Editorial JOSE ANTONIO CALCANEO COLLADO
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uien conoció a Toño, como yo, debió haber vivido momentos inolvidables, Toño, siempre se caracterizo por su sencillez, por su humildad la cual nunca olvido, por su trato amable, pero sobre todo por esa parte humanista que lo hizo figurar por encima de otros en el medio del periodismo. Su lucha incansable por establecer un Diario, siempre estuvo presente, el entusiasmo, el anhelo, lo llevo a la consolidación del mismo. Siempre tuvo las puertas abiertas para recibir y atender a cualquier persona que necesitara una publicación, una entrevista, un aviso; aunque esta no llevara recursos económicos para sufragar los gastos, el apoyo se lo brindo a muchas generaciones de periodistas que como él siempre tenían el anhelo de sobresalir en este penoso camino del periodista. Su forma de escalar posiciones dentro de las asociaciones de periodista lo decía todo, sus ideas revolucionarias y atrevidas para emprender proyectos fue su pasión. Hoy nos ha dejado un enorme legado difícil de superar, en alguna ocasión me comunique con él y me contesto en Madrid España, y me dijo que se encontraba trabajando por la asociación FAPERMEX en la que fue nombrado Presidente Vitalicio. En otra ocasión me comento que pretendía establecer un parque de diversión en Cunduacan Tabasco, similar a los grandes centros de diversión que existen como SIX FLAXS, etc., siempre planeando y consolidado proyectos, hoy fue requerido por la presencia de DIOS, para planear los proyectos que decida el todo poderoso. Descanse en Paz Toño Calcáneo. Mi amigo.
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cercanía de un C o n greso, organizado por la Normal Superior del Estado de Puebla, en que se tratarán temas de gran impacto en la educación, me atrajo para realizar disquisiciones -de ningún modo pretenden ser exhaustivas- acerca de la escuela y su futuro. Haremos una escavada a la historia, iniciando por la inmortal Grecia, majestuosamente representada en “La escuela de Atenas” (7.70 m por 5.00 m de altura) pintura famosa de Rafael Sanzio, pintada entre 1510 y 1512, como parte de la decoración, con frescos, de las habitaciones conocidas hoy como las estancias de Rafael. En la institución representada en la imponente pintura, se resume la cultura de un pueblo -en este caso del griego- sus rutas para enseñarla a otros y preservarla. El humanismo es la base del pueblo griego, de allí que sus maestros nos enseñaran la tarea del preceptor, mentor o guía para los niños y jóvenes, con Sócrates como paradigma. El cuadro representa una sesión de los filósofos, científicos y matemáticos más importantes de la época, con sus alumnos. Los filósofos se encuentran en una arquitectura clásica, abovedada como termas. En unos nichos están figuras gigantescas de los dioses Apolo y Atenea. Platón y Aristóteles, que durante toda la Edad Media estuvieron considerados como los principales representantes de la filosofía antigua, se encuentran en el centro de la composición, alrededor del punto de fuga. Platón sosteniendo el Timeo (diálogo escrito por él); Aristóteles una copia de su Ética a Nicómaco. Ambos debaten sobre la búsqueda de la Verdad y hacen gestos de acuerdo a sus intereses en la filosofía: Platón señalando el cielo, simbolizando el idealismo dualista, racionalista; Aristóteles la tierra,
La escu futuro futuro escu refiriéndose seguramente a su realismo sustancial, racional, teleológico. Otros personajes se identifican: filósofos, poetas, oradores, pintores, símbolos pétreos. Allí están: Sócrates, la “piedra angular” como símbolo de Cristo, Miguel Ángel, el propio Rafael, Perugino, Hipatia de Alejandría, Zenón de Citio o de Elea, Epicuro, Pitágoras, Jenofonte, Parménides, Diógenes de Sinope, Euclides o Arquímedes junto a un grupo de estudiantes; Estrabón o Zoroastro, Ptolomeo y varios más a quienes los expertos en el arte del Renacimiento, no identifican cabalmente. http://commons.wikimedia. org/wiki/File:Raffaello_Scuola_di_Atene_numbered. svg En nuestras latitudes la escuela era considerada fundamental para la formación de los niños, desde su más temprana infancia. El Códice Mendocino (denominado así en honor del Primer Virrey de la Nueva España) -en que numerales, colores, contenidos corresponden al mundo indígena- nos ofrece por medio
uela del o o ¿el o de la uela?
