R E V I S TA D E F O T ÓG R A F O S n D I R E C T O R : P E D RO VA LT I E R R A n A Ñ O X X V n N Ú M E RO 157 n J U N I O - J U L I O 2 019 n C UA R T O S C U RO.C O M . M X
MÉXICO $50 • US $10.95 • ISSN 1405-7913
33 AÑOS
CONCURSO NACIONAL DE FOTOGRAFÍA “UN PUÑO DE TIERRA” n IVAN ALECHINE n MARGARITO PÉREZ RETANA n
n TEXTOS DE PEDRO ANZA n IVÁN RESTREPO n MARGARITO PÉREZ RETANA
n R E V I S T A D E F O T Ó G R A F O S n D I R E C T O R : P E D R O V A LT I ER R A n A Ñ O X X V n N Ú M E R O 1 5 7 n J U N I O - J U L I O 2 0 1 9
33 AÑOS n W E B w w w. c u a r t o s c u r o . c o m . m x n F A C E B O O K c u a r t o s c u r o n T W I T T E R @ c u a r t o s c u r o m e x n I N S TA G R A M @ c u a r t o s c u r o m e x
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De esa muerte transformada en ritos y ceremonias, convertida en divertido
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disfraz o tradición danzante, percibida su presencia por la lenta despedida de un cuerpo enfermo o cargado de años y memorias, o abrupta y sorpresiva por la rápida definición de una explosión, un accidente, un incidente violento… de esa, la muerte que se vuelve un concepto inasible y sujeto a mil interpretaciones,
CONCURSO NACIONAL DE FOTO GRAFÍA CUARTOSCURO 2019 que llevó como tema Un puño de tierra
son las imágenes derivadas del
6 EN PERSPECTIVA nos presenta el trabajo de quien no es antropólogo ni
periodista sino escritor y pintor:
IVAN ALECHINE, quien convive perió
dicamente con un grupo de huicholes que, de tanto verlo y hablar con él, le han permitido ir adentrándose en la comunidad en la que el artista belga, sin re currir al folclorismo pero sí al respeto de la dignidad e intimidad de sus amigos, ha logrado los retratos de los habitantes de Tuxpan de Bolaños, fotos incluidas ahora en un libro que acaba de presentarse en París 50 Escuchó la detonación y, como atraído por lo que, comprendió, eran disparos,
MARGARITO
PÉREZ RETANA, corresponsal de la agencia Cuartoscuro en Morelos, capturó instantes precisos de agresión y muerte 56 CUADROSCURO ofrece información sobre premios internacionales así como de exposiciones de interés para los aficionados al arte fotográfico. 60
PORTADA: Un encapuchado persigue a Jesús García,
quien corre hacia el grupo de reporteros que entrevistaba a Gilberto Alcalá, titular de la Secretaría de Desarrollo Social
de Morelos. Se acercó al grupo de reporteros y disparó [detalle]. © MARGARITO PÉREZ RETANA / CUARTOSCURO.COM
luzPétrea Una fotógrafa registra el paso de una quinceañera que va rumbo a su fiesta en una carreta. Jerez, Zacatecas. Mayo 4, 2019. © PEDRO VALTIERRA / CUARTOSCURO 4
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portaFolio
Resultados del Concurso Nacional de Fotografía
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De la serie Tlahuelilpan, la tierra que se los llevó. © URIEL GUADARRAMA
(Estado de México) PRIMER L UG AR
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En medio de confusión y alegría, cientos de pobladores de Tlahuelilpan, Hidalgo, se envalentonaron y acudieron con sus familias y amigos a una fuente de combustible que brotaba sin control de un gasoducto de Pemex que se había roto. El pueblo conoció el terror y el infierno en la tierra, tras una explosión que dejó cerca de 135 personas muertas. Enero 18, 2019.
Buscando. De la serie Tlahuelilpan, la tierra que se los llevó. © URIEL GUADARRAMA
SOBRE LA MUERTE
(Estado de México) PRIMER L UG AR
Pedro Anza
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De la tierra somos. De la serie Tlahuelilpan, la tierra que se los llevó.
J
uanito ha muerto”, nos dice el tercer lugar del concurso, Israel Fuguemann, introduciendo su fotografía, en la que vemos al niño tendido en el piso, sus párpados infantiles cerrados para siempre. Me gustaría conocer la historia detrás de la foto; lamentablemente, al momento de escribir estas palabras, la desconozco. ¿Cuánto ha que Jua nito abandonó este mundo? Su cuerpo yace recos tado en un suelo desnivelado; una señora, quien imagino es su madre, mira a la cámara con la mi
© URIEL GUADARRAMA
(Estado de México)
rada serena que vemos en las fotografías antiguas, mirando al fotógrafo en otro idioma. De un lado, un caballo cabizbajo; del otro, un par de botas gas tadas… Juanito parece estar tomando una siesta, pareciera incluso estar disfrutando de un sueño dulce en algún prado donde los arhuacos van cuan do sueñan, un leve simulacro de alborozo atraviesa –o esa impresión me da– su rostro tieso. Juanito ha muerto, como han muerto otros Juanitos, otros Pedritos, otros Carlitos. Juanito ha muerto como
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De la serie Tlahuelilpan, la tierra que se los llevó. © URIEL GUADARRAMA
(Estado de México) PRIMER L UG AR
morirá el Papa, como morirá el presidente, así mo rirá Juan Pérez o “El Mochaorejas”. Como murió Malcolm X, Siddharta Gautama “El Buddha”, Na poleón Bonaparte y Chucho “El Roto”. Juanito, como se dice, se nos ha adelantado. Si aquietamos las ideas que podamos albergar acerca de la muer te de Juanito al contemplar su rostro pétreo, si suspendiéramos el diálogo interno al respecto, podríamos reconocer que la muerte de Juanito no es distinta a la nuestra.
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En otra de las fotos ganadoras, tomada por Carlos Alberto Ayala, vemos a un anciano tojolabal recos tado en el pastizal de un cementerio rural con su cabeza sostenida en un brazo, observando de cerca una cruz, probablemente contemplando también el recuerdo de quien mora bajo ella. De la cruz cuelga su morral y dentro de éste asoma una botella de pozol, alimento que toman los vivos de la región, ¡disfrútelo mientras pueda, señor! Por su postura gozosa, bien podría este hombre estar contemplan
Desaparecidos. De la serie Tlahuelilpan, la tierra que se los llevó. © URIEL GUADARRAMA
do con fascinación el atardecer en una playa para disíaca o viéndose a sí mismo por primera vez en un espejo, como si al mirar con inocencia las formas que toma la muerte –la de una cruz en un cementerio, por ejemplo– pudiéramos tener un vislumbre de lo maravilloso, o como si el señor mismo en su postu ra cómoda, casi renacentista, recostado triunfalmen te como el Adán que espera a Dios a una pulgada en la pintura de Miguel Ángel, fuera quien mora bajo la cruz y se contemplara a sí mismo en un sueño
(Estado de México)
premonitorio (¿o será un sueño post mortem?) desde ultratumba. ¿Qué otro común denominador tene mos además de nuestra mortalidad? Ésta nos inun da como una niebla suave que, sin embargo, pasamos por alto, creyendo supersticiosamente que recono cerla es evocarla. ¿Por qué el hecho de contemplar dicha mortalidad, como la contempla el anciano más cómodo del pueblo, supondría eclipsar nuestra vida o caer en la fatalidad?
