ESTE COLECTIVO BUSCA FINANCIAMIENTO PARA DOS NUEVOS COMPILADOS, CON 8 BANDAS Y MÁS DE 50 MÚSICOS DE DISTINTOS PUNTOS DEL PAÍS.
BLUES EN MOVIMIENTO Además Salta la banca Flema Valentina Cooke U2 y el spam musical DALE Fanzine #07 - Octubre 2014 Distribución gratuita
BLUES ARGENTO
BAJO EL NOMBRE “BLUES FEDERAL”, EL COLECTIVO BLUES EN MOVIMIENTO GRABÓ DOS NUEVOS DISCOS, CON 8 BANDAS Y MÁS DE 50 MÚSICOS DE DISTINTOS PUNTOS DEL PAÍS, QUE BUSCAN FINANCIAMIENTO PARA SU EDICIÓN FÍSICA.
TEXTO
FRANCO CIANCAGLINI FOTOGRAFÍA
TATIANA DANIELE
Hay equipos de fútbol, equipos de básquet y equipos de blues. En realidad, hay un equipo de blues que se conoce, acá y en el mundo, que toma tantas formas como él puede: la de la música, propiamente, y la de una escuela, una revista, una jam, conciertos, concursos, grabaciones y producciones. La de un movimiento. Equipos como éste surgieron al calor del 2001 y terminaron de curtirse post-Cromañón: un combo político-musical que obligó a pensar nuevas formas de gestión, producción y vida de las bandas y los músicos. Así y ahí nace Blues en Movimiento: “Después del 2001 la escena del blues local se planchó, dejaron de salir discos, dejaron de tocar las
bandas y surgió la necesidad de generar espacios propios para tocar”, cuenta desde las entrañas Mauro Diana, uno de los Mascherano del equipo y ex compañero de jugadores ídolos: Diana supo ser el bajista de los bluseros John Primer, Phil Guy, Lurrie Bell, Billy Branch y otros que él llama –cariñosamente- “los negros”, en sus pasos por Buenos Aires. La sede de estos conciertos era, principalmente, el mítico Blues Special, donde conoció entonces a otros dos jóvenes como él: los Gabrieles, Grätzer y Caviaglia. Blues Special cerraría y se mudaría a Brasil, metáfora de la escena blusera entonces, y este trío empezaría a inventar su futuro.
Y el blues volvió a moverse El Collegium Musicum es un espacio de formación musical ubicado en pleno Palermo, donde fueron a parar estos bluseros desamparados. Convivieron como profesores de blues mientras en el edificio se enseñaban otros géneros, hasta que post 2001 se cortaron solos: “Fue por una cuestión de empezar a administrarnos independientemente”. Coparon entonces las aulas superiores, especie de altillos a tres pisos de escalera que ellos fueron cobrando de vida: “Creamos la primera escuela únicamente de blues, con profesores de guitarra, bajo, armónica, batería, todo”, relata un orgulloso Diana. De cierta fama en la escena, de pronto se encontraron mano a mano con pibes que daban sus primeros pasos y a quienes ayudaban a volar. “La Escuela empezó a generar cada vez más actividades: muestras de alumnos, grabaciones. Y sin quererlo se fue armando un equipo para eso”. Lo pedagógico se fue entremezclando con la camaradería y cierta necesidad: jóvenes y experimentados tenían las mismas ganas de tocar. “Empezamos todas las semanas organizando jams y después surgieron los conciertos de las bandas de los chicos de la escuela”, enumera Diana. El blues volvía a moverse. En 2009 armaron un estudio de grabación en la escuela, y
CREEMOS QUE PARA UN DISCO DE TODO EL PAÍS LO MEJOR ERA QUE ESTÉ FINANCIADO POR LA PROPIA MOVIDA DEL BLUES, PARA COSECHAR TODO LO QUE HEMOS GENERADO ESTOS AÑOS”.