Por Víctor Manuel Barceló R. Sub-secretario de Educación del Estado de Puebla de jeroglíficos el proceso educativo por el que pasaba el niño azteca, desde el momento de su nacimiento, hasta llegar a convertirlo en un ser responsable para atender sus necesidades y del Estado. (ver Tetlacuiloli CIESAS-CONACYT, obra de la Dra. Luz María Mohar). Lo ceremonioso de los azteca, se precisaba en los sucesos fundamentales de la familia. Al nacer un niño, la tecitl (comadrona), profería un discurso con palabras corteses y expresivas que indicaban infaliblemente la función social del hombre y la mujer. A los cuatro días de nacido, el niño era bautizado en ceremonia doméstico-religiosa, con la casa adornada de acuerdo al sexo del niño bautizado; la comadrona volvía a pronunciar el discurso acentuando el destino del recién nacido. El hecho más conocido es el del
último emperador azteca: Cuauhtémoc (Águila que cae). Cada evento enfilaba al nuevo ser a realizar el ideal bélico–religioso de la educación. El niño, aún de cuna, era consagrado por sus padres -en otra ceremonia especial con presencia del director del plantel educativo- a la futura escuela donde concurriría más tarde. En educación doméstica, incumbía al padre la formación del niño y a la madre la de la niña. Esta era dura, austera; principiaba a los tres años de vida. Allí los niños recibían consejos para su comportamiento. A los cuatro años los corregían a golpes. A los ocho mediante amenazas de punzarles con púas de maguey; a los nueve se hacía efectiva la amenaza. A los diez eran escarmentados a palos; a las niñas les ataban las manos y amenazaban de pegarles. A los once años a niños que hacían algo indebido, se les hacía inhalar humos de chile; a las niñas sólo se les amenazaba. A los doce años los castigos eran más rudos. A los niños se les acostaba en tierra mojada. Las niñas barrían las calles por la noche. Desde los cuatro años la madre enseñaba a su hija las primeras tareas fáciles y a los cinco aprendía a deshuesar e hilar el algodón, a tejer, moler el chile, tomate, maíz; barrer la casa, lavar y practicaba todas las labores domésticas. El niño desde los cuatro años hacía en el hogar trabajos fáciles; a los seis años iba con sus padres a la “chinampa”, al mercado a aprender a vender; cargaba leña y componía y tejía la red. A los catorce años el adolescente practicaba el oficio paterno y pescaba con destreza. Como se aprecia, la educación era férrea, rigurosa. Sobria en alimentación. Buscaba, con disciplina, el endurecimiento físico para soportar inclemencias, fatiga y dolor. Se les inculcaba amor y respeto a padres, reverencia a los ancianos, temor a los dioses y a cumplir con su deber. Este tipo de educación respondió a necesidades im-
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puestas por el medio. Su origen, manera de asentarse y finalidades, la definen. La sobrevivencia llevó a los azteca, a formar hábitos de sobriedad en alimentación; la inclemencia del clima y pobreza iniciales les dio resistencia a dolor y fatiga; la obligación tributaria y su progreso, condujo al aprendizaje de los oficios paternos. En cuanto a educación pública, a los quince años los jóvenes, según la clase social a la que pertenecían, ingresaban a una de dos grandes escuelas sostenidas por el Estado. Si eran hijos de nobles, quedaban bajo la dirección del sumo sacerdote del Calmecac (hilera de casas), y si eran del pueblo, se les entregaba al tepuchtlato o jefe del Tepuchcalli (casa de jóvenes). El Calmecac, vecino al Templo Mayor, les admitía por toda la vida, hasta el sacerdocio o salir para casarse. La entrada a estas instituciones se acompañaba de discursos rituales, pronunciados por padres y maestros, donde se ponía de manifiesto la finalidad de la educación allí impartida. En el Calmecac la formación era dura y los quehaceres pesados. Constaba de tres grados, para llegar a ser sacerdote, con duración aproximada de cinco años cada uno. A las cuatro de la mañana los alumnos realizaban los quehaceres para el uso y conservación del edificio. Eran adiestrados en la milicia. En caso de guerra iban a campaña acompañados por sacerdotes. Allí se formaban hábitos para dominar la voluntad, apetitos y dolor. Se les transmitía: ciencia as-
