Ser catequista es engendrar en la fe y en el amor a Dios que palpita en nuestros corazones. Ser también anunciadores de la buena noticia. ¡Somos responsables ante esta misión! En espera de su revelación, nos disponemos a renovar nuestro seguimiento de Jesús. Ánimo que ahora viene lo mejor. ¡Gracias por su colaboración! Nos alegra saber que también ustedes son felices al descubrir a Jesús en el partir el Pan.