LO QUE NOS HACE IGUALES… una mirada desde nuestra memoria celular Por Adriana Torres* En tiempos tan convulsionados como vivimos, en tiempos tan acelerados donde todo es ya y todo tiene que estar en la pantallita que nos acompaña a todos lados, en tiempos donde pareciera que son muchos los que no quieren perder nada ni ceder nada, mi alma me llevó a preguntarme: ¿qué nos hace iguales?... si a mí me pasa lo mismo que a usted. Lo que nos hace iguales es eso de lo cual estamos escapando todo el tiempo y así estamos como estamos. Se pretendió crear un mundo repleto de cosas de cosas que creemos necesitar y de estímulos que atrapan y nos alejan cada vez más de la realidad y de nuestra esencia. Muchas veces quienes me siguen en redes, en radio o en mi escuela saben que una de mis frases favoritas es NO
IMPORTA LO QUE ME OCURRE, LO QUE IMPORTA ES LO QUE HAGO CON LO QUE OCURRE. Intentaré mostrarte algo, antes de la tecnología y las redes, si estabas mal por algo que te había sucedido, volvías a tu mundo y tenías tiempo hasta que salías de nuevo al mundo, tenías tiempo para recuperarte o te seguías quedando con la carga emocional, pero tenías tiempo, un tiempo de soledad, un tiempo para entender o para llenarte de ideas locas y torturantes, pero tiempo al fin; entonces aprendimos a evadir en el mejor de los casos con alguna cosa estimulante manual, cantar, bailar o trabajar, pero también podías caer en el alcohol, después vinieron las drogas que te hacían creer solo por un rato que todo estaba bien. Ahora nos han fabricado otra droga, la droga de la pantalla, la droga de los link, la droga de un comentario que subiste en las redes o el dolor porque nadie te puso el link o se acordó de tu fecha aniversario y eso que las redes lo dicen… y ya no tienes tiempo para elaborar porque la droga está allí al alcance de todos en una pantallita que te hace creer que vales o te distrae tanto que ya no te preguntas ¿QUIEN SOY?, porque para muchos “somos lo que lo que los demás opinan que somos”. Primero dijeron quien somos nuestros padres, nuestros primeros vínculos y con el grado de sufrimiento que nos dejaron salimos al mundo a repetir esos modelos y buscando reafirmar quienes dijeron que éramos entre los amigos, el trabajo, la pareja, la nueva familia, etc… a veces repitiendo el modelo exactamente igual y otras eligiendo la antítesis desde el dolor y la sana rebeldía. Buscamos definirnos en quien somos con los acuerdos que desde pequeños hemos ido haciendo para ser aceptados, amados o admirados y sobrevivir en el seno de una familia y una sociedad después. Entonces para encontrar lo que nos hace iguales miremos lo que todos buscamos: y buscamos ser importantes para alguien y además ser reconocidos y se busca de una manera o de otra, pero lo que de verdad nos hace iguales no es esto, lo que nos hace iguales es el sufrimiento que nos provoca cuando no encontramos ser importantes para alguien o no nos valoran, entonces ¿qué hacer? Escapar al sufrimiento es uno de los atajos más interesantes que los humanos hemos encontrado, sin embargo, escapar al sufrimiento nos sigue manteniendo en una rueda que gira y gira pasando siempre por los mismos puntos. Entonces qué hacer cuando algo nos produce sufrimiento? y nos hacen sufrir los recuerdos del pasado, la búsqueda del amor y el reconocimiento, las cosas que no nos salen, los maltratos recibidos, la palabra de ese alguien que no llega o la demostración de amor que no nos dan o que no podemos expresar, la injusticia recibida o las mentiras que nos contaron y que creímos, la traición de esa
persona a la que nos brindamos todo enteros o el engaño no merecido, los celos de mamá, de papá, de un hermano/a, de tu pareja o tus celos hacia ellos, los sentimientos de abandono, el cansancio de dar tanto y recibir tan poco, la intolerancia o la falta de límites, la avaricia y la mezquindad de unos y el despilfarro de otros, la esclavitud de una relación o la manipulación de alguien, el control que se escapa de las manos, el disgusto por lugar donde vivimos o donde trabajamos, las relaciones conflictivas o tóxicas con las que nos enfrentamos, ese aspecto del cuerpo o esa enfermedad, una pérdida de algún ser querido o algo que habíamos conquistado, el dinero que no llega o que se escapa entre los dedos, la incomprensión de alguien, la culpa que aflora, los remordimientos que no paran, las rabias y enojos, los sucesos que dependen de nosotros o esos imponderables para los que no estábamos preparados… y la lista continúa, es muy larga.
