AHORA Tradición y Folclore 2020

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Indice PORTAL Pág. 5 EL CARNAVAL EN COCHABAMBA A TRAVÉS DEL TIEMPO Pág. 6 CARNAVAL EN LAS CINCO REGIONES DE COCHABAMBA

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UNIDADES MILITARES EN EL CORSO DE CORSOS; BALUARTE DE NUESTRO CARNAVAL

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FERNANDA PAVISIC REINA DEL CARNAVAL DE LA CONCORDIA 2020 Pág. 22 CAPORALES MI VIEJO SAN SIMÓN; ÑUFLA, CHUCHUNA Y BOMBO

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ELECCIÓN DE LA REINA Y ÑUSTA DEL CARNAVAL DE LA CONCORDIA COCHABAMBA 2020 Pág. 28 FRATERNIDAD FOLKLÓRICA ARTÍSTICA Y CULTURAL 100%SALAY Pág. 30 TINKUS SAN SIMÓN, LOS ROMPE MONTERAS Pág. 34 AVENIDA BEIJING, LA NUEVA RUTA DEL CORSO DE CORSOS Pág. 38 SOCIALES Pág. 39

Portada: M. Fernanda Pavisic Rojas Reina Carnaval de la Concordia 2020 Fraternidad Caporales MVSS Fotografía: Caporales Mi Viejo San Simón

Staff GERENTE GENERAL Y DIRECTORA DE PROYECTOS Marlene Lara S. de Urquidi GERENTE COMERCIAL Carla Montes Saravia PRENSA Y REDACCIÓN Mario Quiroz Rivero DISEÑO GRÁFICO Y ARTE PUBLICITARIO Miguel Angel Estrada Quispe Javier Huanca Colque EJECUTIVOS DE VENTAS Arturo Rojas Peñaloza Rossiely Zambrana Patiño AUXILIAR DE OFICINA Juan José Heredia FOTOGRAFÍA: Revista AHORA

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Cochabamba, febrero 2020

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Portal El carnaval, es una de las fiestas más esperadas por todos los cochabambinos y bolivianos, porque es una fecha donde reina la alegría y diversión, acompañados por supuesto del consumo de la exquisita gastronomía que se disfruta en nuestra región. Porque es la mejor temporada para saborear los preparados de los epicúreos gastrónomos que hacen gala de su sazón y creatividad para deleitar nuestro paladar; así, podemos degustar en esta temporada del inconfundible y tradicional “puchero carnavalero”, una mezcla de carnes y frutos, acompañados de papas y chuño, bañados con abundante ají y arroz aguado. Para los comensales que esperan disfrutar este exquisito y exuberante platillo, el municipio organiza la “Feria del Puchero” en el parque Excombatientes, con una concentración de cientos de restaurantes y comensales que se apuestan en el lugar para devorar ávidos este exquisito manjar, saciando la sed con una fría garapiña, aloja o chicha simplemente. Los días cálidos de verano, la tierra por demás fértil, los parques y las plazas que muestran el esplendor de la naturaleza, más la alegría inconfundible del kochala, hacen que esta sea la fiesta más alegre y entretenida; que después de engullir las delicias culinarias del Valle, está bien disfrutar del baile y de las picantes coplas vallunas, que a más de uno provocan reverendas carcajadas. El carnaval se festeja en todos los pueblos de Cochabamba, en cada región, zona o barrio; nadie se escapa del disfrute que provoca esta fiesta; pero, es importante llegar a través de nuestro medio a la gente, para que actué también con responsabilidad y compromiso, evitando el consumo excesivo de bebidas alcohólicas o hacerlo con menores de edad, en especial niños. La diversión es un acto normal en el ser humano, pero debe ser celebrado de la manera más responsable y consciente, para evitar consecuencias futuras. Con todas las recomendaciones, precauciones y previsiones, disfrutemos este Carnaval 2020, con toda la alegría que demanda esta gran fiesta.

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El Carnaval en Cochabamba a través del tiempo

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ochabamba, vive el carnaval más extenso del país, y también uno de los más populares, siendo una diversa expresión cultural de la riqueza valluna, una mezcla de tradiciones y costumbres de nuestro pasado andino, colonial y republicano en la celebración de esta festividad; también es el espacio idóneo para los rituales costumbristas, como: la ch’alla, el ch’allaqu, la k’oa, los taquipayanakus y la cacharpaya, que han podido perdurar en el tiempo y amalgamarse con los hábitos que trae el carnaval del siglo XXI.

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En febrero de 1847, el periódico local “Correo del Interior”, describe vívidamente el jolgorio, al que denomina “el carnaval de aldea”; este medio escrito refiere que durante la festividad, los cochabambinos del sector popular, salen a las calles con inusitada alegría, “ostentando toda la gala de vestidos rústicos, trayendo flores y frutas en la cabeza, y danzando al son de un tamboril y una flauta de pastores”, ambos instrumentos imprescindibles para ejecutar los candentes ritmos negros; del mismo modo, la guitarra y el pinkillo también eran usados para expresarse en los bailecitos andinos.

Según relata el historiador Gustavo Rodríguez Ostria, fueron los españoles quienes introdujeron dos manifestaciones del carnaval, la de las clases altas, que eran celebradas en salones a la manera española y el carnaval popular, festejado en las calles, distinguiéndose ambos por el tipo de música, bailes y comidas. Aunque no es posible establecer desde cuando se celebra el carnaval en Cochabamba, probablemente y con intermitencias, esta festividad esté presente desde el siglo XIV; no obstante, algo que es seguro es que a fines del siglo XVIII existía esta celebración, denominada por entonces “carnestolendas”, que duraba desde el domingo de tentación hasta el miércoles de ceniza, justo cuando comenzaba la Cuaresma.

Era la gente indígena o mestiza la que tomaba las calles durante el carnaval, imponiendo su música, sus bailes y sus vestimentas. Por el contrario, los sectores más ricos y poderosos de la ciudad, celebraban dentro de sus casas, tal como lo señala un anónimo cronista de la época: “El carnaval urbano hoy no sale al público; saca apenas las narices de la ventana. Su festín es allá dentro de casa: la hora del banquete es la hora del estallido; antes de terminar la comida se levanta de golpe y como por encanto la comitiva, rompe la música y entonase un coro al divino Baco. Empieza la danza en una rueda entremezclada de hombres y mujeres, asidos todos por las manos y se entabla desde luego un comercio recíproco de cantares al son de una guitarra que gira en torno de la rueda convidando a cada uno de los bardos improvisados.”

Esta era una fiesta que iba del campo a la ciudad con picardía y gran variedad de colores, aromas y sabores, y que era recibida en la urbe con igual regocijo; sin embargo, como se mencionó antes, la ciudad de Cochabamba tenía dos tipos prevalecientes de carnaval, ambos con raíces coloniales, pero a lo largo del siglo XIX cada uno de ellos recorrió caminos distintos. En este sentido, los sectores populares vivían esta fiesta entre los elementos burlescos, báquicos y cómicos heredados de la tradición europea y de las costumbres indígenas vinculadas al ciclo agrario de la región. La calle era el lugar predilecto de los sectores plebeyos, en ella tocaban y danzaban ‘bailecitos de la tierra’, que eran de procedencia peruana como: ‘moza mala’ de origen negro y la ‘zamacueca’, que era un baile de pareja suelta.

