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RED LATAM
FUTURO de la REGIÓN
POR: VÍCTOR ESPINOLA LLAGUNO
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Sensibilizar y concientizar para cambiar la forma en la que se ve la seguridad contra incendio en Latinoamérica, es el reto que ha de generar una verdadera cultura de la prevención en la región, con todos los benefi cios que representa.
8 E En el mundo hay aproximadamente 250 millones de rociadores instalados por año, solo 2,5 millones de ellos están instalados en América Latina, es decir, el 1 por ciento, de acuerdo con la International Fire Supression Alliance (IFSA).
Sin embargo, América Latina y el Caribe representa el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) global y de la cantidad de población mundial, según un estudio del Programa de Comparación Internacional (PCI) correspondiente al ciclo 2017, que pertenece a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Las estadísticas son claras y demuestran que existe una gran brecha en comparación con los promedios mundiales, especialmente con las economías de altos ingresos donde los rociadores se utilizan ampliamente. Aunque dichas naciones representan solo el 17 por ciento de la población mundial, cuentan con el 49 por ciento del PIB mundial, debido a una reducción signifi cativa de daños por incendios.
Esto hace suponer la gran diferencia que existe en los países desarrollados con respecto a la región latinoamericana en cuanto a los códigos y estándares que hacen obligatorio el uso de los sistemas contra incendio en la construcción.
Casi todos los países y comunidades de la región cuentan con códigos o requerimientos que brindan estándares mínimos de seguridad, sin embargo, no hay una estandarización y ninguno de los países cuenta con un código de seguridad humana y protección contra incendio robusto, que incluya desde el diseño de la construcción una integración que salvaguarde la:
Y más aún, que incluya estándares de diseño, instalación, mantenimiento e inspección regular, ya sea por la autoridad o por particulares, para mantener un adecuado funcionamiento de los sistemas.
Las lecciones aprendidas de los países que ya cuentan con códigos adecuados para la prevención y protección contra incendio tuvieron que venir después de incendios graves, que los llevaron a hacer análisis técnicos y fueron sensibles al sufrimiento y pérdida de vidas, bienes y al medio ambiente, así como a crear conciencia de los gobiernos para asumir su papel de legislar y brindar seguridad a la sociedad como un objetivo legítimo de la protección de la vida, seguridad y salud.

En el mundo hay aproximadamente 250 millones de rociadores instalados por año, solo 2,5 millones de ellos están instalados en América Latina, es decir, el 1 por ciento, de acuerdo con la International Fire Supression Alliance.
De acuerdo a un ranking de las principales preocupaciones en la comunidad empresarial en Estados Unidos, se encuentran:
1. Interrupción de TI no planificada. 2. Cyber ataque. 3. Violación de datos. 4. Clima adverso. 5. Fuego 6. Incidente de seguridad. 7. Incidente de salud. 8. Terrorismo 9. Nuevas regulaciones
En los Estados Unidos, según la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), “el 80 por ciento de las empresas afectadas por incidente importante cierran en 18 meses”.
Por ello, el fuego o incendio es una de las preocupaciones que los mantiene alerta y atentos, debido al impacto que les representa a los empresarios, de ahí, que la aplicación de los códigos de incendio sea de estricto cumplimiento.
En los países de Latinoamérica, aunque existe legislación, no es suficiente, por ejemplo:
Brasil, Chile, México y Perú han desarrollado sus propios reglamentos, códigos o normas.
Costa Rica, Ecuador y Panamá han adoptado el Código de Seguridad Humana NFPA 101.
Paraguay y Colombia han realizado adapta ciones de la NFPA. Pocos países tienen un documento específico de incendio ya sea en el código de construc ción, código sísmico o en protección en luga res de trabajo.
De aplicación municipal (MX), estatal (BR), nacional (mayoría).
Todos los reglamentos, códigos o normas son de carácter prescriptivo.
Sin ciclo de revisión definido.
En la región se han tenido grandes tragedias, pero los gobiernos no han tomado las medidas preventivas para evitar que ocurran nuevamente, anteponiendo los intereses políticos, comerciales y de infraestructura, a la realización e implementación de una reglamentación adecuada que permita impulsar el desarrollo de la región en materia de seguridad.
Si consideramos que el continuo desarrollo y crecimiento de las urbes trae consigo la necesidad de contar con mayor infraestructura de servicios en: escuelas, centros de atención a la salud, lugares de entretenimiento, industria, vivienda, edificios altos con ocupación mixta; y ahora con las reformas estructurales, el interés de invertir y crear empresas debe servir para blindar a las ciudades en pos de mitigar los riesgos; esto nos obliga a mirar desde otra óptica los retos que de ello deriva en materia de construcción, regulación, seguridad, prevención de desastres y protección civil, ya sea por causas naturales, o bien, ocasionados por el hombre.
