LAS MUJERES, EL PODER Y LAS RESISTENCIAS

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Las Mujeres, el Poder y las Resistencias

Uverney Quimbayo Cabrera (Revista Lanzas y letras) Carmen E. Carvajal (Confluencia de Mujeres para la Acci贸n P煤blica) Mujeres Campesinas de Inz谩 - Cauca Olga Araujo y Berenice Celeyta (Asociaci贸n Nomadesc)

Ediciones Lanzas y Letras Neiva - Huila - Colombia 8 de marzo de 2013 2


Las Mujeres, el Poder y las Resistencias Uverney Quimbayo Cabrera Carmen E. Carvajal Mujeres Campesinas de Inzá Olga Araujo y Berenice Celeyta Colección Antorchas del Camino Portada Resistencia Fotografía Violeta del Mar Quimbayo Castellanos Diseño y diagramación GRAFIPLAST del Huila Ediciones Lanzas y Letras Esta publicación puede reproducirse total o parcialmente Neiva, 8 marzo de 2013

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Contenido

Las Mujeres, el Poder y las Resistencias Por Uverney Quimbayo Cabrera................................................ 7 Amores y Desamores del Movimiento de Mujeres con el Movimiento Social y Político Por Carmen E. Carvajal........................................................... 15 Los feminismos también de aquí. Lucha y movilización de las Mujeres Campesinas en Inzá, Cauca - Tierradentro .................................................. 27 Encuentros de Mujeres por los DESCA: Sororidad y Derechos de los Pueblos Por Olga Araujo y Berenice Celeyta .......................................... 45

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Presentación

Esta segunda entrega de Antorchas del Camino está dedicada a la reflexión sobre el papel que han jugado, juegan y jugarán las mujeres en el desarrollo y transformación de cualquier sociedad. Dicha reflexión intenta superar los análisis simplistas y la concepción machista, instrumentalista y cosificada de la mujer. La mujeres, contrario de los que consideran que nacieron solamente para procrear, cuidar los hijos y hacer labores domésticas, deben ser consideradas y tratadas como un seres humanos completos, capaces de asumir las tareas y retos más trascendentales de la sociedad. En tal sentido, Las Mujeres, el Poder y las Resistencias, hace un recorrido histórico del papel y los retos que las mujeres han tenido que asumir en el transcurso del desarrollo de la humanidad, para luego compartir tres experiencias de mujeres colombianas: (i) Las Mujeres Campesinas de Inzá, (ii) La Confluencia de Mujeres para la Acción Pública, y (iii) Encuentros de Mujeres por los DESCA: Sororidad y Derechos de los Pueblos del Valle del Cauca. Se espera que estas modestas reflexiones y experiencias sean el acicate, no sólo de reconocer el inmenso valor e importancia de las mujeres en la transformación de una sociedad, sino la motivación a centrar, tanto mujeres como hombres, todos las capacidades, inteligencias, experiencias y esfuerzos en la necesidad de construir un mundo más justo y equitativo, en el entendido que mujeres y hombres han sido víctimas de los sistemas deformes y deformantes. Las mujeres, tal como lo concebía María Cano, "Sois la fuerza 6


latente, hacedla útil. Que rompa cadenas de prejuicios, de errores, de ignorancia", y por esa realidad que engrandece la vida es que la mujer colombiana, como lo señalara Camilo, "tiene la suficiente generosidad como para encuadrar sus problemas personales dentro de un ideal más amplio: la realización de una auténtica revolución colombiana". Por lo anterior, exhortamos, en la voz poetica de Giocanda Belli, a que se levanten todas y todos, y se marche hacia la Huelga:

Quiero una huelga donde vayamos todos. Una huelga de brazos, piernas, de cabellos, una huelga naciendo en cada cuerpo. Quiero una huelga de obreros de palomas de choferes de flores de técnicos de niños de médicos de mujeres. Quiero una huelga grande, que hasta el amor alcance. Una huelga donde todo se detenga, el reloj las fábricas el plantel los colegios el bus los hospitales la carretera los puertos. Una huelga de ojos, de manos y de besos. Una huelga donde respirar no sea permitido, una huelga donde nazca el silencio para oír los pasos del tirano que se marcha.

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Las Mujeres, el Poder y las Resistencias Uverney Quimbayo Cabrera director@lanzasyletras.org 1 de junio de 2011

Desde siempre la humanidad ha generado costumbres, tabúes, normas, leyes y convencionalismos que determinan el comportamiento y la actitud del género humano. De ahí, la importancia de plantearse la tarea de recuperar el derecho a la memoria como constituyente de identidad colectiva y como una forma de luchar contra las potencialidades deshumanizantes del olvido porque "… el conocimiento por un pueblo de la historia de su opresión forma parte de su patrimonio, y, por ello, se debe conservar adoptando medidas adecuadas en aras del deber de recordar que incumbe al Estado. Esas medidas tienen por objeto preservar del olvido la memoria colectiva, entre otras cosas para evitar que surjan tesis revisionistas y negacionistas" (ONU, 1997). Pero esa recuperación de la memoria, en la dimensión planteada por Martín Baró (1986), busca "…recuperar no sólo el sentido de la propia identidad, no sólo el orgullo de pertenecer a un pueblo, así como de contar con una tradición y una cultura, sino, sobre todo, de rescatar aquellos aspectos que sirvieron ayer y que servirán hoy para la liberación. Por eso, la recuperación de una memoria histórica va a suponer la reconstrucción de unos modelos de identificación que, en lugar de encadenar y enajenar a los pueblos, les abran el horizonte hacia su liberación y realización". En el período primitivo, las mujeres cumplían un papel preponderante, no sólo por su actividad reproductora sino por la actividad social y económica, lo que las hacía proveedoras primarias de alimentos y destacadas dirigentes sociales y culturales. Fue ella la gestora de la agricultura y la domesticación 8


de animales; controló el fuego en la cocina utilizándolo para la preparación y conservación de los alimentos, al igual que creó todos los utensilios adecuados (vasijas, hornos...); encontró las primeras medicinas naturales y el hilado de telas primitivas, de donde nacieron las primeras industrias domésticas. Durante el matriarcado, la mujer no era que detentara el poder como se nos cuenta para desprestigiarla, simplemente ésta en vez de residir en la tribu del marido era él quien se quedaba en el lugar de ella. Cuando el hombre empieza a conocer su papel en la fecundación deja de verla como madre-diosa y es entonces cuando se impone el patriarcado, no tanto porque el hombre se convirtiera en un iluminado, sino porque en el fondo todavía seguía temiéndole y es en la sumisión de ésta donde se desarrollan las relaciones en las que el hombre se desea perpetuar a través de sus hijos, convirtiéndola en recipiente, vasija, surco; podía ser raptada, comprada o intercambiada; no heredaba de su padre, como su hermano, y es aquí donde empieza a desarrollarse la monogamia1. El advenimiento de la sociedad clasista, mediante el mito de la mujer regalada, profundizada por el relajamiento profesional en el maquinismo y la represión religiosa, sexual, política, económica y social ha oprimido a la mujer. En el medioevo, en donde se dan las profesiones mixtas y se da origen a una pareja equiparada sin contar las excepciones- y el mito de la maternidad no estaba muy desarrollado; eran hogares artesanales, no vivía el matrimonio sólo. La mujer no estaba en igualdad de condiciones que el hombre, sino que gozaba de mayores consideraciones. Su ciclo de vida duraba lo que duraba su fecundidad. La mujer ha estado condenada a cumplir un papel de inferioridad y sometimiento a la voluntad perversa del hombre. En la opresión de clase del capitalismo, que buscando mano de obra barata y no tan fuerte, utilizó a las mujeres junto con los niños para que manejaran la máquina. En 1846, Engels en El Origen de la familia, la Propiedad Privada y el Estado, aseguró que "la primera división del trabajo es la que se hizo entre el hombre y la mujer para la producción de los hijos", y en 1890 amplía su reflexión diciendo que "El primer antagonismo de clase que aparece en la historia 1

Victoria Sau en el Manifiesto para la liberación de la mujer.

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coincide con el antagonismo del hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clase, con la del sexo femenino por la del masculino". Según Bebel, discípulo de Marx, la mujer fue esclava antes de que existiera el esclavo. Han sido ilimitados los mecanismos que las estructuras de poder han utilizado para reflejar en la familia la reproducción del sistema imperante. La mujer, era como una mina de donde se sacaban nuevos hombres para trabajar y heredar de los anteriores. A ésta, el marido le ha pegado casi en todas las culturas, tan solo en Europa en los siglos XII y XIX, se puso de moda tratarlas con delicadeza y elegancia para que no se rebelaran y pusieran en peligro los intereses económicos masculinos, ya que sus obras decían lo contrario: se inventaron el cinturón de castidad, un artilugio incomodo, antihigiénico y tenebroso, mientras él se rodeaba de suntuosidades y placeres. Sin embargo, la historia oficial, a través de los medios masivos de comunicación "nos enseña a aliviar nuestros temores y frustraciones brutalizando a los que son más débiles que nosotros: el hombre de uniforme se convierte en bestia; el capataz intimida a los trabajadores que tiene a sus órdenes; el marido golpea a su mujer, al niño, a su perro" 2. El trabajo de la mujer ha sido igual y tan necesario como el del hombre: "…en el campo, desde la siega y el espigueo hasta la recolección, la molienda y la vendimia; ha sido pastora y ha practicado el esquileo; leñadoras y alfareras; hiladoras y tejedoras; panaderas y aguadoras. En las minas, desde recoger el metal hasta lavarlo en el lavadero; en las ciudades, la mayor parte de las que trabajaban fuera del hogar - casi siempre en condiciones de esclavas- lo hacían en las industrias textileras"3 . La mujer, desde la antigüedad hasta ahora, continúa siendo considerada como un ser maldito; la reproductora del mayor desgaste del hombre; un ser creado para reproducir y cuidar a sus hijos junto con las labores domésticas; un ser destinado a la instrumentalización de la sociedad de consumo y a ofrecer toda la satisfacción morbosa al hombre, a los hombres.

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Margareth Randall en Opresión y liberación de la mujer. Victoria Sau en el Manifiesto para la liberación de la mujer.