tronómica (eran grandes conocedores), la cuenta calendárica (poseían el más completo calendario creado); se les enseñaba a hablar con propiedad, urbanidad; manejaban la retórica; dominaban lectura y escritura jeroglíficas y cantos sagrados. Con los signos de su sistema vigesimal, aprendían a contar y podían resolver operaciones complicadas. El Tepuchcalli era la institución educativa para jóvenes del pueblo, después de los quince años de edad, para transformarse en bizarros e indomables guerreros. Era una educación práctica, respondía a necesidades del medio geográfico y social en el que prosperaban mexicas. En cada barrio o calpulli había tepuchcallis para el ingreso de los jóvenes, de acuerdo al ceremonial usual. Internados en esta escuela se dedicaban a mantenerla limpia; la vida allí era difícil y sufrían castigos y penurias. Participaban en labores de tierras del Tepuchcalli, que abastecía su manutención. Contribuían, por otra parte, en la construcción de templos, palacios, calzadas. Aprendían civismo, artes y oficios, historia, tradiciones. Cultivaban la religión, la continencia alcohólica y sexual. Empero, la enseñanza primordial era para aprender y dominar el arte de la guerra, que se iniciaba con el acarreo de leña, entrenamiento para el manejo de diversas armas, práctica para colocar emboscadas y ejecutar con éxito el espionaje, tan necesario para mantener el poder del imperio azteca, que aún no se consolidaba. No sólo contó con educación doméstica y pública la
cultura azteca, si no también, con educación estética y deportiva. Impartida en el Cuicacalco escuela donde se enseñaba danza, música y canto coeducativamente. Allí concurrían al atardecer los jóvenes del Tepuchcalli y las jóvenes del pueblo, ataviadas con vestidos muy hermosos y adornadas para concurrir a esta institución. Un jefe noble presidía las reuniones que duraban casi hasta la media noche, donde se danzaba, cantaba y bailaba. Las jóvenes eran acompañadas por maestras (chaperonas) que cuidaban de ellas. Las jóvenes de la nobleza acudían a un Calmecac femenino, anexo a los templos. Su educación era a cuenta de sus padres. Las alumnas podían contribuir, con trabajo en el templo, al pago de su formación. Se convertían en sacerdotisas, sujetas a disciplina severa y reclusión. Los votos podían hacerse por uno o varios años o de por vida. La mayoría salían al casorio. Puede hacerse un intento de conclusión acerca de la educación azteca o mexica, al estilo del maestro Francisco Larroyo. Dicha educación comprendía: ritual, enseñanza doméstica y educación moral. En un sentido general, la educación azteca era elitista, tradicionalista, imitativa. La regía la religión. Era disciplinada, de carácter militar y era no coeducativa, en lo general. La escuela en esta experiencia colaboró para formar para la vida de los niños y jóvenes azteca, como garantes de la fortaleza del imperio logrado e impulsores de sus conquistas, en que estaban imbuidos a la llegada de los conquistadores, antes de sufrir la yuxtaposición de culturas y destrucción de sus palacios y templos. Escuela es hoy nombre genérico para cualquier centro de enseñanza, llámese docente, educativo, colegio, institución educativa o “centro de
participación escolar”. Proviene del griego σχολή -skholḗ- por mediación del latín schola. La evolución de su significado es reveladora. En griego era ocio, tranquilidad, tiempo libre. Derivó a lo que se hace en tal tiempo libre, pensado como lo que merece la pena hacerse, entendiéndose como “estudio”, a diferencia del juego, cuando Platón y Aristóteles la adoptaron. En la etapa helenística denominó a escuelas filosóficas. Por extensión, adquirió la generalización de “centro de estudios”. De allí, toda institución que trasmita educación o realice tareas de enseñanza, alcanza el nombre de Escuela. Esta nominación se aplica sobre todo, a instituciones que mundialmente se dedican a la enseñanza: preescolar, primaria y secundaria. Actualmente su uso se extiende a organizaciones que dan clases de diversos tópicos. En la entrega anterior hablamos de la escuela en la antigüa Grecia y en la cultura azteca o nahuatlaca. Ahora haremos apuntes de ella entre