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Asocolcanna, a la cabeza de la agroindustria del cannabis medicinal

El presidente de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna), Rodrigo Arcila Gómez, es economista Industrial con estudios de postgrado en Administración, Mercadeo y Gerencia Financiera, Master en Desarrollo Económico y candidato a PHD de la Facultad de Economía de la Universidad de Belgrado. Ha desempeñado cargos de dirección en la empresa privada y pública. Por más de 13 años fue Consultor Asociado de Econometría S.A. donde dirigió importantes estudios, entre ellos, “La Política de Precios de Medicamentos en Colombia”. De igual manera participó y dirigió proyectos relacionados con los sectores social, agrícola, industrial, minero y de servicios. Ha sido asesor del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en el desarrollo de cadenas, director Ejecutivo de la Cámara Farmacéutica de la ANDI, miembro de la Junta Directiva del Instituto Latinoamericano de Automedicación Responsable- ILAR y miembro de la Junta Directiva de la World Self Medication Industry- WSMI.

Presidente de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna), Rodrigo Arcila Gómez.

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Para Arcila Gómez, con el cannabis medicinal se está haciendo historia tanto en la Asociación como en las industrias, el Ministerio de Salud, el INVIMA y los entes públicos y privados que tienen que ver con el desarrollo de esta cadena productiva. Por eso considera que debe existir un respaldo total a una industria que genera empleo, inversión y diversificación de la canasta de exportaciones.

Historia de la asociación

La Asociación Colombiana de Industrias del Cannabis fue fundada en julio de 2017, aunque inició actividades el 8 de enero de 2018, con una reglamentación y unos estatutos definidos. Hoy en día hacen parte de la organización 35 afiliados. “El trabajo no solo consta de sembrar semillas y recoger dólares, aquí el tema es de mucho trabajo, mucho cuidado, mucha inversión, de saber que esta industria en los temas de la ley 1787, tiene un capítulo muy grande que desarrollar con base en ser un referente mundial. Después de esta ley, vino la reglamentación

El mundo está reconociendo la importancia de la planta en beneficio de la humanidad.

mediante el decreto 613 de 2017 en donde se fijan todos los preceptos para el desarrollo de la industria en cada uno de sus eslabones desde la semilla, el cultivo, la poscosecha y la transformación, distribución y llegada a los pacientes”, asegura el directivo, quien reconoce que a la asociación le interesa el desarrollo agroindustrial.

Si bien la planta es ancestral y se le ha dado el manejo que ha querido darle el hombre, esta generación de industriales nuevos quiere darle usos totalmente loables partiendo precisamente de esa ventana que dio la ley y de los antecedentes que se dieron en Colombia para crear toda una institucionalidad como país, de acuerdo con los estamentos de la convención única de estupefacientes de Naciones Unidades, que definieron los parámetros para los países que quiera incursionar dentro del desarrollo medicinal y científico de la planta del Cannabis. “Allí hay toda una institucionalidad, la ley 1787 entró a abrir la puerta y de ahí en adelante se ha venido haciendo un trabajo sistemático”, agrega.

Ajustes a la legislación

Para el presidente de Asocolcanna, Colombia tiene una legislación sumamente competitiva, pero aun así, es necesario que se hagan ajustes en la medida en que la industria ha empezado a tener experiencia y reconocimiento en el ámbito internacional. Es ahí donde se trabaja con el Gobierno para hacer las modificaciones al decreto y a las principales regulaciones que hace alrededor del mismo con el fin de lograr que la legislación se adapte a los momentos reales de la industria y sobre todo a los momentos actuales del comercio nacional e internacional. “Es un llamado que hacemos porque estamos ante la primera industria que en el campo medicinal va a tener productos o materia prima, o ingredientes activos fabricados al interior del país. La industria farmacéutica siempre ha importado esa materia prima, en cambio aquí se presenta la posibilidad de que sea en Colombia, un desarrollador de principios activos para la industria medicinal del cannabis”, afirma Rodrigo Arcila.