Ilustraciones: Al Tadic

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Del mismo modo, documentos periodísticos de la época señalan que las clases más adineradas no participaban de las de las fiestas callejeras y no establecían nexos con la plebe. Bailaban y se divertían encerrados, en la seguridad de sus amplias mansiones; por ejemplo, el martes de ch’alla la élite cochabambina se entretenía en sus amplias casas en un juego y contrajuego de ataques y contraataques con agua, talco y perfumes, entre varones y mujeres. De acuerdo al escritor Alber Quispe, junto a las expresiones rurales también participaban los “máscaras”, sobre todo el día martes cuando el carnaval de las calles expresaba todo su esplendor, para lo cual no era necesario el uso de máscaras al estilo del carnaval de Venecia, sino sencillos colorines de almidón encarnados en las caras de los “hijos del carnaval”; esto era acompañado de un disfraz de vestidos blancos de una fabricación especial, con sacos de inmensa capacidad que estaban llenos de botellas de agua de colonia o de lavanda, cohetillos montados en balitas de cazar avestruces y huevos llenos de almidón y aguas olorosas; en fin, los “mascaritas” eran máquinas de guerra ambulantes. Éstos recorrían las calles de la ciudad, juntados en grupos ondeantes, sólo deteniéndose en los balcones de las señoritas para arremeter con descargas de sus diferentes ingredientes, en particular huevos con perfume, municiones que muchas veces ocasionaba serios incidentes; en respuesta, las jovencitas devolvían el ataque con similares pertrechos. A la par de estos combates carnavaleros, las “ruedas mui populares” abundaban en las calles, que eran hábiles insultos rimados, y que no tenían un destinatario preciso, de modo que le podía llegar a cualquier persona, ya sea ésta un juez o el mismísimo alcalde. El prestigioso médico Julio Rodríguez, escribió acerca de los carnavales de la época, criticando las manifestaciones festivas populares: “Nuestros abuelos pasaban el carnaval con las grotescas escenas de una plebe que cantaba y bailaba en la calle, embriagada de placer, de lucro y desvergüenza”. Asimismo, describió el carnaval de las familias aristocráticas, que, según narra, iniciaba recién en las noches, cuando acababa el ruido en las calles: “Reunidos en pequeñas tertulias donde se bailaba la majestuosa contradanza, el elegante minué, se pintaban las caras con un poco de almidón perfumado; derramábase confites; se tomaba chocolate; se agitaban en un momento más al compás del “londú”, del “chambé”, del “gato mis mis” y del “aylumbé”, dándose de la noche el ósculo de paz para ir a descansar.” En las calles las máscaras y los disfrazados eran de uso frecuente, tal como lo fueron en el carnaval medieval, aunque en el valle las caretas de la plebe eran más sencillas, usadas especialmente por los jóvenes, puesto que la máscara y el disfraz les sirven para ocultar, para evadir y estar a salvo de las miradas indiscretas y acusadoras. En este sentido, los “señoritos” de clase

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alta podían, de esta manera, cometer desmanes y desenfrenos, típicos de las celebraciones del carnaval, gozando del anonimato. En cambio, los plebeyos cochabambinos, también conocidos como sastres, se presentaban como si fueran otros, adquiriendo un nivel social que normalmente no es el suyo, y así, aproximarse a los poderosos, a los ricos hacendados y comerciantes, sin ser reconocidos. Estas manifestaciones poco controladas constituían lo fundamental de los festejos carnavaleros de mediados del siglo XIX; si bien en ese periodo apenas se usaban técnicas rústicas para cubrir el rostro a efecto de actuar en anonimato, el uso de máscaras fue un creciente recurso que utilizaron algunos sectores de la sociedad, para permitirse ciertas licencias sólo posibles en este periodo del año. Las máscaras llegaron a ser para las élites cochabambinas objetos altamente temerarios, porque según veían ellos eran peligrosas para la seguridad del individuo y pernicioso para la moral en aquellos días de confusión, por lo cual exigieron a las autoridades la prohibición absoluta de los disfraces, algo que era imposible porque el carnaval era una de las fiestas más esperadas y celebradas del ciclo festivo de Cochabamba. Con los años se realizaron algunas acciones para controlar a la muchedumbre durante la festividad; es así que un paso importante para regular el carnaval y cortar en la fiesta la presencia de los sectores populares se dio en 1876, cuando en ocasión del baile de máscaras en el Teatro Achá, quedó controlada la asistencia por parte de una comisión municipal, esto para garantizar la “honorabilidad” de los danzantes, evitar la confusión social y sobre todo preservar el pudor de las muchachas de “alta sociedad”. Esta medida municipal creaba un espacio cerrado evitando mezclas no deseadas, puesto que la máscara permitía a la plebe escapar de su situación social en desventaja y mezclarse con la “gente bien”. A mediados del siglo XIX, la plebe se retiró a divertirse a las campiñas aledañas, cuyo repliegue abrió espacio festivo para los sectores tradicionales. Según relata Rodríguez Ostria, apuestos jóvenes se lanzaron a las calles a guerrear con cascarones de huevos y cohetillos. También cambiaron los bailes nocturnos, fue abolido el chocolate, dando paso a exquisitos vinos y al suculento ponche; el minué y el “londú”, fueron reemplazados por las cuadrillas y las polkas, confirmando la admiración por la cultura europea, especialmente la francesa. El carnaval cochabambino segregaba y excluía cada vez más, ahora los sectores dominantes habían ganado las calles en la festividad, bailaban en ellas y a la par ofrecían sus amplias casas de tres patios como territorios abiertos, donde los invitados podían ingresar libremente y recibir una grata acogida, que se iniciaba con un bautizo de agua. Luego los anfitriones invitaban bebidas como el 11

guarapo e incluso fina chicha, especialmente elaborada para la ocasión con maíz seleccionado, acompañando esto con el tradicional puchero o thimpu. De esta manera el antiguo carnaval de raíz plebeya y de origen colonial, quedaba gradualmente confinado a la periferia más pobre de la ciudad, a los barrios populares de Las Cuadras, Jaihuayco o Cala Cala; se llevaba a cabo un festejo al ritmo de bailecitos y cuecas interpretado por acordeones, guitarras, charangos, mandolinas, quenas y “rasca-rasca”. También ch’allaban la festividad con chicha, proveniente del Valle Alto como Cliza y Punata. Después de la Guerra del Pacífico la élite cochabambina se tornó más ilustrada y extranjerizante, le pesaba toda manifestación popular, ya sea festiva, culinaria o musical, puesto que le atribuía la derrota bélica y el fracaso de no ser Bolivia una nación moderna. Por consiguiente, buscaban ensayar nuevas fórmulas de vida y pensamiento, aferrándose a la idea de construir una nación boliviana anclada en el trabajo, la tecnología y la honra de los símbolos patrios, en cuyo modelo de sociedad no encajaba el carnaval, por lo cual las sugerencias no se dejaron esperar: El matutino “El Heraldo”, en 1887 sugirió trasladar el carnaval al 6 de agosto; otro matutino denominado “ La Unión”, afirmó que la municipalidad debería hacer todo lo posible para llevar a cabo un cambio radical, refiriendo que se debería enseñar al pueblo a conocer y respetar las glorias pasadas, puesto que el carnaval no recuerda nada y es perjudicial para Cochabamba. Las propuestas no encontraron acogida, porque el carnaval tenía muchos devotos; sin embargo, se introdujeron cambios para conservar la fiesta, que al mismo tiempo la modernizaran y regularan, aproximándola al modelo cultural más reconocido e imitado en aquella época, el europeo. En este sentido, se resolvió mantener el carnaval, transformándola en una festividad más aceptable a los requerimientos; es así que la ciudad podía divertirse en carnestolendas, pero con ciertos límites y ornamentos aceptados. De tal manera, de acuerdo a los requisitos de la rutina y la cultura de la modernidad, quién mejor que un europeo para coadyuvar en los cambios del carnaval valluno, siendo el empresario cervecero alemán, residente de la ciudad, Adolfo Schultze, quien introdujo en 1887 por primera vez una “entrada” carnavalera a la usanza germana, siendo el modelo el carnaval de Venecia y el que se realizaba en Colonia, Mainz y Dusseldorf. La primera entrada partió de la Pampa de las Carreras, hoy Plaza San Sebastián y Aroma, llegando a ser totalmente un éxito, con variedad de disfraces, con lujo y gracia. En 1898, se dio un paso más al consolidarse, con auspicio municipal, el “Corso de las Flores”, en cuya entrada participaron por primera vez los carros alegóricos, lo que le otorgó un tono majestuoso al carnaval valluno, muy

