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La historia sin fin…

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Retailing

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Es de puro conocimiento que el país atraviesa un momento difícil desde hace mucho tiempo, sin embargo, las cosas no parecen tomar el rumbo adecuado para mejorar; por el contrario, todo indica que la improvisación y la falta de análisis continúa vigente y firme, luego de que el ministro de Economía, Sergio Massa, diera a conocer un listado de medidas para “apalear el aumento del dólar”.

Las mismas consisten en encarecer el dólar ahorro que compraban mensualmente unas 900.000 personas; sigue el dólar Qatar para consumos superiores a US$300 mensuales; se amplió el dólar agro para exportaciones que liquidan hasta el 31 de agosto; se generalizó el Impuesto PAIS al 25% para todos los servicios -salvo pequeñas excepciones-; se aplicó el impuesto PAIS al 7,5% de todos los bienes -excepto medicamentos y materiales para combatir el fuego-; y las importaciones temporales de automotrices quedaron fuera del alcance de dicho impuesto en la medida de que el “pago” de la importación se efectúe luego del “cobro” de la exportación realizada y/o prefinanciación o anticipo con fondos propios.

Pero no solo nosotros creemos que este tipo de acciones empeoran la situación, sino que la Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Unión Industrial (UIA), el Foro de Convergencia Empresaria y la Bolsa de Comercio de Córdoba, alzaron la voz contra las medidas que anunció el Gobierno, las cuales imponen impuestos sobre diferentes tipos de cambio y encarecen el acceso al dólar oficial.

"El poder ejecutivo ha vuelto a incrementar la presión tributaria. Esta vez con medidas que impactan sobre la competitividad de las exportaciones y generan costos retroactivos sobre importaciones ya pautadas", sostuvieron desde la AEA. En tanto, la UIA alertó por el impacto en el sector y pidió "previsibilidad para los compromisos externos y la administración de las reservas internacionales". Además, resaltó las dificultades que atraviesa la Argentina: restricción de divisas, baja de reservas, alta inflación, déficit fiscal y crédito local e internacional restringido, a lo que se sumó la sequía.

Por otro lado, el Foro de Convergencia Empresaria aseguró que las medidas son un nuevo “bloque de cemento” que se suma al peso del Estado y que “agregan un peso adicional a la carga tributaria que agobia desde hace tiempo a las empresas y a los ciudadanos en general, trabando la actividad productiva y desincentivando la inversión privada”. Mientras que, desde Córdoba, expresaron su preocupación y definieron que las nuevas medidas –incluido el nuevo anticipo del impuesto a las ganancias de las empresas– son “parches mínimos que aumentan la presión tributaria y están muy lejos de resolver las fenomenales distorsiones de precios relativos que enfrentan quienes producen en nuestro país”.

Pero para que no crean que este editorial cuenta con parcialidad o algún tipo de sesgo debido a los años que hace que nos encontramos cerca del sector y la industria, elegimos traer la palabra de un experto que no pertenece a ninguna entidad comercial, ni similar. Recientemente Matías Olivero Vila, presidente de una empresa que busca la concientización fiscal en el país, manifestó: “Somos los campeones del mundo también en cantidad de impuestos”. “Más allá de cualquier ideología los datos dan lo que dan. En presión fiscal en el sector formal de la economía, el país es número uno entre los 30 más importantes. El empresario trabaja más para el Estado que para sí mismo”, analizó y cerró: “Lo normal sería no tener más de diez impuestos. Los países normales tienen un IVA o un impuesto a las ventas y ganancias. Algunos tienen impuesto patrimonial, no muchos: en Occidente sólo seis, y algún otro a nivel municipal o estadual. Cualquier cosa por encima de diez es zona de dislate. Nosotros tenemos más de 140”.

Por último, como dato a agregar a toda esta improvisación gubernamental, vale mencionar el acuerdo que se llegó con el FMI que generará un desembolso por más de 7000 millones de dólares en agosto. Si bien esto suena como una gran noticia, lo cierto es que, a falta de una estrategia política y economía, esto es comida para hoy y hambre para mañana.

En definitiva, lo que intentamos demostrar es que la debacle económica no solo la vivimos a diario, sino que las malas medidas anunciadas empeorarán la situación comercial y afectarán directamente al mercado.

Hay que estar preparados para lo que viene porque, como bien sabemos, el sector y la industria es la que siempre es golpeada, pero la que toma impulso para mantener los puestos de trabajo y equilibrio en el mercado. <<

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