INFORME - FUNKADELIC
50 AÑOS DE MAGGOT BRAIN, UN PLANO ASTRAL DISTINTO Medio siglo después, el tercer disco de Funkadelic sigue siendo caótico. Icónico en cada una de sus piezas, desterraría para siempre el pensamiento de su propio frontman, George Clinton: “Demasiado negros para el rock, demasiado blancos para el funk & soul”. Los ‘70 fueron una década marcada por el despertar social colectivo. El arte, artificie y partícipe del germen revolucionario en la población más joven, inmortalizaría los estragos de la desigualdad económica y el levantamiento de la población negra contra la discriminación racial. George Edward Clinton tenía 30 años, vestía de forma estrafalaria y solía lucir pelucas. Había obtenido cierto reconocimiento en su preadolescencia al liderar y representar The Parliaments, quinteto de doo-woop que con el tiempo se volcó hacia el funk y soul con letras lo bastante extrañas como para llamar la atención de lxs curiosxs. En 1964, con una gira por delante y ante la ausencia de una banda soporte, Clinton creó Funkadelic: un cóctel que reunía a Frankie Boyce, Richard Boyce y Langston Booth, además de otras cinco voces de The Parliaments. Cliché, se podría decir que la creación superó al creador. Para 1968 y por problemas con la compañía Revilot por los derechos del nombre, The Parliaments se presentaría ante el mundo, de ahí en más, como Funkadelic. El resto, como dicen, es historia.
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EL TERCERO, EL VENCIDO En 1970, Funkadelic lanzó sus dos primeros álbumes: el homónimo, compuesto por 14 tracks, y Free Your Mind... And Your Ass Will Follow, integrado por otros seis. Instaladxs en el terreno funk y soul, coqueteando con el rock psicodélico y con letras cargadas de compromiso social, nacería el fenómeno “P-Funk” (con interpretaciones que van desde “Parliament/Funkadelic” hasta “Pure Funk”), para sintetizar todo arte ligado a George Clinton, específicamente en representación a Parliament/Funkadelic.