Pero, para entender mejor el tema de los incendios, debemos mirar la historia y lo que sucede en Latinoamérica, en donde, reiteramos, más del 50 por ciento de los incendios suceden en países que no cuentan con una adecuada y suficiente regulación.
Específicamente, en el tema de la protección contra incendios hablamos de un problema de salud pública, ya que, en los últimos años ha habido un incremento en el número de incendios en la región, mismos que no han sido considerados con impacto mediático, situación que hace invisible y agudiza la problemática.
Como he dicho, la edificación está pasando por un proceso revolucionario, donde las tendencias hacia el desarrollo de ciudades sustentables que incorporan construcciones de uso mixto representan nuevos desafíos, al ser ocupaciones de alta concentración de personas y en las que conviven otros locales que pueden almacenar materiales combustibles en un mismo edificio. Cuanto más actividad industrial se desarrolla, más riesgos y posibilidades de incendios existe, entonces la pregunta es ¿nuestras construcciones frente al fuego son del todo seguras?, ¿las medidas regulatorias de prevención y protección de incendios son adecuadas?
Existe de manera general, por parte de los inversionistas, la mala apreciación de que la implementación de sistemas de protección contra incendios es más un gasto que una necesidad para preservar su inversión y
la protección de sus ocupantes, dado que estos sistemas aparentemente no agregan valor y podrían invertir en mayores acabados que le den más plusvalía o la adquisición de alguna maquinaria que les permita incrementar su producción.
Ante estos escenarios, desde 2018 se gestó la iniciativa de crear la Red Latinoamericana de Protección Contra Incendio (LATAM PCI), un esfuerzo cuya función principal es la de unificar y cambiar la forma de percibir la protección contra incendio por parte de la autoridad, los usuarios y la sociedad en la región.
A esta iniciativa se han sumado organizaciones involucradas en la protección contra incendio en América latina: la Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendios (AMRACI), Consejo Nacional de Protección Contra Incendio (CONAPCI), Asociación Brasileña de Rociadores Automáticos (ABSpk), Asociación Nacional de Rociadores Automáticos Contra Incendio de Colombia (ANRACI), Asociación Dominicana de Protección Contra Incendio (ADPCI), Sociedad Nacional de Protección Contra Incendios - Perú (SNPCI), Asociación Nacional de Protección Contra Incendios - Chile (ANAPCI), Colegio de Ingenieros Electricistas, Mecánicos e Industriales de Costa Rica (CIEMI), Asociación Panameña de Protección Contra Incendio (APROCI), el colegio de Ingenieros Mecánicos de PichinchaEcuador (CIMP), PROVENIS ONG – Argentina, Universidad de Costa Rica y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay.
Cuyos representantes trabajan en cuatro comisiones con actividades específicas:
Comisión de regulación Identificar el estado actual de la normativi dad y su metodología para vigilar su cum plimiento en la región. Identificar oportunidades de estandariza ción y del uso de normatividad especifica para la región. Trabajar en equipo con otras organizaciones locales y regionales, en el desarrollo de metodologías que les permitan a los países integrantes de la red, poder influenciar a sus gobiernos locales hacia el mejoramiento de las condiciones de seguridad de las edificaciones.
Comisión de educación Identificar las necesidades reales para la formación y actualización de los especialis tas en la región. Proponer un es quema estandarizado de capacitación, reconocido y avalado por LATAM PCI, acorde a las competencias requeridas. Recomendar una base de instructores certifi cados o acreditados por la red para el desarrollo de programas estandarizados de capacitación. Proponer un programa de certificación de especialistas.
Comisión de visibilidad Transformar la manera de enfrentar la problemática del fuego en América Latina, haciendo de la protección contra incen dios un tema relevante desde el punto de vista social, técnico y regulatorio. Crear el día internacional y la semana regio nal de la prevención de incendios. Crear programas de educación para las auto ridades, clientes y sociedad en general.
Comisión de ética en los negocios Desarrollar un código de transparencia, ética y buenas prácticas profesionales para la región. Crear un padrón de empresas acreditadas especialistas para la región.
A manera de contexto general y conclusión, es pertinente enfatizar que LATAMP PCI ha logrado integrar organizaciones dedicadas a la protección contra incendio, no solo de asociaciones sino de cuerpos de bomberos y algunas autoridades con jurisdicción en la región. El gran objetivo es “transformar la manera de enfrentar la problemática del fuego en América Latina, haciendo de la protección contra incendios un tema relevante desde el punto de vista social, técnico y regulatorio”.
VÍCTOR ESPINOLA LLAGUNO
Director General de la Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendio.