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Conserde Millenium S.A.
from Edición 110
En el año 2000, justamente con el cambio de siglo, viviendo las consecuencias de una fuerte crisis bancaria y los efectos iniciales de la dolarización, el Arq. Gabriel del Hierro, gerente general de Conserde Millenium, recibió un extraño pedido de un amigo suizo. Construye mi casa con poliuretano, le dijo.
ra un producto nuevo, inventado por italianos y fabricado en Alemania, para hacer cuartos fríos. Sin embargo, poco a poco se lo utilizaba para otro tipo de construcciones. Sin perder tiempo, Gabriel viajó a Milán para conocer a fondo las bondades del poliuretano y supo que en Colombia se construía la fábrica que atendería al mercado sudamericano. La siguiente parada fue Bogotá, lugar donde firmó el contrato de representación y distribución para Ecuador.
Así empezó la historia de lo que hoy es una empresa con amplia trayectoria, reconocido prestigio y visión innovadora. Gabriel atiende gentilmente esta entrevista.
¿Qué fue lo primero que construyó con poliuretano? Construí el primer campamento helitransportable del país para
Gerente General Conserde Millenium
una compañía perforadora. Eso nunca se había hecho acá. Simultáneamente construimos un barco crucero que navegaría por el Río Amazonas, sin embargo, nunca fue turístico porque las empresas petroleras le pusieron el ojo, y lo contrataron como hotel movible para evitar hacer campamentos en cada campo de exploración. Eran modelos livianos, súper resistentes y transportables.
¿Así empezó la dinámica de la construcción con este material?
Sí, y siguieron otros barcos. El Flotel Orellana, que después se llamó Manatí, y luego vino un tercer barco. En esa época la infraestructura en el oriente ecuatoriano era muy precaria, y de repente revolucionamos ese destino con hospedajes cinco estrellas, con luz, agua potable, energía solar, plantas de tratamiento de aguas servidas, etc. Incluso construimos un pueblo entero para los Huaoranis, porque Petroecuador tenía esa deuda con ellos y ningún contratista quería entrar a sus territorios. Hicimos nuestro centro logístico en el río para poder evacuar en caso de peligro, porque era una zona de alto riesgo. Esa fue nuestra primera experiencia en vivienda, en el año 2001
¿Su mercado original fueron petroleras?
Efectivamente, porque nuestro sistema constructivo es transportable, y las petroleras no se quedan para siempre en el mismo lugar. De hecho, van de campo en campo haciendo exploraciones, y este sistema les caía como anillo al dedo para no dejar campamentos abandonados cada vez que se movían a otra ubicación. Esto fue hace 20 años, y pensábamos que solamente las empresas petroleras y mineras serían nuestros clientes. Ahora tenemos Dyn House, que es vivienda prefabricada, modular, con corazón de ingeniería, alta funcionalidad, una estética muy agradable y dura para toda la vida en varios lugares, donde tú vayas.
¿Cómo lograron entrar al mercado de vivienda?
Hicimos una reingeniería de nuestra fábrica y así nació un prolijo sistema de calidad. La construcción a cientos de kilómetros de nuestra planta, más las complicaciones del transporte, no dejan margen para el error de llegar con un edificio mal hecho. Todo debía estar perfecto, porque una vez terminada la obra, sabíamos que no regresaríamos. Por ejemplo, nuestras casas llegaron a Galápagos en helicóptero, en otros casos hemos llegado en gabarras, incluso construimos una balsa flotante con nuestros paneles para navegar en un río y llegar al destino. Cometer errores era inadmisible, así que nos enfocamos en la excelencia.
La excelencia como parte del proceso de crecimiento… Además nos dimos cuenta de que el material es tan noble que empezamos a vender cubiertas a todos los grandes centros comerciales y supermercados del país. Hace diez años, con un gran amigo mío, empezamos a hacer unas construcciones interesantes en Mompiche, Esmeraldas. En 2016 fue el terremoto, todas las construcciones aledañas se destrozaron, las nuestras permanecieron intactas.
¿Sobrevivieron al terremoto estando tan cerca del epicentro?
Así es, y esa es la prueba de que para nosotros el tema de sismo resistencia no es poesía, es una realidad que en esa ocasión se pudo comprobar. Tan bueno fue el resultado que el gobierno quiso contratar 10.000 casas con nosotros, pero la falta de transparencia