REVISTA DIEZ, NÚMERO 26

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Julio César Martínez Utrilla

Revista catorcenal, hecha en la tierra de los cositías con la bendición de Tata Lampo. Editor responsable: Alejandro Benito Molinari Torres Contacto: albemoto@hotmail.com


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CONTENIDO: 3.- EDITORIAL: Los riesgos de la democracia. 4.- ZAGUÁN: Arenilla: Diez instrucciones para tener el asombro de los niños. 6.- PATIO: Fotografías de la quincena. 14.- DE DIEZ: CINTHYA 15.- BALCONES: Casa de Citas. Autor: Héctor Cortés Mandujano. 22.– CORREDORES: El ingenio de un hombre ingenioso: Julio César Martínez Utrilla. 31.- ACTUALIDADES 35.- MOJOL: Comiteco que viajó a Sudáfrica, para asistir al Mundial de Fútbol. 36.- DE DIEZ: CINTHYA

Cinthya Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.


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EDITORIAL

Cualquier profesionista debe poseer el mínimo conocimiento para ejercer su profesión. Cualquier mortal desea que su médico sea un experto en la materia; lo mismo espera el comerciante de su contador. Lo mismo espera el ciudadano del ingeniero que construye la presa o el puente. La sociedad entera demanda que los maes-

Los riesgos de la democracia

tros que enseñan a sus hijos tengan un conocimiento especializado en la docencia. ¿Qué sucede con los gobernantes? Por desgracia, los ciudadanos no tienen elementos para exigir el mínimo conocimiento. La prueba está en que los políticos pasan de un puesto a otro sin mayor preocupación. Quien estuvo en cultura puede, sin ningún empacho, estar al frente de la policía al otro día. La Constitución garantiza que todo ciudadano puede votar y ser votado, sin que exista ninguna exigencia al respecto de la preparación. En Chiapas se dan casos de presidentes municipales que no saben leer ni escribir. En Comitán, estos días son días de campaña. El 4 de julio los votantes acudirán a las urnas. Jorge Constantino Kánter, quien fue presidente y dejó una mala imagen de su actuación

trató de regresar. Pero un día se dijo que había renunciado a ―su derecho‖ y se fue como llegó. Ahora, la contienda se definirá entre Toño Aguilar y Rafa Bermúdez. La opinión mayoritaria establece que Toño ya la lleva de calle y el día de votación será una mera faramalla. Toda la fuerza del actual ayuntamiento actuó a su favor. En realidad existe un gran desinterés por la contienda. Toño tiene más a su favor: el Mundial de fútbol. Nadie se pregunta si ganará Rafa o Toño, todo mundo se pregunta si México logrará ganar.

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Z A G U Á N Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.


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Arenilla

Diez instrucciones para tener el asombro de los niños

1.– Subir al auto como si éste fuese una resbaladilla. 2.– Al iniciar una relación amorosa pedirle a la amada que nos cumpla un deseo. 3.– Dejar que el viento vuele todos los papalotes de nuestro pensamiento. 4.– Acostarse temprano, cerrar los ojos y escuchar la historia que comienza con ―Había una vez…‖ 5.– Cambiar las vocales a los días de la semana. Por ejemplo, el lunes, será ―lonas‖ y el sábado ―¡sobada!‖. 6.– Jugar “rayuela” en la tierra de nunca jamás. 7.– Comulgar todos los días sólo porque el sabor de Jesús adentro de la hostia ¡no tiene comparación!

8.– No ver el programa de Chabelo (se trata de ser niño, no de ser estúpido). 9.– Antes de cortar alas a las mariposas imaginar qué nos pasaría si intentáramos el vuelo, y 10.– Amar a la amada hasta empalagarse y más.


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PA T I O Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.


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FOTOS DE LA QUINCENA

Y cuando le contesten pida hablar con el agente 007.

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FOTOS DE LA QUINCENA ¡Ay, comadre, no sé que digás vos, pero yo miro que, con esto de la contaminación, hasta el agua ya está plastificada!

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FOTOS DE LA QUINCENA ¡Se comunica a toda la ranchería ―El Progreso‖, que el progreso ‗ta tardando en llegar, pero ya viene en carreta!

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FOTOS DE LA QUINCENA

¿Y no tiene derecho a disfrutar de una lectura sin errores de ortografía?

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FOTOS DE LA QUINCENA

El terreno es tan rústico que sólo le alcanzó para una ―ere‖.

