Punto de revista adelis

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INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA “ANTONIO JOSÉ DE SUCRE” EXTENSIÓN BARQUISIMETO

Historia Petrolera en Venezuela

Adelis González C.I. 21.506.549

Barquisimeto 30 de Noviembre del 2014


Historia sobre la explotación del petróleo venezolano Venezuela antes de ser un país minero, fue un país agrícola. Desde antes de la llegada de los españoles ya los nativos conocían el petróleo con el nombre de "MENE". Ellos lo utilizaban para impermeabilizar sus canoas, también para alumbrarse. En 1799 Alejandro von Humboldt encontró un manantial de petróleo en la Península de Araya. Ya para 1839 el gobierno encomienda al médico José María Vargas para que investigara sobre el producto. Una vez hechas las respectivas averiguaciones, opinó que esta materia era más rica que el oro por la gran posibilidad de uso que tenía. En esa solo se utilizaba el petróleo para cosas muy sencillas y su extracción era bastante rudimentaria y no se explotaba en forma industrial. En Venezuela se empieza a explotar el petróleo a partir de 1875, después de un terremoto comienza a salir petróleo en grandes cantidades por una de las grietas producidas por el movimiento telúrico en la hacienda “La Alquitrana” del Estado Táchira perteneciente al Señor Manuel Antonio Pulido. A raíz de este hecho Pulido forma la primera empresa petrolera Venezolana que se dedicó a explotar industrialmente al petróleo. La empresa se llamó "Compañía Nacional Minera Petrólia del Táchira" o "Petrolia del Táchira". Más tarde se construyó la primera refinería la cual se producía mensualmente 60 galones de gasolina, 165 de querosén, 150 de gas-oil y 220 de residuos. De estos derivados del petróleo, el querosén era el de mayor utilidad, se utilizaba para el alumbrado y para las primeras cocinas. Años atrás en 1878, el hacendado Manuel Antonio Pulido obtiene los derechos para la explotación minera de un terreno ubicado en su hacienda cafetera La Alquitrana tras descubrir emanaciones de petróleo en la superficie. Como se indicó anteriormente Pulido funda la compañía Petrolia del Táchira en sociedad con cinco hacendados y comerciantes de la región. Dicen que cuando iniciaron la empresa carecían absolutamente de conocimientos, pero decidieron a


este efecto, que el socio Pedro Rafael Rinconesse fuera a Estados Unidos para estudiar los procesos de refinación de petróleo y adquirir las maquinarias y aparatos que podían necesitarse para obtener queroseno de primera calidad. En 1880 los vecinos de Rubio y de San Cristóbal, animados por la novedad, acuden a la instalación de aquellos extraños equipos de perforación que habían viajado por barco, barcazas y mulas desde Nueva York hasta La Alquitrana. Pero no fue sino 3 años más tarde cuando a sesenta metros de profundidad, el llamado pozo Eureka empezó a producir 230 litros diarios de un petróleo algo verdoso que sería refinado en un pequeño alambique para producir querosén y proveer de esta fuente de iluminación a Rubio y San Cristóbal. Esto da el inicio de explotación petrolera en Venezuela

A pesar del conocimiento de la existencia de petróleo en Venezuela desde hacía siglos, este recurso cobró real trascendencia con la llegada del siglo XX y los primeros pozos de real importancia no se perforaron sino hasta la década de 1910. El entonces presidente Cipriano Castro aprobó un nuevo Código de Minas para la Nación el 23 de enero de 1904, estableciendo así un principio que marcaría

dramáticamente

el

curso

de

la

industria

petrolera

hasta

su

nacionalización en 1976. El presidente de la República obtenía facultad plena para administrar y otorgar concesiones petroleras sin necesidad del consentimiento del Congreso. Durante su gobierno, se llegaron a otorgar cuatro concesiones para explorar, producir y refinar petróleo, las cuales fueron solicitadas con el evidente propósito de ser negociadas con inversionistas extranjeros. En 1908, Juan Vicente Gómez reemplazó a Castro como presidente de Venezuela. En los siguientes años, Gómez continuó la política de otorgamiento de concesiones, que en su mayoría fueron adjudicadas a sus amigos más cercanos, quienes a su vez las renegociaron con las compañías petroleras extranjeras que poseían la tecnología necesaria para poder desarrollarlas. Una de estas concesiones fue otorgada a Rafael Max Valladares que contrató a la Caribbean Petroleum, para llevar a cabo su proyecto de exploración de hidrocarburos. El 15