se pudrió todo. “Empezamos a grabar a los alumnos, y se fue armando la idea de hacer discos”. En el 2011 lograron el primer disco como Blues en Movimiento: la idea fue reunir a cuatro bandas que canten blues en español (¿o en argentino?). Participaron así El Ciego Goffman, Marcos Lenn, Los huesos de Gato Negro e Easy Babies - la banda de Easy Baby Diana- cada uno con tres temas. “Era muy difícil que cada banda sacara un disco por sí misma, entonces la idea fue dividir los gastos y hacer todos un disco juntos. ¿Por qué no?”. La pregunta es tan simple que parece imposible de responder para quienes andan mirándose el ombligo. Dos años después del Volumen 1 editaron el segundo disco, todo y solo de guitarras: graba-
La web del colectivo
www.bluesenmovimiento.com.ar
ron los apellidos Ladisa, Porzio, Fabiani, Yudchak y Verteramo. Fue financiado y gestionado del mismo modo que el primero: haciendo una vaquita entre todos los artistas. Mauro: “Y además participaban muchísimos músicos, jóvenes y no tanto, porque la idea era inclusiva”. El blues en todas sus formas Los Blues en Movimiento habían parido una fórmula, sin saberlo: “La única forma que encontramos fue juntarse para hacer cosas en equipo”. Diana analiza una combinación interesante de esta asociación: Una que arrastra de la cultura blues: “No sé si es más blusero ser un esclavo en un campo de algodón o ser un laburante ahora. A veces cambian los explotados. Me parece que hay algo de cierto apriete que hace que uno quiera buscar otra salida”. Y otra made in Valentín Alsina: “Yo soy de allá; el 2000 lo viví acá con la gente juntándose, en cooperativas. Hubo que levantar un poco la cabeza del blues y ver qué estaba pasando alrededor. En Estados Unidos la experiencia autogestiva e independiente no existe. Eso viene por otro lado”. Los alumnos más jóvenes de la Escuela de Blues ya venían con este chip incorporado, y pudieron ponerlo en práctica
gracias a Blues en Movimiento. “Muchos se fueron sumando al equipo para gestionar lugares, para tocar y hacer movidas. Hoy los ves hablar a los chicos y tienen un nivel de gestión re groso”, dice Diana, emocionado. El equipo siguió creciendo en gente –hoy son aproximadamente 12- y en movidas: en 2012 se les ocurrió hacer una revista de blues, como si fuera poco, y nació Blues en su Tinta. Dicen en su primera editorial: “Blues en su Tinta es una publicación de Blues en Movimiento y la Escuela de blues, cuyo objetivo es difundir la cultura Blues en todas sus formas”. Luego llegaron los concursos de bandas de blues, cuyo ganador toca en el Buenos Aires Blues Festival, y el programa Blues en los Barrios, donde estos bluseros llevaban su música a distintos puntos de Capital, exactamente hasta
este 2014: “Lo hicimos durante todos estos años hasta que el Gobierno de la Ciudad nos dejó de llamar”. ¿Recorte de presupuesto? No: “Lo llevábamos de forma gratuita, no era una cuestión económica, lo hacíamos todo ad honorem”. La fórmula autogestiva: “Seguramente lo sigamos haciendo por nuestra cuenta”. La Selección Nacional del Blues La frutilla de todo este postre tiene que ver con otra movida urgente: los Blues en Movimiento están queriendo sacar su tercer y cuarto disco –sí, los dos juntos– que ya están grabados y mezclados y para los
cuales convocaron a bandas y artistas de todo el país. Hecho todo ya, sólo necesitan financiar la fabricación de los discos, y para eso apelan a otra de las fórmulas independientes de estos tiempos: el crowdfounding. “Creemos que para un disco de todo el país lo mejor era que esté financiado por la propia movida del blues, para cosechar todo lo que hemos generado estos años”, dice Diana. El proyecto puede apoyarse en la plataforma de Panal de Ideas y tiene jugosas recompensas. El Volumen 3 reúne a cuatro armónicas argentinas y el 4 vuelve a la carga con la idea de
parecida a Blues en Movimiento; también la banda Rielar de Escobar genera una movida llamada Blues permanente en la que gestionan lugares donde tocar; y el disco viaja hasta el Neuquén de Damián Duflós, armoniquista reconocido allá, acá y afuera: “No solo fuimos buscando artistas, porque artistas hay un montón. Era buscar gente que gestione cultura, que le ponga pila a moverse. Y lo logramos: los ocho que están en los discos son gestores en el lugar donde están”.