Olmecas y Toltecas, cumbres de la cultura mesoamericana. Reiteremos: la educación es un acompañante de la humanidad, que como producto social, está al lado de ella. Desde su existencia prehistórica, de manera instintiva, natural, mimética, evolucionando con la vida humana para realizarse planificada, dirigida. El régimen educativo en la comunidad primitiva tenia caracteres especiales, sin planificaciones soportadas. Su fin era –burdamente expresado- formar como amas de casa a las mujeres, y a los hombres, guerreros superiores y magníficos trabajadores en las artes de la pesca, recolección y trabajo de la tierra, en etapas posteriores. Valdría iniciar nuestro recorrido por la cultura olmeca o cultura madre, civilización que se desarrolló durante el Preclásico Medio. Aunque hay vestigios de su presencia en
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amplias zonas, el área nuclear olmeca —o zona metropolitana— abarca el sureste del estado de Veracruz y el oeste de Tabasco en México. Se especula que muchos logros mesoamericanos tuvieron su inicio en el seno de esta cultura. Entre otras cosas, se acredita a los olmecas el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía. Se considera que los olmecas fueron los primeros americanos en desarrollar una escritura de glifos para representar su lenguaje. En 2002 se descubrió inscripción que data de 650 a. C. y en 2007 otra de 900 a. C., superando en antigüedad a la escritura zapoteca, para ser la más antigua de América. Se desconoce la filiación étnica de este pueblo extraordinario. El etnónimo Olmeca les fue impuesto por arqueólogos (S. XX) y no debe confundirse con el de olmeca-xicalancas, que floreció en el Epiclásico en sitios como Cacaxtla. Es posible ubicar a la cultura olmeca entre los años 1300 y 600 a. C. principalmente por su producción escultórica en piedra. Su arte, de fuerza irrefrenable, atravesó selvas, ríos, escaló montañas, más allá de los confines de Mesoamérica. Trabajaron con esmerada técnica y refinado sentido artístico, el basalto en colosales dimensiones -los más antiguos escultores de Mesoaméricajade en exquisitas figurillas, hachas y cuentas. Pueblo que un tiempo dominó espiritualmente a Mesoamérica. En La Venta, Tabasco, está el centro ceremonial de quienes crearon el arte olmeca. La clase dirigente, no tenía tendencia armamentista. Sus sacerdotes en la concentración de estructuras ceremoniales, que apartan al hombre de la vida cotidiana y le dan oportunidad de acercar sus pensamientos hacia una comunión con la deidad, era religiosa y, aquí –La Venta- organizó su vida, alrededor de un
alto montículo piramidal. Adoraban a los astros luminosos considerados espíritus superiores, buenos y malos, que poblaban el cielo. Pero bien poco se conoce de su escuela. En la actualidad muchos usos y costumbres ancestrales, impactan a las escuelas en su región. Podría afirmarse, por su enorme desarrollo en ciencias y artes y en el trabajo para producir sus alimentos, que contaron con escuelas especializadas y como extensión de la formación familiar. Hicieron progresar la agricultura mejorando el cultivo del maíz e iniciando los cultivos de chile, fríjol y algodón. Construyeron casas, templos y palacios. Su escuela pudo haber laborado de modo directo en el campo, para la preparación de los niños y jóvenes en las diversas actividades, tanto culturales –incluida la tarea de producción- como para la defensa de sus pueblos. Ello fortalecía la preparación para la vida, que sin duda se iniciaba en el hogar, con la formación que daban los padres, sobre todo en el ambiente tan complejo en que desarrollaban su existencia, en que había que afrontar diversas inclemencias, como las inundaciones periódicas producto de huracanes y pertinaces lluvias, que a veces duran varios días. Las escuelas probablemente existían para atender a la educación elemental y reforzar la formación lograda en el hogar. Seguramente había talleres-escuela para formar a los lapidarios y otros artesanos, que dieron renombre a la cultura Olmeca. Pero habrá mucho que investigar para salir de simples conjeturas. http://www.mexico-tenoch.com/enmarca. php?de=http://www.mexico-tenoch.com/lanacion/ olmecas.html
Continuara....
