el territorio en el que se moverá la tesina y los cuestionamientos que definen su vocación. ¿Cuál es esa vocación?
Vayamos por partes. Mucho se ha escrito sobre la Guerra de Malvinas, sobre sus móviles, sobre su lugar en la estrategia política del gobierno militar y sobre el papel del periodismo en el conflicto, por lo que no es novedad hacer referencia a la desinformación, al ocultamiento de los hechos y a la distorsión de lo que realmente ocurría en Malvinas que se llevó a cabo durante la guerra y que continuó mucho después de terminada. Ciertamente continuó por otras razones, en una versión más silenciosa, de una forma menos agresiva, más cercana a la desinformación por omisión que a la activa distorsión, pero no por “edulcorada” es una versión menos perniciosa. Y de esto no quedaron exentas las fotografías de la guerra.
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Por eso, frente al ocultamiento y desaparición al que fueron y son sometidas las imágenes
de la guerra de Malvinas, la vocación de esta tesina es rescatarlas y
traerlas al campo de visión. Rescate de las fotos en un doble sentido: rescate de las fotografías en tanto objetos (dónde están, cuáles son, qué circuitos siguieron, cómo fueron tomadas) y rescate de las significaciones
que esos objetos-fotografías
comportan y comportaban.
Y en el proceso, la búsqueda. La búsqueda de fotos y protagonistas. Búsqueda que me llevó a toparme con cajas de recortes y con archivos saqueados -tal es el caso de la Biblioteca Nacional-, con un archivo que recién ahora está siendo digitalizado -como el de las imágenes de la agencia Télam, donde se ha recuperado sólo el 25% de las imágenes tomadas en 1982-, con fotógrafos que después de 25 años vieron sus fotos impresas por primera vez…
Hay, además, otra razón que me motivó a encarar este trabajo y con la que me gustaría cerrar esta introducción: aunque la cuestión del uso ideológico tanto del lenguaje como de las imágenes y
de su poder para construir hegemonía está
ampliamente tratado por muchísimos y muy prestigiosos autores, personalmente pienso que para que la teoría tenga un papel y un potencial transformador hay que llevarla más allá del plano abstracto. Hay que encarnarla, aplicarla, verla funcionar…. Tal vez, en el fondo, tenga la secreta esperanza de acercarme un poco más a esa niña de 5 años que alguna vez fui y que pensaba que, enviando a Malvinas el dibujo del soldado feliz, estaba también ella haciendo patria.
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Marco conceptual Como condición ineludible antes de entrar al análisis, es necesario dar cuenta de algunos conceptos que estructurarán la mirada de esta tesina, la interpretación del material de trabajo y las hipótesis que se irán formulando en el camino.
Como premisa básica, considero necesario explicitar el concepto de ideología. En contraposición a la versión más estereotipada del marxismo, que entiende a la ideología como falsa conciencia, siguiendo a Gramsci entenderé que la ideología es un sistema de ideas, una “concepción del mundo que se manifiesta implícitamente en el arte, en el derecho, en la actividad económica, en todas las manifestaciones de la vida intelectual y colectiva"1. O bien, con Althusser, Hall y otros abordajes posmarxistas, llamaré ideología a los sistemas de representaciones compuestos de ideas, mitos, imágenes, discursos que representan la relación imaginaria, vivida, de los hombres con sus condiciones materiales de existencia. Esto implica pensar que la relación entre los hombres y lo real no es nunca transparente. Para los sujetos, la aprehensión de la realidad está mediada por esos sistemas de representación a través de los cuales viven, experimentan, dan sentido y hacen inteligible lo que para ellos es el mundo. Dadas estas características, está claro que la ideología tiene por efecto, entre otros, la legitimación y la reproducción de las relaciones de dominación. De hecho, para Hall, la cuestión de la ideología compete también a los conceptos y lenguajes del pensamiento práctico que estabilizan la dominación, que generan consenso acerca de ella y que conforman a los sujetos dominados en su lugar de subordinación.2
1
Gramsci , A. "El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce", Nueva Visión, Bs. As., 1998, pág. 12. 2 Hay que mencionar, no obstante, que para Hall la ideología también hace a los procesos por los cuales surgen nuevas concepciones del mundo que logran movilizar a las masas contra el sistema dominante.
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Al respecto, hay que mencionar que la construcción de ideología es vital para el funcionamiento del poder. Tal como lo han sostenido diversas corrientes de pensamiento, la dominación no se sostiene sencillamente por el uso o por la amenaza del uso de la fuerza, sino que un mínimo de voluntad de obediencia es esencial a toda auténtica relación de autoridad. En términos de Gramsci, si la ideología es tan importante es justamente porque es el eje en torno del cual gira la construcción de hegemonía: una forma de dominación que consta de "fuerza y consentimiento, los cuales se equilibran entre sí, sin que la fuerza predomine excesivamente sobre el consentimiento”3. De este modo, la fuerza dominante logra, además del poder político y económico, el poder ideológico, el liderazgo moral e intelectual que lo legitima. Como dice Paul Valery, “[...] no hay poder capaz de fundar el orden con la sola represión de los cuerpos con los cuerpos. Se necesitan fuerzas ficticias.”4
Es desde esta perspectiva sobre el modo de operación de la ideología y de sus funciones que retomaré a Piglia5 y a su concepción acerca de la sociedad como una trama de relatos y acerca del Poder como un permanente contador de historias y de ficciones. Según este autor, de lo que se trata es de la construcción, disputa e imposición de relatos que nos cuentan una versión de la realidad y que, al contarla, la constituyen. Hay, entonces, un proceso de construcción de lo que el conjunto social termina aceptando como la realidad, como lo que es. Sin embargo, aunque las ideas y figuras de la realidad que así se imponen se presenten como neutras y como con validez universal, esas ideas y figuras siempre se construyen desde posiciones concretas y son coherentes con intereses específicos. Es por ello que ubicaré a la articulación y lucha en torno de ficciones en el terreno de las operaciones de la
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Gramsci, A. Selections from the Prison Notebooks, New York, International Publisher, 1992, pág 59. Valery, Paul. “Prefacio” a las Cartas persas del Barón de MONTESQUIEU, 1721. Piglia, Ricardo. Una trama de relatos, en Clarín, 27/05/84 y Los relatos sociales, en Página 12, 12/07/87
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ideología6.
¿Por qué interesan estos conceptos en la presente tesina o cómo se articulan en ella? Como dije antes, para que un grupo alcance una posición de dominación, deberá lograr que la sociedad consensúe sus intereses y su visión del mundo y, así, legitime su posición de poder. Justamente por ello, por la necesidad de que aquellos sentidos promovidos como universales no aparezcan como el producto de una imposición, los lugares privilegiados en que los que se dará la lucha ideológica serán aquellos ámbitos aparentemente independientes de la política y de las relaciones de poder. Retomando a Gramsci, el terreno por excelencia de la ideología es el de la sociedad civil: el conjunto de instituciones relativamente autónomas del Estado en sentido estricto, responsables de la elaboración y difusión de valores simbólicos y de ideologías, tales como el sistema escolar, la Iglesia, la familia, las organizaciones profesionales, los sindicatos, las instituciones de carácter científico, las instituciones de carácter artístico y, por supuesto, los medios de comunicación.
Si bien los medios de comunicación gráficos son sobre todo “textuales”, en ellos también tienen un lugar crucial las imágenes y, particularmente, las fotografías. ¿Por qué importa esto en este contexto? Porque, si bien es cierto que el lenguaje tiene una importancia central en la constitución de las significaciones sociales y que es reconocido como uno de los principales medios ideológicos, lo discursivo -como lugar de construcción, disputa y circulación social de sentido- no se agota en el lenguaje. La fotografía forma parte del universo discursivo y, particularmente en los medios de información, es un instrumento privilegiado de la operación ideológica. Veamos por qué. 6
Vale remarcar el concepto de “articulación y lucha”, que habla de la construcción de hegemonía/ideología como un concepto dinámico y que excluye una situación de imposición de ideología desde los sectores dominantes y de recepción pasiva de la misma por parte de los sectores subordinados. En torno de la ideología siempre hay lucha.
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1. De cómo nace y qué significación adquiere la fotografía
“(…) el deseo de fotografiar solamente aparece como discurso habitual en un determinado tiempo y lugar. De ahí se deduce que solamente era posible pensar “la fotografía” en esta coyuntura histórica específica, que la fotografía como concepto tiene una especificidad histórica y cultural identificable” (Geoffrey Batchen 2004: 57).
Nacida en la primera mitad del siglo XX, la fotografía es hija de la sociedad moderna occidental. Más aun; como producto de su madurez, es una de sus hijas pródigas. ¿En qué sentido? En una sociedad que se estaba estructurando sobre los principios de objetividad, racionalidad, adecuación a la realidad, separación sujeto/objeto, y que hacía de la ciencia positiva una nueva religión, claramente la fotografía se presentaba como la plasmación de uno de sus sueños más anhelados: un objeto, una técnica y un dispositivo que (tal como se lo entendió en sus comienzos) era capaz de captar mecánicamente, más allá de la voluntad de un sujeto, la realidad exterior “tal cual es”. Para dimensionar correctamente lo que significaba esto, recordemos que la aspiración de la ciencia –parte constitutiva de la sociedad moderna- también era, justamente, el conocimiento del mundo en su objetividad.
Podría decirse, entonces, que la fotografía realizaba el sueño del iluminismo y que era su símbolo en el mundo de las imágenes. Siguiendo esta línea, la técnica fotográfica 9
estaba desplazando a la pintura en la plasmación visual del mundo y, en consecuencia, la técnica tomaba el lugar de la interpretación humana: a diferencia de la pintura, que dependía del pincel del pintor, la impresión mecanizada de la luz de los objetos sobre una placa parecía ser la realización del anhelo moderno de realismo y absoluta objetividad. Se suponía que en la fotografía no había ninguna intervención de la subjetividad del observador. Sin embargo, del mismo modo que el hiperrealismo moderno es ideológico (no es más que una aspiración y una ilusión) el realismo de la fotografía tampoco es tal…
Antes que nada, valga aclarar que había algunas características de la técnica fotográfica y de la fotografía en sí misma que daban elementos para asociarlas con posibilidad de retratar la realidad “tal cual es”. Estoy hablando, puntualmente, de su carácter indiciario en tanto signo. Profundicemos un poco este punto, para lo que debemos recurrir a la semiótica.
Refiriéndose a los signos icónicos, Charles Pierce clasificó en tres a este grupo: íconos, índices y símbolos. Siguiendo a este autor, la fotografía tradicional7 es siempre índice, ya que obligatoriamente debe haber una conexión física entre la realidad y la cámara. Si hay, por ejemplo, un árbol en una fotografía analógica, es porque ese árbol estuvo frente a la cámara en algún momento. Y la foto, como producto, no es más que una huella de esa realidad. Pierce decía, además, que por fuera de este carácter indiciario obligado la fotografía puede ser opcionalmente ícono (si se parece a la realidad) o símbolo (si reproduce algún convencionalismo social)
La calidad de índice de la fotografía fue la responsable de que, en sus inicios, socialmente se pensara que era posible la proyección de la realidad. Es su carácter 7
La fotografía digital trae consigo otros problemas que introducen modificaciones sustanciales en el estatuto semiótico de la fotografía. Pero éste es un tema que excede a esta tesina.
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indiciario, la relación dinámica entre objeto fotografiado y fotografía, lo que fundó las bases para la apreciación de objetividad de la fotografía.
Sin embargo, ¿hay tal objetividad? ¿Por qué antes dije que ésa es una apreciación ideológica? En ese punto, me parece interesante traer a escena a Philippe Dubois quien, en “El acto fotográfico. De la representación a la recepción”8, hace referencia al carácter indiciario de la fotografía pero va más allá: la fotografía funciona como huella de la realidad pero sólo en el momento de disparar. Antes y después de este momento entran en juego los códigos, por lo que la noción de índex es limitada (la fotografía, por ejemplo, no explica, no interpreta, no comenta). Según Dubois hay que liberar al signo fotográfico del fantasma de una fusión con lo real.
Más allá de esta concepción, a continuación sintetizaré el por qué la fotografía no puede ser considerada como un reflejo de la realidad objetiva, sin intervención de subjetividad alguna9. Por un lado, hay un condicionante técnico, que tiene que ver con que el fotógrafo mira a través del visor de la cámara. Por otra parte, hay un condicionante individual, ya que el fotógrafo proyecta su modo de ver cuando elige qué y cuándo fotografiar. Si consideramos la fotografía de prensa, hay que sumar el condicionante editorial, dado por la ideología del periódico.
Respecto del condicionante individual, el fotógrafo toma una serie de decisiones al hacer la fotografía: elige la película, el objetivo, los filtros, el punto de vista y el encuadre, el foco o desenfoque, la intervención eventual sobre luz incidente, la regulación de apertura de diafragma que influye sobre la luz y sobre la profundidad de campo (permitiendo que elementos aparentemente secundarios pasen a tener importancia en el significado global), el tiempo de exposición, el momento del disparo
8
Dubois, Philippe, “El acto fotográfico. De la representación a la recepción”, Paidós, Barcelona, 1986 Seguiré para ello a Félix del Valle Gastaminza en El Análisis documental de la fotografía, Universidad Complutense de Madrid, 2001 http://www.ucm.es/info/multidoc/prof/fvalle/artfot.htm 9
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(del
continuum
de
una
acción
el
fotógrafo
selecciona
el
momento
que
presumiblemente ofrece para él un mayor interés y al que Cartier-Bresson denomina el "instante decisivo", para perpetuarlo o cristalizarlo en el tiempo), los procesos químicos y físicos posteriores al disparo.10
Además de todos estos elementos de subjetividad que se ponen en juego desde el lado de la producción, hay que tener en cuenta también que una imagen es inevitablemente polisémica y que tendrá una multiplicidad de lecturas diferentes, condicionadas por una variedad de factores ligados a los receptores y a sus condiciones de recepción.11 Más adelante, también veremos cómo influye en la lectura de las fotografías de prensa el modo en que se las organiza, los epígrafes que se usan, el modo en que se las vincula con otras, etc.
Lo cierto es que, en el momento de su nacimiento, la fotografía creó la ilusión de que era posible captar unívocamente la realidad cruda. Y esta posibilidad no pasó desapercibida para otro de los fenómenos en auge por ese entonces: el periodismo moderno que, con su búsqueda de objetividad, encontró en la técnica fotográfica una herramienta ajustada a su intención de mostrar los hechos “tal cual sucedían”. Aprovechando la credibilidad que la sociedad le otorgaba a la imagen impresa, la inclusión de fotografías en las páginas de periódicos y revistas fue un instrumento altamente efectivo para la construcción de su propia credibilidad.
Además, al ser consumida como algo incuestionable la pretensión de objetividad de la fotografía, la utilización de imágenes en los medios gráficos se convirtió, entre otras, en una herramienta ideológica de importancia: aunque el relato que cuentan los medios siempre esté contado desde alguien -desde una posición, desde un grupo 10
del Valle Gastaminza, Félix, “El Análisis documental de la fotografía”, en http://www.ucm.es/info/multidoc/prof/fvalle/artfot.htm 11 Ver, por ejemplo, Verón, Eliseo, “La Semiosis Social (fragmentos de una teoría de la discursividad)”, Gedisa Editorial, Barcelona, 1993.
12
social, desde una voz particular- por intermedio de la presentación de fotografías (por su encadenamiento, su ensamble con textos, su ordenamiento, etc.) se crea un “efecto de realidad” en un discurso que no es objetivo en absoluto. La operación ideológica que se pone en marcha queda camuflada por el discurso de objetividad que sostiene el periodismo, reforzado por el uso de una herramienta que dice poder mostrar los hechos “tal cual son”.
Finalmente, veamos de modo breve cuál es la relación entre el texto y la imagen en la fotografía en la prensa.
2. La estructura textual en la fotografía periodística
Tomando como referencia a Roland Barthes en “El Mensaje Fotográfico”12, la fotografía de prensa no es una estructura aislada sino que siempre hay al menos otra estructura que la acompaña: toda fotografía periodística se relaciona con la estructura del texto (título, epígrafe, la nota o artículo, el medio en su conjunto), por lo cual la información está sostenida por dos estructuras diferentes concurrentes, una de ellas lingüística y otra estrictamente fotográfica. De ahí que, formando parte de la página de un diario, junto a la fotografía propiamente dicha hay otros signos que convergen para construir sentido.
Más allá de los procedimientos de connotación que menciona Barthes para un análisis de la fotografía de prensa (trucaje, pose, objetos, fotogenia, asteticismo, sintaxis13), en “Retórica de la imagen”14 el autor señala la función de anclaje que cumple la estructura
12 13 14
Barthes, Roland; “Lo obvio y lo obtuso”, El mensaje fotográfico, Paidos, Barcelona, 2009. Barthes, Roland; Op cit. págs 18-23 Barthes, Roland; Op cit.
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textual mencionada en el párrafo anterior. Me detendré únicamente en este aspecto, porque esta relación entre el discurso verbal de los diarios y las fotografías que presentan es muy importante en el análisis de las imágenes de Malvinas que forman el cuerpo de esta tesina.
Sintéticamente, Barthes señala que esa función de anclaje de la estructura textual es fundamentalmente denominativa y que lo que logra es anclar todos los posibles sentidos evocados potencialmente por la imagen. De esta manera, tiende a la identificación en un sentido particular y controla que la polisemia constitutiva de la fotografía no se dispare.
Es decir, sobre un mensaje denotado, ancla las
connotaciones posibles en una determinada dirección. En palabras de Roland Barthes:
“el texto conduce al lector a través de los distintos significados de la imagen, le obliga a evitar unos y a recibir otros; por medio de un dispatching a menudo sutil, lo teledirige hacia un sentido elegido de antemano. Es evidente que en todos los casos de anclaje, el lenguaje tiene una función elucidatoria, pero la elucidación es selectiva; se trata de un metalenguaje que no se aplica a la totalidad del mensaje icónico, sino tan sólo a algunos de sus signos; el texto constituye realmente el derecho a la mirada del creador (y, por lo tanto, de la sociedad) sobre la imagen: el anclaje es un control; detenta una responsabilidad sobre el uso del mensaje frente a la potencia proyectiva de las imágenes; con respecto a la libertad de significación de la imagen, el texto toma un valor represor, y es comprensible que sea sobre todo en el texto donde la sociedad imponga su moral y su ideología.”15.
15
Barthes, Roland; “Lo obvio y lo obtuso”, Retórica de la imagen, Paidós, Barcelona, 2009, págs 40-41
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Marco metodológico El corpus de esta tesina está formado por material visual y textual sobre los que se realizó un trabajo de análisis de discurso. Respecto de las imágenes - un corpus de 5000 fotografías publicadas en los medios y fotos no públicas- que fueron obtenidas de: 1- Archivo de la Comisión de Familiares y ex Combatientes de Malvinas y Ministerio de Defensa Nacional (representados en la persona de Leandro de la Colina), archivo de Eduardo “Pollo” Farré (fotógrafo de la Agencia Télam durante la guerra de Malvinas) y fototeca de ARGRA (Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina). Estas fotografías son imágenes tomadas con diferentes cámaras o scaneadas en formato JPG. 2- Los archivos de los diarios Clarín y La Nación y colecciones particulares de las Revistas Siete Días y Gente. En este punto es pertinente aclarar por qué se decidió trabajar con cuatro medios gráficos, 2 diarios y 2 revistas. Cabe aclarar que de las fotografías publicadas obtenidas, solo pude ver los originales en papel de no más de 5, en poder de Eduardo “Pollo” Farré, el Archivo de ARGRA y Jorge Durán. Siempre trabajé sobre lo publicado en los medios. Clarín y La Nación eran los dos medios nacionales de mayor tirada y alcance en todo el país (competían con El Cronista, La Prensa y La Razón). Además, estos dos medios empleaban la fotografía como recurso periodístico a pesar de que su utilización se generalizó con posterioridad. Clarín era el diario de mayor tirada en 1982 (500 mil
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ejemplares los días domingos)16. La Nación, el diario más antiguo17, tenía en 1982 una tirada de 230 mil ejemplares. Para obtener la digitalización de esas imágenes se trabajó en los archivos18 en base a las carpetas con trozos de los diarios de los 74 días que duró la Guerra y los días posteriores hasta el 23 de junio de 1982. Se trata de recortes, esto significa que es una porción de la información publicada por cada medio, seleccionada por los archivistas de entonces con algún criterio particular que desconocemos. El material recogido en varios casos se encuentra en mal estado de conservación, sin fechas o parcialmente destruido. Generalmente los recortes están pegados en hojas anilladas y solo algunas tienen un sello con el nombre del medio y la fecha en que fue recortado. Cada bloque de hojas anilladas está dentro de una caja de cartón que contiene todas las carpetas por quincena o por meses de publicación. En Clarín hay un número muy pequeño de fotos digitalizadas. Son fotos de agencias o que los mismos fotógrafos cedieron al medio para ser publicadas con posterioridad a la finalización del conflicto. Las revistas Gente19, de editorial Atlántida y Siete Días20, de editorial Abril, porque ambas eran revistas de actualidad, distribuidas en todo el país, con más de 12 mil ejemplares por tirada y se caracterizaban por la utilización de la foto como recurso periodístico e ilustrativo. Estas dos publicaciones se repartían los lectores con La Semana y Usted, Somos y Revista Diez. Gente tenía una tirada de 25.000 ejemplares21 por semana y las demás rondaban los 10.000 a 15.000. Y para este fin
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Escudero, Lucrecia, “Malvinas: el gran relato”, Editorial Gedisa, Año 1996. Clarín fue fundado en 1945 por Roberto J. Noble y se postuló como un diario que pretendía reflejar la realidad en forma objetiva e independiente ajeno a toda afiliación o tendencia política tradicional. 17 Fundado por Bartolomé Mitre en 1874 surgió como “tribuna de doctrina”. Su archivo fotográfico es accesible. A los impedimentos y restricciones para acceder al archivo de LA NACION me referiré más adelante. 18
Para hacer la selección y tomas de las fotos del archivo del diario Clarín se emplearon 2 jornadas de 4 horas cada una. Y en La Nación fueron empleadas 2 jornadas de 2 horas y media cada una. 19 La revista Gente apareció por primera vez en 1965 y desde el principio editorializó a favor del gobierno de turno. Postura que se acentuó bajo la dirección de Samuel “Chiche” Gelblung durante la dictadura militar. 20 Apareció en 1965 a partir de la iniciativa del diario La Razón y la editorial Abril, propiedad de la familia Civita y en un principio era un suplemento semanal dentro del diario y estaba incluído dentro del costo del mismo. 21 Escudero, Lucrecia. Op. cit
16
las revistas –en su mayoría- fueron cedidas en préstamo por un coleccionista particular. Tanto las fotos de los diarios como de las revistas fueron sacadas con cámara digital (Nikon o Lumix de Panasonic) en toma directa, sin flash y utilizando la luz ambiente. En Clarín y La Nación la iluminación no era sumamente adecuada. Para cada foto publicada se hizo una foto de la página entera donde aparece publicada para poder contextualizar con epígrafes, fuente, títulos, fecha y ubicación dentro del cuerpo del diario y otras noticias y poder comparar el tamaño de la foto respecto de las publicidades del medio. Además se hizo una toma de cada foto en particular. Para las revistas fue empleada la misma metodología con la única salvedad que las fotos fueron tomadas con luz natural y cuidando que siempre tuviera la misma incidencia. Y en un espacio que permitía tomar mayor distancia para mejorar encuadre y nitidez. Cada foto, además, del registro digital de la imagen, está asentada en papel donde por escrito consta la fecha de publicación, la fuente (nombre y apellido del fotógrafo si fue consignado o agencia), sección y página del diario, título de la nota y epígrafe de la foto. Además de las imágenes, el corpus consta de material textual que sirvió para dar marco y comprender el contexto en el que estas fotografías fueron tomadas y publicadas o no. Por un lado se encuentran los artículos de los diarios donde aparecieron estas imágenes y por otro fue fundamental el papel que adquirieron una serie de entrevistas con preguntas semi-cerradas realizadas entre 2005 y 2010 a los protagonistas y personalidades vinculadas con la Guerra de Malvinas. Luis Príamo, investigador y recopilador fotográfico, ex miembro de la Fundación Antorchas. Daniel Alonso, periodista en 1982 y en la actualidad. 17
Nicolás Kasansew, periodista de ATC durante la Guerra–ahora en el exterior-. Los fotógrafos Eduardo “Pollo” Farré y Román Von Eckstein, enviados de Télam a Malvinas entre abril y junio de 1982. Jorge Durán, fotógrafo de la agencia NA en 1982 (Noticias Argentinas) y actual editor fotográfico del diario Clarín. Don Rypka, fotógrafo enviado por la agencia internacional UPI durante la Guerra de Malvinas. Daniel García, reportero gráfico de la agencia DYN y actual editor y fotógrafo de France Press. Daniel Rodríguez reportero gráfico de Clarín en 1982 y actual editor fotográfico de la revista Ñ. Silvio Zuccheri fotógrafo y titular de la agencia de fotografías ILA en 1982 junto a Rafael Wollmann, entre otros. Rafael Wollmann se negó a dar entrevistas a esta autora. El Comodoro Héctor Rusticcini, Jefe de la BAM Base Aérea Militar de Malvinas entre abril y junio de 1982. Y conversaciones informales con los miembros de la Asociación Bahía Agradable: Eduardo Senn y José Silva, el malvinense Anthony Smith y el Coronel Gustavo Tamaño, presidente de la Fundación Soldados y ex Combatiente de Malvinas y el periodista Alberto Amato. Cada una de las entrevistas fue desgrabada manteniendo el formato y los dichos de los entrevistados y se adjuntan completas en el anexo.
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Marco Histórico El marco histórico de esta tesina sigue dos líneas que, sobre el final, confluyen para seguir un camino único: por un lado, el contexto de la Argentina de la última dictadura militar y, por el otro, los vínculos entre prensa y fotografía. Comencemos, entonces, por mirar más de cerca la relación entre fotografía y periodismo y, puntualmente, la historia de la foto de guerra.
1. Prensa y fotografía ¿Cuándo comienzan a ligarse el mundo del periodismo y el mundo de la fotografía? Para responder a esta pregunta, debemos remontarnos a los años de la Ilustración, los que marcan el cruce entre la prensa y la literatura (particularmente en Francia e Inglaterra) y el surgimiento de la figura del periodista.
También son los años de la Revolución Industrial y del ascenso de la burguesía. Este conjunto de hechos, entre otros, funcionaron como motor de cambio de la prensa gráfica y dieron lugar a la creación de diarios, de agencias de noticias, de corresponsales y a la posterior división entre periódicos dedicados a noticias y revistas especializadas en análisis políticos-literarios.
Es en este convulsionado mundo y en este contexto de un periodismo en permanente cambio que, el 4 de marzo de 1880, dejando el carácter artesanal del grabado en
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madera22, apareció por primera vez la fotografía de prensa: el Daily Graphic de New York publicó “A scene in Shanty Town”, una fotografía reproducida con medios fotomecánicos que dio inicio al periodismo ilustrado por la fotografía. La nueva técnica del halftone aportaba fidelidad, calidez y velocidad a la prensa diaria. Y, así como en 1840 el oficio del fotógrafo desplazó al del pintor realista, las nuevas técnicas propiciaron la desaparición del dibujante grabador.
A scene in Shanty Town ; Anexo Foto 1
Sin embargo, a pesar de que desde 1885 revistas y semanarios mensuales incorporaron fotografías a sus publicaciones, el halftone necesitaría un cuarto de siglo23 para ser adoptado por las empresas periodísticas. Desde el perfeccionamiento
22
(…) los dos procedimientos que permitieron introducir el texto y las imágenes son el grabado en relieve y la xilografía (reproducción de una imagen sobre madera por medio de un procedimiento fotográfico, luego grabada a mano). Por medio del half-tone la fotografía es reproducida a través de una trama sobre una placa metálica, lo que restituye los tonos grises por una serie de puntos más o menos grandes siguiendo la densidad del cliché. Amar, Pierre-Jean, El Fotoperiodismo, Editorial La Marca, Buenos Aires 2005, págs. 32 y 33. 23 En 1910 la fotografía era utilizada masivamente en los diarios que demoraron su incorporación por razones técnicas (requerían mayor tiempo de realización) y políticas (temor de los obreros a quedarse sin empleo por la incorporación de la nueva técnica). Bécquer Casaballe, A y Cuarterolo, M. A., Imágenes del Río de la Plata, 2° Edición, Buenos Aires, 1985
20
del uso de las placas de gelatino de bromuro hasta la belinografía24, la reproducción se fue mecanizando, preparando el camino de la posterior foto de prensa.
Algunos hitos en este camino de afianzamiento: el 21 de enero de 1897 el New York Times publicó en semitonos la primera imagen sobre papel prensa; en 1900 el Chicago Tribune presentó un reportaje fotográfico sobre los barrios bajos de New York; en 1904 el diario británico Daily Mirror ilustraba sus páginas únicamente con fotografías y, en 1919, el Illustrated Daily News (EEUU) -más conocido como New York Daily News, primer diario ilustrado de forma tabloide- utilizaba la fotografía de manera regular. En Francia, hacían lo propio Le Matin y Le Petit Parisien. De esta manera, para la segunda década del siglo XX el proceso del semitono era una práctica habitual y, en las portadas de los principales diarios, ganaban espacio las fotografías. La palabra, en parte, quedaba relegada al pie de la ilustración.
Llegamos, entonces, a lo que ya hemos tratado en el marco conceptual: con la incorporación de la foto, la sociedad se encontraba ante una nueva forma de percibir el mundo. Se acortaban las fronteras y se volvían familiares los hechos que se sucedían a kilómetros de distancia. La imagen parecía reflejar un mundo concreto, real y ponerlo al alcance de la mano. Como lo sintetiza Gisèle Freund
“(…) hasta entonces el
hombre podía visualizar los acontecimientos que ocurrían en su vera, en su calle, en su pueblo. Con la fotografía se abre una ventana al mundo (…)”25
1.1 Fotoperiodismo 24
Primer método de transmisión de imágenes a distancia creado en 1908 por Eugène Belin, quien envía las primeras imágenes por radio en 1925. Fue revolucionario para los fotógrafos de prensa porque podían transmitir sus imágenes de un continente a otro. Amar, Pierre-Jean. Op cit., pág 36. 25 Freund, Gisèle La Fotografía como Documento Social, Editorial GG, Barcelona 1993, pág 96.
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Pero vayamos un poco más lejos. Más allá de la cuestión meramente técnica, con estos desarrollos aparecía algo conceptualmente muy fuerte y revolucionario: el fotoperiodismo.
¿Sus antecedentes? en 1870, un lamentable hecho convertía a la fotografía en herramienta policial: durante la guerra franco-prusiana, defensores de la Comuna de París fueron fotografiados en las barricadas y, a partir de ello, fueron asesinados por los policías de Thieres. En contraposición con esta triste consecuencia de su utilización, en la misma época Jacob Riis26 (1849 -1914) hacía uso de la fotografía como instrumento de crítica social. Su libro “Como vive la otra mitad” (1890) sensibilizó a la opinión pública norteamericana, al mostrar las condiciones de vida de los Inmigrantes. Un trabajo similar realizaba Lewis Hine27 (1874-1940), quien hacía foco con su cámara en niños trabajadores de fábricas y campos.
El uso frecuente de la fotografía fue dando lugar a la aparición de un nuevo actor social: el reportero gráfico profesional, que tendría que lidiar desde los inicios de su rol con una reputación desfavorable28.
Haciendo un poco de historia, a diferencia del retrato fotográfico nacido en Francia, el fotoperiodismo tuvo su germen en la Alemania de la República de Weimar. De allí 26
Amar, Pierre-Jean, El Fotoperiodismo, La Marca, Buenos Aires, junio de 2005. Jacob Riis: Joven de origen danés que en 1870 se radica en Estados Unidos y experimenta los sufrimientos de los extranjeros en ese país. Se incorpora como periodista del New York Herald Tribune y documenta las miserias de New York convencido de que las imágenes son más sugestivas que el texto. 27 Amar, Pierre-Jean, Op cit. Lewis Hine: Sociólogo y educador volcado a la fotografía en 1904, es enviado por el National Children Labour Commitee a documentar la explotación de niños en las minas y fábricas de hilados de algodón, en grandes producciones y explotaciones agrícolas. 28 Fue considerada una profesión de segunda y en la práctica debía hacer frente a limitaciones técnicas como la luz cegadora, el olor rancio, el humo del flash que no sólo le dificultaba la obtención de la foto sino que además ponía de mal humor a sus fotografiados. Freund, Gisèle La Fotografía como Documento Social, Editorial GG, Barcelona 1993.
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surgieron los primeros fotógrafos que prestigiaron al oficio.
En este sentido, un
célebre fotógrafo despojado del rol desvalorizado de sus antecesores fue Erich Salomon (1886-1944). Su mérito inicial consistió en utilizar las nuevas cámaras sin flash para fotografiar gente sin hacerla posar, sin que fueran conscientes del acto. Inventó la foto cándida, que marcó el inicio del fotoperiodismo moderno, reemplazando las nociones de nitidez de la imagen por la del tema y su impacto.
Una de sus fotos tomadas en un tribunal fue publicada en 1928 en el Berliner Illustrierte. Salomon afirmaba que “la actividad de un fotógrafo de prensa que quiera ser más que un artesano, es una lucha continua por su imagen. Del mismo modo que el cazador vive obsesionado por su pasión de cazar, igual vive el fotógrafo con la obsesión por la foto única que aspira a obtener. Es una batalla continua”29. En aquellos días de la década del ‟20, el fotógrafo abandonaba el anonimato y dejaba inscripta su identidad al firmar sus fotografías.
En la historia del fotoperiodismo moderno, la invención de la cámara Leica30 fue la que le otorgó todo su potencial. Con ella, los fotógrafos empezaron a
pasar
desapercibidos y a disparar su cámara cuando lo creían conveniente. La expresión visual se abría, así, hacia nuevas formas, pasando de la foto posada a la improvisada.
Hacia 1930 Stephan Lorant (1901-1997) –quien dirigía la oficina berlinesa de la revista Müncher Illustrierte Press- rechazaba las fotos montadas e impulsaba los reportajes fotográficos. También Hans Bauman (1893-1985), bajo el pseudónimo Felix H. Man, 29
Freund, Gisèle. Op Cit. pág 105. Esta cámara, de tamaño reducido, utiliza la película cinematográfica de 35mm pero se utilizó en el formato 24x36mm. Aparece al público en 1925 y en 1930 ya cuenta con varios objetivos intercambiables. Permite exponer 36 vistas sin recargarla. Freund, Gisèle. Op cit. Pág. 109 30
23
perfeccionaba la fórmula moderna del reportaje y se convertía en un personaje célebre por el reportaje fotográfico que le realizara a Mussolini después de la Primera Guerra Mundial.
Félix H Man Reportaje a Mussolini; Anexo Foto 2
Por su parte, en 1928 Lucien Vogel (1886-1954) fundaba la revista francesa Vu, la cual tenía un concepto diferente que marcó un cambio radical: la foto aislada, tal como la utilizaba L‟Illustration, dejaba lugar al reportaje ilustrado con información de todo el mundo. De esta manera Vu, se convertía en la primera revista moderna de Francia basada en la fotografía. Esta revista sirvió de faro para que, en 1936 en los Estados Unidos, Henry Luce (1898 -1967) fundara Life31. Finalmente, en la misma década del ´30, un grupo de fotógrafos free-lance con identidades reconocidas por sus producciones escritas y visuales conformaron la Agencia Dephot. Con la llegada de Hitler al poder, todos sus integrantes debieron huir 31
Esta revista dedicada a toda la familia evitaba los escándalos o el amarillismo El primer ejemplar, de 96 páginas con un tercio de publicidad, mostraba en la portada la foto del nacimiento de un niño. De su tirada inicial de 430.000 ejemplares llega a 8.500.000 en 1968. Aportaron su experiencia para contar historias con series de fotografías reconocidos fotógrafos que huían del hitlerismo. Su organización interna se baso en la experiencia de Time (1926) con una redacción dividida en 17 departamentos. El de fotografía fue dirigido durante 17 años por Wilson Hicks. El cierre de la revista marcó en 1972 el final de una época importante del fotoperiodismo. Amar, Pierre-Jean, Op Cit.
24
al extranjero y su influencia fue fundamental para la prensa ilustrada de Inglaterra, Francia y EEUU. A este último país migró Andrei Fridmann (1913-1954) quien, bajo el pseudónimo de Robert Capa, fundó -junto a Henri Cartier Bresson, David Seymour, George Rodger y William Vandivert- la Agencia Magnum en 194732. Y esto nos da el pie para pasar al tema “Agencias”, otra arista cuya consideración no podemos eludir en esta tesina.
La madurez del fotoperiodismo llegaría con la Segunda Guerra Mundial y que sus fotógrafos obtendrían legitimidad a través del compromiso de sus producciones con la realidad social.
1.2 Agencias
Las agencias surgieron en Europa a fines del siglo XIX con el fin de ofrecer fotografías a medios gráficos y clientes en general en el menor tiempo posible. Las agencias se dedicaron a comercializar y difundir las imágenes liberando a los fotógrafos de esa tarea.
A principios de siglo, las principales agencias de prensa que se disputaban las primicias informativas eran: Havas (París, 1835) Associated Press (New York, 1848), Wolff (Berlín, 1849), Reuters (Londres, 1851).
32
El objetivo era presentar fotógrafos para que las revistas ilustradas les asignaran un trabajo, sabiendo que harían crónicas imparciales como testigos de su época.
25
A diferencia de las noticias, la distribución de fotografías estaba a cargo de agencias especializadas cuya importancia radicaba en ser intermediarias entre los productores y compradores de imágenes. Con el aumento de la demanda, en el mercado se multiplicaron las agencias intermediarias, de este modo los fotógrafos perdieron el control del destino de sus materiales.
Una de las primeras agencias de fotografías fue Montauk Photo Concert (Estados Unidos, 1898), creada por George Grantham Bain (1865-1944).33 Ya en el siglo XX, surgió Dephot (Alemania 1928), agencia para la que trabajaban reconocidos fotógrafos como Hans Baumann34.
Con estos desarrollos, hacia 1939 existían tres tipos de agencias: las telegráficas, las agencias news y semanarios y las agencias de ilustración35. Las telegráficas difundían noticias escritas e imágenes al mismo tiempo, casi siempre a través del belinógrafo. Sus fotógrafos, asalariados, no eran propietarios de sus imágenes, las cuales se publicaban con el nombre de la agencia. Entre ellas estaba AP, que incorporó la fotografía en 1927, y Reuters, que lo hizo en 198536.
33
Grantham Bain fue un periodista que ilustraba sus artículos con fotografías y vislumbró la posibilidad de crear una agencia para evitar que los editores se apropiaran de sus producciones. Amar, Pierre-Jean. Op. Cit 34
Conocido como Félix H. Man, colabora con Müncher Illustrierte Presse en 1929 y posteriormente llegará a dirigirla. Es reconocido por sus 80 reportajes sobre temas cotidianos, entre ellos el reportaje a Mussolini que fue publicado en 1934 en el Müncher Illustrierte Press, por Stephan Lorant. Amar, Pierre-Jean. Op. Cit 35 Amar, Pierre-Jean. Op. Cit. 36 Ibidem.
26
Las agencias news y semanarios aparecieron en los años ‟30. Entre las principales, se pueden nombrar a Black Star, Apis y a Dalmas. Estas agencias contrataban personal free-lance como asalariados, quienes eran explotados o mal pagos. Sus producciones eran frecuentemente manipuladas sin su consentimiento y los textos que funcionaban como anclaje y epígrafe de las fotos solían cambiar el sentido con que el fotógrafo las había concebido. En esta dirección, Gisèle Freund se refiere a lo sucedido con sus “Instantáneas en la Bolsa de París”: “era evidente que cada publicación había dado a mis fotos un sentido diametralmente opuesto, correspondiente a sus intenciones políticas. La objetividad de la imagen no es más que una ilusión. Los textos que la comentan pueden alterar sus significado de cabo a rabo”37.
Fueron justamente estas prácticas y una necesidad creciente de libertad de trabajo las que motivaron la creación de la cooperativa Magnum (1947), cuyos copropietarios eran Robert Capa, Henri Cartier Bresson, Ernst Haas, Erich Hartmann, entre otros. Sus imágenes representaban sus puntos de vista sobre los conflictos y hechos de la época; y a ellos el fotoperiodismo les debe el derecho de autor sobre la fotografía38.
Finalmente, las agencias de ilustración se caracterizaban por proveer y revender imágenes que no representaban la actualidad periodísticamente. Esto las diferenciaba de las agencias informativas, que vendían únicamente cables de noticias y primicias. Por ejemplo, la agencia Rapho (París 1933-1940), creada por Charles Rado, armó una importante fototeca a disposición de clientes, quienes daban a esas imágenes diversos usos en revistas especializadas, informes y publicidad. Se caracterizaban por sus
37
38
Freund, Gisèle “La Fotografía como Documento Social”, Editorial GG, Barcelona 1993, pág 142. Amar, Pierre-Jean. Op. Cit, pág 75
27
producciones en blanco y negro sobre la vida cotidiana y, con el tiempo, se especializaron en diversas temáticas (arte, arquitectura y deportes).
Hacia 1970, las agencias de noticias o cablegráficas entraron en crisis debido a la aparición en el mercado de otro tipo de agencias, que atendían el mercado de revistas y diarios, proveyéndoles imágenes en color y noticias. Surgieron nuevas alternativas como SARL Gamma (París, 1966)-quien intentaba darle transparencia y honestidad a la relación agencia-fotógrafo, reconociéndole a este último el status de periodista- y Sipa –que surgió en París en 1969 siguiendo el modelo de la primera.
Gamma fue fundada por Raymon Depardon (agencia Dalmas), Huber Henrotte (diario Figaro), Hugues Vassal (France-Dimanche), Gilles Caron (agencia Apis) y Jean Monteux (Reporters Associés) en París en 196639. Se caracterizó por el envío de sus fotógrafos a los puntos más conflictivos del planeta y por vender sus imágenes a diarios y revistas de venta masiva. El fotógrafo de Gamma Gilles Caron, por ejemplo, cubrió la guerra de Vietnam y desapareció en Camboya en 1970. En el año 1974 se dividió el staff de Gamma y nació Sygma bajo las órdenes de Hubert Henrotte.
Junto a Sipa, estas tres agencias convirtieron a París en la capital del fotoperiodismo mundial y marcaron tendencias por la forma en que se organizaron. Los gastos de las producciones fotográficas se repartían 50% el fotógrafo y 50% la agencia, lo mismo que sucedía con los dividendos obtenidos por la venta de esas fotos.40
39
Las cosas tal como son, World Press Photo - El fotoperiodismo en contexto desde 1955, Blume 2005, pág 26. 40 Mergier, Anne Marie. “Sygma, Gamma y Sipa... la muerte de las tres agencias míticas”, Sala de Prensa N° 42, Abril 2002. http://www.saladeprensa.org/art338.htm
28
1.3 En el Río de la Plata ¿Qué pasaba con la foto de prensa en esta parte del mundo? Para empezar, la fotografía había llegado a Buenos Aires en 1843 (con John Elliot quien fue el primer daguerrotipista que inició la fotografía profesional en la ciudad) pero, recién hacia 1897 (con el crecimiento y la modernización del país41), primero La Nación (fundado en 1870) y luego La Prensa (salió por primera vez en 1869) adoptaron el fotograbado en sus secciones informativas. Años más tarde, nuevos diarios incorporaban fotografías a sus páginas: La Razón, en 1905, El Mundo en 1926, Noticias Gráficas en 1931.
Como se ve, eran varios los diarios que se sumaban a la novedad. Sin embargo, fue Crítica (1913) el que, siguiendo tendencias amarillistas de los EEUU, realmente capitalizó el recurso de la imagen fotográfica. Cabe mencionar a algunos de los reporteros de la época como Juan Di Sandro y Arthur Bauer, quienes lograron excelentes imágenes sin poseer equipos de 35 mm.42
En cuanto a las revistas, en 1898 apareció Caras y Caretas, con gran cantidad de ilustraciones (dibujos, fotos, caricaturas). Al respecto, un hecho que vale la pena mencionar porque marcó un hito en la profesionalización del oficio es la convocatoria realizada por Caras y Caretas en 1900: mediante un aviso, invitaba a fotógrafos 41
Parte de esa modernización son los importantes avances como la telegrafía (1855), el ferrocarril (1857), el tranvía (1873) y el agua potable (1871). Y a fines del siglo XIX y principios del XX la prensa gráfica tiene en su haber un conjunto de diarios nacidos de luchas políticas: La Prensa (1869), La Nación (1870), El Diario (1881), La Argentina (1900) y La Vanguardia (1900). Becquer Casaballe, Amado y Cuarterolo, Miguel Angel, Imágenes del Río de la Plata, Editorial del Fotógrafo, 2da Edición, Buenos Aires, Marzo de 1985 42 Esas cámaras tardaron 30 años en llegar a Bs As desde Europa (1960). Becquer Casaballe, Amado y Cuarterolo, Miguel Angel, Op. Cit
29
nacionales e internacionales a colaborar con la revista bajo condiciones tales como el pago por fotografía, la relevancia social del tema y el reconocimiento de la autoría43.
Ésta también es la época de las migraciones hacia la Argentina posteriores a la Primera Guerra Mundial. Dichas migraciones ampliaron el mercado y diversificaron las revistas que focalizarían en distintos públicos. Aparecieron El Hogar (1904); El Gráfico (1919); Billiken (1919); Para Ti (1922); Selecta (1938) y Vea y Lea (1935), que seguía el estilo impuesto por Life44.
Otro episodio que vale la pena señalar es la muestra de telefotos que realizó Noticias Gráficas en 1936, auspiciada por Geniol. En esta muestra se exhibían imágenes recibidas por teléfono que, al poder compararse con las copias originales, mostraban la calidad de recepción45.
En esta misma dirección, en 1939 se publicaron en Buenos Aires las primeras telefotos periodísticas que seguían el siguiente circuito: se transmitían por teléfono o radio desde Berlín a Londres y, desde allí, llegaban en avión a Buenos Aires. De este modo, las noticias relevantes en otras partes del mundo cobraban interés a nivel nacional. De hecho, durante la Segunda Guerra Mundial, Buenos Aires fue la central latinoamericana de Associated Press (AP)46.
43
Becquer Casaballe, Amado y Cuarterolo, Miguel Angel, Op. Cit. Ibidem. Ibidem. 46 Ibidem. 44 45
30
1.4 Fotografía de guerra Hasta ahora hemos visto, en general, la relación entre prensa y fotografía, tanto en el mundo como en Argentina. Pero ¿qué pasa puntualmente con los vínculos entre prensa y fotografía de guerra? ¿Qué se puede decir del lugar que históricamente ha tenido la fotografía y los fotógrafos en los conflictos bélicos? Éste es el tema que me interesa puntualizar en este apartado.
Sintéticamente, hasta la primera mitad del siglo XIX los escenarios bélicos fueron dibujados y pintados por la mano del hombre. Pero, por sus características, esos escenarios se convirtieron en un espacio propicio para que la fotografía desplegara su revolucionaria técnica, con toda la espectacularidad y emotividad a la que puede dar lugar un campo de batalla.
Se considera como primer fotógrafo de guerra a Roger Fenton (1819 -1869) quien, en 1855, obtuvo autorización para fotografiar la guerra de Crimea (1853-1856). Aunque fue condicionado por el gobierno inglés a no realizar tomas de los horrores del campo de batalla, junto a cuatro ayudantes y un carruaje tirado por caballos monta su laboratorio. A causa del clima caluroso que no colaboraba con la incipiente técnica, Fenton y su equipo se enfrentaron con más dificultades que la censura previa. De esta experiencia resultaron alrededor de 360 placas47, que no hacen más que esconder la crudeza de la guerra: “El valle de la sombra de la muerte” -quizás la imagen más conocida de este evento militar- muestra un valle cubierto de piedras y balas de cañón. La muerte escenificada en su ausencia, ya que no hay cuerpos sin vida en esa toma.
47
Algunas fueron publicadas en un periódico semanal The Illustrated London News, expuestas en una galería y vendidas como libro cuando Fenton regresó a Inglaterra. Freund, Gisèle, La Fotografía como Documento Social, Editorial GG, Barcelona 1993.
31
La guerra de Crimea por Roger Fenton; Anexo Foto 3
Años después, pero con el afán de comercializar sus producciones, Mathew B. Brady (1823-1896) financió su propio proyecto y empleó 26 colaboradores -entre otros, los fotógrafos Alexandre Gardner (1821 -1882) y Timothy O´Sullivan (1849-1882)- para cubrir la guerra de Secesión de EEUU (1861-1865). En esta empresa logró obtener cerca de 7000 placas, las cuales muestran el horror y el dolor de la muerte con imágenes conmocionantes. Entre las más recordadas figuran: “La cosecha de la muerte”, que refleja a los cadáveres de soldados unionistas y confederados yaciendo sobre el dorso en el terreno bombardeado de Gettysburg, y “La guarida de un francotirador rebelde, Gettysburg”, que muestra a un soldado confederado muerto en un recoveco formado por varias rocas que rodean una barricada de piedras. Esta foto, además, incluye un fusil de utilería que Gardner apoyó en la barricada junto al cuerpo.
La guarida de un francotirador rebelde, Gettysburg por Timothy O‟Sullivan; Anexo Foto 4
32
En 1865 Brady publica sin éxito financiero el libro “Gardner‟s Photographics Sketch Book of the War”. En nombre del realismo, se atrevió a mostrar hechos crudos y desagradables haciendo célebre su frase “la cámara es el ojo de la historia”. Más allá de las diferencias entre las imágenes obtenidas, tanto Brady como Fenton inauguran la era de los corresponsales de guerra48.
Otros sucesos del siglo XIX contados con imágenes fueron la guerra de Italia (1859) y la guerra franco-prusiana (1870). También, durante la Comuna de París (1871) periódicos como L‟Illustration y Le Monde Illustrè publicaron grabados a partir de fotografías y fotomontajes que falsificaban la realidad. Así, se iniciaba en esta época la explotación comercial de las imágenes de guerra. Durante este siglo se desarrolla en nuestro territorio la Guerra de la Triple Alianza, el material fotográfico y las circunstancias en que fue obtenido se analizan en el apartado dedicado a la fotografía de guerra en el Río de la Plata.
Llegamos a la Primera Guerra Mundial (1914-1918). ¿Cuál era la situación de los fotógrafos en este conflicto? Los altos mandos franceses y alemanes permitieron a algunos fotógrafos militares estar cerca del frente de batalla, a diferencia del Estado Mayor Británico que censuró a la prensa. La mayoría de las fotografías fueron anónimas, su tono en general era épico y, en su mayor parte, lo que presentaban era una secuela: el paisaje lunar, los cadáveres esparcidos que dejaba la guerra de trincheras, o bien la devastación de los poblados franceses que eran bombardeados49.
48 49
Freund, Gisèle, Op. Cit. Ibidem.
33
Pero recién después de la Primera Guerra, con el avance y el impacto de la tecnología50, pudo verse lo que sucedía en las primeras líneas de batalla. Y fue la Guerra Civil Española (1936-1939) el gran acontecimiento en la historia de la fotografía de guerra. Ella marcó el inicio de las coberturas modernas y de la comunicación visual de masas. Las imágenes de la guerra fueron publicadas inmediatamente en periódicos de España y del exterior.
Muerte de un miliciano, Robert Capa; Anexo Foto 5
En este conflicto bélico, por primera vez el fotógrafo estaba en la primera línea de acción. Se acortaba la distancia y la implicancia entre público, acontecimiento y fotógrafo, y surgía su presencia como testigo de todo lo que acontecía. Su derecho a verlo todo y a participar en los sucesos a través de las imágenes. A partir de aquí, la fotografía de prensa (siguiendo el modelo norteamericano impuesto por las revistas de noticias) fue consolidándose como factor relevante en la formación de la opinión pública.
50
Las prácticas periodísticas se benefician con los inventos tecnológicos: la cámara alemana Ermanox, tenía un objetivo luminoso que permitía hacer tomas con poca luz, reemplazando al flash de polvo de magnesio. La cámara Leica, inventada por Oscar Barnack en 1913, con un formato 24x36mm y película de 35mm en rollo salió a la venta en 1925 y es utilizada rápidamente cuando la equipan con objetivos intercambiables. En 1929 aparece la Rolleiflex que poseía 2 objetivos superpuestos y permitía producir 12 tomas 6x6 cm, de uso frecuente hasta 1950. Los fotoperiodistas obtienen mayor libertad creando imágenes más realistas en pocos segundos. Freund, Gisèle, Op. Cit.
34
Iniciada la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el peso de las imágenes de guerra ya era una realidad ineludible. De aquí que no sea extraño encontrarse con que algunas de las fotografías publicadas hayan sido trucadas o bien censuradas según los intereses del bando en pugna. John Morris, editor de Life, refiere “(…) es capital para comprender cómo se educaba la opinión pública, que los fotógrafos no fijaban en sus rollos los aspectos horribles de la guerra, causados por nuestras armas al adversario. (...) No había que exhibir imágenes que pudieran perjudicar el esfuerzo bélico. El adoctrinamiento de los propios fotógrafos era tan fuerte que estaban persuadidos de luchar por una causa justa censurándose a sí mismos y sólo fotografiaban
escenas
que
no
resultaran
desfavorables
a
los
países
que
representaban”51
Siguiendo con la Segunda Guerra Mundial, la fotografía que muestra el izamiento de la bandera estadounidense el 23 de febrero de 1945 resulta ser una “reconstrucción” que el fotógrafo Joe Rosenthal (de la Associated Press), hizo de la ceremonia matutina que siguió a la captura del Monte Suribachi, en la isla volcánica de Iwo Jima. La reconstrucción fue aquel mismo día pero más tarde y con una bandera más grande. Esta imagen adquirió, podría decirse, el status de icono y de trofeo de guerra de los Estados Unidos hacia el resto de los contendientes. Meses más tarde, en mayo de 1945 los rusos publican una foto del fotógrafo del ejército ruso Yevgeni Khaldei –que también resultó una puesta en escena de la entrada del Ejército Rojo en Berlín 2 días después de la capitulación del Ejército Alemán-. En la mañana del 2 de mayo de 1945, Yevgeni Khaldei tomó varias fotos a un grupo de soldados rusos que en lo alto del emblemático edificio del Reichstag hacían flamear la bandera roja con la estrella y la hoz en una Berlín desvastada y aún humeante tras los bombardeos de las horas 51
Freund, Gisèle, La Fotografía como Documento Social, Editorial GG, Barcelona 1993, pág 148.
35
previas. Esta foto de Khaldei y la de Rosenthal, dejan traslucir cuál será el devenir del mundo en manos de las dos grandes potencias una vez finalizada la guerra52.
Joe Rosenthal, izamiento de la bandera estadounidense Iwo Jima, 1945; Anexo Foto 6
Yevgeni Khaldei, entrada del Ejército Rojo en Berlín. 2 de Mayo de 1945; Anexo Foto 7
Entre las numerosas imágenes de la Segunda Guerra53 se encuentran las terribles fotografías realizadas en Berger-Belsen y Buchenwald, durante los días posteriores a la liberación de los campos de exterminio nazi. También las de testigos japoneses, como Yosuke Yamahata, en los días que siguieron a la destrucción de Hiroshima y Nagasaki a comienzos de agosto de 1945.
Yosuke Yamahata, Nagasaki 1945; Anexo Foto 8
Margareth Bourke Withe, abril 1945 “Buchenwald Survivors”; Anexo Foto 9
52
Sontag, Susan, Ante el dolor de los demás, Editorial Alfaguara, Buenos Aires, 2003. Son muchas las fotografías que se podrían mencionar (por ejemplo las tomadas en 1943 por los soldados alemanes que ocuparon Varsovia y registraron en imágenes ese ghetto), pero excede las intenciones y las posibilidades de este trabajo. Por eso, en la presente tesina sólo se enumeran las que considero más relevantes para reconstruir un marco histórico pertinente y suficiente. 53
36
Más tarde, con la Guerra de Vietnam (1961- 1975), se inició una nueva etapa en la transmisión de información a causa de la llegada de la televisión. Los reporteros gráficos capturaban imágenes en el frente de batalla, arriesgando sus propias vidas. Esta guerra marcó el momento en el que los fotógrafos dejaron de trucar sus producciones, tal vez por la presencia de medios televisivos en los escenarios bélicos54.