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FOTOS DE LA QUINCENA

¿Juntos llegaremos? ¡Tocamos madera!

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Inscripciones Abiertas

Licenciaturas en Trabajo Social y en Periodismo. Teléfono: 01-963-6326661 e-mail: universidad@universidadmnr.com.mx Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.


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¿TIENE CLON LA LIBERTAD?

Cinthya


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B A L C O N E S

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Casa de Citas

Héctor Cortés Mandujano Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.


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Caminos cerrados Yo creía, como varios, que Morfeo era el dios del sueño. Ovidio en Las metamorfosis, un libro publicado originalmente en el año ocho después de Cristo, nos aclara que Morfeo es hijo del Sueño y de la Noche y ―era el primero y más dulce de los sueños, pero no el rey de ellos como se cree‖. [...] Hay otro que toma la figura de bestias salvajes, pájaros y serpientes; los dioses le llaman Icelón, y los hombres, Fobetor. El tercero, que se llama Fantasios, se trasforma en tierra, en roca, en rivera y en toda suerte de cosas inanimadas. Estos tres sueños viven solamente en las moradas de los reyes y nobles; los otros son para el pueblo‖. *****


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Lo peor que me ha ocurrido con las costumbres salvajes que hay en Chiapas de cerrar caminos por quítame estas pajas fue cuando, por la invitación aceptada de presentar un libro (Yucundo, lamento por una rivera, de Heberto Morales), he sufrido secuestro. Los actos culturales, de pronto, devienen novelas de aventuras. Se haría en un municipio de célebre estirpe bochinchera. Mi mujer y mi hija decidieron acompañarme. Llegó la hora de la presentación y lo más granado del pueblo estaba allí, con sus mejores galas. La mesa de presentación parecía la última cena (no porque fuéramos cercanos al espíritu, sino por lo numerosos) y uno tras otro fueron desgranando sus discursos: emocionados unos, soporíferos otros,

sentimentales dos o tres. Tocó hablar al autor y luego el improvisado maestro de ceremonias agradeció a los concurrentes. Todo parecía terminar en santa paz. No fue así, pues un grito hizo que aquello se volviera un pandemonium: —¡Ai viene un grupo de enmachetados! Como en un ballet ensayado, un grupo de personas corrió hacia la puerta (algunos lograron salir) y logró poner el candado antes de que los machetes comenzaran a estrellarse contra el hierro de la puerta. Clan, clan, clan. Las voces de los hombres armados, ensombrerados y con la cara cubierta con paliacates eran ininteligibles, porque dentro se mezclaban con gritos masculinos que los intentaban llamar al orden, rezos desesperados de las mujeres y previsible llanto de niños que, sin entender el asunto, olfateaban el peligro.


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Allí estábamos encerrados, detenidos, secuestrados por esos hombres que no parecían entender que aquello era un acto para celebrar la aparición de una historia de ficción que, en su caso, sólo quería acercarse a la realidad a través de la palabra. De nuevo los hombres de acción contra los hombres de ideas, los machetes contra el libro. Ah, historia tan repetida. ―Pero nosotros no somos de aquí, a nosotros no nos van a hacer nada, ¿verdad?‖, me dijo mi mujer con una voz cercana al llanto. No le contesté. Suponía que si lograban tirar la puerta —clan, clan, clan— no iban a pedir credenciales antes de lanzar el tajo. Los de machete no estaban, evidentemente, buscando una discusión intelectual. Llevé a mi hija (era una niña en aquel entonces) y a mi mujer al fondo del salón, y me acerqué a un escritor de la localidad. —¿Por qué hacen eso, van a matarnos? —Son los tapacaminos —me dijo él, muy tranquilo—, siempre andan en bola y con machete. No van a poder entrar, nomás hacen ruido. Clan, clan, clan. —¿Y qué quieren? —Hablar con el presidente del comisariado ejidal. —¿Cómo? —Sí, es que se enteraron de que aquí estaba, en este evento. —No entiendo. —Lo andan buscando, porque quieren platicar con él. —Lo que no entiendo es por qué hacen esto. ¿No podían haber hecho una cita para verlo en su oficina? —Tal vez sí, pero es que estos actúan así, al chingadazo.