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edro Ferriz Santa Cruz (Coahuila, 17 de marzo de 1921 - Texas, 3 de septiembre de 2013) fue un periodista y locutor de radio y televisión mexicano, con más de seis décadas de carrera en los medios de comunicación de México. Hijo de Pedro Ferriz Monroy, un ferrocarrilero y líder sindical y de María Luisa Santa Cruz, una profesora de primaria, estudió parcialmente la licenciatura en Historia mexicana en la Universidad Nacional Autónoma de México. Durante la década de los sesentas se volvió uno de los comunicadores más conocidos del país, siendo incluso la voz oficial del gobierno del presidente Adolfo López Mateos. En la televisión se hizo famoso por programas como El gran premio de los 64,000 pesos, programa de concursos sobre preguntas científicas y culturales, y Un mundo nos vigila, el primer programa dedicado a la investigación de la ufología en México. Ferriz Santa Cruz fue el primer gran difusor de este tema y es lo que mayor presencia pública le dio, caracterizado por sus grandes cejas y su frase “Un mundo nos vigila”. Incursionó en la política, aunque sin mayor éxito. En las Elecciones Federales de 1991 participó como candidato a senador, representando al recién formado Partido de la Revolución Democrática. En las Elecciones de 1997 fue candidato del Partido Cardenista a Jefe de Gobierno del Distrito Federal. A lo largo de su vida compaginó su trabajo con su amor en la docencia en diferentes instituciones educativas como la Escuela Bancaria y Comercial. Su último trabajo fue en el programa radiofónico, “El Mundo de Pedro Ferriz”, los sábados por la mañana (11:00 a 12:00) en la estación “Imagen”, junto a su hijo, Pedro Ferriz de Con, quien es también un conocido periodista radiofónico y para diferenciarse de su hijo comienza a utilizar su apellido materno, Santa Cruz.
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e acuerdo con lo dispuesto en el precepto legal impugnado, los elementos de prueba que obran en la averiguación previa aún no son suficientes para que hagan probable la responsabilidad del indiciado y que pueda solicitar la orden de aprehensión, sino que requiere de mayor investigación, pero ante la existencia del riesgo de que el indiciado se sustraiga a la acción de la j u st i c i a , se solicita la orden de arraigo, de tal suerte que sin cumplir aún con los requisitos que para la afectación de la libertad exigen los preceptos de la Constitución Federal, al indiciado se le restringe su libertad personal sin que se le dé oportunidad de
FACULT ESTAD FUN defensa, sino hasta que se integre la averiguación previa y, de resultar probable responsable en la comisión de un delito, sea consignado ante la autoridad judicial para que se le instruya proceso penal. Así, la detención de una persona a través del arraigo previsto en el precepto legal impugnado, se podía prolongar hasta por treinta días sin que se justificara con un auto de formal prisión como lo ordena el párrafo primero del artículo 19 constitucional. Por otro lado, del artículo 11 constitucional se desprende que las limitaciones o restricciones a la libertad de tránsito se
TAD PUNITIVA DEL DO Y DERECHOS NDAMENTALES
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por la Dra. Olga Sánchez Cordero Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación constriñen únicamente a que la persona a quien se le impone no pueda abandonar el país o la ciudad de residencia, por encontrarse sujeta a un proceso de índole penal o civil, pero tal restricción no llega al extremo, bajo ninguna circunstancia, de impedir que salga un determinado domicilio (inmueble), y menos aún, que se encuentre bajo la custodia y vigilancia de la autoridad investigadora y persecutora de delitos, ya que el precepto constitucional en comento no hace referencia a dichos supuestos, sino a través de los estrictos términos que para la afectación a la libertad personal que establecen los artículos 16, 18, 19, 20 y 21 constitucionales. Ahora bien, tratándose del arraigo previsto en el artículo 122 bis del Código de Procedimientos Penales del Estado de Chihuahua, al arraigado se le impide salir de un inmueble y, por tanto, también se le impide salir de la población en que reside y del territorio nacional, con lo cual también se atenta contra la libertad de tránsito.
