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Vinos complejos
Fundada en 1942, Viña Santa Helena se sitúa en el Valle Central, el más característico de Chile. Cuenta con condiciones naturales óptimas de clima y suelo, que permiten una tierra fecunda y perfecta para la elaboración de vinos de alta calidad. Ello se ve reflejado en sus distintas líneas; especialmente Gran Reserva.
Acomienzos del siglo XX en Chile, un querido viñatero cayó gravemente enfermo. Su familia y trabajadores se dedicaron a cuidarlo, lo que produjo que el campo sufriera un notable deterioro. Helena, su hija, al ver como el campo perdía su encanto, se propuso revivir cada parra del valle. Con determinación y dedicación logró retornar la calidad y su padre, una vez recuperado, decidió bautizar sus vinos con el nombre «Santa Helena». Juntos perfeccionaron y completaron el trabajo enológico, cuyo legado ha perdurado hasta el día de hoy.
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Actualmente, Mauricio González es el enólogo jefe de Santa Helena, logrando desarrollar vinos de reconocida trayectoria que han conquistado a los consumi- dores alrededor del mundo. Por otro lado, las líneas de Santa Helena se dividen en Varietal, Reserva y Gran Reserva. Esta última se caracteriza por realzar la calidad de sus uvas, sumado al trabajo enológico que logra gran complejidad, buen cuerpo y estructura. Las presentaciones son Carmenère, Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, Pinot Noir, Chardonnay y Merlot.
Carmenère: Elaborado con las mejores uvas Carmenère provenientes de los viñedos que Viña Santa Helena posee en el Valle de Rapel. De color rojo con tonos violáceos muy intensos. Asimismo, presenta una nariz compleja marcada principalmente por frutos negros maduros como mora y cassis; además de grafito, regaliz y pimienta blanca. Presenta toques dulces a vainilla y chocolate que, en conjunto, lo hacen un vino muy gastronómico. Un vino de gran volumen y estructura en boca. Los taninos son suaves, pero dan paso a un final persistente y agradable. Acompáñalo con cerdo, carnes blancas, pastas con salsa de tomates o queso brie.
Cabernet Sauvignon: Proveniente del Valle de Rapel. Color rojo cereza profundo y nariz marcada principalmente por frutos rojos. Por otro lado, contiene aromas especiados como pimienta que hacen el vino más complejo. Presenta toques a chocolate en conjunto con sutiles puntadas a menta que le dan frescor. Un vino de buen volumen y estructura en boca, a través de taninos maduros que se sienten en el paladar. De largo y balanceado final. Es ideal para madurar con carnes, comida condimentada, quesos o guisos caseros.
Merlot: Proviene del mismo valle que el Cabernet Sauvignon. De rojo cereza con tonos violáceos a la vista. Además, presenta aromas complejos marcados principalmente por frutos rojos. Por otra parte, tiene leves dejos especiados como pimienta negra, además de presentar notas que muestran su crianza en contacto con roble. Buen cuerpo, con taninos suaves que hacen que el vino tenga un final agradable y persistente. Ideal para acompañar con carnes rojas, carnes blancas, ravioles y quesos blandos.
Sauvignon Blanc: Elaborado con las mejores uvas que posee el Valle de Colchagua. De color amarillo pálido con matices verdes. Presenta aromas a frutas cítricas y cáscaras, principalmente de pomelo. Leves notas a espárrago y complementado ligeramente con aromas a frutas tropicales. Un vino fresco, de rica acidez y buen volumen. Final equilibrado y persistente. Puedes complementarlo con carnes blancas, pescados o mariscos.
Pinot Noir: Sus uvas provienen de los mejores viñedos que Viña Santa Helena presenta en el Valle de Curicó. A la vista es de color rojo cereza de baja intensidad. Los frutos rojos como frutillas maduras y frambuesas, acompañado de leves notas a especias; reflejan su crianza con madera. Buen cuerpo y equilibrado con taninos suaves. Posee un agradable y largo final. Marida con pavo ahumado, corvina, albacora, langosta y queso Camembert.
Chardonnay: Proveniente del Valle de Casablanca. Amarillo brillante e intenso a la vista. Además, está acompañado de notas a frutos secos y leves notas florales. Vino fresco, cremoso, de buen volumen. Balanceado, buena acidez y expresión frutal con un final que refleja su crianza. Acompáñalo con gambas, salmón, cangrejo y queso parmesano.
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