Dossier 49

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El haiku japonés en traducción Arroz viejo para el año nuevo Martín Felipe Castagnet

El haiku es fácil de reconocer y todavía más fácil de imitar, pero no necesariamente aquello que reconocemos o imitamos tiene que ver con el original japonés. A modo de resumen: el haiku es un poema de 17 sílabas japonesas (on), divididas en tres versos de 5-7-5, con una palabra que indica la estación (kigo) y habitualmente con un corte que lo separa en dos partes (kireji). No utiliza rimas ni metáforas, sí comparaciones y repeticiones de sonidos. Deudor del budismo zen que le embebió Bashō en el siglo XVII, una vez que el haiku se independizó del renga, esta forma poética refleja lo efímero e impermanente del mundo natural, se despoja de lo artificioso y persigue el aware: la emoción profunda que lo exterior provoca en nosotros. ¿Cuántas de estas características persisten en la traducción del haiku? Las diferencias del japonés en relación al español pueden resultar abrumadoras: sin artículos ni distinción entre género y número; la flexión verbal no incluye persona; carencia de signos de puntuación, al menos en el japonés moderno temprano utilizado en haiku; diferentes niveles jerárquicos; uso extensivo de las onomatopeyas para describir tanto sonidos como sentimientos y acciones; abundancia de homonimia y convivencia de varios sistemas de escritura, incluyendo ideogramas. La diferencia que presupone el japonés en

oposición a otros idiomas románicos nos lleva a aceptar por adelantado esa pérdida, cuando podríamos cuestionarnos más las posibilidades que nos ofrece la traducción desde la lengua japonesa. Si hay traducciones que en otras tradiciones intentan conservar la rima por sobre el sentido, ¿por qué no considerar otras opciones de traducción que conserven lo que habitualmente se perdería? Lo que me propongo aquí es ofrecer diversas posibilidades en torno a los elementos que considero centrales para el haiku japonés: cantidad de sílabas, disposición gráfica, kireji y kigo. Cantidad de sílabas

Pese a que se repite que el haiku consta de diecisiete sílabas, nada podría ser más engañoso, al punto de constreñir por completo la práctica de esta forma poética en español. Traducir un haiku a diecisiete sílabas castellanas es una arbitriariedad basada en una mala traducción. Las sílabas japonesas no se corresponden con nuestras sílabas sino con una unidad silábica menor, las moras. Veamos algunos ejemplos. Sensei tendría dos sílabas (sen-sei) pero cuatro moras (se-n-se-i), ya que las vocales y la silábica nasal /n/ cuentan como un sonido separado. Japón se dice Nihon o Nippon, que en español tendrían en ambos casos dos sílabas, pero que en japonés constan de tres (ni-ho-n)


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