—¿Y dónde está el hombre que buscan? Movió la cabeza, lo buscó por entre la viejecita que, arrodillada, le pedía misericordia a Dios; detrás de los tres niños que ya habían organizado un concierto llorón; frente al hombre que sin ver la tempestad le gritaba ―Animales‖ a los enmachetados, en fin, por entre los que se movían y hablaban, rezaban, gritaban, mientras —clan, clan, clan— los otros, impertérritos, continuaban con su tarea de dejar caer los machetes sobre la puerta. —No está, yo creo que logró salir. El hombre buscado había salido. Negoció con ellos, afuera, para que nos dejaran libres. Quién sabe por qué los sombrerudos decidieron hacernos una valla. No fue muy tranquilizante pasar por entre ellos (sus ojos inexpresivos nos veían con fijeza), pero sí fue bueno estar afuera, ya, rumbo al coche. —¿Adónde van? —me dijo al alcanzarme uno de los organizadores—, hay una cena especial para ustedes. Volví la vista hacia mis acompañantes. —¿Quieren ir? Las dos me dijeron sin asomo de dudas. —No queremos cenar, queremos irnos a la casa. Y donde manda capitán… *****


DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos. El famoso libro Cartas a Theo, que contiene las misivas, algunas muy breves, que Vincent Van Gogh escribió a su hermano ha sido parodiado brillantemente por Woody Allen en su colección de relatos y obras de teatro Sin plumas (Tusquets, 1976). Con el larguísimo título ―Si los impresionistas hubieran sido dentistas (una fantasía que explora la transposición de temperamento)‖ Allen escribe, en tono cómico, las cartas que Van Gogh hubiera escrito si, en lugar del gran pintor que fue, hubiera sido dentista. En ésta se refiere a las razones por las que se cortó una oreja (p. 163): “Querido Theo: Sí, es cierto. La oreja que venden en Fleishman y Hermanos es mía. Ya sé que he cometido una estupidez, pero quería regalarle algo a Clara por su cumpleaños el sábado último y estaba todo cerrado. Oh, en fin. Hay veces que hubiera querido haberle hecho caso a papá y ser pintor. No es que resulte muy emocionante, pero se lleva una vida metódica. Vincent‖. 

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Pese a las historias sobre la cotidianidad oriental que parecen anular a la mujer, volverla objeto, los chinos en sus ideogramas, que es su modo de escribir, dan a las mujeres sólo significados positivos. Carlos Prieto (Cinco mil años de palabras, Fondo de Cultura Económica, 2005:229) dice: “La palabra bueno (o ser bueno) consta de dos caracteres. El primero, nü, significa mujer; el segundo, zi, niño o niña. El ideograma representado por mujer y su hijo significa, pues, bueno, o ser bueno, o bien. La palabra paz se escribe con el carácter mujer bajo un techo‖.


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C O R R E D O R E S


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El ingenio de un hombre ingenioso: Julio César Martínez Utrilla.


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Cuando Don Julio César regresó a Comitán abrió un taller que llamó ―Servicio Martínez‖. A su muerte, Ricardo, su hijo, se hizo cargo del taller. Sigue funcionando, pero los comitecos lamentan que en estos tiempos ya no reparen ―aviones‖. Este letrero, que pintó en la parte trasera de la camioneta, da una idea del humor de don Julio César. El otro día nos hicieron llegar un casete con una grabación que hizo Don Julio. Dicha cinta contiene una parodia de un sermón dictado por el Padre Carlos J. Mandujano, famoso por la capacidad oratoria que poseía, pero también por la fogosidad de sus comentarios. A Ricardo le solicitamos la autorización para publicar dicha parodia. Los lectores entenderán que el texto pierde la gracia de la oralidad, pero valorará, sin duda, el rescate de dicha grabación. Lo transcribimos como un reconocimiento al ingenio de Don Julio César y a la memoria del Padre Carlos. El texto se convierte en un documento para el análisis del modo de ser de los comitecos.

Nuestro autor nació el 29 de enero de 1929 y fue hijo de Doña Hermila Utrilla Alcázar y de Don Eduardo Martínez Cordero. Ricardo dice que su papá ―gustaba jugar con sus hermanas menores: María Luisa, Alicia y Luz Angelina, porque sus hermanos mayores, Javier y Roberto, tenían sus amistades y otros gustos. Tal es el caso de su hermano Roberto, quien, desde pequeño, tocaba el piano‖. El texto lo ilustramos con fotogra- fías que Ricardo nos proporcionó. Se transcribe tal como aparece en el casete. Debemos aclarar que don Julio César improvisa en el momento que graba esta parodia. Por esto, los tiempos gramaticales se alteran. De igual manera hay instantes en que la concordancia no es prestigiosa. Sabemos que nuestros lectores serán benévolos (como lo han sido hasta el momento) y, por encima de estas nimiedades, disfrutarán esto que permanecía exclusivo para oídos seleccionados. (Nota: Se recomienda leerlo en voz alta y poner un disco de J. S. Bach y luego uno de marimba. Digamos: ¡Va cotz!