También la Guerra de Vietnam inaugura una nueva etapa para la foto de guerra, con la aparición del color. Larry Burrows (1926-1971) es uno de los primeros fotógrafos que cubre una guerra en color y publica sus fotografías de Vietman en la revista Life (1962).
Larry Burrows fotos de la Guerra de Vietnam; Anexo Foto 10
Rubrica el horror de la guerra la cruda foto realizada por Huynh Cong Ut (1951) en 1972 durante la guerra de Vietnam, a la niña Kim Phuc que corre aullando de dolor mientras se aleja de una aldea recién bombardeada con NAPALM estadounidense.
54
Sontag, Susan, Op. Cit.
37
Kim Phuc Guerra de Vietnam, foto de Hyunh Cong 1972; Anexo Foto 11
1.5 En el Río de la Plata II La presencia de fotógrafos en conflictos bélicos en el Río de la Plata remite a dos hechos: la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) y la guerra al indio (1879-1884). Respecto del primer caso, habiendo transcurrido un año de la Guerra de la Triple Alianza, la casa montevideana Bate y cía. envió al frente de batalla a Esteban García, con el objetivo de editar a su regreso “La Guerra Ilustrada”55. Aun con las limitaciones de la época, García obtuvo interesantes fotografías conservadas actualmente en la Biblioteca Nacional del Uruguay.
Guerra Triple Alianza; Anexo Fotos 12-13
55
En ese álbum se incluyen las fotografías las ruinas de Itapurú, el mangrullo, prisioneros paraguayos tomados por Flores, montón de cadáveres paraguayos, tiradores cearenses en guerrilla, el boquerón – escena del combate del 18 de julio-, una familia de indios pampas, general Mitre con su estado mayor, un bosque Ñumañú –campo de la muerte-, y fogón en el campamento y no se publica la muerte del Coronel Pallejá que refleja al Coronel muerto en una camilla y rodeado por sus soldados. Becquer Casaballe, Amado y Cuarterolo, Miguel Angel. Op. Cit.
38
En relación con la llamada Conquista del Desierto (definida por el investigador argentino Luis Príamo como la primera guerra interna), podemos decir que es el escenario en que se produce el primer reportaje gráfico en Argentina, realizado por la casa de Antonio Pozzo. Aunque sus fotografías puedan ser calificadas como ingenuas y hasta complacientes (tal como las califican A. Bécquer Casaballe y Miguel A. Cuarterolo al compararlas con las de W. Bate en la Guerra del Paraguay, a las que consideran fuertemente emotivas y expresivas)56, aquellas imágenes de la casa de Antonio Pozzo permiten vislumbrar el comienzo de la fotografía documental en el país.
También en el contexto de la Conquista del Desierto (sobre la segunda etapa), la tarea de fotografiar la expedición fue encomendada a Carlos Encina y Evaristo Moreno. Ambos eran agrimensores, integraron la campaña de Roca de 1882, trabajaban en reparticiones del Estado y acompañaron a los soldados con sus carromatos, fotografiándolos en los campamentos o junto a los indios cautivos57.
Encina y Moreno, fotos de la Conquista del Desierto 1882; Anexo Fotos 14 -15
56
Becquer Casaballe, A. y Cuarterolo, Miguel Angel. Op Cit. A pesar de que no tenían inhibiciones para las tomas, los fotógrafos del siglo XIX no iban al frente como pueden hacerlo los más arriesgados del siglo XX con sus cámaras pequeñas. 57
39
De la Campaña del Desierto pasamos a la Semana Trágica en 1919. Éste fue, tal vez, el hecho más relevante desde aquel entonces en la relación entre fotografía, conflictos nacionales y periodismo. En el mes de enero, un grupo de obreros de las industrias metalúrgicas Vasena reclamaron mejoras en los salarios, reducción de la jornada laboral, la vigencia del descanso dominical y la reincorporación de los delegados obreros despedidos al comienzo de la huelga. Hubo numerosos enfrentamientos y represión por parte de la policía con un saldo de 700 muertos y 3000 heridos. Los obreros y manifestantes eran asesinados en las refriegas y quedaban desparramados en las calles de la ciudad de Buenos Aires. En ese contexto, no hubo censura para los reporteros de los medios gráficos y las revistas Caras y Caretas y Pebete (que en esa época publicaban fotos de sociedad y actualidad) hacían visible la Semana Trágica con numerosas fotos de los enfrentamientos, de heridos y de las consecuencias en la ciudad58.
La Semana Trágica, fotos publicadas en Caras y Caretas 1919; Anexo Fotos 16 -17
58
Yujnovsky, Inés y Embín Gabriel,”Discurso político y formación de opinión pública: un relato fotográfico de la semana trágica”, en Ojos Crueles, N° 2, Año 2, Buenos Aires, Abril / Septiembre 2005
40
Los hechos de violencia ocurridos en Buenos Aires repercutieron en la Patagonia, pero allí no fueron registrados del mismo modo por los medios. Mientras se sucedían enfrentamientos en las calles porteñas, en el sur los fusilamientos se realizaban en los destacamentos.59
Cárcel de San Julián 1919; Anexo Fotos 18
Años más tarde, en septiembre de 1955, la denominada Revolución Libertadora60 (1955-1958) derrocaba al presidente General Juan D. Perón61(1895-1974). Se publicaron pocas fotos de este acontecimiento, a pesar de que los enfrentamientos y bombardeos se produjeron en la Plaza de Mayo y en el centro de la ciudad. De aquí en más, aunque podamos detallar episodios concretos, lo cierto es que habrá una constante en toda esta historia de prensa y dictadura que será omnipresente en la Argentina en las casi tres décadas siguientes (caracterizadas por la alternancia permanente entre gobiernos democráticos y de facto): periodistas perseguidos e interrogados, clausuras de publicaciones, intervención directa del Estado en los medios gráficos (La Razón, El Laborista, La Época, Democracia, Crítica y Noticias 59
Príamo, Luis. En entrevista personal con la autora, diciembre de 2005 Este movimiento cívico militar fue encabezado en Córdoba por el General Eduardo Lonardi y apoyado entre otros por el jefe de la Marina contraalmirante Isaac Rojas. Durante 4 días el país estuvo al borde de la Guerra Civil. El 19 de septiembre, Perón presentó su “renunciamiento” ante una Junta integrada por 17 generales quienes lo destituyeron y designaron a Lonardi como presidente provisional. Revista Todo es Historia N°458, Año XXVIII, septiembre de 2005, pág 30. 61 El gobierno peronista manejó los medios desde la Secretaría de Informaciones. 60
41
Gráficas, por ejemplo), secuestro de libros, clausura de órganos de opinión, censura de películas, no publicación de informaciones de agencias de noticias extranjeras, represión.
La denominada “Revolución Libertadora”, 1955; Anexo Foto 19 y 20
Llegados a 1974, habiendo muerto Perón (que había accedido al poder en elecciones democráticas en 1973) y bajo la presidencia de María Estela Martínez de Perón, la censura, la represión y la virulencia intimidatoria hacia los periodistas y los medios de comunicación era moneda corriente, a pesar de no tratarse de un gobierno de facto: la prensa era una víctima más del accionar de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), liderada tras bambalinas por José López Rega. Era el preámbulo de la época oscura que se avecinaba: la mayor represión interna instalada a través del terror, de la que no escaparía la prensa.
42
Con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 se inicia una de las etapas más sangrientas de la historia argentina. El endeble y cuestionado gobierno de la presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón fue destituido por una Junta de Comandantes en Jefe, integrada por el general Jorge Rafael Videla (1925), el almirante Emilio Eduardo Massera (1925-2010) y el brigadier Orlando Ramón Agosti (1924- 1997). Comenzaba el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976 – 1983) que, contó con la adhesión social de algunos sectores de la sociedad que ansiaban la llegada del orden y estabilidad que se habían perdido con el gobierno de María Estela Martínez de Perón.
Dado que fue durante este gobierno que se produjo el episodio central de esta tesina – la Guerra de Malvinas- este momento de la historia nacional merece ser tratado en un título aparte. Paso, así, al segundo pilar de este marco histórico: el contexto de la Argentina de la última dictadura militar.
2. Marco histórico: Argentina 1976-1982 Una vez en el poder, la Junta de Comandantes se propuso “restituir el orden” y asegurar el monopolio estatal de la fuerza, para lo cual aplicó el modelo vigente desde 1975 en Tucumán, cuando la provincia fue intervenida. La represión fue una acción sistemática ejecutada por el Estado y las desapariciones se produjeron masivamente sobre todo entre 1976 y 1978. Según María Seoane y Vicente Muleiro, “Videla llegaba al poder (el 24 de marzo de 1976) con un plan simple: el argencidio, es decir, el exterminio de argentinos, algunos armados y la gran mayoría desarmados, que se oponían al arrasamiento de una Argentina democrática e industrial”.62 La Conadep, da cuenta de 20mil a 30mil casos de desapariciones entre 1976 y 1983, cifra estimada de 62
Seoane, María y Muleiro , Vicente, El Dictador, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2001
43
acuerdo al número de denuncias recibidas teniendo en cuenta que en muchos casos no se llevó a cabo denuncia alguna63.
Los partidos políticos y los sindicatos fueron prohibidos y, con ello, todas las actividades que estos realizaran. Los medios de prensa fueron sometidos a una censura que les impedía mencionar el terrorismo estatal y a sus víctimas, mientras que artistas e intelectuales fueron vigilados. Durante el proceso desaparecieron más de un centenar de periodistas y otros tantos debieron exiliarse del país64.
La transformación económica fue conducida por José Alfredo Martínez de Hoz (1925) (ministro de economía durante los 5 años de presidencia de Videla). En principio enfrentó una crisis cíclica aguda con medidas similares a las aplicadas desde 1952 e intentó solucionar los problemas económicos que alteraban la estabilidad política. De 63
Según el informe de la Conadep la distribución de desaparecidos según profesión u ocupación fue:
Obreros.........................................................................................
30,0%
Estudiantes...................................................................................
21,0%
Empleados....................................................................................
17,8%
Profesionales...............................................................................
10,7%
Docentes.......................................................................................
5,7%
Conscriptos y de las Fuerzas de Seguridad...........................................................
personal
subalterno 2,5%
Amas de casa...............................................................................
3,8%
Autónomos y varios........................................................................
5,0%
Periodistas....................................................................................
1,6%
Actores y artistas...........................................................................
1,3%
Religiosos.....................................................................................
0,3%
64
Este punto será retomado en el próximo apartado sobre las condiciones de la prensa durante la guerra de Malvinas.
44
su mano, el poder económico se concentró en unos pocos empresarios nacionales y trasnacionales gracias a la intervención del Estado.
Inicialmente, Martínez de Hoz contó con apoyo de un grupo concentrado del establishment nacional, bancos extranjeros y organismos internacionales. Su mayor logro fue haber colocado a la economía en un estado de inestabilidad tal que hacía imposible pensar con otro ministro capaz de manejarla. Cuando esta situación menguó, “el endeudamiento y la concentración habían creado los mecanismos definitivos de control y disciplinamiento”65.
Mientras tanto, la CGT y los sindicatos eran intervenidos, reprimidos los militantes y las fábricas también intervenidas, prohibidas las huelgas y suprimidas las negociaciones colectivas para, acto seguido, congelar los salarios por tres meses, con lo cual cayeron un 40% -en un contexto de inflación acelerada-. El Estado superó su déficit y las empresas lo acumularon. Esto, sumado a los créditos externos, le facilitó al gobierno superar la crisis cíclica sin desocupación. Por otra parte, Martínez de Hoz eliminó los mecanismos de protección de la producción local. A ello se sumó la sobrevaluación del peso y, como consecuencia, la industria local debió enfrentar la competencia de productos importados a precios irrisorios. La fiebre especulativa llevó al ciudadano argentino a colocar su salario a plazo fijo por unos días. Esto y el alud de productos importados a precios bajos fueron
65
Romero, Luis Alberto. Op Cit.
45
“dos aspectos salientes de la transformación económica profunda y destructiva diseñada por Martínez de Hoz”66.
En 1978 Videla fue confirmado nuevamente como presidente y se estableció la “pauta cambiaria”. Es decir, la devaluación mensual del peso. Con esta medida se intentaba reducir la inflación y establecer alguna previsibilidad, pero como la inflación se mantuvo, el peso se revaluó respecto del dólar. Esta sobrevaluación del peso anticipó una gran devaluación. Los beneficios de las medidas de Martínez de Hoz se concentraron en el sector financiero.
Hay que remarcar que durante todo el proceso se vislumbró al interior del gobierno una especie de anarquía respecto de quién dictaba las leyes y detentaba el poder. El gobierno estaba dividido entre las diferentes armas. La fragmentación al interior de las Fuerzas Armadas estaba dada por tres grupos: uno que respondía a Videla y Viola; otro encabezado por los generales Luciano Benjamín Menéndez, Carlos Suárez Mason y el jefe de la policía de la Provincia de Buenos Aires Ramón Camps; y un tercer grupo liderado por el almirante Emilio Eduardo Massera. En 1978, Videla logró que su sucesor fuera Viola y que el General Leopoldo F. Galtieri asumiera como Jefe del Ejército. Sin embargo, los conflictos internos y las dificultades para gobernar con el apoyo de los empresarios (que antes habían sido dejados de lado y fueron integrados al gabinete de Viola) complicaron el mandato del segundo presidente del Proceso.
En 1979 la represión había menguado un poco y los sindicatos volvían a organizarse en torno de la CGT. Las marchas y huelgas comenzaban a repetirse (a pesar de que 66
Romero, Luis Alberto. Op Cit.
46
eran reprimidas) y contaban con la adhesión de diversos sectores, tales como estudiantes y algunos empresarios regionales. En 1980 Saúl Ubaldini era designado secretario general de la CGT. A su vez, las madres de los desaparecidos comenzaron a marchar en Plaza de Mayo con sus cabezas cubiertas con pañuelos blancos como una forma de reclamo por la aparición con vida de sus hijos, instalando el tema de los Derechos Humanos.
Hacia 1980 la situación era crítica para la mayoría de los sectores. El Estado se hacía cargo de los bancos y empresas que habían quebrado como consecuencia de su política económica, mientras que el gasto público crecía gracias al endeudamiento externo y a la emisión de moneda. En 1981 el peso fue devaluado en un 400% y la inflación llegó al 100% anual. La devaluación afectó las empresas privadas y en 1982 el Estado salió al rescate de algunas empresas nacionalizando sus deudas.
Para ese entonces, finalizaba la “era de la plata dulce”. En Estados Unidos habían subido las tasas de interés, con lo cual aparecía un competidor en la captación de fondos financieros. Se cortaron los créditos fáciles a los países latinoamericanos y aumentaron los intereses, incrementando así la deuda externa que pasó de 8.500 millones en 1979 a más de 25 mil millones en 1981.
Hacia fines de ese año, además, la cuestión de los Derechos Humanos se volvía imperativa y los militares se vieron obligados a dar explicaciones sobre el tema. Fue este factor y la crisis general del país los que motivaron la movilización de los partidos políticos -cuya prohibición finalizó en 1981- quienes se agruparon en la Multipartidaria. Y, “junto a sindicalistas, empresarios, estudiantes, intelectuales, religiosos y 47
defensores de derechos humanos formaron un coro que a principios de 1982 era difícil de ignorar”67.
Respecto de la crisis económica, Viola incorporó a los empresarios a su gabinete y discutió con ellos alternativas para una salida política, lo cual era tema de discusión entre los dirigentes del Proceso desde 1980. Sin embargo, los sectores que rodeaban a Martínez de Hoz y los militares que le reclamaban firmeza en su conducción lo hostigaban. A fines de 1981, una enfermedad les dio la oportunidad para derrocar a Viola y para que asumiera en su lugar el General Leopoldo Fortunato Galtieri, quien se presentaba, así, como el salvador del proceso68. Al alinearse con Estados Unidos en la guerra encubierta que llevaba a cabo en América Central, obtuvo apoyo y la quita de sanciones por la violación de los Derechos Humanos que le habían impuesto al gobierno anterior los norteamericanos.
Roberto Alemann -representante del establishment- fue designado Ministro de Economía. En su función, el ministro propuso la desestatización, la desregulación y la desinflación, pero lo que consiguió fue que se agudizara la recesión, tanto como las protestas y conflictos con sindicatos y empresarios. En consecuencia, las movilizaciones y marchas se multiplicaron. Llegaba así la famosa marcha convocada por la CGT para el 30 de marzo de 1982.
67
Romero, Luis Alberto. Op. Cit.
68
Ibidem.
48
Fue en este contexto en el que se lanzó el plan para recuperar las Malvinas e intentar, por su intermedio, salvar al gobierno de todos los conflictos que lo atravesaban incluido el problema de la unificación de las Fuerzas Armadas69. 2.1. Antecedentes históricos y políticos de la ocupación de Malvinas en 1982 Pero ¿cuál era la razón por la que la ocupación de Malvinas podía ser usada por el gobierno de Galtieri como un instrumento para paliar sus problemas de legitimidad? Para entenderlo, recorramos un poco los orígenes y la historia del conflicto en torno de las Islas.
Las Malvinas fueron divisadas por Américo Vespucio y Fernando de Magallanes en el siglo XVI y estuvieron habitadas por franceses, ingleses y españoles durante la época colonial. Dos siglos más tarde, España reclamaba por la ocupación de un territorio que consideraba que le pertenecía. A partir de este reclamo, en 1771 quedó firmado un tratado por el cual Inglaterra renunciaba a las Islas, las cuales quedaban reconocidas como territorio español. Es con fundamento en este Tratado que todas las autoridades argentinas posteriores a la Revolución de Mayo proclamaron la soberanía argentina sobre las islas y designaron gobernador a Luis Vernet.
En 1820, el capitán David Jewett izó por primera vez la bandera argentina en territorio malvinense. Unos años más tarde, una fragata norteamericana bombardeó el asentamiento de las Islas en represalia por la detención de unos cazadores. La presencia argentina era escasa, por lo que los ingleses no tuvieron mayor dificultad el 3 de enero de 1833 cuando obligaron a los argentinos a retirarse tras una nueva ocupación de las islas. 69
Romero, Luis Alberto. Op. Cit
49
Luego de esta ocupación de las Malvinas por parte de Gran Bretaña, Argentina no hizo más que reclamos diplomáticos. Esta actitud se profundizó a partir de 1945, cuando nacieron las Naciones Unidas y cuando se generalizó la política de descolonización.
El 28 de septiembre de 1966, un grupo de 16 jóvenes nacionalistas de entre 18 y 31 años (entre los que militaba una mujer y estaban vinculados al nacionalismo de derecha y al peronismo y eran estudiantes y obreros la mayoría relacionados con la Unión Obrera Metlúrgica) secuestró un avión de Aerolíneas Argentinas que iba a Río Gallegos y lo desvió a las islas Malvinas aterrizando en Puerto Stanley donde en un acto de defensa de la soberanía nacional, izaron la bandera argentina. Este acontecimiento histórico se conoce como la Operación Cóndor70.
Un año más tarde, en 1967, Inglaterra accedería a ceder las tierras pero, esta vez, fueron los habitantes de las islas quienes se negaron. Con ello quedaban desmoronadas las posibilidades de recuperación de las Malvinas para la Argentina.
La situación siguió igual hasta 1971, cuando las negociaciones que se venían manteniendo dieron sus frutos y Argentina pudo iniciar vuelos regulares a Malvinas con LADE (Líneas Aéreas del Estado), construir un aeropuerto, instalar una sede de YPF y enviar maestras que enseñaran castellano.
70
Lorenz, Federico, Las guerras por Malvinas, Edhasa, Buenos Aires, 24 de marzo de 2006.
50
Llegamos a 1976. Inglaterra enviaba una comisión encabezada por Lord Schakleton que estudiaría el potencial económico de Malvinas. La reacción argentina no se hizo esperar: la presidenta María Estela Martínez de Perón respondió con el retiro de la Embajada Argentina en Londres (medida que quedaría invalidada en 1979 por el Proceso de Reorganización Nacional). Nuevamente, se daba otro paso atrás en las relaciones bilaterales entre ambos países.
La situación de Malvinas permanecía en este stand-by mientras los integrantes de la Junta gobernante, hacia 1980, buscaban alguna salida política que les permitiera aplacar la intensificación de las luchas internas, los problemas económicos, el descontento general, las presiones del resto del mundo respecto de la cuestión de los Derechos Humanos y las disidencias dentro de las Fuerzas Armadas.
Como vimos en el título anterior, la situación del gobierno militar iba haciéndose cada vez más precaria hasta que llegó al punto culminante de la crisis: ya bajo la presidencia de Galtieri y luego de las medidas de desinflación, desregulación y desestatización proclamadas por Alemann, el 30 de marzo de 1982 se produjo la multitudinaria marcha de protesta encabezada por la CGT en repudio a las medidas socioeconómicas puestas en marcha por la dictadura. Recordemos, una vez más, que fue en este contexto que se lanzó el plan de ocupación de las Malvinas -cuya soberanía era reclamada por nuestro país desde 1833-, ocupación que surgía para Galtieri como la solución a varios problemas: nadie discutiría este reclamo que era considerado legítimo y habría un motivo que uniera a los militares. Según los testimonios posteriores, “La Operación Rosario fue concebida como una acción militar sorpresiva destinada a provocar una repercusión política internacional tal que obligara 51
a Gran Bretaña a encarar seriamente las negociaciones sobre la soberanía de las islas de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas. Por esa razón, se planeó la ocupación, la instalación de un gobierno argentino y la retirada inmediata de las fuerzas intervinientes, excepto los efectivos indispensables que requiriera la seguridad. No se previó una reacción de la magnitud que tuvo la británica, que llevó a un conflicto que no se deseaba y para el cual no se estaba preparado.”71
Foto de Pablo Lasansky, 30 de Marzo de 1982 Anexo Foto 21
2.2 La prensa durante la dictadura.
71
Martínez Eyheramendy, José Luis, integrante del II Escuadrón Aeromóvil Dagger MV “La Marinete” en su blog: http://misvivenciasenlaguerrademalvinas.blogspot.com/
52
Antes de ver la situación de la prensa en la Guerra de Malvinas (que es el tema que toca más de cerca de esta tesina), es necesario detallar un poco más cuál era la realidad que venía viviendo el periodismo durante el último gobierno militar.
A partir del 24 de Marzo de 1976 la prensa argentina se hace eco de lo instaurado en el Comunicado N° 19: “Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales”72.
Sumado a esto, a pocos días del golpe los medios recibieron desde la Secretaría de Prensa y Difusión 16 principios y procedimientos para “inducir a la restitución de los valores fundamentales que hacen a la integridad de la sociedad, como por ejemplo: orden, laboriosidad, jerarquía, responsabilidad, idoneidad, honestidad, dentro del contexto de la moral cristiana”73. Y debieron acercar sus materiales a una oficina llamada “Servicio Gratuito de Lectura Previa” que estaba en Casa de Gobierno y donde el personal de inteligencia autorizaba su publicación.
72
En diario La Prensa, 24 de marzo de 1976 Varela, Mirta, “Los medios de comunicación durante la última Dictadura: Silencio, Mordaza y Optimismo”, en Revista Todo es Historia, Nº 404, Buenos Aires, marzo de 2001, pág 50-63 73
53
La primera clausura de un medio se produjo en Salta: a 48 horas del golpe, la intervención militar clausuró por 24 horas al diario El Intransigente a causa de una caricatura humorística que fue considerada como “menoscabo de la autoridad militar”74. En adelante, los diarios y revistas mostraron la realidad mediante los Boletines Oficiales y un discurso panfletario, hermético y dicotómico, plagado de verbos impersonales y eufemismos. Varios medios fueron intervenidos y sobrevivieron con la presencia de una oficina verificadora que controlaba lo que se publicara manteniendo un punto de vista único de la información. Los contenidos propios escaseaban en las publicaciones por efecto de la censura y la autocensura. Cayó la producción, circulación y el consumo de diarios y revistas. Según la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), en 1980 se vendían 1.780.100 diarios, bastante menos que 10 años antes cuando esta medición alcanzaba 1.985.900 ejemplares75.
Características de los medios en este período76 - Prevalecía la cobertura periodística de cables. - Se publicaban los Boletines Oficiales y los discursos de los generales completos. Más que nunca, las autoridades del “Proceso” utilizaron el poder que los medios tienen para crear la agenda de temas de una sociedad. - Transcripción de comunicados. - Predominio de un lenguaje abarrotado de eufemismos, paráfrasis, verbos impersonales y dicotomías. En La Nación, por ejemplo, abundaban los verbos
74
Ulanovsky, Carlos. Paren las rotativas Diarios, revistas y periodistas 1(1920-1969) 2(1970-2000), Emecé Editores, Buenos Aires, julio de 2005. 75 Varela, Mirta, “Los medios de comunicación durante la última Dictadura: Silencio, Mordaza y Optimismo”, en Revista Todo es Historia, Nº 404, Buenos Aires, marzo de 2001 76 Ver Zubieta M. y Blaustein, E. Decíamos Ayer y en Ulanovsky, Carlos, Op. Cit
54
designóse, nombróse, detúvose, abatióse tanto en los titulares como en las páginas interiores. - Los temas se repartían entre espectáculos, deportivos, información general por sobre las secciones de economía y política. - No existía, en las crónicas, la contextualización de los hechos. Desaparecieron las preguntas: quién, por qué y cómo. - En varios casos se difundía información cuyas fuentes eran extranjeras. Era frecuente la cita a New's Week, Bs As Herald o la BBC.
Coroneles y jefes militares asumieron la intervención de radios y canales de TV. La empresa distribuidora de papel -Papel Prensa (propiedad de la familia del empresario David Graiver)- fue intervenida por la Junta y repartida entre el Estado, La Nación, Clarín y La Razón. Este hecho implicó la injerencia del Estado en la distribución del principal insumo para la prensa gráfica y la complicidad de sus socios.
En 1978, el Mundial de Fútbol y la supuesta “campaña anti argentina” iniciada por algunos medios extranjeros que denunciaban la desaparición de personas sirvieron para exacerbar en los medios del país el discurso militar y nacionalista ya existente77. El deporte fue convertido en espacio identitario de valores políticos y sociales: orden, disciplina, ascetismo, fuerza y éxito. "En junio de 1978, hubo en la Argentina dos mundiales: uno fue el de fútbol, el estrictamente deportivo; el otro, el político. Es que la Copa del Mundo fue uno de los elementos usados por la Junta Militar para mostrar, dentro del país, con la complicidad de la mayoría de los grandes medios gráficos, un 77
Ejemplo de ello es la carta a Videla publicada por el diario francés Le Monde, durante el Mundial, y firmada por 2337 periodistas franceses que reclaman por los 31 periodistas argentinos asesinados, 40 desaparecidos y 68 detenidos. Todo es Historia, N°404 Año XXXIV, marzo de 2001, pág 53.
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paternalismo orientador, y fuera, una imagen de país unido y confiable, frente a las críticas que provenían desde el exterior y acusaban al gobierno de facto de autoritario, represor, genocida".78
En este contexto, pocas voces denunciaban la existencia de desaparecidos, entre ellas el diario Buenos Aires Herald79, diario al que acudían los familiares de desaparecidos para pedir la difusión de su búsqueda a través de solicitadas y cartas de lectores.80. Más compleja es la relación de La Opinión, dirigida por Jacobo Timmerman que, si bien apoyó el golpe de 1976, luego cuestionó algunas desapariciones. Los vaivenes y contradicciones no eximieron a Timmerman de la detención y torturas a que fuera sometido durante el mismo proceso, además de la posterior clausura del diario en 1978. Una excepción al comportamiento general de la prensa fue la del periodista Rodolfo Walsh y su agencia de noticias clandestinas ANCLA, cuyos cables denunciando las desapariciones y la política represiva del gobierno militar se distribuyeron en las redacciones porteñas hasta la desaparición de Walsh en abril de 1977.
Al finalizar la dictadura, más de un centenar de periodistas habían desaparecido por diferentes causas: no sólo como se dijo en algún momento por atreverse a publicar sus verdades sino también, por ejemplo, por ser delegados sindicales o por su relación con organizaciones partidarias, de derechos humanos o político-militares. Según la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires81, 84 periodistas fueron
78
Puga, Lidia. El Mundial y la Dictadura en los medios gráficos, Ediciones de Periodismo y Comunicación, Capítulo V 79 El editor del diario Andrew Graham- Yoll, Robert Cox –director entre 1966 y 1979- y James Neilson debieron exiliarse. 80 Varela Mirta. Op. Cit. 81 UTPBA, “Los periodistas desaparecidos”, Buenos Aires, Marzo de 2006.
56
desaparecidos y 17 asesinados. De las listas oficiales de desaparecidos suelen quedar fuera aquellos periodistas que, sin ser opositores, trabajaron para alguna de las facciones del Proceso y desaparecieron o fueron asesinados como consecuencia de la guerra interna82.
2.3 La prensa durante la Guerra de Malvinas ¿Qué actitud tomó el gobierno respecto de la prensa una vez comenzada la guerra y qué implicancias tuvo eso sobre la situación general de la prensa durante el conflicto? En las primeras semanas del conflicto, la Junta Militar intentó sostener una posición de participación y congruencia con los principales periódicos, en vistas de construir una opinión pública favorable. Sin embargo, apenas unos días más tarde, con el agravamiento de la situación en el Atlántico Sur, el gobierno argentino dio a conocer un acta que La Nación publicó en tapa el 30 de abril de 1982 y que disponía el control de la información por seguridad nacional. Según el acta
Art.1. Todas las informaciones y las noticias provenientes del exterior, cualquiera sea su origen, utilizadas por los medios, y toda la información difundida por los medios orales, escritos o televisivos, relacionadas de algún modo a las operaciones militares y a la seguridad nacional, están sujetas al control del Estado Mayor. Art. 2. El Estado Mayor ejercerá el control de la información instrumentalizando todos los medios en su poder. Art. 3. El director y el editor de los diferentes medios de información serán considerados personalmente responsables directos de las transgresiones al Art.182
Zubieta, M y Blaustein, E. Decíamos Ayer. La prensa Argentina bajo el Proceso. Bs As, Ed. Colihue, 1998, pág. 23
57
Art.4. Toda transgresión a tales disposiciones será sancionada con la clausura del medio y con el arresto del director o editor responsable con tiempo indeterminado".
Más allá de la rigidez que impuso, hay que recordar que este decreto se enmarcaba en una política de control y censura de la información que la dictadura venía desarrollando desde el minuto cero, cuando, mediante el Comunicado N° 19, el 24 de marzo de 1976 comunicó a la población que “Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de la Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales."
Esta situación general de control, sumada a la circulación de aquel decreto en las redacciones y entre los directivos de los medios nacionales, provocó un black out83 de información durante el último mes de conflicto84. El periodista del diario Clarín Oscar Cardozo reconoce con posterioridad que “los medios mintieron por omisión más que por acción. Se abandonó el rol cuestionador. Cuando se iba hacia la guerra, los medios no cuestionaron. Y cuando la realidad no acordaba, se la censuraba. Era una autocensura interna” 85.
Por su parte, Alberto Amato86, actual periodista de Clarín y en junio de 1982 reportero de La Semana, señala que los mandos militares controlaban cada información que se publicaba y que tenían individualizado a cada uno de los hombres de prensa.
83
Se entiende por black out el bloqueo (por ejemplo de la información proveniente del exterior) y distorsión total de información por parte de las fuentes oficiales. Escudero, Lucrecia. Op. Cit 84 Escudero, Lucrecia, Op cit., pág 107 85 Escudero, Lucrecia, Op cit. 86 Amato, Alberto. En entrevista personal con la autora.
58
Coincide, en este punto, con Daniel Alonso, quien rememora el cierre temporario del diario en el que trabajaba por haber transmitido una información que no agradó a los militares. Según sus palabras, “no hubo una razón única para exigir el cierre de El Patagónico por tres días entre el 6 y el 9 de junio de 1982. (…) La Disposición que exhibieron los militares, elípticamente argumentaba „por difundir informaciones que conspiran contra la seguridad de las operaciones militares‟. En términos generales, lo que quisieron fue ejemplificar ante el resto de la prensa nacional, para que no se publicaran versiones de „cosecha propia‟ y nos sujetáramos a editar –los primeros días de junio, cuando acá en la Patagonia ya se rumoreaba la rendición- que „íbamos ganando la guerra‟.”87
Del mismo modo, Daniel García, quien en 1982 era reportero gráfico de DYN y en la actualidad es editor y fotógrafo de la agencia francesa France Press, relata su experiencia: “Cuando salimos de Buenos Aires en un vuelo de Aerolíneas hasta Comodoro Rivadavia, el teniente coronel se nos sentó atrás y ni bien despegamos nos entregó cinco carillas con las prohibiciones de todo lo que no podíamos hacer. No se podía tomar imágenes de nada, con lo cual me paré y le dije al teniente que él que tenía poder hiciera que volviéramos, yo me quería bajar porque no podía hacer nada para lo que iba. Tuvimos un cruce de palabras y seguí viaje. Algunas de esas prohibiciones eran exhibidas en las redacciones de los diarios y en la agencia misma”88.
En los medios gráficos analizados –Clarín, La Nación, Gente y Siete Días–, durante los 74 días del conflicto en Malvinas existió lo que Lucrecia Escudero llamó
87 88
Alonso, Daniel. De una entrevista personal con la autora en el año 2007 García, Daniel. En entrevista con la autora el 17 de febrero de 2010
59
permeabilidad de la información. De acuerdo a este concepto, todas las noticias publicadas por un medio, en todas y cada una de las secciones, estaban atravesadas por el mismo tópico: Malvinas. Así, la guerra penetraba la totalidad del universo informativo y el lector quedaba prisionero de ese discurso89.
Al respecto, vale aclarar que ni Clarín ni La Nación modificaron su estructura interna con secciones específicas de guerra, sino que respetaron las secciones existentes y acentuaron la presentación difusa de las noticias atravesándolas longitudinal y transversalmente por el conflicto90.
En cuanto a la cita y la elaboración de las noticias, ambos diarios utilizaron dos tipos de fuentes:
a. las fuentes propias de los diarios. A pesar de que las estadísticas hablan de la centralidad de las agencias en la provisión de información, Clarín y La Nación le dan más importancia a las fuentes propias durante la guerra. En el caso de La Nación, se utiliza el 70,68% de fuentes propias en relación con el total de la información, mientras que, en el caso de Clarín, ese porcentaje desciende al 57,08 %. Cabe aclarar que estas fuentes propias no incluían periodistas en Malvinas. Más bien, esa tendencia refiere a la capacidad de ambos diarios de utilizar sus contactos y colocar fuentes propias en los más importantes grupos políticos, económicos, religiosos; en utilizar como fuentes a la Cancillería, las Fuerzas Armadas y diversos funcionarios; y en
89 90
Escudero, Lucrecia. Op. Cit. Ibidem
60
contar con reporteros y corresponsales en los principales centros internacionales: Londres, Washington, Nueva York, Paris y La Habana.
b.
las
agencias
nacionales
e
internacionales.
Las
agencias
nacionales
y
gubernamentales Diarios y Noticias (DYN) y Télam constituyen un bajísimo porcentaje de las fuentes citadas por ambos periódicos que no superó el 3% de la información escrita. La información de agencias que utilizaron estos diarios provino, más bien, de los doscientos periodistas extranjeros que suministraban la información a las agencias internacionales Agence France-Press (AFP), EFE, Associated Press (AP), Latin Reuter (LR), United Press International (UPI) y Agenzia Nazionale Stampa Associata (ANSA).91
La permeabilización de la información en los diarios fue paralela y complementada con el fenómeno de la malvinización de la información en los semanarios de actualidad. Sin embargo, a diferencia de los primeros que no cambiaron su estructura interna por la guerra, las revistas pusieron en marcha de diversas maneras un conjunto de mecanismos para hacer foco en ciertos aspectos de la guerra y guiar la interpretación.
Siguiendo nuevamente a Lucrecia Escudero, “de semanarios de actualidad general han pasado a transformarse en verdaderos dispositivos de puesta en escena y de focalización gráfica de la guerra (…) en la pretensión de ofrecer al lector algo que la información de la época revelaba escasa en los dos países enfrentados: las imágenes”92. Las revistas, de este modo, buscaron por todos los medios hacer visible
91 92
Escudero, Lucrecia Op. Cit pág 101 a 103 Escudero, Lucrecia,Op Cit., pág 69
61
la guerra y despertar apoyo por ella. De aquí que la misma autora afirme que las revistas de información general fueron funcionales al sistema de los medios escritos en tanto productoras de una visibilidad inmediata y no efímera del conflicto.93
Como hemos visto, las condiciones de la prensa durante la Guerra de Malvinas no se modificaron respecto de los 6 años anteriores en lo que fue la dictadura que comenzó en 1976. Por el contrario, se reafirmó la tendencia a una información controlada y acrítica respecto del poder militar y, al igual que los reporteros argentinos, el periodismo internacional también sufrió persecuciones y censuras. Al finalizar la dictadura, sumaban casi un centenar los desaparecidos. Estos factores influyeron en la desarticulación gremial de los reporteros gráficos y en la pérdida del ímpetu que había cobrado la fotografía interpretativa en la última década94.
2.4 Cronología de la Guerra de Malvinas
Finalmente, para cerrar este apartado de marco histórico, es necesario hacer una cronología sucinta de la Guerra de Malvinas, de modo de dar un contexto apropiado a las acciones y decisiones que fueron tomando en diferentes momentos los medios gráficos que se analizarán en este trabajo.
93
Escudero, Lucrecia, Op. Cit, pág 70 Pérez Fernández, Silvia “Fin de dictadura. Inicio de disyuntivas: la fotografía argentina frente a la recuperación de la vida constitucional”, en Ojos Crueles Temas de Fotografía y Sociedad, N° 3, Imago Mundi, otoño 2006 94
62
Cronología de los hechos95
2 de Abril: Desembarco argentino en Malvinas.
3 de Abril: Ocupación de las Georgias.
6 de Abril: Alexander Haig y el Canciller Nicanor Costa Méndez se reúnen en Washingnton
7 de Abril: Bloqueo Naval inglés. Convocatoria a la reserva argentina
8 de Abril: Puente aéreo para aprovisionar a las tropas. Intransigencia de Thatcher
10 de Abril: el presidente Galtieri se reúne con Haig en Buenos Aires.
11 de Abril: No hay acuerdo entre Haig y Galtieri. El Papa llama a la reflexión.
12 de Abril: Bloqueo de las Task Force a las islas.
14 de Abril: la Cámara de los Comunes respalda a Thatcher. Haig regresa a Buenos Aires.
17 de Abril: continúan las conversaciones con Haig
19 de Abril: Haig regresa a Estados Unidos, Costa Méndez pide que se aplique el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
20 de Abril: Argentina logra convocar a cancilleres latinoamercanos
22 de Abril: Galtieri inspecciona a las tropas en Malvinas
25 de Abril: Marinos británicos retoman las Georgias. Astiz firma la rendición sin haber opuesto resistencia. Se accidentan 2 aviones Wessex británicos.
26 de Abril: La Junta informa que estará dispuesta hasta la última capacidad defensiva.
30 de Abril: Aeronaves y buques ingleses considerados "hostiles". Helicóptero cae accidentalmente en Caleta Olivia, mueren 10 militares.
95
Fuente: www.geocities.com/papilay/historia.htm
63
1° de Mayo: Primer ataque aéreo. Cañoneo de Puerto Argentino, responden fuerzas argentinas. Una fragata inglesa averiada y 5 Harrier son destruídos. Convocan clase 1961.
2 de Mayo: Hundimiento del Crucero General Belgrano por parte del submarino Conqueror: 323 víctimas. Ataque inglés al Aviso Sobral: 8 muertos.
4 de Mayo: Hundimiento del HMS Sheffield 20 muertos. Sea Harrier derribado en Goose Green.
5 de Mayo: Condena de Argentina al apoyo de Estados Unidos a Gran Bretaña. Argentina acepta la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
6 de Mayo: La ONU propone conversaciones
7 de Mayo: Londres amplía el bloqueo naval a 12 millas
9 de Mayo: Pesquero argentino Narwal hundido y ataque a embarcaciones de salvamento: 1 muerto y 13 heridos.
10 de Mayo: Gran Bretaña decreta zona de exclusión aérea de la Isla Ascención a 100 millas.
12 de Mayo: Parte de Gran Bretaña el buque Queen Elizabeth con 3000 soldados británicos, entre ellos "gurkas". Aviones Argentinos averían dos fragatas
14 de Mayo: Llegan a Buenos Aires 189 argentinos capturados en las Georgias. Ataque nocturno en Malvinas: 11 aeronaves argentinas son destruídas en tierra.
15 de Mayo: Embarcaciones británicas cañonean Puerto Calderón afectando 10 aviones argentinos
16 de Mayo: Hundimiento del buque Río Carcarañá y averías al Bahía Buen Suceso (ambos de la marina mercante). Nuevos ataques aéreos a la Isla Soledad. 64
17 de Mayo: La Comunidad Económica Europea renueva las sanciones por una semana más.
19 de Mayo: El Papa concelebra misa por la paz con cardenales argentinos y británicos.
20 de Mayo: Fracasan las gestiones del canciller peruano Rafael Pérez de Cuellar en la ONU. Se estrella un Sea King de la Marina británica en "misión secreta" cerca de Pta. Arenas, Chile.
21 de Mayo: Tras los daños en 4 fragatas, el hundimiento de la fragata Ardent (22 muertos), y la pérdida de 3 Harrier y 2 helicópteros, los ingleses establecen cabecera de playa en Puerto San Carlos.
22 de Mayo: Un Harrier cae en Puerto Darwin.
23 de Mayo: Un avión argentino es derribado y los ingleses sufren pérdidas navales.
24 de Mayo: Fragata Británica Argonaut hundida. Muere un experto en explosivos al desactivar una bomba en la Antelope: 175 tripulantes la abandonan.
25 de Mayo: Hundimiento de destructor y transporte de tropas británico, Atlantic Conveyor: 12 muertos y Coventry: 19 muertos. La aviación inglesa ataca Puerto Argentino.
27 de Mayo: Regresan a Inglaterra 263 sobrevivientes del Sheffield.
28 de Mayo: Juan Pablo II visita Londres y reclama por la paz. 3800 ingleses avanzan sobre Darwin y Pradera del Ganso. En la reunión del TIAR aprueban una resolución favorable a la Argentina.
30 de Mayo: La Aviación Argentina consigue averiar el portaaviones "Invencible". Londres no confirma el hecho.
31 de Mayo: 2 Skyhawk argentinos hundidos
65
2 de Junio: Fracasan las gestiones de paz de la ONU. Avanzadas británicas llegan a 20 Km de Puerto Argentino. La ONU designa mediador a Pérez de Cuéllar. Los británicos toman Monte Kent.
3 de junio: El Canciller argentino Nicanor Costa Méndez habla a los representantes de países No Alineados.
4 de Junio: Estados Unidos y Gran Bretaña vetan el cese al fuego en Naciones Unidas.
8 de Junio: Fuerzas Armadas rechaza el desembarco inglés en Bahía Agradable y Fitz Roy. Hundimiento de fragata Plimouth, transportes Sir Galhad y Sir Tristán.
11 de Junio: Llega el Papa Juan Pablo II a la Argentina. Regresa a Gran Bretaña el Queen Elizabeth II con 700 sobrevivientes.
12 de Junio: Es hundido el destructor HMS Glamorgan, 13 muertos. Tropas inglesas avanzan hacia Puerto Argentino, toman 400 prisioneros.
13 de Junio: Fuerzas británicas penetran en las defensas argentinas. En Buenos Aires al conocerse el epílogo de la lucha hay manifestaciones solicitando la "no rendición".
14 de Junio: Los Generales Jeremy Moore y Mario Benjamín Menéndez firman alto al fuego y rendición. En la manifestación por la "no rendición" -en Buenos Aires- se producen desmanes y represión policial
66
Desarrollo El objeto específico de esta tesina son las fotos de Malvinas que fueron publicadas y las que no se hicieron públicas en los medios de comunicación más relevantes del país. Si hacemos un recorrido por diversos trabajos académicos y periodísticos, podemos saber qué dijeron los principales medios de aquel momento sobre la Guerra de Malvinas. Ahora bien, ¿qué mostraron?
1. Malvinas en los diarios: el discurso de Clarín y La Nación Si pensamos en La Nación, según la jefa de su Archivo Fotográfico, Liliana Maghenzani, buscar las fotos publicadas durante la guerra de 1982 es inútil porque “No hay fotos de Malvinas”96. Sin embargo, haciendo una tarea fina de rastreo y observación, nos encontramos con una situación diferente: es posible reconstruir, con los restos sueltos e incompletos que a cuenta gotas va cediendo Maghenzani, la relevante cobertura fotográfica de Malvinas –para el contexto y la lógica de los medios a principios de los ‟8097- que realizó La Nación.
Al respecto, tal como expresé en el marco histórico, Clarín y La Nación publicaron fotos de las agencias Télam, Noticias Argentinas (NA), Radiofotos de AP y UPI. Estas fotos se repiten en ambos medios porque el servicio era para todos igual, aunque difieren los epígrafes o las circunstancias de publicación. ¿Qué muestran esas fotos? Antes que nada, vale la pena dividir temporalmente este universo fotográfico, ya que las diferentes fases por las que fue pasando la guerra determinaron el tipo de contenido que era publicable y que efectivamente se publicó.
96 97
En entrevista con la autora durante su visita al Archivo de LA NACION, en 2006 De acuerdo a lo expuesto antes en el apartado Prensa y Dictadura.
67
1.a) 2 de abril a 30 de abril de 1982 Podemos identificar un momento inicial, marcado por el ánimo triunfalista: el “factor sorpresa” habría actuado a favor de las tropas argentinas, quienes desembarcaron en Puerto Stanley y ocuparon las islas en un medio que no estaba esperando la guerra. Como fue mencionado en el apartado anterior, la Operación Rosario fue concebida como una acción militar que pretendía desencadenar negociaciones políticas y diplomáticas. Al margen de las intenciones tras bambalinas, lo cierto es que el 2 de abril las tropas argentinas tomaron la iniciativa y se mantuvo un ánimo optimista hasta el 30 de abril, día en que se dio por terminada la instancia diplomática y comenzaron los enfrentamientos bélicos en las islas (que se dieron a conocer a partir del 1° de mayo). Para ese entonces, ya estaba claro que los ingleses se involucrarían en la guerra y comenzaban a desplegar un potencial que superaba ampliamente al de los argentinos, sin ninguna preparación material ni militar para una guerra real.
Previo a ese momento crítico, y estimulados por el ánimo inicial, el gobierno argentino promovió la difusión de fotografías que mostraban la presencia y el triunfo de las tropas nacionales en Malvinas. Más aun: enmarcado en la política general de control de la información, el mismo gobierno organizó una expedición el 3 de abril de 1982 a las islas, para que los periodistas certifiquen ante la opinión pública cómo había sido la ocupación de Malvinas. En palabras de Daniel Alonso -que en 1982 era Prosecretario de Redacción de El Patagónico de Comodoro Rivadavia y conductor del noticiero de LU83 TV Canal 9 de la ciudad,- “el sábado 3 de abril (...) setenta periodistas (entre nacionales y extranjeros) pudimos visitar por unas horas Puerto Argentino (Stanley) para ver que la ocupación argentina había sido incruenta. Ése fue el único objetivo y la única ocasión en que estuvieron periodistas en el teatro de operaciones”98. Silvio
98
Alonso, Daniel. De una entrevista personal con la autora en el año 2007. Vale aclarar que, según lo relatado por Daniel García en la entrevista realizada en febrero de 2010, también el 13 de abril hubo dos periodistas de DYN y NA en Malvinas, aunque sólo fue por un par de horas. Esto no cambia las
68
Zuccheri, fotógrafo y propietario de la agencia ILA en 1982, quien también fue parte de la expedición, coincide al respecto99. Así, haciendo uso del periodismo y de la fuerza de la fotografía para “construir realidad” (mencionada en el marco conceptual), se buscó crear un relato en el que las Fuerzas Armadas, después de años de ocupación inglesa, recuperaba para el pueblo argentino unas islas que desde siempre le habían pertenecido. De este modo, la Junta Militar pretendía lograr una legitimidad en el poder que, apenas dos días antes, había sido fuertemente cuestionada en una marcha multitudinaria (como se detalla en el marco histórico).
Una de las imágenes de alto impacto, por la contundencia con que alude al triunfo, es la publicada por La Nación el 9 de abril. En ella, se ve la rendición de los ingleses el día del desembarco y está acompañada por un La Nación, 9 de Abril de 1982; Anexo Foto 22
extenso epígrafe en el que reflexiona sobre la importancia y los usos de la foto. Finaliza afirmando que se desconoce la fuente de esa imagen, que circuló en medios brasileros.
El epígrafe señala “Se dice que, desde principios de siglo, no hay episodio importante en la historia del mundo que no haya sido documentado por fotógrafos o camarógrafos; la documentación gráfica de los últimos ochenta años, en efecto, todo lo abarca. Profesionales, turistas, curiosos todos accionan sus máquinas, y la imagen queda como documento inapreciable. A veces hay un único testigo, casual, que atina a impresionar la placa o la película. Así ocurrió, el 2 de este mes, en Puerto de las Islas
apreciaciones generales sobre la ausencia crónica de periodistas por fuera de los de Télam y ATC, pero es necesario mencionarlo para ser estrictos. 99 Zuccheri, Silvio. De una entrevista personal con la autora en el año 2007.
69
Malvinas. Soldados británicos comienzan a acatar la orden de rendición. Alguno ya dejó caer su ametralladora, otros se aprestan a hacerlo. La fotografía que se reproduce se difundió ayer en Río de Janeiro y se ignora quién la tomó”. Es probable que –según la reconstrucción de los acontecimientos realizada a partir de la entrevista a Silvio Zuccheri que se reproduce en el Anexo de este trabajo- esta imagen haya sido tomada por el único testigo casual con una cámara y con capacidad para difundir esta imagen: Rafael Wollmann, a quien la ocupación del 2 de Abril lo sorprende en territorio malvinense haciendo una reportaje fotográfico sobre la flora y la fauna del lugar. Sea como fuere, lo cierto es que, para una causa como Malvinas que se mostraba y se consumía como la recuperación de un territorio usurpado durante años, la imagen de la rendición de soldados británicos ante soldados argentinos es igual a la imagen del triunfo de quien fue ultrajado. En el contexto de la estrategia propagandística del gobierno militar, esta fotografía es la viva imagen de un acto de reparación histórica y es sumamente efectiva para despertar el chovinismo latente en la población.
Al margen de estos casos paradigmáticos, en general, las fotografías de este primer mes en los diarios estudiados (veremos que no sucede lo mismo en las revistas) son imágenes de situación, todas teñidas con el tinte alentador y animado descrito: paisajes de las islas, soldados reconociendo el terreno a poco de llegar a Puerto Argentino y, en su mayoría, fotos de los preparativos para lo que sería la guerra en sí. Lo que publican los diarios coincide con el discurso oficial, que refiere al estado de alerta y al aprestamiento de las tropas que esperan la respuesta británica.
70
Clarín, 20 de Abril de 1982; Anexo Foto 23
La Nación, 23 de abril de 1982 Anexo Fotos 25 - 26
Clarín, 21 de Abril de 1982; Anexo Foto 24
Clarín, 3 de abril de 1982; Anexo Foto 27
Clarín, 30 de Abril de 1982; Anexo Foto 29 Clarín, 23 de Abril de 1982; Anexo Foto 28
71
Como caso levemente diferente a esta tónica general, podemos señalar la foto que publicó Clarín, tomada por reporteros que viajaron el 3 de abril en el avión que el gobierno
envió
a
Malvinas.
Daniel
Rodríguez, actual Editor fotográfico de los Clarín, 4 de abril de 1982; Anexo Foto 30
Suplementos de Clarín, relata su experiencia: “Apenas un par de días después (de la represión del 30 de marzo,) el „oportuno‟ desembarco en las Islas Malvinas hacía que los malos no lo parecieran tanto, al menos para los que aclamaban a Galtieri en la plaza. El 2 de abril yo volaba hacia el sur y el día 3 estaba en Puerto Argentino, confieso que algo conmovido. Pero no podía encontrar la foto que, uno pensaba, resumiría todo.”100
Sin embargo, la foto de Daniel Rodríguez que registra el impacto de un obús en una vivienda con la bandera Argentina flameando, si bien no es la foto que “resumiría todo” -como deseaba el autorpodría decirse que, entre las fotos de los primeros treinta días de conflicto publicadas por el diario, es una de las pocas que refleja daños y secuelas del desembarco que era presentado siempre como exitoso. Es, según el mismo autor101, la foto que tomó a un centro de investigación científica en Malvinas donde impactó una bomba el día del desembarco. La Nación, 4 de Abril de 1982; Anexo Foto 31
De todos modos, cabe mencionar que, aunque diferente, no creo que este caso sea realmente una excepción al tono general del momento: los daños que se muestran no 100 101
De una de las entrevistas con la autora en el Archivo de Clarín, diciembre de 2006 En entrevista personal con la autora, diciembre de 2006.
72
contradicen al discurso triunfalista. Más explícitamente, el deterioro de un edificio no es más que una consecuencia colateral y menor en un enfrentamiento bélico. Esas pérdidas son parte de las “reglas del juego”. Por el contrario, cuando de lo que se hablaba comprometía directamente el rumbo que tomaba la guerra, como fue el caso del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano el 2 de mayo de 1982, el tratamiento es diferente. Pero esto lo veremos en la etapa siguiente.
¿Se muestra algún otro tipo de “pérdida”? Si. El 4 de abril, tanto Clarín como La Nación publicaron otras fotos particulares para este contexto de euforia que se extendió hasta el 1º de mayo. Sin embargo, al igual que en el caso Clarín, 4 de Abril de 1982; Anexo Foto 32
recién descrito, también esta vez se logra un
enfoque que no compromete el acento apoteósico que se venía sosteniendo. Se trata de la foto del funeral del Capitán Giachino. Este tipo de fotos, que en esta etapa son más bien una excepción, se convertirá en algo frecuente a partir del 1ª de mayo. En términos de estrategias discursivas, tiene que ver con qué tipo de muertos son los publicables y en qué circunstancias se los presenta. Dado el carácter habitual de este mecanismo en las etapas posteriores, será retomado más adelante. Por ahora, baste decir que la publicidad de esta “pérdida” de la guerra, de este muerto, no genera conflicto con el clima de euforia y de triunfo. Pueden convivir porque, lo que aparece en la fotografía, es la evocación –con toda su pompa– de una muerte heroica; de un militar que se sacrificó por la patria. Recordemos que Giachino fue quien lideró la fracción que tomó por asalto la sede del
73
gobierno inglés en Malvinas el 2 de abril y que, durante la operación, fue alcanzado por un proyectil que le provocó la muerte102.
Giachino, así, se convirtió oficialmente en el primer caído en combate. Y como la guerra requiere héroes, soldados que se inmolen por un bien mayor (la Patria), fue él el indicado para asumir ese rol. Por todo ello, no sólo no era necesario disimular esta muerte sino que, incluso, era provechoso darla a conocer: la publicidad de los héroes caídos en defensa de la Nación exalta el patriotismo tanto de la población como de las tropas. Por supuesto, siempre que la muerte sea presentada como lo hicieron tanto Clarín como La Nación: en el contexto de un digno entierro militar, con todos sus rituales y con los honores “que se merecen los héroes”.
En síntesis, la muerte de Giachino podía publicarse como pérdida ocasionada por las acciones bélicas en Malvinas ya que no golpeaba ni la legitimidad que tenía la guerra en la opinión pública ni, por extensión, la que había obtenido el gobierno militar que la sostenía).
