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Jimmy Gómez

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Valeria Chauvel

Valeria Chauvel

E N S A Y O S O B R E L A E F I C A C I A P O É T I C A

Ensayo de Jimmy José Gómez Solís

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La poesía, como todo arte, nace de una búsqueda personal por expresar algo. Pero en esta búsqueda, el individuo tiene que enfrentarse a una serie de dificultades lingüísticas y estéticas, necesarias para que el texto cumpla su objetivo, el cual consiste en que éste sea capaz de participar de la sensibilidad del otro, es decir, que actúe como espejo: esto es la eficacia poética.

Ahora bien, la eficacia del poema depende de su capacidad para suscitar emociones mediante el uso de imágenes. Si bien, no existe una fórmula o receta para asegurar la efectividad del poema, es posible lograrla aplicando ciertos principios estéticos, los cuales pueden conferir una gran capacidad de conducción, conmoción y encuentro. El poema como punto de encuentro y hallazgo.

La idea no es estandarizar un estilo o una forma, sino replantearnos las bases estéticas que el poeta, ya en el ejercicio consciente de la palabra, aplica a su texto para que éste cumpla una función: lograr un efecto inmediato. El poeta chileno, exponente del creacionismo, Vicente Huidobro, en su poema Arte Poética, revela su preocupación en este sentido. Un fragmento reza:

Una hoja cae; algo pasa volando; cuanto miren los ojos creado sea, y el alma del oyente quede temblando.

El colombiano Pablo Castellanos, estudioso de la teoría borgeana sobre el lenguaje poético, en su artículo La emoción ante las palabras: Teoría de Borges sobre el lenguaje poético, apunta: En

poesía, lo más importante es la transmisión genuina (o eficaz) de una emoción y que la

imaginación del lector acepte esa emoción. Y luego, […] las palabras en poesía albergan y

transmiten las emociones de las que surgieron, gracias a que expresan el alma de las cosas o sus circunstancias esenciales e íntimas.

Tanto en Huidobro como en Borges, el uso cuidadoso del lenguaje es una constante, ya que éste es el responsable de conducir las sensaciones y emociones que se buscan compartir. La segunda constante es: volver la mirada a la esencia de las cosas, es decir, lo que muchas veces pasa desapercibido, lo que obviamos, los instantes; en lo sutil y pequeño está la fuente de la poesía.

Unificando las ideas de ambos autores, podemos organizarlas en dos principios fundamentales: brevedad e intensidad. Brevedad para decir lo justo y necesario e intensidad para propiciar una experiencia estética poderosa, que sea capaz de mover y remover al lector. La emocionalidad del texto, su dramatismo, será la búsqueda máxima y la principal prioridad.

Con todo esto, Huidobro y Borges, lo que quieren es llegar a ese

“ otro lado ”del que hablan poetas como García Lorca cuando dice en su Poema doble del lago Eden: […] porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja, / pero sí un pulso herido que sonda las cosas del otro lado, y Pizarnik en varios poemas, como por ejemplo Rescate, que dice: […] Si el alma pregunta si queda

lejos se le responderá: del otro lado del río, no éste sino aquel.

En suma, la estética de la economía verbal o brevedad, de la novedad y de la intensidad, se constituye como la trinidad que asegura la efectividad, el carácter activo del poema, y le permite decir mucho con poco, ya que su fuerza no reside en la cantidad sino en la sorpresa, en la develación de algo, no por estar escondido, sino por ser ignorado, reprimido, menospreciado.

Bibliografía

Huidobro, V.. (1916). El espejo de Agua. Buenos Aires: Orión.

Castellanos, P.. (2012). LA EMOCIÓN ANTE LAS PALABRAS: TEORÍA DE BORGES SOBRE EL LENGUAJE POÉTICO. Literatura: teoría, historia, crítica, 14(2),313-65.[fecha de Consulta 15 de Julio de 2021]. ISSN: 0123-5931. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=503750730002

García, F.. (1940). Poeta en Nueva York. España: Séneca (México).

Pizarnik, A.. (1968). Extracción de la piedra de la locura. Argentina: Editorial Sudamericana.

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