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El sermón Autor: Julio César Martínez Utrilla Robert, ya en ese tiempo, destacaba como organista. Era su organista predilecto del Padre Carlos, y hasta la fecha. Al llegar a la iglesia de Santo Domingo, Robert ya estaba preparado para tocar esas cosas de Juan Sebastián Bach. Pero Robert siempre se molesta porque hay mucho tránsito en estos días, en Comitán. Todo mundo quiere llegar hasta la puerta de la iglesia, pero ¡es una cosa imposible! La iglesia ya estaba completamente llena, pues en esos tiempos el padre Carlos era lo máximo de la elocuencia, de predicar aquellas cosas tan hermosas que siempre nos decía, pero hay personas a las que les viene la camisa y otras no. Así es de que la iglesia se está llenando. Vamos a esperar qué nos dice el Padre Carlos. Juan XXIII acabó con aquellas imágenes, aquellas fotografías que estaban en la iglesia. El Concilio Ecuménico vino a acabar por completo todo esto. ¡Qué bueno! Porque la gente pobre se quedaba parada, porque la mayor parte de las bancas estaban donadas por la familia Rovelo, los Rovelito; los Cristiani, la familia Macal y casi media iglesia estaba llena con nombres, y la pobre gente no tenía dónde sentarse más que en el suelo y otros se quedaban parados. Vino a ser una evolución favorable para la gente pobre y así no distinguir. Robert subió al coro y nosotros teníamos la gran oportunidad de oír el famoso sermón del Padre Carlos que tanto beneficio nos hizo a muchas personas (Suena el órgano). Pues por un lado nos ayudó y hemos estado con él hasta donde se puede. (En voz baja) En estos momentos la gente ya se acomodó casi en todos los asientos y qué bien, qué bonito. (Voz normal) Pero don Rigo está muy inquieto. No sé qué es lo que le pasa, corre de un lado para otro, le empiezan a temblar las piernas. (Suena una campana) Las campanas indican que ya debe de parar la música. Pero en estos momentos sale el Padre Carlos, vestido impecable, con su túnica morada, sus zapatos bien boleados. Sus acólitos impecables, con sus vestiditos almidonados. Hace una reverencia y enfrente de Santo Domingo se santigua y se dirige al púlpito (sonido de pasos).

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A Don Rigo le empiezan a temblar las piernas y la gente empieza a decir ―¿Qué le pasará a don Rigo, por qué corre de un lado para otro?‖. Háganse a un lado, por favor, voy a pasar. Sube al púlpito. Don Rigo, hágame favor de subir con un trapo para limpiar el púlpito. Cómo voy a predicar así con toda esta suciedad. Gracias, don Rigo. Quiero agradecer primero todas las atenciones que en mi persona he recibido de esta honorable familia de don Juanito Cancino, de la Asociación Femenina de la A.C.J.M., que ellos me han invitado para decirles este sermón que a continuación les voy a predicar. Sobre todo, ya que se aproxima esta semana mayor y evitar el sacrificio del hijo de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por tu limpia comprensión, oh, soberana la princesa, una muy grande pureza de pido de corazón. Es oportuno decir en estos momentos, mis queridos feligreses de mi querido Comitán, hacer el sacrificio de esta Semana Mayor que se aproxima, sabemos que el sacrificio que todos debemos tener es que debemos hacer amor al prójimo, querer más a las personas, no criticarlas, no difamarlas, ni menos levantar falsos testimonios. Ahora que me dirijo a ustedes quiero que reflexionen que estamos en el momento de ser firmes en nuestros propósitos, debemos ser cumplidos en la palabra, debemos todos tener que analizarnos profundamente en nuestras conciencias, que no existan aquellas vanidades, criticar al prójimo, criticar a todos aquellos que, si nosotros lleváramos la viga por dentro… es cuando nosotros tenemos algo que decir. Yo también puedo hacer algo por aquellas personas . No que ahora, todos preparan su viaje para ir a esos balnearios que son de Uninajab, donde son unas lagunas llenas de ligas. No sé qué van a hacer allá, pero en fin, creen que ellos están haciendo un sacrificio, ¡están equivocados! Ya cuando los hombres están en esos balnearios bien bolos empiezan a enseñar todas las menudencias, lo mismo las mujeres no se quedan atrás, porque cuando se embolan lo que enseñan también ellas son las pechugueras (rumor de los presentes). Quiero que sepan que cuando se dejan dominar por el cuerpo están perdidos porque es entonces cuando se les acaba el sacrificio. Ahora que acabo de venir a mi querido Comitán he recibido varios anónimos que -