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Descanso eterno. De la serie Tlahuelilpan, la tierra que se los llevó. © URIEL GUADARRAMA
(Estado de México)
Hay un movimiento interno que sucede cuando reflexionamos acerca de la muerte con detenimien to; no es un dilucidarla, es un reconocerla, ver lo que está ya ahí, lo que es, dejar de huir astutamente del destino. Quizá conscientes de la importancia de dicho reconocimiento, de dicho movimiento interno en nuestra percepción, los filósofos estoicos o los budistas del viejo Tíbet recomendaron meditar acerca de la transitoriedad y la impermanencia de las formas, de las cosas, de los fenómenos –incluido
PRIMER L UG AR
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el cuerpo– para que cuando ésta, la muerte, llegara, no nos tome desprevenidos y, por el contrario, nos encuentre preparados. Ambas tradiciones enfatiza ron la importancia del saber morir y el saber vivir como una y la misma actitud, es decir, ambos con cibieron la vida y la muerte como dos caras de la misma moneda. Este anciano con botas de hule parece, junto con todo su alrededor, no hacer distin ciones arbitrarias entre la vida y la muerte, como si pudiera ver la flor marchita en los pétalos que flore
Acompañando al que está muerto. Camposanto de San Miguel Chiptik, Altamirano, Chiapas, 2019.
cen en una danza ascendente a la luz del sol, un cementerio al aire libre no delimitado. El paisaje no dice: “¡aquí empieza el reino de los muertos!”, el pasto vivo crece sobre las tumbas y el señor descan sa con la paz y la tranquilidad con la que descansa en la gloria eterna el pío, desde su postura relajada medita y observa la muerte, o mejor dicho, observa algo parecido a la muerte solamente, algo cercano nada más, pues de la misma forma que no puede observarse la gravedad misma sino el acto de gravi
© CARLOS ALBERTO AYAL A OSUNA
tar hacia –es decir el verbo, la acción, y a su vez, el cese del verbo, o el retorno del verbo a su lugar de origen–, de igual forma no puede observarse la muerte misma sino el cese del movimiento, el cese en el devenir de aquella “cosa” que denominamos a veces, por el afán de denominar, la vida. La parca llega y nos devela la realidad de la imper manencia y la transitoriedad, quizá una de las pocas verdades absolutas y permanentes, todo en el mun do fenoménico nace y muere, aparece y desaparece,
(Ciudad de México) SEGUNDO L UG AR
Pablo, un indígena tojolabal, acompaña el último día de novenario que se le ofrenda a su amigo, recientemente fallecido. El tiempo de luto es para rememorar al difunto, pero también para que su alma no pene y se vaya contenta de este mundo.
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Canción de cuna.
Página opuesta, abajo: De la serie Una larga espera.
© ISRAEL FUGUEMANN RAMÍREZ (Ciudad de México) T E RCER L UG AR
© FERNANDO RODRÍGUEZ MOLINA
(Ciudad de México)
Juanito ha muerto. Su cuerpo yace tendido fuera de casa; ahí recibió los últimos cantos y bendiciones de su familia. Ellos pertenecen a la cultura Arhuaca, uno de los pueblos originarios más viejos de Colombia. Para ellos, la madre naturaleza se llevó el espíritu del niño para que descanse y deje de sufrir en el mundo físico.
MENCIÓN HONORÍF ICA
Día de muertos en Huaquechula, Puebla. En este lugar es tradición colocar altares monumentales con los que las personas esperan a sus seres queridos, los que ya se han ido de este mundo.
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Sin título. © ANEL TADEO (Tabasco) MENCIÓN HONORÍF ICA La vida y la muerte de la mano, y aunque el espíritu deje el cuerpo de nuestros seres queridos, ellos siempre vivirán en nuestra mente.
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Familia en la vida y en la muerte. © JOAQUÍN SANLUIS FARFÁN (Tlaxcala). SEL ECCION A DO Una familia de la comunidad de San Isidro Buensuceso, Tlaxcala, convive a los pies de la tumba de uno de sus familiares fallecidos, con la creencia de que su alma se encuentra con ellos.
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Página opuesta, abajo: La muerte presente.
La mirada del adiós. © ANDRÉS JUÁREZ
(Chihuahua)
© MARÍA FERNANDA GUEVARA IBARRA
(Guanajuato)
SEL ECCION A DO
SEL ECCION A DA
Él sólo se acercó a su madre muerta para poder verla por última vez.
Todo en este mundo es relativo. Hay distintas creencias e ideologías que en algún punto coinciden y, aunque parece que las nuevas generaciones ven con recelo las ancestrales tradiciones, en ese segundo surge empatía, sin importar el vestir ni el parecer, están en mismo sitio con un propósito en común: la muerte.
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Clara. © AARÓN GONZÁLEZ GONZÁLEZ
(Ciudad de México)
Página opuesta, abajo: Mano sin tiempo. © AARÓN GONZÁLEZ GONZÁLEZ
(Ciudad de México)
MENCIÓN HONORÍF ICA
“¿Cómo está, abue?”… “Jodida”, contestaba ella. Me mira fijamente mientras el sol ilumina su rostro. Sólo disfruta del sol.
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MENCIÓN HONORÍF ICA
Mi abuela falleció un lunes por la mañana. Sus manos, siempre tibias, se enfriaron para siempre.
La luz al final del túnel. © AARÓN GONZÁLEZ GONZÁLEZ (Ciudad de México). MENCIÓN HONORÍF ICA Clara dormita frente a la televisión. Se siente muy cansada y ese día decide dormir temprano. El último año de vida de mi abuela fue en gran parte frente a esa televisión. Su calidad de vida mermó mucho debido al EPOC .
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Melancolía. © AARÓN GONZÁLEZ GONZÁLEZ (Ciudad de México). MENCIÓN HONORÍF ICA Mi abuela sostiene su licencia. Se mira joven y reflexiona sobre su pasado. Habla de poesía, de teatro y de sus viajes. Comenta sus aciertos y errores a lo largo de la vida.
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Página opuesta, abajo: Vida, nada me debes; vida, estamos en paz. © AARÓN GONZÁLEZ GONZÁLEZ
(Ciudad de México)
MENCIÓN HONORÍF ICA
Fue velada el 11 de junio de 2018. Su libertad volvió a ella. Te amo y te extraño.
¿Cumpleaños feliz? © ANDREA BORJA
(Ciudad de México) MENCIÓN HONORÍF ICA
Laura nació con un síndrome llamado Rett, sinuoso y degenerativo. Teníamos casi la misma edad, ella era seis meses menor que yo; sin embargo, en su vida adulta conservó el rostro de niña que siempre la distinguió. 21
Los baños de batalla © ANDREA BORJA
(Ciudad de México) MENCIÓN HONORÍF ICA
De niña soñaba que Laura fuera “normal”. Esperaba que de repente un día hablara y caminara como si ese síndrome no me la hubiera robado. Intuía que más que primas seríamos mejores amigas. Deseaba que ocurriera un milagro.
Pijamada en el hospital © ANDRÉS BORJA
(Ciudad de México) MENCIÓN HONORÍF ICA
Aquel milagro nunca llegó y Laura pasó de ser una niña feliz, fuerte y alegre a un adulto enfermo en el hospital. Encerrada en un cuerpo débil y sin saber o entender qué pasaba. Era una niña que no podía explicar qué sentía ni dónde le dolía o por qué. Nosotros pasamos a ser una sombra bajo su síndrome y enfermedades.
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Tomando el sol en el coche. © ANDREA BORJA
(Ciudad de México) MENCIÓN HONORÍF ICA
Su cuerpo comenzó a causarle daños, a dejar de responder, a darle molestias y enfermedades. En el silencio y la agonía de Laura, pasaron a ser un juego de ajedrez con la muerte, del cual no saldría vencedora.
Laura, come back. © ANDREA BORJA
(Ciudad de México) MENCIÓN HONORÍF ICA
“Laura, come back! Let’s find a place, a happy place. We can find…” [Vincent Gallo]
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Gaby. De la serie Tesoros. © AL AN AL ARCÓN ORTIZ (Ciudad de México).
Margarita. De la serie Tesoros. © AL AN AL ARCÓN ORTIZ (Ciudad de México).
SEL ECCION A D 0
SEL ECCION A D 0
Marco. De la serie Tesoros. © AL AN AL ARCÓN ORTIZ (Ciudad de México).
María Elena. De la serie Tesoros. © AL AN AL ARCÓN ORTIZ (Ciudad de México). SEL ECCION A D 0
SEL ECCION A D 0 24
Doble página: Martín. De la serie Tesoros. © AL AN AL ARCÓN ORTIZ (Ciudad de México). SEL ECCION A D 0 Los tesoros nunca desaparecen. Me pregunto si mi mamá y abuelos se imaginaron que después de morir se convertirían en tesoros valiosos a través de los objetos cotidianos que dejaron. Hago de ellos una nueva representación de lo que eran mis familiares. Estos tesoros me ayudan a no olvidarlos y a sentir que están más cerca de mí. Estas fotografías retratan las cosas que cobraron vida después de la muerte de Gaby, Martín y Marco, y las que algún día lo harán cuando Margarita y María Elena ya no estén aquí.
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Página opuesta, abajo: Sábana color durazno.
Descansando. © ANA PAUL A TINAJERO
(Ciudad de México)
© ANA PAUL A TINAJERO
(Ciudad de México)
SEL ECCION A DA
SEL ECCION A DA
Justo cuando murió mi abuela, el color de sus manos desapareció.
La realidad se hizo evidente cuando la envolvieron en esta sábana color durazno.
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Soledad. © ANA PAUL A TINAJERO (Ciudad de México) SEL ECCION A DA . Así quedó la cama que la tuvo tantos años enferma.
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Página opuesta: De la serie Pide un deseo.
De la serie Estadio cuatro. © VÍCTOR MANUEL
© SANDRA ABIGAIL GARCÍA ARIAS
GULIAS RIANDE
(Morelos)
(Madrid). SELECCIONADO
SEL ECCION A DA
El retorno al lugar de los recuerdos, el espacio atesorado y perdido de la memoria en el que, a través de un ritual fúnebre, despedimos al hogar de nuestras infancias. En el recorrido afrontamos la ausencia, la degradación de los espacios y los objetos que habitaron. La muerte emerge de la necesidad de descifrar quiénes fuimos, quiénes somos y, con ella, la oportunidad de mantener un diálogo con el pasado.
Mi padre se llamaba Manuel Gulias, gallego emigrante que a muy corta edad fue en busca de la América prometida. Éste es un vistazo de su última etapa de cáncer.
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De la serie Chontales ofrendan a los muertos © DAVID TRUJILLO ABREU (Tabasco). SEL ECCION A DO
Todo noviembre, en las tierras bajas de Tabasco, las comunidades chontales ofrendan a las ánimas a través de altares con imágenes religiosas, pero con pocas o nulas fotografías de la persona fallecida. En el piso se colocan los alimentos típicos de la región: pato, pollo y cerdo en diferentes guisos; también bebidas como el pozol, atole, agua y guarapo se sirven en jícaras sobre hojas de plátano recién cortadas. Después de una larga jornada de cocina, se reúnen familiares y visitantes para rezar en honor a las almas que visitan las ofrendas. Por la noche se lleva a cabo en los panteones la quema de velitas de cebo, tradición en la que la mística y el respeto se acentúan en una velada entre familia y amigos.
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Héroes caídos © SERGIO IVÁN CARO TORRES
(Baja California). SEL ECCION A DO
Después de encontrar en el cerro El Centinela el cuerpo de una senderista, dos rescatistas y dos integrantes de la Policía Estatal Preventiva (PEP) se dirigieron a recuperarlo en un helicóptero; sin embargo, la aeronave cayó en una maniobra y ocasionó una explosión que dejó sin vida a todos los tripulantes. Han pasado dos años del suceso y cada uno de los compañeros de los diferentes grupos de rescate acuden al sitio a rendir homenaje a los héroes caídos.
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Página opuesta, de arriba a abajo: © HÉCTOR MIGUEL CRUZ L ARA (Oaxaca).
De la serie Danza para los muertos. © MIGUEL ÁNGEL ACOSTA ORTIZ
(Chiapas)
SEL ECCION A DO
Las damas Sonriente y orgullosa, una chica posa con su Santa Muerte durante la celebración del 2 de noviembre en la ciudad de Oaxaca. El Chapo de Miahuatlán Con una apariencia imponente, El Chapo de Miahuatlán, como él se autodenomina, es uno de los fieles seguidores de la niña blanca. Para él, la Santa Muerte es una imagen muy milagrosa que lo ha ayudado en sus trabajos y contra sus enemigos.
SEL ECCION A DO
Una de las tradiciones más importantes de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo es la del 18 de enero, cuando los parachicos danzan en honor de los muertos. En el panteón local son guiados por el patrón, Rubicel Gómez Nigenda. Bailan en ofrenda a sus familiares y seres queridos enfrente de sus tumbas o dentro de sus capillas.
De principio a fin La creencia hacia la Santa Muerte se transmite de generación en generación, por lo que no es complicado encontrar niñas o niños devotos a esta imagen. Devoto Los creyentes de la Santa Muerte muestran un respeto enorme hacia esta figura, a pesar de no ser reconocida por la Iglesia Católica, a la cual pertenecen la mayoría de sus creyentes.
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De la serie Limpieza de muertos © HUGO ALEJANDRO BORGES MEDINA
(Yucatán)
comienza y termina. Pero la parca nunca se muestra a sí misma, vemos solamente su sombra, su silueta, sin poder asirla ni entenderla y, de aquello que es objeto de ella, aquello que nos hace conscientes de ella, exclamamos: “¡Ha muerto!” Nos queda enton ces una ausencia, ausencia que por más monumen tos que le esculpamos y más filosofías que desarro llemos a su alrededor, bien encarada, no deja de ser una ausencia y sólo eso a nuestros ojos mortales, a nuestros ojos de polvo condenados por los tentácu
SEL ECCION A DO
Una semana antes al Día de Muertos, los habitantes de la comunidad de Pomuch acuden al cementerio de la localidad a limpiar los restos de sus parientes fallecidos. Al realizar esta limpieza también platican con ellos sobre hechos acontecidos en la familia.
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los del tiempo, a nuestros ojos limitados al umbral de lo impermanente, al desfile de lo transitorio. La ausencia no es la cosa en sí, no es la muerte, sabemos que algo ya no está, algo se fue, algo se esfumó. ¿Qué es ese algo que se fue? ¿Pueden las cosas irse o sólo cesar de aparecerse a nuestra percepción? Y si, en efecto, se fue, ¿a dónde se fue? ¿acaso al mismo lugar o no-lugar de donde vino? Son preguntas que, si a voluntad nos damos permiso de escuchar, resuenan en nuestro interior cuando la muerte nos acorrala,
Adiós, amor © ALEJANDRO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
(Chihuahua)
cuando no la hacemos vana y ajena o cuando no huimos de ella despavoridos concibiéndola como un error anti-natura; resuenan como un eco profun do y arcaico cuando en cambio la contemplamos en su naturalidad. Entonces la idea de la muerte puede elevar nuestra percepción de la realidad enrique ciéndola, dándole dimensión. Pero lamentablemente esto es raro, a la muerte normalmente se le huye y esto sucede de muchas formas. Instrumentamos los humanos diversos
SEL ECCION A DO
mecanismos, algunos muy sutiles, de evasión, siem pre con una misma finalidad que es, en últimas, no mirarla de frente, haciendo uso de la ceguera volun taria, vendarnos los ojos o dibujar frente a nosotros autorretratos hermosos y enamorarnos de nuestro rostro de estatua, eterno, en el lienzo, junto con Nar ciso recostados a la orilla del lago (en la misma postura heroica del viejo tojolabal). Puede también simplemente uno ignorarla. ¡Qué apaciguadora la ignorancia de ser ignorantes hasta la inmortalidad!
Un conjunto de música norteña canta la canción Adiós, amor, de Juan Gabriel, al marido difunto de una señora que llora, durante la conmemoración del Día de Muertos el 2 de noviembre de 2017, en el panteón Colina del Desierto, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
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Doble página: De la serie El legado de la manflorina © CUAUHTÉMOC MORENO CABRERA
(Yucatán)
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“¡Ya llegó el afilador, ya llegó el afilador, tijeras y cuchillos para afilar!”, era el pregonar que se escuchaba en las calles desde temprana hora acompañado del sonido de un chinflo o manflorina, como se conoce comúnmente al silbato con el que Francisco Javier Navarrete Solís recorrió, a diario y por 55 años, diferentes colonias de la ciudad de Mérida. Un día, a Don Pancho ya no se le escuchó más por las calles, pero la manflorina no tuvo de descanso, porque dos de sus seis hijos continúan con el oficio. De esta manera, la memoria de Don Francisco se honra y se le recuerda todos los días con la preservación de uno de los oficios más antiguos.
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Nazareno Etla, Oaxaca © JUAN MIGUEL DIMAYUGA MENESES
(Ciudad de México) SEL ECCION A DO
La Muerteada es una fiesta que nació a principios del siglo pasado en el distrito de Etla, al poniente de la capital de Oaxaca. En ese entonces, los pobladores, casi todos empleados en condiciones inhumanas en la hacienda y fábrica de papel de la región, aprovechaban el anonimato que les brindaban sencillas máscaras de papel, junto con ropas deshilachadas adornadas con cascabeles, para lanzar coplas y versos, casi siembre despotricando contra el patrón o corriendo algún chisme del pueblo. Con el paso del tiempo, la Muerteada se convirtió en un festejo singular, puesto que los asistentes invierten tiempo y dinero para lograr el mejor disfraz y la música de banda llena todas las calles del lugar. También hay mezcal, mucho mezcal.
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De la serie La muerte en la piel © MAURICIO SILERIO
(Guanajuato)
Rehuir incluso la contemplación de que hasta los soles milenarios, los astros lejanos y las galaxias inalcanzables mueren, podemos también evadir la confrontación con dicha verdad desarrollando sis temas filosóficos a su alrededor, culto, mapas con ceptuales, ideas fijas que cosifiquen el misterio y den al adepto a dicha corriente la calma de no tener que ver el misterio que lo interpela de frente, misterio que de ser asumido lo obligaría a cuestionarse a sí mismo y sus actos, ¡Dios nos libre de semejante
SEL ECCION A DO
tortura! “¡Qué alivio!”–dice petulante el adepto a la corriente filosófica/científica/religiosa en turno– “¡ahora entiendo el misterio!”, lo que deja libre al individuo del peso de la muerte sobre su espalda, que pesa como una gigantesca piedra filosofal, el individuo queda libre, ¡sí!, pero queda libre de la libertad misma, de la claridad, avezado ahora en la filosofía en turno, se le facilita entonces interactuar con el mundo desde un axioma, ¡uno más de tantos que gusta de coleccionar y satisfacer así su sed de
En danzas, festivales y rituales se manifiesta cómo el mexicano lleva la muerte adherida a su piel; es parte de sus raíces y de su vida, no sólo una máscara en un día de fiesta.
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Ciclos de la vida.
© PABLO RAFAEL DE L A SOTA RAMÍREZ (Ciudad de México). SEL ECCION A DO
Zopilotes emprenden el vuelo tras haber devorado a una tortuga prieta.
Rumbo al Mictlán. © JOSÉ MARÍA CÁRDENAS (Baja California) SEL ECCION A DO
La muerte. De la serie Capas del vacío y la permanencia. © ALFREDO ESPARZA CÁRDENAS
(Coahuila)
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Estoy interesado en las peculiaridades y rarezas que surgen de la relación del ser humano con el desierto en el norte de México. Por un lado, documento remanentes de las intervenciones directas sobre el entorno, los restos que quedan de las interacciones entre las personas y que en este ecosistema encuentran un destino sujeto al olvido y deterioro. Registro desde moradas y espacios de trabajo en abandono, hasta desechos de electrodomésticos, empaques y otros bienes despojados de toda utilidad o función. Asimismo, fotografío situaciones inusitadas o absurdas que sólo en ambientes como éstos pueden suceder. En estas situaciones se manifiesta la persistencia de la vida a través de todas sus formas. Por tanto, las imágenes funcionan como archivo de las diferentes estrategias de asimilación y mutualismo que se despliegan entre cada uno de los habitantes de este territorio para ganarse un día más de existencia, aun cuando, por momentos, parece que todo ha sido consumido por la muerte.
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Sin título. De la serie Embalsamadores. © GERARDO DANIEL GALEANA REYES
(Estado de México) SEL ECCION A DO
invidencia! Desde ese pretendido saber, se siente aliviado de la insoportable densidad de la luz que en tra cuando se mira de frente la oscuridad, aunque en el fondo está tenso, pues sigue huyendo constan temente de mirar su propia e irremediable finitud; así atraviesa su momento en la tierra dando peque ños pasos de sonámbulo en el reino de los vivos, interactuando no con el mundo real sino con una fantasía consoladora. Aún así, el ignorante hasta la inmortalidad, el
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erudito de la vida, continúa muriendo a cada exha lación. Al final, no podemos dejar de mirarla desnu da al menos por breves resquebrajos de tiempo, sobre todo cuando quien nos refleja groseramente nuestra mortalidad, quien osa importunarnos con semejante gesto de sinceridad, quien se ha ido, quien ha muerto, es alguien cercano a nosotros, como en el caso de la abuela de Aarón González; es imposible no sensibilizarnos a su misterio y empaparnos en la densidad de su perfume, la muerte entonces se nos
Plegarias de impotencia. © ULISES FEDERICO MARTÍNEZ RESÉNDIZ
(Coahuila)
SEL ECCION A DO
vuelve íntima, tan íntima como quien se ha ido, se descorren las cortinas, podemos asomarnos si que remos a esa intimidad, “¡la abuela está muerta, está muerta!”, algo muere para todos, algo que nos constituía ya no está, y volvemos a la ausencia, au sencia profunda que se siente en los intestinos, au sencia que no es la muerte sino su vaho, su destello, la estela de un cometa, algo se va y algo queda. En las fotos de Aarón –quien obtuvo mención honorí fica– vemos esa ausencia, otra vez, algo se va y algo
Pobladores de un ejido en Ramos Arizpe, Coahuila, lloran a un pastor que quedó enterrado cuando le cayó un talud de rocas encima. A pesar de haber llamado a emergencias, los paramédicos llegaron cinco horas después. Un oficial municipal se hinca a rezar por el descanso del pastor, a quien no pudieron ayudar aunque lo intentaron.
queda, esta ausencia parece anunciarse, perfilarse, proclamar su llegada: hace mucho tiempo que la abuela enfermó y te mira a los ojos, unos ojos que parecen ya no pertenecer del todo a este mundo; en ellos, una luz vacilante hace evidente su condición de turistas en la tierra, esos ojos moribundos pare cieran saber algo que les es imposible articular, que les es tarea titánica poner en palabras, su boca secre ta algunos gemidos debilitados como si el aliento quisiera escapar de su destino inminente, la lucecilla
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Un puño de tierra. © VÍCTOR MEDINA GOROSAVE
(Baja California) SEL ECCION A DO
que alumbraba sus pupilas tintinea antes de apagar se, como la flama tenue de una vela que termina de consumirse en medio de la noche. Aún así, la luz que vacila en sus ojos parece brillar más que antes, como si a pesar de que se apagara, todo lo que estaba a su alrededor, todo el ruido y la nebulosidad, se disipa ra dejando entrever los rayos de un –hasta entonces oculto– sol convaleciente y moribundo, justo unos segundos antes del crepúsculo. Lo transitorio no tiene el magnetismo que antes pudo haber tenido
Como una cruel metáfora de la vida, el último movimiento de un hombre previo a perder la vida fue apretar el puño dejando un pequeño surco en la tierra. El hombre murió luego de estar expuesto a las altas temperaturas de la ciudad de Mexicali, Baja California, las cuales sobrepasan los 45 grados centígrados.
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en esos ojos, como si las cosas de la tierra ya no le pertenecieran más, como si ya no tuvieran la fuerza sobre esa mirada, como la tuvieron cuando quien veía a través de ellos pensaba su sangre como un elixir eterno y peregrinaba por la vida con una suer te de fe en lo imperecedero de la carne, cuando se era ignorante hasta la inmortalidad, pero ¿a qué da lugar, dónde nos deja, este reconocimiento?, ¿qué queda bajo el sombrero de lo impermanente y lo transitorio? Esa ausencia no es una cosa, no es un
Las vaqueritas. © JOEL RAMÍREZ RUEDA
(Querétaro)
SEL ECCION A DO
algo compacto y definido, es una pregunta, una puerta, un agujero en la pared. Es posible que el cómodo anciano que se contempla a sí mismo en la cruz esté mirando por ese agujero, a nosotros; sin embargo, si nos sentimos incómodos ante la realidad de nuestra finitud y nuestra postura ante la muerte, a diferencia de la del anciano, es tensa y nerviosa, si aún buscáramos la respuesta neciamente en lo pe recedero, no nos quedaría entonces una pregunta abierta, una posibilidad de saber, sino una respues
ta arbitraria, seca y dura salida de alguna filosofía que obstruiría nuestra mirada a través de la mirilla en la puerta, alrededor de esa respuesta, como un aura o un fantasma, emanaría una ausencia, ausen cia que puede ser un mal sabor, un vértigo, o puede ser un trago dulce y confortable dependiendo del ungüento filosófico que nos untemos, uno en los ojos, que nos consuele, u otro en la planta de los pies que nos haga escapar de su mirada, corriendo más rápido que Usain Bolt.
Las vaqueras de la reforma, cuadrilla tradicional. Tantoyuca, Veracruz. Xantolo, 2018.
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Visitando a la familia. © RAMÓN CREDI GARCÍA
(Ciudad de México) SEL ECCION A DO
El panteón de Romerillo, comunidad indígena tseltal-tsotsil de San Juan Chamula, durante la celebración del Día de Todos los Santos.
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La muerte no siempre llega en alfombra roja y anunciada, la prensa gráfica no siempre la espera engalanada en la pasarela con los flashes destellan do, como llegó con la abuela; no siempre es lenta y sigilosa, elegante y delicada, no siempre asoma abriendo telones y descorriendo con sus dedos es queléticos los velos como en un preámbulo a sí misma, como llega en una antesala médica anun ciándose con una enfermedad y nosotros ahí espe rándola sentados y con paciencia, anticipándola a la vuelta de la esquina a veces por años esperando la llamada, ¡no!, no siempre nos da señales, premoni ciones y vaticinios: a veces llega súbita, inesperada, incomprendida, implacable, inflexible, como en el caso de los pobladores de Tlahuelilpan, Hidalgo, donde la muerte llegó sin deberla ni temerla, escon dida, camuflada en la cotidianidad del día; los po bladores “envalentonados”, como los llama Uriel en su serie ganadora del primer lugar, corren vivos al lugar de los hechos, corren llenos de planes, de mañanas, de días por delante, deseos, ideas, anhelos, estos hombres, mujeres y niños corren curiosos al lugar sin presentirla, sin olerla, nadie la ve venir y entonces, clara, sincera, directa, sin ambigüedades ni amagues, llega y se acabó, se acabó para estos pobladores curiosos, en un santiamén, como en el acto más pulcro e imprevisto de un gran mago o en el juego óptico de un prestidigitador –¿dónde quedó la bolita? –; ya no están, así de impredecible, impre decible incluso por el más sabio y meditabundo de los eremitas, el tarotista más hábil, el brujo más poderoso, el oráculo de Delfos, Nostradamus, Jaime Maussan, la nasa, el Che Guevara o Steve Jobs, nadie, ninguno de tus héroes podrá salvarte, querido lector. Tú, usted, también se va a morir, ¿qué va a hacer al respecto? n
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De la serie La muerte volátil. Explosión de ducto de combustible en Tlahuelilpan, Hidalgo © JUAN MIGUEL DIMAYUGA MENESES (Ciudad de México) SEL ECCION A DO
Un ducto de combustible que corre de la refinería de Tula a la de Salamanca y que había sido violado por presuntos huachicoleros, se incendió cuando pobladores de Tlahuelilpan, Hidalgo, y municipios aledaños, extraían combustible de dicha toma clandestina. Hubo al menos 135 muertos y decenas de heridos. 49
enPerspectiva
Ivan Alechine
UN ACERCAMIENTO POÉTICO A LOS HUICHOLES Iván Restrepo
H
ace 120 años, el antropólogo Carl Lumholtz dejaba la región donde habitan los huicholes y coras. Ocho años estuvo con ellos para descifrar sus símbolos sagrados. El Museo de Historia Natural de Estados Unidos publicó poco después, en un libro, su invaluable testimonio sobre las prácticas religiosas de ambos grupos. Otro antropólogo, el mexicano Alfonso Fabila, visitó la región a mediados de los años 50 y trajo nuevos datos socioeconómicos de ambas comuni dades. Su marginalidad y pobreza, su aislamiento. Hace medio siglo tuve el privilegio de acompañar a la región a don Fernando Benítez, que había em prendido la tarea de documentar la vida de los Indios de México. Iban también los fotógrafos Héctor García y Marino Benzi. Uno de los 4 tomos que lue go se publicarían sobre su trabajo, está dedicado precisamente a ambos grupos. Benítez no era antropólogo, sólo escritor, narrador de lo que veía. Y por eso al principio los antropólogos miraron con desdén sus libros. Hoy son clásicos, como lo es el de Carl Lumholtz y el de Fabila. Ivan Alechine tampoco es antropólogo, ni periodista. Es escritor, pintor. Poeta con la palabra y la imagen. Esta cualidad la demuestra en el libro Énigmes et portraits dans la Sierra Madre (Enigmas y retratos de la Sierra Madre), impreso por Yellow Now de Bruselas. Son 72 fotografías que se acompañan de un esplén dido ensayo de Alechine sobre su estancia en la comunidad huichol de Tuxpan de Bolaños, y un
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texto introductorio igualmente lúcido del doctor en antropología Perig Pitrou. Sólo una de las fotos del libro no es de Ivan. En ella aparece el presidente Lázaro Cárdenas con las autoridades huicholes. Data de 1935 y muestra a Cár denas investido del respeto que siempre tuvo al tratar a los indígenas. A Carl Lumholtz llegar a la región huichol le cos tó varios días a lomo de mulas y con guías conoce dores de la región. A Benítez y a quienes lo acompa ñamos en su estancia, una hora, en avioneta. No había entonces carreteras en esa parte del país. Ahora sí y para llegar con los huicholes, Alechine va en avión desde la Ciudad de México a Guadalajara. Aquí toma un autobús que, en seis horas, lo lleva a Colotlán, en la sierra Madre Occidental. Para llegar a Bolaños invertirá otras seis. Y tres más hasta Tux pan, lugar donde convive periódicamente con sus amigos huicholes. Con ellos ha marcado una sana distancia, respe tando sus usos y costumbres, y su intimidad. De no ir más allá de lo que permiten los lugareños. Explo tados y marginados, los indígenas de México saben que el hombre blanco no siempre trae buenas nuevas. Ivan, en cambio, estableció una fluida rela ción con ellos. Ese respeto y aprecio mutuos se evidencia en las fotografías en las que capta a grupos familiares que se reúnen, sabiendo que lo hacen para alguien en quien confían. Ivan no es un experto en retratos,