Como dije en un párrafo anterior, lo importante no es tu sufrimiento sino lo que harás con él y como lo gestionas… algunos muy racionales escapan por algún
lugar, otros los más vulnerables escapan por alguna de las drogas socialmente permitidas, otros por hacer algo que los saque de ese lugar y otros eligen ser la víctima del sufrimiento y andan por el mundo victimizando a otros a causa de su malestar. Pero todo esto es lo que se puede hacer, esto no lo detiene y vuelve, siempre vuele. Cuando algo se repite podríamos parar esa rueda que gira y gira y cambiar la pregunta…. En lugar de escapar, mejor sería preguntarnos ¿por qué escapamos? ¿Para qué escapamos?... ¿de qué escapamos?... mejor sería dejarnos atravesar con la cruda verdad de nuestro sufrimiento y buscar en nuestro interior esa verdad y darle la significación verdadera, porque todo sufrimiento es una oportunidad para evolucionar y no solo en lo personal. En los cursos que dicto sobre Limpieza y Re-Programación de la Memoria Celular (Método Goncalves) enseño justamente a gestionar cada uno de los sufrimientos con los que andamos transitando la vida, una de las primeras preguntas que le hago a mis pacientes y alumnos es ¿Qué te hace sufrir? ¿Qué te produce sufrimiento? Porque así sabremos a lo que estás escapando… y cuando esos “traumas” son tratados se produce algo increíble, todo cambia como si fuera mágico, entras a tus bancos de memoria y al encontrar el disparador traumático acompañamos con reflexión, entendimiento y utilizamos los recursos que tiene el método Goncalves, recursos vibracionales con colores y frases que van directamente al ADN y hacemos que esa situación dolorosa del pasado cambie, resignificando el dolor con entendimiento, poniendo EMPATÍA en esa situación del pasado… ¿tú crees que si los que generaron esa herida, casi siempre mamá o papá, lo hicieron porque de verdad quisieron dañarte o es porque es la forma aprendida?... tal como concebimos el mundo en nuestros primeros años es como reaccionamos luego en nuestra vida adulta, es por eso que conscientemente pedimos y anhelamos que nos ocurran cosas y hasta sabemos que merecemos una vida mejor y nos olvidamos que nuestras células guardan celosamente las experiencias vividas y nuestro inconsciente toma esas experiencias para dar respuesta a la vida… con el consciente pedimos y con el inconsciente anulamos… En esta nueva era, tenemos que aprender que solo el 5% de nuestro accionar es consciente, el 95% responde al inconsciente. Esta terapéutica llega justamente a ese lugar inconsciente entrando nuestros propios registros alojados en el ADN, una vez encontrados, sanamos y guardamos y la nueva información con todo el amor, la comprensión y los recursos quedan alojados ahora como nueva información y es por eso que el estado anterior a la sesión no vuelve.
Después de tantos años de trabajo terapéutico personal, dejándome atravesar por lo que buscaba, dictando cursos, escribiendo y acompañando procesos como verdaderos espejos y maestros de mi vida, desarrollé un método de autoconocimiento y sanación llamado SANAR CON LA INTELIGENCIA DE LAS CÉLULAS, trabajar mis memorias y abrirme a mi sufrimiento, entender de donde viene, resignificarlo y darle el VALOR real me convirtió en eso que seguramente era mi proyecto de alma (que no es el mismo que proyecta el mental con sus sufrimientos), pasé por tantos estadios, cada vez que me caía volvía a levantarme pero en la rueda que gira y gira siempre volvía a pasar por el mismo sufrimiento, tal vez cada vez era vivido con menos dolor o con menos drama, pero volvía; es por eso que cuando me cansé de sobrevivir quise empezar a vivir y es por eso que enseño a estudiar los ciclos vividos, a estudiar los ciclos de cada biografía humana, a entenderla desde el consciente y desde el inconsciente personal, familiar y colectivo; entendiendo los comportamientos desde el
cuerpo biológico, mental, emocional y espiritual, dando un nuevo significado al sufrimiento del que tantas veces quise escapar. Cuando sanamos esas heridas dolorosas, sanan nuestros hijos y nuestra descendencia, ayudamos a abrir el entendimiento y la sanación a nuestros pares y a nuestro entorno, cuando un ciudadano sana se convierte en un agente de sanación y cuando sanamos dejamos de esperar que el mundo cambie. Porque HAY UN DIA, un momento que por tu vida pasa algo o alguien y marca tu Destino para siempre, es ese día, ese momento que al abrir el alma sientes a Dios, escribiendo tu Destino y tu Destino es llegar a la unidad de tu Ser, porque todos Somos Uno. Como es esto es física cuántica, todo lo que buscas, también te está buscando a ti.
Un abrazo y hasta cuando tus células te traigan hasta aquí. Adriana Mabel Torres Prof. autorizada Memoria Celular, método Goncalves, Flores Silvestres de América Asesora Quantec, biocomunicación instrumental Biodecodificación dental, método Christian Beyer Creadora de
SANAR CON LA INTELIGENCIA DE TUS CELULAS Dicta cursos, talleres, seminarios y retiros. Directora de HAY UN DIA Conduce programa radial HAY UN DIA