Diez 281 by 10

11 de mayo de 2015. Comitán de Domínguez, Chiapas Editor responsable: Alejandro Molinari

281 LA REVISTA QUE HABLA DE VOS

Día de las madres Arenilla

En un mundo llamado Arana

El inagotable Juan Gabriel David Tovilla

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5.- EDITORIAL

CONTENIDO

10.- ZAGUÁN Arenilla: Día de las madres

13.- PATIO El inagotable Juan Gabriel David Tovilla

19.- BALCONES Fotogramas parlantes

26.- SITIO En un mundo llamado Arana

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EDITORIAL En Comitán los festejos no se hacen esperar. En este pueblo, como en todo el mundo, se siguen los festejos tradicionales al “día de las madres”. Se preparan cenas, mariachis y flores. Todos los elementos que fungen como pretexto para pasar un rato con la familia, disfrutar de un pitutazo de comiteco y bailar al ritmo de la marimba. Otros, sin embargo, prefieren más la comodidad del silencio, la tranquilidad de estar bajo un árbol disfrutando de un libro, que es otra forma de festejar la vida. En Comitán se realizan presentaciones de libro, batucadas, proyectos “peatonarte”, sin tener que fijar una fecha en especial. Se trata de gozar la vida, a cada instante. En Comitán no todos festejan de la misma forma, pero todos se dejan abrazar por el aire alegre de estos cielos.

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DÍA DE LA MADRE (Textillo dedicado a las dos pichitas más importantes de mi vida.)

ARENILLA Rosy, mi sobrina de siete años, le dio un ramo de doce rosas a su mamá. En cuanto mi prima Elena tuvo el ramo en su regazo, Rosy se paró de puntillas y, con el dedo pulgar y el índice, le quitó una de las rosas. “¿Me la regalas?”. La abuela Elvira dijo que el que da y quita con el diablo se desquita, pero mi prima no hizo mayor caso y le dijo que sí, por supuesto que sí, hijita. El tío Joaquín preguntó a quién entregaría esa rosa y Rosy dijo que a la abuela. Fue hasta el sillón donde estaba sentada la abuela Elvira, tomando un vaso de limonada, la abrazó, le dio la rosa y dijo: “Por ser mamá de mi mamá”. Todos los que estábamos en la sala aplaudimos y sonreímos. Rosy fue saltando hacia donde estaba mi prima, volvió a hacer lo mismo y preguntó: “¿Puedo tomar otra?”. El tío Joaquín, tosió, fue hasta el balcón y miró la calle. Todos vimos que hacía esfuerzos por no soltar la carcajada. “Sí, hijita, las que quieras”, dijo Elena y le entregó una rosa más. Rosy salió de la sala, se fue brincando, cantando una canción de Maroon 5: “Sugar, yes please”. Mi prima tomó un florero de la mesa de centro, sacó las flores secas que ahí estaban, pidió un poco de agua fresca y colocó las diez rosas restantes. Rosy regresó: “Sugar, yes please”, brincoteando, como pajarito bañándose en arena del camino. “¡Ya!”, dijo. Todos deseábamos preguntar. Mi prima se acercó y preguntó a quién le había entregado la flor: “A Tina, va a ser mamá”. Todos nos quedamos viendo. ¿Tina? Pero si Tina, la sirvienta, tiene apenas catorce años. “No, no puede ser”, dijo la abuela Elvira, pero Elena dijo que sí, que era cierto, Tina tiene tres meses de embarazo. “Pero, ¿cómo?, ¿quién?”, preguntó la abuela. El tío Joaquín tosió, tosió varias veces, en movimiento automático corrió la cortina. “¿Por qué cierras las cortinas?”, preguntó la abuela. El tío salió de la sala. Oímos cómo seguía tosiendo, mucho, ya en el patio. Todos nos quedamos viendo. Rosy regresó la armonía, preguntó: “¿Puedo tomar otras, mami?”. “Sí, hijita, claro, todas son tuyas”. Rosy volvió a brincotear, feliz: “Todo lo tuyo es mío, ¿verdad, mamita?”. “Claro, hijita”. Elena se sentó al lado de su mamá, la abrazó, ambas sonrieron. La abuela, en voz baja, insistió: “¿Es cierto lo de Tina?”. Mi prima asintió, le acarició las manos y le dijo que no se preocupara, ya Dios se encargaría de todo. Rosy tomó el haz de rosas, dijo que estaban mojadas, seco los tallos con un trapo y, como lo había estado haciendo toda la mañana, salió brincoteando. Oímos que abría la puerta de calle. La abuela le dijo a Elena que fuera a ver: “Ahora, ya no es como antes”, dijo y apuró a que fuera a ver a la niña. Yo caminé hasta el balcón, corrí las ventanas y desde ahí vi que mi sobrina detenía a doña Rosa, la vecina, que regresaba del súper, cargando dos bolsas llenas de jitomates, cebollas, cebollines, plátanos y una papaya roja. Doña Rosa dejó las bolsas sobre la banqueta y besó a mi sobrina. Luego le tocó a la mujer que, en la esquina, tenía puesto el anafre para asar los elotes. La mujer, con un soplador, echaba aire a las brasas para que sus cachetes se llenaran de achiote ardiente. Se sorprendió cuando la niña le