impulsar bandas de blues en español. Diana: “Me parece una consecuencia lógica con lo que venimos haciendo con Blues en Movimiento: ir llegando cada vez más lejos. El concepto es que no sólo hay bandas en Buenos Aires, sino abrir la red”. Participan artistas de Neuquén, Córdoba, Rosario, La Plata y Escobar. Todos viajaron a los estudios de Blues en Movimiento para grabar y conocerse: un esfuerzo de producción inédito para la escena independiente. Diana: “La idea fue que esa red se una, y que se escuchen unos a otros”. Por ejemplo participan los platenses de Maldito Blues Club, que tienen una movida muy
Los discos se aglutinan bajo un concepto rotundo: Blues Federal. Y, por eso, no son solo discos: “Es un movimiento. Y no solo es un movimiento de acá: es nacional”. Reúnen lo mejor de los equipos de blues de cada provincia: es la selección nacional de Blues. El nuevo viejo blues ¿Qué proponen estos discos en el blues hoy? Antes que nada, la federalización y nacionalización de un movimiento que tiene raíces foráneas pero ya larga data en el país, con músicos experimentados y otros jóvenes que producen un blues argento. También, la emergencia y reconocimiento de artistas mujeres como Ximena Monzón, cantante y armoniquista, o Ana Fabiani en el teclado de los Gin Tonics, y hasta Emiliana Duflós, que tiene 9 años. “Damián (Duflós, el armoniquista neuquino)
subió un video a Facebook en el que cantaba la nena y era tremendo. Dije, ¿por qué no la grabamos en el disco?”, asegura Diana, y para hacer justicia pone a sonar el tema que finalmente hicieron por los parlantes del estudio: chequeado y confirmado que la niña Emiliana tiene presente y futuro blusero. Su primer paso estará en el Volumen 3 de Blues Federal. Por otro lado, participan por ejemplo los jóvenes de Gin Tonics, en su mayoría alumnos de la Escuela de Blues, con canciones en castellano y cantadas por una fuerte voz de mujer. Analiza Mauro Diana sobre esta nueva generación: “Lo que veo es que la Escuela formó mucha gente que trajo un nuevo concepto de lo que es el blues de acá hace 20 ó 30 años, donde escuchábamos lo que podíamos: yo iba al Parque Rivadavia y me compraba el casette. Hoy la información circula de otra forma: ponés Youtube y te escuchás a los negros de punta a punta”. El combo: “Los chicos tienen mucha información y mucha formación”. Lo que suena, entonces, trae aires nuevos pero también mira de reojo a las raíces: “se está más cercano del blues de verdad. Hay mucha gente en los discos que tiene un nivel internacional”.
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U2 Y UN ERROR CONCEPTUAL LA BANDA IRLANDESA PIDIÓ PERDÓN POR LA DECISIÓN DE ENTREGAR SU NUEVO DISCO INDISCRIMINADAMENTE, PERO EL ERROR FUE MUCHO MAYOR AL NO COMPRENDER EL CONTEXTO.
Bono comentó que trabajaron con Apple en el lanzamiento de “Songs of innocence” para todos los usuarios Mac en un esfuerzo para buscar alternativas, ya que el acceso gratuito a la música —ya sea por piratería o por websites “legítimos” como YouTube— dificulta cada vez más el negocio. La esperanza de la banda con este lanzamiento digital era presentar un producto “irresistible y excitante para los fans que los llevará a comprar música, tanto los tracks como los discos completos”, declaraba Bono
Bono. Foto de archivo: Moritz Hager
a la revista Time. “El objetivo no es que U2 venda más, sino principalmente ayudar a los artistas menos conocidos en la industria, que no logran ganar dinero como nosotros con los shows”.
aspecto más atractivo en el arte de un disco, donde se podrán ver las letras, ver fotos, videos… y todo mientras vas viajando en un subte con tu iPad”.
Bono parecía ponerse una vez más en ese papel de pacificador y líder de los más necesitados, ahora musicalmente hablando. “Va a ser muy interesante para el negocio” —anunciaba en Time— “un formato interactivo audiovisual para la música, que no puede piratearse y recuperará el
Y el problema no es el spam de entregar el disco a millones de personas aunque no lo hayan pedido (por lo que salieron a pedir disculpas). En todo caso, esta estrategia errónea de marketing no fue el mayor yerro.