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Fotografías: Rodolfo Torrico Z.

distinto al desorden de la plebe y al aburrido encierro de la élite. Posteriormente, en 1904 los niños pudieron ser parte del Corso, brindando mayor alegría y colorido a la festividad. Los protagonistas de la nueva fiesta fueron los sectores de la élite, siendo ellos los que vivían y se regocijaban con el dios Momo; en cambio el “bajo pueblo”, simplemente observaba las rondas carnavalescas en la Plaza 14 de Septiembre, habiendo sido transformado de protagonista y actor a únicamente espectador. El recorrido comenzaba el día domingo de carnaval en la plaza Colón y culminaba en la Plaza Principal, en cuyo trayecto hombres y mujeres daban vueltas en carruajes muy adornados, jalados por engalanados caballos y en medio de nubes multicolores de flores y mixturas. Sin embargo, el juego con agua en las calles aún tenía un peligroso protagonista, puesto que todavía sobrevivía la costumbre de las guerras de cascarones de huevo, con cuya práctica más de uno había perdido un ojo por el desafortunado impacto de un proyectil. Tal como señala la investigadora Rosa Elena Novillo, el tradicional “Juego de Cascarones” consistía en arrojar cáscaras de huevo, reunidas desde Todos Santos o acumuladas por las sillpancheras, las cuales eran llenadas con agua de Cananga, colores y perfumes, y sellados con pedazos de tocuyo y engrudo; una costumbre que fue desapareciendo después de la Guerra del Chaco, puesto que poco a poco los cascarones son sustituidos por los globos para agua hechos de látex, siendo este uno de los cambios más sustanciales de aquellos años, puesto que

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después el carnaval se mantuvo igual, con los mismos moldes modernistas. El Corso de la Flores fue decayendo con los años, ya no se mostraba tan esplendoroso como en sus inicios, por la falta de originalidad en los carros alegóricos y la poca participación de comparseros; no obstante, la entrada aún tenía como protagonistas al selecto grupo de jóvenes y señoritas de la sociedad, aunque de vez en cuando ingresaban cuadrillas de campesinos con su propio grupo de música entonando alegres bailecitos y huayños. Asimismo, las fiestas en locales cerrados seguían teniendo una clara disgregación social; la élite se reunía en lugares como el Teatro Achá o en el Club Social, mientras que la plebe festejaba en lugares como los mercados, principalmente el día martes de ch’alla, celebrado con derroche de alegría, serpentinas, cohetillos y puchero, acompañado de los viejos tonos de cueca y huayño. La Revolución Nacional de 1952, introdujo una nueva concepción de nación, basada en el reconocimiento de los valores culturales mestizos y populares, pero cuya influencia no llegó inmediatamente al carnaval cochabambino, que siguió desenvolviéndose como una fiesta centrada en las élites. El Corso de las Flores dejó su ritual de vueltas en la Plaza 14 de Septiembre y se trasladó a El Prado, cuyo cambió obedeció al temor del MNR, partido de gobierno, a que


la juventud opositora utilizara la oportunidad para tomar la Prefectura. Los adornados carruajes fueron reemplazados por el baile de comparsas, quienes preferían la música brasileña y la cruceña de taquiraris. Otro cambio importante fue la consolidación del Corso Infantil, disponiendo los niños de un espacio propio para adentrarse a temprana edad en los rituales de la festividad, quienes cambiaron de alguna forma el modo de ver esta fiesta, porque como una situación inédita, se pudo ver a niñas vestidas de cholitas y niños con atuendos de campesinos. Los globos de látex finalmente lograron consolidarse, cuya gama multicolor otorgó una nueva tonalidad a la “mojazón”; del mismo modo, hicieron su aparición las pistolas de agua, los baldes y los chisguetes hechizos de hoja lata, que completaban el nuevo atuendo carnavalero. Sin embargo, el entusiasmo de las comparsas y el juego con agua no eran suficientes para devolver a esta fiesta su anterior presencia; en ese sentido, en 1965 para darle un impulso al carnaval, la Cámara Junior promovió la elección de la Reina del Carnaval, algo nuevo en esta festividad, sólo teniendo dos antecedentes parecidos, uno en el siglo XIX al ser elegido el “Príncipe” y el otro a principios del siglo XX con la designación de una “Princesa”. En 1970 la Radio San Rafael y la Alcaldía del Cercado organizaron el primer festival de Taquipayanakus, que es un contrapunteo de coplas picantes en quechua y castellano entre comparsas, que fue llevado a cabo en el estadio Félix Capriles el sábado de tentación. Con esto la celebración trasladaba la picardía campesina a los ojos de la ciudad, que iba perdiendo sus rasgos rurales a medida que la mancha urbana crecía y su población aumentaba. Pero a pesar de todos los esfuerzos parecía que la crisis del carnaval era imparable, por lo que en 1974 se ensayó otra propuesta para salvarlo, al crearse el “Corso de Corsos” por parte de la tradicional y reconocida Radio 13