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La memoria hegemónica masculina cuenta que para Aristóteles las mujeres tenían menos dentaduras que los hombres, por tanto eran inferiores; San Pablo, que el hombre era la cabeza de la mujer del mismo modo que Cristo es la cabeza de la iglesia; Santo Tomás aseguraba que "las mujeres eran hombres que fueron mal formados, que quedaron deficientes"; Gautier, consideró a la mujer al modo antiguo: una linda esclava destinada a nuestros placeres. Nietzsche decía que "las mujeres son incapaces de amistad. ¡No pasan de ser gatos o aves! En el mejor de los casos vacas"; Rousseau, que "la mujer está hecha para soportar las injusticias del hombre"; Schopenhauer, que la mujer existe sólo en la propagación de la especie, y la consideraba -incluso a nivel sexualun ser intermedio entre el niño y la bestia; Freud las miraba como seres envidiosos del pene, subyugadas y frecuentemente histéricas, cuya "liberación" consistía en aceptar su papel; Kant hablaba de su inferioridad tanto intelectual como moralmente, y Darwin decía que la lucha por la supervivencia hacía a los hombres intelectualmente superiores a las mujeres. Pero, a pesar de la imposición de la lógica instrumental y reduccionista masculina, que ha desplegado una perversa campaña de desprestigio, manipulación, tergiversación y desprestigio sobre la mujer, existe una historia negada que busca hacer de la memoria una cuestión de poder en el presente y no una reflexión aislada sobre el pasado, que puede servir para conservar ese poder o como un medio para alcanzarlo. En este sentido, encontramos que Aristóteles no pudo por sí mismo contar las piezas que contenía una boca femenina, pero aseguró que tenía menos que el hombre; es cierto que con Cristo se crea una nueva imagen de la mujer, representada en María, pero donde se negaba la libertad porque era la virginidad, la obediencia, la maternidad y el celibato lo que imponía y cotizaba a la mujer. San Pablo, discípulo de Cristo, era representante del decadente mundo griego, el concepto del alma diferente del cuerpo no existía y la secta judía de los fariseos a la que pertenecía, no practicaba el celibato como los esenios; con la reforma no se hizo nada en pro de la mujer; los protestantes alemanes seguían dudando de si era un ser humano igual al hombre, intermedio entre este y la bestia; según las palabras de L.W.H. Hull, filosofo de Ginebra, "Rosseau era un vagabundo con muy poca disciplina, al que le 11


había faltado la aplicación y la estabilidad (sino el talento) para conseguir sólidos resultados académicos, intentó compensarlo (no sin aparente éxito), elaborando vagas generalidades de un lenguaje emocional". Aparte de Rousseau, Helvenecio y D´Alembert, consideraban que la mujer era víctima de una mala educación y abogaban para que se instruyera; Condorcef, filósofo y político, quería que tuvieran acceso a la vida pública; Schopenhauer era un ser que aborrecía el acto sexual y abominaba el de la procreación y retomaba en gran medida a Rousseau; Freud crea la falsa teoría de los dos orgasmos y comete el error de atribuirle el origen de todo el contenido del individuo a la sexualidad y es precisamente Erich Fromm quien lo desenmascara, al mostrar que no existe sino un orgasmo, el clitoriano, y que la sexualidad no es la determinante del contenido del individuo, sino que eso es un elemento que se da en la relación de pareja porque existe un carácter masculino y un carácter femenino. Kant estaba influido por el ambiente moralista, se limitó a decir que la sexualidad solo tenía un marco adecuado: el matrimonio, pero quedaba por saber el papel de cada cónyuge. Se podría seguir ahondando en la búsqueda de estos elementos que confrontan a lo establecido, pero de todas maneras llegaremos a una conclusión, como la que nos dice Ortega y Gasset: lo que llamamos mujer no es un producto de la naturaleza, sino un producto de la historia. En el año 500 a. C., Solón institucionalizó la prostitución, profesión más antigua inventada por el hombre como inventó la esclavitud y la segregación; esto, obedecía no a una necesidad real sino a las conveniencias despertadas por el sistema: "eliminad a las mujeres públicas de la sociedad y el libertinaje la turbará con toda clase de desordenes. Las prostitutas son en una ciudad lo que la cloaca en un palacio. Suprimid la cloaca y el palacio se convertirá en un lugar sucio e infecto4" . La iglesia las persigue y las condena, pero la sociedad las necesita. Mientras el psicoanálisis burgués, se mantenga esgrimiendo estas aberraciones humanas que "hacen que el hombre se adapte a la sociedad enferma dominada por el hombre5" y mientras la idea desenfrenada y enfermiza de Freud nos conlleve a que lo único 4 5

IBID. Margareth Randall en Opresión y liberación de la mujer.

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que debe hacer la mujer es adaptarse a la sociedad sexualista machista, no podremos pensar en una sincera y real emancipación de la mujer. El camino hacia la igualdad sólo nos lo dará la erradicación de la sociedad de clases, como lo dijera Engels: "en cuanto los medios de producción pasen a ser propiedad común, la familia individual dejará de ser la unidad económica de la sociedad". La mujer ha sido fundamental en el desarrollo histórico de la humanidad, y al lado, no detrás, de todo gran hombre siempre ha existido una gran mujer, quien ha sido el complemento, el apoyo moral y ha llenado las deficiencias dejadas por el hombre: mientras él se dedicaba a la política, a la guerra, al estudio... ella cumplía su labor en la casa, cuidando a sus hijos y en la mayoría de los casos produciendo laboralmente para toda la familia. En el sistema capitalista, los hombres han creado las leyes discriminatorias para que la mujer se mantenga en su lugar de sumisión: el hogar, los niños y en caso de favorabilidad para ellos, en el trabajo; pero no son los hombres en sí quienes desprecian a la mujer, sino la estructura del poder autoritarista de las empresas, quienes a la vez reflejan los intereses de la clase opresora: la burguesía. No es lógico que estando la mujer relacionada biológica, sexual y emocionalmente con el hombre, éste se convierta en su propio opresor y manipulador; la condición de la mujer está definida por el resultado de una serie de estructuras, como son: la producción, la reproducción, el sexo y la socialización de los niños6. Y es desde esas estructuras que se debe emprender la emancipación de la mujer, ya que es la medida natural de la liberación general y éstas hacen parte de la mitad de la pareja humana y de la mitad o más de la humanidad. La liberación de la mujer debe ser considerada como un problema de clase, de género humano, y debe ser una rama de la izquierda, como los estudiantes, los obreros..., a diferencia que son la mayoría y no se les puede confundir como un grupo más. Juliet Mitchell (1966), en "las mujeres: la revolución más larga". Se refiere a la acumulación, compra o consumo de bienes no esenciales, como al sistema político y económico que promueve la adquisición competitiva de riqueza como signo de reconocimiento de un grupo social. 6 7

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Otro elemento a resaltar es el consumismo7, que ha valorado toda realización humana en razón de objetos, convirtiendo a la mujer en otro objeto, otro instrumento; aquí predomina la producción en serie, el código, lo invariable, acabando con la posibilidad de diversidad que es la clave de la verdadera belleza, de la verdadera razón de ser de la humanidad8. La mujer ha sido convertida en una consumidora, en un estereotipo publicitario, en un artículo de lujo: "comprar es la única actividad placentera permitida e impulsada por la estructura de poder; para persuadir a un hombre a comprar, un anuncio debe apelar a su deseo de autonomía y libertad de las restricciones convencionales; para convencer a una mujer el anuncio debe apelar a su necesidad de complacer al opresor masculino"9. Es la hora de que el tema sobre la liberación de la mujer deje de ser simplemente un ideal normativo, de buena voluntad y amplia retórica y se convierta en un tema indispensable en la teoría socialista, que debe integrarse estructuralmente a ella, tal como lo dijera Ho Chi Min: "sin la liberación de la mujer no podríamos recorrer el camino en la construcción del socialismo", y más tarde lo ratifica de manera más amplia la Red de la Comisión II del Congreso Cultural de la Habana en 1968: "La liberación de la mujer sólo puede efectuarse con la destrucción de la sociedad clasista. Por consiguiente es imposible concebir la independencia de la liberación de la humanidad en conjunto… La liberación de la mujer comienza con la construcción de la nueva sociedad porque esta nueva sociedad pone en sus manos los instrumentos materiales y culturales necesarios para hacer posible su incorporación a las diferentes actividades creadoras de la sociedad, además de ofrecerle los medios prácticos para que pueda realmente ejercerlas, liberándolas de las tareas rutinarias domésticas que limitan sus posibilidades de desarrollo". Para que la mujer alcance la igualdad en derechos y dignidad como ser humano, hay que concebir en la teoría y en la práctica a la mujer en igualdad de condiciones: en el hogar, el trabajo y sexualmente porque, según Marx, "donde el trabajador exista para el proceso de la producción y no el proceso de producción para el 8 9

Margareth Randall en Opresión y liberación de la mujer. Margaret Randalll en el prólogo a Las mujeres.

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trabajador, ese hecho es motivo engorroso de corrupción y esclavitud". La estructura social necesita débiles y pasivos recipientes de propaganda y productos de consumo, que la gente no sea violenta10. Para el Che, "…la parte que las mujeres pueden desempeñar en el desarrollo de un proceso revolucionario es de extraordinaria importancia, conviene recalcar esto ya que en todos nuestros países, con su mentalidad colonial, hay cierta subestimación de las mujeres que se convierte en verdadera discriminación contra ellas. La mujer es capaz de realizar las tareas más difíciles, de luchar junto a los hombres..." hombro a hombro y no detrás de él. La liberación real de la mujer se hace una tarea inaplazable e imprescindible para la liberación de toda la humanidad; por tanto, "no puede esperar la solución de sus problemas sin luchar. La liberación no se les dará como regalo. Debe luchar por ella y ganarse como un derecho humano. No es suficiente equiparar el problema de la mujer con la lucha de clase trabajadora en general11", ya que, como lo dice Gabriel García Márquez, "La única idea nueva que podría salvar a la humanidad en el siglo XXI es que las mujeres asuman la dirección del mundo. Creo que la hegemonía masculina ha dilapidado una oportunidad de diez mil años. Los hombres han menospreciado y ridiculizado la intuición femenina, y por otro lado, a lo largo de la historia hemos santificado nuestras ideologías, casi todas absurdas o abominables. La estructura de poder masculino ha demostrado que no puede impedir la destrucción del medio ambiente, porque es incapaz de sobreponerse a sus propios intereses. Para las mujeres, en cambio, la preservación del miedo ambiente es una vocación genética. Invertir los poderes es un asunto de vida o muerte".

Paf Mairardi en La política de las tareas domésticas en las mujeres. Joan Jordán en Las mujeres: La situación de las mujeres norteamericanas.

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Amores y Desamores del Movimiento de Mujeres con el Movimiento Social y Político Reflexiones desde la experiencia de la Confluencia de Mujeres para la Acción Pública (Colombia) Carmen E. Carvajal R. Bogotá, Colombia

"Es necesario abordar estas discusiones a corto plazo, a fin de proceder a la movilización en la lucha inmediata y a largo plazo, y para comprender cómo podría orientarse la dinámica de las lucha antipatriarcales y las luchas anticapitalistas a fin de unirlas en un combate revolucionario" (Delphy, 28)

Hablar de las organizaciones sociales de mujeres implica hacer un trabajo desde muchos flancos. Tener una sola definición sobre lo que es una organización de mujeres sería un ejercicio irresponsable debido a la heterogeneidad de posiciones, apuestas y acciones que se han generado. Han sido distintas las razones por las cuales las mujeres nos organizamos en espacios comunitarios, políticos, tales como partidos, movimientos, organizaciones autónomas, academia, etc. Además difiere también desde donde nos nombramos frente a la tensión de ser feminista o no. En ese sentido pretendo compartir reflexiones hechas desde el proceso de mujeres al que pertenezco y su articulación al Movimiento Social y Político, el cual en Colombia también tiene distintas manifestaciones.