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me han mandado, inclusive en San Cristóbal, ¡qué tal! Dicen: ―Padre, lo único que viene usted a decirnos en el púlpito de Santo Domingo son cosas que usted no lo debe de decir‖, pero pues como son anónimos, pues qué puedo decir. Me he dado cuenta que muchos de ustedes están flaqueando en sus matrimonios, que lo único que les queda es tener ¡queridas! (rumor de los feligreses). Por eso, mis queridos feligreses, quiero que, por favor, pongan su mano en su corazón y reflexionen un poquito de tiempo, para no hacer esas cosas. Robert, por favor, sigue tocando mientras puedo seguir predicando (música de órgano).

Bueno, pues no va a parar en esto todavía mi sermón que traigo preparado desde hace mucho tiempo. Últimamente me he dado cuenta en mi querido Comitán, y no sólo aquí, sino que en San Cristóbal, en Tuxtla, en Cintalapa y en muchos lugares, que muchos de ustedes se van a la ciudad de Comitán, se van a la ciudad de San Cristóbal, a la ciudad de México, para ir comprando cosas y revenderlas. Ahí está aquel pasaje que dijo el evangelista San Juan: Ohminus Deus pater nostri santifichetur nuestua. Qué bellas palabras nos dijo: en polvo eres y polvo convertirus, en que todos nosotros estamos pegados a la muerte y atrás nos anda tocando la calavera. Cuándo nos llegará ese final, cuándo llegaremos a dar cuenta a nuestro Señor. Cuando llevemos nuestros libros y que digamos: Señor, aquí estoy presente, no hice nada en la Tierra, hice muchas caridades, hice muchos beneficios, no tuve mujeres, no tuve ¡queridas! (rumor). Pero, qué sorpresota se van a llevar, porque ahí existe el libro de la justicia, el libro donde todo queda anotado, y que si mintieron, ahí quedará anotado y si no mintieron harán el bien para toda la humanidad. Qué tal ustedes cuando se acercaron al altar, con su esposa vestida de blanco, impecable, porque así es, cuando el matrimonio se puso, cuando el matrimonio es sincero, cuando el matrimonio es completamente de fidelidad es cuando estas palabras… y ellos juran y ustedes también juran ante el altar, porque nosotros somos simples representantes de ustedes, vienen y juran. Acuérdense de ese juramento: Yo fulano de tal acepto a ti sutana como mi esposa y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso y en la salud y en las enfermedades y amarte y respetarte todos los días de mi vida. ¡Ay, mis queridos feligreses!, parece que esas palabras se las llevó el viento y todos aquellos que tienen querida (rumor) juraron ante el altar y comulgan. ¡Bola de hipócritas! (rumor más intenso). Así es que, ustedes mis queridos feligreses, espero que reflexionen y ojalá que, ustedes - - -

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riquillos, y también me dirijo a ustedes ricos, y les digo riquillos porque qué tal lo que le pasó a aquel hombre que estaba arriba de un árbol, tal vez ustedes han leído de la Biblia, donde Zaqueo estaba arriba queriendo ver quién era ese hombre vestido con su túnica blanca y de huaraches. Como que veía a Cristo, que alentaba la humildad, no había más que corazón, amor al prójimo, y Zaqueo sacó la cabecita atrás de un árbol y -