Nada sería más erróneo.
Se trata de un error conceptual: si estás usando una pantalla, la música compite con prácticamente todas las demás acciones que esa pantalla puede hacer. Con suerte el usuario escuchará algo de música y lo máximo a lo que se podría aspirar es a que esas canciones suenen de fondo a otra aplicación, siempre y cuando ésta no necesite también del sonido. Está claro que la industria busca formatos multimedia interactivos para competir con esas tendencias, pero no parece que tengan demasiadas posibilidades de éxito. Las ventas siguen cayendo rápidamente a medida que los usuarios se pasan a servicios de streaming.
Los discos parecen tan interesantes como las revistas. Las canciones sueltas y las notas mataron a sus respectivos “contenedores”. Es algo concreto de los dos lados del mostrador: la gente no escucha álbumes completos y las bandas los producen cada vez menos. Geberar estos supuestos “nuevos formatos interactivos” cuestan una fortuna: son necesarios fotógrafos, diseñadores, programadores, animadores… para recién ahí empezar a vender. El punto que esgrime Bono —ayudar a las bandas chicas— es absolutamente ridículo: los artistas independientes no podrían enfrentar masivamente esos presupuestos. A todo esto hay que sumarle que Apple ya no tiene el poder que tenía antes, de asegurar el éxito con estos formatos propietarios. Hoy en día el mercado es muy diverso, con otros productos similares. El usuario final no termina de valorar demasiado los extras. La gente es atraída por la música en sí misma y por la facilidad de escucharla de la manera que quiera. Y punto.
Cuando todos volvimos a comprar en CDs los álbumes que teníamos en cassettes o vinilos lo hicimos porque el sonido era mejor y porque la forma de escuchar era más cómoda y portable. Es decir, el soporte era superador de los predecesores. Difícilmente los usuarios se vuelquen de por sí hacia nuevos formatos de audio, aunque ofrezcan mejor calidad de sonido que el mp3, porque es una diferencia casi imperceptible en la enorme mayoría de los auriculares. Si se los obligara a elegir entre calidad de sonido y practicidad, la gente va a preferir siempre ésta última opción. Por último, llegamos a la afirmación “música que no pueda ser pirateada”. ¿En qué década estamos? Hace rato que debiéramos haber abandonado esta discusión. La mal llamada piratería no es el problema real de la industria, y nunca lo fue. En el año 2007 Steve Jobs escribió el artículo “Thoughts on Music” para meterle presión a las grandes discográficas y lograr que lo autorizaran a vender música sin DRM. Cierto es que Jobs también estaba tratando de consolidar su tien-
da iTunes y ésta era una buena estrategia comercial, pero tenía el sentido común de su lado: “sin DRM podemos imaginar un mundo en el cual se podría escuchar cualquier canción en cualquier reproductor, comprada en cualquier tienda. Ésta es claramente la mejor alternativa para los consumidores. ¿Y por qué las grandes compañías debieran liberar esta restricción? Por una razón muy simple: el DRM no ha servido para detener la piratería”. Su estrategia terminó imponiéndose: los tracks comenzaron a venderse sin DRM y no fue el fin del mundo. No se potenció la piratería y todo siguió más o menos como era entonces, sólo que más cómodo para el cliente. Ahora, que todos nos acostumbramos a la música sin DRM, sería un grosero error volver el tiempo atrás y vender estos formatos que únicamente funcionan en un dispositivo determinado. Ya es lo suficientemente difícil conseguir que la gente compre música… ¿vamos a complicársela con estas cuestiones técnicas?
Dale Fanzine #07 - octubre 2014
Dale es una publicación de Tribu Tierra S.A. ISSN 1853-5941
Esta revista llega a vos gracias al trabajo de Catriel Remedi, Cristian Dentone, Franco Ciancaglini, Nancy Hougham, Tatiana Daniele y Diego Gassi. Editor responsable: Diego Gassi
Contacto comercial info@mediabrokers.com (011) 4861-1721
SALTA LA BANCA
“ HICIMOS UN DISCO CON PALABRAS QUE NADIE DICE” ANTES DE DEBUTAR EN EL LUNA PARK, LA BANDA REPASA EL CRECIMIENTO DE SUS DISCOS Y EL POR QUÉ DE ESE FENÓMENO TAN MASIVO QUE HAN LOGRADO DESDE LA AUTOGESTIÓN. TEXTO
En siete años pasaron de Makena al Luna Park con campos agotados. ¿Qué aportó Salta la Banca para generar ese crecimiento continuo?