Hasta aquí, entonces, los diarios muestran fotos que hacían visible el triunfo de las tropas argentinas en su llegada a Malvinas y de los preparativos para la guerra. Visto y considerando que aún no se había desencadenado un conflicto bélico real (el enfrentamiento se mantenía aún en el terreno diplomático y se esperaba la respuesta de Gran Bretaña), las imágenes publicadas podían mayormente mostrar lo que efectivamente estaba sucediendo sin que ello comporte un perjuicio para la imagen 102
Cabe aclarar que el Capitán Giachino fue mencionado en los Juicios por la Verdad que comenzaron en febrero de 2001 como encargado de la seguridad de la Base Naval de Mar del Plata, entre otros destinos, e integrante de los grupos de tareas responsables de la guerra antisubversiva posterior al golpe del 24 de marzo de 1976. Ver www.pagina12.com.ar El héroe que resultó represor www.lacapitalmdp.com Repercusiones por el retiro de un cuadro de Giachino tensan el clima político.
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que oficialmente se buscaba construir. Llegamos, entonces, al 1° de mayo.
1.b) 1º de mayo a 21 de mayo de 1982
Este momento marcó un punto de inflexión: los Bombarderos ingleses llegaron a Malvinas y la evidencia de la decisión británica de ir a la guerra y de su poderío cambió la visión del desarrollo del conflicto. El ánimo triunfalista perdió total asidero en las condiciones reales y, en ese contexto, la Junta Militar endureció su política de control de los medios de información. La censura y manipulación de las noticias se convirtió en vital y en el centro de su operación política de cara a la población argentina. Este viraje se materializa en el ya mencionado acta en el que se establecía que toda información proveniente del exterior estaría sujeta a control de Estado, y que los directores y editores de los medios de comunicación serían responsables personalmente de las transgresiones (las cuales serían sancionadas con la clausura del medio y el arresto por tiempo indeterminado de los responsables).
A partir de aquí, empezó a desplegarse un fuerte operativo de desinformación. Exteriormente, el discurso era el mismo que en la fase anterior: triunfalismo a ultranza. Sin embargo, la diferencia radicaba en que, ahora, las imágenes y las noticias debían ocultar el equilibrio de fuerzas real, desfavorable para la Argentina, e inventar un relato en el que se seguía ganando. ¿Cómo se logró? Entre otras cosas, mientras que en el inicio de la ocupación el gobierno permitió que periodistas argentinos fueran a las islas (aunque en una expedición organizada oficialmente) y, luego de eso, permitió la distribución entre los diferentes medios de gran parte de las imágenes tomadas en Malvinas por los medios oficiales autorizados (imágenes de la ocupación exitosa e incruenta, de los preparativos) en esta segunda etapa sólo quedaron en territorio isleño unos pocos periodistas, agencias y medios oficiales (Télam, ATC, Eduardo
75
Rotondo), sobre cuyo trabajo se ejerció cada vez más fuertemente la censura y la restricción de lo que era publicable. Según Diego Pérez Andrade, periodista de Télam en Malvinas “La censura, en los días previos al comienzo de la guerra (1° de mayo), era de manual. (...) No debíamos brindar cifras de nada. Ningún dato que pudiera dar idea de la magnitud de recursos empleados, vehículos, etc. Después supimos que eso es lo habitual en todas las guerras. (...) La cuestión se puso peliaguda cuando comenzaron la guerra, las „operaciones‟ en la jerga militar. A partir de las 4.40 del 1° de mayo el receptor de radio de Télam central (...) estuvo custodiado las 24 (...). La censura, que era „de manual‟, empeoró después del comienzo de las operaciones. (...) A partir de ese momento nos informaron que la agencia no mandaría al servicio cable alguno que tuviera bajas propias, ni ningún hecho bélico donde el desempeño de los nuestros no hubiera sido lo necesariamente brillante y victorioso. En una palabra, no publicarían ya noticias originadas en las Islas. La guerra, con muy pocas excepciones, fue una sucesión de derrotas de las armas argentinas. Impublicable.”103
Por otra parte, no sólo se restringió la información proveniente de los medios oficiales que estaban en Malvinas sino que, incluso, se redujeron las fuentes de información que, hasta el momento, se había aceptado que operen desde el continente. Al respecto, Daniel Alonso cuenta: “entre el 3 de Abril y el 1º de Mayo, que se desató la guerra con el primer ataque inglés, compartíamos la redacción con periodistas turcos, alemanes, franceses, y hasta ingleses, sin problemas con estos últimos. El 1º de Mayo, pacíficamente, el gobierno despachó a todos los periodistas extranjeros a
103
Perez Andrade, Diego, en " Malvinas secreta: intrigas de una cobertura de guerra particular”, en http://www.minutouno.com/1/hoy/article/20642-Malvinas-secreta-intrigas-de-una-cobertura-de-guerraparticular/
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Buenos Aires y solo quedaron por acá en las ciudades „cabecera‟, periodistas nacionales.”104
Hasta aquí, podemos afirmar que el grueso de los medios de comunicación publicaba dos tipos de contenidos fotográficos: 1. los pocos que le proporcionaban los medios y agencias oficiales en Malvinas; 2. la mayoría proveniente de fuentes propias o de agencias contratadas, pero que operaban en el continente (Comodoro Rivadavia, Río Gallegos y Río Grande, principalmente). En lo que refiere a esta tesina, es importante destacar que, con imágenes desde esas posiciones en la Patagonia, los medios estudiados aportaron a la construcción del relato oficial: lo que se publicaba, en realidad, eran puestas en escena, que se fotografiaban y mostraban como auténticas fotos de la guerra en Malvinas. En referencia a esto, Daniel Alonso –quien pudo ver muy de cerca el mecanismo por ser en ese entonces Prosecretario de Redacción de El Patagónico de Comodoro Rivadavia y conductor del noticiero Canal 9 de la ciudad – explica: “Se macaneó un montón con tomas hechas acá en la costa patagónica, haciendo creer que eran de las islas. ¿Por qué? Porque cada diez o quince kilómetros en torno a las ciudades costeras (...) había grupos de soldados (como en el límite con Chile, en la cordillera), acampados y patrullando por la eventualidad que el conflicto se generalizara y hubiera algún ataque a la costa continental. Yo te podría garantizar que el 80% de las fotos que incluso los grandes medios publicaron ilustrando como que eran campamentos en la costa malvinense, era en nuestras playas pedregosas, obviamente con soldados y oficiales que vestían el mismo uniforme, y con una topografía que no es muy parecida (el suelo malvinense es de hulla y con mucha pastura verde) pero trucadas mostrando mayormente playa y mar.” 105
104 105
Alonso, Daniel. De una entrevista personal con la autora en el año 2006. Ibidem.
77
En la misma dirección apuntan los testimonios de Roman Von Eckstein, fotógrafo de Télam en 1982 y uno de los dos reporteros de la agencia que cubrió la guerra desde las islas: “Para que vos sepas, todas las fotos en que los soldados tienen las caras pintadas esas son todas de Comodoro Rivadavia y Rio Gallegos. Digan lo que te digan, allá (en Malvinas) nadie nunca se pintó la cara. Esas fotos no son de allá.”106
Veamos algunos casos en los que se puede deducir que se pone en juego esta estrategia.
Como caso paradigmático, valga mencionar una fotografía que salió publicada en Clarín el 3 de mayo y que, de tan teatralizada, linda con lo caricaturesco. Claramente, la referencia de esta imagen es la histórica fotografía “Raising the Flag on Iwo Jima”, tomada por Joe Rosenthal el 23 de febrero de 1945 y que le valió a su autor el premio Pullitzer.
Clarín, 3 de mayo de 1982; Anexo Foto 33
106
Von Eckstein, Roman, De entrevista con la autora en febrero de 2010
78
Raising the Flag on Iwo Jima; Anexo Foto 6
En esa foto (una de las más famosas sobre la Segunda Guerra Mundial), seis soldados levantan la bandera estadounidense en el Monte Suribachi, como símbolo de triunfo. Esta imagen fue utilizada por el gobierno de EEUU tanto política como militarmente, como medio para mantener alta la moral de la sociedad americana y de las tropas luego de cuatro años de una guerra sin tregua.
Volviendo a la versión nacional de Raising the Flag on Iwo Jima, Silvio Zuccheri nos comenta que “los marinos repartieron una foto como la de Iwo Jima, muy parecida pero hecha en el continente, diciendo que era de Malvinas. Todo el mundo se cagó de risa porque se notaba que era una copia falaz. Eso fue el hazmerreír de todos”.
107
Sin
embargo, ridícula o no, lo cierto es que la imagen fue publicada en Clarín el 3 de mayo de 1982108 e, idealmente, intenta evocar el heroísmo y la gloria que connotaba el original (justo en el momento en el que la situación real de la guerra obligaba al discurso reinante a exaltar esos valores y a ocultar la supremacía de los ingleses que empezaba a perfilarse). 107
Zuccheri, Silvio. De una entrevista personal con la autora en el año 2007. Vale aclarar que esta foto fue tomada a principios de abril y que el Buenos Aires Herald la publicó el 03/04/1982. 108
79
Más allá de este caso –significativo por lo extremo- hay una multitud de ejemplos en los que se puede ver el mismo mecanismo. En este sentido, por ejemplo, tanto Clarín como La Nación publican fotos que no contextualizan ni referencian que se trate de soldados argentinos en Malvinas.
Clarín, 1 de mayo de 1982; Anexo Fotos 34-35
Clarín, 3 de mayo de 1982; Anexo Foto 36
Clarín, 13 de mayo de 1982; Anexo Fotos 37 - 38
80
La Nación, 8 de Mayo de 1982; Anexo Foto 40 La Nación, 13 de Mayo de 1982; Anexo Foto 39
Estas imágenes, entonces, ilustran notas que hablan de lo que sucede en Malvinas, pero no muestran lo que realmente ocurre en este momento en el que ya habían empezado las hostilidades. Tampoco está claro el contexto ni se tratan de fotografías tomadas en las islas. Vale como ejemplo la foto exhibida antes, de Clarín del 1° de Mayo, cuyo epígrafe dice “En las Islas Malvinas existe el máximo alerta (…)” y que pertenece a la agencia UPI. Considerando que dicha agencia no tenía fotógrafos ni reporteros en Malvinas, claramente esa foto no puede ser nunca del “teatro de operaciones” (como se llamaba a las islas en la jerga militar)
La falta de anclaje con el lugar se repite en la mayoría de las fotos, con lo cual no se puede determinar dónde fueron hechas. Esto hace suponer que la práctica de armar puestas en escena, fotografiarlas y presentarlas como si fueran fotos tomadas en Malvinas, espontáneamente, en una situación genuina del conflicto, estaba muy generalizada como mecanismo de prensa.
81
La deslocalización de estas fotos queda en evidencia al ver la foto de un helicóptero despegando, realmente realizada en Malvinas, cuya fuente es la Agencia Télam, agencia oficial autorizada a estar en territorio isleño. La misma fue tomada por los enviados Eduardo “Pollo” Farré y Román Von Eckstein, y distribuida por la agencia a los medios argentinos. Esta imagen, si bien corresponde al 30 de abril (límite entre la primera y esta segunda etapa descrita), es interesante porque en ella se aprecia el contexto que coincide con el paisaje de las islas y la veracidad queda reforzada por el testimonio del fotógrafo que avala lo dicho en el epígrafe: “Un helicóptero argentino
Clarín, 30 de Abril de 1982; Anexo Foto 41
pronto a levantar vuelo en las Malvinas, donde los dispositivos de defensa están en máxima alerta ante la inminencia del ataque británico”109.
También el diario Clarín publica dos fotos el 13 de mayo, bajo los títulos “Aprestos de la defensa costera” y “Río Gallegos, alerta”. El epígrafe de la primera, donde aparecen dos soldados manipulando un cañón, dice “Dos soldados del Ejército Argentino realizan ejercitaciones con un cañón en una de las unidades de batalla de Comodoro Rivadavia”. En la segunda se puede apreciar cómo un soldado hace maniobras con un obús, el epígrafe señala: “También en Río Gallegos se reiteran diariamente las prácticas militares”. Claramente, no se trata de fotos que “captan” una situación real de guerra sino una composición casi cinematográfica especialmente realizada para la toma de la cámara.
Si bien en estos casos no se trata de hacer pasar fotos hechas en el continente como si estuviesen realizadas en territorio isleño, sí se evidencia la intención de presentar fotografías de escenas montadas como las imágenes mismas de una guerra que 109
Farré, Eduardo en entrevista con la autora “En esa excursión con los comandos empezamos a fotografiar y fue muy fuerte porque eran tres helicópteros volando muy bajo por un valle (…)”
82
estaba sucediendo más allá de las cámaras.
Esta intuición que se adivina mirando las fotos que publicaron los diarios queda confirmada por el relato de Jorge Durán: “(…) era inventar qué hacer todo el tiempo. Nos decían que había heridos allá, íbamos pero veíamos todo de lejos. No nos dejaban acercar o nos llevaban a los simulacros y todas esas fantochadas que nos mostraban.”110 Reafirmando esta idea, Silvio Zuccheri comenta: “En Clarín 13 de mayo de 1982; Anexo Fotos 37 -38
Comodoro no se podía hacer mas nada que fotografiar algún movimiento militar que lo hacían para que los fotografiemos porque estábamos ahí. (...). Estuve en algún velorio en Comodoro, fotografiamos la zona, llevaban a los colimbas a practicar para que nosotros les saquemos fotos. Un poco de color. En Río Gallegos estaba Eduardo Bottaro que hacía los fogones, los soldados de guitarreada, o escaramuzas”111
En el mismo diario Clarín del 13 de mayo, se puede rastrear un caso similar. Aunque esta vez sí son imágenes tomadas en Malvinas, no dejan de ser fotos de puestas en escena o de lugares y momentos diferentes a los que se supone que ilustran. Se trata de una doble página con dos imágenes de los puestos de combate y vigilia de los soldados argentinos en el archipiélago, según los epígrafes.
110 111
Durán, Jorge. En entrevista con la autora en febrero de 2010 Zuccheri, Silvio. De una entrevista personal con la autora en el año 2007.
83
Clarín 13 de mayo de 1982; Anexo Fotos 42-43
La primera, fue tomada por Eduardo Farré (fuente: Agencia Télam) y el mismo autor cuenta que hizo posar a los soldados que estaban en cercanías de Puerto Argentino donde él estuvo durante el conflicto. “Esa foto es mía, muy posado… Yo tenía los soldados ahí, tenía que hacer algo, quería hacer la defensa y les dije… que se pusieran. Te cuento la verdad. Fue así.“112. La segunda pertenece a Alberto Rodríguez,
quien
probablemente
tomó
esta
foto
en
su viaje a
Malvinas
inmediatamente después del desembarco argentino y no refleja los acontecimientos a que refiere la nota con número de bajas y resultados de ataques sucedidos en el archipiélago en las horas previas.
¿Este tipo de errores y omisiones pueden considerarse producto de la censura, de las restricciones propias de la información de guerra, de la falta de fuentes confiables o, simplemente, de un “desliz” de esos diarios en favor del gobierno militar argentino que, sostenido por los medios, pretendía tener alta la moral de las tropas y ganar el apoyo de la ciudadanía, en su cruzada por recuperar la soberanía de las islas y, de este modo, ganar legitimidad para su erosionado poder?
112
Farré, Eduardo. En entrevista personal con la autora.
84
Las fotos publicadas en Clarín y La Nación permitirán dilucidar esta cuestión. En este sentido, como ya mencioné, junto a estas imágenes ambiguas, descontextualizadas y escenificadas, es cierto que también se publicaron fotos tomadas en las islas, por los medios y periodistas autorizados, que registraban escenas ocurridas efectivamente más allá de los simulacros realizados por los fotógrafos. Ahora bien, ¿cómo eran esas fotos? ¿Qué mostraban?
El 14 de mayo, por ejemplo, Clarín publicó una página con dos fotos de heridos y sobrevivientes del buque Santa Fe, atacado en las Georgias. Aunque la publicación de imágenes de este episodio podía potencialmente comprometer el tono triunfalista que se había instalado, el diario encontró la manera de hablar también de las pérdidas sin dar por tierra con el discurso que se venía sosteniendo. Así, en la primera foto se observa un herido con muletas, muy bien vestido y cuidado, acompañado por dos personas. En la segunda, aparecen en primer plano varios soldados con sus cabezas erguidas mirando a través de las ventanillas de un colectivo. En ambos casos, se muestran soldados lesionados y sobrevivientes, pero no hay rastro alguno de heridas serias o mutilaciones.
Clarín 14 de mayo de 1982; Anexo Fotos 44-45
El mismo día, La Nación publicó en tapa la foto de los sobrevivientes que regresaron de las Georgias: asomados a las ventanillas de un ómnibus, hacen la V de la victoria. 85
La Nación, más allá de aplicar el mismo criterio y la misma estrategia recién reseñada para Clarín, publica también una foto que realza la moral de las tropas y demuestra el buen ánimo de los liberados.
La Nación 14 de mayo de 1982; Anexo Foto 46
Sin embargo, en contraste con este discurso y para ver hasta qué punto la realidad de la guerra excedía en mucho a la mostrada por este tipo de fotos, citaré en este momento a Daniel Alonso quien cuenta uno de los motivos que llevaron a clausurar por tres días el diario El Patagónico en el que trabajaba. Aunque la clausura fue a principios de junio, de todos modos es pertinente citarla en esta etapa:
“Lo que más los había indispuesto es que, por testimonios de soldados en el frente, habíamos publicado que por el intenso frío en las trincheras ya había muchachitos que tenían principio de congelamiento en las extremidades (“pie de trinchera”, un paso previo a la gangrena), entre otras cosas.” 113
Volviendo ahora a las fotografías publicadas, además de las fotos que hemos mencionado hay otras que tienen un tinte diferente: desde el discurso oficial, no sólo era necesario construir un nosotros triunfador, sino que también (como condición sine qua non de ese nosotros114) era necesario construir un otro enemigo, invasor, malvado. En este sentido, bajo el título “Dramáticos testimonios a través de la televisión” La Nación publicó imágenes rescatadas por los camarógrafos de ATC -Lamella y Novo y
113
Alonso, Daniel. En entrevista con la autora en 2006 La constitución de un nosotros requiere siempre de la construcción de un otro que se opone a ese nosotros, que supone una amenaza y que, en esa amenaza, lo aglutina y constituye. 114
86
el periodista Nicolás Kasanzew115- que fueron difundidas en Buenos Aires. El epígrafe dice: “Sobre uno de los hangares incendiados como consecuencia del ataque inglés, se observa en esta fotografía, tomada de un aparato de televisión, la bandera argentina que flamea entre las llamas”.
Ciertamente, en esta foto se hace visible que no todo era triunfo: el otro, el enemigo, también atacaba y provocaba pérdidas y destrozos. Sin embargo, el modo en el que se lo muestra no pone en tela de juicio el enfoque triunfalista que se venía sosteniendo: como se dijo en la primera etapa, los daños a un edificio no son más que una consecuencia colateral y menor en un enfrentamiento bélico. Son parte de las “reglas del juego”. Por el contrario, cuando de lo que se hablaba comprometía directamente el rumbo que tomaba la guerra, como fue el caso del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, el 2 de mayo, el tratamiento es diferente. La Nación, 10 de mayo de 1982; Anexo Foto 47
En esta dirección, la tapa en la que La Nación informa sobre el hundimiento del Belgrano habla del episodio pero las imágenes que muestra no: en su lugar, se emplea una foto del buque en excelente estado y un mapa que señala el lugar del hundimiento. La Nación, 3 de mayo de 1982; Anexo Foto 48
Es interesante observar que, cuando en los diarios trabajados se muestran los daños que la fuerza inglesa provocaba en el frente argentino, en la mayoría de los casos se 115
Entrevistado por la autora, su testimonio se encuentra en el Anexo.
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lo hace a través de la publicación de fotos de objetos y de edificios; no de personas ni heridos.
Cuando aparecen personas, como el caso de los heridos de guerra, son las palabras las que permiten reponer que esos cuerpos sufrieron heridas: las fotos muestran hospitales, médicos, camillas, pero no cuerpos violentamente marcados o mutilados.
Clarín, 14 de mayo de 1982; Anexo Foto 49
XX
Clarín, 7 de mayo de 1982; Anexo Foto 50
Junto a esto, hay otra forma en la que se hacen visibles los “cuerpos de la guerra” y que, por añadidura, representa una forma alternativa de construir ese otro enemigo sin comprometer el discurso oficial tal y como venía siendo planteado (triunfalismo y relato épico sobre la guerra y sus protagonistas). Esa otra forma puede rastrearse en la manera en la que La Nación eligió mostrar a los muertos durante la guerra (como se comenzó a ver en la primera etapa, con el caso de Giachino) y en su decisión de a qué muertos otorgar un espacio en sus páginas. Veamos las imágenes
88
La Nación, 5 de abril de 1982; Anexo Foto 51
La Nación, 10 de abril de 1982; Anexo Foto 53
La Nación, 4 de abril de 1982; Anexo Foto 52
La Nación, 3 de mayo de 1982; Anexo Foto 54
La Nación, 2 de Mayo de 1982; Anexo Foto 55
191982191982XXXXXXXXXXXX
¿Qué se ve en estas fotos? Al referirse a la muerte del Capitán de FragataXXXX Giachino, La Nación publicó una foto de su esposa e hija cuando eran saludadas por los jefes militares. En el caso del sepelio del Coronel Arévalo, la imagen muestra a militares y 89
familiares llevando el féretro cubierto por la bandera argentina. Respecto de la muerte de infante Manuel Almonacid, muerto en Grytviken (también citado en el diario), aparece su padre y su hermano abrazados en un testimonio del dolor y congoja de los familiares. Finalmente, la foto del velatorio de los militares muertos en un accidente aéreo en cercanías de Caleta Olivia, muestra a los féretros en fila y cubiertos con la bandera argentina, mientras eran custodiados por una guardia militar.
Como vemos, los muertos publicables eran casi todos militares con algún rango dentro de las fuerzas (capitanes, almirantes, coroneles) y la situación de muerte estaba siempre presentada en términos heroicos y con toda la pompa militar (como se reseñó en el apartado anterior respecto de Giachino). La mayoría, los conscriptos, los anónimos, los muertos en batalla o, peor aún, los muertos de frío y hambre, quedaban afuera de cualquier selección periodística y cobertura fotográfica. Pero esta es otra historia, que veremos en el apartado dedicado a las fotos no publicadas.
Esta segunda etapa que acabamos de describir se extendió hasta el 21 de mayo. Ese día, cuando los ingleses comenzaron su desembarco en Puerto San Carlos, se inicia la etapa final: la derrota inminente y la retirada. ¿Cómo se comportaron los medios en este contexto? Más aún, y de interés para nuestros fines, ¿cuáles fueron las fotos publicadas? 1.c) 21 de mayo al 14 de junio de 1982
Revisando el material publicado a partir del 21 de mayo por La Nación y Clarín, rápidamente se observa que los dos diarios seleccionados utilizaron las mismas estrategias que venían empleando para mantener en alto la moral de la tropa y de la población. En este sentido, en el momento en el que la balanza de la guerra se 90
inclinaba definitivamente en favor de los ingleses, las fotos que muestran estos medios son imágenes que no dan cuenta de la derrota sino que crean la sensación general de triunfo o que, al menos, atenúan los reveses y fracasos.
Sin embargo, por la misma dinámica de los medios de comunicación modernos, diarios como La Nación o como Clarín no pueden ocultar toda información relevante o dar solo información falsa. De lo que se trata, entonces, no es de mentir sino de manipular. Lo que Williams116 plantea como mecanismo de operación general de la ideología dominante, podemos aplicarlo en este caso particular al modo en que operan los diarios sobre la realidad: “hacer con los elementos de la realidad una realidad nueva” Veamos, ahora, cómo funciona puntualmente este mecanismo en el contexto de la tercera etapa de la Guerra de Malvinas.
Son varios los recursos que se ponen en marcha. Tomemos, por ejemplo, el manejo de la información en el inicio mismo de esta etapa, cuando se produjo el desembarco inglés en Puerto San Carlos. Por su importancia, este hecho no podía ocultarse pero sí se podía atenuar su impacto en la opinión pública. Y las fotografías, en esta operación, cumplieron un papel capital: si bien tanto La Nación como Clarín publicaron información sobre el episodio, informaron que los ingleses habían llevado adelante la ofensiva pero las fotos que eligieron mostrar para ilustrar la noticia no tenían nada que ver con el episodio.
116
Williams, Raymond, Cultura y Sociedad. De Coleridge a Orwell 1780-1950, Nueva Visión Argentina, Buenos Aires 2001, 286 págs
91
Clarín, 29 de mayo de 1982; Anexo Fotos 56-57-58
La Nación, 24 de mayo de 1982; Anexo Foto 59
La Nación 23 mayo de 1982; Anexo Foto 60
Las imágenes, como vemos en este ejemplo, seguían mostrando el entrenamiento de los soldados argentinos en el continente. Sobre todo en el caso de Clarín. De este modo, por la fuerza de la imagen en la construcción de realidad (tal como ya se planteó en el marco conceptual), esta operación de sentido tiene por efecto desdibujar o pasar a segundo plano la incidencia del exitoso desembarco inglés en el equilibrio de fuerzas entre Gran Bretaña y Argentina el 21 de mayo de 1982. La elección de esas imágenes, completamente ajenas a la realidad que se relata, “distrae” la atención de lo que significó en términos bélicos el episodio de Puerto San Carlos. Otro de los mecanismos para desviar la atención de la situación real de la Argentina en la guerra consistía en poner énfasis en las pérdidas del enemigo, al tiempo que no se tenía ese cuidado en el detalle respecto de las pérdidas propias. Tal es el caso de 92
La Nación que, fundamentalmente a través de agencias extranjeras que le proveían las fotos, exponía con pormenores los daños a la flota británica: se ve claramente el Hermes averiado, los lanchones atracados en San Carlos bombardeados por aviones argentinos, y el destructor Coventry y la Fragata Antélope en llamas por ataques argentinos.
La Nación, 28 de mayo de 1982; Anexo Foto 61
La Nación, 26 de mayo de 1982; Anexo Foto 63
La Nación, 23 de mayo de 1982; Anexo Foto 62
La Nación, 27 de mayo de 1982; Anexo Foto 64
XX
93
La Nación, 7 de Junio de 1982; Anexo Foto 65
En esta misma línea, vale la pena destacar la nota de La Nación “Lecciones de la Batalla”, sobre la actuación de la Fuerza Aérea. Se trata de una entrevista al mayor Luis A. Puga, quien con su avión Mirage III hundió la Fragata Antélope. La entrevista está acompañada por una foto del piloto, una del avión y una de la Fragata estallando en llamas. Esta misma radiofoto de AP para La Nación había sido utilizada en otra nota publicada días antes por el mismo diario bajo el título “Pérdidas británicas en material y efectivos”.
Finalmente, como complemento del mecanismo anterior, a diferencia de lo que se hacía cuando se daban detalles sobre la situación del enemigo, cuando se daba información pormenorizada sobre las tropas argentinas se focalizaba la atención en el modo en que las tropas nacionales tomaban posiciones en las islas del Atlántico Sur. Es decir, se elegían aquellos hechos que connotaban que nosotros íbamos ganando.
Como ejemplo, vemos que el 11 de Junio (a solo 3 días de la rendición argentina) Clarín titula en su interior “Múltiples ataques terrestres y aéreos a posiciones 94
británicas”. La imagen que acompaña a la nota es la de dos soldados sobre un camión (tomada por Eduardo Farré varios días antes), cuyo epígrafe señala que se trata de soldados argentinos trasladados desde la zona del aeropuerto de Puerto Argentino hacia posiciones defensivas.
Clarín, 8 de junio de 1982; Anexo Foto 66
Clarín, 11 de junio de 1982; Anexo Foto 67
Hacia el final de la guerra, los diarios estudiados tuvieron que hacer un giro y, en el marco del discurso exitista que venían desarrollando, encontrar una manera de presentar la derrota inminente (nunca sugerida siquiera como posibilidad) y las secuelas que dejaba (los heridos, los sobrevivientes). Vayamos a las fotos de Clarín y La Nación al respecto.
Clarín, 6 de junio de 1982; Anexo Foto 68
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Clarín, 14 de junio de 1982; Anexo Foto 69-70
Los diarios hablan de víctimas, pero las víctimas apenas si aparecen en las fotos (sólo se hacen presentes por metonimia a través de los barcos y los familiares); ocasionalmente se muestra a los prisioneros y a los sobrevivientes, pero todos están bajo cuidados médicos y gozan de buena salud. Los cuerpos muertos, el dolor en los rostros y las heridas de la guerra quedan fuera de la cobertura de los diarios analizados cuando está a punto de finalizar el conflicto.
A partir del 15 de junio, un nuevo escenario se presenta en los dos diarios, quienes reflejan la derrota y el regreso de los sobrevivientes de Malvinas al continente con muy pocas imágenes. Si observamos las fotografías en paralelo, podemos apreciar que Clarín es más realista -si se puede decir-, al mostrar los heridos, el regreso de los ex combatientes y la preocupación de los familiares que no encuentran a los suyos. Esto marca el comienzo de una nueva etapa en la posición de Clarín respecto del gobierno militar, pero es un tema que excede a las posibilidades e intenciones de esta tesina. Además, si bien Clarín matizó un poco su discurso, no por ello dejó de ser condescendiente en las imágenes que publicaba, las cuales no muestran las consecuencias reales de la guerra,
la magnitud de sus muertos y heridos, los
conscriptos y sus secuelas, las condiciones en que verdaderamente se desarrolló la guerra, etc.
96
La Nación, por su parte, a pesar de que la derrota puso en evidencia la ficción del triunfalismo de la guerra, mantuvo el tono de su discurso y publicó imágenes de los soldados sonrientes por el regreso, “haciendo compras en Puerto Madryn” o alimentándose a bordo del Canberra.
La Nación, 19 de Junio de 1982; Anexo Foto 71
La Nación, 20 de Junio de 1982; Anexo Foto 72
Clarín, 19 de junio de 1982; Anexo Foto 73-74
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La Nación, 19 de Junio de 1982; Anexo Foto 75
Clarín, 21 de junio de 1982; Anexo Foto 76
Clarín, 18 de junio de 1982; Anexo Foto 78 Clarín, 23 de junio de 1982; Anexo Foto 77
98
Clarín, 18 de junio de 1982; Anexo Foto 79
Clarín, 19 de junio de 1982, Anexo Foto 80
Antes de terminar con este apartado, vale la pena mencionar un artículo publicado en La Nación hacia el final de la guerra. La nota es de Sara Facio y se titula la “Guerra de las imágenes”. La autora realiza apreciaciones y menciones que me interesa remarcar, debido a las circunstancias en que fueron emitidas y a que tienen la misma validez hoy que entonces: “Se ha llegado a la negación total de la imagen, a la ausencia de la fotografía actual, medio de comunicación fundamental del siglo XX. Para ilustrar hechos concretos se publican dibujos o historietas, como si viviéramos en el s XIX. De lo contrario se publican fotografías de archivo, haciéndolas pasar como fotografías actuales”117. La imagen que ilustra la nota es la foto de la Marina que emula la de Joe Rosenthal, “Raising the Flag on Iwo Jima”, analizada anteriormente en esta tesina.
Más allá de la anécdota, hay otra razón por la que me interesa traer a colación esta nota de Sara Facio y es, justamente, que ella nos introduce en otro tema capital para nuestro análisis: las fotos ausentes en la cobertura del conflicto. Pero, antes de entrar de lleno en esto, veamos a continuación las imágenes con que Gente y Siete Días construyeron la guerra de Malvinas para la opinión pública.
117
Facio, Sara en La guerra de las imágenes en Diario Clarín, 7 de Junio de 1982
99
100
2. Malvinas según Gente y Siete Días Pasemos ahora a las imágenes a través de las cuales construyeron su propio relato de la Guerra de Malvinas Gente y Siete Días –dos de los semanarios de actualidad de mayor tirada en ese entonces y en los cuales la fotografía tenía gran relevancia, debido a su carácter ilustrado- y a los que hice referencia en el marco metodológico cuando fundamenté su elección. Para analizar el material de trabajo, dividiré el tiempo transcurrido entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982 en tres etapas, como lo hiciera antes con los diarios (cabe aclarar, al momento de mirar las fechas en las revistas que, en sus ediciones semanales, ellas informan sobre hechos que ocurrieron en los 7 días precedentes): A) Primera etapa – 2 de abril a 25 de abril: desembarco en las islas hasta lo que las revistas consideran los primeros ataques británicos (días antes del episodio del bombardeo británico sobre la pista en Puerto Argentino el 30 de abril, momento que generalmente se acepta como el fin de las negociaciones diplomáticas y comienzo de las hostilidades), B) Segunda etapa – 25 de abril a 21 de mayo: desarrollo de las acciones bélicas, hundimiento del Belgrano, hasta el desembarco inglés en San Carlos (momento en que se concreta el desembarco de los británicos en la Isla Soledad y que significa, para las tropas argentinas, pérdidas de gran envergadura a pesar del moderado éxito que tuvieron en el enfrentamiento) C) Tercera etapa - del 21 de mayo al 14 de junio: hacia el desenlace. Consolidación definitiva del poderío inglés hasta la rendición argentina y “cese del fuego”. En cada una de estas etapas, el manejo de la información y la presencia de imágenes son diferentes. Y si bien hablamos de revistas con características propias, a los fines 101
de este análisis, Gente y Siete Días serán tratadas en conjunto: con algunos matices, ambas construyen con las imágenes un mismo universo de sentido y apelan a recursos similares. Por otra parte, las imágenes publicadas comparten el mismo origen: agencias nacionales, internacionales y de los reporteros argentinos que permanecieron en las Islas desde el 2 de abril al 14 de junio. También es común a las dos publicaciones la presencia de ilustraciones para representar los comunicados de la Junta como episodios para los que no hay fotografías (combates cuerpo a cuerpo, enfrentamientos en el aire). Respecto de los diarios, veremos que, aunque hay algunas continuidades (por ejemplo, el tono triunfalista y ultrapatriótico alineado con el discurso oficial), hay un gran contrapunto entre ambos tipos de publicaciones: mientras que los diarios, como vimos, ponen el foco en el análisis macro de la guerra, su dimensión política, las negociaciones internacionales, las “tropas” como un sujeto en sí mismo; las revistas, por su parte, van a enfocarse en la micro historia, en las historias de vida de los que participan, en la vivencia del conflicto a través de los ojos de los soldados, periodistas, isleños, etc. Esta diferencia del lugar desde el cual mirar la guerra será central en los recursos desplegados por diarios y revistas, en el tono adoptado por cada uno de ellos y en los contratos de lectura que se ponen en juego. Pasemos, ahora, al análisis y veamos cómo se plasma esto en sus páginas.
2.a) 2 de Abril a 25 de abril En este período se puede apreciar que, inicialmente, tanto Gente como Siete Días apelaron a las imágenes de Rafael Wollmann, testigo casual del desembarco argentino en Malvinas118. En el número del 31 de Marzo, dos días antes del
118
Según el testimonio de su compañero y socio en la agencia ILA (Imagen Latinoamericana) Silvio Zuccheri entrevistado por la autora. Cuando se produce el desembarco en Malvinas Rafael Wollmann estaba haciendo una nota sobre flora y fauna en la región que ILA había vendido a la agencia internacional GAMMA.
102
desembarco argentino en Malvinas, la tapa de Siete Días habla de recuperación de Malvinas119. Por su parte, el 1° de Abril Gente titula refiriendo a los momentos de tensión y el conflicto en el Sur. Para estos números anteriores al desembarco, las imágenes elegidas difieren en cada caso. Gente habla de movilización y tensión, aunque la foto propiamente de las Georgias habla más bien de calma. Y Siete Días apela a la argentinidad con la bandera ondeante sobre un cielo celeste y blanco.
Gente, 1º de abril de 1982 Anexo Foto 81
Siete Días, 31 de marzo de 1982 Anexo Foto 82
El conflicto en el Sur ocupa las primeras páginas de ambas publicaciones. El resto de cada ejemplar está dedicado a las noticias del espectáculo, información general, entretenimientos. En el primer número de Gente posterior al desembarco argentino, la tapa hace referencia a que es Gente el único medio que estuvo en Malvinas el 2 de abril y tiene las fotos que el lector sólo podrá ver gracias a la revista. Esto tiene directa relación con los testimonios de Silvio Zuccheri y Eduardo “Pollo” Farré120, que aseguran que Gente 119
Esta anticipación a los hechos probablemente tenga que ver con lo que comenta Silvio Zuccheri en la entrevista de junio de 2006. Según cuenta, el director de Siete Días en ese entonces era un ex integrante de la Marina lo que, con el tiempo, les hizo suponer que este hombre sabía que algo iba a pasar en las islas. De ahí que le interesaba publicar un fotorreportaje en Malvinas que no era ni muy importante ni el único. 120 Ambos entrevistados por la autora. Ver las entrevistas completas en el anexo. Y las que retomaré al analizar el circuito de las fotos.
103
tenía acceso a las imágenes a través de sus contactos con los altos mandos militares y gracias a que el revelado de las fotos de agencia Télam se hacía en los laboratorios de la Editorial Atlántida en la calle Azopardo. En términos de mecanismos discursivos, la revista utiliza este recurso para captar al lector que también podría ser testigo de los acontecimientos “tal cual fueron”, gracias a las imágenes. En términos de María Laura Marchetti, “Esa idea de exclusividad, que Gente hace explícita en la mayoría de sus tapas cuando dice „Nuevo documento histórico exclusivo, Las fotos que sólo verá en Gente‟, significa que las fotografías están proporcionando un testimonio particular, en este caso, sobre el conflicto, puesto que es más creíble que un texto escrito, y su valor es más fuerte en la medida en que son fotos únicas”121. Ya aquí podemos intuir la centralidad que, en Gente, tuvieron las imágenes en la construcción de su legitimidad como portavoz de la “verdad de la guerra”.
121
Marchetti, Maria Laura, “Gente y la guerra de Malvinas”, Fragmento de Tesina para la Licenciatura en Comunicación Social Universidad Nacional de Rosario, en http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/509/Gente%20y%20la%20Guerra%20de%20Malvinas.pdf? sequence=1 , p.2
104
Gente, 8 de abril de 1982 Anexo Fotos 83-84-85-86
Ahora bien, ¿qué mostraban esas fotografías publicadas en el primer número posterior al desembarco? Las fotos, cuya fuente es Agencia ILA (Rafael Wollmann), Gente las obtuvo gracias a su contacto con GAMMA y la posibilidad de revelarlas en los laboratorios de Atlántida.122 En estas fotos aparece reflejada la subordinación de los ingleses y la supremacía en número de los argentinos el día del desembarco. En este punto, vemos una alineación absoluta con el discurso que reseñamos respecto de los diarios, el cual, a la vez, se alineaba con el discurso oficial: triunfalismo, exaltación de sentimientos nacionalistas y optimismo a ultranza. Sin embargo, aunque el tono del discurso sea el mismo, lo que se observa es que Gente lo extrema hasta sus últimas consecuencias. Así, mientras en los diarios el chovinismo se construye más elípticamente -en un intento por guardar alguna apariencia de objetividad-, en Gente (y veremos que también en Siete Días), tanto las fotos como los textos que las
122
Según la entrevista que la autora realizó a Silvio Zuccheri, socio de Rafael Wollmann en la agencia ILA en 1982. Este tema se verá con más detalle en el apartado sobre el circuito de las fotos.
105
acompañan muestran una abierta toma de partido, un patriotismo militante, una fuerte exaltación bélica y una entusiasta muestra del supuesto poderío nacional. En este sentido, en las fotos precedentes se observa que Gente hace alarde de la superioridad de las tropas argentinas, se regodea con la imagen de la rendición de los ingleses y exalta el ánimo triunfalista con fotografías del enemigo tirado en el suelo o con las manos en alto. Por la contundencia de las imágenes (reforzada por el uso del color, ausente en los diarios), y por el impacto que inmediatamente producen en el espectador, las fotografías que se presentan en estos primeros días del conflicto tienen el mismo efecto que mencionamos en el apartado anterior: la imagen de la rendición de soldados británicos ante soldados argentinos es igual a la imagen del triunfo de quien fue ultrajado. Y, en el contexto del discurso oficial, estas fotos muestran un acto de reparación histórica y son apropiadas para despertar el chovinismo de la población (ante quien se pretendía legitimar el gobierno militar). Citando a María Laura Marchetti, podríamos decir también que, en estas fotos, vemos a “los militares argentinos luchando en defensa de la Patria (…) La relación Fuerzas Armadas / Patria está legitimada por la constitución, que les atribuye la defensa de las fronteras, de la unidad territorial y que clasifica a los hombres de armas en una categoría (…) exclusivamente dedicada, de derecho, a la defensa de la Nación. Así es como „Gente‟ exalta, a través de las imágenes, estos valores que se arroga el poder militar, instaurando en la sociedad la creencia de que los militares, nuevamente, salvaron al país”.123 Finalmente, y cambiando un poco el eje, junto a estas imágenes proselitistas, en este mismo número la revista Gente publica fotografías de la vida cotidiana de Malvinas y
123
Marchetti, Maria Laura, “Gente y la guerra de Malvinas”, Fragmento de Tesina para la Licenciatura en Comunicación Social Universidad Nacional de Rosario, en http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/509/Gente%20y%20la%20Guerra%20de%20Malvinas.pdf? sequence=1, p. 8
106
cuenta cómo el fotógrafo las tomó en su carácter de testigo único de los hechos. No pierde de vista el tono nacionalista que viene sosteniendo y mecha, entre foto y foto, imágenes patrióticas como la de soldados izando una bandera argentina.
Gente, 8 de abril de 1982 Anexo Fotos 87-88
Gente, 8 de abril de 1982 Anexo Fotos 89-90
¿Qué podemos decir de Siete Días en estos primeros días después del desembarco? ¿Cómo construía su relato, teniendo en cuenta que no contaba con estas fotos de alto impacto que tenía en exclusiva Gente? Al respecto, mirando el primer número de la revista posterior al 2 de abril, se puede observar que Siete Días también se alineó con el discurso victorioso y heroico reinante, pero con ilustraciones y fotos de menor impacto visual que las de la rendición de los ingleses. En su caso, vemos más bien fotos de los protagonistas (tales como la del ex gobernador inglés, la del comandante argentino que dirigió el desembarco, la de la esposa de Giachino); fotos de tinte nacionalista, como las de la bandera argentina; fotos con la descripción del 107
equipamiento del “enemigo”; y, por último, fotos que remiten a alguna situación bélica, como la imagen del boquete en la estación científica tomada por Daniel Rodríguez (a la que hice referencia en las fotos publicadas por Clarín), la de infantes de Marina en acción o la de tanques anfibios. Esta etapa se caracteriza por las fotos que ilustran en qué consistía el armamento, cómo se sucedieron los hechos hasta la rendición de los ingleses, cuáles eran los preparativos de las tropas argentinas y con qué contaba el ejército inglés.
Siete Días, 5 de abril de 1982 Anexo Fotos 91-92-93-94-95-96
En Siete Días, sin embargo, a falta de esas fotos de gran efectividad visual, lo que se observa es la búsqueda de la conmoción del lector apelando a la emotividad de las historias de vida. Por ello, cuenta la guerra desde sus protagonistas, desde la 108
subjetividad de los seres humanos que están involucrados en el conflicto, como se ve en las siguientes fotos (ilustran notas sobre la familia de Giachino el día del velorio, sobre la versión del desembarco del último gobernador inglés, entrevistas con malvinenses que cuentan sus vivencias, entre otras).
Siete Días, 5 de abril de 1982 Anexo Fotos 97-98-99-100-101-96-102
Así, Siete Días le ofrece al público vivir la guerra desde la cotidianeidad de los soldados, generales e isleños y propone un contrato de lectura intimista, cercano a la dimensión humana, tanto de quienes están en Malvinas como de quienes están en el continente leyendo el semanario.
109
Este tipo de contrato se repite en Gente quien, en su número del 8 de abril, lleva esto hasta su representación gráfica: los epígrafes de las fotos que acompañan los testimonios de Rafael Wollmann están impresos con el formato de letra manuscrita, dando la sensación al público de que lee la experiencia de Wollmann directamente de su puño y letra. Por su parte, el contenido de esos epígrafes refuerza la apelación a la dimensión humana y a la
Gente, 8 de abril de 1982 Anexo Foto 103
emotividad de la estrategia: “Cansados pero contentos, tres infantes se distienden tras las horas tensas de la noche. Ellos me contaron su historia. Yo la mía”
Del mismo modo, en las siguientes fotos: 1) se muestra la cotidianeidad de los soldados (tomando mate, durmiendo, comiendo), se ilustran momentos de mucha intimidad, tales como un soldado escribiendo a su familia o comulgando, se muestra la vida diaria de los isleños.
Gente, 8, 15 y 22 de abril de 1982 Anexo Fotos 104-105106-107-108-109-110
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2) se muestra la perspectiva subjetiva de quienes viven la guerra desde las islas, al publicar fotos tomadas por un soldado (pertenecen al ámbito de su privacidad) y por un periodista inglés. Lo destacable, en este caso, es que el foco de la publicación no está puesto sólo en el contenido de las fotos sino en el hecho de que fueron tomadas por este soldado y este periodista (de quienes, incluso, Gente, 15 de abril de 1982 Anexo Fotos 111-112-113-114-115
se cita testimonio). Es decir, el valor de las fotos es que muestran la guerra desde sus ojos, desde sus historias personales y, por su intermedio, los lectores acceden a la dimensión micro del conflicto (y no la dimensión macropolítica que mostraban los diarios, como dijimos para Siete Días).
Lo mismo se puede decir del sentido de algunas fotos que acompañan notas encuadrables en el género “historias de vida”, típico del modo en que el Semanario encaró la cobertura del conflicto.
Gente, 8 de abril de 1982 Anexo Foto 116
Gente, 22 de abril de 1982 Anexo Fotos 117-118
Gente, a medida que pasaban los días, que el conflicto avanzaba y que las ediciones se sucedían, los mecanismos que ponía en juego se iban desarrollando e iban 111
adquiriendo aristas más elaboradas. El otro elemento fundamental para comprender la estrategia discursiva de la revista en esta primera etapa (también vinculada con la construcción del par Nosotros-Otros), es la definición de quién está en lugar propio y quién llega al lugar de otro. Dicho de otra manera, quién juega de “local” y quién de “visitante”. Veamos algunos ejemplos de fotos y titulares.
Gente, 15 de abril de 1982 Anexo Fotos 119-120-121-108
Gente, 15 de abril de 1982 Anexo Fotos 122-123-124
Como vemos, en todas estas fotos se repite el contraste entre “Ellos vienen” / “Nosotros esperamos”. ¿Qué implica esto? En términos estrictos, el que espera es el que tiene un lugar propio; el “dueño de casa”. El otro, el visitante, el forastero, es el 112
que llega, el que entra en territorio de otro. Por ello, con este juego de opuestos, Gente da su versión de quién es el invasor y quién el que es invadido. Convierte en obvia y naturaliza su postura, eliminando la otra mirada posible (la de los kelpers, por ejemplo), que identifica a las tropas argentinas con quien irrumpe en un lugar en el cual, desde hacía tiempo, estaba instalado otro grupo. De esta forma, si “nosotros” somos los atacados y “ellos” los que atacan, queda eliminado del universo de sentido el embate inicial de la Argentina el 2 de abril, el cuál es legitimado y justificado como defensa propia. En la etapa siguiente, veremos que esto se profundiza. Finalmente, el uso del la primera persona del plural que acompaña a las fotos, el nosotros inclusivo, refuerza el contrato de lectura intimista y de cercanía que propone el semanario. Lo mismo ocurre en los casos de “Vimos rendirse a los ingleses”, “Nuestras Malvinas desde el aire”, “Así viven nuestros soldados en las Malvinas”, “Aquí, a los ingleses, los esperamos así”, “De aquí no nos vamos”. Nótese el tinte triunfalista que se mantiene en estas expresiones, reafirmado por una de las fotos más fuertes y que condensa casi todas las estrategias hasta aquí expuestas: la del soldado mirando a cámara y con el pulgar levantado.
Gente, 8, 15 y 22 de abril de 1982 Anexo Fotos 83- 125-126
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Gente, 8, 15 y 22 de abril de 1982 Anexo Fotos 119-127-128
2.b) 25 de abril a 21 de mayo Como dijimos al comenzar este apartado, si bien el inicio de la guerra propiamente dicha por lo común se ubica el 1º de mayo de 1982 –día en que se da el primer ataque aéreo, en que las fuerzas británicas bombardearon la pista de aterrizaje, cañonearon Puerto Argentino e intentaron el desembarco-, en términos de las revistas, esta segunda etapa comenzó el 25 de abril, momento en el que se dieron los primeros síntomas de fracaso de las negociaciones diplomáticas y se registraron los primeros atisbos de ataque de las tropas británicas sobre las argentinas. Así, en sus números inmediatamente posteriores al 25 de abril, vemos en Gente y Siete Días las siguientes tapas:
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Gente, 29 de abril de 1982 Anexo Foto 129
Siete Días, 28 de abril de 1982 Anexo Foto 130
Según estos semanarios, la guerra había comenzado. A partir de ahora (y como es evidente desde la mirada retrospectiva) el equilibrio de fuerzas cambiaría: los ataques ingleses se sucedían y las pérdidas empezaban a notarse en el frente argentino. Sin embargo, manteniéndose alineados con el discurso oficial, la merma en el control de la situación no se manifestaba en ningún momento ¿Cómo se puede rastrear en Gente y Siete Días (si es que se puede) la nueva situación?
Consideremos, en primer lugar, a Siete Días, dado que es la que menor cambio registró entre las dos revistas. En las imágenes a continuación veremos que, en su número del 5 de mayo (primer número luego del comienzo formal de las hostilidades), el semanario continúa con el discurso triunfalista, con la afirmación del contundente éxito frente a los ataques ingleses, con el estilo provocativo de titulares del tipo “Estamos Ganando, vengan a buscarnos”. Las fotos que sostienen este tono discursivo pintan un relato bélico de una guerra de película y unas tropas profesionales y preparadas: fotos de soldados argentinos en posición de ataque, con armas, subidos a tanques, haciendo el gesto de “ok” con su pulgar, en filas, marchando y con vestimenta militar; imágenes del equipamiento de las tropas, fotografías imponentes de los aviones, vistas de los depósitos de armamentos.
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Siete Días, 5 de mayo de 1982 Anexo Fotos 131-132-133-134-135-136-137-138
Como se ve, nada en estas imágenes (sumadas a los epígrafes y a las notas) hacía pensar que el triunfo de la Argentina podía verse comprometido. De hecho, el episodio del hundimiento del Crucero General Belgrano apenas si fue mencionado y, visualmente, el eje no se puso en el barco ni en la implicancia de este hecho en términos bélicos. Por el contrario, la mayor parte de las fotos que acompañan la nota sobre el Crucero General Belgrano son fotos de los sobrevivientes volviendo felices con una sonrisa, de los tripulantes heridos recuperándose en salas equipadas y en manos de médicos navales que los atienden con cuidado y dedicación.
Siete Días, 12 de mayo de 1982 Anexo Fotos 139-140-141
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Junto a esto, en esta segunda etapa Siete Días empezó a desplegar otro mecanismo que reforzaba la exaltación de las tropas nacionales. Sin embargo, esta vez el foco no estaba puesto tanto en la glorificación positiva de estas últimas como en la desacreditación de los ingleses: es del contrapunto, de la diferenciación, de la oposición, de donde surge el enaltecimiento que terminan teniendo los soldados argentinos. Las imágenes más significativas al respecto son las siguientes
Siete Días, 5 de mayo de 1982 Anexo Fotos 142-143
El texto que las acompaña estas imágenes (“Esto significa para ellos las Malvinas” / “Esto significa para nosotros”), tiene por efecto reforzar la construcción del contrapunto: el otro, el enemigo, el inglés, era sucio, de “moral dudosa”, borracho y, para él, esta guerra era un juego. Como contrapartida, los soldados argentinos (nosotros) luchaban por su patria, por su soberanía, y lo hacían con valentía y convicción. Eran verdaderos soldados, para quienes las Malvinas eran una cuestión de honor y patriotismo.
Finalmente, a medida que pasaban los días, este semanario se limitó a publicar fotografías en las que se trataba de minimizar los alcances del enemigo inglés, 117
desaparecían progresivamente los rostros de los protagonistas y cobraban preponderancia hierros retorcidos, aviones, tanques, barcos, destrozos o columnas de humo.
Siete Días, 12 de mayo de 1982 Anexo Fotos 144-145-146-147-148-149-150-151
Como corolario, Siete Días apeló nuevamente al recurso de contar la guerra a los lectores desde la mirada subjetiva de quienes estaban en el “Teatro de Operaciones”. En esta dirección, ofreció los testimonios Nicolás Kasanzew (periodista de ATC en Malvinas), bajo el formato de la publicación de algo tan íntimo como su “diario de guerra”.
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Siete Días, 12 de mayo de 1982 Anexo Fotos 152-153
Por su parte Gente, ¿Cómo construyó su relato la revista en este segundo período? Mirando las imágenes a continuación, se puede ver el quiebre que se registró en este semanario apenas comenzadas las hostilidades y no es difícil determinar el tono que adquirieron sus discursos en esta etapa: la guerra había comenzado, el enemigo atacaba, nosotros nos defendíamos y, mientras los actos de ellos eran calificados de criminales, los nuestros eran comprendidos como legítima defensa. Así, la revista Gente dedicó todo un número a describir con detalle lo que llamó los cuatro crímenes de los ingleses: el hundimiento, fuera de la línea de bloqueo, del crucero ARA “General Belgrano”; el helicóptero inglés que el 3 de mayo atacó al Aviso Alférez Sobral que navegaba con bandera de la Cruz Roja en misión de rescate; el Harrier que el 9 de mayo hundió un pesquero argentino y luego las balsas de salvamento; finalmente, la utilización de la bomba “Belouga”, prohibida por la Convención Internacional de Ginebra de 1949, que los ingleses arrojaron sobre las islas Malvinas y mató a 11 kelpers.
119
Gente, 13 de mayo de 1982 Anexo Fotos 154-155-156-157
Es en este contexto que se publicaron las fotos del hundimiento del Crucero General Belgrano que Gente consiguió de forma exclusiva (cuestión de la que hablaremos en el apartado sobre los circuitos del material fotográfico). Esta sucesión de imágenes se exhibía como la descripción detallada del primer y más importante crimen inglés.
Gente, 13 de mayo de 1982 Anexo Fotos 154-158-159-160-161
Las fuerzas inglesas eran presentadas como criminales no sólo por aquellos cuatro episodios. Junto a ellos, la criminalidad del enemigo se construía también a través de 120
las siguientes fotos, que mostraban el maltrato al que habrían sido sometidos los prisioneros argentinos (con lo que se violaría la Convención de Ginebra al respecto); las malas condiciones en las que se los habría mantenido y algunas casas kelpers destruidas como consecuencia de los ataques ingleses.
Gente, 20 de mayo de 1982 Anexo Fotos 162-163-164-165
De este modo, podemos ver con más claridad la estrategia desplegada a partir de la edición del 29 de abril, cuya tapa anunciaba “el ataque inglés” y el “contraataque argentino”. En una de las primeras notas de este número, Gente hablaba de “la guerra no querida” y responsabilizaba así al gobierno inglés por el fracaso de la solución diplomática. Por otra parte, la nota sobre el “ataque inglés” era ilustrada con una foto de la flota británica moviéndose hacia el desembarco en las Georgias. La bajada del título no dejaba dudas sobre quiénes eran los buenos y quiénes los malos: “Ellos hablaban de paz. De negociaciones. Ellos hablaban de palabras. Sin embargo, en la madrugada del domingo, ellos hicieron hablar a sus cañones, a su pólvora, a la muerte.
Ellos
atacaron.
