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NEGOCIOS

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Por Arturo Castro Barrantes

El acelerado cambio en la movilidad y el transporte

La tecnología disponible, la dinámica de negocios entre fabricantes de vehículos, la cada vez mayor concentración humana en ciudades y nuevos modelos de servicio de transporte hacen que la duda sea completamente válida.

El futuro siempre está en movimiento. Predecirlo ha sido una tarea que muchos se han atrevido a emprender, pero muy pocos lo han realizado con éxito. Sin embargo, si unimos las diferentes piezas de las tendencias tanto tecnológicas, como geográficas y de negocios que observamos hoy, todo pareciera indicar que adquirir un vehículo en el futuro será una inversión de la cual muchos podrán prescindir.

Los expertos han comenzado a ver en los vehículos de transporte de personas un alejamiento del concepto económico de “activo” -que involucra una importante inversión-, hacia uno de “commodity” o mercancía general, que se separaría de los conceptos tradicionales de estilo de vida, estatus y de posesión personal, para ligarse a uno de servicio de transporte general.

Autos voladores: el Pioneers Festival, realizado en Viena, en el 2014, presentó el primer prototipo, el AeroMobil 3.0.

De acuerdo con William Hachiya, de la escuela de Ciencias de la Administración e Ingeniería, de la Universidad de Stanford, los OEM’s (fabricantes originales de equipo, por sus siglas en inglés) enfrentan un reto dado que los avances tecnológicos han permitido un desarrollo más equitativo en términos de tecnología, seguridad y comodidad en los vehículos, donde en el futuro el factor diferenciador a la hora de adquirir un automóvil será el software que los hace funcionar.

De hecho, ya existe el concepto MaaS (Mobility as a Service, movilidad como servicio) que se refiere a esta modalidad de transporte personal en vehículo y que brinda soluciones de transporte bajo el formato de servicio. Incluso, usted puede pensar en ejemplos similares en su ciudad, que le permiten viajar basándose en el costo, el tiempo y la comodidad.

Los hyperloops (transportes masivos en vagones a través de tubos que conectan distintos puntos) podrían estar disponibles en el 2025.

“A medida que avanza la mercantilización (es decir, una menor diferenciación entre marcas) del automóvil como producto, el OEM actual se enfrentaría a un margen de beneficio bajo y se vería obligado a entrar en la guerra de precios. Centrarse únicamente en el hardware sería la peor estrategia. Una forma de sobrevivir es asociarse con las telecomunicaciones para obtener acceso a los usuarios finales conectados. El uso de datos como activos y la transición general a otros sectores, como IoT (Internet de las Cosas, por sus siglas en inglés), sería fundamental para su supervivencia. Sin embargo, tendrían que afrontar nuevos retos, como la nueva competencia con empresas de fabricación de productos electrónicos existentes”, explica Hachiya. Es decir, el futuro significa que la industria del automóvil pasa de ser únicamente fabricante para la venta al usuario final a convertirse en proveedora de servicios.

Caminos hechos de paneles solares que generen energía para recargar vehículos eléctricos, para su propia iluminación y para derretir la nieve. Holanda inició su desarrollo.

Lo que queda sumamente claro es que, al igual que evolucionó el transporte desde la carroza autopropulsada de Benz, con la presencia del Internet de las Cosas, el desarrollo de los vehículos autónomos y una presión creciente sobre el transporte masivo de personas, la forma de trasladarse en el próximo cuarto de siglo será muy distinta a lo que conocemos hoy e, incluso, a lo que podamos imaginar.

Los transport pods (cápsulas de transporte sin conductor) trasladarán pasajeros gracias a la tecnología de los vehículos autónomos.

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