Centro; todo esto fue para darle vida al carnaval, eran pocas agrupaciones pero había mucho entusiasmo; estaban presentes tradicionales comparsas como los Jets y Always. Al año siguiente participaron por primera vez los soldados de las distintas unidades militares, algo que reavivó el carnaval cochala y le proporcionó al Corso una masa segura de participantes , dándole una prestancia masculina a la entrada, siendo la figura femenina caricaturizada por los soldados, principalmente a través de sátiras hacia las señoritas del Liceo “Bolivia”. En la década de 1990, a partir del trabajo del Departamento de Etnografía de la Casa de la Cultura dependiente de la Alcaldía Municipal, se recuperan varias tradiciones del carnaval “tradicional” y se consolida de manera definitiva el Corso de Corsos. La sonoridad de la concertina criolla reaparece en manos de viejos maestros; la presencia femenina resurge nuevamente en la poderosa reaparición de la comida valluna, en el desafío cantado de los taquipayanakus y en las distintas fraternidades, donde destaca por su belleza. Con los años el carnaval cochabambino tuvo algunas otras regulaciones, como el uso controlado del agua, para evitar que el líquido elemento sea malgastado en la fiesta; también fueron prohibidos los globos cargados con agua y la venta de éstos, aunque pueden seguir siendo usados para adornar; además, se controló el uso de espumas, teniendo en cuenta que existen varias dañinas para la salud. Hoy en día el Carnaval de Cochabamba, gracias a iniciativas particulares, ha logrado unificar expresiones culturales que han dejado atrás las exclusiones pasadas para convertirse en una festividad que aglutina las diferentes expresiones carnavaleras, no sólo de nuestra región, sino también del país y de distintas partes de Latinoamérica, teniendo la denominación este año de “Carnaval de la Concordia”, porque es el sentido de armonía e integración que lo caracteriza. Cada vez más el Carnaval de Cochabamba va ganando protagonismo, frente a los carnavales tradicionales de Oruro y de Santa Cruz. El Corso de Corsos es una manifestación fraterna de todos los bolivianos, con la participación de agrupaciones folklóricas de la Universidad de San Simón y las otras que han logrado posicionarse en la cultura regional y nacional, como últimamente lo ha estado haciendo el Salay, en una festividad a la que se le resistía incluir elementos folklóricos, y que ahora es parte de la identidad cultural de todos los bolivianos. Bibliografía: • RODRÍGUEZ OSTRIA, Gustavo. “Siglo & medio del carnaval de Cochabamba”. H. Alcaldía Municipal de Cochabamba. 2007. • QUISPE ESCOBAR, Alber. “Ciudad en Fiesta”. Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba. 2016. • “Historias y Leyendas de Cochabamba”.

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CARNAVAL EN LAS CINCO REGIONES DE COCHABAMBA

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a multiplicidad cultural de cada región permite una mezcla de colores y costumbres en el carnaval más largo y diverso de Bolivia, denominado este año como “Misk’i Carnaval 2020”. Cochabamba está dividida en 5 regiones socioeconómicas por naturaleza, donde la fiesta del carnaval se vive de manera intensa durante dos meses en las diferentes provincias, que demuestran en estas fechas la alegría de su gente y lo productivo de sus cosechas.

REGIÓN METROPOLITANA

La Región Metropolitana, que se constituye de 8 municipios, los cuales están relacionados de manera natural en cuanto a negocios, comercios, servicios básicos, etc., son los más accesibles en cuanto a gastronomía para los visitantes, por su gran variedad de platos típicos tradicionales, que han hecho de Cochabamba la Capital Gastronómica de Bolivia. En época de carnaval esta región se caracteriza por el puchero, un plato típico cochabambino, una exquisitez que tiene una gran variedad de ingredientes, y que se acostumbra comer el Martes de Ch’alla. Este platillo también puede ser degustado en ferias del puchero en el Cercado, Quillacollo, Colcapirhua, Tiquipaya y Sacaba, donde hace un par de años se preparó el puchero más grande del mundo, de 5 metros de diámetro. Además, en la Región Metropolitana también se puede hablar de los taquipayanakus, la coplas y las comparsas, que son una mezcla entre urbanas y típicas tradicionales, donde no siempre se viste ropa típica de Cochabamba, sino que se disfrazan con ropa de personajes de la televisión o hacen sátira política, esto acompañado con el acordeón y la concertina, haciendo también de la música una mezcolanza entre ritmos urbanos y música del momento. También dentro de las tradiciones carnavaleras está el de celebrar Compadres y Comadres, algo fuertemente urbano, donde los gremios artesanales en general se reúnen en los mercados, en sus gremios, y comparten la alegría del carnaval. Dentro de esta región, en la provincia de Cercado,

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se vive con mayor intensidad el Corso de Corsos, una fiesta de integración nacional, donde participan muchas fraternidades, que lucen sus trajes y bailes una semana después del carnaval de Oruro. También los carnavales de la ciudad de Cochabamba se caracterizan por las comparsas, carnestolendas, taquipayanakus y cacharpayas en diferentes lugares; además de la despedida del carnaval en el Pueblito. Sin embargo, dentro de las actividades de carnaval en este municipio también están: Elección y coronación de la Reina y Ñusta del Carnaval, Corso de Mascotas, Corso Infantil, la Feria del Puchero y el festival del Acordeón y la Concertina. En Quillacollo, este año se celebra con todo el Carnaval de Integración Quilla 2020, con la entrada de fraternidades el lunes de carnaval como principal actividad; Sacaba nos presenta su Gran Corso Sacabeño y el Décimo Festival de Coplas y Taquipayanakus; Colcapirhua vivirá la emoción de la Entrada de las Comparsas Típicas del Carnaval Colcapirhueño.

REGIÓN VALLES

Además de las ferias, las comparsas tradicionales y copleras de taquipayanakus en quechua y en español son características de la Región de los Valles, diferenciándose en la música con otras regiones, siendo acá el acordeón y la concertina los instrumentos utilizados, acompañados de canticos picarescos entre hombres y mujeres. En Punata podremos disfrutar de la Feria del Durazno y del Puchero; con un festival de taquipayakus se deleitarán en Santivañez; en Cliza se podrá degustar en su feria un delicioso T’himpu Cliceño, y en diferentes comunidades de la provincia se presentarán las comparsas carnavaleras; Tarata celebrará con todo esta festividad en la Gran Entrada Tradicional del Carnaval Tarateño; Arbieto tendrá el Carnaval de Antaño en la comunidad de Tiataco. Asimismo, Capinota invita a la diversión en la Gran Entrada del Carnaval Capinoteño 2020 y los festivales de taquipayanakus y contrapunteos; en la Villa Gualberto Villarroel (Cuchumuela) tendrá lugar el Carnaval de Antaño y el Concurso de Coplas y Taquipayanakus; la elección de la Reina del Carnaval Qharaceño 2020 y la entrada carnavalera serán las principales actividades en el municipio de Santivañez; en Toco se celebrará la Festividad Religiosa del Señor de Toco, además de varias ferias de la Ambrosía y Agropecuaria en las comunidades y la XX Feria del Pan de Toco, la comida típica y la miel; por su parte, Araní vivirá los carnavales con todo, con la Gran Entrada del Carnaval Araneño y el Corso de Corsos de la provincia.

REGIÓN CONO SUR

La Región de los Valles o Valle Alto que se extiende desde La Angostura hasta Punata y Arani, donde se pueden degustar una gran variedad de especialidades gastronómicas, que es una característica de estas provincias por su gran producción en general y en especial de lácteos, que hacen que esta región y la Metropolitana compartan mucho las ferias de la ambrosía, del durazno, de la jaka lawa y la feria de los derivados del maíz, que son los platos típicos del carnaval del Valle Alto.

