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1 de diciembre de 2014. Comitán de Domínguez, Chiapas Editor responsable: Alejandro Molinari

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Lectura de una fotografía Arenilla

Cuauhtémoc David Tovilla


LA REVISTA QUE HABLA DE VOS

5.- EDITORIAL

CONTENIDO

10.- ZAGUÁN Arenilla: Lectura de una fotografía donde nada se ve

13.- PATIO Cuauhtémoc David Tovilla

18.- BALCONES Fotogramas parlantes

25.- SITIO En un mundo llamado Arana

27.- ACTUALIDADES

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EDITORIAL Iniciamos el último mes de año. Los cambios de clima no son impedimento para seguir trabajando con energía y entusiasmo. Es el pretexto para una taza de café o té y una buena lectura. Los libros son la frazada que calienta el espíritu. Son el cobijo ideal, el refugio. No se trata de evadir el mundo y los momentos que actualmente se viven. Los libros son la ventana al conocimiento, al encuentro con uno mismo. Ellos brindan la luz que puede iluminar mentes y cambiar paradigmas. En los libros uno encuentra el universo.

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LECTURA DE UNA FOTOGRAFÍA DONDE NADA SE VE ARENILLA Lucía me enseñó una tarjeta negra. Era un papel fotográfico. “¿Qué ves?”, me dijo. Yo, sólo por jugar, le dije que veía una casa, un camino y un pajarito. Lucía sonrió. Abrió la ventana y le gritó a su mamá, quien regaba las plantas del jardín: “¿Ya viste, mamá, mi tío Alejandro sí sabe mirar?”. Y yo, con pena, seguí leyendo el libro de Modiano (Premio Nobel de Literatura) que llegó en el paquete de Gandhi (la librería). Sólo por jugar me senté en el piso, al lado de Lucía. Tomé una de las muñecas y, siguiendo con el juego, le pregunté (a la muñeca), qué veía en la fotografía de Lucía. Lucía volvió a sonreír y luego haciendo voz de pajarito dijo: “Veo una araña que juega a la comidita con un elefante”. Yo moví la muñeca como si fuese un títere y, en efecto, ella respondiera mi pregunta. Lucía volvió a hacer la vocecita de hilo delgado y preguntó: “¿Y tú, qué ves?”. Hummm, dice, yo veo una montaña de sal y hasta arriba veo un venado que disfruta su cena. Lucía rio y pidió a su mamá que se acercara. Rocío dejó la regadera al lado del árbol de durazno y, limpiándose las manos con su mandil a cuadros, se acercó hasta nosotros. El sol se ocultaba. Una sombra dulce iluminaba el patio de la casa de mi prima. No sé, tal vez en algún agujero negro del Universo puede jugarse este juego. Alguien (no sé) puede preguntar: “¿qué ves?”. A veces imaginó que el origen del universo fue este juego. Todo era oscuridad y silencio. Alguien (una niña bonita, como mi sobrina) le mostró la negritud total e infinita y le preguntó: “Dios, ¿qué ves?”, y Dios pronunció una extensa relación de objetos y seres. Conforme los fue nombrando, ellos tomaron forma. Se sabe que cada vez que Dios nombra ¡crea! Rocío me dijo que si estuviéramos en los años sesenta diríamos que esa fotografía estaba “velada”. Sí, dije. En los años sesenta, a veces, los rollos fotográficos se velaban porque los lastimaba la luz. Los rollos fotográficos debían ser manipulados adentro del cuarto oscuro para que, mediante un proceso maravilloso de revelado, aparecieran las imágenes. A veces, el rollo se velaba y sólo se obtenía una placa negra, como la que mi sobrina tenía entre las manos y con la que jugábamos. Rocío, con su pie, hizo a un lado las hojas secas, y se sentó sobre el espacio “limpio”. Jugó, también, con nosotros. Cuando Lucía le preguntó qué veía, mi prima dijo que veía un sombrero de mago y del sombrero salía un conejo. ¿Cómo se llama el conejo?, preguntó Lucía y su mamá dijo que no tenía nombre, que el animal la había nombrado madrina y que ella, Lucía, debía nombrarlo. Romeo se asomó en el portal de la casa, prendió el foco y dijo que ya iba a comenzar el partido de

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Zaguán


LA REVISTA QUE HABLA DE VOS fútbol, preguntó que si lo veríamos. Lucía y Rocío dijeron que sí (en casa todos son aficionados al fútbol americano), que ya íbamos. Romeo abrió la puerta abatible con mosquitero y entró a casa. Hummm, dijo Lucía, casi como si me imitara, con la mano derecha en su barbilla, y bautizó al conejo. Reímos por el nombre. ¿A quién se le ocurre nombrar a un conejo con el nombre de Titanic cuatro? A mi sobrina. Como estábamos jugando le pedí a Lucía que corriera a apagar la luz del portal, la que había encendido su papá; y a Rocío le pedí que apagara la luz de la casa. Ya la noche había entrado. Ambas se pararon y corrieron. La luz del portal se apagó y luego las de casa. Vi las sombras de los tres en el portal, los vi caminar hacia mí y, cuando llegaron, Lucía dijo que nos acostáramos bocarriba sobre el césped y que viéramos el cielo. Vimos entonces algo como una fotografía en negro. Y pensé que sí, que igual que nosotros, alguien jugaba “allá arriba” y preguntaba: “¿Qué ves?”.