de abril de 1914, el primer campo petrolífero venezolano de importancia, Mene Grande, fue descubierto por la Caribbean tras la finalización del pozo Zumaque I. Este importante descubrimiento es lo que alentó una ola masiva de las compañías petroleras extranjeras para "invadir" Venezuela en un intento por conseguir un pedazo de la acción. De 1914 a 1917, varios yacimientos de petróleo fueron descubiertos en todo el país, sin embargo el estallido de la Primera Guerra Mundial retrasó significativamente el desarrollo de la industria. Debido al esfuerzo de guerra, compra y transporte de las herramientas y maquinaria, algunas compañías petroleras se vieron obligadas a renunciar a la perforación hasta después de la guerra. A finales de 1917, las primeras operaciones de refinación se llevaron a cabo en la refinería de San Lorenzo, y las primeras exportaciones significativas de petróleo venezolano salieron por la terminal Caribbean Petroleum en San Lorenzo. A finales de 1918, el petróleo apareció por primera vez en las estadísticas de exportación de Venezuela con una producción anual de 21.194 toneladas métricas. Después de unos veinte años desde la instalación de la primer taladro perforador de pozos, Venezuela se había convertido en el mayor exportador de petróleo del mundo y el segundo mayor productor de petróleo, después de Estados Unidos. La exportación de petróleo se disparó de 1,9% a 91,2% entre 1920 y 1935. Cuando se descubrió petróleo en la huelga de Maracaibo en 1922, el dictador de Venezuela, Juan Vicente Gómez permitió a los estadounidenses a escribir la ley petrolera de Venezuela. Nacimiento de pdvsa Mucho antes de 1976, Venezuela había tomado varias medidas en la dirección de la nacionalización de su industria petrolera. En 1971 la ley de reversión se aprobó que se afirmaba que todos los bienes, instalaciones y equipos pertenecientes a las concesionarias dentro o fuera de las áreas de concesión revertiría a la nación sin compensación a la expiración de la concesión. El movimiento hacia el nacionalismo se vivió una vez más bajo el decreto 832. El


Decreto 832 establece que toda la exploración, producción, refinación, y programas de ventas de las compañías petroleras tenían que ser aprobados previamente por el Ministerio de Minas e Hidrocarburos. Así que para todos los propósitos prácticos, Venezuela ya estaba en camino a la nacionalización en 1972. No se hizo oficial sin embargo, hasta la presidencia de Carlos Andrés Pérez, cuyo plan económico, "La Gran Venezuela", pidió la nacionalización de la industria del petróleo y la diversificación de la economía a través de la sustitución de importaciones. El país oficialmente nacionalizó su industria petrolera el 1 de enero de 1976, bajo la gestión ministerial de Valentín Hernández Acosta, y junto con él vino el nacimiento de Petróleos de Venezuela, S.A.(PDVSA), que es la empresa estatal venezolana de petróleo. Todas las compañías petroleras extranjeras que una vez hicieron negocios en Venezuela, fueron reemplazadas por empresas venezolanas. PDVSA controla la actividad de participación de petróleo y gas natural en Venezuela. En 1980, PDVSA compró la empresa estadounidense Citgo, y es la tercera empresa petrolera más grande del mundo.