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Otra región importante en el departamento de Cochabamba es la del Cono Sur, donde la base de la música está marcada sobre todo por el acordeón, pero con una mezcla de percusiones, otros elementos típicos de Aiquile y Misque. También la vestimenta es un poco diferente por lo que esta región tiene una imagen propia. En el Cono Sur durante carnavales se destaca mucho lo que es el kjopuyo carnavalero, que implica colocar un símbolo en el medio mostrando toda la abundante producción, riqueza y tradición que se tiene en la temporada, un símbolo creado y montado sobre todos los productos gastronómicos que más gustan, como: panes, pillos, roscas de pan gigante, etc. En torno al kjopuyo la comunidad danza y hace los taquipayanakus, nombran al pasante del próximo año, siendo esta festividad una tradición comunitaria familiar. En varias comunidades de Pojo se podrá disfrutar de concursos de taquipayanakus y ferias de producción agrícola; también en las comunidades de Vacas se realizarán concursos de taquipayanakus y tentaciones; Tiraque se alista para una gran fiesta en su Corso de Corsos y taquipanayanakus en varias comunidades y distritos.

de toda Bolivia, de modo tal que hay una integración de coplas y taquipayanakus en español y quechua, y hasta comparsas en algunos casos. Además en estas fechas se presentan las ferias del puchero y de otro tipo de productos gastronómicos del Trópico que son abundantes en esta temporada y se comparten en carnaval. En Villa Tunari se celebrará con mucha alegría la Fiesta de Comadres y los Carnavales Taquipayanakus; en Puerto Villarroel habrá un Concurso de Comparsas y Festival del Pollo Criollo; además, tendrá lugar la Séptima versión de la Feria del Puchero, Festival de Taquipayanakus y Comparsas en la población de Ivirgarzama, y la décimo sexta Feria del Chicharrón y Cacharpaya del carnaval en la población de Mariposas.

REGIÓN ANDINA

REGIÓN TRÓPICO

Finalmente mencionar que todos los municipios de la Región Andina están divididos por naturaleza en dos subregiones grandes, la subregión andina alta de Arque, Bolívar y Tapacarí, y la subregión de los municipios que comparten climas entre vallunos – tropicales como Independencia, Morochata y otros alrededor, pero todos considerados dentro de esta región. En la Región del Trópico, lugar paradisiaco de exuberante vegetación, que es uno de los destinos turísticos más representativos del departamento, se tiene una fusión importante de tradiciones carnavaleras de todo el país, tomando en cuenta que en esta región hay migrantes 17

En carnavales la Región Andina tiene la k’onkota, los charangos con cuerdas de cobre, los instrumentos de las tarcas, los vientos de la temporada carnavalera que se interpretan en las comunidades de la parte alta, además de las comparsas y taquipayanakus.

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Varios municipios de la Región Andina celebrarán el Gran Festival del Carnaval Andino que tendrá lugar en la localidad de Pongo Kasa; los taquipayanakus estarán presentes en varias regiones de Morochata, como en Chinchiri y Yayani. En cada una de las cinco regiones de Cochabamba se vive el carnaval de manera propia, diferente, cada una con sus características geológicas y geográficas, culturales propias que conviven entre sí.

RUTAS PRODUCTIVAS DURANTE EL CARNAVAL COCHABAMBINO Cochabamba, capital gastronómica de Bolivia, ofrece gran variedad de productos en sus cinco regiones, invitando a disfrutar de las frutas y productos de temporada a través de diferentes rutas en estas fiestas de carnaval.

LA RUTA DEL DURAZNO Es una actividad que promociona la venta de esta deliciosa fruta y sus derivados, donde los visitantes podrán degustar de las principales variedades de durazno, que producen los huertos más reconocidos del valle alto cochabambino. La Ruta del Durazno se realiza con la participación de siete huertos representativos de San Benito, situándose este recorrido en la vanguardia del agroturismo y la fruticultura.

LA RUTA DE LA MIEL Este recorrido se realiza en el municipio de Cliza, donde se presentan productos como: miel pura, propóleo, polen, jalea real y otros, siendo actualmente nuestro departamento el mayor productor de miel.

LA RUTA DE LA UVA En su primera versión esta ruta contará con la participación de los municipios de Sipe Sipe, Capinota y Mizque, donde el visitante podrá visitar de los frondosos viñedos y degustar las deliciosas uvas en todas sus variedades.

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UNIDADES MILITARES EN EL CORSO DE CORSOS

BALUARTE

DE NUESTRO CARNAVAL

Cnl. DAEN. Hugo Eduardo Arandia López COMANDANTE DE LA SÉPTIMA DIVISIÓN DE EJÉRCITO

El Corso de Corsos, principal actividad del carnaval cochabambino, que expresa parte de la identidad cultural de los bolivianos, tiene un antes y un después desde la participación de las unidades militares, porque los “soldaditos”, como son llamados afectuosamente, le dieron a la entrada carnavalera la esencia que le faltaba, colmándola de alegría, color, innovación y mucha imaginación en los trajes y las coreografías, que son preparadas afanosamente por las diferentes unidades para presentarse en la celebración del pueblo que tanto los espera.

En este sentido, la Revista AHORA entrevistó al Cnl. DAEN. Hugo Eduardo Arandia López, Comandante de la Séptima División de Ejército, para que pueda comentarnos más acerca de la participación de las unidades militares en el Corso de Corsos y los preparativos para la entrada de este año. ¿Puede comentarnos cómo surgió la idea de la participación militar en el Carnaval Cochabambino? ¿Desde qué año? El Corso de Corsos y el Carnaval como tal en la ciudad de Cochabamba, data de finales del siglo XVIII, con verdaderas iniciativas de la población, pero más que todo de la juventud cochabambina, consolidando en 1898 el “Corso de las Flores”, que en 1904 tuvo la participación de los niños, siendo parte de la fiesta que aglutinaba a los sectores de la élite; mientras tanto, el “bajo pueblo”, sólo observaba las rondas carnavalescas en la Plaza 14 de Septiembre, donde el domingo por la tarde, hombres y mujeres daban vueltas en carruajes bien adornados, tirados por caballos cargados de muchas flores y bastante mixtura; más adelante, por la década de los 20, se introducen los automóviles que sustituyeron paulatinamente a las elegantes carrozas. En los años 40 el Carnaval lentamente fue politizándose, recuperando en algo la función satírica e irreverente que tuvo en sus orígenes.

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En el Corso, como sucedía desde la primera vez que se organizó, continuaban como protagonistas el “núcleo selecto de jóvenes y señoritas de la sociedad”. De vez en cuando y sin que su presencia fuera masiva, ingresaban grupos de personas del área rural, acompañados de su propia banda de música, entonando alegres bailecitos, además de huayños.

El año 1953, ocurre el PRIMER CAMBIO, el Corso de las Flores dejó su ritual de vueltas en la Plaza Principal y se trasladó a El Prado. En esa época, los adornados carruajes fueron reemplazados por el baile de diferentes comparsas de personalidades y grupos de amigos muy conocidos en la sociedad cochabambina de la época, que ingresaban al son de música brasileña y taquiraris; además, otro cambio importante fue la consolidación del Corso Infantil. En un tiempo se habló de la crisis del Carnaval, que fue reducido a un simple juego con agua en las calles y una que otra comparsa de jóvenes estudiantes al son de una batucada o un taquirari; parecía algo imparable, tanto que fue necesario salvarlo. Según el historiador Gustavo Rodríguez Ostria, el Corso de Corsos, se creó en 1974 “a iniciativa de la tradicional y reconocida Radio Centro” y en 1975 se incorporaron por primera vez los soldados. El año 1975 el carnaval cochabambino comienza con fuerza y mucha más alegría, impensable hasta entonces, porque se incorporaron los soldados de las distintas unidades militares del