le dijo. ―Adiós, Señor‖ y el Señor volteó a ver y dijo: ―Zaqueo, hoy voy a estar contigo, cenando en la noche‖, y Zaqueo se bajó, pero como esos maromeros y cayó en el suelo y salió corriendo. ¿Ustedes se acuerdan quién era ese hombre? ¡Era un usurero!, que muchos de ustedes dan el dinero al dieciochito y ¿saben qué es eso? ¡Es no querer al prójimo! Entonces Zaqueo fue a preparar una de las cenas que él pensaba que iba a ser de pura opulencia, pero Cristo no quería eso, y entonces cuando Cristo se le presentó en su casa le dijo: ―Señor, ¿qué merezco yo porque tú estás aquí?‖ Pero no era eso, sino que Dios le dio una demostración. Cristo le dijo, fue tocado su corazón y le dijo: ―Zaqueo, ¿qué andas haciendo?‖ Pero, qué tal ustedes, hasta las pobres viejitas que traen su morral lleno de naranjas, o sus canastos llenos de verduras, únicamente lo que le hacen es magullarlas y si es posible agarrarles hasta el tutís para que digan. (risas). ¡No, no, no se rían! Es la verdad, se imaginan esas pobres gentes que traen sus cosas, que tanto tienen que luchar, que ahí sí que verdaderamente ganan el pan con el sudor de su frente. Entonces Zaqueo quedó convertido en uno de sus fieles y todos sus bienes los regaló, los dio pa‘la gente pobre. ¿Quién de ustedes hace eso? Yo creo que aquí no debe haber nadie que haga esas cosas tan grandes como lo hizo ese gran hombre que fue tocado por Cristo. Por eso el apóstol San Pablo y San Pedro, que fueron pilastras de estos templos, también flaquearon porque ellos también dudaban de la grandeza de Cristo. Ojalá mis queridos amigos, de mi querido Comitán, se conviertan, ¡y ya es tiempo porque hay muchas viejas! La mayor parte de esta gente, que están aquí, pues son ¡cotorras! (rumor), pero ¡cotorras de corazón! No que ahora mandan recados ahí en la ―Farmacia La Guadalupana‖. ―Quiero veinte centavos de aceite de cotorra‖. ¡Ya se imaginan quiénes son, la Rosita Domínguez, Doña Alicia Rosales y así podemos seguir mencionando. Luego, a la siguiente vuelta de la casa, donde está una tienda: ―Deme‘sté veinte centavos de pijuy‖. ¡Qué tal eso! ¿Por qué hacen eso? Si siendo que están ofendiendo a Cristo, se están ofendiendo a ustedes mismos. Les voy a platicar un cuento de una viejita que pepenó un su medio. Esta viejita al ir pasando por la calle del mercado pepenó un su medio y decía: “Señor, si compro panela se

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos. me acaba, si compro azúcar se me acaba. Quisiera yo comprar una mi botella de trago para poder alegrar mi corazón‖, porque eso sí, yo también puedo decir que he tomado mis copas y me pongo muy contento y es lo único que puede alegrar el corazón. Pero, ¡qué tal lo que hizo esa viejita! ¿Saben qué fue lo que hizo? Ustedes ya lo saben, ¡lo regaló!, entonces la gente cree que hizo un sacrificio, sí lo hizo. ¿Por qué? Porque verdaderamente se sacrificó en no comprar nada y quedar con las tripas pegadas como muchos de ustedes están así. Por eso quiero decir como dijo el evangelista Frutus mentis tuis orates frotis meu aclamamus in espiritus santis Deus santifichetur nomentura. Por -