Atento a lo anterior, se consideró que la figura jurídica del arraigo no encontró sustento alguno en el artículo 11 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por lo que se de determinó declarar la invalidez del artículo 122 bis del Código de Procedimientos Penales del Estado de Chihuahua, cuya adición se contiene en el Decreto número 790/03 IX P.E, emitido por el Congreso del Estado y publicado en el Periódico Oficial de la entidad el veintisiete de agosto de dos mil tres. Contrariamente a lo sostenido anteriormente, debo decirles que formulé voto concurrente con los Señores Ministros Valls Hernández y Aguirre Anguiano, en virtud de que estuvimos de acuerdo con la determinación de declararlo inconstitucional, pero disentimos de las consideraciones sustentadas por la mayoría para establecer esa conclusión. Partimos de de la base de que la finalidad del arraigo en materia penal es asegurar que el indiciado cumpla con los requerimientos del Ministerio Público
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vinculados con la investigación de un hecho delictivo y, llegado el caso, evitar que se imposibilite el cumplimiento de la orden de aprehensión respectiva, se considera que constituye un acto de molestia de los comprendidos en el primer párrafo del artículo 16 constitucional, pues por medio de él no se priva al arraigado de su libertad, sino que únicamente se le restringe o afecta, pues la privación sólo ocurre en el caso de la sentencia que imponga al inculpado la pena corporal de prisión. Asimismo, consideramos que el arraigo tiene fundamento en el artículo 11 de la Constitución Federal. Dicho precepto prevé la libertad de tránsito, la cual no es absoluta, sino que el propio texto fundamental prevé que puede ser restringida por la autoridad judicial en los casos de responsabilidad criminal o civil y por las autoridades administrativas en los casos señalados por las leyes respectivas. Trasladadas estas ideas a la materia penal consideramos que cuando en el artículo 11 se hace referencia a la responsabilidad criminal, se debe entender a la posible existencia de la misma y no a su determinación como una verdad inmutable; luego, para dictar el arraigo será suficiente la existencia de elementos de
prueba que hagan presumir que la persona contra quien se pida el arraigo es probable responsable de la comisión de un delito. Ahora bien, del análisis del artículo impugnado estimamos que efectivamente es inconstitucional, aunque no por las razones sustentadas por la may-
oría, pues si bien es cierto que el arraigo penal previsto en él tiene fundamento en el precepto 11 de la Constitución Federal, también lo es que deja al albedrío del ministerio público elegir el lugar donde deba cumplirse el arraigo (párrafo primero), con la salvedad de que no podrá ser en cárceles o establecimiento de corporaciones policíacas (párrafo tercero); luego, es obvio que el numeral cuestionado no obliga al representante social a señalar que el arraigo se lleve a efecto, en una demarcación geográfica, que puede ser una colonia, municipio, ciudad o inclusive el domicilio del sujeto arraigado, pues sólo así el arraigo sería constitucionalmente válido, porque con ello no se privaría de su libertad al gobernado, pues decretado el arraigo en la demarcación geográfica (entidad federativa, municipio o población) en donde vive el arraigado, permite a éste ejercer sus derechos y sus garantías individuales, ya que podrá desarrollar su vida social y también familiar sin menoscabo alguno, e incluso podrá celebrar actos jurídicos sin limitación alguna. De igual manera, aun cuando se ordene que el arraigo se lleve a cabo en el domicilio del individuo, también constituye sólo una restricción a su libertad locomotora, puesto que sólo por el plazo breve que durara el arraigo estará limitado a permanecer en ese lugar, que es su propia casa habitación, más no se encuentra privado de la libertad necesaria para realizar sus actividades familiares o sociales normales. Por consiguiente, si el artículo 122 Bis impugnado permite que el arraigado sea sustraído de su domicilio para ser trasladado al lugar que designe el ministerio público, esta circunstancia cambia la naturaleza del arraigo a detención. En este orden de ideas, se colige que para que el arraigo sea constitucionalmente válido se puede decretar en una demarcación geográfica (colonia, municipio o ciudad o en el domicilio del arraigado), pues sólo así se guardaría un equilibrio entre la materia de la seguridad pública y los derechos y garantías individuales de los arraigados; sin embargo, en el caso, el numeral 122 bis impugnado prevé el arraigo en términos diversos a los mencionados, por lo tanto es obvia su inconstitucionalidad por violación a los artículos 11 y 16, primer párrafo, de la Constitución Federal, pues de acuerdo a todo lo razonado se pone de relieve que desnaturaliza el arraigo y lo convierte en una auténtica detención. Continuara....