Producción del petróleo en los años 80 90 2000

Entre 1986 y 1987 se volvió al viejo régimen de concesiones, al iniciarse lo que se llamó la "Apertura Petrolera", esta vez bajo la modalidad de convenios operativos y asociaciones estratégicas para reactivar campos, producir crudo, explotar gas natural costa afuera, explorar áreas prospectivas, crear empresas mixtas, competir libremente en los mercados petroleros, y explotar y comercializar el carbón. En 1992, la vieja PDVSA inició un proceso masivo de "tercerización" que ocasionó una pérdida, nunca antes vista, de la efectividad nacional para manejar la industria petrolera y terminó dejándola prácticamente en manos de compañías extranjeras. La Apertura Petrolera generó 2.000 millones de dólares en inversiones extranjeras para PDVSA. Pero, a partir de 1992, la visión de los ejecutores del proceso de Apertura afectó negativamente la capacidad tecnológica y gerencial nacional para manejar la empresa y, por ende, la soberanía venezolana sobre la industria. En 1996, las exploraciones en áreas petroleras del país estaban a cargo de consorcios extranjeros, Igualmente ocurrió con los convenios operativos, en los cuales participaron también empresas nacionales de capital privado, tal como Polar, Inelectra y Arco, dejando al pequeño inversionista un máximo de participación de 10%. A partir de 1992, la alta gerencia de PDVSA, que hasta entonces se nos había presentado como un modelo de eficiencia gerencial y empresarial, comenzó a perder control de la rentabilidad de la empresa. Mientras que la producción se elevó un 50%, los costos operativos se incrementaron en un 175%, de manera que la diferencia entre costo de producción y precio de venta de cada barril se


redujo tanto que, de seguir esa tendencia, la empresa no sería rentable para Venezuela, pero sí para el capital inversionista extranjero. La Apertura petrolera, con sus esquemas de convenios operativos para la reactivación y explotación de áreas nuevas y asociaciones estratégicas para la producción, tuvo como uno de sus objetivos principales el control de la producción y comercialización de los crudos pesados de la Faja del Orinoco. Más aun, el sector privado buscaba, aplicando la cartilla neoliberal, controlar definitivamente las áreas petrolera, industrial y de servicios. Bajo mecanismos de tercerización, la estrategia se centró especialmente en la producción de gas natural y el área de servicios, que resultó ser un aspecto medular, particularmente la informática. PDVSA, punta de lanza de estos intereses, llega a ser considerada para ese momento un ‘Estado’ dentro del Estado. Prueba de ello es lo que se generó a partir del descubrimiento realizado por Lagoven, filial de PDVSA, de grandes yacimientos de gas libre en el oriente venezolano. Inmediatamente, Shell International Gas Limited promueve la idea de exportar gas licuado a Estados Unidos y Lagoven, para tramitar la viabilidad del negocio propuesto por la Shell, demanda ante el Tribunal Supremo de Justicia la nulidad de varios artículos de la Ley de Hidrocarburos y de la Ley que Reserva al Estado la Industria del Gas Natural, los cuales protegían a la Nación contra los intereses de las empresas extranjeras. Fue tanta la presión ejercida, que la Corte Suprema de Justicia falló a favor de Lagoven, creando así el marco legal para la realización del proyecto, el cual recibió el nombre de "Cristóbal Colón". La internacionalización de la empresa degeneró en la transferencia de recursos e ingresos petroleros venezolanos hacia el exterior. Otro agravante fue la existencia de empresas que resultan no auditables para Venezuela, debido a trabas contables y jurídicas propias de la internacionalización. Además, algunas refinerías en el exterior, donde se invirtieron más de 2.500 millones de dólares, fueron un mal negocio, ya que en muchos casos se adquirieron equipos técnicamente obsoletos e instalaciones pertenecientes a compañías en graves


dificultades financieras. De hecho, muchas de ellas no podían refinar crudos pesados venezolanos, por lo que PDVSA comenzó a comprar crudos a otros países para poder utilizar dichas refinerías. Quizás el mayor de los problemas gerenciales lo constituyó la "tercerización". Para la década de los 90, PDVSA ya había logrado la experticia en materia tecnológica necesaria para manejar sus actividades, incluyendo los aspectos administrativos y la automatización de los procesos técnicos de la empresa. Pero, repentinamente y sin explicaciones justificadas, se entregó este conocimiento a empresas de servicios extranjeras, las cuales comenzaron a satisfacer las necesidades de PDVSA de manera tan excluyente que afectaron la capacidad gerencial y tecnológica nacional para manejar la empresa. Este factor impidió la generación

de

empresas

de

servicios

nacionales

e

incrementó

desproporcionadamente los costos operativos de PDVSA. De haber continuado esta tendencia privatizadora, la situación de la Corporación se agravaría en la década 2000-2009. El costo del Plan de Inversiones de PDVSA en ese período sería de 50 a 55 millardos de dólares (75 a 82 billones de bolívares), de los cuales solamente el 38% se destinaría a actividades propias de la empresa, mientras que el 42% (unos 33 billones de bolívares) se destinaría a la tercerización.


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