La experiencia de la Confluencia de Mujeres para la Acción Pública. La Confluencia de Mujeres para la Acción Pública es un proceso de articulación, principalmente de mujeres, creada en el año 2008 en 12 regiones del país, que se caracterizan desde sus contextos

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por ser campesinas, estudiantes, sindicalistas e independientes feministas y no feministas, y por asumir problemáticas y acciones, y que desde múltiples apuestas comprende una iniciativa de carácter nacional. Los lineamientos políticos se basan en el poder popular, la autonomía y la horizontalidad política en razón de apostar en el impulso de un movimiento social y popular de mujeres. Pero al igual se comprende y crece dentro de un proyecto de Movimiento Social y Político en Colombia. Algunas venimos de procesos sociales y de izquierda; otras de procesos de mujeres universitarias, las cuales se cuestionaban las desigualdades de género hacia adentro y hacia afuera de sus organizaciones, y que en el transcurso de estas se encaminaron hacia un proyecto feminista; otras experiencias de mujeres que desde su vida campesina o popular urbana han asumido su participación en organizaciones mixtas como parte del conjunto de las luchas: por la defensa el territorio, la protección de su medio natural, su familia y su comunidad, sin evidenciar luchas propias en relaciones a sus intereses y necesidades. Para estas organizaciones el debate sobre género, patriarcado, feminismo se evidencia como algo institucional y peligroso para la vida de sus organizaciones y sus relaciones familiares. Otras mujeres vienen del movimiento de mujeres con experiencia y conocimiento en las luchas feministas, la lucha por la implementación de las políticas públicas, por garantía de los derechos de las mujeres. Otras, las que han vivido con dureza la estructura sindical hecha por y para los hombres. También, mujeres no organizadas que desde la realidad que viven en sus comunidades ven en la propuesta el escenario dónde poder realizar, con otras, iniciativas por el derecho de las mujeres. De esta manera nos encontramos en la lucha por una sociedad más justa, igualitaria y progresista, frente a reivindicaciones por el derecho a la educación, a la tierra y los territorios, al trabajo digno, por la solución política del conflicto armado, por el derecho de una vida digna para las mujeres, en contra de los feminicidios. Todas confluyendo e intentando articular desde las diferencias, distintas maneras de pensar y relacionarnos con el mundo. Diferencias que en el proceso de construcción de la Confluencia y de la articulación al Movimiento Social y Político se ponen en tensión. En este sentido, participar en escenarios amplios de 17


debate y construcción política del movimiento social en Colombia, como el Congreso de los Pueblos, ha sido el proceso y el escenario de debate, tensión, por construir un escenario de unidad entre mujeres; y además actuando al interior de un proceso que articula diferentes expresiones del movimiento social de carácter mixto. El reto que asumimos al aportar en la construcción de espacios de unidad como mujeres, es el de lograr concertar una agenda común que nos permita posicionar nuestras reivindicaciones y propuestas, pero también el posicionar el principio antipatriarcal, como principio ético político en las luchas de resistencia. Principio que se exprese en las propuestas y agendas de nuevo país que jalona este movimiento, como apuesta de transformación que garantice condiciones de equidad e igualdad entre los hombres y las mujeres. Es desde esta realidad, desde nuestros propios contextos y experiencias, desde nuestras diversas posturas, que surge la necesidad perentoria de abordar la discusión del por qué y cómo las apuestas feministas y de género son válidas en un proyecto de transformación.

Nuestra participación en el movimiento social: Congreso de los Pueblos. Para la Confluencia de Mujeres para la Acción Pública, hablar desde un país latinoamericano afina el sentido para entender las relaciones en torno a ser países de la periferia, es hablar de la existencia de un conflicto social, político y armado. Lo anterior, implica hablar no solamente de lo que nos pasa como mujeres, es también reconocer un sistema económico, claramente injusto. Es también reconocer las injusticias, el despojo y las violencias con las que hemos crecido hombres y mujeres en este país. Es entender el papel de las mujeres y el movimiento de mujeres en la construcción de esa fuerza desestabilizadoras de este poder hegemónico basado en la subvaloración, la estigmatización y el exterminio. En ese sentido hemos asumido el compromiso de articularnos en un espacio social y político nacional denominado el Congreso de los Pueblos, donde convergen organizaciones comunitarias,

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sociales y políticas de diverso tipo (campesino, estudiantil, indígena, obrero-sindical, de mujeres etc.) hacia la construcción de una propuesta alternativa de país. En este espacio hemos logrado, con dificultades, posicionarnos como un sector social y político e introducir la discusión de la lucha antipatriarcal para la transformación social. Al interior nos encontramos en proceso de impulso de la I sesión Legislativa social y popular de Mujeres, cuyos objetivos son el de generar un escenario debate nacional sobre la realidad del país desde las mujeres y la construcción de una agenda común de acción colectiva, que impulse una agenda política de las mujeres al interior de este movimiento. En nuestra participación en este escenario hemos tenido pequeños logros. Se evidencia en varias de las organizaciones que hacen parte del CP, la necesidad de abordar estos debates tanto al interior de sus organizaciones como al interior el movimiento mismo, el utilizar lenguajes incluyentes, e ir ganando mayor asistencia de las mujeres desde lo regional a lo nacional. Pero aún falta mucho que recorrer. Sabemos claramente que en la forma cómo abordemos estas discusiones y en la forma como se entienda y se articulen las luchas, sin llegar a fundamentalismos que irremediablemente pueden ser factores de rupturas entre las mismas organizaciones de mujeres y entre los procesos mixtos de las que también hacemos parte y hacen parte del CP, hará posible generar, sin lugar a dudas, un escenarios real de transformación.

El carácter político y transformador al hablar desde las mujeres. Sin embargo, sabemos que la actuación y propuesta política desde las mujeres ha sido juzgada desde muchos espacios. Desde las apuestas de algunas izquierdas que nos ven como separatistas, desde el común de las personas que nos ven como victimizadoras, hasta algunas apuestas neo-estructuralistas que nos ven como esencialistas. Por el contrario, hablar desde nosotras indica que compartimos una situación de opresión común, que si bien no es idéntica para

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todas, puesto que está relacionada con los contextos, entramados y vidas personales, esta opresión nos asigna una posición de desventaja frente a un poder masculino. Posición que está relacionada con otros factores que conforman un gran paquete de opresiones, violencias y muerte. En este sentido, hablar desde las mujeres ha sido no sólo hablar desde el género sino también de las interrelaciones: raza, la clase, etnias- raza, opción sexual, entre otras.

Consideraciones acerca de las organizaciones de mujeres. De la misma forma es importante a resaltar que las organizaciones de mujeres y los grupos feministas tienen particularidades, por ello se requiere hablar desde sus contextos y sus diferentes experiencias. Por lo que es clave hablar desde el conocimiento situado en relación al surgimiento de estos mismos procesos: "Los conocimientos situados requieren que el objeto de conocimiento sea representado como un actor y como un agente, no como un pantalla o un terreno o un recurso, nunca como esclavo del amo que encierra la dialéctica en su autoría del conocimiento objetivo" (Haraway, 341). De este modo, hablar desde los orígenes y características de las organizaciones de mujeres y/o feministas y su lucha como sujetos políticos define el carácter diferenciador, estratégico y político de la lucha de las mujeres en la construcción de una mirada distinta de mundo: Una mirada desde las mujeres, la cual ha implicado hablar más allá del concepto ciudadanía; cuestionando el carácter desigual y naturalizado entre los géneros como determinante de la desigualdad socio política (Archenti, 11). Así mismo, hablar de un movimiento de mujeres "(…) representa factores relacionados a la acción colectiva, por parte de las mujeres, de acuerdo a sus intereses políticos y de género, con la autonomía respecto a otros grupos. (…) Para elaborar sus propios programas de acción y debatir sus propios objetivos, tácticas y estrategias libres de influencias externas" (Molyneux, 227). "Hablar de un movimiento implica, un fenómeno social y político de cierta trascendencia, la cual puede derivarse de su fuerza numérica como

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de su capacidad de provocar algún tipo de cambio, ya sea legal, cultural, social o político" ( Molyneux, 225). Esto significa que hablar de los intereses y las necesidades de las mujeres, no sólo como lineamiento político, es una apuesta por el cambio de las relaciones de solidaridad entre mujeres, como fundamento de construcción histórica y no como una imposición biologista. (…) Significa también rupturas con los referentes externos que están a favor de la construcción del mundo centrado en la inferioridad de las mujeres, y por otro lado, implica mantener la capacidad para la acción hacia el mundo exterior. Las feministas se han situado en verdad tanto adentro como afuera de las tradiciones políticas dominantes" (Ergas, 164). Asumir este reto, para las mujeres que hemos decidido organizarnos, ha implicado tomar conciencia para luchar en contra de cualquier sistemas y/o formas de opresión, fomentar espacios de confianza, apoyo mutuo y solidaridad efectiva entre las mujeres, para impulsar escenarios de debate y construcción de acción política, dentro y hacia afuera del movimiento social y político del cual hacemos parte (CP).

Las mujeres y su relación dentro del Movimiento Social y Político. Los diverso planteamientos de mujeres feministas y de izquierda a través de la historia han estado dirigidos hacia evidenciar y reconocer la importancia de la cotidianidad como fundamento de lo político, no solamente dentro de las organizaciones de mujeres sino también en proyectos más amplios. Así como la de ayudar a entender que la vida de las mujeres no solo está atravesada por situaciones particulares por ser mujeres, ya que existen factores de clase, etnia-raza que son constituyentes y multicausales de la subordinación, explotación y discriminación hacia las mujeres, y que estos refuerzan unos a otros. En tal sentido, estas experiencias nos han indicado que debemos apostarle a formas políticas de transformación que aboguen por sociedades más libres, equitativas y justas. A ese respecto, Clara Zetkin, desde sus épocas de la izquierda obrera europea, afirma

