Crisis de Pareja por Karina Zarfino
En estos tiempos, muchas personas están sintiendo la necesidad de emprender la vuelta al centro para iniciar un proceso de genuina ReConexión. La vuelta al centro implica un movimiento energético de la conciencia que, por lo general, suele estar desplazada hacia terrenos periféricos. La necesidad de recobrar el propio centro, más que una bella metáfora, supone un viaje físico y energético preciso. Solemos estar permanentemente instalados en la mente periférica, cuyo movimiento se expresa hacia fuera, dado que es bastante habitual que la conciencia se
pierda en el mundo exterior y la mente divague por terrenos ilusorios. Esto produce gran pérdida de energía, pues es evidente que desde espacios periféricos resulta difícil atender los movimientos sutiles de la conciencia, lo que irá en detrimento de la capacidad para alcanzar el nivel de empoderamiento necesario a la hora de tomar decisiones. Con una inhalación podemos llevar la conciencia al centro del pecho y luego dirigirla hacia el centro profundo del cerebro, activando una alineación de la corriente energética que circula por la columna. Si bien hablamos de zonas físicas, en realidad, corresponden a planos muy profundos y sutiles que transcienden infinitamente el universo de aquello que se percibe con los sentidos físicos. Desde dimensiones elevadas es posible activar una mirada mayor que nos permitirá observar de forma desapegada los procesos que se desarrollan en el día a día, momento a momento. Se trata de un cambio sustancial, dado que la etapa que se denomina Historia de la humanidad corresponde al gran período de desconexión humana; desconexión que en estos tiempos muchos intentamos trascender a través de acciones conscientes en todos los ámbitos de la vida, y cuya repercusión aportará múltiples beneficios no solo a nivel individual, sino planetario. Como humanidad, tenemos por delante la posibilidad de iniciar un verdadero salto dimensional. Incluso, a pesar de que el sistema operativo de la mayor parte de las personas aún funciona con códigos que sostienen la desconexión, la conciencia humana se encuentra incursionando en una dinámica más conectada a la lógica mayor, lo que activa un modo más despierto de experimentar la vida. Es evidente que este nuevo modo de habitarnos pondrá en movimiento viejas estructuras que nos sostenían, incluso, puede generar cierto desequilibrio. Sin embargo, abre un gran campo que permite escuchar los sensores del alma, entendiendo que se trata del modo operativo que se halla en sintonía con la frecuencia original del ser. El nuevo modo operativo de la conciencia nos pone de manifiesto la necesidad de dejar de representar personajes que lejos están de lo
verdadero y de buscar la felicidad fuera. Hace evidente también lo que significan las prácticas desconectadas como el consumo desmedido o la competencia irracional con los otros y, por el contrario, nos permite simplemente ser, desde lo particular y lo genuino.
Actualmente son muchas las personas que sienten gran incomodidad respecto a las realidades que han creado y sostenido desde la desconexión. Se están manifestando claras sensaciones muy desagradables, incluso, intenso cansancio y grandes desórdenes a nivel físico. Son señales que indican cómo resulta insostenible seguir habitándonos desde espacios internos desconectados y fragmentados. Todo este intenso movimiento también pone en jaque el modo como nos relacionamos con los otros seres, en especial con la pareja. A quien, en ocasiones, solemos responsabilizar por el propio malestar, dado que es bastante frecuente incluir al ser amado en el listado de aquellas construcciones que hoy tanto nos molestan o perturban. Si bien la ReConexión pone de manifiesto la crisis, comprender que, ante todo, estamos en crisis con nosotros mismos será altamente liberador y nos brindará herramientas para elaborar y revisar no solo lo
que está ocurriendo a nivel interno, sino también todo el contenido de información distorsionada que volcamos a diario en nuestras relaciones. Hoy día son muchas las parejas que están transitando fuertes crisis. Circunstancia que genera desorden en otros ámbitos de la vida, dado que un vínculo amoroso suele ocupar gran parte de la energía vital, y más aún cuando la relación no atraviesa momentos de claridad. Si bien una crisis puede desembocar en una separación, también es posible capitalizar los movimientos que esta trae consigo con la finalidad de abordar una labor reparadora sobre uno mismo y, por consiguiente, sobre el vínculo. Ante todo, esta labor requiere comprender que cada uno deberá procesar aquello que le es propio, asumiendo la responsabilidad y el compromiso personal. Según sea el caso, cada pareja sabrá encontrar la mejor resolución a la crisis. Sin embargo, tanto si deciden reparar el vínculo o decirse adiós, no han de olvidar que el conflicto forma parte de un proceso mayor. Al integrar de forma sensata lo que verdaderamente está ocurriendo en nuestras vidas, seremos capaces de instalarnos en peldaños frecuenciales más elevados, donde el respeto hacia el otro se convierte en una práctica integrada y la expansión interna se manifiesta posible. Los seres humanos hemos vivido durante mucho tiempo desde estados desconectados, impulsando las creaciones de la vida sin demasiada conciencia. Sin embargo, la gran labor de ReConexión que estamos experimentando hoy en día nos impulsa a viajar hacia el centro para conectar con la propia esencia y comenzar a recordar quiénes somos realmente.