NANCY HOUGHAM FOTOGRAFÍA
GENTILEZA DE LA BANDA
Santi: La realidad es que sin el apoyo de la gente no hubiese pasado todo esto, y no es un cliché. Nosotros somos independientes y la banda trascendió porque el público lo fue compartiendo. En otro orden de cosas uno termina pareciendo un megalómano, porque tiene que andar diciendo cómo es posible en siete años hacer un Luna Park.
Sobre todo siendo una banda autogestionada, porque si hubiésemos sacado un primer disco a través de una discográfica se entendería el exitazo rotundo. Respecto a la pregunta sobre nuestro aporte al rock, todavía seguimos siendo parte de la recurrente discusión: si realmente hacemos rock o no. Yo creo que hoy sí, y que los últimos dos discos de Salta La Banca nos posicionan en ese circuito. Pero más allá de eso, pienso que aparecimos en un marco político muy importante diciendo cosas que quizás no se escuchaban con mucha
intensidad y nosotros vinimos a romper ese estado. Beto: A mí me parece importante también el hecho de generar un producto genuino. La gente que va a nuestros shows no espera más que lo que pinta hacer arriba del escenario. Pasamos por todos los estados, incluso podemos tocar un tema bien al palo y después una cumbia. No hay nada ficticio y creo que es algo que se necesita en lo artístico. Mismo en la comedia, las cosas más divertidas son las espontáneas y es clave que haya esa frescura. “Nos decían que éramos los Arjona del rock y que hacíamos letras para minitas”, afirmaban en una entrevista del 2012. Ese argumento en la actualidad vendría a romperse con “Visceral”. Santi: Tenía mucha lógica que nos quisieran pegar por ese lado y es peyorativo. No quiero poner a Arjona en un lugar de mierda, porque no es el tema de discusión, pero en realidad si querían decir que hacíamos rock de historias y que podía ser algo tibio, lo aceptamos. Pero los abordajes que planteábamos no eran tan maricones: yo tenía mi banda en ese momento y Salta La Banca se formó de las limitaciones que vivimos en los otros proyectos. Beto: Vos podés sacar “Copla” o hacer el próximo disco sobre
la masacre a los aborígenes y la gente que nos bardea lo va a seguir haciendo. Eso no va a cambiar y no nos importa (risas). Como dicen los jugadores: “uno responde en la cancha” y nosotros hicimos un disco con palabras que nadie dice. ¿En qué etapa los encontró “Visceral”? Santi: Una etapa buenísima. “Copla” salió en diciembre y en junio ya entramos a grabar este último disco. O sea que estábamos super metidos y esa energía permitió que todo fluyera de una manera super expeditiva. La parte rockera de “Visceral”, para mí, está alucinante y la otra salió como pudimos. No somos justamente una banda de música latinoamericana, lo que sabemos hacer es rocarol. Por eso el peyorativismo del que hablábamos antes nos hincha un poco los huevos. Yo creo que el que realmente piensa que no hacemos rocanrol, o que no podemos hacerlo, se encuentra entre dos situaciones: o no escuchó “Heidi” o probablemente esté sumido en una subjetividad de la que no puede salir. Beto: En mi caso, me encontró terminando de definir un montón de cuestiones de audio y me ayudó mucho a poder consolidarlo. Fue un momento muy intenso y un año movido porque grabamos un disco con
el Malvinas ya en la cabeza. Uno trata de aprovechar todo eso para volcarlo en lo artístico y me parece que se nota bastante. Teniendo en cuenta los tiempos y el proceso que implica grabar un disco, ¿escuchan sus temas en los tiempos libres? Santi: Yo no puedo escucharlos porque me vuelvo loco. Beto: Yo dejo de escuchar discos cuando empiezo a tener los audios de los vivos. De esa manera puedo ver cómo la canción toma su lugar y se desarrolla ante el público. En el estudio uno quizás tiene más libertades y en el vivo es donde tratás de volcarlo de otra forma. A nosotros nos gusta jugar en ese momento y me seduce más que escuchar el disco. Hay bandas que sueñan toda su vida con tocar en El Luna Park y ustedes ya llegaron a eso. ¿Cuál sería el próximo desafío? Beto: A mi personalmente me encantaría tocar en una cancha de fútbol, la que sea. Hace mucho que no pasa eso en el rock nacional, más que nada refiriéndome a bandas nuevas, y creo que sería un desafío muy grande que a la larga vamos a terminar haciendo.