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departamento de Cochabamba, lo que le proporcionó al nuevo Corso una masa segura de entusiastas participantes; de tal manera, hasta la fecha, el Corso de Corsos toma un rumbo más alegre, donde la población, no sólo cochabambina, se da cita para deleitarse con la iniciativa y entusiasmo contagioso de los militares, ya que, no existe razón ni motivo valedero para que el Corso sea igual sin la participación de las unidades militares a la cabeza, con la dirección y organización de la Séptima División de Ejército. Desde entonces, y gracias a la participación y gala de los militares, comienza una nueva época donde a partir de 1979, según cuenta la historia de nuestro carnaval, se inicia con la Folklorización, junto a la danza del caporal que fue la punta de lanza de la “Folklorización del Carnaval Cochabambino”. Para principios de los años 80, la policromía y la música nacional, plebeya e indígena, habían ganado una presencia activa, un reconocimiento, participación social y un protagonismo callejero que nunca antes habían alcanzado. ¿Qué novedades tiene preparada la Séptima División para este Corso de Corsos? ¿Cuál es la iniciativa de los jóvenes este año? Para la presente gestión y de acuerdo a coordinaciones realizadas con personal de la Alcaldía de Cochabamba y organizadores, el personal de la Séptima División de

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Ejército y sus unidades dependientes presentarán los siguientes números: N°

UNIDAD

1.-

BATALLÓN CMDO Y SERVICIOS DE LA DIV7

2.-

RA 7 “TUMUSLA”

3.-

RIAEROTRANS 18 “VICTORIA”

4.-

BATALLÓN DE TRANSPORTES “SOF CORNEJO”

5.-

RPM 3 “ESTEBAN ARZE”

El personal de la Séptima División de Ejército, junto a sus unidades dependientes, presentará 18 grupos o comparsas, las mismas que prometen bastante alegría. Sí habrá muchísimas sorpresas, las cuales preferimos mantenerlas como tal, para el desarrollo del Gran Corso de Corsos.

NÚMEROS SMALL SOLDIERS JOKERS TORTUGAS NINJA MORTAL COMBAT DEAD POOL TRANSFORMERS LEGOS

¿Cuál es el incentivo que se les da a los participantes? El incentivo como tal, se puede decir que, son los premios que presentan los organizadores del Corso de Corsos, de acuerdo a lo que indica la convocatoria en la categoría Militares, para los 3 primeros puestos en comparsa y 3 primeros puestos para los carros alegóricos, que igualmente serán presentados por las diferentes unidades; así también, de parte del Comando de la Séptima División de Ejército, existen muchos incentivos y premios para los más destacados y a quienes demuestren iniciativa, picardía y mucha alegría en la presentación de sus comparsas o carros alegóricos.

GUASONES ANTIMOTINES METAL SLUG ARMY MEN ENF. JUANA MENDOZA STICKMAN BICHOS CANÍBALES MINECRAFT

6.-

CGMMB 7

¿Cuántos grupos participarán? ¿Habrá algunas sorpresas?

ESCUADRÓN SUICIDA CANTANTES REGUETÓN

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Nombre: María Fernanda Pavisic Rojas Edad: 20 años • Estatura: 1.70 Fraternidad: Caporales “Mi Viejo San Simón” (MVSS)

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e graduó del colegio Anglo Americano y actualmente estudia psicología en la Universidad Católica Boliviana.

La hermosa reina de los caporales MVSS y del carnaval cochabambino también es parte de Chicas Premier; asimismo, le gusta mucho jugar voleibol y disfrutar del arte. Dentro de la exquisita gastronomía nacional, sus platillos preferidos son: el chicharrón, la sopa de maní y la huminta. Por otro lado, le gusta todo tipo de música, pero nuestras melodías folclóricas le parecen algo único. Sus papás son Jorge Pavisic y Verónica Rojas. Tiene una hermana menor llamada Camila.

Fernanda es parte de los Caporales Mi Viejo San Simón hace dos años, donde se siente muy a gusto: “Nunca me cansaré de decir que bailar en mi fraternidad es la mejor experiencia que tengo; la gente es muy buena y alegre, desde el momento en que entré a MVSS me dieron mucho cariño y apoyo”. El 31 de enero en el Gran Hotel Cochabamba fue coronada como Reina del Carnaval de la Concordia 2020, siendo el corolario perfecto para un día lleno de emociones: “Me sentí muy feliz y orgullosa por haber puesto en alto el nombre de mi fraternidad y además de haber superado un reto que yo misma me propuse”. La reina del carnaval cochabambino tiene muchas actividades, sintiéndose muy feliz por participar en todas ellas; estará presente en:

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la Coronación de la Reina Infantil, la Feria del Puchero, el Corso Infantil y el Corso de Corsos, entre otras.

“Quiero decirle a la gente que debemos vivir el Carnaval con mucha alegría, disfrutando de nuestro folclore y también de nuestra gastronomía, pero sin olvidar el cuidado de nuestros niños, mujeres y lo que nos da la vida, nuestro medio ambiente”. “Si tienes un objetivo en la vida debes ser perseverante, nunca debes rendirte hasta conseguir lo que deseas, sin olvidar ponerle toda la alegría y el buen humor “. 24


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REINA DEL CARNAVAL DE LA CONCORDIA 2020

M. Fernanda PavisicRojas


CAPORALES Ñufla, Chuchuna y Bombo

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na danza folclórica representa muchos aspectos de la vida y expresión de una determinada cultura; no sólo los pasos y movimientos tienen una fuerte connotación simbólica, sino también los objetos, indumentarias y aparejos, los cuales poseen igualmente una significancia en particular. La Danza del Caporal es una genuina expresión cultural boliviana, que ha evolucionado a pasos gigantescos, convirtiéndose en parte importante de nuestra identidad. “Cautivando con su contagioso ritmo de potencia y galanteo, el caporal avanza a paso firme con saltos llenos de energía, luciendo su resplandeciente vestimenta.” El 22 de noviembre de 2003 nace en la ciudad de Cochabamba la FRATERNIDAD CULTURAL CAPORALES MI VIEJO SAN SIMÓN, con la

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participación de 78 fraternos, con extensa trayectoria, no menor a 18 años de recorrido, y con la intervención de 120 jóvenes de 13 a 16 años, entre los cuales se encuentran los hijos de los fraternos, que iniciaban este proyecto con la esperanza de que sus herederos se formen en lo que consideraban la verdadera esencia de la fraternidad. Como prioridad principal los Caporales de Mi Viejo San Simón inculcan la devoción a la Virgen del Socavón; además, tienen como normas de la fraternidad: mantener el estilo de baile, las consideraciones tradicionales para el diseño de los trajes y la organización interna de las tropas y figuras; también, tener un presupuesto consensuado y saber cultivar la amistad entre los fraternos, un afán primordial de la fraternidad.