Este proceso nos brinda herramientas valiosas para reparar y mejorar aspectos de nuestra vida desde una óptica distinta: la perspectiva energética. Debido a ello, el material del presente libro se aborda desde esta perspectiva. Pues como seres multidimensionales que somos es importante asumir e integrar en la vida cotidiana dicha estructura energética, para ser capaces así de obtener mayor sentido a nuestras vivencias. Teniendo en cuenta que la vida es movimiento constante, resulta evidente entonces que para alcanzar mayor plenitud sería óptimo sintonizar con la lógica de los movimientos cotidianos. Esto se logra, ante todo, acentuando el nivel de atención para percibir cada detalle con mayor agudeza y, en la medida de lo posible, intervenir de forma consciente y desapegada en los efectos que esa revolución silenciosa genera en nuestro día a día. En ocasiones, estos movimientos se manifiestan bajo la necesidad de tomar importantes decisiones que serán las que promuevan el orden en todo el entramado verdadero. Sin embargo, no siempre el proceso se manifiesta armónico y relajado, dado que, estos cambios pueden demandar una total reestructura en el plano de la vida personal y el ego no suele estar de acuerdo.
No obstante, y a pesar de ello, si los cambios están en sintonía con la lógica mayor, serán absolutamente sanadores, pues en verdad removerán patrones antiguos, como así también mucha energía estancada, lo que tarde o temprano generará estados de mayor liviandad y paz. Reflexionar, desde la óptica energética, sobre las posibles causas de una crisis en toda relación de pareja, ayudará a clarificar los mecanismos que solemos utilizar para vincularnos con el ser amado y, a la vez, nos brindará herramientas útiles para volver a encontrarnos desde el amor y el respeto. La figura geométrica denominada vesica piscis es un símbolo que representa con claridad lo que significa un vínculo saludable entre dos seres. Este símbolo se forma con la intersección de dos círculos que se encuentran en un espacio común generando armonía y equilibrio.
Podría decirse que cada miembro de la pareja corresponde a una de estas esferas y que al encontrarse con la otra genera un campo energético saludable. No obstante, cuando dos personas que están distorsionadas se vinculan, el dibujo resultante puede ser completamente diferente, pues en esos casos, el gráfico nos mostraría invasión, manipulación y robo energético. La idea es generar una geometría armoniosa en todos los vínculos, especialmente con la pareja. Tejer vínculos ordenados que grafiquen una geometría sagrada y respetuosa brindará gran claridad a la comunicación. Comprender que todo desencuentro con el otro, en verdad, trae consigo una gran oportunidad para indagar en planos más profundos, nos ayudará a sumergirnos con mucha más consciencia en aquello que está sucediendo con la finalidad de alinear y restablecer la información que se halla enredada, incluso también de otras encarnaciones.
La propia transformación colabora en la creación de una configuración energética que abre campos internos y permite sanar los vínculos. Si sanamos las propias heridas seremos capaces de desactivar los dispositivos que nos conectan a los apegos y sostener vínculos ordenados que impacten positivamente en la red planetaria. ReConectarnos
significa
volver
a
integrar
el
aspecto
multidimensional de nuestra existencia. Es decir, recuperar el recuerdo de quienes somos en esencia. Y de este modo, ser capaces de activar campos sutiles que se encontraban dormidos y que no por invisibles, sean menos importantes a la hora de interactuar con el mundo. Acceder al recuerdo de la información del alma nos beneficia ampliamente. Se trata de «traer el más allá al más acá», con la finalidad de experimentar la vida desde estados conscientes y amorosos. https://www.karinazarfino.com/crisis-de-pareja.html
Karina Zarfino es Comunicadora, terapeuta energética, escritora y cineasta. Colabora en el proceso de reconexión de las personas. Labor que actualmente realiza a través del contenido que comparte en sus redes sociales, su podcast y en su Canal de YouTube, como así también ofreciendo cursos, talleres y sesiones de terapia individual. Creadora del Método T.E.S.A, “Tecnología Energética de Sanación Avanzada”. Es autora de "Las Relaciones Energéticas en la Pareja" (2014) y “Crisis de Pareja” (2019). Actualmente se encuentra escribiendo su tercer libro: “La Trama Energética de la Realidad”. Guionista y directora de: "Adiós querido Pep" (2017), galardonada con el premio Ópera Prima, del Instituto de Cine Argentino. https://www.karinazarfino.com