Ellos
invadieron. Ellos empezaron la guerra. Ahora
nos
toca
defenderemos,
a
nosotros:
contraatacaremos,
pelearemos. Y que no quede ninguna duda: venceremos.” Gente, 29 de abril de 1982 Anexo Fotos 166-167
121
En contraposición, el contraataque argentino era mostrado a través de una foto en la que los soldados argentinos están parados de espaldas, con sus armas en la mano. El efecto visual es interesante porque genera una identificación en el lector, quien tiene la sensación de estar en el mismo lugar que estos soldados, también quieto (a diferencia de los ingleses), mirando y a la espera de los invasores que están viniendo. Nuevamente en este caso, la bajada del título refuerza la idea: “Ningún argentino deseó esto. Ni los militares ni los civiles. Pero nuestro país fue atacado por la flota inglesa y es por eso que hubo que llegar a una situación límite: el contraataque. Argentina buscó todos los caminos
posibles
para
una
situación
diplomática. El Reino Unido, no. De ahora en adelante habrá un solo objetivo: luchar por nuestros derechos, defender nuestras razones”
Gente, 29 de abril de 1982 Anexo Foto 168
Como se puede observar, hay un giro en el tono discursivo de la revista respecto de la primera etapa: ante la evidencia de que la (supuesta) superioridad argentina inicial no se iba a mantener a lo largo de la guerra, el tono exultante y grandilocuente que acompañó las fotos del tipo de la rendición de los ingleses fue cambiando progresivamente por un tono que, sin dejar de ser triunfalista en el conjunto de la publicación, ponía el acento en el carácter de victimario del enemigo y de víctimas de los argentinos (representados en Malvinas por las tropas nacionales). En este contexto, Gente establecía dos categorías para las mismas acciones: cuando el ataque era de los ingleses, se trataba de crímenes. En cambio, cuando el ataque era argentino, se trataba de defensa propia. De igual modo, las consecuencias de los actos bélicos del otro eran crueldades calculadas, mientras que las consecuencias de 122
los actos propios eran consideradas errores involuntarios o efectos secundarios no deseados. Veamos otros ejemplos
Gente, 6 y 13 de mayo de 1982 Anexo Fotos 169- 170-171 -172
Del mismo modo que lo hizo Siete Días, la revista Gente también apeló al recurso de la construcción del enemigo como sujeto inmoral. En este sentido, mientras la fuerza inglesa, en tanto Sujeto de la guerra, era calificada de criminal, los soldados ingleses, como individuos que formaban esa fuerza, eran cuestionados como sujetos de moral dudosa, borrachos, sucios, bribones que venían a Malvinas de pseudo-vacaciones, para quienes la Patria no tenía ningún significado. Citando nuevamente a María Laura Marchetti, “En la edición número 876, el semanario muestra fotos de los marines ingleses que estaban a cargo de la protección de las islas Malvinas (…). Esta serie de imágenes fotográficas que, según „Gente‟, testimonian el comportamiento del enemigo, revelan a un Otro sin disciplina militar, antipatriota, desordenado y sucio, adicto al alcohol, las drogas, la pornografía, las apuestas”124. Finalmente, muchos soldados
124
Marchetti, Maria Laura, “Gente y la guerra de Malvinas”, Fragmento de Tesina para la Licenciatura en Comunicación Social Universidad Nacional de Rosario, en http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/509/Gente%20y%20la%20Guerra%20de%20Malvinas.pdf? sequence=1 , pp. 9 - 10
123
ingleses eran descalificados por “gurkas”, hombres que peleaban para una nación que no era la suya.
Gente, 6 de mayo de 1982 Anexo Foto 173
Gente, 20 de mayo de 1982 Anexo Foto 174
Así, los ingleses quedaban sin legitimidad en todas sus acciones y eran desacreditados en relación con los argentinos, a los cuales se los mostraba exactamente a la inversa. Frente al descaro y la indecencia del enemigo, nuestros muchachos eran presentados como jóvenes idealistas, comprometidos con los principios nacionales; verdaderos soldados con su postura y uniforme que se jugaban no sólo la vida sino también el honor en esta guerra; buenos cristianos, buenos hijos, personas respetables y buenos ciudadanos (como veremos a continuación, hay algunas fotos correspondientes a la primera etapa, ya que esta imagen virtuosa e impoluta de los soldados argentinos había comenzado a perfilarse desde el comienzo de la guerra, pero ahora quedaba reforzada por el contrapunto con la desfachatez inglesa).
Gente, 8 de abril de 1982 Anexo Foto 175
Gente, 15 de abril de 1982 Anexo Fotos 176-177
124
Gente, 22 de abril de 1982 Anexo Foto 178
Gente, 6 de mayo de 1982 Anexo Fotos 180-181
Gente, 29 de abril de 1982 Anexo Foto 179
Finalmente, antes de pasar a la última etapa del conflicto, debemos mencionar que, al igual que Siete Días, Gente dedicó varias páginas a fotos de los armamentos y medios utilizados, así como a ilustraciones de los aviones y de la flota argentina y británica. En gran parte de estas imágenes, el equipamiento argentino aparecía en buen estado y casi sin rastros de combate (excepto las fotos del General Belgrano, sobre las que ya hablamos y vimos como se las incorporó al discurso). Sobre todo se destacaba la supremacía de la Fuerza Aérea Argentina. Por el contrario, los aviones ingleses, sus armas, sus barcos, se mostraban con las señales de la derrota y de la destrucción. De 125
este modo, se minimizaban los alcances de la fuerza inglesa y se maximizaban los triunfos de la fuerza argentina sobre el enemigo. Ésta es una línea que se profundizará en la última etapa.
Gente, 29 de abril a 20 de mayo Anexo Fotos 182-183-184-185-186-187-188-189-190 de 1982
126
Gente, 29 de abril de 1982 Anexo Foto 192
Gente, 6 de mayo de 1982 Anexo Foto 191
Gente, 6 de mayo de 1982 Anexo Fotos 193-194
Gente, 13 de mayo de 1982 Anexo Foto 195
Gente, 20 de mayo de 1982 Anexo Foto 196
A este segundo período también corresponden las imágenes del Harrier abatido por la artillería antiaérea argentina, que Gente publicaba en una sucesión de fotos del mismo avión desde diferentes puntos de vista. Observando la revista en retrospectiva, se puede ver que la escasez de imágenes y la “desinformación” propuesta por el Gobierno y sostenida por los medios llevaban a la repetición de imágenes de un mismo acontecimiento hasta el cansancio. Entre otras, las imágenes son las siguientes
127
Gente, 13 de mayo de 1982 Anexo Fotos 197-198-195-199
Lo interesante para señalar aquí es que, en contraste con la apariencia de triunfo argentino y de merma de la fuerza inglesa que resultaba de la publicación de fotos de este tipo, los documentos históricos muestran que la realidad tras bambalinas era diferente. En este sentido, aunque sea un poco extenso, vale la pena citar algunos fragmentos de un documento del TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur), firmado por el Vicealmirante Juan José Lombardo el 15 de mayo de 1982 y dado a conocer en el libro “Malvinas, la Trama Secreta”, “La primera acción inglesa importante del día primero de mayo pareció ser un intento de invasión que fuera exitosamente rechazado por las fuerzas propias.(…) la apreciación actual de este comandante de teatro es que tal intento de invasión no existió sino que fue una demostración realizada con el propósito intimidatorio de sondeo de nuestras capacidades y de práctica general para la fuerza enemiga. (…) No aparecieron pese a las búsquedas y rastreos ningún resto de embarcaciones, botes, helicópteros, personal vivo o muerto ni ninguna otra evidencia del citado desembarco. No aparecieron restos materiales ni humanos de ningún helicóptero ni avión derribado. (…) En resumen esta supuesta acción rechazada y las supuestas 128
importantes pérdidas infligidas al enemigo reafirmaron nuestro optimismo y los medios masivos de difusión enfervorizaron al público que vio un fácil triunfo argentino y una gran capacidad de nuestras fuerzas. (…) Nuestros submarinos han tenido evidencia del mal desempeño de los torpedos propios. (…) existen evidencias y otros síntomas del mal desempeño de las bombas utilizadas en ataques aéreos de nuestros aviones. (…) Los aviones Super Etendart no tienen capacidad logística para acciones sucesivas. Durante los últimos 10 días el enemigo lentamente ha ido incrementando su accionar y efectivizando el bloqueo de las islas naval y aéreo. (…) La presencia enemiga se ha ido haciendo más asidua y permanente lo que sumado a las naturales restricciones meteorológicas hacen el apoyo logístico aéreo reducido y aleatorio. La capacidad enemiga de acción aeronaval nocturna y diurna mediante submarinos de alta velocidad, buques portahelicópteros de ataque y aviones hace casi impracticable el aprovisionamiento de las islas de modo marítimo. (…) Los daños que hasta el presente se han infligido al enemigo son de difícil apreciación. No obstante, la carencia de evidencias ciertas de bajas, excepto de un avión Harrier y del hundimiento del Sheffield, hacen pensar que las apreciaciones iniciales fueron optimistas. No obstante ello son las que han quedado en el ánimo popular y de gran parte de las fuerzas”. 125
Llegamos, así, al 21 de mayo de 1982. Ese día, las fuerzas británicas desembarcaron en San Carlos, en la Isla Soledad. La guerra para Argentina ya no tendría punto de retorno: Inglaterra dominaría la situación y la Argentina tendría que comenzar a definir la retirada. 125
Cardoso, Oscar, Kirschbaum, Ricardo, y Van Der Kooy, Eduardo, “Malvinas. La trama secreta”, Buenos Aires, Editorial Planeta, 1984. pp. 346-349. El documento se reproduce completo en el anexo.
129
2.c) 21 de mayo a 14 de junio Respecto de este episodio clave en la historia de la guerra de Malvinas y de los sucesos posteriores, las revistas estudiadas plagaron sus páginas de relatos triunfales, recargados de exitismo, que mostraban unas fuerzas inglesas hostigadas por las argentinas en el momento en que intentaban desembarcar en San Carlos para establecer allí una cabecera de playa. Como se verá a continuación, los lectores de Gente y Siete Días se enteraban día a día de los “actos heroicos” de la aviación nacional, de los potentes buques ingleses hundidos, de las pérdidas y bajas del enemigo, y de otras informaciones de este tenor. Por supuesto, la impresión general que se desprendía de esto (y que se aclamaba abiertamente) era que la Argentina estaba a un paso de ganar la guerra. Al igual que en las etapas anteriores, tanto los titulares como las fotografías de Gente eran de mayor impacto y contundencia en esta dirección.
Siete Días, 26 de mayo de 1982 Anexo Fotos 200-201-202
130
Gente, 27 de mayo de 1982 Anexo Fotos 203- 204-205-206-207-208-209-210
Reconstruyendo el momento histórico, los análisis coinciden en que el desembarco en San Carlos estuvo lejos de no tener costos para las fuerzas inglesas: ellas habrían perdido más de lo previsto126, se habrían encontrado desorientadas por la falta de
126
Ese día. Los británicos sufrieron daños de magnitud en cuatro fragatas, el hundimiento de la Fragata Ardent (22 muertos), perdieron tres aviones Harrier y dos helicópteros.
131
resistencia de las fuerzas terrestres argentinas y, en su lugar, la verdadera amenaza habrían sido las fuerzas aéreas nacionales. Sin embargo, que esto sea así no implica que, en este punto, las revistas no hayan construido relatos tendenciosa y forzadamente triunfalistas (tal como lo venían haciendo). Y esto por dos razones: por un lado, si bien San Carlos tuvo costos importantes para los ingleses, también los tuvo para la Argentina127, pero esos datos brillaron por su ausencia en las crónicas de los semanarios (nuevamente vemos una exagerada puesta en foco en las pérdidas del enemigo y una deliberada omisión de las pérdidas propias). Por el otro lado, más allá de que el desembarco en San Carlos pueda haber implicado bajas y dificultades inmediatas entre las tropas inglesas, la verdadera importancia de este episodio es la cadena de sucesos que se desencadenaron a partir de allí (como el ataque de la guarnición argentina de Goose Green) y que condujeron a la derrota final para la Argentina128. Por ello, el desmesurado énfasis que Gente y Siete Días ponían en los buques ingleses hundidos, junto con el tono heroico con que se mostraba el accionar nacional, daban una sensación general de triunfo argentino que no se condescendía con la realidad del estado del conflicto129. Otro elemento digno de mencionar en esta etapa es un caso que fue sostenido por varios medios de comunicación -entre ellos Gente y Siete Días- y en el cual podemos ver cómo de la tergiversación, de la publicación parcial o selectiva de la información, de la deformación de la realidad por estos mecanismos se pasó, directamente, al terreno de la mentira: el episodio del Hermes supuestamente atacado por un pequeño 127
Entre el 21 y 25 de Mayo, la Fuerza Aérea Argentina perdió 27 aviones, el equivalente al 50% de los derribos de la guerra. Eduardo Barcelona, Agencia Télam http://www.malvinasalta.com.ar/index.php/component/content/article/78-noticias-internacionales/328-lodijo-eeuu-sin-su-ayuda-los-ingleses-habrian-caido-en-malvinas-por-eduardo-barcelona.html 128 De hecho, los británicos juzgaron a la batalla de San Carlos (acertadamente, según Alberto Amato), como la batalla decisiva por Malvinas. De hecho, una vez afianzada la cabecera de playa, en apenas 14 días llegaron a Puerto Argentino. http://www.clarin.com/diario/2007/05/20/elpais/p-01615.htm 129 En este sentido, sirva a modo de ejemplo la reconstrucción del estado de situación que Oscar Raúl Cardoso, Ricardo Kirschbaum y Eduardo Van Der Kooy realizan en su libro Malvinas, la Trama Secreta. Allí queda de manifiesto que el estado real del conflicto estaba lejos de justificar las proclamas triunfalistas y el ánimo optimista que poblaban las páginas de los semanarios. Cardoso, Oscar, Kirschbaum, Ricardo, y Van Der Kooy, Eduardo, Malvinas. La trama secreta, Buenos Aires, Editorial Planeta, 1984. pp. 286-292
132
Pucará comandado por el Teniente Daniel Antonio Jukic. Si bien este hecho habría ocurrido el 2 de mayo, cito el caso en esta instancia del trabajo porque creo que es aquí cuando mayor provecho discursivo se le sacó (quizás, justamente, por la necesidad de sostener el discurso heroico y triunfal en un momento en el que la realidad lo ponía en jaque). Sintéticamente, en palabras de Diego Pérez Andrade, periodista que cubrió la guerra para Télam, “el teniente Daniel Jukic, de la Fuerza Aérea, se había hecho amigo de Télam y venía siempre a la corresponsalía a hablar por radio con su novia, con la que planeaba casarse en su Bariloche natal. El 1° de mayo murió bajo la metralla de los bombardeos a baja altura que sufrió la pista de césped de Darwin, cuando se preparaba para despegar con su Pucará. Noticia que transmitimos, con detalles personales del muerto y que nunca se conoció. Pero unos 15 días después el mismo oficial resucitó: salió con foto en las tapas de Gente, La Semana, 7 Días y la mayoría de los diarios inmolándose en un ataque “suicida” al portaaviones Invencible, nave insignia de la Royal Navy.”130 Según Gente, por ejemplo, Jukic habría desobedecido todas las órdenes y habría atacado solitariamente a un portaaviones británico, lo que habría dado lugar a la muerte del piloto. Sin embargo, de acuerdo a la investigación realizada por Santiago Lozada131, la muerte de Jukic se dio en circunstancias bastante menos “poéticas”: en el contexto del ataque de tres Sea Harrier británicos a una base cercana Puerto Argentino, una de las bombas lanzadas por el Teniente Hale de la Royal Navy impactó de lleno en uno de los aviones Pucará que estaban esperando para ser evacuados, mientras el personal de la Base intentaba remover un avión que había rotó la rueda de 130
http://www.minutouno.com/1/hoy/article/20642-Malvinas-secreta-intrigas-de-una-cobertura-deguerra-particular/ 131 Lozada, Santiago, “La Guerra de Malvinas y los medios de comunicación”, tesina de Licenciatura en Periodismo de la Universidad del Salvador. 2000
133
nariz como consecuencia del barro de la pista y que imposibilitaba el despegue del resto. El piloto del avión que sufrió el impacto de la bomba era, justamente, el Tte. Daniel Antonio Jukic. Difícilmente, entonces, este último podría haber participado con su Pucará del ataque al Hermes por el que finalmente cobró celebridad. A pesar de ello, la prensa utilizó al Teniente Daniel Jukic para construir el clásico relato de tiempos de guerra acerca de jóvenes héroes sacrificándose por la patria; anteponiendo con valentía y orgullo la defensa de los ideales nacionales por sobre sus propias vidas132. La opinión pública tenía, así, un mártir para admirar y para exaltar su patriotismo. Así, mientras Gente el 27 de mayo presentaba el costado familiar de la historia a través de una nota con el hermano del piloto (con foto del entrevistado e ilustración del Hermes averiado), en la que cuenta que su hermano “era un hombre que se enfurecía ante una injusticia, alguna cosa mala, fea.(...) Un patriota en serio”; el 26 de mayo Siete Días mostraba el lado heroico de la situación, publicando una foto de los pequeños aviones Pucará acompañada del siguiente epígrafe: “El pequeño David que venció a Goliat: un Pucará al mando del teniente Daniel Jukic atacó al Hermes con toda su artillería”.
Gente, 27 de mayo de 1982 Anexo Foto 211
Siete Días, 26 de mayo de 1982 Anexo Foto 212
132
Sin embargo, a esta altura ya sabemos que tales héroes ideales son simplemente eso: construcciones ficticias. Fue justamente ese descubrimiento el que impactó a Rodolfo Walsh y el que relata en el prólogo de Operación Masacre: “pegado a la persiana [de mi casa de La Plata], oí morir a un conscripto en la calle y ese hombre no dijo: “Viva la patria” sino que dijo: “No me dejen solo, hijos de puta”
134
Vale la pena mencionar una forma particularmente interesante en la que Gente construía el heroísmo y patriotismo de los soldados argentinos. Los comenzó a llamar “los héroes de mayo”. Es decir, la revista apelaba a la memoria histórica del lector, para quien los “héroes de mayo” eran Saavedra, Moreno, Juan J. Paso y los integrantes de la Primera Junta de 1810; figuras de peso histórico, próceres canonizados y de gran reputación. De esta manera, se elevaba a los soldados nacionales (incluyendo a Jukic) a la categoría de héroes y, se ubicaba a las acciones militares en la misma línea que las acciones de los próceres de 1810.
Gente, 27 de mayo de 1982 Anexo Fotos 213-214-215
Gente, 3 de junio de 1982 Anexo Foto 216
El tiempo pasaba y la guerra cada vez estaba más cerca del final (lo cual era previsible y sabido, si tomamos en consideración la reconstrucción de lo que sucedía tras bambalinas realizada por Cardoso, Kirschbaum y Van der Kooy133). Sin embargo, tal situación no se reflejaba en las páginas de Gente y Siete Días, quienes mantuvieron el mismo tomo discursivo y las mismas estrategias que venían sosteniendo hasta el
133
Cardoso, Oscar, Kirschbaum, Ricardo, y Van Der Kooy, Eduardo, Malvinas. La trama secreta, Buenos Aires, Editorial Planeta, 1984. El documento se reproduce completo en el anexo.
135
momento, casi sin variaciones. Por un lado, continuaban apelando a la emotividad del lector: presentaban testimonios en primera persona y fotos de la vida cotidiana de los soldados (cargando comida caliente a un jeep, por ejemplo); publicaban fotos de sus familiares orgullosos; daban a conocer el diario de guerra de periodistas que cubrían el conflicto; construían una imagen impoluta de los soldados argentinos, a quienes se mostraba no sólo como patriotas intachables (fotos de soldados durmiendo al lado de sus armas y de sus tanques escritos con mensajes patrios, entre otras) sino también como hombres tolerantes y espiritualmente elevados (fotos de un oficio religioso católico y otro judío); destacaban visual y verbalmente la moral de la tropa argentina (soldados con el pulgar hacia arriba haciendo el gesto de OK); etc.
Gente, 27 de mayo de 1982 Anexo Fotos 211-217
Gente, 3 de junio de 1982 Anexo Foto 218
Gente, 3 de junio de 1982 Anexo Fotos 219-220-221-222-223
136
Siete Días, 26 de mayo de 1982 Anexo Fotos 201-224-225
Siete Días, 9 de junio de 1982 Anexo Fotos 226-227
Siete Días, 9 de junio de 1982 Anexo Fotos 228- 229-230
Siete Días, 9 de junio de 1982 Anexo Fotos 231-232-233
A través de todas estas imágenes, vemos que el resultado global del relato de los semanarios es lo que podría definirse como una “poetización de la guerra”. Es decir,
137
no se hace un relato informativo “objetivo”134, periodístico, basado en los datos reales del conflicto y del análisis político sino que, en rigor, se hace la narración de una epopeya. Tal cual la definición de epopeya de la Real Academia española (“f. Poema narrativo extenso, de elevado estilo, acción grande y pública, personajes heroicos o de suma importancia, y en el cual interviene lo sobrenatural o maravilloso / f. Conjunto de hechos gloriosos dignos de ser cantados épicamente.”135), en Gente y Siete Días vemos el uso de figuras retóricas (contrapunto entre las fotos que acompañan a los títulos “Armados hasta los dientes” / “Blindados hasta la hazaña”), el reiterado relato épico de héroes pequeños luchando contra grandes (como el mencionado Pucará que hizo las veces del David de Goliat), el racconto de “milagros” de guerra, la construcción y glorificación del los llamados “Héroes de Mayo”, entre otros.
Gente, 27 de mayo de 1982 Anexo Foto 234
Gente, 3 de junio de 1982 Anexo Fotos 235-236
Dijimos, entonces, que hacia el final de la guerra los semanarios continuaron recurriendo a las estrategias que venían desplegando y que, por un lado, mantuvieron la apelación a la emotividad del lector. Por el otro, para completar esta idea, en el caso de Gente veremos que también se prolongó hasta el último momento el recurso de poner el foco casi exclusivamente en las pérdidas materiales y humanas (reales y no
134
Con todas las comillas que la objetividad periodística pueda tener, uso este término a falta de un término alternativo que exprese mejor la idea de un relato lo más descriptivo y cercano posible a los hechos. 135 RAE, http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=epopeya
138
tanto) que sufrían las fuerzas británicas por el ataque argentino, como se puede apreciar en las imágenes a continuación
Gente, 3 de junio de 1982 Anexo Foto 237-238-239
En este punto, hemos llegado al final. Hacia el 10 de junio, con la derrota tocando la puerta, ya era prácticamente imposible seguir sosteniendo el discurso triunfalista que apenas un día atrás se encontraba en los semanarios, particularmente en Gente. Veamos el tinte de las fotos y de los titulares que empiezan a aparecer en sus páginas (no es el caso de Siete Días, que en su número del 9 de junio -el último antes de la rendición argentina- aún no daba indicios de una posible derrota).
Gente, 3 de junio de 1982 Anexo Fotos 240-241-242
Gente, 10 de junio de 1982 Anexo Fotos 243-244-245
139
Gente, 10 de junio de 1982 Anexo Fotos 246-247-248-249
Como se puede observar, la superpoblación de caras de triunfo y de aviones gloriosos de las fuerzas argentinas dejó paso a la exposición de situaciones de sometimiento de los soldados argentinos por parte de los británicos: soldados degradados por la realización de trabajos humillantes; soldados británicos palpando violentamente a “nuestros héroes” y dándoles un trato inhumano, etc. Es decir, de un triunfo incuestionable, de una supuesta superioridad militar argentina –comprobada por los éxitos parciales de cada una de las batallas, según se argumentaba– en pocas horas se pasó a un relato de los daños que las fuerzas británicas infligían, a un relato de los resultados desfavorables para el frente nacional, a la descripción de cómo los soldados
argentinos
estaban
siendo
víctimas
de
la
crueldad,
violencia
y
desconsideración del enemigo. En síntesis, ahora que no se podía seguir sosteniendo el éxito propio, se asumía el éxito del otro pero se lo transformaba nuevamente en un acto criminal. A partir de aquí, en el número correspondiente al 17 de junio (número posterior a la rendición argentina del 14 de junio) y números siguientes, el tono cambió 140
drásticamente: si bien ya se venía construyendo la dupla víctima/victimarios, por primera vez Gente mostró fotos en las que claramente aparecía el triunfo y el poderío militar británico; fotos de nosotros perdiendo la guerra, de los soldados argentinos en situación de subordinación entregando y apilando sus armas, de su rendición y requisa; imágenes de “la guerra que no vimos”; soldados argentinos sufriendo; preguntas sobre las condiciones de los conscriptos (por ejemplo, si tenían alimento y abrigo); fotos de elementos argentinos destruidos; el espanto de los heridos, etc. Es decir, Gente pareció despegarse progresivamente del discurso oficial y de la obsecuencia para con el gobierno militar. Era evidente que una nueva realidad política se avecinaba. A esta altura, el poder de facto ya pendía de un hilo... pero las consecuencias políticas de la guerra exceden el objetivo de esta tesina.
141
Gente, 17 de junio al 1ยบ de julio de 1982 Anexo Fotos 250-251-252-253-254- 255-256-255-257-258-259-260-261-262-263
142
3. La otra historia En las páginas precedentes he realizado una observación de las fotos que publicaron los principales medios gráficos argentinos durante y sobre el conflicto que tuvo lugar en el Atlántico Sur entre el 2 de abril y 14 de junio de 1982. Como vimos, esas fotos, el modo en que se ordenan, los discursos verbales con los que se ensamblan, la forma en que construyen sentido por sus mutuas referencias, delinean y fundan un relato sobre la guerra de Malvinas. Sin embargo, ese relato es un relato posible pero no es el único. Es apenas una particular forma de contar la guerra, originada (como todo discurso) en un contexto ideológico específico (del que ya hemos hablado en los apartados anteriores). Ciertamente, mirando las fotos publicadas por esos medios es difícil pensar relatos alternativos. Pero ¿qué pasa si, en vez de mirar esas fotos, miramos la enorme cantidad de fotos que quedaron afuera de las páginas de diarios y revistas?¿Qué historias cuentan esas imágenes?¿Qué dice ese otro relato sobre el relato públicamente difundido? Éste es el problema que pretendo abordar en este punto, con la férrea decisión de iluminar las historias eclipsadas por lo que en algún momento fuera una verdad oficial.
3.a) Procedencia de las imágenes En este punto es necesario dar cuenta de la procedencia de las fotos que sirven de base “al otro relato”. Tarea que no siempre es tan sencilla porque, como sucede a menudo con las cosas que quedan excluidas de “la realidad legítima”, el origen, sus circunstancias y los caminos que atravesaron se pierden en el silencio de la historia. Algunas de las imágenes fotográficas de las que vamos a hablar fueron encontradas en el archivo del diario Clarín (en el de La Nación ya no hay fotos que no hayan sido 143
publicadas136), unas pocas fueron obtenidas en la Fototeca de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA), otras fueron conseguidas en los archivos del Ministerio de Defensa y de la Asociación de Excombatientes de la Fuerza Aérea “Bahía Agradable”137, otras tantas fueron obtenidas de Internet y, finalmente, una gran cantidad de ellas fueron provistas por la Comisión de Familiares y Excombatientes. ¿El origen? En los casos de las fotografías encontradas en el archivo de Clarín, la identificación es más simple: en su mayoría, el material proviene de agencias de noticias -nacionales e internacionales- que cubrieron el conflicto en sus diferentes etapas y de fotógrafos enviados por los mismos medios o por otros medios que también cubrían la guerra. En el caso de las imágenes del Ministerio de Defensa, de la Asociación de Excombatientes de la Fuerza Aérea y de las provistas por la Comisión de Familiares y Excombatientes138, se trata de dos tipos de fotografías: por un lado, las tomadas por militares de diferentes jerarquías en vistas de elaborar estrategias de guerra y de documentar el conflicto y, por el otro, las personales tomadas por los mismos soldados y militares. Estas últimas fotos, al igual que gran parte de las fotos encontradas en Internet, testimonian la cantidad de “fotógrafos” aficionados que había en las Islas: desde los soldados más rasos hasta altos escalafones de la jerarquía militar, quienes pelearon en Malvinas contaban con cámaras fotográficas personales a través de las cuales
136
Valga aclarar que en el archivo de este diario escasean las fotos sobre el conflicto, las que existen no tienen ningún tipo de orden ni referencias. 137 La Asociación de Excombatientes de la Fuerza Aérea “Bahía Agradable”, como su nombre lo indica reúne a los ex combatientes de la Fuerza Aérea en el Edificio Cóndor donde se los asiste con pensiones, asistencia psicológica, entre otras. La cabeza de la asociación es el Vicecomodoro Héctor Rusticcini. 138 Cabe destacar que las fotos del Ministerio de Defensa son las mismas que nos facilitara Leandro de la Colina, representante de la Comisión de Familiares y Excombatientes.
144
documentaban su día a día, el clima de las trincheras, los golpes, los triunfos y la cotidianeidad de la guerra. De esta multitud de testimonios, muchos desaparecieron en manos de las requisas militares y otros tantos permanecen desconocidos. Sin embargo, hay otra gran cantidad de fotografías que comenzaron a circular vía Internet en fotologs o páginas personales
de
excombatientes,
que
fueron
reunidas
y
sistematizadas
por
organizaciones como la Comisión de Familiares y Excombatientes, o bien que, sencillamente, fueron guardadas como un tesoro por sus autores, a la espera de que alguien se interese por contar esta otra historia que no es más que la suya propia.
3.b) Las fotos profesionales: “Vamos ganando”. ¿Vamos ganando? Comencemos con las fotos tomadas por fotógrafos profesionales de diarios o de agencias nacionales e internacionales, que no fueron publicadas durante el conflicto (tal como lo aseguran los mismos fotógrafos que las tomaron139 y el encargado del archivo de Clarín a fines de 2005, Claudio Reino. Cabe aclarar que la censura, comercialización y olvido deliberado al que fueron sometidas estas fotos, hicieron que el volumen disponible de este tipo de fotografías sea infinitamente menor al de las fotos personales y al de los archivos militares. De ahí que las imágenes que se muestran a continuación sean fruto de una búsqueda intensa y minuciosa, pero no siempre tan fructífera como sería deseable. Comencemos con el análisis de las fotografías de este grupo que al día de hoy se pudieron conseguir. Entre las fotografías profesionales no publicadas, hay un número significativo con un denominador común, denominador que las diferencia de las fotografías típicamente
139
Tal es el caso de Eduardo “Pollo” Farré quien, en una entrevista con la autora, reconoce fotos suyas que no fueron publicadas y sí utilizadas años más tarde para muestras fotográficas o conmemoraciones de la guerra de Malvinas.
145
exitistas que sí aparecieron en las páginas de los diarios y revistas analizadas: lejos de mostrar que “vamos ganando”, estas imágenes exponen la debilidad del ejército argentino frente al inglés o, de un modo más poético, connotan esa debilidad a través figuras retóricas. Tal es el caso de la imagen de los soldados con los escobillones (tomada por Eduardo Farré en los comienzos de la guerra), que se puede
interpretar
como
un
ejemplo
de
antítesis: una figura retórica que crea sentido a partir de la contraposición en un mismo plano
Anexo Foto 264
Con formato: Sin Resaltar
de dos ideas opuestas entre sí. Para un espectador desprevenido que no se detenga a mirar en detalle la foto, la imagen general es la de soldados marchando y portando sus armas. Sin embargo, no son armas lo que cargan sino algo que está en sus antípodas: apenas escobillones, objetos de limpieza, elementos ligados a algunas de las tareas de menor reputación en la escala social. Si bien en palabras del propio Farré la fotografía puede tener más de una interpretación y él no buscó deliberadamente la que se generalizó (“fotografié por contraste, porque me pareció muy ridículo. Porque estábamos haciendo una operación. Estábamos mostrando cómo arreglábamos la isla, cómo ayudábamos a los kelpers y no había kelper que no nos odiara”140), lo cierto es que en la imagen existe la antítesis y la lectura de “la guerra está perdida antes de empezar” se torna inevitable. La decisión de no publicar esta foto durante el conflicto en Argentina creo que confirma que esa lectura no sólo era posible sino que era muy probable. Otras de las fotos profesionales no publicadas son las de la pista luego de los bombardeos del 1º de mayo de 1982 (momento en que comenzaron definitivamente
140
Farré, Eduardo. De una entrevista personal con la autora en el año 2006
146
Con formato: Sin Resaltar
las acciones bélicas), también de Farré. Esta foto no fue posible conseguirla141, pero Farré recuerda lo sucedido: “Con esa foto hubo muchos problemas porque yo fotografié el impacto de bomba sobre la pista y hubo una gran discusión sobre si había que mandarla o no. Porque unos decían que había que mandarla para que no siguieran bombardeando y otros que no porque había que demostrar que el ataque no había sido exitoso. Pero a la pista la habían hecho re pelota”142. Finalmente, las fotos de la pista bombardeada no fueron publicadas en los medios argentinos. Siguiendo con las fotos no publicadas, un caso interesante es el que nos cuenta Daniel García, fotógrafo de la agencia DyN en 1982, quien fue a Malvinas el 13 de Abril por unas horas como parte de un pool entre las agencias independientes NA y DyN. “El acuerdo entre DYN, NA y el Estado Mayor Conjunto era que los rollos eran revelados por este último con la supervisión de las agencias. El Estado Mayor Conjunto revisó los negativos y censuró sólo una (la del soldado comiendo su ración en el cuartel de los Royal Marines) que fue expuesta por primera vez en la Segunda Muestra del Periodismo Gráfico Argentino que se realizó en octubre de 1982”. 143
Anexo Foto 265
141
Aunque la foto de Farré no fue posible conseguirla, la situación del bombardeo de la pista está ilustrada por fotografías obtenidas del Ministerio de Defensa y la Comisión de Familiares y Excombatientes. Ver anexo. 142 Farré, Eduardo. De una entrevista personal con la autora en el año 2006 143 Daniel García en entrevista con la autora el 17 de Febrero de 2010.
147
Esta foto -que en la fragilidad de ese soldado conscripto marca un contrapunto con la imagen de los soldados argentinos que se pretendía construir en los diarios y revistashoy está en los archivos de la agencia de noticias francesa AFP. De las imágenes no publicadas también cabe destacar la indicación de no difundir en Argentina que algunas de ellas tienen impresa al costado, junto a la procedencia o agencia de origen y epígrafe explicativo. Esto se debía a que las agencias de noticias que distribuían esas fotos no podían venderlas en el país por la exclusividad que tenían con ciertos medios o bien, simplemente, por la censura que existía desde los inicios de la dictadura y que se intensificó con el conflicto bélico.
Como ejemplo, esta foto tomada por fotógrafos de Télam y distribuída por UPI en el exterior con el epígrafe en inglés y la leyenda NOT FOR USE IN ARGENTINA no podía ser distribuída por dicha agencia en nuestro país, aunque sí en el exterior. Se trata de una foto tomada por fotógrafos de Télam y editada por Don Rypka para UPI (sus iniciales “DR” figuran en el epígrafe). Anexo Foto 266
Por otra parte, esta imagen de los prisioneros argentinos bajo la guardia armada inglesa fue tomada por fotógrafos de la agencia inglesa AP que acompañaban a la marina británica. Si bien en Argentina no fue publicada, no tiene en su Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar
Anexo Foto 267
148
epígrafe la leyenda o prohibición de hacerlo. Sin embargo, el hecho de que esta foto no reflejara la imagen tiránica, malvada, que los diarios y revistas construían del “enemigo inglés” (en realidad, a los prisioneros se los ve relajados y con ánimo), posiblemente haya incidido en la decisión de no publicarla.
Anexo Foto 268
Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar
Otro caso de fotografías cuya distribución en el país estaba vedada es ésta cuyo epígrafe indica PROHIBIDO SU USO EN ARGENTINA. Fue tomada por Eduardo “Pollo” Farré en el vuelo de reconocimiento que realizó con helicópteros argentinos144 y fue distribuída por Télam al exterior a través de UPI.
Finalmente, esta foto tomada en el aeropuerto de la Base Aérea Militar Malvinas por fotógrafos de DYN y distribuída por UPI también tiene la leyenda NOT FOR USE IN ARGENTINA y sugiere su utilización con el texto sobre la Fuerza Aérea Argentina de Arthur Herman. Según el testimonio de Daniel Alonso, la publicación
de
una
foto
de
Anexo Foto 269
Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar
similares
características fue otra de las causas que llevaron a la ya mencionada sanción del diario “El Patagónico”: “Otra de las inconveniencias que habíamos publicado fue cuando el 3 de abril nos cruzaron a las islas
144
En la entrevista con Farré en el 2006, el fotógrafo da detalles sobre este vuelo. Ver Anexo
149
para que viéramos lo incruento de la ocupación militar argentina, editar una foto donde se veían soldaditos nuestros empujando un camión militar argentino para ver si arrancaba…”145 Como era de esperar, una imagen con este contenido no era afín al discurso triunfalista oficial y su publicación comprometía el universo de sentido que se estaba construyendo sobre el conflicto bélico. Respecto del circuito y del accionar de las agencias de fotografías y de prensa durante la Guerra de Malvinas, se hará mención en el próximo apartado.
3.c) Las fotos “no profesionales”146 Entre las razones que sostuvieron la decisión de los medios analizados de no publicar las fotos que llegaban a sus despachos desde las agencias y los fotógrafos profesionales, seguramente una parte importante del peso haya recaído en la voluntad de promover un relato épico y triunfalista de la guerra (como vimos hasta aquí). Sin embargo, junto a esas imágenes, hay una cantidad de otras fotografías de la guerra de Malvinas que no tomaron estado público porque, desde el comienzo, su razón de ser era otra: el testimonio privado, individual, íntimo, de los protagonistas del conflicto, que llevaban consigo cámaras personales para congelar sus vivencias y eternizan los recuerdos. Por ello, a diferencia del modo en que trabajamos con las fotos profesionales, en este caso no intentaré desentrañar qué tienen esas imágenes captadas por los soldados y militares para que no hayan tomado estado público. Si me interesa traerlas al centro de la escena en este momento es porque ellas, como testimonio visual y no guionado 145
Alonso, Daniel, periodista de Comodoro Rivadavia en entrevista con la autora, 2006 Cabe aclarar que denominaré “no profesionales” a las imágenes tomadas por soldados o personal del Ejército y cuyo objeto era el mero registro de los acontecimientos o el recuerdo personal. Su objeto y el sujeto que las tomó las diferencia de las “fotos profesionales”. 146
150
de lo que ocurrió en Malvinas entre abril y junio de 1982, dejan al descubierto las tergiversaciones, parcialidades y ausencias que tenía del relato oficial sobre el conflicto (versión de los hechos que, como vimos, apeló a imágenes para su construcción). Como primer paso, es necesario señalar que el número de fotos obtenidas de excombatientes, de familiares y de la Fuerza Aérea superó lo previsto al comienzo de la investigación. Al respecto, Nicolás Kasanzew recuerda lo que suscitaban las fotos entre las tropas argentinas: “Con respecto a las fotos me hiciste acordar de una anécdota. Llegamos con el camarógrafo a una posición que tenían los Patricios, porque había una sección de Patricios y había un Sargento que se llamaba Saraza. Llegamos ahí porque recién habían pasado unos Harriers y los habían bombardeado. Y estaban todos desesperados porque habían pasado recién y Saraza que gritaba: –
¡Lo tengo, lo tengo!
–
¿Qué? ¿Bajaste uno?
–
¡No, le saqué una foto!
–
¿Cómo le vas a sacar una foto? ¡Le hubieras tirado, aunque sea con el revólver!
Yo creo que todo el mundo ha sacado fotos. Los oficiales y suboficiales seguro que todos tienen fotos”. 147 Para los fines de la presente tesina, esta proliferación de fotos supuso un desafío porque dificultó la tarea de sistematizar el corpus de trabajo. Luego de ensayar con varias posibilidades, se definió un orden para este material fotográfico que lo divide en conjuntos significativos referidos a los ejes trabajados en la secciones sobre las fotos publicadas por los diarios y revistas elegidas. Fundamentalmente, por la procedencia 147
En un entrevista con la autora en el año 2006
151
de las imágenes y su dispersión, con estos archivos no siempre se puede realizar un recorrido sincrónico o un orden cronológico exacto. Sin embargo, sí es posible determinar diferentes situaciones y momentos que se fueron dando en los 74 días de la guerra y que quedaron registrados en imágenes.
3.c.1 Las primeras fotos: el reino del optimismo y la camaradería Entre las fotos tomadas por las cámaras no profesionales de soldados, pilotos y militares de jerarquía, encontramos una cantidad de imágenes que muestran momentos de camaradería, de optimismo y solidez, del día a día de los combatientes, del paisaje y de las calles de Puerto Argentino. Este tipo de fotos fueron tomadas luego del desembarco y en los primeros días del conflicto, cuando no existían enfrentamientos y cuando las tropas argentinas estaban abocadas a reconocer el paisaje y el clima. En este caso, no hay incongruencia con lo que mostraban en esta misma etapa los diarios y revistas estudiadas. Como ya se dijo, en estos primeros días no hacía falta ningún mecanismo importante de censura y de tergiversación de la información, ya que el clima reinante era realmente optimista, la guerra aún no había explotado, las tareas eran de reconocimiento y rutinarias de preparación, se creía que la solución llegaría por la vía diplomática y los ingleses todavía no habían desembarcado en Malvinas para presentar batalla.
Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar Anexo Foto 270
Anexo Foto 271
Anexo Foto 272
Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar
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Anexo Foto 273
Anexo Foto 274
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Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar Con formato: Sin Resaltar
3.c.2 ¿Y por casa cómo andamos?
Con formato: Sin Resaltar
Hasta aquí, entonces, no hay “ruidos” entre el relato contado por las imágenes publicadas y el que trazan las fotos de quienes participaban de la guerra en Malvinas. Sin embargo, como vimos antes, no duró para siempre la tranquilidad que permitía publicar las cosas tal como eran sin comprometer la verdad oficial: la declaración de la guerra, el poderío de los ingleses, la falta de recursos de las tropas argentinas, pronto hicieron necesario que el discurso venga al rescate para poder seguir sosteniendo públicamente un clima triunfalista que ya no tenía asidero en los hechos. Aparecen, entonces, las omisiones, la mirada unilateral, el extremismo (y hasta la caricatura) en la construcción de arquetipos de héroes y enemigos, entre otros. Vayamos a un caso concreto. En la sección de las fotos publicadas por Gente y Siete Días, se vio que uno de los recursos a los que apelaron cuando la guerra estaba ya instalada fue la de la demonización del “enemigo inglés”. Como la exacta contraparte de los “abnegados, entregados, valientes y patriotas soldados argentinos”, la figura de inglés era la del sujeto borracho, de dudosa moral, que no está luchando por un ideal nacional, que no le importa la causa por la que pelea, un mercenario que ni siquiera es soldado. No obstante, frente a las fotos que estas mismas revistas publicaron de los argentinos como soldados intachables, de moral irreprochable, siempre listos y en las antípodas 153
Con formato: Sin Resaltar
del perfil vicioso de los ingleses (perfil manifestado en las imágenes en las que aparecen “borrachos, sonrientes, divertidos y distendidos”) las fotos que siguen – tomadas por los mismos soldados– muestran a los argentinos desalineados, jugando, ironizando, fumando, haciendo bromas y riendo. Y todo esto lo hacen más allá de la situación que describe la tapa del diario que sostiene uno de los soldados en la foto, con el título “Alerta en Malvinas”. Lejos de ser figuras militares irreales e idealizadas, son sujetos humanizados.
Anexo Foto 276
Anexo Foto 277
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Laa pregunta se impone: ¿cuál es la diferencia entre estos soldados y los ingleses?
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3.c.3 La tierra bajo la alfombra
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A medida que el conflicto avanzaba y comenzaban los bombardeos ingleses sobre Malvinas, los mismos combatientes se convirtieron en reporteros de lo que sucedía. La distensión y el paisaje, entonces, dejaron lugar a otro tipo de imágenes más comprometidas. El 1° de mayo, cuando se iniciaron los bombardeos de los ingleses sobre la BAM (Base Aérea Malvinas), el Comodoro Héctor Rusticcini, (autor de algunas de las tomas que siguen) jefe del Escuadrón Servicios, Abastecimiento y Terminal Aérea de Cargas (ésta después del 1º de mayo) de la Base Aérea Malvinas entre abril y junio de 154
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1982, recuerda haber tomado
fotos con una cámara Kodak Pocket sin ninguna
restricción por parte de sus superiores148. El mismo Rusticcini reconoce la necesidad de registrar con su cámara el estado en que quedó la BAM y su deseo de demostrar con las imágenes que él y sus compañeros habían sobrevivido al bombardeo149.
Anexo Foto 278
Anexo Foto 279
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En estas fotos, obtenidas de la Fuerza Aérea Argentina y del Comodoro Héctor
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Rusticcini, y en las que se ven los efectos de las bombas inglesas sobre la pista de la BAM, evidencian el contraste entre el discurso sobre la guerra que circulaba en los medios analizados y los hechos que se sucedían en las Islas. No por nada estas imágenes fueron objeto de importantes controversias (como vimos en el caso de la foto no publicada de Eduardo “Pollo” Farré): los militares argentinos las consideraban secreto de guerra y, por ello, no salieron a la luz durante el conflicto. Si nos tomamos el trabajo de volver al apartado de las fotos publicadas a posteriori del 1º de mayo en los diarios y revistas analizadas, salta a la vista el abismo que separa aquellas fotografías de éstas con cráteres de bombas de 1000 libras sobre la pista de la BAM.
148 149
En una entrevista realizada por la autora En una entrevista realizada por la autora
155
Otro grupo de fotos que muestra el mismo contraste con el discurso mediรกtico es el siguiente:
Anexo Foto 280
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Anexo Foto 281
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Anexo Foto 282
Anexo Foto 283
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Anexo Foto 285
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Anexo Foto 284
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Anexo Foto 286
Anexo Foto 287
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Como puede observarse en estas imágenes captadas por cámaras personales de los
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soldados, aquí no existe el mecanismo que operaba en los medios, de registrar y publicar las imágenes que muestren que “vamos ganando”. Más bien hay una operación que da cuenta de que, a pesar de la dimensión del ataque, “resistimos y sobrevivimos”. El mismo tipo de distancia con el discurso mediático se observa entre las fotos publicadas en la segunda y tercera etapa del conflicto y las que se ven a continuación, correspondientes al mismo período. Son fotos no profesionales de aviones Pucará averiados, que tanto en las revistas como en los diarios aparecían en perfectas condiciones y que eran mencionados como los artífices, junto a los pilotos, de las hazañas de la guerra.
Anexo Foto 288
Anexo Foto 289
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Anexo Foto 290
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En el mismo sentido apuntan las siguientes imágenes de helicópteros argentinos incendiándose. Según el testimonio de Anthony Smith150, esas imágenes fueron captadas en Mount Kent, el 21 de mayo de 1982 a la mañana, cuando aviones Harrier
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ingleses atacaron a 6 helicópteros argentinos estacionados allí. Estas fotos dan cuenta de que, en ese momento, había entre los soldados argentinos una cámara que pudo registrar los daños a las naves a metros de las carpas donde estaban los combatientes.
Anexo Foto 291
Anexo Foto 292
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Anthony Smith es malvinense, en la actualidad es guía histórico y turístico en Malvinas, se ha dedicado a investigar sobre la guerra de 1982 y ha guiado por lo que fue el escenario del conflicto tanto a argentinos como a ingleses que visitaron las islas en los últimos años. Entrevistado por la autora en Buenos Aires el 21 de Agosto de 2008.
158
Anexo Foto 293
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Con estas fotos, cierro el apartado de las fotos de Malvinas no publicadas. Si bien es sólo una muestra, se puede observar el contraste entre la “realidad” contada por los medios y la “realidad” contada por las fotografías profesionales y no profesionales que
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no tomaron estado público durante el conflicto. Al respecto, como se esbozó en más de una oportunidad, en muchos casos las ausencias y presencias de ciertas fotos en los medios estudiados tuvieron que ver no directamente con razones ideológicas sino, más bien, con los canales de circulación y con los circuitos de compra y venta de los que entraron a formar parte las fotografías de la guerra de Malvinas.
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4. Las fotos como objetos culturales: mercancía y significación. Pasemos ahora la circulación de las fotografías de Malvinas, los caminos que siguieron, los circuitos de poder político y económico en los que entraron, su tratamiento no sólo en tanto objetos de sentido, sino también en tanto mercancías físicas con un valor económico específico. En este sentido, siguiendo a Bourdieu, en esta tesina se entenderá a los bienes simbólicos como realidades de doble faceta, a la vez mercancías y significaciones.151 En este sentido, ¿cuál fue su derrotero?¿qué itinerario siguieron y a qué principios respondía?
4.a) Fotos de prensa: circuitos y principios de circulación (…) había una avidez enorme por imágenes. Porque no había más imágenes que las de Rafael Wollmannn y con el correr de los días perdían vigencia. Se necesitaba algo que evidenciara la guerra, los preparativos de la Fuerza Aérea, los mosquitos, los aviones chiquitos que iban a ras del agua (…) Silvio Zuccheri Al igual que en los puntos anteriores, nuevamente es necesario tratar, por un lado, las imágenes tomadas por fotógrafos profesionales de medios y agencias y, por el otro, las tomadas por particulares no profesionales, como soldados y militares de diferentes jerarquías. Si bien los principios que están por detrás de su circulación son en gran parte los mismos, tienen algunas particularidades que justifican un tratamiento diferenciado. Comencemos por las fotos tomadas por fotógrafos de agencias de fotos y de prensa. En este caso, el circuito que siguieron responde a dos mecanismos, ambos con un 151
Bourdieu, Pierre, “Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario”, Barcelona, Editorial Anagrama, 1995
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común denominador: provocar la requisa de imágenes, su expropiación de los propietarios originales, y desviarlas de los circuitos que inicialmente iban a seguir. Esos dos mecanismos que vamos a mencionar se ensamblan uno con el otro, se alimentan entre sí y son funcionales recíprocamente: por un lado la censura política (que ya venía operando desde comienzos de la dictadura) y, por el otro, el negocio de la venta
de fotografías montado por militares y civiles, en connivencia con las
empresas de prensa. Como siempre, donde un objeto escasea o es escamoteado (tal es el efecto de la censura sobre la disponibilidad de fotografías), aparece un terreno abonado para que prospere el mercado informal (cuando no negro) en el cual realizar la transacción de ese objeto. Y esto fue lo que pasó. ¿Cómo funcionaron estos mecanismos en la práctica? Comencemos con un ejemplo concreto. Como vimos en el marco histórico, en 1982 existían en el país agencias de noticias que contaban con servicios de fotografía, tales como DyN, Télam (agencia oficial) y NA. Además de ellas, es de particular interés para los fines de esta tesina la agencia ILA (Imágenes Latinoamericanas); ya no una agencia de prensa sino una específicamente de fotografía. Profundicemos en ella. A fines de 1981, cuatro fotoperiodistas –Silvio Zuccheri, Tito Lapena, Rafael Wollmann y Eduardo Bottaro (que habían sido despedidos de GENTE)- se asociaron y fundaron la agencia de fotos ILA. La agencia se convirtió en corresponsalía de GAMMA en América del Sur y propuso a GAMMA diferentes notas, entre ellas “Las Malvinas o Falklands al estilo de National Geographic” –según relata Silvio Zuccheri152. Es por ello que, a fines de marzo de 1982, Rafael Wollmann viajó a Malvinas. Pero las cosas no ocurrieron como estaban previstas y, cuando estaba a punto de regresar con la nota lista para enviar a GAMMA, sucedió lo que narra Silvio Zuccheri: 152
Silvio Zuccheri en entrevista con la autora el 8 de Junio de 2006.
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“En esos días Crónica publica una tapa diciendo que hubo un enfrentamiento entre marinos argentinos en las Georgias y unos balleneros ingleses. Mucho no sabíamos ni entendíamos de qué se trataba. Pero suponíamos que, si eran ingleses, la repercusión podría ser notable, visible en la isla. (…) En ese momento, nos llama Rafael Wollmann desde la isla diciendo que ya tenía todo cubierto (…). Y nosotros le pedimos y finalmente le exigimos que se quedara, porque él se quería volver.
(…) Esto lo
habremos hablado con él el día 28 o 30 cuanto más. (…) En el avión que debía regresar mandó los rollos de lo que había hecho.”153 Llegado a este punto, el entrevistado describe cómo, cuando aún no había empezado la guerra, ya comenzaba a definirse lo que sería un mecanismo usual del poder respecto de las fotos tomadas sobre el conflicto en Malvinas (la extensión de la cita responde a la importancia del testimonio): “Estamos hablando de películas y diapositivas. (…) Fuimos al aeropuerto. Lo normal de aquella época era ir al mostrador, presentarse, decir: „vengo a buscar algo que el Comandante trae en la mano‟. La chica se hace la distraída, el Comandante no aparece y no aparecen los rollos. Entonces estábamos desesperados porque ese material era el que nos aseguraba ser corresponsales de GAMMA en la Latinoamérica en ese momento. Así que movimos lo que pudimos y llegamos a contactarnos con Fuerza Aérea (…) Nos citaron en el edificio Cóndor y allí, en una charla muy coloquial con el Jefe de Inteligencia, (…) el tipo nos indaga para ver quiénes somos nosotros, por qué estamos tan interesados en eso, que el Comandante le dijo que traía algo pero que no lo había podido dejar en Aeroparque... eran todas mentiras. Los rollos los tenían ahí y los estaban revelando. Querían saber quiénes éramos nosotros porque estábamos en el día 1º de abril. Así que ellos estaban sabiendo lo que pasaba y se daban cuenta que nosotros éramos unos perejiles que no teníamos idea de lo que
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Silvio Zuccheri. Op. Cit.
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estábamos haciendo. En ese momento, cuando nos mostraba las fotos le digo: „Además, Rafael Wollmann nos manda un cassette con las entrevistas que hizo para volcar en la nota‟. Me dice – „No se preocupe‟. Saca una hoja con todo desgrabado. Habían hecho todo para ver si los ayudaba a ver si alguien sabía lo que estaba por suceder.“154 De aquí que, ante este contexto político hostil, nos encontremos con testimonios como el de Silvio Zuccheri cuando relata la forma en que trajo al continente las fotos de Rafael Wollmann sobre la ocupación de Malvinas: “Y cuando llegamos a la isla y veo lo que tiene Rafael Wollmann [las únicas fotos profesionales tomadas el 2 de abril en Malvinas], en una solidaridad nunca vista aunque en casos extremos florece- nos distribuimos entre varios fotógrafos los rollos de Rafael Wollmann. Un fotógrafo se puede robar un rollo, pero tenía patas si lo robaba. Nos hicieron la gamba 2 o 3 fotógrafos y trajimos los rollos. Era en realidad para traerlos, ingresarlos a Comodoro en la eventualidad que Rafael Wollmann sea detenido por haber estado en la Isla”155 De más está decir que, junto a las muestras abiertas de censura como las que describe Zuccheri, siempre estuvo funcionando la autocensura como mecanismo de base. El proceso represivo por supuesto es mucho más sutil y estos testimonios no deben llevar a creer que la censura se reducía sólo a este tipo actos explícitos de control: “Ningún periodista que viniera en ejercicio durante los años previos de esa misma dictadura militar, seguía en sus medios para 1982 si no había aprendido lo de la autocensura, no propia, sino del medio en el que trabajaba (…) Por supuesto que ese seguimiento no hacía falta porque el control era absoluto, la „supervisión antes del
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Silvio Zuccheri en entrevista con la autora el 8 de Junio de 2006. Ibidem.