Melancolía. © IVAN ALECHINE . Tuxpan de Bolaños, 2015
El general Lázaro Cárdenas en familia. Tuxpan de Bolaños, 1995
pero en este caso sí cuando los hace para sus cuates de Tuxpan de Bolaños. Y lo hace buscando la relación con el entorno, tan importante como los rostros de las familias. Esos retratos los colocan en sus casas al lado de las de sus santos y seres queridos. Lo mismo sucede en las que nos muestra a muje res y jóvenes de la comunidad, o a quienes trabajan en las labores agrícolas. Todos aparecen con una mirada viva, segura, profunda. Saben que la foto no les va a sustraer el alma, como pensaban muchos grupos indígenas. En estas fotos Ivan integra el medio ambiente en que viven y evita el artificio que mata la verdad humana, como dijo Cartier Bresson. Las de unas jóvenes mujeres que caminan en fila, traen a la mente varios cuadros de José Clemente Orozco. No hay folclorismo en el trabajo de Alechine. Al captar algunos rituales y representaciones sagradas de los huicholes, éstos olvidan que tienen ante ellos una cámara. No posan. Y el fotógrafo penetra, pone en el objeto o la escena que va a capturar con su cá mara el ojo, el alma y el corazón. Esto se extiende a las que nos muestran el medio ambiente en que viven los huicholes de Tuxpan de Bolaños. Un desgarrador panorama, la desolación física que nos remite a la que ofrece Juan Rulfo en El Llano en llamas y Pedro Páramo. Alechine parece no buscar la gran foto. Mas bien, la foto viene a él y la capta en el momento preciso. En algunas de ellas muestra la escasez de recursos para vivir dignamente de la tierra, lo que obliga a
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los lugareños desde hace tiempo a migrar a la costa de Nayarit, donde se ocupan como jornaleros en los cultivos de tabaco y maíz. O viajar al otro lado, al paraíso del despilfarro: Estados Unidos. Allí serán igualmente explotados en los campos de cultivo de uvas o verduras. Y estarán al acecho de la migra. Cuando Alfonso Fabila visitó Tuxpan de Bolaños a mediados del siglo pasado, había allí unos 5 mil habitantes. Hoy suman poco más de 3 mil. Cada vez menos gente, pese a que el gobierno ha llevado es cuelas, un centro de salud, electricidad, agua a las viviendas, aunque insuficiente y de mala calidad. Con las vías de comunicación llegaron también, y antes que nadie, los refrescos azucarados y la comi da chatarra: la “modernidad”. El apoyo gubernamental no ha sido fruto del diálogo de la burocracia con los huicholes: son mo delos asistenciales que rompen la unidad social y económica de la comunidad. Se expresa en el sistema escolar, establecido para aprender el español, no para conservar la lengua original. Igualmente en la falta de apoyos efectivos a las actividades económi cas, que ocasionan desempleo y alientan la presencia del crimen organizado, del narco. Pero aun así, y al contrario de lo que ha ocurrido con otras comunidades indígenas, la huichol no pierde el arraigo a las costumbres ancestrales, a la relación respetuosa con el medio físico, alterado frecuentemente por la invasión de sus tierras por los ganaderos de fuera. A pesar de todo, y como lo ex
Sombra chamánica. © IVAN ALECHINE . Tuxpan de Bolaños, 2012
Ático. © IVAN ALECHINE. Vallecitos, Tuxpan de Bolaños, 1995
plica espléndidamente Alechine en el poético texto que acompaña a sus fotografías, han sabido preser var su cultura y la mayor parte del medio ambiente en que viven. Hoy que tanto se habla de la necesidad de cuidar la naturaleza, de luchar contra el cambio climático, es bueno recalcar que los huicholes, igual que las demás comunidades indígenas de México y otras partes del mundo, son los más fieles guardianes de
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la flora y la fauna. La conocen mejor que cualquier científico. La hacen parte del mundo espiritual. En el caso de los huicholes, baste citar la importancia que tienen el peyote y el venado . En la presentación del libro, Perig Pitrou señala con gran acierto cómo Alechine logra mostrarnos cómo un pueblo atrapa la luz, con base en la etno grafía y la fotografía. Ivan suele decirle a sus amigos mexicanos que
¡Sus documentos! © IVAN ALECHINE . Vallecitos, Tuxpan de Bolaños, 1995
desea tener nuestra nacionalidad. Ser uno más de los 130 millones que viven entre la tradición mile naria de culturas que asombran al mundo, y el México moderno con desigualdades notables, en el que los indios ocupan la escala más baja en lo social y lo económico. Pero con su obra escrita, la documentación foto gráfica que ofrece de varias ciudades o de los grupos indígenas y el medio ambiente en que desarrollan
su vida, no necesita documento alguno para ser mexicano. Es desde hace 40 años uno muy ilustre. Esa distinción se la otorgan huicholes, coras, mixte cos, zapotecos y demás etnias a las que él dedica su trabajo y, a la vez, nos muestra el mundo mágico, inigualable, de las raíces de México. n
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enPerspectiva
EL DISPARO CERTERO t e x t o y f o t o s de
Margarito Pérez Retana*
Q
ué sueña un fotoperiodista de cualquier ciudad del interior del país en los albores del siglo xxi? Yo, confieso, en los viajes oníricos me descu bría como un testigo de primera fila de un desastre, donde un volcán hacía erupción; veía correr mucha gente y corría hacia el monte que escupía fue go buscando la mejor fotografía. Alucinantes ensoña ciones. El pasado 8 de mayo a las 10:08 horas tomaba una foto al líder de los comerciantes, Jesús García Rodrí guez, y al secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Estado de Morelos, Gilberto Alcalá Pineda. Ambos
* MARGARITO PÉREZ RETANA es corresponsal de Cuartoscuro en Morelos y fue él quien tomó las imágenes que se hicieron virales en los medios, dado que fue el único fotoperiodista en documentar en foto los hechos ocurridos en Cuernavaca, cuando un tirador –hasta el cierre de esta edición identificado sólo como “Max”– disparó contra el empresario Jesús García y contra Roberto Castrejón, de la CTM local (quien moriría más tarde). El detenido también hirió a Jaziel Castrejón (hermano del líder citado) y a René Pérez Argüello, camarógrafo de prensa.
El empresario Jesús García se despide de Gilberto Alcalá, secretario de Desarrollo Social del gobierno del estado de Morelos, luego de dialogar con los líderes del comercio informal. © MARGARITO PÉREZ RETANA / CUARTOSCURO.COM
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se dan la mano al final de una plática en el cruce de las calles Gutenberg y Matamoros. Los comerciantes afiliados a la ctm exigían participar en la mesa de diálogo que sostiene el gobierno estatal con los vendedores ambulantes del centro histórico para reubicarlos. Era una cobertura cotidiana con “chacaleo” (entre vistas informales) incluido.
