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Colección memorable ¿

Cuál es tu pasatiempo? Lejos del típico debate político, si me preguntan, no existe tema de conversación más tradicional y agradable que el automovilístico. Nuestros queridos cuerpos mecánicos sobre ruedas que, además de llevarnos de un lado a otro, cuentan historias e indican qué tan bien nos va en la vida. Así ha sido por más de 200 años llenos de significado y evolución.

Don Jorge Nicolini, dueño del museo, es un enorme fanático de los autos que despertó esta pasión el día que obtuvo su primer coche. Tenía tan solo 18 años. Fue con dicho auto, apodado por él mismo como «El Ford», con el que asistió a un concurso donde se reunieron los modelos antiguos mejor conservados de la marca estadounidense. Tras su victoria se le abrieron las puertas del deseo de coleccionar carros.

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El museo alberga una de las colecciones mejor realizadas del planeta. Localizado en la cuadra 37 de la Av. La Molina, esquina con Totoritas, comenzó hace años con el propósito de dejar una huella permanente en el tiempo. Luciendo más de 120 vehículos recolectados desde el año 1962, todos y cada uno de ellos fueron recogidos de distintos rincones del país. Ninguno es importado. Del mismo modo, cuentan con el registro de sus dueños anteriores, dónde fueron encontrados y si formaron parte de algún suceso histórico.

Más de 100 años de historia automovilística. Ni bien ingreses al salón de exhibición principal, un Boyer modelo Voiturette del año 1901 te estará esperando. Siendo uno de los primeros autos fabricados en Francia, fue encontrado en el puerto del Callao y perteneció a la familia Ruggia. A su derecha, nada más y nada menos que un Wanderer modelo Tandem Sport de

1915. Esta carrocería alemana, recordada por muchos por ser el símbolo del club del automóvil antiguo del Perú, es el único ejemplar sobreviviente en el mundo. Su presencia nos da justo en la memoria.

Iniciando el recorrido por el pasillo apodado por el mismo Jorge Nicolini como 5th Avenue, se luce en toda su gloria el emblema del museo: un Auburn modelo Speedster 851 SC de 1935. Puede no parecerlo pero, en su momento, este auto batió todos los récords de velocidad para la clase American Standard en las salinas de Bonneville. Una auténtica fiera de 160 km/h. Si continúas caminando, encontrarás al imponente Pierce Arrow modelo 1603 del año 1936. Era considerado como uno de los mayores lujos sobre ruedas que alguien podía darse en aquella época. Su anterior dueño fue el famoso multimillonario estadounidense J.D. Rockefeller de Nueva York.

Existe también una fuerte carga política en el pasado de algunos ejemplares conservados. Por ejemplo, en una de las esquinas de la sala, el Cadillac modelo Fleetwood de 1953 que usaron cuatro presidentes del Perú; aún luce su tradicional figura. Dicho ejemplar no solo transportó al General Manuel A. Odría, Manuel Prado Ugarteche, Fernando Belaunde Terry y al General Juan Velasco Alvarado, sino que también fue el encargado de movilizar al príncipe de Japón Akihito, al General francés Charles de Gaulle y, como cereza del pastel, al famoso Richard Nixon.

El recinto cuenta con dos salas de exhibición, su propio taller de restauración y un salón con barra y mesas para que los visitantes puedan descansar. Dicho taller, abierto para cualquiera que desee restaurar autos de antaño, ofrece los servicios de planchado, cromado, tapicería y todo tipo de arreglo que un carro necesite. Ya que el museo busca darle valor a carrocerías con todo tipo de historias, muchas personas se acercan con el sueño de poder incluir un auto que hayan conservado por generaciones y dejar así un aporte que llevará su nombre hasta el final de los días. A la fecha, al menos 25 carros se encuentran en lista de espera con el objetivo de unirse a la colección. //

Camaná Moscatel

Daive Fernández y Brunella Parodi forman una de las parejas más jóvenes y lindas del mundo pisquero. La bodega Camaná es la única representante de esta zona arequipeña y lo hace por todo lo alto. Ha sido construida teniendo en cuenta cada detalle y la siguen mejorando año a año. Los viñedos son preciosos y están muy bien cuidados. Se encuentran en una hermosa zona; así que visitarlos es un sí o sí para quienes aman el pisco. En este Moscatel se sienten intensos y elegantes aromas que recuerdan a rosas, melocotón, albaricoque, manzana y un toque de vainilla. En la boca se pueden disfrutar sabores a melocotón, manzana, agua de rosas, vainilla y almíbar. Es perfecto para un refrescante y delicioso pisco tonic.

