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Eterno carnaval

Venecia es sede de la festividad más famosa del mundo. Con sus edificios históricos y clásicas góndolas, este paraíso flotante te atrapará con su aura de cuento de hadas. Vísitala durante esta celebración y sé parte de la historia.

EscribE billy Kich

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Nunca fui mucho de festivales ni multitudes. Siempre trato de viajar en temporada baja para evitar largas colas y precios altos. Sin embargo, mi curiosidad por esta ciudad despertó luego de oír a unos amigos italianos hablar de lo genial que la habían pasado durante la temporada de fiestas pasada. Seguido de ello, una invitación que no pude rechazar. Tenía que vivir la experiencia por mí mismo.

La ciudad atrae a más de 3 millones de visitantes al año solo en época festiva. Este evento multitudinario se inició en el siglo XII para festejar una victoria de la República Veneciana y es considerado el carnaval más antiguo del mundo. La celebración se hizo oficial durante el Renacimiento y representaba un mecanismo de desfogue de los placeres licenciosos previo inicio a la cuaresma de pascua, donde uno debía guardar decoro.

Más adelante, en el siglo XVIII, fue declarado inmoral y prohibido. Esto duró casi 200 años, pero a fines de los 70’s el gobierno italiano optó por revivir el carnaval con el objetivo de impulsar el turismo local.

Eterno carnaval

A pesar de estar en pleno invierno y sentir el frío hasta los huesos, la energía de la gente en las calles y plazas es cálida y reconfortante. Sonrisas, disfraces, máscaras, góndolas... Pisar suelo veneciano es una sensación verdaderamente increíble y contagiosa.

El carnaval se alarga por 18 días aproximadamente, pero te aseguramos que no tienes que quedarte ni la mitad de duración para disfrutarla como nunca. El inicio de la festividad es marcado por el “Vuelo del ángel”. Una mujer escenifica la llegada de este ser celestial y desciende colgada de un cable desde el campanario (99 m de alto) hacia la plaza San Marcos.

Como cierre del evento se vive el popular Mardi Gras un día antes del miércoles de ceniza; en este, se clausura el festival con el “Vuelo del león”. Una enorme bandera de Venecia es elevada desde la plaza San Marcos hasta lo alto del campanario dentro de una ceremonia muy pomposa con banda y concursos. Si visitas la ciudad en medio de la festividad, también puedes ver el “Vuelo del águila”, una tradición más reciente, pero igual de llamativa.

Independiente del momento del carnaval en el que vayas, siempre habrá mucho por visitar y descubrir. La agenda está repleta: cenas operísticas en hoteles clásicos, desfiles acuáticos, paseos en góndola, tours guiados (recomendamos el de ‘Secretos de Venecia’ y ‘La vida de Casanova’) e incontables mascaradas por las noches.

Además, todos los días en la plaza San Marcos podrás presenciar el concurso para elegir a la máscara y traje más bellos. Los ganadores de cada día compiten por el premio mayor en el último día del Carnaval. El día final también se efectúa la tradicional elección y coronación de la ‘María’ del año. Este personaje es elegido entre 12 féminas locales y obtiene la importante tarea de representar al ángel que abrirá la siguiente edición. ras y trajes. Estas impresionantes vestimentas de época no son simple utilería, pues están hechos tal cual se hacían en aquel entonces. La dedicación y atención al detalle te dejarán asombrado. Es así que pelucas enormes, zapatos de seda y finos accesorios serán los encargados oficiales de transportarte algunos siglos atrás.

En la ciudad encontrarás muchísimas tiendas de máscaras. Las hay de todo tipo y para cualquier gusto: cara entera, antifaz, de pico (como las de los doctores durante la peste negra), tétricas, etc. Si buscas llevarte a casa un recuerdo inolvidable, te recomiendo que busques un lugar especializado donde las personalicen a pedido e invierte en artículo de colección. Cualquiera sea la que escojas, no dejes de usarla cuando salgas a pasear por las calles venecianas: te sentirás parte de la fiesta y, por ende, de la diversión.