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que si bien "La cuestión femenina se plantea para las mujeres del proletariado, de la pequeña y media burguesía, de los estratos intelectuales y de la gran burguesía; además, presenta distintas características según la situación de clase de estos grupos" (Zetkin, 101). Sin embargo, a pesar de luchas incansables nuestra participación en muchos escenarios es marginal y silenciosa. Existe un descreimiento en muchas de nosotras frente a las organizaciones y movimientos sociales y políticos; bien sea por que a lo largo de la historia las reivindicaciones de las mujeres ha sido motivo de burla, estigmatización e instrumentalización, o por factores culturales naturalizados, en relación a lo que se considera femenino y masculino (privado- público). Muchas de estas luchas se han enmarcado en reivindicaciones propias o particulares, en un marco general de beneficios o afectaciones compartidas, pero sin una agenda común de lucha y sin una propuesta que exprese el sentir del conjunto o de la gran mayoría de las mujeres. Y en otro sentido es una lucha que se articula como fuerza motora y jalonadora del movimiento social, sin cuestionar las estructuras de dominación referidas al sistema género. En otras es una fuerza cooptada, desmovilizada, e instrumentalizada por la institucionalidad. En este sentido podemos decir que la relación y la participación de los procesos de mujeres en los escenarios y luchas del movimiento social y político, tiene particularidades en sí mismas, que pueden ser potenciadoras o desarticuladoras de la acción y la incidencia política de las mujeres. De tal manera, la participación de las organizaciones y procesos de mujeres en el movimiento social, plantea retos fundamentales que implican incorporar y transformar las mentes, los comportamientos y las acciones, asuntos que han sido parte de las luchas de organizaciones feministas en contra de percepciones, comportamientos social y políticamente aceptados y culturalmente naturalizados. Sin embargo, pretender una relación de los movimientos de mujeres con el movimiento social y político puede ser un arma de doble filo, frente al desplazamiento de los intereses de las mujeres por otros que históricamente se han correspondido como más importantes. Además, debido a los mitos e imaginarios frente al feminismo y los profundos miedos que producen sus cuestionamientos, al interior de las organizaciones sociales y 22


políticas, en su mayoría siguen pensando (actuando - sintiendo) que los intereses de género son de un orden secundario. Esta ha sido una lucha interna muy clara, ¿Qué luchas priman para obtener una sociedad más justa? Ahora bien. Articular las apuestas desde el Feminismo o de las organizaciones de mujeres en aras de un proyecto de transformación total ha sido y sigue siendo, una de las luchas y retos más grandes. Por desgracia, han sido muchas las experiencias de desilusión de las mujeres que se han atrevido a poner en cuestión las relaciones de género, por ende las relaciones de poder al interior de estos movimientos. Resulta valioso para la historia aprender, analizar y reflexionar sobre estas particularidades y mutuas desilusiones en aras de ser, actuar y accionar en proyectos más amplios, como una fuerza social articulada en sus mismas identidades y diferencias.

Amores y desamores dentro del movimiento Social y Político. Las definiciones políticas se atribuyen según los contextos y las necesidades propias. Ser una lucha dentro de la lucha permite un ejercicio crítico y reflexivo en dos vías: hacia el movimiento social y político en su conjunto, así como al interior de las organizaciones de mujeres que le apuestan a estar al interior de este Movimiento. Además del reto de lograr conjuntamente, el de emprender, fortalecer e impulsar la lucha antisistema en contra este modelo patriarcal, capitalista, sexista y colonial. De esta manera, entrar a considerar escenarios y relaciones de poder es entrar a considerar sus lógicas de dominación y develar las formas muy sutiles como se expresan. Pero también es entrar a entender que la expansión colonial europea institucionalizó y normatizó simultáneamente a nivel global la supremacía de una clase, de un grupo etno-racial, de un género, de una sexualidad, de un tipo particular de institucionalización estatal, de una espiritualidad, de una epistemología, de un tipo particular de institucionalización de la producción hacia la acumulación de capital a escala global. Siendo así, no se pueden entender separados unos de otros. Ya que estas jerarquías permean y están presentes

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tanto en la familias, la comunidad, como dentro Movimiento Social y Político, es decir a la sociedad en su conjunto. El reto para las organizaciones y movimientos sociales y políticos es pensarnos las relaciones de género dentro del movimiento. Ser una organización de mujeres dentro del movimiento social y político no pasa solamente por considerar la situación y problemáticas de las mujeres, implica una apuesta por cambiar, también, las relaciones de género como proyecto de transformación, lo cual supone una lucha directa contra el patriarcado. Uno de sus efectos es la comprensión de la masculinidad como uno de esos componentes de poder político. "No sobra insistir en que la masculinidad no puede ser entendida sino en el interior de una estructura mayor, el género, definido como una forma de ordenamiento de la práctica social (Connel 1998) y que la experiencia de género de los varones no se determina únicamente por su sexo sino también por el lugar que ocupan dentro de la categoría clase, étnico-raciales, generacionales etc. En la sociedad que viven (Fuller 1997,b)" (Viveros, 104). Por consiguiente, pensar en las estructuras, entramados y sistemas de poder desde lo más común y cotidiano, hasta las estructuras sociales, económicas y políticas, es un ejercicio necesario; cuestionarnos desde la cotidianidad, desde nuestras relaciones y pensamientos es una revolución difícil pero profundamente motivadora. Generar estos cambios impone retos para el movimiento social de mujeres y para los feminismos.

Entrar a transformar… las apuestas desde adentro. En este caminar y producto también de estas reflexiones hemos entendido que para sostener el proceso de La Confluencia se requiere afianzamiento político interno que implica construir relaciones de afecto y respeto, superar prevenciones y abrir nuestras mentes hacia distintas formas de ver el mundo. Pero este afianzamiento requiere también de procesos de formación, diálogo y debate permanente para lograr mayores niveles de articulación y acción política; tanto al interior como hacia afuera para lograr consolidar un movimiento social y popular de mujeres que encamine de manera conjunta su lucha por el derecho a la 24


igualdad y la dignidad de las mujeres, como base fundamental de la lucha contra el poder hegemónico que vulnera la vida y existencia de la humanidad. El resurgimiento en el mundo de nuevas fuerzas que buscan acallar, contener y sepultar siglos de lucha y resistencia de los y las excluidos en el planeta, pone de manifiesto que la construcción del poder popular es una fuerza dinamizadora y transformadora del Movimiento Social, Político y Popular en el continente y que esta debe atesorarse diaria y constantemente. Si bien hemos dado pasos importantes, hay tareas que no están resueltas. En ese sentido, la responsabilidad de todas las personas y organizaciones, que hoy hacemos parte de estas apuestas renovadoras en el continente, es la de comprender, en primera instancia, que la lucha por cambiar las relaciones de género no es sólo tarea de las mujeres y por tanto tarea inútil. En segundo lugar, que esta es una responsabilidad conjunta, si se buscan construir condiciones dignas de existencia para la mayoría de la humanidad. Y cabe decir que la mitad de la humanidad somos las mujeres. Finalmente, para la Confluencia de Mujeres para la Acción Pública, el partir de la existencia de un conflicto social y político armado, es hablar no solamente de lo que nos pasa como mujeres, es también reconocer un sistema económico, claramente injusto. Es también reconocer las injusticias, el despojo y las violencias con las que hemos crecido hombres y mujeres en este país. Es entender el papel de las mujeres y el movimiento de mujeres en la construcción de esa fuerza desestabilizadora de este poder hegemónico basado en la subvaloración, la estigmatización y el exterminio. Es desde esta realidad, desde nuestros propios contextos y experiencias, desde nuestras diversas posturas, que surge la necesidad perentoria de abordar la discusión del por qué y cómo las apuestas feministas y de género son válidas en un proyecto de transformación.

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Bibliografía

DELPHY CHRISTINE. El enemigo principal, en Por un feminismo materialista. El enemigo principal y otros escritos. 2da ed. Cuadernos inacabados. Horas y Horas. 1985. pp11-28 ZETKIN CLARA. La cuestión femenina y la lucha contra el reformismo. Ed. Anagrama, Barcelona, 1976. Pp. 99-156. HARAWAY, Donna. (1991). Conocimientos situados: la cuestión científica en el feminismo de la perspectiva parcial. En: Ciencia, Cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Ediciones Cátedra. Madrid. HILL COLLINS, Patricia, "La política del pensamiento feminista negro", en Marysa Navarro y Catharine R. Stimpson (compiladoras) ¿Qué son los estudios de mujeres?, Fondo de Cultura Económica, México, 1998, pp. MOLYNEUX, MAXINE. Movimientos de mujeres en América Latina. Estudio teórico comparado. Ediciones Cátedra. Universitat de Valencia. Instituto de la mujer. HARTSOCK NANCY. La teoría feminista y el desarrollo de la estrategia revolucionaria. En Einsenstein, Zillah (Comp). Feminismo socialista y patriarcado capitalista. Ed. Siglo XXI, Cd. De México, 1978. RICH, ADRIENNE. 1999. La heterosexualidad obligatoria y la existencia lesbiana. En: Marysa Navarro Catherine R. Stimpson. ¿Qué son los Estudios de Mujeres? Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. Páginas 159-211. GROSFOGUEL RAMÓN. Izquierdas e Izquierda otras: Entre el proyecto de la izquierda euro céntrica y el proyecto transmoderno de las nuevas izquierdas descoloniales. Departamento de estudios étnicos. University of California, Berkeley, USA 26


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Los feminismos también de aquí Lucha y movilización de las Mujeres Campesinas en Inzá, Cauca - Tierradentro ...Los feminismos también de aquí …acciones, apuestas políticas Y reivindicación de los derechos humanos de las mujeres campesinas en Inzá". Melba Patricia Arias Ortega12

El proceso político-organizativo de las mujeres campesinas de Inzá nace en el año 2000, en el marco de las contiendas electorales, con el fin de buscar un espacio de participación política para las mujeres en el ámbito local. En esta fecha, se inscribió una lista de mujeres, con un aval independiente para el Concejo Municipal, la cual logró el objetivo. Luego de realizar muchas reuniones en las veredas, se convocó a las mujeres a exponer sus problemas y sueños, se les invitó a organizar, transformar y pensarse desde su esencia femenina y su rol de mujeres (sus hogares, las comunidades y la sociedad). De esta manera, se incentivan juntarse, encontrarse, hablar, como punto de partida para tejer redes de amistad, solidaridad, complicidad para empezar la lucha, hacer resistencia y organizarse para mejorar la calidad de vida de las mujeres. El paso inicial para alcanzar este propósito fue la formación, lo posibilitó empezar a formarnos como mujeres y a buscar el camino para convertirnos en sujetas políticas y actoras de transformación social. Pensar en las mujeres, en nosotras, en nuestro cuerpo, en nuestras emociones, en el ser mujeres, es indispensable para pensar en la familia y en la sociedad. ¿El Concejo Municipal: un logro, una frustración o el punto de Melba Patricia Arias Ortega. Fundadora de la Asociación de Mujeres de Inzá; Lideresa Comunitaria, administradora de empresas. 12