FLEMA
MÁS VIGENTE QUE NUNCA FERNANDO ROSSI SE PUSO A CUESTAS UNA CRUZ: LA DE LLEVAR ADELANTE UNA BANDA QUE ES RECONOCIDA EN TODAS PARTES DEL MUNDO. CÓMO ES EL NUEVO DISCO, LOS PRO Y LOS CONTRAS QUE ATRAVESÓ EL GRUPO LUEGO DE LA MUERTE DE RICKY. TEXTO
CRISTIAN DENTONE FOTOGRAFÍA
GENTILEZA DE LA BANDA
¿Cómo es “No nos rendimos”, el nuevo disco? Queremos que sea el “Back In Black” de Flema. En otras palabras, van a poder encontrar a la banda de siempre, pero renovada. Nos sumergimos en nuevos estilos que quizás no habíamos probado antes y fue un progreso. Convengamos que hay nuevos compositores, nuevos músicos en esta etapa. En cuanto a la grabación, si
bien nosotros teníamos un plan de grabarlo en un estudio, surgió la invitación de Mario Pergolini de grabarlo ahí, con Maikel de productor. Por suerte, nos dieron nuestro tiempos para grabarlo, nada a las apuradas. Hubo varios retrasos, pero pudimos salir adelante. Tienen invitados más que especiales. En el disco hay varios invitados de la talla de Luciano Napolitano, Pepe Carballo (antiguo baterista de Flema que grabó
desde Madrid), también Fernando Cordera, que nosotros lo sentimos uno más de la banda (fue el primer cantante de la banda antes de Ricky y grabó las canciones de “Invasión 88”). Maikel toca en algunos temas, Bruno de La Cardone, Neke de The Hígado, Gustavo de Mala Vida, Dokho de Lujuria… no buscamos grandes figuras, se fueron dando solas. Lo de Luciano fue muy loco: estábamos en un estudio y justo coincidimos, como en otras oportunidades con otros músicos. Lo agarramos y le dijimos: “vení grabá, no podés faltar en esta oportunidad”. ¿Por qué “No nos rendimos”? Surge de un tema de la banda que descubrí con la vuelta de Juan (Fandiño, fundador de Flema.). Yo a él no lo había tratado mucho. Si bien yo toco hace muchos años, en la curiosidad conversando de cuál era el primer tema de la banda, resultó siendo éste, que termina siendo el nombre del disco. Sumado a eso, el mensaje era mucho más profundo ante la mirada de todos: “No nos rendimos” es claro, la banda se encuentra lejos de disolverse, de caerse. ¿Qué predomina en este nuevo trabajo? El trabajo es lo que resalto de todo esto. Se tardó mucho tiempo, invertimos muchas horas, porque es lo que a uno
le gusta, pero es un proceso de dos años desde que se compusieron los temas. Se ensayaron, se demearon y todo lo común en la producción y creación de un disco. ¿Encontrás alguna diferencia entre lo que eran y lo que son ahora? Sí, siempre hay diferencia porque cambian los compositores y principalmente, el paso del tiempo, la edad. Intentamos mantener la filosofía del grupo a la hora de componer, escribimos en función de la banda. A mí me gusta mucho el rock, pero no puedo hacer una letra en base a ese estilo porque es romper con la columna vertebral de lo que es el nombre y la esencia. ¿Renegás de ser quien se encargó de llevar adelante la banda? Hace doce años que falleció Ricky y once y medio que me vienen puteando. Desde antes de que agarre el bajo con Topos (una banda líderada por Rossi luego del fallecimiento de Ricky Espinosa), así que me preparó mucho en que no podés guiarte por los comentarios. Más allá de que no está bueno, en definitiva es una opinión negativa sobre lo que uno está haciendo.Tampoco podés hacer lo que la gente que te tira mierda te pide que hagas: rendirte o no tocar más. De alguna manera, uno se agarra