Anímate a hacer este atrevido e irrepetible viaje y vive una experiencia única en el mundo. Te aseguro la pasarás fenomenal. //

Gina Natteri, directora de la ENSB, está más que feliz con aquellos varones que deciden romper los prejuicios sociales y deciden aprender ballet.

Hoy son cada vez más los varones que deciden ponerse las zapatillas de punta para demostrarnos su talento y destreza física sobre el escenario. “Sin hombres no habría ballet”, dice Francisco Chávez, uno de los alumnos de la Escuela Nacional Superior de Ballet (ENSB) mientras realiza sus ejercicios de calentamiento frente a un espejo. Asegura que su labor es crucial, pues son el complemento de las bailarinas, a quienes tienen que elevar en diversas coreografías.

Esta danza llegó de casualidad a su vida. Comenzó a practicarlo desde los 19 años, hoy tiene 24, y pese a la sorpresa de sus conocidos, decidió hacer oídos sordos a algunos comentarios para perseguir sus sueños.

“Salí del colegio y estudié actuación, pero sabía quería algo más... Algo lleno de movimiento. Conocí el ballet porque unos amigos llevaban cursos de danza moderna. Fue difícil, pero no imposible. Ahora es mi terapia”, afirma el bailarín segundos antes de realizar un glissade (deslizamiento). Lo ayuda mantener una alineación, un orden, pero, sobre todo, le brinda un “mantenimiento” a su cuerpo.

Cuestión de pasión

Cuando pensamos en ballet, probablemente imaginemos esbeltas bailarinas que, al son de la música clásica, giran sobre la punta de sus pies como manecillas de reloj y mueven los brazos imitando el vuelo de un ave, ¿pero qué hay del lado masculino de este arte?

EscribE KEnyi coba / Fotos Joaquín cruzado

Alexander Obispo (22) decidió no enrolarse a la Marina de Guerra del Perú para entregarse por completo al ballet.

Al verlo practicar diversos pasos bajo el lente de Joaquín, fotógrafo encargado, los nervios nos inundaban. Temíamos que pudiesen sufrir alguna lesión. Error. Estos danzantes están entrenados para los más altos estándares.

Esto lo sabe muy bien Daniel Taboada, otro estudiante de la escuela, quien asevera que para ser bailarín profesional de ballet se necesita disciplina, pero, sobre todo, muchísima personalidad.

“Cuando decides aprender esta danza, debes estar seguro de ti mismo, pues siempre habrán críticas, lo cual podría generar que abandones”, manifiesta el joven de 25 años que también comparte sus técnicas con otros chicos a través de Internet.

Al posar nuestros ojos sobre ellos, nos embarga la sensación de estar frente a príncipes sacados de algún cuento de hadas. Garbo, elegancia, firmeza y una presencia imponente son algunas de las características de estos mozos artistas.

Aunque no lo crea, querido lector, si un varón es seducido por esta refinada danza no es necesario que sepa bailar; contrario de lo que ocurre con las mujeres. Solo requiere de fuerza, elasticidad y la certeza de querer practicarlo.

“No sabía bailar, pero una instructora me comentó que tenía potencial para el ballet, así que decidí practicarlo pese a que mi familia se opuso desde un primer momento. Después de las múltiples caídas que tuve (físicas y emocionales), hoy es parte de mi vida”, indica Alexander Obispo (22), compañero de Francisco y Daniel.

Su caso es curioso. Jugaba fútbol a morir y cuando culminó sus estudios escolares iba a enlistarse en la Marina de Guerra del Perú. Sin embargo, el destino se interpuso y sus planes a futuro cambiaron rotundamente.

“Iba a entrar obligado a la Marina: no estaba de acuerdo. Mis papás me decían que eso era beneficioso para mí, pero les di un no rotundo. Busqué información sobre la escuela por mi cuenta y postulé. La danza contemporánea ya me había conquistado. Mi papá estuvo en desacuerdo inicialmente, pero hoy es mi más grande fan”, rememora el menor del trío de bailarines.

La firmeza al tomar decisiones es una de las características que tienen muchos de los varones que aprenden ballet o danza contemporánea, algo que llena de orgullo a Gina Natteri, directora de la ENSB.