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partida para iniciar un proceso de cambio? Esta fue la pregunta que surgió al momento de ocupar el espacio del Concejo y darnos cuenta que éste, aunque era un espacio donde debería haber representación de las mujeres, no era suficiente para solucionar ninguno de los problemas que tenía Inzá y Colombia, teniendo en cuenta que no era el único lugar donde las mujeres teníamos una problemática tan compleja. Aunque pudimos demostrar que se puede hacer un ejercicio político electoral de forma transparente, también nos encontramos con la realidad de la cultura machista y patriarcal, que en ningún espacio de participación al que lleguemos será fácil desempeñarnos y demostrar nuestras capacidades. En este recinto nos encontramos con reproches, burlas, y chistes machista que ridiculizaban y ponían en tela de juicio nuestras apuestas, pero que también nos dieron las fuerzas y nos aferramos más a la idea de organizarnos y sentar un precedente en la historia del municipio y el país, donde las mujeres nos empoderáramos y pudiéramos estar en los espacios que decidiéramos tener cuando lo creyéramos necesario. Donde nuestras apuestas políticas incidan en el desarrollo social, político y económico del municipio y la región. Para poner en marcha nuestras apuestas fue necesario realizar un diagnóstico participativo con las mujeres en varias veredas; para saber cómo vivíamos las mujeres en Inzá, las necesidades, los problemas, las herramientas de trabajo, las estrategias que podíamos desarrollar y la voluntad para realizar acciones que nos permitieran cambios. A la par con el diagnóstico realizamos talleres sobre autoestima, auto cuidado del cuerpo, género, roles de género, historia de las luchas femeninas, derechos humanos y derechos de las mujeres. Los resultados se visibilizaron en la primera junta que se desarrollo en el marco del 8 de marzo, día internacional de la mujer en el 2001; en este evento político, cada vereda participante dio a conocer los resultados del diagnóstico realizado en su comunidad por medio de una representante. Esta junta fue el primer paso político de las mujeres de Inzá porque logramos mostrar poder de convocatoria, capacidad para realizar acciones de lucha y resistencia, y fuerza organizacional. Al socializar la situación de las mujeres del Municipio, hicimos 29


un llamado a las autoridades locales para que pusieran las miradas sobre las mujeres. En esta junta legitimamos la organización con el nombre de Asociación de Mujeres por Inzá, generamos un debate político donde pusimos en claro nuestras apuestas, las problemáticas y los firmes propósitos de realizar acciones que nos llevaran a vivir con dignidad, tanto en el ámbito privado como en el público. De esta forma, la primera junta política generó expectativas en la comunidad Inzaeña. Las mujeres que estábamos al frente del evento y que habíamos decidió dar el primer paso en el proceso organizativo teníamos sentimientos encontrados. Por un lado, la felicidad del éxito del evento y el poder de convocatoria, y por otro, la responsabilidad de dirigir y guiar un proceso con muchas expectativas, pero sin los recursos mínimos para realizar las acciones necesarias. Además con la claridad que en el diagnóstico encontramos la mayoría de las mujeres del Municipio tenían problemas como: Situaciones de violencia, los niveles de educación más bajos de la región, la falta de oportunidades de empleo, las condiciones indignas de sus viviendas, la mala calidad de los servicios de salud, la cantidad de muertes perinatales que se presentaban, altos índices de desnutrición, baja autoestima en las mujeres, desconocimiento total de los derechos humanos y derechos de las mujeres, el incremento de embarazos a temprana edad con la implicación de la ausencia de los padres, porque además de ser jóvenes también eran madres solteras… Luego de esta primera prueba de movilización y resistencia, en el 2002 con el apoyo del Colectivo Feminista Proyecto Pasos, empezamos a hacer contactos, a abrirnos espacios en eventos del nivel nacional y regional. En noviembre del 2002, tuvimos los primeros cupos para participar en la Marcha Nacional de Mujeres en el marco del 25 de noviembre, día internacional de la NO violencia contra las mujeres, convocada por la Ruta Pacifica de las Mujeres y las Mujeres de Negro, en Barrancabermeja Santander. De otro lado, hicimos acercamientos con la Casa de la Mujer en Bogotá. A la vez, que fijamos un acuerdo de apoyo con las universitarias del Colectivo Feminista Proyecto Pasos, que consistió en desarrollar espacios de capacitación con el equipo de trabajo y con las mujeres en las veredas de Santa Teresa, San José y Viborá en tiempos de vacaciones de la universidad, a la 30


vez que replicaríamos lo aprendido en otras comunidades e iniciaríamos la conformación de grupos de mujeres en las veredas. Así, se inicia un trabajo de formación a las mujeres en temas importantes como autoestima, autocuidado, reconocimiento del cuerpo y roles e identidad de género, derechos humanos y derechos de las mujeres. Siempre negándonos a hablar de feminismos, a reconocernos como feministas, a aceptar que nuestras luchas hacen parte de las miles de luchas que han librado las mujeres a través de la historia. Nos asustaba el término, sentíamos miedo de reconocernos como feministas, por desconocimiento del tema, por miedo a los señalamientos de los compañeros, por la estigmatización social. Más aún, viviendo en un territorio donde los niveles de educación son bajos, culturalmente machistas y se dan tantas violencias contra las mujeres. Así que a pesar de reunirnos diariamente para hablar de los problemas de las mujeres, hacer trabajo político, formativo, social y organizativo con las mujeres no nos reconocíamos como Feministas. Con el transcurrir del tiempo, los avances en el proceso organizativo y el crecimiento personal ganado en cada espacio de trabajo y formación empezamos a pensarnos en las apuestas que consolidarían nuestro proceso político organizativo.

Apuestas por la dignidad de las mujeres campesinas Finalizada la primera junta de mujeres y luego del evento político de visibilización del diagnóstico, en juntas pequeñas haciendo presencia permanente en las veredas, juntándonos en diferentes espacios y participando en varios escenarios del nivel regional y nacional le fuimos dando forma al proceso y logramos diseñar las primeras líneas de trabajo y las acciones a realizar así: Trabajo político organizativo, derechos humanos, soberanía alimentaria, empoderamiento femenino, propuestas productivas y economía solidaria. (i) Trabajo político organizativo. En esta línea enmarcamos el trabajo que realizamos en las veredas y que se reflejaba en la

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conformación de los grupos de mujeres y las diferentes acciones que se realizan con cada grupo dadas sus fortalezas, actitudes y condiciones, buscando generar cambios en sus vidas desde los espacios privados y de forma colectiva, con el pretexto de cualquier actividad a realizar con el firme propósito de tener un espacio de encuentro donde pudieran hablar de los problemas de las mujeres, y despertar solidaridad y complicidad para buscarle solución a sus inconvenientes. EL proceso político organizativo se ve fortalecido con la constitución de grupos en las veredas, que varían en número de grupos y participantes, al igual que en las actividades y formas de encontrarse para hablar de sus problemáticas y las formas de buscarle soluciones. Todos y cada uno de los grupos con espacios de formación y capacitación relacionan las líneas de trabajo entre sí, pensando siempre en llevar a cada una de las mujeres a recuperar su autoestima, su crecimiento personal, su empoderamiento y su transformación en sujetas políticas de derechos. Todo encaminado a mejorar las condiciones de vida de las mujeres, sus familias y las comunidades dentro de un proceso social y de lucha campesina desde las mujeres por el territorio y por la dignidad. (ii) Derechos humanos con énfasis en derechos de las mujeres. La línea de trabajo de los derechos humanos en general es la apuesta más importante en el proceso organizativo de las mujeres. Las acciones parten de escuelas y espacios de formación sobre derechos humanos, y en el caso específico de los derechos humanos de las mujeres, las escuelas de formación con el propósito firme de conocerlos, reconocerlos y empezar a hacer el ejercicio de exigibilidad de los derechos desde la conciencia de ellos y la importancia de hacerlos valer, tanto en el escenario privado como en los escenarios públicos. En este proceso organizativo hemos tomado las juntas campesinas como referente para realizar todas las acciones del proceso de transformación de las mujeres como sujetas políticas de derechos, desarrollando espacios amplios de formación, que por lo general tiene varias etapas, iniciando con proceso de expectativas, paralelamente a un proceso de formación acompañado de 32


programas radiales y publicidad visual. Estas campañas se visibilizan con un evento de cierre en junta política, donde se hace pública la declaración final de cada campaña con la participación de todas las mujeres formadas, y en cada campaña hemos hecho algunas publicaciones que visibilizan los resultados de los diferentes momentos. Cambiarlo x este párrafo. Las campañas realizadas han sido:

• "Mujeres en junta por la dignidad de nuestro trabajo" Que busca la dignificación y el reconocimiento del trabajo productivo, reproductivo y político de las mujeres en los espacios privados y públicos dentro de la sociedad.

• "Mujeres en junta por un vida digna, libre de violencia"; es una campaña que busca prevenir la violencia intrafamiliar y los delitos sexuales, disminuir los índices de violencia contra las mujeres, en el municipio de Inzá, y Silvia en el Cauca y de La Plata y la Argentina en el departamento del Huila. En este momento se realiza una segunda etapa del proyecto de prevención de la violencia intrafamiliar que llamamos.

• "Habitemos en un territorio sin violencias". Que está dirigida especialmente a capacitar y concientizar a los hombres sobre Derechos Humanos, derechos de las mujeres y las afectaciones de la violencia intrafamiliar en la vida de las mujeres, la familia y la comunidad. (iii) Soberanía alimentaria. Rescatar la línea de trabajo de soberanía alimentaria ha sido una de las apuestas que más han aportado a la recuperación de nuestra identidad campesina. La soberanía alimentaria es la apuesta política dedicada a recuperar la producción agrícola, las semillas y los productos nativos. De igual manera, ha sido la forma de mantener la cultura campesina de la producción agrícola, retomando muchas costumbres que estaban desapareciendo, como las formas de sembrar, el manejo de las semillas, el abono y la cosecha, a partir de los ciclos de la luna, la elaboración de abonos orgánicos, las formas de transformación de los alimentos. El objetivo principal de este trabajo, es hacer RESISTENCIA a las políticas de globalización,

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al TLC, al ALCA, entendiendo como afectan estas políticas al pequeño productor agrícola y directamente a las mujeres, como responsables directas de la alimentación, además de la exclusión del campesinado en general del derecho a la tierra. (iv) Empoderamiento femenino. Parte de desarrollar actividades que ayuden a mejorar la autoestima, visibilizando la importancia del cuerpo, su cuidado y su respeto como medio para exigir el respeto por los derechos humanos, y lograr transformaciones para evitar y prevenir la violencia intrafamiliar. Además de reforzar la identidad campesinas de las mujeres y retroalimentar sus conocimientos con aportes técnicos y políticos para subsistir y permanecer en el territorio desde saberse y reconocerse como sujetas de derecho. Con esta línea de trabajo se ha logrado generar en las mujeres capacidades de discusión frente a los diferentes problemas de la familia y la comunidad, dando así la oportunidad de ocupar espacios de decisión en las juntas de acción comunal, las juntas de padres de familia de las instituciones. Además abren puertas y generan reconocimiento, liderazgo de las mujeres en los diferentes escenarios donde ellas son actoras. (v) Propuestas productivas y economía solidaria. Luego de varios años de trabajo enfocado en mejorar los niveles educativos de las mujeres, de conocer las políticas que afectan sus vidas, tanto en los escenarios privados como en los públicos, vemos que se hace necesario generar algunas alternativas que les permitan aportar en la economía de las familias, las comunidades, y en el mismo desarrollo del municipio. Desde ese punto de vista y consientes de que la dependencia económica es generadora de violencias contra las mujeres, se han venido diseñando propuestas productivas que les generen recursos económicos. Para hacer realidad esta línea de trabajo se han instalado varias panaderías comunitarias, huertas colectivas, establecimiento de huertas individuales, tiendas comunitarias, construcción y recuperación de cocheras, corrales de gallinas de patio, conejos y curíes. A la vez que en algunos casos y para apropiarnos del mercado de pollo y huevos se apoya la instalación de galpones para pollos y gallinas. Muchas de estas iniciativas son impulsadas desde un pequeño Fondo de Crédito, que les hace desembolsos de $500.000 al 1% de intereses por un plazo de seis meses, y que 34