Apoyo del Gobierno

El mundo está reconociendo la importancia de la planta en beneficio de la humanidad, de los pacientes y de muchas patologías que ven con gran expectativa el desarrollo de una industria como esta. La cadena productiva inicia desde el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) para el tratamiento de semillas; el Ministerio de Salud con la reglamentación y luego el Ministerio de Justicia y del Derecho, que tiene una labor muy importante en la trazabilidad y el control del uso de esta planta, sobre todo en lo que tiene que ver con el manejo de elementos psicoactivos.

El proceso continúa en el INVIMA con una labor importantísima en la inspección, vigilancia y control. El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el Fondo Nacional de Estupefacientes, ejercen un papel importante para el control y las aprobaciones que se tienen que dar en esa materia, así como el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.

“Se necesita un cambio de chip de los funcionarios, no solo un documento sobre el escritorio, sino la agilidad y prontitud en el trámite sustentados con todo un proceso de licencias de las compañías con términos de cubrimiento”.

Agilización de procesos

Arcila Gómez considera que no hay nada más eficiente que los trámites en línea. Tener el control y vigilancia de las cadenas productivas, desde la aprobación de la semilla hasta la entrega del producto final. Pero también darle la importancia que tienen las ventanillas únicas para la exportación. “Más que crear nuevas entidades, se deben fortalecer las plataformas web y la tecnología. Por ejemplo, con la modificación del Decreto 613 se busca una reducción en los pasos para adquirir un cupo de cultivo y producción de los derivados, de acuerdo con la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes que emite los permisos de sustancias psicoactivas en el mundo”.

Se espera que en la nueva legislación se reduzcan los trámites, ya que la experiencia que se tiene sobre el terreno, requiere esas modificaciones con el fin de quitar retrasos, para así, tener un proceso ágil y un mercado más competitivo. Frente a la propuesta del Legislativo de crear la Comisión Reguladora de Cannabis Medicinal, se debe dialogar con la asociación y llegar a un acuerdo para presentar una iniciativa basada en la realidad de los productores y el mercado.

La cadena productiva

Es una cadena agroindustrial que inicia desde la semilla y termina en los mercados nacionales e internacionales, que pasa por procesos de transformación y distribución, así como la intervención médica para la prescripción, donde Asocolcanna ha creado los ambientes propicios para que los inversionistas interesados en el cannabis (nacional – extranjero) tengan la asesoría en materia de cultivos, transformación y distribución, de acuerdo a la legislación y regulación. Para ello se crea una red de aliados estratégicos con el fin de consolidar en Colombia todos los servicios, instalación de maquinaria, asesoría y el régimen reglamentario para invertir en el sector.

Con sus afiliados (inversionistas), la asociación permite agilizar los trámites y la información en aprobación de semillas, en genética, producción de flor seca o derivados, y la producción de materia prima como aceites, extractos y resinas, o la transformación en medicamentos para el paciente. Actualmente, se realizan las jornadas de capacitación de Asocolcanna con sus aliados, por ejemplo, en la utilización de zonas francas, del Plan Vallejo Exprés, lo relacionado con impuestos, buenas prácticas de agricultura y manejo corporativo, entre otros. Se debe resaltar a los pequeños cultivadores que quieren hacer parte de la cadena productiva para garantizar tres cosas: solvencia moral, solvencia técnica y sostenibilidad. Es importante que cada empresa mantenga los valores morales para orientar los cultivos con las exigencias del mercado y se mantenga un control de calidad de las tierras y los elementos utilizados en el proceso como pesticidas. “El compromiso de los pequeños cultivadores y la institucionalidad permitirá que Colombia se convierta en potencia para crear una masa crítica frente al cannabis medicinal y posicionar a la industria del continente suramericano”, concluye.

El decreto 613 de 2017 fija todos los preceptos para el desarrollo de la industria en cada uno de sus eslabones de la cadena productiva.

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