Zaguán

LA REVISTA QUE HABLA DE VOS extendió una rosa. No lo escuché, pero vi que mi sobrina abrió los labios y dijo: “Para usted, por ser día de la madre”. La mujer, dejó el soplador sobre la banqueta, al lado del costal lleno de elotes tiernos, y recibió la flor. No lo escuché, pero vi que abrió sus labios y dijo: “Gracias, niña, nunca alguien…”. Ya para esa hora, mi prima había tomado de la mano a su hijita y, juntas, brincoteaban sobre la banqueta y buscaban más mujeres para ofrecerles una rosa por el Día de la Madre. No lo escuché, pero vi cómo abrían sus bocas y, al dar pequeños saltitos, cantaban la de Maroon 5: “Sugar, yes, please”. Abandoné el balcón. Fui hasta la mesa de centro donde habían quedado las flores secas que antes estaban en el florero. Dudé. ¿Las volvía a colocar o las llevaba al basurero? Supe que mi sobrina es una niña sabia. Si las rosas hubieran quedado en el florero, mañana lunes ya estarían comenzando a marchitarse. En cambio, habían echado renuevos en las manos de Tina (que en noviembre tendrá su pichita, porque será niña), en las manos de doña Rosa, en el corazón viejo de la abuela y en los patios de las demás mujeres. La flor que no se siembra en el corazón se marchita en el agua de un florero. Los corazones deben brincotear siempre como gotas de lluvia sobre el patio y cantar una de Natalia Fourcade o una de Maroon 5: “Sugar, yes, please…”

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El inagotable Juan Gabriel David Tovilla Hace tres meses, en promedio, Juan Gabriel dio a conocer su disco “Los dúo”. Se trata de sus temas clásicos compartidos con los intérpretes más exitosos de distintas expresiones musicales. Sólo por el cartel el producto ya tiene el triunfo asegurado. Sin embargo, no son las inercias las que deben sustentar una opinión. Aquí algunos elementos: 1. Aunque es un producto del “pop” mexicano, de gran factura comercial, no es un volumen para animar un encuentro. Es un disco para escuchar. Eso implica asegurarse de su reproducción en un equipo de música que permita apreciar: coros, efectos, variaciones de instrumentos. Sin esta condición, en definitiva, no podrá apreciarse el planteamiento 2015 de Juanga y se corre el riesgo de descalificar a priori. 2. Por lo visto, Juan Gabriel se ha propuesto ser inagotable. Son las mismas canciones memorizadas por el gran público en español y es el mismo personaje popular, carismático, pero el producto entregado logra ser diferente. 3. Es un trabajo de producción muy bien cuidado que permite a las voces convivir con los rasgos distintivos de cada una, sin avasallar alguna. Una integración armónica vocal impresionante, en lo general. La salvedad es del tema “La diferencia” con Vicente Fernández que da la impresión de que la voz del veterano cantante