lleva un año de funcionamiento con un excelente resultado, dado el sentido de pertenencia de las mujeres por este Fondo, además de su grado de responsabilidad y sentido de solidaridad, entre todas. De otro lado, y por medio de CIREC, el Centro Integral De Rehabilitación de Colombia, pudimos hacer un convenio para desarrollar en el Municipio, con las mujeres y hombres del proceso, la metodología de los GACL, Grupos de Ahorro y Crédito Local, que son grupos de 19 a 21 personas que se reúnen dos veces al mes para hacer un ejercicio de compra de acciones, que luego se rotan en préstamos entre los y las integrantes de los grupos, de los cuales se cuentan con 19 grupos, con un total de 380 personas, y que es una metodología que sirve para reactivar cualquier iniciativa productiva que puedan desarrollar en sus parcelas. (vi)Las reivindicaciones por una vida digna para las mujeres campesinas de Inzá. En el transcurso del proceso hemos realzado acciones políticas desde cada una de las líneas de trabajo diseñadas, con miras a dignificar la vida de las mujeres de Tierradentro. De alguna forma y por el respeto a las diferencias y a la gran diversidad étnica que habita en este territorio, debimos enfocarla en las mujeres campesinas; de otro lado, por el grado de identidad del trabajo realizado como habitantes del sector rural y nuestro apego al territorio por la diversidad de actividades agrícolas y pecuarias que desarrollamos cotidianamente. Cada acción desarrollada es antecedida por un proceso de escuela de formación en temas relacionados con las líneas de trabajo, y cada una con nombres que fortalecen nuestra identidad, nos acercan al territorio buscando reconocernos en los espacios, hacer un ejercicio de exigibilidad de derechos, a la vez que nos formamos y nos transformamos en sujetas políticas de derechos.

Escuela política de Soberanía Alimentaria. Desarrollad del año 2003 hasta abril del 2005, a través de espacios de formación en las diferentes comunidades campesinas del Municipio, con la claridad que: "(…)Las mujeres saben que los discursos y las decisiones de quienes ostentan el poder, finalmente se encarna y tiene implicaciones directas sobre sus cuerpos y se 35


refleja en sus vidas, por eso denuncian el sistema del "libre" mercado y la competencia salvaje, que subsiste a fuerza de someter sus cuerpos, recursos y territorios al capital, convirtiendo a las personas en simples clientes, sus territorios en despensas de recursos transables en los mercados financieros, y sus derechos en servicios cuyo acceso depende de la capacidad de pago de cada cliente"13. "Con esta problemática, las mujeres campesinas organizadas dentro del Asociación de Mujeres por Inzá, nos planteamos el proyecto de la ampliación de la participación política para las mujeres y la soberanía alimentaria pensando en el futuro de las comunidades Inzaeñas. La propuesta de soberanía alimentaria es una respuesta local tendiente a la autonomía y supervivencia, y ha permitido, entre otras cosas, rescatar los saberes tradicionales respecto a las formas de siembra y cosecha de los productos nativos; recuperar las semillas nativas a través de la instalación de los bancos de semillas; fortalecer las economías familiares al darle mejor uso a los recursos propios, y la transformación de los productos de la región en harinas para el consumo humano y concentrados para los animales . Además ha permitido que las mujeres desde su ámbito familiar y local puedan ejercer mecanismos de resistencia y defensa de la tierra y de sus familias al evitar el uso de agroquímicos y semillas transgénicas en las siembras, y decidir de manera autónoma el uso del suelo del que disponen. La propuesta política y el accionar de las mujeres han tenido como objetivo fundamental el logro de transformaciones sociales en relación con la discriminación y las violencias cotidianas que afrontan, y la búsqueda de su empoderamiento, de la equidad de género, la permanencia en el territorio y el mejoramiento de la calidad de vida para sus familias y comunidades. Pero a medida que el proceso avanza las mujeres organizadas han hecho consiente la necesidad de incrementar su capacidad de negociación política, y el desarrollo de sus

MORALES, Ligia y PEÑA Gerardo. La organización política de las mujeres campesinas: Propuesta colectiva de desarrollo incluyente y democrático contra la exclusión y la opresión. En. Visión Comunitaria, Asociación Campesina de Inzá Tierra dentro, ACIT, Vol 1. 2007. Pág. 6. 13

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habilidades de agencia e interlocución, a la vez que se plantean acciones de movilización y presión social". Para visibilizar el trabajo realizado en Esta etapa del proceso se realizo una feria agroalimentaria en la comunidad de Turminá, con participación de más de 700 mujeres, de todas las comunidades de Inzá y la participación de mujeres de municipios como Caldono, Silvia y Totoro en el Cauca, y la Argentina, la Plata del Huila, y muchas organizaciones del nivel nacional, incluido el Colectivo Feminista Poyecto Pasos. De este proceso formativo es importante resaltar que la mayoría de las compañeras lograron negociar y conseguir con sus compañeros o maridos el espacio de la huerta casera de nuevo, recuperar los cultivos de cidra, auyama o zapallo, chachafruto, bore, guandul, entre otros, y aprender a prepararlos al gusto de sus familias e incluirlos de nuevo en la dieta familiar. Además de poder conocer sus valores nutricionales, resaltando que estos espacios de formación fueron muy bien acogidos por hombres y mujeres. Debido al contenido de los temas tratados, dadas las afectaciones que vendrían en la vida del sector campesino, productivo, con políticas como el TLC, el ALCA y la introducción de semillas transgénicas y el uso indiscriminado de químicos para la producción. Desde esta perspectiva, hacemos énfasis en el derecho a la tierra y al disfrute del territorio, de acuerdo a nuestras costumbres campesina, teniendo como base el concepto de soberanía alimentaria construido por Vía Campesina, que "reclama, sobre todo, el derecho de los estados de definir con autonomía su política alimentaria y agraria; la necesidad de asegurar la satisfacción de la demanda de alimentos interna con producción nacional; y el papel protagónico de los campesinos y campesinas en la producción de alimentos. (…)La Soberanía Alimentaria es un concepto político opuesto al concepto neoliberal aplicado a la agricultura, que tiene cuatro pilares: El derecho a la alimentación;

MORALES MARIN, Alix. Mujeres campesinas, Soberanía alimentaria e incidencia política desde Inzá Tierradentro- Colombia ¿Un proceso de resistencia alter global o una opción de vida?, pág. 9 14

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el acceso a los recursos productivos; la promoción de una producción agroecológica; la promoción y protección de los mercados locales y el cambio de las reglas del mercado internacional"15.

Campaña "Mujeres en junta por la dignidad de nuestro trabajo". "El Comité nació por la necesidad de reconocer el trabajo de las mujeres y darnos nuestro lugar, el que nos merecemos por trabajar tanto y en todo: lo político, lo familiar, lo productivo. Entonces en esos temas se trabaja y nos peleamos nuestros derechos, ahora ya hemos ganado espacios y reconocimiento, en la casa, en la vereda, en el municipio y en otras partes es muy bonito, yo me siento orgullosa de lo que hemos logrado"16. Esta nueva junta de trabajo se realizó buscando que las mismas mujeres y la sociedad reconozcan la importancia del trabajo político, productivo y reproductivo que realizamos las mujeres en los diferentes espacios y el aporte que hacemos las mujeres al desarrollo de la sociedad. Esta campaña la realizamos en tres etapas: Expectativas, miradas y soluciones; reactivamos esta nueva Junta en la que todas y todos trabajáramos por la dignidad y el reconocimiento del trabajo de las mujeres. (i) Expectativas. Para generar curiosidad llenamos el pueblo y las veredas con carteles que decían: "Estoy cansada de estar todo el día en la casa: cocinando, jabonando, planchando y nadie agradece mi trabajo", "Con tanta necesidad que hay en la casa y lo poquito que nos pagan por las cosechas, me va a tocar dejar los hijos pa´ salir a buscar trabajo en la ciudad", "Tanto que nosotras trabajamos con la comunidad y, al final, los que deciden son los mismos de siempre". En el afiche hacíamos una invitación a la

Ibid. pag. 14 MORALES MARIN, Alix. Mujeres campesinas, Soberanía alimentaria e incidencia política desde Inzá Tierradentro- Colombia ¿Un proceso de resistencia alter global o una opción de vida?, pág. 43, 15 16

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gente: "juntémonos pa' charlar", juntémonos pa' cambiar, juntémonos pa' decidir", pero no decía nada más17. (ii) Miradas. Nos encontramos para reconocernos, para hablar de nuestro día a día… En esta etapa realizamos talleres con las mujeres de las veredas para profundizar las reflexiones sobre los trabajos que realizamos cada día, las condiciones en que los hacemos, la actitud de la comunidad y la familia frente a éstos y el valor que las otras personas y nosotras mismas damos a nuestro propio quehacer, en un contexto de profundización de las políticas neoliberales y de la guerra en nuestro país. Después de cada taller, organizamos y sistematizamos toda la información compartida. Luego nos juntamos pa' charlar en nuestros encuentros y talleres, y nos dimos cuenta que las mujeres campesinas trabajamos desde muy jóvenes. Cuando aún somos niñas ayudamos a nuestras mamás en los quehaceres del hogar, conforme pasa el tiempo, vamos aprendiendo los oficios del campo y también nos vinculamos a las actividades comunitarias. Desde que tenemos memoria, así han transcurrido las vidas de las abuelas, madres, amigas, hermanas y, por supuesto, las nuestras también18. (iii) Soluciones. Fue el nombre que le pusimos a la tercera etapa de nuestra Campaña, que consistió en recoger las propuestas que se construyeron a lo largo de los talleres para transformar las realidades injustas que van contra nuestra dignidad y autonomía como mujeres. Todas esas ideas, teñidas con la fuerza de los sueños, las compartimos durante el cierre de la Campaña, que hicimos el 16 de abril de 2007. Ese día llegamos a la Cabecera municipal de Inzá mujeres de todos los rincones del municipio y también de Popayán, Cali, Medellín, Bogotá, Nariño, El Patía y de municipios cercanos como Páez, Silvia, Toribío y Caldono (Cauca), del departamento del Huila llegaron también compañeras de La Argentina, Monserrate y La Plata. Nos juntamos como dos mil mujeres, campesinas, comerciantes, activistas de derechos humanos, feministas, estudiantes, mujeres populares de las ciudades, madres comunitarias, maestras, artistas, parteras, Comité de Mujeres de la ACIT y Colectivo Feminista Proyecto Pasos. Revista Juntando Pasos hacia la Dignidad. Año 2.008, pág. 13 Ibid pág. 12

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indígenas, afro colombianas, funcionarias públicas, mujeres desempleadas, líderes comunitarias, políticas y muchas más, todas reunidas para mostrar que las mujeres hemos tomado en nuestras manos la tarea de transformar la sociedad19.

