Revelaciones
Vivir la MODA El diseño siempre está presente en todas las personas, pero hay para quienes esta disciplina es parte fundamental y su razón de ser, por eso se dedican a distintas profesiones vinculadas con este campo lleno de glamour, pero también de muchos retos. Texto: Sandra Gómez. Fotos: Edison Guacollante y cortesía.
Carli Blankenship a moda es la expresión del individuo, es una manera de mostrar creatividad y conectarse con otras personas que tienen las mismas pasiones. La moda y el modelaje son un arte”, afirma esta reconocida top model de 26 años, hoy radicada en Denver, Estados Unidos. Carli explica que el mundo de la pasarela y los editoriales de moda la ayudan a mostrar parte de su ser: “Para mí la individualidad es muy importante y poder expresarme a través de mi apariencia física me ayuda a cubrir esa necesidad de ser única”. Sus inicios en este campo se dieron por casualidad. “Un día vi un anuncio de un fotógrafo en Quito que buscaba una modelo rubia para fotos artísticas. No tenía fotos para mandarle, pero me conoció e hicimos un shoot. Trabajamos con varias diseñadoras, maquilladoras y fotógrafos ese día, les caí bien y me comenzaron a llamar. Me gustó trabajar en el mundo de arte, era una manera de expresarme y conocer gente nueva a través de la moda en un mundo que no conocí antes”. A su criterio, en Ecuador el ser modelo es “ser miembro de una familia pequeña y cercana. El mode-
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laje es una manera de ayudar a los creativos a expresar y mostrar su arte. Es ser un lienzo que absorbe toda la pintura de los artistas diseñadores”. Añade que “hace un año dejé mi vida en Ecuador, pero sigo modelando aquí en Estados Unidos –de vez en cuando–, y como sigo conectada con todos mis amigos fotógrafos y diseñadores, veo cómo crecen. Siento que en el país se está desarrollando mucho el arte del diseño y la moda, y exige la creatividad de su gente. Veo el modelaje ahora con la misma emoción e importancia con que lo vi antes. (…) Ahora que he trabajado con diseñadores colombianos y estadounidenses puedo apreciar más a los diseñadores ecuatorianos. Son personas supertalentosas y no muy conocidas –que trabajan por el amor al arte– y que aún no han experimentado la corrupción del dinero”. Por el momento, Carli colabora con una empresa de educación y viajes internacionales, da clases de yoga, y sigue modelando en desfiles y para trabajos fotográficos con menos frecuencia. “Ahora uso más al deporte y a la naturaleza como un modo para seguir expresándome y conectándome con el mundo del arte”, finaliza.
Foto para la campaña “Urbano” de Óptica Los Andes (Dayoco Estudio)
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El modelaje es un arte
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Carolina Schettini
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Un estilo de vida
arolina, de 33 años, es diseñadora, directora y docente del Instituto Metropolitano de Diseño de Quito. Lleva una década ejerciendo la profesión y considera que en el Ecuador esta ha evolucionado mucho: “Antes, las fábricas muchas veces no contaban con un diseñador y lo que se hacía era copiar lo que estaba en el extranjero; ahora ya se está abriendo el campo, existe mucho diseño de autor que no sigue tendencias, que plasma sus ideas y vende sus propias creaciones. Es así como la sociedad va cambiando, y también, el diseño evoluciona”. Confiesa que el diseño siempre ha estado presente en su vida: “Desde niña nació mi afición por ser diseñadora, el vestir a la muñecas, el dibujar y esas cosas me encantaban. Al elegir mi profesión, mis padres siempre me apoyaron; buscamos un lugar y estudié en la Universidad San Francisco de Quito la carrera de tecnología en Diseño de Moda y seguí otros cursos relacionados con este campo”. Le apasiona lo que hace porque considera que se trata de “cambiar, de proponer, de crear, de plasmar los sentimientos en un diseño. Es lo que hago y lo hago de corazón”. La inspiración va de acuerdo “al proyecto, al grupo objetivo, al mercado. Usualmente lo que se hace es seguir ten-
dencias, pero no siempre; todo depende para quién se va a diseñar y ahí se busca la inspiración”, remarca. Para Carolina, el diseño, a diferencia de la moda, es un proceso, una idea que se plasma en una creación; mientras la moda es la forma de vestir que está dictada por las tendencias: “El diseño es un rubro que nunca termina porque no es la moda en sí, es el vestuario, y todas las personas necesitan vestirse. Es decir, hay que cubrir una necesidad, y a mí me gusta el hecho de vestir a otras personas”, refiere la experta que proyecta sacar pronto una marca para niños. Desde hace cinco años comparte la pasión del diseño con la enseñanza, experiencia que le resulta por demás gratificante: “La industria es linda, con sus altos y bajos, por ser competitiva. Lograr que otras personas adquieran esa comprensión a través de la docencia me encanta, enseñarles una profesión con la que puedan vivir y transferirles el conocimiento me gusta mucho. Y cuando el estudiante supera al maestro me llena de orgullo, ver cómo aplican lo que se les enseña y que luego ellos se sientan realizados y nos superen, es emocionante”, concluye.