eso es muy fácil, como dice el evangelista Juan, que es más fácil que pase un camello en el fondillo de una aguja que rico se salve (rumor). Otra de las cosas que me he dado cuenta en mi querido Comitán es que una señora se acercó, no en confesionario, porque nosotros estamos para confesar y en el momento se nos olvida todas las confesiones, somos representantes de Cristo, y me dice: ―Padrecito, fijese‘sté que ya estoy arrepentida de todos mis pecados que he hecho‖. ¡Qué bueno! ¿Quién es usted? ―¿A poco no me conoce usted?‖ Yo a usted no la conozco. ―Soy tía Lola‖ (rumor). Y ya saben quién es tía Lola. Muchos de ustedes han ido a visitarla, porque es esa persona que trae camionadas de mujeres malas de Tapachula, de Huixtla, de San Cristóbal, incluyendo de la capital, de Tuxtla. Entonces yo le dije: Mire usted, tía Lola, yo únicamente estoy dispuesto a perdonarle la mitad de su cuerpo, la otra mitad vaya usted a ver quién se lo perdona porque yo hasta ese grado no llego, no tengo esa categoría. ―Pero, fijese‘sté, padrecito, que ya estoy muy viejita y quiero yo decirlo todo, desembucharlo, pero ¿será pecado que yo le deje la herencia a mi hija? ¿Quién es su hija? ―La Chispa‖. ¡Qué tal! No han acabado con ese puterío que tienen atrás de San Caralampio, del mártir, que fue un hombre que dio tanto por su vida, hasta el grado de ser mártir, no pueden acabar con Las Cabezas. Mis querido feligreses, es tiempo que reflexionen y, sobre todo, que tengan un poquito de amor al prójimo, que quieran más a la gente, que quieran más a sus hijos, que los orienten. Nadie de ustedes ha hecho el sacrificio de la Hora Santa, de venir a recibir nuestra Sagrada Comunión, y, sobre todo, que no lo hacen con aquella devoción de antes. Ojalá que estas palabras sirvan para beneficio de ustedes, esperamos que estén siempre con nosotros, y ya no manden tantos anónimos, porque no sirve de nada. Robert, sigue, por favor, tocando la toccata de Juan Sebastián Bach (órgano). (En voz baja) Bueno, baja en estos momentos el padre Carlos del púlpito. Por favor, - -

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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos. háganse un ladito, voy a pasar. Se dirige al altar mayor, se voltea: Quiero decirles que hoy que estuve por Tuxtla Gutiérrez a recibir a su Excelencia el Arzobispo Primado de México me dijo: Padre Carlos, me hace favor de darle, por conducto de usted, que acabo de venir de Roma, la bendición Papal que me dijo le enviara a usted para todos sus feligreses, así es de que, quiero, por favor, reciban de parte mía la bendición. En el nome del pater, notris, santifichetur noamentura. Amén. Oremus boniti e divine intistituor formate. Evos, en el nombre del pater nostra santifichetur nornamentura. Nome del pater nostra. Amén. En estos momentos toda la gente empieza a salir de la iglesia y esperar los comentarios, pues unos a su favor, otros en contra, porque les cayó muy que les dijeran lo de las queridas. En fin, pero vamos a entrevistar a don Rigo, a ver qué le pasó, y en la salid de la iglesia está la marimba en su apogeo (suena la marimba). Nos bajamos con mi hermano Robert , y estaba en la puerta don Rigo, y todo mundo lo saluda. Buenas noches, don Rigo, y muchos de los muchachos esperando a las novias en la salida, y en la puerta ¡la música! ¡Tan bonito! Oiga’sté, don Rigo, ¿por qué se puso’sté tan tembloroso? ―Es que fijate, Cesitar, que no te imaginás cómo me pongo de molesto cuando viene el padre Carlos porque es muy estricto‖, y fijese’sté que ya se va a venir a hacer cargo de la parroquia. ―Ah, que lo aguante otro, yo no‖. Pero, ¿por qué pué? ―Es que él siempre ha predicado enfrente del altar y hoy se le antojó ir al púlpito, pues tenía mucho tiempo que yo no lo sacudía, pero me azarié. Voy a ver quién me cura de erisipela‖. Ah, mejor venga’sté a oír la marimba, ‘tá muy bonito (se escucha la marimba a todo lo que da). Y toda la gente está muy contenta. ¿Qué dirán? Ahí, toda la gente está muy alegre. ¡Qué bonito! Ya Robert no quiso quedarse aquí en El Centro y le dije Si querés vamonós en el parque a dar vuelta. ―No –dice– unos van al lado derecho y otros van al lado izquierdo y te quedás mirando con unos y con otros y saludando. No –dice–‖. Mejor optamos por irnos de una vez a su casa, mejor nos fuimos caminando. Robert iba con sus métodos y sus cosas pautadas bajo su brazo, en el sobaco. Lo llevaba allí, porque, dice, que no le gusta dejarlos ahí en el coro, porque siempre llegan los Felipes patotas de trapo, como dice él, y no le gusta que le vayan a agarrar sus cosas, porque en primer lugar...no, no le gusta. Íbamos comentando y él me decía: ―¿Ya te fijaste, vos, Tzitzo, qué putiza la que nos puso el padre Carlos?, y, sobre todo, tiene razón. A muchos no les va a gustar‖. Cuando en eso nos encontramos con las madrecitas de San Sebastián. ¿Qué tal, madrecitas, cómo están? Pues ya nos saludamos. ―Buenas noches, Maestro‖. Sor María y también iba la Epifania. ¿Qué te pareció el sermón? ―Ay, estuvo bastante groserito el padre, ahora. No me gustó que dijera eso que las mujeres malas eran un puterío lo que había llegado a San Caralampio. Eso sí, pues, tiene razón, pero sólo así, tal vez, van a entender‖. La madre Mercedes no comentó nada, porque ella es muy prudente, pero a lo mejor después van a salir los anónimos, como dice el padre Carlos. ―Yo me acuerdo, fijate vos, Tzitzo, que con Rubén García y Quique Penagos nos íbamos con Las Cabezas, con las putas, pues teníamos qué hacer nuestras necesidades. Nunca le echaron tanto a estas pobres, pues fijate que es necesario tener estas gentes, por qué, ¿dónde vamos a dejar nuestras fuerzas? Claro que son nenas de alto voltaje, pero yo lo considero que es normal, ¿te imaginás puros chaqueteros en este pueblo? ¡Qué vamos a hacer! *****