Mujeres en junta por una vida digna, libre de violencias. Los objetivos principales eran prevenir las violencias contra las mujeres ?en especial la violencia intrafamiliar y los delitos sexuales?, mejorar las relaciones de pareja y disminuir los índices de estas violencias en los municipios de Inzá y Silvia en el departamento del Cauca y La Argentina y Monserrate en el Huila. Esta junta se desarrollo de septiembre de 2008 hasta julio de 2010, con cinco componentes: (i) Capacitación dirigido a mujeres específicamente en ocho módulos de formación con grupos de 35 personas por grupo. (ii) Apoyo psicológico y acompañamiento jurídico a mujeres y niños y niñas víctimas de violencia intrafamiliar y delitos sexuales. (iii) Audiovisual, campaña visual por medio de afiches con mensajes con frases violentas que se les da uso normal en la vida de las mujeres contrarrestando con otras frases positivas y de reflexión frente a las violencias, de igual forma con mensajes y programas radiales por año y medio en las emisoras comunitarias de los municipios parte de la campaña. (iv) Constitución de una Red Intersectorial de apoyo a las víctimas de violencia intrafamiliar y delitos sexuales, y (v) Un evento político masivo con participación de todas las mujeres del municipio de Inzá, Silvia, La Argentina, La Plata y otras organizaciones del nivel nacional y regional invitadas y cercanas al proceso.

Habitemos un territorio sin violencias. Esta campaña arranca en julio del 2011 y termina en julio del 2012, y es una segunda etapa de la campaña anterior y va dirigida a capacitar a los hombres sobre derechos humanos de las mujeres y las afectaciones de las violencias de todo tipo en el cuerpo y la vida de las mujeres y sus familias. 19

Bid pág. 12

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Esta campaña de prevención de violencia se ha focalizado en los hombres.

Participación en espacios del nivel nacional y regional. Tenemos alianzas y acuerdos de intercambio y acompañamiento con organizaciones de mujeres del nivel nacional y regional, como la Ruta Pacífica de las Mujeres, específicamente con la regional Cauca. Nos encontramos en espacios con la Corporación Vamos Mujer de Medellín, participamos en espacios de formación y capacitación de la corporación Casa de La Mujer de Bogotá, hemos compartido espacios de formación con organizaciones mixtas del nivel nacional como el Coordinador Nacional Agrario, CNA, en espacios de formación con la revista Lanzas y Letras de NeivaHuila. Además, una gran alianza de trabajo y formación con el Colectivo Feminista Proyecto Pasos desde nuestro nacimiento como proceso. El Comité de Mujeres, se ha dado a la tarea de escribir proyectos y propuestas que aporten a la formación política, productiva y administrativa de la organización, y enviarlos a diferentes organizaciones amigas e instituciones solidarias que puedan aportar los recursos económicos para el desarrollo de los proyectos, y el fortalecimiento organizativo, tanto de las mujeres como del colectivo campesino en general para el Municipio y la región de Tierradentro, donde se encuentra localizada al organización. De esta manera se han logrado desarrollar las diferentes campañas formativas realizadas con las mujeres dentro de la organización campesina en el municipio de Inzá-Cauca-Colombia. Como se deja ver el sostenimiento de este trabajo organizativo es dispendioso, demanda tiempo y dedicación de quienes están como equipo coordinador, tanto de la Asociación Campesina como del Comité de Mujeres. Teniendo en cuenta que se hace un trabajo social sin ninguna clase de reconocimiento económico para el sostenimiento de cada una de las personas que tienen la responsabilidad de darle continuidad y sostenimiento a la organización, esta gran problemática ha sido causal de

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estancamiento en algunas épocas de la organización, y sus proyectos que a pesar de los inconvenientes tiene una base organizativa con claridad política y consientes de su papel protagónico como sujetos y sujetas de derechos. Para dar una mínima solidez a ese trabajo social, que como se anoto con anterioridad, se hace necesario dedicarle tiempo y recursos. Estamos buscando el apoyo de una organización internacional solidaria que pueda aportar en recursos económicos por medio de convenios o proyectos, sueldos para sostener como mínimo a dos personas de tiempo completo: una para hacer el trabajo de campo, comunidad a comunidad, con los transportes incluidos, y otra para alguien que haga la parte administrativa con viáticos seguros, para escribir, gestionar proyectos y realizar las labores administrativas de la Asociación Campesina de Inzá Tierradentro, y dentro de ella el Comité de Mujeres que tiene un trabajo sólido y reconocido dentro de la organización y los entes nacionales e internacionales del trabajo realizado con las mujeres. Para este propósito solicitamos de forma respetuosa y comedida el apoyo para el personal profesional o cualificado que ha hecho un gran esfuerzo para mantener este proceso y que han logrado grandes resultados hasta el momento con su esfuerzo y sacrificio. De antemano presentamos nuestra gratitud por su apoyo y solidaridad con este trabajo político- organizativo desde las mujeres de Inzá para aportar en la transformación por una sociedad más justa y equitativa para todas y todos. Luego de el primer evento, de la cantidad de problemas y posibles soluciones, además de darnos cuenta que estar en el Concejo Municipal no ayudaba en nada a dar solución alguna a cualquier tipo de problema planteado en ese encuentro y de la distancia tomada por algunas de las mujeres, que eran las esposas de algunos gamonales políticos del municipio, y que después de darse cuenta estábamos buscando autonomía que significaba no dejarnos manipular o por lo menos formarnos y ser más críticas frente a estas políticas electorales, y otras que por su trabajo y por la falta de tiempo no pudieron continuar, las que quedamos de alguna forma nos enamoramos de este proceso y lo convertimos en opción de vida. 42


El feminismo también de aquí Éramos iguales o diferentes, esa fue una cuestión… Entonces pudimos votar y sin embargo, nos seguimos preguntando: ¿será que el voto garantiza que seamos iguales? Todavía es la cuestión. Luego nos apropiamos de nuestra diferencia y dijimos: No queremos igualdad, queremos que en nuestras formas de habitar el mundo nos encontremos con otros y otras, y en ese encontrarnos, reconocimos nuestros colores de piel, la expresión de nuestro deseo por otras, nos encontramos también con nuestros ancestros y ancestras, con nuestra manera de cultivar la tierra, en fin, nos encontramos mirándonos diferentes y no queriendo ser iguales, y sin embargo también fue una cuestión… Y bueno, el capital empezó a cogerse nuestro discurso, a ponerle adornos, a cambiarnos las palabras, a financiar nuestras palabras, a comprarnos los discursos… Algunas siguieron, otras resistimos. Entonces le apostamos a la autonomía, a la construcción colectiva, a cultivar, a trabajar en junta. Le apostamos a hacerle el quiebre a lo que nos impusieron, y aunque, quienes aparecían llevando la bandera de nuestra lucha campesina eran los compañeros hombres, esta lucha fue, es, ha sido y seguirá siendo impulsada por mujeres juntando pasos hacia la dignidad. Claro, no fue fácil, pues en el camino también nos fuimos encontrando con el ejercicio de decidir, incluso sobre nuestros cuerpos, incluso sobre nuestra sexualidad. Así con este construir hicimos un discurso conjunto que identificó que nuestros cuerpos históricamente han sufrido violencia, violencia sexual, física, psicológica, económica, verbal, en fin violencia social. Así nuestra lucha se hizo más llena de cosas, con más argumentos para resistir. Se hizo una lucha por nuestra forma de habitar, que nos es otra que la que se construye en colectivo, no es otra sino la que exige al Estado, a las organizaciones que quieren comprarnos el discurso, a la sociedad que no reconoce que somos campesinas. Y sin embargo, reconocernos en todas estas apuestas, nos encuentra hoy feministas, feministas resistiendo para juntar nuestros pasos y avanzar en el camino de nuestra dignidad. De ahí, que el territorio es nuestro cuerpo, es el lugar donde 43


habitamos, con el que nos identificamos. Es donde estĂĄn nuestros recuerdos, donde construimos presente y proyectamos nuestros sueĂąos, es el lugar en que se comparte, se cultiva se saca el alimento, se trabaja de acuerdo a nuestras costumbres campesinas, es el lugar que protegemos donde esta nuestra familia el que nos despierta emociones y sentimientos donde construimos relaciones con la naturaleza, con la comunidad y con nosotras mismas. Porque el territorio es memoria y la memoria somos nosotras.

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Encuentros de Mujeres por los DESCA: Sororidad y Derechos de los Pueblos "Yo soy mujer y canto cuando amanece, Ante la adversidad que el pueblo vive, No falta el represor que a mí me esquive, Pero yo alzo la voz porque lo merece". Mujeres sin Amo. Josefina Gómez20 Olga Araujo y Berenice Celeita Asociación Nomadesc

Los largos años de conflicto social y armado han dejado una lista de abusos e injusticias contra el pueblo colombiano. Las mujeres colombianas han cargado gran parte de las consecuencias y efectos nocivos de esta guerra. Viudas, huérfanas, despojadas, abusadas, familiares de detenidos - desaparecidos y de presos políticos y sociales se fueron encontrando en los caminos para irse organizando en torno a la defensa de sus derechos y de los derechos de sus pueblos, amparadas por el instinto protector hacia sus familias y comunidades se fueron refugiando en la memoria de sus luchas para enfrentar un sistema negligente, excluyente, que ha mentido y negado la historia oficial de estos años de conflicto. Llevando a cuestas el dolor de sus deudos sin tiempo para el duelo, se fueron enfrentando a la búsqueda de la verdad y la justicia. Días, meses, años repitiendo cómo fueron los hechos. El recorrido por juzgados, tribunales, personerías, fiscalías y oficinas de derechos humanos las fueron reuniendo y las obligaron a definir el significado de la impunidad, pero sobre todo la necesidad de la solidaridad.