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cierre de la edición‟(…) lo más que ocurría era que se intensificaban averiguaciones en los diarios locales, cuando se daban cuenta que los corresponsales nacionales lograban “notas-color” o fotos de archivo que les proveíamos nosotros”156 Pero dejemos de lado la autocensura y veamos otros ejemplos concretos que muestran la dimensión de la censura del objeto „fotografías‟ durante el conflicto de Malvinas. Por tomar sólo un caso, Don Rypka -enviado de la agencia UPI a Comodoro Rivadavia para cubrir la guerra de Malvinas- recuerda cuál era la rutina una vez que tomaba sus fotos y quería transmitirlas a Estados Unidos: “Una vez por día transmitíamos las fotos a New York (entre 8 y 12 fotos, no más) que tardaban 16 minutos en pasar. Pues cuando transmitía la primera mitad de la foto desde la central telefónica de Comodoro me cortaban la línea. Y todo volvía a empezar. Obviamente ellos sabían qué estaba mandando, una llamada a New York, con cobro revertido, el transmisor hacía un ruido que era característico… entonces me cansé y me fui personalmente a la central, pero allí había personal militar que controlaba todo igual o peor”157. También Román Von Eckstein, fotógrafo de Télam que estuvo en Malvinas durante el conflicto, cuenta lo que vivió cuando regresó al continente: “Llego a Comodoro Rivadavia [después del 14 de junio] y ya me vienen a buscar a mí. Me dicen dónde están los rollos, me los sacaron, me trataron mal ahí, me tuvieron mal parado, de noche… hasta que me vinieron a buscar después de un par de horas (…) ¿Y el material? Entonces le dicen a Castellanos que ellos lo van a mirar y que lo venga a buscar mañana a la tarde. (…) Al otro día fui a la tarde y me atendieron en la puerta,
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Daniel Alonso entrevistado por la autora en 2006 Don Rypka entrevistado por la autora, 16 de Febrero de 2010
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no me dejaron entrar y ahí me quedé 5 o 6 días más reclamando todos los días y me fui sin nada. Se quedaron con todo 40 o 50 rollos.”158 Censura política, control sobre la información y las fotografías que se producían. Un mecanismo que no era nuevo en la dictadura pero que se profundizaría con cada nuevo día y con cada nuevo episodio durante la guerra de Malvinas. Censura política y ultra-control sobre las imágenes que, además, afectaba a lo que ya se delineaba como un claro negocio y una carrera por las escasas imágenes que lograban sortear la barrera de la represión. Veamos cómo continúa el relato de Silvio Zuccheri (aquél en el que contaba la dificultad para encontrarse con las fotos que Rafael Wollmann les había enviado desde Malvinas antes de la ocupación del 2 de abril cuando decidió quedarse ante la inminencia del conflicto y que fueron interceptadas por Fuerza Aérea): “Así que a la tarde nos llegaron los rollos revelados por el mejor laboratorio de Sudamérica que pudimos conocer y estuvimos departiendo con un teniente de Aeronáutica y a la noche estábamos entregando esos rollos en Ezeiza para que fueran a Francia. Además, al mismo tiempo estábamos entregando ese material en la Revista Siete días que tenía mucho interés en publicarlo. Suponemos que porque el Director de ese momento era un ex integrante de la Marina, de manera que supongo yo que con el correr del tiempo nos dimos cuenta que este hombre estaba sabiendo que algo iba a pasar con las Malvinas por eso le interesaba publicar un fotorreportaje en Malvinas que no era ni muy importante ni el único”.159 Y esto apenas comenzaba. Estando Rafael Wollmann en las islas el 2 de abril, obviamente se convirtió en testigo indiscutido de los hechos que se sucedieron esa madrugada. Según el relato de Silvio 158
Román Von Eckstein en entrevista con la autora Febrero 2010 Silvio Zuccheri en entrevista con la autora el 8 de Junio de 2006. Se refiere al fotoreportaje sobre flora y fauna realizado por Rafael Wollmann los días previos al 2 de Abril. 159
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Zuccheri, el gobernador de Malvinas les pidió a Rafael Wollmann y a otro periodista inglés que estaba allí que dejaran el hotel y se alojaran en la casa de huéspedes del gobernador (una casa que estaba aledaña a la residencia oficial). Así es que Rafael Wollmann en la madrugada vio desde esa ventana la llegada de las fuerzas argentinas a la casa del Gobernador y pudo registrar lo que fue el primer muerto de las islas, que fue el cadáver del capitán Giachino. Como se hace evidente, ese testimonio tenía un gran valor para cualquier empresa periodística.
“(…) Y esa foto es en la que se ve desde arriba un jeep saliendo con un cuerpo. Esto es lo que yo sé y, paralelamente, a eso de las 6 de la mañana me llaman por teléfono a casa y es el Jefe de la Editorial Atlántida, de Fotos, Eduardo Forte, (…) y me dice „quiero todas las fotos que tiene Rafael Wollmann‟. Yo no tengo idea de qué es lo que tiene porque habíamos hablado hacía 2 días con él. „Yo voy para Anexo Foto 294
allá. Vamos en un avión a Malvinas y te queremos llevar‟. Me llevaban de garantía para que yo negociara que ellos fueran los primeros en tener las fotos. En realidad, cuando nos subimos a un Lear Jet y nos estábamos yendo, cerca de Comodoro Rivadavia dos cazas se nos ponen al lado y le dicen al piloto que baje o lo bajan. Así que bajamos en Comodoro el día 2 y el día 3 la Fuerza Aérea dispuso un avión para toda la prensa que se había movido hasta allá. Entonces, nos metieron adentro de un avión y nos llevaron. Ahí me encuentro con Rafael, me cuenta qué es lo que tiene. Eduardo Forte decía que quería las fotos”. 160 Como veremos, con las fotos no se trataba sólo del deber moral de informar, del rol social del periodista. El fotógrafo es un trabajador y las agencias son y hacen un 160
Silvio Zuccheri en entrevista con la autora el 8 de Junio de 2006.
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negocio (al igual que lo hacían los diarios y revistas). El circuito que siguieron las fotos de Malvinas tiene mucho que ver con ello. Sigamos con el testimonio de Silvio Zuccheri: “En realidad, nosotros teníamos un concepto de cómo se debían manejar las cosas y yo sabía que esto se podía manejar entre La Semana, que competía con GENTE y Siete Días. Entonces no le Anexo Foto 295
daba un sí concreto.161 Finalmente, Gente obtuvo junto con GAMMA las fotos de Rafael Wollmann. “Bueno, estas fotos llegan a Francia y se publican. El mismo Anexo Foto 86
material. Porque si te ponés a repasar la historia, había 5 fotos fuertes que eran: la rendición de los ingleses, el panorama de cómo era el lugar (alguna vista general quiero decir) y los ingleses tirados en el piso, o los ingleses caminando con las manos en la nuca... Y alguna otra que referenciaba Argentina en un lugar que no era Argentina: la bandera Argentina, o un pueblito de gran solaz invadido por un tanque en su camino, o cruzando con un Land Rover circulando por la dirección opuesta, o sea la mano opuesta a la nuestra y ahí se evidenciaba esto. Y dicen que cuando Thatcher vio las fotos tuvo conciencia del grano en el culo que le había metido Galtieri, de la dimensión de la osadía de Galtieri. Que fue eso lo que la subleva y le hace armar una gran contrainvasión.(…) Las fotos que ILA mandó a GAMMA, ésta las distribuyó en
47 bocas que
generalmente eran 47 países diferentes porque tenían un medio por cada país donde las vendían. GAMMA tenía en Argentina como cliente la Editorial Atlántida, así que en
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Silvio Zuccheri en entrevista con la autora el 8 de Junio de 2006.
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el paquete de fotos del mes venían las fotos de Malvinas como GAMMA. Las de Gente que dicen GAMMA son las de Rafael Wollmann.” 162
Estos testimonios, además de dejar en claro que con las imágenes no se trataba sólo de política sino también de negocios, muestran que las agencias funcionaron como el motor multiplicador de las pocas fotos de Malvinas que se tomaron. Esto es lo que sucedió, por ejemplo, con las imágenes del hundimiento del Crucero General Belgrano, fotos que traspasaron el espacio privado de las fotografías personales para ocupar un lugar en el espacio público. Y, en este desplazamiento, estuvieron involucrados desde particulares que hicieron negocios, militares y civiles, hasta agencias de prensa y de imágenes, y empresas periodísticas163. Miremos esta historia un poco más de cerca. ¿En qué contexto fueron tomadas estas fotos y quién fue su autor? Según coinciden todos las versiones, las imágenes que se difundieron a través de los medios de comunicación fueron tomadas por el Teniente Martín Sgut, quien iba a bordo del Crucero General Belgrano, sobrevivió al hundimiento y, desde su balsa de salvamento, hizo esas tomas con una cámara Kodak Fiesta que llevaba entre su ropa.164 Pero ¿cómo llegaron esas fotos personales hasta las páginas de diarios y revistas? Esta es la historia que Silvio Zuccheri, quien fuera el eslabón de este pasaje, relata con detalle.
Zuccheri había ido a Bahía Blanca a cubrir lo que sucedía en la Base Puerto Belgrano cuando, junto a los enviados de Gente (Liliana Morelli y un fotógrafo), fueron derivados con el Jefe de Inteligencia de la Base Puerto Belgrano. Ya en su despacho, en medio 162
Silvio Zuccheri en entrevista con la autora el 8 de Junio de 2006 A este tema se refieren también Don Rypka y Eduardo Pollo Farré. Ver entrevistas en anexo. Eduardo Farré cuenta en la entrevista que el mismo Sgut le contó que cuando se estaba hundiendo el Belgrano, “se calzó el salvavidas y metió la mano en el bolsillo y se dio cuenta que tenía una Kodak Fiesta con el rollo entero con 8 fotos y el tipo tuvo la mente fría para calcular cuánto iba a tardar en hundirse y sacó la secuencia, las 8 fotos.” 163 164
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de una charla amena, el militar (que claramente parecía querer otra cosa) “cierra la puerta y, en una acto que parecía actuación, se apoya en la puerta recién cerrada y dice: -¡Tengo algo que es una bomba! ¿Qué pasa? -Acaban de llegar fotos del Crucero Gral. Belgrano hundiéndose”.165 Y continúa Zuccheri, “Yo, quieto, inmutable (…) Porque cuando vas a comprar un auto no podés decir que está buenísimo. (…) Entonces, vuelve trayendo 4 fotos. (…) Me daba las fotos a mí porque la idea era reproducirlas. Fotografiar las fotos. (…) Le digo, -¿cuánto valen? Mil dólares cada una, me dice. Yo no llegaba, no llegaba a 4 lucas. (…) Le digo a Liliana, -Llamá a Buenos Aires, hacé lo que tengas que hacer, yo pongo mas del doble, de la mitad. Siempre había alguna manera de que llamen a alguien. El distribuidor de allá (de Bahía Blanca) le adelantó guita y se completó.”166
Cuando regresó a Buenos Aires, Zuccheri reveló en Atlántida las fotos que había tomado con su cámara. Dice que no podía creerlo, que las fotos eran la borda de un bote salvavidas naranja y el barco en posición de hundimiento. En ese entonces, alguien le comentó que era la primera vez que había fotos de un buque de guerra hundiéndose.
Anexo Fotos 154-158-159-160-161
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Pero el recorrido y la difusión de estas fotografías no terminaron en Atlántida. Ya en la editorial, a Zuccheri lo esperaba el jefe de la agencia GAMMA, quien –en palabras del entrevistado- “se metió en la media las 4 fotos originales y se fue a Ezeiza. Se fue a Nueva York. Y (…) las vendió a la televisión. Habrá hecho muy buena plata pero les
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bajó el resto de ventas de todo el mundo. Porque una vez que salen en TV las levanta 165 166
Silvio Zuccheri en entrevista con la autora el 8 de Junio de 2006 Ibidem
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cualquiera y pierden efectividad. (…). Eso motivó una serie de juicios y nuestra separación de GAMMA”.167
Más allá de este caso del Belgrano, en general las imágenes del conflicto tuvieron caminos inciertos, variables, inesperados. Por empezar, el material que tomaban los fotógrafos destacados en Malvinas podía tener diferentes derroteros: algunos rollos llegaban y eran revelados y publicados en los medios argentinos; otros negativos eran vendidos; muchos se perdían o eran censurados. A partir de allí, las imágenes tomadas por los fotógrafos argentinos recorrieron el mundo por la distribución que hicieron de ellas quienes manejaban las agencias. Según Jorge Durán –fotógrafo de NA en 1982-, “En el Sheraton había oficinas de Newsweek, de Stern de Alemania, todos los medios internacionales estaban acá y se llegaron a pagar 20 mil dólares por rollos sin nada. Los milicos tenían el negocio y se quedaban con los rollos de los pibes que estaban en Malvinas (los de Télam) y los vendían”168 Al respecto, resultan esclarecedoras las palabras de Eduardo “Pollo” Farré y Román Von Eckstein, los fotógrafos enviados a Malvinas por la agencia Télam. Ellos pasaron sus días en las islas, haciendo fotos para enviar a través de radiofotos o a través del puente aéreo que unía el continente con las Islas. Las suyas son prácticamente las únicas fotos profesionales que fueron tomadas en el archipiélago entre el 3 de abril y el 13 de junio169. “Me fui enterando que las fotos mías se las afanaban. Llegaban a Télam y circulaban y vendían los originales y si vas a buscar a Télam hoy queda poco. Llegaban ahí y las 167
Silvio Zuccheri, Ibidem Jorge Durán, en entrevista del 15 de febrero de 2010 Hay que recordar que el 13 de abril, por 5 o 6 horas, Daniel García y Osvaldo Gazolla- de DYN y de NA respectivamente- estuvieron en Malvinas y tomaron algunas fotografías. Ver entrevista a Daniel García en el Anexo 168 169
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revelaban en Atlántida. Atlántida editaba lo que más le interesaba y mandaba los rollos a Télam. No se quedaban con los rollos, hacían reproducciones, pero después se empezaron a dispersar, las editoriales a venderlos”.170 “Nosotros hacíamos todo color y mandábamos el material con el puente aéreo, venía un avión, entregábamos a los pilotos, avisábamos por radio, a veces se perdía… y el blanco y negro lo usábamos cuando no había puente aéreo un par de días y transmitíamos por radio. Algún material se perdió por el camino y otro material llegaba a la agencia y nuestros jefes –no la empresa–vendían los originales y al extranjero. Yo vi tapas de la revista Stern… pero con mis fotos y ni siquiera las tiene Atlántida o Abril. Las fotos realmente importantes no sé, están distribuidas… ni nosotros las tenemos. Por eso no hay fotos de la guerra.” 171 En las entrevistas, los fotógrafos dan cuenta de que el circuito que siguieron las fotos y el fin que éstas tuvieron escapó a ellos y estuvo manejado por personas con poder en las agencias, los medios y dentro del Ejército. Valgan como prueba algunas de las afirmaciones de Román Von Eckstein, Daniel Alonso y Silvio Zuccheri: “Los rollos los revelaban en Gente porque Télam no tenía color. ¿Viste la foto del 1° de mayo con el aeropuerto incendiándose? No sé cuál fue el problema que al otro día de eso nos llama mi Jefe y nos dice:- „Pero Uds. son unos p...dos, las fotos del bombardeo salieron en todos lados y Uds. no las mandaron‟. Las fotos se las habían afanado y habían salido en todos lados. Y no me acuerdo cómo fue el asunto que se las chorearon y las tuvo antes el resto del mundo que Télam. ¡Son las fotos nuestras! Se afanaron el color que hizo Farré y nos quedamos con el blanco y negro que teníamos para transmitir”172
170 171 172
Eduardo “Pollo” Farré en entrevista del 29 de junio de 2006 Román Von Eckstein en entrevista con la autora Febrero 2010 Ibidem
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“Mis jefes vendieron ese material, no sé si en complicidad con alguien de arriba, pero era mucha guita. Llegaron a Télam muertos, cuando terminó la guerra se compraron quintas, 0km, ese tipo de cosas que no aparecen de un día para el otro. Y nosotros sabemos que hacían ese tipo de cosas. Las vendían a los corresponsales extranjeros, si éramos los únicos que teníamos material, y eso vale oro”.173 “La única manera que tuvieron las redacciones más importantes (del país y del extranjero) para acceder a imágenes generadas por prensa argentina era comprando (bajo cuerda) al cámara de Canal 7 o a los reporteros gráficos de los militares, imágenes „no autorizadas‟ por los militares, pero que los tipos se exponían a hacer circular sin que ellos supieran (y cotizaban como locos)”174. “Los fotógrafos de Télam estaban autorizados por el Ejército, seguramente, para hacer sus fotos en Malvinas. Y los jefes de Télam (Martinelli y Fernández Burgos- según testimonio de Eduardo Pollo Farré-), esos dos tipos grandotes y viejos que tenían pinta de ser fotógrafos retirados, en lugar de recibirlas y repartirlas lo que hacían era venderlas. Me consta porque un día los vi llegar a Atlántida con el material para venderlo. Ellos mismos hacían todo”175. Muchas fotos no fueron publicadas y el dinero que se pagó por ellas fue mucho mayor que el que los fotógrafos recibieron por su trabajo como reporteros de guerra. No sorprende escuchar testimonios como el de Farré: “Yo hice esa foto pero no me preguntes qué pasó con el material porque acá ni siquiera puedo probar lo que estoy diciendo. Se vendieron originales, no sé quién los vendió. Mis jefes vendieron los originales… Sólo que a mí me dejaron una vez como una devolución porque me pagaron como si hubiera ido a Córdoba”
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173
Román Von Eckstein en entrevista con la autora Febrero 2010 Daniel Alonso entrevistado por la autora en 2006 Silvio Zuccheri. Op. Cit. 175 Eduardo “Pollo” Farré, en entrevista del 29 de junio de 2006 174 175
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La mayoría coincide en que Malvinas es una guerra sin imágenes, si bien ellos pasaron 74 días dedicados a registrar lo que veían en el continente o en las Islas.
4.b) La censura y el negocio con las fotos privadas de los soldados Veamos ahora qué sucedía con las fotos tomadas por los soldados, por los particulares que llevaron sus cámaras personales con la esperanza de guardar testimonio de su paso por las islas y en el conflicto del Atlántico Sur. Respecto de ellas, la censura también era moneda corriente. En este sentido, Silvio Zuccheri confirma que “hubo censura y mucha porque todos los chicos colimbas que fueron a Malvinas fueron revisados exhaustivamente y si traían un tarro de café lo vaciaban arriba de la mesa buscando rollos para ver si se habían fotografiado entre ellos mismos en la trinchera que hubiera sido un hallazgo.”177 Lo mismo dice Daniel Rodríguez, quien considera que dentro del circuito de las fotos existió lo que llaman „mercado negro‟. Incluso entre los militares, quienes se apropiaban del material de los fotógrafos y de las fotografías que los mismos soldados habían tomado con sus cámaras en el frente.178 También Diego Pérez Andrade (periodista que cubrió la guerra en las islas para Télam), en una nota para la publicación digital “Diario sobre Diarios”179 relata un episodio que involucra la conjunción de la censura tanto a fotógrafos profesionales como a soldados. Nuevamente, aquí, la extensión de la cita responde a la claridad e importancia del testimonio:
177
Silvio Zuccheri. Op Cit. Daniel Rodriguez, en entrevista de febrero de 2010 Pérez Andrade, Diego “El último helicóptero” en http://www.diariosobrediarios.com.ar/eldsd/zonadura/2007/marzo/30-3-2007.htm 178 179
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“[El 17 de junio, cuando estaban volviendo de Malvinas] pasado el mediodía nos juntamos para almorzar en el comedor del buque y García Malod se preguntó si debíamos ocultar los cassettes con entrevistas que habíamos hecho durante los 74 días que pasamos en las Islas. „Y también los rollos de fotos, tengo como 60 y sería una cagada que nos los afanaran‟, terció el “Pollo” Farré. El miedo no es zonzo. Sabíamos que el gobierno militar interceptaba y se incautaba de todo material periodístico que habíamos intentado introducir clandestinamente en el continente. (…) No se supo cómo se enteraron los censores, pero a partir del 15 de mayo a los pilotos y acompañantes, al poner pie en tierra en el continente, los revisaban de pies a cabeza. (…)
Entre el grupo de civiles que volvía con nosotros a bordo del Irízar no dudamos en elegir al jujeño Facundo Tolaba (…). ¿Quién se atrevería con los primeros héroes que regresaban a casa? De cualquier forma, escondimos los rollos de fotos en paquetes de dos kilos de café colombiano (…). Cerca de las 18 nos tocó abordar el último helicóptero. (…) Pero nunca llegamos a la zona portuaria donde se agolpaban los comodorenses y nuestros colegas. El piloto del último helicóptero sobrevoló la muchedumbre y encaró hacia un descampado en las afueras de la ciudad, donde nos esperaban tres camionetas de color verde oliva. De allí a unos galpones en desuso donde funcionaba una unidad de Inteligencia a militar, al mando del coronel Esteban Solíz (…)
Y, por supuesto, al que primero revisaron fue a Tolaba y a su humilde bagayo, que era una valija de cartón atada con una soga. Cuando comenzaron a caer los rollos de los tajeados paquetes de café [Tolaba] no nos vendió. Pero saltamos y nos hicimos cargo. Y eso dio pie a los uniformados para que nos ordenaran desnudarnos por completo y colocarnos de cara a la pared con los brazos arriba y las piernas separadas. (…) 174
Nos sacaron los rollos, los cassettes y varias libretas con apuntes. Todo lo que oliera a memoria periodística de la guerra. „Y ahora se van para la ciudad y cuidadito con lo que andan contando. Bastantes problemas tenemos ya los argentinos para que ustedes vengan a hablar boludeces‟, rugió Soliz a modo de despedida.” 180
Vemos, entonces, que la requisa de fotos corría tanto para periodistas como para los soldados. Y, del mismo modo que se repite la censura, veremos cómo también vuelve a aparecer el montaje de un mercado ávido de esas fotos incautadas. Valga como prueba, por ejemplo, el testimonio de Daniel García, quien vivió el conflicto desde adentro: “Se sabía que en Comodoro Rivadavia gente del ejército tenía una casa donde vendían las fotos. Había álbumes con todo tipo de fotos y se podían elegir y conseguir allí. Eran los rollos que les sacaban a los soldados, a los fotógrafos, todo lo que robaban o secuestraban por ahí.” 181 Esta cita da cuenta del mercado que existía en Comodoro Rivadavia, donde los mismos militares ofrecían a los fotógrafos que permanecían en el continente álbumes con imágenes entre las que se encontraban las tomadas por los soldados. Las razones políticas de la censura llevaban a convertir en un negocio las fotografías obtenidas a partir de este mecanismo. Otro ejemplo en el que queda claro que las fotos no profesionales formaron parte del negocio de las agencias es el relato de Silvio Zuccheri sobre las razones por las que pudo comprar la secuencia de imágenes del hundimiento del Crucero General Belgrano: pudo hacerlo porque, en el momento en el que se las ofrecieron, tenía
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Pérez Andrade, Diego “El último helicóptero” en http://www.diariosobrediarios.com.ar/eldsd/zonadura/2007/marzo/30-3-2007.htm 181 Daniel García en entrevista con la autora el 17 de Febrero de 2010.
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dinero suficiente ya que había viajado a Bahía Blanca dispuesto a comprar material, rollos de los soldados o fotos de ellos. 182 Finalmente, ese caso -el de las fotos del hundimiento del Belgrano que describimos en extenso en el punto anterior- es un caso emblemático de una fotografía de un particular, no profesional, que tomó estado público. En ese episodio se sintetizan los mecanismos de censura, de apropiación de lo privado y de multiplicación de las imágenes a través de la venta y del circuito que seguían en las agencias. Sin lugar a dudas, ese objeto-foto que, en un principio, era privado, se convirtió en un documento público al eludir la barrera de la censura, ingresar en el mecanismo comercial y quedar disponible para su posterior difusión.
182
Silvio Zuccheri en entrevista con la autora.
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A modo de conclusión Y así, dando cuenta del recorrido que siguieron las fotos en tanto objetos, doy por cerrado el círculo que abrí cuando decidí enfocar mi mirada en las fotografías de Malvinas publicadas y no publicadas por algunos de los principales medios gráficos de la Argentina durante los 74 días que duró el conflicto del Atlántico Sur en 1982.
En el trayecto, intenté dar cuenta de cómo esas fotografías formaron parte de la configuración del universo de sentido propuesto por esos medios para interpretar la guerra de Malvinas; en qué medida esas imágenes definieron los contornos de lo decible y lo no decible en la verdad oficial sobre la guerra, del relato que contaba lo que se constituyó como realidad legítima; busqué en las ausencias lo que deliberadamente se pretendió omitir de esa realidad, valiéndome para ello del contraste entre fotografías publicadas y no publicadas y entre fotos profesionales y privadas sobre el conflicto; me detuve en los mecanismos y estrategias discursivas183 que pusieron en juego los dos diarios y las dos revistas más relevantes del momento en términos de masividad y presencia en la sociedad; intenté ensamblar ese discurso mediático con el discurso político dominante y, por último, recabé información para reconstruir el derrotero que siguieron aquellas fotografías en tanto objetos: el contexto en el que fueron tomadas, los relatos de sus autores, su ingreso en el circuito de las agencias, su comercialización, las negociaciones de las que formaron parte, su eventual censura y, en muchos casos, su desaparición. Escuché historias, se desentrañaron dolores, habló el silencio, vi heridas, aparecieron verdades y mentiras. De esta manera, pretendí reconstruir el derrotero muchas veces azaroso y aleatorio de
183
Recuerdo aquí que el concepto de discurso que manejo no se limita a lo lingüístico sino que tiene un sentido amplio que incluye a las imágenes.
177
las imágenes. ¿Cómo se explica, de otro modo, la presencia de una cámara Kodak Fiesta en el bolsillo de un sobreviviente del Belgrano?
Me propuse para esta tesina recuperar las imágenes de la guerra, con todo el peso de lo que pueda resultar testimonial. Las imágenes, con su capacidad de evocar el pasado y actualizar escenarios. Y no solo las imágenes como sentidos terminados, definitivos. Me propuse junto con las fotografías incluir las voces de sus productores, los fotógrafos cuyas circunstancias y determinaciones la más de las veces permanecen en una dimensión oculta en investigaciones que tratan el conflicto del Atlántico sur, como muchos otros, y sus representaciones, como si las imágenes pudieran constituirse como enunciados sin enunciadores.
Tras el manto de neblina de la Guerra de Malvinas se abren paso las fotos y sus autores para instituir su inapelable efecto verdad que nos vuelve a sacudir cada vez que las contemplamos. Rescatar esas voces y los nombres de quienes allí estuvieron y vieron por todos nosotros se me impuso como un objetivo a seguir y poner en evidencia, como acervo de memoria, y también como reconocimiento. Si alguna singularidad pudiera reclamarse para esta investigación no será meramente la de tratar de acercar lo que se dijo y se escribió desde los medios respecto de la guerra de Malvinas, sino, además, la de reconstruir el lugar de esos anunciadores anónimos que son los fotógrafos, el devenir de su trabajo y el circuito que recorrieron sus imágenes.
En relación con ellos, quisiera hacer una mención especial a Daniel Rodríguez, Eduardo “Pollo” Farré, Román “Polaco” Von Eckstein, Alejandro Reynoso, Mariano 178
Comentario [1]: Son todos fotografos? Cecilia
Vega, Daniel García, Don Rypka, Silvio Zuccheri y Jorge Durán ya que, con absoluta solidaridad y generosidad, pusieron todo a disposición para mi trabajo: su tiempo, sus testimonios, sus conocimientos y el material que tenían. Sin su aporte, esta tesina no hubiera sido posible.
Otra mención especial es para la Asociación Bahía Agradable que nuclea a los excombatientes de la Fuerza Aérea y para el Coronel Héctor Rusticcini, quienes me dieron generosamente toda la documentación con la que contaban.
Como contrapunto, no pude encontrarme personalmente con Rafael Wollmann, fotógrafo que hizo las fotos del desembarco argentino en Malvinas el 2 de abril de 1982. No se me franqueó la entrada al archivo de editorial Atlántida ni pude ver las fotos de Nicolás Kasanzew, corresponsal de ATC en Malvinas. Eduardo Rotondo, autor del libro “Alerta Roja”, tampoco accedió a una entrevista. Me encontré con un archivo del diario La Nación abarrotado de cajas de recortes y trozos de papel dirigido por alguien que dice que en ese archivo “no hay nada de Malvinas y tampoco fotos porque no hay fotos de la guerra”, del cual obtuve lo que el empleado de turno a su antojo me facilitó. No pude acceder al archivo fotográfico de Télam, ya que al momento de realizar esta tesina se encontraba en proceso de digitalización. Estas son las grandes ausencias, las que restarán tras el manto de neblinas parcialmente descorrido a lo largo de la presente investigación. El mismo manto que encubre los miedos de la guerra, los recuerdos de los excombatientes y sus secuelas, la tristeza, el dolor y las diferentes facetas de una historia que no termina de contarse.
179
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Anexo
1- A scene in Shanty Town (1880) Publicada en Daily Graphic de New York el 4 de marzo de 1880 Fuente: http://diegocalvo.blogspot.com
186
2- Reportaje Fotográfico a Mussolini, Fotógrafo: Félix H Man . Publicado en Müncher Illustrierte Press 1934) Fuente: “La Fotografía como Documento Social, Giséle Freund”
187
3- La Guerra de Crimea Fot贸grafo: Roger Fenton (1853-1856) Fuente: http://rinconimagen.blogspot.com/2007_05_01_archive.html
4- La guarida de un francotirador rebelde, Gettysburg Fot贸grafo: Timothy O麓Sullivan Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Confederate_Dead_at_Devil's_Den_Gettysburg.jpg
188
5- Muerte de un miliciano, Fot贸grafo: Robert Capa, Cerro Muriano, Espa帽a 1936 Fuente: http://fosgrafe.files.wordpress.com/2009/07/soldado-por-robert-capa.jpg
6- Izamiento de la bandera estadounidense en Iwo Jima, Fot贸grafo: Joe Rosenthal, febrero de 1945 Fuente: National Geographic, Tiempos de Guerra, Edici贸n Especial septiembre de 2005
189
7- Entrada del ejército Rojo en Berlín tras la derrota del ejército alemán. Fotógrafo: Yevgeni Khaldei, 2 de mayo de 1945. Fuente: http://media.photobucket.com/image/recent/hunnapuh/antiwar/Rusia_Berlin1.jpg?o=
8- Fotógrafo: Yosuke Yamahata, Nagasaki, 1945 Fuente: http://sepiensa.org.mx/contenidos/historia_mundo/siglo_xx/guerra_mundial2/bombatomica/img/gm2_10.jpg
190
9- Buchenwald Survivors, Fot贸grafo: Margareth Bourke Withe, abril 1945 Fuente: http://www-english.tamu.edu/pers/fac/myers/buchenwald.jpg
10-Guerra de Vietnam, Fot贸grafo: Larry Burrows. Publicado en Life 1962. Fuente: http://nabiaorebia.blogspot.com
191
11 - Kim Phuc Guerra de Vietnam, Fot贸grafo: Hyunh Cong, 1972 Fuente: http://diegocalvo.blogspot.com
12- Guerra de la Triple Alianza 1865-1870 Autor desconocido Fuente: http://www.aimdigital.com.ar/aim/2011/03/25/la-guerra-del-paraguay/
192
13- Campamento de Tuyutí 1868. Autor sin identificar. Fuente: Archivo Gral de la Nación La Fotografía en la Historia Argentina, AGEA, Buenos Aires, 2005
193
14-La Guerra del Paraguay. 1869. Autor desconocido. Fuente: Museo de Luján en La Fotografía en la Historia Argentina, AGEA, Buenos Aires, 2005
194
15- Indios de Neuquén. La llamada “Conquista del Desierto”, Fotógrafo: Encina & Moreno, 1882 Fuente Archivo General de la Nación en La Fotografía en la Historia Argentina, AGEA, Buenos Aires, 2005
16 -La Semana Trágica, Caras y Caretas 18/01/1919 Fuente: reproducción digital de la revista Caras y Caretas Año XXII Número 1059 (Archivo de Academia Argentina de Letras)
195
17 - La Semana Trágica, Caras y Caretas 18/01/1919 Fuente: reproducción digital de la revista Caras y Caretas Año XXII Número 1059 (Archivo de Academia Argentina de Letras)
18 -Cárcel de San Julián, 1919. Autor sin identificar. Fuente: Internet: http://dearpatagonia.com/wordpress/?p=2786
196
19 y 20 – La denominada “Revolución Libertadora”, Autor desconocido. Septiembre de 1955, Fuente www.lalibertadora.com.ar
197
21- 30 de Marzo de 1982, Fotógrafo Pablo Lasansky, Fuente: “En negro y blanco” Pablo Enrique Cerolini y Alejandro Reynoso, ARGRA, marzo 2006
22 - Diario La Nación 9 de Abril de 1982, Fotógrafo: desconocido. Fuente: Archivo Diario La Nación
198
23 - Clarín, 20 de Abril de 1982; Fotógrafo no identificado. Fuente: Archivo Clarín
24 - Clarín, 21 de Abril de 1982; Fotógrafo: Télam. Fuente: Archivo diario Clarín
199
25- La Naci贸n 23 de Abril de 1982, Fot贸grafo. Desconocido. Teelfoto de LA NACION. Fuente Archivo Diario La Naci贸n
200
26- La Naci贸n 23 de Abril de 1982, Fot贸grafo. Desconocido. Telefoto de LA NACION. Fuente Archivo Diario La Naci贸n
201
27- Clarín. 3 de Abril de 1982, Fotógrafo Daniel Rodríguez de Clarín. Fuente: Archivo diario Clarín
28- Clarín, 23 de Abril de 1982. Fotógrafo: Agencia Télam. Fuente Archivo Diario Clarín.
202
29 - Clarín, 30 de Abril de 1982. Fotógrafo: Alberto Rodríguez. Fuente Archivo diario Clarín.
30 - Clarín, 4 de abril de 1982, Fotógrafo: Daniel Rodríguez del diario Clarín. Fuente: Archivo diario Clarín.
203
31 - La Nación, 4 de Abril de 1982, Fotógrafo: desconocido. Fuente Archivo La Nación
32- Clarín, 4 de Abril de 1982, Fotógrafo: Agencia DYN. Fuente Archivo diario Clarín
204
33 - Clarín, 3 de mayo de 1982; Fotógrafo: no identificado (según testimonios se trataría de un fotógrafo de la Marina Argentina). Fuente: Archivo diario Clarín
34 - Clarín, 1 de mayo de 1982; Fotógrafo: desconocido. Agencia UPI. Fuente: Archivo diario Clarín.
205
35 - Clarín, 1 de mayo de 1982. Fotógrafo: desconocido. Agencia DYN. Fuente: Archivo diario Clarín
36 - Clarín, 3 de mayo de 1982; Fotógrafo: desconocido. Agencia Télam. Fuente: Archivo diario Clarín.
206
37 - Clarín, 13 de mayo de 1982. Fotógrafo desconocido. Agencia DYN. Fuente Archivo diario Clarín.
207
38 - Clarín, 13 de mayo de 1982. Fotógrafo: Alberto Rodríguez. Fuente Archivo diario Clarín
208
39 - La Nación, 13 de Mayo de 1982. Fotógrafo desconocido. Telefoto de La Nación. Fuente: Archivo diario La Nación
40 - La Nación, 8 de Mayo de 1982. Fotógrafo desconocido. Telefoto de La Nación. Fuente: Archivo diario La Nación.
209
41 - Clarín, 30 de Abril de 1982; Fotógrafo: Eduardo Farré para Agencia Télam. Fuente: Archivo diario Clarín.
42 - Clarín 13 de mayo de 1982. Fotógrafo Eduardo Farré para Agencia Télam. Fuente: Archivo diario Clarín.
210
43 - Clarín 13 de mayo de 1982. Fotógrafo: Alberto Rodríguez. Fuente: Archivo diario Clarín.
44 - Clarín 14 de mayo de 1982. Fotógrafo: desconocido. Radiofoto de UPI. Fuente: Archivo diario Clarín.
211
45 - Clarín 14 de mayo de 1982. Fotógrafo desconocido. Agencia AP. Fuente Archivo diario Clarín.
46 - La Nación 14 de mayo de 1982. Radiofoto de AP para La Nación. Fuente: Archivo La Nación.
212
47 - La Nación, 10 de mayo de 1982. Fotografía Televisión ATC. Fuente: Archivo La Nación.
48 - La Nación, 3 de mayo de 1982. Fotografía Archivo. Fuente Archivo La Nación
213
49 - Clarín, 14 de mayo de 1982. Fotógrafo: Radiofoto UPI. Fuente Archivo Clarín
50- Clarín, 7 de mayo de 1982. Fotógrafo: Gentileza Armada. Fuente Archivo Clarín
214
51- La Nación, 5 de abril de 1982. Fotógrafo: Telefoto de La Nación. Fuente: Archivo La Nación
52 - La Nación, 4 de abril de 1982. Fotógrafo: Agencia DYN. Fuente: Archivo La Nación
215
53- La Nación, 10 de abril de 1982. Fotógrafo: Telefoto de DYN. Fuente: Archivo La Nación
54- La Nación, 3 de mayo de 1982. Fotógrafo: Foto de DYN. Fuente: Archivo La Nación
216
55- La Nación, 2 de Mayo de 1982. Fotógrafo: desconocido. Fuente: Archivo La Nación
56- Clarín, 29 de mayo de 1982. Fotógrafo: Leonardo Zavattaro. Fuente: Archivo Clarín
217
57- Clarín, 29 de mayo de 1982. Fotógrafo: Agencia Télam. Fuente Archivo Clarín.
58- Clarín, 29 de mayo de 1982. Fotógrafo: Leonardo Zavattaro. Fuente: Archivo Clarín
218
59- .La Nación, 24 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado (según la investigación es de Télam). Fuente: Archivo La Nación
60- La Nación 23 mayo de 1982. Fotógrafo: Fotografía de Télam (según la investigación, Eduardo Farré es su autor). Fuente: Archivo La Nación
219
61 - La Nación, 28 de mayo de 1982. Fotógrafo: Radiofoto de AP para La Nación. Fuente: Archivo La Nación.
62- La Nación, 23 de mayo de 1982. Fotógrafo: Radiofoto de AP para La Nación. Fuente: Archivo La Nación.
220
63- La Nación, 26 de mayo de 1982. Fotógrafo: Radiofoto de AP para La Nación. Fuente: Archivo La Nación
64- La Nación, 27 de mayo de 1982. Fotógrafo: Radiofoto de AP para La Nación. Fuente: Archivo La Nación
221
65 - La Nación, 7 de Junio de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo La Nación
66 - Clarín, 8 de junio de 1982. Fotógrafo: no identificado (según la investigación fotógrafos de Télam en Malvinas). Fuente: Archivo Clarín
222
67 - Clarín, 11 de junio de 1982. Fotógrafo: no identificado (según la investigación, fotógrafo de Télam en Malvinas). Fuente: Archivo Clarín
68- Clarín, 6 de junio de 1982. Fotógrafo: Roberto Ruiz. Fuente: Archivo Diario Clarín.
223
69- Clarín, 14 de junio de 1982. Fotógrafo: Ismael Gómez. Fuente Archivo Clarín
70- Clarín, 14 de junio de 1982. Fotógrafo: Ismael Gómez. Fuente: Archivo Clarín
224
71 - La Naciรณn, 19 de Junio de 1982. Fotรณgrafo: Radiofoto de UPI para La Naciรณn. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
72- La Naciรณn, 20 de Junio de 1982. Fotรณgrafo: Radiofoto de DYN. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
225
73 - Clarín, 19 de junio de 1982. Fotógrafo: Ismael Gómez. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
74- Clarín, 19 de junio de 1982. Fotógrafo: Ismael Gómez. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
226
75- La Nación, 19 de Junio de 1982. Fotógrafo: Foto de DYN para La Nación. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
76- Clarín, 21 de junio de 1982. Fotógrafo: Agencia UPI. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
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77- Clarín, 23 de junio de 1982. Fotógrafo: Agencia DYN. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
78- Clarín, 18 de junio de 1982. Fotógrafo: Ismael Gómez. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
228
79- Clar铆n, 18 de junio de 1982. Fot贸grafo: Agencia AP. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
80- Clar铆n, 19 de junio de 1982. Fot贸grafo: Agencia AP. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso Nacional.
229
81 - Gente, 1º de abril de 1982, Año XVII, N° 871.Tapa. Fotógrafo: desconocido. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
82 - Siete Días, 31 de marzo de 1982. Fotógrafo desconocido. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
230
83 - Gente, 8 de abril de 1982, A帽o XVII, N掳 872. Tapa. Fot贸grafo Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
84- Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
231
85 - Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
86 - Gente, 8 de abril de 1982 Fot贸grafo Rafael Wollmann(Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
232
87- Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo Rafael Wollmann(Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
88- Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo Rafael Wollmann(Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
233
89 - Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
90 - Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo Rafael Wollmann(Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
234
91 - Siete Días, 5 de abril de 1982. Tapa N° 773, Año XIV. Fotógrafo: en Malvinas Eduardo Núnes y Daniel León. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega.
92 - Siete Días, 5 de abril de 1982. Fotógrafos: en Malvinas Eduardo Núñez y Daniel León, en Puerto Belgrano: Diego Rueda y Alfredo Willimburg. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
235
93- Siete Días, 5 de abril de 1982. Fotógrafos: en Malvinas Eduardo Núñez y Daniel León, en Puerto Belgrano: Diego Rueda y Alfredo Willimburg. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
94 - Siete Días, 5 de abril de 1982. Fotógrafos: en Malvinas Eduardo Núñez y Daniel León. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
236
95 - Siete D铆as, 5 de abril de 1982. Ilustraci贸n: Julio Freyre. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
96- Siete D铆as, 5 de abril de 1982.Fot贸grafo: Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
237
97- Siete Días, 5 de abril de 1982. Fotógrafo: en Puerto Belgrano: Diego Rueda y Alfredo Willimburg. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
98 - Siete Días, 5 de abril de 1982. Fotógrafos: en Malvinas Eduardo Núnes y Daniel León. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
238
99 - Siete D铆as, 5 de abril de 1982. Fot贸grafo Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
100 - Siete D铆as, 5 de abril de 1982. Fot贸grafo Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
239
101 - Siete Días, 5 de abril de 1982. Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
102 - Siete Días, 5 de abril de 1982. Fotógrafo: Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
240
103- Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo: Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
104 - Gente, 22 de abril de 1982. Fot贸grafo: T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
241
105- Gente, 22 de abril de 1982. Fot贸grafo: T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
106- Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
242
107 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
108- Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
243
109- Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
110- Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
244
111 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Rafael Wollmann. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
112 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Roberto Gilli Fern谩ndez (soldado). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
245
113 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Rafael Wollmann (Agencia ILA). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
114- Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida y Simon Winchester. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
246
115- Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Simon Winchester. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
116- Gente, 8 de abril de 1982. Fot贸grafo: Agencia ILA . Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
247
117 - Gente, 22 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
118 - Gente, 22 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
248
119- Gente, 15 de abril de 1982.A帽o XVII, N掳 873. Tapa. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
120 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
249
121 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
122 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
250
123 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
124 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
251
125 - Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: Archivo Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
126- Gente, 22 de abril de 1982. Fot贸grafo: T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
252
127- Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
128- Gente, 22 de abril de 1982. Fot贸grafo: T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
253
129- Gente, 29 de abril de 1982, Año XVII, N° 875. Tapa. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
130– Siete Días, 28 de abril de 1982, Año XIV, N° 776. Tapa. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo de la autora.
254
131 - Siete Días, 5 de mayo de 1982. Año XIV, N° 777. Tapa. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
132- Siete Días, 5 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
255
133- Siete Días, 5 de mayo de 1982. Fotógrafo: Ignacio Corbalán. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
134- Siete Días, 5 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
135 - Siete Días, 5 de mayo de 1982. Fotógrafo: Ignacio Corbalán. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
256
136 - Siete D铆as, 5 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
137 - Siete D铆as, 5 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
257
138 - Siete Días, 5 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
139 - Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: Martín Sgutt, sobreviviente del hundimiento del Crucero ARA Gral Belgrano. Fuente: familia de Mariano Vega
258
140 - Siete D铆as, 12 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: familia de Mariano Vega
141 - Siete D铆as, 12 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no idntificado. Fuente: familia de Mariano Vega
259
142- Siete D铆as, 5 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
143- Siete D铆as, 5 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
260
144 - Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado, probablemente de Télam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
145- Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado, probablemente de Télam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
261
146- Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: Télam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
147 - Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
262
148 - Siete Días, 12 de mayo de 1982. Ilustración: A. Tanoira. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
149 - Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
150 - Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
263
151 - Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado, probablemente de Télam. Fuente:Archivo familia de Mariano Vega
152 - Siete Días, 12 de mayo de 1982, Año XIV, N° 778. Fotógrafo: no identificado, probablemente de Télam. Fuente:Archivo familia de Mariano Vega
264
153 - Siete Días, 12 de mayo de 1982. Fotógrafo: Télam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
154- Gente, 13 de mayo de 1982. Fotógrafo: Martín Sgutt, sobreviviente del hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
265
155- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
156- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Gerardo Prego. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
266
157- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
158 - Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Mart铆n Sgutt, sobreviviente del hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
267
159- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Mart铆n Sgutt, sobreviviente del hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
160- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Mart铆n Sgutt, sobreviviente del hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
268
161 - Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Mart铆n Sgutt, sobreviviente del hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
162 - Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
269
163- Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
164- Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
270
165- Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
166 - Gente, 29 de abril de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
271
167 - Gente, 29 de abril de 1982. Fot贸grafo: cablefoto de la TV inglesa. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
168 - Gente, 29 de abril de 1982. Fot贸grafo: T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
272
169 - Gente, 13 de mayo de 1982, Año XVII, N° 877. Tapa. Fotógrafo: Martín Sgutt, sobreviviente del hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
170 - Gente, 6 de mayo de 1982. Ilustración: Freire. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
171 - Gente, 13 de mayo de 1982. Fotógrafo: probablemente de Télam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
273
172 - Gente, 6 de mayo de 1982. Ilustraci贸n: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
173 - Gente, 6 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
174 - Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
274
175 - Gente, 8 de abril de 1982 Fot贸grafo: Agencia ILA. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
176- Gente, 15 de abril de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
275
177- Gente, 15 de abril de 1982. Fotógrafo: Atlántida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
178- Gente, 22 de abril de 1982. Año XVII, N° 874. Tapa. Fotógrafo: Atlántida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
276
179- Gente, 29 de abril de 1982. Fotรณgrafo: Atlรกntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
180- Gente, 6 de mayo de 1982 Anexo. Fotรณgrafo: Fuente: Fotรณgrafo: no identificado. Archivo familia de Mariano Vega
181 - Gente, 6 de mayo de 1982. Fotรณgrafo: Hugo Lazanidis. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
277
182 - Gente, 6 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
183- Gente, 6 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
184- Gente, 6 de mayo de 1982. Ilustraci贸n: Atl谩ntida. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
278
185- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente de T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
186- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
279
187- Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
188- Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
280
189 - Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
190- Gente, 20 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
281
191 - Gente, 6 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente de archivo. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
192 - Gente, 29 de abril de 1982. Ilustraci贸n: Freire. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
193- Gente, 6 de mayo de 1982. . Ilustraci贸n: Freire. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
282
194- Gente, 6 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
195 - Gente, 13 de mayo de 1982 Fotógrafo: Eduardo “Pollo” Farré de Télam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
283
196 - Gente, 20 de mayo de 1982. Ilustraci贸n: Freire. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
197- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
284
198- Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente de T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
199 - Gente, 13 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente de T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
285
200 - Siete Días, 26 de mayo de 1982, Año XIV, N° 780. Tapa. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
201- Siete Días, 26 de mayo de 1982. Fotógrafo: no identificado, probablemente de Télam.Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
286
202- Siete Días, 26 de mayo de 1982. Fotógrafo: Kichul Bae. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
203 - Gente, 27 de mayo de 1982, Año XVII, N° 876. Tapa. Fotógrafo: No identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
287
204- Gente, 27 de mayo de 1982. Fotógrafo: No identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
205- Gente, 27 de mayo de 1982. Fotógrafo: No identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
206 - Gente, 27 de mayo de 1982. Fotógrafo: gentileza Diario Clarín (Fuerza Aérea Argentina). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
288
207- Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
208- Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
209- Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Ministerio de Defensa Brit谩nico. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
289
210- Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
211 - Gente, 27 de mayo de 1982. Ilustraci贸n: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
212 - Siete D铆as, 26 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
290
213 - Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Marcelo Figueras, Julio Giustozzi y no identificados. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
214 - Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Marcelo Figueras y no identificados. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
291
215 - Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Humberto Speranza. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
216 - Gente, 3 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
292
217 - Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: Julio Giustozzi. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
218- Gente, 3 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente de T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
293
219 - Gente, 3 de junio de 1982. Fot贸grafo: Oscar Mosterin. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
220- Gente, 3 de junio de 1982. Fot贸grafo: Jorge Salto (la foto de los pilotos). Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
294
221 y 222 - Gente, 3 de junio de 1982. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
223 - Gente, 3 de junio de 1982. Fotógrafo: Oscar Mosterin. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
224- Siete Días, 26 de mayo de 1982. Fotógrafo: Daniel León. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
295
225 - Siete Días, 26 de mayo de 1982. Fotógrafo: Daniel León. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
226 - Siete Días, 9 de junio de 1982 Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
296
227 - Siete Días, 9 de junio de 1982 Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
228 - Siete Días, 9 de junio de 1982, Año XV, N°782. Tapa. Fotógrafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
297
229- Siete D铆as, 9 de junio de 1982 Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
230- Siete D铆as, 9 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
298
231 - Siete D铆as, 9 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
232- Siete D铆as, 9 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
299
233 - Siete D铆as, 9 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
234- Gente, 27 de mayo de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente de T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
300
235 - Gente, 3 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
236 - Gente, 3 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
301
237- Gente, 3 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
238- Gente, 3 de junio de 1982. Ilustraci贸n: JM Garc铆a Kuerva. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
302
239- Gente, 3 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
240- Gente, 3 de junio de 1982- Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
303
241 - Gente, 3 de junio de 1982- Fot贸grafo: Oscar Mosterin. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
242- Gente, 3 de junio de 1982- Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
304
243 - Gente, 10 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
244- Gente, 10 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente de T茅lam. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
305
245 - Gente, 10 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
246 - Gente, 10 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente el ingl茅s Martin Cleaver. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
306
247 - Gente, 10 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
248- Gente, 10 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
307
249- Gente, 10 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado, probablemente el ingl茅s Martin Cleaver. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
250 - Gente, 17 de junio de 1982. Fot贸grafo: archivo. Fuente : Archivo familia de Mariano Vega
308
251- Gente, 17 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
252 - Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
309
253- Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
254 - Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
310
255 - Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
256- Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
311
257 - Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
258- Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
312
259- Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
260 y 261 - Gente, 24 de junio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
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262- Gente, 1掳 de julio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
263 - Gente, 1掳 de julio de 1982. Fot贸grafo: no identificado. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
314
264- Fotógrafo: Eduardo Pollo Farré, Agencia Télam en Malvinas durante la guerra de 1982. Fuente: Fototeca de ARGRA
265 – Fotógrafo: Daniel García, agencia AFP (en 1982 trabajaba para DyN).Fuente: Daniel García – AFP
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266- Fotógrafo: Don Rypka para Agencia UPI. Fuente: Archivo fotográfico diario Clarín.
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267 – Fotógrafo: Agencia AP. Fuente: Archivo fotográfico diario Clarín
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268 – Fotógrafo de Agencia Télam. Fuente: Archivo fotográfico diario Clarín
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269 – Fotógrafo de Agencia Télam. Fuente: Archivo fotográfico diario Clarín
270 – Fotógrafo: soldado, no identificado. Fuente: Fuerza Aérea y Comisión de familiares de ex combatientes.
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271 - Fotógrafo: soldado, no identificado. Fuente: Fuerza Aérea y Comisión de familiares de ex combatientes
272 - Fotógrafo: soldado, no identificado. Fuente: Fuerza Aérea y Comisión de familiares de ex combatientes
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273 - Fotógrafo: soldado, no identificado. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
274 - Fotógrafo: soldado, no identificado. Fuente: Fuerza Aérea y Comisión de familiares de ex combatientes
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275 - Fotógrafo: soldado, no identificado. Fuente: Fuerza Aérea y Comisión de familiares de ex combatientes
276 - Fotógrafo: soldado, no identificado. Fuente: Fuerza Aérea y Comisión de familiares de ex combatientes
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277 - Fotógrafo: soldado, no identificado. Fuente: Fuerza Aérea y Comisión de familiares de ex combatientes
278 - Fotógrafo: Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
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279 - Fotógrafo: Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
280 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
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281 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
282 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
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283 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
284- Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
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285 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
286 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
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287 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
288 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
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289 – Fotógrafo: Ian Howat, Airlines.net. Fuente Comisión de familiares y ex combatientes de Malvinas
290 - Fotógrafo: Ian Howat, Airlines.net. Fuente Comisión de familiares y ex combatientes de Malvinas
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291 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
292 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
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293 - Fotógrafo: Personal de Fuerza Aérea. Fuente: Asociación Bahía Agradable - Fuerza Aérea
294– Gente, 8 de abril de 1982. Fotógrafo: Rafael Wollmann, Agencia ILA y Archivo de las FFAA. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
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295 – Gente, 8 de abril de 1982. Fotógrafo: Rafael Wollmann, Agencia ILA. Fuente: Archivo familia de Mariano Vega
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Documento del TOAS* 15 de mayo de 1982 Al Comité Militar: Con fecha 13 del corriente expresé mi apreciación sobre la situación en el teatro del Atlántico Sur y también lo hizo el señor Jefe del Comando Aéreo Estratégico. Al presente si bien dado el poco tiempo transcurrido no se han producido variaciones importantes a lo entonces expuesto, se han agudizado algunos síntomas, se ha tenido mejor información que hace factible un análisis más preciso. Por lo dicho creo necesario expresar esta apreciación por escrito para que los miembros del Comité puedan mantenerla como elemento de consulta. 1) Apreciación de los hechos acaecidos La ocupación de las islas fue realizada de acuerdo a los planes establecidos con muy pocas bajas y pudiendo alcanzarse todos los objetivos. Ello creó una sensación de seguridad en las propias capacidades tanto a las fuerzas propias como al público en general. La reacción británica si bien enérgica en las declaraciones y aprestos no fue efectiva inicialmente pese a la proclamación de la zona de exclusión. No se produjeron ataques a la navegación propia no obstante la casi segura presencia submarina en el área. Este período permitió una concentración masiva de efectivos en las islas por modo aéreo sin restricciones. El apoyo logístico por medios marítimos no fue paralelamente implementado entre otras cosas por la declaración existente de la zona de exclusión. No obstante, el desarrollo de los medios en tierra pareció correcto, el espíritu fue excelente, y por lo tanto se mantuvo muy alta la sensación de seguridad en lo militar y el ámbito general.
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La primera acción inglesa importante del día primero de mayo pareció ser un intento de invasión que fuera exitosamente rechazado por las fuerzas propias. Se apreciaron serias bajas en la acción enemiga tanto por fuego aéreo como por la acción de los propios medios aéreos. La apreciación actual de este comandante de teatro es que tal intento e invasión no existió sino que fue una demostración realizada con el propósito intimidatorio de sondeo de nuestras capacidades y de práctica general para la fuerza enemiga. Esta apreciación se basa en: El enemigo ha demostrado en todas sus acciones anteriores y posteriores, actuar con suma prudencia, con gran masa de efectivos y con buen nivel profesional. Si hubiese sido un intento real de invasión ninguna de estas características estaría cumplida. No aparecieron pese a las búsquedas y rastreos ningún resto de embarcaciones, botes, helicópteros, personal vivo o muerto ni ninguna otra evidencia del citado desembarco. No aparecieron restos materiales ni humanos de ningún helicóptero ni avión derribado. En resumen esta supuesta invasión rechazada y las supuestas importantes pérdidas infligidas al enemigo reafirmaron nuestro optimismo y los medios masivos de difusión enfervorizaron al público que vio un fácil triunfo argentino y una gran capacidad de nuestras fuerzas. El enemigo replegó sus fuerzas, continuó recibiendo refuerzos y completando sus medios y posiblemente estudiando y evaluando los modos de acción. Es lógico que esta fuerza que había zarpado con urgencia necesitara un período de análisis y evaluación en el área de operaciones, organizar las fuerzas que se le iban incorporando y además recibir las directivas políticas para la acción.