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Cuauhtémoc

David Tovilla

La historia de México a finales del siglo XX tiene en Cuauhtémoc Cárdenas a uno de sus referentes. La modificación de un sistema de partido de Estado y su tránsito hacia la alternancia democrática están relacionados también con el activismo cardenista. El gran visionario: Octavio Paz, lo auguró veinte años antes de que ocurriera. En “El ogro filantrópico” puede leerse lo que vislumbró en 1978: “Lo más probable es que ese remedo de pluralismo, lejos de aliviarla, agrave la crisis de legitimidad del régimen. Si así fuese, el desgaste del PRI se acentuaría y el Estado, para no disolverse, tendría que apoyarse en otras fuerzas sociales: no en una burocracia política como el PRI sino, según ha sugerido recientemente Jean Meyer, en la burocracia militar. Hay, sin embargo, otro remedio. Pero es un remedio visto con horror por la clase política mexicana: dividir al PRI. Tal vez su ala izquierda, unida a otras fuerzas, podría ser el núcleo de un verdadero partido socialista”. Y ocurrió tal como lo previó el mayor intelectual mexicano. La ruptura provocada por Cárdenas llevó a tener en el país las primeras elecciones presidenciales competidas, en 1988. Aunque la candidatura de Cuauhtémoc desembocó en una verdadera insurgencia electoral, prefirió canalizar los ánimos sociales hacia unpartido político. La idea de Cárdenas era fundar el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en todos los aspectos. Buscaron hacer asambleas en el país para reunir el número de ciudadanos que permitieran articular un nuevo partido. Algo ocurrió que no se logró y tuvieron que cambiar de nombre a un partido existente: el Partido Mexicano Socialista. Es decir, el PMS sólo cambió su denominación a PRD. Veinticinco años después, Cuauhtémoc Cárdenas ha renunciado. Se ha querido equiparar tal renuncia con otras que han ocurrido en ese tiempo, pero no se compara con ninguna por las significaciones. Cualquier ejercicio de lo que el personaje es y no, marca la diferencia cualitativa. Cuauhtémoc es él y el bagaje histórico que le acompaña aún sin partido político. El conocimiento de la historia es básico para emitir cualquier juicio fundamentado. A lo largo de 2014, Cuauhtémoc planteó asuntos de fondo. Esos que ya, en mayo de 1993, otro fundador del PRD: Heberto Castillo, expuso en la revista “Proceso”: “Durante muchos meses se insistió en que el PRD era un partido de ciudadanos y no de tendencias. Se afirmo que en él no se reconocían cuotas de poder a las organizaciones que le habían dado vida, pero en la práctica se repartían posiciones

Patio

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LA REVISTA QUE HABLA DE VOS atendiendo a esas corrientes. Quien no participa en una corriente o tendencia, carece de fuerza real dentro del partido. Numerosos intelectuales y artistas simpatizan desde fuera del partido porque dentro no tienen campo de acción. La estructura del PRD es hasta ahora muy vertical, muy presidencialista. No es la mejor para alcanzar la democracia en México. Nuestro partido ha actuado más como instrumento electoral de unos pocos para alcanzar posiciones políticas que para servir de instrumento de lucha del pueblo”. Una franquicia calificó, ahora, Cuauhtémoc y se fue…

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davidtovilla.blogspot.mx Patio


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FOTOGRAMAS PARLANTES

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Balcones


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¡Te digo que todo mundo anda diciendo que tú y yo estamos locos!

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-¿Te enseño un juego?: Cuando compres carne, no compres de aquí, ni de aquí, sólo de aquí...

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Creo que ya tenemos quien interprete a Hidalgo en las pr贸ximas fiestas patrias.

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ยกPor vidita suyita! Nosotros no nos terminamos los salvadillos con temperante.

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¡Por favor! Es temporada de frío, ¡necesitamos un baño!

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En un mundo llamado Arana Yo vivo en un mundo llamado Arana. En Arana todo mundo aprende a tocar un instrumento musical desde el primer instante de su vida. Existen los que se llaman Padrinos de Oído y Padrinos de Corazón. Los Padrinos de Oído son aquéllos que se paran frente a la cuna del pichito o de la pichita. Cuando el recién nacido es llevado a la cuna, los Padrinos de Oído tocan, muy leve, apenas como murmullo de vuelo de chupamirto, diversos instrumentos como panderos, flautas, oboes, tarolas, campanas, violines, pianos y mil instrumentos más. Cuando el recién nacido esboza algo como una sonrisa que puede ser confundida con un mohín, los Padrinos de Corazón reconocen cuál sonido provocó tal gusto y, de inmediato, corren hacia donde está el instrumento musical elegido y lo riegan con agua bendita. Este instrumento será como el nahual musical del pichito o de la pichita. En cuanto los Padrinos de Corazón terminan el ritual, un emisario avisa, con ambas manos en la boca, a manera de bocina, cuál es el nahual musical del recién nacido y todo mundo de Arana, aplaude, baila, bebe traguito. La marimba toca una diana dianaconchinchín y cientos de artistas tocan el instrumento nahual. Es tal la alegría y el rebumbio que los del mundo de afuera, habitantes del mundo distante miles de kilómetros, juran que escuchan algo como un canto de millones de chicharras, durante días completos. Y es que la gente de Arana celebra tal acto durante diez días con sus noches completas. No es poca cosa lo que se conmemora: el descubrimiento del instrumento musical que acompañará al ser durante toda su vida. Cuentan que en un tiempo hubo un pichito que sonrió cuando escuchó la caída de una gota de agua; cuentan que una pichita sonrió cuando escuchó el silbido del viento. Estos casos son excepcionales. Por lo regular, los pichitos sonríen ante el sonido de una guitarra o de un tololoch.

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