Canción compuesta en medio del proceso pedagógico coordinado por la Asociación Nomadesc con el comité mujeres corteras de la caña. 20

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En medio de los éxodos masivos, desplazamientos forzados colectivos e individuales, se encontraron mujeres que tradicionalmente han sido lideresas en sus territorios, otras que aprendieron a serlo por la fuerza de los hechos y muchas más invisibles y silenciosas que pusieron a dialogar sus soledades mediante procesos organizativos de mujeres en todo el país. Las mujeres organizadas en Colombia, como en otras partes del mundo, han tenido que enfrentar la discriminación, la persecución, el abuso y la estigmatización. En muchos casos la participación de la mujer en la vida social y política esta intrínsecamente ligada al conflicto social y armado. En el caso del sur occidente colombiano se han juntado mujeres familiares de víctimas de la larga estela de crímenes en la zona y las que trabajan diariamente por condiciones de vida digna. Aquéllas que recurrentemente preguntan ¿por qué mataron a nuestros hijos, esposos, amigos, compañeros? y las que exigen que se satisfagan las necesidades básicas de sus comunidades. En su vida cotidiana, responden como madres cabeza de familia, asumen la responsabilidad de trasformar sus realidades mediante la organización colectiva de estrategias de lucha contra la impunidad y desarrollo de sus proyectos de vida. Desde el 2010 las mujeres de la región se encuentran cada año para poner en sororidad sus experiencias, luchas, ideas, colores, saberes y sabores. Son del campo y la ciudad, mujeres sin amos que han trasformado sus vidas para defender a los hijos de la tierra. El encuentro de Mujeres por los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales es una iniciativa que surge con el propósito de articular acciones, evidenciar las causas y consecuencias de la violencia socioeconómica y visibilizar las experiencias organizativas territoriales. Al encuentro llegan las mujeres corteras de caña de los municipios de Pradera, Palmira, Candelaria y Miranda; las platoneras; las campesinas del centro de Valle y Cisneros; las mujeres de Triana, las madres por la vida, ellas familiares de las víctimas de crímenes de Estado en el pacifico; las mujeres sindicalistas de Sintraunicol; las mujeres dedicadas a la minería artesanal del Consejo comunitario de la Toma; las mujeres indígenas del valle y Cauca; 47


las mujeres estudiantes; las mujeres de los asentamientos de desplazados; las mujeres de los sectores populares de Cali y las mujeres defensoras de los derechos humanos. Traen en sus mochilas escritos, poemas, relatos, canciones, coplas, alabaos y planes de vida. Llegan con su palabra, bateas, jigras y canastos cargados con frutos, verduras, tortas de maíz, mermeladas de flores, semillas, bebidas exóticas y ancestrales, artesanías, tejidos collares de mostacilla y turbantes multicolores. Vienen acompañadas de sus hijos, hijas y compañeros de vida, se encuentran para construir y fortalecer sus propuestas políticas y económicas que dignifican la vida en sus territorios. En cada evento se teje el intercambio de las producciones agrícolas y artesanales, se expone la producción de los alimentos, se hace intercambio de semillas y de medicinas tradicionales. Defender la tierra, proteger el territorio y exigir justicia ha pasado de ser una consigna para materializarse en una acción concreta. La sororidad inicia con encuentros locales entre mujeres que se identifican por sus acciones colectivas. Las mujeres de Triana y Madres por la vida se encontraron en torno a la memoria de sus familiares asesinados en la vía que de Cali conduce a Buenaventura y encontraron que además de compartir los horrores de la guerra su nexo de identidad está en la cultura, por eso, su lucha de resistencia está enfocada en la recuperación de las practicas ancestrales que el despojo, el desplazamiento forzado y el abandono estatal ha dejado en sus comunidades. El Comité de Mujeres corteras de la caña nace en el 2008. Blanca Emperatriz Rúales; esposa de un cortero de caña del municipio de Palmira, relata: "El proceso nace cuando nuestros compañeros decidieron parar de cortar caña en los cañaduzales, para exigir a los dueños del ingenio cumplieran su palabra de mejorar las condiciones laborales. Ese fue un momento en que nosotras prácticamente salimos del closet, nosotras cambiamos nuestra vida de ser amas de casa, de cuidar los niños, lavar la ropa, preparar los alimentos. Decidimos quedarnos junto a ellos en los cambunches, a la entrada de los ingenios, buscar la forma que la ciudadanía se solidarizara con nosotras y nuestras familias para conseguir los alimentos que nos permitieran sostener la lucha". 48


Martha Giraldo21, dinamizadora del Movimiento de Victimas de Crímenes de Estado Capitulo valle, cuenta: "Yo llegue al liderazgo del Movice por el asesinato de mi padre, mi proyecto de vida era otro. Mi papá para mí era el apoyo, la guía, al quedarme sin él experimenté una gran la soledad. Tuve que enfrentar al Estado, la Fiscalía y a mis miedos internos. Yo antes no pensaba en colectivo, el colectivo era la familia. Conocí del movimiento de victimas a los tres meses que asesinaron a mi papá y le creí a esta apuesta. Comencé a pensar en todos, en sus luchas y sus dolores y ahora sé lo importante que es entender el dolor de los demás; pero ante todo sé que tengo una responsabilidad con la sociedad. Luchar por la verdad, la justicia, la reparación integral y la no repetición de los crímenes es difícil, es enfrentarse a amenazas por lo de mi papá y por ser del Movice". El Movice capitulo valle del Cauca, organización que participa del encuentro de mujeres por los DESCA está integrado en su gran mayoría por mujeres de condiciones socio- económicos muy precarias e historias de vida muy difíciles, agredidas, abusadas laboralmente, trabajan mucho, por muy poco dinero y la mayoría son madres cabeza de familia. Las mujeres campesinas de Cisneros le apuestan a la construcción del plan de vida para su comunidad, se organizaron desde el 2001 luego de la detención masiva y arbitraria de cincuenta y cuatro campesinos (50 hombres y 4 mujeres). Se juntaron para enfrentar la represión de la fuerza pública y la estigmatización. Y hoy cuentan con una propuesta agroecológica y de economía solidaria para trasformar la exclusión, pobreza y marginalidad. Las mujeres campesinas del centro y norte del Valle se han unido para fortalecer la estrategia de soberanía y seguridad alimentaria en torno a la producción de alimentos agroecológicos. Con su conocimiento, cultura e identidad, han hecho frente a las leyes de

Hija de José Orlando Giraldo, campesino asesinado el 11 de marzo de2006, en el corregimiento de Golondrinas Cali Valle, por unidades adscritas al Batallón de Alta Montaña, Rodrigo Lloreda Caicedo, en el marco de la operación Bombardero y presentado como guerrillero dado de baja en combate. La muerte de este humilde campesino significó felicitaciones y méritos a 11 militares. Su hermano sufrió un atentado y sus hijas persecución y amenaza permanente 21

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despojo, como la reciente Ley 1518 de 2012, que pretendía la privatización de las semillas. Las mujeres del Consejo Comunitario de la Toma Cauca, dedicadas a la minería artesanal, han enfrentado la locomotora minero energética y los intentos de desalojo y despojo de su territorio. Son mujeres negras que ancestralmente han luchado por el reconocimiento, la participación, la identidad y la cultura. Las mujeres indígenas de la Delfina resisten en los territorios en medio del conflicto armado y los intereses del capital extranjero. Aferradas a sus prácticas espirituales logran la pervivencia de su cultura milenaria que el modelo de desarrollo en Colombia está empeñado en extinguir. Con el paso del tiempo se han ido sumando regionalmente y hoy se integran procesos de mujeres del Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Los elementos comunes de las mujeres de este territorio están centrados en continuar resistiendo hombro a hombro con los hombres, jóvenes y niños de su comunidad. El Encuentro de Mujeres por los Derechos, Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales es una propuesta trasformadora que se enfrenta a la opresión y avanza en la materialización de planes de vida concretos para las comunidades, buscando bienestar y equilibrio para todos los seres humanos en armonía con la madre naturaleza. Mientras el gobierno habla de paz, la violencia y discriminación contra la mujer colombiana continúa siendo una práctica recurrente. Aumentan los feminicidios en la más absoluta impunidad y los programas de atención y apoyo integral no llegan a zonas de conflicto armado. No existe atención médica adecuada, derecho a la educación, seguridad alimentaria, ni vivienda digna. La violencia contra la mujer continúa siendo la violencia contra los pueblos, la fuerza pública reprime de manera permanente las acciones de defensa de los territorios. La relación entre empresarios y cuerpos de seguridad se consolida en detrimento de los derechos de los pueblos. La apropiación de las riquezas naturales se materializa mediante la aplicación del plan nacional de desarrollo del actual gobierno, que pone al centro de su política 50


la llamada locomotora minero energética que devasta los territorios y continúa empobreciendo a la población. Conscientes que la violencia contra la mujer en Colombia continúa siendo una práctica recurrente que trae diversas formas de discriminación agravadas por el conflicto armado, y la omisión de programas de atención, de servicios y apoyos integrales para las mujeres de todos los ámbitos y sectores del país. El encuentro de Mujeres por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha impulsado el dialogo de experiencias, luchas, realidades y saberes. La visibilización de las consecuencias socioeconómicas que dan lugar a la violación y vulneración de los derechos de la mujer de diferentes sectores sociales en Colombia. La movilización permanente, por la inclusión eficaz de las mujeres en los debates públicos. La recuperación y respeto de los derechos y la dignidad de las mujeres de los diferentes sectores sociales en la región, fortaleciendo su capacidad organizativa. La garantía de los DESCA es lo único que nos puede brindar paz en Colombia. Sin condiciones dignas de vida para todos y todas no hay posibilidad de avanzar de manera certera hacia la trasformación del conflicto social y armado. Por ello parte del ejercicio de sororidad y defensa de los derechos de los pueblos es convocar a la recuperación y respeto de los derechos de la mujer fortaleciendo las redes, el diálogo y las agendas comunes. La solidaridad entre mujeres de las áreas urbanas y rurales intenta aportar desde el diálogo de saberes y avanzar en el intercambio de experiencias de recuperación del respeto de la dignidad de la mujer de los diferentes sectores sociales. Es importante visibilizar las luchas silenciosas de las mujeres e insistir a los medios de comunicación masivos incluir la perspectiva de género de manera permanente. Participar de acciones conjuntas para contrarrestar la exclusión, la pobreza y las nefastas consecuencias de la violencia domestica y sexual contra la mujer.

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Así que debemos estar unidas, poner en sororidad nuestras luchas y reivindicaciones y ante todo ser capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida en contra de las mujeres, comunidades y pueblos en cualquier parte del mundo. En este tránsito se establecen alianzas, construyen sororidades y solidaridades ilimitadas, que hacen de este encuentro el lugar propicio para el establecimiento de los vínculos que permiten alcanzar lo imaginado y lo deseado. Ningún proceso de cambio profundo de la sociedad puede realizarse sin la participación activa y propositiva de la mujer. Los encuentros han posibilitado acordar rutas de trabajo, formas de accionar e impulsar las luchas de las mujeres en el sur occidente de Colombia. Instaurar lo que somos en lo más intrínseco del ser; no hay otra forma de reafirmarnos como mujeres y hombres que luchan por sus derechos, como parte de este universo y de esta tierra a la que estamos dispuestos y dispuestas a defender y proteger exigiendo el desarrollo digno de nuestros proyectos de vida. La búsqueda de la dignidad para Colombia, la defensa de la autonomía, soberanía nacional, la defensa de nuestro territorio es de las dadoras de vida. Continuemos hombro a hombro construyendo alternativas, es una tarea de mujeres, hombres, niños, niñas, mayoras y mayores. Se debe ser valiente, persistente, coherente y constante en la defensa integral de la dignidad, la justicia y la igualdad para nuestro pueblo.

Queda siempre camino pa la esperanza, Enfrentare valiente tantos temores, Compañeras de abrazos de mil colores, Caminemos junticas sin tardanza. Mujeres sin Amo. Josefina Gómez

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