Estrategas
Emprendedor de toda la vida
Diego Guzmán es asesor de Seguros Sucre; ha sido activista, funcionario público y pieza clave en la creación de importantes empresas del país; y cuenta con emprendimientos propios vinculados con el agro y la gastronomía. Texto: William Morales Ruiz. Foto: Edison Guacollante.
D
iego Guzmán estudió Jurisprudencia y su vida laboral es amplia, ya que trabajó en la banca, la construcción, el turismo (gastronomía) y la agricultura (es productor de café), además de haber sido funcionario público y activista ciudadano con la creación del primer Observatorio de Medios. Aunque nació en Zaruma, radica en Quito y también ha residido en Cuenca. Tiene un restaurante porque le gusta cocinar y toda la variada gastronomía ecuatoriana: “Viviendo en Quito, extrañaba la comida cuencana, y se me ocurrió poner un restaurante que prepare platos de la capital azuaya y otros que hemos creado, como el ceviche de trucha”, explica. Al momento es asesor en Seguros Sucre y fue uno de los socios fundadores de grandes empresas del país, como Uribe & Schwarzkopf, TVCable y Carlink.
I
66 Valles
“Empecé a trabajar muy joven. Acompañaba a mi padre a los sorteos Luque, en Guayaquil, y después vendía una acción, que se cobraba semanalmente; yo tenía no más de seis o siete años. Entonces, trabajar me resultaba muy simple. En el colegio fui vendedor de libros y fue una de las cosas más simpáticas porque había que leerlos y contar lo que ibas a vender al posible comprador. Luego trabajé seis años en el Banco Amazonas y después me dediqué a la construcción. Con Tomás Schwarzkopf y Fernando Uribe formamos la empresa Uribe & Schwarzkopf. Empezamos con un negocio que todavía era extraño en Ecuador: vender propiedad horizontal y vender edificios que no existían porque recién se los iba a construir”, relata. Salió de la compañía para asumir otro reto: “Es muy difícil vender algo que la gente no conoce, pero ahora es un gran éxito. Con Tommy Wright y un grupo (de inversionistas) se montó TVCable. Entre otras, construí una fábrica de antenas parabólicas que las vendía por todo el país para que la gente, especialmente en el campo, pueda acceder a la televisión y tener entretenimiento con televisión internacional”. También colaboró en la creación de otro negocio que tampoco existía: el sistema de rastreo satelital para vehículos Carlink. De ahí, dio rienda a su pasión y puso un restaurante: “Me dediqué a El Pajonal, el cual pensé que iba a ser un hobby, pero se volvió una de las cosas que más me gusta hacer, porque nada es más maravilloso que dar de comer a la gente y ver su felicidad”, sostiene. En una siguiente etapa fundó el Observatorio de Medios. “En él tuve múltiples enfrentamientos con diferentes actores de medios de comunicación a los que no les gustaba que saliera alguien con tanto atrevimiento a evidenciar la corrupción que existía en la prensa. (…) Mal está que yo lo diga, pero cambió mucho la prensa después de que nosotros estuvimos presente”, sostiene. Entonces fue llamado por primera vez a liderar una función del Estado en el Fondo de Inversión Social de Emergencia. “Ese es uno de los mayores premios que he recibido: trabajar para gente que se encontraba en situación de vulnerabilidad”, afirma. Más adelante ocuparía también la Secretaría de Transparencia de Gestión. Pero en el interín se dedicó a cultivar café en la zona de Tulipe (noroccidente de Pichincha): “Un café que nos hace quedar muy bien porque lo exportamos a Europa”. A su criterio, “para llevar un emprendimiento se necesita aterrizar los sueños y vencer obstáculos. No esperar que te ‘den haciendo’, sino hacerlo. El verdadero emprendedor es el que presenta con su actitud lo que quiere y lo que va a conseguir, y lo conseguirá”. V