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El tip de los 5 segundos

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Obsesión LinkedIn

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Cada minuto, cinco personas son atacadas, humilladas o acosadas por su apariencia física.

Imagina por un segundo que estás luchando con una enfermedad hormonal que te causa acné, pérdida de cabello y delgadez extrema. Estás lejos de parecerte al estándar de belleza de la sociedad y lo sabes. Te ves al espejo y te cuesta aceptarte… estás en proceso para contrarrestarlo, pero te cuesta. Te encuentras con tu grupo de amigos y comienzan a burlarse de ti. ¿Cómo te sientes? Ahora imagina que durante el encierro de la pandemia tuviste problemas de ansiedad. Sentías opresión en el pecho, angustia, palpitaciones, sudoración y despertares nocturnos. Tu única distracción fue cocinar y te dedicaste a preparar y probar platos deliciosos para tu familia, pero esto, claro, tuvo consecuencias y te subiste unos kilitos de más. Imagina que te reencuentras con las personas que no has visto en mucho tiempo y lo único que tienen para decir es cuánto te has engordado y lo mal que te ves. ¿Cómo te sientes?. Podríamos seguir con los ejemplos por varias horas y no terminaríamos. Seguramente todos hemos atravesado este tipo de situaciones en las que nos sentimos incómodos por la forma en que otros se refieren a nuestra apariencia, pues sin importar cómo seamos, los seres humanos estamos llenos de inseguridades y no es fácil cuando otra persona pone “sal a la herida”.

Ante este tipo de comentarios, generalmente no pedidos, se ha acuñado el término “body shaming” para referirse al comportamiento tóxico de burlarse o avergonzar a otra persona por su apariencia física. Se trata de comportamientos o acciones que no aportan nada más que hacer sentir mal al otro.

Es algo que pasa en la familia, en la iglesia, con los compañeros de estudio o trabajo, e incluso, cuando conocemos a alguien nuevo, pero es aún más común en las redes sociales, donde sentimos que los comentarios quedan sueltos y no hieren ni lastiman. De hecho, cada minuto cinco personas son atacadas, humilladas o acosadas por su apariencia física, de acuerdo con cifras emitidas por Meta, compañía que agrupa Instagram; Facebook y WhatsApp, algunas de las redes sociales más usadas en Colombia, aunque en Twitter las cifras tienden a ser más elevadas. Esto quiere decir que, por día, 7.483 personas son atacadas en redes sociales por su apariencia física. Lo peor es que estas cifras aplican para el rango de personas entre 12 y 19 años que son justamente las que tienen mayores problemas de identidad y autoestima.

¿Malintencionados o imprudentes? El problema con el “body shaming” es que muchas veces caemos en él sin darnos cuenta. Podemos ser imprudentes al dar una opinión sobre el aspecto de alguien, a veces con el fin de que mejore, a veces con la intención de ayudar, generalmente desde el amor. Sin embargo, nuestras palabras terminan por herir o dañar a quien nos escucha y, en el caso de las personas más vulnerables, puede causar profundas inseguridades.

Los juicios corporales que hacemos, aunque sean desde el amor, son tremendamente ofensivos e irrespetuosos. Según datos recolectados por “La rebelión del cuerpo”, un 86 % de las mujeres ha dejado de hacer actividades por cómo se siente con su físico y, en promedio, se estima que el género femenino pasa cerca de tres horas pensando en su cuerpo. De hecho, dentro de este porcentaje de actividades incluye no ir al gimnasio, no asistir a reuniones sociales, y, lo más triste, evitar ciertas reuniones familiares. Lo que debería llevarnos a reflexionar si estamos siendo ese tipo de personas que, aunque sea con la mejor intención, terminamos haciendo comentarios tóxicos para quienes nos rodean.

Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! Santiago 3:5.

El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua. Proverbios 10:19.

El corazón del justo medita sus respuestas, pero la boca del malvado rebosa de maldad. Proverbios 15:28.

Que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. Efesios 4:29.

Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo. Proverbios 16:24.

¿Cinco segundos?

Si queremos ser personas que suman en la autoestimade los demás, expresar el amor de Jesús y no sercríticos o señaladores, debemos tener en cuenta lo queocasiona cada palabra que decimos.

Además, la experta en etiqueta y marca personal, María Paula Camacho, ha brindado una salida muy útil para tener en cuenta cuando sentimos que debemos hacer comentarios sobre alguien más y es algo que todos deberíamos adoptar para siempre: el tip de los cinco segundos.

Se trata de analizar si aquello que voy a decir sobre la apariencia de la otra persona le aporta o no, pero más allá de eso y para no caer en malas interpretaciones, es pensar si lo que voy a decir, puede ser solucionado en los próximos cinco segundos. Por ejemplo: “Ese color de cabello no te luce, deberías aclararlo”. ¿Se puede resolver en los próximos cinco segundos? No. ¡Entonces no debo decirlo!

“Tienes espinaca en el diente”. ¿Se puede resolver en los próximos cinco segundos? ¡Claro! La persona puede retirarse al baño para solucionarlo y regresar. Este tipo de comentarios se agradecen y se valoran. Los demás no.

Es así de sencillo. Solo debemos hablar cuando lo que decimos aporta realmente o claro, cuando es positivo. En este caso debemos recordar el refrán “si no tienes nada bueno que decir, no digas nada”.

¿Y si soy yo quien ha sufrido “body shaming”?

Debes verte como Dios te ve, no permitas que tu identidad esté en lo que dicen los demás.

Tu cuerpo es un templo (del Espíritu Santo), cuídalo.

Si algo de lo que te dicen es verdad y afecta negativamente tu vida, ¿estás haciendo algo para mejorar?

No te tomes nada personal. A veces las personas hablan desde lo que les molesta de sí mismas y no tiene nada que ver contigo.

Sana, perdona y sigue adelante. Practica la misericordia, con ellos y contigo. Que Dios sea tu guía.

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