“Ellos están dejando el prejuicio de lado. Y, en muchos casos, también lo estudian para mejorar sus propias condiciones físicas en diferentes ritmos, sobre todo los urbanos, pues es una danza formativa”, detalla la maestra.

En un mundo donde reinan los prejuicios sociales, los bailarines de ballet se suben a un escenario para luchar ¿Sus mejores armas? Perseverancia, fuerza, seguridad y valentía. //

Diego Rebagliati nació con un balón en los pies. Su experiencia y pasión le han permitido convertirse en uno de los comentaristas deportivos con mayor capacidad de análisis en el país.

EscribE diEgo saMalvidEs hEysEn

El amor por el deporte rey lo despertó a temprana edad. El culpable: su padre, quien lo llevaba al estadio de la mano. Al borde de los catorce lo llamaron a la selección de menores. Desde entonces, su vida ha estado de una u otra forma vinculada al balompié. Colgó los chimpunes a la edad de veinticuatro; tres años después, le ofrecieron la gerencia del club Sporting Cristal. En ese, su lugar en el mundo, la decisión de vivir ligado al fútbol empieza a ser una realidad.

En su etapa como futbolista del club bajopontino fue campeón en 1994 y 1995 y llegó a jugar la Copa Conmebol con el Ciclista Lima en 1995, donde llegaron hasta los octavos de final del torneo. En esa línea, conversamos sobre el adiós de Jorge Cazulo. “Yo creo que la despedida habla también de su inteligencia. Se va en una situación que, salvo por la ausencia del público en el estadio, es un gran momento. Ha salido campeón e hizo el gol de la final. Deja un buen recuerdo”, asegura. Además, resalta que Cristal está armando un plantel donde, a lo mejor, a “El Piki” le costaría encontrar minutos en el terreno de juego.

“Entendió que es un buen momento para dejar el fútbol y que el fútbol no lo deje a él”, alude sobre el ídolo rímense, quien ahora formará parte del staff de técnicos de menores. “Ha sido una decisión que no todos los futbolistas tienen la capa-

Cerebro del fútbol

cidad de tomar”, añade, realiza una pausa y se coloca los anteojos. “Sporting Cristal está cumpliendo una premisa que pocos equipos logran: reforzarse. Normalmente lo que sucede en los clubes peruanos que salen campeones es que se debilitan”, enfatiza.

A puertas de cumplirse tres años de la partida de Daniel Peredo, intento tocar el tema sobre la mesa. Daniel fue en vida una figura vital para la selección y todos los peruanos. Se me viene a la memoria la columna que le escribió con el titular de: “El Daniel Peredo que yo conocí” publicada en El Comercio junto a una vieja fotografía de ambos. “El recuerdo es permanente porque yo tenía con él un contacto diario. Era mi amigo y hablábamos de fútbol todos los días. Luego se dieron las circunstancias para que pudiéramos trabajar juntos. Lo que extraño es el día a día, comentar los partidos, las contrataciones, cómo se refuerzan los equipos”, señala nostálgico.

“Daniel era un tipo que vivía por y para el fútbol. Un apasionado. Más que anécdotas, recuerdo almuerzos juntos o con terceras personas. Por ejemplo, cuando trabajábamos en Cristal manteníamos diálogos con Paulo Autuori, nos daban las 5 o 6 de la tarde y podíamos seguir de corrido”, confiesa Rebagliati.

Sin embargo, en medio de la incertidumbre que representa el camino a Qatar 2022 no podía estar ajeno a consultarle sobre la situación que afrontamos. Al respecto, sostiene: “Es complicado lo que le sucede a Perú. Para mí, el jugador más difícil de reemplazar es Alberto Rodríguez. La selección ha perdido solidez defensiva y tiene que recuperarla”. En relación a la ofensiva espera el retorno de dos delanteros importantes. “Ojalá Paolo Guerrero vuelva en un buen nivel, Jefferson pueda encontrar equipo y ambos nos den lo último que tienen”, rescata.