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Sus candidatas ganaron 6 de las 8 veces que se presentaron en el certamen de Reina del Carnaval de Cochabamba, y en dos ocasiones ocuparon el según lugar. Este año no fue la excepción, porque Fernanda Pavisic, reina de la fraternidad, fue coronada como soberana del Carnaval de la Concordia. Los Caporales de Mi Viejo San Simón fueron invitados durante cinco años al Carnaval de Veracruz en México, cuyo viaje aprovecharon para hacer algunas presentaciones en Cancún. También, realizaron una exitosa gira por seis países de Europa con 50 bailarines, visitando: España, Francia, Alemania, Italia, Bélgica y Suiza, del 15 de julio al 9 de agosto, donde compartieron con los residentes bolivianos en cada uno de estos países, demostrando que la danza del caporal es netamente boliviana. Asimismo, fueron invitados en dos ocasiones como ballet de Caporales

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en las presentaciones de los grupos Pasión Andina y Vidaleros, en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Son asiduos participantes del majestuoso Carnaval de Oruro, el Corso de Corsos y la Festividad de la Virgen de Guadalupe en Sucre, entre otras actividades de expresión folclórica y cultural. Caporales Mi Viejo San Simón cuenta con varios reconocimientos, como los de la Gobernación y del Municipio de Veracruz – México; también fueron honrados por la Alcaldía y la Gobernación de Cochabamba, entre otras distinciones a lo largo de estos años, llegando a reconocer el valioso aporte que realizan para el crecimiento de la actividad folclórica y el reforzamiento de la tradición propia de nuestra región.

Fotografìas: MVSS

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elección de la reina y ñusta del carnaval de la concordia cochabamba 2020

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Fotografìas: Revista AHORA

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FRATERNIDAD FOLKLÓRICA ARTÍSTICA Y CULTURAL 100%SALAY

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alay, el alegre ritmo del valle que nació en Jaihuayco y que tiene bailando a todo el mundo, tiene a sus máximos exponentes en nuestra ciudad, instalados en la histórica plaza San Sebastián, donde todas las noches con briosos zapateos se hacen cada día más populares. Es la “Fraternidad Folklórica Artística y Cultural 100%Salay”, que se fundó el 1 de abril de 2016, por un grupo de amigos de 30 integrantes. En todo este tiempo han recorrido diferentes ciudades y provincias del país, participando en casi todas las festividades de Cochabamba, como: el Corso de Corsos, Urcupiña, San Joaquín, la entrada universitaria, etc.; también estuvieron presentes en: el Carnaval de Oruro, Gran Poder en La Paz, Ch’utillos de Potosí y Guadalupe de Sucre, entre otras. El Salay es una expresión cultural, la cual se manifiesta a través de la música, vestimenta, coreografía y danza, caracterizada por la destreza del zapateo, palmadas, la danza en pareja con un estilo de galanteo, la vestimenta tradicional y el cántico alegre de sus participantes. En mayo del 2019, para su protección, promoción, conservación y salvaguardia, la Cámara de Diputados aprobó, por unanimidad, el Proyecto de Ley que declara “Patrimonio Cultural, Inmaterial del Estado Plurinacional de Bolivia a la Música, Coreografía y Danza del Salay”.

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La fraternidad 100%Salay fue creciendo mucho en estos años, particularmente desde enero del 2017, tiempo en que entra como presidente Elías López, quien coadyuva en la expansión de la agrupación, logrando tener filiales en otras regiones del interior, pero también del exterior, como en: Perú, Argentina y España, siendo este último uno de los países donde el salay tuvo mayor acogida; también, tienen representaciones en: Virginia - Estados Unidos, lugar donde reside una comunidad muy grande de bolivianos; Brasil, Italia y París-Francia, a cuya capital la agrupación “100%Salay” llevó por primera vez la alegre danza de los valles; asimismo, hay filiales en Alemania de donde 5 fraternos llegaron a Cochabamba para bailar en


las festividades locales, confirmando que esta danza ha traspasado las fronteras de nuestro país, siendo aproximadamente 2500 bailarines de esta agrupación en el mundo.

Soy Elías López, presidente de “100%Salay” desde enero del 2017. Estoy satisfecho de haber hecho crecer a la fraternidad, contando actualmente con 34 filiales en todo el mundo, un sueño que siempre tuve y que se hizo realidad; además, agradezco a todos los fraternos por haber sido parte de “100%Salay”, porque sin ellos la fraternidad no sería nada. Este camino no ha sido fácil, pero lo hemos logrado por amor a la fraternidad, demostrando también que los bolivianos somos folcloristas de corazón, porque Bolivia es rica en cultura. “En el mundo necesitamos gente que ame lo que hace y lo que es suyo, como nuestro folclore”. 33

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Desde hace unos años atrás esta danza ha ganado popularidad, y mucho de esto es gracias a “100%Salay”, que además ha sido parte de muchos videoclips, filmando por primera vez con el grupo Khiswara; ahora entre la central y las filiales cuentan con alrededor de 30 videoclips con distintos grupos musicales. A tiempo que se hacían más populares por su alegre estilo de baile, “100%Salay” fue ganando más reconocimiento; por consiguiente, lograron salir primeros en varios concursos nacionales e internacionales, sumando a esto los títulos obtenidos por sus hermosas reinas en diferentes festividades, como: Reina del Carnaval de Tawaco en La Paz, Reina de Urkupiña Trópico en Cochabamba, Reina de Ch’utillos en Argentina, Reina de Salay Unión de Madrid, Reina Infantil de Unión Folklore en Barcelona y Reina del Carnaval Minero este año en Potosí. Del mismo modo, hace 3 años ganaron el primer lugar en el Corso de la Zona Sur y en el 2019 en el Carnaval de la Concordia lograron obtener el segundo lugar del concurso de fraternidades. Por lo demás, “100%Salay” siempre participa de la elección de la Reina del Carnaval, siendo parte del espectacular evento con toda la alegría que les caracteriza, llevando en alto el nombre de la fraternidad.

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A futuro tienen proyectado crecer todavía más, incrementar el número de filiales en distintas partes del mundo; también ser un espacio de confraternización para los jóvenes, para evitar que tomen caminos equivocados y en cambio puedan aprender a bailar esta hermosa danza de los valles. El Salay no tiene límite de edad, ya que cuenta entre sus integrantes con muchos jóvenes, pero también adultos mayores que gustan de esta enérgica danza, por lo que el único requisito para pertenecer a esta fraternidad es que les guste este baile, que tengan ganas de zapatear y mucha alegría. Los fraternos de “100%Salay” se reúnen de lunes a viernes de 19:30 a 21:30 en la Plaza San Sebastián, ensayando intensamente todo el año, porque las festividades en el país no paran, y la fraternidad es invitada de lujo, derrochando júbilo y emoción. “Siempre fuimos, somos y seremos una fraternidad con alegría y ambición de lograr lo que queremos”, afirma Elías López, presidente de “100%Salay”. 35

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TINKUS SAN SIMÓN LOS ROMPE MONTERAS

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a “Fraternidad Folklórica y Cultural Tinkus San Simón Mundial” nació con la idea de participar en la 1ra. Entrada Universitaria el año 1998; por tal motivo, estudiantes de todas las facultades empezaron a ensayar con la fraternidad en la cancha posterior del comedor, convirtiéndose poco a poco en una costumbre, acompañada de pasión que sigue hasta la actualidad, ensayando desde mayo hasta el día de la entrada con mucha fuerza y con la esperanza de ser buenos representantes del Comedor Universitario. De esta manera, después de hacer un gran sacrificio para cubrir los costos, el primero de agosto de 1998 se realizó la entrada universitaria, y con ella su debut como “Tinkus Chaskas Comedor”, siendo una de las pocas fraternidades que tuvo el honor de hacer su entrada con una banda de músicos traídos de Oruro, gracias al apoyo del administrador del comedor, Julián Layme. Asimismo, sus trajes fueron traídos desde la capital del folklore, teniendo una espectacular entrada, donde Tinkus San Simón fue la grata sorpresa, obteniendo uno de los primeros lugares. La importancia de crecer como fraternidad se debió en gran manera a la ideología, motivación y creación de los pasos de su fundador, el Sr. Juan José Torrez Quezada, que siempre buscó la forma mágica de hacer cultura y convertir esta danza en algo más artístico, es así que el estilo que él creó es coreográfico, dejando de lado los acostumbrados movimientos repetitivos. Con el tiempo la fraternidad se hizo más popular, logrando llevar la danza del tinku al exterior; de esta manera, se funda Tinkus San Simón filial Virginia el 1 de septiembre del 2010, con el único objetivo de mostrar y dar a conocer nuestra cultura y folklore en los Estados Unidos.