334
Así pasaron los días 2 al 4 de mayo sin acciones. Se produce casi simultáneamente el hundimiento del crucero General Belgrano y el ataque al aviso Sobral. Ambos hechos muestran al mismo tiempo una buena capacidad para la acción y una moderación en los efectos buscados. Se hundió al Belgrano pero no a los dos destructores que lo acompañaban. Se atacó al Sobral pero no se intentó perseguirlo y hundirlo como se lo podría haber hecho. El muy exitoso ataque al destructor Sheffield permitió a las fuerzas propias y al público aceptar los hechos anteriores. Estos se convirtieron así no en un signo de debilidad sino en un estímulo del espíritu de lucha. El enemigo nos atacó e hirió pero supimos y pudimos vengar nuestros muertos. La evidencia del peligro de los submarinos nucleares sumado a la extensión de la zona de exclusión y de la voluntad enemiga de aplicar su capacidad de acción hizo replegar nuestras fuerzas de superficie. En las sucesivas etapas de este repliegue se han tenido evidencias ciertas de la presencia próxima de submarinos enemigos listos a actuar de salirse a aguas profundas. Nuestros submarinos han tenido evidencia del mal desempeño de los torpedos propios. Las oportunidades en que se concretaban ataques se vieron así frustradas, lo que anula esta arma por el momento. Existen evidencias y otros síntomas del mal desempeño de las bombas utilizadas en ataques aéreos de nuestros aviones. La capacidad de producir daños mediante ataques aéreos a fuerzas navales se evidencia como muy baja pese al elevado costo. Los aviones Super Etendart no tienen capacidad logística para acciones sucesivas. Durante los últimos 10 días el enemigo lentamente ha ido incrementando su accionar y efectivizando el bloqueo de las islas naval y aéreo. Ello se demuestra en los siguientes hechos: el ataque al Narwal, la eficiencia en el rescate de los náufragos y la destrucción del Puma que acudió en su ayuda. Esta acción demuestra capacidad de medios y eficiencia de ejecución. 335
El Narwal interfería la libertad de acción al informar de sus movimientos. La persistencia de los ataques a las pistas de Puerto Argentino y Darwin como medio de anular la capacidad de respuesta al accionar e sus helicópteros y del uso de facilidades para el apoyo logístico. El ataque del sábado 15 a la pista aeronaval hasta entonces indetectada demuestra que se ha procedido a un relevamiento aéreo de las instalaciones con medios apropiados. Se realizó una operación nocturna con desembarco de spotters, ataque con helicópteros y retirada sin bajas. El ataque se inició sin que se hubiera obtenido ningún preaviso y el o los buques atacantes se retiraron antes de que fuera posible alguna reacción desde el continente. La acción contra la pista de la estación aeronaval denominada Payanca o Calderón en la isla de Elefante, en el extremo noroeste, más la acción anterior en el estrecho de San Carlos, evidencia que el enemigo dispone de información adecuada en tiempo y oportunidad y que puede realizar operaciones nocturnas o con baja visibilidad con eficiencia y bajo riesgo. La presencia enemiga se ha ido haciendo más asidua y permanente lo que sumado a las naturales restricciones metereológicas hacen el apoyo logístico aéreo reducido y aleatorio. La capacidad enemiga de acción aeronaval nocturna
y
diurna
portahelicópteros
de
mediante ataques
submarinos
de
y
hace
aviones
alta
velocidad,
casi
buques
impracticable
el
aprovisionamiento de las islas por modo marítimo. Los buques con una velocidad no mayor de 16 nudos estarán expuestos durante muchas horas al ataque enemigo. Si se enviaran simultáneamente varios buques éstos podrían ser batidos sucesivamente y el porcentual de los que pudiesen arribar se estima sería muy pequeño y las pérdidas de bienes y personales difíciles de aceptar.
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Los daños que hasta el presente se han infligido al enemigo son de difícil apreciación. No obstante la carencia de evidencias ciertas de bajas, excepto de un avión Harrier y del hundimiento del Sheffield hacen pensar que las apreciaciones iniciales fueron optimistas. No obstante ello son las que han quedado en el ánimo popular y de gran parte de las fuerzas. 2) Análisis de las capacidades retenidas del enemigo Este comando no tiene una apreciación clara de la urgencia política del enemigo en definir la situación. No obstante está claro que ya ha soportado sin inconvenientes una duración del conflicto de 45 días. También es un hecho que aún hay fuerzas en etapa de implementación y traslado, lo que indicaría una posibilidad de prolongación de las operaciones. Los medios de apoyo logístico movilizados son de una importancia tal que implica una gran voluntad y capacidad de persistencia. El apoyo electoral logrado a la política de fuerza parecería permitir al gobierno británico una nueva libertad de acción en particular mientras no sufra bajas importantes. El eventual retiro de las sanciones económicas de la CEE si bien nos favorecería en lo general, no implica un cambio en lo militar, ni una presión directa contra Inglaterra. El Parlamento europeo y la NATO no parecen que hicieran objeciones a la duración del conflicto. En resumen parecería que el enemigo dispone de una adecuada libertad de acción en cuanto al momento de implementar los modos de acción que hubiese seleccionado. Este Comando de teatro retiene como capacidades del enemigo en orden de peligrosidad: mantener y perfeccionar el bloqueo del archipiélago haciendo simultáneamente acciones de hostigamiento. Esto podría mantenerlo hasta el agotamiento de nuestra capacidad de resistencia que puede haber sido 337
apreciada por su propia inteligencia. Si el anterior no diera resultado o la evolución política así lo impusiera, realizar desembarcos de magnitud media de 200 a 800 hombres en zonas no defendidas de las islas y aprovisionados en particular mediante acciones nocturnas con baja visibilidad. Esto le daría a bajo costo una presencia efectiva en el archipiélago y un cumplimiento parcial de su misión. Podría así esperar un mayor desgaste de nuestro potencial total no solo en las islas sino también en el continente al producirse combates por el apoyo de ambos contendientes a las fuerzas propias. Solo en el caso de necesitar una definición acelerada se intentará un ataque a la zona de Puerto Argentino cuando nuestra propia capacidad de acción esté muy disminuida. Conclusiones Se deben mantener una muy actualizada estimación de nuestra situación militar tanto en el archipiélago como en el Teatro y continente para evaluar correctamente la propia capacidad de negociación. Para ello el Comité Militar debe mantener la situación de este Teatro, del Comando Aéreo Estratégico y de las reservas militares. Se debe llevar una acción psicológica que destaque la seriedad del compromiso asumido, la magnitud de las fuerzas de oposición, las pérdidas materiales y humanas previsibles y que inexorablemente el conflicto deberá resolverse mediante una solución negociada. Esta acción se debiera iniciar a la mayor brevedad a fin de lograr que se atempere el actual sentido triunfalista de algunas manifestaciones que hará más difícil la aceptación por las propias fuerzas y por el público en general, de los sacrificios de la acción militar y/o la aceptación de los términos de la negociación cualesquiera ellos sean. 338
Evaluar la influencia que para el sostén logístico tienen los apoyos externos para ambos contendientes, en particular de Estados Unidos para el enemigo y de otros países latinoamericanos para nosotros. En este caso, la factibilidad de que dicho apoyo sea en aquellos elementos críticos como aeronaves y misiles. Vicealmirante Juan José Lombardo Jefe del Teatro de Operaciones Atlántico Sur (TOAS)
*Fuente: Cardoso, Oscar, Kirschbaum, Ricardo, y Van Der Kooy, Eduardo, “Malvinas. La trama secreta”, Buenos Aires, Editorial Planeta, 1984. pp. 346-349.
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Entrevista a Silvio Zuccheri - 8 de Agosto de 2006 Silvio Zuccheri: La historia tiene su anécdota. Cuatro socios formamos una agencia que se llamó ILA, Imagen Latinoamericana, la marca la sigo sosteniendo hoy día yo. Formamos esa agencia porque fuimos despedidos de Editorial Atlántida el día 23 de diciembre de 1981. Nos juntamos y formamos una agencia fotoperiodística que en esos años no existía, como independiente. Había habido algunos intentos pero habían fracasado y nosotros apostábamos a que nos podía ir muy bien. La agencia fue conformada a iniciativa de Tito Lapena por Eduardo Bottaro, Rafael Wollmann (RW) y yo. La manera de subsistir que nos pareció más conveniente en ese momento fue proponernos como corresponsales de agencias internacionales conociendo la capacidad de distribución internacional de GAMMA fue que nos propusimos a ellos como corresponsales en América del Sur. Esto llevó una serie de trámites, de días, en aquel momento no había internet y las comunicaciones eran difíciles o por ahí no difíciles pero no tan fáciles como hoy día. Entonces nos llevó unos días hasta que nos pusimos de acuerdo en que podríamos serlo si presentábamos un sumario de notas a realizar y que a ellos les interesara. Querían conocer la capacidad nuestra para hacer las fotos e intelectual, por así decirlo. Capaces de desarrollar los temas y que éstos fueran interesantes. Entre los temas propuestos en aquel momento, por ejemplo, estaba en auge Sendero Luminoso en Perú, algunas historias que se nos ocurrieron en ese momento en Paraguay y como dato anecdótico propusimos cubrir las Malvinas, que nos preguntan qué es eso y les tuvimos que contestar que eran las Falklands. A la manera de National Geographic, los pajaritos, las ovejas... ¿Por eso estaba RW haciendo flora y fauna en ese momento? Claro.
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¿Por qué fue en marzo?¿Tenían datos de lo que iba a suceder? No, de ninguna manera. Fuimos sospechados de tener datos. Porque era una casualidad. Gracias a Dios eran infundadas las sospechas porque nosotros no teníamos nada que ver con el régimen de ese momento. La historia fue que se interesan en principio por esas islas en GAMMA. Así que fue la primera cobertura que hicimos a nivel internacional, intentando ser corresponsales. Eso era la primera prueba que íbamos a tener. Hicimos unos contactos porque justamente en junio del 81 yo había estado en la Base Esperanza haciendo una nota para la revista Gente y había conocido personal del Ejército, un Teniente Coronel a quien fui a ver para que nos consiguiera la posibilidad de ingresar a Malvinas porque en ese momento no había pasaporte válido, más que una tarjeta blanca que se emitía conjuntamente entre la Embajada Inglesa y la Cancillería Argentina. Con esa influencia, porque me había ido muy bien en ese viaje, porque había sido un viaje de tres días que se convirtió de 12 días por razones climatológicas porque el avión no podía regresar a la Base, así que había estado compartiendo días y bastante horas con esta gente en buenos términos. Le llevé una foto de regalo que había hecho en junio y ellos consiguieron a través de un vericueto esta tarjeta blanca. Y designamos en ese momento a RW porque su inglés era el de más alto rango dentro de los componentes de la agencia. Así que él viaja, si yo mal no recuerdo, alrededor del 20 de marzo, más o menos. La idea era que viajaba en un avión de LADE, Líneas Aéreas del Estado, era un avión de la Fuerza Aérea, que cumplía con el intercambio con la isla semanalmente. Iba un miércoles y regresaba un jueves. Entonces, la idea era que permaneciera en la isla durante una semana contactando al Gobernador, a los petreles, a las ovejas, a los moradores, yendo a alguna estancia para hacer la vida de campo. Y en esos días Crónica publica una tapa diciendo que hubo un enfrentamiento entre marinos argentinos en Las Georgias y unos balleneros ingleses. Mucho no sabíamos ni entendíamos de qué se trataba. Pero suponíamos que si eran ingleses, la repercusión podría ser notable, visible en la isla. Y con gente de Fuerza Aérea, argentinos en la 341
isla, más un periodista podía ser que hubiera una... En ese momento, nos llama RW desde la isla diciendo que ya tenía todo cubierto. Que tenía fotos de los pajaritos, del gobernador vestido a la usanza inglesa, o sea con su atabismo de un gorro con plumas y su auto inglés, que estaba completo. Y nosotros le pedimos y finalmente le exigimos que se quedara, porque él se quería volver. Había estado una semana y había trabajado para resolver las historias y estaba listo para volverse. O sea, que lo demás era quedarse una semana sin hacer nada. Entonces en esas comunicaciones de radio teléfono -adelante/cambio- a través de un teléfono le pedimos, le dijimos que seguramente iba a suceder alguna historia con la delegación de LADE. El desestimaba esa posibilidad porque decía: "Vos no conocés a los Kelpers, estos no se van a mover para..." En estas circunstancias en las que uno estaba poniendo el dinero para la cobertura, también se medía eso. Cuánto podíamos llegar a gastar y cuánto podíamos recuperar
si eventualmente se vendiera una nota de los pajaritos de las islas
Malvinas. Entonces con Tito Lapena nos pusimos rígidos y le dijimos: Quedáte una semana más. No teníamos otra cosa que hacer y una semana más de hotel no nos hacía demasiado al bolsillo. Y se quedó. Esto lo habremos hablado con él el día 28 o 30 cuanto más. Entonces, lo que hizo, como otra nota agregada, en el avión que debía regresar mandó los rollos de lo que había hecho. Estamos hablando de películas y diapositivas. Así que el comandante del avión de LADE traía los rollos y él nos anticipó eso por radio teléfono. Fuimos al aeropuerto. Lo normal de aquella época era ir al mostrador, presentarse, decir: vengo a buscar algo que el Comandante trae en la mano. La chica se hace la distraída, el Comandante no aparece y no aparecen los rollos. Entonces estábamos desesperados porque ese material era el que nos aseguraba ser corresponsales de GAMMA en la Latinoamérica en ese momento. Así que movimos lo que pudimos y llegamos a contactarnos con Fuerza Aérea, Jefatura II de Fuerza Aérea, que es Inteligencia. Nos citaron en el edificio Cóndor y allí en una charla muy coloquial con el Jefe de Inteligencia, nosotros no teníamos idea del nivel en que estábamos, suponíamos por lo pesado del despacho, muy inglés, el escritorio, la 342
boisserie. Entonces el tipo nos indaga para ver quiénes somos nosotros, por qué estamos tan interesados en eso, que el Comandante le dijo que traía algo pero que no lo había podido dejar en Aeroparque... eran todas mentiras. Los rollos los tenían ahí y los estaban revelando. Querían saber quiénes éramos nosotros porque estábamos en el día 1º de abril. Así que ellos estaban sabiendo lo que pasaba y se daban cuenta que nosotros éramos unos perejiles que no teníamos idea de lo que estábamos haciendo. En ese momento, cuando nos mostraba las fotos le digo: "Además, RW nos manda un cassette con las entrevistas que hizo para volcar en la nota". Me dice – “no se preocupe”. Saca una hoja con todo desgrabado. Habían hecho todo para ver si los ayudaba a ver que alguien sabía lo que estaba por suceder. Así que a la tarde nos llegaron los rollos revelados por el mejor laboratorio de Sudamérica que pudimos conocer y estuvimos departiendo con un teniente de Aeronaútica y a la noche estábamos entregando esos rollos en Ezeiza para que fueran a Francia. Además, al mismo tiempo estábamos entregando ese material en la Revista Siete Días que tenía mucho interés en publicarlo. Suponemos que porque el Director de ese momento era un ex integrante de la Marina, de manera que supongo yo que con el correr del tiempo nos dimos cuenta que este hombre estaba sabiendo que algo iba a pasar con las Malvinas por eso le interesaba publicar un fotoreportaje en Malvinas que no era ni muy importante ni el único. ¿Quién era el Director de Siete Días? Me parece que se llamaba Camara o Camera, no puedo recordar bien. Es algo parecido. Y a la noche le estábamos entregando fotos a un corresponsal de "Veja" una revista brasilera y que tenía algún interés en publicar algunas fotos de la economía y las islas. Como eran fotos frescas, las compraban. Los corresponsales trabajaban en ese momento casi todos en un edificio de la calle Corrientes al 300 con télex. Mientras él preguntaba con télex cómo era el artículo para comprar las fotos, llamo por teléfono a casa y mi mujer me dice que Radio Colonia está diciendo que Argentina va en 343
invadir Malvinas. Así que se las dí al brasilero, el precio aumenta, es todo una cuestión así que... ¿Por qué habían elegido Malvinas para esa nota para GAMMA? Porque en realidad no sabíamos qué tema poner. Teníamos Sendero Luminoso, teníamos el último tren a vapor que estaba en Paraguay. Y nosotros mismos de Malvinas conocíamos nada, entonces decíamos si nosotros no conocemos nada, el mundo conoce menos. Entonces, puede ser una nota interesante como el más recóndito lugar del planeta donde Inglaterra tiene una colonia. Nada más que por eso, no teníamos ningún otro interés. Así que, RW estaba allá. El escuchó por radio, por el circuito cerrado de radio que era un cable que atravesaba todas las casas que el gobernador informaba que anticipaba una invasión de las fuerzas argentinas en las islas. Creo que ellos tenían 40 hombres, soldados entregados al dolce farniente. De manera que para la invasión argentina, esos 40 soldados no eran nada. El gobernador le pide a RW y a otro periodista que estaba en la isla, que era un inglés, cuyas fotos se conocieron mucho mas tarde y prácticamente fueron desestimadas, porque la condición de reportero gráfico de RW contra la de un periodista que saca fotos se evidenciaba en la calidad de las tomas. Es cierto que estaba, pero no recuerdo su nombre. El gobernador les pide que dejen el hotel y los aloja en la casa de huéspedes del Gobernador. Una casa que estaba aledaña a la residencia oficial. Así que RW en la madrugada vio desde esa ventana la llegada de las fuerzas argentinas a la casa del Gobernador y pudo registrar lo que fue el primer muerto de las islas que fue el cadáver del capitán Giachino. Que en el tiroteo tuvo la mala suerte que le dieran un balazo, porque fue un tiroteo inútil. Totalmente innecesario porque sabían que las fuerzas argentinas eran mucho mayores y lo que deberían haber hecho era rendirse. Pero bueno...se tirotearon un poco. Y esa foto es en la que se ve desde arriba un jeep saliendo con un cuerpo. Esto es lo que yo sé y paralelamente a eso de las 6 de la mañana me llaman por teléfono a casa y es el Jefe 344
de la Editorial Atlántida, de Fotos, Eduardo Forte, que nos había echado a todos porque había llegado un período de racionalización de la empresa. Nos echaban a los que éramos más jóvenes dentro de la empresa. Los más recientes tomados entonces se quedaban con el plantel base. Yo creo que tenía 2 años, 2 años y medio dentro de la empresa. Hubo, creo 5 o 6 despidos. Entonces me llama y me dice quiero todas las fotos que tiene RW. Yo no tengo idea de qué es lo que tiene porque habíamos hablado hacía 2 días con él. Yo voy para allá. Vamos en un avión a Malvinas y te queremos llevar. Me llevaban de garantía para que yo negociara que ellos fueran los primeros en tener las fotos. En realidad, cuando nos subimos a un Lear Jet y nos estábamos yendo, cerca de Comodoro Rivadavia dos cazas se nos ponen al lado y le dicen al piloto que baja o lo bajan. Así que bajamos en Comodoro el día 2 y el día 3 la Fuerza Aérea dispuso un avión para toda la prensa que se había movido hasta allá. Entonces, nos metieron adentro de un avión y nos llevaron. Ahí me encuentro con Rafael, me cuenta qué es lo que tiene. Fuimos 40 periodistas, en realidad. El encuentro allá fue un encuentro que quedó mas allá de negociar en ese momento. Eduardo Forte decía que quería las fotos, nosotros le decíamos "guacho nos echaste, sabés lo que vas a sufrir para tener las fotos". En realidad, nosotros teníamos un concepto de cómo se debían manejar las cosas y yo sabía que esto se podía manejar entre La Semana, que competía con Gente y Siete Días. Entonces no le daba un sí concreto. Y cuando llegamos a la isla y veo lo que tiene RW, en una solidaridad nunca vista -aunque en casos extremos florece- nos distribuimos entre varios fotógrafos los rollos de RW. Que era... un fotógrafo se puede robar un rollo. Pero tenía patas si lo robaba. Nos hicieron la gamba 2 o 3 fotógrafos y trajimos los rollos. Era en realidad para traerlos, ingresarlos a Comodoro en la eventualidad que RW sea detenido por haber estado en la Isla. Durante la dictadura, viajabas a Mendoza, sacabas una foto arriba del avión y cuando llegabas te sacaban el rollo. En los aeropuertos estaba prohibido también. Entonces, conocíamos ese palo y queríamos evitarlo. Llegamos a Comodoro de vuelta con RW. El se quería quedar y 345
había un marino que le decía que se quedara y un personal del Ejército que no se podía quedar. Finalmente ganó el del Ejército. Porque yo llevaba rollos por si quería quedarse y cubrir lo que sucediera. No lo dejaron quedarse. Y el día 3 estaba en Comodoro. Allí empezó la negociación, le mentíamos a los de Atlántida y les decíamos que estábamos entre Siete días y La Semana. Pero en realidad no encontramos a ninguno de ellos, llamábamos a sus casas y no estaban y desde acá Tito Lapena y Eduardo Bottaro los otros socios los buscaban y no los pudimos encontrar. Hicimos lo que se hace en toda negociación, le decimos lo que el otro oferta y... finalmente sabíamos que la mejor boca era Gente, que nos iban a considerar, porque nosotros no habíamos sido malos fotógrafos. La pérdida del trabajo un 23 de diciembre había sido un chubasco de aquellos pero cuando vos trabajás en una empresa que te va bien te parece que es el único lugar que hay para trabajar y la verdad es que la vida nos abrió una puerta. Imagínate, que con esto nosotros tuvimos una repercusión impresionante, quiénes son, quién hizo estas fotos, a quién pertenece. Entonces fuimos conocidos inmediatamente, el mercado argentino lo teníamos porque cualquier revista nos pedía fotos de archivo, o que cubriéramos cosas para no contratar un fotógrafo y nos contrataban part-time. Entonces, finalmente negociamos con Atlántida. Esa noche festejamos con RW, en el comedor del hotel con el mejor vino. Todos nos miraban y no lo podían creer. Y él me contaba todos los pormenores de la guerra. De la invasión porque guerra no había visto. Solo el tiroteo ese. Y me contaba las fotos que tenía. Me decía - “Zuche tengo los ingleses en el piso!”- Y no lo podíamos creer. En ese momento se nos presenta un corresponsal de SIGMA, la empresa con que competía GAMMA. Y tuvimos ahí un tiroteo de palabras, pero en realidad nosotros estábamos comprometidos con la agencia. Y el compromiso con las agencias es normalmente, 50 y 50. Lo que gastás, se reparte y lo que ganás, se reparte. Así que calculábamos que con esto íbamos a tener mucha plata. Y las especulaciones de muchos de nuestros
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colegas que conocían el palo íbamos a tener más que mucho. Y en realidad no tuvimos tanto, tuvimos un bajón y tuvimos que desistir de ser corresponsales. Cuando llegamos acá se revelan los rollos en Atlántida, le damos, como hicimos también en otras ocasiones, le damos a Atlántida la primera visión, o sea revelan, miran y editan lo que ellos quieren y nos quedamos con el resto. Y en este caso, como nosotros sabíamos cómo se debía trabajar. Rafael, en esa nota y nosotros en cualquier otra, hacíamos en lo posible la foto 3 veces, con el motor. Porque entonces, teníamos 3 fotos iguales: una nos quedaba a nosotros, una vendíamos en Argentina y otra iba al exterior. Haciendo ese recorte nos quedan las fotos que inmediatamente las mandamos a Francia. ¿El Ejército o alguien del Gobierno controló lo que había traído Rafael? No, se les escapó. Yo Ejército que quiero saber lo que sale y hago de contralor...se les escapó. ¿Controlaban lo que la revista iba a publicar, es verdad? A medias... la revista les contaba lo que iba a publicar y por ahí agregaban mas fotos. En ese viaje yo estuve el día 3 en Malvinas sacando unas fotitos de "merda" porque eran los soldados argentinos en las islas, algún tanque...pero eso RW lo tenía todo hecho y eso no era relevante. Estaba al lado de Agustín Bottinelli que era el Director de la revista Gente, que me acuerdo que quizo sacarse una foto al lado del mástil con la bandera Argentina y la villa de Puerto Argentino detrás. Se decía que él tenía buen contacto con las Fuerzas Armadas. De ahí a saber cómo era el buen contacto, yo nunca lo supe. ¿El tendría una bajada de línea? ¿El sabía de antemano lo que podían aceptar los militares? Sí, claro.
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Bueno, estas fotos llegan a Francia y se publican. El mismo material. Porque si te ponés a repasar la historia había 5 fotos fuertes: que eran la rendición de los ingleses, el panorama de cómo era el lugar, alguna vista general quiero decir. Y los ingleses tirados en el piso, o los ingleses caminando con las manos en la nuca... y alguna otra que referenciaba Argentina en un lugar que no era Argentina: la bandera Argentina, o un pueblito de gran solaz invadido por un tanque en su camino, o cruzando con un Land Rover circulando por la dirección opuesta, o sea la mano opuesta a la nuestra y ahí se evidenciaba esto. Y dicen que cuando Tathcher vio las fotos tuvo conciencia del grano en el culo que le había metido Galtieri. Que fue eso lo que la subleva y le hace armar una gran contrainvasión. Y yo creo bastante en eso porque una cosa es que te lo cuenten en aquel entonces donde no había referencias, ni sitios web que dijeran Falklands y otra eran las fotos de tus súbditos tirados en el piso por un borracho dictador ¿no? Me imagino que tiene que ser cierto eso que enseguida se dijo que cuando vio las fotos le agarró el raye. ¿Por qué las diferencias en la publicación de las fotos GAMMA, ILA O RW? En realidad hay una nomenclatura internacional que dice que en las fotos debe figurar el autor / la agencia a la que pertenece / la agencia que distribuye. O sea que sería RW/ ILA / GAMMA. Cuando las fotos son vendidas en el exterior, por ejemplo a la India, a India no le importa nada. Pone GAMMA para no tener problemas con la agencia que le vendió las fotos porque siempre se precia que debe aparecer el Copyright. Entonces le ponen GAMMA y está bien. Entonces en esas fotos que nosotros mandamos a GAMMA, ellos le hacían en ese momento 47 copias y las distribuían en 47 bocas que generalmente eran 47 países diferentes porque tenían un medio por cada país donde las vendían. Es cierto que GAMMA tenía en Argentina como cliente la Editorial Atlántida, así que en el paquete de fotos del mes venían las fotos de Malvinas como GAMMA. Así que las de Gente que dicen GAMMA son de RW. Excepto las del día 3, de las cuales podés encontrar de Daniel García, Omar.... no recuerdo el apellido. Que trabajaban en diferentes agencias y como estábamos todos 348
en Comodoro... Son las fotos de un día encapotado, gris, fotos sin contraste y que no hay acción. Nosotros a Gente le vendimos con exclusividad. Nosotros respetamos mucho eso y por eso nos fue bien. En otras circunstancias, por ejemplo, nos contrataban para hacer las tapas de La Semana y de Gente y a ninguna de las dos le decíamos que estábamos trabajando para los otros. No les decíamos ni hacíamos la misma foto. Una vez que se publicaban les decíamos al editor: Mientras hacíamos esto estábamos con esto otro. Para que confiara en nosotros. Y en cuanto a la exclusividad éramos mas que rígidos. Nos llamaban de todos lados para tener las fotos pero la exclusividad la tenía Atlántida para lo cual le habíamos sacado muy buena plata. Entonces no nos enviciábamos con eso, lo que nos favoreció muchísimo. De manera que las fotos esas teóricamente las únicas fotos en Argentina para publicar las tiene Atlántida. Ahora, pasaron tantos años que se pierden los derechos de autor, inclusive no es necesario que se publique el Copyright... en este momento están como de acceso público. ¿Por eso es que RW luego las publicó con su nombre nada más? No, lo que ocurrió es que con RW nosotros tuvimos algunas diferencias. Entonces, en un momento él dejó de pertenecer a la agencia... ¿En el „82 mismo? ¿Porque durante la guerra no se quedó en Comodoro? No. Yo estuve en Comodoro un mes. Después del 3 de abril. Después volví a Buenos Aires, intenté volver pero me quedé en Puerto Belgrano, en Bahía Blanca. En Comodoro no se podía hacer más nada que fotografiar algún movimiento militar que lo hacían para que los fotografiemos porque estábamos ahí. Y de los enfrentamientos, algún fallecimiento alguien que se enterraba en Comodoro. Estuve en algún velorio en Comodoro, fotografiamos la zona, llevaban a los colimbas a practicar para que nosotros les saquemos fotos. Un poco de color.
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En Río Gallegos estaba Eduardo Bottaro que hacía los fogones, los soldados de guitarreada, o escaramuzas. Los marinos omitieron llevar fotógrafos... No! Ellos llevaron fotógrafos pero llevaron un fotógrafo de La Nueva Provincia de Bahía Blanca. Yo tengo entendido es que lo aconteció es que tuvo un inconveniente. Técnicamente trabajó mal y no le sirvieron las fotos. Fue medio terrible. Durante la invasión de la Marina que desembarcó en la costa. RW vio lo otro. Este fotógrafo o reveló mal arriba del barco o algo le pasó que fue un desastre técnico. Y los marinos repartieron una foto como no sé si vos conocés la de Iwo Jima muy parecida pero hecha en el continente diciendo que era hecha en Malvinas. Todo el mundo se cagó de risa porque se notaba que era una copia falaz. Eso fue el hazme reír de todos. No hubo corresponsal de guerra. Supongo que por la misma soberbia y omnipotencia de los militares con que manejaban el gobierno y manejarían todos los estamentos porque para qué necesitamos las fotos...Para la historia se necesitaban, justamente. Fue una pena, realmente, porque nosotros teníamos una formación que a lo mejor otros no tenían. Porque el hecho de haber trabajado en la revista Gente, mejor dicho en la Editorial Atlántida fue para nosotros una formación increíble porque conocimos la fotografía documental que en aquel momento no se practicaba. Y lo que es la imagen de lo cotidiano, de lo que te rodea. Siempre vamos a buscar algo afuera cuando lo que te rodea es riquísimo. De haber estado nosotros allí con la Marina o el Ejército hubiéramos hecho el backstage de la guerra. Este hombre no sé qué es lo que hizo y lo que hizo lo hizo mal y no le sirvió. Creo que la Nueva Provincia publicó algún material de él que después se levantó y se publicó en otro lado porque había una avidez enorme por imágenes. Porque no había más imágenes que las de RW y con el correr de los días perdían vigencia. Se necesitaba algo que evidenciara la guerra, los preparativos de la Fuerza Aérea, los mosquitos, los aviones chiquitos que iban a ras del agua, típicos argentinos, imposible que llegaran porque tenían la hora de vuelo muy restringida respecto del combustible. Podían ir muy en línea recta y volver sin dar ninguna vuelta para que les alcanzara el combustible hasta Ushuaia y los tipos lo 350
hacían. Iban muy a ras del agua, tiraban una bombita y volvían. También, lo que se hacía era fotografiar tratando de mostrar cómo era la fuerza Argentina: la Marina, la Aérea, o los de tierra y a la gente que estaba acá. ¿Para eso no había censura? Censura hubo y mucha porque todos los chicos colimbas que fueron a Malvinas fueron revisados exhaustivamente y si traían un tarro de café lo vaciaban arriba de la mesa buscando rollos para ver si se habían fotografiado entre ellos mismos en la trinchera que hubiera sido un hallazgo. La verdad nunca se encontraron, si es que alguien las tuvo. Yo salí en busca de esas fotos. Si encontraba a alguien que volviera de la isla y que hubiera pasado algún rollo. Yo frené mi búsqueda por otra cosa, pero en realidad nunca aparecieron. Y en el momento en que yo quise ir. Me iba a Bahía Blanca empezaba por ahí mi gira, me iba en un avión -porque se daba todo en conjunto- yo no sé por qué. Y el mismo día íbamos muchos fotógrafos y corresponsales extranjeros que estaban acá. Uno de la agencia GAMMA y en el aeropuerto de Bahía Blanca nos paran a todos. Los fotógrafos somos fácilmente reconocibles por los bolsos con los equipos, entonces nos meten a todos en una sala y nos decían que nos teníamos que volver. Yo empecé a los gritos, que era argentino, no nos podían parar, que era un atropello. Ahí había un tipo, nos revisaron y nos dejaron pasar. Y los demás se volvieron. La idea es que ellos querían ir al Sur, de manera que había censura porque no los dejaron viajar. Hay otra historia que son las fotos del Crucero General Belgrano. A mí me tocó difundirlas. Con suerte, las recibí en la mano y las puse en la prensa. Esas fotos las tomó -si no me equivoco- un Teniente de Navío que se llamaba Martín Sgutt. ¿Cómo te llegaron a vos esas fotos? Todo en la vida es obra de la casualidad, del empuje que uno le ponga, las ganas de encontrarse con algo siempre da sus frutos. Yo fui a Bahía Blanca, una vez que pude 351
pasar del aeropuerto me contacté con la gente que conocía de prensa para ver qué habían estado haciendo, cuáles eran sus contactos, si me los pasaban para ver si yo podía hacer algo. Ocurría que en esos días habían ametrallado los aviones ingleses un barco supuestamente pesquero, no recuerdo el nombre, le habían descabezado la torreta y habían muerto varios. Entonces, la idea mía era fotografiar la llegada de esos cadáveres y heridos y mostrar a través de eso la guerra. Así que me contacto con los enviados de Gente que eran Liliana Morelli y el fotógrafo que estaban designados para cubrir lo que sea que sucediera en Puerto Belgrano o Bahía Blanca. Me cuentan que habían estado en tratativas con la gente de Marina en Puerto Belgrano pero que los habían peloteado de uno a otro y no conseguían nada. Esta gente, los heridos estaban llegando al aeropuerto en diversas remesas, diferentes días. Entonces la idea mía era hacer unas fotos de algún herido con muletas, vendado, sin joder porque viste alguien que había estado sufriendo era un bajón cuando te meten una cámara... Entonces hablando con Liliana me dice: “-Mirá ahora nos derivaron a un tipo en la base que...” -¿Cuándo vas?, le digo. Bueno, ¿puedo ir con vos? ¿Tenés problemas? -No, no. Nos conocíamos y sabíamos que había una correspondencia. Eran los que mejor pagaban y los que más difundían. Así que fuimos a la base de Puerto Belgrano y nos derivaron al que era -después me enteré- Jefe de Inteligencia de la Base. En su despacho, la charla se dio por diversos carriles: quiénes son, qué hacen, qué era ILA, le conté un poco la historia nuestra y como yo soy un poco preguntón, también me gusta saber qué es lo que hace el otro. Así que era al revés, a Liliana no le importaba el tipo ese quería algo mas importante. Entonces hablamos del mercado negro de armas, de los Exocet, me contaba las vueltas que daban -que ya no recuerdo- para comprar los Exocet. En realidad no se los compraban a Francia porque Francia no se quería involucrar vendiendo armas contra Inglaterra. Era como deschavar, como “aviváte gil” que la cosa es así. Entonces, en un momento le digo: -Che... ¿Acá está todo bien? Haciendo la seña como que nos podían estar escuchando. Entonces me contesta:“No, quedáte tranquilo que acá lo micrófonos los pongo yo”. Bueno, charla va, charla 352
viene en un momento golpean la puerta. Que era un ambiente antiguo con puertas de madera y vidrio, altas con cortinitas. El entreabre la puerta, le dicen algo y nos pide que lo esperemos un minutito y se va. Vuelve, cierra la puerta y en una acto que parecía actuación se apoya en la puerta recién cerrada y dice: -“¡Tengo algo que es una bomba!”. ¿Qué pasa? Acaban de llegar fotos del Crucero Gral. Belgrano hundiéndose. ¡Noooo! Yo, quieto, inmutable. Y los otros dos: “¡Puede ser una tapa! Qué importancia!” Y yo los quería matar. Porque cuando vas a comprar un auto no podés decir que está buenísimo. Yo los quería matar. Yo iba con guita porque iba a comprar material, rollos de los soldados o fotitos de ellos. Así que iba forrado, tenía para comprar. Tener dinero encima en ese momento era tener 2 mil o 3 mil dólares. Entonces este hombre dice: “-Si me esperan un rato se las muestro. Y viene después de nuevo. Yo le pregunto y me dice: “-Están en el laboratorio. Las acaban de revelar”. Y nos cuenta con lágrimas, con algún dejo de lágrimas que él había sido tripulante del Crucero Genera Belgrano. Y eso es muy fuerte, porque haber sido tripulante oficial del Crucero y que te lo hundan debe ser lo más doloroso. Había pasado por ahí cuando había sido Capitán de Corbeta, no sé. Yo me pongo en la piel de un militar y eso debe ser muy fuerte, muy fuerte. Bueno, entonces él dice que están en el laboratorio. ¿El no tenía drama de compartirlas con vos? La charla había sido tan coloquial, tan amena, repasando el mercado negro, repasando los fondos patrióticos nacionales qué se hacía con ese dinero y demás. El decía que se lo robaban a mitad de camino. Nosotros éramos periodistas -eso era lo raro- y el tipo tenía una avidez de charla. Y de congraciarse y a lo mejor no podía hablarlo con nadie y no se daba cuenta de todo lo que estaba poniendo en su boca, sabiendo que al mismo tiempo que nosotros no íbamos a publicar eso en boca de él porque éramos boleta. Era en la época de la Dictadura y desde esa soberbia se
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hablaba. Pero habíamos estado muy bien, tomando el té, en unos sillones, nada de escritorios, como amigos conociéndonos. Entonces, vuelve trayendo 4 fotos. “¡Uhy! ¿Esto cómo podemos hacer para tenerlas nosotros?” Yo calladito porque si el tipo las trae es porque las íbamos a tener. Y el tipo dice: -“Yo ahora no se las puedo dar, a ver cómo podemos hacer”. –“¿Qué van a hacer mañana?” Yo le digo... “Voy a cubrir un entierro en el mausoleo de alguien del Belgrano, un oficial”. “Ahí está -me dice-cuando te venís a eso tenés que pedir autorización acá en la base”. “Entonces, pedís autorización, me ves a mí y te doy las fotos”. “Cuando termina el entierro yo quiero las fotos acá”. Me daba las fotos a mí porque la idea era reproducirlas. Fotografiar las fotos. Lo hice yo porque llevaba una lente especial. Iba preparado, llevaba la lente especial para hacer la reproducción, un macro Nikon. Lente de acercamiento. Así que fui, pedí la autorización para ir al entierro, fui al entierro busqué las fotos y me fui en un remís que me esperaba en la puerta. Resulta que el remís que me llevaba hasta Bahía Blanca donde yo quería hacer las reproducciones en el hotel, a puerta cerrada, el tipo cuando me ve con el bolso me descubre como periodista y me empieza a contar que él había sido tripulante del Gral. Belgrano -el remisero-. Y a mí se me partió el alma, además digo: “¿Este tipo me está tirando la lengua? ¿Sabrá algo”? La persecuta de esos años era muy grande. Entonces entro a la habitación -esto es una anécdota también- porque yo había dejado la habitación porque me tomaba el primer avión ni bien tuviera el rollo. Y le digo al conserje, tengo que ir a la habitación, necesito ir al baño. “Si, andá tranquilo, no está hecha” -en el Hotel Austral era-. El remís afuera esperándome. Entro a la habitación, abro la ventana pongo las fotos arriba de la cama y comienzo a reproducir. Como 8 o 10 tomas de cada una y eran 4. Con un rollo, con otro, diafragma cerrado, abierto. No quería errarle. Estaba haciendo eso y de pronto se abre la puerta... ¡¡¡Me quería matar!!! Pensé que me chupaban... Era la mina que iba a limpiar! No me olvido mas, lo cuento porque esas cosas que te quedan adentro. ¡¡Qué momento!! ¿Cómo habré 354
sufrido si me lo acuerdo tanto? Me subo al remís, entro a la Base le devuelvo las fotos a este tipo en un sobre, un sobre que era un sobre adentro de un libro que me había prestado con las fotos adentro. Y en el mismo remís me fui al aeropuerto. ¿A cambio de nada las fotos? No, no, me olvidaba. Le digo, -¿cuánto valen? “Mil dólares cada una” - me dice. Yo no llegaba, no llegaba a 4 lucas. Eso fue cuando estábamos con la gente de Gente. Cuando salimos le digo a Liliana, “-Llamá a Buenos Aires, hacé lo que tengas que hacer, yo pongo más del doble, de la mitad. Siempre había alguna manera de que llamen a alguien. El distribuidor de allá le adelantó guita y se completó. Entonces, llegué a Buenos aires, derecho a Atlántida a revelar. No se podía creer. Las fotos eran en realidad, la borda de un bote salvavidas naranja y el barco en posición de hundimiento. En ese entonces, alguien me dijo que era la primera vez que había fotos de un buque de guerra hundiéndose. Y esas fotos, acá ya estaba el jefe de GAMMA en Atlántida porque tenían una relación fluída y cuando las vio no lo podía creer. Y se metió en la media las 4 fotos originales y se fue a Ezeiza. Se fue a Nueva York. Y el muy pelotudo, se las vendió a la televisión. Habrá hecho muy buena plata pero les bajó el resto de ventas de todo el mundo. Porque una vez que salen en TV las levanta cualquiera y pierden efectividad. Vos sacás una foto que no conocen en tu país, la vendés en Alemania, un crucero hundiéndose y si nadie la vio la tenés que ver. Eso motivó una serie de juicios y nuestra separación de GAMMA. La televisión las puso en el aire, se las vendió a AP. Salían con crédito de AP, y acá se armó un revuelo tremendo porque los corresponsales extranjeros estaban todos referidos al Estado Mayor conjunto. No había otro canal de información de guerra que el Estado Mayor Conjunto y había dicho que todas las fotos que se conocieran iban a ser repartidas equitativamente a todos los medios. Así que las saca la TV, las publica AP y acá se arma un revuelo tremendo que motiva una investigación. Al mes y medio o dos meses de esto yo estaba en la agencia -que estaba en otro lugar- suena el teléfono, 355
preguntan por mí y yo digo él habla. “¡Ahy! -Por fin te encuentro, cómo me ha costado, ja,ja,ja”-. –“¿Quién habla? Capitán no sé cuanto...Y el tipo quería hablar conmigo”. – “Mire...tenemos interés en tener una charlita porque Ud. estuvo por Bahía Blanca. ¿Ud. se podría acercar al Edificio Libertad”? Yo no le podía contestar, no puedo, estoy muy ocupado. Cagado hasta las patas me tuve que poner corbata, traje. Me fui empilchado porque a un edificio militar no se puede entrar sin saco y corbata. Y cuando llegué fue terrible porque cuando digo vengo a ver al Capitán tal enseguida se levanta uno de mesa de entradas y me dice acompáñeme. Y no me registran la entrada. Yo digo...no tenés entrada, no estabas registrado, o sea no habías entrado nunca vos ahí. Entonces es gracioso, porque vamos por unos pasillos, me va presentando unos tipos de uniforme. Entramos a una oficina, con un escritorio, yo saco una silla como para sentarme y me dicen: disculpe pero ahí se va a sentar el Capitán "Sarrasqueta" que viene en un ratito. Me siento así frente a una mesita, me pongo a conversar y cuando levanto la vista tengo una cámara enfocándome. Estaba más nervioso, yo... Porque yo tenía que decir que le había comprado las fotos al tipo este... ¡Ah! El antecedente es que cuando esto se empezó a avispar el que me dio las fotos fue a buscar al fotógrafo de Gente al hotel se le sentó en la barra al lado, pidió un whisky y le dice:-Si hablás una palabra de las fotos vas a aparecer en una zanja. El fotógrafo le cuenta eso al Director de la revista. El Director me llama, porque es gente amiga, el Negro Luján Gutiérrez, que es de La Plata como yo, me llama y me cuenta esto y me dice:- ¡Qué voy a hacer! Me ponés en una situación de mierda porque ahora que estoy enterado… Porque después me llaman y me preguntan cómo había hecho, cómo había llegado a las fotos. ¿Qué contaste? Y yo le dije, en realidad hicimos un canje. El pedía dinero para el fondo patriótico. Yo no podía decir que el tipo me había pedido una luca. Con el antecedente que si hablaba lo iban a “voletear” al otro e iba a aparecer en una zanja.
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Estábamos en dictadura...Charlamos mucho, como hora y media... y me dice, ¿Ud. tiene inconveniente en contar esto a la gente de Bahía Blanca? Allá está el Capitán fulano que quisiera escucharlo... pasaje de avión ida y vuelta a Bahía Blanca en el mismo día para la otra semana. Y cuando llego me va a buscar una camioneta al aeropuerto, tampoco me registran, una camioneta verde con un soldadito de chofer. Entramos, hace la venia el soldadito, no me registran. Llegamos, Juzgado de Guerra el edificio-. Coloquialmente, un tipo muy simpático, juez de Marina, abogado el tipo me empezó a preguntar todo de vuelta, me lleva a almorzar comimos en una fonda perfecta, me llené de calamares y todos esos bichos de mar y yo ya estaba muy nervioso porque es una situación de mierda, te sentís sapo de otro pozo porque es el Ejército. Las Fuerzas Armadas en una situación comprometida, porque a la tarde fue con un taquígrafo haciéndome preguntas acerca de lo que habíamos hablado a la mañana. Un interrogatorio pero mucho más punzante y a fondo que a la mañana. Yo me mantuve en mis treces. Al tipo lo tenía que hundir pero no podía hundir tanto, es que yo ya había dicho una cosa que estaba grabado con una camarita de TV. Me preguntaron si yo había hablado con él por tel. y yo había hablado con él la noche anterior coordinando a qué hora iba el día siguiente a buscar las fotos. Le dije que no. me parecía que si el tipo me había dado el tel particular más lo hundía. Imagino no lo habrán averiguado porque nunca me hicieron la re pregunta. Después de todo, Gente consigue dos de las fotos que faltan en la secuencia -no sé cómo. Con el tiempo supe que al Teniente de Navío -a quien me parecía ver todo el tiempo y que iba a encontrar a la vuelta de una esquina- fue degradado en un acto público en el que le quitaron las jinetas y todos los subsidios. En una oportunidad, cuando Menem era presidente, voy a la Casa Rosada y el edecán me cuenta que el tipo había muerto. La historia sigue porque Martín Sgutt -el autor de las fotos- le hace un juicio a GAMMA porque las fotos fueron vendidas a AP y a la TV y salieron sin crédito. Entonces, a raíz 357
de ese juicio en que GAMMA le pagó a Sgutt cuatro mil dólares y el viaje, la agencia canceló los pagos y no nos pagaron el total que nos debían de antes. Cuando finaliza la guerra, Alfonsín gana las elecciones y asume el 10 de diciembre, en GAMMA esperaban que les hiciéramos la cobertura y no les avisamos con anticipación que no la haríamos. Entonces se viene la separación de RW de ILA por diferencias internas con él respecto del manejo con GAMMA después de la trastada que nos habían hecho. El quería seguir siendo corresponsal para ellos. Con respecto al Belgrano, en el „88 Jorge Palomar hace una recopilación de los datos del Belgrano y me cuenta que Sgutt iba en esa balsa desde donde sacó las fotos con 3 soldados sobrevivientes y un herido que finalmente muere en sus brazos. Y que Sgutt en ningún momento estuvo preocupado por hacer dinero con las fotos ni por encontrar al Teniente de navío que había vendido sus fotos. En el caso de esas fotos no importaba la calidad ni la cámara con la que habían sido tomadas, sino el contenido era lo más importante. En el año „85 u „86 se va Tito Lapena de la agencia porque decide trabajar en relación de dependencia y hoy está como Jefe de Télam. En el „89 Eduardo y yo quedamos con el nombre de la agencia pero a raíz de un accidente que tiene Eduardo en La Rioja durante una cobertura decidimos dedicarnos a fotos de comerciales, reportajes y algunos acontecimientos pero sin producciones propias. Eduardo hace 8 años dejó todo, me dejó con la marca ILA y se fue a Córdoba donde puso un restaurante en Yacanto. El tema con GAMMA es que ellos repartían sus fotos en 47 países y no nos pagaron las fotos del Belgrano ni otras tantas que nos enteramos que fueron publicadas por conocidos nuestros que viajaban afuera y nos traían los diarios y revistas donde habían salido. Ellos nos enviaban vía correo la liquidación y el detalle de dónde se publicaban y ahí era donde nos pasaban la mitad. 358
No hicimos tanta plata como algunos creyeron y nosotros mismos pensamos que íbamos a hacer. Atlántida nos pagaba con tanto y sonante y con eso sí, invertimos en una casa en Lavalle y Uruguay donde pusimos la Agencia y en equipos. Cuando quedamos dos con nuestra parte compramos este departamento de Tacuarí luego compré a Eduardo y mantengo hasta ahora junto con el nombre ILA. Con la venida del Papa a la Argentina, en el „82 hicimos una cobertura increíble, también. ¿Por qué no se mencionaban los créditos de algunos fotógrafos? Porque los fotógrafos de Télam estaban autorizados por el Ejército, seguramente, para hacer sus fotos en Malvinas. Y los jefes de Télam, esos dos tipos grandotes y viejos que tenían pinta de ser fotógrafos retirados, en lugar de recibirlas y repartirlas lo que hacían era venderlas. Me consta porque un día los vi llegar a Atlántida con el material para venderlo. Ellos mismos hacían todo.
Entrevista a Eduardo “Pollo” Farré - 29 de Junio de 2006 Mientras bajamos del ascensor me dice que ni bien pase la puerta se me irán todos los prejuicios que tengo sobre Malvinas. Pregunto por qué y él me dice que es porque me va a contar toda la verdad de la guerra en la que él estuvo. (Levanta las tazas y tostadas del desayuno que compartió con Paola antes de que yo llegue y mientras lava lo que quedó sucio, empezamos a conversar). Pregunta si puede poner música y elige un disco de Los Beatles) Mi madre era pianista, Chopin, tocaba… Mi abuelo fue fundador de SADAIC con Canaro, con Decaro –el autor de Flores Negras-. Era músico, pianista, abogado… fue como era antes que había que tener un hijo médico, uno militar y uno abogado. Todos mis tíos abuelos eran médicos y los obligaba el abuelo a que siguieran la carrera de medicina… te cuento esto porque tienen que ver después…Un día, mi abuelo fue a 359
hacer una disección, le tocó abrir una persona. Destapó así y era el mejor amigo de él el que estaba en la mesa. Abandonó la carrera y se puso a estudiar abogacía. No le dijo nada al padre y él trabajaba en los bailes como músico contratado por la gente de plata. (sirve dos vasos. Uno con agua para mí y otro con jugo de pomelo para él) Me dí cuenta que lo mío no era la economía aunque tengo mucha afinidad… De hecho me compré equipos en la subida de la bolsa en los ‟90. Puse un sueldito, gané el 400% y me pude comprar una Nikon F4 que fue lo más en ese momento. Yo volví de Malvinas con una crisis muy grande, veníamos de la Dictadura. Yo entré a Télam sin padrinos, sin ganchos, sin nada. (Pide permiso para fumar y arma un cigarrillo) Pasé un verano que es cuando hay lugar por las vacaciones. Y era el último orejón del tarro, porque sos el último en todo, las vacaciones, todo. El 30 de Marzo hubo una manifestación que ya sabrás la historia vos. Nos cagaron a palos, a uno de los que más cagaron a palos fue a Román Von Eckstein, mi compañero, que ahora se le está muriendo la mamá en Mar del Plata, y me están pidiendo las fotos de él. Muchas veces me habían dicho que me iba a ir de vacaciones. Yo tenía un jefe que era francés y se llamaba Marcel Yves Martin. El fue jefe durante la Dictadura, después lo desplazaron. No sé su historia pero había estado en Indochina, en guerra y no era un inútil. Pero era un tipo que nos humillaba demasiado. Aunque a mí me chupaba un huevo porque yo traía una carga de información extra de la facu, entonces, aprendía todo muy rápido. Y ellos no podían creer y me daba cómo había que informar y veía las fotos y me daba cuenta que a las fotos les faltaba algo y me hice fotógrafo porque un día vino un tipo que es mi amigo a veces, porque a veces me peleo y a veces me amigo con él. Es Jorge Vilariño y fue uno de los primeros editores gráficos de la Argentina y dio una charla en la facultad que en ese momento funcionaba en Banfield, en la calle Larroque. La materia se llamaba Información Fotográfica y Audiovisual y yo cuando recibí esa clase magistral que dio Jorge me quedé duro y dije: yo tengo que hacer esto. Porque de chico era el fotógrafo de la familia, me expresaba mejor con la 360
fotografía que con la escritura. Sé escribir, de hecho he escrito poesías en momentos de rebelión o de problemas. Porque vos sabés, que a mí me persigue un poco Tanatos, es un poco una lucha entre Eros y Tanatos, mi vida. Y mi primera mujer me instó mucho a la fotografía. Ella murió, tuvo un intento de suicidio, eh…cuando me empecé a separar de ella. Cuando volví yo estaba muy quebrado por la parte afectiva, ella no se llevaba bien con mi familia, yo estaba muy aferrado a ella…Bueno, uno elige… eran otras épocas. Entonces, un día, después que me cagaron a palos el 30 le digo a mi jefe que no era el francés sino otros dos tipos: uno que yo creí que era bueno y el otro que era el malo. Pera era un juego, como hace la cana cuando te tortura. Fernández Burgos y Martinelli eran los jefes de Télam. Entonces, les dije:-mañana me voy de vacaciones. Sí o sí. No doy más.- Eso fue el 1° de Abril. El 2 me levanté a la mañana, prendí la radio y me encontré con esto. Con Malvinas. Y dije:- No puede ser que tenga tanta mala suerte. Para mí era una oportunidad. Llamé por teléfono a la agencia desde lo de mi mamá porque yo no tenía y me dicen:- No, ya salieron Polaco y Eduardo Navone para allá en un avión. Así que me dijeron perdiste pero… Yo le dije:- Burgos, Argentina hace una guerra cada 150 años, esta es mi guerra. Yo quiero ir. ¿Cuántos años tenías? Era grande, tenía 30 años porque soy del ‟52. Pero me hice fotógrafo un poco tarde porque hice 3 años de Economía y entré en la Facultad en los ‟70. Creamos la carrera de Periodismo con una serie de amigos que ahora conducen la UTPBA. Luli Fogales, el Negro Sosa, Daniel Das Neves. Esos eran mis compañeros. Entonces, me dice mi jefe:- Andáte de vacaciones, pero estáte atento. Hacéme 2 o 3 cosas allá en Mar del Plata, no te voy a decir qué me dijo, eran cosas un poco de inteligencia y las manifestaciones que había ahí… Todo ese material quedó en Télam no lo ví nunca más. Y un día, promediando abril…
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Rafa (Wollmann) estaba ahí haciendo una nota para Gamma sobre flora y fauna en las Malvinas e hizo una consulta porque cuando surgió el conflicto en las Georgias por el tema del desarmadero y había un plan original que era invadir las Islas (lo contó Rafa en cámara la otra vez) con una guarnición de 40 policías y retirarse pero ¿Qué pasó? La Argentina estaba en un estado cataléptico brutal, quería ganar cualquier cosa. Entonces, cuando dijeron que tomaban las Malvinas era una causa que era imposible no apoyar. Desde el antimperialismo, o desde el triunfalismo. Entonces vino la plaza de Galtieri y se creyó Perón –esta es mi versión-. Ahí tengo un libro dedicado por Balza que fue uno de los mejores generales de la guerra y fue uno de los tipos que me dejó fotografiar libremente todo. ¿Tenías restricciones? Te voy a decir una cosa, en la guerra no hay verdad o mentira. La información de guerra es un frente de combate tan o más importante que el propio frente de tierra porque desde ahí vos regulás la moral de la propia tropa y del enemigo. Sólo que yo era muy consciente de lo que pasaba porque estaba ahí, porque había estudiado, porque tenía información y porque sabía lo que era la opinión pública y sabía lo que eran los ingleses. Que nos iban a marear, que habían hecho la fortuna arriba de los barcos porque eran piratas. Y los piratas no se marean arriba de los barcos y vomitan. Luchan hasta el final. Entonces, la taba se dio en lugar de culo…se me dio y se volvió un compañero mío entonces, me dijeron a mí. Y yo volví de vacaciones y llamé a la agencia y me dijeron: -¿Querés ir a Malvinas? Y yo dije: -¡Sí! Inmediatamente, no le dije nada a mi familia, le dije a mi mujer en ese momento, María Cristina Bazán: -Preparáme un bolso que me voy a Malvinas y ella no lo podía creer. Pero estaba contenta porque iba a hacer algo que yo quería. Y me fui. Casi no pude embarcar porque me peleé con el jefe del aeropuerto porque empecé a hacer fotos en medio del aeropuerto de Comodoro Rivadavia y no se podía fotografiar nada porque ya había restricciones de información. 362
Finalmente, embarqué en un Hércules C130 yo solito y una unidad de tiro Roland que era un misil tierra aire que vendían unos alemanes con un riesgo muy alto. Porque si se llegaba a detectar que Europa le estaba vendiendo armas a la Argentina en el medio del conflicto era un kilombo. Fue muy conmocionante para mí ese viaje. Llegué el 21 de abril a la tarde a Malvinas. El 21 o el 22 no recuerdo. Llegué y fui al hospital y ahí me presentaron a los médicos, qué sé yo. Casualmente hice una foto con una cruz roja que están pintando y la tengo en colores. Después, la única vía de salida que tenía mi material, era…porque yo tenía mi máquina de radiofotos que no era lo más eficiente del mundo, porque AP tenía una que se llamaba F16. Creo, porque me la confundo con el avión…Una maquinita azul. Nosotros teníamos unas alemanas que se llamaban Gelp que eran más difíciles. Había satélites. La imagen salía al aire por radio, la tomaba el satélite y por tierra el cable la llevaba por teléfono a Télam. Había que establecer el límite de blanco y negro y ahí empezaba a girar la máquina y con ruidos salían las fotos. No limpitas como ahora. Llegaban a Télam. Algunas fotos, yo podía transmitir muy poco porque había muy poca capacidad de transmisión. Yo tenía que sacar las fotos por la bolsa del Gobernador. Nosotros éramos los únicos fotógrafos que había del lado argentino. Yo y Román. El se tuvo que volver porque se peleó con unos corresponsales amigos. No se quedó hasta el final. Porque pensó que iba a poder volver pero no pudo. Yo le pedía por favor que no se vaya porque entre los dos podíamos hacer más fotos. Uno en un lado y otro en otro. De hecho cuando fue el primer ataque al aeropuerto, nosotros sabíamos que iban a atacar porque el puente aéreo estaba ahí, pero no teníamos logística propia. Nos movían soldados. Jeeps, los que nos movían era la gente de de la RI 25 de Seineldín. De quien nos hicimos amigos porque sino te ponen un avión y te mandan. Y en honor a la verdad, Seineldín como buen fundamentalista, era uno de los mejores soldados. Y no se quedaba en Puerto Argentino. Estaba con sus soldados en los pozos, en las alturas del aeropuerto. Eran la defensa del aeropuerto. Y el tipo tenía un plan político claro hacia adelante. En ese momento yo me dí cuenta. Porque yo era 363
de la facu. Porque hay errores que se cometen y yo fui un error… De hecho, las 2 fotos que hay en la muestra de ARGRA de las abuelas una es mía y la otra de Román. Yo mandé 4 fotos… fue un error de ellos (los que dirigían Télam) porque nos dejaron ahí haciendo lo que queríamos, y yo no tomé esto como una cuestión futbolera, porque yo no era sueco. Para mí las Malvinas eran argentinas y lo siguen siendo ahora, igual lo que pasó es que los tipos hicieron una mala política. Cuando fueron a la guerra yo sabía que la Thatcher por un montón de cuestiones políticas nos iba a llevar a la guerra y lo que hizo fue hundir el Belgrano. Porque al hundir el Belgrano no hubo vuelta atrás después de ahí. Conocí al tipo que hizo la foto del hundimiento del Belgrano porque un día vino a Télam y me contó la historia. Y a él le sacaron el material e hizo un juicio después. Y lo apretaron para que renunciara. El nombre del oficial no me lo acuerdo. Cuando se estaba hundiendo el Belgrano se calzó el salvavidas y metió la mano en el bolsillo y se dio cuenta que tenía una Kodak Fiesta con el rollo entero con 8 fotos y el tipo tuvo la mente fría para calcular cuánto iba a tardar en hundirse y sacó la secuencia, las 8 fotos. Es la foto que vos conocés que no tiene mucha calidad pero es una de las fotos más representativas y él me dijo:-No necesito trabajar porque mi mujer tiene plata pero… Entonces, empecé en Malvinas antes de que llegara la flota. Cuando llegó la flota, yo dije:- Acá se pudrió todo. Va a haber guerra o guerra, no otra cosa. – Nosotros no teníamos contacto con los medios, con lo que se publicaba pero imaginaba cuál era el estado eufórico porque teníamos la tablera de Télam pero nos enfermábamos porque veíamos que acá la cosa seguía como si nada: el Hipódromo, los partidos de fútbol… y nos agarraba una bronca terrible. Nosotros hacíamos con el equipo, éramos: el comunicante y dos cronistas. El cronista que fue conmigo era Diego Pérez Andrade y el padre de él era el jefe de prensa de Basilio Lami Dozo que dentro de la Junta era el más político de todos. Conocí al hijo de Anaya, era el mejor helicopterista del Ejército, tenía una pata de aluminio porque se había hecho mierda con una moto. Pero era muy 364
buen helicopterista, era un piloto muy audaz. Había que volar muy bajo. Los aviones y los helicópteros volaban muy bajo. Yo hice un vuelo en helicóptero por fuera de la vigilancia. Teníamos un oficial que controlaba. Estaba entre Menéndez y nosotros. Y a ese oficial había que pedirle permiso para todo. Y como los ingleses todavía no habían bajado, yo me preocupaba mucho porque mis fotos tuvieran un fuerte contenido informativo y ciertamente algo de opinión. Y después, me fui enterando que las fotos mías se las afanaban. Llegaban a Télam y circulaban y vendían los originales y si vas a buscar a Télam hoy queda poco.