Diabetes mellitus
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a diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos, que afecta a diferentes órganos y tejidos, dura toda la vida y se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre: hiperglucemia. La causan varios trastornos, siendo el principal la baja producción de la hormona insulina, secretada por las células β de los Islotes de Langerhans del páncreas endocrino, o por su inadecuado uso por parte del cuerpo, que repercutirá en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas. La diabetes mellitus y su comorbilidad constituyen actualmente la principal causa de preocupación en salud pública. Los síntomas principales de la diabetes mellitus son emisión excesiva de orina (poliuria), aumento anormal de la necesidad de comer (polifagia), incremento de la sed (polidipsia), y
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pérdida de peso sin razón aparente. En ocasiones se toma como referencia estos tres síntomas (poliuria, polifagia y polidipsia o regla de las 3 P) para poder sospechar diabetes tipo 2 ya que en su mayoría son los más comunes en la población. La Organización Mundial de la Salud reconoce tres formas de diabetes mellitus: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional (ocurre durante el embarazo), cada una con diferentes causas y con distinta incidencia. Para el año 2000, se estimó que alrededor de 171 millones de personas eran diabéticas en el mundo y que llegarán a 370 millones en 2030. Este padecimiento causa diversas complicaciones, dañando frecuentemente a ojos, riñones, nervios y vasos sanguíneos. Sus complicaciones agudas (hipoglucemia, cetoacidosis, coma hiperosmolar no cetósico) son consecuencia de un control inadecuado de la enfermedad mientras sus complicaciones crónicas (cardiovasculares, nefropatías, retinopatías, neuropatías y daños microvasculares) son consecuencia del progreso de la enfermedad. El Día Mundial de la Diabetes se conmemora el 14 de noviembre.
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ue, junto con Antonio Reyes Zurita, el laureado fotógrafo de “Excélsior”, oriundo de Macuspana –fallecido también–, el periodista tabasqueño que más viajó por la República Mexicana y el extranjero en su calidad de dirigente de Fapermex.
Su trayectoria periodística se remonta al sexenio de Enrique González Pedrero, cuando fue jefe de Redacción del Departamento de Información del gobierno estatal. Junto con Antonio Caraveo Maldonado, actual columnista de “Rumbo Nuevo”, fundó el “Diario de la Tarde” el 7 de junio del año de 1989. Compartió sus responsabilidades de director general del diario vespertino con la de columnista, pues era autor de “Atardecer Político” y con las de corresponsal de la sección de información general del periódico nacional “Ovaciones”. A mediados de la década pasada fue presidente del Club de Periodistas de Tabasco AC. José Antonio Calcáneo fue un promotor incansable de la superación de sus compañeros periodistas de Tabasco. Siendo presidente de la Fapermex suscribió un convenio con la Universidad Autónoma de Chihuahua, que permitió a comunicadores locales realizar estudios y titularse como licenciados en periodismo. Él mismo –que era autodidacta– fue egresado de la primera generación que cursó estudios en un aula virtual de la Universidad Tecnológica de Tabasco (UTT).