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Enfrenta tus temores

Tus temores

En días pasados, tuve un pequeño procedimiento quirúrgico. Había orado, estaba tranquila y confiada en que todo saldría muy bien, pero en el momento de ingresar a la sala de preparación, mi corazón comenzó a latir fuerte, la ansiedad y el temor se apoderaron de mí. Al tomarme los signos vitales, la tensión estaba alta, así que le pregunté a la enfermera si iban a aplazar la cirugía, ya que esto me había sucedido antes con el mismo procedimiento. Ella me contestó: “no hay problema, sí, ya se tomó el medicamento, no se preocupe, lo mismo les ocurre a bastantes pacientes”.

Una mirada al temor

En ese momento de temor y ansiedad, mil pensamientos cruzaron por mí mente: todo lo que me podrían pasar… quedar sin un pedazo de parpado, cicatrices muy visibles en la cara o que el resultado de la patología saliera maligno. Comprendí que el miedo te puede sorprender en cualquier momento y recordé estas palabras: “Si alguna vez batallaste contra el temor, no estás solo. Este no respeta ni estudios académicos, mucho menos estratos sociales, golpea al débil, al poderoso, atormenta al pobre, rico, viejo, joven, hasta incluso a los que parecen tenerlo todo”. Dante Gebel.

La autora del “Devocional en un año para mujeres”, Jill Briscoe, dice: “El temor nos hace sentir petrificadas, nos castiga y nos paraliza”.

Cheryl Brodersen, autora del libro “Cuando una mujer se libera de las mentiras”, escribe: “Hoy día muchas mujeres son cautivadas por las miríadas del temor, las retiene para no alcanzar en su totalidad el potencial que el Señor tiene para ellas”.

Cuando las criadas y los eunucos de la reina Ester llegaron y le contaron lo que pasaba, ella se angustió mucho y le envió ropa a Mardoqueo para que se la pusiera en lugar de la ropa de luto; pero él no la aceptó. Ester 4:4.

Identificando eventos

Cuando sientas que estas atrapada en medio del temor, ayuna, ora, sigue el ejemplo de la reina Ester, pídele a Dios que te revele a través de su Palabra qué situación o evento pudo causarlo. Jill, en sus reflexiones diarias, escribe sobre temas importantes para la mujer. Uno de estos es el temor y explica algunas de las circunstancias que lo pueden llevarte a sentirlo:

Estar en medio de una pelea familiar que te pueda aplastar el espíritu. (2 Samuel 18:33).

Cambio del lugar para un nuevo comienzo. (1 Reyes 19:15).

Personas que puedan hacerte mantener en silencio. (2 Reyes 5:3).

Cuando te enfrentas a una situación en la que crees que las posibilidades son muy pocas. (2 Reyes 6:17).

Cartas amenazantes. (2 Reyes 19:14).

Cuando te encuentras en medio de un conflicto. (1 Crónicas 5:20).

Actuar aunque no se sienta el valor. (Ester 4:14).

Ante los enemigos. (Salmo 23:5).

Temor del futuro, en la actualidad nadie tiene la seguridad en su trabajo. (Salmo 34:9-10).

Temor al fracaso, te puede mantener en la cueva del autorreproche (Salmo 34).

Reconocer el pecado y compartirlo para recibir perdón. (Salmo 51:13).

Miedo de confiar en Dios y que te decepcione. (Salmo 56:11).

Al compartir, ver enojo y ceños fruncidos. (Ezequiel 2:6-7).

Tormentas súbitas en la salud, un divorcio. (Mateo 8:24).

Enfrentar lo sobrenatural, de cosas que no entiendes. (Mateo 14:26).

Superar las circunstancias y triunfar. (Mateo a4:30).

Estrés y presiones de la vida diaria. (Marcos 4:38).

Reconociendo que sí se siente

Cheryl, en su libro narra lo siguiente: “Reconozco que tenía más miedo que la mayoría de las mujeres, mi lista incluía: miedo de ser rechazada, a la gente, con la confrontación, conducir, del demonio, al futuro, fracasar y a la enfermedad, entre otros. Este había extendido sus tentáculos en toda mi vida, atrapándome e incapacitándome para el cumplimiento del testimonio y propósito como cristiana. Una noche, mientras estaba sentada escuchando un estudio bíblico que mi esposo dirigía, el Señor me habló y dijo: “Yo voy a librarte de todos tus miedos. Hasta esto me asustó”.

Enfréntalo con valentía

En la Biblia se encuentran 365 versículos que hablan del temor y como Dios está contigo para enfrentarlo. Jill, sugiere en su devocional algunas pautas para enfrentarlo: Cuando sientas miedo, toma un tiempo a solas con Dios en un lugar excelente para comenzar a lidiar con lo que sea que te preocupe.

Empieza a recordarte a ti misma que Dios gobierna sobre todos los reinos de la tierra.

Lleva lo que sea que te atemorice a tu aposento alto de oración y habla con el Señor sobre eso.

Enfrenta los hechos con él, luego pídele que, ante las amenazas, defienda Su nombre.

Deja que Dios se encargue de tus temores.

Pídele que te muestre qué pasos debes dar.

Nada te dará tanta paz como un tiempo a solas con el Señor.

Una vez que se “haya ganado” la batalla contra el temor, tú tienes que mantener la victoria.

Debes continuar clamando y Dios continuará dándote victoria y paz.

Es seguro confiar plenamente en Dios. Él no es una cuerda desgastada. Siempre puede sostener nuestro peso, podemos contar con eso.

Ester fijó la mirada en

Dios, no permitió que el temor dictara sus acciones. Lo enfrentó, pues necesitaba de mucho valor para actuar en defensa de su pueblo:

Ester le envió a Mardoqueo esta respuesta: “Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!” Ester 4:15-16.

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