Llegaban ahí y las revelaban en Atlántida.
Atlántida editaba lo que más le interesaba y mandaba los rollos a Télam. No se quedaban con los rollos, hacían reproducciones, pero después se empezaron a dispersar, las editoriales a venderlos. Y yo no sé si es verdad o mentira pero yo hice contacto con gente de Atlántida que me dió acceso al archivo para buscar fotos a pesar de que no es fácil. Gabriela Cocciffi, que es editora ahora de Gente, era corresponsal durante la guerra, no sé si en Gallegos o en Ushuaia y era amiga de Diego Pérez Andrade que era el cronista. En esa excursión con los comandos empezamos a fotografiar y fue muy fuerte porque eran tres helicópteros volando muy bajo por un valle con los observadores arriba que sabíamos nos estaban mirando y por ahí podía aparecer un Harrier y volarnos en pedazos en segundos. Yo quería fotografiar el descenso de los soldados del helicóptero pero no me dejaron. Me querían dar seguridad a mí. Me decían:- No, vos estás a cargo nuestro. Ese vuelo lo conseguí por fuera del control. No te quiero decir de la censura, porque todo el mundo censuraba… Los ingleses ejemplo, en esta guerra fue la primera vez que no dejaron ir a los fotógrafos como free lance y los mejores fotógrafos de los ingleses no pudieron ir a Malvinas. Armaron un pool y controlaban todo y dispersaban y ponían las fotos que ellos querían. Por eso te digo que tenés que tener una visión de lo que es la información de guerra, porque es un frente de combate. Y en diversas entrevistas, porque en mucho tiempo no quise hablar de esto porque lo tuve muy abajo. No porque me hiciera mal, o me doliera y si me 365
decís si tuve miedo te digo:- Sí, porque te cagás todo pero la adrenalina que sacás… ¿Eh? Tenés que seguir adelante y tenés que controlar el miedo porque si no, no hacés las fotos. Entonces, fotografiaba diversas cosas en la isla, a los soldados, así salió la foto esa de los escobillones. Hoy justamente le mandé un mail a la gente de ATC porque querían que les contara la historia de esa foto. Pero yo no quiero que salga al aire esa foto acá en la Argentina porque no quiero problemas. Porque creo que puede ser manipulada y creo que tiene una lectura muy ambigua esa foto. Y yo la hice: fotografié por contraste, porque me pareció muy ridículo. Porque estábamos haciendo una operación. Estábamos mostrando como arreglábamos la Isla, cómo ayudábamos a los kelpers y no había kelper que no nos odiara. Había uno solo y era considerado un traidor y por eso se tuvo que ir. Tenía un hijo que estudiaba en la escuela de aviación de Córdoba, ese tipo. Y estaba casado con una empleada de LADE que era cordobesa. Ahora no recuerdo el nombre. Tendría que buscarlo en una agenda vieja. El tipo está en Córdoba. Y empecé a fotografiar…porque un día cuando volvíamos de hacer esa operación de acción psicológica porque era mostrar que estaba todo bien, no estaban mal las cosas, pero la guerra estaba desatada y yo ya sabía, me dí cuenta que la guerra iba a ser la guerra el día que llegó un Hércules y ví los titulares que decían: -Piratas, si nos atacan van a ir a la lona. A la lona vamos a ir nosotros –pensé. Atacarán las Georgias –decía… ¿Viste la película Apocalipsis Now? Te recomiendo que la veas. Era un atardecer todo anaranjado…Se fotografiaba en blanco y negro o en color. Pero ese material no está en ningún lado. Yo ese material lo mandé. No me quedé con nada y cuando me quedé con algo, el último día cuando pude hacer algo de la rendición. Porque no pude hacer la rendición ni hacer a Moore y a los ingleses yo los vi con un tele muy grande que yo tenía. Además, a nosotros nos habían jurado matarnos porque no nos creían que éramos fotógrafos de verdad, creían que éramos fotógrafos del ejército. Entonces yo decidí que no iba a arriesgarme por eso. Pedí protección pero el Coronel Oviedo me dijo que habían quemado todo. El era un
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segundo de Menéndez que había ido ahí como general administrador y terminó haciéndose cargo de una cuestión de guerra, eso lo dijo él en una entrevista. Entonces, nosotros hacíamos eso, fotografiábamos lo que podíamos. Lo más caliente que hice fue eso (el vuelo con los comandos) y una vez que fuimos al cuartel de los Royal Marines cuando hubo un bombardeo de artillería. Ahí en el frente. Habían llegado ellos. No había llegado yo. Y hubo una acción que fue espectacular. Que hizo el teniente primero Esteban. Les bajó 4 helicópteros a los ingleses cuando desembarcaron en la Bahía San Carlos- está contado en el libro de Balza y es verdadcon fuego reunido como se hacía en Vietnam. Con un (fusil) fal disparaban todos a la vez sobre los helicópteros, lo que llama la atención es que los ingleses hayan mandado los helicópteros de a uno y así les bajó 4. Produjo bajas y se retiró casi sin bajas y se retiró a Darwin a combatir. Y hubo muchos actos de heroísmo. ¿Sabés? Eso de que los oficiales eran cagones…No es así. Yo ví a oficiales llorar porque debían rendirse. Y estábamos todos arriba del mismo barco y yo estaba en una contradicción terrible porque era una guerra antiimperialista y para mí estaba bien. Era difícil situarse… ¡Para un sueco no! Para un americano tampoco… Y teníamos todo en contra y la Junta se creyó que iba a hacer política porque había hecho la guerra contra la subversión y no la aceptó como guerra hasta que terminó. Y… que iban a colaborar con ellos y colaboraron con el idioma, con los sajones, con el capital, con el imperio… son parte del imperio y nosotros somos la parte de atrás. Podemos ocupar un lugar más o menos expectante, puede estar Brasil arriba, nosotros abajo, nosotros más arriba, México pero vos viste lo que es toda la cuestión reaccionaria, la Guerra del Golfo, el petróleo y Malvinas en ese momento tenía una posición estratégica pero eso ya no cuenta. Ahora cuenta el honor y los kelpers como pasaron de ser ciudadanos de primera y les sirvió porque creció mucho la economía de las islas y ganaron plata porque empezó a correr mucho dinero, creció la economía de la isla porque de tener 367
solo las ovejitas pasaron a la pesca, las licenciaturas de pesca, todo eso y ganaron mucho dinero y siguen ganándolo. ¿Volviste a Malvinas después del ‟82? No, tengo un proyecto que no sé si lo voy a poder hacer porque tiene que ver con una foto que recién te mostré. Que nunca la vi. Nunca tuve los negativos, nunca más la vi. Me encantaría poder sacar a esa misma gente, esa misma foto y contar la historia. Rafael (Wollmann) hizo lo mismo para los 20 años pero no le fue muy bien. Hay que poner mucha guita y producir y yo no soy un gran negociante ¿Sabés? Yo soy fotógrafo y me metí en esto porque me gusta documentar y porque creo en el documento. Cuando apareció lo digital todo se empezó a manipular y se quebró todo. Entonces, puede aparecer un soldado y sacarle la cabeza a uno y ponérsela a otro y poner un frente atrás. Hay sólo un formato que se llama “row”, crudo. Es un formato sin compresión que requiere alta capacidad de almacenamiento que recién ahora se está pudiendo lograr con discos de 1GB o con discos de 2GB, tarjetas de 2GB. Y tenés que tener tarjetas. Y nosotros teníamos rollos y los rollos se acaban. Y había que administrarse pensando que en algún momento ibas a empezar a hacer fotos. Finalmente me fui en el Irízar e hice los heridos, cuando volví el 15 de junio. Yo embarqué el 14. En realidad, nos salvó la vida, tengo que ser honesto, el contraalmirante Otero. Paró a una gente que tenía una organización de espionaje que funcionaba como defensa civil. Se llamaba Defensa Antiaérea Pasiva. Y un día hubo un misilaso en una casa civil y yo fui a hacer una foto y salió una kelper y me hizo así (gesto con el dedo medio hacia arriba) y me dijo: -bloody…sangriento… Que es lo peor que te pueden decir porque funciona como “hijo de puta” y yo dije:- bueno…estoy en problemas acá. Y yo hice esa foto pero no me preguntes qué pasó con el material porque acá ni siquiera puedo probar lo que estoy diciendo. Se vendieron originales, no sé quién los vendió. Mis jefes vendieron los originales… Solo que a mí me dejaron una vez como una devolución porque me pagaron como si hubiera ido a Córdoba, porque 368
me dijeron: -“las Malvinas es una provincia Argentina, no es que fuiste a Francia”. Saqué como si fueran 1000 dólares, mil pesos y me compré un bono y se lo presté a unos amigos y no me lo devolvieron nunca más porque se les hundía una agencia de publicidad y bueno… Para que te sitúes en la información de guerra… No hay mentira y verdad. Todos mienten y todos dicen la verdad… lo importante es quien gane la guerra. Nosotros perdimos la guerra y no teníamos conducción política. Teníamos una conducción política con problemas y la Thatcher tenía que ganar las elecciones y fue lo mejor que le pudo pasar porque recicló una flota que iba a ser desguasada. Y mandaron la flota y nos hicieron mierda. Y nosotros les produjimos más bajas de las que ellos esperaban porque nuestros pilotos tenían unos huevos así de grandes y los pilotos de los Hércules aterrizaban con dos tambores de 200 litros con una bombita de kerosene, por contacto auditivo y salían los chicos de los pozos. Ahí me encontré con un amigo de mi familia, haciendo una foto que me llamó por mi apodo. Y yo dije:- ¡No puede ser! Era un mecánico de la escuela de aviación de la Armada, nada más y nada menos. Sabía todo, pero no podía contar porque era militar. Acá, pasaba eso porque estaba más tranqui, pero igual. Con esa foto hubo muchos problemas porque yo fotografié el impacto de bomba sobre la pista y hubo una gran discusión sobre si había que mandarla o no. Porque unos decían que había que mandarla para que no siguieran bombardeando y otros que no porque había que demostrar que el ataque no había sido exitoso. Pero a la pista la habían hecho re pelota. Pero seguía operable porque los pilotos eran muy audaces y volaban a esta altura del mar. Los aviones había que lavarlos cuando llegaban a Comodoro porque sino la sal los comía. Yo colgué la foto de los escobillones pero con un “mantenga limpia Malvinas”. Pero ahora la editaron acá con un epígrafe que no es el original. Está mal. Porque no son tropas desplegándose sobre Malvinas como dice el libro. Son soldados que yo 369
fotografié por contraste. Uno fotografía por armonía o por contraste, muchas veces. ¿Soldados? ¿Todos vestidos de combate? ¿Con escobillones? ¡No lo podía creer! Era inexplicable, después la historia, el desarrollo del conflicto puso esa foto en otro lugar y terminó siendo una de mis opiniones más potentes sobre la guerra, no sobre esta guerra, sobre todas las guerras. Sobre la paz, te diría… ¿eh? Lo que pasa es que la guerra se perdió y ahora hay que negociar. No queda otra posibilidad. ¿Qué vamos a hacer? ¿Otra guerra? Y después, Seineldín hizo todo lo que hizo allí y yo lo conocí y me impresioné y el tipo me conoce a mí y yo no sé si no me tiene anotado en una lista. ¿No? Y yo no tengo fotos de Malvinas, nada más. Tengo treinta y pico de fotos que pude juntar y fui a Atlántida y me escanearon algunas cosas que no sé de dónde las sacaron. Si de los originales, de alguna página, los escaneos aparecieron ahí y tuve que retocarlos todos y pasarlos a resolución de cañón de transmisión porque PPT que es una productora independiente, Tognetti, me hizo una entrevista con mis fotos atrás y quedó muy impresionado por un par de fotos. Hay un par de fotos que yo quiero mucho. Una es la de los escobillones, otra es la de la información. Esos soldados leyendo los diarios. Esas fotos se publicaron en el exterior. (Los soldados apuntando sobre una tarima de chapa y alambre) Esa foto es mía, muy posado… Yo tenía los soldados ahí, tenía que hacer algo, quería hacer la defensa y les dije… que se pusieran. Te cuento la verdad. Fue así. (la foto de un bombardeo humeante) Esta es la posición del General Balza. Esto es cuando fueron retrocediendo por el ataque aéreo, las unidades de Balza quedaron detrás de Puerto Argentino, y cuando me presenté al General Balza, él tuvo una actitud ejemplar. Me dijo que fotografiara libremente. Que no me hiciera problema y ahí ví unos actos de heroísmo increíbles. Ví a un chico que se arrancó un dedo con la corredera de un cañón y siguió y Balza lo quería sacar y no se quería ir. Vos mirás
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esto y hay mucho relato, hay uno que se está tapando el oído, el otro lleva el proyectil, el otro está disparando, están todas las balas usadas ahí. Esto es el primer Harrier derribado que hubo en tierra. Nosotros fuimos a hacer el entierro del piloto inglés y yo dije:- No, el piloto inglés no. Yo buscaba imágenes con fuerte impacto visual. Esto es el incendio del aeropuerto cuando bombardearon. Esto es durante un vuelo postal que hice yo. Ellos no querían estas referencias (señala un caserío que aparece detrás de los soldados y el helicóptero). Yo al revés, quería fotografiar con referencias. Esta es de Román, mi compañero. Muestra mucho el clima de trincheras. Estas (por las del archivo del diario Clarín que le muestro) dice, son fotos que no vi nunca. Los chicos fueron tratados muy bien. ¿Sabés? Durante la vuelta… El Pucará era un avión totalmente inepto para la guerra y el combate. ¿Sabés? Todas las armas que llevamos se hundían en ese terreno. Los únicos que no se hundían eran los vehículos de los comandos. Había 2 unidades de comandos. Una capitaneada por el Teniente Coronel Rico y otra por el Teniente Coronel Castagnino. Yo volé con la gente de Castagnino y me trataron muy bien e hice toda esa secuencia que ahora te voy a mostrar. Y cuando fueron a registrar la casa, los kelpers salieron afuera y yo les hice las fotos afuera (se refiere a la foto de la madre y los chiquitos junto a la turbera) y estaban muy asustados. Esa foto no la vi nunca y un día soñé con esa foto y me acordaba de esa foto. Y Paola, mi chica, que tiene algo extra sensorial… Al día siguiente fuimos a un Banelco a sacar plata y me dice:- Enfrente hay una librería que tiene revistas de Malvinas, por qué no te fijás si hay algo tuyo. Sacamos una revista, así y ahí estaba la foto. Yo no lo podía creer. Parece una historia de Borges… y yo la escaneé rápido porque creo que no debe confundirse una cosa con otra. O sea, yo no 371
soy partidario de que hay buenos y hay malos, yo creo que las islas son nuestras y nos las sacaron. Pero hubo una guerra ahí y las guerras se ganan o se pierden. ¿Entendés? Entonces, como en el truco, los que tienen el quiero son ellos. Estas fotos se producían en el continente. No son nuestras. Toda la negociación con Costa Méndez yo la fotografié. La gente en Malvinas quería que se acabara la guerra. Juan Gómez sería un apodo... Nosotros vivíamos al lado de El Globo. Rotondo era un camarógrafo que andaba con una cámara acá. Juan Gómez es él o Kasanzew… Puede ser. Francisco Pontoriero… estos son los fotógrafos que fueron y volvieron enseguida. El libro de Rotondo… Alerta Roja no lo ví en detalle. La foto de “Rafa” (Rafael Wollmann) muestra la rendición y es como una oposición con la mía (la de los escobillones). Porque a mí me deben odiar… Todo esto y lo que hicieron con el fondo patriótico es una barrabasada. ¿Tu foto muestra: estamos rendidos desde que entramos? Es algo así, pero yo no quise hacer eso. ¿Sabés? Yo no pretendía eso. Yo aprendí de acá… de este libro. ¿Ves? Tiene fotos increíbles…(muestra un libro de Time con fotos de la Segunda Guerra Mundial). Le pregunto si vió muertos. Responde: -¿No te parece que si los hubiera visto no los hubiera fotografiado? ¡Por supuesto! Me estoy yendo y le pregunto sobre los fusilamientos de ingleses a soldados argentinos. Y me dice que en cualquier guerra los fusilamientos son una práctica habitual…
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Entrevista a Román Von Eckstein - 23 de febrero de 2010 ¿Cuándo fuiste a Malvinas? Estaba haciendo un entrenamiento de la selección de fútbol para Télam porque ese año iba a ser el Mundial de España y me viene a buscar un auto a la tarde y me dicen “andá a tu casa a buscar ropa que te vas a Malvinas”. Yo no entendía nada, era el 1° a la tarde. Bueno, a mi familia no les dije mucho…que me iba a la Patagonia a cubrir algo y volví después de 2 meses. Estuve 7 semanas. No sé exactamente las fechas. Pero el 3 habré llegado y Daniel García, como él tenía miedo que agarrasen a Rafael Wollmann… ¿Conocés la historia? Y al final pudo volver con los rollos y después cuando volvió Farré no pudo hacer eso porque a él le sacaron el material, a mí también me sacaron el material cuando volvía. Y a Farré le sacaron allá y cuando volvía. Las dos cosas. Yo volví antes, después del 25 de mayo, no sé exactamente. ¿Cómo y por qué volviste? Volví en avión por una discusión que tuvimos ahí entre nosotros. Yo dije, yo me voy. Estaba todo bloqueado y por problemas nuestros, que no te cuento, volví una noche en Hércules. Porque nosotros sabíamos cuando rompían el puente aéreo y cuando no. Porque no sé si Farré te contó, pero nosotros estábamos en contacto con los oficiales porque en la casa nuestra teníamos la segunda radio más potente de toda la Isla, así que yo hablaba casi todos los días con mi familia por teléfono, y eso te daba mucho poder ahí. Teníamos ducha, bañadera, teníamos todo y sabíamos cuando venían los aviones, si aterrizaban, todo. Lo que sí, al salir me pegué el susto más grande de mi vida…hacía mucho que no me acordaba de eso… Cuando salimos empezó a bombardear la flota. Porque ¿Vos sabés cómo aterrizaban los aviones? Los aviones con dos tambores de 200 litros con gasoil prendidos con fuego en la cabecera de la pista (de noche). Lo único que tenían los aviones era eso, Hércules, aviones grandes. Y no había torre de control, no había nada. Aterrizaban de noche porque a unos kilómetros estaba la flota y de día los veían, entonces empezaban a tirar al aeropuerto. 373
Descargaban las cosas ahí muy rápido y pegaban la vuelta y se iban. Entonces subí, había que empujar unas plataformas y me descubrieron en el avión a mitad de camino. El miedo que me agarró, fue la única vez…no miedo de morirme… arriba del avión vos sentías que el agua golpeaba en la panza y alas del avión. Volaban a 6 o 7 metros sobre las olas, el avión llegó totalmente blanco. Íbamos a Comodoro Rivadavia y aparecimos en Gallegos. El viaje duró un par de horas más. Y el miedo no era morirse, sino caerte a esa agua fría –helada- que yo me acuerdo en la Bahía…metí la mano hasta acá (señala el antebrazo) y parecía que tenías millones de agujas, era insoportable el dolor. El tema era no tener nada. Porque yo miraba a los pilotos que se acomodaban las camperas y pensaba… ¡Uh! Ahora el radar… los enganchó un avión… y ahora qué sé yo… tenía miedo no de morirme sino de caerme al agua…y yo decía: quiero tener un revolver para pegarme un tiro en la cabeza. Mirá hasta qué extremo es el miedo…Volví por un problema con la gente de Télam. ¿Cuál fue el material que te sacaron y qué es lo que trajiste? Nosotros sacamos todo foto color, o sea diapositivas. Y lo que tuvimos acá es algo de negativo blanco y negro. ¿Qué es lo que pasaba? Nosotros hacíamos todo color y mandábamos el material con el puente aéreo, venía un avión, entregábamos a los pilotos, avisábamos por radio, a veces se perdía… y el blanco y negro lo usábamos cuando no había puente aéreo un par de días y transmitíamos por radio. Algún material se perdió por el camino y otro material llegaba a la agencia y nuestros jefes – no la empresa- vendían los originales y al extranjero. Yo ví tapas de la revista Stern… pero con mis fotos y ni siquiera las tiene Atlántida o Abril. Las fotos realmente importantes no sé están distribuidas… ni nosotros las tenemos. Por eso no hay fotos de la guerra. Y nosotros recién lo supimos cuando volvimos. Esas fotos las vendieron los jefes por su cuenta, eso es lo que yo calculo. Los jefes que teníamos en ese momento…no voy a dar nombres…pero los colegas saben quiénes eran los que estaban en ese momento. A parte ahora están todos viejos y enfermos pagando en la tierra… o no lo van a pagar porque te morís…yo creo que se pagan las cosas acá… 374
Por eso no hay material y nosotros sacábamos todo el día con el Pollo, te habrá dicho. Yo llego al continente con un paquete de material -habrán sido 50 rollos- sin revelar porque solo revelábamos blanco y negro y llegué a Río Gallegos. Y me dicen: ¿Vos sos un ROA? Y digo: no, no soy ROA soy fotógrafo de la agencia Télam. (ROA era radioaficionado adelantado una sigla así, que eran civiles ubicados en puntos estratégicos alrededor de las islas que con víveres y una carpita avisaban por radio lo que veían, si veían un avión, barcos o si desembarcaban tropas…) Yo dije que no entonces estuve 2 días ahí en Gallegos sin poder hablar con nadie, estaba con oficiales, me trataron bien, todo el día en el Casino (de Oficiales) no hacía nada, no me dejaron llamar a mis familiares, no me dejaron llamar a la agencia. Y tenía un paquete. ¿Estabas preso en el Casino de Oficiales? Sí, pero bien. Cuando volví yo ya sabía que los chicos estaban mal, pie de trinchera, fijáte volví fines de mayo. Estuve 2 días en el Casino de Oficiales de Gallegos, me trataron como un duque y después de 2 días vino un avión. Era el único que estaba ahí, me dan el paquete de rollos y de ahí me voy a Comodoro. Llego a Comodoro Rivadavia y ya me vienen a buscar a mí. Me dicen dónde están los rollos, me los sacaron, me trataron mal ahí, me tuvieron parado mal, de noche… hasta que me vinieron a buscar después de un par de horas y me llevan a lo que era en ese momento LADE y estaba en la misma manzana donde yo tenía reservada una habitación hacía dos meses. Yo quería ir a mi habitación, me quería bañar, llamar a mi familia… Era de noche, hacía frío y en LADE me tienen ahí parado afuera en el patio. Y ahí me dí cuenta que la cosa estaba mal. Tenía que esperar a un oficial que iba de recorrida por la costa y el tipo no venía. En eso entra el Brigadier Castellanos que lo conocí cuando viajé para allá. Y me dice: -Eh! Polaco ¿qué hacés acá? Y le digo:- La verdad, no sé qué hago acá. Esto es así, así ellos tienen el material y yo tengo el hotel acá a la vuelta. Entonces habla con el que estaba ahí en LADE que era Inteligencia de aeronáutica y me dejan ir al hotel que está a la vuelta. Y yo digo: ¿Y el material? Entonces le dicen a Castellanos que ellos lo van a mirar y que lo venga a buscar 375
mañana a la tarde. ¡Y yo me fui al hotel! Al otro día fui a la tarde y me atendieron en la puerta, no me dejaron entrar y ahí me quedé 5 o 6 días más reclamando todos los días y me fui sin nada. Se quedaron con todo 40 o 50 rollos, no sabía bien cuántos eran… alrededor de 40. Me cansé y me fui. Télam no nos ayudaba en nada. Cuando transmitíamos en Télam había un Oficial de Inteligencia del Ejército para ver las fotos que se transmitían, la información que salía. ¿En Malvinas también? No, allá no. En un momento, allá nos sacaron los equipos (Menéndez). Porque estábamos pasando información… eso fue porque el 1° de mayo bombardean la pista –Dejáme pensar…no me quiero equivocar- y no le pegan y nosotros decíamos… Acá en el Sheraton donde estaba la oficina de prensa del Ejército se decía que la pista estaba funcionando bárbaro y pasaban videos viejos, de unos días atrás como si fueran actuales y que los aviones entraban y salían como si nada y nosotros -García Malod- escribió como que la pista estaba destruída porque desde arriba se veía que habían dibujado cráteres de tierra para que parezca que le habían pegado… no sé qué pasó con Menéndez y agarró y estuvimos 5 o 6 días sin equipos hasta que le obligaron que nos los devuelva. Cinco o seis días sin hacer nada. Me acuerdo así como una anécdota rara, había un pelotón de soldados en un garaje lleno de turba en la casa nuestra. ¿Te explicó Farré dónde vivíamos? Vivíamos en un hotelito y ahí vino un pelotón de soldados y los maltrataban… había un suboficial que los maltrataba, entonces para sacar a uno de ahí dijimos que necesitábamos uno que atendiera el teléfono. Entonces, vino un soldadito y vivía con nosotros ahí, comía, dormía hacía… y ese soldadito la pasó de tal manera. Y estaba haciendo la colimba que cae prisionero, vuelve acá y entra en la escuela de aeronáutica porque quería volar. Peo por un problema del oído medio, no pudo. Entonces se hizo oficial de comunicaciones. No sé si está de baja o no. Pero llegó hasta Brigadier y Jefe de distintas bases. Pero es un soldadito que hizo la colimba y siguió la carrera en la aeronáutica. Y siempre seguimos en contacto. 376
Yo me perdí la foto de mi vida por estos Jefes que me vendían las fotos. El 1° de mayo, nosotros no éramos ni corresponsales de guerra, los corresponsales de guerra estaban en Comodoro, no hacían nada. No querían venir a Malvinas. Con Galtieri vinieron unos cuantos, yo los conocía - incluso de Télam- les decía: -Che, ¿se van a quedar? -No tenemos que hacer cosas en Comodoro, o en Gallegos, no podemos, decían. Nosotros no teníamos experiencia, eso era como las películas yo nunca leí nada, pero era como las películas. Entonces el 1° de mayo viene el primer bombardeo de noche, oscuro. El segundo, cuando viajamos hacia el aeropuerto y después esperamos otro ataque que no hubo. En ese interín, es otra historia, volvemos con Lamela, Novo y Nicolás Kasanzew, veíamos barcos en el horizonte a eso de las 4 de la tarde y pensamos: barcos argentinos. De casualidad, en el aeropuerto encontramos una caja de cassettes que les habían mandado la noche anterior, entonces yo iba caminando con Kasanzew con esa caja que encontramos en el hall. Y el ayudante y el cameraman iban como 30 metros más adelante. Llegamos a la ruta y pasa un camión. Los levanta a ellos y nos dejan a nosotros. ¡Qué raro! Y seguimos caminando, caminando y a los pocos minutos pasa otro camión le hacemos seña y nos agarran nos suben nos tiran adentro del camión. ¡Cuando hacen eso los de la flota empiezan a bombardear el camino!
¡Nosotros pensábamos que estábamos en bolas, no
sabíamos nada! Yo llego y esa mañana habían estado desembarcando y nosotros estábamos a 30 o 40 metros del muelle. Del Carcarañá habían desembarcado cajas con cosas, misiles, municiones que todavía estaba ahí porque a la madrugada empieza el bombardeo y el barco se raja. Estaba todavía en el puerto, eso, y con Farré pensamos que iban a bombardear el muelle y nosotros íbamos a hacer las fotos detrás de una pared de piedra… no pasó nada. Y llama mi Jefe y me dice que tengo que mandar: revelar, copiar, preparar, transmitir en la parte de atrás de la casa revolviendo así…midiendo la temperatura del revelador y veo que pasa un avión (hace ruido de avión) a 100 metros de donde estábamos nosotros y explota. Pensando que era un avión inglés, lo llamo a Kasanzew
que también había llegado hacía un rato del 377
aeropuerto con nosotros y como hablamos ruso los dos le digo en castellano: -“viste el avión, qué bueno, recién…” y él en ruso me contesta: “-ese avión es un avión nuestro que quería aterrizar en el aeropuerto”- ¡Y yo estaba esperando eso! Y por revelar me lo perdí y no revelé, no transmití… y no hice nada y seguí esperando otra foto y… yo me olvidé mucho de todo esto…no me traumé ni nada, pero me olvidé…lo pasamos bárbaro, a veces mejor que acá. Ese avión nuestro lo bajaron los mismos soldaditos que estaban como hormigas ahí, lo vieron venir y le tiraron hasta con piedras y era nuestro. ¿Hubo alguna foto que no viste publicada y recordás haber hecho? ¡Imagináte! La tapa de Stern, tengo una parecida en blanco y negro, pero esa no. Uno de los que más compró fotos nuestras fue Stern que por eso cuando vuelvo de Malvinas y a la semana vuelvo a Gallegos. En ese interín mi Jefe me contacta con el editor de Stern y lo conozco. Y llegó justo la revista con mi tapa. Pero yo no la tengo, guardo una parecida pero no esa foto, parecida. El aeropuerto se está incendiando – después del segundo bombardeo y hay unos soldaditos-. Hay otra foto que no se vió mucho y que es un momento después del bombardeo donde hay 4 o 5 soldaditos en un pozo de distintos ánimos. No te sé explicar, tendrías que verla. De esa hice como 7u 8 fotos distintas… la que más me acuerdo es esa tapa de Stern. Nosotros no teníamos experiencia ni nada. No dejaban llegar a otros medios ni a medios extranjeros. ¿Cuánto tiempo hacía trabajabas en Télam? En Télam entré como reportero en el ‟81 y me quedé hasta el ‟92 que fue la guerra de Irak del papá Bush. Antes estuve en ABC Color de Paraguay, en Perfil con Fontevecchia, en Popular, en El Chubut de Trelew… En el ‟92 Menem mandó a Irak dos barcos la Brango y la Spiro, mandaron un equipo de Télam y uno de ATC. Me dijeron que me iban a relevar en Port Site que es la entrada al Canal de Suez y no vino nadie a relevarme. A los tres meses sin viáticos sin nada, yo estaba arriba del barco. 378
Me dijeron bajáte que mañana te mandamos pasaje, todo, me bajé y estuve un mes sin plata en los Emiratos y la pasé bárbaro. Cuando volví renuncié y dije nunca más voy a hacer fotos. Me dediqué a hacer corretaje con un primo que importaba cosas. Hasta que al año hacía todo desde mi casa. Un día vino un amigo de Crónica a buscarme y a la media hora estaba haciendo los papeles y arranqué de vuelta en Crónica. Había estado muy enojado si me dejaron 4 meses varado en los Emiratos, sin plata… aunque algo tenía pero en el hotel estaba de fiado con el aval de la Embajada… además había entrado como marino, sin hacer migraciones. Bajé con un carnet de prensa de Prefectura y cuando quise salir del país tuve un lío bárbaro, el Embajador –finado- Alberto Ader me tuvo que acompañar a las 12 de la noche al aeropuerto para que me tome un avión, sino no salía. Ahí ni hice nada, turismo, me sacaba fotos con camellos, no tenía una moneda, adelgacé todo lo que subí en el barco… porque en esos países vos tenés que firmar en árabe e inglés y te dicen que cuando entrás te atenés a todas las leyes del país y viste cómo son los musulmanes. Si hacés algo te cortan la mano, te cortan la cabeza…inclusive la pena de muerte. Yo no entré por derecha, no firmé nada, pero tenía miedo, no tenía una moneda. Nunca tuve problemas pero vivía aterrorizado. Cuando llamaba acá al secretario de redacción para pedir me decía que no me podía atender… García Malod que había sido delegado estaba en Venezuela y yo llamaba a Venezuela para que él me arregle acá en Buenos Aires. ¡Era una cosa! Me tuvieron totalmente abandonado. Ahora estoy como Editor, pero tuve un accidente de trabajo y estuvieron por echarme. Gano lo mismo que cuando era reportero haciendo cuatro notas por semana, como fotógrafo ganaba bien. ¿Cuándo fuiste a Malvinas recibiste indicaciones de lo que podías o no podías hacer? ¿Quiénes? ¿El Ejército? No, no nada. Cuando llegamos lo primero que hicimos fue la parte bélica: soldados, camiones, etc. Entonces a los pocos días llega una orden de mi Jefe diciendo: “Malvinas es todo paz. No queremos más armas, más guerra”. Entonces empezamos a hacer fotos de gente haciendo aerobic, corriendo por la Bahía y todo 379
eso. Esa era la mentalidad. Cuando fue lo de la foto del avión que me perdí me llegó la orden de que: “ya no te dás cuenta que esto no es así”. En vez de tranquilizarte, esta gente no tenían ni idea. Un día te decían una cosa, otro día otra… después te vendían todo el material. Los que vendieron todo eran mis Jefes, civiles, no sé si tenían que ver con militares. Los militares se portaron muy bien con nosotros. ¿Sabés por qué? El 30 de marzo del ‟82 fue una marcha muy grande de la CGT y ahí tuve un…bueno, no importa! Nos pararon a todos los fotógrafos y periodistas, entonces yo me separo porque ví algo –hice un par de fotos- me agarra la guardia de infantería me ponen contra una pared. Yo le digo: -periodista. Tenemos que correr a un celular (la perrera). Era justo en Maipú y Rivadavia. Miro y estaba a 40 metros de Av. De Mayo. Me escapo porque veo un grupo de fotógrafos allí y la guardia de Infantería no me tira balas de goma porque había un cordón de policía de comisaría que me agarra, pero fue un desparramo y los fotógrafos sacaron unas fotos espectaculares y salí tapa de La Nación, de Clarín y lo primero que me dicen cuando llego al otro día es: -Te llama el Coronel de Piano. Uh bueno, acá me c………n a pedos –pensé-. No, me preguntó si me había pasado algo, si necesitaba algo, si estaba bien. En ese sentido con nosotros tenían buena onda y mucho mejor onda que muchas administraciones civiles de las que hay ahora. Yo no soy pro milico pero la verdad es que hubo administraciones mucho peores. Mis jefes vendieron ese material, no sé si en complicidad con alguien de arriba, pero era mucha guita. Llegaron a Télam muertos, cuando terminó la guerra se compraron quintas, 0km, ese tipo de cosas que no aparecen de un día para otro. Y nosotros sabíamos que hacían ese tipo de cosas. Las vendían a los corresponsales extranjeros, si éramos los únicos que teníamos material y eso vale oro. ¿Y Uds. de eso no vieron nada? No… si nosotros no vendimos nada y tampoco lo hubiésemos aceptado. Pero… ¿cuando volvieron les pagaron algo extra?
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No, al contrario porque nos daban 100 dólares por día de viáticos y allá eran fortunas porque todo era muy barato. Nos sobraba la plata pero en un momento, después del 1° de mayo –yo tengo el memo ese- nos mandaron un memo que dice: “debido a las circunstancias que todos conocen, el viático de 100 dólares se lo reducimos a 50”. ¿Viste cuando las cosas se ponen mal? ¡La mentalidad de la gente! Te dan 200 dólares por día y ahora porque se está poniendo peor te lo reducen. No, por el país, el estado en que está el país. Los ingleses traían sus fotógrafos con la flota. Los periodistas ingleses iban a la par de las tropas y a nosotros no nos dejaban hacer nada… nos destruyeron todo… Farré me contó que el 14 había hecho en la avenida Ross fotos de los soldaditos después de la rendición, dejando los cascos y las armas en la calle y se lo sacó un oficial que venía a nuestra casa a hablar con la familia, a usar nuestra ducha, la bañadera… ¿Sabés quién es? El que hizo el corte de manga… Farré lo encontró después y le dijo: -¿qué hiciste? Y le contestó: -no los velé. No hay historia, la destruyeron, es una guerra sin fotos, sin imágenes porque a la televisión le hicieron lo mismo. ¿Al cameraman que hizo la imagen del avión? Se la hicieron borrar en el momento porque es cinta. Cuando hacíamos las fotos, mandábamos y algunas se perdían en el camino y al llegar a Télam se perdían porque vendían los originales. Cortaban los negativos y decían 100 dólares, 200 dólares… (Mira las fotos que le muestro en mi pc) De esto no había visto nada. Por lo que veo tenés la colección más completa. ¡Espectacular! ¡Qué bárbaro, mirá lo que tenés! Esto es de fotógrafos ingleses. Ojo que en las revistas algunas dicen en las Islas pero son del Continente, en Comodoro… ¿Conociste a Rotondo? ¿Estaba con Uds.? Si lo conozco, decían que era del Ejército pero no… era de una agencia que creó con Martín Alica, Saporiti, creo pero no sé bien la historia… él se quedó más tiempo que
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Farré. Farré se subió al barco y él se quedó en tierra más tiempo. No sé por qué razón. El no tenía nada que ver con nosotros. La última vez que se transmitió radiofoto fue en Malvinas, creo… porque después aparecieron los teléfonos satelitales. Esa foto de DYN fechada el 24 de abril la hicieron el 3 o 4 cuando fueron con todos, la habrán sacado después. El 3 fuimos todos y nosotros nos quedamos. ATC vino unos días después. Los primeros días en abril estos (militares) jugaban al fútbol, era todo joda, no pasaba nada. Todo paz, son fotos nuestras…todo lo que es artillería lo hizo Farré al final cuando se replegaban y quedaron cerca. Para que vos sepas, todas las fotos en que los soldados tienen las caras pintadas esas son todas de Comodoro Rivadavia y Río Gallegos. Digan lo que te digan, allá (en Malvinas) nadie nunca se pintó la cara. Esas fotos no son de allá. Hubo nada más que los Lagartos que se pintaron la cara, pero eran de la Armada. Esas fotos (de Gente) que dicen que son del 1° de mayo, no son del 1° son de unos días antes cuando no pasaba nada. Muchas veces hueveamos, porque no sabíamos qué hacer. Les hicimos fotos a los soldados bañándose en un baño que les habían armado ahí y no fueron porque estaban desnudos y no pasaba nada, pero no fueron, no se puede. Una vez fuimos a Gente pero no encontramos estas fotos, porque de ahí también se las afanaron. Con Farré entramos al archivo y nos dejaron ver las revistas. Los archivos no los tenían porque dicen que se mudaron y los perdieron, no sé... Los rollos los revelaban en Gente porque Télam no tenía color. ¿Viste la foto del 1°de mayo con el aeropuerto incendiándose? No sé cuál fue el problema que al otro día de eso nos llama mi Jefe y nos dice:- “Pero Uds. son unos p………..dos, las fotos del bombardeo salieron en todos lados y Uds. no las 382
mandaron”-. Las fotos se las habían afanado y habían salido en todos lados. Y no me acuerdo cómo fue el asunto que se las chorearon y las tuvo antes el resto del mundo que Télam. ¡Son las fotos nuestras! Se afanaron el color que hizo Farré y nos quedamos
con
el
blanco
y
negro
que
teníamos
para
transmitir.
Lo peor fue cuando volvieron los soldaditos. Yo fui a hacer el VII de La Plata y los escondían. No nos dejaban hacerles fotos, cuando volvían los escondían, era como una vergüenza… son esos mismos chicos que llevaron ahí y no tenían la más mínima puta idea de lo que estaban haciendo. Bueno, después los escondían como si fueran criminales.
Entrevista a Nicolás Kasanzew - 15 de Agosto de 2006 ¿El periodismo fue censurado durante Malvinas? Muchos lo hacían alegremente. Es que somos exitistas. A veces hacen más de lo que les exige el que está arriba. Yo una vez... Ibamos cuando llegaban y salían los Hércules que hacían la conexión con el continente, porque era un momento de tensión, de mucha adrenalina. Llegaban y salían, no apagaban los motores porque no tenían tiempo después de prenderlos y tener los motores prendidos podían tirarles un misil los ingleses guiados por el calor. Era una gran adrenalina. Una cosa hermosa para mí, por lo menos. En una de esas me subo a uno de estos Hércules que habían descargado cosas y estaban cargando heridos y veo una hoja del diario La Nación y tenía una publicidad de la revista Gente con la tapa y la foto de la tapa de Gente que decía: “Hundimos la flota”. No decía media flota, ¾ de flota decía “la flota”. Entonces, ahí me dí cuenta que algo estaba mal en el continente. Hay gente que aparece como este estúpido y mentiroso de Edgardo Esteban diciendo que escuchaba Radio Mitre en Malvinas. ¡Es una mentira total! No se escuchaba ninguna radio Argentina, la única que se escuchaba era radio Carve. Si hablás con los ex combatientes te lo van a decir. Ahora, a posteriori, se dicen muchas mentiras. Si vas a trabajar este tema, todo 383
somételo a la duda, porque retroactivamente todo el mundo macanea. ¿Viste la película (Iluminados…)? Yo me tapé la nariz y fui a verla. Yo conozco esa historia. Es una sarta de mentiras ofensivas a los soldados argentinos y que revelan sus miedos. Edgardo Esteban tuvo un ataque de pánico y nunca hizo una guardia. Se acomodó con el teniente. Eso, preguntáselo a los soldados. Nunca hizo una guardia. El se hacía en los pantalones y quiere hacer creer que todos se hacían en los pantalones. Una de las últimas noches, él se negó de nuevo a hacer la guardia y fue otro soldadito en lugar de él y murió por una bomba. Entonces, él ahora aparece como héroe y los que estuvieron con él en los pozos y los padres de este soldadito se lo quieren comer crudo. Pero esto no sale en la película. Estos soldados hicieron comunicados que fueron publicados en los escritos marginales de malvineros, pero nadie, ningún periodista de los que hicieron tanto tachín, tachín a esta película hurgó quién es realmente Edgardo Esteban. Y así, tantas mentiras. Una de mis pesadillas es que dentro de 400 años van a presentar al General Menéndez como un heroico defensor de las Islas. En tanto, que a los verdaderos héroes los ningunean, los callan. Porque a los soldados los pintan como víctimas, los chicos de la guerra. Esa falacia es una imbecilidad y todo el mundo lo repite. Es mentira. Hubo gente que se asustó y gente que fue al frente y combatió maravillosamente bien. Pero no se los reconoce. Menéndez nunca dio una orden de ataque ni contraataque, estaba paralizado. A mí los soldados me decían:- ¿qué hacemos acá metidos en los pozos? ¿Vamos a buscarlos!- No querían quedarse ahí esperando. En San Carlos cuando desembarcan los ingleses, por inepcia de Menéndez solo había 60 conscriptos, chicos de 18 años, a los que ahora llaman despreciativamente “chicos de la guerra”. Aparece un helicóptero inglés –claro estaban al mando de buenos oficiales-. El teniente Esteban y el Subteniente hacen fuego reunido, tenían fusiles nada más, apuntan todos los fusiles a un helicóptero y lo bajan. Bajan un segundo helicóptero, un tercero. Bajaron 4 helicópteros. Y el teniente Esteban cuenta que a estos soldados de 18 años, supuestas víctimas, tenía que 384
agarrarlos del pescuezo porque querían ir hasta los helicópteros a rematar a los ingleses. Venden este cuento de los chicos de la guerra y...¿por qué no dicen cuál es el origen de la guardia de Infantería? Infantes, no hay mejor combatiente que los jóvenes de 18 años y esto fue así en la historia de todas las guerras de la humanidad. Yo he oído una sarta de falacias y de mentiras que le hacen mucho daño, en primer lugar, a los ex combatientes que se están suicidando en grandes números y también al país. Porque entonces, si nadie vale el respeto entonces nuestros paradigmas de conducta son Maradona, Moria Casán. La historia, la tergiversan. Y tal vez, haya que seguir esperando para conocer la verdad... En toda guerra hay grandezas y miserias y la guerra de Malvinas no fue la excepción. Y los militares del Proceso trataron de tapar las miserias. Y Alfonsín trató de tapar las grandezas, en definitiva no sabemos nada. Y ahora con la “ultra izquierda montonera” en el poder, no se va a poder decir nunca que algún militar hizo algo bueno. Los militares por definición hacen cosas malas. Entonces, va a seguir esta mentira. ¿Hasta cuándo? Yo creo que dentro de 400 años las cosas van a estar en su lugar. Dentro de 400 años va a ser reconocida como una gesta, como el cruce de los Andes y lo que ahora se increpa. Qué desatino, desafiaron a la OTAN. Dentro de 400 años va a ser: ¡Qué guapeza enfrentaron a la OTAN! -¿Cuál era tu opinión de la guerra antes del 14/06 y después? Era una causa nacional, con Alfonsín, con Isabelita, con cualquiera la apoyamos. Porque era una causa nacional. Todo el mundo la apoyó. Era un territorio nuestro, que en la escuela la maestra nos enseñaba como “las hermanitas perdidas”. Todos apoyábamos, yo siempre hubiera ido. Hablan pestes de la supuesta aventura del desembarco los que elogiaron el desembarco –Alfonsín, Terragno, los que quieras- ¡Todos en la plaza, reventaba de gente! No vas a encontrar ni a uno que te diga que la haya apoyado.
