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Sobre el hombre iniciado
Porel Q. ·.H. · . Cristian Rolando Guardiola
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Texto de una plancha leída por el hermano antes los miembros de su logia
El primer acercamiento al acróstico se produjo mientras permanecía en el cuarto de reflexiones. Observando las paredes con sus diversas inscripciones noto ésta en particular: V.I.T.R.I.O.L.; y me pregunté cuál sería su significado, aunque algo ya pudiera dilucidar. Allí, despojado de cuanto objeto material fuera de mi pertenencia, surgieron algunas interrogantes sobre la finalidad de tal expresión, qué cuestiones implica y para qué serviría.
Es así que en esta presentación busco indagar y argumentar sobre la búsqueda que debe hacerse durante el andar masónico, desde la iniciación y hasta la exaltación al Sublime.
El hombre, de manera constante, siempre tiende a buscar la “excelsitud inasible”, mencionada por algún Hermano, pues comprende su naturaleza finita. Sin embargo, todo aquello a que pretende, fruto de su inspiración y trabajo, lo que primero concibe como idea para trasladar luego al mundo material, al decir “esto me pertenece”, no le resulta indiferente. Es decir que, operando sobre las ideas y actualizarlas, transformando a la vez su propia naturaleza, termina por desarrollar potencias que dormitaban en sí mismo y logra modificar la concepción sobre su persona.
Esto me pertenece ¿pero realmente esto me pertenece? Si una vez idealizado, actualizado, hecho materia, estando sobre mi señorío, la razón me indica que esto genera cuanto menos una inquietud. El hombre no se mueve por inercia, sino que en las relaciones de alteridad que va formando, discurre hacia la trascendencia. Empero ¿cómo dirigesu voluntad hacia tal trascendencia? Al comprender que debe indagar desde lo profundo, “inicia” un el análisis de las pequeñeces para arribar a cuestiones mayores.
Mas no intento expresar aquí que el hombre debe restar importancia a su condición para al fin llegar a tal excelsitud, sino que conociéndose (o re - conociéndose) pueda comprender su espacio en el mundo. Este camino conlleva una ausencia de sentido de la vida, más bien, un sinsentido de la vida que plantea interrogantes que anteriores generaciones creyeron encontrar en sus tradiciones y ritos.
Pero resulta que el hombre, como creatura racional, es un ser que indaga sobre las cuestiones primeras y últimas de su existencia. Este sentimiento de vacuidad termina por generarle inconvenientes tales que llega a no saber qué es lo que realmente quiere. Surgen entonces tres vías posibles, de muchas posibilidades. Una primera, que lo lleva a querer todo lo que los demás poseen, tienen o incluso hacen; o una segunda, en que acepta y hace lo que otros le indican, volviéndose un conformista. La tercera, es la propia de aquel que busca algo más, lo que nos lleva al siguiente interrogante ¿Acaso esta búsqueda de sentido es común a todos los hombres o imprime en cada uno una búsqueda personal?
Cada individuo debe embarcarse de acuerdo a sus necesidades, sus interrogantes y realizarla del modo que le resulte más conveniente para la satisfacción de sus inquietudes. En otras palabras, es preferible la búsqueda de respuestas individuales que hacen a la construcción de quien se “rectifica”.
Tanto más difícil sería dirigir nuestra “proa visionaria” a respuestas estándares que hacerlo individual y concretamente a preguntas individuales y concretas. Aquí es donde el contexto socio-cultural, las experiencias, el nivel de conocimientos e inclusive el sistema de creencias juegan un papel importante. Estos puntos llevan al sujeto a elaborar una nueva estructura mental que lo empuja al mejoramiento de su persona, de su entorno, forjándole una capacidad crítica.
Ahora bien, a este proceso de re – conocerse ¿lo realiza por sí o admite una guía en su derrotero? Por la alteridad que oportunamente expuso el filósofo griego, una mano nos conduce por un camino sinuoso para
que en ciertos momentos podamos contar con su asistencia, cual la de Virgilio1 y sus explicaciones a Dante2 sobre las distintas visiones en su paso por los círculos.
Retomando el hilo, teniendo una guía, el sujeto cree en él y comienza a observar su entorno. Pero no logra aprender a re – conocerse si alguien lo asiste de manera constante, sino que, estando en soledad, reflexiona sobre las enseñanzas y las comprende. Indaga primero sobre su ser, excava en su propia alma, nota el espacio y busca ubicarse en él. De repente, se halla solitario, con preguntas sin respuestas, y reflexiona.
Según lo abajo transcripto:
Cuando todo parece perdido, es cuando todo será salvado […] pues tras descender […] no queda más remedio que ascender […] Precisamente ese descenso y ese ascenso están sugeridos por las siglas V.I.T.R.I.O.L. […]. “Visita Interiora Terras Rectificatur Invenies Occultum Lapidum” (Visita el Interior de la Tierra que Rectificando Encontrarás la Piedra Oculta).
Por consiguiente, la rectificación de que habla se relaciona con el “cambio de orientación que se va produciendo en el hombre conforme progresa por las vías que le han sido trazadas, es decir, por la vía […] de la iniciación”.
Finalmente, para esta rectificación ¿la visita es efectuada una sola vez, en la iniciación, o “visita el interior” siempre que así lo considere? La tautología no ha sido un error, sino que fue puesta intencionalmente. Nos indica que debemos regresar las veces que sean necesarias, porque quien visita no lo hace una sola vez, sino tantas cuanto pueda.
El Autor
Cristian Rolando Guardiola Or.·. de Puerto Iguazú, 23 de Mayo de 2021 (e.·.v.·.).
1 Nota de Retales de Masonería: Publio Virgilio Marón a (Virgilio, 70 a. C.-Brundisium, 19 a. C.), más conocido por su nomen Virgilio, fue un poeta romano, autor de la Eneida, las Bucólicas y las Geórgicas. En la obra de Dante Alighieri la Divina comedia aparece como su guía a través del Infierno y del Purgatorio.
Formado en las escuelas de Mantua, Cremona, Milán, Roma y Nápoles, se mantuvo siempre en contacto con los círculos culturales más notables. Estudió filosofía, matemáticas y retórica, y se interesó por la astrología, medicina, zoología y botánica. De una primera etapa influido por el epicureísmo, evolucionó hacia un platonismo místico, por lo que su producción se considera una de las más perfectas síntesis de las corrientes espirituales de Roma.
Fue el creador de una grandiosa obra en la que se muestra como un fiel reflejo del hombre de su época, con sus ilusiones y sus sufrimientos, a través de una forma de gran perfección estilística. 2 Nota de Retales de Masonería: Dante Alighieri, bautizado Durante di Alighiero degli Alighieri (Florencia, (se cree) 29 de mayo de 1265-Rávena, 14 de septiembre de 1321), fue un poeta y escritor italiano, conocido por escribir la Divina comedia, una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista y una de las cumbres de la literatura universal.
La fecha exacta del nacimiento de Dante es desconocida, aunque generalmente se cree que fue a finales de mayo de 1265