Regreso a clases
Prevenir, antes que lamentar El refuerzo escolar, que comúnmente se busca cuando el estudiante obtiene notas bajas en su reporte de calificaciones, es un importante apoyo que los padres debemos brindar a nuestros hijos. Texto: Érika Alvarado de Bermeo, psicóloga Educativa y Orientadora, y licenciada en Educación. Foto: Canstock.
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stando cerca del inicio de un nuevo ciclo lectivo, como padres nos preguntamos: ¿cómo ayudar a nuestros hijos para que disfruten del estudio y alcancen resultados que fortalezcan su personalidad? El refuerzo escolar, que comúnmente se busca cuando el estudiante obtiene notas bajas en su reporte de calificaciones, es un importante apoyo que los padres debemos brindar a nuestros hijos. Generalmente, luego del primer parcial, o en muchos casos, luego del primer quimestre de estudio, nos asustamos al ver sus bajas notas y no nos queda más remedio que buscar apoyo particular, el cual no siempre refleja buenos resultados y termina afectándolos no solo en sus calificaciones sino –y lo más importante– en su emocionalidad. Aquí vale la máxima “Más vale prevenir, que lamentar”. ¿Por qué esperar las malas calificaciones? ¿Por qué perder tiempo valioso para buscar ayuda? Planteamos, entonces, algunas sugerencias de prevención relacionadas al refuerzo escolar, al que debemos optar como herramienta necesaria para elevar los resultados académicos de nuestros hijos. Lo primero es conocer a nuestros hijos. Sabemos que cada uno es “un ser único e irrepetible”, con sus propios virtudes y defectos, por lo tanto será un factor decisivo en su formación y en su escolaridad que sus padres tengamos claras las habilidades fuertes y débiles que cada uno presenta. Este conocimiento, centrándonos ya en el aprendizaje, se dará de forma adecuada en cuanto “gastemos” nuestro tiempo con ellos. Monitorear sus tareas escolares y la agenda de forma diaria, dialogar de su vida escolar, visitar el colegio y
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pedir reuniones con sus profesores, etc., son tareas básicas que debemos incorporar. Identificadas estas fortalezas y debilidades podemos tomar acciones concretas. Las semanas anteriores al inicio de clases son clave para evaluar aquellos contenidos aprendidos el año previo, y de ser necesario, incluso contenidos de cursos anteriores. Al hacer esto, ya sea que lo haga el padre o madre de familia o un profesional, se constatará si el alumno ha logrado o no asimilar lo recibido. Esta es una buena base para reconocer la necesidad del refuerzo. Otro punto a tomar en cuenta es descubrir si nuestro hijo tiene o no buenos hábitos de estudio, como: organización del tiempo, lugar y mobiliario adecuados, materiales completos, un método de estudio, etc. De no ser así, debemos ayudarlo para que los desarrolle ya que éste es el primer paso para alcanzar éxito en la etapa de aprendizaje. Algunos alumnos, por variadas razones, no han adquirido estos hábitos y les resulta muy difícil estudiar solos. En estos casos será necesario buscar un profesional que lo guíe y monitoree sus tiempos de estudio hasta que el chico logre su independencia en este aspecto. El refuerzo escolar puede ser grupal o individual. Dependerá de diferentes factores que los padres tendrán que analizar, como: las necesidades del alumno, el aspecto económico, la posible dependencia que se podría crear cuando el refuerzo es individual, etc. Ambos tipos de refuerzo presentan ventajas y desventajas, y la elección debe ser valorada por los padres junto a un profesional en educación que los guíe.
Más que chequeo de tareas Parte del trabajo realizado en el refuerzo escolar será la realización de tareas; sin embargo, esto no es suficiente. El tiempo del refuerzo escolar no se debe utilizar totalmente en los deberes que el estudiante debe presentar al siguiente día. Se debe planificar adecuadamente el horario para que se logre cumplir el verdadero fin, que es ayudar al chico a adquirir las herramientas necesarias para “aprehender” los contenidos de manera exitosa ya que esta será la clave de la motivación escolar. Los deberes son una ayuda eficaz si están diseñados de forma adecuada y mesurada, acorde con
la realidad evolutiva y la finalidad del aprendizaje. Pero el solo cumplimiento de las tareas con la ayuda de un profesional no asegurará el éxito en el rendimiento del alumno, ya que éste se alcanzará solo si el profesional le brinda al alumno la oportunidad de desarrollar y adquirir las herramientas necesarias para, por su propia cuenta, mejorar sus aprendizajes y así alcanzar su desarrollo integral. ¡Animémonos a prevenir y, de ser necesario, busquemos la ayuda a tiempo! Y recordemos que más allá de los tratamientos médicos o psicológicos, el compartir con los hijos y darles amor es la medicina más eficaz. V
Érika Alvarado de Bermeo, psicóloga Educativa y Orientadora, licenciada en Educación, certificada en Disciplina Positiva y para la terapia Tomatis. Dirección: Centro de Desarrollo Humano RYE. Entreríos, Av. Principal, edif. Manaos, 2do. piso, of. 205, Guayaquil. Telfs.: 0993046031, 04-6009921. Web: www.rye.com.ec. IG y FB: ryedesarrollo. TW: ryedesarrollohumano. Valles 49