“Si nos hacen dos goles por partido no vamos a ir al mundial de ninguna manera y, hasta ahora, nos han hecho dos goles en todos los partidos”, analiza. Se muestra más preocupado en el aspecto defensivo que ofensivo, pues considera que si la selección mantiene el cero habrá opciones, ya que es un equipo que, sobre todo, genera oportunidades. Para Diego el mundo es redondo como un balón de fútbol y ahora cumple otro de sus sueños: ver a su hijo Santiago continuar en el camino trazado. //

Olas bravas

Nació frente al mar de Máncora y desde los siete años se relaciona con el océano. Su sueño siempre fue dedicarse al surf de manera profesional: nunca hubo otra opción. Empezó a competir a nivel nacional desde los diez y no ha parado de recorrer el resto del mundo con su tabla. afortunadamente no cerraron las playas. Tuvo una mezcla extraña de emociones al tener el privilegio de seguir entrenando, pero, al mismo tiempo, manteniéndose lejos de su familia. De cualquier manera, practicar durante siete meses el deporte de sus amores le permitió no perder el ritmo y mejorar su técnica. Le apena no viajar y competir como antes, pero se encuentra a la expectativa de que llegue el momento en que todo esto acabe y vuelvan los eventos.

Mesinas ya había llegado a la cumbre de su carrera al tener una participación garantizada en Tokio 2020. Iba a ser su primera experiencia en los juegos olímpicos, una ilusión que tuvo que poner en pausa. “Cuando las olimpiadas y el tour mundial de surf se cancelaron, pensé ‘¿qué voy a hacer ahora?’ Pero entendí que debo seguir entrenando y motivándome para cuando todo vuelva a la normalidad. Este deporte es una novedad en los juegos y quiero ser parte de ello”, manifiesta con firmeza.

Es uno de los mejores surfistas y referentes del deporte marino en Perú. Luca Mesinas, nuestro medallista de oro en los Panamericanos Lima 2019, ha llegado a la final del campeonato virtual de su modalidad.

EscribE valEria burga

Sin embargo, la coyuntura no le impidió mostrar su nivel. Ahora se encuentra participando en el campeonato virtual de series, un certamen que se desarrolla a nivel mundial. En esta ocasión fue la oportunidad para los deportistas peruanos. “El campeonato cuenta con jueces y también votos del público. Por ese lado, me fue muy bien. La gente apostó por mi ola”, menciona. Para el surfista, esto es algo nuevo. Lo define como un reto totalmente inesperado que quiere superar. “No solo se trata de elegir la mejor ola y ahí quedó. En cada etapa debes enviar algo diferente, entonces, hay mucha estrategia detrás”, agrega. Luca se medirá en la última fase con Alonso Correa. Sin lugar a duda, estamos frente a una competencia de alta categoría.

Cuando le preguntamos por la evolución del surf en Perú, viene de inmediato a su mente la figura de Sofía Mulanovich, nuestra máxima representante al lograr ser campeona mundial y, desde luego, uno de los referentes que más le inspiraban de pequeño. “Todo empezó con ella. Desde ese momento, el deporte ha crecido cada año; sobre todo en Lima 2019, que sirvió como vitrina para exponer lo que hacemos”, acota. Nuestro medallista de oro recuerda el día en que se anunció que los Panamericanos tomarían lugar en nuestra capital. Para su preparación, tuvo que entrenar mucho en la playa Punta Rocas: “Las olas eran nuevas para mí; no fue fácil adaptarme, pero todos esos entrenamientos dieron resultados exitosos”.

Luca ha depositado su confianza en las nuevas generaciones. Nos confiesa que siempre motiva y apoya a las personas que quieren sumergir la tabla en el mar como él. “Hay lugares en Máncora que carecen de implementos. Si yo puedo aportar con algo, lo haré. Quiero que vean lo que yo hago y puedan repetirlo”, alude. Hoy en día, lo que espera es salir y dar todo de sí mismo como siempre. Esa es su meta principal para todo lo que venga en el futuro.

Los minutos con el surfista se agotaban, pero quisimos rescatar una última confesión: dónde había corrido la mejor ola de su vida. “He ido a lugares increíbles como Indonesia, Hawaii o Australia, pero el norte del Perú siempre estará en lo más alto”, concluye. //

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