Carolina Cabrera, Maribí Montalvo y Cristina Peña
Maribí Montalvo, Cristina Peña y Carolina Cabrera
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El diseño está en todo
Carolina, Maribí (arquitecta de Interiores) y Cristina (publicista y experta en hospitalidad) las une la pasión por la moda, por eso crearon The Designers Society, un emprendimiento que promociona marcas ecuatorianas nuevas. Para estas tres emprendedoras toda su vida está inmersa en el diseño de distintas maneras; por eso, desde la construcción del local, hasta los muebles, las repisas y la elección de las marcas que se exhiben, expresan parte de sí y de lo que quieren dar a conocer, nos explican. “Como arquitecta, está en mí la búsqueda de nuevas tendencias, de nuevos diseños, de nuevos estilos, por eso me identifico con la tienda porque gracias a ella tengo apertura para buscar constantemente todo lo diferente y nuevo”, señala Maribí. Por su parte, Cristina dice: “Yo siempre he estado involucrada con el diseño y la moda, tengo carreras frustradas de Diseño Gráfico y Diseño de Modas, y siempre digo que mi mejor trabajo sería estar sentada en un computador buscando tendencias”. Carolina afirma que “el diseño está en todo, es ver más allá de lo que ya es, son las nuevas tendencias desde la vestimenta, el diseño de casas, etc. Es el reflejo de lo que cada uno sueña. En el diseño se refleja el amor que le pone cada persona”, y agrega que “las tres teníamos en nuestras vidas
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de alguna forma el diseño pero sin explotarlo, cada una en diferentes formas, así que nos juntamos y logramos sacar lo que teníamos guardado dentro de nosotras”. Así nació The Designers Society, con el concepto de una tienda pop up muy popular en Estados Unidos y Europa. “Se refiere al levantamiento temporal de una tienda multimarca, y que en el sentido original se lo hace en diferentes espacios públicos o en locales, pero que nosotras hemos sabido implementarla a nuestro medio. Por eso a pesar de que funciona siempre en el mismo espacio (La Tejedora Distrito Creativo), las marcas cambian cada temporada, que duran tres meses”, comenta Cristina. Maribí destaca que ellas buscaron presentar algo diferente y “por eso el punto más importante era investigar sobre los emprendimientos y escoger cada uno; también saber lo que le gusta a la gente y lo que nos guste a nosotras. Nos apasiona la moda y por eso elegimos este emprendimiento. Además, porque queremos apoyar el talento ecuatoriano, así que las 50 marcas que tenemos son nacionales y la mayoría de ellas pertenece a diseñadoras”. Para las emprendedoras, la moda y el diseño ecuatoriano están creciendo: han mejorado gracias a la competencia, que obliga a los diseñadores y fabricantes a tener mejores acabados e innovar en materiales: y quieren competir con otros países, que es lo que ellas también buscan fomentar. V Valles 29