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A C T U A L I D A D E S

¡Miaau!

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A C T U A L I D A D E S Los maestros del Colegio Mariano N. Ruiz festejaron a los estudiantes en su día. Realizaron un espectáculo en el teatro del Centro Cultural Rosario Castellanos., el 1 de junio del presente año. Ahí, los maestros realizaron imitaciones de grandes cantantes y famosos grupos musicales, como Gloria Trevi y el grupo Menudo. Los alumnos lo disfrutaron en grande.

Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.


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Programa radiofónico Crónicas de Adobe

A C T U A L I D A D E S

Programa No. 16. Participaron: José Gustavo Trujillo Tovar y Ernesto Carboney Fernández. Temas tratados: Lo positivo y negativo de la Feria de La Trinitaria; y la Poesía Comiteca. En la foto los acompaña Enrique Guzmán Monzón.

Programa No. 17. Participó David Alfonzo Meza, experto en ajedrez. Habló acerca de los ajedrecistas más importantes del pueblo y de los clubes que se han formado de este deporte ciencia. En la foto lo acompaña Enrique Guzmán Monzón.

Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.


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Novedoso taller de marimba

A C T U A L I D A D E S

Profr. José Luis Vidal Avendaño. 60 alumnos. Talleres en Las Margaritas y en La Independencia.

Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.


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MOJOL

Comiteco que viajó a Sudáfrica, para asistir al Mundial de Fútbol.

Ignorante mi compadre Chema, me recomendó que tuviera yo cuidado al caminar, no fuera yo a pisar kaká.

En la maleta lleva dos ―mudadas‖ , un par de zapatos, ocho cajas de condones y cuatro cajas de M FORCE, porque ―Él sí puede, pero quiere más‖. Su compadre ―El Tzejeb‖ le advirtió que conseguir nena en Sudáfrica no era labor sencilla porque dicen que los negros calzan zapato grande. En una cajita lleva diez estampitas de San Caralampio, porque hizo la promesa de que si llega con bien al Continente Negro promoverá el culto al santo . Además lleva un encarguito. Ya se sabe, siempre hay un comiteco que hace el clásico encargo. El hijo de la Chencha vive en Sudáfrica (los comitecos son pata de chucho y están regados por todo el mundo) y le manda una ―su‖ cuartilla de Tzizim y un atado de tostadas.

La caja de cartón (¡clásico!) es una caja de huevos. Ahí lleva la imagen de San Caralampio (de bulto, de madera, de las buenas, de las que hacía doña Mercedes Gordillo de Bermúdez (que en paz descanse); y un ―perraje‖ que le dio su mujer para que procure, ―por vidita suya‖, regalarle al Chicharito Hernández (de nada valió la explicación de la ley de probabilidades). Para no extrañar el terruño lleva dos ensartas de chorizo; cinco butifarras de ―las Penagos‖; un bote de ―penpenchile‖; cuatro ―siete caldos‖; un pomo con ―polvojuan‖, siete pachas de ―comiteco‖ auténtico, compradas con Jorge Domínguez; tres huesos de ―Tío Jul‖; seis panes compuestos de ―El Foquito‖; ocho salvadillos y una botella de ―temperante‖; dos botellas de ―mistela‖ de doña Marianita; y tres tortillas tiesas con ―asiento‖.


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¡No dudés! ¡Somos de

Diez!

Nos miramos en el

27.

Cinthya


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