de la gente que te apoya. Fue difícil en su momento; hoy es para mí un tema superado. En el tema particular de frontman siempre quise que la banda no fuera con un líder en la escena. Desde que falleció Ricky pensé que la responsabilidad tenía que repartirse un poco más, porque no hay un Ricky, yo no soy como él arriba del escenario, que se movía, que interactuaba con la gente. Yo estoy con instrumento... parado no puedo hacer lo que hacía él. Me sacaría de mi personalidad. Entonces, el grupo se enfocó de una manera, que el protagonismo se divida un poco más. ¿Cómo ves la escena punk hoy en día? Yo no creo que hubo un recambio. Las bandas que estamos ya salimos hace muchos años: desde hace veinticinco años seguimos siendo los mismos grupos sobre los que las generaciones posteriores eligieron para seguir. Creo que bandas como Mal Momento, Sin Ley, Katarro Vandáliko, Cadena Perpetua, Attaque 77 y Flema fuimos las que marcamos un camino en este género y a partir de ahí lo demás es todo muy similar. Creo que no hubo nada nuevo que haya trascendido. Pueden haber bandas que hagan algo distinto y bueno, pero no con la suficiente personalidad como para marcar un rumbo distinto en todo ésto.
VALENTINA
COOKE DESAFÍA LAS BASES DEL HIPHOP EN SU BÚSQUEDA POR PLASMAR LA FIDELIDAD DEL NUEVO DISCO. TEXTO
NANCY HOUGHAM FOTO
GENTILEZA DEL ARTISTA
¿Cuál es el concepto del disco “Amor y miedo”? Valentina: El género que domina el disco es el Hip Hop, pero la realidad es que tiene muchas influencias musicales. Hay desde un dubstep hasta un tema más rockero o un soul; y al igual que el primero tiene sus raíces en la música negra. Una de sus diferencias más importantes entre ambos es que “Amor y miedo” aborda el lado más urbano y agresivo. A nivel lírica va variando el mensaje, pero en líneas generales busca transmitir la disconformidad del sistema y situaciones propias del ser humano. El Hip Hop es quizás uno de los géneros menos desarrollado en nuestro país. ¿Por qué lo elegiste? Valentina: En mi casa siempre se escuchó música de afuera, porque mi viejo es inglés, y yo particularmente lo elegí porque siento que es algo
que me representa. Lo mamé desde la adolescencia y continúo escuchándolo de grande. No busco hacer un género que funcione, sino que sea sincero para mí. Después iré abriendo caminos por donde haya y la gente decidirá si funciona o no. ¿Cuánto tiempo les llevó la grabación? Valentina: Lo hicimos en dos etapas. La primera, a fines del 2012 cuando arranqué a grabar algunas voces y a terminar las maquetas de las bases. Me metí de lleno a grabarlo el invierno del año pasado y salió a la calle en julio. O sea que fueron diez días de trabajo intenso, de los cuales tres estuvimos en el estudio de los hijos de Miguel Cantilo para hacer las voces. Lo terminamos de mezclar en Apache Rec, que es el estudio de Gaspar y Pecho, así que el proceso total habrá durado un mes, porque ya lo venía laburando hacía tiempo. ¿Cuál fue la primera impresión cuando lo escuchaste terminado?
Valentina: Una satisfacción enorme. Sentí que tenía un disco que me representaba y podía escuchar precisamente lo que buscaba expresar. Anunciaron la presentación oficial pero el disco ya lleva un tiempo en las calles. Valentina: Sí, la realidad es que yo no había hecho una presentación oficial en Capital, porque al ser un disco más electrónico me resultaba difícil plasmarlo tal cual era con la banda en vivo. De todas maneras, cuando salió hice una pequeña gira por el sur, donde recorrí con un power trío la zona de Bariloche, Esquel y El Bolsón, e hicimos una versión del disco muy rockera. Este año creamos un nuevo formato de presentación en vivo Sound System, que no lo habíamos hecho hasta ahora porque me resultaba un poco frío sin músicos en escena. Lucas Honighman, baterista de Las Manos de Filippi, me ofreció tocar las bases; y Fátima Requena también me acompañó para poder hacer la presentación de este formato.