LA REVISTA QUE HABLA DE VOS fue tomada de una pista y no el resultado de una grabación conjunta en estudio. Aún con ello, la pieza es enriquecida con la presencia de un corno inglés y un acordeón. Es una versión que, si bien conserva el ritmo de la balada ranchera, se ha convertido en algo más que no está en ningún otro disco. La melodía ni siquiera es una repetición de la apuesta sinfónica del disco del 2013: “Mis 40 en Bellas Artes”. Está ajustada, trabajada para este álbum. 4. Otro ejemplo de la combinación talentosa es la que hace con Marco Antonio Solís. La canción “Se me olvidó otra vez” adquiere el estilo de “El buki” en lo musical. En los tramos “solos” puede apreciarse mejor y entender que se escucha una tonada de este otro músico. En la combinación de voces, ambas están parejas, similares. Es relevante que la pieza asuma la personalidad sonora del invitado. 5. Algo similar ocurre con Alejandra Guzmán. “Caray” conserva sus trompetas características, pero las cuerdas y en particular el bajo que marca el compás son rockeras. 6. Laura Pausini fue incluida en “Abrázame muy fuerte”: una balada cuyo inicio con un acompañamiento instrumental muy elemental permite que la voz de soprano lírica ligera de la italiana se exprese con toda su plenitud. 7. Esa sensación de ternura, cercanía, sencillez que transmite Natalia Lafourcade está integrada en “Ya no vivo por vivir”. Una artista que está en su mejor momento y con quien Juan Gabriel se diluye un poco para dejarla ser. 8. “Los dúo” no es una simple suma de éxitos e invitados: hay una intención, un trabajo para tratar de generar un acontecimiento musical cuando llegue a los oídos del receptor.

http://davidtovilla.blogspot.mx/

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FOTOGRAMAS PARLANTES

Balcones

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Para el face: foto con mi suegra.

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“Tan oscuro como la noche en que se perdió el cuch”, ya ni estén buscando, ya lo encontré.

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Somos,orgullosamente, integrantes del club de la pluma verde.

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Porque hay hombres que rรกpido, rรกpido se quedan prendados de una falda.

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-ยกLos hubieras visto correr por todo Comitรกn buscando un regalo!, lo repagaron y, tras no basta, ni me vino. -ยกBendito diez de mayo!

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Yo vivo en un mundo llamado Arana Yo vivo en un mundo llamado Arana. En Arana se tiene en gran aprecio los objetos que se fabrican con barro. Si uno hace caso a los textos originarios sabe que los dioses hicieron el primer intento de un ser humano usando barro. Los niños y niñas van al monte y aprenden la forma de “arrancar” el barro. El barro lo arrancan porque, se sabe, el barro es como las alas de la tierra. Por eso, las figuras que más hacen los niños a la hora que juegan con el barro son aquellas que tienen que ver con alas: chinchibules, zanates, águilas, patos y dantas. ¿Dantas? Sí, en Arana les injertan unas alas hermosas que son muy semejantes a las que tienen las palomas. De hecho, cuando los niños pintan las dantas aladas, las pintan con un color blanco que se asemeja al mismo color que tiene la tierra cuando sueña que es un oso polar. Sólo que el juego no es tan sencillo. Los niños deben tener mucho cuidado a la hora que sacan los objetos del horno. Ese instante define las vocaciones. Ese instante es el más riesgoso del proceso. Mientras arrancan el barro los niños ríen, se empujan y bromean; cuando están en los talleres y colocan los montones de barro para untarles agua, los niños, de igual, manera sonríen y cuentan los mismos cuentos simpáticos que cuentan los papás a la hora que beben vino; asimismo, a la hora que meten los objetos al horno, que ya prepararon los ancianos, los niños cantan y bailan, como si estuviesen en un parque y los columpios los esperaran. A la hora en que el quemado termina, los niños se toman de las manos, como si se prepararan para una ronda, y guardan silencio. A la hora que los viejos abren el horno y a los niños les piden que se acerquen para que saquen sus piezas, los niños y niñas oran, rezan la misma oración que se reza cuando alguien muere. Esto es así porque puede ser que alguna obra esté agrietada o quebrada. El proceso de quemado depende mucho de la mano del creador. Si la obra sale quebrada, el niño que la creó será castigado de por vida. El Consejo de Ancianos le pegará un par de alas en la espalda y lo mandará a vagar por el mundo exterior. Él comprobará que, a pesar de tener alas, no podrá volar. En cambio los niños que obtengan obras bien quemadas los llevarán a las bibliotecas para que lean y así puedan volar, volar mucho.

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