Me retiré unos pasos para mirar las imágenes que había tomado. No habían pasado más de cuatro mi nutos cuando, a las 10:12, escuché una detonación; incrédulo, pensé que era un cuete, pero el estallido cumplió su cometido y me obligó a levantar la mirada y ver que un hombre yacía tirado a la derecha (era Roberto Castrejón Jr., líder de comerciantes, quien murió horas después en el quirófano) y que otro hom
bre de complexión delgada con una sudadera oscura, quien se cubría la cabeza con un gorro, corría hacia la izquierda con un arma en la mano. Se escuchó un segundo disparo. Vi a un perro negro que corría en el mismo sentido y a un joven que después supe que también había sido herido (era Jaziel Castre jón, hermano del antes mencionado) pero que, con energía, perseguía al agresor. Cuando el tercer disparo
El encapuchado persigue a Jesús García, quien corre hacia el grupo de reporteros que estaba ya entrevistando a Gilberto Alcalá, titular de la Secretaría de Desarrollo Social. Se acercó al grupo de reporteros y siguió disparando. © MARGARITO PÉREZ RETANA / CUARTOSCURO.COM
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Se da un forcejeo entre Jaziel, hijo y hermano de líderes del comercio informal de la ctm, en un intento por detener al agresor. © MARGARITO PÉREZ RETANA / CUARTOSCURO.COM
Despojado ya de la sudadera y gorra, el presunto homicida huye hacia la Plaza de Armas, mientras el empresario Jesús García yace en el suelo mortalmente herido. Los reporteros, desconcertados, intentan ponerse a salvo. © MARGARITO PÉREZ RETANA / CUARTOSCURO.COM
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Página opuesta, arriba: En el piso queda herido de muerte el empresario Jesús García, quien es auxiliado por reporteros y transeúntes. © MARGARITO PÉREZ RETANA / CUARTOSCURO.COM
se escuchó ya tenía el ocular en el ojo y disparaba acercándome a la escena: entonces miré a mis compa ñeros de trabajo correr delante de los balazos, los miré tirados, con el miedo sobre sus cabezas, descon certados. Miré que el joven herido alcanzaba al hom bre de la sudadera y gorro y se trenzaban en un forcejeo, pero los disparos seguían. Al lado ya había caído herido el empresario Jesús García mientras Alcalá Pineda miraba aterrorizado la escena para después levantarse y correr hacia Palacio de Gobierno. En tanto, el sicario se desprendía de su sudadera y la gorra en el forcejeo y huía hacia la Plaza de Armas; en su camino hirió en la espalda al cama rógrafo René Pérez. El agresor tardó un minuto en llevar a cabo el ataque directo, dos minutos en cruzar la plaza hasta que, me tros adelante, en la Plazuela del Zacate, fue detenido
tras enfrentarse con policías que lo perseguían. Eran las 10:15: en el rostro de Maximiliano “N”, de 22 años, el presunto agresor, había desconcierto, como cuando un mal sueño te aqueja. Volví mis pasos a la escena y vuelvo a pecar al confesar que mis ojos se nublaron con unas lágrimas que se negaban a salir, iba de un lado a otro, entre decenas de gentes que, como yo, querían despertar. Poco a poco volvió la normalidad; después de nueve minutos llegaron los primeros servicios de urgencias y comenzaron a atender a los heridos. A las 10:36 subían al último herido a la ambulancia. Después llegaron los peritos en criminalística de la Fiscalía General de Justicia, y entonces vi lo que du rante diez años he visto: una escena de crimen más, sólo que ahora estuve antes de que ocurriera, y el sueño se volvió realidad. n El presunto tirador es detenido en la Plazuela del Zacate, a una cuadra de la escena del crimen, tres minutos después del atentado. © MARGARITO PÉREZ RETANA / CUARTOSCURO.COM
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EXPOSICIONES Dedicada a 10 divas mexicanas del espectáculo de finales del siglo XIX y principios del XX, la exposición Escenas de pudor y liviandad, compuesta por 150 retratos de la colección de Carlos Monsiváis tomados por autores y estudios como Fotoestudio Mak, Compañía Industrial Fotográfica, Juan Ocón, Gilberto Martínez Solares y Alex Phillips, está abierta en el Museo del Estanquillo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, hasta el 15 de septiembre.
Esperanza Iris, hacia1925. Compañía Industrial Fotográfica. Reproducción digital a partir de un original en plata gelatina iluminada. © COLECCIÓN MUSEO DEL ESTANQUILLO
Lupe Vélez, 1926. Compañía Industrial Fotográfica. Reproducción digital a partir de un original en plata gelatina virada al sepia. © COLECCIÓN MUSEO DEL ESTANQUILLO
© DIEGO MORENO. De la serie In my mind there is never silence.
© KARL A GUERRERO. De la serie Berta
El fotógrafo mexicano Diego Moreno fue acreedor al primer lugar en la categoría Nuestra Mirada del POY Latam 2019. Las imágenes de Moreno retratan a monstruos imaginarios enormes, los “panzudos” que se esconden en el barrio de La Merced en San Cristóbal de las Casas en Chiapas, México.
Con una serie de retratos sobre su abuela Berta, quien tiene 79 años y demencia, la fotógrafa mexicana Karla Guerrero fue ganadora del tercer lugar en la categoría La fuerza de las mujeres del POY Latam 2019. Las imágenes de Guerrero capturan el proceso de cómo se borra una memoria. Berta es la vida de una mujer, como esposa, madre y abuela.
cuadrOscuro Pedro Armendáriz en la filmación de Sed de amor. © ANTONIO CABALLERO.
De la muestra Antonio Caballero. Fotografía 1953-1985, integrada por cuatro núcleos temáticos (Obra temprana y fotoperiodismo, Las muchas caras del retrato, Caballero y el mundo de la pantalla grande y los espectáculos, y Del retrato como “Puesta en escena” a la fotonovela), que estará abierta hasta el 8 de septiembre en el Museo de Arte Moderno.
A partir de dos autorretratos de Tina Modotti y una fotografía en la que ella captó a otra mujer con una niña, comienza el recorrido por una exhibición que aborda la mirada femenina de su lente y entrelaza las imágenes trabajadas por la artista italiana con objetos históricos de su época, así como textos escritos para ella o que reproducen su voz, fina y contestataria. La exposición Tina Modotti y la vanguardia fotográfica en México estará abierta en el Museo Regional de Historia de Aguascalientes (Venustiano Carranza 118, Centro Histórico) hasta junio. Foto: Cortesía MUSEO REGIONAL DE HISTORIA DE AGUASCALIENTES .
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Arriba: Colonia La Nopalera. Tláhuac, Ciudad de México. 1980. © PEDRO VALTIERRA / CUARTOSCURO
Derecha: Tarahumaras en la pizca de maíz. Guachochi, Chihuahua. Octubre 25, 1994. © PEDRO VALTIERRA
Con la exposición Estampas en un espacio. 20 fotógrafos en el Mufi, el Museo de la Filatelia de Oaxaca celebra su 20 aniversario. Abierta hasta fines de julio.
/CUARTOSCURO
Sesenta fotografías de Pedro Valtierra conforman la exposición “Pasión por lo cotidiano”, abierta en la Fototeca de Zacatecas, donde queda clara la mirada del caminante perpetuo y el observador en alerta permanente, imágenes lejanas a las de guerras revolucionarias o movimientos armados: son las que se cruzan en su camino y asombran por su detalle, por captar el instante justo, las de figuras y formas o el cuadro construido por los personajes en un entorno que da sentido a la ironía.
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cuadrOscuro Refugiados guatemaltecos en México. Frontera Echeverría, Chiapas, 1982. © PEDRO VALTIERRA . Imagen incluida en la exposición Pedro Valtierra: Testigo, una retrospectiva de su trayectoria en el fotoperiodismo, abierta hasta el 1 de septiembre en el Centro Cultural Tijuana (Cecut).
Abajo: Calcuta, 2010. © YOL ANDA ANDRADE
Como parte de las actividades del Festival Internacional de la Imagen (F INI ) la fotógrafa mexicana Yolanda Andrade recibió el Reconocimiento a la Trayectoria Profesional. Además, la artista presentó su exposición Imágenes de la cultura popular en el Centro Cultural Universitario La Garza, en Pachuca, Hidalgo. La muestra estará abierta hasta finales de junio.