Mídolo Negra criolla

No hay manera de ir a Arequipa y no visitar a la linda pareja que conforman María Elena y Víctor Hugo Zegarra. Todos sus piscos son de altísima calidad. La marca Mídolo corresponde al apellido de María Elena, quien apoya a Víctor Hugo en el trabajo diario para sacar adelante cada producción de pisco. Las veces que los he visitado he recorrido los preciosos viñedos; para luego hacer una cata de lujo de todos sus piscos, sacados uno a uno de los tanques. Todos son muy buenos, pero esta Negra criolla es de mis favoritos. Tiene intensos aromas y sabores a chocolate, manjar blanco, vainilla, manzana, melocotón y pasto seco. Me he preparado varios zambonis (negroni con pisco) espectaculares.

Grimaldi Mosto verde Mollar

La bodega Grimaldi se ubica en el distrito de Sunampe y está en permanente atención al público, con una tienda para degustar y llevar sus productos. Los viñedos son preciosos y se encuentran muy cerca de la bodega, así que es posible visitarlos previa coordinación. Los esposos Rossva Cárdenas y Ernesto Grimaldi desarrollan un esmerado trabajo, muy bien acompañados de Samuel Cárdenas. Ambos se hacen cargo de la destilación, y es evidente la destreza y conocimientos que presentan; los cuales se expresan en la calidad de cada botella. Este Mosto verde Mollar tiene aromas y sabores a frutas frescas como manzana, pera, membrillo, melocotón y un toque de vainilla. Es un pisco para tomar puro, pero también para hacer un pisco sour buenísimo.

4 Fundos Italia

El sábado 20 de mayo se llevó a

cabo el «XXI Encuentro nacional de productoresConcurso de pisco de Nasca 2023» en el marco de la «40 Semana turística de Nasca». En esta oportunidad, se presentaron más de 130 muestras, las cuales fueron catadas a ciegas por doce catadores profesionales usando la ficha de la OIV. Aquí les comparto algunos de los piscos ganadores.

Lucero Villagarcía Catadora

Toro Muerto Torontel

Esta es una medalla más de las muchas que ya ganó muy merecidamente Toro Muerto. Enrique Luque y Karina Vargas son una pareja maravillosa. Anfitriones de lujo y dignos representantes de los piscos de Arequipa. La bodega es preciosa y los viñedos están a metros de donde empiezan los petroglifos de Toro Muerto, así que no sorprende esta energía especial que tiene su línea de piscos. La zona de producción es muy bonita, tanto como el ambiente para recibir a los visitantes. Cada espacio está bien pensado para que uno disfrute al máximo. Este pisco tiene intensos aromas y sabores que recuerdan a lima, mandarina, limón, melocotón, flores blancas y miel. Es ideal para acompañar postres de frutas tropicales como maracuyá, mango y piña.

Martín Santa María es uno de los personajes más queridos y respetados del mundo pisquero por su calidad humana y profesional. El cuenta con el apoyo y el amor de su bella esposa Carla. Martín acaba de terminar su exitosa gestión como presidente de la «Academia del pisco». Su Fundo se llama Monte Grande y se ubica en San Antonio, Cañete. Ahí se encuentran los preciosos y cuidados viñedos. Este Italia es equilibrado y elegante, atractivamente floral, limpio y aromático; con dejos a lima, mandarina, durazno, flores de jazmín, miel, pasas rubias y notas exóticas. Muy complejo y fino. En boca se siente aterciopelado, con paso suave, sedoso y persistente. Un final largo y dulce con buena presencia de fruta y reminiscencias típicas de la variedad. Además, tiene un interesante recuerdo a pasa rubia y frutos secos. Su perfil refinado y refrescante denota mucho carácter y elegancia. Es un pisco para tomar gota a gota.

Nasca Torontel

Conocí este pisco de Giancarlo Castro en uno de los concursos de pisco que organiza Alan Watkin en Nasca. Sin embargo, fue su abuelo don Eduardo Castro Capurro, quien empezó a producir pisco en los años sesenta. Años después, en 1985, tramitó la autorización de uso y empezó con la comercialización de esta marca que dejó como legado a sus hijos y nietos. El viñedo, de doce hectáreas, se ubica en el Fundo Paraíso y cuenta con uvas Moscatel, Torontel y Quebranta. La bodega se ubica en el centro de Nasca y los maestros destiladores son Isidoro Martín Castro Canelo y Fredy Arguedas Apaza. Asimismo, la comercialización está a cargo de Juan Uceda. Este Torontel posee intensos aromas y sabores que recuerdan a manzana, durazno, blanquillo, lima, piña, pera, hierba luisa, miel, vainilla, azahar y jazmín. En boca el ingreso es ligeramente dulce y untuoso. Inmejorable para un chilcano de lujo.

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