El Maestro que jamás morirá ¿Es posible que un hombre se pueda volver inmortal? En nuestra ciudad, ciudad de muertos y vivos elegidos, disfrutamos de vez en cuando la prosa de alguien que jamás conocimos pero que no dejamos de conocer. Nos dijeron que el hombre murió de soledad un jueves en París, tierra del amor, pero es mentira, porque yo lo veo caminar entre las calles de la ciudad, yo lo veo sentado en una banca de Miraflores, yo lo veo salir de sus libros y hablar de amor y demás, porque cuando dijo que moriría solo un jueves en París, no supo decir que a partir de ese día se volvería inmortal. Nosotros somos quienes lo hemos mantenido vivo a través de su verso y palabra, palabra que necesita la ciudad, ya que ellos al soltarla te hacen sentir el más puro de los ángeles o el más desalmado demonio. Él fue un soldado que hizo grandes armas a través de su vida, como “Trilce” y “Los heraldos negros”. Él fue un soldado fiel a la palabra del verso, al latir del corazón y al sentir del amor. Leemos una y otra vez y no paramos de leer el repertorio de “Los heraldos negros” ya que la personalidad del maestro se impone dentro del canon rítmico y temático de la corriente, discute y expone su experiencia, sus percepciones, sus valores y sus creencias para librarse de sus ataduras y descubrir su humanidad desnuda. Gran viaje a Lima que nos dio “Los heraldos negros”, arma que nos dejó conquistar el corazón, la palabra y el pensamiento. Grande maestro que nunca morirá, porque el descansa en sus novelas, versos, poemas y demás.
Renato González 5to secc.