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cuadrOscuro
Segundo lugar en la categoría Proyectos a largo plazo. De la serie La casa que sangra. © YAEL MARTÍNEZ (México) Itzel Martínez juega en la casa de los abuelos en la comunidad de Santiago Temixco. En 2013 desaparecieron tres de sus tíos, los más afectados fueron los niños. Guerrero, México. 15 de noviembre de 2014. Niña llorando en la frontera.
© JOHN MOORE (Estados Unidos de América)/GETTY IMAGES
El estadounidense John Moore ganó el premio a la fotografía del año en el World Press Photo. Su imagen retrata a Yanela Sánchez, una niña hondureña que llora mientras un agente fronterizo registra a su madre en McAllen, Texas. La fotografía fue tomada el 12 de junio de 2018 y fue utilizada para evidenciar el drama de las política migratoria de Cero Tolerancia de Donald Trump, que separaba a los niños de sus padres.
Página opuesta, abajo, izquierda: P r ime r l ug a r en l a c at egor í a H is t or i a del a ño .
La caravana migrante. © PIETER TEN HOOPEN
(Holanda-Suecia) /
AGENCE VU/ CIVILIAN ACT
Primer lugar en la categoría Deportes, individual. Boxeo en Katanga. © JOHN T. PEDERSEN (Noruega) El boxeador Moreen Ajambo entrena en el club de boxeo Rhino en Katanga, un gran asentamiento de tugurios en Kampala, Uganda, el 24 de marzo de 2018.
Gente corre hacia un camión que se detuvo para llevarlos fuera de Tapanatepec, México, el 30 de octubre de 2018. Algunos conductores cobraron a los viajeros, pero la mayoría ofreció servicios gratuitos como una señal de apoyo a los migrantes centroamericanos que cruzaron el país en caravana hacia Estados Unidos.
DOS EN WPP
Dos fotógrafos mexicanos resultaron ganadores en World Press Photo: Pedro Pardo, el tercer lugar en la categoría Spot News con la foto de una familia que intenta cruzar el muro hacia Estados Unidos, y Yael Martínez obtuvo el segundo lugar en la categoría Long term projects por “La casa que sangra”, un trabajo sobre las desapariciones forzadas en Guerrero. “Niña llorando en la frontera”, del fotógrafo estadounidense John Moore, fue considerada la mejor fotografía del año del wpp. Presentamos una selección de las imágenes premiadas.
Escalando la valla.
© PEDRO PARDO, AFP (México)
Migrantes centroamericanos que viajaban en caravana trepan la frontera entre México y Estados Unidos, cerca del cruce fronterizo de El Chaparral, Tijuana, Baja California, México, el 25 de noviembre de 2018. T e r c e r l ug a r en l a c at egor í a N o t ic i a s del momen t o , indi v idu a l , W PP S egundo l ug a r en l a c at egor í a N o t ic i a s , POY L ata m 2 019
Primer lugar en la categoría Medio Ambiente, historia. La crisis del lago Chad. © MARCO GUAL AZZINI (Italia)/ CONTRASTO Mujeres recogen agua del lago Chad, en cuya cuenca se está produciendo una grave crisis humanitaria: más de 2 millones de refugiados, 5 millones de personas en riesgo de inseguridad alimentaria y 500 mil niños que sufren de desnutrición aguda. El lago Chad ha sido víctima del proceso de desertificación que amenaza la existencia de los pueblos que viven en sus orillas. Una vez que fue el cuarto lago más grande de África, desde la década de 1950, su superficie se ha reducido 90%.
Primer lugar en la categoría Retrato, individual. Moda Dakar. © FINBARR O’REILLY (Canadá) Diarra Ndiaye, Ndeye Fatou Mbaye y Mariza Sakho visten atuendos del diseñador Adama Paris, en el barrio de Medina en Dakar, la capital senegalesa, mientras los curiosos residentes observan.
Armonía, © CHRISTY LEE ROGERS (Estados Unidos de América) Fotógrafa del año en la Competencia Abierta 2019 y Primer lugar en la categoría de Movimiento. C or t e sí a de S on y W or ld P ho t ogr a ph y A wa r d s , 2 019
LIBROS REINO SILENCIOSO Desde la ferocidad de los tiburones hasta la danza lúdica de los delfines se ven reflejadas en las Imágenes submarinas en blanco y negro del fotógrafo mexicano Christian Vizl en su libro “Silent Kingdom: A World Beneath the Waves”, en español “Reino silencioso: Un mundo debajo de las olas” (de Earth Aware Editions), recién presentado en México. De venta en Amazon México y próximamente en Librerías Gandhi.
Cinco grados. © FEDERICO BORELL A (Italia) / Fotógrafo del año, 2019 y Primer lugar en la Categoría Documental (Profesionales), por su serie sobre el incremento de los suicidios de campesinos en el estado indio de Tamil Nadu. En la imagen, una de las viudas, 2019. C or t e sí a de S on y W or ld P ho t ogr a ph y A wa r ds
NOTICIAS SONY WORLD PHOTOGRAPHY AWARDS El italiano Federico Borella fue nombrado Fotógrafo del año del concurso Sony World Photography Awards 2019. El mexicano Christian Vizl ganó segundo lugar en la categoría Naturaleza y vida silvestre a nivel internacional en el área de profesionales por su serie Embajadores del Océano, mientras que Víctor Medina Gorosave ganó con su Paisaje de fuego, el premio a la mejor imagen individual tomada por un fotógrafo de nacionalidad mexicana, que vive en México, en la competencia Abierta. Presentamos una muestra de las fotografías ganadoras.
Izquierda: De la serie Embajadores del océano. © CHRISTIAN VIZL (México) El fotógrafo mexicano Christian Vizl obtuvo el segundo lugar en la categoría de Naturaleza y Vida silvestre de los Sony World Photography Awards 2019.
cuadrOscuro Paisaje de fuego, ©VÍCTOR MEDINA GOROSAVE, fue seleccionada como la mejor imagen individual tomada por un fotógrafo de nacionalidad mexicana, que vive en México, inscrita en la competencia Abierta de los Sony World Photography Awards.
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cuadrOscuro © GUILLERMO ARIAS/ AFP
Vista aérea de la caravana de migrantes hondureños que se dirigía a Estados Unidos. Salida de Arriaga, Chiapas, a San Pedro Tapanatepec, en el sur de México. 27 de octubre de 2018. P r ime r l u g a r en l a c at egor í a N o t ic i a s ,
POY L ata m 2 019
Los fotógrafos mexicanos Guillermo Arias, Pedro Pardo resultaron ganadores del primer y segundo lugar, respectivamente, de la categoría Noticias del POY Latam 2019; mientras que Alejandro Cossío fue acreedor del segundo puesto en la categoría Vida Cotidiana. © ALEJANDRO COSSÍO
Familia en el cerco fronterizo. S egundo l ug a r en l a c at egor í a N o t ic i a s , POY L ata m 2 019
© HÉCTOR GUERRERO. El volcán
que sepultó más de 100 vidas T e r c e r l ug a r en l a c at egor í a N o t ic i a – s e r ie ,
POY L ata m 2 019
El fotógrafo mexicano Héctor Guerrero fue acreedor al tercer lugar en la categoría Noticia-serie del POY Latam 2019. Guerrero retrató la tragedia que ocurrió el 3 de junio de 2018 en Guatemala, cuando el Volcán de Fuego hizo erupción y comunidades de Escuintla fueron devastadas. Luego el lodo sepultó todo.
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Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz, durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde fueron discutidos varios asuntos, encabezados por el tema de seguridad tras el asesinato de 13 personas en el municipio de Minatitlán. Veracruz, Ver. Abril 22, 2019 © GALO CAÑAS/CUARTOSCURO.COM 70
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