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“I told you, I’m Tinkus San Simón” (Te lo dije yo soy Tinkus San Simón) Estas palabras son pronunciadas con orgullo en conversaciones de niños y jóvenes nacidos en Estados Unidos, de padres bolivianos, en el área metropolitana que conforman los estados de: Virginia, Maryland y Washington DC. Después de casi 10 años de arduo trabajo podemos decir que se ha logrado el objetivo, y se continúa trabajando con la misma pasión del primer día, por el arte y la cultura de nuestra amada Bolivia, llegando a participar cada año en grandes eventos culturales, como: el Desfile de la Hispanidad, el Dance Parade en New York, Chicago, Washington DC y Las Vegas; además de eventos conmemorativos organizados en diferentes ciudades, como: Memorial Day en Rockville MD, 4 July Parade en Falls Church, Colonial Beach Parade MD, etc., y también en eventos organizados por la comunidad boliviana como el Festival Boliviano, la Festividad de la Virgen de Urkupiña, la Virgen del Socavón y otras fiestas patronales. A días de vivir la gran fiesta del Corso de Corsos queremos mandar un saludo a nuestro fundador Juan José Torrez Quezada, principal promotor de la “Fraternidad Folklórica y Cultural Tinkus San Simón Mundial”, por la confianza y apoyo depositados en mi persona y la filial de Virginia. Víctor Vargas, coordinador

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Cada año en carnavales Tinkus San Simón filial Virginia está presente en el Corso de Corsos junto a la matriz “Fraternidad Folklórica y Cultural Tinkus San Simón Mundial”. Actualmente, TKSS filial Virginia está bajo la dirección de un equipo de personas jóvenes que trabajan con mucha pasión por el folklore nacional bajo la dirección de su coordinador, Víctor Vargas. Por otro lado, el año 2010 realizaron una alianza estratégica con el grupo María Juana, para lo cual mandaron a componer una canción que se identifique con la fraternidad, cuya letra está inspirada en toda la energía y estilo que imponen al bailar los Tinkus San Simón; el tema musical, que tiene un espectacular video clip con el afamado grupo, es titulado “Rompe Monteras”, que se convierte en todo un éxito en el país y en el exterior, siendo promocionado por todas sus filiales. De esta manera, el tema llega a ser tan conocido que es escogido para representar a Bolivia en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, llenando de mucha satisfacción y orgullo a todos sus integrantes.

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En la actualidad Tinkus San Simón es una fraternidad consolidada a nivel departamental, nacional e internacional , teniendo filiales en Bolivia: Santa Cruz, Quillacollo, La Paz, Montero, Oruro, Sucre, Pando y El Alto; en España: Barcelona, Madrid , Valencia, Figueres, Bilbao, Navarra y Sevilla; en Estados Unidos: Virginia, New Jersey, Rhode Island y New York; en Brasil: Brasilia; en Suecia: Estocolmo; en Chile: Arica, Calama, Iquique, Valparaíso, Santiago, Antofagasta; en Perú: Huancayo, Lima, Cuzco; en Argentina: Buenos Aires, Salta, La Plata, Jujuy, Córdoba, Mendoza, Chubut; en Francia: Paris; en Inglaterra: Londres, y también tienen presencia en Ecuador; asimismo, cuentan con Bloques de Apoyo en Santiago de Chile y en Lima- Perú, todo esto gracias al esfuerzo y al empeño de mantener su identidad y estilo como fraternidad, que está ahora legalmente constituida con Personería Jurídica 026/07, que les permite seguir proyectándose hacia el futuro con nuevos desafíos. 39

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AVENIDA BEIJING LA NUEVA RUTA DEL CORSO DE CORSOS

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espués de 67 años, tras un cambio en el recorrido que fracasó el 2004, el gran corso de los cochabambinos se traslada a la Av. Beijing, entre las avenidas Circunvalación y D’orbigny, para que las fraternidades puedan ofrecer un mejor espectáculo y para evitar un caos en el centro de la ciudad. El recorrido del Corso de Corsos, que por muchos años se desarrolló a lo largo de la calle San Martín y las avenidas José Ballivián y Ramón Rivero, se cambiará a la zona noroeste de la ciudad, por el congestionamiento vehicular que causaba la entrada en las zonas aledañas y el deterioro que ocasionaba a la vegetación circundante de veredas y de la bandeja central del paseo de El Prado, esto por la gran cantidad de personas en el lugar; además, ocasionando daños al medio ambiente por la tala de árboles para la instalación de graderías. Desde el año pasado ya se había intentado cambiar la ruta del recorrido por las razones expuestas; sin embargo, recién este 2020, tras la propuesta realizada por la Secretaría de Cultura y la aprobación del Concejo Municipal, este cambio se efectúa a partir de ahora, pero con la posibilidad de ser modificada a futuro. El inicio del recorrido por la Av. Beijing será una cuadra al sur de la Circunvalación y el final estará una calle antes de la D’Orbigny, con el objetivo de dejar expeditas ambas avenidas, mientras que las vías cortadas serán: América, Simón López, Juan de La Rosa y Tadeo Haenque, en cuya intersección será instalado el palco oficial.

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SOCIALES BoA: El nuevo 737-800 NG de BoA, nombrado “Alas de Libertad”, realizó un vuelo sobre el Salar de Uyuni, con invitados especiales a bordo, tras presentar su Plan Comercial 2020 y al reconocido tenista boliviano, Hugo Dellien como imagen corporativa.

PRIMERA RUTA TURÍSTICA TARATA 2020: El pasado jueves 6 de febrero en la hermosa Villa Colonial se realizó el lanzamiento de la “1era Ruta Turística Tarata 2020”, evento pionero organizado por nuestra empresa, a llevarse a cabo el 22 del presente mes, ante gran expectativa de nuestros seguidores, que podrán disfrutar de un día de carnaval inolvidable, lleno color, alegría y remembranza histórica.

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FERIA DEL PUCHERO: El buen sabor, la música y la alegría fueron parte de la tradicional Feria del Puchero, del Acordeón y la Concertina, que se llevó a cabo el domingo 16 de febrero en el parque Excombatientes, donde la población pudo disfrutar del delicioso platillo carnavalero.

PISCO SOUR: El Gran Hotel Cochabamba fue escenario para la celebración por el día del “Pisco Sour”, evento que fue organizado por el Consulado de Perú, que contó con la presencia de autoridades e invitados especiales.

CASONA CALA CALA: “Estilo&Espacios Art” presentó a la Casona Cala Cala como su sede, por lo cual la Casa Quinta Bickenbach será el escenario para la exposición de arte, diseño y decoración del 26 de marzo al 4 de abril.

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