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¿Por qué fuiste? ¿Vos pediste o te mandaron del Canal? Fue una cosa medio rara, porque ya había estado en 60 Minutos trabajando pero me había disgustado con el productor porque no me gustaba cómo hacían algunas cosas y me fui a Canal 11 en el año ‟81. Y lloré lágrimas de sangre porque en el 11 no tenían un peso y yo estaba acostumbrado a viajar por el mundo, a cubrir guerras, a cubrir esto, o lo otro y sufría porque ya te va a pasar –si empezás a viajar- Viajar es como una droga y te provoca un síndrome de abstinencia terrible cuando dejás de viajr. Yo vivía maquinando en el 11 cómo podía inventar un viaje. Y antes, en el ‟80 cuando estaba en 60 Minutos me habían mandado a Nicaragua, a El Salvador... Sabían que me gustaba la acción y dos semanas antes del 2 de abril me llama mi productor, La Rosa... ¿No querés volver? ¿Cuánto querés ganar? Bueno, no pensaba otra cosa...El tenía información, sabía lo que se venía... Jesús Iglesias Rouco lo publicó el 15 de enero de 1982 en la primera plana de La Prensa pero nadie le prestó atención. Escribió: “Vamos a tomar las Malvinas para así reinsertarnos desde una posición de fuerza en el marco defensivo de la OTAN”. La idea de que podía pasar y evidentemente mi productor sabía porque era amigo de Gómez Fuentes y éste era muy amigo de Galtieri. Pero yo ignoraba eso y el 2 de Abril tenía que ir al canal a grabar una promo de mi reingreso a 60 Minutos. Me despierto a la mañana, “tomaron las Malvinas”, me llama Víctor Sueyro desesperado...Yo estaba loco, porque había perdido... entro de traje y corbata a la oficina de La Rosa y le digo:-Bueno, ¿a quién mandaste? -No, no mandé a nadie. María Larreta no porque es mujer, Chocron no puede ir porque tiene asma, Gómez Fuentes no porque tiene que conducir la batalla política. -¡Pero! ¡Mandáme a mí! -Ah! ¡Bueno! –me dice-
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Estaba todo pensado...así, de traje y corbata, me fui a Comodoro Rivadavia. Encantado de la vida. Pero fue por eso. Y porque siempre lo deseé. Porque las cosas que uno desea profundamente se dan. Eso... se alinean los planetas para que se te cumplan. Imagínate, yo ni siquiera soy argentino de nacimiento. Y de 1000 periodistas argentinos que habían ido a esa zona me toca a mí que ni siquiera soy nacido en Argentina. Cuando deseás algo, se te dá. -¿Cuándo volviste? Cuando supimos que Menéndez se iba a rendir al otro día. El 13 por la noche estábamos deprimidísimos y resignados a caer en manos de los ingleses, a perder el material. Cuando de repente un suboficial de Fuerza Aérea me agarra y me dice que ha llegado un Hércules –porque Menéndez le ocultó a todo el mundo que pensaba rendirse-. Entonces, llegó un Hércules con un cañón de 155mm para reforzar la defensa y el piloto –el capitán Borcher- se enfureció, se puso como loco. Y dijo: -Yo me voy, yo me voy. Este suboficial me avisa de que el Hércules va a volver al continente, entonces conferencié con el camarógrafo y decidimos que no queremos ver la rendición. Preferimos salvar el material y los equipos. Entonces, nos vamos al aeropuerto que ya estaba iluminado por las bengalas inglesas. Había un tiroteo infernal, subimos al avión. Hay una alerta roja. Todos nos tiramos fuera del avión. Alguien se quebró un brazo. Y de las 100 personas que estaban subidas al avión, cuando el capitán dijo:- Voy a salir. Subimos 60 nada más. Salimos a oscuras, volando a ras del agua. Después, nos enteramos de que nos tiraron un misil pero no nos pegaron. Sino no estaríamos acá. Fue una cosa de muchísima, muchísima tensión. Mi camarógrafo, que murió hace unos años de un cáncer, le hicieron un chequeo completo y le encontraron un micro infarto y yo me acordé que él me dijo que se había desmayado durante ese vuelo. Eso fue el micro infarto. Así llegamos a Comodoro Rivadavia. Y a la mañana siguiente se rindió Menéndez y lo hizo con gran perfidia, porque la Fuerza Aérea no sabía nada, los comandos no estaban enterados, estaban dispuestos a pegarle un tiro en la pierna y seguir con la defensa. Pero él mandó a las 387
compañías de comandos a la península para trabarlos en esa península y mientras tanto se rindió. Menéndez ocultó la información a propósito. Porque había descontento y los suboficiales querían dar batalla para salvar el honor del ejército. Y entre esos estaban dos compañías de Comandos que comandaban Rico y Castagneto y el plan era pegarle un tiro a Menéndez, meterlo preso y encabezar ellos la resistencia. Y le ofrecieron la jefatura a Seineldín pero él se negó. En ese momento Seineldín era verticalista y después sublevacionista. Confundió los tiempos, debió haberse sublevado en ese momento. Pero igual pensaban hacerlo. Menéndez olía algo porque los mandó a la península y ellos quedaron trabados porque los ingleses estaban muy cerca y aprovechó a rendirse. ¿Llevabas alguna indicación cuando fuiste? No me hicieron ninguna indicación. En realidad, la única indicación...por supuesto estaba sometido a censura...no podía filmar algo y mandarlo a escondidas porque había un Oficial de Inteligencia que nos acompañaba y veía el material y nos decía:Borrá esto... Aparte de la censura que iba a haber en el continente. Por suerte él no quería ir al aeropuerto porque era bombardeado 4 veces por día, entonces cuando íbamos al aeropuerto nos despegábamos de él. La gente de Fuerza Aérea nos recibía de mil maravillas y teníamos acción todo el día. Entonces, tenías censura pero nunca me dijeron filmá esto o dejá de filmar esto otro. Solo una vez me mandaron una indicación muy absurda y era que no filme más conscriptos para que no se viera que eran soldados conscriptos. Todo el mundo lo sabía. Me pareció una tontería por ser periodista. Porque además, no le quería quitar el placer a los soldaditos de seguirlos filmando y que los vea la vieja. Y tal vez por ese motivo también desapareció mi material (se refiere a las fotografías que mandó a su mujer que estaba en el continente y nunca le llegaron). Pero era muy absurdo porque los motivos por los que no mandaban un reportaje, después me enteré... Me acuerdo, un día entrevisté a un 388
capitán de la aviación naval que había atacado a los ingleses –Molteni-. Era un tipo muy gracioso y él decía que fulano se había salvado porque se había eyectado con el paracaídas, porque llevaba todo y que si a él le pasaba eso no se salvaba porque no llevaba ni el peine. Yo salgo a volar sin llevar siquiera el peine –decía-. Entonces, dijeron: -¡Cómo va a salir a volar sin llevar el peine! ¡Cómo va a decir eso! Y no pusieron la historia al aire. Una estupidez como esa, el testimonio de un tipo que había luchado contra los ingleses. En la próxima guerra me guardo el material... Yo le decía al Oficial de Inteligencia que nos acompañaba:-¡No lo borres! Guardátelo para la historia. Que se publique en 20 años, es un material precioso para la historia. Yo no me guardaba nada, yo mandaba todo. Y cuando nos comunicábamos decía: -¡Mandé esto, aquello! Y me respondían: -Recibido, todo perfecto, quedáte tranquilo. A mí no se me pasaba por la cabeza que más del 90% del material no lo mostraban. Yo puedo entender que por razones de seguridad de las tropas, tal ángulo que se ve la trinchera de un Regimiento... ¡Pero más del 90%, no se me pasaba por la cabeza qué podía pasar eso! Es una terrible frustración, evidentemente no les gustaba lo que mandaba. A mí me parece que desde el punto de vista de la seguridad lo puedo aceptar, pero no. Lo asesinaron, al material. ¿El material se vendía? Eso no lo ví. No me consta. Pero son los comentarios. Sí me contaron que lo borraban. Se borra muy fácil. Inclusive nosotros trabajábamos con películas y cassettes y abrían las latas de películas sin esconderlas de la luz por lo que las velaban, ese tipo de actitud. Pero son comentarios de terceros porque yo no lo vi. ¿Qué pasó después de Malvinas? Bueno, me reintegré a la conducción de 60 Minutos. Pero me prohibieron hablar de Malvinas, yo no podía presentar ninguna nota de Malvinas. Y cuando terminó mi contrato no me lo renovaron. Me quedé sin trabajo. Porque te digo: el gobierno del proceso quería que la gente se olvidara de Malvinas. Por eso, cuando volvieron los 389
soldados los escondieron, no les brindaron un mísero desfile. Les dieron las espaldas. Y me quedé sin trabajo. Vinieron las elecciones, ganó Alfonsín y nombraron presidente de ATC a Miguel Angel Merellano que era un locutor radical. Y me llama para participar de un programa periodístico y esta noticia sale en Clarín. Al día siguiente, me llama Merellano y me dice: -No hagas nada, ni digas nada, pero te prohibieron. Pero... ¡No hagas nada! Pero no digas nada porque cuando te prohíben lo peor que podés hacer es decir algo. ¿Y quién me prohibió? El Ministro de Cultura Carlos Gorostiza me dio la orden de que no podés trabajar. Y los canales eran todos estatales, menos el 9 que era de Romay. Yo, lejos de quedarme callado, monté en cólera y fui a verlo a Gorostiza. Fui con otro periodista, el actual ex marido de Mónica Gutiérrez, esa es otra cosa que ahora todos se callan. ¡Son progresistas! Y Mónica Gutiérrez era la reportera estrella de 60 Minutos y en 60 Minutos trabajaban Fernando Bravo y Bety Elizalde, gente que de ninguna manera eran anti progresistas, sino todo lo contrario... pero eso se omite. Y bueno, me recibió Gorostiza con el Subsecretario que era Marcos Aguinis y estos 2 escritores me dijeron que yo no tenía derecho a trabajar por haber ido a la guerra de Malvinas. Me lo dijeron a mí. Yo les dije: -Y ¿por qué? ¿Quién dio la orden? Entonces, me dijeron: ¿Qué importa si fue Tróccoli o Alfonsín? Años más tarde, en una entrevista en la Revista Noticias, Eduardo Eurnekian dijo que fue Alfonsín. Porque cuando Eduardo Eurnekian recién compra Cablevisión me contrata a mí. El tiene muchos negocios en Chascomús, con textiles y parece que Alfonsín le tiró la bronca porque me había contratado. Alfonsín tiene una historia con Malvinas, personal. Porque hubo una camada del Colegio Militar increíble porque la integraban estas 4 personas: Galtieri, Alfonsín, Harguindeguy y Anaya. Todos juntos. Entonces, parece que Alfonsín era el gordito “gilún” al que Galtieri molestaba y Harguindeguy defendía y eso quedó a lo largo del resto de sus vidas. Porque fijáte que Alfonsín desarrolló un odio tremendo contra Galtieri y por ende contra la guerra de Malvinas, mientras que Harguindeguy, que defendió a Alfonsín durante el Gobierno militar para que no le pasara nada, cuando comienza el juicio a 390
los militares, no le pasa nada. Escúchame, si acá hubo desaparecidos, ¿Quién es el responsable primero y principal? El Ministro del Interior. Pues al Ministro del Interior Harguindeguy nunca le pasó nada por protección de Alfonsín. Y Galtieri era odiado por Alfonsín y esto se le escapó cuando lo criticaban por querer poner la capital en Carmen de Patagones, una vez dijo: -¿Por qué? ¿Si esto no va a salir más caro de lo que salió la Guerra de Malvinas? Estaba compitiendo con Galtieri por tener un poco de historia, nada más. Porque yo tengo muchas facturas para pasarle a Galtieri, pero lo cierto es que entró en la historia. Porque dentro de 200 años va a tener 3 renglones en un libro de historia, pero Alfonsín no va a tener 3 renglones por haber querido trasladar la Capital. ¿Supiste si hubo fusilamientos durante la guerra? ¿De los ingleses? No, eso fue después de la rendición...Así que de eso no puedo hablar porque no estaba ahí. De eso pueden hablar los soldados. Contáme qué pasó con tu material. ¿Pudiste recuperar algo? No, las fotos que mandé jamás aparecieron. He sacado muchas fotos, no son muy espectaculares pero es un documento histórico. Tengo más de un centenar de fotos. Que las tengo ahí amontonadas, ni sé dónde las tengo. Porque a nadie le interesa nada... Recién ahora hay un movimiento, sobre todo entre los familiares que me han pedido fotos y yo tenía la intención porque vine una vez con todas las fotos y estuve en contacto con Daniel Marchi, un muchacho muy entusiasta, suboficial helicopterista, que está en actividad. Ibamos a ir y verlas una por una. Yo tenía idea, inclusive, de juntar a los familiares y proyectarles en diapositivas para que las vean si reconocen a sus seres queridos, hacerles copias y todo. Se enfermó Daniel y al final no lo hicimos, pero es una asignatura pendiente. En los archivos de los diarios me han dicho que no hay fotos (en relación a La Nación) y otros como vos me dicen “tengo cientos...” 391
Porque los archivos los han saqueado. O los esconden con intereses pecuniarios. Vos vas a ATC a pedir videos y es una lágrima. Hace poco fue gente de una productora a buscar material a ATC y no encontraron nada. Cuando se van, en el hotel, reciben una llamada telefónica y les dicen:- “¿Uds. quieren material de Malvinas? Tantos dólares el segundo”. Es gente, empleados infieles, que dentro de ATC –no lo tienen dentro de ATC, lo habrán sacado- pero tienen ver o tuvieron que ver cuando llegó el material y se lo guardaron. Con respecto a las fotos me hiciste acordar de una anécdota. Llegamos con el camarógrafo a una posición que tenían los Patricios, porque había una sección de Patricios y había un Sargento que se llamaba Saraza. Llegamos ahí porque recién habían pasado unos Harriers y los habían bombardeado. Y estaban todos desesperados porque habían pasado recién y Saraza que gritaba:-¡Lo tengo, lo tengo! –
¿Qué? ¿Bajaste uno?
–
-¡No, le saqué una foto!
–
¿Cómo le vas a sacar una foto? ¡Le hubieras tirado, aunque sea con el revólver!
Pero ahí tenés. Yo creo que todo el mundo ha sacado fotos. Los oficiales y suboficiales seguro que todos tienen fotos. Pero como Malvinas es mala palabra hay una desidia… nadie se preocupa por las fotos ¿Si nadie se va a interesar? Yo publiqué mi librito en el ‟82, se vendieron 85 mil ejemplares, lo cual es mucho porque acá un best seller son 3 mil ejemplares. Se agotó hace muchos años y yo pensé que con motivo de los 25 años quizás alguien lo quiera reeditar. Y podría actualizarlo, porque lo hice medio a las apuradas y hubo cosas que me quedaron en el tintero. Y fui a hablar con la encargada de El Ateneo y me dijo que probablemente le interesara, que sí, le llevara un ejemplar. No me atendió nunca más el teléfono. Malvinas sigue siendo mala palabra. Piensan que nadie les va a comprar, porque supongo que el editor antes de publicar busca si a alguien le puede interesar. El argentino no quiere saber de Malvinas. Vos fijáte, las 2 películas que hicimos son más 392
allá de miserables, canallescas, mentirosas, no tienen entidad. Yo tuve que hacer un esfuerzo para quedarme hasta el final porque me aburrí con la película de Edgardo Esteban, honestamente, más allá de que me repugne el tipo o la concepción de que eran todos cagones. Me aburrió. Fijáte, muestran a los Oficiales y Suboficiales como malos, y no te lo creés. Son de pacotilla no te los creés ni como malos. Está mal actuada, mal hecha, aburrida. Porque además, han hecho un vuelo muy bajo, cae en la mugre. Teniendo el material que tienen de Malvinas para hacer películas espectaculares. Yo creo que Hollywood pagaría millones de dólares a quien haga un guión de Malvinas con cosas reales que pasaron. Porque Dotoiesvsky decía... “la verdad es siempre inverosímil”. Las cosas que pasaron en la guerra de Malvinas son para llenar varios guiones de películas. Nadie se preocupa por eso. Cosas que he visto yo con mis propios ojos. Por ejemplo, ir un piloto con el avión averiado, entonces le dicen que lo van a guiar para que se eyecte en el agua y lo van a rescatar. Arcas se llama el piloto, entonces, lo van guiando, le dicen que se eyecte y el tipo se larga al agua y deja el avión nivelado para que se estrelle, también en el agua. Pero vaya a saber qué palanca se trabó y el avión en lugar de volar recto, empieza a volar en círculo. Mientras tanto, Arcas está en el agua. Empieza a nadar hacia la costa y le empiezan a hacer gestos de que no. Yo pensé que me estaban saludando –decía Arcas- y ya los estaba puteando. No era para que no nadara porque ahí había minas. Le mandan un helicóptero, a duras penas lo sacan. Fue una odisea. El avión, lo vemos que empieza a girar y de repente enfila hacia Puerto Argentino. Entonces, le empiezan a tirar los nuestros con los cañones antiaéreos, pero están tan calibrados para aviones a gran velocidad y este avión iba muy lento y no lo podían bajar y cuando gira de nuevo que parece que se va a estrellar sobre Puerto Argentino. ¡Y no, el avión que parece que no quiere morir! Decíme si no es para aprovechar en una película! Un comando argentino mata a un comando británico. Y da un parte diciendo que el comando británico peleó con heroísmo y por ese reporte del comando argentino al comando británico en Inglaterra lo promueven al grado superior post mortem, teniendo 393
como prueba el guión del enemigo. Y la esposa del comando británico dice:- quiero conocer al hombre que mató a mi marido que habla tan bien de él. Y viene acá y lo conoce. O sea, ¿Cuántas historias hay? Una vez cayó un teniente Benítez que se estaba por casar, tenía una novia acá en Buenos Aires. Era piloto de aviación naval, cae con su avión y lo entierran. Como hacen muchas veces los militares, ponen una cruz y sobre la cruz el casco. Y empieza a llover y el casco, que obviamente estaba ensangrentado, empieza a gotear sangre. ¡El casco estaba llorando sangre! ¿Decíme si estas imágenes no son para aprovechar en el cine? En vez de que el conscripto se hizo en el pantalón. ¡Por favor! ¡Qué vuelo tan rastrero y sucio! Pero bueno, es por el lavado de cerebro… y ahora la última vuelta de tuerca es que están queriendo presentar oficialmente a los ex combatientes como víctimas de la Dictadura. No defendieron a su Patria. Fueron víctimas de la Dictadura. Algo de eso va a pasar. Cuando la ideología se mete en la historia…Cuando Stalin llega al poder empieza a matar uno por uno a los que con él hicieron la Revolución. Entonces, de ser los que hicieron la Revolución pasan a ser enemigos, agentes de inteligencia japoneses, los van borrando de las fotos, los sacan. Cuando la ideología se mete en la historia es el fin de la historia como ciencia. Se escribe con una total fantasía acorde a las necesidades de los que tienen el poder. Porque un historiador tiene que tener el coraje de decir la verdad y el coraje de no callarla, las dos cosas. Porque una verdad parcial es una verdad injusta. Se miente y se repiten ideas falaces, absurdas. Por ejemplo, esto que escuché decir al director de un diario: -¡Qué barbaridad estos milicos! ¡Mandaron a pelear a Malvinas -que hace tanto frío- a chicos del Chaco! ¡Con la diferencia climática que hay! ¿Y los alemanes nórdicos no hicieron proezas en el Africa con el Africa Korps? ¡Qué imbecilidad! ¿O había que dejarlos nada más para pelear en el Norte de Alemania? Si vos te detenés un minuto te das cuenta qué imbecilidad. Pero todo el mundo lo repite y una imbecilidad repetida por todo el mundo se convierte en un lugar común y en verdad… Además, lucharon heroicamente. ¿Con todo lo que les faltaba: comida, abrigo…? 394
Pero es que así son las guerras. ¿Cómo hacés cuando estás bajo fuego para llevarle comida caliente a los soldados? Tenés que arriesgarte mucho. Llegaba, pero llegaba fría. ¡Claro! No va a llegar caliente. ¡Una guerra no es un paseo! Y vista desde el punto de vista de un burgués… ¡Y claro, les faltaba comida caliente…! Es una guerra y la guerra es un horror en todo sentido. Pero… ¿por qué no contamos la verdad? ¿Qué así como había soldados que pasaban hambre había unidades donde el jefe no comía hasta que no comía el último de los soldados? Y yo lo he visto. ¿Y por qué pasa eso? Porque la ideología pinta todo lo negativo. Si hubo una persona estaqueada, por lo menos una, eso lo sé. ¿Pero qué pasa con Maneta, el jefe de cuartel de Moody Brook que quería mandar a los soldados rotando a la ciudad y que se bañaran? ¡No querían abandonarlo! El era un padre para ellos, no querían irse. Entonces sí, hubo oficiales que se asustaron y no se jugaron. Fijáte vos, cuando decíamos qué imbecilidad convierte mentiras en la Biblia… Galtieri, el borracho. Porque lo vieron con un vaso de whisky. ¡¡Qué barbaridad!! Margareth Tahtcher se emborrachaba todas las noches, eso salió publicado. Del miedo a que un pequeño país sudaca le hiciera morder el polvo. ¡Qué importa si Galtieri tomaba whisky! ¡Una banalidad! A Galtieri yo le tengo una factura mucho más gruesa. ¿Por qué no se puso él al frente de las tropas? Eso es una factura más gruesa. No si tomaba un whisky… ¡Por favor! Eso desvía la mirada de las cosas que realmente pasaron. A Galtieri si hay que fusilarlo, ¡hay que hacerlo porque no se puso al frente de las tropas! Viola era un borracho y nunca nadie acusó a Viola de tomar… Entrevista a Daniel Alonso (2006) Entrevista realizada por e-mail en 2 partes Comentario preliminar Naturalmente los medios durante la cobertura del conflicto del Atlántico Sur (incluso los dos semanarios, Clarín y La Nación) estaban absolutamente condicionados a la información que bajara el gobierno militar sobre la temática. 395
Un mal entendido “patriotismo”, hacía que los medios –si bien tenían acceso a cuestiones que veían mal- no las publicaran, además de que estaban “supervisados” al cierre, por representantes de los comandos en Jefe. Al margen de ello, el triunfalismo que despertó la Junta Militar con la ocupación de Malvinas, fue literalmente –creído por todos, más allá de la conveniencia momentánea. (Hay que tener en cuenta que contar la película ahora que sabemos el final, es muy distinto a haberla vivido en cómodas cuotas, contemporáneamente...) Por ello, si somos serios, los periodistas que actuábamos entonces mal podemos hacer una crítica despiadada porque en alguna manera, todos fuimos cómplices de la mala información – en realidad, más acción psicológica que información – que nos prestábamos a bajar a la sociedad. (Es más o menos como cuando “alguien” reeligió a Menem, y ahora nadie se acuerda...; o ahora, que Kirchner tiene una imagen positiva (2006) del 70%, y los patagónicos te podemos decir que dentro de cuatro o cinco años nadie se va a acordar que lo quisimos tanto...) Antes de pasar a contestar algunas de las cosas que me preguntás, te comento que en materia fotográfica y de imagen, específicamente, el gobierno había llevado a un equipo de Canal 7 – Nicolás Kasanzew y un cámara – y un par de fotógrafos propios, uniformados. El resto que te cuente algo, es porque sacó fotos por acá por la costa, en las ciudades que éramos “Cabecera de Teatro de Operaciones”: Comodoro, Río Gallegos y Río Grande. La única manera que tuvieron las redacciones más importantes (del país y del extranjero) para acceder a imágenes generadas por prensa argentina era “comprando” (bajo cuerda) al cámara de Canal 7 o a los reporteros gráficos de los militares,
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imágenes “no autorizadas” por los militares, pero que los tipos se exponían a hacer circular sin que ellos supieran (y cotizaban como locos). En cuanto a video, en la época no había posibilidades más que de enviar físicamente lo enlatados, así que hubo pocas tomas “non sanctas”. Pero en cuanto a las fotos (blanco y negro, claro) ya existían pequeñas valijitas para emitirlas como “radio-fotos”, con sólo contar con una línea telefónica a mano. (Obviamente, no existía internet...) Se macaneó un montón con tomas hechas acá en la costa patagónica, haciendo creer que eran de las islas. ¿Por qué? Porque casa diez o quince kilómetros en torno a las ciudades costeras (Comodoro, Caleta Olivia, Puerto Deseado, Puerto Santa Cruz; generalmente en todo Chubut y Santa Cruz) había grupos de soldados (como en el límite con Chile, en la cordillera), acampados y patrullando por la eventualidad que el conflicto se generalizara y hubiera algún ataque a la costa continental. Yo te podría garantizar que el 80% de las fotos que incluso los grandes medios publicaron ilustrando como que eran campamentos en la costa malvinense, era en nuestras playas pedregosas, obviamente con soldados y oficiales que vestían el mismo uniforme, y con una topografía que no es muy parecida (el suelo malvinense es de hulla y con mucha pastura verde) pero trucadas mostrando mayormente playa y mar. Hechas estas salvedades, que vos sabrás como sintetizar, trato ahora de seguir la guía de tus consultas. Me gustaría que me cuentes –si tenés ganas- dónde trabajabas en el ‟82, cuándo fuiste a Malvinas, quién te mandó, con quién fuiste, cuántos días estuviste, qué hiciste allá y en qué condiciones. Y todo lo que te acuerdes del momento.
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En 1982 era Prosecretario de Redacción del matutino “El Patagónico” de Comodoro Rivadavia, y uno de los conductores del noticiero de LU83 TV Canal 9 de nuestra ciudad. Particularmente por el diario me tocó la cobertura directa los dos meses que duró el conflicto, y por ello el sábado 3 de Abril fui uno de los 70 periodistas (entre nacionales y extranjeros) que pudimos visitar por unas horas Puerto Argentino (Stanley) para ver que la ocupación argentina había sido incruenta. Ese fue el único objetivo y la única ocasión en que estuvieron periodistas en el teatro de operaciones, y sólo por un par de horas al día siguiente de la toma Argentina. El resto del tiempo las imágenes que hubiera, las transmitían o enviaban los fotógrafos militares (a su conveniencia) o el cámara de Kasanzew. (Hasta que llegaron los ingleses y desembarcaron, obviamente, yo te comento la parte Argentina). El resto del tiempo, el seguimiento se hacía de las comandancias, situadas en Comodoro, en Río Gallegos y en Río Grande. En esas tres sedes los periodistas recibíamos el material que la Junta Militar quisiera dar, y del modo que la quisiera dar. Nuestra elaboración propia se limitaba a notas color, algunas versiones o particularidades, pero los medios no nos dejaban exponerlos a publicar que “no íbamos ganando” como nos hacían decir, etc (Naturalmente, hasta que terminó el conflicto, en que sí pudimos empezar a decir que no nos dejaban informar que tan bien no veníamos...) Yo tuve la suerte de hacer de guía local esos dos meses, de dos o tres excelentes periodistas y corresponsales de guerra: Luis Garasino, de Clarín, y Corbellini Rosende, de La Nación, que operaban para sus medios, desde nuestro diario. Con su asesoramiento y sus contactos (tenían trato directo con las cúpulas militares porque eran los corresponsales de sus diarios ante el Ejército y la Fuerza Aérea desde 398
antes, lográbamos para nuestro diario local versiones más ciertas, aunque no pudiéramos publicarlas por el momento. En Comodoro, en particular, el clima de guerra se vivió como en las Islas. No durante el primer mes, ya que durante las negociaciones diplomáticas todo el mundo creía que se iba a llegar a un arreglo y que no iba a haber guerra. Precisamente, entre el 3 de Abril y el 1º de Mayo, que se desató la guerra con el primer ataque inglés, compartíamos la redacción con periodistas turcos, alemanes, franceses, y hasta ingleses, sin problemas con estos últimos. El 1º de Mayo, pacíficamente, el gobierno despachó a todos los periodistas extranjeros a Buenos Aires y solo quedaron por acá en las ciudades “cabecera”, periodistas nacionales. Comodoro era la sede del Comando de Aeronáutica, y acá sesionaba el Comandante Comodoro Basilio Lami Dozo y su estado mayor, y del Ejército, cuya comandancia ejercía un General García. Era la cabecera porque desde su aeropuerto se estableció durante todo el primer mes en que se completó la ocupación con el envío de más de 5000 soldados y equipamiento, toda la logística para la guerra. Incluso el Hospital de Campaña acá fue establecido en forma portátil al lado de la pista del mismo aeropuerto, para cuando trasladaran a los heridos de urgencia. Te decía que el clima de guerra se vivió acá con toda intensidad, porque la ciudad era considerada el punto principal de abastecimiento a las Islas, y como tal, si los ingleses no hubieran podido desembarcar tan fácil, hubieran atacado el Continente y en especial, desde donde se atendía a las Islas. De tal manera, toda la ciudad se oscurecía de noche, se montó un operativo de Defensa Civil que durante los dos meses hacía oscurecimientos sorpresivos, para ver si en todas las casas y edificios habías tapado todo hilo de luz que pudiera verse desde el aire. 399
Ello se hacía con tétricas sirenas, que nos mantuvo bastante entusiasmados con ser parte tan cercana a los horrores de una guerra, pero también estar ayudando a una causa nacional, si es que se recuperaban en algo las Malvinas, no? En las escuelas, incluso jardines de infantes, a los niños se les enseñaba a esconderse ordenadamente debajo de los pupitres en el menor tiempo posible, y otro tipo de precauciones que fueron ejercicio cotidiano en esos días. En síntesis: vivimos el conflicto, y sus implicancias, más confortables pero más enterados y preocupados que si hubiéramos estado cubriendo en algún lugar del frente de batalla, donde hubiéramos estado aislados o sólo con chances de contar lo que pasaba cerca de nuestra trinchera... Me han contado que en Comodoro los corresponsales tenían muchas restricciones y eran seguidos constantemente por la gente de inteligencia, por ejemplo.
Esto que te han contado, me parece un poco una fantasía de algún colega, en lo que hace a que alguien era “seguido” por la gente de inteligencia. Es decir: ningún periodista que viniera en ejercicio durante los años previos esa misma dictadura militar, seguía en sus medios para 1982 si no había aprendido lo de la “autocensura”, no propia, sino del medio en el que trabajaba… (Los argentinos alguna vez nos vamos a contar la historia completa, y diremos que tanto Clarín, como La Nación, como Siete Días, como Gente alentaron en 1976 el golpe militar y lo acompañaron por sus conveniencias económicas durante todo el tiempo…¡y por supuesto los medios menos poderosos, también!) Y en otro sentido, dicho de otra manera lo que planteás, por supuesto que ese seguimiento no hacía falta porque el control era absoluto, la “supervisión antes del cierre de la edición”, antes de la guerra… Eso, aunque ahora cueste entenderlo, se vivía como cosa natural y era “auto-censura”. 400
Por ejemplo: se dejó venir a los corresponsales extranjeros al Sur, hasta que los ingleses atacaron (01/05/82), y luego amablemente se los despachó a Buenos Aires, a Ezeiza y de ahí a sus países… y por supuesto ninguno se resistió. (De los internacionales quedaron en Buenos Aires los que eran de dotación fija, no los que vinieron de sus países por el conflicto en sí). Por darte ejemplos, lo más que ocurría era que se intensificaban averiguaciones en los diarios locales, cuando se daban cuenta que los corresponsales nacionales lograban “notas-color” o fotos de archivo que les proveíamos nosotros, por conocimiento de la zona, pero siempre de esta zona, no de las islas. Una sola vez –el 6 de junio- a mi diario y a otro del norte del país nos clausuraron por 24 horas, por publicar una versión que le pasamos a la agencia Noticias Argentinas. Y nosotros, entonces, nos defendimos diciendo que lo que publicamos fue el cable de la agencia nacional (cuando en realidad el dato era nuestro y se lo pasamos a ellos para que se sepa). Lo más que nos podíamos permitir era una travesura de esas. Otro dato que conviene tener en cuenta era que a excepción de Canal 9 (de Romay) los demás canales de TV abierta eran del Estado (el 13, de la Marina) y el 11 (del Ejército). Entonces el control masivo de la información que tenía la junta militar, era casi total.
Un parrafito más: Yo, que aún sigo en el periodismo, vengo viendo con preocupación cómo los veteranos o ex combatientes, le han sacado provecho a la democracia, con todo tipo de prebendas.
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Lo vivido en esos años, las especulaciones que he visto lograr a muchachos que si eran soldados estaban en trincheras de por acá o la frontera con Chile, en nombre de la guerra… NO TIENE NOMBRE. Eso me ha enseñado que yo a LOS VIVOS DE LA GUERRA, les creo poco. Creo firmemente en los MUERTOS DE LA GUERRA. Y te puedo garantizar que por sus deudos, sus padres que quedaron sin hijos, sus viudas…ningún político ni los ex combatientes nunca hicieron nada. (Lindo tema para otra tesis, ¿no?) Además, me da bastante asco ver que muchos “vivos” han sacado provecho gracias a los verdaderos valientes, que son los que no volvieron. Pero un poquito así somos los argentinos, ¿no? Bueno, creo que ya es demasiada lata. Si en base a estos apuntes, te interese que profundice algo, mandáme otro mail. Yo voy a hacer un poquito de memoria, con algún colega, para ver si nos acordamos del nombre de alguno de los fotógrafos. Mandó Clarín, mandó la Revista Diez (de Perfil, a un chico Cichero), y La Nación, por ejemplo, no mandó. Las fotos se las proveíamos los diarios locales, o eran las que entregaban los milicos en la conferencia de prensa todas las tardes a las 18 horas, en la sede de la cabecera del Teatro de Operaciones en la Cámara de Comercio de Comodoro. Me había olvidado: Otra de las informaciones que eventualmente publicábamos (porque detectábamos en el aeropuerto local la partida de aviones Hércules con suministro), era que “el puente aéreo se restableció parcialmente”, cosa que les jorobaba, porque se suponía que una vez declarado el conflicto en lo bélico (desde el 1° de Mayo en adelante) se suponía que estaba suspendido y eventualmente los aviones que detectaran los ingleses los podían bajar sin miramientos porque se daba por violado el espacio aéreo en conflicto.
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Te imaginarás que los ingleses, con el apoyo tecnológico de la OTAN y los satélites de comunicaciones norteamericanos, no necesitaban leer el diario de Comodoro Rivadavia, para detectar “naves enemigas”…
Reaparecí. Te había quedado debiendo el tema de por qué nos habían cerrado el diario El Patagónico durante el conflicto del Atlántico Sur. Aunque, lo más probable es que hayas terminado la tesis… te comento que no quise darte la información como vagamente recordaba, sino charlarlo con el colega que en aquel momento era corresponsal de NA (Noticias Argentinas) – Carlos Acosta- y que como siempre levantaba material de nuestro diario para sus despachos, hizo que la suspensión cayera a nivel nacional sobre la agencia, y a nivel local sobre el matutino. Tal como yo suponía, no hubo una razón única, o una información puntual, con la cual tomaron la medida, sino que quisieron poner freno a toda información independiente que recogiéramos, que no fuera de la única fuente que ellos proponían, que era un vocero que todas las tardes a las 18 citaba a la prensa en una sala al efecto, para divagar pero sin suministrarnos datos concretos. La suspensión se dispuso por tres días del 6 al 9 de junio, pero finalmente se cumplió uno solo, pues las autoridades del diario y sus abogados reclamaron a la comandancia local, y al no dárseles explicaciones puntuales, lograron tal indulgencia. La disposición que exhibieron los militares, elípticamente argumentaba “por difundir informaciones que conspiran contra la seguridad de las operaciones militares”. Con ello, pretendían poner freno a nuestra búsqueda por otras fuentes, y ya nos habían hecho reconvenciones verbales en tal sentido antes de esa fecha.
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Lo que más los había indispuesto, es que por testimonios de soldados en el frente, habíamos publicado que por el intenso frío en las trincheras, ya había muchachitos que tenían principio de congelamiento en las extremidades (“pie de trinchera”, un paso previo a la gangrena), entre otras cosas. Otras inconveniencias que habíamos publicado fue cuando el 3 de abril nos cruzaron a las islas para que viéramos lo incruento de la ocupación militar argentina, editar una foto donde se veían soldaditos nuestros empujando un camión militar argentino para ver si arrancaba… En términos generales, lo que quisieron fue ejemplificar ante el resto de la prensa nacional, para que no se publicaran versiones de “cosecha propia”, y nos sujetáramos a editar –los primeros días de junio, cuando acá en la Patagonia ya se rumoreaba la rendición- que “íbamos ganando la guerra”. Lo que supimos, es que la publicación de lo del pie de trinchera, el día que dispusieron la clausura (o suspensión), sólo tuvo como castigados a El Patagónico y a la agencia Noticias Argentinas (NA), cuando en realidad, muchos diarios del país pusieron el cable de NA, levantado de lo escrito en el diario.
Entrevista a Daniel García - 17 de febrero de 2010 ¿Dónde trabajabas en 1982? En 1982 trabajaba como fotógrafo de la agencia DYN y viajé a Malvinas el 13 de abril. El viaje surgió a partir de un acuerdo entre NA y DYN y el Estado Mayor Conjunto. No había imágenes ni información de otra agencia que no fuera la oficial entonces les ofrecimos hacer un pool, el redactor era de NA y el fotógrafo de DYN era yo. Viajamos en un Focker de la Fuerza Aérea, 3 tripulantes, Osvaldo Gazzolla de NA, un Teniente Coronel y yo. El Teniente Coronel no se nos despegaba. Cuando salimos de Buenos Aires en un vuelo de Aerolíneas hasta Comodoro Rivadavia, el teniente coronel se nos 404
sentó atrás y ni bien despegamos nos entregó cinco carillas con las prohibiciones de todo lo que no podíamos hacer. No se podía tomar imágenes de nada, con lo cual me paré y le dije al teniente que él que tenía poder hiciera que volviéramos, yo me quería bajar porque no podía hacer nada para lo que iba. Tuvimos un cruce de palabras y seguí viaje. Algunas de esas prohibiciones eran exhibidas en las redacciones de los diarios y en la agencia misma. ¿Cómo fue la experiencia en Malvinas? Estuvimos solo 5 o 6 horas. En principio Menéndez nos dijo que el Estado Mayor Conjunto decidiría si nos quedábamos más tiempo. Gazzolla de NA le hizo un reportaje a Menéndez allí en la gobernación. Yo le hice un par de fotos y para mí eso era un aburrimiento porque no tenía mucho para hacer, entonces me fui a dar vueltas por Puerto Argentino. El teniente Coronel nos había abandonado en ese momento. Hice un par de fotos en Puerto Argentino y me crucé con un soldado en un jeep al que imperativamente le pedí que me lleve, imagináte yo tendría 30 años y él 18. Me llevó al cuartel de los Royal Marines donde hice algunas fotos, una de ellas fue censurada (luego te la mostraré). Estaba allí y cayó el Teniente Coronel con una especie de comando a buscarme. Todo un operativo para mí que estaba aburrido en Puerto Argentino. Tuvimos un cruce con palabras fuertes y me llevaron de vuelta a Puerto Argentino. Yo creo que este hecho influyó para que no nos pudiéramos quedar. Hice algunas tomas en color para SIGMA que necesitaba fotos de la vida cotidiana en las Islas, de allí la foto en el mercado (a la vendedora que encontré cuando volví para los 25 años) o la ropa colgada en la soga o el jeep y la calle con la flecha indicando el sentido contrario (los militares argentinos quisieron imponer cambio en el sentido de la circulación de las calles). ¿Qué pasó con las fotos cuando volviste? El acuerdo entre DYN, NA y el Estado Mayor Conjunto era que los rollos eran revelados por este último con la supervisión de las agencias. El Estado Mayor 405
Conjunto revisó los negativos y censuró solo una (la del soldado comiendo su ración en el cuartel de los Royal Marines) que fue expuesta por primera vez en la Segunda Muestra del Periodismo Gráfico Argentino que se realizó en octubre de 1982. DYN vendió todas esas fotos, me dieron un reconocimiento por mi trabajo pero no fue más que eso. Ellos ganaron mucho dinero. Y cuando volví me mandaron a cubrir el mundial de fútbol a España. Antes de irme a España yo ya sabía por la información que manejaba –era el encargado de transmitir la información de AP que DYN distribuía al interior del país- que la guerra estaba perdida. ¿Cómo era el tema de la venta de las fotos? No me consta porque no lo vi pero se sabía que en Comodoro Rivadavia gente del ejército tenía una casa donde vendían las fotos. Había álbumes con todo tipo de fotos y se podían elegir y conseguir allí. Eran los rollos que les sacaban a los soldados, a los fotógrafos, todo lo que robaban o secuestraban por ahí. Cuando le muestro las fotos de la carpeta “dudosas” considera que las fotos fueron hechas por fotógrafos profesionales, muy probablemente por fotógrafos ingleses que viajaron con la flota y se manejaron con total libertad, por ejemplo en el desembarco en Goose Green donde hicieron fotos muy buenas. Las distribuyó PA (Press Asociation) que era la agencia oficial inglesa. Uno de sus fotógrafos fue Martin Cleaver. La agencia para la que Daniel García trabaja en 2010 –AFP- recibió fotos de AP y PA. Daniel explica que las fotos que dicen Str o Stf significa Streanger que es lo mismo que fue hecha por un fotógrafo al que se le paga por esa colaboración eventual y no pertenece al staff de la agencia. Respecto de las fotos que dice United Kingdom OUT significa que los clientes ingleses de la agencia no pueden comprar y/o publicar esa foto.
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Encuentro con Daniel Rodríguez 2005 y 2010 (editor fotográfico de Revista Ñ, 2010) En 1982 era fotógrafo de diario Clarín y al ser consultado por las fotos de Malvinas nos regala su testimonio. “El 30 de Marzo de 1982 fui a cubrir la marcha convocada por la CGT. Con esfuerzo pude eludir la represión que se desató contra los manifestantes y todo aquel que no luciera uniforme y casco. Apenas un par de días después, el “oportuno” desembarco en las Islas Malvinas hacía que los malos no lo parecieran tanto, al menos para los que aclamaban a Galtieri en la plaza. El 2 de Abril yo volaba hacia el sur y el día 3 estaba en Puerto Argentino, confieso que algo conmovido. Pero no podía encontrar la foto que, uno pensaba, resumiría todo. La curiosidad me llevó a ver qué pasaba en ese almacén de Ramos Generales donde se aglutinaban gentes de uniforme y señores de corbata (políticos invitados para la gran ocasión). Mi sorpresa fue grande al verlos haciendo cola, prolijamente dedicados a la tarea de comprar esas bolsas de té en hebras que llegaban desde Inglaterra y con las que volverían ese mismo día al continente, llevándolas tal vez a modo de souvenir, como un trofeo, como una bandera arrebatada a los británicos o simplemente, como una buena compra en el shopping.” En 2005 Daniel Rodríguez me allana el camino para ingresar al archivo del diario Clarín y durante 4 largas jornadas puedo acceder a todos los recortes que se guardan de Clarín y otros diarios nacionales. En el último encuentro con Daniel Rodríguez, en 2010, le mostré una serie de fotos de las cuales me interesaba su opinión. Al ver ese conjunto de fotos (provistas por la comisión de familiares) se sorprendió por no haberlas visto nunca. Y consideró que la mayoría se trataban de fotos tomadas por reporteros ingleses que, a diferencia de los 407
argentinos, documentaron la rendición de las tropas argentinas a partir del 13 de junio. Ya sea porque eran reporteros de agencias internacionales o fotógrafos del ejército inglés que desde la segunda línea del frente registraron esos momentos. Por ejemplo, ante la foto 129 (prisioneros con ojos vendados y tirados en el suelo mientras los ingleses los desarman y apuntan con sus armas) dijo que no cabía duda que era de la rendición que los “estaban tomando prisioneros mientras se rendían, pobrecitos”. Respecto de las siglas NOT FOR USE IN ARGENTINA o UK OUT considera que se trataba de imágenes que las agencias vendían a un medio y no permitían el uso de otros medios de la competencia dentro del mismo país o medios que no estaban abonados a esa agencia internacional. También esas siglas pueden tener que ver con la censura “terrible” en ambos países. Daniel considera que dentro del circuito de las fotos “existió lo que llaman “mercado negro de las fotos”, incluso entre los militares que se apropiaban del material de los fotógrafos y lo vendían luego o el material que sacaban a los mismos soldados –que con sus cámaras habían tomado en el frente-.” Entrevista a Don Rypka - 16 de Febrero de 2010 ¿Dónde trabajabas en 1982? En 1982 trabajaba para la agencia UPI en Washington. Me estaba yendo al Caribe a cubrir las vacaciones de primavera del presidente Reagan y me mandaron a la Argentina por la guerra de Malvinas. Volé desde New York el 4 de Abril y me quedé hasta 3 semanas después de la asunción de Bignone. El 5 de Abril llegué a Buenos Aires y cuando voy a dejar mi equipaje, equipos, etc. en la oficina de la agencia en Belgrano y Paseo Colón me dicen que corra, que corra porque a pocos metros en el Ministerio de Defensa acababan de nombrar a Menéndez gobernador de Malvinas. Fui el único fotógrafo que lo tomó saliendo de allí luego de la noticia. ¿Y dónde estuviste durante la guerra?
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Pasé la mayor parte del tiempo en Comodoro Rivadavia, recorriendo todos los puntos del continente desde Bahía Blanca a Ushuaia desde donde hubiera contacto con Malvinas intentado embarcarme como fuera a las Islas. Estuve en Montevideo haciendo los heridos que llegaban allí y estuve preso en Ushuaia, 3 días, hasta que Costa Méndez intervino para que me liberaran porque no era más que un fotógrafo. Pero durante la guerra todos éramos espías, enemigos. En el hotel en Comodoro me robaron el pasaporte y estuve como 3 días solo con el papel que me habían dado en Relaciones Exteriores. El corresponsal que estaba conmigo sacó una nota con este hecho y a los tres días me citaron en un bar de Comodoro para devolverme el pasaporte –los mismos militares-. ¿Cómo era el trabajo dentro de una agencia internacional? UPI como agencia internacional tenía vía libre en el continente para hacer todo lo que quisiera y transmitirlo fuera de Argentina. Las cosas se complicaron un poco más cuando Reagan tomó postura con Margareth Thatcher. Los abonados de UPI eran los medios extranjeros. Las fotos de las islas UPI las compraba a Télam y el que se encargaba de eso era un tal Rivera que seleccionaba y mandaba y de la parte comercial de UPI se encargaba Alberto Yassin. Una vez por día transmitíamos las fotos a New York (entre 8 y 12 fotos, no más) que tardaban 16 minutos en pasar. Pues cuando transmitía la primera mitad de la foto desde la central telefónica de Comodoro me cortaban la línea. Y todo volvía a empezar. Obviamente ellos sabían qué estaba mandando, una llamada a New York, con cobro revertido, el transmisor hacía un ruido que era característico… entonces me cansé y me fui personalmente a la central, pero allí había personal militar que controlaba todo igual o peor. Yo no sé del valor de las fotos porque me pagaban por mes, tampoco guardo fotos porque todo lo mandaba a la agencia semanalmente (copia y negativo). En esa época no era como ahora… UPI transmitía a sus abonados entre 16 y 20 fotos por día de todo el mundo y se hacía por radio. En Comodoro, además, desde mi habitación en el hotel tenía una vista privilegiada de 409
un sitio donde se movían las tropas, la formación de vehículos, tanques, camiones, previo a su traslado a las islas. Entonces hacía fotos de eso ya que el aeropuerto quedaba lejos y el acceso a esos lugares era imposible. Y eso no querían que transmitiera. Cuando vino el Juan Pablo II a la Argentina hice una foto de él en Luján en medio de la multitud con una pancarta detrás que decía “las Malvinas son Argentinas”. Fue una foto muy buena que nunca más pude ver ni encontrar. Ni siquiera la encontré en los archivos de Corbis cuando falleció Juan Pablo II. UPI vendió su archivo a Bettman y Bill Gates con Bettman compraron Corbis, por eso los archivos de UPI están en Corbis. ¿Respecto del circuito de las fotos…qué podés contarme? Recuerdo que AP pagó fortunas por las fotos del Belgrano hundiéndose y al otro día de eso vino un coronel de la marina a querer venderlas a UPI también por una fortuna. Quedamos en encontrarnos en el Sheraton y yo le dije que no eran noticia porque ya las tenía AP desde el día anterior. Que no las comprábamos. Creo que pagaron algo de 20 mil dólares. Y las terminó regalando. Eran fotos hechas con una cámara no profesional un rollo de 110 mm del cual ví el negativo. Muchas de las fotos que publicaba Gente eran de archivo o armadas en los entrenamientos de las tropas. Además tenía las fotos de Télam por las que Atlántida pagó fortunas. Los únicos que revelaban color eran Perfil y Atlántida, la mayoría eran fotos en blanco y negro. Una vez terminado el conflicto y transcurrido las 3 semanas posteriores a la asunción de Bignone, Don Rypka vuelve a New York y lo destinan al Líbano. En Beirut había explotado la embajada de Estados Unidos. Las fotos de la rendición o “dudosas” que le muestro dice que deben ser fotos de los ingleses. Los barcos ingleses traían los pool de fotógrafos a bordo. Por ejemplo AP. De AP vemos las fotos entre las del archivo de Clarín donde aparecen los marines
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entrenando a bordo de los buques o los prisioneros argentinos en manos de los ingleses. Entrevista a Jorge Durán - 15 de Febrero de 2010 ¿Dónde trabajabas en 1982? En el ‟82 trabajaba para NA (Noticias Argentinas). Tenía designado cubrir el mundial de fútbol en España y terminé volando a Malvinas el 30 de marzo en una avioneta alquilada con Oscar Cardozo y un periodista de El Popular. Llegamos pero no pudimos bajar porque no nos daban pista. Volvimos a Río Gallegos y a intentar nuevamente con Malvinas, porque acá se sabía que el 2 de abril iban a invadir. Pero nuevamente no pudimos bajar y tuvimos que volver a Comodoro Rivadavia. En Comodoro estaba en el hotel con todos los fotógrafos, periodistas, militares, todos. Y el 3 de Abril volví a viajar en el avión en que nos llevaron con políticos, periodistas, etc. Y después de eso volví a ir cuando la guerra ya había empezado. El 3 o 4 de mayo porque la pista ya había sido bombardeada, recuerdo. En Comodoro Rivadavia encontré a un piloto de un Hércules que en el año 1978 me había llevado a la Antártida y tanto, tanto le insistí y le pedí que me llevara que accedió con la condición que iba con él, bajaba y volvía con él el mismo día. La cuestión es que volé en ese Hércules pintado de blanco con una cruz roja (como si fuera una ambulancia) cargado con camiones de nafta llenos. ¡Una locura! Podíamos volar por el aire. Salimos a las 4 de la mañana, cuando llegamos a Puerto Argentino había un helicóptero atravesado en la pista, el piloto pidió que desalojaran pero le dieron orden de no detenerse. Con lo cual empezamos a discutir si bajaba o no a hacer fotos. Pero no pude comprometerlo, había mucho peligro. Tanto que el Hércules no se detuvo casi en movimiento largó el camión cargado de nafta y subió uno vacío. Y tuve que volver sin pisar Malvinas pero no podía defraudar a este piloto al que había convencido para que me llevara. Y a mediados de mayo tuve que volverme a cubrir el mundial de España. 411
¿Qué tipo de fotos hacían en Comodoro Rivadavia? Los militares los llevaban a donde tenían que tomar fotos ¿Cómo era? En Comodoro nos aburríamos todo el tiempo. No había nada para hacer. Ibamos del hotel al club Español a comer, de allí al otro hotel a tomar whisky y de allí al casino (en el hotel donde dormíamos). Nada, era inventar qué hacer todo el tiempo. Nos decían que había heridos allá íbamos pero veíamos todo de lejos no nos dejaban acercar o nos llevaban a los simulacros y todas esas fantochadas que nos mostraban. Y si nos vigilaban todo el tiempo, encontrábamos a los de inteligencia en el bar y qué hacíamos, como estábamos aburridos nos escapábamos del bar corriendo a contramano y con los Falcon no nos podían agarrar. Hasta que un día nos dijeron que nos dejáramos de joder. Era como jugar al ring raje. Entonces sacábamos fotos de cualquier cosa y mandábamos por ahí de a tandas en varios días las fotos que hacíamos un día… pero había una avidez tan grande de imágenes, imagináte que después de Vietnam era la guerra más importante contra semejante potencia con todas en contra. Aquí estaban todos los medios extranjeros. En el Sheraton había oficinas de Newsweek, de Stern de Alemania, todos los medios internacionales estaban acá y se llegaron a pagar 20 mil dólares por rollos sin nada. Los milicos tenían el negocio y se quedaban con los rollos de los pibes que estaban en Malvinas (los de Télam) y los vendían. La revista Stern Alemana me pagaba 500 dólares por semana mientras estuve en Comodoro por estar atento a si pasaba algo, a si conseguía una foto. ¡Imagináte! Solo por buscar fotos y prestar atención. Si conseguía una foto buena la pagaban extra claro. Y les mandaba… pero en Comodoro no pasaba nada… Excepto un día que tuvimos miedo porque era de noche y estábamos en el casino y se cortó la luz. Salimos todos a la calle un ruido impresionante y pasaron entre 6 y 10 aviones (argentinos) a muy baja altura. Existía ese fantasma de que si bombardeaban el continente y esas cosas. Otra cosa que recuerdo haber visto es a un brigadier, creo que era Crespo (a cargo de la región Sur) que nos dijo así como así que si lo dejaban él bombardearía con unas 412
bombas (que les mostró) que eran de napalm similares a las usadas en Vietnam. Vimos todo pero no podíamos decir nada, él brigadier éste un petiso medio agrandado, todos borrachos… Un incidente que recuerdo con los milicos es que una tarde me quedé a transmitir desde el hotel y todos mis compañeros se habían ido a una conferencia de prensa. No había ningún periodista en el hotel. Me golpean la puerta y cuando miro por la cerradura veo dos tipos. Pregunto quiénes son y me dicen que de conserjería que quieren revisar las camas por no sé qué cuestión. Le digo que estoy durmiendo que vengan más tarde y me golpean la puerta tanto que casi la tiran abajo. Entonces les abro pero me quedo agarrando el marco como para que no pasen. Imposible, empiezan a revisar y me preguntan a dónde puedo transmitir con el aparato de radiofoto (C 16) y yo les digo que acá nomás en Argentina. En eso lo veo al negro Villoldo (que trabaja ahora en Clarín) y le empiezo a hacer caras para que me auxilie con estos tipos. Le preguntan al negro por el C16 y dice: -¡Si lo conectás a un teléfono transmitís a todo el mundo! ¡Orgulloso con el aparato! ¡Me lo quería comer vivo! Resulta que había un argentino de apellido Durán que vivía en Inglaterra y había escrito para UPI sobre unos aviones peruanos que habían venido en apoyo a la fuerza aérea Argentina. De inteligencia se pusieron a buscarlo en el hotel y el único Durán que había esa tarde era yo. Un malentendido del que pude salir hablando y explicando que no escribía, que solo hacía fotos, etc.etc. Así como había seguridad había caos también. ¿Cómo hacían las transmisiones con el C16? Con el C16 que era fabricado por UPI se transmitían radiofotos en blanco y negro (en esa época no había color, prácticamente). Hacíamos las fotos, revelábamos en 10x15 y transmitíamos en 7 minutos y medio cuando se hacía rápido y en 15, más lento. Jorge Durán me muestra algunas de sus fotos tomadas en Malvinas el 3 de Abril y se conmueve ante la del soldado cordobés (en archivo de ARGRA). Esta es muy especial 413
para mí porque este soldadito cordobés me contó que hacía como 3 meses que no veía a la vieja y se había tenido que ir a Malvinas y me lo encuentro allí. Le saco la foto, me dá una carta y yo se la despacho cuando vuelvo a Comodoro. Después nos empezamos a enterar que allá los pibes la pasaban muy mal… Cuando le muestro las fotos de la carpeta “dudosas” me dice que esas fotos tienen que haber sido hechas por fotógrafos extranjeros que vinieron con la flota inglesa y que cubrieron la rendición. Tienen que ser fotos “choreadas”. Los milicos hicieron negociados con las fotos de Télam. Respecto de la foto de los prisioneros dice se han muerto congelados, hijos de puta, pobrecitos los soldados… y repite pobrecitos. Algunas de esas fotos “dudosas” dice haber visto algunas similares (rendición soldados en fila india) pero la mayoría nunca. Al preguntarle por las siglas, por ej. ST en una foto de agencia quiere decir Streanger (free lance). Cuando dicen “pool” es porque significa que es un fotógrafo que sacó esa foto para todos los medios. United Kingdom out significa solo para uso fuera de Inglaterra, lo mismo cuando dicen Not for use in Argentina. Esa foto se puede publicar en el exterior de Argentina únicamente. Cuando dicen ar/A Rossi quiere decir que la editó y tomó el mismo Alberto Rossi. Comodoro Héctor Rusticcini – Noviembre de 2006 El Comodoro Rusticcini respondió a un cuestionario por escrito porque prefirió pensar y escribir las respuestas. Lo visité en dos oportunidades en el Edificio Cóndor donde dirige la Asociación Bahía Agradable. ¿Qué hacía en Malvinas? Era jefe del Escuadrón Servicios, Abastecimiento y Terminal Aérea de Cargas (ésta después del 1º de mayo) de la Base Aérea Malvinas. ¿Quién tomó las fotos que guarda en su álbum? 414
Algunas las tomé yo y otras personal que estuvo allí destinado. ¿Cómo hizo? ¿Qué cámara utilizó? Una Kodak Pocket ¿Cómo llevó o consiguió la cámara? Era mía y no hubo restricciones al respecto. ¿Cómo trajo las fotos al continente? Las envié de regreso al continente en el vuelo de C-130 del 13 de junio ¿Qué piensa de esas fotos a casi 25 años de la guerra? ¿Cómo las conservó y por qué? Son un recuerdo inmejorable de esos momentos y son parte de mi vida y de mi paso por el conflicto. ¿Alguna vez pensó mostrarlas? Sí, y de hecho están incorporadas a la base de datos del Departamento Malvinas y son de libre acceso ¿Qué siente al ver esas fotos? Son sentimientos encontrados, porque en aquellas donde se realza el valor puesto de manifiesto por nuestra gente, y que son las menos, me lleno de sano orgullo. Pero las que muestran las miserias de la guerra, que existió, existe y existirá siempre, no es necesario mostrarlas y usarlas para vender una imagen totalmente falsa que lastima a nuestros combatientes. ¿Qué piensa de las fotos que fueron publicadas en los diarios y revistas del momento? Hay buenas, mediocres y malas. Sobre todo las que muestran las miserias humanas que no son tan fidedignas ni muestran una verdad a medias. 415
¿Qué significado tienen para usted? Las que muestran a nuestros hombres luchando deberían ser publicadas para ejemplo de las generaciones futuras, para quienes el Conflicto del Atlántico Sur es una página más de nuestra historia, para que conozcan el valor, la abnegación y el amor a la Patria puesto de manifiesto por esa gran cantidad de jóvenes -y no tanto- que servimos con orgullo para que la Bandera Nacional ondee 74 días en nuestro territorio irredento. Encuentro con Anthony Smith - 21 de Agosto de 2008 Anthony Smith, es nacido en las Islas Malvinas. Lo entrevisté en el departamento que comparte con su esposa argentina cuando están juntos en Buenos Aires. En 1982 tenía 20 años y cuando comenzó la guerra en el mes de Abril vivía y trabajaba como Ingeniero en West Falkland. Actualmente vive en Puerto Stanley frente al puerto y trabaja como guía turístico y battlefield. Por ello es consultado por ex combatientes y periodistas de todo el mundo. Cuando finalizó la guerra y el gobierno inglés comenzó a reconstruir las Islas se trasladó a Puerto Stanley donde vivían sus padres y comenzó a estudiar e investigar sobre el conflicto, los lugares y los puestos de combates de ambos ejércitos. Cuando le muestro la colección de fotos a Anthony inmediatamente reconoce los lugares y las historias alrededor de ellos. No dejo de tomar notas un poco en castellano, un poco en inglés mientras agudizo los 7 sentidos para no perderme nada. Compartimos la certeza de que fue una guerra inútil y que los generales argentinos jamás pensaron que las fuerzas inglesas viajarían hasta el Sur del planeta para darles batalla y recuperar las Islas. Los militares argentinos no pensaron que el invierno era la peor fecha para el desembarco, los meses de mayo, junio y julio son los peores en términos climáticos. Coincidimos en que las fuerzas argentinas no estaban preparadas o tenían malas armas o en mal estado. Dice Tony, “es como en el fútbol si tienes un 416
gran equipo pero los botines son malos o el arquero es malo vas a perder seguro”. Confirma que al finalizar la guerra se descubrieron los malos manejos en la logística y distribución de alimentos, frazadas, etc, para los soldados argentinos. El vio con sus propios ojos los galpones llenos de alimentos sin usar. Me cuenta que al final de la guerra quedaron en Malvinas alrededor de 12.000 prisioneros argentinos durante 4 o 5 días en que fueron volviendo al continente. Cuando le muestro la foto de los pies de trinchera y la comparación de las botas que hizo un militar en su libro a 25 años de Malvinas, Anthony se estremece por las heridas y me comenta que en todo sentido las botas argentinas eran mejores para la guerra que las británicas, que las heridas y pies de trincheras fueron inevitables por el tiempo que duró la guerra, las malas condiciones en que estaban los soldados y el clima de las islas. Encontramos que una de las fotos de la BAM donde aparece el pozo de la bomba con el soldado argentino, Tony la tiene 25 años después de la guerra cuando uno de los pilotos que bombardeó el 1ero de Mayo la BAM volvió al lugar y le contó la siguiente historia. Venía sobrevolando la pista y la BAM a muy baja altura en medio del humo y del polvo de las explosiones cuando se encontró con el edificio de la BAM. Al ver que se estrellaba contra él puso su avión a fondo y lo sacó en forma vertical hacia arriba.
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